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Luz del Carmen Gryffindor

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Mensajes publicados por Luz del Carmen Gryffindor

  1. (Hospital mágico - Principios de junio. Una habitación. Con Anna, Arya y compañía).

    La piel de la muchacha había palidecido de repente y se puso muy nerviosa cuando Danna llegó con el resultado de los estudios, hecho que me preocupó bastante. Sin embargo, debía mantener la calma si quería ayudarla. Tras haberle hecho aquella pregunta, la joven Lockhart asintió y movió su mano hacia mi mano derecha, así que la tomé rápidamente. En ese preciso instante, noté que le faltaba el aire. -Tranquila mi niña, todo está bien. Inhala y exhala lentamente -Respondí a Arya en un susurro, al tiempo que mis ojos vislumbraban un hermoso anillo que la mujer traía puesto.

    Al sentir que la chica se aferraba a mi mano y jalaba de ella, tuve qué acercarme más a la camilla. Instintivamente, guardé la varita en el bolsillo de mi bata, apreté mi colgante con la mano que tenía libre y ejecuté un canto que tranquilizaría a la muchacha y le devolvería el aire. De repente, el lunar de mi brazo izquierdo empezó a cosquillearme y al verlo de reojo, me percaté de que estaba brillando. -"¿Qué estás haciendo, Yanel?" -Pensé.

    -"Luz, creo que esto no va a ser suficiente para salvarla" -Dijo mi otro yo en lo más profundo de mi cabeza.

    -"¿Y qué sugieres que haga?" -Pregunté mentalmente.

    -"Ayúdala a encontrar la forma de seguir adelante con su vida y la de ese hermoso ser que viene en camino" -Respondió Yanel con firmeza.

    Una nueva vibración de mi colgante me hizo mover la mano izquierda hacia la derecha y sin querer, mi joya y el anillo de la joven se encontraron. Posteriormente, los dos objetos se interconectaron sin que nadie pudiera evitarlo y entonces... escuché todo lo que pasaba por la mente de la mujer, incluyendo sus temores. Afortunadamente, el acontecimiento había pasado muy rápido, por lo que solo Arya, mi amiga enfermera y yo nos dimos cuenta. Aquel asunto era realmente grave. Yanel tenía razón, debía ayudar a la chica como fuera. -"¡Arya, ni se te ocurra hacer caso al miedo! Debes luchar por tu vida y la de tu bebé. Permíteme ayudarte, por favor" -Pensé, dedicándole una sonrisa a la futura madre.

    Tras terminar de cantar y oír algunos comentarios de la directora, tomé una decisión. -Si me permiten, debo decir que he detectado demasiado estrés en Arya y eso no es nada bueno para su bebé. Me gustaría solicitar permiso para trasladarla a mi oficina y monitorearla personalmente por unos días. Creo que el ambiente de ese lugar la va a relajar y le ayudará a reflexionar. Además, no estaría sola aunque yo tuviera qué salir para continuar con mi trabajo. ¿Están de acuerdo? -Propuse. Esperaba tener una respuesta afirmativa, ya que era la única opción que tenía para evitar que la Lockhart cometiera una tontería por sus miedos.

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  2. (Hospital mágico - Principios de junio. Una habitación. Con Anna, Arya y compañía).

    (Luz del Carmen).

    -Para eso estamos, muchacha. Ahora, a seguir instrucciones -Dije con total serenidad. Tras mirar de reojo cómo Anna revisaba a Arya y oír las indicaciones que le daba, canté nuevamente para agilizar el proceso. Unos momentos más tarde, me encontraba realizando la ecografía con ayuda de aquel aparato y de mi varita.

    Mientras tanto, Danna hizo acto de presencia. -Listo. Hemos analizado la muestra minuciosamente y aquí tiene los resultados -Informó la enfermera.

    -¿Necesita que realice algo más, directora? -Quise saber.

    Aquella joven me recordó un poco a mi cuando estaba embarazada de Luz y Luna. Esos meses habían sido sumamente difíciles en algunos aspectos, pero conté con muchas personas que me brindaron su ayuda y protección cuando más lo necesitaba. Sin poder evitarlo, algunas lágrimas salieron de mis ojos, aunque no se alcanzaban a notar por las gafas que traía puestas. Sin pensarlo dos veces, cerré los ojos, volteé hacia Arya y moví los labios sin generar sonido, con el fin de preguntarle si me permitía tomar su mano. -"Si te dice que no, mejor ni le muevas" -Aconsejó Yanel en mi cabeza.

    (Hospital mágico - Ala de pediatría. Un extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Marianna).

    Me encontraba jugando con mis hermanas, cuando mi colgante comenzó a vibrar de forma alarmante y tuve qué cerrar los ojos con fuerza. Al abrirlos, noté que podía mirar todo lo que pasaba a mi alrededor. -Peligro, otra vez -Sentencié, al tiempo que buscaba mis gafas y me percataba de que a la pequeña Luz le ocurría lo mismo que a mi.

    -Tranquila, aquí tienes -Dijo mi gemela Márgaret, acercándose a mi y entregándome lo que ocupaba. Después del susto, las bebitas quedaron profundamente dormidas.

    Media hora más tarde, Maggie y yo charlábamos sobre un libro que leímos el día anterior. En ese momento, Luz y Luna despertaron súbitamente. -Mami está llorando -Dijeron al unísono, con una perfecta dicción que nos dejó sorprendidas.

    -¿Qué han dicho, gemelas? -Preguntamos Margaret y yo al mismo tiempo.

    -Que mami está llorando. Podemos oírla -Respondieron las peques.

    -Chicas, yo también la escucho llorar. ¿No les parece extraño? -Murmuré.

    -Espero que su llanto no sea por tristeza o enfado -Expresó Maggie.

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  3. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría . Un extremo de la oficina de Luz del Carmen. Con Ángel y compañía).

    Al percatarme de que otra personita estaba cerca de mi, dejé escapar una risilla. -Mira Jayden, te presento a las gemelas Luz y Luna -Indiqué, al tiempo que señalaba a mis bebitas.

    -Mientras tanto, Ángel charlaba con Maggie. -Hola, estoy muy contenta de verte otra vez. ¿Y tú? -Respondió la niña alegremente.

    -Tía Danna, me ayudas con estos platos, por favor? -Pidió Mariannita.

    -[/i]Enseguida, corazón[/i] -Dijo la enfermera y me tocó el hombro para después, reunirse con la nena.

    -Mami, tengo hame -Manifestó la pequeña Luz.

    -Tamén yo, mami -Añadió Luna.

    -Permítanme un momento, por favor. Tengo qué ayudar a servir la comida -Comenté sonriendo.

    -No te preocupes, Luz. Yo hago esa parte. Tú relájate -Dijo Danna con voz serena.

    -Las niñas deben comprender que no siempre se les puede dar lo que quieren al instante, así que no se diga más. Voy a ayudarles. Jayden, ve con tu mami, por favor. En un rato estaré con ustedes -Sentencié y fui con las demás chicas.

    -Ángel, ahora vuelvo. Voy a ver si todo está bien en la cocina -Agregó Maggie y caminó hasta donde me encontraba yo.

    Una vez estuvimos en la cocina, nos lavamos las manos, tomamos unos platos y fuimos hasta la mesa para servir el alimento sorpresa. Todavía era hora que mis hijas mayores no soltaban prenda, por más que Dannita y yo les preguntábamos. -Pronto descubrirán de qué se trata, no desesperen -Contestó Marianna cuando volví a tocar el tema.

    -¡No es justo! Ustedes siempre están de curiosas cuando queremos darles una sorpresa y en ocasiones terminamos revelándola antes de tiempo -Expresé, fingiendo estar enfadada.

    -Su madre tiene razón, señoritas. ¿Cómo es posible que nos tengan con esta intriga? -Planteó mi compañera con seriedad.

    -Auch, nos van a regañar en serio -Susurró Marianna con algo de temor.

    -Será mejor que les digamos de una vez qué vamos a cenar -Respondió Margaret en voz baja.

    Danna y yo no pudimos más y soltamos una carcajada. -¿Ah, verdad? ¡Se la creyeron! -Dijimos al unísono, al tiempo que Luz y Luna reían.

    -¡No se vale! -Exclamaron las niñas a una sola voz y también rieron.

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  4. (Hospital mágico - Principios de junio. Recepción. Atendiendo a Arya. Con Anna y compañía).

    Mientras la directora hablaba, me puse a recordar todo el trabajo que estaba realizando aquellos meses, tanto en pediatría como en otras áreas donde requerían mi ayuda: Varias veces al día, debía hacer rondas, atender a los pacientes, hacer informes, organizar pergaminos... y muchas tareas más, así que me sentía tranquila por ese lado. -"Qué bueno que me puse las gafas antes de salir de la oficina" -Pensé, al tiempo que asentía con la cabeza. No había tenido tiempo de contar a Anna lo que me ocurría en los ojos cada vez que había peligro, pero éste no era el mejor momento para revelarlo. Arya y su bebé necesitaban ser atendidos inmediatamente.

    -Muy bien. ¿Vamos a mi oficina? ¿O la trasladamos a una habitación cercana? -Pregunté. Prefería que la directora y Arya lo decidieran.

    -Ahora llevo esta muestra al laboratorio, directora -Dijo Danna y se retiró rápidamente.

    Mientras esperaba una respuesta, miré discretamente a la paciente y efectué un canto por lo bajo, que me ayudaría a averiguar el motivo de sus dolores y la ayudaría a estar más tranquila. -No es bueno que te estreses cuando tienes a otra personita dentro de ti. Te lo digo por experiencia propia -Susurré con ternura a la chica en cuanto terminé aquella canción. De pronto, me surgió el deseo de tomarle la mano para darle a entender que ella y su bebé tenían todo mi apoyo y no permitiría que les pasara nada malo, bajo ningún concepto. No obstante, temía que le incomodara aquella muestra de afecto, así que de momento, decliné la idea y le sonreí.

    -"¿A ella si le piensas decir lo de la visión temporal?" -Preguntó Yanel en mi cabeza.

    -"No lo sé" -Murmuré mentalmente y dejé escapar un suspiro.

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  5. (Hospital mágico - Principios del mes de Junio. Haciendo la ronda en pediatría y posteriormente, dirigiéndome a la recepción. Encontrándome con Anna y Arya).

    Después de revisar informes y atender a pacientes dentro de mi oficina, decidí salir a hacer la ronda por mi área para comprobar que todo estaba bien. De pronto, mi colgante comenzó a vibrar violentamente y tuve qué cerrar los ojos con fuerza, pues me ardían bastante. Eso solo podía significar una cosa: Había peligro. Al llegar con Milena y otras chicas, confirmé mis sospechas. Al parecer, alguien necesitaba ayuda urgente en la recepción. Tras abrir los ojos de nuevo para comprobar que podía ver perfectamente todo lo que ocurría a mi alrededor, guardé mi bastón guía en alguna parte de mi maletín, verifiqué que mi varita estuviera donde la había puesto y caminé presurosa a mi próximo destino.

    -Buen día: Soy Luz del Car... -Me detuve en seco al reconocer a la señorita Anna que atendía a una joven, cuya esencia me resultaba algo familiar. -Hola, directora. Estaba atendiendo a unos pacientes en pediatría y cuando salí de mi oficina para hacer la ronda, me dijeron que necesitaban ayuda aquí -Saludé y expliqué a la vez.

    -"Luz, creo que la paciente es Arya, aquella chica que conociste en la comida de navidad" -Dijo Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza.

    -"No se ve bien... Voy a ver qué tiene" -Pensé y me acerqué más a las dos mujeres.

    -¿Me permite ayudarle con la muchacha, directora? -Pregunté. En ese momento, mi asistente Danna llegó a donde nos encontrábamos.

    -Buen día: Las muchachas de pediatría me dijeron que estaba usted aquí, señorita Gryffindor -Saludó mi compañera. -Hola, directora: ¿Puedo ayudarles en algo? -Añadió.

    (OFF ROL): Espero no haya inconveniente en que les ayude, aunque sea de pediatría.

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  6. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría . Oficina de Luz del Carmen. Con Ángel y compañía).

    Al oír las palabras de mi sobrina-nieta, sonreí. No obstante, tuve qué cerrar los ojos un momento porque me estaban ardiendo levemente. -Si desean saber qué vamos a cenar, hagan favor de seguirme -Indiqué a mis acompañantes. Estaba segura de que Marianna y Margaret habían hecho un excelente trabajo.

    -Perfecto, vamos -Dijo Danna. Tras caminar unos cuántos metros, llegamos a una puerta que se abrió casi al instante.

    (Otro extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    -¡Qué bueno que llegaron! La cena está lista -Informó Maggie que al parecer, nos estaba esperando en la entrada.

    -Muchas gracias. ¿Cómo están Luz y Luna? -Quise saber.

    -Todo en orden con ellas, lo único es que Luz tiene algo de incomodidad en los ojos -Reportó Mariannita.

    -Ahora mismo la reviso, mientras ustedes se van sentando -Sentencié y fui hasta la cuna de mis hijas pequeñas.

    -Ojo Lu, mami -Dijo una de las bebitas con seriedad.

    -¿Luz, te duelen los ojos? -Pregunté.

    -No, mami -Respondió la niña que estaba al otro lado de la que había hablado primero.

    -"No le duelen, pero si le arden... Con razón me sentía rara" -Pensé. Tras buscar en mi maletín, encontré un frasco con gotas oculares y lo abrí. -No te vayas a mover, nenita. Es solo un momento -Anuncié, acercándome a Luz. Después de quitarle la venda de los ojos, le abrí uno de ellos con mucho cuidado para lubricárselo con aquel líquido. En cuanto la peque me indicó que ya era suficiente, seguí con el otro ojo. Una vez terminé el procedimiento, escuché que Dannita llegaba conmigo y me daba otra venda. Un par de minutos más tarde, la bebita ya se sentía cómoda otra vez.

    -¿Le estaban ardiendo los ojos, no es así? -Preguntó mi compañera.

    -Solo un poco, pero ya está bien -Murmuré y sonreí de nuevo.

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  7. (Hospital mágico - 21 de febrero. Pasillos del ala de pediatría).

    (Ángela - Enfermera).

    Faltaban cinco minutos para las nueve de la noche cuando Jade, Frida y yo terminamos de limpiar los pasillos del ala de pediatría. Como necesitábamos beber algo de agua, se me ocurrió ir a la sala de descanso a buscar unos vasos y servir una jarra. Una vez cumplí mi cometido, caminaba tranquilamente de regreso, pero una chica impertinente me empujó bruscamente, haciendo que tirara la jarra con agua al suelo. No supe cómo fue que alcancé a sostener los vasos para que no se me escaparan de las manos. Mientras recogía aquel objeto, la joven decidió saltar sobre el extremo donde había caído el líquido, provocando que mi rostro adquiriera un semblante peligrosamente serio.

    -Por lo visto, no sabes respetar el trabajo de los demás, Hiryna. ¿O me equivoco? -Dije alzando la voz y dedicándole una mirada fulminante a la enfermera.

    -Por lo visto, no sabes que fue un accidente, Ángela. ¿O me equivoco? -Cometó Hiryna, burlándose de mi forma de hablar y dedicándome un ademán del que no pienso dar detalles, porque me enfado más...

    -¿De casualidad alguien te ha enseñado a respetar a tus mayores? Ya te he dicho mil veces que esa no es la forma de comportarte en la vida -Respondí, dejando escapar una sonrisa irónica.

    -Ni te atrevas a darme clases de moral porque eres la menos indicada para hacerlo -Murmuró la muchacha entre dientes.

    -¡Ten cuidado con lo que dices y cómo lo expresas! -Exclamaron Jade y Frida al unísono.

    -Muchas gracias por el apoyo, señoritas, pero... ¿Podrían hacer el favor de ir a la sala de espera con las demás? Debo hablar a solas con esta niña -Expresé, dejando escapar un largo suspiro. Las jóvenes me sonrieron, asintieron con la cabeza y se retiraron del lugar. -Antes de seguir con esta agradable charla, creo que deberías limpiar aquí. ¿Qué opinas tú? -Comenté con una sonrisa traviesa, al tiempo que mis ojos brillaban de tremendo enfado. Al parecer, Hiryna se asustó al verme porque se puso a temblar de miedo. Al principio creí que volvía a burlarse de mi, pero luego me di cuenta de lo contrario.

    -"Por Merlín, creo que se me pasó un poco la mano... pero ni modo, tenía qué darle un buen escarmiento. A ver si le sirve de lección" -Pensé. De pronto, la chica dejó caer un frasco con tinta que atrapé rápidamente, antes de que tocara el suelo.

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  8. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría. Sala de espera).

    (Milena - Enfermera).

    Eran aproximadamente las nueve de la noche. Myranda, Acane y yo estábamos limpiando la sala de espera, cuando escuchamos un ruido extraño en el pasillo que se encontraba a unos cincuenta metros de nuestra ubicación. De pronto, oímos la voz de Ángela reprendiendo a otra persona. Antes de que pudiéramos ir a ver qué pasaba, Jade y Frida se acercaron a nosotras. -Mejor no vayan para allá, Hiryna hizo que a Ángela se le cayera una jarra de agua al suelo -Informó Frida.

    -No puede ser, otra vez la pesada de Hiryna -Murmuró Myranda, visiblemente molesta.

    -Nosotras vinimos para acá porque Ángela quiso hablar a solas con ella. Está muy disgustada -Comentó Jade.

    -Chicas, necesito ayuda en la recepción, por favor -Pidió una preocupada Carolina quellegó corriendo a donde estábamos.

    -¿Qué sucede, Caro? -Quiso saber Acane.

    -Hiryna me escondió el tintero y lo ocupo para terminar un informe. Sé que fue ella porque me estuvo haciendo bromas muy pesadas -Indicó.

    -En cuanto la vea, voy a... -Siseó Myranda.

    -¡No! ¡Ni se te ocurra! -Exclamaron algunas compañeras.

    -Calma, que no cunda el pánico. Ese tintero tiene qué aparecer -Aseguré.

    -Vamos a buscarlo -Dijimos todas al unísono. En ese preciso instante, Danna se unió a nosotras.

    -¿Pasa algo, señoritas? -Preguntó la enfermera.

    -Hiryna ha hecho todo un desastre y Ángela está super enfadada -Respondí.

    -A parte, esta mala persona le escondió el tintero a Carolina -Agregó Acane.

    -¿Es cierto eso, Caro? -Interrogó Dannita. La recepcionista solo asintió con la cabeza. -Tranquilas, ahora mismo arreglamos estos asuntos -Aseguró.

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  9. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría . Oficina de Luz del Carmen. Con Ángel y compañía).

    (Luz del Carmen).

    Mientras la enfermera limpiaba, fui al otro extremo de mi despacho para ver cómo estaban mis hijas. En cuanto regresé, escuché las palabras de Ángel, cargadas de cierto enfado. -Tranquila sobrina, no pudo haber ido muy lejos. Además, la puerta de entrada a la oficina está cerrada con llave -Aseguré a la joven.

    -¿Jayden resultó ser muy traviesa, verdad? -Expresó Danna. -No se preocupen, ahora mismo la encontramos -Dijo.

    En ese momento, una vocecita me susurró algo al oído. Fue entonces que descubrí a Jayden que intentaba esconderse y la tomé en brazos antes de que pudiera correr. -Te atrapé, no tendrás escapatoria -Sentencié, sonriendo triunfalmente.

    -Si vieras la cara que te está poniendo la nena -Comentó mi compañera entre risas.

    -Eso le pasa por acercarse a mi y hablar, todavía soy más rápida que ella -Murmuré, llevando a la niña con su madre. -Por cierto, he pensado que cenemos en el otro extremo de mi despacho. Acabo de enterarme de que mis hijas prepararon algo delicioso -Añadí.

    -¿Qué será? -Preguntó la enfermera con curiosidad.

    -Si lo digo, ya no será sorpresa -Respondí entre risas. La verdad, era que las niñas no quisieron decirme en qué consistía aquel platillo que habían hecho.

    -Ni modo, habrá qué esperar -Murmuró Dannita, resignada.

    (Otro extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Margaret).

    Después de aquella charla con nuestras hermanitas, mamá Luz llegó para saber cómo estábamos y comentó que Ángel y su niña cenarían con nosotras, hecho que nos dio mucho gusto. Marianna y yo ya teníamos listo un platillo que seguramente les iba a encantar, pero obviamente no revelaríamos en qué consistía, hasta que llegara la hora de servirlo. -Creo que nadie se esperará esto -Dijo Mariannita, al tiempo que yo observava detenidamente lo que ocurría en la oficina.

    -Precisamente se trata de sorprenderlas con algo delicioso -Comenté y dejé escapar una risilla.

    -¿Qué pasa, Maggie? -Quiso saber mi gemela.

    -A Jayden le falló su plan de esconderse, mamá la atrapó justo a tiempo -Indiqué, mientras Luz y Luna reían divertidas.

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  10. (Hospital mágico - 21 de febrero. Área de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. Atendiendo a Ángel y Jayden).

    (Luz del Carmen).

    -Por lo visto esta pequeña se encuentra saludable, pero me gustaría que viniera el próximo mes para llevar un control. Si tienes más niños, también aconsejo que vengas con ellos. ¿Te parece? -Dije con seriedad. No sabía por qué, pero tenía el presentimiento de que algo iba a suceder con la nena, pero no quise preocupar a la joven madre. Era de esas veces que al revisar a una criatura me asaltaba una extraña preocupación. Esperaba poder dormir bien esa noche.

    -¿Necesitas algo más? ¿O ya hago la copia del expediente para entregárselo a Ángel -Preguntó Danna.

    -Voy a terminar de revisar a Jayden, no creo que tarde más de cinco minutos -Indiqué. Después de un rato, ya todo estaba listo para hacer la copia de aquel expediente y entregárselo a la chica. Lo bueno era que ya tenía sus datos personales desde el día anterior.

    -Aquí tienes el pergamino, Ángel -Comentó la enfermera en cuanto acabó de redactar el segundo documento. Mientras tanto, yo devolvía a Jayden con su madre.

    -Pues con esto terminamos la jornada de hoy. Si alguien necesita utilizar el baño, está a su disposición. ¿Gustan quedarse a cenar? -Anuncié y pregunté a la vez. Diez minutos más tarde, ya me había lavado las manos y todo el equipo estaba guardado en su sitio.

    -Bueno, nada más falta acabar de limpiar la oficina. Estará lista en unos segundos -Informó mi compañera alegremente.

    (Otro extremo del despacho de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Marianna).

    -¿Y mami? -Preguntaron Luz y Luna al unísono.

    -Sigue trabajando con tía Danna, no creo que tarde en volver -Contesté.

    -¿Tienen hambre? -Quiso saber Maggie.

    -No -Dijo Luz con ternura.

    -¿Tienen sueño? -Interrogué.

    -No -Respondió Luna en el mismo tono de voz que su gemela.

    -¿Acaso extrañan a mamá? -Preguntó mi gemela con curiosidad. Solo obtuvimos la risa de las bebitas por respuesta.

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  11. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. Atendiendo a Ángel y Jayden).

    (Luz del Carmen).

    -Con esto me acaban de recordar a las tortugas: La nena se escondió con Ángel, como si fuera su caparazón y solo sacó la cabecita para mirar a su alrededor -Describió Danna, intentando contener la risa.

    -¿Y luego se escondió otra vez, no? -Pregunté con curiosidad, llegando a la camilla para examinar a Jayden.

    -¡Correcto! Acabas de ganar más besos y abrazos -Exclamó la enfermera cómicamente, hecho que me hizo soltar una risilla.

    -Así que tú eres la pequeña Jayden, tu mami me ha hablado mucho de ti -Dije en cuanto encontré a la niña y palpé lentamente su rostro. Posteriormente, la tomé en brazos y comencé a revisarla. Su corazón lucía bien, la estatura, el peso, la circunferencia craniana y la temperatura corporal eran normales. Tras darle los datos a mi compañera para que hiciera las anotaciones correspondientes, acaricié el cabello de la nena.

    (Otro extremo del despacho de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Margaret).

    -¿Dijiste traviesa? ¿Estás segura? -Preguntó Mariannita acercándose a mi. -Según alcanzo a escuchar la descripción de tía Danna, es super tímida porque se esconde como las tortugas -Añadió.

    -Pues no te creas, algo me dice que no tardará en gastar una bromita en cuanto tenga oportunidad. Los niños traviesos son mi especialidad -Dije con diversión.

    -¿Qué más ves? Cuéntame -Quiso saber mi gemela.

    -i]Creo que ya empezaron con la revisión[/i] -Informé. Cinco minutos más tarde, sonreí al ver cómo mamá Luz acariciaba el cabello de la pequeña. -Vaya, hasta ahora se ha portado bien... Espero que siga así -Agregué.

    De repente, nuestras hermanitas despertaron e intentaron hablarnos. -¿Sucede algo, gemelas? -Preguntamos al unísono.

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  12. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. Recibiendo a Ángel y Jayden).

    (Luz del Carmen).

    -Mereces que te consientan -Dijo Danna con ternura, al tiempo que yo me levantaba de mi asiento. Mientras ella y yo nos dábamos un fuerte abrazo, sonó la alarma de mi reloj de pulsera. Justo en ese momento, alguien llamó a la puerta.

    -Adelante, Ángel -Indiqué en cuanto la enfermera y yo nos separamos y cada quién tomó su lugar.

    -¡Hola muchacha! ¿Cómo va todo? ¡Por Merlín, qué hermosa niña! -Expresó mi compañera en cuanto la puerta se abrió.

    -Me alegra que estén aquí. Pasen, por favor -Pedí. En cuanto la puerta se cerró, busqué todo lo necesario para comenzar la revisión de la nena.

    -¿Necesitas algo, Luz? -Quiso saber mi amiga.

    -Ocupo que tengas todo listo para apuntar lo que te vaya diciendo, por favor. Antes de seguir hablando, vamos a revisar a esta pequeña traviesa -Informé y caminé hacia donde creía que estaban mi sobrina nieta y su hija.

    (Otro extremo del despacho de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Marianna).

    En cuanto dieron las seis de la tarde, Maggie y yo terminamos de leer aquel libro que nos tenía entretenidas desde la mañana. Mientras tanto, Luz y Luna seguían durmiendo desde que mamá Luz les dio de comer unas dos horas atrás. En ese preciso instante, escuché voces del otro lado de la oficina. -¿Habrá llegado Ángel con su niña? -Pregunté en un susurro.

    -Deja asomarme -Dijo mi hermana en voz baja y caminó hacia alguna parte. -Si, ya llegaron -Comentó unos segundos después.

    -¡Qué bien! Ojalá podamos saludarlas -Expresé. -¿Es bonita la nena? -Pregunté con curiosidad.

    -¡Es preciosa! Pero cuidado, que tiene una mirada traviesa -Respondió Margaret entre risas.

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  13. (Hospital mágico - 21 de febrero. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen).

    Era una mañana fría, pero prometedora. Me levanté temprano para llenar unos formularios y hacer unos informes. Después, decidí salir de mi despacho para verificar que todo estuviera bien con los pequeños pacientes y quienes se encontraban en la guardería. Tras volver a mi oficina, revisé las citas programadas para ese día y preparé todo lo necesario para llevar a cabo las consultas. Sin embargo, no podía dejar de pensar en la charla que tuve con Ángel en la cafetería la tarde anterior. Su hija sería la última persona a la que examinaría, para conversar con la joven madre sobre varios asuntos. Luz y Luna dormían plácidamente en el otro extremo de mi despacho, bajo el cuidado de Marianna y Margaret, aquellas niñas de ocho años que cambiaron mi vida de manera significativa.

    -"Lista para lo que viene?" -Quiso saber Yanel (Mi otro yo).

    -"Afirmativo, colega" -Murmuré mentalmente. En ese momento, la puerta que daba al otro extremo de mi oficina se abrió con lentitud.

    -Ya vine, Luz. ¿Cómo van las cosas por aquí? -Preguntó Danna, cerrando aquella puerta.

    -Sin novedad. ¿Y tú, cómo vas? -Dije y pregunté a la vez.

    -Las chicas están leyendo un libro en lo que las bebés duermen -Comentó mi compañera. -¿Has sabido algo de esa bruja? -Interrogó en voz baja.

    -Todavía no, pero espero que evite poner un pie en este lugar porque se arrepentirá de hacerlo -Susurré, abriendo un cajón de mi escritorio y sacando una pluma del mismo. -¿Qué te parece si comenzamos con las revisiones? -Propuse.

    -Muy bien. La señora Benson y su hijo esperan que les recibas -Notificó la enfermera.

    (Varias horas después - Esperando a Ángel).

    Tras revisar a una niña llamada Jane y dar las instrucciones pertinentes a su madre, aquella cita llegó a su fin. Las volvería a ver el próximo mes. En cuanto ellas se retiraron, hablé mentalmente con mis hijas y sonreí al comprobar que todo estaba en orden. La recuperación satisfactoria de mis bebitas y la revelación que me hizo mi sobrina nieta, lograban mantenerme de muy buen humor, a pesar del cansancio mental que estaba experimentando. Sin duda, aquel día iba a terminar genial. De pronto, mi colgante emitió una leve vibración y sin pensarlo dos veces, puse ambas manos sobre él. Dos minutos más tarde, ejercité el cuello y los brazos para relajarme por completo.

    -Perfecto, ya solo falta revisar a la pequeña Jayden y hablar largo y tendido con Ángel -Informé, archivando unos pergaminos.

    -Faltan diez minutos para las seis de la tarde, seguramente no han de tardar en llegar -Murmuró Dannita, poniendo una mano sobre mi hombro.

    -Dannita, necesito un abrazo -Expresé con voz aniñada, provocando que mi amiga dejara escapar una sonora carcajada y me plantara dos besos en cada mejilla.

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  14. (Hospital mágico - 20 de febrero. Ala de pediatría. Habitación de recuperación. Con Ángel y compañía).

    Definitivamente, debía contarle muchísimas cuestiones a mi sobrina nieta, así que tomé una decisión. -¿Tienes planes para el día de mañana? -Quise saber. Esperaba que tuviéramos oportunidad de hablar tranquilamente y sin interrupciones.

    Tras terminar de alimentar a mis pequeñas, consulté mi reloj y me di cuenta de que era hora de comer. Sin embargo, no fui la única en notarlo. -Chicas, gustan algo de la cafetería? -Preguntó Danna.

    -Muero de hambre... -Expresó Myranda en un susurro.

    -Nosotras también -Añadieron Marianna y Margaret al unísono.

    -Ángel, Luz, ¿Les gustaría ir a la cafetería un rato? -Quiso saber Dannita.

    -Me encantaría ir con ustedes, pero... ¿Quién va a cuidar de las nenas? -Comenté preocupada.

    -¿Y si pedimos apoyo a una de las muchachas? -Propuso Myranda.

    -Nosotras podemos cuidar a las niñas en lo que ustedes comen -Dijo una de las enfermeras que no habían hablado durante todo el rato que teníamos en aquella habitación.

    -Con mucho gusto -Agregaron otras jóvenes al unísono.

    -No te preocupes, mami. Luz y Luna estarán seguras aquí -Aseguró Marianna.

    -Además, nosotras también estaremos pendientes desde donde nos encontremos -Comentó Margaret.

    -Está bien, pero manténganme informada de todo lo que ocurra aquí, por favor -Pedí a las chicas. -¿Deseas venir con nosotras, Ángel? -Pregunté.

    Mientras esperaba la respuesta de la muchacha, me levanté de la silla, dejé a mis hijas en la cuna y volví a sentarme. De pronto, mi colgante comenzó a vibrar de una forma que me hizo soltar una risilla. -"Creo que alguien misterioso está haciendo travesuras con las joyas" -Susurró Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza, al tiempo que mis cuatro hijas y algunas enfermeras reían abiertamente.

    -"¿Acaso mamá Laura se introdujo en ellas?" -Pensé, sin poder parar de reír. Esto se ponía cada vez más divertido.

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  15. (Hospital mágico - 20 de abril. Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen).

    La noche anterior había tenido un sueño en el que el fantasma de mi madre adoptiva aparecía para alertarme sobre un posible peligro. Al despertar, me levanté del sillón-cama dando un salto, desayuné con mis hijas y comencé a arreglarme para realizar tareas pendientes. Una vez estuve sentada frente al escritorio de mi despacho, llamé a Danna por medio de mi colgante. Nada más entrar, la enfermera me dio un beso en la frente y yo se lo di en la mejilla. Tras abrir uno de los cajones, saqué pluma, tintero y varios pergaminos, al tiempo que ella se sentaba frente a mi. Si lográbamos terminar el trabajo en un tiempo prudente, iríamos un rato al parque con las niñas.

    -Menos mal que dimos instrucciones de que nadie nos interrumpiera, ya hemos avanzado mucho -Comenté, pasada una hora de habernos reunido.

    -Unos minutos más y serán las 11:30 de la mañana -Informó Dannita con serenidad.

    -Si seguimos así, acabaremos esto en veinte minutos -Dije en tono alegre.

    -Y lo más importante: podremos relajarnos tranquilamente -Añadió mi amiga.

    De pronto, mi colgante vibró de manera violenta y cerré los ojos con fuerza, pues me estaban ardiendo demasiado. Posteriormente, escuché el llanto de una de mis bebés y el llamado de una de mis hijas mayores, que estaban en el otro extremo. -Me lleva... Hay peligro -Informé incómoda.

    -Tranquila nena, si gustas, voy a ver si todo está bien allá -Propuso mi compañera con ternura.

    En ese preciso instante, una puertecita de la oficina se abrió y alguien se acercó rápidamente a nosotras -Mami, sentimos una presencia extraña -Avisó Margaret.

    -Trae a todas tus hermanas de inmediato, por favor -Indiqué con firmeza. Unos minutos más tarde, mis cuatro niñas estaban con nosotras. -Luz y Marianna, a la cuenta de tres, abriremos los ojos. Una... dos... ¡Tres! -Después de unos segundos, pude ver todo lo que estaba pasando a mi alrededor.

    -Tengo miedo, mami -Expresó Mariannita con lágrimas en los ojos.

    -No se preocupen, todo va a estar bien -Aseguré. Yo también estaba asustada por sentir la presencia de aquella asesina en alguna parte del hospital, pero debía conservar la calma si quería proteger a mis seres queridos.

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  16. (Hospital mágico - 20 de febrero. Ala de pediatría. Habitación de recuperación. Con Ángel y compañía).

    (Luz del Carmen).

    Ángel me preguntó por qué no le había hablado sobre lo que presentía, pero no sabía si darle explicaciones de una vez, o esperar a tener una charla a solas en mi despacho. -Todo esto es muy largo de explicar, nena -Dije al fin.

    -Buena idea, necesitamos relajarnos un poco -Dijo Mariannita ante mi propuesta.

    -Lo mismo digo -Añadió Danna.

    Una vez estuve de pie, desarrugué mi vata. -"Menos mal que guardé la varita en el maletín antes de cargar nuevamente a Luz" -Pensé. Tras sentir que Marianna y Margaret me tomaban de las manos, ejecuté un canto que alejaría toda la tensión generada por lo que había ocurrido.

    -"Respira profundo, nena" -Indicó Yanel (Mi otro yo) dentro de mi mente... y así lo hice en cuanto tuve oportunidad. Al escuchar que las chicas también hacían ejercicios de respiración, sonreí y seguí cantando.

    -Verás, Ángel... Marianna y Margaret son mis hijas adoptivas, no sé si te lo había dicho antes -Expliqué en cuanto terminé mi interpretación. -¿Cómo se sienten ahora? -Quise saber.

    -Percibo menos tensión en el ambiente -Opinó Myranda en tono alegre.

    -Igual yo -Agregó Margaret.

    Repentinamente, mi colgante emitió una extraña vibración que me hizo caminar rápido hasta la cuna, justo cuando las niñas comenzaron a despertar y pedir comida. Me acerqué a ellas, las tomé entre mis brazos cuidadosamente y con algo de ayuda, tomé asiento para darles de comer. -Vaya día -Expresé entre risas.

    (Hospital mágico - 20 de abril. Ala de pediatría. Sala de espera).

    Lyssa - Una extraña persona...)

    Por un momento, Lyssa creyó que alguien la estaba observando a lo lejos, pero prefirió no darle importancia. -"¿Por qué rayos tardará tanto esa muchachita?" -Pensó la rubia disfrazada de pelinegra, al tiempo que miraba su reloj de pulsera. Eran aproximadamente las 11:30 AM.

    En ese preciso instante, la joven que la había atendido unos minutos antes, llegó con otra enfermera. -Disculpe señora, la sanadora encargada de pediatría no se encuentra disponible, pero si deja sus datos, nosotras le avisamos -Indicó la chica. -La dejo con mi compañera para que le dé más instrucciones -Agregó con una sonrisa.

    -Gracias, señorita -Murmuró la bruja al ver que la muchacha se retiraba.

    -Buenos días, señora. Le pido de favor que llene este formulario para tener un registro de su petición -Informó aquella mujer, entregándole unos papeles. Lyssa tuvo qué respirar profundamente para no perder la poca paciencia que tenía.

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  17. (Hospital mágico - 20 de abril. Pasillos del ala de pediatría).

    (Frida - Enfermera).

    Por alguna extraña razón, no terminaba de convencerme la historia de aquella mujer de cabello negro. Por lo tanto, decidí buscar a Danna para comentarle lo sucedido. No obstante, recordé inmediatamente que ella y la sanadora Gryffindor estaban haciendo un trabajo importante y habían pedido de favor que no se les interrumpiera, a menos que fuera por una emergencia. -"¿Qué hago ahora?" -Pensé. Afortunadamente, Ángela pasaba por el lugar donde me encontraba, así que le hice una seña.

    -¡Hola, muchacha! ¿Cómo va todo? -Preguntó la enfermera, acercándose a mi.

    -Necesito hablar contigo... ¿Me acompañas a una zona menos concurrida, por favor? -Expresé en un susurro.

    -De acuerdo, vamos -Contestó Ángela en voz baja y caminamos durante unos minutos, hasta encontrar un espacio donde pudiéramos hablar tranquilamente. -¿Qué ocurre, nena? -Quiso saber mi interlocutora.

    -¿Ves a esa señora de pelo negro? -Pregunté, señalando discretamente a la bruja que estaba en la sala de espera.

    -Si, pero me parece que ese cabello no es real -Opinó mi compañera con el rostro serio.

    -Según ella, vino a preguntar si hay espacio para mañana, pues quiere que revisen a su bebita. Obviamente, no le creí -Murmuré. -Su mirada me da miedo -Añadí.

    -No sé por qué, pero presiento que esa mujer esconde un cabello rubio debajo de esa peluca negra. Si mis sospechas son ciertas, debemos avisar a Danna inmediatamente para que nos dé instrucciones -Informó Ángela con preocupación.

    -Hay qué encontrar la manera de descubrirla sin que se dé cuenta -Comenté.

    -Ahora mismo la encontramos, no te preocupes -Aseguró la enfermera, dedicándome una mirada tranquilizadora.

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  18. (Hospital mágico - 20 de febrero. Ala de pediatría. Habitación de recuperación. Con Ángel y compañía).

    Aquella pregunta me hizo recordar los días que estuve en la mansión Gryffindor. Esperaba tener tiempo para regresar y encontrarme con mi hermana Arabella y otros familiares. Al acordarme de las clases con mi primo Elvis en la academia, unas cuántas lágrimas salieron de mis ojos. -Si no me equivoco, Kris es mi sobrino -Comenté, acercando mi mano a la espalda de Ángel para masajearla un poco. -No te preocupes, nena. Hace tiempo presentía que algo nos unía a ti y a mi, pero no sabía qué... hasta ahora -Agregué conmovida.

    -Si siguen así, me van a hacer llorar -Expresó Myranda con la voz quebrada.

    -Ya se me hacía raro que no te pusieras sentimental en todo el día -Bromeó Danna.

    -Espero que no salgan peleadas -Susurró Marianna.

    -No lo creo. De hecho, están sonriendo -Respondió Margaret en voz baja.

    -¿Hay algún problema con eso, Dannita? -Preguntó Myranda con fingida molestia.

    -Para nada, que cada quién exprese lo que quiera -Contestó Danna entre risas.

    -Perdón que interrumpa esta interesante charla, pero por favor, recuerden bajar un poco la voz. Luz y Luna intentan dormir -Indiqué a las dos enfermeras.

    -Lo sentimos -dijeron Danna y Myranda al unísono.

    -No hay lío, solo era un aviso -Dije con voz serena.

    -¿Entonces la señorita Ángel sería nuestra sobrina, mami? -Preguntó Mariannita.

    -Así es, nena -Informé.

    -Esto es increíble -Opinó Maggie.

    -me agrada recibir este tipo de noticias -Murmuré emocionada.

    -Definitivamente, hemos tenido muchas emociones en un solo día -Comentó Dannita.

    -Estoy de acuerdo contigo -Añadió Myranda.

    -¿Qué tal si nos tomamos de las manos, cerramos los ojos por un momento y respiramos profundamente? -Propuse, levantándome lentamente de mi asiento.

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  19. (Hospital mágico - 20 de febrero. Ala de pediatría. Habitación de recuperación. Con Ángel y compañía).

    Dejé escapar un suspiro ante la negativa de Ángel a que mis hijas Marianna y Margaret le hicieran un merecido masaje. -Está bien nena, como gustes -Dije, al tiempo que estiraba los brazos. -No sabes de lo que te estás perdiendo -Añadí, intentando contener la risa.

    -Yo si quiero masaje, por favor -Pidió Danna con algo de cansancio.

    -Yo también -Agregó Myranda en el mismo tono que Danna, hecho que me obligó a respirar profundamente para no soltar una carcajada, pues Luz y Luna debían dormir.

    -¿Ya tomaron asiento para que podamos ir con ustedes? -Preguntó Mariannita, masajeando mi cuello.

    -Ya están sentadas, hermanita. En cuanto terminemos aquí, vamos para allá -Contestó Maggie, poniendo una mano en mi hombro.

    -Gracias por el dato, gemela -Expresó Marianna en tono alegre, al tiempo que alguien se acercaba a donde estábamos nosotras.

    -Aquí viene la señorita Ángel, mami. Se está arrodillando frente a ti -Informó Margaret en tono serio.

    -Te escucho, Ángel -Indiqué a la joven. Al oír aquella noticia, mis ciegos ojos azules se abrieron como platos. -Sabía que algo me unía a ti -Murmuré con la voz quebrada, volteando mi rostro hacia ella.

    -¡Por Merlín! -Exclamaron las enfermeras y niñas en un susurro.

    -Disculpa... ¿De quién eres hija y nieta? -Pregunté con una sonrisa.

    -"Precisamente a eso me refería, Luz" -Dijo Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza.

    -"Ahora entiendo todo, Yani" -Pensé. Aquel era un acontecimiento que no debía pasar por alto.

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  20. (Hospital mágico - 20 de febrero. Habitación 1 de cuidados intensivos de pediatría. Con Ángel y compañía).

    Cuando por fin pude abrir los ojos, comprobé que ya no veía nada y respiré profundamente. Estaba agotada, pero feliz por el resultado obtenido. -La pequeña Luz quiere estar con mami y Luna -Dijo Danna con voz cariñosa.

    -Deja acomodo bien a esta niña para poder recibir a su hermana -Indiqué. Después de unos minutos, ya tenía a lass bebitas en mis brazos, por lo que aproveché para hacerles una última revisión. -Me parece que es momento de llevarlas a un cuarto de recuperación -Comenté.

    -Buena idea, señorita Gryffindor -Expresó Myranda.

    -¿Alguien de ustedes puede pedir que preparen una cunita para las nenas, por favor? -Pedí.

    -Enseguida, Luz -Respondió Danna. Al escuchar en mi mente la comunicación que mi compañera tenía con las demás enfermeras, sonreí.

    -Con que esa asesina no nos encuentre, todo está bien -Opinó Marianna con seriedad.

    -Será mejor que no toquemos ese tema, hermosa -Añadió Margaret en el mismo tono de voz que su hermana.

    -Tranquilas, creo que ya se dio por vencida -Informé con serenidad.

    (Habitación de recuperación).

    En lo que nos trasladábamos a aquel cuarto, había pasado media hora. Después de acostar a mis hijas pequeñas en la cuna, tomé asiento en una silla con ayuda de Danna y cerré los ojos de nuevo para despejar mi mente. Mientras tanto, a Marianna y Margaret se les ocurrió la brillante idea de masajear mi espalda, hecho que agradecía enormemente. -Por Merlín, mami. Necesitas unas buenas vacaciones -Dijo Marianna con algo de preocupación.

    -Te ves bastante cansada, mami. Debes cuidarte -agregó Margaret con ternura.

    -¿Qué he hecho para que me cuiden tanto? -Pregunté entre risas, al tiempo que alguien ponía una mano en mi frente.

    -Cuidar de los demás -Contestó Danna en tono alegre.

    -Buen punto -Comentó Myranda, dejando escapar un suspiro.

    -Muchas gracias, van a hacer que me ponga roja -Expresé, sintiendo cómo se calentaban mis mejillas. -Niñas, no quiero abusar de su energía, pero creo que Ángel también ocupa relajarse. ¿Pueden darle un masaje a ella también, por favor -Añadí.

    -Claro mami, en un minuto vamos con ella -Respondieron mis hijas mayores al unísono.

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  21. (Hospital mágico - 20 de febrero. Habitación 1 de cuidados intensivos de pediatría. Con Ángel y compañía).

    (Luz del Carmen).

    Al escuchar las palabras de Ángel, sonreí abiertamente. -Creo saber de dónde proviene esa música, pero prefiero no dar nombres para no errar -Murmuré.

    -Algún día lo sabremos -Aseguró Myranda.

    Dos horas más tarde, revisamos los ojos de Luz e hicimos una pequeña intervención en ellos. En cuanto a Luna, su salud había mejorado notablemente. Ahora solo quedaba esperar unos días para ver cómo reaccionaban las pequeñas. -Nunca dejo de sorprenderme -Expresó Danna con alegría.

    -Nosotras tampoco -Añadieron Marianna y Margaret, mientras Luz y Luna hablaban entre ellas.

    -Muchas gracias a todas por el apoyo. Estoy muy orgullosa de ustedes -Comenté, antes de cerrar los ojos y sentir que la nube blanca volvía a formarse en ellos. Al Parecer, el peligro había pasado... de momento.

    (Hospital mágico - 20 de abril. Pasillos del ala de pediatría).

    Lyssa - Una extraña persona...)

    Por causas ajenas a su voluntad, la bruja alta, delgada, de cabellos rubios y piel blanca, había tenido qué dejar de buscar a la joven Gryffindor aquel 20 de febrero, pero decidió regresar dos meses después, con el firme propósito de encontrarla. Solo esperaba no tener qué cruzarse con ninguna enfermera. Esta vez, se puso una peluca de color negro y se pintó la cara, con la idea de pasar desapercibida. Estaba vestida con una blusa roja, falda blanca y zapatos negros. Nada más llegar a la sala de espera, tomó asiento en una silla y miró discretamente a todos lados. De pronto, una joven con bata blanca se le acercó, sonriendo.

    -Buenos días, señora. ¿Cuál es el motivo de su visita? -Preguntó la chica.

    -Vengo a registrar a mi bebita para traerla a consulta el día de mañana -Respondió Lyssa, fingiendo la voz.

    -Voy a verificar si hay espacio para la fecha que solicita -Dijo la muchacha y se retiró rápidamente.

    -"Muy pronto nos veremos las caras, Luz del Carmen Gryffindor" -Pensó la mujer de peluca negra y cerró los ojos.

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  22. (Hospital mágico - 20 de febrero. Habitación 1 de cuidados intensivos de pediatría. Con Ángel y compañía).

    Cuando todas las joyas estuvieron en contacto con Luna, percibimos un gran as de luz que nos dejó sin palabras. Danna miraba el monitor de la bebita con cierta desesperación, al tiempo que Myranda y Ángel echaban una ojeada a Luz, que abría y cerraba sus ojos azules. Mientras tanto, Marianna y Margaret se tomaban de las manos cariñosamente. Sin embargo, yo seguía con mi canto. Tras hacer una breve pausa, agité lentamente la varita hacia un lugar indefinido y de pronto, escuché el sonido de un piano que ejecutaba una música bastante conocida para mi. En ese momento, recordé el día en que Bodrik y yo salvamos la vida de la pequeña Antonella con una pieza curativa. -"Hubiera sido bueno avisarle a Boo" -Pensé.

    -"Tranquila, seguramente ya sospecha algo" -Respondió Yanel en mi cabeza.

    Después de dejar escapar unas cuántas lágrimas de mis ojos, seguí cantando acompañada por aquel piano misterioso que al parecer, no solo yo escuchaba. Ángel, las enfermeras y las gemelas mayores se miraron entre sí, al tiempo que la pequeña Luz volteaba hacia mi. -Mamá -Dijo la nena entre sollozos.

    En cuanto la luz se extinguió, terminé mi interpretación. -Vamos por buen camino, mi Luz -Aseguré a la bebé. Instintivamente, todas contuvimos la respiración por unos segundos que parecían eternos.

    Entonces, lo increíble sucedió: Luna abrió lentamente sus ojos azules y nos vio con ternura. -Mamá -Dijo con voz débil. Luz y yo dejamos escapar un pequeño grito de sorpresa y rompimos a llorar.

    -¡Mi Luna! ¡Qué alegría verte despertar! -Exclamé con la voz quebrada por la emoción.

    -¡Milagro! ¡Milagro! -Gritaron Marianna y Margaret al unísono.

    -Me da gusto que todo haya salido bien y que las niñas hayan dicho sus primeras palabras -Comentó Dannita, dejando escapar un largo suspiro.

    -Ese piano invisible me dejó intrigada -Confesó Myranda con asombro.

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  23. (Hospital mágico - 20 de febrero. Habitación 1 de cuidados intensivos de pediatría. Con Ángel y compañía).

    -Tengo la impresión de que será contraproducente si la sacamos de aquí, luego explico por qué -Susurré, mirando mi maletín. -Bien, todo está en su sitio. No podré hablar durante la intervención, así que cuando veas que pongo el ojo en un objeto, pásamelo, por favor -Indiqué a Ángel. Maggie y Mariannita estaban del otro lado de la habitación, con varias protecciones puestas. Eso me había hecho recordar el momento en que pasamos todas por aquel control de limpieza, poco antes de entrar a la estancia.

    -Informo que los signos vitales de Luna siguen estables -Comentó Myranda, revisando el monitor de la nena.

    -Gracias por decirlo -Respondí, sonriendo bajo el tapabocas. Mientras tanto, Luz estaba bajo el cuidado de Danna, que ya había tomado asiento en otra silla. De vez en cuando, la pequeña volteaba a ver a su hermana y luego me dedicaba una tierna mirada. -Tranquila mi cielo, tu gemela está bien -Aseguré, al ver cómo las lágrimas corrían por sus mejillas.

    -Si te parece bien, voy a ir revisando los ojos de Luz -Dijo Dannita, dejando escapar un suspiro.

    -De acuerdo -Contesté. -Bueno, comenzamos con el proceso -Con mi varita, hice aparecer unas instrucciones en la pizarra que había en la sala y empecé a cantar. Tras hacer que Ángel sacara unos materiales y me los diera, los fui utilizando, tal y como lo había pensado. Tras terminar con la primera fase, repasé mentalmente la segunda y la llevé a cabo.

    -"Venga Luz, ya falta poco para lograrlo" -Anunció Yanel, (Mi otro yo) en lo más profundo de mi mente.

    -"Lo sé, Yani" -Pensé. Por fortuna, había leído sobre cómo realizar una intervención no invasiva y hasta el momento, todo marchaba mejor de lo esperado. La tercera fase fue la más sencilla de todas. Sin embargo, cuando llegué a la cuarta, el monitor comenzó a emitir un ruido extraño.

    -Pulso acelerado -Informó Myranda en tono de alarma.

    -"Luz, este es el momento" -Sentenció Yanel.

    -"No podemos perderla, Yani" -Pensé y tan rápido como pude, coloqué el colgante de Luna al lado izquierdo de su pecho. Posteriormente, Danna se levantó de su silla y acercó a Luz, que sostenía su colgante con una mano. Al poco rato, Margaret, Marianna y otras enfermeras, llegaron para ayudar. Al ejecutar las notas más importantes del canto, hice una seña para indicar que debíamos acercar nuestras joyas al colgante de la bebita, con el objeto de darle energía. Ahora, solo quedaba esperar a que la acción surtiera el efecto deseado.

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  24. (Hospital mágico - 20 de febrero. Habitación 1 de cuidados intensivos de pediatría. Con Ángel y compañía).

    Una vez que Ángel y Danna colocaron los monitores a las nenas, canté nuevamente. Con esto, pretendía encontrar el motivo por el que Luz no había enfocado la mirada cuando estuvo bajo el cuidado de Margaret y Luna estaba presentando lo que podrían ser síntomas de un cuadro cardio-respiratorio. Tras terminar aquella melodía, recordé aquellos estudios que hice con anterioridad. -Sospecho que Luz no verá nada en cuanto pase el peligro. Tendré qué revisarla más tarde. Ahora lo importante es salvar a Luna -Sentencié.

    -No me digas que... -Dijo Danna con incredulidad.

    -Si, el corazón de Luna no está bien y encima parece que es asmática -Informé, intentando contener las lágrimas. -Dannita, necesito que sostengas a Luz y la monitorees, por favor -Pedí con tristeza, mirando a mis dos hijas a los ojos. Un segundo más tarde, escuché un par de vocecitas en mi cabeza, llamándome "mamá". Entonces... lloré en silencio.

    -De acuerdo, nena -Respondió mi amiga y tomó a Luz en sus brazos cuidadosamente. -Tu hermana estará bien, muñeca -Aseguró a la bebita que volvía a llorar.

    Poco a poco fui acomodando a Luna en mis brazos para comenzar un procedimiento que mejoraría notablemente su calidad de vida, si funcionaba. Lo llevaría a cabo valiéndome del método mágico en la mayoría de los aspectos y para el resto, usaría el muggle. Si esto no salía bien, podía tener consecuencias graves. Sin embargo, algo me decía que las cosas iban a salir de perlas. Con otro canto, logré que la niña cerrara los ojos y quedara profundamente dormida. Como pude, saqué mi varita del bolsillo de mi bata y la pasé por el pecho de la pequeña. -Haremos una intervención a Luna para corregir el problema cardiaco que tiene. Por favor Myranda, infórmame cómo van los signos vitales de la paciente -Indiqué.

    -Son estables, sanadora Gryffindor -Dijo la joven enfermera.

    -Muy bien. Ángel, necesito que me acerques el maletín y lo abras un poco. Debo ver el material que tengo ahí para comprobar que no olvidé nada -Comenté.

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  25. (Hospital mágico - Ala de pediatría. Oficina de Luz del Carmen. 20 de febrero).

    (Luz del Carmen - Con Ángel y Compañía).

    Cuando Ángel abrió la puerta, se asomó para pedir ayuda a Myranda e informó que no estaba aquella asesina merodeando por los pasillos de pediatría en ese momento, sonreí levemente. -Menos mal. Andando, no podemos perder más tiempo -Indiqué, adelantándome al grupo con las niñas en brazos.

    -Mami, me sorprende que puedas sostener a Luz y Luna tú sola -Puntualizó Mariannita, un poco más calmada.

    -Es normal, pocas veces la ves hacerlo, nena -Comentó Margaret, señalando los ojos de su gemela.

    (Habitación 1 de cuidados intensivos).

    Tras caminar unos metros, llegamos al área que buscábamos y algunas enfermeras ya se encargaban de tener todo listo en la habitación que se había pedido para atender a mis bebés. -Bueno señoritas, a sus puestos -Ordenó Danna, sacando su varita para acomodar algunas cosas.

    Cuando hice el ademán de acostar a las pequeñas en una camilla grande, Luz comenzó a llorar de nuevo y Luna volvió a agitarse. -"¡Maldita sea, no puede ser!" -Gritó Yanel dentro de mi cabeza.

    -"¿Qué pasa, Yany?" -Pregunté mentalmente, al tiempo que sostenía con firmeza a mis hijas.

    -"Esa mujer sigue buscándote" -Respondió mi otro yo con amargura.

    -Estas niñas no quieren que las suelte... ¡Pásenme una silla, por favor! -Pedí enérgicamente.

    -Enseguida, sanadora Gryffindor -Contestó Myranda. Después de unos segundos, ya estaba sentada con las nenas.

    -Por cierto Ángel, estas bebitas son Luz del Carmen y Carmen Luna, mis hijas -Expliqué. -¿Podrían tú y Danna ayudarme a colocarles los monitores cardiacos, por favor? Si las suelto, no sé qué vaya a ocurrir -Agregué con preocupación.

    (Pasillos del ala de pediatría).

    Lyssa - Una extraña persona...)

    Por más que pensaba, la rubia (Disfrazada de pelirroja) no encontraba el modo de deshacerse de aquella enfermera que la vigilaba, mientras ella había tomado asiento en la sala de espera. -¿En qué momento me podrá recibir alguien? -Preguntó, fingiendo la voz.

    -No tengo idea, señora -Dijo la joven con voz tranquila, mirando a todos lados.

    -No sé cómo, pero usted tendrá qué averiguarlo -Siseó la bruja, lanzando una mirada fulminante a su interlocutora.

    -Lo siento, tengo prohibido interrumpir a los sanadores... Así que tendrá qué esperar su turno, si es que tiene cita -Dijo la enfermera de manera tajante.

    Al oír estas palabras, Lyssa intentó contener la furia que comenzaba a sentir. -"Ya me las pagarás, niña tonta..." -Pensó.

    La chica inspiró hondo para evitar reír ante la reacción de aquella loca. -"En efecto, esta mujer no sabe con quién está tratando" -Murmuró mentalmente.

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