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Aaron Black Yaxley

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Todo lo publicado por Aaron Black Yaxley

  1. -¿Que crees que hago?- pregunté con cierta ironía luego del que el sectusempra fuese absorbido - ¡guapa!, apuesto que detrás de esa luz escondes un lindo rostro, lástima que busco asesinar a alguien...-esbocé una ligera sonrisa tras la tenebrosa máscara que cubría mi semblante- ... diversión más que nada, ya sabes lo que dicen de nosotros los mortífagos y lo corroboro- platicaba con ligereza e indiferencia- no andamos en búsqueda de la paz y esas cosas....¡OH! ¡Silencius!- sonreí agitando la varita en su contra justo cuando intentó atacarme y por tanto solo se escuchó un ahogado Expe...- es de mala educación interrumpir, cariño- solté con cierto sarcasmo tras negar en juego con mi índice. El frío colaba los huesos, al menos la chica había sido inteligente en venir con un abrigo de piel el cual daría la perfecta armonía para mi siguiente ataque. Su prenda no llegaba a las rodillas pero cubría el torso, allí donde seguramente escondía delicados hombros al desnudo; mi floritura fue inmediata, el gélido de mis grises reflejó el lugar donde querría impactar el efecto y una brisa arremolinó mi cabello al momento que dije... -¡Morphos!- el vestido que traía la fenixiana tomó forma de una venenosa araña la cuál posándose en el hombro desnudo arremetió mordiendo su piel para inyectar el mortal veneno, el cuál si no trataba a tiempo terminaría con su vida en pocos minutos
  2. Aaron Augustine Black Ryddleturn. Emiliano Black (voces en verde) No había sido difícil llegar al sitio en el que se realizaría la clase de "artes oscuras", irónico decir que me encontraba en casa, más aún difícil decirlo en frente de una cátedra abierta al público. El cementerio donde había renacido el mago tenebroso más temido de todos los tiempos, un sangre sucia pensé sin remordimientos y con un ego que colaba mis huesos al son del brillo jovial en el gélido de mi gris mirada, Voldemort, el heredero de Slytherin, el que no debe ser nombrado... se sentía la presencia con solo saber que nos encontrábamos cerca de la tumba de su padre. "¿Tú?...¡vah!" bufó Emiliano en una sonrisa negada al piso, una que no pudo ser vista puesto que era solo una voz presente dentro de mi cabeza, ¿horrocrux? no, quizás algo peor. Tan solo sabía que el Black era un antepasado ligado en el linaje de mi sangre, una presencia que gracias a la Malfoy pude entresacar de los lugares más recónditos de mi cabeza. Se conocían, nos conocíamos. -Profesora, un placer ...- me presenté a Juv con quién ya había compartido varias veces y hablé hacia los presentes- Aaron Black Ryddleturn, ¡Elvis! que novedoso compartir ciertos gustos...nunca es tarde para aprender de todo un poco más, ¿no?- agregué luego de que mi ex compañero del CGA y otro chico al que no conocía, se presentaran- bueno, la verdad siempre me ha llamado la atención el entender un poco más, crecer, saber y conocer ciertos matices para llegar a otros. De por sí, que al trabajo al cuál estoy postulando se necesita cierto conocimiento para acabar un poco con la maldad de éste mundo- mentí entre mis concepciones- no creo tener que dar más detalles...- finalicé con cierta complicidad al mirar a la bruja que lideraría la clase, ella me conocía bastante y sabía cuales eran mis anhelos, no por nada había sido mi mentora dentro de la marca, algo que no daría a conocer, no esta vez. Luego de mis palabras me quedé mirando cierto frasco con cinco garras en su interior, sucias y con un tono amarillento vibraron muy levemente al sentirse observada, "Curioso" pensamos al unísono con el Black. OFF: No sé si se pueden realizar off, pero me emociona bastante la trama de ésta clase *o*!!! saludos a todos !
  3. Aaron Augustine Black Ryddleturn. El templo estaba en ruinas en lo alto de la montaña rocosa de los parajes orientales. No había techo alguno que nos cubriera del nevado que comenzaba a caer cuan plumas desde lo alto del cielo gris. El contraste entre la piedra y el blanco de la nieve era para volverse demente si pasabas varios días allí, aparte que el frío colaba los huesos de quién no haya pasado por duras pruebas físicas para sobrevivir como varios miembros de la marca lo habíamos hecho en su minuto. El concreto del piso estaba lleno de fisuras y uno que otro pedazo de escombro que caía de los avejentados pilares de roca maciza, ninguno muy cerca mío por cierto, puesto que me encontraba a 5 metros de cualquier concreto morpheable. Mi rostro se cubría por la calaveríca máscara mortífaga, aquella que trabajada en plata se adhería en perfección a las facciones de mi rostro, otorgando rendijas para respirar su dificultad y obtener una visión clara de lo que pasaba a mi alrededor. Mis gélidos grises resaltaban al contraste de los colores en mi prenda superior, una fina túnica negra que cubría el torso esbelto y desnudo, arrastrando las puntas por el blanquecino paraje ante los ligeros pasos de mis botines conjunto a los jeans negros. - Sectusempra- Solté tras empuñar la varita en contra de quién sería mi rival; el rayo negro con tonalidades plata salió de la punta de la varita directo a su cuello, lugar donde produciría un corte eficaz el cuál le impediría el habla sino cuidaba el ahogarse con su propia sangre y morir como esperaba que lo hiciera.
  4. Nick: Aaron Black Lestrange ID:115687 Conocimiento: Artes Oscuras Nivel de Magia: 2 Link a la Bóveda: Bóveda Link a la Ficha: Ficha
  5. Hola que tal ! .. vengo a solicitar un mísero cambio por favor . La Ryddleturn ha vuelto a nacer como una serpiente que renueva escamas (?) y por ende deseo actualizar mi ficha como corresponde. Sinceramente no creo que llene las dos líneas pero ya saben que una no es ninguna (?). Saludos y gracias de antemano ! Familia(s): Black Ryddleturn Link a Bóveda Familiar 2: Ryddleturn
  6. Aaron Augustine Black Ryddleturn Mi rayo dio de lleno en su cuello, la sangre salió disparada a intervalos y en ello sentí una gran herida en mi tórax. Se había producido un intercambio de sectusempras y el olor que emanaba de la herida escarlata era algo embriagador, nada nuevo, por tanto aligeré una fina curvatura que se disolvió al instante tras la máscara calavérica que cubría todo mi rostro. -Morphos- susurré con una elegante floritura de mi varita apuntando al vestido corto que traía la fenixiana. El efecto fue inmediato y la prenda adoptó la forma de una araña en su espalda, aquella que con un veneno mortal picó con sus quelíceros en la piel desnuda de la bruja,cosa que de no reparar, la muerte sería segura- ¡vaya vaya!, de saber que era tu única prenda no hubiera dejado que agarrases un resfrío con ésta ventisca- ironicé ante el fuerte viento que acariciaba su curvilínea figura mientras veía como curaba sus heridas con un episkey que supuse fue pensado, ya que de hablar hubiera sido imposible con el corte en su cuello. Episkey, pensé deslizando mi varita por las heridas del sectusempra, aquellas que comenzaron a sanar sin problema alguno mientras mis gélidos grises esperaron atentos ante cualquier movimiento en contra.
  7. Aaron Augustine Black Ryddleturn - Cissy es...¿licántropo? - rodee los ojos en señal de desaprobación - será una larga noche, bonita- agregué dando la espalda a la puerta mientras verificaba que la muralla creada por mi compañera fuera útil- Avis- susurré blandiendo mi varita; doce aves (cuervos) fueron invocados por el hechizo y su orden sería picar los ojos de quienes intentasen acercarse al fortificum- ¿qué?, no se me ocurrió otra cosa...- solté a mi nueva acompañante para cuando pujé la puerta con un golpe de mi hombro- alohomora- solté ante la cerradura de la gran puerta que nos dio paso para entrar. Cruzando el umbral la puerta se cerró de golpe, provocando un eco que detonó por todo el castillo; menudo silencio era el que había allí dentro, aunque no culpaba la situación, puesto que era de noche. Los turnos para las guardias que teníamos en la casta mortifaga muchas veces nos sacaba del sueño. - Así que Cissy anda de fiesta con la manada...¡genial!- solté en tono irónico mientras mis orbes paseaban la estancia- ¿que será lo que trae a los licántropos fuera de sí esta noche?- pregunté girando nuevamente en dirección a Nats- por cierto, Aaron Black Ryddleturn- me presenté- un placer- finalicé tomando su mano para besarle el dorso en un acto que seguramente denotaría sarcasmo frente a la situación que habíamos pasado hace unos minutos atrás - ¡¿Alguien en casa?!- mi ronca voz viajó por los pasillos tal y como el "paff" de la puerta al cerrarse.
  8. La azotea del edificio era plana, el concreto firme y al parecer el conserje había pasado hacía rato por allí porque algunas cablerías enrolladas que parecían ser bastante largiruchas yacían a la luz de la luna, seguido de un par de ladrillos y nada más grande que ambas cosas. Sí, era de noche y por al altura las ráfagas de viento solían ser más pronunciadas y agitadas, tanto así que mantenían la túnica blandiendo a mi derecha como única prenda superior, sin obviar los jeans oscuros y las botines que acostumbraba a usar. Mi varita de mango plata se entrelazaba con soltura entre mis dedos, ágiles ante cualquier movimiento y la apariencia de mi rostro era ocultado por una plateada máscara que en forma de calavera se adhería con firmeza a mis facciones, otorgándome plena visión de mis gélidos grises y una que otra ranura para respirar sin dificultad. - ¡Que celebridad!...- solté con cierta sonrisa irónica que no pudo verse ante los ojos de la recién llegada- ... no subestimaré sus habilidades por tan curvilínea figura...- agregué parado en el centro de aquél extenso lugar, alejado a diez metros de mi rival y cualquier cosa que pudiera ser acariciado con una pizca de magia- como tampoco dejaré subestimar las mías...¡Sectusempra!- exclamé apuntando con mi varita al cuello de la bruja; un rayo negro con finas notas plateadas salió en su dirección que de impactarle ocasionarían heridas de gravedad conjunto de ahogarse con su propia sangre. (waaa súper sádico yo (?) xDD)
  9. Aaron Augustine Black Ryddleturn Aparecí varios metros tras la verja y mis gélidos grises reflejaron el castillo Gaunt a lo lejos. Llevaba puesta una chaqueta sobre la polera blanca fuera del jeans oscuro, mis botines aligeraban un sonido áspero al caminar sobre la gravilla y mis finos labios no dibujaban emoción alguna mientras me acercaba al hogar de mi viejo amigo, Santos. Al menos esperaba verle. La noche se mostraba despejada conjunto de la imperante luna llena que aclaraba el largo sendero bordeado por las sombras otorgadas por los frondosos árboles aledaños. Mi corto castaño blandía ante la suave brisa que mantenía un misterioso silencio en los jardines de la mansión. Crucé la verja y un aullido se hizo notar a lo lejos; no pasaron dos minutos y pude apreciar la figura curvilinea de una bruja que corría desesperada en mi dirección. -¿Compañera de guard...- no alcancé a terminar la pregunta cuando aprecié varios pares de puntos luminosos entre las sombras de un pequeño bosque. No pasó medio segundo para cuando una de las bestias se mostró a la luz de la luna. ¡Licántropos!, exclamé en mi mente para luego sacar mi varita y apresar su mango plata entre mis dedos echando a correr tras un tigre morpheado por la desconocida. Las criaturas eran bastante rápidas, que de no ser porque trastabillé con una mota de césped, de seguro me hubiera caído uno encima... -¿No podrías haber dicho, lobos? - comenté jadeante a quién supuse como mi compañera para cuando logré perder un par y llegar con ella a la puerta de entrada de los Gaunt- ¡Abran la maldita puerta!- exclamé golpeando tres veces a la maderosa fortificada- ¿haz visto a Cissy?..creí que vendría con nosotros....- pregunté sin saber de su condición. Volví a tocar la puerta.
  10. Aaron Augustine Black Ryddleturn Si no fuese por ese opuggno quizás hubiera seguido con mi sed de sangre, pero la araña quedó a control del Crowley antes de morderlo y aunque no haya escuchado la orden, pude percatarme que le hacía seña de ir hacia mi. La brisa arremolinó mi castaño y mis gélidos grises no perdieron visión tras la máscara plata de calavera que se ajustaba a mis facciones, miando fijamente los movimientos de mi rival. -Creo que cambiaré de opinión...- dije esbozando media sonrisa ante el comentario de "duelo a muerte"- Expelliarmus- exclamé con una floritura de mi varita en su contra justo después de su opuggno y antes de su rayo (babosas) el cual salió seguido del mio. Ambos hechizos impactaron y Fokker quedó desarmado de su arma mágica la cuál salió volando 5 metros hacia su derecha yaciendo sobre el capó de un automóvil, acto por el cuál y sin antes vomitar una babosa al menos comencé a correr hacia la misma (la varita) finalizando con ella en mi zurda. La araña iba a subir a mi bota cuando de paso la reventé contra el pavimento dejando una camisa maltratada en su lugar, quedando ileso del mortal veneno. La distancia y las babosas no me impidieron hacerme con la varita del Crowley, no podía hacer actos verbales, por tanto acumulé unas cuantas babosas pequeñas que vomité luego de haber ganado el duelo, saliendo las mismas por la rendijas que proporcionaban ventilación a mi máscara tenebrosa. Levanté el pulgar en señal de aprobación al muchacho, apoyado de manos en mis rodillas con ambas varitas en cada una de ellas. Luego pensaría en como quitármelas, quizás una vez que desapareciera del lugar.
  11. Aaron Augustine Black Ryddleturn Mi sectusempra fue absorbido por un protego de mi rival. Una fina curvatura se dibujó sarcásticamente en mi semblante al acto que pateaba suavemente la cabeza a mis pies cuán balón de fútbol. El gélido de mis grises reflejó la figura de un viejo camarada de bando que seguramente también estaba haciendo de las suyas por la caída del mundo muggle y las pocas fuerzas que le quedaban a los fenixianos. La distancia que nos separaba se cargaba en escombros leves, piedras pequeñas y uno que otro carro en llamas, lejos de mi como para causarme daño alguno. -¿Que hay Crowley?...- pregunté al mago a través de las rendijas que proporcionaba mi máscara mortifaga, aquella que por cierto me hacía enredarme a la sangrienta personalidad de Emiliano Black, mago tenebroso que vivía cual horrocrux en un recuerdo ligado a mi sangre- ¿te diviertes también?- agregué con otra sonrisa que por supuesto no se veían a los ojos del mortifago- ¡Silencius!- exclamé apuntando con mi varita a fokker una vez que noté su varita en mi contra, el efecto fue inmediato y tan solo soltó un "Sectu..." que se vio ahogado por mi hechizo- un duelo ¿eh?- no estaba mal para divertirnos un rato- que sea a muerte...¡Morphos!- dije apuntando con mi varita la camisa del Crowley, prenda que dio la correcta forma de una venenosa araña viuda negra que le mordió al instante inyectando el potente veneno del cual no se salvaría si no tomase la debida precaución, terminando con su muerte.
  12. Aaron Augustine Black Ryddleturn La gran batalla había dejado estragos por todo londres, los magos estábamos a la vista de los muggles los cuales asquerosos y temerosos se escondían tras autos, pilares, arbustos, lo que pillasen para guardecerse de los rayos que iban y venían de todos lados. Mantenía a un joven sobrevolando a mi lado, atado por un lazo invisible al cuello, de echo el mismo intentaba quitárselo con ambas manos en una desesperación que aligeraba la fina sonrisa bajo el gélido gris de mis orbes que caracterizaban mi rostro digno de un Black cubierto por la máscara mortifaga. Las calles eran un descalabro, agrietadas, manchadas en sangre y un hedor que se había esfumado con el caer de la noche. La guerra mágica había salido completamente de sus límites, quebrantando el acuerdo que existía por organizaciones muggles y mágicas. Mortifagos y fenixianos se disputaban el poder por todo Gran Bretaña, un holocausto. -¿Que sucede muchacho?- pregunté al muggle que colgaba asfixiado a mi izquierda mientras seguía paso ligero por la calle, era realmente una sádica ironía- ¡oh!, ¿no puedes respirar?- volví a preguntarle sarcástico, mirándole a través de las rendijas q otorgaba mi máscara de plata negra, aquella con forma de calavera que daba un aspecto mortífero a mi apariencia- veamos...- agregué con una media luna de mi varita, movimiento que apretó aún más el lazo mágico del muggle a su cuello- ...¡aburres!- sentencié terminando el movimiento circular que finalizó con la caída de su cabeza a mis pies, decapitándolo. Posé mi pie derecho en lo que parecía un balón de fútbol, mis sentimientos se habían apagado por completo. ¿Emiliano?, claro, era él quién tomaba control de mi cuerpo cuando me agarraba todo ésto de andar asesinando a diestra y siniestra. Si, aquél mago tenebroso, un Black de antaño que vivía como horrocrux a los recuerdos ligados a mi sangre, aquél que me hablaba entre pensamientos de forma continua... giré rápidamente sobre mis talones. -¿Pensabas que no te había oído?...Sectusempra- sentencié a quién sería mi rival, apuntando su cuello con mi varita; el rayo negro se materializó en su contra y de darle provocaría heridas que acabarían fácilmente con su vida.
  13. Fuera del local de Juv. - ¡Señor Ministro!- exclamó uno de los periodistas saliendo entre la multitud antes que el regordete entrase en el local- ¡Señor Ministro!- volvió a llamar sin respuesta alguna- ¡¡Don Giancarlo!!... Cuatro hombres ya habían entrado en el local, vestían túnicas extrañas con un escudo de dragones estampado al pecho y espalda. Eran parte de la seguridad del ministro, miembros que como nosotros habían sido contratados con la distinción de defenderle, seguramente querrían comprobar que no había nada extraño dentro del local mortífago de Juv Malfoy. -Di...Dígame joven- titubeó el mago volteándose a la vez que dos magos con la misma túnica de dragones se interponían entre el ministro y el periodista del profeta. -Tan solo unas preguntas- dijo el chico dando dos pasos hacia atrás y pestañeando rápidamente por miedo a los guardaespaldas que medían el doble de su estatura- ya sabe, no siempre se tiene la oportunidad de conversar con un diplomático de su envergadura...-El joven periodista sabía lo que hacía, era un aspirante a la marca y por ende su orden había sido retrasar al Italiano con el fin de preparar la estancia y encaminarle a una divertida y apasionada muerte. -Esta... esta bien- sonrió el mago con aquella curvatura nerviosa, mirando por sobre los hombros del chico a ver si alguien se posisionaba para atacarle de sorpresa- pu..puedo con ésto, señores- reiteró a los miembros de seguridad para que abrieran el paso. La gente no dejaba de cuchichear, aparentar y por sobre todo, vitorear la llegada de tan magnánimo Ministro Italiano, sin saber que sería la última vez que lo viesen con vida o al menos eso pensaban los viles mortifagos a la puerta del ángel caído. Aaron Augustine Black Ryddleturn. Emiliano Black (voces en verde) "Ya nos volveremos a encontrar viejo amigo" Susurró el Black en mi cabeza, hablándose a si mismo respecto de Ian quién se encontraba a mi lado. - De todas maneras no creo que tu madre haya sido emboscada- dije al joven Haughton apresando la puerta con mi oído, intentando escuchar si alguien se encontraba allí dentro- se oyen hojas...papeleo- susurré a los chicos tras de mi para luego voltearme ante las palabras del mago que nos acompañaba. Dos escoltas; sus túnicas cubrían todo su cuerpo adhiriéndose al mismo para un buen movimiento y tan solo sus rostros estaban descubiertos, puesto que el cabello era retenido por una capucha en punta hacia atrás. Dos dragones se entrelazaban en su pecho y traían varita en mano como si esperasen ser atacados. Ambos hombres pararon en seco, mirándonos fijamente mientras el Malfoy se posisionaba frente a la chica, cubriéndole, yo atendí a poner la mano en el pecho del hijo de Juv, deteniéndole por si algo salía mal. -Buenas noches- saludé con cierto tono descortés a los encapuchados- Aaron Black Ryddleturn, miembro del Cuart....- no alcancé a terminar cuando ambos lanzaron dos rayos en nuestra contra, uno hacia Ian y el otro hacia mi- Vaya... que poco educados- sentencié irónico para luego aligerar la varita en mi diestra- ¡Protego!, ¡Avada Kedavra!- el rayo que me habían lanzado se consumió ante el escudo del protego y en seguido el acto, un rayo verdoso se materializó de mi varita hacia uno de los rivales, acabando con su vida de manera eficaz y sin rastros de sangre. De seguro el hijo de la Malfoy sabría como atenderse con el otro, así que rápidamente giré sobre mis talones para girar el picaporte que daba con la oficina de Juv... Otros dos escoltas: Ambos magos mantenían la mirada seria, distinguidos por el color de su piel, ambas túnicas cubrían el cuerpo de los miembros de seguridad del ministro italiano. Uno, de metro noventa, tez oscura y ojos verdes, entrelazaba los dedos a su mortífera varita de madera clara, mientras que el otro tez blanca ojos marrón, sentenciaba un "Avis" que el acompañaría protegiéndolo de cualquier ataque. -Aquí no hay nada- dictó el de voz más ronca unos metros más atrás, mientras revisaban un largo pasillo- mortifagos, ¡VAh!- blasfemó a su colega- no creo que aparezcan, al parecer éste edificio se encuentra vacío, creo que deberíamos avisar al Ministro que todo está en orden para que de la conferencia....- comentó nuevamente volteándose para ver si su amigo le seguía, cosa que por cierto no fue así ¿ Que le había pasado?. El escolta sacó la varita rápidamente conjunto a las aves que revolotearon a su alrededor para cumplir con su objetivo... -Damian..- susurró el de ojos marrón llamando a su compañero, mientras se encaminaba, a una puerta abierta- ¡Damian!- exclamó al tiempo que lo vio tendido en el piso. Comprobó su pulso con desesperanza y notó que el mismo ya estaba muerto. Salió al pasillo en búsqueda del culpable y dio de frente con una chica de pelo gris y distinguida vestimenta- ¡Nombre !- le dictó el guardia esperando que respondiese a la brevedad.
  14. Aaron Augustine Black Ryddleturn Emiliano Black (voces en verde) No alcancé a escuchar a la chica cuando escuché una voz familiar; Ian, el hijo de mi mentora, un tanto engreído para mi gusto o quizás era tan solo que teníamos el mismo carácter; de todas maneras el chico tenía razón puesto que en un par de horas se organizaría una reunión explicita y privada en el local de Juv, ¿tendría alguna sala de auditorio?, ¡claro que si!, si esperaba a un Ministro extranjero y más aún, siendo éste mismo un blanco de la casta mortifaga, sería atendido como presa en la boca del lobo, despacio, sin apuro y con la debida elegancia. -Pintas para el papel, joven Malfoy- comenté sarcástico al mago, refiriéndome a él como el mago menor que era- se agradece la hospitalidad, pero creo que debemos conversar con tu madre en privado...- me acerqué sin que pudiera alejarse- ... antes que entre el sucio traidor...- susurré a su oído. Derrepente, fuera del local, vitorearon aplausos y festejos conjunto a varios destellos que se reflejaron en los ventanales de entrada al lujoso local de mi mentora; el Ministro del extranjero había bajado del carruaje más lujoso y seguramente nos daría más tiempo las fotos que se tomase o las expresas entrevistas que diese junto a los miembros del profeta y demás políticos de la sociedad mágica. Seguramente el hijo de mi estimada mentora había entendido el mensaje, por lo que nos invitó a seguirlo sin más hacia la oficina de Juv. Las paredes se decoraban con cuadros de hermosos paisajes y uno que otro mago resongando por la llegada del traidor a la casta mortifaga. Mis gélidos grises se fijaron altivos en el paso ligero e Ian irrumpió nuevamente, ésta vez con una pregunta que me desconcertaría en cierto modo. - Emiliano Black, ¿dices?- titubeé; como te conoce el chico, comenté al viejo ancestro en esa conversación mental que solo los dos podíamos conectar "No lo sé, ¿será porque es hijo de la rubia?...Soy parte de la historia muchacho, todos me conocen"- Es un antepasado, ¿como le ubicas?, la verdad no sé mucho de él, comprenderás que vivió hace unos...-pensé un par de segundos- ¿docientos años? ... "¡Ah!... ya recuerdo (exclamó derrepente el Black ensordeciendo mi cabeza), Ian es hijo de demonio... ¡Vamos, que la rubia endemoniada tiene más edad que yo! (rió), el chico es la reencarnación de un viejo amigo, y si, pudo haber nacido hace poco, pero su historia le precede tanto como la mía, tan solo que tú eres un horrocrux por herencia familiar, por tanto no tengo un cuerpo a no ser que posea el tuyo... de todas formas el mio está intacto en un lugar al que estarás preparado de conocer más adelante...De todas formas aún no es tiempo de que sepa que estoy acá, al menos por la chica, no queremos que sepan que eres una especie de geminis, Aaron (satirizó)" ¡Y si tenía su cuerpo conservado en otro lugar! ¿porque no me dejaba tranquilo?... a veces no lograba entender al Black. -Tampoco entiendo, pero tengo clara la misión que se nos encargó...- comenté sin rastro de emoción alguna en mis palabras. Nos paramos frente a la puerta de la oficina de la Malfoy y seguramente Ian tocaría la puerta. ++++***++++ *MINISTRO (Afuera del local)* El Ministro de (x país) era un viejo regordete y cachetón, tanto así que los pómulos brillaban aunque el día fuese nublado (de todas formas ya caía la noche); Su cabello lacio y negro parecía langüeteado por un troll, y los pocos mechones tapaban una pelada casi sacada de brillos. Vestía como todo un político mágico, alardeando fina túnica y ropajes que cubrían su gran cuerpo. Aquél mago extranjero había sido miembro de la casta mortífaga, no llegando muy lejos, el mismo se sintió un junior de los altos rangos, humillado y pisoteado por quienes poseían un caracter más autoritario que el de él y una frialdad de la cuál, y a pesar de que idolatraba la pureza la de la sangre, no le llamó jamás la atención. Por lo mismo había optado por intentar traicionar a la familia tenebrosa, dedicándose a entregar información al bando contrario, cuan sucio y traidor a la vista de los que alguna vez lo llamaron miembro, hoy se darían el placer de cortejar una visita con la muerte. -¡Señor Ministro, Señor Ministro!- salió corriendo de entre la multitud una muchacha desaliñada, de anteojos y un vestido ajustado, revisó dos veces una libretita que escondió en un bolsillo de sus prendas- la conferencia la dará en veinte minutos. -Se...Señores- se refirió el acabado mago a sus guardaespaldas- ya.. ya ... ya escu... escucharon- tartamudeó, concepto adquirido por el miedo que le provocaba la situación, quizás pensando en que los mortífagos no sabían de su traición.
  15. Aaron Augustine Black Ryddleturn. Emiliano Black (voces en verde) Guardia Me aparecí si rasguño alguno en el adoquinado callejón Diagon, su forma poco convencional en contraste al nuevo Londres dejaba el toque más íntimo de los deseos de cualquier mago. EL camino culebrado y extenso era tedioso, pero debía recorrerlo. Como Auror había escuchado sobre el Ministro que se alojaría en el local de mi mentora, y como mortifago, había escuchado que el personaje no era más que un sucio traidor a la sangre, oportunista y adinerado, que osaba en la confianza de haber pertenecido al bando tenebroso, sobrestimando que nosotros no nos daríamos cuenta de que estaba cometiendo actos en contra de la casta puritana. Acomodé la chaqueta ligera mientras me encaminaba a "Douce Tentation & Straripante passione", mi corto y rebelde cabello se mecía al compás de mis pasos y del viento, y el gélido gris de mi mirada reflejaba uno que otro vagabundo pidiendo un par de galleones para alquilar una posada donde pasara la fría noche. "Mátalo Aaron, le harías un favor" Siseó Emiliano en mi mente, aconsejándome vilmente como ya le era de costumbre, pero la verdad no podía, ya que pertenecía al CGA y ello era una carta bajo la manga respecto de mi identidad mortífaga. Cuando iba llegando, pude percatarme que varios carruajes aparcaban fuera del local, seguramente era la guardia o quizás el ministro del extranjero. Sin más, me fui colando entre algunos magos y brujas hasta empujar la puerta y cruzar el umbral. -¿Buscas a la dueña del lugar?- pregunté a la única chica que estaba en la sala de entrada "Seguro no la conoce, y la verdad no quiere saber si está" comentó Emiliano rodando los grises que nos precedían como Black, solté una fina sonrisa, el único gesto que ella pudo notar bajo el gélido de mi mirada- Semper Fidelis- sentencié ante la bruja sin que nadie más pudiese oírnos; de aquella forma sabría que pertenecíamos al mismo bando.
  16. Emiliano Black. En posesión de Aaron Augustine Black Ryddleturn. Como había visto de principio, la neblina comenzó a subir y disiparse, y yo seguía tendido en el suelo bajo el control de Emiliano y el zancadilla que le había lanzado Juv, su rival, mi mentora. Emiliano no se había parado y tras los comentarios que le había hecho a la Malfoy, escuchó otro tono familiar, pero no de los labios de la bruja, sino de una conexión mental que les unía de ya muchos años; Su sonrisa fue aún más comprometedora, y su mirada se tornó aún más gélida de lo normal tras la vil máscara mortífaga que llevaba puesta. El veneno comenzaría a ser más mortal de lo normal, y para ello debía ganar tiempo. - ¡Cariño!, me tienes a tus pies como tanto ha deseado- comentó Emiliano con tono sarcástico- ¿y quieres dejarme en el suelo sin siquiera levantarme?- ironizó una mueca de tristeza viendo como el segundo Zancadilla de la Malfoy tan solo no le permitió ponerse de pie, por tanto, dejándolo ileso de cualquier tipo de daño-¡Silencius!- clamó el Black desde el suelo, apuntando con la varita a Juv y cambiando totalmente la voz a uno más grave y serio; el efecto siguió siendo efectivo, y la Malfoy no pudo seguir verbalizando el odio hacia su viejo compañero, Emiliano Black. Otro lazo de un zancadilla siguió atando a los pies del Black que controlaba mis movimientos, más no me hizo daño alguno, puesto que la movilidad para atacarle seguía siendo certera; Emiliano parecía ansioso y deseoso, no le culpaba, puesto que no había agilizado la muñeca hace mucho tiempo. Las raíces de los arboles ya se veían con total claridad y con ello también el escultural cuerpo de la Malfoy. -Silencius- susurró el viejo Black apuntando nuevamente la varita de mango plata en contra de Juv; el efecto volvió a ser de las suyas, y el silencio en la Malfoy le impediría curarse del mortal veneno- ¿Lo sientes?... es un sudor frío, delirante, casi deseoso de cualquier mago agonizante...- susurró Emiliano a mi mentora, sentenciando su tiempo por sobre la toxina que había introducido la araña en el cuerpo de la Malfoy- de todas formas es una lástima que no desearas arrancarle la piel a éste muchacho- ironizó el despiadado mago volviendo a mirarse tras las rendijas de la máscara- Si no fuera porque vivo en éste cuerpo, te dejaría desgarrar su garganta, o cortar su cabeza, pero no es posible, si el muere, yo también y créeme que no estoy dispuesto a ello...- seguía comentando Emiliano, sabiendo que Juv le escucharía y respondería en forma mental- ¡por cierto!, de los años que te conozco diría que estás como un buen whisky - siguió hablando desde el suelo.
  17. Emiliano Black En posesión del cuerpo de, Aaron Augustine Black Ryddleturn. No había escuchado quién me había hablado antes de que Emiliano tomara control total de mi cuerpo; el sello se había intensificado, dejando notar un tatuaje que cubría el desnudo brazo en el que llevaba la marca tenebrosa, acción que demostraba que mi cuerpo no correspondería al nombre de Aaron, sino al del ancestral mago que vivían cuan horrocrux en los recuerdos ligados a mi sangre. -Morphos- susurró el viejo Black, con una ligera floritura de la varita en dirección a Juv justo antes de que volviera a blandir su varita en contra tras haberse protegido del sectusempra; las comisuras se elevaron en una curvatura sarcástica al ver como la seda que llevaba puesta la bruja otorgó certera transformación en una araña sumamente venenosa, la cual se materializó en su espalda, mordiéndole sin perder tiempo, inyectando el veneno que le podría llevar rápidamente a la muerte. En cuanto la araña actuó contra la Malfoy, el zancadilla que lanzó la misma ató por completo los tobillos de Emiliano (irónico, puesto que era mi cuerpo) haciéndole caer al suelo, apoyado por una palma y un puño según la mano que empuñaba la varita de mango plata. Soltó una bufa, tras casi morder el polvo, pero aquella curvatura fina bajo el gélido de sus grises le hizo pensar que quizás la Malfoy no sabía que en realidad se enfrentaba a su viejo camarada. -Silencius- sentenció el Black desde el suelo, perdido en la neblina apuntando en dirección a Juv para no perder tregua. El efecto fue inmediato, impidiendo las modulaciones verbales de mi mentora- Si no fuera por el "Black" que acabas de canturrear diría que no me reconoces, cariño- comentó Emiliano tras la calavérica máscara plata que llevaba como fiel mortifago- Ya creo que si fuera por tu adorado pupilo, el mismo te estaría atacando con plumas- se burló de mí el viejo ancestro- ¿Sabes?... Me pesa no tener mi apariencia, a pesar que el chico tiene buen porte...- comentaba sarcástico mientras se miraba a si mismo (mi cuerpo) por las rendijas que prestaba la máscara mortifaga para la visión- en fin...¿Como estás Malfoy?, ¿reconoces ésta máscara?, creo que hay varias cosas que me unen al muchacho...- seguía hablando Emiliano, recordando a mi mentora, que esa máscara era la que ocupaba el viejo Black cuando asistía a las cacerías de antaño, cosa que por cierto y linaje de sangre, había heredado-... te dije que nos volveríamos a encontrar....
  18. Emiliano Black. En posesión de Aaron Augustine Black Ryddleturn. Comenzaba a anochecer, y el bosque parecía hundirse en un colchón de neblina, la cual densa y espesa escondía las raíces sobresalientes de los grandes árboles que rozaban el cielo despejado y brillante a pequeñas pintas que decoraban su profunda oscuridad, manchada cada cierta mirada en larguiruchas nubes que pincelaban la luna llena. No había senderos, más si uno que otro camino producto del paso de viejos magos que seguramente habían vagado en aquél lugar por la eternidad; lamentos eran los que se escuchaban cuando se podía apreciar el vaho en el silencio de aquella estancia, y uno que otro galope muy a lo lejos, ¿centauros quizás?. "Deja actuar por ti, Aaron...déjame en virtud de tus actos" Susurraba Emiliano en mi mente. La máscara de mortifago escondía mi identidad, más mis actos habían sido tomados en posesión del viejo ancestro escondido en mis recuerdos por algún sello mágico conforme a la magia antigua de mi familia, los Black; por lo que la sed de sangre aumentaba con el pasar de los minutos. Aquella máscara se adhería con perfección a mi rostro, curvándose y tallándose a tal punto de formar una calavera color plata con finos relieves de otro metal más oscuro, otorgando una ranura a mis labios a través de colmillos formados por aquél humo espeso que me dejó de incógnito. -¡Me siento casi renovado! ¿más de 200 años sin un duelo?-alardeó irónico el viejo Black, comentándose a si mismo y tomando perfecto control de mi cuerpo, dejándome encerrado en mis propias memorias- tranquilo muchacho- hablaba en soledad- intentaré no dejarte un rasguño- finalizó materializando mi varita en la mano, entrelazándola firme con los dedos- ¡Ahhh!, pero que fortuna, ya casi olvidaba éste mango- musitó sorprendido el ancestral Black; "No sabía que aquél mango de plata era tuyo, lo conseguí en una clase de básicos, una en la que viajamos en el tiempo"- El destino nos une joven Black,... el destino nos une....-susurró en última frase, sintiendo la presencia de alguien más. -¡Sectusmepra! - clamó Emiliano en dirección a nuestro oponente; un rayo negro se materializó desde la punta de mi varita en contra del hechicero(a), el cual de darle, ocasionaría heridas sangrantes en su cuerpo, necesitando curarse con suma urgencia. Mi voz guardaba la misma gravedad de siempre, y mi cuerpo no había cambiado en lo absoluto, más la posesión del mismo había sido controlada por Emiliano, a quién liberé de minuto que desbloqueé el sello. Mero entrenamiento con mi mentora. La neblina comenzaba a subir...
  19. Aaron Augustine Black Ryddleturn La noche había comenzado a ponerse entretenida, una chica rubia y otra castaño oscuro, izquierda y derecha respectivamente al mortifago; Y es que Aaron se dejaba llevar por la lujuria que otorgaba los placeres de un buen bourbon, siempre con la estampa de mago elitista que respaldaba ante su apellido y una indiferencia total ante quienes podrían acompañarle en ello. Como también de las miradas recelosas de su perfil. El Black acrecentó la mirada y con los grises apuntando al vacío, recordó que debía reunirse con Agatha y Sira en el castillo Gaunt; se rumoreaba un pequeño problema que, esperase no fuera de mayor gravedad. Miró a ambas chicas, y dejo unos cuantos Galleons que bastarían para pagar la cuenta de lo que había consumido. - ¿Ya te vas?- se quejó la chica del cabello oscuro dejando entrever una pequeña mueca de desolación, intentando retener al mago, deslizando sus finos y delicados dedos por el brazo del mismo. - Haz escuchado la frase...- quedó pensando un par de segundos- ... ¿el deber llama?- sonrió déspota- poco original ¿no crees?, te la dedicaría pero estaría mintiendo- soltó el mago de la gélida mirada gris con una cínica mueca de tristeza en el rostro- nos vemos en otra ocasión, Camille. - Y yo creía que ésta sería la ocasión...- dijo la fina rubia, bajando un poco más el tirante que cubría su hombro, provocando los deseos del Black Ryddleturn, incitándolo a no dejar el lugar. El mortífago mordió levemente su labio inferior, pensando en si ir o no ir, de seguro si no iba le llegaría un cruciatus incandescente- siempre hay...- objetó con un guiño para la chica. Y tomando su mentón, subió su rostro levemente hasta hacer amague de besar sus labios para recaer en su frente- nos vemos luego...-Miró a su alrededor; había un chico apoyado en el pilar, aburrido, mirando embobado a las dos curvilíneas. Aaron lo tomó de un hombro y lo trajo hasta las dos féminas- es tu noche de suerte, les gusta el trago dulce- lo aconsejó con unas pequeñas palmadas en su espalda-... ¡Diviértanse! y cuiden al chico.. se ve buen chico- rió irónico en complicidad con las apolíneas. Salió y desapareció... ---*--- Su mente figuró lo que alguna vez había visto en fotografías de viejos libros en la academia. El castillo al que iba era una leyenda dentro de la sociedad mágica, por ende, sería un agrado poder verlo en primera fila. Sus llamas de fuego negro le dieron forma corpórea a metros de la verja, allí donde podría aparecerse; Un abrigo sobre la camisa ligera y unos pantalones oscuros conjunto a los botines que solía ocupar; era el aspecto que el mago llevaría esa noche. Esperaba no llegar tarde. Sus gélidos orbes grises reflejaron la inmensidad del castillo, y tras aventurarse unos pasos, cruzó la verja sin problemas para encaminarse por el sendero que daría con la puerta de entrada al lugar. la brisa se arremolinó a su paso, desordenando los rebeldes mechones de su corto castaño oscuro, y tras ver que una bruja se perdía entre el umbral, aceleró a grandes zancadas. -No cerrarás la puerta en el rostro de un mago ¿no?- preguntó Aaron al elfo que estaba de portero- Sira, y Agatha...- las nombró sin mirar a la criatura- ¿habrán llegado?- fue lo último a la respuesta que le hacía saber que era el último en ingresar al hogar de los Gaunt- entonces será por acá- dijo nuevamente el Black Ryddleturn sin cruzar muchas palabras con el elfo, siguiendo el paso a quienes ya se encontraban en la sala- Que tal chicas, siento la demora.
  20. Aaron Black Ryddleturn. -Lo maté- sinceré sin que nadie, más que ellas, me escuchase a sangre fría y sin rasgo de arrepentimiento en mi semblante- Calle arriba, en un lugar olvidado, nadie se percató- agregué a la vez que me encaminaba de vuelta al pisito que me había puesto Swey- ¿mantícora?... menudo veneno el que han de tener esas criaturas, son casi imposibles de atrapar, y tener una no es para magos de clase baja- comenté con cierta altivez ante mi apellido- sacando conclusiones, debió ser multijugos la del anciano, puesto que el mismo se veía como muggle deambulando y arrastrándose por un par de monedas. Aún estábamos los tres allí, junto con el elfo que cada cierto rato dirigía miradas a su ama. Mis grises paseaban la estancia de vez en cuando, como también pasaba mi diestra por el castaño cuando sentía que el flequillo se resbalaba en mi frente. - ¿Donde trabajas Cissy?- pregunté a la dueña del local, puesto que Sabía que Darla era parte de la directiva del Cuartel General de Aurores. Definí la mirada en la novia de mi jefe- Las cosas han estado muy apaciguadas éste último tiempo, quizás los fenixianos estén preparando algo conglomerado...- comenté a la bruja en momento que vagaba la mirada por el piso, caído en los pensamientos de lo que podría verse venir (aludiendo al Atrio). OFF: Edito para darle las gracias a Artemis por la bienvenida ! saludos!
  21. Aaron Augustine Black Ryddleturn. - Con ésto estará bien- comenté a Cissy tomando un sorbo del café- gracias- agregué mientras pensaba en los actos cometidos. El anciano, el callejón, multijugos o como bien decía Darla ¿Metamorfomago?, ¡claro!, ¿porque no?- No sé la verdad del porqué me han atacado, no es que los Black estemos en decadencia- mofé con una fina curvatura- de echo estamos casi extintos... Sonreí negando con la cabeza al ver el rostro de Darla con las facciones de mi jefe; Seba siempre había sido amable con todos dentro del Cuartel General de Aurores, por lo que jamás me había preguntado si el chico ostentaba algún bando. De todas formas, estar en el ministerio, era una máscara de todos los días frente a las adversidades que se presentaban, tanto como para mortifagos o fenixianos. - Lo que sí..- fui recordando a medida que mi mente entregaba los recuerdos del vejete lanzándose en mi contra- ... ha hecho alusión al gris de mis ojos- sonreí negando con mi cabeza y mirada dirigida al piso- como si en la familia no existieran magos con historia ¿no?- agregué volviendo la mirada a ambas brujas- de todas formas el estú.pido anciano, o quién fuese, está muerto..¡Accio daga!- sincronicé apuntando el arma con mi varita- No me explico de los venenos que existen por hoy...- dije mientras resonaban mis tacos al cruzarme entre ambas brujas por el pasillo tras dejar la taza de café en el mesón- ... claramente éste no ha de ser curado con un bezoar..- figuré indagando en el tono petróleo que se notaba vagamente en la hoja- .. y quizás con otra puñalada no estaría acá- comenté mirando de reojo al elfo. Me agaché para recoger el frasco vacío de la poción, aquél que había sido deslizado por el suelo tras la notoria aparición de Cissy en su local. - ¿Que creen ustedes?- pregunté teniendo la certeza, de que al utilizar el avada contra el decrépito vejete, no hubo nadie más en aquél lugar.
  22. Aaron Augustine Black Ryddleturn. Esbocé una fina sonrisa al ver donde estaba metido, eramos del mismo bando y eso me dejaba un poco más tranquilo luego de lo sucedido. Aún no comprendía al anciano que se había enredado a mi cuerpo para clavarme la daga, aunque a decir verdad, la expresión en la cara de aquella bruja me demostró cierta incertidumbre en como aquél viejo demente había sido tan hábil con alguien de mi contextura y energía. - Estaré en deuda contigo entonces- comenté a la chica a momento que tras un ligero movimiento de la varita hice que los galleons se metieran en la bolsita de cuero y acto seguido pronuncié un -Accio- al monedero para que éste quedara en mi zurda- y aunque no quiera admitirlo, contigo igual...Swey- mecanicé sin mirar al elfo. Me había quedado una fina cicatriz en el hombro, aquella que surqué con mi índice tras haber envainado la varita. acomodé la capucha que estaba unida por dos broches de oro, en la espalda al traje largo que traía y volví a cubrir la reciente marca que había quedado por la daga envenenada. -poción multijugos ¿no?- pregunté a Cissy, luego de entender sus expresiones con totalidad, aludiendo al anciano que me había atacado.
  23. Aaron Augustine Black Ryddleturn. Estaba sentado en el pisito que me había invitado el elfo y miraba de vez en cuando la herida que iba cerrando lentamente tras mi episkey; no había sido fácil, puesto que un bezoar no hubiera detenido aquél veneno mortal, y en mi desgracia y gracias al elfo, estaba vivo aún. Dirigí rápidamente mis grises orbes a la puerta de entrada, cuando en ello entró una mujer de fina contextura; saqué la varita rápidamente, no iba a soportar otro ataque, no ahí recién recuperado. Exhalé aliviado de que era Darla, a quién le había conocido como miembro de la marca para la ceremonia de tatuaje, puesto que ya nos habíamos visto un par de veces por ser la prometida de mi jefe, Seba Granger. - Señorita Dar...- acostumbrado a las formalidades, no alcancé a terminar la frase cuando una aparición sonora se hizo notar dentro de la botica. Los estantes se estremecieron junto con el elfo que saltaba a los pies de quién era su ama. Rodé mi gélida y gris mirada en una risa escondida por el actuar de la criatura. No repondí sus primeras preguntas, puesto que la mortifaga que había llegado primero, y quién dejó el cartelito de "cerrado" hacia la calle, soltó las primeras palabras. "Mi rastro de sangre" pensé, seguramente había dejado un caminillo mientras me encaminaba al primer local que encontrase y que por suerte fue una botica de pociones. Suerte había tenido en que no me hubieran seguido,puesto que no sabía si el anciano había estado acompañado o no. -Un decrépito anciano...- señalé a la chica quién deslizaba su dedo por la cicatriz que me habían dejado en el hombro y sin preocupación, volví a cubrirlo con mis prendas, luego de captar un ligero enrojecimiento de sus ojos-... algo balbuceó al identifacarme como un Black, y puesto que ya no quedamos muchos por Ottery...-solté en un dejo pensar- Así que será mi mentora, ¿como está?- agregué intentando ponerme de pie, cosa que logré a duras penas mientras me apoyaba en el borde del mesón. De su pareja no sabía si pertenecía a las filas mortifagas, no le había visto, como tampoco tenía conocimiento sobre si formaba filas junto con los odefos. Los galleons seguían desparramados por el piso, y el frasco de al poción curativa que me había dado Swey, yacía vacía en el piso. Accio, revelé con mis labios apuntando al fasquito que se mantuvo en mis manos. - Aaron Black Ryddleturn- pocos conocían mi segundo nombre, pero ello no era necesario aún. Me presenté a quién se formalizó como Cissy; tomando una de sus manos para besar el dorso. Junto a los Black había aprendido que los modales jamás debían perderse, fuere la situación que fuere- hermano menor de los hijos de Mahía...- madre a quién jamás había visto, y familia donde fui criado por nuestra hermana mayor, Evarela Black Haughton- me han atacado por sorpresa en la cuesta del callejón y la verdad desconozco el motivo- planteé mirando a ambas brujas- su elfo me ha salvado...- solté dejando vagar las últimas palabras, puesto que aún no me creía el tener que depender de semejante criatura.
  24. Aaron Augustine Black Ryddleturn. -Agradecerle a tu ama, ¿dices?- pregunté mirado de vez en cuando la herida que comenzaba a cerrarse- oh, ya veo...son sus pociones- sonreí en efecto- será nuestro pequeño secreto, aparte que con lo que hay ahí..- señalé los galleons con la mirada- podrás comprar y reponer lo que haz utilizado, ¿no?- proseguí mientras envainaba la varita en el cinto. "Patético anciano.." pensé mientras recordaba el encuentro que había tenido con él allí fuera, en el callejón. Aún no entendía porqué me atacó, ni porqué aludió a la gris mirada que me precedía como un Black de linaje puro. Volví a mirar al elfo en un dejo de entretiempo. - Botica Mcnair..-susurré- creo que es el lugar que andaba buscando, pero dices que tu ama no está.. de todas formas entendería de mi presencia, así que creo que te haré compañía un rato- inferí al elfo mientras me sentaba en la silla que había puesto a mi espalda- ¿Descansar?...- últimamente eso es lo que hacíamos, y era algo que debía cambiar- ¿De que pueblo eres?..- pregunté al elfo mientras bebía un poco de agua; Quizás compartir con al criatura no sentaba tan mal como recordaba con los elfos del castillo, aquellos a quienes acostumbraba a fastidiar desde mi niñez- si pudiera me tomaría un bourbon para no recordar que hablé con un elfo-sinceré en una carcajada- pero con ésto está bien- le guiñe un plomizo de la mirada- porque te dejan solo, a cargo de éste local... hay rumores de ataques, no creo que puedas sobrevivir a uno tu solo ...- dije aún con cierto sopesar de la musculatura y mis movimientos.
  25. Aaron Augustine Black Ryddleturn "Encendería el fuego contigo", pensé en una risa irónica, apenas visible por las facciones apagadas producto del veneno. Trataba de mantener la vista fija en el elfo, aquél que comenzó a moverse con rapidez por el local. Le vi negar con la cabezota y rodé mis grises ojos en una desesperanza que me causaba gracia. La herida se bordeaba negra, y lentamente comenzaba a perder la conciencia. Aquella criatura se me hizo mi única salvación; comenzó a preparar una poción mientras le miraba en lo que ya traía como rendijas, como si cayera en un pesado sueño que me costaba mantener los párpados abiertos. Me costaba levantar los brazos, y cuando tomé la varita el elfo apareció a mi lado. - Te mataré aho..-tosí y volví a retomar la lucidez en fracción de segundos, ya que había caído en otra alucinación, una en la que me veía enfrentado a un viejo fenixiano. Abrí de par en par aquella plomiza mirada que me caracterizaba en totalidad, viendo que tenía mi diestra amarrando la frágil muñeca de Swey; acto seguido le hice caso y dejé que me diese la poción, puesto que volvía a caer en una profunda debilidad- No podía ser...-tosí- más dulce?- sonreí un poco más aliviado, puesto que al menos sabía que no moriría. En unos cuantos minutos comencé a sentir el efecto de la poción, aquella que me devolvió un poco más de ánimo y con el cuál pude levantarme a duras penas tras apoyarme nuevamente en borde del mesón. Saqué la varita y me apunté a la herida que había dejado la daga; "Episkey", pensé para luego apuntar mis manchas de sangre. -Fregotego- susurré con cierta debilidad en la ligereza varonil de mis movimientos; las manchas se desvanecieron poco a poco- Así que Swey, ¿eh?..- bufé en una sonrisa, había sido salvado por un elfo, ¿Quién lo diría?, jamás pensé que viviría para contarlo- ¿que nombre lleva éste local?- pregunté a la criatura puesto que andaba en búsqueda de un local que me había mandado la casta de mortifagos- por cierto...-dudé en soltar las siguientes palabras-... gracias- espeté a secas tras otras tos.

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