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Luz del Carmen Gryffindor

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Mensajes publicados por Luz del Carmen Gryffindor

  1. (Hospital mágico - 29 de septiembre. Pasillos del ala de pediatría).

    (Danna - Enfermera. Con Bodrik y algunas compañeras).

    Tras tener una charla productiva con Luz en su oficina, salí a reunir a las enfermeras para llevar a cabo una reunión. En ese preciso instante, escuché que algunas chicas discutían en los pasillos. -¿Qué carambas está ocurriendo aquí? -Pregunté.

    -¡Pasa que Hiryna me ha robado un tintero y varias plumas! El día anterior todo estaba en su sitio, no sé cómo es que esta señorita los encontró y se los llevó -Explicó Carolina, intentando contener el llanto.

    -Ten calma, Caro -Dijeron Myranda, Frida, Milena y Ángela al unísono.

    -¡Esa niñita está loca! -Gritó Hiryna.

    -¿Quieres hacer el favor de bajar la voz o mejor aún, guardar silencio? Estamos en un hospital, no en un circo. No seamos irrespetuosas -Sentencié con firmeza.

    De pronto, la sanadora Bodrik hizo acto de presencia, preguntó qué ocurría e hizo una reprimenda. -Buenos días, señorita Bodrik -Dijeron casi todas las muchachas al mismo tiempo.

    -Buenos días, sanadora. Pedimos perdón por este incidente -Comenté con seriedad.

    -Justo Danna pedía guardar más respeto por la institución, sanadora. Ella apenas acaba de llegar -Añadió Milena.

    -Si me permiten, sugiero que busquemos un lugar donde podamos hablar sin molestar a los pacientes -Propuso Frida.

    -Es lo más sensato que he oído hasta ahora -Expresó Hiryna con desdén.

    -Lo más sensato sería que mostraras buenos modales -Susurró Ángela.

    -Quedamos a su disposición, señorita Lockhart -Manifestó Myranda y todas (A excepción de la indisciplinada de Hiryna) asentimos con la cabeza.

    Mientras nos dirigíamos a un sector más apartado, llevé la mano derecha discretamente a la joya que traía colgada al cuello. -"Luz, me parece que tendremos una reunión inesperada. Hiryna ha vuelto a hacer de las suyas, la sanadora Bodrik escuchó la discusión que se armó y ya te imaginarás cómo reaccionó" -Pensé y respiré profundamente.

    -"Otra vez Hiryna, provocando problemas al personal... Ya me tiene harta. Voy inmediatamente a donde me indiques" -Anunció la voz de la Gryffindor en mi cabeza.

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  2. (Hospital mágico - 29 de septiembre. Pasillos del ala de pediatría).

    (Frida - Enfermera).

    Me encontraba ayudando a Ángela a verificar que las cosas marcharan bien en el área, cuando Myranda y Milena aparecieron. -¡Hola chicas! ¿Cómo va su día? -Preguntó Myranda.

    -¡Hola! Pues hasta ahora, nos va bien. ¿Y a ustedes? -Saludó Ángela.

    -En cuanto a nosotras, todo va saliendo sin contratiempos... pero la pobre de Caro no puede decir lo mismo -Comentó Milena con pesar.

    -¿Qué le ocurre ahora? -Quise saber.

    -Según nos dijo, cuando llegó a su puesto de trabajo, se dio cuenta de que su tintero y varias plumas no están en su sitio. También aseguró que ayer había guardado todo, como siempre -Explicó Myranda.

    -No otra vez... Con esta ya van seis ocasiones en el mes que se le pierde algo -Opiné con extrañeza.

    -Si mal no recuerdo, en todas ellas, la culpable ha sido Hiryna -Añadió Milena.

    -Miren, hablando de la reina de Roma... -Notifiqué al ver que una chica se acercaba corriendo a donde estábamos.

    -¡Hola! ¿Qué tanto hablan? -Preguntó Hiryna con fingida curiosidad.

    -¡Vaya! Milagro que no nos insultas -Dijo Ángela entre risas.

    -¿Acaso una no puede amanecer de buenas? -Replicó Hiryna, temblando ligeramente.

    -Solamente fue una observación, siempre te pones a la defensiva -Respondió Myranda con toda la tranquilidad del mundo.

    En ese instante, una enfadada Carolina llegó corriendo y miró a su alrededor. -¡Por fin te encuentro, traviesita! -Siseó.

    -¿A quién te refieres, niñita? -Quiso saber Hiryna.

    -Obviamente a ti. ¿Acaso hay otra traviesita por aquí? ¡Ahora mismo me vas a devolver todo el material que me robaste! -Exigió Carolina, intentando contener su furia.

    -¿Estás loca? ¡Yo no te robé nada! -Contestó Hiryna, dedicándole una peligrosa mirada a Caro.

    -Aquí la única loca eres tú -Puntualizó Milena.

    -¡No es verdad! -Volvió a replicar la pesada de Hiryna.

    -Y si a eso le sumamos que eres una mentirosa de primera... -Manifesté entre risas.

    -No te atrevas a burlarte de mi porque soy capaz de... -Comenzó a decir Hiryna, pero Ángela la miró y puso una mano en sus labios, indicando que debía guardar silencio.

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  3. (Hospital mágico - 28 de septiembre. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen).

    El mes transcurría sin mayor novedad, aunque Danna ya había retomado sus actividades en el hospital mágico, lo cual me alegraba sobremanera. -¿Cómo te sientes tras una semana de estar trabajando nuevamente? -Pregunté, tras terminar un borrador para un informe.

    -No niego que necesitaba un descanso, pero amo mi trabajo. Espero eso conteste a tu interrogante -Respondió la enfermera con emoción.

    -Te comprendo perfecto -Comenté con tranquilidad y tomé la mano de mi interlocutora. -¿Cómo vas con ese archivero? -Agregué.

    -Casi termino con eso. Solo me queda revisar los últimos documentos que están en el cajón de mi escritorio y ponerlos donde corresponde -Informó Dannita. -¿Y tú cuándo terminarás ese informe tan largo? -Quiso saber.

    -Ya tengo el borrador hecho, nada más me falta confirmar unos datos para hacer la versión final -Expliqué.

    -¿Te parece si lo revisamos juntas? Tengo un registro que podría servir -Propuso mi compañera.

    -Creo que Es una excelente idea -Opiné.

    -Pues bien, manos a la obra -Anunció mi amiga y nos pusimos en acción.

    Horas más tarde, el informe estaba listo y los documentos que faltaban por archivar, se encontraban en su sitio. -Ya era hora de que tuviéramos oportunidad de descansar... No siempre es bueno trabajar en fin de semana -Expresé, al tiempo que me estiraba.

    -Lo bueno es que nos quedan unas horas para disfrutar, nena -Añadió Dannita alegremente.

    En ese preciso momento, mi colgante vibró levemente. -"Las lluvias en México todavía no paran" -Informó Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza.

    -"Ya perdí la cuenta de cuántos huracanes se han tenido qué soportar ahí" -Pensé con tristeza.

    -"La naturaleza está dolida por los maltratos que recibe. Si fuéramos más concientes de la importancia de cuidarla, no ocurriera todo esto" -Dijo la voz de Danna en mi mente.

    -"Eh ahí la cuestión" -Declaró Yanel con seriedad.

    -Hablando de México, no dejo de pensar en mi papá Arturo. ¿Cómo estará? -Susurré, masajeando mis sienes y respirando profundamente.

    -Seguramente está bien, no te preocupes -Murmuró la enfermera con voz tranquilizadora, se levantó de su asiento, se acercó a mi y puso una mano sobre mi hombro derecho.

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  4. (Hospital mágico - 15 de septiembre. Ala de pediatría. Otro extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Margaret - Saliendo del escondite con sus hermanas).

    Mientras admirábamos aquel encuentro mental tan espectacular, tuvimos un sin fin de sensaciones extrañas, pero hermosas. Lo que más me encantaba de tener esta conexión con mamá Luz, mis hermanas y demás personas, era que podía sentir sus emociones y ayudarles de mejor manera. -"No puedo creer que esté pasando esto" -Expresó la voz de Marianna en mi cabeza.

    -"Pues está sucediendo, hermosa" -Pensé y sonreí, al tiempo que acariciaba su cabello de forma discreta.

    -"Lo que jamás perdonaría en esta vida es que alguien se atreva a lastimar a mi familia por cualquier motivo" -Sentenció la voz de mamá Luz.

    -"Estamos en la misma sintonía" -Comentó la voz de tía Danna, mientras la enfermera volteaba a todos lados, como buscando algo.

    -"¿Qué sucede, Dannita?" -Preguntó la voz de mamá Luz con curiosidad.

    De pronto, vislumbré un peluche cerca de donde nos encontrábamos. Cuando quise mostrarlo a mis hermanas, Luna lo miró fijamente, pero mi gemela y la pequeña Luz soltaron un grito de pánico. -"Tranquilas, no les va a hacer nada" -Aseguró la vocecita de Luna en mi mente.

    -"Esa cosa es demasiado grande" -Replicó la voz de mi hermana Luz.

    En ese preciso instante, La enfermera fijó su mirada en nuestro escondite. -"A ver, señoritas. Hagan el favor de salir inmediatamente de ahí" -Indicó la voz enérgica de tía Danna, mientras ella ponía los ojos en blanco. No nos quedó más remedio que obedecer.

    -¡Vaya! Con que escuchando conversaciones ajenas, ¿Verdad? Ahora entiendo por qué mamá Laura las regañaba hace un rato -Murmuró mamá Luz con fingida molestia.

    -Por si fuera poco, se escondieron detrás de un mueble para que no las descubriéramos -Agregó la enfermera con seriedad.

    -No pudimos evitar oír lo que decían y nos escondimos para no interrumpir -Explicó Mariannita con la voz quebrada.

    -Sentimos habernos metido donde no nos llamaban, pero nos preocupó lo que contó tía Danna -Añadí apesadumbrada.

    -No queremos que les pase nada malo -Dijeron Luz y Luna al unísono.

    -No se vale... ¡Me están haciendo llorar! -Susurró mamá Luz con emoción.

    -Aw... ¡Ternurita! En fin, solo queda protegernos y planear una buena estrategia -Opinó tía Danna con una sonrisa.

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  5. (Hospital mágico - 15 de septiembre. Ala de pediatría. Otro extremo de la oficina de Luz del Carmen. Atendiendo a Danna y recibiendo una extraña sorpresa).

    Tras conocer la razón por la que Danna tenía ese malestar, ejecuté un canto que me ayudaría a revisarla y darle algo de tranquilidad. Al terminar, tuve la sensación de que alguien estaba cerca de nosotras. No obstante, preferí quedarme callada para no preocupar a la enfermera. En ese preciso instante, escuché las voces de mamá Laura y dos de mis hijas dentro de mi cabeza, al tiempo que mi colgante volvía a vibrar. -"¿Serían tan amables de parar esta discusión, por favor? Estoy aturdida..." -Pensé, quité la mano del pecho de mi compañera y me acerqué más a ella.

    -"Perdóname Luz, pero estas niñas no comprenden que..." -Dijo la voz de mamá Laura.

    -"Calma, que no cunda el pánico..." -Interrumpió la voz de Dannita en un susurro, mientras mi amiga me invitaba a apoyar la cabeza en su pecho para después, revolverme el cabello.

    -"Perdón, mami" -Expresaron las voces de Marianna y Margaret en lo más profundo de mi mente.

    -"Ya hablaremos de esto, señoritas..." -Murmuré mentalmente, respiré hondo, sonreí y cerré los ojos.

    -"Lo mismo digo, pequeñas traviesas..." -Añadió la voz de mamá Laura, al tiempo que alguien depositaba un beso en mi mejilla derecha.

    -"Detecto que alguien se está quedando dormida en horas de trabajo..." -Sentenció una voz que no esperaba volver a escuchar. Estuve a punto de saltar por la impresión, pero Danna me sujetó con fuerza.

    -"Luna... ¿Eres tú?" -Pensé y dejé escapar algunas lágrimas de mis ojos.

    -"Puede ser, tal vez... Descúbrelo por ti misma" -Respondió la voz de mi melliza. En ese momento, sentí una palmada en mi hombro que me puso la carne de gallina.

    -"¿Te gustó este pequeño regalo, nena?" -Preguntó la voz de mamá Laura con una dulzura que recorrió todos mis sentidos.

    -"Veo el asombro en tu cara. ¿No te lo esperabas, verdad?" -Agregó la voz de Luna con curiosidad.

    -"La última vez que me hablaste fue hace relativamente poco, pero me da mucho gusto volver a oírte" -Comenté mentalmente.

    -"Y a mi me da mucho gusto saludarte de vez en cuando" -Declaró la voz de aquella chica con alegría.

    Dannita acarició mi frente con suavidad y me acunó contra su pecho. Mientras esto sucedía, noté que su respiración se había normalizado. -"Vaya tardecita estamos pasando..." -Opinó la voz de la enfermera.

    -"¡Por las barbas de Merlín!" -Exclamaron en un susurro las voces de las pequeñas Luz y Luna. Definitivamente, aquella conexión que había entre nosotras, era de mucha utilidad en instantes como este.

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  6. (Hospital mágico - 15 de septiembre. Ala de pediatría. Otro extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Marianna - Con sus hermanas).

    Mientras tía Danna tomaba una siesta en el sillón-cama, mis hermanas y yo nos dirigimos a la cocina, pues no queríamos molestar a la enfermera. En ese preciso instante, mi colgante emitió una vibración extraña y sentí una leve molestia en los ojos. -Auch -Dije en un susurro y respiré profundamente.

    -Auch -Murmuró Margaret poco después que yo.

    -¡Auch! -Exclamaron las pequeñas Luz y Luna al unísono.

    -¿Qué carambas les pasa? -Pregunté alarmada, al tiempo que cerraba los ojos.

    -Esta opresión en el pecho me tiene incómoda. ¿A ti qué te sucede? -Manifestó Margaret con seriedad.

    -Me arden los ojos -Contesté con pesar.

    -A mi también me molestan -Añadió Luz con la voz quebrada.

    -A mi me pasa lo que a Maggie -Comentó Luna, respirando con algo de dificultad.

    -¡Por Merlín! -Expresamos mi gemela y yo al mismo tiempo, tomamos a las nenas en brazos y ejecutamos un canto de protección.

    Unos minutos después, oímos las voces de mamá Luz y tía Danna en nuestras mentes, cuestión que nos preocupó aún más. -Debemos mantenernos alerta. ¡Síganme! -Indicó Maggie en voz muy baja.

    -Creo que tía Danna acaba de despertar -Agregué con un hilo de voz. De pronto, se abrió una puerta y mamá Luz comenzó a hablar, mientras las chicas y yo nos escondíamos cerca de un mueble, intentando no hacer ruido. Al escuchar el sueño que tuvo la enfermera, nos tomamos de las manos y contuvimos brevemente la respiración, con el fin de reprimir un grito colectivo.

    -"Será mejor que vuelvan a la cocina, señoritas" -Dijo una dulce voz de mujer dentro de mi cabeza.

    -"¿Por qué, abue Laura?" -Pensé.

    -"No es conveniente que se metan en esto aún, es muy peligroso" -Explicó aquella voz.

    -"Pero abue Laura, si se trata de las vidas de las personas que amamos, ¡No podemos quedarnos cruzadas de brazos!" -Opinó la voz airada de mi gemela en mi mente.

    -"Margaret, recuerda que Marianna y tú tienen nueve años, ¡Mientras que sus hermanitas tienen apenas uno! Estaría loca si las dejara ser parte de este asunto. Además, su madre nunca me lo perdonaría" -Respondió la voz enérgica de la abuela Laura. Sinceramente, esperaba que mi mamá y mi tía no se percataran de esta discusión interna. Aún así, dudaba de ello, ya que estaban en alerta permanente a todo lo que les rodeaba.

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  7. (Hospital mágico - 15 de septiembre. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen).

    Hacía exactamente un mes que Danna nos había contado una historia que le provocó aquel malestar del cual todavía se estaba recuperando. Afortunadamente, su hija Dannya llegó el día de mi cumpleaños y estuvo con ella hasta el 1 de septiembre, fecha señalada para su regreso a Hogwarts. Tras recordar aquella fiesta que tuvimos el 20 de agosto, dejé escapar una amplia sonrisa. -"Dannita nunca para aunque esté enferma. Es increíble" -Pensé y cerré los ojos, al tiempo que dejaba escapar un suspiro.

    Pero mis hijas y yo no fuimos las únicas festejadas ese día. Danna y Dannya también cumplieron años y las demás chicas fueron nuestras cómplices en la organización de una fiesta sorpresa que por cierto, resultó bastante divertida. -"Definitivamente, fue un cumpleaños muy especial" -Opinó Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza.

    Sin embargo, no podía dejar de preocuparme por la persona que consideraba mi tercera madre. Como temía que tuviera otra recaída, decidí darle unos días de descanso hasta que se recuperara por completo. Mientras ella estaba con mis niñas en el otro extremo de mi despacho, Milena se encargaba de ayudarme. -Por fin, terminé este pesado informe, sanadora Gryffindor -Anunció la enfermera y me entregó un pergamino que examiné con ayuda de mi colgante.

    -Y vaya que fue pesado, pero muy completo. Mil gracias por esto, Milena. Si quieres, puedes ir a comer -Dije con serenidad.

    -Gracias, sanadora. ¿Gusta que le traiga algo de la cafetería? -Preguntó la joven.

    -En este momento no tengo hambre. Agradezco tu preocupación -Respondí y me levanté para darle un abrazo a mi interlocutora.

    Diez minutos más tarde, estaba sola con mis pensamientos. En ese momento, escuché una voz conocida en mi cabeza y mi colgante emitió una fuerte vibración. -"Voy enseguida" -Murmuré mentalmente y abrí una puerta.

    (Otro extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    Nada más entrar, cerré la puerta y me dirigí al sillón-cama donde estaba mi compañera. -¿Estás bien, Dannita? -Quise saber.

    -No sé, Luz. De pronto sentí una opresión aquí -Contestó, tomó mi mano derecha con suavidad y la puso en su pecho.

    Tras acercar mi colgante a ella y medirle el pulso, respiré profundamente. -¿Acaso presentiste algo? -Pregunté, intentando ocultar la preocupación que tenía.

    -Me quedé dormida unos minutos y soñé con Laura, quien me pidió que te dijera que tuvieras cuidado, ya que unas fuerzas oscuras intentarían atacarte de nuevo. Entonces, desperté y sentí esta opresión que no me deja respirar bien -Explicó la mujer en un susurro y apretó mi mano derecha con fuerza.

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  8. (Hospital mágico - 20 de agosto. Pasillos del ala de pediatría).

    (Milena - Enfermera).

    A pesar de las vacaciones forzadas por el malestar que había sufrido días antes, Danna nos enviaba pergaminos con las instrucciones necesarias para la organización de aquella fiesta sorpresa, con motivo del cumpleaños de la sanadora Gryffindor y sus hijas. La enfermera nunca paraba de realizar proyectos, por más que la señorita Luz le indicaba que descansara. Lo que ella no esperaba es que su hija llegara justo el día de la celebración. Mientras Jade, Acane y yo hacíamos la ronda, escuchamos unas voces conocidas a lo lejos e intercambiamos miradas de curiosidad. Sin embargo, tuvimos qué dejar el tema para otro momento porque tres enfermeras más se acercaron a nosotras, con una mezcla de llanto y enfado en sus rostros, cuestión que nos hizo temer lo peor.

    -¿Qué pasa, chicas? -Pregunté contrariada.

    -¡La loca de Hiryna sigue molestando a Frida! -Exclamó Myranda con un peligroso brillo en sus ojos.

    -¡Es increíble que esta niña todavía piense que puede manejar a la gente como se le dé su reverenda gana! -Expresó Jade, furiosa.

    -Necesito ayuda para ponerme unas gotas en los ojos, por favor -Pidió Hana, una joven que llevaba poco tiempo trabajando con nosotras.

    -Tranquila, ahora mismo te las aplico -Dijo Acane y caminó hacia ella.

    -Hara me va a matar cuando se entere de que esa loca intentó golpear a Hana y le robó las gafas... Me la encargó mucho y no la supe cuidar -Se lamentó Frida entre sollozos.

    -Ten calma, hermosa. Las encontraremos y todo saldrá bien -Aseguré y me acerqué a la chica para consolarla.

    -No te preocupes, hiciste lo que pudiste. Al fin de cuentas, solo me cayó un poco de polvo. Ya aparecerán las gafas -Comentó Hana, sonriendo levemente, cerrando los ojos con fuerza y sacando un frasco del bolsillo de su bata para entregárselo a Acane.

    -Después de esto, será mejor que te revise un sanador para comprobar que esa cosa no te haya afectado demasiado -Indicó Acane, ayudando a Hana a sentarse en una silla.

    -Si quieres, yo sostengo su cara para que puedas ponerle las gotas -Propuso Jade, al tiempo que Acane asentía con la cabeza.

    -¿Puedo ayudar en algo? -Agregó Frida, un poco más calmada y se acercó al par de muchachas que se disponían a atender a la joven. Unos minutos más tarde, Hana se encontraba perfectamente (Usando unas gafas de repuesto) y las seis compañeras continuamos haciendo la ronda de aquella mañana.

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  9. (Hospital mágico - 20 de agosto. Recepción).

    (Carolina - Enfermera recepcionista. Conversando con Dannya y Ángela, que llegó después).

    -Ella también está impaciente por verte... Ahora mismo informo que estás aquí -Contesté y acuné a Danny contra mi pecho para calmarla.

    -Pensaba venir hasta mañana, pero el presentimiento que tuve hace unos días me obligó a cambiar de opinión -Explicó la chica, un poco más tranquila.

    -Imagino por qué... Tu mamá no ha estado muy bien últimamente -Dije en un susurro.

    -Supongo que fue por eso... ¿Qué le ocurrió exactamente? -Preguntó Dannya en voz muy baja.

    -Según tengo entendido, estaba charlando con dos sanadoras y unas niñas, pero recordó algo que todavía le afecta -Comenté y dejé escapar un suspiro.

    -Ya sé por donde va la cuestión. Yo también estaba haciendo memoria de algunas cosas que todavía me afectan, cuando tuve ese presentimiento -Murmuró la joven y respiró profundamente, al tiempo que sus gafas se empañaban por las lágrimas que brotaban de sus ojos.

    -Ten calma, nena. Ya sabes que la sanadora Gryffindor la considera como su tercera madre y no piensa dejarla sola -Aseguré.

    -Desde que conozco a Luz, la quiero como a una hermana y aprecio que ame y cuide tanto a mamá. Eso me tranquiliza, pero... tengo miedo de que se ponga peor -Expresó mi interlocutora con la voz quebrada y me abrazó con más fuerza. En ese preciso instante, escuchamos unos pasos que se dirigían hacia donde nos encontrábamos.

    -¿Acaso es Danny la que está contigo, Caro? -Dijo la voz de Ángela detrás de mi.

    -Efectivamente, Angie -Respondí, volteando a ver a la recién llegada.

    -¡Hola Angie! -Saludó Danny, intentando serenarse.

    -¿Todo bien, chicas? ¿Puedo ayudar en algo? -Quiso saber Ángela.

    -Esta niña está preocupada por su mamá -Murmuré.

    -Necesito un abrazo... Quiero que mi madre me vea fuerte cuando la encuentre -Manifestó Dannya y rompió a llorar. Entonces, Ángela caminó hasta quedar detrás de la muchacha y las tres nos abrazamos.

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  10. (Hospital mágico - Mitad del mes de agosto. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. Con Alessandra y compañía).

    Mientras Alessandra servía el té, Luna me pidió bajar al suelo para caminar hacia Luz, que estaba a nuestro lado. Una vez hecho esto, mi colgante vibró levemente y los ojos me ardieron un poco. -"Por favor, que no ocurra nada malo" -Pensé y respiré hondo para calmarme.

    -"No temas, estará bien mientras la acompañes" -Aseguró Yanel en mi cabeza.

    -Gracias por el té, Ale -Dijo Danna con algo de cansancio y se acercó a donde me encontraba, seguramente para buscar una silla.

    -Imagino que a Danny le resultó difícil llevarte a tu casa sin ver absolutamente nada por la lluvia, ¿O me equivoco? -Quiso saber Mariannita.

    -Estás en lo correcto. Incluso, recuerdo que se desesperaba porque apenas podía indicarle verbalmente hacia dónde ir -Respondió la enfermera con amargura.

    -¿Tuviste miedo de quedarte sin fuerzas y dejar a Danny sola? -Preguntó Margaret.

    -Honestamente, mientras más pensaba en esa posibilidad, menos podía respirar -Contestó Dannita, dando un trago a su té y dejando escapar un largo suspiro.

    -Debió ser desgastante todo eso -Opiné con tristeza.

    -Y vaya que lo fue -Tras decir esto, mi amiga se quejó un poco, tomó una gran bocanada de aire que me hizo temer lo peor, se tapó la cara momentáneamente con el antebrazo (O eso creía yo) y sufrió un ataque de tos.

    -¡Tranquilízate, Danna! -Pedí alarmada y me acerqué a mi compañera para ayudarla a respirar con un breve canto, no sin antes, colocar la taza de té en el escritorio.

    -Chicas, será mejor que sirvamos más té -Comentó Marianna con la voz quebrada, al tiempo que Luz comenzaba a llorar y Luna la calmaba.

    -Tenía qué ponerse así, justo ahora -Agregó Maggie con seriedad.

    -Dannita... ¿Me escuchas? -Susurré a la enfermera, la abracé con fuerza y unas pocas lágrimas salieron de mis ojos.

    -No llores, nena. Ya me está pasando -Afirmó mi amiga con una mezcla de debilidad y ternura en la voz.

    -¿Segura? -Pregunté en voz baja.

    -Completamente -Anunció Danna, acunándome contra su pecho. Al percatarme de que su respiración mejoraba, sonreí.

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  11. (Hospital mágico - 20 de agosto. Recepción).

    (Una chica llamada Dannya - Buscando a la enfermera Danna).

    Por fin había terminado aquel viaje agotador y le daría una gran sorpresa a mi madre. Ella sabía que la visitaría en San Mungo, pero ignoraba la fecha, ya que le pedí a la sanadora Luz que no le dijera nada. Sin embargo, tuve un extraño presentimiento que me hizo adelantar un día mi llegada. Quería abrazarla, expresarle cuánto la extrañé durante los últimos meses... antes de que comenzaran las clases de nuevo en Hogwarts. Al entrar a San Mungo, limpié mis gafas, busqué los elevadores y me dirigí al hospital mágico, tal y como me lo había indicado Luz en un pergamino. En cuanto puse un pie ahí, recorrí algunos letreros con la poca vista que tengo (xD) hasta que encontré la recepción y eché a andar. De pronto, una voz conocida me sobresaltó. Tras voltear hacia donde escuché aquel sonido, me topé con la mirada de Carolina, la enfermera recepcionista. Sonreí abiertamente ante aquel acontecimiento.

    (Hospital mágico - 20 de agosto. Recepción).

    (Carolina - Enfermera Recepcionista).

    Cuando regresé del área de maternidad a mi puesto de trabajo, seguí archivando documentos y pensando en la fiesta sorpresa de la sanadora Gryffindor y sus hijas. De repente, unos pasos llamaron mi atención. Al levantar la cabeza, descubrí la figura de una chica alta, delgada, de tez morena clara y un hermoso cabello largo y negro que me recordaba a Danna. No obstante, aquella joven parecía tener entre 16 y 18 años de edad. -Danny... ¿Eres tú? -Pregunté, sorprendida.

    -Caro... ¡Soy yo! -Dijo la muchacha, volteando hacia mi, mirándome a través de unas curiosas gafas y dejando escapar una gran sonrisa.

    -Esos lentes se te ven sensacionales, chica -Comenté emocionada.

    -Muchas gracias, amiga. Por lo visto, no ha cambiado mucho el personal. El área quedó genial -Expresó Dannya, examinando el lugar.

    -Cuando supe que ibas a venir, me alegré muchísimo -Tras decir esto, me levanté de mi asiento y fui al otro lado del escritorio para darle un abrazo.

    -Seguramente no te lo esperabas, verdad? -Preguntó, abrazándome con fuerza.

    -La sanadora Luz no nos dio fecha alguna -Respondí, dándole un beso en la mejilla y revolviéndole un poco el cabello.

    -¿Estoy ansiosa por saludar a mi madre y conocer el hospital mágico -Expresó Danny, con lágrimas en los ojos.

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  12. (Hospital mágico - Mitad del mes de agosto. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. Con Alessandra y compañía).

    -Si, tía Danna. ¡Cuenta! -Agregó Mariannita a lo dicho por Ale.

    Antes de que la enfermera pudiera responder, la puerta que daba al otro extremo de mi despacho se volvió a abrir. -Disculpen la interrupción, pero Luz está muy inquieta -Informó Margaret.

    -No hay problema, nena. Pueden pasar -Indiqué y aquella puerta se cerró.

    -¿Qué tiene Luna, mami? -Interrogó una vocecita que poco a poco se escuchaba más cerca de donde nos encontrábamos. Fue entonces que recordé el día en que las pequeñas Luz y Luna dieron sus primeros pasos, justamente hacia mi.

    -Tranquila mi Luz. Todo está bien con ella -Aseguré.

    -Afortunadamente, tu mami pudo ayudarla a tiempo -Añadió Dannita, pensativa.

    -¿Nos hemos perdido de algo? -Preguntó Maggie con curiosidad.

    -Tenías qué recordármelo, niña -Dijo mi amiga con incomodidad y dejó escapar un suspiro. -Está bien, se los voy a contar... Pero les pido que no me interrumpan. ¿Estamos? -Sentenció algo enérgica.

    -De acuerdo -Dijimos todas al unísono.

    -Un día de verano recorría el callejón Diagon con mi hija, que en ese entonces tenía diez años. Habíamos pasado parte de la mañana en una cafetería, donde tenían el aire acondicionado bastante fresco. De pronto, tuvimos qué salir corriendo de ahí porque entraron a robar, pero el clima del exterior era demasiado caliente. Cuando logramos escondernos, comenzó a caer una lluvia muy fuerte y entonces... -Mi compañera se detuvo bruscamente y tomó aire con algo de esfuerzo. -Me puse mal por los cambios bruscos de temperatura, igual que le acaba de pasar a Luna. Todavía es hora que no entiendo completamente cómo hizo mi nena para salvarme la vida y ayudarme a llegar a casa. Temía que en algún momento se resfriara, pero no le ocurrió nada... Eso si, la pobre se asustó mucho por eso -Finalizó algo agitada.

    -Será mejor que tomes asiento, bebas una taza de té y te tranquilices, Dannita -Sugerí con la voz totalmente quebrada por lo que acababa de saber.

    -Lo haré, pero no te preocupes... estoy bien. Gracias a todas por escucharme -Respondió la enfermera con voz cansada. Definitivamente, aquel recuerdo todavía le afectaba.

    -"Espero que Dannya aparezca pronto por aquí para ver a su madre" -Pensé.

    -"Llegará el día 21, estoy segura" -Comentó Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza.

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  13. (Hospital mágico - Mitad del mes de agosto. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. Con Alessandra y compañía).

    -Entonces es hora de que tengas un merecido descanso, nenita. ¡Muchísimas felicidades! -Dije y sonreí a la joven, sin soltar su mano.

    Mientras tanto, Danna se puso a preparar la bebida que había pedido mi sobrina. -Aquí tienes tu té, Ale. Cuidado, no te vayas a quemar -Anunció la enfermera, pasados unos minutos.

    -Cuando realizas una tarea por primera vez, hay muchos nervios... pero una vez tienes más experiencia en el tema, ganas seguridad -Expliqué a Ale.

    -Todo tiene sus riesgos, pero si sabes cómo enfrentarlos, no hay mayor problema. Mientras más informada estés, mejor trabajarás -Añadió Dannita con serenidad.

    -Escucha la voz de la experiencia -Comenté entre risas, al tiempo que mi colgante vibraba levemente y oía las voces de mis hijas mayores en mi cabeza.

    -Tampoco es para tanto -Contestó la enfermera alegremente.

    De pronto, la puerta que daba al otro extremo de mi oficina se abrió con algo de brusquedad. -Mami... ¿Puedes ayudar a Luna antes de que le dé una crisis, por favor? -Pidió una voz familiar.

    -Cierra la puerta y ven acá, Marianna -Indiqué, soltando poco a poco la mano de Ale.

    -A ver, deja te ayudo con la niña -Dijo Dannita, encaminándose a donde se había escuchado la voz de Marianna.

    Una vez tomé a la pequeña Luna en brazos, la examiné con ayuda de un breve canto. -Estos cambios bruscos de temperatura pueden causar mucho daño. Tendremos qué tomar medidas al respecto -Expresé con preocupación.

    -Tienes razón, Luz. Cada vez este clima se vuelve más peligroso -Opinó mi compañera con seriedad.

    -¿Qué tengo, mami? -Preguntó Luna con voz débil.

    -Iba a darte un ataque, cielo -Informé con la voz quebrada, acuné a la bebita contra mi pecho y besé una de sus mejillas.

    -Esto me recuerda un momento estresante que viví con mi hija hace años -Murmuró Danna con tristeza.

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  14. (Hospital mágico - Mitad del mes de agosto. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. Recibiendo a Alessandra).

    (Luz del Carmen).

    No era la primera vez que al pensar en Alessandra, fuera ella la que pedía entrar a mi despacho. Parecía que nuestra conexión se hacía cada vez más fuerte. Nada más decirme quién estaba fuera, Danna abrió la puerta. -Hola Ale, justo estaba pensando en ti -Saludé a mi sobrina nieta.

    -¡Hola! ¿Gustas tomar algo, Ale? -Preguntó mi amiga enfermera, al tiempo que cerraba la puerta.

    -Nos da mucho gusto verte. ¿Cómo te encuentras hoy? -Expresé, una vez la joven y yo estuvimos sentadas junto a mi escritorio. Al oír la respuesta de Ale, tomé su mano y le di un leve apretón. Podía notar que estaba feliz y estresada a la vez, por algún reciente acontecimiento. -¿Alguna novedad interesante que desees compartirnos? -Quise saber.

    -Esa sonrisa de oreja a oreja indica que si... ¡Cuenta, cuenta! -Agregó Dannita con curiosidad.

    (Hospital mágico - 20 de agosto. Recepción).

    (Carolina - Enfermera recepcionista. Atendiendo a Kutsy).

    Algunas compañeras y yo llevábamos días planeando una fiesta sorpresa para la sanadora Gryffindor y sus hijas con motivo de su cumpleaños, pero todavía faltaban detalles por discutir, pues debíamos tener todo listo para la tarde de aquel 20 de agosto. Me encontraba leyendo un pergamino enviado por Danna, cuando escuché unos pasos que se acercaban a mi puesto de trabajo. Tras guardar el documento en un lugar seguro, volteé hacia la mujer que saludaba y hacía una pregunta. -Buenos días, señorita. No se preocupe. Ahora mismo informo a la sanadora Bodrik que desea verla -Aseguré con una sonrisa y me levanté de mi asiento. -Venga conmigo. La llevaré al área de maternidad. ¿Cuál es su nombre? -Añadí.

    En ese preciso instante, otra enfermera pasaba por la recepción, así que le hice una seña para que se acercara. -Hola Frida. ¿Te puedo encargar esto un momento, por favor? -Pedí a mi compañera en un susurro.

    -Hola Caro. Con mucho gusto -Respondió la chica en voz baja.

    (Ala de maternidad - Frente a la puerta del despacho de Bodrik).

    Una vez llegamos a maternidad y Kutsy me dio sus datos, le indiqué que tomara asiento en la sala de espera y me dirigí a la oficina de la señorita Bodrik. -Hola, sanadora Lockhart. ¿Puedo entrar? Debo darle una información importante -Pregunté y anuncié, llamando a la puerta.

    (OFF ROL): Pedimos de favor indicar al principio de los posts, a qué área del hospital se dirigen. Así tendremos una mejor organización a la hora de prestar la atención que se requiera.

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  15. (Hospital mágico - Mitad del mes de julio. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen).

    La pequeña Ámbar no necesitó estar mucho tiempo en la incubadora y gozaba de excelente salud. Mientras la nena estuvo conmigo, tuve la oportunidad de conocer muchas cuestiones sobre los demonios y aunado a eso, encontré un libro del tema entre mis curiosidades. Tras haberle hecho la primera revisión en mi despacho, ejecuté un canto y la abracé con todas mis fuerzas. Lo que más me sorprendió, fue que tuvimos una conexión instantánea. Aprovechando la situación, la miré a los ojos y ella hizo lo mismo. Unos segundos después, me senté en una de las sillas frente a mi escritorio, acomodé a la niña y observé detenidamente las pulseras que traía en sus muñecas. En ese momento, junté las manos de la peque y acerqué mi colgante poco a poco a aquellas joyas. Entonces, sucedió algo increíble: La conexión que teníamos se hizo mucho más fuerte y pudimos escuchar lo que pasaba por nuestras mentes.

    -"Bienvenida a la vida, pequeña. Pronto te pondrás bien y estarás con tu mami. Mientras tanto, yo te cuidaré, junto con mi familia. Habemos muchas personas que te amamos" -Pensé y di un beso en la frente de Ámbar. Ella me miró fijamente, tomó mi mano con delicadeza y emitió un gracioso sonido con la voz, acompañado por una gran sonrisa que le devolví al instante.

    Cuando la nena estuvo totalmente fuera de peligro y Arya llegó por ella a mi despacho, los ojos me ardieron, los cerré con fuerza y sentí que la nube blanca apareció en ellos. Al cabo de un rato, los abrí y ya no veía nada. Parecía que la bebita había comprendido lo que ocurría, porque me dio un reconfortante abrazo antes de entregarla con su madre. -"Vaya día... Las espero aquí en un mes. Si lo permites, me gustaría estar al tanto de su salud" -Murmuré mentalmente y sonreí.

    Los días siguientes transcurrieron sin mayor novedad, pero me alegraba el hecho de que Alessandra quisiera ayudarme con las revisiones a los pacientes de pediatría, ahora que ya trabajaba oficialmente como sanadora. En una de nuestras charlas, quedamos en que nuestras oficinas estarían comunicadas entre si, por cualquier eventualidad que ocurriera. Era genial que todo marchara bien. -Me siento muy orgullosa de mi sobrina, caray -Expresé con alegría.

    (Hospital mágico - 14 de agosto. Pasillos del ala de pediatría).

    -Este incidente del elfo me tiene un poco incómoda, a pesar de que ya pasaron varios días -Dijo Danna en un susurro, mientras hacíamos la ronda por los cuneros.

    -Sé que te resultó toda una pesadilla, pero como tú misma lo acabas de decir, ya pasaron varios días, te has hecho los exámenes pertinentes y no tienes nada de qué preocuparte. Ahora, solo piensa en tu hija -Contesté en voz baja.

    -Ya va a empezar su último curso en Hogwarts y estoy impaciente por tenerla aquí, convivir unos días con ella y llevarla a la estación como cada año -Murmuró la enfermera.

    -Relájate, Dannita. Te aseguro que Dannya vendrá cuando menos lo esperemos -Respondí en el mismo volumen de voz que mi interlocutora, le planté un beso en la mejilla y nos dirigimos a mi oficina. Necesitábamos un descanso, después de estar gran parte de la mañana revisando el área y resolviendo inconvenientes. Además, teníamos una reunión muy importante con Alessandra.

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  16. (Hospital mágico - Principios del mes de julio. Box 1 del ala de maternidad. Con Arya, Allen y compañía).

    -"Será mejor que le dés de comer ahora" -Pensé y miré a la bebé de reojo. Era hermosa, igual que su madre. Me resultó interesante todo lo que Allen y la joven comentaban sobre los poderes de Ámbar, que así se llamaría aquella criatura. Definitivamente, debía estudiar más aquellos libros que tenía en la oficina acerca de los demonios.

    -"Están teniendo conexión entre ellas. Es increíble..." -Susurró Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza, cuando noté que Arya y su hija se miraban a los ojos.

    Tras conocer el deseo dela bruja que consistía en que nos quedáramos con ella solo algunas personas, dejé escapar un suspiro y moví los labios sin generar sonido, en dirección a Bodrik, Ángel y algunas enfermeras. Esperaba que comprendieran la situación... Ya hablaría con ellas después. -"Tranquila, Arya. Danna, Allen y yo estaremos aquí" -Aseguré mentalmente y sonreí detrás del cubrebocas.

    Una vez que las chicas se retiraron, la Lockhart acunó a la pequeña contra su pecho, la abrazó con fuerza por un momento y la separó de ella. De pronto, el color de los ojos de la bebita cambió a miel. -Qué hermoso nombre. Ámbar -Dijimos Dannita y yo al unísono, con voz apenas audible, cuando escuchamos la respuesta de Arya a mi pregunta.

    Al ver que la joven madre cerró los ojos y me tendió a Ámbar, guardé unas cosas en mi maletín, se lo entregué a mi amiga enfermera e hice enormes esfuerzos por contener el llanto que quería salir de mis ojos azules, que por fortuna, seguían cubiertos por aquellas gafas. -"Haremos lo que sea necesario, pero ni se te ocurra separarte por mucho tiempo de tu hija" -Pensé con todas mis fuerzas y cargué a la recién nacida. -"No tiene nada qué agradecer, señor Walker. No se preocupen por Ámbar, estará bien. Solo les pido que estén pendientes cuando les indique que es hora de comer para la nena. Tenemos qué lograr que madre e hija convivan en todo momento" -Murmuré mentalmente, mirando a Allen a los ojos. Minutos después, los dos jóvenes ya habían desaparecido.

    -"¿Esta niña es terca, verdad?" -Comentó la voz de Danna en mi cabeza, al tiempo que la enfermera arreglaba el box. -"Por fin terminé con esto" -Añadió y caminó hacia mi, sosteniendo dos maletines.

    -"Sin duda alguna" -Pensé, acunando a la peque contra mi pecho y ejecutando un canto que mejoraría notablemente su respiración. -"Hay qué darnos prisa para atender a Ámbar" -Agregué mentalmente y me dirigí hacia la salida, seguida por mi compañera.

    (OFF ROL): Disculpen la tardanza, he tenido una serie de líos familiares y laborales.

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  17. (Hospital mágico - Pasillos del ala de maternidad. Con Allen y compañía).

    -Joven, no me debe ninguna explicación. A estas alturas, seguramente mi compañera Jane ya olvidó aquella situación. Ahora, es mejor que se dé prisa -Comentó Kharem y sonrió al Walker que ya me seguía.

    Antes de llegar al área de esterilización, escuché todos los pensamientos de Arya y volví a temblar, al tiempo que mi colgante vibraba y brillaba de manera alarmante. -"¡Por Merlín, Árya, tú también necesitas atención! Cálmate, por favor. Dentro de poco tendrás qué dar de comer a tu hija antes de que me la lleve a pediatría para revisarla y debes estar tranquila" -Pensé con todas mis fuerzas. Sabía que Danna intentaba calmar a la Lockhart porque podía oír su voz serena en mi cabeza. Sin embargo, la muchacha no parecía hacer caso a sus palabras de aliento.

    Tiempo después, tras terminar de esterilizarme y al percatarme de que la joven madre no podía respirar, eché a correr hasta la entrada del box, pero tuve qué detenerme a llorar por el comportamiento de aquella muchacha. Necesitaba un abrazo, pero no me atreví a manifestarlo abiertamente. -"No te preocupes, nena. Recuerda que estamos aquí, contigo. Arya y la niña estarán bien" -Dijo Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza, mientras el lunar de mi brazo izquierdo me cosquilleaba un poco. En ese momento, una fuerza misteriosa recorrió todo mi ser. ¡Claro! Fusionarme con Yanel era lo que necesitaba en aquel instante. Cuando estuve más calmada, limpié mis gafas con la varita, volví a guardarla en el bolsillo de mi bata y dejé escapar un suspiro.

    -"Vamos mami, tú puedes" -Susurraron mis hijas en mi mente. Ellas también estaban pendientes de lo que ocurría, a pesar de encontrarse en otra parte del hospital. Era una gran fortuna tener aquel modo de comunicarnos entre nosotras.

    -Bien, entremos -Indiqué con firmeza, sacando de mi maletín un pañuelo esterilizado y limpiando mi rostro con él. Una vez hecho esto, guardé aquel objeto, cerré el maletín y abrí la puerta.

    (Box 1. Atendiendo a Arya. Con Bodrik, Ángel, Allen y compañía).

    Nada más entrar, me acerqué a la Lockhart rápidamente, puse una mano en su pecho, ejecuté un breve canto y soplé un poco para proporcionarle oxígeno. -Nena, mira quién acaba de llegar -Anuncié en voz baja y me alejé para dar paso a Allen. -Trate de serenarse, por favor. Ya todo está listo en el área de pediatría para atender a la niña. No es una réplica, sino una información -Sentencié con calma al escuchar las palabras del Walker. Su actitud era comprensible, pero empezaba a colmarme la paciencia.

    Tras depositar un beso en la frente de la joven madre, Allen se cortó un mechón de cabello y lo puso en el pecho de Arya. En cuanto el chico pronunció unas extrañas palabras, un sello de luz se dibujó alrededor de las hebras. Segundos después, una hermosa bebé de cabello rojo y ojos color lila, se materializó. -"Por las barbas de Merlín... Es un milagro que esté viva" -Murmuró Yanel en mi cabeza.

    La nena respiraba con dificultad, temblaba ligeramente y se estremecía por momentos, al tiempo que lloraba. -"Voy a dejar que convivas un poco con ella, antes de llevarla a mi oficina para hacerle un chequeo" -Indiqué mentalmente y observé a la niña con detenimiento. Afortunadamente, la incubadora que teníamos en pediatría estaba lo suficientemente adaptada para cualquier situación y si todo salía bien con la pequeña, pronto podría estar de vuelta con su madre. -"Cómo le piensas llamar?" -Pensé y busqué en mi maletín, lo necesario para abrir un expediente a la recién nacida.

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  18. (Hospital mágico - Box 1 del ala de maternidad. Atendiendo a Arya. Con Bodrik, Ángel y compañía).

    Segundos después de aquella conversación, mi colgante emitió un leve brillo y me acerqué más a Arya, que abría lentamente sus ojos. -Tranquila, nena. Estamos en San Mungo -Susurré al oír la pregunta de la Lockhart. Sin embargo, la joven comenzó a desesperarse y los monitores indicaron que su pulso se aceleraba. -Ten calma, Arya, por favor. Tu hija estará bien, no tardan en llevarla a pediatría. Allen está en la sala de espera -Indiqué, aumentando el tono de mi voz para hacerme escuchar, al tiempo que ponía una mano en su pecho para transmitirle energía.

    La chica tenía el rostro desencajado, lloraba frenéticamente y temblaba, cuestión que me preocupó bastante. -¡Muchacha, para, por favor! -Exclamó Danna al ver que Arya se quitaba los cables que la conectaban a los monitores.

    -"Enseguida lo traeré, pero tranquilízate y no vuelvas a quitarte los cables, te lo suplico... por lo que más quieras. No permitiré que la niña muera, te lo prometo" -Pensé y lloré en silencio, sin poder evitarlo.

    -"Luz, yo me encargo de volver a conectarla a los monitores, mientras tú vas a buscar a ese muchacho" -Dijo Dannita en mi mente. Sin dudarlo, asentí con la cabeza y caminé apresurada hacia la puerta.

    (Sala de espera. Buscando a Allen).

    -Señor Walker, Arya despertó y pidió que usted estuviera con ella. También quiere saber dónde está su hija. Yo le dije que no tardaban en llevarla a pediatría, pero no sé con quién está -Murmuré con la voz quebrada en cuanto llegué a la sala de espera y me acerqué a aquel hombre, temblando de pies a cabeza.

    -¿Sanadora Gryffindor, se siente bien? -Preguntó la enfermera Kharem, que en ese momento pasaba por donde nos encontrábamos.

    -Tengo muchas emociones encontradas, pero nada más -Contesté, respirando profundamente para serenarme. -Señor Walker, ¿Puede acompañarme, por favor? Debe esterilizarse para entrar al box -Comenté con seriedad.

    -¿Gustan que vaya con ustedes? -Quiso saber Kharem.

    -Prefiero que estés aquí por si llega alguien más -Respondí y consulté mi reloj de pulsera. No había tiempo qué perder.

    -De acuerdo. Informaré cualquier cosa que suceda -Sentenció la chica, mientras yo echaba a andar, esperando que Allen me alcanzara.

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  19. (Hospital mágico - Box 1 del ala de maternidad. Atendiendo a Arya. Con Ángel, Bodrik y compañía).

    -Pero jefa, precisamente el canto que efectué fue para detener el sangrado, limpiarla por dentro... -Dije al escuchar el comentario de la pelinegra, pero detuve mi discurso porque ella ya había salido a prepararse. -Bueno, que lo compruebe por si misma. Está clarísimo que no confía en mis métodos de curación -Susurré algo incómoda y miré a Ángel de reojo.

    -Tranquila, nena. Dale tiempo al tiempo. Recuerda que el que se enfada, pierde la razón automáticamente -Respondió Danna en voz baja. Definitivamente, mi compañera estaba en lo cierto.

    Una vez la pelinegra regresó al box y nos dijo que le pusiéramos la bata a la Lockhart, dejé escapar un suspiro. -Como te iba diciendo antes de que te fueras, ya formulé un canto para extraer la placenta, detener el sangrado y en general, librarla de cualquier otro problema que estuviera teniendo -Expliqué. Nada más oír la respuesta de Bodrik, la miré fijamente a través de mis gafas. -Permíteme sugerirte que le practiques un ultrasonido y compruebes con tus propios ojos si mi método funcionó o no, antes de hacer otra cosa -Agregué con total serenidad, al tiempo que Dannita caminaba hacia otra parte de la estancia.

    -"Señoritas de pediatría, solicitamos que preparen lo necesario para atender a una niña que nació prematuramente y pronto será trasladada al área correspondiente por un familiar, según nos han dicho. Estamos prestando atención a su madre en un box de maternidad" -Dijo la voz de mi amiga enfermera en mi cabeza.

    -"Enteradas. Podemos ingresar a la pequeña en la habitación 1 de cuidados intensivos, si se requiere" -Informó la voz de Milena en mi mente.

    -"Perfecto. No se les olvide la camita térmica incubadora" -Pensé.

    -"No se preocupen, todo estará listo" -Aseguró la voz de Myranda en mi cabeza.

    -Ya nos comunicamos al ala de pediatría y están preparando lo necesario para cuando lleven a la bebita -Anuncié.

    -Espero que la nena esté bien -Murmuró Danna, regresando junto a nosotras.

    -Yo también -Expresaron las otras dos enfermeras que habían permanecido calladas durante largo rato.

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  20. (Hospital mágico - Box 1 del ala de maternidad. Atendiendo a Arya).

    (Danna - Enfermera. Con Luz, Ángel, Bodrik y compañía).

    Mientras Luz examinaba el cuerpo de Arya, la sanadora Bodrik hizo acto de presencia. -No se preocupe, sanadora. Ahora mismo se resuelve el asunto -Dije al escuchar las palabras de la pelinegra y tomé aquel pergamino que estaba en la mesita para leerlo detenidamente.

    -No te preocupes por el tema de las pociones. Aquí las tengo. No creo que sea necesario practicarle alguna cirugía -Dijo la morena, guardando las pociones en su bolsillo y sacando su varita del mismo.

    Mientras la Gryffindor colocaba en un lugar estratégico el recipiente que una enfermera le pasó y ejecutaba un canto, miré a la sanadora Lockhart a los ojos y dejé escapar un suspiro. -Según esta planilla, la señorita Arya tuvo a una demonio prematura en un pub. La bebé se encuentra estable, en manos de un familiar y se supone que debería estar llegando al ala de pediatría -Susurré y consulté mi reloj de pulsera. -A juzgar por la hora en que se realizó este documento, el parto fue hace unos 40 minutos -Añadí.

    Tras formular algunos hechizos de curación, Luz guardó su varita, sacó los frascos con las pociones y con ayuda de Ángel, se las dio a beber a la paciente. -Ahora, debemos esperar a que el proceso surta efecto -Murmuró la Gryffindor.

    -Los signos vitales de la paciente son estables -Anuncié con satisfacción.

    -Con esto que acabamos de hacer, no creo que sienta dolor alguno, pero por si acaso... Pásame el ungüento, por favor -Indicó la morena volteando hacia mi, al tiempo que las demás enfermeras se llevaban las botellitas y el recipiente.

    En ese preciso instante, un murciélago se materializó lentamente en la estancia y dio un mensaje que parecía ser muy importante, al cual no presté mucha atención. En cuanto la figura desapareció, vi que Luz, Ángel y la pelinegra se quedaban pensativas, mientras que mis compañeras y yo mirábamos los monitores de reojo. En cuanto la sanadora Lockhart pronunció aquel hechizo con un movimiento de varita hacia Arya, todas contuvimos brevemente la respiración. -"Esto me recuerda un poco a lo que pasó con la pequeña Luna" -Pensé.

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  21. (Hospital mágico - Pasillos del ala de pediatría. Con Ángel y compañía).

    -Todo bien, sobrina. ¿Lista para trabajar? -Quise saber. En ese momento, mi colgante empezó a vibrar violentamente y cerré los ojos con fuerza, pues me ardieron demasiado. De pronto, escuché una voz conocida en mi cabeza y sentí una especie de remordimiento que no formaba parte de mi, sino de... -"¡Arya!" -Pensé y abrí mi maletín para sacar mis gafas y guardar el bastón guía.

    -"Maldita sea, hay peligro!" -Gritó Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi mente, al tiempo que sentía cómo aquella nube blanca desaparecía de mis ojos.

    Una vez cerré el maletín, me puse las gafas y apreté mi colgante contra el pecho, utilizando ambas manos. -"Espero llegar a tiempo" -Murmuré mentalmente y dejé escapar un suspiro.

    -"Sanadora Gryffindor, hay una paciente en el ala de maternidad que necesita atención urgente. ¿Qué hacemos?" -Preguntó la voz de una enfermera en mi cabeza.

    -"Busquen a la sanadora Bodrik e infórmenle la situación. De todas formas, Ángel y yo vamos para allá ahora mismo" -Pensé y abrí los ojos lentamente.

    -"Gracias, sanadora. Por cierto, un hombre y dos compañeras están con ella" -Comentó la muchacha en mi cabeza.

    -Ángel, tengo un mal presentimiento que me obliga a ir al ala de maternidad y necesito que me acompañes, por favor -Indiqué seriamente, volteando a todos lados y comprobando que podía ver todo lo que me rodeaba. -Milena, avisa por favor a Danna que la espero en maternidad -Pedí con preocupación.

    -Enseguida, sanadora Gryffindor -Respondió la joven enfermera y se retiró rápidamente.

    -Vamos, no hay tiempo qué perder -Murmuré y eché a andar apresuradamente, esperando que Ángel me siguiera.

    (Ala de maternidad. Encontrando a Allen).

    Nada más llegar al ala de maternidad, mi sobrina y yo encontramos a una enfermera que nos indicó en qué box estaba Arya. En cuanto lo ubiqué, hice que fuéramos a esterilizarnos y preparar todo para atender a la joven. Al terminar, nos colocamos unos cubrebocas y nos dirigimos al sitio señalado. -¿Qué está pasando aquí? -Pregunté enérgicamente al ver a una chica asustada y a un hombre furioso que estaba parado cerca de una puerta, a punto de hacer no sé qué cosa. -Será mejor que se calme y tome asiento en la sala de espera. Kharem, haz favor de indicarle el camino -Sentencié con firmeza.

    -Con mucho gusto, sanadora Gryffindor -Respondió la enfermera que nos acompañaba.

    -Por cierto, buen día. Soy Luz del Carmen Gryffindor y vengo con mi compañera Ángel. Le aseguro que todo estará bien. En cuanto tenga alguna novedad, le informaré -Comenté y entré al box, seguida por mi sobrina y la muchacha que estaba con aquel hombre cuando llegamos.

    (Box 1. Atendiendo a Arya).

    Una vez estuvimos dentro del box, vi que otra chica estaba junto a mi amiga, leí un pergamino que me dio la enfermera y lo puse en una mesita al lado de la camilla. -¡Por Merlín, Arya! -Exclamé en un susurro al darme cuenta de que la Lockhart estaba casi muerta. -Hagan favor de colocarle unos monitores. Necesito saber cómo están sus constantes vitales -Pedí a Ángel y a las enfermeras.

    De pronto, la puerta se abrió y entró Danna con un cubrebocas y un maletín. Me alegraba que la mujer fuera tan previsora. -Lamento la tardanza. Acabo de terminar un informe -Explicó con voz serena.

    -No te preocupes, Dannita. Llegas justo a tiempo -Aseguré.

    -La paciente ha perdido mucha sangre, sanadora Gryffindor -Informó una joven.

    -En ese caso, pásenme una poción reabastecedora de sangre y otra herbovitalizante -Indiqué, examinando el cuerpo de Arya.

    -Aquí las tiene, sanadora -Dijo la otra enfermera, acercándose a mi. -¿Necesita algo más? -Quiso saber.

    -Pásenme un recipiente mediano -Dije con la voz algo quebrada, guardé las pociones en el bolsillo de mi bata, recibí el recipiente, lo coloqué en un sitio estratégico y ejecuté un canto que detendría el sangrado de la joven madre, además de limpiarla por dentro. Una vez hecho esto, pasé mi varita por el vientre de la Lockhart y realicé algunos hechizos de curación.

    -Ángel, inclina cuidadosamente su cabeza, mientras yo le doy a beber las pociones -Sentencié, sacando los frascos del bolsillo y guardando mi varita. En cuanto abrí la poción reabastecedora de sangre e hice que Arya la bebiera, le di la herbovitalizante y noté en la mujer una mejoría considerable. Ya le preguntaría por su bebé cuando fuera el momento adecuado. -Ahora, debemos esperar a que el proceso surta efecto -Murmuré. Un minuto después, las chicas ya se habían llevado las botellitas y el recipiente.

    -Los signos vitales de la paciente son estables -Anunció Dannita alegremente.

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  22. (Hospital mágico - Ala de pediatría. Luz del Carmen. Saliendo de su oficina y encontrando a Ángel en los pasillos).

    El mes de junio había transcurrido sin complicaciones, aunque de vez en cuando me asaltaban algunas dudas sobre el estado en el que se encontraba Arya. Tras recordar el abrazo que nos dimos antes de que me fuera de aquella habitación, sonreí, al tiempo que unas pocas lágrimas recorrían mi rostro. De pronto, mi colgante vibró levemente, los ojos me ardieron un poco y tuve un mal presentimiento que esperaba no se cumpliera; aunque... a decir verdad, en los últimos días mis corazonadas no habían fallado, asunto que me preocupaba cada vez más. -"Melliza, si estuvieras aquí..." -Pensé y dejé escapar un suspiro, mientras arreglaba las cosas que necesitaría para salir de mi despacho y hacer la ronda por pediatría.

    -Dannita, te encargo la oficina. Voy a salir un momento -Indiqué a la enfermera que se encontraba haciendo un informe en su puesto de trabajo.

    -Ve tranquila, mi niña. Por favor, avísame si necesitas ayuda -Respondió mi amiga, levantándose de su escritorio y acercándose a mi para limpiarme las mejillas con un pañuelo y plantarme un beso en la frente.

    -Muchas gracias. Te mantendré informada de todo lo que ocurra ahí fuera -Comenté, dándole un beso en la mejilla. Seguidamente, desplegué mi bastón guía y me dirigí hacia la salida.

    -Cuando vuelvas, ya estará terminado este bendito informe -Dijo mi compañera y las dos reímos.

    Cinco minutos más tarde, me encontraba en los pasillos de pediatría. En ese preciso instante, sentí una mano en mi hombro que me hizo detener mi caminata. -¡Hola, señorita Gryffindor! Ángel acaba de llegar y está sentada por ahí. ¿Gusta que la acompañe? -Saludó e informó Milena a la vez.

    -Hola Milena! Me parece una excelente idea. Vamos -Contesté y tomé a la muchacha del brazo. Esperaba que mi sobrina nieta tuviera alguna novedad interesante para aquel ocho de julio, cuya mañana era preciosa, según describió mi hija Margaret al mirar por la ventana, cuando despertamos de un sueño reparador.

    -Ya llegamos. ¿Gusta tomar asiento? -Preguntó la chica, tras caminar algunos metros y detenernos finalmente.

    -Muchas gracias. Así estoy bien, de momento. ¡Hola Ángel! -Dije con alegría.

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  23. (Hospital mágico - Principios de junio. Una habitación. Con Anna, Arya y compañía).

    Cuando creí que Arya se había dormido por completo, noté cómo abría por un momento los ojos y daba instrucciones a Anna para después, dedicarme unas dulces palabras. -"No agradezcas, nena. Aquí estaré yo también, mientras me lo permitas" -Pensé y sonreí. De pronto, se me ocurrió interpretar aquella canción de cuna que tanto me gustaba y cuando oí la voz de la joven en mi cabeza, sonreí aún más. -"Pero por supuesto que si" -Respondí mentalmente y seguí cantando hasta que la Lockhart quedó profundamente dormida. Tras acercarme a ella cuidadosamente y besar su frente, di un breve masaje en su vientre y le tomé la mano por unos minutos.

    -"¿Luz, qué piensas hacer ahora?" -Preguntó la voz de Danna en mi cabeza.

    -"Voy a quedarme aquí, pero oculta. ¿Me acompañas?" -Pensé.

    -"¡Claro! Si gustas, puedo mostrarte mi escondite" -Contestó la voz de la enfermera. Cuando la directora apareció una butaca, tomó asiento y se metió de lleno en la lectura de un libro, aproveché para separarme lentamente de la camilla e ir de puntillas a buscar el escondite que Dannita me mostraba con sus pensamientos. Una vez estuve con mi compañera, nos miramos a los ojos y observamos todo lo que ocurría a nuestro alrededor.

    -"Menos mal que este mueble nos está tapando por completo y que el escondite es bastante amplio" -Dije mentalmente y dejé escapar una de mis sonrisas más traviesas, al tiempo que me acomodaba los anteojos, abría mi maletín y buscaba todo lo necesario para empezar a escribir un mensaje de ánimo para Arya, donde también incluiría algunas sencillas recomendaciones.

    -"A ver si no las asustamos al aparecer de repente" -Comentó la voz de mi amiga con diversión.

    Tres horas después, vi cómo la joven abría los ojos y volteaba hacia Anna. Definitivamente, mi idea de cantar había funcionado a la perfección. Mientras las dos mujeres hablaban, Danna y yo aprovechamos para salir poco a poco del extremo donde nos ocultábamos y entregar aquel pergamino a la chica. -Buen día, otra vez. Estuve redactando un documento cerca de aquí, pero preferí no decir nada porque noté cierta concentración en la directora que no quise fastidiar. ¿Cómo durmió nuestra querida paciente? -Expresé con alegría.

    -Hola de nuevo -Saludó la enfermera. -Señorita Arya, tengo esto para usted -Susurró a la muchacha y le dio aquel pergamino doblado en cuatro partes, para que lo leyera cuando tuviera oportunidad.

    -"Arya, si deseas verme para que te revise, estaré en mi oficina. Las instrucciones de cómo llegar están en el papel. Por favor, cuídate mucho" -Pensé y volví a sonreír.

    -Con su permiso, Danna y yo nos retiramos a seguir con nuestras labores -Informé, tomando el brazo de mi compañera.

    -Si necesitan algo, no duden en llamarnos -Añadió Dannita y posteriormente, nos dirigimos al ala de pediatría.

    (OFF ROL): Aviso que a partir de este momento y hasta el lunes 23, no podré responder roles. Me espera una semana muggle bastante pesada...

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  24. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría . Oficina de Luz del Carmen. Con Ángel y compañía).

    -No te preocupes y disfruta, sobrina bella. Recuerda que tú y Jayden son las invitadas de honor -Respondí a Ángel que ya había entrado a la cocina. -¿Quieren que les sirva alguna bebida en especial? -Añadí alegremente.

    -Bueno señoritas, vamos a lavarnos nuevamente las manos y luego a la mesa, que ya es hora de cenar -Indicó Danna.

    Diez minutos más tarde, las chicas ya estaban sentadas a la mesa, mientras yo daba de comer a las bebitas. En cuanto terminaron, les di un beso y las acosté nuevamente en la cuna. Nada más tomar asiento para comer, dejé escapar una amplia sonrisa al olfatear lo que tenía frente a mi. -Atún con arroz... ¡Qué rico! -Comenté con asombro.

    -Prepárate porque ese no es el único platillo que tenemos para hoy -Dijo Marianna con voz misteriosa.

    -A mi me tocó uno de mis platillos favoritos: ¡Pescado frito con verduras! -Expresó Dannita con ternura.

    -Nos alegra complacerles -Contestó Maggie con emoción.

    (Hospital mágico - Principios de junio. Una habitación. Con Anna, Arya y compañía).

    Anna había reaccionado de forma comprensible, tomando en cuenta que no había tenido oportunidad de mostrarle las adaptaciones que había hecho a mi oficina conforme a las necesidades que tenía en un momento dado. Ahí, no solo me ponía a trabajar, también cuidaba de mis hijas y me quedaba en las noches por si había alguna emergencia qué atender, entre otras cosas. Así que por el espacio y el ambiente, no había problema. De hecho, en un extremo de ese despacho, mis pequeñas Luz y Luna nacieron con total comodidad. De pronto, recordé que al día siguiente debía llevarlas a visitar la guardería para que convivieran con otros niños. -"Lo siento, Arya. Espero no estarte perturbando con mis pensamientos" -Murmuré mentalmente.

    -¿Bueno, qué le parece si dejamos que la chica decida qué hacer en cuanto esté más descansada? ¿O me estoy pasando con mis sugerencias? -Propuse con una sonrisa, al tiempo que sentía cómo mis orejas se calentaban.

    -"Linda, respira profundo" -Pensé y di un suave apretón de manos a Arya, una vez respondió la pregunta de la directora. Después, acaricié mi colgante con la otra mano y efectué un canto que la ayudaría a despejar su mente, la haría dormir un buen rato y fortalecería su salud física y la de su bebé.

    -Estoy segura de que con esto se sentirá mucho más tranquila cuando despierte -Dije al terminar de cantar.

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  25. (Hospital mágico - Principios de junio. Una habitación. Con Anna, Arya y compañía).

    (Luz del Carmen).

    Al enterarme de que Arya pensaba dar en adopción a su bebé en un momento dado, tuve unas ganas inmensas de llorar, pero cerré los ojos para reprimir ese sentimiento. -"¿Estoy aquí, linda. Si necesitas llorar, hazlo... Pero recuerda que hay una personita que te necesita más que nunca, no le abandones, por favor. Desde que te conocí, tengo un gran aprecio por ti y quiero ayudarte sinceramente" -Pensé cuando oí la voz asustada de la joven en mi cabeza. -"Deseo mostrarte cómo ha sido mi experiencia desde que soy madre, me encantaría que compartiéramos unos momentos juntas. ¿Te parece?" -Murmuré mentalmente y dejé escapar un suspiro. Esperaba que la muchacha comprendiera mis palabras.

    -Me atreví a hacer la sugerencia de llevar a Arya a mi oficina porque quizás esta habitación esté generaldo los nervios y estrés de la chica, pues se siente oprimida por alguna razón -Dije con seriedad. -Como usted dice, directora, no es bueno medicar a las embarazadas. Por ese motivo, le comento que manejo medicina completamente natural que puede beneficiar a la chica y a su bebé. Por lo pronto, puedo ejecutar un canto para que se relaje y duerma un rato. ¿Le parece bien? -Agregué y abrí los ojos.

    No pude evitar voltear hacia la directora y sonreírle con complicidad, al escuchar las palabras que le dedicaba a Arya en cuanto se acercó y le tomó una mano. -"Nena, Habemos personas dispuestas a escucharte y apoyarte en todo lo que necesites. Es muy importante que enfrentes tus miedos" -Pensé. En ese instante, me pregunté si Bodrik se encontraría en la planta. Ella también podría ser de gran ayuda para la Lockhart, que seguramente ya había escuchado lo que pasaba por mi cabeza.

    (Un extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Margaret).

    Cuando terminé de hablar, sentí una leve opresión en el pecho que duró pocos segundos. -Yo creo que se conmovió por el caso de algún paciente -Opinó Marianna.

    -Puede que tengas razón -Comenté, mirando al techo. De pronto, recordé un sueño que tuve la noche anterior, donde supe que mamá Luz debía ayudar a una persona conocida a enfrentar el miedo que sentía.

    -¿Maggie, estás bien? -Preguntó la pequeña Luz.

    -Gemela, te noto tensa -Añadió Mariannita.

    -No se preocupen, solo me acordé del sueño que tuvimos anoche -Dije con voz serena.

    -Que por lo visto, se está cumpliendo -Sentenció la pequeña Luna, mirando su colgante.

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