Demon shadows

[Shena Cindy de Ryvak M.]

El mundo sigue su imparable evolución, es algo que siempre continúa a pesar de que precisamente esté es considerado como un trofeo 🏆 para seres que buscan obtener el máximo poder, no importando el destino de los demás seres. En su filosofía, solo ellos merecen existir y el resto de razas no, por lo que han decidido matar a todos iniciando por los más débiles e ir absorbiendo su energía mágica.

Estos enemigos se ocultan en las sombras y estudian a los demás seres, cuando ya tienen conocimiento de cuáles son sus fortalezas, habilidades y puntos vulnerables, los aislan en el interior de un campo de fuerza mágico para combatir contra ellos y asesinarlos, después absorber la energía mágica usando un temible artefacto que fue creado por un demonio de alto rango para absorber la magia robada en tiempos pasados a los propios demonios.

Los demonios no pueden mostrarse porque ahora hay quien puede identificar su presencia anulando "ataques sorpresa" así que controlan a humanoides denominadas sombras las cuales luchan en su nombre.

Para estás sombras, solo les interesa seguir el deseo de este demonio y lograr su deseo de exterminar a todas las demás razas inferiores. La única falla a está empresa, es la existencia de los magos y brujas quienes son los que poseen un alto sentido de superación, nunca desisten ya que su característica por lo general es ser muy tenaz, por lo que no será sencillo eliminar los.

La esperanza para el mundo, es que alguno de estos magos o brujas, logré descubrir está maligna amenaza...

[Sagitas E. Potter Blue]

Mi vida había sufrido una implosión inesperada y apenas tenía relación con el mundo exterior. Ignoraba las relaciones sociales y apenas, por no decir ninguna, tenía contacto con el resto de familias del pueblo. Mis preocupaciones, antes acuciantes y extresantes, se habían desvanecido de la política, bandos y negocios para centrarme en mi familia, lo que al final es lo único que merecía la pena.

Pero hasta eso a veces falla. La edad avanzaba y los niños ya creían y caminaban solos y este refugio que era el hogar no solía llenarse como antes. Así que era habitual verme en el jardín de la Potter Black, refunfuñando con los gnomos que pisoteaban las raíces de los rododendros temblones, con los delicados que eran. Sus flores tendían a salir blanquecinas en vez de aquellos vivos colores rojizos y agranatados que siempre me habían gustado. Sentarme en una hamaca bajo las palmeras, junto al estanque y los nenúfares, disfrutando de la Naturaleza de la que tanto me había alejado desde aquella época en que descubrí mis poderes de sacerdotisa. Apenas recordaba aquello, también hundido en los pliegues de la memoria.

Me había convertido en una persona muy alejada de la que fui al inicio de mis poderes. Estaba tan acostumbrada tanto a la magia y sus conocimientos que había casi olvidado la etapa en que disfrutaba con los sencillos hechizos para mover sillas o de sentir el poder de una oruga sobre la hoja de un árbol.

Somnolienta, con los ojos cerrados, con la luz del sol filtrándose entre las hojas de aquellos árboles, con algún gorgorito de pájaros revoltosos que ensuciaban las escaleras con sus heces oscuras (¿sería una venganza particular contra mí?) y algún sonido del trabajo de los elfos por la mansión... ¡Qué bonito vivir así, sin más problemas, sin más presiones...!

Aunque... ¿Qué era aquel molesto...? ¿...Aroma...?

Instintivamente, me pasé la mano por la nariz, como si quisiera evitar un olor nauseabundo. Al instante, el recuerdo de Yasmine, de su belleza y su peligrosidad, de su poses altaneras junto a su amante, mi marido Jack...

Me incorporé apenas, mirando a mi alrededor, como si intuyera que estaba cerca y me miraba. Gruñí bajito.

-- Ya no hay demonios.

Habíamos acabado con ellos y ya no había demonios en el mundo mágico. 

No existían.

No, no había demonios... Aunque entonces...

¿Por qué se habían erizado los pelos del brazo y por qué sentía que algo en la esfera natural de las cosas se había quebrado? Hacía mucho tiempo que no me sentía sacerdotisa y aquella sensación... era molesta.

Sí, era muy molesta.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Disfrutaba de como germinaban mis planes dentro de mundo mágico. No se podía decir que mi asalto al poder hubiera sido un error, a fin de cuentas, movilizo ciertas fuerzas mágicas que remodelaron todo el asunto mágico. Sin dudas he de reconocer que mi ego me llevaba a creer que había tenido un impacto relevante en todo lo que había acontecido. Por suerte más de una bruja salvo las castañas del fuego al no cumplirse de todo mi plan...pero bueno. Mejor no pensar en esas brujas y si en aquellas que valoraban mi compañía y no daban puñaladas traicioneras en la espalda. Así que por hoy seria día de detalles, así que baje al jardín y usando magia comenzar a cortar las más bonitas y olorosas flores para crear una corona para mis doncellas. Mientras Sagitas no me viera todo estaría bien. 

Aunque bueno…hacia rato había dejado todo el aspecto rimbombante de ser sacerdotisa. De hecho, lo había dejado todo a un lado. Y eso era incomodo. Ya ni siquiera me amenazaba con la ballesta. Incomodo y aburrido. Ya no hacia gracia el sacarla de sus cabales…se extrañaban sus gritos. Ya ni los críos la sacaban de paso. En algún momento habrían cambiado a Sagitas o era culpa del ex-fantasma Jack que ahora era corpóreo. A lo mejor la tenía bien cuidada y por eso no se estresaba tanto. Todo un asunto morboso ese.

Y ahí estaba yo…arrancando las más bellas flores del jardín y tejiéndolas en una corona con un movimiento de varita…ajeno a la cercanía de cierta pelivioleta. Corta...aquí...corta allá….teje aquí...teje allá. Ohhh que hermoso y colorida corona de flores me estaba quedando. Y junto cuando tenía la última y me giraba para enfilar para la casa…me encontré casi de frente a Sagitas que gruño por lo bajo y dijo algo de…demonios. Mmmm habría venido Penerela??? o se estaba refiriendo a mi???. Puede que diera la talla como demonio tentador...pero al menos yo no era fan del inframundo...mucho calor....

-Ohhh que susto...-dije sobrellevando la sorpresa de verla...y mas si tenia cara de malas pulgas- venga..venga deja esa mala cara...si mira lo que te han hecho los crios..una hermosa corona. -evidentemente con los crios no se enfadaria.

@ Sagitas E. Potter Blue

[Matt Blackner]

Las cosas eran muy diferentes a como eran antes. Mis años como fantasma junto a Sagitas me habían permitido ver las diferentes etapas por las que Ottery y la propia Potter Black habían pasado, como un hogar lleno de jovencitos que poco a poco habían encontrado su camino y habían dejado el nido. Aunque nuestros chicos aun seguían aquí, incluso ellos se hacían mayores, como Matt, que había decidido salir con Ithilion y Elentari. El chico era demasiado inquieto como para quedarse eternamente en casa, a pesar de que Sagitas tuviese ideas muy diferentes.

 

Desde lo sucedido con las Rosas Negras en San Valentín las cosas eran muy diferentes. Sagitas y yo nos habíamos refugiado en la mansión, en la calidez del hogar, aprovechando que volvía a estar vivo y necesitaba habituarme a ciertas cosas, algo tan sencillo como respirar con normalidad, comer o descansar podían suponer todo un reto para alguien que llevaba más de una década como fantasma.

 

Aun asi, había ciertas costumbres que no se perdían. Por eso, mientras revisaba algunas cosas en la biblioteca de la PB, no pude evitar reconocer aquella sensación. La electricidad estática en el ambiente. Mis pupilas se dilataron, atento al cambio repentino, al olor que no debería estar ahí. Así la varita, que el chico había conservado diligentemente todos aquellos años y me aparecí en los terrenos de la mansión, junto a la hamaca donde Sagitas dormitaba. Ella también lo había sentido.

 

Antes de que pudiera decirle nada, @ Sean -Ojo Loco- Linmer  hizo acto de presencia.

- Los críos están de excursión. Dudo que pudieran hacer esa corona. - contesté, alzando las cejas. - No tendrá que ver con esas notas perfumadas que llegaron junto con el correo, verdad Sean?

[Darla G Dumbledore]

House of Books

Los libros habían sido un refugio estimulante, historias de misterio, aventuras, adolescentes, sí, había preferido esas y evitado las novelas románticas. El terror no había sido nunca su estilo, pero últimamente había intentado leer a un autor muggle cuyos libros habían dado pie a varias películas de los no maj. Claro que por lo que leía de él empezaba a sospechar que tenía más conexiones con el mundo mágico de las que ella pudiera sospechar. Maine, un lugar interesante para visitar, le tendría preguntar a la Señorita Bennett.

Darla se detuvo mirando por la ventana de la habitación de su cuarto en House of Books, desde allí tenía acceso mágico hacia el bosque en el que ella y Seba habían construido su cabaña. Sus ojos mostraron un destello esmeralda mientras se ponía de pie y su mirada recorría el espacio frente a ella, del otro lado del ventanal. Apretó suavemente el libro contra su pecho y a tientas buscó el marcador, para colocarlo entre las hojas, sin poder apartar su mirada del vacío ¿estaba realmente vacío aquel espacio?

¿Qué es lo que sentimos?, preguntó Darla a la dueña de los reflejos esmeralda en sus ojos.

No lo sé, reconoció la vampiresa, su alter ego, Scarlet, pero algo ha ocurrido, algo que no sé reconocer.

Darla suspiró, entendía a lo que se refería, algunas de los tomos de la biblioteca en la Fortaleza Errante habían tenido en ella aquella extraña sensación. De hecho, las primeras veces que había invocado esferas de oscuridad había sentido aquella extraña sensación y luego, cuando había reforzados sus conocimientos del clan de los oscuros, al practicar el umbra había tenido esa misma extraña sensación, sobre todo cuando tenía algún compañero de clan practicando el mismo hechizo junto a ella.

Se giró, buscando su sombra y allí estaba, no era de ella, se volvió a mirar por la ventana, abriendo esta vez los cristales, una suave ráfaga de aire acarició sus mejillas, revolviendo los rizos que llevaba largos y sueltos.

Ahhh… allí está…

Pero desapareció como había aparecido, fue como un pensamiento rápido que pasa por la mente y se pierde. Se asomó por la ventana y trató de entender, algo, algo había estado allí, pero se había desvanecido en la nada, aunque podía sentir la misma sensación del pasado, frunció el ceño. No sabe lo que es pero algo estaba espiándola o quizás…

Algo atravesó hacia este lado, susurró Scarlet en el fondo de su mente y la Dumbledore tuvo que reconocer que tenía razón, solo había un par de problemas, ¿de qué lado y quién o qué era lo que había cruzado?

Editado 11 Junio por Darla G Dumbledore

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Esperaba una actitud beligerante de @ Sagitas E. Potter Blue , a fin de cuentas, era lo normal. Pero no…el que salto fue Jack. Increíble....la verdad es que como fantasma molaba más. Ahora que la pelivioleta le había regresado un cuerpo…a saber si empleo esas artes oscuras para mejorarle la dotación...la verdad es que venía con ego desmedido...y ahora para más haciéndose el inteligente. Esas actitudes no le asentaban, y para colmo no dejaba que Sagitas me gritara como era debido...que forma más machista de mostrar una actitud patriarcal.

En fin, dejemos las lecciones de sociología y teoría de genero aprendidas en la cama....y mejor ir al asunto. Que era responderle de forma poco agradable a el ex-fantasmita.

-Jack. Me estas diciendo mentiroso???? no te pases que la única persona que me puede decir mentiroso es.....-quede pensativo...o sea muchos lo pensaban pero decírmelo así a la cara...pues si...Sagitas. Claro no lo iba a decir- Sagitas tu vas a permitir que me diga eso??? Después de que los críos se pasaron el día de ayer tejiendo esa corona....y yo la conserve con magia. Para que tan valioso esfuerzo no se frustrara y entregártela hoy. Jum...mal por ti...Jack....que solo piensas en que soy un Don Juan.

Pero peor....ahora caía....en serio....se me pusieron las orejas rojas como un tomate....y el calor subió a mi rostro.

-Jack...ultima vez que me revisas la correspondencia. Te lo advierto…sino tendré que defender mi honor y el de las damiselas de las notas perfumadas. Y no será bonito.

Si...indirectamente había admitido que me habían llegado esas notas....y si...también lo de sacar a la luz mi honor....era cuanto menos gracioso....pero donde estaba la privacidad de la mansión en estos días....ahora parecía que todos habían copiado mis hábitos de hurgar en la correspondencia. Muy mal..muy mal. 

@ Matt Blackner

[Darla G Dumbledore]

Darla, House of Books, un mes después.

Se movió molesta en el asiento, no es que un vampiro pueda estar incómodo, bueno, sí puede sentirse incómodo, pero que su cuerpo esté incómodo en un lugar, o más bien en un lugar querido. No, había más, había demasiado en su mente. Los demonios que parecían haber invadido su mente eran algo metafórico. Supongamos. La realidad es que varias cosas hacían que la pelirroja se sintiera molesta, que sintiera que más allá de esas cuatro paredes no había nada que la hiciera sentir en su hogar. Bueno, la Dumbledore lo lograba, a medias, era un deseo y compromiso del corazón. Pero la verdad es que la bruja hacía meses que sentía aquello y se negaba a ponerlo en palabras hasta en su propia mente.

Finalmente se puso de pie. El largo camisón de algodón gris que llevaba puesto rozó suavemente sus piernas cuando salió de su postura de estar sentada hasta ese momento, con las piernas cruzadas en canastita sobre la silla de su escritorio. Lualú había dejado una taza de té de manzanilla hacía ¿horas? no estaba segura, ni le importaba, le gustaba más frío que caliente. Asió la taza de color azul y bebió un largo y aún cálido sorbo. Suspiró y se acercó a la ventana desde la cual podía ver el invernadero y los establos que habían hecho construír con Seba. Ante la ausencia de Eros, Tommy y Leto ponían todo su esfuerzo repitiendo las instrucciones que cientos de veces les había dado el elfo jardinero cuando les encargaba compras o les pedía le dieran una mano con el jardín.

Sus pies descalzos rasparon la mullida alfombra gris de la estancia, como si de un caballo ansioso se tratara. De hecho, la verdad era que ella estaba ansiosa, nerviosa, malhumorada, tantas cosas a la vez, quizás estresada, pero la pelirroja se negaba a plantearse el tema de manera menos descabellada. Incluso cada vez que sus elfos o la misma Kim habían intentado tratar el tema ella los había evitado, molesta, con excusas y reproches. Ahora estaba allí, segura de que tenía que mandar todo a volar y buscar refugio en el único lugar que era feliz... el canto de un jilguero llamó su atención, no lo buscó, solo cerró los ojos y lo disfrutó. 

¿Qué era eso que sentía hacía tanto tiempo? Esquivaba la confrontación, pero vamos, ella había sido hecha para luchar y las ganas no le faltaban, lo que sí le faltaba era una verdadera oportunidad. Suspiró una vez más y sorbió otro poco de té. Aaaahhh.... que ganas de matar a alguien que tenía en ese preciso momento, o al menos de destrozar algo, a alguien, algo, mordió su labio y maldijo por lo bajo. ¿Dónde estaba la Darla que había sido años atrás? Algo o alguien la había hecho cambiar, bajar tantos "cambios" en su vida, evitar la confrontación y aplicar la diplomacia eran cosas que la estaban desgastando hasta más no poder y sin que pudiera hacerla sentir "normal".

Editado 12 Julio por Darla G Dumbledore