Jump to content

Tauro M.

Magos Expertos
  • Mensajes

    8.642
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    73

Mensajes publicados por Tauro M.

  1. ¿Estaba haciendo lo correcto? No podía dejar de cuestionarme y aun así no estaba dispuesta a dar un paso atrás en mi decisión. Me tomó tiempo llegar a donde me encuentro, mentí a mi familia, a mi antiguo bando por el cual ya no sentía fidelidad, pero al cual seguían perteneciendo todos ellos y de alguna manera guardaba un tipo de vinculación, mis intereses habían cambiado y con ellos tenía nuevas ambiciones. ¿Y mi alma? ¿Seguiría siendo la misma o también sufriría algún tipo de transformación? Eso me asustaba, me daba miedo cambiar de repente todo lo que había sido hasta el momento, ahora que transitaba por ese nuevo camino y a pesar de que cada día me convencía de que esto era lo mejor para mí, me daba miedo el cambio en ese sentido. Lo curioso de todo es que pese al miedo, no quería mirar hacia atrás, necesitaba salir de mi zona de confort, necesitaba experimentar otro tipo de poder y estaba convencida de que en la Orden del Fénix iba a encontrar eso que me hacía falta.


    El lado oscuro me hizo un llamado natural al que tenía ganas de responder. Desde mi llegada investigué sobre el pasado de los miembros del bando y descubrí que los clanes eran parte de su historia. Los sacerdotes, paladines y oscuros, así los llamaban, cada uno tenía poderes únicos que los hacían superiores al resto en diferentes sentidos. Por supuesto mi primera opción fue optar por el camino ya conocido para mí, pero eso sería muy fácil, se suponía que estaba en un proceso de cambio en el que los retos serían mi principal motor. ¿Qué tipo de persona sería si me iba por lo que sabía que podía dominar? ¿Alguna vez había luchado contra mi naturaleza? No, desde siempre me dejé envolver por la oscuridad y debo confesar que me encanta, no conozco otro modo de vida, allí no tengo que controlarme, no temo demostrar quién soy en realidad, pero jamás he tratado de luchar contra ello. ¿Y si por hacerlo me estuve privando de otro tipo de poderes? Conforme más lo pensaba más me convencía de que era así, por lo que descarté la opción de este último clan y me incliné por los Paladines.


    Pero eso apenas era empezar... No tenía conocidos dentro del bando, ni mucho menos aliados. O bueno, capaz si tenía una, pero tenía que aparentar que no, ese había sido el trato. Para llegar a ese poder anhelado debía pasar por una serie de pruebas aun desconocidas para mí, debía encontrar el lugar donde me presentaría ante las tres figuras que poseían esa fuente de poder y demostrarles que era merecedora de tan importante regalo, pero ¿por donde empezar? Mis investigaciones me llevaron por distintos lugares que no creí que volvería a pisar, incluso terminé en aquella prisión de la cual había sido prisionera en varias ocasiones cuando me enfrentaba a ellos y fue muy extraña la sensación de pisar aquella edificación y sentir que ahora era parte de su grupo. Aun no me había presentado formalmente, tan solo necesitaba que pensaran que no era peligrosa para ellos y que me dejaran permanecer lo suficiente como para lograr mi objetivo. Estaba sola en esto, la única que conocía realmente mis intereses era yo. Fue entonces cuando lo vi, un patronus que llegó justo a donde me encontraba.


    Sonreí, mirando el antebrazo donde portaba aun la marca tenebrosa. Aquel llamado era más amable, al contrario del escozor de la marca que te recordaba las consecuencias y castigos a padecer si no acudías al llamado, este se sentía más cálido. No dudé en seguirlo, al menos me llevaría a algo porque ahora estaba perdida. Fue un largo camino a recorrer, uno que decidí seguir a pie para no perderme ningún detalle de lo que me rodeaba, cuando finalmente llegué me di cuenta de que un pequeño grupo ya se había formado alrededor del líder, para cuando me terminé de acercar, varios se habían marchado en un Abraxan, excepto por dos persona.


    --Me parece que llegué tarde --dije muy despacio a las dos mujeres (@@kaori Avery y Madeleine). Veo que hay un Abraxan que espera por alguien y le pregunto si lo puedo usar, ya que no me quiero quedar atrás. Agradezco su ayuda y me subo al lomo del animal, confiando en que me llevará justo hasta donde quiero. En el camino veo también un patronus en forma de Halcón que pasa delante de mí, pienso que de seguro lleva un mensaje y decido seguirlo.

    • Me gusta 1
  2. Hola! Esta parte de la gala no la estoy disfrutando u.u pero qué genial que hayan decidido hacer esto! Son cosas que ponen contentos a los usuarios y hace rato no veía un buen ambiente laboral (?

     

    Esta parte no la disfrutaré porque he estado de fiestera :perv: y bueno, también hay que disfrutar de la buena vida, no? xD hoy cumplo un mes desde que me mudé a Bogotá y la verdad la pasé increíble ayer y hoy también :rolleyes: ya no sé qué decir xF completé las líneas? No sé D: bye *se va a lavar ropa*

    • Me gusta 1
  3. --Fengari --susurré, mientras la buscaba. Me hice a su lado --Este país de las maravillas es un lugar al que no quiero volver. Tanta gente extraña y extravagante no me pone de muy buen humor, encima que ni estamos aprendiendo nuevas cosas, solo jugando con un montón de... --ni pude terminar la frase, no sabía realmente como definirlos. Dejé de hablar, porque de nuevo la voz se pronunció.


    --Sí, estoy bien, Seba, solo que no me fijé por donde iba --le respondí.


    Fue Anthony, tan listo como siempre, quién descubrió de donde provenía la voz y resultó ser una oruga fumadora! De todos los vicios, ese era el peor, no soportaba el humo y la oruga no hacía nada para evitar que este cayera en nuestros ojos. Tosí varias veces y me voltee a ver si Darla se encontraba bien, pero Seba ya lo tenía todo cubierto. Las parejas que habían asistido a la gala en busca de una velada romántica se habían llevado una total decepción y lo sentía por ellos, aunque antes el peli-verde y yo estuviéramos jugandoles un par de bromas pesadas a las parejas que encontrábamos. La oruga azul nos seguía mirando como si le fastidiaramos y lo peor es que no respondía ninguna de nuestras preguntas.


    -- ¿Y si nos vamos? --dije por fin, pero uno de ellos me hizo caer en cuenta de que quizás la necesitábamos. La idea no me hacía mucha gracia porque no quería tener que lidiar con esa oruga de mal carácter, pero puede que tuvieran razón --Está bien, intentemos convencerla de nuevo --Pero nuestros esfuerzos fueron inútiles y al final la oruga se resistió a decirnos algo. Ya no quería perder más el tiempo con ese ser, de todos los personajes era el que peor me había caído, ni los gemelos con sus bromas pesadas o el sombrerero con su abuso del té.


    -- Es mejor que sigamos nuestro camino --dije. Apenas giramos pudimos ver el castillo de la Reina de corazones y supe que hacia allá teníamos que ir. --¿Listos hoy?

  4. Negué con la cabeza, no sabía de donde provenía la voz, sin embargo la sentía cerca. Empecé a caminar por los alrededores, en eso me tropecé con una raíz salida del suelo y me caí. La misma voz empezó a burlarse de mí de manera muy cruel. Rápidamente me levanté, molesta más por ese hecho que el que mi rodilla estuviera sangrando por la caída. De nuevo busqué entre los árboles, entre las flores y por todos lados pero nada que era capaz de encontrar la voz. Por un momento pensé que de nuevo todo lo estaba imaginando, que esa voz la tenía únicamente en mi cabeza pero al darme cuenta de que no era la única que la seguía escuchando sabía que había menos probabilidades de que todos estuviéramos locos.


    -- ¿Qué hacen aquí? ¡Intrusos! Ensucian el lugar con su horrible presencia


    Esta vez la voz no fue tan amable, aunque nunca lo había sido. No había dudas de que se trataba de un hombre y si pudiera ponerle un rostro y cuerpo me lo imaginaba hasta vestido de forma elegante. Luego de eso no volvió a decir nada, así que aproveché el momento para curar la herida de mi rodilla y que esta dejara de sangrar. Miré hacia todos lados, a cada uno de mis compañeros y todos hicieron el mismo gesto con los hombros. Bajé la mirada y seguí buscando, no me quedaba de otra, hasta que de nuevo el hombre o la voz decidió intervenir.


    -- Patéticos, llevo rato observándolos y no me dan más que lástima. ¿A qué han venido? ¿Por qué no se marchan?


    A ese punto ya me sentía irritada, quería gritarle que era lo que estábamos tratando de hacer desde hace unas horas, pero que no habíamos podido porque la reina y todos los demás que habitaban ese bosque se rehusaban a querer ayudarnos, en especial el conejo blanco que simplemente nos pidió un favor para luego desaparecer.


    -- ¡Si pudiera irme ya lo habría hecho! --respondí con rabia, aunque intenté calmarme, no me convenía perder la compostura, no ahí.

    • Me gusta 1
  5. ¡Y la suerte nos llevó hacia Tweedledum! Estaba aliviada, pero ¿qué significaba todo aquello? De nuevo, ninguno de los dos me daba buena espina y esperaba siempre lo peor de cualquiera de ellos. Entonces el sujeto, el que se llamaba Tweedledum le hizo a Darla una entrega un poco extraña que de ser ella no lo tomaría, pero de no hacerlo podría tomárselo muy mal, como un irrespeto y bueno, estábamos en su territorio, pasara lo que pasara solo lo teníamos a él como una posible alternativa que nos permitiera seguir con nuestro camino. Abrí la boca para decir algo, realmente creía que aquello era una pésima idea, pero no reaccioné a tiempo ya que darla se llevó el caramelo a la boca. Aguanté la respiración mientras esperaba lo peor.


    El ver a los gemelos tirados en el piso retorciéndose de la risa no ayudaba mucho tampoco, lo dicho, no me generaban confianza ni mucho menos simpatía, pero de momento tenía que fingir. Me quedé mirando a Darla con mi varita en mano, lista para tomar uno de sus zapatos y así crear un bezoar que me ayudara a sacarle el veneno del organismo, pero nada de eso ocurrió, sino que la mujer empezó a hacer señas a lo loco. Me la quedé mirando sin entender muy bien por qué a estar alturas de la vida se le había dado por jugar a los mimos.


    -- Mujer, que no entiendo nada de lo que dices... ¿Sabes qué? Cantar de Eleboro --susurré, esperando que eso la ayudara a recuperar el habla. No hubo disculpas por parte de los gemelos, pero sí que nos dieron algo más preciado que eso: una pista. Dicha pista nos decía que debíamos elegir el camino de la seta, además que ellos aseguraban que por ahí habían visto el reloj. No tuvimos sino que creerles y marcharnos antes de que se les ocurriera hacernos otra bromita.


    Aun seguíamos en el bosque, que ahora lucía tan... vacío. Todo estaba demasiado tranquilo, cuando de repente escuchamos una voz.
  6. Ahora estábamos con en un tablero de ajedrez, donde cada uno de nosotros era una pieza o eso creía. Llegamos a la octava casilla de ese tablero de ajedrez gigante donde nos esperaban dos corpulentos hermanos gemelos; Tweedledum y Tweedledee. Me encojí de hombros, no estaba en condiciones de juzgar la manera en cómo Darla tomaba sus decisiones porque la verdad llegamos a ese punto yo habría hecho lo mismo. Si ella quería dejárselo al azar así sería, porque para tomar malas decisiones no hacía falta ni la mala suerte. Reprimí una risita al escucharla cantar, tanto ella como Seba no podían dejar de ser la pareja que tanto amor se profesaban sin importar las circunstancias, pero no podía evitar pensar que en esa situación cantar me había venido bien para hacerme olvidar un poco el estrés.

    -- Vaya, no sabía que eras cantante --le comenté bromeando --Seguro así que conquistaste a Seba.

    Volviendo al tema de los gemelos Tweedledum y Tweedledee no me agradaban esos dos, tenían un aspecto de niños grandes a los que les gustaba hacer bullying y no dudaba en que en cualquier momento se pudieran poner violentos con nosotros. Me senté en el piso a contemplarlos, quería saber cómo sería la mejor manera de intentar pasar sin que estos intentaran arrancarnos la cabeza y lamentablemente yo no tenía ideas. Lo de distraerlos algo me decía que no iba a funcionar, ya que nosotros éramos su distracción.

    --¡Bueno! ¿Quién tiene un galeón? --dije finalmente. Curiosamente mis bolsillos se encontraban vacíos y no tenía ni siquiera un knut que nos pudiera servir para dejar todo a la suerte --Lo siento, juraba que había traído mi monedero de piel de Moke conmigo --y de hecho estaba segura de que había sido así. ¿Tendrían algo que ver la liebre y el sombrerero con la desaparición de mi dinero?

     

    -- Lo siento, no traigo nada conmigo --miré a Anthony, buscando ayuda en él, pero al ver que no me decía nada supuse que él tampoco cargaba dinero consigo --O bueno, esto lo podemos resolver fácilmente con un piedra, papel o tijera.

  7. No nos quedó de otra más que seguirles el juego y eso a mí en lo personal ya me estaba empezando a afectar. Cada vez que intentaba decirles que no a algún ofrecimiento de comida o té encontraban la forma de convencerme aunque sospechaba que terminaba aceptando simplemente para quitármelos de encima. Vi que Seba no miraba de muy buena gana al sombrerero y quise preguntarle el por qué, pero en eso la liebre me arrastró a un juego est****o que estaban llevando a cabo donde la persona ganadora sería la que aguantara más tiempo sin respirar y ya había visto que antes se habían puesto tan azules que terminaron rodando por el piso y tratando de recuperarse. Los juegos de estos personajes que parecían inocentes a veces podían resultar mortales si no les ponía cuidado, aunque para ellos fuese algo de todos los días.


    Por otro lado seguí de cerca a Fengari a quién noté un poco retraída y no era para menos, por mí mejor que no confiara en ninguno de ellos. Era increíble, pero aunque no me llevara bien con mi hermana, Fengari era algo aparte ya que primero la había conocido a ella antes de saber que estábamos relacionadas, muy a pesar de su padre a quién no soportaba ver ni en pintura.


    --¡Hey! --dije cuando me quitaron la silla e intentaron colocarme un sombrero ridículo para que cantara otra canción de no cumpleaños que entonaban como por quinta o sexta vez consecutiva. Ya estaba harta. Busqué auxilio en los demás, más exactamente en Darla quién antes había tenido la asombrosa idea de utilizar los anillos. Quizás era momento de aprovechar toda esa euforia para sacarle provecho a la situación, después de todo aun teníamos un reloj que encontrar.


    En lo que nos disponíamos a seguir con nuestro camino, me voltee hacia Anthony.


    -- No tengo ni idea, pero ahora es una pregunta que siempre rondará en mi cabeza --le dije con una sonrisa, pensando que quizás el sombrerero guardaba una divertida historia sobre el por qué del dedo meñique. Coloqué una mano en el hombro del peli-verde invitándolo a seguir.


    Pese a los intentos de Darla no tuvimos éxito en cuanto a que nos brindaran una pista que nos acercara más a nuestro objetivo. Suspiré, sin intenciones de querer seguir intentando, además de que nuestros anfitriones ya no estaban mirándonos con buenos ojos y estaban cada vez más pesados con sus bromas, casi que ya de verdad estaba pensando que buscaban perjudicarnos de alguna forma. Le hice señas al grupo indicándoles que lo mejor sería marcharnos y no hacer caso a lo que nos dijeran, en especial me refería Anthony que sabía que amaba el té.


    -- Vamos, estos no nos ayudarán.

  8. @@Niko Uzumaki Agradezco que me respondan con prontitud en la medida de lo posible, ya que estamos contra reloj ;o; En esta parte de la mazmorra donde dice:

    Si obtuviste 4, mala suerte. No tienes éxito y la conversación te resulta tan pesada que abandonas la fiesta de té. Te retiras del lugar sin una pista (no te preocupes, puedes ir a otro lugar o intentarlo nuevamente).

     

    Significa que puedo rolear ese mal resultado y volver a lanzar dados para ver si hay mejor suerte? Estamos en la casa de la liebre.

  9. Bastaron un par de hechizos junto con el alboroto para causar el efecto deseado, porque los guardias salieron a perseguir el lugar de donde provenían tantos estruendos y es que por mera casualidad a alguno se le había ocurrido traer bombas fétidas. ¿Muy raro, no? Estaba casi segura de que una broma así solo se le pudo haber ocurrido a mi amigo Anthony quién cada vez me sorprendía más con sus ideas locas y descabelladas. Cuando por fin pudimos salir del escondite nos dispusimos a seguir con nuestro camino y caminamos por... la verdad no sé por cuanto tiempo caminamos, a veces se sentía como que habían pasado horas y otras solo un suspiro. Llegamos al final del túnel, doblamos a la derecha, luego a la izquierda, fuimos en zig zag, saltamos incluso porque el piso se puso a temblar y finalmente llegamos a... Una encrucijada. Enarqué una ceja al señalar lo que estaba viendo y para esto me hice a una lado para no tapar el cartel.


    --Me siento como en un callejón sin salida, solo que esta vez parece que tenemos muchas salidas y me cuesta decidirme por cual ir --. Había mucha presión por el grupo, no solo por no poder ponernos de acuerdo sino que el conejo insistía en que era necesario encontrar el reloj y no dejaba de repetir que el tiempo era importante aunque no terminaba de explicar el por qué. Fue el peliverde quién tomó la iniciativa y se lo agradecí, debido a que mi cabeza se hacía un lío cuando de tomar decisiones se trataba. La opción de la casa de la liebre me pareció la más adecuada, después de todo siempre era buena idea empezar a buscar en los lugares más obvios y luego si ir hacia los que tenían más posibilidad frente a los improbables.


    -- Estoy de acuerdo --respondí, acercándome un poco más a Fengari --No te separes de mí, no quiero que te pierdas, después de todo aun tenemos esas clases pendientes que te prometí. Ahora que somos familia me siento con la responsabilidad de enseñarte todo lo que sé --le sonreí.


    Llegamos a nuestro primer destino, la casa de la liebre donde vimos ciertos personajes ya conocidos como el Sombrerero, la liebre y el Lirón. De nuevo se estaba llevando a cabo una fiesta y por supuesto no podía faltar el té. Miré a Anthony recordando cómo nos habíamos sentido luego de aceptar el té y sabía que después no nos iban a dejar ir.


    -- ¿Sabías que cuando llueve es porque se acaba el Té? Es el día más triste de nuestras vidas --Cosas como esas sin sentido alguno eran las que platicaban y claro, de alguna manera terminábamos respondiendo preguntas absurdas tan solo para seguir la conversación.

  10. Duuuda sobre la mazmorra.

    Séptimo post (dados): Afuera de la madriguera del conejo, esperan dos guardias de la Reina de Corazones con la orden de llevar a todos los magos al Castillo. Lanza un dado de diez caras para derrotar a los guardias.

    • Si el resultado del dado es menor a 5, derrotan a los guardias y pueden comenzar la búsqueda.
    • Si el resultado del dado es mayor o igual a 5, no derrotan a los guardias y deben huir de la madriguera.
    Del séptimo al décimo tercer post (rol): Si el resultado fue menor a 5, derrotan a los guardias con facilidad y se adentran en el País de las Maravillas. Si el resultado fue mayor o igual a 5, todos los miembros del grupo deben a toda prisa de los guardias para evitar que los lleven con la Reina. Para lograr un escape efectivo, deben esconderse de ellos usando en cada posteo 5 veces y sólo 5 veces la palabra "sigilo" (remarcándolas en negrita). Además, en total el grupo debe usar como mínimo dos poderes rolísticos de sigilo de los Libros de Hechizos.

     


    No sé bien cuantos roles son allí, según yo son seis, tal como el primer hito. Pero es que pone séptimo post: dados y luego dice que hay que rolear desde el séptimo post hasta el decimo tercero. ¿Me podrían confirmar? xD Porque de ser así serían 7 roles en lugar de 6.

  11. @@Anthony Ryvak Dracony

     

    Las palabras de Anthony me golpearon con mucha fuerza y aunque no podía ver mi rostro porque lo oculté a propósito, se notaba que estaba seriamente afectada. Era como si estuviera hablando a través de él, nunca nadie me había leído de ese modo y puede que él no lo hiciera con esa intención, puede que estuviera hablando de sí mismo y de ser así éramos demasiado parecidos, más de lo que yo pensaba. No dije nada por un buen rato, lo dejé que hablara, que también se desahogara mientras yo reflexionaba con cada una de sus palabras y sentía que lo que tenía por corazón o lo que sea que tuviera en el pecho, se fuera encogiendo cada vez más.
    --Me alegra que hayas encontrado a alguien que te haga tan feliz --dije por fin, atreviéndome a mirarlo de nuevo a los ojos --Te merece y estoy segura que tú también a ella --agregué con sinceridad al tiempo que me ponía en pie y extendía el brazo para que tomara mi mano --¡Sí! Vamos, seguramente encontramos alguna criatura que se esconde por allí, nunca se sabe cuando una nueva criatura se revele o ¿sabes qué? --dije haciendo una pausa dramática --quizás pueda enseñarte el truco de hacer una miniatura de dragón. ¿Qué te parece? --mis ojos de repente se iluminaron, pero para hacer algo como eso teníamos que estar en un lugar apartado, lejos de las miradas curiosas --Uhmm, no quizás aquí no sea el mejor lugar, pero te puedo ir platicando sobre lo que se necesita en lo que buscamos a esa criatura. ¿Te parece?
    Fue así como junto con mi amigo emprendimos la búsqueda y la primera que encontramos fue un grupo curioso de Bowtruckles que se asomaba a darnos la bienvenida.
    --¡Me encantan los Bowtruckles! Se me hacen tan divertidos y con tanta personalidad --dije alargando mi mano para que uno de ellos se subiera en la palma y de allí hacia mi cuello --¿No lo crees?
  12. Mano dura, debíamos tener mano dura, era momento de actuar. No sé, pero a mí la idea de salvar y encontrar a la niña se me había metido en la cabeza y para mí esa era la respuesta a todo. Ahora, no sabía donde estaba, si es que estaba encerrada en alguna parte del castillo o cómo. Miré a mis amigos esperando encontrar en ellos respuetas a mis preguntas o incluso nuevas preguntas, otras conclusiones. Mi cabeza en esos momentos sentía que estaba a punto de estallarme y eso quedó en evidencia cuando con ambas manos me la sujetaba. Estaba exasperada. Al final terminé sentándome en el suelo, por suerte el escondite que Lady había escogido era bueno y desde allí estábamos prácticamente que en un punto ciego donde no llamábamos demasiado la atención y eso nos daba tiempo para pensar. Para mí la respuesta o por lo menos la siguiente pista se hallaba dentro de alguna de las habitaciones del castillo que hasta el momento no conocía, excepto por la de la reina.

    -- ¿Y si hacemos de detectives y nos vamos a investigar? Sé que quizás no sea buena idea separarnos, pero al menos así cubrimos más terreno y nos podemos encontrar aquí en... ¿media hora? No quiero que sea demasiado tiempo, así no nos preocupamos --Mis ideas no eran precisamente las más seguras, era consciente de que a veces nos ponía en situación de peligro pero también sabía que era necesario arriesgarse para ganar un poco. Esperé tener la aprobación de ellos, sobre todo de mi amigo que era mi cómplice en todas mis locas ideas --Después de esto debemos ir a comer algo rico, hemos pasado por mucho, ¿no lo crees? --dije tratando de bromear y suavizar el ambiente porque la verdad es que no veía la hora de salir pronto de allí y tomarme un merecido descanso.

    Poco tiempo después nos fuimos a explorar y esperaba que en nuestro reencuentro pudiéramos intercambiar información valiosa que nos ayudara a dar con la pista final. Por mi parte estuve rebuscando por todos lados, literal, hasta que de algun modo terminé encontrando la cocina que en ese momento tenía apenas unos pocos trabajadores que al verme quedaron sorprendidos. Les supliqué que por favor no me delataran, que tan solo quería salir de allí y sorprendentemente no dijeron nada, quizás porque ellos sabían lo que era estar atrapados con la reina y no querían que nadie corriera con la misma suerte. No me alcanzaron las palabras para agradecerles lo suficiente y me hicieron entrega de algo que no esperaba: La última pieza del rompecabezas. Corrí en busca de Anthony y al verlo me lancé a sus brazos.

    --¡Lo encontré! La pieza faltante, ahora si podremos descubrir lo que hay detrás de todo esto! --dije emocionada.

    • Me gusta 1
  13. El sigilo era clave para la empresa que estábamos a punto de llevar a cabo, ya que sin el sigilo corríamos el riesgo de ser descubiertos en cualquier momento y para eso debíamos ser muy cuidadosos. Por fortuna mis compañeros eran conscientes del peligro y ellos también actuaron con sigilo con cada paso que dabamos. Cualquier equivocación mínima y podría ser el fin de nuestra aventura y quedarnos atrapados allí para siempre. Esa idea no me gustaba ni un poco y no estaba dispuesta a permitir que eso ocurriera.

     

    Darla, quién había sido muy diligente utilizó el anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos para así evitar que intrusos o espías enviados por la reina pudieran escucharnos. Al yo poseer ese anillo también lo usé, así ampliamos el rango y podíamos hablar con toda tranquilidad sin el temor de ser escuchados. Lo bueno es que el poder del anillo eran tan fuerte que los demás no notarían siquiera que lo estábamos usando, su magia era in-detectable. --Muy astuta --le susurré, más que todo por costumbre.

     

    -- Nos están siguiendo --dije al cabo de un rato. Otro de mis anillos se activó, el anillo detector de enemigos. Las pisadas se sentían cada vez más cerca y no eran un par, sino cientos de ellas --¿Amigos? ¿Enemigos? --Ni siquiera tuve que aguardar por la respuesta porque era más que obvio que se trataba de lo segundo. Apresuramos el paso porque debíamos salir de allí cuanto antes, pero entonces los guardias de la reina se acercaron tanto que tuvimos que escondernos en un pequeño hueco que encontramos en el camino para resguardarnos, de no ser por los anillos no estaríamos contando la historia --Es como si tuvieran ojos en todos lados --les comenté. En ese momento preciso hice uso de mi siguiente anillo, el anillo salvaguarda contra miradas indiscretas, que aunque Darla ya lo había empleado era tanta la paranoia que quería doble asegurarme. Me voltee hacia Fengari y Anthony.
    -- ¿Alguna idea para burlarlos? ¿Qué tal si creamos una distracción que los obligue a ir por otro camino mientras vamos por el lado contrario? Aun tenemos que alcanzar a ese conejo, ¡nos prometió una salida! --Aunque realmente no lo había prometido con palabras textuales, yo simplemente lo asumí --De todos modos hay que seguir actuando con sigilo, no debemos descuidarnos en ningún momento --les recalqué. ¿Podría estar el reloj en el camino que recorríamos? También debíamos estar pendiente de eso y que el sigilo actuara a nuestro favor.
    --¿Y bien? --no era mi intención presionarlos, pero debíamos tomar una decisión ya mismo antes de que el tiempo ahora jugara en nuestra contra y tal como vi al conejo el tiempo jugaba un papel muy importante en todo esto.
  14. Bajé la varita ante el comentario de Darla sonriendo también, ya una vez vi de quiénes se trataban no tenía intenciones de atacarlos ya que a ambos, tanto a ella como Seba los consideraba cercanos. Negué con la cabeza, la verdad es que no tenía ni la menor idea sobre cómo salir de allí, pero al menos ahora éramos más y confiaba en que eso nos iba a ayudar a pensar mejor porque ahora mismo estábamos atrapados en el mismo lugar que al principio y ahora debíamos encontrar la manera de salir nuevamente. Fue Anthony, sin embargo, quién esta vez respondió a Seba y estuve de acuerdo con él en que esas coincidencias no me desagradaban aunque claro, si nos encontrábamos en otro tipo de situaciones tampoco me iba a molestar. <<Al mal tiempo buena cara>>. Pensé para mis adentros. En eso otra persona llamó mi atención.


    -- ¡Fengari! --digo alzando un poco más el tono de voz, observando como la joven se acercaba hacia nosotros y se presentaba con el resto del grupo --Pues estamos en la misma situación. Anthony y yo de hecho habíamos logramos salir, pero después nos encontramos en ese extraño parque y ahora estamos aquí nuevamente, cayendo en la trampa que diseñaron para nosotros. Que nos hayas encontrado es algo que me alivia, dao que no sabía que también estabas aquí atrapada --seguí diciendo --Al menos ahora cinco cabezas pensaran mejor que dos y esperemos que juntos podamos descifrar el rompecabezas que es esto --En lo que me disponía a seguir hablando, una voz chillona llamó la atención de todos. ¡Era el conejo!


    --¡Por fin han llegado! Me tienen que ayudar, mi reloj, lo acabo de perder, es urgente, no puedo estar sin mi reloj.


    Todos hicimos lo mismo y rebuscamos en nuestros bolsillos el reloj, pero este misteriosamente había desaparecido. Intercambiamos miradas que no sabría decir si eran de preocupación o sorpresa, o las dos. ¿Y si todo lo habíamos imaginado? Podría ser que nada de eso fuera real, que todo este tiempo hubiesemos estado sumidos en un profundo sueño. No había manera de saberlo.


    -- Te ayudaremos --me adelanté a decir --Con la condición de que nos digas cómo salir --. El conejo no se hizo esperar y salió disparado hacia una puerta que hasta el momento nadie había notado por lo diminuta que era. Intercambiamos miradas de preocupación, pero ya lo tenía cubierto.


    --No se preocupen, tengo algo que nos puede ayudar con este pequeño problemita--. Volví a buscar en mis bolsillos y de el saqué dos botellitas, una con líquido color azul y la otra que parecía estar llena de dulces. Me quedé con la azul --Esta curiosa poción de nombre <<Bébeme>> nos ayudará a pasar por la puerta, un par de gotas y seremos tan pequeños e incluso más que el conejo --les expliqué, al tiempo que me llevaba la botellita a los labios para darle un pequeño sorbo, una vez terminé la fui pasando a cada uno de ellos (Anthony, Seba, Darla y Fengari) esperando que me imitaran. Bastaron unos cinco minutos para que la poción hiciera efecto y así todos pudimos cruzar por la puerta. Para acelerar las cosas una vez afuera saqué la otra botellita, la que parecía tener los dulces, solo que esta decía en la etiqueta <<Cómeme>>. Pasé un dulce a cada uno para que lo masticaran, era la única manera para que el grupo entero pudiéramos recuperar el tamaño normal. El efecto no se hizo esperar y de nuevo ya volvía a ser yo con mi tamaño real.


    --¡Bien! Vayamos por ese conejo --dije, pero quizás hablé muy rápido porque allá afuera nos estaban esperando.

  15. Uno más, solo una pieza más...

    Estaba de acuerdo con @@Anthony Ryvak Dracony que debíamos seguir buscando porque quizás la próxima imagen nos llevaría a la solución de ese rompecabezas, capaz que faltaba una pieza o dos, no lo sabía, pero con suerte pronto lo averiguaríamos. La segunda pieza por lo menos ya la habíamos visto ambos y todavía no nos decía mucho sobre qué hacer a continuación. Recordé que Lady se había quedado atrás y aunque la habíamos ayudado a librarse un poco del ejército de naipes la preocupación de saber si estaba bien o no seguía rondando mi cabeza. Fue entonces cuando le propuse a mi amigo ir a por ella, lo de la explosión pudo haber ocurrido cerca de donde se encontraba pero guardaba la esperanza de que se hubiese escabullido a tiempo. Al salir de la habitación de la reina empezamos a buscar a Lady, le expliqué a Anthony que ella era una amiga muy querida y que me sentiría mejor si la encontrábamos.

    -- Sé que nuestra prioridad es salir de aquí, pero al menos yo te tengo a ti y de alguna manera me siento más segura --le expliqué --Ella en cambio... creo que está sola. --suspiré. Seguí buscando junto con la ayuda de mi amigo, hasta que unos arbustos que se movían llamaron mi atención --Mira --señalé con el dedo índice, indicándole el lugar de donde provenía el ruido. Con sigilo me acerqué, tratando de no levantar sospechas ni de alertar a la persona que se estuviera escondiendo tras los arbustos. Advertí su cabellera y enseguida la identifiqué --¡Lady! --exclamé --¡Aquí estás! Ven con nosotros, así no te pierdes y podemos hacer un equipo en lo que sorteamos todos los obstáculos, ¿te parece? --Fue entonces cuando me fijé que había algo tirado cerca de donde ella se encontraba, me agaché y vi que se trataba de varios trozos de papel rotos pero que si los juntaban formarían una imagen --Esta es diferente a las demás, esta parece que hubiese sido rota a propósito.

    Tal como un juego de niños le propuse a Anthony armar ese rompecabezas, no nos tomó mucho tiempo unir las piezas sin utilizar ningún tipo de magia y cuando quedó armada se la enseñé --Es la misma niña de antes, solo que no está dormida. ¡Y el conejo! Volviendo a salir por el hueco del árbol por el cual entramos. ¿Crees que es allí hacia donde debemos dirigirnos? Puede que nuestra entrada sea también nuestra salida. Estoy segura que el conejo tiene respuestas pero no lo haremos hablar tan fácil. ¿Y si debemos encontrar a la niña? ¿Qué tal que esté secuestrada? --mi cerebro y mi boca iban a mil por hora con tantas ideas que se me ocurrían, pero realmente quería conectar todas las piezas para encontrarle algún sentido a todo lo que estaba ocurriendo.

    • Me gusta 2
  16. Roja, me había puesto roja por una explosión ocurrida a pocos metros de donde estábamos, los guardias ahora hacían lo posible por arrebatarnos el dibujo encontrado. Entonces si que era importante ese dibujo después de todo. No entendía qué significaba ni a donde me iba a llevar si seguíamos la pista, pero al menos no estábamos solos. Miré de nuevo a Anthony ya que hacerlo me daba confianza y seguridad y sin él probablemente habría quedado atrapada quién sabe en qué parte de ese país de las maravillas. Ahora era cuestión de tiempo para seguir la próxima pista, pero al menos ya el ejército de naipes había sido derrotado y eso era un problema menos con el qué lidiar. Le pasé la foto a Anthony esperando que él pudiera encontrar una respuesta secreta, a mí ya me dolía la cabeza intentando descifrarlo, pero no me podía dar por vencida. Miré hacia las otras parejas tratando de adivinar por la expresión de sus rostros si estaban en la misma situación que yo.

    --¿Qué cosas esconderá este castillo? --pregunté en voz alta, sintiendo curiosidad por explorar cada habitación, pero temía quedarme atrapada en una de ellas. No lo pensé dos veces y me escabullí aprovechando el bullicio, esperando que mi amigo me estuviera siguiendo de cerca pero la verdad es que no podía mirar hacia atrás porque perdía la concentración. Llegamos a una habitación de puerta roja, porque claro, allí todo era de ese color. La abrí usando mi varita aunque la magia no fue necesaria y de eso me di cuenta después, porque la puerta ya estaba abierta. Me di cuenta de que estábamos en los aposentos de la reina, su habitación era tan grande como para que cupieran en ellas dos o tres más. No quería meterme con sus cosas, estaba segura de que si movía algo ella lo iba a notar, pero quería ver si podía encontrar otra pista y entonces vi algo que llamó mi atención.

    --Mira --le dije a Anthony --Es otra foto, parecida a la que encontramos antes --Tomé la segunda foto en mis manos y vi que era una escena donde la misma reina se encontraba feliz y contenta junto con los demás habitantes de ese país de las maravillas. Allí vi a nuestro amigo el sombrero, al conejo, a una muchacha de cabello rubio a otros personajes más que no recorda. Todo parecía estar relacionado y me sentía cada vez más cerca del final, o de por lo menos de encontrar las respuestas que tanto habíamos estado buscando. Salí con ese nuevo dibujo y me apresuré a cerrar la puerta, no quería que se nos encontrara allí.

    • Me gusta 1
  17. Ya. Debía parar. Le estaba dando muchas más vueltas a ese asunto que lo que debería. Me levanté de la grama y me senté, con las rodillas hacia arriba y mi mentón apoyado en ellas, en posición pensativa. ¿Por qué me sentía tan así? Todo, eventualmente, me aburría, después de un tiempo que no necesariamente eran días, incluso podían ser un par de años y no me gustaba ser así. Esa manera de ser me hacía alejar de las personas para no hacerles daño, nadie se merecía pasar por eso y aunque no lo hacía a propósito el conocerme demasiado bien y dejar que las cosas pasaran me hacía un poco culpable, ¿no? Pero entonces recordaba que a pesar de las señales, de las advertencias hacia los demás, había quiénes insistían en permanecer quizás con la esperanza de hacer la diferencia y cuando no lo lograban, no entendían que no era nada malo en ellos. Había algo malo en mí.

     

    No me gustaba San Valentín, ninguna otra festividad me hacía pensar y reflexionar de esta manera. En las otras galas mi mente se la pasaba en otros lados y es que cada persona que conocía la añadía de inmediato en mi lista de amigos, porque sabía y no quería que pasara nada más. El vivir entre los humanos me estaba afectando, sus emociones se me estaban contagiando. No, no era así, yo seguía siendo la misma demonia, nada había cambiado, pero ahora me importaban las emociones de los demás y eso es lo que hacía la diferencia.

     

    Sin tan solo fuera más fácil... Pero nada lo era.

    • Me gusta 1
  18. Nick miembro 1 de la pareja: Anthony Ryvak Dracony
    Link al perfil miembro 1 de la pareja: http://www.harrylatino.org/user/118372-anthony-ryvak-dracony/

    Nick miembro 2 de la pareja: Tauro M.
    Link al perfil miembro 2 de la pareja: http://www.harrylatino.org/user/101680-tauro-m/

    Reto conseguido: 13
    Demostración del cumplimiento del reto (links o capturas): Si he entendido bien, las misiones nos suman a los dos :S por lo tanto sumarían 4, no? xD

     

    http://www.harrylatino.org/topic/113813-explicacion-de-la-dinamica/?p=5327295

    http://www.harrylatino.org/topic/113813-explicacion-de-la-dinamica/?p=5327289

     

    Reto conseguido: 15 consigue 3000 puntos

    Demostración del cumplimiento del reto (links o capturas):http://www.harrylatino.org/topic/113813-explicacion-de-la-dinamica/?p=5316577

  19. Nada. No había nada más por hacer. Ya habíamos pasado por mucho y todavía no estábamos ni cerca de terminar. Lancé un largo suspiro luego de haber tenido aquella batalla junto con las otras personas que nos encontramos en el camino, todo porque a la reina se le había ocurrido que esa era una estupenda idea y claro, ya estaba empezando a entender que estábamos ahí simplemente para entretenerla y vaya que tenía las ideas más locas para eso. Lo único es que si no le seguíamos el juego probablemente nuestras probabilidades para escapar se verían reducidas a cero, o incluso menos. Por suerte esta vez el juicio fue a nuestro favor y claro, nos lo habíamos ganado con el sudor de nuestra frente y gracias a nuestras habilidades para el duelo que hacía tiempo no tenía, pero descubrí que aun podía hacer un par de trucos que me ayudaran a salir de apuros.


    Luego del duelo nos adentramos al castillo rojo que nos aguardaba frente a nosotros, allí pensé que teníamos que volver a usar alguna de las pociones para volver a entrar, pero no, sino que pudimos entrar fácilmente y eso enseguida me dio mala espina, no era para nada buena señal que no tuviéramos que enfrentar ningún obstáculo y pronto mis sospechas serían confirmadas, porque una vez adentro un ejército de naipes nos esperaba. El ejército no se movía, estaba inmóvil, pero bastó que diéramos un paso más hacia adelante para que estos sacaran sus armas y nos amenazaran, jurando a su reina que darían sus vidas si era necesario con tal de no dejarnos pasar y tanta era la obediencia o el temor que le tenían que estaba segura que lo harían sin chistar.


    Pero Anthony y yo no éramos los únicos en apuros, a cada lado que mirábamos veíamos a las demás parejas enfrentarse hacia la misma situación, allí me di cuenta de que lo mejor sería ayudarnos entre nosotros. En eso vi a una muchacha (Lady) que se encontraba pidiendo ayuda. Le dije a mi amigo que acudiéramos a su socorro y que de todos modos 3 magos y brujas expertas nos podríamos enfrentar a ese ejército con toda nuestra magia. Una vez la alcanzamos me aseguré de susurrarle que todo estaba bien, que éramos aliados.


    -- Uff, hemos venido a tiempo. ¿A la cuenta de tres le lanzamos hechizos aturdidores? --les medio pregunté/indiqué. Tomé su silencio como un sí y sin esperar más tiempo lancé un --¡Expelliarmus! --no era el hechizo más poderoso o el que hiciera más daño, pero quería también medir su resistencia, de todos modos luego de ese lancé un --Incendio --ya que eran naipes a lo mejor se quemaban. En lo que veía como los naipes intentaban deshacerse de nuestros hechizos, vi que una hoja se le cayó a uno de ellos. La tomé y observé el dibujo.

    • Me gusta 2
  20. Lo que siguió a continuación lo sentí como un silencio sin fin y no me incomodaba. Hasta ese momento no me había detenido a pensar en si me sentía sola o no y si me hacía falta alguien a mi lado. El problema no era ese, sino que para mí era fácil acostumbrarme a estar así y eso hacía que me encerrara en mí misma, imposibilitando el ver la gente que me rodeaba. Suspiré, una vez más me veía yendo hacia ese punto sin retorno y a estas alturas no tenía muchas ganas de hacer algo al respecto. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Acostumbrarme a esa rutina de que no me iba a quejar, dejar pasar las oportunidades de compartir mi vida junto a alguien pero sin lamentarme porque mientras estuviera mi mente en el presente no me iba a pesar.

     

    -- ¿Por qué es tan difícil estar solo? --pregunté, sin estar muy segura de que Anthony me hubiese escuchado.

     

    La nueva vida que llevaba, sin embargo, mantenía mi mente ocupada, libre de cualquier distracción que pudiera apartarme de mi camino. El estar en peligro constante, el temor a ser descubierta me hacía sentir viva y es ahí cuando me doy cuenta de que he encontrado una nueva manera de sentirme así. Mis ojos se iluminan de repente, como si hubiese encontrado todas las respuestas a los problemas. Me estaba haciendo adicta a eso, al peligro, a bailar con la muerte y salir apenas con unos cuantos rasguños. Me di cuenta entonces de que... No terminé la frase en mi cabeza.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.