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Tauro M.

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Mensajes publicados por Tauro M.

  1. De repente la teoría de @@Anthony Ryvak DraconyAnthony sobre que alguien no estaba bien de la cabeza cobraba sentido y más con el paisaje que nos rodeaba. Desde el inicio todo se veía extraño, como si fuera producto de nuestra imaginación y es que probablemente lo fuera, si de repente un día despertaba y me decían que todo había ocurrido en mi cabeza lo creería, de no ser porque el peli-verde se encontraba conmigo estaba tentada a decir lo que pensaba en voz alta. Negué con la cabeza, hacia rato que no veía el conejo blanco. Lancé un suspiro al ver cómo él se colocaba en posición de defensa, como si esperara a que de repente nos fueran a atacar. Yo lo imité.

    -- Yo creo que tienes razón --dije finalmente --No confío en nadie que nos haya traído a la fuerza y nos haga pasar por eso, sin explicaciones. Aunque bueno, si está mal de la cabeza como dices yo creo que tenemos que tener mucho cuidado. Mientras tanto... --en el momento en el que hablaba vi unas orejas puntiagudas apenas a unos cuantos metros de donde estábamos y olvidándome de donde estábamos grité tan fuerte que seguro de nuevo espanté al conejo --¡MIRA! ¡Allí está! ¡Corramos! --apresuré a mi amigo y esta vez fui yo quién lo arrastró por otro de los pasillos ya que el interior del árbol parecía más como un túnel que nos llevaría quién sabe a donde. Lo que me preocupaba por otro lado era que el efecto de la poción que habíamos tomado se pasara pronto.

    -- Necesitamos encontrarlo --le dije sin voltear a mirarlo. --¡Mira! Allá hay una puerta --señalé hacia el frente, donde una puerta pequeña de color verde y sin pomo nos esperaba. La puerta por suerte había quedado medio abierta y estaba segura de que el conejo se había escabullido a través de ella. De todos modos algo brillante llamó mi atención y desde esa distancia parecía una cadena. En mi mente seguía repitiéndome una y otra vez que necesitábamos encontrarlo a como diera lugar --Parece una cadena --dije cuando ya llegamos a la puerta, al tomarla vi que al otro extremo había un reloj, pero de repente sentí que los efectos de la poción se estaban pasando porque mi mano ya no tenía un tamaño acorde al resto de mi cuerpo. Apresuré a Anthony para que entrara por la puerta aunque más bien lo empujé y justo a tiempo, porque al caer al suelo nuestros cuerpos volvieron a ser los de antes.

    -- Lo siento por haberte empujado --me disculpé --¿Crees que con este reloj logremos encontrarlo? Digo, tenemos que encontrarlo. No podemos irnos sin encontrarlo --agregué refiriéndome al conejo --Al menos tenemos este reloj o un pedazo de lo que es y con nuestra magia podremos rastrar al conejo, así quizás podamos llegar a donde está. ¿Quieres hacer los honores? --pregunté, aguardando su respuesta.

  2. --¡Pero qué gran idea! Aparte del mío nunca he conocido a otro, bueno, al menos no a nivel personal y creo que Tenebrus estará encantado de tener un amigo. Por cierto, ¿cómo se llama el tuyo?

     

    Cuando se trataba de criaturas no había nadie que me pudiera parar, era mi tema favorito en todo el mundo junto con las pociones, de ahí que mi trayectoria en el Ministerio se hubiese enfocado en eso y ahora como Magizoologa reconocida seguía haciendo lo que más me gustaba, lo que me apasionaba. Aun recuerdo cuando siendo una aprendiz empecé en el departamento de criaturas, allí conocí a Mónica Malfoy, quién me enseñó gran parte de lo que sé y a quién le agradezco por haberme recluido a tan temprana edad. De ahí pasé a ser empleada oficial, luego jefa de una de las divisiones hasta que por fin me convertí en Directora, cargo que desempeñé por un buen considerable número de años hasta que mis otras obligaciones para con el bando me consumieron, obligándome a renunciar.

     

    -- Creo que incluso podríamos ir un día de paseo, así te muestro la reserva secreta en la que me encuentro trabajando --dije acercándome un poco más. Con tantas personas cercanas al ministro no las quería con sus narices metidas en mis asuntos, ya que podrían decir que me encontraba haciendo algo ilegal aunque esto fuese en beneficio de las criaturas, pero era claro que ellos no estaban haciendo un buen trabajo.

     

    -- Es más. Como en un tiempo no me dejaron conservar a mi Tenebrus y tuve que mandarlo a la reserva, me las arreglé para hacer una versión mini de él, como los que usan para sortear en el Torneo de los Tres Magos. @@Anthony Ryvak Dracony

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  3. Reflexioné sobre el comentario de Xell de tener novio y reí un poco. Anthony y yo estábamos más que alejados de esa palabra, pero de todas maneras me hizo gracia que lo pensara -- Sabes, Xell, a veces un buen amigo te puede tratar mejor que un novio o novia, pero entiendo a qué va el comentario, yo también extraño los días de pareja @@Xell Vladimir Potter Black. Es solo que de momento me viene mejor estar así, pero no me niego a la posibilidad de volver a encontrar el amor aunque esta vez prometo no casarme demasiado pronto --bromeé. En eso Anthony le hizo entrega de algo al parecer enviado por su admirador secreto.

     

    -- ¿Así que tienes un admirador después de todo? Vamos, cuéntanos de quién se trata! --la animé. Quién quiera que hubiese sido el destinatario solo el chico de cabellos verde lo conocía, pero dudaba que fuese a decir algo para no romper con el misterio.

     

    -- Un Jarvey como criatura confiable... --reflexioné un poco --Son un poco parlanchines, les encanta repetir palabras y a veces no mideN lo que dicen. Pero sí, son confiables, porque si llegaran a meter la pata que sepas que no lo hacen con intención --le aclaré --En lo personal lo que más me gusta de los Jarveys es que le puedes enseñar a decir algo y lo repetirá a la perfección. Son ideales para cuando sales de casa y quieres dejar un recado a alguien o de alarma! --volví a bromear --¿Piensas adquirir uno? Para mí la única criatura confiable que tuve alguna vez es mi Thestral Tenebrus. @@Anthony Ryvak Dracony

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  4. Roleando como Anthony Ryvak Dracony

    ¿Seguir un conejo blanco? Claro, ¿por qué no? No se me hacia raro ni mucho menos extraños teniendo en cuenta el lugar donde nos encontrábamos. Antes había seguido otras cosas que me llevaron directo al peligro, pero decidí confiar esta vez en mis instintos y porque la verdad no creía que en un conejo blanco pudiese existir la maldad. Asentí ya de una vez y por fin, al tiempo que tomaba a mi amiga Tauro de la mano y emprendíamos nuestra caminata por aquel sendero de color morado, el cual parecía encogerse a medida que seguían avanzando. ¿Estaba impresionado? Sí, al menos un poco.

    --¡Lo siento! Es que me emociona mucho emprender esta aventura contigo, tan solo confía en mí, yo te seguiré --Ambos vimos como el conejo se había metido por el hueco de un árbol, pero ambos éramos muy grandes como para caber por el y si intentábamos meternos por allí lo más probable es que vaya a colapsar --Si no nos damos prisa lo perderemos de vista y quizás esa sea nuestra única pista. ¿Tienes alguna idea?

    Vi que mi amiga Tauro se volvía a quedar pensativa, ella siempre tenía buenas ideas por lo que estaba seguro de que estaba a punto de decir una muy buena, ya que ella no era como las otras personas y no iba a colapsar tan fácil ante una situación de peligro. No me equivoqué.

    -- ¿Poción para encoger?

    -- Sí... He estado trabajando en una y aunque los efectos no son muy duraderos y luego sientes un poco de nauseas hacia el final, creo que podría funcionar. Y justo he traído dos frascos.

    --¡Me parece una idea extraordinaria! --exclamé. No importaba que después estuviéramos mareados, valdría la pena si con eso podíamos seguir persiguiendo a nuestro nuevo amigo --Al menos así el árbol no va a colapsar. --Tomé de un solo trago la poción y durante los primeros segundos no sentí que pasara nada, pero luego fue como un revolcón en el estómago y una a una las extremidades de mi cuerpo se fueron encogiendo lo cual no fue para nada agradable, ya que de haberlo hecho todo al mismo tiempo sería mejor. Mi amiga Tauro se disculpó conmigo alegando que aun estaba trabajando en perfeccionarla.

    -- ¡No te preocupes! Poco a poco irás mejorando --dije para animarla. Lo bueno es que habíamos alcanzado el tamaño justo del conejo. --Después de ti --la animé para que siguiera delante de mí, así podía cuidar que nada le pasara. Una vez adentro del árbol este resultó ser más grande en su interior de lo que hubiésemos podido imaginar, por lo que volví a colocarme al lado de mi amiga y la tomé de la mano --Yo que creía que esto iba a colapsar, pero ya me siento más tranquilo de que no será así --Fue así como seguimos avanzando ya sin mirar atrás y de nuevo pude ver esa colita blanca y redonda que nos invitaba a seguirla.

    --¡Ahí está! Apresurémonos que no quiero que esto vaya a colapsar --añadí apretando su mano.

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  5. No sé si este reto cuenta para ambos, en caso de que no sea así, pido que se lo sumen a Anthony. Gracias.

    Nick miembro 1 de la pareja: Anthony Ryvak Dracony
    Link al perfil miembro 1 de la pareja: http://www.harrylatino.org/user/118372-anthony-ryvak-dracony/

    Nick miembro 2 de la pareja: Tauro M.
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    Reto conseguido: 17

    Demostración del cumplimiento del reto (links o capturas):

    Mesa del Gato de Cheshire
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    Mesa del Sombrerero
    http://www.harrylatino.org/topic/113830-mesa-del-sombrerero/?do=findComment&comment=5318367
    http://www.harrylatino.org/topic/113830-mesa-del-sombrerero/?do=findComment&comment=5318500
    http://www.harrylatino.org/topic/113830-mesa-del-sombrerero/?do=findComment&comment=5318625
    http://www.harrylatino.org/topic/113830-mesa-del-sombrerero/page-2?do=findComment&comment=5319010

    Mesa del Conejo Blanco

    http://www.harrylatino.org/topic/113835-mesa-del-conejo-blanco/?p=5318382
    http://www.harrylatino.org/topic/113835-mesa-del-conejo-blanco/?p=5318915

    http://www.harrylatino.org/topic/113835-mesa-del-conejo-blanco/?p=5319711

    Mesa de la Reina de Corazones
    http://www.harrylatino.org/topic/113836-mesa-de-la-reina-de-corazones/?do=findComment&comment=5318393
    http://www.harrylatino.org/topic/113836-mesa-de-la-reina-de-corazones/?do=findComment&comment=5318910

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    Mesa de Tweedledum y Tweedledee
    http://www.harrylatino.org/topic/113837-mesa-de-tweedledum-y-tweedledee/?do=findComment&comment=5318416
    http://www.harrylatino.org/topic/113837-mesa-de-tweedledum-y-tweedledee/?do=findComment&comment=5318789

    http://www.harrylatino.org/topic/113837-mesa-de-tweedledum-y-tweedledee/?p=5319718

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  6. Nunca iba a entender el motivo de dejar lo más rico para lo último en las cenas. Para mí el postre siempre iba a ir de primero, ¿qué pasaba si me llenaba con la entrada y plato principal? No iba a quedar espacio para el postre y eso por supuesto no lo iba a permitir. Lo malo es que en las galas siempre había que esperar, todo estaba programado para que sucediera de cierta manera y a cierta hora. ¡Nada de planes improvisados! Excepto por esa vez que la celebración fue al aire libre, esa fue la primera gala a la que fui de San Valentin con mi esposa de ese entonces y debo reconocer que fue memorable.

     

    Pero esa también fue la última, bueno, antes de que empezara a ir nuevamente. Lo que si estaba disfrutando eran las decoraciones, se me hacía divertido en cierto punto. ¿En qué momento se saldría todo de control? Porque sí, lo estaba esperando y es que no había una gala en que las cosas no se pusieran un poco locas. Ya me estaba acostumbrando a vivir una guerra tras otra y es que me sorprendía también que aun en medio de todo siempre se encontrara oportunidad para la celebración.

     

    Lancé un largo suspiro, ya era momento de encontrar mi mesa para así ver a mi amigo que esperaba no hubiese llegado aun, no quería hacerle entender que era una impuntual cuando no era así. Robé un dulce que encontré en la mesa y me marché.

  7. Fui sorprendida in fragante en medio de mi acto de vandalismo. No me giré enseguida para ver de quién se trataba porque estaba pensando en buenas excusas para dar, pero en cuanto me giré vi que se trataba de Anthony y sentí alivio. En un acto impulsivo lo abracé, contenta de que hubiese sido él y no otra persona. Él seguramente no entendería el motivo de mi arranque, pero me bastaba con saber que estaba allí. Vi que me había traído un obsequio y debido a eso deposité un beso en su mejilla.

     

    -- No sabes la dicha que me da saber que estás aquí, como estaba empezando a aburrirme quise animar un poco las cosas aquí. San Valentín no tiene por qué girar alrededor del amor, la amistad también es importante y es por eso que decidí invitarte --le confesé. Ahora que estaba acompañada ya podía dejar mis planes de sabotaje de parejas a un lado, por lo que se podía decir que el peli-verde había llegado para salvar el día.

     

    -- Creo que esta no es la mesa que nos tocó, se me perdió la invitación y seguramente allí lo decía. ¿Has traído la tuya? De lo contrario te propongo un divertido Tour por todas las mesas para así averiguar por qué tienen estos nombres. @@Anthony Ryvak Dracony

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  8. Mis tacones por fin había vuelto a pegar al zapato y ahora ya me encontraba lista para irme, pero en ese momento vi que dos personas recién llegadas se acercaban hacia la mesa del Conejo Blanco, por lo que me apresuré a arreglar todo y dejarlo como estaba antes de huir de allí. Pero todo fue una falsa alarma, ya que al último minuto estas desviaron hacia otro lugar y no precisamente una de las mesas, sino que se escabulleron por una entrada que no había notado sino hasta ahora. ¿Sería posible que las parejas tuvieran un escondite secreto donde ir para poder hacer sus cosas? No es que me pareciera mal, pero las camas de las casas, incluso hoteles, parecían más cómodas. De todos modos, ¿quién era yo para juzgar a los jóvenes que apenas empezaban a explorar?

     

    Durante los próximos quince minutos me estuve paseando por el lugar sin alejarme demasiado. Aun no me sentía lista para marchar e ir hacia mi mesa, por lo que me venía bien quemar un poco de tiempo hasta que alguien viniera. Y sucedió. Esta vez si se acercaban a donde yo me encontraba y como los reconocí de inmediato decidí que lo mejor sería marcharme. Me hubiese gustado quedarme y saludar, pero en estos eventos de pareja me resultaba difícil saber quiénes iban en plan amoroso o de amistad. Me puse en pie, pretendiendo que nada había pasado y con las mismas me marché.

  9. Me alegró ver a Anthony llegar y acercarse a nosotros y ya con él creía que estábamos completos en la mesa. Me parecía una tremenda casualidad que cada que me asignaban a una mesa siempre terminaba siendo la más concurrida y lo mejor eran las personas con las cuales me tocaba hacer grupo. Agradecí que Perenela se hubiese mostrado tan comprensiva ante el hecho de no haber podido asistir a su boda, pero le aseguré que Sean se había portado muy bien durante la despedida, sobre todo porque una de sus primas era la que organizaba.
    -- Estoy segura de que igual fue un día bastante especial para los dos. Jamás había visto a Sean tan emocionado --agregué.
    En lo que lanzaba mis comentarios a Sagitas no me fijé que Xell se encontraba espiando muy de cerca y me sentí apenada por haberla metido en algún problemas, además de que la muchacha no dejaba de hacer escándalo por ello.
    -- Oh, lo siento mucho, no pretendía meterte en problemas --le dije a Sagitas --Yo solo intentaba bromear un poco --¿Eso lo arreglaría? Probablemente no. De todos modos agradecí que Anthony se hubiese aparecido otra vez, esta vez cargando una rosa que me entregó.
    -- Vaya, no sé qué decir --dije con sinceridad, sorprendida y conmovida por el detalle --Es preciosa, Anthony, muchas gracias. ¡Me la pondré ya mismo! --exclamé, ligeramente sonrojada por el cumplido hecho por el muchacho --En serio, eres una persona muy especial y mereces lo mejor de este mundo --le susurré.

     

    @@Anthony Ryvak Dracony

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    Reto conseguido: 5

     

    Demostración del cumplimiento del reto (links o capturas):

     

    http://www.harrylatino.org/topic/113861-desquitate-amorosamente-con-el-teclado/?p=5316799

  11. --¿Tu yerno? --Mi cara en esos momentos de seguro que era un poema. No sabía que Sean estuviera relacionado con Sagitas y seguro que ella pensaba lo mismo de mí. Después de su abrazo tomé aire antes de decir algo --Oh, bueno, Sean y yo nos conocimos en la gala de Halloween donde tuvimos la oportunidad de coincidir en la misma mesa. Nada romántico --me apresuré a decir, no quería ya conseguirme una enemiga de gratis además de que siempre terminaba involucrada en líos así aunque yo no estuviera ni pendiente --Pero si fue a su despedida, solo que cuando fue la boda tuve que irme del país y no volví sino hasta ahora --Aunque conociera a Sean cuando fue Xena ya sabía yo que era muy coqueto. ¿Cambiaría eso ahora que era un hombre casado? Estaba por verse.

     

    -- Pensé verte con alguien más --dije acercándome un poco más a la bruja --Me dijeron que te vieron muy cariñosa con alguien la última vez... --susurré para que solo ella me pudiera escuchar. Los chismes corrían muy rápido y más cuando asistías a una gala. Sabía que la bruja estaba casada con Jack, el fantasma, yo misma lo había registrado, pero entendía que podrían haber otras necesidades que un fantasma no podía cumplir y no la estaba juzgando, pero si los rumores habían sido ciertos entonces Sagitas había estado coqueteando con alguien a quién yo conocía muy bien.

     

    -- Oh, mira, ¡bebidas! --

     

    Se me olvidó decir que tanto las bebidas como los chocolates de la mesa contenían cierta poción que hacía que quién la bebiera cometiera actos locos, que se salían por completo de su control.

     

    -- ¿Brindis?

  12. @@Anthony Ryvak Dracony

    Estaba entusiasmada con todo, ya no me sentía desconfiada aunque eso no significaba que hubiese bajado la guardia. En eso el viento sopló fuerte y con él un susurro que estaba casi segura había sonado a un nombre <<Despard>>. Miré a Anthony para saber si él también había escuchado lo mismo, así que lo repetí. -- ¿Despard? ¿Ha dicho Despard? --No sabía qué significaba, ahora hasta dudaba de que se tratara de un hombre ya que podía ser cualquier cosa, un hechizo, parte de la magia de la magia del lugar o quizás se tratara del guardían de las maravillas. Lo cierto es que Despard no me decía nada y ante eso tampoco podía hacer nada. Negué con la cabeza para tratar de olvidarme de eso de momento y seguir con lo mío.

    -- Bueno, no sé bien realmente qué o quién nos ha traído hasta aquí y lo más importante, ¿con qué propósito? Esto me recuerda mucho a la otra vez cuando volvieron quiénes pensábamos que estaban muertos --comenté refiriéndome al evento de Halloween donde Lord Voldemort, Dumbledore y otros más al parecer habían regresado a la vida alterando el orden --Pero entonces pienso en los Arcanos, en lo que pasó con la Reina del Hielo. ¿Y si esta es su forma de intervenir en los asuntos que azotan Londres? Aunque ella haya mencionado que no se iba a meter no me lo termino de creer --me quedé callada un momento, como reflexionando --Y hasta ese momento no sabíamos de su existencia, de la magia de los gigantes de hielo. ¿Cuantos otros misterios ignoramos que se encuentran junto frente a nuestras narices? --era un mundo de posibilidades.

    -- Tenemos que explorar, no nos queda de otra si queremos averiguar qué es lo que está pasando y bueno, en el camino podemos hablar --Sentía que había estado acaparando gran parte de la conversación y no quería que se sintiera así --¿Te has sentido bien desde aquella vez con la reina? No sé, en mi caso me siento diferente, es como si su magia aun viviera dentro de mí, de todos modos aprendí mucho de ellos --Los gigantes resultaron ser seres con magia, muy diferentes a los que todos conocíamos y es que sus ancestros fueron más importantes que con el tiempo tuvieron que ocultarse. Lo que me hacía sentir particularmente diferente sin embargo era el frío que no dejaba de sentir en mi interior y no es que me molestara, pero era extraño. De nuevo el viento sopló y recordé a Despard, aunque estaba segura que esta vez había sido producto de mi imaginación y no porque la hubiese escuchado de verdad. Preferí guardar silencio y no decir nada en esta ocasión.

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  13. Ahora sí que había llegado a una de las mesas más concurridas y llena de amor que hubiese podido imaginar, el solo ver a Seba y Darla allí ya me daba una idea de lo que estaba ocurriendo y reconsideré si acercarme o no, más que todo porque no quería interrumpir su hermosa velada ni arruinarles el momento. No estaba segura, pero no creía que el universo hubiese sido tan cruel como para ponerme en una mesa donde claramente brotaba el amor. Los observé pero de lejos y me pregunté si sería prudente o no también darles un poco de los chocolates encantados que te hacían hacer cosas extrañas y vergonzosas. Bueno, capaz eso los hacía más cercanos o quién sabe, también es bueno conocer esa parte en tu pareja que quizás no se atreve a mostrar por pena.

     

    Llamé a uno de los meseros y le entregué los chocolates, también colocando en las bebidas un poco de esa sustancia que cambiaba el sabor de las cosas y producía el mismo efecto que los dulces. Quería portarme bien pero no lo podía evitar. En algún tiempo yo también fui así, tonta por amor y aunque no me arrepentía dudaba que pudiera volver a sentirme así otra vez. Suspiré. San Valentín me provocaba nostalgia hasta cierto punto, luego pasaba a ser solo una festividad más. Seguí caminando rodeando la mesa ya adivinando cual sería la mía, pero al ver que también habían personas decidí esperar el momento preciso para hacer mi entrada, además de que Anthony aun no había llegado.

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  14. La siguiente mesa, por los nombres, no estaba segura de si ir o no, pero de todas maneras tenía una tarea que completar y había decidido primero visitar aquellas que veía vacías. Igual para divertirme decidí dejar un regalo en cada mesa, uno que incluía varios chocolates que los invitados podían empezar a degustar en cualquier momento, lo único es que cada uno de ellos causaba un efecto secundario que iba de obligarlos a hacer ruidos de animales, a actuar extraño, subirse en la mesa, hacerlos creer que eran otras personas, etc, los efectos variaban y tan solo duraban unos pocos segundos, por lo que no haría un daño considerable aunque capaz que si los avergonzaba frente a sus parejas.

     

    No, no es que tuviera un espíritu anti-san valentín o tal vez sí? Me gustaba pensar que no aunque mis acciones claramente reflejaban lo contrario, pero es que no todo era amor y no por ser una fecha que lo conmemoraba las cosas debían salir perfectas. ¿Cuantas de esas parejas terminarían hacia el final de la gala? Probablemente ninguna, los problemas venían después y todo porque una mujer despechada y con el corazón roto lanzó una maldición a las galas que hacían romper a las parejas si ganaban algunos de los premios. Esa mujer estaba loca y casi nunca tenía razón, que las rupturas pasaran era solo mera coincidencia.

     

    Lo bueno de los chocolates es que se veían muy bien, apetecibles aunque no fueras una persona muy dulcera y tan solo para evitar que alguien se salvara, le puse lo mismo a las bebidas.

  15. Siempre había pensado que las mesas las organizaban dependiendo del tipo de persona que eras. Las clases siempre habían existido en Londres y no dejarían de existir aunque se tratara de una simple fiesta, pero eso nunca me había molestado, solo que me resultaba curioso. Después de haber arreglado el pequeño altercado con mi tacón me dirigí hacia otra de las mesas, una que tenía casualmente el nombre de la Reina de Corazones. ¿Nos encontrariamos al primer ministro allí? Nadie había visto su cara desde hacia mucho y dudaba que dejara de hacer lo que sea que estuviera haciendo por asistir a una simple fiesta; el ministro anterior nunca lo hizo y este no sería la excepción.

     

    Fui directamente por la lista de personas que tenían derecho a sentarse allí y sonreí al ver tantos nombres conocidos, entre esos el de mi querida hermana quién seguía empeñada en cometer el mismo error con aquel hombre. Agradecí que no me hubiese tocado con ellos, no habría podido soportar la presencia del vampiro sin intentar matarlo. Volvía dejar la lista donde la encontré y reflexioné en otro nombre, una sonrisa malvada se dibujó en mi rostro y decidí dejarle un regalito de mi parte para cuando llegaran, aunque todavía no estaba segura sobre si dejar polvos pica pica u otra cosa.

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  16. Encontrar una mesa siempre era una tarea que me daba dolor de cabeza, más porque todas las ubicaban cerca una de la otra y para mí era difícil saber en cual iba sin tener que acercarme y eso la mayor parte del tiempo me obligaba a tener que socializar con los demás. Pero esta vez tenía una estrategia trazada, iría únicamente a las mesas que estaban desocupadas y después me acercaría a las demás, así me evitaba tantas charlas innecesarias e incómodas con personas que no conocía pero por las que me tocaba fingir cierto interés. Tomé aire, me acomodé el vestido y me dirigí a la primera de ellas: La mesa del Conejo Blanco. Una vez allí miré la lista y vi que mi nombre no estaba allí. Sentí alivio.

     

    Pero entonces mis tacones presentaron una falla y uno de ellos se rompió, por lo que tuve que sentarme en una de las sillas para con mi varita acomodarlo. Nunca usaba tacones y esos los tenía quién sabe hacia cuantos años. ¿O eran de Beltis? Solo recordaba haberlos encontrado junto con otros objetos que no sabía por qué no votábamos. Me tomé mi tiempo para arreglar el daño y de paso aproveché para lanzar miradas hacia la mesa que tenía a mi lado, que por suerte también estaba vacía, pero primero debía esperar a que el pegante hiciera efecto aunque ya tenía mi plan B para cuando pasaran al menos unas 3 horas y no tuviera que seguir con le vestido.

  17. Si alguien me hubiese dicho que los próximos meses me la pasaría de gala en gala no le hubiese creído. Es más, ahora que me veía en esas y con ese vestido puesto no me reconocía a mi misma y es que ¿quién lo hubiese pensado? No es que me viera mal, es solo que casi no reconocía al reflejo que me devolvía la mirada. Pero bueno, de no ser porque sabría que iba a estar bien acompañada y que lo más probable es que terminaramos hablando de nuestros planes no habría ido. Lo menos que podía hacer era lucir bien y un vestido negro era la adición perfecta para la ocasión, nada muy cursi pero tampoco muy revelador. Sonreía ya resignada al espejo y terminé de hacerle los últimos retoques a mi cabello antes de partir.

     

    El elfo doméstico de la Munter no me había dejado de mirar, él, sin querer, había sido testigo de todos los cambios por los cuales estaba pasando y sabía que tenía prohibido hablar de ello. Primero estaba yo trayendo vestimenta de hombre al ático y ahora esto, aunque claro, mi amigo aun no sabía de mis otras andanzas y no creía prudente hablar de ello, no por ahora, no cuando ni mi propia familia lo sabía todavía.

     

    Al llegar a la gala me sorprendí mucho por la temática que eligieron aunque estaba gratamente sorprendida, todo lo que tuviera que ver con Alicia era de mi completo agrado. Divisé la mesa asignada y me acerqué, ya habían un par de personas presentes y cual fue mi sorpresa al ver a Sean allí, por lo que de inmediato busqué con la mirada a Alexander.

     

    -- ¡Sean! ¿Cómo te trata la vida de casado? --

     

    Aproveché también para saludar a su esposa, a Sagitas y Xell, también a otro chico que definitivamente no reconocía.

     

    -- Vaya, creo que somos la mesa más concurrida. @@Anthony Ryvak Dracony

  18. En otras circunstancias una infantil Tauro habría llorado como una bebé por lo que estaba sucediendo, aunque ya no lo fuera a veces no podía dejar de sentir miedo. No estaba muy segura de hacia donde dirigirme y hasta el momento no había visto a nadie, pero estaba segura de que yo no había sigo la única afectada e hice lo más inteligente que se me pudo ocurrir y eso fue explorar los alrededores. Miré con desconfianza hacia todos lados, aun esperando que me sorprendieran con un ataque sorpresa pero nada de eso ocurrió. Me relajé, o al menos lo intenté y emprendí la búsqueda del misterio que se escondía en ese país de las maravillas. ¿A donde me llevaría? Lo cierto es que no tenía ni la más mínima idea y yo odiaba sentirme de esa manera, sin tener control de las cosas que sucedían a mi alrededor.

     

    El camino era de todo menos tranquilo. Varias criaturas que no había visto jamás llamaron mi atención y eso me hizo olvidar de todas mis preocupaciones porque ahora solo tenía ojos para ellas. Me agaché para acariciar una babosa con patas, sí, ¡con patas! que me hizo pensar que se trataba de una bebé, pero no era así, no sé como explicarlo pero algo me decía que era una babosa hembra y adulta. La seguí por un buen rato hasta que me condujo hacia su hogar, donde habían miles como ellas. Por desgracia no hablaba su idioma, ni siquiera el libro del grimorio hablaba de criaturas de ese tipo o por lo menos yo no había llegado a la página que cubría ese tema. Decidí que el lugar no era tan malo después de todo y que aunque no entendiera nada de lo que pasaba al menos iba a hacer que valiera la pena. En eso, por sorprendente que pareciera, recibí una nota.

     

    -- ¿Y esto? --me pregunté. Abrí la carta y aunque no reconocí de inmediato la escritura al final vi que se trataba de Anthony. Mi cara se iluminó de emoción, de todas las personas con las que hubiese deseado cruzarme él era de mis favoritas, además de que teníamos tanto en común y podríamos pasar horas y horas hablando de cualquier tema. Esa carta al mismo tiempo comprobó que yo no era la única en ese país y que al igual que Anthony habrían más que en contra de su voluntad habían sido traídos.

     

    Me despido de las babosas sin estar segura de que puedan escucharme, en especial de la bebé y me llevo una muestra de su baba que entregaron voluntariamente. ¡Quizás invente alguna nueva poción! Pero claro, guardaré el secreto para no atraer a los que solo piensan en la destrucción de la naturaleza para su propio beneficio. Me apresuro al encuentro con el peli-verde rogando de que no se hubiese movido de lugar, ya que utilizo una magia que me permite rastrear el camino de la carta antes de que esta llegara a mí.

     

    --¡Anthony! --exclamo con emoción al verlo --No me vas a creer, conocí a una babosa bebé con patas. ¡Sí! ¡Con patas! Aunque bueno, al principio confundí la bebé con una adulta pero bueno, ese no es el caso. Estoy segura de que hay más increíbles criaturas en este lugar. @@Anthony Ryvak Dracony ¿Tú has visto algo extraño?

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