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Luz del Carmen Gryffindor

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Mensajes publicados por Luz del Carmen Gryffindor

  1. (Luz del Carmen Gryffindor - En el palco central con Madeleine y Jim).

    -Te agradecería enormemente la ayuda -Respondí antes de que Jim despertara.

    -Será mejor que te quedes aquí, muchacho. Tu compañera y yo tenemos cosas qué hacer y no podemos perder más tiempo. Te llevaríamos con nosotras, pero aún estás débil. No queremos arriesgarte -Indiqué con bastante seriedad.

    No pensaba decirle lo de las sirenas a ese joven, seguramente no me creería. Era mejor que todavía no supiera nada hasta que acabara todo esto. ¿Pero qué más podríamos comentarle para que se quedara tranquilo y si le preguntaran algo, pudiera contestar? Esperaba que Madeleine tuviera mejores ideas, a mi no se me ocurría gran cosa. Además, debía prestar atención a los pensamientos de Yahara y sus amigos, para apoyarles en lo que necesitaran. ¿Tendría mi nueva acompañante alguna joya para conectarla con las nuestras y comunicarnos mentalmente? ¿Estarían los chicos de acuerdo en que la muchacha fuera conmigo a la piscina?

    -"Entiendo cómo te sientes, Luz. Es muy difícil lo que estás haciendo y vendría bien más ayuda, pero de gente en la que puedas confiar" -Dijo Yahara en mi cabeza. A mi no me importaba compartir mis pensamientos con ella, pero esperaba no importunar a los demás.

    -"Estoy seguro de que todo esto funcionará" -Añadió la voz de Franko y dejé escapar un suspiro.

    -"Muchas gracias por animarme, amigos. Ahora cambiando drásticamente de tema, Marina, te recomiendo confiar mucho en tus dones, pueden ser de gran utilidad... y va para todos. Es muy importante que nos brindemos apoyo unos a otros" -Pensé.

    -Tenemos qué irnos ya. Hasta luego, Jim -Informé, después de que Madeleine habló con el muchacho.

    Cuando salimos del palco central, propuse a la chica que buscáramos un escondite para explicarle mi plan, que básicamente era cambiarnos de ropa, hacer un hechizo para poder respirar bajo el agua y esperar a la señal de la sirena. Una vez dentro de la piscina, ayudaríamos en lo que hiciera falta. No podíamos permitir que Arista se saliera con la suya. Después pensaríamos qué decir para convencer a los magos que todo esto había sido un accidente. Al fin y al cabo, muchas de esas criaturas no habían hecho daño a nadie. No quería que se cometiera una injusticia de la que después, todo mundo se arrepentiría tarde o temprano.

    (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    -No sé si se dan cuenta, pero Luz es una buena chica. A pesar de todo, se preocupa mucho por nosotros -Susurró la sirena.

    -Antes de enfrentar a Arista, debemos alejar nuestros miedos e inseguridades. ¿Qué les parece si cantamos algo? -Propuso el tritón de ojos azules. -Apretemos los colgantes contra nosotros, eso nos ayudará -Añadió.

    -Cuando terminemos, podemos tomarnos de las manos para darnos energía. A la cuenta de tres, empezamos. Una, dos... ¡Tres! -Dijo la morena, apretando el colgante contra su pecho. Al ejecutar la primera nota del canto, escuchó que Luz le hacía la segunda voz. Sin pensárselo dos veces, Franko se unió al dueto, al tiempo que Yahara dedicaba una mirada de ánimo a Marina. Después de unos minutos, se tomaron de las manos. -¿Cómo se sienten ahora? -Preguntó la castaña.

    -Yo... muchísimo mejor que antes -Aseguró el tritón, sonriendo.

    -"¿Y tú, Marina? ¿Cómo te encuentras?" -Preguntó la voz de Luz.

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  2. (Recepción - Comida de navidad).

    No dejaba de pensar en las palabras que dijeron las chicas sobre el piano, hasta que la mente se me iluminó gracias a Yanel, mi otro yo. -"Por algo existe la magia. ¿Y si se utilizan las varitas para afinar el piano?" -Propuso aquella vocecita.

    -"Suena algo loco, pero podría funcionar" -Pensé, sonriendo y plegando mi bastón guía. Finalmente, lo guardé.

    -Sería interesante señorita, pero apenas tengo ocho años -Contestó Maggie a la pregunta de Anna. No pude evitar reír por aquel comentario. A decir verdad, mi niña y su hermana gemela eran un poco más altas de estatura que cualquier persona de su edad. -Ya me acostumbré a que la gente piense que soy más grande -Añadió la nena.

    -Cuando crezcas, seguro nos darás una gran sorpresa -Opiné, abrazando a la niña. -El tema de Maggie es una larga historia, la conocí cuando entré a trabajar a San Mungo, hace dos años. Alguien la había encontrado con anterioridad y desde tal día, ella vive aquí. Se convirtió en mi hija adoptiva, al igual que su gemela. Yo no llego a los 23 años -Expliqué.

    -Pero tú me has cuidado desde que me conociste, tú encontraste a mi hermana gemela y nos volviste a unir... No importa la edad que tengas, eres nuestra mami, un gran ejemplo a seguir -Replicó Maggie, dándome un fuerte abrazo. No pude evitar llorar de la emoción.

    -Maggie tiene razón, nos sentimos muy protegidas contigo, mami -Dijo la gemela de Margaret, acercándose al grupo y plegando su bastón guía, o eso creía yo.

    -Y yo... con ustedes -Contesté entre sollozos, al tiempo que sentía cómo la recién llegada me abrazaba por detrás. -Ahora les presento a mi hija Marianna -Agregué, un poco más calmada.

    -Mucho gusto -Dijeron las dos niñas al unísono y dejamos de abrazarnos.

    -Por cierto... Se me acaba de ocurrir una idea para afinar ese piano que está por ahí guardado. Tal vez suene algo loco, pero creo que funcionará -Informé.

    -¿Hay un piano en San Mungo? -Preguntó Marianna, curiosa.

    -Dice la señorita Anna que podría haber uno por ahí, pero estaría desafinado. ¿Y si lo arreglamos con las varitas? ¿Y si hacemos dueto de voces, Arya? -Respondí y propuse a la vez.

    -Seguramente habría qué hacerle una limpieza -Opinó Margaret.

    -"Necesitamos un piano en el despacho para seguir componiendo canciones" -Pensé.

    -"Puedes probar ese piano y si te gusta, lo pides como regalo de navidad" -Bromeó Yanel en mi cabeza. Dejé escapar una sonrisa... ¿Traviesa? Ni idea. Lo único que sabía es que haría todo lo posible para que la pasáramos bien.

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  3. (Luz del Carmen Gryffindor - En el palco central con Madeleine).

    Cuando los amigos de Yahara me saludaron mentalmente, cerré los ojos por unos segundos. -Si, ya veo... -Murmuré y dejé escapar un suspiro ante el comentario de Madeleine. No sabía si decirle lo que sabía, pero algo me decía que podía confiar en ella. -Muchacha, debo contarte que a alguien se le ocurrió utilizar magia negra para dormir a los espectadores. No me preguntes cómo lo sé porque ni yo misma tengo idea -Expliqué en voz baja y me acerqué disimuladamente a su oreja.

    -Una sirena amiga mía que forma parte del grupo, puso una cara de preocupación cuando la gente comenzó a derrumbarse por culpa de esa magia. Pensé en ir a hablar con ella para preguntarle si tiene información de cómo revertir esto, pero primero quise venir a ver cómo estaba todo por el palco central -Comenté con un hilo de voz y me separé de ella para examinar a Jim. Unos minutos más tarde, ya le había aplicado el hechizo protector de oídos y estaba efectuando aquel canto para despertarle. -Hola, caballero -Dije en cuanto el chico abrió los ojos.

    (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    Tras comprobar que todos podían hablar con Luz mentalmente, la sirena devolvió los colgantes a sus compañeros. -Sugiero que se los vuelvan a poner -Comentó, colocándose nuevamente su medalla de oro.

    -Es mejor que todo el tiempo hablemos mentalmente para que Arista no nos oiga. Voy a probar -Dijo Franko, apretando su joya contra él. -"Espero que todo esto funcione y los magos no nos odien a todos por culpa de unos cuántos" -Pensó.

    -"Yo también lo espero, Franko" -Murmuró Yahara mentalmente.

    -"No se preocupen, haré hasta lo imposible por ayudarles a aclarar esta situación" -Aseguró Luz en sus mentes.

    -Marina, ahora prueba tú, por favor -Pidió la morena, observando a su compañera. Unos minutos después, los cuatro amigos se estaban organizando. El plan que había hasta el momento, era neutralizar a Arista para que Luz pudiera entrar a la piscina, desaparecer aquel collar y por último, efectuar un canto para que todo volviera a la normalidad en aquel lugar. No obstante, tenían la esperanza de que alguien más les ayudara, en caso de que fuera necesario.

    -Yahara, tu voz y la de Luz me suenan prácticamente idénticas -Susurró el tritón, haciendo que la sirena dejara escapar una gran sonrisa.

    Yahara no solía mostrar sus sentimientos a nadie, pero aquel día... simplemente era diferente. Las veces que recordaba haber sonreído de aquella forma, fueron cuando vio a Franko por primera vez, al conocer a sus dos hijas mayores y cuando las pequeñas Yahana y Yahara llegaron a su vida. -"¿Listos para lo que venga?" -Pensó.

    -"Por mi parte, listo" -Respondió Franko mentalmente.

    -"¡Perfecto! Favor de comunicarme cualquier cosa que pase. Yo haré lo mismo" -Indicó Luz.

  4. (Recepción - Comida de navidad).

    (Luz del Carmen - Con Anna y compañía).

    -Pues a ver cómo sale todo esto -Comenté a la directora. -Justo pensaba cómo podríamos hacer para tener un piano aquí -Contesté al planteamiento de Madeleine. -¿Alguna idea? -Pregunté.

    Al escuchar el saludo de Athena, sonreí. Aunque me di cuenta de su titubeo, preferí no darme por enterada. No me gustaba meterme en lo que no me importaba, pero de una cosa estaba segura: Era una excelente persona, al igual que sus compañeras. -Pues hace unos días hubo nacimiento, pero no tengo conocimiento de que en esta fecha hubiera alguno -Respondí a la joven. -Pues hasta ahora soy la única pediatra en el área, aunque las compañeras enfermeras hacen muy bien su trabajo. De hecho, vengo con mi asistente, está sentada con mis hijas en otra parte de la estancia -Dije. No sabía por qué, pero sentía que alguien más estaba por ahí.

    Sin embargo, volví a pensar en Bodrik. ¿Se habría perdido? ¿Estaría muy ocupada? Mientras me hacía estas preguntas, me puse a juguetear un poco con las manos y volví a sostener el bastón guía. -Espero que todo vaya bien con ustedes, chicas -Expresé. De pronto, sentí que alguien ponía su mano en mi hombro.

    -Perdona la interrupción, mami. Carolina está con nosotras y pregunta por ti -Susurró Margaret a mi oído. -Buenas tardes -Saludó alegremente a mis compañeras y me acomodó el cabello.

    -Chicas, les presento a mi hija Margaret -Informé. -En un rato vuelvo a la mesa con ustedes -Agregué en voz baja y deposité un beso en la mejilla de mi niña.

    (Danna - Enfermera. Sentada a la mesa con las niñas y Carolina).

    Después de un rato de charla, Maggie decidió ir a ver cómo iba todo con Luz, mientras que Marianna prefirió quedarse a cuidar el asiento de su hermana. Ya después iría ella. -Estas niñas son muy educadas para su edad -Susurró Carolina en mi oído.

    -Me encanta ver cómo se apoyan, sobre todo en los momentos difíciles -Contesté en voz baja, recordando el día en que Luz encontró a Mariannita escondida bajo un mueble de la recepción y descubrió que ella y Margaret eran gemelas.

    -Ya les escuché -Dijo Marianna con una sonrisa traviesa. -¿Hablaban de nosotras, verdad? -Añadió, cerrando sus ojos ciegos por un momento.

    -Nada malo, nenita -Respondimos Caro y yo al unísono y la niña rió por lo bajo.

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  5. (Recepción - Comida de navidad).

    (Luz del Carmen - Con Anna y compañía).

    Al escuchar que una de las chicas me saludaba, pude recordar dónde me había cruzado con ella. Esperaba que no notara el pequeño cambio que había en mi. Luego haría que tuviéramos una pequeña charla, poniendo cualquier pretexto. -Déjeme pensar, señorita Stark -Comenté, meditando lo que iba a decir. -Tal vez sea buena idea que haya un piano en la sala. Se pueden tocar varios géneros musicales con él y no molesta al personal -Añadí con calma.

    Cuando Arya se presentó y tomó mi mano para saludarme, dejé escapar una leve sonrisa. -¿Lockhart? Te apellidas igual que una amiga -No sabía si la muchacha conocía a Bodrik, por lo que preferí no agregar nada más. Por cierto... ¿Dónde estaba mi jefa? No había escuchado su voz para nada. Esperaba que todo estuviera bien con ella.

    -Ahora mismo no tenemos tanto trabajo, comparado con el resto del año... aunque presiento que eso cambiará muy pronto -Respondí a la pregunta de la joven.

    -¿Saben? Me gusta la idea de reunirnos todos para charlar un rato. Espero que se nos unan más compañeros -Expresé alegremente.

    (Danna - Enfermera. Sentada a una mesa con las niñas).

    Mientras Margaret veía a Luz y las personas que estaban a su alrededor, yo no quitaba la vista de las bebitas que parecían tener curiosidad por todo. -A ver, par de traviesas -Comencé a decir, al tiempo que hacía algunas caras. -¿Qué se traen entre manos, eh? -Pregunté, mientras Marianna dejaba escapar una divertida risita.

    -Tiíta, tenemos hambre -Dijeron Mariannita y Maggie al unísono.

    -En un momento busco algo rico para comer en lo que regresa mami. No creo que tarde mucho -Aseguré.

    En ese preciso instante, Carolina llegó hasta nosotras. -¡Hola! ¿Cómo va todo por acá? Ya vi que la sanadora Gryffindor está hablando con más personas y no quise interrumpir -Comentó la enfermera recepcionista.

    -¡Hola Caro! En un rato iremos a saludar al personal. ¿Gustas sentarte? Luz se alegrará mucho cuando te encuentre aquí -Saludé y propuse a la vez.

    -¡Claro que si! Me alegra que por fin podamos conversar sin tanto trabajo por delante. He conseguido terminar todo lo que tenía pendiente. ¿Cómo están, nenas? -expresó mi compañera.

    -¡Hola Caro! Estamos muy contentas de verte -Contestaron las niñas a una sola voz.

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  6. (Luz del Carmen Gryffindor - En el palco central con Madeleine).

    Antes de que la joven despertara, le apliqué el hechizo protector de oídos. -"Esto es por si las dudas" -Murmuré mentalmente.

    -"¿Mucho trabajo?" -Preguntó la voz de Yahara en mi cabeza.

    -"Regular, me he enfrentado a cosas peores" -Pensé.

    -"Será mejor que prepares tu colgante para conectarlo con las joyas de unos cuántos amigos, hablarán contigo en caso de que yo no pueda hacerlo" -Informó la sirena en mi mente. No pude contener las lágrimas que empezaban a correr por mi rostro. Lo bueno es que no se alcanzaban a ver con claridad, gracias a mis gafas. De pronto, una voz me volvió a la realidad.

    -¡Tranquila nena! Todo está bien -Aseguré al escuchar gritar a Madeleine. Antes de que pudiera darse cuenta, acaricié su mejilla. Después de un rato, ella me miró, saludó y pidió que la soltara. -Con mucho gusto, pero... ¿Crees poder sostenerte sola? -Quise saber. Al conocer su respuesta, dejé escapar un suspiro.

    -¿Tu amigo que todavía duerme, quién es? -Pregunté. -Te encontré con la cabeza apoyada sobre él, usándolo como almohada... Por eso te cambié de lugar -Añadí, soltando a la chica poco a poco y dirigiéndome al muchacho para verificar que todo estuviera bien con él.

    (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    -Si vamos a planear algo, tiene qué ser rápido. No podemos permitir que esto salga mal. De lo contrario, las consecuencias serían fatales -Murmuró la sirena morena.

    -¿Me he perdido algo importante? -Quiso saber Franko.

    -Pedí a Marina que si me ocurría algo, contactara con Luz, ya sea por medio de mi colgante o por una joya suya que pudiéramos conectar con las que esta chica y yo tenemos -Explicó Yahara, quitándose poco a poco su colgante.

    -¿Puedo darte mi medalla para conectarla con el resto de las joyas? Me encantaría ayudar -Expresó el tritón de ojos azules.

    Al ver la cadena de su compañera, la morena dejó escapar un suspiro. -Está bien, no nos vendría mal un poco más de apoyo. Ahora, preparémonos para lo que viene -Sugirió, tras tener en sus manos el colgante de Franko y la cadena de Marina. Al unir las tres joyas, un gran resplandor salió de ellas y se dirigió a los chicos.

    -"¿Quiénes son ellos, Yahara?" -Preguntó una voz idéntica a la de la castaña.

    -"Luz, te presento a Marina y Franko. Chicos, ella es Luz del Carmen Gryffindor. Pueden hablarle, ya les escucha" -Murmuró la sirena mentalmente, al tiempo que dejaba escapar una leve sonrisa.

    -"Hola Luz, mucho gusto. Yahara nos habló de ti hace un rato" -Pensó Franko.

    -"¡Hola a todos! Es increíble lo que unas simples joyas pueden lograr si las usamos bien" -Respondió la voz de Luz, con una ternura que llenaba de paz a quien la oía.

  7. (Presentándome con compañía en la recepción - Comida de navidad).

    Cuando llegamos al lugar donde sería el aperitivo de navidad, Danna dejó escapar una risilla y comenzó a platicarnos cómo era la decoración. A decir verdad, me parecía interesante que tuviéramos un rato para compartir con nuestros compañeros. Al encontrar asientos disponibles para todas, plegué mi bastón guía y lo guardé en alguna parte de mi mochila. La enfermera me ayudó a colocar la sillita de Luz y luna de mi lado derecho, mientras Marianna y Margaret se sentaban a mi lado izquierdo. -Las estaré vigilando -Dijo mi compañera con seriedad, sentándose frente a nosotras.

    -¿Por qué lo dices, hemos hecho algo malo, tiíta? -Preguntó Marianna, extrañada.

    -Mmm, solo por si las dudas -Respondió Dannita, dejando escapar una sonora carcajada.

    -Ufff, ya nos habíamos asustado -Comenté en tono divertido.

    -¡Hubieran visto su cara cuando lo decía, intentaba contener la risa! -Explicó Margaret.

    -¿Me cuidan todo esto, por favor? Voy a saludar a la directora -Pedí a mis acompañantes y saqué mi bastón guía de la mochila. Una vez desplegado, me levanté y seguí la voz de Anna, que hablaba con más gente.

    -Con mucho gusto, nena. Te avisamos si ocurre algo extraño aquí -Aseguró la enfermera.

    -¡Cuídate de los muebles, mami! -Exclamaron las niñas a una sola voz, al tiempo que reían.

    -Buenas... ¿Tardes? ¡Feliz navidad! Soy Luz del Carmen Gryffindor, de pediatría. Espero que todo vaya bien por aquí -Sentí que mis orejas se calentaban por la vergüenza de no haber consultado mi reloj. Mientras esperaba alguna respuesta, noté que la voz de una chica que hablaba con la directora, era bastante familiar para mis oídos.

    -Alcancé a oír que no sabían qué música poner. Si gustan, les ayudo a elegir algo que no moleste a nadie -Propuse a mis compañeras. La música era parte de mi vida, por lo que no me sería difícil encontrar algo adecuado para aquel momento.

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  8. (Hospital mágico - Oficina de Luz del Carmen Gryffindor).

    -La navidad -Comencé a canturrear, al tiempo que acomodaba cosas en los cajones de mi escritorio. -Me invita a ser feliz -Me puse a bailar, al tiempo que buscaba adornos para comenzar a decorar aquella oficina. Me ponía contenta el hecho de recordar que hacía un año atrás, había tenido el presentimiento de que mi vida cambiaría por completo, gracias a aquellas dos bebitas que crecían día con día. Estaba orgullosa de toda mi familia.

    -¡Hola Lucecita! ¿Cómo va todo? -Preguntó una voz conocida, que se oía detrás de mi.

    -¡Hola Dannita! Aquí, pensando decorar todo esto -Murmuré, encontrando una caja que se hallaba encima de un mueble.

    -Si gustas, te ayudo. Por cierto, las niñas se han tomado la libertad de adornar el otro extremo del despacho -Comentó mi amiga enfermera.

    -Eso suena bien. Si no hay inconvenientes, terminaremos con todo hoy mismo -Aseguré, sonriendo.

    -Yo no sé, pero tengo hambre. Presiento que pronto festejaremos -Expresó mi compañera, ayudándome a revisar aquella caja.

    -No te preocupes, yo también. Cuando acabemos, te prometo que comeremos algo delicioso -Indiqué. Media hora después, el lugar estaba más navideño que nunca.

    -Ahora quiero disfrutar -Dijo Danna con voz cantarina, mientras me abrazaba. -La navidad -Añadió, dándome un beso en la mejilla. De repente, la voz amplificada de Anna anunció que el aperitivo de navidad nos esperaba en la recepción del hospital.

    -¡Comida! -Exclamamos las dos al unísono y fuimos al otro extremo, donde estaban mis cuatro hijas. No las íbamos a dejar solas por nada del mundo.

    -¡Hola! ¿Ocurre algo? -Preguntó Marianna.

    -Escuchamos que hay aperitivo de navidad en la recepción -Agregó Margaret.

    -¡Así es! Venimos por ustedes para llevarlas a comer, pero antes... Propongo que nos arreglemos un poco -Sentencié.

    -¡Tienes razón! debemos estar presentables para la ocasión -Opinó Dannita alegremente.

    -De acuerdo! -Dijimos todas al mismo tiempo y comenzamos a prepararnos. En cuanto me arreglé, di de comer a mis bebés y busqué una ropa apropiada para ellas. Una vez las demás chicas estuvieron listas, nos dirigimos al punto de reunión.

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  9. (Luz del Carmen Gryffindor - Saliendo del palco VIP).

    Por fortuna, le había dado a Danna lo que no iba a necesitar y solo me quedé con lo esencial. Tras aplicar un hechizo de seguridad en mis orejas y acomodarme bien los tapones, salí del palco. Una vez fuera, me encontré con Anna y la seguí. Mientras ella curaba a un hombre y a su hijo, yo atendía a una familia. En cuanto efectué un canto curativo y apliqué aquel hechizo auditivo, seguí con más gente. Media hora después, busqué a la directora de San Mungo con la mirada. -Varias personas están a salvo, pero ya quieren irse a sus casas. ¿Cree que sea conveniente permitir eso? -Dije cuando la encontré, al tiempo que le entregaba unos pergaminos. -Danna vendrá a ayudar en cuanto deje a mis hijas en mi oficina -Añadí. Al recibir respuesta, dejé escapar un suspiro.

    -Por cierto, directora, hay personas graves que requieren su atención. En los papeles que le acabo de entregar hay más información. Efectué música curativa y les apliqué hechizos protectores en los oídos -Comenté, señalando a otro extremo del estadio. -Tengo qué ir a verificar unas cosas, Danna la buscará en cuanto venga -Anuncié. Al escuchar su respuesta, me dirigí al palco central. No sabía por qué, pero algo me decía que debía ir ahí.

    Al llegar, me crucé con un montón de personas a quienes fui revisando minuciosamente. -Menos mal que no están graves -Susurré. Decidí aplicarles el hechizo protector de oídos y sonreí. Ahora llegaba el turno de efectuar el canto curativo para despertarles. Mientras cantaba, pude vislumbrar cerca de mi, a una joven de cabello castaño, piel pálida y ojos de un color que se me hacía familiar. -Pardo claro, a que si -Murmuré al terminar la canción. Sus pantalones vaqueros y sudadera le sentaban muy bien, en mi opinión. -Me recuerdas a mi cuando era adolescente -Expresé en voz baja y di a Madeleine un beso en la mejilla derecha. Con mucho cuidado, quité su cabeza del cuerpo de un chico que al parecer, era su acompañante. Seguidamente, acuné a la muchacha contra mi pecho y efectué otro canto para despertarla. Esperaba que funcionara.

    (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    -Acércate más, no nos debe oír nadie -Murmuró la sirena al ver llegar a Marina. -Si me llega a suceder algo, necesito que llames a Luz. Puedes usar esto para comunicarte con ella -Añadió con un hilo de voz, al tiempo que quitaba la mano derecha de su pecho, para dejar al descubierto un precioso colgante de oro. -Otra opción es que si tienes alguna joya, puedes mostrármela para conectar con los colgantes -Explicó en un susurro y dejó escapar un suspiro, sin quitar la vista del agua.

    -Chicas, Vanessa y Valerya están a salvo. Las dejé a cargo de Jeny y Kathya. Aproveché para preguntar por Yahana y Yahara, está todo en orden con ellas -Susurró Franko, tras encontrar a las sirenas en aquel escondite.

    -Menos mal, ya comenzaba a preocuparme también por ellas -Murmuró la morena, observando el colgante que traía su compañero en el cuello. -¡Con razón nos encontraste! Bien hecho -Añadió en voz muy baja.

    -Tranquila, nos avisarán cualquier cosa que pase -Aseguró el tritón con voz apenas audible.

    -"Me encuentro cada vez más cerca de ustedes, espero que estén bien las cosas por allá" -Dijo la voz de Luz en la mente de la castaña.

    -"De momento, si. Mantente alerta por lo que pueda pasar" -Pensó Yahara, al tiempo que dedicaba una mirada cómplice a Marina y acariciaba el cabello castaño de Franko.

  10. (Luz del Carmen Gryffindor - En el palco VIP).

    Tras consultar mi reloj, cerré los ojos momentáneamente, pues comenzaban a arderme. Necesitaba salir pronto de aquel palco para ayudar a Yahara y las criaturas que estaban de su lado, como fuera. Saqué pluma, tinta y pergamino e hice como que dibujaba, para despistar al personal. En cuanto terminé, guardé la pluma y la tinta, doblé el papel cuidadosamente y sin que nadie me viera, lo puse en la mano de Sagitas, no sin antes acercarme sigilosamente a su oído. -Por favor, busca cualquier pretexto para estar a solas y leer esto. Necesitaré ayuda, pero no de cualquier persona... Jamás lo entenderían -Susurré, de manera que nadie, ni siquiera un vampiro o demonio, pudieran escucharme... Solo mi amiga pelivioleta. Un segundo más tarde, estaba cerca de mi asiento.

    -Disculpen, necesito salir un momento para tomar aire -Expresé.

    -"Luz, si piensas encontrarte con nosotros, has de saber que Arista está poniendo trabas. No te metas hasta que yo te lo indique... No puedo sola con todo esto" -Informó la voz de Yahara en mi cabeza.

    -"Yahara, ¿Qué rayos pretende ella lograr con esas acciones, si de todas formas voy a ir? Ni creas que podrá impedir que te ayude" -Aseguré mentalmente.

    -"No sabes de qué cosas puede ser capaz teniendo ese horrendo collar en el cuello. Por lo que más quieras, no vayas a decir a nadie que te conté lo del tritón que se convirtió en humano" -Respondió Yahara en mi cabeza.

    -"Tus secretos estarán a salvo conmigo, no te preocupes. Ahora veré qué puedo hacer en lo que llego. Por lo pronto, veme informando cualquier cosa que pase, por favor" -Pensé y dejé escapar un suspiro. Si no fuera por aquella sirena, no sabría con lo que me iba a encontrar si decidía ir a esa piscina.

    (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    -"Tranquila, te seguiré informando todo como hasta ahora, pero intenta disimular lo más que puedas. Ya falta poco para que nos encontremos" -Pensó la sirena morena, mientras esperaba alguna reacción de Arista.

    -"Tengo miedo por ti y tu familia" -Expresó la voz de Luz en su cabeza.

    -"¡No llores! Todo saldrá bien, no sabes cuánto me ayuda tener esta conexión contigo. Benditos colgantes tenemos" -Murmuró Yahara mentalmente, al tiempo que volvía a apretar la mano derecha contra su pecho.

    -"Te ayudaré mientras pueda. A tu señal, voy para allá" -Respondió Luz en su mente.

    Su hermana menor temblaba envuelta en cólera. Algunos compañeros que estaban de su lado, nadaron hasta donde estaban Yahara y los otros, mientras que otro grupo se alejaba flotando. -¡No! ¡Liz! -Gritó la morena al ver que Arista mandaba una ola en forma de lazo al cuello de otra sirena. Apretó nuevamente la mano contra el pecho y otro haz de luz apareció de la nada (aparentemente) y liberó a la chica de cola verde esmeralda de aquella cosa que amenazaba con matarla. -¡Con esta, ya van varias decisiones equivocadas que tomas hoy, hermana! -Exclamó la castaña, preocupada.

    La sirena de ojos violetas se acercó unos centímetros para ver a Yahara más de cerca y gritó, al tiempo que movía su cola violentamente bajo el agua. Cuando vio que ésta cambiaba de color, la morena apretó una vez más la mano contra el pecho y el haz de luz que había aparecido antes, se intensificó. -Te desconozco completamente, ese collar te tiene aturdida. ¡No te doy la espalda, simplemente intento evitar que cometas una tontería de la cuál te arrepientas toda tu vida! -Gritó con todas sus fuerzas. De repente, el agua volvió a su color original. Esperaba que Luz pudiera llegar pronto, solo con su ayuda podría evitar que ocurriera una tragedia.

    -Niñas, será mejor que nos vayamos. Mami tiene qué arreglar cosas con Arista -Susurró Franko.

    -Está bien, vamos contigo -Dijeron Vanessa y Valerya en voz muy baja.

    -Te las encargo mucho -Susurró Yahara y las pequeñas se alejaron rápidamente con el tritón, sin que nadie los viera. Aquellas palabras que había pronunciado Arista hacía unos momentos, no dejaban de sonar en la mente de de la sirena, como si fueran una maldición. "Entiéndelo hermana, o estás conmigo, o dejas de existir". No tenía opción, debía hacer que entrara en razón. Unos segundos más tarde, la castaña se escondió donde la sirena de cabello teñido de violeta no pudiera verla e hizo una seña a Marina para que se acercara. Debía pedirle un favor muy importante.

  11. (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    -Si, es una bruja -Susurró la sirena. -No creo que seamos gemelas, ella es humana y yo no, así que no es probable -Añadió, tras escuchar la pregunta de Marina. -Aunque... tal vez la conocí en otra vida. Hace mucho que aparece en mis sueños -Murmuró.

    -No creo que Yahara se atreva a decir algo sin antes estar segura de lo que habla -Intervino Franko, acercándose más a la morena.

    -Rápido, debemos volver con Arista, presiento que va a ocurrir una tragedia si no nos damos prisa -Indicó Yahara, al tiempo que apretaba fuertemente la mano derecha contra el pecho y se quejaba levemente. -"Me lleva la..." -Pensó y respiró profundamente para evitar quejarse de nuevo. Parecía que el brazo le temblaba un poco.

    -"Aguanta Yahara, ya voy" -Aseguró la voz de Luz en su cabeza.

    -Yo ayudo a Yahara, ustedes sígannos, por favor -Pidió Franko con una pizca de desesperación en la voz.

    Nada más llegar a donde estaba la sirena de cabello azabache, la castaña se percató de que sus hijas no habían alcanzado a retirarse y se puso furiosa cuando aquella burbuja iba en dirección hacia ellas. Intentó concentrarse para alejarla, pero sus fuerzas disminuían poco a poco. Sus ojos brillaron peligrosamente al mirar que esa cosa había hecho que las niñas se elevaran sobre las cabezas de todos. -¡Auxilio! -Gritaron Vanessa y Valerya. Una de ellas lloraba y la otra estaba realmente enfadada.

    -¿Te has vuelto loca? ¿O qué rayos te pasa? ¿Cómo te atreves a tocar a mis hijas? ¡No te equivoques de nuevo! -Gritó la sirena con rabia, al tiempo que apretaba nuevamente la mano contra el pecho y miraba a Luz, que todavía estaba en el palco VIP. De pronto, un fuerte haz de luz desvaneció la gran burbuja y las pequeñas fueron devueltas al agua. Un minuto más tarde, se encontraban en los brazos de su madre adoptiva.

    -¿Qué ha sido esa... cosa? -Preguntó el tritón de ojos azules.

    -Arista nos mandó una gran burbuja y nos elevamos. Lo bueno es que nos alcanzamos a tomar de las manos -Dijo Vanessa con la voz quebrada.

    -¡Jamás vuelvas a meterte con mi familia! -Exclamó Valerya, dedicando a Arista una mirada cargada de cólera.

    (Luz del Carmen Gryffindor - En el palco VIP).

    Una vez se marcharon Danna y mis hijas, dos personas más llegaron al palco. -¡Hola Cye, tanto tiempo! -Saludé a mi amiga. Por fin sabía cómo era físicamente. -Hola señorita, soy Luz del Carmen Gryffindor -Añadí, observando a la representante de aquel grupo. No sabía por qué, pero había algo en esa mujer que no me terminaba de gustar.

    Tauro propuso que tuviéramos listas nuestras varitas para cualquier ataque sorpresa. Sabía que no habría problema con algunas de las criaturas que estaban en esa piscina, pero con la tal Arista... ni idea. -No está de más que las tengamos preparadas, por si alguien requiere de nuestra ayuda allá -Comenté, levantándome de mi asiento y sacando mi varita, cuyo núcleo era de pluma de cola de fénix.

    -Antes de llegar al palco, me puse unos tapones que me ayudan a amortiguar los ruidos fuertes y anular las frecuencias fuera de mi rango de audición, sin dejar de oír lo que tengo cerca de mi. En mi botiquín tengo más, por si necesitan -Aseguré en cuanto escuché las recomendaciones de Tauro y Anna. Después de todo, había sido buena idea hacer algo para evitar que aquellos tapones no me quitaran la posibilidad de oír a quien me hablaba. Además, mi audición también ayudaba mucho en estos casos... ¿Y qué decir de la visión temporal que tenía cada vez que había peligro? Sin duda, era muy afortunada.

    Al oír la pregunta de Tauro hacia Sagitas, acomodé mis gafas oscuras y me puse a pensar, hasta que... -Se me acaba de ocurrir una idea -Murmuré. -Solo pido que no me pregunten nada mientras la llevo a cabo -Agregué y sonreí. Efectué un canto protector, al tiempo que señalaba a las personas que estaban conmigo en ese momento. En cuanto terminé, mi colgante vibró de forma violenta y dejé escapar un suspiro. Algo malo estaba ocurriendo con Yahara y sus compañeros... Debía apurarme a bajar para ayudarlos. Tras animar mentalmente a la sirena, miré a mi alrededor. La directora de San Mungo anunció que se arriesgaría a salir, cuestión que me sorprendió momentáneamente.

    -¿Puedo salir yo también? Me gustaría ayudar en algo -Expresé. Antes de obtener alguna respuesta, sentí que había peligro en alguna parte del estadio. Llevé discretamente la mano derecha a mi colgante y me puse a juguetear con él, al tiempo que sostenía la varita con mi mano izquierda. Esperaba que aquello pudiera servir a Yahara en lo que bajaba. Algo me decía que debía ir en ese preciso instante, pero preferí disimular. Tendría qué atender indicaciones, a menos que... Ocurriera un milagro que me permitiera encontrarme con aquella sirena. Cuando Anna se retiró, consulté mi reloj de pulsera.

    (Yahara - En aquella piscina).

    -"Muchas gracias por ayudarme, Luz" -Comentó Yahara mentalmente.

    -"Nada qué agradecer. Ahora enfócate en recuperar energías" -Respondió la voz de Luz en su cabeza.

    -No puede ser -Murmuró la sirena morena al notar el brillo del collar que llevaba Arista. -¡Muchacha, deja esa cosa inmediatamente! -Gritó. El cuerpo de su hermana marina estaba cambiando peligrosamente. Menos mal que Franko no podía ver nada de lo que ocurría a su alrededor...

    -¿Qué carambas está pasando? -Preguntó el tritón, angustiado.

    -¡Eso mismo pregunto yo! -Exclamó Vanessa, abriendo sus ojos ciegos.

    -No pasa nada... -Mintió Valerya, buscando la mirada de su madre.

    Cuando Arista miró a Franko y dejó escapar una lágrima, Yahara se puso a pensar en la historia de Ulises, el tritón que se fue con aquella bruja, mientras la sirena de cabello azabache sufría por su culpa. Tras oír que su compañera gritaba con tanto odio y sentir que el agua se agitaba violentamente, la castaña respiró hondo para calmarse. -Escúchame, nenita -Pidió la morena con ternura. -Debes quitarte esa cosa que solamente te hace daño -Añadió, esperando que sus palabras hicieran efecto en Arista, antes de que fuera demasiado tarde para arreglar las cosas.

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  12. (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

     

    Yahara notó la mirada de Marina y le hizo una seña para que se acercara. Un minuto más tarde, la morena y algunos de sus compañeros estaban en una parte, lejos de Arista y quien más estuviera con ella. -Por fortuna, sé quién podrá ayudarnos -Susurró y buscó con la mirada a Luz, que estaba en el palco VIP. En cuanto la vio, notó que algo no andaba bien con ella. No necesitaba examinarla para saber que alguien le preguntaba cosas. -Pero antes, tenemos nosotros qué apoyarla a ella para que no quede mal. Ya bastante está haciendo con decir a los magos que seguro fue un accidente. Miren, ahí está... y es casi idéntica a mi -Añadió en el mismo tono de voz.

    -Espera... Morena clara, ojos azules, cabello castaño oscuro... ¿Humana? -Preguntó Franko casi sin voz.

    -Exactamente, muchacho. Es humana -Susurró la sirena y apretó su mano derecha contra el pecho, una vez más.

    -"Yahara, necesito hablar contigo... ahora" -Susurró aquella voz en su cabeza. -"Voy a enviar a mis hijas a un lugar seguro e iré a buscarte" -Añadió.

    -"Tranquila Luz, aquí te esperamos. Puedes decirle lo que quieras a esa chica, no tengo problema alguno" -Contestó Yahara mentalmente y miró a sus compañeros de reojo.

    -Chicos, Luz viene para acá, solo espero que a Arista no se le ocurra hacerle daño en cuanto la vea -Dijo la castaña con un hilo de voz.

    -Cuenta conmigo, Yahara -Aseguró el tritón en un susurro.

    (Luz del Carmen Gryffindor y compañía - En el palco VIP).

    -Conocí a Yahara hace tiempo, pero no pensé que la fuera a ver ahora y con ese grupo -Expliqué, pues al parecer, Tauro había alcanzado a escuchar lo que dije. -Cuando oí esa extraña canción, noté cierta sorpresa en la sirena, por lo que intuyo que ella ni siquiera se lo esperaba. Reconozco su voz donde sea, por eso me atrevo a decirles que jamás cantó con sus compañeras, seguramente por la impresión. De haber sabido que pasaría esto, no hubiera traído a nadie, ni huviera venido si quiera -Añadí.

    Por fortuna, sabía bastante de defensa contra las artes oscuras e idiomas. Cuando Sagitas habló con la chica de cabello azul, sonreí para tranquilizarla. -Sé lo mismo que ustedes, solo que a veces puedo sentir cosas raras a mi alrededor. Lo que puedo hacer si me permiten, es ir a hablar con Yahara y preguntarle qué ocurre -Miré a Danna y a mis cuatro niñas de reojo. Al escuchar el comentario de la pelivioleta, asentí con la cabeza. -Danna, llévate a las niñas y tápense los oídos. Yo tengo qué quedarme a ayudar -Pedí a la enfermera y di un beso a mis hijas.

    -No te preocupes, Luz. Estaremos bien -Aseguró Danna, dándome un abrazo.

    -Cuídate, mami -Dijeron Marianna y Margaret al unísono.

  13. (Luz del Carmen Gryffindor y compañía - En el palco VIP).

    -¡Me lleva el tren! -Exclamé con voz apenas audible al ver que otra persona llegaba con Sagitas, que se había levantado para buscar o hacer no sé qué cosa. -Muchísimo gusto, señorita, Luz del Carmen Gryffindor -Saludé a la chica de cabello azul. -Le presento a mi amiga Danna James y a mis hijas Marianna, Margaret, Luz del Carmen y Carmen Luna -Agregué, señalando a la enfermera, luego a las niñas que estaban cerca y después a las bebitas que se encontraban en el cochecito.

    Tras haber dicho a Dannita el asunto de la magia negra, la pelivioleta se alarmó y Tauro exclamó algo que no me gustó nada. Respiré profundamente y me aclaré la garganta. -Sinceramente, no creo que todas las sirenas hayan tenido la intención de usar magia negra, más bien... ¿Y si fue un accidente? -Me aventuré a decir. Quería proteger a Yahara y a quienes estuvieran del lado de la justicia. No por unas cuántas criaturas, la tenían qué llevar todas. Cuando la chica de cabello azul y Sagitas llamaron a Anna, la miré fijamente. Era momento de que el personal de San Mungo pusiera manos a la obra.

    -Vaya día estamos teniendo -Opinó mi amiga enfermera, mirándome a los ojos. -¿Con quién estuviste hablando mentalmente, nena? -Me preguntó en un susurro.

    -Con Yahara, una de las sirenas del grupo, aquella que se parece tanto a mi -Contesté en voz muy baja para que solo ella y mis hijas me escucharan. No quería que la gente se alarmara más de lo que ya estaba. Era claro que debía hacer algo por resolver este problema.

    -¿Yahara? Me suena haber escuchado ese nombre en algúna ocasión -Susurró Marianna.

    -Ya somos dos,. Es más, también he escuchado otros dos nombres: Valerya y Vanessa -Agregó Margaret con voz apenas audible. Dejé escapar un suspiro y volteé a ver a las demás personas que estaban cerca.

  14. (Luz del Carmen Gryffindor y compañía - En el palco VIP).

    Tras escuchar las últimas palabras de Yahara, sentí que los ojos me ardían de forma impresionante y mi colgante vibraba con furia. -"¿Ahora qué ocurre?" -Pensé.

    -"Arista utilizó magia negra para dormir a la gente" -Informó la voz de aquella sirena en mi cabeza.

    -"Me dejaste intrigada con lo de la solución..." -Comenté mentalmente, al tiempo que Danna me tomaba del brazo.

    -"Antes de dártela, tengo qué neutralizar a esta niña... Yo te aviso cualquier cosa que ocurra" -Aseguró Yahara con voz tranquilizadora.

    -Luz del Carmen Gryffindor, estás muy rara el día de hoy -Sentenció mi amiga enfermera. -¿Qué pasa por esa cabecita tuya? -Quiso saber.

    -Danna James, una sirena utilizó magia negra para dormir a la gente -Señalé abajo. -Por fortuna, nadie del palco se durmió -Añadí, volteando a todos lados. Marianna y Margaret se miraron contrariadas, mientras Luz y Luna comenzaban a comunicarse entre ellas. Sin embargo, Sagitas permanecía callada, seguramente pensando en otra cosa. Le di un suave apretón de manos y dejé escapar un suspiro.

    (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    -Prefiero ser olvidada, a ser una imprudente cegada por la rabia -Dijo Yahara, mirándo a Arista con furia. -No creas que te vas a salir con la tuya tan fácilmente -Añadió la sirena morena, intentando acercarse a ella. Sin embargo, el revuelco se lo impidió momentáneamente.

    -¡Ya basta las dos! Si Yahara y yo interferimos en tus planes, muchacha, es porque no los creemos correctos. ¿Por qué te empeñas en llevarlos a cabo? ¡No todos tienen la culpa de lo que han hecho solo unos cuántos, métetelo bien en la cabeza! -Dijo Franko, tocando el agua con sus manos. Aunque el muchacho no supo que Arista lo miraba de aquella manera, sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Yahara se acercó a él y lo atrajo hacia ella una vez más.

    -Tranquilo corazón, ya pasó -Dijo con voz apenas audible al oído del tritón y se separó de él. Al ver el collar que mostraba su hermana marina, su rostro palideció por un segundo, para luego volverse inexpresivo. -Precisamente porque sé lo que es, jamás estuve de acuerdo con eso. De hecho, cuando finalizó aquella clase, me juré a mi misma que iba a evitar a toda costa usar la magia oscura -Explicó la sirena con una voz extrañamente suave y peligrosa a la vez.

    -¡Mami! ¿Qué haces? -Preguntó una de las hijas de Yahara, notando cómo ésta ponía una mano en su pecho y dedicaba una mirada fulminante a Arista que a su vez, chapoteaba en el agua burlonamente.

    -¡Aléjate de ahí, Valerya! Puede ser peligroso -Indicó Franko con severidad. La sirenita no hizo caso.

    -¿No oíste? ¡Que te quites de ahí! -Insistió otra sirenita, idéntica a Valerya.

    -Vanessa, por favor no te metas en esto -Dijo Valerya, mirando a su hermana gemela a los ojos.

    -"Valerya, haz el favor de ir con tu hermana a otro lado" -Murmuró Yahara mentalmente, haciendo que la sirenita fuera con Vanessa.

    -¿Nosotras ya nos vamos... -Comentó Vanessa, alejándose junto con su gemela, que miraba pensativa al cielo.

    -Yo tampoco estoy de acuerdo con la magia negra por los efectos que causa. Creo que te estás equivocando una vez más -Sentenció Franko, mientras sus ojos azules adquirían un extraño brillo.

    -Mi estimada Arista, lamento decirte que te has metido en un lío muy grande -Anunció la morena, apretando la mano contra el pecho, al tiempo que un haz de luz surgía de la nada, aparentemente. -Ya no sigas con ese rencor que a la larga, puede matarte -Añadió con voz melodiosa y miró al cielo. Tenía un as bajo la manga, pero todavía no era el momento para sacarlo.

  15. (Luz del Carmen Gryffindor y compañía - En el palco VIP).

    Vaya, al menos mi plan estaba saliendo a la perfección, pero cuando estaba disfrutando de mi pequeña victoria, mi colgante vibró de manera alarmante. -"¿Yahara, estás bien?" -Pensé, intrigada por la situación.

    -"Intento hablar con ellos, Luz" -Respondió la voz de aquella sirena en mi cabeza.

    -¿Qué tienes, mami? -Susurró Marianna en mi oído.

    -¡Estás temblando, mami! -Dijo Margaret en voz baja, tocándome el hombro.

    -¿Qué pasa, Luz? ¿Estás bien? -Preguntó Dannita, también en un susurro. No sabía qué decir, así que asentí con la cabeza e intenté escuchar otra vez los pensamientos de Yahara, pero ella estaba en otra parte.

    (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    Al conversar mentalmente con Luz, Marina le llegó a preguntar si estaba bien, pero no era la única. Un grupo de sirenas y tritones pequeños le hablaban también. -No se preocupen, no pasa nada -Mintió la morena. La verdad es que se sentía realmente mal por los pensamientos que había tenido tiempo atrás, acerca de la venganza. sintió que iba a desmayarse, pero una misteriosa fuerza la mantuvo firme.

    Cuando Yahara les dio aquella noticia, varios de sus compañeros se quedaron atónitos y ella ni se inmutó. -¡Estamos cometiendo un gravísimo error! ¡No todos los magos son malos, comprendan, por favor! -Exclamó con la voz a punto de quebrársele.

    -Estoy completamente de acuerdo con Yahara, no debemos seguir con esta idea tan absurda -Intervino Franko, nadando hasta su compañera y poniendo un brazo en su hombro.

    -Marina, olvida ese dichoso acuerdo, por favor. Además, recuerdo haber dicho en alguna ocasión que si encontraba algún motivo por el cuál no debía llevar a cabo el plan, lo diría sin rechistar. Por eso lo estoy comunicando ahora. Una amiga me ha hecho reflexionar y al igual que ella, muchos magos nos quieren muchísimo... Significamos mucho más que un simple evento como este para ellos -Comentó Yahara, esperanzada.

    -Si se pone en práctica el mentado plan, no les quiero contar lo malo que puede ocurrir -Agregó Franko, sin dejar de sostener a la morena.

    Cuando Arista soltó ese comentario tan ofensivo, Yahara la miró fijamente. -Arista, si pudieras conocer los corazones de la mayoría de los magos, tal vez comprenderías algunas cosas. La rabia te tiene cegada. No lo hagas, por favor -Pidió a la sirena de cabello azabache.

    -Quien esté de acuerdo con nosotros, que nos siga. No podemos permitir esta injusticia. No dejemos que por unos, la paguen todos -Sentenció Franko, resueltamente.

    Al escuchar las últimas palabras de Arista antes de desaparecer bajo el agua, Yahara se tambaleó bruscamente y Franko la abrazó, preocupado. -¡Mami! ¡Mami! ¿Estás bien? -Preguntó una pequeña sirena, nadando hacia ellos.

    -Arista es mala con mami, no la entiende. ¡Nosotros les apoyaremos! -Dijo otra sirenita, siguiendo a su hermana.

    -No puedo más con esta locura, no puedo -Expresó la morena con voz débil. -Luz, quiero ver a Luz... -Añadió, poniendo su cabeza en el hombro del tritón.

    -¿Quién es Luz, mami? -Preguntaron las pequeñas al unísono, pero su madre no contestó.

    -Por favor Yahara, no desfallezcas ahora... ¡Cantemos algo, lo que sea! -Pidió Franko, casi a gritos. De pronto, algunos compañeros efectuaron un breve canto alrededor de Yahara y ésta se sintió renovada.

    -Ahora si, estoy lista. ¿Quién viene conmigo? -Quiso saber la sirena.

    -¡Nosotros! -Dijeron los chicos que quedaban. Yahara y Franko iban al frente, seguidos por los demás. Cuando llegaron al escenario, ya casi todo estaba listo para el tercer número.

    -¡Arista, no lo hagas, por favor! -Exclamó la morena en dirección a Arista, antes de que comenzara a cantar. Los pocos compañeros que habían seguido a Yahara, hicieron la misma petición... pero a ella, simplemente le importó un bledo.

    Aquella música tenía como fin hacer que todo el estadio durmiera, pero no contaban con que no afectaría a un grupo de personas. Cuando el canto estuvo a punto de hacer efecto, la sirena de ojos azules miró triste a Luz, que lloraba sin parar. -"¿Qué pasó, Yahara? ¡Prometiste que hablarías con tu grupo!" -Exclamó la voz en su cabeza.

    -"No pude hacer nada, mi niña... Arista está loca de rabia y muchos la siguieron, estamos pensando cómo detener esto" -Respondió mentalmente, al tiempo que acariciaba el hombro de Franko con suavidad.

    Una vez terminada aquella pieza, Yahara se encaró con Arista, enfadada. -¿Por qué lo has hecho? Me tienes bastante decepcionada con tu actitud -Dijo con una mezcla de rabia y tristeza en su voz. -¿Sabes? En algún momento llegué a creer que podríamos hacer las pases, pero esa posibilidad estaba más que descartada. Sin embargo, nunca pensé que fueras capaz de tanto -Agregó, dedicándole una mirada de reproche a su compañera.

    -De haber sabido que este canto tenía un efecto tan fuerte, no hubiera estado de acuerdo -Susurró el tritón a su amiga morena.

    -"Por Merlín, esto no me está gustando nada" -Dijo aquella voz en la cabeza de Yahara.

    -"Luz, este hechizo es mucho más fuerte de lo que imaginaba. ¿Por qué no me di cuenta antes? Cuando preparamos esta pieza, sabíamos que tenía un fuerte efecto, pero parece que Franko y yo ignorábamos algunas cosas sobre él. Afortunadamente, hay una solución" -Pensó, mientras se zafaba lentamente del abrazo del joven. Estaba dispuesta a sostener una larga conversación con su compañera. Incluso, buscaría la forma de hablar con la manager del grupo, si fuera necesario.

  16. (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    Al terminar la pieza tropical, el público estaba completamente maravillado, hecho que dejó satisfecha a Yahara. -Vén para llevarte a tu lugar -Comentó a su tritón acompañante y le ofreció su brazo.

    -Gracias por concederme esta pieza, señorita -Expresó su interlocutor, dándole un beso en la mejilla, mientras nadaba con ella.

    La sirena se sonrojó levemente al sentir los labios del tritón en su rostro, pero no dejó que se notara. -No sé qué pretendes con hacer eso, pero... -Susurró.

    -Shhhhh, no hace falta que digas absolutamente nada. Si lo he hecho es porque realmente te aprecio. Que no lo quieras ver, es otra cosa muy distinta -Interrumpió en voz baja el joven de ojos azules, con la mirada perdida en dirección a la morena.

    Yahara atrajo a su compañero hacia ella. -Gracias, Franko -Dijo con voz apenas audible en el oído del chico y le plantó un beso en la mejilla. Acto seguido, regresó con las demás sirenas.

    -¡Espera, Yahara! -Exclamó franko sin resultado alguno, mientras otros tritones hablaban entre ellos sobre lo ocurrido.

    Una vez la sirena estuvo con sus compañeras, se dirigió a una de ellas (Marina) y la miró con una mezcla de ternura y seriedad. -Marina bonita, vén acá, nos toca estar juntas en este número que viene. No debemos hacer esperar a Loreley. Creo que será la protagonista de esta parte -Indicó en un susurro. Quería a esa chica como a una hermana, aunque nunca se lo dijera. Por eso siempre procuraba hablarle en tono tranquilo.

    Mientras se preparaba todo para la segunda pieza, la morena no dejaba de pensar en el plan que llevarían a cabo en un momento determinado. Desde que ocurrió aquel incidente, tuvo qué contener esa rabia que sentía, pero en el concierto... tal vez podría salir a la luz. -Esto se pone cada vez más interesante -Murmuró. En ese preciso instante, la imagen de una chica casi idéntica a ella llegó a su mente. Era morena clara, tenía ojos azules y cabello castaño oscuro, pero lo que más le sorprendió, fue descubrir que era humana.

    (Luz del Carmen Gryffindor y compañía - En el palco VIP).

    -Debe ser obra de esas fans alocadas que están ahí -Señalé abajo y miré a Sagitas de reojo. Cuando la pelivioleta me habló al oído, dejé escapar un suspiro. Ya le contestaría luego.

    -¡La gente está muy loca! -Exclamaron Marianna y Margaret al unísono.

    La primera pieza había acabado y yo no dejaba de mirar a aquella sirena, hasta que se retiró por un momento para ayudar a su pareja a llegar a otro lugar. Nada más ver al tritón, noté que era ciego. -Por Merlín, parece que estuviera enamorado de ella -Dije a Sagitas y Danna.

    -Si, se le nota en la cara. Pero ella no se queda atrás -Añadió mi amiga enfermera.

    Unos minutos más tarde, la sirena regresó con sus compañeras y al parecer, se estaba preparando el segundo número. No obstante, aquella joven se mostraba algo inquieta, o eso percibí en su mirada. Al hacer contacto visual con ella, oí una voz en mi cabeza que hablaba de un plan de venganza. De pronto, lo supe: ¡Escuchaba sus pensamientos sin querer! No importaba, ya estaba hecho; tenía qué evitar a toda costa que este grupo cumpliera su cometido... y no me detendría hasta lograr convencerles de que no ganarían nada si seguían con esa absurda idea. -Bueno, aquí voy -Susurré.

    (Yahara - En el escenario).

    A la mitad de la segunda canción, la sirena tuvo qué dejar de cantar porque sintió que alguien la miraba a los ojos. -"Por favor, Yahara, no lo hagas" -Dijo una dulce voz en su cabeza. No pudo evitar poner una cara de asombro al escuchar aquello. Esperaba que nadie lo hubiera notado.

    -"Lo siento, no me queda de otra, Luz. Tengo qué hacerlo por dignidad" -Pensó la morena. ¿Luz? ¿Por qué se le vino ese nombre a la mente? ¿Cómo se había enterado de sus planes y con qué derecho le hablaba de esa forma? Ni idea.

    -"No todos los magos somos malos, te lo digo en serio" -Replicó aquella voz, que era asombrosamente idéntica a la suya. De pronto, la persona que la miraba a los ojos, comenzó a llorar.

    -"Nenita, no hagas eso, por favor" -Suplicó Yahara mentalmente. No soportaba ver a alguien con lágrimas en los ojos. Como pudo, siguió el ritmo de sus compañeras.

    -"¿Cómo no quieres que llore, si ustedes tienen esa mala idea? No creo que esa sea la mejor solución. No por unos cuántos, tenemos qué pagar todos. No es justo, ni correcto" -Respondió la voz entre sollozos.

    -"No entiendes nada. Tenían intenciones de atacarnos. ¿Eso si es justo?" -Pensó la sirena, molesta.

    -"Te comprendo mucho más de lo que crees. Tengo hijas y amigos qué proteger y haría lo que fuera porque estén bien, pero no como ustedes quieren hacerlo. La que no entiende eres tú. Una vez más te pido que recapacites. Estoy segura de que eres buena, solo que la rabia te quema por dentro y te tiene cegada. ¡Por favor, reacciona!" -Contestó esa voz, al tiempo que la humana le dedicaba una tierna mirada.

    -"Está bien, me has convencido. Tienes toda la razón, no sé en qué estaba pensando cuando pasó eso... ¡Soy una tonta!" -Murmuró mentalmente, mientras cantaba con las demás sirenas.

    -"No eres tonta, simplemente estás dolida... Pero no te preocupes, intentaré ayudarte" -Aseguró la vocecita en su cabeza.

    -"Y yo hablaré con el grupo, espero poder evitar lo que se viene" -Pensó Yahara resueltamente, mirando con ternura a la humana.

    Cuando la canción terminó, sonrió levemente y fue al tocador con sus compañeras. -Disculpen, necesitamos hablar seriamente. Hay un ligero cambio de planes -Anunció la morena, decidida.

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  17. (Hospital mágico - Recepción. Pocas horas antes del desastre que andan haciendo quién sabe dónde. *Gruñir*).

    (Carolina - Enfermera recepcionista. Comenzando a atender a Nessa Batería Evans Macnair).

    Al terminar de dar información a algunas personas, volví a acomodar carpetas. Menos mal que ya quedaba poco para terminar esa parte. De pronto, recibí un mensaje de la sanadora Gryffindor, indicando que ella y Danna estarían en su oficina, por si se les llegara a necesitar. Mientras tanto, la señorita Bodrik seguía en la sala de partos. -OK, ahora vamos con estos papeles... -Susurré.

    Pocos minutos después, una joven (Nessa) se acercó a la ventanilla. Era un poco alta, tenía cabello rojo y ojos azules. En cuanto me dijo lo que necesitaba, respiré profundamente para no reír, pues se había confundido un poco. -Hola señorita Nessa, bienvenida. Seguro se refiere a la sanadora Bodrik, jefa de esta sección. Ahora mismo está en la sala de partos... pero si gusta, puedo ayudarle un poco, le presento a otra sanadora o puede sentarse a esperar -Dije, señalando un grupo de sillas ubicadas a unos diez metros de la ventanilla. -Mucho gusto, me llamo Carolina -Añadí, sonriendo a la chica para darle ánimos en su primer día de trabajo.

    (Luz del Carmen Gryffindor - Pediatra. En su oficina).

    -Vaya día -Suspiré y me acomodé en mi silla, mientras Danna masajeaba mi espalda. Agradecí ese gesto con una sonrisa.

    -No te preocupes, llegas justo a tiempo para revisar a Luz y Luna, antes de que nos llamen -Dijo mi amiga enfermera con voz tranquilizadora.

    Cerré mis ciegos ojos azules en un intento por relajarme, eso siempre me funcionaba. De repente, la puerta del otro extremo de mi despacho se abrió. Eran Marianna y Margaret que al parecer, traían noticias. -Hola, pequeñas -Murmuré.

    -¡Hola Mami y tía Danna! Estas niñas son muy listas, ya quieren hablar -Comentó Mariannita, emocionada.

    -¿Otra vez? ¡Qué lindo! -Respondió Dannita, contenta.

    -No dejan de practicar, les encanta experimentar con sus voces -Dijo Maggie, igual de emocionada que su hermana.

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  18. (Luz del Carmen Gryffindor y compañía - En el palco VIP).

    Al no obtener respuesta a nuestro saludo, buscamos un lugar cercano a la salida donde pudiéramos sentarnos. De pronto, vimos que nuestra amiga pelibioleta (Sagitas) se acercaba. Marianna y Margaret intercambiaron miradas cómplices, mientras Danna las observaba. Saludé con la mano a la recién llegada y no pude contener la risa por la cara que ponía al ver a mis hijas más pequeñas. -¡Hola Sagitas, cuánto tiempo! Estas traviesas que ves en el cochecito son Luz del Carmen y Carmen Luna, tienen casi cuatro meses y nacieron el 20 de agosto -Comenté ante el asombro de la chica.

    -¡Hola, señorita Sagitas! -Exclamó Dannita, sonriendo.

    No sabía por qué, pero notaba que mi amiga pelivioleta no se la estaba pasando muy bien en aquel momento. Sin embargo, preferí no decir nada al respecto. Al escuchar su comentario, sonreí, al tiempo que Luz y Luna volteaban hacia ella e intentaban hablar, sin conseguirlo.

    -¡Qué gusto verla de nuevo, señorita de pelo violeta! -Saludaron Mariannita y Maggie, emocionadas. No obstante, rieron y se sonrojaron ante el cumplido de Sagitas... Pero no podía negar que tenía razón. Estas niñas habían crecido mucho en los últimos días.

    -Exacto, nos invitaron y decidimos venir a ver a este grupo -Explicó mi amiga enfermera.

    -Sinceramente no entiendo nada de lo que ocurre abajo, pero ya nos enteraremos. Por cierto linda, tenemos qué hablar seriamente tú y yo por un asunto de im... -Susurré, pero me detuve en seco, pues el evento había dado comienzo. Aquella pieza tropical nos levantó el ánimo a todas. En ese preciso momento, casi me quedaba de piedra al vislumbrar a una... ¿Sirena? que tenía mi mismo color de piel, cabello y ojos. Además, la forma de su cara era igual a la de la mía. Ella bailaba con un... ¿Tritón? y yo comenzaba a hacerme muchas preguntas. Después de unos segundos, saqué mi espejo de manera discreta y me vi en él. -Por las barbas de Merlín -Murmuré acomodándome las gafas oscuras e intentando contener el llanto. Guardé el objeto y tomé las manos de mis dos amigas... Esperaba que nadie notara nada raro en mi. Dejé escapar un suspiro y oí que la chica pelivioleta hablaba sobre no sé quién, pero no entendí bien. Ya le preguntaría luego.

    -¡Miren a esa sirena! -Exclamaron las niñas mayores al darse cuenta del parecido que teníamos aquella integrante del grupo y yo.

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  19. (Yahara - Otra voz principal del grupo "Voices of the Sea").

    -Arista, no empieces con tus comentarios de siempre -Espetó la sirena de piel morena clara, mirando a su compañera con el ceño fruncido. Nadie sabía cuántos años tenía, pero parecía muy joven. Siempre mostraba una apariencia arrogante y reservada. Algunos decían que guardaba más secretos que Merlín, pero solo eran rumores. Era delgada y no se sabía su estatura. Eso si, tenía una larga cola y escamas muy claras que daban un maravilloso toque a su aspecto.

    Al terminar de adornar su larga cabellera castaña oscura con algunas florecillas, observó todo a su alrededor. -Vaya, al menos nos tratan bien, tengo qué reconocerlo -Murmuró con su melodiosa voz a otra chica que había llegado a su lado. -No te preocupes, no me hace falta nada -Añadió, mirándola con sus grandes ojos azules.

    Al sentir agua en el rostro, miró a Arista de manera reprobatoria y endureció el semblante. -Por favor, niña, deja de estar haciendo eso que desconcentra. Ah, una cosa más: No me gustaría que vuelvas a hacer bromas como esa. Si no te conociera lo suficiente, me hubiera ofendido... y mucho -Susurró con voz autoritaria a la sirena de cabello negro azabache.

    Yahara era una de las que imponían la disciplina en aquel grupo, pues tenía la impresión de que en cualquier momento iba a ocurrir un desastre. -Bueno, dentro de poco vamos a comenzar con esto, recuerden todo lo que hablamos antes de llegar aquí. No quiero imprevistos -Sentenció con voz firme y se puso al frente de todos. Al empezar a afinar su garganta, algunas compañeras la imitaron, admiradas por lo que ella hacía. Muchos del grupo la consideraban como su líder.

    Sin embargo, había algo con lo que los espectadores no contaban: Cuando Yahara se sentía atacada, podría resultar peligrosa. No permitiría que nadie hiciera daño a sus amigos. Aunque era dura de carácter, en el fondo, tenía la sensación de que debía protegerlos. Hizo unos elegantes movimientos en la piscina y vio a los pequeños peses que nadaban hacia ella, nerviosos. Esperaba que sus planes salieran a la perfección. Tras dar las últimas indicaciones, hizo una seña a la presentadora. -Podemos iniciar cuando crea usted conveniente -Comentó sin expresividad alguna. Al ver aquellas palabras que aparecían en el cielo, dejó escapar una sonrisa casi imperceptible y mandó besos al público, al igual que otras sirenas.

    La piscina de la carpa se unía a la del escenario mediante un túnel bajo tierra, por lo que fue fácil para el grupo nadar hasta allá, una vez se hizo la presentación. En cuanto las sirenas y tritones tocaron las aguas del escenario, surgieron distintos colores que asombraron a la multitud. De pronto, se pusieron a bailar al ritmo de una hermosa

    tropical que animó al público. Los peces hacían graciosas figuras en el agua, mientras uno de los tritones se acercaba a Yahara para bailar con ella. Otros animales marinos eran los encargados de musicalizar aquella escena. Algunas sirenas realizaron piruetas alrededor de Yahara y su acompañante, que respondieron haciendo increíbles giros.

    (OFF ROL): Por ceguera total, me cuesta insertar alguna imagen o banner, al no encontrar referencia de haberlo hecho bien. Lo siento.
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  20. (Luz del Carmen Gryffindor y compañía - Llegando al palco VIP).

    Salí del hospital San Mungo con mi amiga Danna y mis cuatro hijas, ya que no podía dejarlas solas. Bodrik me había invitado a un concierto que según entendí, era de un grupo formado por sirenas y tritones. Como nunca había presenciado algo parecido, acepté ir. Sin embargo, tenía varias noches que soñaba cosas extrañas relacionadas con esos seres y la gente. Alejé todos esos pensamientos de mi cabeza y sonreí para tranquilizarme. En esa ocasión, me había puesto un traje de gala que consistía en blusa y falda de color rojo, que hacían juego con unos zapatos negros. En mi brazo derecho llevaba una pulsera hecha con perlas blancas y en el izquierdo, lucía un reloj negro. No podía faltar en mi cuello, el colgante con mis iniciales grabadas sobre el escudo de mi familia y unos aretes de oro en mis orejas. Como hacía frío, tenía un abrigo rojo, así como gorro y bufanda. Después de que ayudé a mis niñas a cambiarse, preparé todo lo que nos debíamos llevar, con ayuda de Dannita.

    -Necesito apoyo para poner a Luz y Luna en el cochecito y taparlas -Comenté, guardando mi bastón guía en una mochila.

    -Ahora te ayudamos, mami -Dijo Margaret, una de mis hijas adoptivas.

    -¿Ya encontraste tu bastón, Mariannita? -Preguntó Danna, acercándose a nosotras.

    -Lo tengo guardado desde hace rato -Respondió Marianna, gemela de Margaret.

    Mientras íbamos de camino al estadio New Trafford, mi colgante vibró de manera alarmante y tuve qué cerrar mis ojos azules con fuerza, al tiempo que sentía como una nube blanca desaparecía de ellos. Un minuto después, los abrí y pude ver perfectamente el auto donde viajaba, así como a mis acompañantes. Al descubrir que a Mariannita le había sucedido lo mismo que a mi, puse una mano en su hombro. De repente, una de mis hijas pequeñas comenzó a llorar, al tiempo que su hermana la tomaba de la mano. -Esto me huele a peligro -Sentencié, ajustándome el cinturón de seguridad.

    -No eres la única que lo nota, nenita -Expresó mi amiga enfermera con una seriedad que me puso la carne de gallina.

    -¿Y tus coletas, mami? -Preguntó Marianna, señalando mi cabello castaño oscuro.

    -Olvidaste hacértelas, verdad? -Añadió Maggie-

    Diez minutos después, mis coletas estaban hechas y tenían moños blancos de adorno. Al mirar mi rostro de piel morena clara en el espejo que había sacado de mi mochila, me convencí una vez más de que no necesitaba maquillaje. Una vez llegamos al lugar donde sería el concierto, Marianna y yo nos pusimos anteojos oscuros. "Tenemos qué fusionarnos, Luz". Dijo Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza. "De acuerdo". Respondí mentalmente y sonreí. De pronto, tuve un leve cosquilleo en el brazo, me sentí con más fuerza y consulté mi reloj: Faltaba una hora para la función. Una vez tuvimos todo listo, bajamos del automóvil y nos encaminamos a la entrada del estadio. Danna y yo llevábamos el cochecito con las bebés, mientras que Marianna y Margaret caminaban a nuestro lado, sin perder un solo detalle de lo que ocurría alrededor. Todo se veía increíble y había muchísima gente.

    -¿Ven por qué prefiero llegar temprano a los eventos? -Pregunté a las chicas.

    -¡Qué buena idea tuviste, mami! -Exclamó Marianna, emocionada por lo que observaba.

    -¡Ya quiero llegar al palco! -Comentó Dannita, alzando un poco la voz.

    -¿Y si nos ponemos unos tapones para los oídos? -Propuso Margaret y todas asentimos. Esto prometía ser demasiado ruidoso. Afortunadamente, habíamos traído suficientes artilugios de este tipo que además, nos permitirían seguir escuchando los ruidos cercanos y nos protegían los oídos.

    Varios minutos más tarde (Ya con los tapones auditivos puestos), vimos a un hombre que al parecer, iba indicando dónde estaban los asientos. Abrí el bolsillo de mi abrigo y saqué los dos pases dobles que me dio Bodrik e hice una seña para que mis acompañantes me siguieran. -Disculpe, ¿Nos podría indicar dónde está la zona VIP? -Preguntamos todas al unísono.

    -Con mucho gusto, síganme -Contestó el joven y nos acompañó a nuestro lugar. En cuanto llegamos, le dimos las gracias y nos unimos al grupo de personas que estaban en el palco.

    -¡Buen día! -Sonreí a los presentes y cerré el bolsillo de mi abrigo. En ese preciso instante, vi unos rostros que se me hacían bastante familiares. -Por Merlín, el estadio está super lleno. Traje a mi compañera Danna James y a mis hijas -Señalé a las chicas que también saludaron. El evento estaba comenzando.

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  21. (Hospital mágico - Recepción. Antes de la llegada de Vrael Myrddin).

    Carolina - Enfermera recepcionista. Con Luz del Carmen y Danna, terminando de atender a Atria, Sherlyn y los simpáticos globitos).

    -La primera vez que vi a Sagitas fue en una floristería. Desde entonces, mantenemos una bonita amistad. Lo de salvarme la vida ocurrió recientemente -Comentó la sanadora Gryffindor. Cuando nos atrevimos a decir nuestra conclusión, el globito amarillo dijo que los muggles eran desastrosos. -Tranquilo, amigo. no todos los muggles son como dices. Hay de todo -Susurró la joven morena a donde creía que estaban los globos para después, regresar a la ventanilla en compañía de Danna.

    Sherlyn aseguró que en departamento de accidentes y catástrofes se ocuparían mejor y nos avisarían por carta cualquier información. Al ver su sonrisa, la enfermera y yo nos tranquilizamos y la señorita Luz sonrió. -Fue un gusto atenderles, esperamos verles pronto por aquí, con buenas noticias -Expresé.

    -Les avisaremos cualquier novedad que tengamos -Aseguró mi compañera enfermera ante la petición de Sherlyn.

    -Hasta luego, señoritas y globitos. Quedamos en contacto -Contestamos las tres al unísono, cuando nuestros nuevos amigos se despidieron. No pudimos evitar reír ante el último comentario del globo azul.

    Una vez ellos se marcharon, volví a mi escritorio, al tiempo que la sanadora Gryffindor y Dannita se reunían conmigo. -Espero que Sagitas esté bien -Expresó la señorita Luz, pensativa.

    -No te preocupes, pronto tendremos noticias... estoy segura -Dijo Danna con voz tranquilizadora. -Será mejor que dejemos trabajar a Caro -Añadió.

    -No hay problema, solo tengo qué acomodar papeles y redactar el informe sobre la paciente de maternidad. Esto último lo hago en pocos minutos -Comenté.

    -De todas formas debemos hacer la ronda, mientras esperamos que Bodrik nos llame -Indicó la chica pelicastaña.

    -Tienes razón, hay qué estar pendientes de eso -Se apresuró a decir la enfermera.

    -Cualquier cosa, yo les aviso -Aseguré, sentándome y preparando las cosas necesarias para comenzar con el informe. Un minuto después, mis compañeras ya se habían retirado a realizar sus actividades.

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  22. (Hospital mágico - Recepción. Pocas horas antes de la llegada de Vrael Myrddin).

    Carolina - Enfermera recepcionista. Con Luz del Carmen y Danna, atendiendo a Atria, Sherlyn y unos simpáticos globitos).

    -¡Tranquilidad, por favor! Estoy segura de que todo estará bien con ella -Me apresuré a decir para calmar a los globitos que se ponían cada vez más nerviosos.

    -Si, señorita. Hace unos meses, Sagitas y otras amigas me salvaron la vida... Es muy largo de contar -Confesó la sanadora Gryffindor a punto del llanto, aunque lograba contenerlo de alguna forma que nadie entendía. Conocíamos bien a la chica pelicastaña como para saber que no mostraría sus sentimientos tan fácilmente y mucho menos delante de gente desconocida para ella. -Ayer pensaba enviarle una lechuza para saber cómo estaba -Añadió.

    Sherlyn comentó que la señorita Potter Blue había desaparecido sin dejar rastro y se creía que podría estar en San Mungo, para después preguntar a los globitos si sabían dónde fue vista por última vez. Danna y yo nos miramos a los ojos. -Es muy importante que cuenten todo lo que saben para que puedan seguir con la búsqueda de la señorita Sagitas -Dijo mi compañera enfermera, abrazando a la sanadora que no pudo más y se echó a llorar en su hombro.

    Al escuchar el relato de los globos, me quedé de piedra. ¡Había resultado herida en un incidente que hubo en la estación de King's Cross! Ahora entendía por qué la señorita Luz se oía tan inquieta, cuando me habló a través de su colgante unos minutos antes. Ya había presentido algo malo. Al terminar la historia, todos estos simpáticos amigos comenzaron a decir la frase "Protocolo de búsqueda", una y otra vez. -Pues en San Mungo no está, es raro que no se encuentre tampoco en la clínica "Santos mangos"... -Expresé. Entonces, llegué a una conclusión que no me gustó para nada. -¿No la habrán llevado a un hospital muggle? -Sugerí con lágrimas en los ojos.

    -Me lleva la... ¡Justo eso estaba pensando! -Exclamó la sanadora Gryffindor, separándose lentamente de Dannita y caminando hacia la ventanilla, pero estaba tan distraída que se equivocó de camino y estuvo a punto de chocar contra una pared. Por fortuna, su bastón guía se lo había advertido a tiempo.

    -¡Luz, detente! Voy por ti -Indicó la enfermera y fue hasta la joven morena. -Sobra agregar que también llegué a esa conclusión, ¿Verdad? -Agregó con seriedad, tomando la mano izquierda de la señorita Luz. Se notaba la preocupación en el ambiente.

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  23. (Hospital mágico - Recepción).

    (Carolina - Enfermera recepcionista. Atendiendo a Atria, Sherlyn y unos simpáticos globitos. Llegada de Luz del Carmen Gryffindor y su compañera Danna).

    Aquellos globitos me conmovieron hasta las lágrimas y tuve qué hacer un gran esfuerzo por contenerlas, ya que debía mantener la calma. Al escuchar la petición de Sherlyn, me puse a buscar su nombre en los registros. Cuando la chica comentó lo que había ocurrido con ella, dejé escapar un suspiro. -Por Merlín... -Susurré, esperando no haber sido escuchada por nadie.

    Entonces, recordé que la señorita Sagitas era amiga de la sanadora Gryffindor, por lo que no dudé en comunicárselo por aquel método que utilizábamos con frecuencia para hablarnos sin que nadie se enterara. -Pues aquí donde estoy buscando, no encuentro nada... Voy a verificar un dato, no tardaré -Comenté y me dirigí a mi escritorio. Una vez ahí, toqué mi collar con delicadeza e informé en voz baja a la señorita Luz lo que acababa de saber. Unos segundos después, ella me indicó haber recibido la respuesta que esperaba y por lo tanto, llegaría a la recepción en compañía de Danna.

    -Definitivamente, no está en este lugar -Susurré, apenada. Respiré profundamente y volví a la ventanilla. En ese momento, la sanadora Gryffindor y su acompañante hicieron acto de presencia.

    -Buen día, disculpen la interrupción. Soy Luz del Carmen Gryffindor, encargada del área de pediatría. Ella es mi compañera Danna -Se presentó la joven morena, sujetando su bastón guía con la mano derecha y cerrando los ojos lentamente. Intercambié una mirada discreta con la enfermera.

    -¡Hola! No pasa nada, las señoritas y globitos vinieron a pedir una información -Expliqué.

    -Un gusto saludarles, señoritas y globitos -Dijo Dannita, mirando a las chicas y los globos que se mostraban inquietos. -Si necesitan algo, pueden llamarnos. Estaremos verificando que todo esté bien por acá -Añadió, al tiempo que ella y la señorita Luz se disponían a hacer la ronda.

    -Siento decirles que no tengo registro de que la señorita Sagitas esté aquí -Anuncié con tristeza y dejé escapar un suspiro. De repente, la sanadora y la enfermera se detuvieron en seco.

    -Perdón, ese nombre me suena... ¡Claro! Es una gran amiga -Comentó la señorita Luz con voz aparentemente serena. -¿Ha ocurrido algo con ella? -Quiso saber.

    -Tenemos mucho tiempo sin verla -Añadió Danna con el rostro serio.

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  24. (Hospital mágico - Recepción).

    Carolina - Enfermera recepcionista. A punto de atender a Atria, Sherlyn y unos simpáticos globitos. :) *Sonrisa*).

    Al salir del escondite, me dirigí rápidamente a mi escritorio para seguir trabajando. Afortunadamente, solo me faltaba terminar de redactar un informe y poner algunas cosas en su lugar. Miré mi reloj que marcaba las diez y media de la mañana. Noventa minutos más y por fin podría tomarme un breve descanso para seguir con mis labores después. Estaba ansiosa por saber si la señorita Lockhart se había comunicado ya con la sanadora Gryffindor, pero recordé que ella me informaría cuando eso sucediera. Pasaron cinco minutos y el informe ya estaba listo. Lo puse en un sobre que cerré cuidadosamente y lo envié a quien me lo había solicitado, para continuar con la siguiente tarea: Acomodar pergaminos y carpetas.

    Mientras revisaba algunos papeles, escuché que alguien se acercaba, seguramente, para pedir información. Al oír un saludo, fui hasta la ventanilla para ver quién era. De pronto, descubrí a dos chicas y me percaté de que una de ellas hablaba con... ¿Unos globos? Intenté disimular mi asombro con una sonrisa. Sin embargo, noté cierta preocupación en el ambiente. Esperaba que no ocurriera nada serio. -Buen día, les atiende Carolina. ¿En qué puedo ayudarles? -Saludé. -Qué globitos tan curiosos... -Comenté para aligerar la tensión.

    (En un pequeño escondite, cerca de la recepción).

    (Luz del Carmen, en compañía de Danna. Recibiendo la respuesta de Bodrik).

    En cuanto Carolina se marchó, tuve un presentimiento que me alertó momentáneamente. No sabía por qué, pero llegué a pensar que algo extraño ocurría en un lugar desconocido. Busqué la mano de mi compañera y ella me abrazó con dulzura. En ese preciso instante, mi colgante vibró levemente y escuché una voz bastante conocida. Al recibir aquel mensaje, sonreí. -Dice Bodrik que en cuanto me necesite, me mandará llamar -Susurré.

    -¿Quieres que le informe a Caro? ¿O prefieres hacerlo tú? -Preguntó Danna en voz baja.

    -No hay prisa. Además, debe estar ocupada con el dichoso informe. Será mejor que salgamos de aquí, presiento que algo raro está pasando -Respondí.

    -Siento lo mismo, vamos a ver qué sucede -Dijo la enfermera. Tras salir de aquella estancia, nos dirigimos a la recepción.

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  25. (Hospital mágico - En un pequeño escondite, cerca de la recepción).

    Habían pasado unos dos minutos desde que me comuniqué con Bodrik para preguntarle si requería mi ayuda, pero no había tenido respuesta alguna. -Si gustas, puedes ir a tu puesto de trabajo, Caro. Nosotras te alcanzamos después y te avisamos cualquier cosa. ¿Está bien? -Propuse a la recepcionista en un susurro.

    -De acuerdo, allá las espero -Dijo Carolina en voz baja y salió de aquel escondite apresuradamente.

    -¿Y ahora qué? A ver si la jefa te contesta pronto -Susurró Danna con curiosidad.

    -No puedo más con esta espera -Confesé en voz baja y me puse a juguetear con mis manos, al tiempo que efectuaba un breve canto.

    -Claro, por el tema de las niñas... ¿No? -Preguntó mi compañera en un susurro.

    -Exacto, se alimentan cada cuatro horas. Aunque ya les di de comer, no dejo de preocuparme -Dije en voz baja en cuanto terminé de cantar.

    -Es comprensible, pero no creo que tardemos mucho en regresar -Susurró la enfermera con voz tranquilizadora.

    -Gracias por tener las palabras correctas para todo, Dannita -Expresé, un poco más calmada.

    (Un extremo de la oficina de Luz del Carmen).

    (Una niña llamada Marianna).

    El día transcurría con normalidad. Margaret y yo estábamos jugando y hablando con nuestras hermanas que parecían entretenerse bastante. Sin embargo, no dejábamos de preocuparnos por mamá. Dejé escapar un suspiro, al tiempo que cargaba a Luna. Al parecer, ella había notado mi estado de ánimo porque enseguida tomó mi mano derecha e hizo un sonido con su vocecita, provocando que Luz la imitara. Mi gemela y yo nos echamos a reír. -Creo que intentan hablar -Comenté.

    -Es lo mismo que pensaba yo -Respondió Maggie.

    -Estas niñas se dan cuenta de todo -Dije sin poder contener la risa.

    -No se les puede ocultar nada -Añadió mi hermana, riendo también.

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