Jessie Black Lestrange

Sonrió ante su alumna, le alegraba que no llegará tarde y por eso las cosas serían más sencillas. Más sabiendo ahora que su alumna no tenía conocimiento previo sobre la magia curativa. -Me alegra saberlo Saori, así podremos comenzar desde cero Sonrió y tras borrar lo que estaba escrito comenzó a escribir nuevas cosas en la pizarra. -Cómo podrá notar, señorita Rambaldi, la magia de sanación es muy variada y peligrosa si no es utilizada correctamente Término de escribir aquello que tan ansiosame queria enseñarle a su alumna. -La sancion es una magia peligrosa, si no es utilizada a conciencia termina afectando más de lo que pudiera ayudar Dejo la tiza a un lado y volteó a ver a su alumna con una consoladora sonrisa. -Por ejemplo, un hechizo Episkey más efectuado puede en vez de sanar la herida provocar una más grande, intentemos lo Hizo aparecer un muñeco frente a Saori con múltiples heridas a la espera de que está pudiera comenzar con su preparación. @

ID: 109560 Nick: Jessie Black Lestrange Link a la Bóveda Trastero: 107236 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento:92275 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2019-01-13 Poción: Veritaserum Puntos: 160 P Precio: 8000 G Poción: Pocion incorporea Puntos: 80 P Precio: 4000G Total de puntos: 240 Puntos Total de Galeones:12000 Galeones

Finalmente podía invocar a un señor del caos y al parecer el señor tenebroso estaba de su lado ya que frente a ella apareció un gran cíclope, un ser de un solo ojo que sería un mercenario al servicio de Jessie. Vio a la pantera correr en su dirección, sabía que el Oppugno no había funcionado pues su oponente le había lanzado un floreus y ella estaba consciente de ello. El cíclope se interpuso entre Jessie y la pantera lanzándose un certero fuego maldito qué redujo hasta las cenizas a la pantera de Kaori. Sintió el primer absorvente antes de que la pantera la atacará y quedará reducida a cenizas; mientras eso pasaba Jessie centro toda su atención en curar sus heridas, aunque pequeñas, que a la larga podrian traerle consecuencias. Pensó en un sencillo pero certero Episkey que curo su mano izquierda en cuestión de segundos justo a tiempo para ver a la pantera desparecer. Sintió un dolor en su pierna derecha pero en realidad no le importaba mucho, sabía que hacer y cómo hacerlo. Volteó a ver al cíclope y sonrió en su dirección viendo cómo esté atacaba a Kaori con un Fuego maldito en forma de libélula gigante mientras ella se aplica un Episkey en su pierna derecha curando sus heridas. Sonrió en dirección de Kaori, las cosas se habían nivelado, solo un poco pero lo habían hecho y por ella estaba más que perfecto. Ahora tenía a alguien a su lado para ayudarle y facilitarle el trabajo.

1d7 señor del caos

Observó a Kaori pues sabía que gracias. Su invocación del señor del caos se había visto libre del daño causado por Jessie. Suspiró y desecho esa idea. Mientras ese señor del caos estuviera en el campo de batalla no podría atacarla ya que sus acciones no causarían daño alguno. -Oppugno - murmuró en dirección a la pantera que Kaori había transformado a partir de un morochos -Ataca - ordenó sin miramientos apuntando en dirección a Kaori con su varita. Vio como la pantera se revelaba contra quien la había creado a partir de una banca e iba directo a atacarla. Lanzándose directo a su mano dónde sostenía la varita y aunque estuviera su señor del caos... No evitaría ser lastimada aunque después sería curada por si invocación. -Absorvere- murmuró apuntando a la mano izquierda de Kaori, escuchando cómo está sé rompía en sus huesos debido al hechizo de Jessie mientras veía sonriendo como la pantera seguía mordiendo y desgarrando la mano derecha de Kaori.

@Bakari Para poder seguir con mi duelo requiero que se me aclare una duda a la brevedad posible, por favor. El cantar del eleboro tiene como finalidad el sanar y prevenir ataques sensoriales que están conectados a cierta clase de neuronas que si se atrofian no pasa nada, es decir puedes respirar sin reconocer olores, puedes comer sin reconocer sabores. El cinaede afecta la tráquea, impidiendo el paso de aire oxigenado a los pulmones y por lo tanto al cerebro. A lo que voy. Ataque a mi oponente (Kaori) con un cinaede y ella refiere estar cubierta por el cantar del eleboro y por lo tanto no está afectada por el veneno de mi ataque, pero el caso sería que ella no se percataron del veneno por el olfato, sino que su tráquea se inflamaria impidiendo el paso del oxígeno. Mi duda es... ¿Qué procede? Espero atenta su respuesta ya que esto es por tiempo.

Jessie sabía que sus acciones comenzaban a verse mermada desde el momento no qué sintió que su varita vibró de forma rapida anunciándolo de un hechizo que privaría su magia por un tiempo. Suspiró pues sabía que pocas eran sus posibilidades y aún menores teniendo su propia magia en contra. Pues gracias al hechizo de Kaori ahora no era capaz de invocar a ningún señor del Caos. Su hechizo no había logrado ningún efecto sobre su oponente y la resequedad en su garganta, gracias al veneno que Kaori le había arrojado encima. Aferrando su varita con su mano izquierda Término de curar el Cinaede mandado por Kaori pensando en un efectivo episkey, tantos años impartiendo la clase de primeros auxilios le habían dejado demasiada práctica en hechizos curativos. -Cinaede - murmuró apenas de forma audible apuntando en dirección de Kaori sabiendo que el veneno gaseoso extraído de los pétalos del pensamiento atacaría el tracto respiratorio de su contrincante impidiendole la respiración provocándole una trágica muerte. La observó, pues sabía que no debía de ser dura con ella pero también debía de dar lo mejor de sí misma para poder salir de aquella prueba.

Finalmente el día de la prueba había llegado. Tras mucha práctica y eventos inesperados llegó el momento por el que se había esforzado por tanto tiempo. Escuchó con atención las palabras de Bakari para después seguirlo al lugar donde los llevaría para realizar el examen. Observó a su sobrino intentando descubrir que le pasaba con una de sus compañeras pero tras las palabras de Bakari volteó a ver a quien sería su contrincante. Respiro profundamente cerrando sus grises ojos para relajarse en el momento. En sus manos portaba cada uno de los anillos que había ido obteniendo en cada clase que cursaba así como los amuletos que había logrado conseguir hasta el momento. Se sentía extraña y no sabía él porque. Sospechaba que no debía de ser muy agresiva o su sobrino se enojaría con ella. La escuchó hablar y supo de inmediato que sus palabras no serían algo beneficioso para ella. -Anapneo- susurró apuntando a su garganta sintiendo como está se despejaba tras el hechizo de Kaori. Volteó a ver a Aries pero no debía de distraerse o las cosas podrían salirse de control. Volvió a respirar profundo, sintiendo aún esposa su garganta, sabía que aún debía de terminar de curarse pero tenía tiempo. Alzando su varita firmemente sujeta en su mano izquierda apunto directo al rostro de Kaori; aquella clase de hechizos eran complicados pero había estudiado arduamente para poder conseguirlo. -Arenas del hechicero- pensó observando firmemente a Kaori. Sabía el efecto de aquel hechizo, ya que los huesos triturados de algún mago caerían en los ojos de su contrincante impidiendo que está pudiera ver con claridad e incluso apuntarle fijamente. Su pecho comenzaba a arderme de nueva cuenta, pero debía de tener paciencia porque faltaba poco para que terminara de curarse.

Esperaba por Aarón pero este no llegaba y Jessie comenzaba a impacientarse. Solía tener mucha paciencia pero andar con vestido blanco no era lo suyo. Suspiró e intento relajarse pero no había nada que la tranquilizara; si tan solo su medio hermano apareciera o Aries... Pero tal parecía que los hombres de su familia desaparecían cuando más se los necesitaba. Al final tal vez le dijera a Bipa que la acompañara o transformaría a Estrella en un hombre... Que debería hacer... Unos golpes en su puerta para después escuchar cómo está se abría llamaron su atención, provocando que se pusiera de pie de un salto con la varita en ristre. -¡Oh Mi... madre!- sonrió caminando a su encuentro con graciosas -León... Un placer, espero sepas cuidar a mi madre Un brillo malicioso apareció en sus grises ojos al observar al hombre de quién hablaba Mía, sonrió con malicia y luego extendió su mano en dirección del hombre tras guardar su varita entre los pliegues de su vestido. @@Mia Black Lestrange @León Crowley @

Era el primer mes del año en curso y Jesseca tenía que impartir de nueva cuenta la clase de primeros auxilios. Había sido entretenido presentar la clase de Conocimiento de maldiciones y aunque se había divertido no cambiaría por nada su amada asignatura. Se sentía en su elemento en aquella clase y más al regresar en sus recuerdos a su pasado y todo lo que había vivido en el hospital San Mungo de enfermedades y Heridas mágicas. Caminaba con elegancia por el aula asignada por la Universidad Mágica para aquella asignatura. Observaba la nieve caer por la ventana mientras sus grises ojos se perdían en el cielo encapotado por nubes color violeta. Su larga túnica color gris rata caía con elegancia hasta el suelo cubriendo sus zapatillas de tacón bajo del mismo color. Su cabello rojizo caía en desordenadas ondas por su espalda donde un moño gris lo sujetaba en una coleta suelta cerca de sus hombros. Suspiro y parpadeo un par de veces; alejándose de la ventana camino con una elegancia aristocrática hasta la pizarra en el frente del salón comenzando a escribir. PRINCIOS BASICOS DE PRIMEROS AUXILIOS Cómo actuar ante una emergía. ¿Cuáles son los principios básicos de la curación? Pociones, ungüentos y esencias que ayudan o facilitan la curación. - Bien, creo que para comenzar no está nada mal Observó lo que había escrito en la pizarra llevando su dedo índice y medio a su barbilla de forma pensativa. Escuchó un ruido a sus espaldas; su alumna había llegado. Se volteo con soltura sonriendo de medio lado a la chica. - Buenos días, mi nombre es Jesseca Black Lestrange y soy la titular de la asignatura de Primeros Auxilios Mágicos. Como puedes notar, en la pizarra tenemos un cronograma de la clase que nos servirá como guía. Pero primero que nada me gustaría saber si tienes conocimientos previos sobre sanación. Guardó silencio esperando la respuesta de Paula Malfoy; ya que a partir de ahora vería como llevaría la clase de acuerdo a los conocimientos de la chica.

Aquella clase parecía un completo caos, tal como el nombre del libro que estaban estudiando, entre que veía señores del caos ser invocados y ruedas que aumentaban o disminuían tu poder de acuerdo a como la suerte te sonriera... Camino aferrando su varita en su mano izquierda mientras invocaba a la rueda del caos esperando que la suerte estuviera de su lado pero al parecer está la había abandonado. Se sintió de un momento a otro más débil, cómo si su poder mágico lenguajes y aquello no era algo bueno. En batalla eso supondría verse en desventaja aunque de momento no podría quejarse solo era una simple práctica. Si mal no recordaba solo le restaba experimentar el poder de una rueda más, pero ¿Y si practicaba de nuevo a invocar a un eñor del caos para tomarle bien el truco? Se sereno lo más que pudo, volviendo a canalizar sus pensamientos y emociones negativas en medio de sus manos, esperando el momento preciso para invocar a un nuevo señor del caos.

1d10 Rueda de poder

Viana de Roca Gris No llegaba, el sobrino de Jessie no llegaba y yo no acostumbraba a utilizar tacones y aquellos me estaban matando. Cerré los ojos intentando tranquilizarme pero mi nerviosismo más las extrañas emociones de Jessie iban a terminar por volverme loca. ¿Porque se le ocurría celebrar de nuevo una boda? Al parecer no había tenido suficiente con la celebrada el año pasado. Una lechuza dejó caer sobre mi rosado cabello una carta, al leerla sentí como mis ojos querían salirse de sus cuencas. La locura era de familia. Suspiré y entre en la mansión, a fin de cuentas Jessie me dijo que cuando estuviera lista podría irme a vivir ahí y de momento tenía cosas que hacer ahí. Caminé hasta el jardín donde busque a los elfos que parecían vueltos locos de un lado a otro, con las ganas que me daban de cortarles sus orejas y luego sersenarles las cabras pero seguro la madre de Jessie me decapitaría luego a mí solo por intentarlo. Me encogí de hombros e indique a los elfos lo que el sobrino de Jessie me había pedido, no me iban a hacer caso, al parecer pero tras mencionar el nombre del mago todos pusieron pies en polvorosa y se pusieron a realizar lo solicitado. -Debe ser alguien peligroso o... Bueno, alguien peligroso Comencé a caminar dando pequeños saltitos arrepintiendome en el momento cuando los tacones se clavaban en el piso. Una chica llegó y me acerque a ella entregándole la invitación y luego apareció la mujer que había visto en la biblioteca con el chico confundido... Koseh... Creo que así se llamaba. A ella también le di otra invitación, si estaba ahí era por algo aunque temía que Jessie no se tomará del todo bien su presencia. Sonreí en su dirección esperando a que más gente llegará, quería preguntarle por el chico confundido pero tampoco me atrevía del todo. @ @@Mei Black Delacour @

Caminaba de un lado a otro en su habitación, sabía que Viana ya había llegado pues sentía su presencia muy cerca. Suspiró y se dejó caer en la cama viendo su reflejo en el espejo de cuerpo entero que había frente a la cama. Su cabello caía de forma pulcramente desordenada en una trenza con pequeñas rosas blancas cada dos espacios. Sus párpados tenían un color durazno que bien se podría perder un poco cuando abría sus ojos. Un rubor superficial adornaba sus pálidas mejillas, así como un brillo extraño adornaba sus labios color carmín. Intentó sonreír pero no podía. Era su boda, es verdad pero a diferencia de la vez anterior ahora tenía muchas cosas de las que preocuparse. Desvió la mirada de su reflejo y camino hasta el armario de dónde saco un sencillo vestido color hueso con encaje de un gris muy claro. Lo paso sobre su semi desnudo cuerpo abrochando con rapidez los botones de perlas a su espalda. Le llevaba un par de centímetros por arriba de las rodillas, ajustado en el torso y suelto en la falda con un corte recto en el pecho. Se observó una última vez y suspiró volviendo a intentar un amago de sonrisa y esta vez lo logro. Ahora sólo debía esperar a que Aries llegará por ella y para eso contaba con Viana.

Viana de Roca Gris Aventurera, intrépida, aguerrida, que rompía las reglas... Sí, regularmente eran cosas que Jessie solía decirme para referirse a mí y aunque en el pasado eso me ayudó a mantenerme viva y cuerda en aquel lugar, ninguno de aquellos seres me daba tanto miedo como ella. Jesseca, parada en frente de mi, con su actitud sería y desepcionada de mi. Desvie mis verdes ojos al reloj de pulsera y supe porque estaba molesta. Su mirada se desvió a alguien detrás de mí; con cuidado y simple curiosidad voltie a ver a quién observaba y por qué sus facciones parecieron endurecerse por un mili segundo para después poner esa máscara de carisma que tenía para con todas las personas. Eso era lo que me daba más miedo de ella. La forma tan rápida para cambiar sus facciones de acuerdo a la situación lo demandaba. Y ella solo ponía esa cara con personas con quiénes debía de fingir ser alguien que no era. ¿Era acaso que ellos dos eran peligrosos? Temerosa, me acerque a dónde estaba Jesseca, sonriendo de lado con indiferencia siguiéndole el juego, llegué a su lado saltando frente a ella y sintiendo su escrutinio de arriba abajo. -¿Estás bien? No te han hecho nada ¿O sí? - me preguntó revisandome con minusiocidad y observando mis facciones. Rodé los ojos con cansancio, ya sabía yo que vivía bajo amenaza pero llegar a ese grado. -No sé si estás preocupada por mí o por tí - le respondí cruzandome de brazos en voz baja, casi inaudible mientras veía como Jesseca tocaba uno de sus anillos sintiendo como el aire a nuestro alrededor cambiaba -De nuevo esa cosa... Jesseca, en serio, no hay nada que temer Ella negó fingiendo que me veía pero yo sabía que en realidad veía sobre mi hombro. Su calidad sonrisa ocultaba a la perfección, para aquellos que no la conocían, su postura firme y altanera. Y aunque sus grises ojos brillarán, yo sabía perfectamente que no era por amabilidad, sino una pantalla que había desarrollado para que no vieran la crueldad que destilaba de los mismo. -Vámonos ya, perdón por haberte hecho venir, solo que ocurrió algo y debía ayudar... Bueno no debía pero sabes cómo soy- bajé la cabeza apenada mientras me colocaba a su lado y jalaba su mano. -Eres todo lo que yo perdí y tranquila, que hables en tu voz normal no hara que te escuchen, no pueden hacerlo- sonrió con esa malicia que yo le conocía tan bien al acariciar aquel extraño anillo, pero que a ojos de extraño podía pasar por una sonrisa sincera. -Vamos Jesseca... Le pediré a Uri que venga por lo que debo estudiar La vi asentir sin despegar la vista de la mujer que nos había ayudado. Al parecer el chico que causaba problemas le era indiferente; me encogí de hombros y sonreí a los dos agitando la mano para despedirme al tiempo que sentía la mano de Jesseca en mi espalda sacándome de la biblioteca.

Viana de Roca Gris Era la primera vez que pisaba aquella mansión. Sabía que Jessie vivía ahí y que yo tarde o temprano tendría que venir pero ahora... -¿Porque tengo que ser yo quien busque a su sobrino? Sabía que Jessie se iba a casar, según yo ya estaba casada con Otto pero ¿De nuevo? Me encogí de hombros y seguí mi camino atravesando los amplios jardines de la mansión, Jessie no llegaría hasta más tarde. Aries sería el encargado de entregar a Jessie, ¿Es que acaso no tenía hermanos? O a lo mejor si los tenía pero no se llevaba bien con ellos. -Bueno, es tan reservada que no me sorprendería que no le hablara ni a su familia, siempre trabajando y corriendo de un lado a otro Finalmente estaba en la puerta de acceso a la mansión. Qué haría a continuación... Llamar, entrar sin más... Yo no podía hablarle a Bipa, la elfina de Jessie pero... Me decidí por tocar la puerta y confiar en que alguien llegará pronto o que al menos fuera alguien que me.dijera dónde estaba el chico Aries. Algo que me ayudara a cumplir mi cometido. @

Tengo una duda, quiero inscribirme a otra habilidad pero al mismo tiempo quiero que mi personaje secundario vaya de oyente a una clase que ya aprobé ¿Esto es posible? Espero su respuesta antes de postear la inscripción.

Me tenía que tranquilizar. No debía de volver a la cafetería con aquella actitud o Jessie se preocuparía y nada bueno saldría de eso. Terminé de limpiar mis ojos viendo mi reflejo en uno de los cristales de la estantería de enfrente. Mis verdes ojos volvían a brillar. Ahora más que nunca le hubiera gustado poder poner en práctica la habilidad que Jessie le había enseñado. Solte aire por mi boca alejando un mechón de mi ojo derecho el cual volvió a colocarse sobre el mismo cuando el aire se fue. Comencé a quitar el mechón de mi cara cuando pegue un brinco al escuchar la voz del choco extraño cerca de mi. Voltee a verlo furiosa pero al escuchar su pregunta intenté sonreír. -No te preocupes, estoy bien... Solo me asusté... Mi protectora suele ser muy sobreprotectora conmigo y no le gusta que me meta en problemas Sonreí de lado intentando tranquilizarlo dando un paso atrás poniendo distancia. Mi sonrisa volvió a apoderarse de mi semblante mientras buscaba la forma de salir de esta. -Me alegra que estés bien, yo debería irme o mi madrina se va a enojar Poco a poco volvía a mi vivaz forma de ser, tendría que hacerlo antes de salir de aquel lugar. -Fue un placer conocerte y tener más cuidado con dónde utilizas los hechizos de invocación... Por cierto, soy Viana De Roca Gris, nos veremos Rodee al chico sin tocarlo con una enorme sonrisa en mis sonrisa dos labios y comencé a saltar en dirección a la salida de la biblioteca cuando pare abruptamente al ver aquella cabellera rojo como el fuego y sus grises ojos furiosos. -Estoy muerta- murmuré sin moverme de mi lugar abriendo mis ojos sorprendida por verla ahí.

Jessie va a matarme y Haisen va a matarme, si ambos se enteran de lo que pasó aquí me van a matar Me equivoqué y lo admito. Siempre había tenido el problema de abrir la boca de más desde que estaba en el segundo infierno y cuando estaba cautiva por aquel hombre aún más. Ahora sí me pasaba algo en aquel lugar alertaría a Jessie y estaría aquí en menos de un segundo. Tanto la mujer que había llegado a socorrerlos en un principio como el chico se habían sorprendido de que hablara de ella. ¿La conocerían de algún lugar? Yo no conocía nada del pasado de Jessie, de su presente solo conocía a las personas que habían ido a la cafetería que eran su esposo y un par de amigos. ¿Quiénes serían esas personas? Comenzaba a caminar de un lado a otro, acercándome y alejándome de la puerta sin saber realmente que hacer. Él había reaccionado al nombre de Jessie y ella parecía que también. ¿Porque? -¡Argh!- jale una de mis coletas con frustración soltando un gritó sin importarme que la gente me mirase, igual ya lo hacían por el color de mi cabello. Regresé sobre mis pasos tomando varios libros entre mis manos sintiendo como mis verdes ojos se opacaban por las lágrimas al sentirme frustrada. Si Lexi conocía a Haisen... En verdad estaba pérdida. Camine hasta la sección donde sabía que iban aquellos libros y deje los tres en la repisa correspondiente. Lo bueno es que había parado el hechizo de aquel chico tonto antes de que pasará a mayores. Me recargue en el estante y cerré los ojos sintiendo como las lágrimas recorrían mis mejillas. -Llorar no te va a solucionar nada, siempre lo has sabido, ahora controlate... No hables a la ligera, tal vez ella la conozca del ministerio y él... Bueno, tal vez fueron juntos al colegio... Nunca se sabe Abrí mis ojos y limpie mis mejillas con el dorso de mi mano. Tome aire y volví a sonreir, a fin de cuentas todo eran suposiciones mías, tal vez... O tal vez no.

Reviso de nueva cuenta el libro para repasar que era lo demás que venía en él. Ya lo había leído en su casa varias veces pero siempre le gustaba repasar una y otra vez antes de hacer las cosas. La rueda de la fortuna le daba ciertas habilidades, pero ese libro era caprichoso y no siempre salían las cosas como a ella le gustaban. Se concentró en lo que debía de hacer, cerrando el libro y apuntando en dirección de Kaori, quien parecía ser la novia de su primo, sonriendo con malicia. -Incarserus[\i]- tres cuerdas aparecieron por la punta de su varita viajando la distancia que la separaban de Kaori, que de impactarle, impedirían el movimiento de la bruja ya que la atarian de manos, pies y cuello. Soltó una rodilla cantarina, pues sabía que muy probablemente su primo se enojaría con ella por atacar a quien parecía ser su novia, pero ella era así y no le importaba lo que Aries hiciera en su contra.

2d50 Rueda de la fortuna

¿Porque tendría que cambiar de madre? Mi madre me gusta, es decir, no me busca no la busco y nos damos nuestro espacio, es.la madre perfecta así que así me quedo. Según yo sigo con mis hijos originales, Susan y Romalo, que andan más perdidos que el papa así que bueno, veamos qué pasa. Solo tengo una duda. ¿Tengo que dejarte el nombre de mi personaje secundario que hará travesuras por la mansión? En fin, siempre Black Lestrange hasta el final de los días de Jessie.

Bakari parecía perdido en su mundo, a lo mejor para él éramos tan insignificantes que no le interesaba los en lo absoluto. Suspiró y del interior de su capa de viaje sacó su libro del Caos. Releyó algunas cosas, cómo por ejemplo en que podría ayudarle el señor del Caos ahora que ya lo había invocado y le había tomado el truco. No era tan revoltoso como en sus anteriores estudios pero nunca estaba de más repasar. -Rueda del Caos- leyó con detenimiento repasando una y otra vez cómo era que se conjugarán aquel hechizo. Se concentró en lo que quería, ya había invocado al señor del caos, lo cual era bastante bueno. Había señores del caos que le facilitarían el trabajo y otros, que por el contrario, obstaculizara su desempeño en el campo de batalla. Con la rueda del caos era lo mismo, depende de cómo saliera el hechizo era si aumentaría o no su poder mágico. Era mera suerte porqué hasta lo que ahora había visto en el libro el señor del caos y sus herramientas eran muy voluble. Fue entonces que Jessie cerro su libro y lo guardo entre los bolsillos de su capa. Se concentró en lo que necesitaba invocando a las fuerzas del caos para hacer uso de la Rueda del Caos. Sintió algo extraño en la conexión entre su varita y su mano izquierda. Aquella sensación era extraña y debía descubrir a que se debía. Observó a su alrededor con cuidado percstandose de pequeñas rocas que había a un par de metros de donde ella estaba. -Defodio -susurro apunto a una de las rocas de mediano tamaño, más o menos de medio metro de alto con un aproximado de un metro de ancho la cual quedó reducida a graba en cuestión de segundos -¡Wow!. Aquello no le gustaba, pero debía de aprender que no todo lo podía controlar o al menos no aún. De momento, seguiría repasando para poner más cosas en práctica.

1d10 Rueda del caos

El trol que había aparecido frente a ella desapareció de un momento a otro. Eso era muy extraño pues sí mal no recordaba se iba a quedar presente por un periodo más largo de tiempo del que había estado. Algo andaba mal, su poder mágico no era tan limitado así que por ella no podía ser. Comenzaba a concentrarse de nueva cuenta cuando Bakari llamó su atención; abrió los ojos y volteó a ver al guerrero escuchando con atención lo que tenía que decirle. -Fue por eso- rodó sus grises ojos. Por suerte el inflingirse heridas o dolor nunca había Sido un problema para la Inquisidora. Por mucho tiempo vivió con dolor todo el tiempo hasta que supo la causa de este y ahora era muy difícil que lograra sentir golpes ligeros. Sabía lo que debía hacer, cómo tenía que actuar y cuáles serían las consecuencias de los mismos. Cerro sus ojos y extendió su mano derecha al tiempo que invoca la Daga de sacrificio , hizo un pequeño corte en su dedo índice izquierdo y firmo el pergamino que Bakari les ofreciera. Ahora recordar su pasado y el dolor que éste le causaba, la desaparición de su hermano, la angustia que vivió al creerlo muerto, el saberse sola en el mundo. Fueron años de dolor y sufrimiento qué ahora le servían de una forma que no hubiera sospechado jamás. Cerro sus grises ojos y junto sus manos frente a ella para después separarlas notando más que viendo como una esfera de energía creía entre sus delicadas manos, la expulsó frente a ella y al abrir los ojos no pudo más que sorprenderse de lo que había pasado. -¡Wow!- exclamó sorprendida al ver frente a ella al mismo Señor del Caos con su aura de oscuridad que la observaba como si la estuviera evaluando. -Primero un troll y ahora a usted... Me halaga el conocerlo - susurro para ella misma observando al imponente ser que yacía frente a ella.