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Helike R V PB

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Mensajes publicados por Helike R V PB

  1. Caminaba con tranquilidad sintiendo los aromas que me llegaban cada vez que me aproximaba. Aunque los animales estuviesen dentro de sus rediles, no me fiaba la verdad... No sabía si Sagitas estuviese dentro del circo, pero aromas recientes me indicaban que sí. Más que nada porque como todo los seres humanos, siempre desprendían un aroma característico (huelen bien, pero aún así, con una marca característica cada uno de ellos). Fui caminando despacio. Sí, tanto el parque de las lamentaciones como el circo, aunque estuviese integrado en él, era uno de mis lugares favoritos. Aunque sin saberlo la pelivioleta yo lo usaba para cazar, eso sí, nada escandoloso por supuesto los vampiros cuando queremos, podemos ser muy limpios...

    Me fui desplazando con cuidado intentando ver esa cabellera característica. Pero no la veía por ningún lado. Uno de los elfos que me conocía bastante bien, debió de ver por mi mirada, que debía estar buscando a la dueña...

    - Por allá está - me dijo, señalando con su pequeño dedo índice. Y cuando me fui aproximando su aroma era más potente... ¿Tener el despacho en una carpa? Me sorprendió, aunque no debería ya que ella tenía esas curiosidades. Caminé más rápido hasta que llegué y levanté la parte de la entrada.

    - ¿Se puede? Quería tomar algo con vosotras, pero si estáis ocupadas, vengo más tarde - dije con una gran sonrisa tanto a mi tía como a mi prima Xell, que parecía estar ambas ocupadas con papeles. 

  2. Con un traje pantalón chaqueta negro, jersey fino de cuello vuelto, botas de piel de dragón. Podía pasarme tranquilamente por una ejecutiva muggle y no pasaría tan desapercibida, sino fuese que llevaba en la solapa de la chaqueta una marca tenebrosa de plata en miniatura. Llevaba el pelo en una cola de caballo alta el morral y la varita en los bolsillos he iba paseando por el Londres muggle mientras veía que, muchos escaparates ya estaban preparados para recibir la dichosa navidad. No me gustaba nada. Prisas de un lado al otro, cenas copiosas, brandys hasta las tantas de la noche y por supuesto, los villancicos. 

    Me cansé de ver tanta chorrada...

    Cerca del Ministerio de Magia, había una pared en dónde la mayoría que usábamos la magia podíamos desaparecernos sin llamar demasiado la atención de los nomajs. Así que, para allá me fui y tras revisar que nadie me veía, me gire sobre mis talones y me aparecí en los límites del parque de las lamentaciones, en dónde sabía que no podría sufrir una despartición dolorosa. Gracias a mis habilidades vampíricas salté con facilidad una de las entradas y casi medio corriendo aunque no me diese cuenta, llegué hasta la zona del circo de mi tía. No la buscaba por nada en especial, sino simplemente por estar un rato en familia. 

  3. Hooolas!!

    Me vais a disculpar si meto la pata, pero a pesar de llevar año aquí, carai, parezco una lerda jajajaja nunca me acuerdo si hago en colocar las cosas correctas en su sitio correspondiente x'DD 

    Bien, me gustaría pedir el cierre de la familia Rambaldi y su registro con los criterios mandados por moderación y admin. Lleva más de 1 año sin respuesta dentro del tópic de rol además de salirse el otro día una de las matriarcas. Aparte de eso, me gustaría recuperar el apellido porque fuí una de las matriarcas iniciales, ¿es posible? 

    Gracias de antemano 

    @ Mackenzie Malfoy

  4. Hola!

    Hace mil que no me paso por aquí, la verdad jajja, así que, vengo a pedir que quiten de mi ficha, muy a mi pesar, la familia Vladimir  y dejar ese espacio en blanco. Así que, espero no estar cometiendo mucho spam, porque no me llegan las líneas... carai, deberían sacar esa norma para ésto jajajaja. Pero igualmente, a quién lo haga, estaré atenta, besos y gracias!! 

     

     

  5. Levanté una ceja con algunas de sus palabras. Ella conocía bien como picarme y lo estaba consiguiendo, pero ahí había ido a hacer negocios y no a armar broncas. Suspiré cansada.

    - Cómo se nota que de política no tienes idea Sagitas - dije con una sonrisa y negando con la cabeza- aquí en Reino Unido usamos lechuzas, en Italia, allá para comunicarnos usamos cuervos, hacen la misma función de enviar correos - comenté con una aclaración- y tosí para aclarar la garganta - protesté por lo bajo.

    << Café o lo que tengas mujer - sin poder evitarlo solté una carcajada. Me sorprendió que sacara whisky, aunque ella tomase a sorbitos me sorprendía porque era yo, en la familia la que más bebía whisky de fuego y, a decir verdad, se me hacía raro- últimamente estás bebiendo mucho alcohol tía - comenté con cierta preoupación - no es normal en ti, la verdad, pero no despreciaré ese trago - tomé el vaso y me serví un poco.

    - El Clan Vulturi gobierna en todas las comarcas italianas. Cada comarca tiene un gobernador propio enviado por nuestro clan. Dependiendo de los vampiros y familias que haya en cada zona tenemos más o menos soldados. Por eso decía que, lo de encargar los uniformes y capas era mejor ir a un lugar aquí en Londres y enviarlas todas allá. Y de las varitas he venido aquí por ser tu parte de la familia... Me dieron un lote de dos mil galeones pero yo puedo poner más. En cuánto me den más información te la pasaré mediante lechuza para que empieces a fabricarlas...

    Justo estaba dando un sorbo a mi bebida cuando, de repente, un golpe fuerte se escuchó en toda la tienda, casi me atraganté y escupí todo el alcohol. Maldije por lo bajo y susurré un lo siento a mi tía. Saqué la varita y limpié las zonas en dónde había manchado.

    - Pero, ¿quién demonios? -pregunté furiosa, apuntando mi arma a la persona que había entrado- ¡Xell! ¡Por los siete infiernos! - protesté otra vez- un poco más y te maldigo mujer - guardé mi varita mágica en el bolsillo mientras hablaba de cierto ruído- cosas del timbre de tu tía... Yo ya se lo he dicho pero qué quieres que le haga - comenté, elevando mis hombros- y ¿tú por aquí? ¿Has visto como está el callejón, verdad? - pregunté a mi prima - está más triste que de costumbre, entre los decretos de ésta mujer el maldito sacerdote ese y la economía, la cosa va como va... - bufé por lo bajo y rellené nuevamente mi copa con más bebida -eso le dije, últimamente esta bebiendo demasiado y eso sí que es raro... 

  6. Sonreí por su regañina por fumar, negué otra vez y aproveché para tomar otro trago del whisky que había pedido. De momento aún estaba la botella entera y suerte tenía ser vampira, el alcohol en nuestro cuerpo se asimilaba mucho más rápido que un humano normal y corriente (?)

    Y al menos me dió cierta alegría al ver que, Xell también tenía parte en el negocio y me daba su permiso.

    - Bien, excelente, entonces el cinco por ciento de lo que recaude en mis bodegas os lo repartís entre las dos. Tal y cómo estipula el ministerio o estipulaba la mitad de las ganancias en nuestros locales - dije con sorna. Si mi tía pensaba que salía ganando estaba bastante equivocada de hecho. Podía pedir más, cierto, pero tampoco era cuestión de llamar demasiado la atención de ciertas agencias por las cosas que pudiese llevar en bodegas. Ya tenía ciertos planes para ese barco así que, mientras se adecuaba en los astilleros muggles, ahi las cuatro, seguíamos dando ideas.

    Mientras la ex- ministra hablaba saqué un pergamino y tinta he indicaba en él las condiciones de lo pactado... En cuánto terminé le dije tanto a Xell como a Sagitas.

    - En cuánto terminemos - vi que Lisa empezaba a poner protecciones cosa que me alegré- quiero que vosotras dos firméis aquí lo que hemos hablado, después os haré llegar una copia de éste pergamino de lo pactado. 

    Para mala suerte de la pelivioleta yo tenía un oído bastante bueno gracias a mi habilidad vampírica. Y buena suerte para mí que le escuché susurrar esa palabra...

    - De fanfarrona nada - protesté por lo bajo - cada edificio tiene sus partes débiles. Conductos de respiración, salidas de aire... cañerías... Obteniendo los planes del lugar podremos mirar... - Lisa había comentado la seguridad que ella misma había puesto- pero supongo que por poner señuelos no habrá problema. Lo de Xell me parece buena idea. Yo tengo un dragón, pero pensarán que habrán sido los búlgaros otra vez y no vamos a liarla de nuevo con otra guerra por otras cosas... Si Lisa puede bajar durante unas horas las defensas Ministeriales estaría bien, pero piensa que, quizás las hayan reforzado -llevé una mano a mi mentón, pensativa- sí, señuelos, animales... podría ser factible. En mi monedero llevo una puerta evanescente que, si la colocamos en una oficina, nos llevará hasta el dragón verde por si tienen los hechizos antiaparicion activados. No pienso arriesgarme a sufrir una despartición por querer salir de ahí pitando y que al final, nos pillen en San Mungo o en la Clínica familiar...

    Escuché a la pelivioleta y levanté una ceja.

    - ¿Arriesgarnos tanto por una poción? - bufé y le di una calada al cigarrillo. Escuchaba a Lisa hablar y no pude evitar soltar una expresión que refundaba sus palabras- en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es la más lógica... O algo así decían los muggles en cuánto a la ciencia -hice un movimiento con mi mano - me extraña que, por esa poción peligrosa, porque lo es... es como dice ella - señalé a Lisa - pides permiso para entrar y todos tan contentos. ¿Hay algo más que ocultes en esa habitación aparte de eso? No sé, objetos prohibidos por el Ministerio; oro, objetos de gran valor histórico mágico... No dudo que ese brebaje sea bueno para confundir al enemigo, pero incluso conociendo los ingredientes se puede hacer otra. Recuerda que yo fui profesora de pociones en la Universidad, puedo destilarla para intentar averigüar que ingredientes lleva - comenté, elevando mis hombros. 

     

  7. - Es una buena elección -le dije con una sonrisa mientras me explicaba los motivos de su visita- aunque últimamente como verá, hay pocos transeúntes por aqui... Noviembre y diciembre no son buenos tiempos para los comerciantes, tanto por ciertos festejos como por el mal tiempo, pero siempre encontrará un lugar cómo el nuestro, para tomarse un chocolate caliente y resguardarse del frío - asentí con la cabeza.

    - Por supuesto querida... Aunque normalmente tenemos la misma carta cada mes. En momentos específicos como fiestas y demás, como Halloween sacamos figurillas de chocolate -le señalé la vitrina en dónde estaban custodiadas con la cadena de frío y gracias a la magia, se mantenía estable todo el año- tenemos mini marcas tenebrosas rellenas de chocolate con leche, almendras y chocolate negro, por si desea con sabor más potente por supuesto y claro que el material con el que está echo es el de la mejor calidad - comenté alabando el producto- además tenemos en formas de rayos de los tres sabores. Y ya que pide la especialidad de la casa, tenemos los macarons Ladurée, pastelitos que se pueden rellenar de múltiples sabores. Traen seis y cuestan tres galeones por caja. Le advierto que, aunque pueda parecer que son pocos, al ser dulces pueden llegar a empalagar -dije riéndome y guiñándole un ojo - están bien para acompañar con un té básico inglés, o con especias de la India. Le aconsejo que no eche demasiado azúcar - le recomendé yo, por mi parte.

    - Le agradezco el cumplido. Si viene por aquí - la guié hasta una de las zonas del lugar- éste es el más reservado de todos. Puede gustar lo que pida con total tranquilidad. Aquí la prensa no suele molestar mucho así que... -acomodé una silla para que se sentara en la zona que llamábamos biblioteca. Aunque claro, no había libros pero sí respiraba a tranquilidad y era una de las zonas más resguardadas de la entrada y más privadas del local.

    << Aquí mi gente anotará lo que quiera y enseguida se lo traerán, póngase cómoda y quédese tranquila. Éste lugar tiene una tempratura agradable todo el año, tanto invierno como verano para que los productos no se estropeen -volví a añadir...

    @ Darla Potter Black  no te preocupes mi darlis, que a mí tb me pasa igual, aunque me salió un rol algo soso jajaja 

  8. Sagitas al final reaccionó. Torpemente al principio y después más seguido hasta que se medio enfadó por hacer daño a un animal...

    - Mujer, ¡no es un hada! -protesté yo- un basilisco el rey de las serpientes. No es algo que se pueda tener en casa así cómo así. Si el ministerio te da dado permiso excelente pero aún así no sé cómo consigues que no petrifique a nadie en el circo. 

    Ni me acordaba que se le daban bien las criaturas.

    - Se me pasó por alto mujer, además, nunca está demás tener libros por si no hay nadie especialista en casa... así que, mejor tener la información a mano - y mientras mirábamos el mapa del merodeador - yo he patentado ésto - les dije a ambos con una sonrisa - el mapa original sólo mostraba Hogwarts pero creí necesario hacer una modificación, así que, es útil. Envié al Concilio en su día las instrucciones cómo hacerlo y lo han puesto a la venta. Con lo cuál es muy guay si estás en una ciudad, que no conoces...

    Había movimiento en la casa, tanto por ese bicho como por los elfos domésticos. Galadriel estaba en otra zona de la casa y seguramente ya se hubiese enterado por otros elfos, la peligrosidad que había en el lugar. Esperaba que fuese inteligente y se pusiera a cubierto. 

    Pero de un momento a otro vimos a Ithilion, serpiente en la zona baja y Sagitas corrió. No me dio tiempo a nada. Lo entendía era su hijo y quería protegerlo a toda costa...

    - Por los siete infiernos, ¡Sagitas! - grité yo ahora. Sí, todos somos chillones en ésta casa, pero en una situación como esa no era para menos. Las gemas brillaban en todo su esplendor. Tenían la misma función que el reloj mágico familiar, pero tampoco eran tan precisas...

    - Haría falta una red mágica cómo de pescado para cazarlo, pero quizás sus dientes pudiesen destrozarla... -me sentía impotente ante una situación como ésta. Nunca habíamos tenido un peligro de ésta envergadura. 

    - ¿cómo demonios vamos a cazar ese animal? -pregunté desesperada a Matt.

    - Espero que nuestra pequeña esté bien con los lobos... podriamos usarlos para, pero no - negué con la cabeza, nuevamente. Era crucial que Elentari estuviese protegida en todo momento y los huargos eran unos animales fantásticos para esos...

     

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  9. Hola!!

    Después de rebuscar por el sub-foro de King's Kross al final veo que es aquí, dónde finalmente se cambian los puntos por galeones he imagino que se cambiarán a primeros del mes, así que, aprovecho a intercambiar los míos. Quería esperar a juntar un poco más pero me hace falta oro así que, dejo por aquí los datos y agradezco a quién los cambie y dejo los datos ¡¡mil gracias!!

    Nick del usuario: Helike R V PB
    Link a la bóveda del usuario: Bóveda de Gringotts nº 97771

  10. Donaciones desde Bóvedas de Negocios:

    Nombre con link de Bóveda del Negocio que permite la donación: Bóveda Negocio El Dragón Verde
    Nick de los propietarios con link al perfil: Helike R V PB 
    Link al registro aprobado en el Ministerio: Registro el Dragón Verde
    Bóveda de la que se extraerá la donación: Bóveda nº 108933
    Cantidad de Galeones de la donación: 3625 g
    Beneficiario(s) de la Donación: Helike R V PB

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    Relación Familiar con Donante y porcentaje de ganancias: Propietaria del negocio 
    Nombre con link a Ficha del Personaje: Ficha de Personaje de Helike R V PB
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    Cantidad de galeones: 3625 g

    creo que están todos los links bien, cualquier cosa, arrobeadme!! 

  11. No pude evitarlo y estallé en carcajadas. Negué con la cabeza ante la pregunta de Lisa...

    - Perdón querida, no he querido ofender pero... - cerré los ojos durante un segundo tras lo cuál aproveché a mojarme los labios con un delicioso trago.

    - Verás querida... trabajando para la oficina del primer ministro ya deberías saberlo -dije con cierta obviedad y continué con mi charla hacia Lisa- tanto en la política muggle como mágica hay magos que trabajan en secreto para los gabinetes de gobierno. ¿Te crees que en la Marca Tenebrosa no hay espías? Estoy casi segura de ello, sólo hace falta apretar un poco las tuercas y seguro que salen unos cuántos... Pero eso no es importante ahora, ya lo retomaremos más tarde. El MACUSA la poderosa organización americana de seguro que también tiene oídos en nuestro gobierno... Si Sagitas no ha tomado precauciones seguro que ya estarían informados antes de la gente común, de los edictos que ha ido publicando antes de las elecciones. Es una medida de seguridad. En el gobierno muggle el MI5 y el MI6 se encargan de todos esos asuntos, relacionados tanto en política exterior como interior... Sí aquí mi tía no ha sabido proteger información confidencial estamos en un serio aprieto, si se ha dejado algo grave e importante, también; sobre todo porque es seguridad nacional -hablaba con cierta experiencia y eso me servía para turbios negocios que me ampliaban mis galeones no declarados en Gringotts- la información es poder. Si la sabe el enemigo puede usarla en nuestra contra, puede soltar medias verdades o perjudicar a los ingleses con burdas mentiras soltadas en El Profeta o en cualquier otro medio. Los agentes secretos velan por la seguridad de los primeros ministros y reyes cuando no están de servicio en el exterior... Pero, seguro que has tenido contacto con ellos, ¿no? -miré ahora a Sagitas. Aunque a decir verdad, mucho me temía que la respuesta iba a ser negativa.

    - Yo puedo ofrecerte a los míos. En cuánto dea el aviso se pondrán enseguida en marcha. Puedo desplegar a la mitad de mi gente, el Consejo Vulturi no se opondrá por supuesto, por la cuenta que les trae... - y ahora miré a Lisa - y lo mismo digo de ti. Como regente en Rumanía aunque tengas un alabardero real aquí, seguro que tendrán los oídos en todo lo que hagas para deponerte a la mínima. Nosotros debemos movernos con rapidez y actuar deprisa. Y para empezar, no deberíamos de hablar de cosas tan importantes como éstas en un lugar público, al menos, deberíamos aplicar hechizos insonoros y vigilar cualquier intrusión mágica tanto humano como animago... Son muchas variables a tener en cuenta. Puedo dar órdenes a Antinoo y a Cesarión para que se encarguen de ese trabajo. 

    Y tras terminar ahora sí, con el hielo en el vaso rellené un poco más de licor y di un trago largo además de fumar un poco más. Tal y cómo pensaba, la tarde iba a ser larga.

  12. - Sí, soy yo. Siento no ser la persona que esperabas... pero puedo apartarme y - me levanté y cogí la silla, pero justo en esos momentos había llegado Xell. No me hacía gracia meterme en asuntos turbios (¡tenía suficientes con los míos!) pero, cierta bombilla se me iluminó dentro de mi cabeza... ¡Claro! Sería una buena recompensa... Sin poder evitarlo una media sonrisa fastidiosa la mostré en el rostro, justo cuando en esos momentos el camarero me trajo la bebida. Apuré el vaso y le indiqué:

    - Trae la botella y hielo, creo que me hará falta... tengo la impresión de que será larga la tarde - el chico asintió con la cabeza y saqué un pequeño saquito de oro que le lancé rápidamente y el mesero lo recogió con agilidad- también hay para pagar lo que consuman éstas dos (dije por Lisa y Xell) ésta tarde - y bebí otro trago más de ese whisky escocés muggle, que aunque no era de fuego estaba tan rico como el otro y a decir verdad, los nomajs tenían buen gusto para la elaboración de todo tipo de bebidas alcóholicas.

    Coloqué bien la silla y crucé las piernas.

    - Cosas de tu tía Xell... ni idea de lo que pretende - así que, mientras esperaba a que hablase con un par de toques de varita, extraje un cigarrillo del interior del morral de moke y lo encendí con mi arma mágica. A los segundos un ligero y denso olor a tabaco ya estaba en el ambiente- ni me bufes por fumar Sagitas... 

    La dejé seguir y escuché atentamente lo que quería de nosotras. Levanté una ceja, sorprendida...

    - ¿Quieres que forcemos la entrada del despacho del primer ministro para robar? ¿Por quién nos tomas? - negué con la cabeza y aún así, tenía nuevamente una sonrisa en el rostro- desde luego... grave tiene que ser ese objeto para tener que recuperarlo a la fuerza bien, de acuerdo. Yo lo haré con una condición. Que me dejes atracar un barco que he comprado y que no preguntes lo que guardo en él, además de hacer excursiones por el lago... A cambio por supuesto, tendrás el cinco por ciento del valor que traiga en las bodegas incluído el alquiler de amarre que te será entregado a final de mes, eso siendo mercancía, no personas. Ahí se rebajaría al dos por ciento... ¿Trato? Y por supuesto, crearé un seguro de accidentes por si acaso. Aunque el barco sea antiincendios y antihundimientos, no quiero arriesgarme... 

    Y casi sin dejarle terminar, saqué una pluma vuela pluma y pergamino. Ésta fue rasgueando todas las indicaciones del contrato para que quedaran escritas. Cuando terminé dejé el documento encima de la mesa y volví nuevamente a guardar la vuelapluma en su sitio.

    - Pero, lo que me extraña es que no hayas conseguido mover a tu gente para ello. Yo puedo hacerlo en un periquete, más que nada para conseguir información antes de hacer algo y tener las posiciones claras. Quizás hay que lanzar un par de maldiciones en el acceso y hay que tener en cuenta que ese Predicador del demonio debe tener guardaespaldas. Quizás espere un ataque o no. Pero antes de arriesgarme a más, ¿porqué es tan peligroso ese objeto? ¿no crees que ya habrán limpiado a éstas alturas el despacho del primer ministro? -pregunté, dándole una calada al cigarrillo - por mi parte, podemos ir cuando queráis por supuesto. Pero hay que planificar bien el asalto, habrá que destruír primero las defensas del Ministerio antes de acceder a él e ir directas a esa oficina... Y es más, no me apetece cargarme a nadie, es malo para los negocios - dije, elevando mis hombros y bebiendo un trago de whisky. 

     

  13. - El problema es que no sabemos lo larga que es... -suspiré y cogí la silla que tenía cerca del escritorio. Me senté apoyándome con los brazos en el respaldo y balanceándome con suavidad, hablaba de la misma manera que Matt, en murmullos. Su idea era buena, cegarlo pero aún así, era un bicho peligroso...

    - Cegarlo sí... pero, ¿no teníais un fénix? Su pico puede hacerle daño a los ojos y si nos clava algún colmillo podemos usar sus lágrimas para que nos cure - dije con una sonrisa - ya hubo antecedentes, así que, no creo que sea tan complicado... Tienes razón con lo de las gemas ya que no es para ese propósito. Más bien es para capturar pequeños seres mágicos o etéreos como los fantásmas y ese animal que tenemos ahí fuera... con un bandazo de su larga cola puede romperlas sin problema. 

    Volví o mejor dicho, volvimos a escuchar ligeros siseos algo que, por supuesto no entendía. Era la lengua pársel y que no todo el mundo tenía la habilidad para siquiera formular palabras en ese idioma. 

    - silencio - susurré. Me volví a levantar y tomé la varita del bolsillo y murmuré- fermaportus -el rayo partió de mi arma mágica y dio pleno en la puerta. Se envolvió en un tono rojizo para después volver a ser lo que era.

    - Bueno, al menos así por si se le da por romperla que tenga más dificultad - dije a los presentes- lo que me sorprende es que éste animal ande por aquí. Si no es tuyo Sagitas, entonces, no sé de quién puede ser... Hechizos tenemos muchos usarlos adecuadamente es otra cosa... usar un lumus solem directo a sus ojos podría servir. Pero a ver quién es el valiente que se atreve con esa cosa fiera. Tú eres cazador @ Matt Blackner  ¿se te ocurre alguna idea más, aparte de usar el polvo de oscuridad instantánea? Aunque sería pan para hoy y hambre para mañana. Si nos atacan otra gente, no tendremos muchas posibilidades de huída... Tengo por aquí una capa de invisibilidad - rebusqué en el baúl de siete cerrojos, para mí, era uno de los objetos más preciados que tenía y lo tenía en el último escondrijo además de otros cachivaches como los libros de Hogwarts y demás. Lo había recogido todo antes de irme a Italia y al menos Galadriel lo había sabido mantener sin que nadie me robase las pertenencias. La saqué con cuidado y su tela era suave cómo la seda- podríamos usar elfos sí, pero con sus chasquidos al desaparecernos esa cosa podría fácilmente encontrarnos igualmente pasa con nuestras apariciones y sólo vosotros dos podéis hacerlo a placer aquí - y antes de seguir me acordé que tenía cierto mapa - accio mapa del merodeador - y con su habitual rapidez el objeto llegó con velocidad a mis manos y lo cogí al vuelo. Éste representaba todas las partes que conformaban la mansión Potter Black. Era una de las ventajas que tenía, cambiaba según lo necesitase su dueño- mirad, el bicho anda por aquí - señalé con la varita al piso inferior - así que, tenemos margen... 

    @ Sagitas Ericen Potter Blue

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  14. Uno de los pocos lugares en dónde se podía en soledad y uno de mis favoritos era el parque de las lamentaciones de mi tía Sagitas. Hacía mucho tiempo que no lo frecuentaba y sólo lo hacía para evadirme un poco del bullicio del día a día. Aunque sin que ella lo supiera a veces lo usaba para cazar cervatillos pequeños para alimentarme de su sangre y después que, el propio lugar, conseguía "limpiar" en cierta medida hasta no dejar ni un simple rastro. Pero no. En esa ocasión tenía una idea diferente en la cabeza. Me había puesto una ropa un tanto de abrigo.

    No es que me hiciese falta pero ya bastante tenía con evitar ciertas miradas por mi condición vampírica, así que, llevaba un jersey fino de lana, unos pantalones vaqueros y unos playeros blancos, aparte de eso, llevaba la capa negra con capucha a los hombros anudada con un broche de plata, con el símbolo de la marca tenebrosa. En uno de mis bolsillos llevaba el morral de moke con muchas de mis pertenencias y aunque podía usar la animagia para llegar hasta ahí, siempre me gustaba dar un pequeño paseo...

    Llegué a los límites del parque. El viejo dragón de hierro estaba en su sitio, como siempre y guardé la varita tras la aparición para sobre todo, no despertar sospechas de nadie, tanto animal como de ser humano. Abrí la verja pasé al lugar y la cerré con cuidado. Me desplacé con cierta rapidez y llegué hasta la zona en dónde acampaba el circo y en dónde estaban colocadas las caravanas para los trabajadores de Sagitas, rediles, cafetería y demás. Desde ahí se podía ver tanto el muelle como el río y el lago... Podía aparecer ahí el barco que había comprado en cierta gala pero era mejor esperar... 

    Para cuando llegué, Sagitas tenía cara de mala leche y bebía de lo que parecía era alcohol algo sorprendente porque no era muy dada a tomar sobre todo whisky, al ser una bebida bastante fuerte y con ella estaba otra fémina que ya había visto por la mansión Vladimir. Fruncí el ceño. Pensaba encontrarme a mi familiar a solas pero quizás tendría que esperar... Indiqué al barman con el dedo índice la misma bebida que Sagitas y saqué tres galeones para pagar la bebida que dejé en su lugar... 

    - Buenas tardes chicas... ¿se puede saber qué os pasa? -pregunté con curiosidad, mirando a ambas mujeres- yo venía a ofrecerte un negocio pero puedo venir más tarde - comenté a la pelivioleta con una sonrisa. Al menos en esa ocasión, no era yo la que estaba de mala leche. 

    @ Sagitas Ericen Potter Blue

  15. Levanté una ceja ante la contestación de mi ex suegra. Intentaba no montar la bronca en la calle, pero esa mujer me podía:

    - Si tuviéseis el maldito cartelito ese de abierto, no tendría la necesidad de darle al cacharro ese - comenté, señalando al botón - menudo ruído hace. Así que, deja de protestar, ¿quieres? 

    ¡Pues sí que empezaba bien la cosa! Apreté los nudillos de mis manos debajo de la capa para no tener que sacar la varita. Suspiré y en un tono un poco amenazador he de reconocerlo le solté: 

    - ¿Puedo pasar o hablamos de negocios aquí en la puerta? - Crucé mis brazos pero sin siquiera darle tiempo a nada más, pasé al interior. Y cuando me adentré en él me recordó a la primera vez que, en España había visitado una "franquicia" estilo Ollivanders. Un local en dónde también hacían varitas pero con el consejo de una de la mejores familias de fabricantes que había actualmente. Pero era otra época y otro Ollivanders por supuesto, pero todos por alguna razón habían heredado el don de hacerlas y sobre todo rasgos genéticos que los definían cómo de esa prestigiosa familia. 

    Respiré hondo. El aroma a viejo (?) y a nuevo se entremezclaban, veía las cajitas detrás del mostrador y sentía la mullida alfombra a pesar del calzado que llevaba. Me rasqué la cabeza (no, no tenía piojos xD), era un acto reflejo de cierto nerviosismo mientras escuchaba cerrar la puerta. Me giré y hablé directamente a mi tía...

    - Verás - tosí y no es que fuese por el polvo- recibí un cuervo, sí cuervo; animal de color negro... en dónde se me indicaba que debía comprar varitas. Necesitamos un montón y espero que tengas suficientes manos para hacerlas. Además de que tengan empuñadura y guantes negros de seda... Las capas para la guardia creo que tendré que ir a Madame Malkin -llevé mi mano a mi mentón, pensativa, mirando al suelo - estamos en un clima político complicado Sagitas y créeme que si la chispa se enciende, será culpa del sacerdote ese al que hay que quemar en una pira -bufé furiosa.

    - Por el oro no te preocupes. El Consejo Vulturi te pagará bien si los resultados son más que satisfactorios... Busca a Anne para ello y contrata a más gente. Pagaré vuestro trabajo en cuánto mi gobierno me de el oro necesario para ello. Aquí tienes las indicaciones que he anotado para que os guiéis por ellas. Si necesitáis cerrar el negocio, hacerlo porque os hará falta tiempo -saqué con un toque de varita y lo cogí al vuelo el pergamino en dónde había dejado las instrucciones- es para la guardia en Italia. Hay un usurpador por allá y mucho me temo que volveremos a tener otro frente. Sólo espero que no sea otra guerra y que no se extienda. Busca aliados porque los vamos a necesitar... Es menester resguardar nuestras comarcas italianas y cuánto antes estén armadas mucho mejor... No sé si lo sabrás pero puede que haya movimiento de licántropos. Era lo que nos faltaba. Necesitaría más información para confirmarlo pero de ser cierta, todo el mundo; vampiro y humano además de otros seres, correremos un gran peligro a mano de esas bestias. Hace más de cien años que no tenemos guerra con esas alimañas pero, por si acaso hay que estar seguros. Avísale a Lisa, ella más que nada debería estar prevenida por si en su país hay lío gordo por esos cachorros de yorkshire con rabia -y sin poder evitarlo, solté una carcajada al darme cuenta de la comparación.

    - En fin... si tienes café, te puedo contar con más detalle lo que necesito... El mínimo de pago, serían dos mil galeones y puedo subir la oferta - esperaba que eso fuese más que suficiente. Al menos en ese tema a pesar de los grandes gastos de las batallas italianas no habían mermado el tesoro real, no del todo. Las grandes casas que se habían rebelado, habían desaparecido y por supuesto, habíamos tomado todo lo que les pertenecían y las demás, a rendir el doble de tributos al consejo a las supervivientes. Y ese había sido un castigo bastante magnánime en cuánto a lo otro, un borrado de la historia puro y duro mucho más doloroso que pagar el doble de impuestos. 

    @ Sagitas Ericen Potter Blue  cuando puedas sagis! mil besos! 😘😘

  16. Guardé silencio. Incluso cuando Sagitas me había recriminado por mi comportamiento. Reí por lo bajo y negué con la cabeza. Ajusté la capa que llevaba. Pero aún así se veía que el lugar no es que fuese digno de una gran mansión de las antiguas. Parecía que los elfos se habían olvidado de limpiar y era raro y más aún cuando Aaron era líder de la Marca Tenebrosa y todos le tenían pánico. Yo trataba a mis sirvientes con frialdad no cómo seres de magia sino con superioridad, a Galadriel, mi elfina; era la única a la que permitía que me dijera las verdades por mucho que dolieran. Había estado conmigo desde largos años y me conocía incluso mucho mejor que los más grandes magos y brujas. 

    Vi que varios magos incluída la líder y lugartenientes movían su varita y yo hice lo mío propio mientras otros mortífagos se iban y llegaban. Aunque alguno me producía cierta curiosidad y sobre todo cierta sospecha. Había que tener cuidado con los mortífagos recién ingresados, cualquiera podía ser espía y pasar información delicada al otro bando con tal de desbancar a la Orden Tenebrosa. Con fuerza, todos los mortífagos ahí reunidos habíamos conseguido sacar del subsuelo el hogar de la mansión Riddle. Grité el hechizo 'ascendio' y todas las voces de los integrantes ahí presentes, hicieron fuerza común. Pero fuera aún hacía frío y a veces no se mostraba tan cálido como aparentaba toda la decoración en su interior. Me gustaban más las reuniones familiares que teníamos en la Potter Black, pero el deber era el deber. Pero aún así, con la potencia del conjuro en común aún se hacía notar en el interior. Volutas de polvo hacían remolinos mientras se asentaban los cimientos. 

    - Mi señora @ Arya Macnair  si es menester puedo hacer llamar a los elfos que tengo en propiedad para adecentar éste lugar. Con su permiso por supuesto. Ellos saben guardar bien los secretos, por la cuenta que les trae - le dije, alzando el vaso de whisky de fuego en su honor - y si gusta, me encantaría charlar con usted en privado, en cuánto terminemos con la socialización para hablar de seguridad. Tal y cómo estamos en tiempos convulsos hay que tener cuidado con quién compartimos información. Tengo experiencia en ese campo y si le puede ser de utilidad lo haré con mucho gusto. A veces el encantamiento Fidelio no suele ser suficiente. En primer lugar la documentación y planes que tenga, mejor se lo comunica a sus lugartenientes por canales seguros, pero de eso ya hablaremos cuando tenga usted tiempo... Me alegra ver que el mando actual empieza a tomar cartas en el asunto y que pase a la acción, mi señora sabe que cuenta con mi lealtad y el Clan Vulturi... Y si necesita cualquier cosa, no dude en hacérmelo saber.

    Me senté en uno de los sillones mientras me servía otra copa de whisky de fuego y para que no estuviese tan cargado, le había añadido varios cubitos de hielo. El alcohol no es que afectara a los vampiros pero tampoco quería que me afectase con la segunda botella tan pronto. Y mientras veía a los demás compañeros moverse rápidamente para arreglar el jardín exterior. Elevé mis ojos suspirando. La botánica no era cosa mía aunque sí las pociones. 

  17. - Es bueno al menos, saber que tienes esos conocimientos - continué con la broma a la que, entonces había sido mi prima por parte política- al menos así, te sacas de un apuro en caso de necesidad - dije con una risilla por lo bajo...

    - Va - hice aspavientos con mi mano- hay gente corta de miras que si le preguntas ciertos temas, se escandalizan -negué con la cabeza- lo mío es más pura información académica. No puedo ir a Hogwarts. Me hubiese gustado volver a su biblioteca pero ya sabes que a cierta edad, tenemos cierta prohibición de asistir y tampoco es que tenga contactos en esa institución académica cómo para pedir libros prestados de la Sección Prohibida - comenté, elevando mis hombros. 

    << Así que, la sola mención de esos temas ya ves... A pesar de que, Sagitas ha hecho un gran trabajo ministerial y las cuestiones oscuras no estaban tan entredicho, parece que en cosas de política, la gente cambia de ala cuando le conviene, por eso de no perder clientes... Y es más, no se trata de, simplemente encantar a nadie. No hace falta mucho para hacerlo - le dije, guiñándole un ojo. Y se me había ocurrido un tema más- ¿tienes de magia vudú? En uno de los conocimientos que había tomado de Artes Oscuras, había tratado ese tema y yo como cuando fui profesora, ciertamente no tenía un amplio expectro de ese nivel -chasqueé la lengua, fastidiada - así que, si vuelvo a la institución, me gustaría estar bien preparada para sorprender a mis futuros alumnos, si - hice inciso en eso - si vuelvo otra vez. Aunque no es descartable en un futuro. Moldear mentes jóvenes es un arte del que todos carecen... 

    - Mujer, yo he aprendido nigromancia pero me gustaría seguir avanzando en eso. Es cierto que los arcanos nos han dado las bases pero yo quiero ir más allá - le dije, haciendo la señal con la mano como abarcando imaginariamente todo el local- la información es poder y cuánto más tengamos más preparados estaremos para todo lo que pueda venir. Nunca se sabe querida y, es más, es bueno saber que no son excesivamente caros. En mi biblioteca tengo reliquias antiguas de antes de mi nacimiento y que pertenecieron a mi padre. 

    - ¿Sagitas cerró las importaciones mágicas? -bufé furiosa - y es más, no es mi suegra, es mi ex suegra -volví a renegar por lo bajo. Seguramente era algo que la bruja desconocía por completo, aunque era cierto que, tampoco aireaba sin ton ni son mi vida privada- si lo dices por los muggles... bueno, eso son tonterías que publican sin tener ni idea. No, yo prefiero libros escritos por magos. De los que saben de verdad sobre el tema...

    La seguí por el lugar que me indicaba. Al menos la brujería medieval estaría a salvo...

    - ¿No has tenido problemas con los clientes por esos temas? Pregunto, porque hay algunos que reniegan de su propia historia... Es bueno conocer al enemigo antes de atacarlo - comenté, haciendo referencia a cómo un sacerdote había sido elegido para ministro, una ignominia- ¿has visto lo de las últimas elecciones? Una auténtica desfachatez -protesté por lo bajo...

    - ¿Rumano? Vaya ironía - volví a decir con una sonrisa- te agradezco que no seas ambiciosa con el oro jajaja -reí de nuevo y me senté en un lugar en dónde además, era acogedor, rodeada de libros con sillones de cuero y mesas del segundo piso- un café bien cargado con unas gotas de whisky de fuego. Espero que tengas de eso...

    El elfo con una inclinación de cabeza se desapareció y en menos de cinco minutos había traído lo que la bruja y yo le habíamos pedido. 

    - Te agradezco la sugerencia con el autor. Cómo ves, no estoy tan puesta en éstos escritores de magia. Una cosa es buscar sobre temas concretos y otra muy diferente que haya gente digna de publicar obras importantes. Hay editoriales que dejan mucho que desear cómo así magos buenos con sus obras. Los libros de calidad escasean en los últimos tiempos y generalmente son revisiones de obras que ya han sido emitidas en su día en otras épocas. 

    @ Darla Potter Black

     

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  18. Maldecía por lo bajo en el despacho cada vez que veía el libro de contabilidad. Generalmente no lo hacía, lo dejaba para mis elfos poque eso me causaba mucha más ira de lo acostumbrado. Hacía meses que apenas había clientes y eso me fastidiaba bastante, y eso, sumado más todavía a los juegos de quidditch de París que parecía que se había esfumado todo el mundo. Di un puñetazo encima de la mesa y los cachivaches que había encima, temblaron. Necesitaba tomarme un refriegerio o al menos un café bien cargado para sacarme el enojo que tenía encima.

    Abrí la puerta del armario que tenía en el despacho por si me ensuciaba la ropa, me miré en el espejo y al menos, estaba decente. Llevaba un traje pantalón chaqueta negro perla, con una camisa blanca. Tomé una capa y la coloqué en los hombros, me la anudé con un broche de plata con el símbolo de la Marca Tenebrosa. Era uno de los pocos iconos que poseía que me indicaban mi afiliación a la orden oscura al menos, no era un delito mostrar en público, cierta predilección por las artes oscuras; de momento... Tomé un peine entre mis enseres personales y cepillé mi cabello para luego hacer una cola de caballo alta. Lo guardé en su sitio al terminar y me puse las botas de piel de dragón para estar más cómoda. Guardé en el bolsillo mi morral de moke y mi varita mágia... Salí tras una puerta mágica en la que, el acceso era una pared y ésta camuflaba el acceso a mi pequeña ala privada del local. 

    Me dirigí hasta la barra, el ingenioso pastelero hacía maravillas con el cholocate, de diferentes formas hasta incluso había creado una Marca Tenebrosa de chocolate a petición propia de tamaño mediano y que estaba colocada en la entrada principal del local. Revisé que en la barra al menos, estuviese actualizado los periódicos mágicos del día. Al menos que la gente que viniese al Ladurée tuvieran la información más actualizada posible. Me alegaba además, de ver cómo mis empleados habían mantenido impoluto todas las zonas y no habían descuidado el trabajo. Ciertas galas, dejaban vacíos los negocios del callejón y aún así, el goteo de clientes aún llegaban pero no lo suficiente para cubrir las pérdidas. Pero al menos el lugar mantenía la esencia y la elegancia con el que fue abierto la primera vez... 

    Pedí un té con unas gotas de whisky de fuego escocés. No es que fuese habitual el tener alcohol, pero era una de mis reservas privadas, además lo había acompañado con un pastel de almendras, aunque no había tardado en siquiera darle el primer sorbo, que alguien y gran alegría para mí, había entrado ese día. Me apresuré a guardarlo en su sitio y ajustando la capa me acerqué a la joven que desconocía por completo quién era...

    - Bienvenida al Ladurée señorita - le dije con una inclinación en mi cabeza- disculpe mi indiscrección, ¿es nueva por el callejón? Lo digo, porque la mayoría de las caras son habituales por éste Londres y bueno, nos conocemos todos - dije con una risilla- ¿qué desea tomar? Tenemos gran variedad de dulces y todo tipo de tés. Y si además de tomarse un refrigerio si busca intimidad ha venido al lugar adecuado - continué con una gran sonrisa...

    @ Darla Potter Black  Darlis, cariño, para la próxima mencióname porque me enteré de casualidad de que te habías pasado por aquí jaja pero aún así, ¡gracias! 

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  19. Un delator chasquido de aparición y la voz de Matt hizo que aparte del susto, lanzase un pequeño grito...

    - ¡¡Matt!! ¡Por los clavos de Cristo! - era una frase muggle que me hacía mucha gracia pronunciar y a veces salía en momentos como aquél- no vuelvas a hacer eso - bufé por lo bajo, y me puse a su lado - de verdad, con tus apariciones vas a mandarme directamente al cementerio - reí por lo bajo. Claro que era mentira pero en una situación como aquella... había que ser cuidadosos. 

    - Es un basilisco - confirmé yo, antes de que hablara Sagitas - uno de mis hombres en los jardines lo vio a través de las ventanas y enseguida vino a avisarme, el problema es que no sabemos el tamaño que tiene... ¿Polvo de oscuridad instantánea? - pregunté, alzando una ceja - no sé si servirá de mucho. ¿Qué quieres hacer con eso? - conocía ese polvo. Para huídas rápidas era lo mejor, se volvía todo negro y era imposible cazar a la persona. Como un calamar que echaba su tinta negra para no ser capturado en el fondo del mar. Pero la reina de las serpientes ese era otro cantar... 

    - Dudo mucho que mis gemas de cuarzo puedan servir para atrapar a esa cosa, sólo funciona con algo intangible como la magia y a un ser humano, pero a un animal de esas características, no  -negué con la cabeza y justo me dirigí a la mesita de noche en dónde las tenía guardadas. Estaban en el primer cajón y saqué un pequeño morral de cuero sencillo sin inscripciones, no era como el de Moke que tenía un encantamiento extensor; con ese no era necesario. En cuánto las puse en mi mano, todas brillaron en un tono rojizo, avisando del peligro. Los miré a los dos...

    - Es como el hechizo periculum pero en rocas. Hace meses que hice el encantamiento y ha funcionado. No esperaba que tan pronto, pero bueno. Puede atrapar la magia y que no salga de su círculo protector y además de avisar de problemas como es el caso - las cuatro brillaban rojizas como si fuesen rubíes. Claramente estábamos en un peligro real...

    - Habrá que diseñar un plan que funcione y no tengo tanto zumo de mandrágora preparado por si alguien es petrificado. ¿Alguna idea? -pregunté a los presentes - aunque en Hogwarts saqué buena nota en cuidado de criaturas mágicas no soy magizoóloga y si lo cazamos podemos aprovecharnos de su potencial mágico para las pociones y filtros... y no sé si con todos los elfos de la mansión y los míos propios tendremos suficiente magia para atraparlo... Si tuviese aquí el Monstruoso Libro de los Monstruos aún nos podía dar ideas, pero está guardado en mi Bóveda Trastero de Gringotts - bufé... a mala hora. Había decidido salvaguardarlos ahí porque ante un ataque era mejor para evitar cualquier tipo de pérdida importante que podría servir en un futuro. 

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  20. Se notaba como cambiaba la estación. El vivir en Ottery y roeados de bosques con grandes mansiones daba esa ventaja, mucho más que vivir en el centro de la ciudad de Londres que sí había árboles pero no con frondosidad... Aunque por lo general hacía días que no llovía y se notaba la tierra algo seca, el jardín estaba bien cuidado por nuestros elfos y además de eso sentía una energía extraña en los propios terrenos. Imaginaba que sería por el tema de Halloween o lo que en mi tierra ancestral, llamaban Samaín. Lo otro no era más que un subproducto comercial para vender más en días tan señalados, los muggles llevaban flores a sus muertos y los magos, lo celebrábamos a nuestra manera. Mientras pedía a uno de mis elfos que me cambiasen el whisky de fuego por una jarra de té caliente y esperaba, alguien vino pisando fuertemente mientras en esos instantes sacaba un cigarrillo de la pitillera y lo encendía con mi varita. No había dado una primera calada y dejaba el cigarrillo encima del cenicero, cuando Antinoo vino asustado. Pocas veces le había visto con esa cara pálida, sólo en momentos de gran apuro...

    - ¡Señora! - gritó con resuello al llegar a mi altura. Puso sus manos encima de sus rodillas para tomar aire y yo lo miré intranquila. ¿Qué demonios pasaba ya? 

    - ¿Qué pasa? - formulé la pregunta en voz alta pero algo en su mirada me produjo inquietud y enseguida me levanté, tomando nuevamente mi arma mágica, en guardia. Había peligro, lo captaba en su mirada- ¿Lázarus? - volví a inquirir. Negó con la cabeza y tras tomar un fuerte soplo de aire fresco...

    - No señora, un basilisco, dentro de la mansión. Cesarión lo vio pasar por una de las ventanas del segundo piso y vino corriendo a avisarme. No ha quedado petrificado gracias a los dioses. Vio sus escamas, su cabeza y su larga cola. Supo enseguida lo que era...

    Sentí que me quedaba como un témpano de hielo 

    ¡Seguro que era cosa de Sagitas y de sus bichos horrorosos del circo!

    - ¿Sabes si por una broma pesada mi ex suegra ha soltado a alguno de sus animales? Ésta mujer... con tal de aguarnos la fiesta de halloween... ¿La habéis localizado?

    Antinoo negó con la cabeza

    - Cesarión me dijo que vio su cabellera violeta por el segundo piso pero no cree que se haya petrificado. Tomaría medidas. Su cuñada, digo, ex cuñada estaba en la habitación - por mucho que Matt se empeñara en que no entraran mis subordinados a dentro de la casa, había formas de saber quién estaba dentro y ellos dos, no eran tontos precisamente. Gracias a sus habilidades me habían salvado en más de una ocasión del peligro por cosas como esas...

    - Su alteza debería quedarse en los jardines mientras nosotros intentamos acorralar al animal, avisar a los elfos que no salgan de las cocinas, reforzar nuevamente la seguridad y... - lo callé alzando una mano.

    - Basta, no me he enfrentado a una guerra y a la rebelión de mi gente para esconderme por culpa de un basilisco, ¿sabemos cuántos metros tiene? - y enseguida llegó Cesarión a ponerse al lado de su gemelo. Ambos negaron con la cabeza- habrá que buscar gallos... Espero que el pasadizo que hice a expensas de Sagitas no haya creado esos problemas - susurré.

    - Descuide señora, está a prueba de intrusos, son los métodos que usamos en el norte de Italia cuando estuvo asediada. Tanto de animales, como muggles.

    - Entonces, ¿de quién es? ¿Mi hija está a salvo?

    - Ambos están con los huargos - terminó de decir Cesarión, aunque no se mencionase Matt también estaba dentro de la frase con los lobos...

    Suspiré, habría que subir a dónde estaba mi tía. Tendría que pasar por el pasadizo porque ya había perdido la condición de aparecerme en cualquier parte al estar divorciada de Matt. ¡Maldita sea la hora! Me vendría genial algo así...

    - Quedaros aquí, no voy a arriesgaros a ninguno de lo dos para que os quedéis petrificados, aunque tenga la poción para reconvertiros, no sé si llegaría suficiente para los dos y tampoco tengo tanto material para hacer un brebaje en condiciones - bufé maldiciendo mi suerte - espero que mis aethonans estén tranquilos en sus cuadras, si los necesito os avisaré. Al menos, no es un dragón - dije con una media sonrisa. 

    ¿Quién demonios había soltado semejante bicho? Si le dábamos caza, tanto su piel, su sangre, ojos y demás serían muy valiosos para vender y hacer pociones. ¿Dónde estaba el fénix de la familia? Sería útil sus lágrimas por si éramos mordidos. Volví corriendo tras los pasos que había hecho anteriormente, traspasando el pasadizo sin preocuparme siquiera de encender a Maat. Fui hasta la puerta de mi habitación abrí con cuidado y ahí pude ver a Sagitas como dando tumbos. Pude hacer un encantamiento para proteger mis ojos, pero el olfato me decía que esa bestia ya había pasado... Despacio y con cuidado agarré a la pelivioleta y le dije:

    - No grites, soy Heli, te llevaré hasta mi habitación... me tienes que contar qué c0ño está pasando, ¿es cosa de tu amiga Ericen o quién demonios sea? - bufé por lo bajo por si la bestia estaba cerca, y así lo había hecho, cerré la puerta y le saqué la venda de los ojos que llevaba puesta. 

  21. Si llegase a ser humana, seguro que la aparición de Darla, me daría un infarto. Estuve a punto de sacar la varita pero me contuve. Suspiré...

    - Caray mujer, un poco más y directa al nicho (tumba) - y solté una sonora carcajada. Mientras llevaba mi mano al pecho, como disimulando algo que no era. Ahora ya no. Hacía siglos que no era humana y a pesar del breve encuentro con Lázarus que me había convertido en mortal otra vez, durante un breve período de tiempo por culpa de sus malditas pociones, había recuperado mi vampirismo. Pero a pesar de mirarla a los ojos con una sonrisa, me percaté del detalle que, disimuló observar unos segundos el broche de la Marca en la solapa, sonreí internamente. 

    - Muchas gracias -le dije con una inclinación en la cabeza y saqué la capucha. Ahí no corríamos peligro o eso esperaba- la verdad, mi señora... He recorrido tantas librerías que he perdido la cuenta... sí, venía a comprar. Tengo mucho oro y bueno, eso no sería un tema... pero sí lo que vengo a buscar aquí. Muchos colegas tuyos casi me vuelan a maldiciones imperdonables o incluso me han negado información, verás querida... Necesitaría libros de Horrocruxes, Nigromancia, Brujería negra medieval -y antes de siquiera que me llegase a protestar o a mirarme de mala manera, elevé la mano en señal de paz- por supuesto, es sólo información. No pretendo para nada dividir mi alma y desgarrarla como hizo el Señor Tenebroso... y así le fue - terminé, soltando con desprecio- y en éste caso, es para ampliar mi pequeña biblioteca particular...  

    - Aunque si quieres, mientras no vengan más clientes, podemos tomar ese café que dices que sirves. Sinceramente, es la primera vez que me paso por aquí y, me gusta éste sitio - asentí con una sonrisa mirando el lugar- parece interesante y la verdad, no tengo ganas de meterme en el callejón Knocturn a éstas horas a buscar. Básicamente me da pereza y seguramente me cobrasen el doble de oro que en una tienda normal del callejón Diagón... 

    @ Darla Potter Black

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  22. Y encima de rol escueto a palabras repetidas 🤦‍♀️😂😂

    Levanté una ceja pensativa. ¿Ericen? No tenía ni idea. Conocía el segundo nombre de Sagitas pero a pesar de eso no recordaba que, en el árbol familiar de la casa Potter Black, existiese alguien con ese nombre. 

    - Bien, ahora me reúno con vosotros - les dije a Matt y a Sagitas, mientras veía como mi hija bajaba con los dos lobos. Al menos sentía seguridad de que, pasara lo que pasara en la mansión esos huargos cuidarían de la pequeña, sonreí y me adentré en mi vieja habitación de soltera. Para estar más cómoda en los jardines podía tranquilamente una túnica pero quería estirar las piernas. No es que fuese muy mágico tampoco pero en ésta ocasión me puse un chandal y una camiseta de un color verde claro y unas zapatillas negras. No es que me cambiara de ropa cada dos por tres, pero en los viejos tiempos con una clase social tan alta como era mi vieja familia el cambiarse de ropa significaba estatus, poder y dinero. No todo el mundo se lo podía permitir y además, añoraba las viejas costumbres y sonreía al recordarlas mientras ataba el pelo en una cola de caballo alta. Terminé de anudarme los cordones y tomé el morral de cuero y la varita. 

    A pesar de que, seguramente a mi tía no le hubiese gustado que hiciera obras en casa, sin su conocimiento, había hecho un pasadizo que conectaba directamente a los jardines. Sólo mi elfina y yo lo conocíamos y por seguridad mis dos hombres que seguían custodiando la mansión en los terrenos a pesar del disgusto de Matt. Por el momento, Lázarus no había asomado la cabeza desde el último ataque y aunque estaba algo intranquila por esa parte, sabía que el vampiro atacaría de nuevo con más potencia. El problema era, ¿cuándo sería la próxima? Aunque podía enviar a Elentari a que fuese custodiada por el Consejo, no podía dejarla sin su padre. Había hecho más él en esos dos años que si estuviese yo y aparte, si estallaba otra guerra mágica en Italia, la Potter Black, era un lugar más seguro. 

    Me encerré en el armario y con un toque de varita hice que se abriera la compuerta secreta. Había algunas ratas a través de las paredes (?) pero no me importó. Susurré un lumus y fui caminando despacio mientras se cerraba el otro acceso tras de mí. Con un par de toques de varita, di a unos ladrillos y éstes se abrieron de tal manera, que con sólo mi altura, yo puidese pasar perfectamente. Tuve que tapar mis ojos al entrar en contacto con el sol y puse la mano a modo de visera. Imaginaba que sería en la parte delantera de la mansión así que, para allá me fui. Saludé escuetamente a Antinoo y a Cesarión que me informaron que todo estaba tranquilo. Suspiré más calmada. Al menos, parecía que la seguridad mágica resistía. Apagué el haz del luz con un nox y la guardé en uno de los bolsillos del pantalón, al lado del morral de cuero. 

    Tomé una de las sillas y me apoyé en ellas mientras esperaba a que llegasen mis familiares. Por supuesto, le pedí a mi elfina la botella y el whisky de fuego que había empezado y tomé un par de sorbitos de esa bebida mientras bajaban. 

  23. Caminaba con la cabeza gacha, tapada con la capucha. Bufaba y bufaba. Ese día apenas había gente caminando por el callejón Diagón. No era para menos. Oscurecía más pronto que tarde y se notaba ya que estábamos en otoño. Las pocas hojas de árboles caducifolios que existían ahí así lo atestiguaban, pero a pesar de su transformación era una de las estaciones más hermosas por las tonalidades de verde, amarillo y marrón que, incluso en el Londres muggle hacían bella la ciudad y aún así, no disimulaban la contaminación de la gran urbe. En cambio por la concurrida calle mágica ese día por la tarde apenas había clientes, incluso yo misma lo había notado en mis propios locales. Llegaba el frío y la oscuridad, ciertamente era bueno para ciertos negocios, que debían estar escondidos a ojos del Ministerio no era tan mejor para que el comercio funcionase por el escaso brillo del sol... 

    Llevaba un traje pantalón chaqueta pero en ésta ocasión con un jersey fino de lana, iba de negro como si fuese una procesión de muerte. Salvo por un pequeño detalle que, relucía cuando alguno de los rayos tenues del sol le daba en él. Era un pequeño broche de plata pura colocado en la solapa fabricado por los mejores orfebres italianos, que representaba la Marca Tenebrosa en el cielo; una calavera con la boca abierta saliéndole una serpiente. Llevaba mi morral de cuero con muchas pertenencias en uno de los bolsillos y mientras mis botas de aguja sonaban con un tic, tic, a cada paso que daba por el empedrado público. Algún gato bufaba y se escapaba pero no le di mayor importancia. Podría usar la animagia pero me gustaba más observar todo lo que pasaba a mi alrededor. 

    Había iniciado la búsqueda en muchas de las librerías de mis conocidos pero en vano, o se negaban en redondo o simplemente me gruñían y se negaban siquiera a decirme a conseguir más información. Y lo entendía. Esos libros especiales no es que fuesen de lectura fácil. Incluso en Hogwarts con el viejo Dumbledore quedaban apenas unos tomos resguardados a ojos indiscretos en la Sección Prohibida y sólo tenían acceso a ello estudiantes aventajados y con un permiso muy especial. Sí, hablamos de Libros sobre Horrocruxes y magia negra, muy negra. La información era poder y era mejor estar preparada para lo que viniese que quedarme sin hacer nada y que todo se resolviese pronto. Nigromancia, uso de objetos para guardar fragmentos de alma, brujería oscura, no era precisamente para tratar en una cafetería a plena luz del día y aunque bien cierto, se aproximaba la fecha de Halloween, no era precisamente por eso...

    Mientras llevé mi mano al bolsillo del pantalón para asegurarme de que mi varita seguía ahí. Respiré con cierto alivio. Volví a mirar de nuevo y sin saber siquiera cómo me encontré con un edificio que, por su estructura me llamó bastante la atención. Leí el nombre y sonreí... Esperaba que no fuese el siguiente librero el echarme de su sitio de confort por lo que iba a pedir. No conocía a los dueños pero, daba la casualidad que, nuestra comunidad aunque no fuese muy grande (?) nos conocíamos todos y muchos de nosotros teníamos líneas de sangre repartidas entre las grandes casas y familias de Ottery. 

    - Esperemos tener suerte aquí - solté el aire como siempre, sin apenas notarlo. Tomé el pomo de la puerta y me adentré en el interior. Hasta parecía que se estaba mucho más caliente que hacía apenas unos metros atrás (?).

    @ Darla Potter Black

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  24. En el salón de la mansión Potter Black 

    ¡Por los siete infiernos! Eso había exclamado al leer la carta ésta había llegado enrollada a las patas de un cuervo negro picando el cristal de una de las ventanas, para llamar mi atención. Por suerte, estaba ahí sóla y podía recibir el animal sin que nadie me molestase. Me rasqué la cabeza presa del nerviosismo... Lo que me pedía el consejo era demasiado caro pero aún así, entendía sus propósitos. Había que reforzar la seguridad en cada una de las comarcas en dónde existió la revuelta y encima, con un usurpador como Ministro de Magia Italiano había que temerse en lo peor...

    - Pero es una barbaridad - dije en voz alta ante el silencio de la habitación. Tomé la varita he hice desaparecer la misiva incendiándola. El encargo era sencillo, dos mil varitas con la empuñadura con el símbolo de los Vulturi. Era necesario restablecer una nueva guardia y para más, nuevas armas que habían sido destruídas por la guerra que asoló Italia durante dos años. Me rasqué la cabeza con nerviosismo. Y no sólo para la guardia sino también para los delegados de cada una de las comarcas que componían el gobierno de mi clan en suelo italiano. Bufé... 

    - ¡Claro! ¿Porqué no se me había ocurrido antes? - se me había olvidado por completo. Enseguida recordé que Sagitas, junto a otras brujas tenía un negocio de ese estilo en el callejón. Podría ir a Ollivanders pero siendo de la familia, esperaba que me hiciera un precio y al menos, iba vestida decentemente para la ocasión; un traje pantalón chaqueta negro con su correspondiente camisa, botas finas de aguja y una capa negra externa con color rojo sangre en el interior. Até el pelo en una cola de caballo alta, tomé la varita, el morral de cuero y que esperaba tener suficientes galeones para pagar el encargo, dirigí mis pasos hasta los terrenos y con un giro de mis talones, me desaparecí del lugar.

    Enfrente del negocio de Las Herederas de Violetta Beauvais  

    Cuando abrí los ojos aún el sol de la media tarde (?) resplandecía por los escaparates del callejón Diagón. Pero por suerte para mí, no había demasiada gente. Lo que menos me apetecía era ser demasiado visible pero con la ropa que llevaba cumplía bien su misión, eso y que llevaba la capucha puesta. Fruncí el ceño al ver el cartel de 'cerrado' pero si de casualidad estaban dentro... o eso, o tendría que venir en otro momento. Me puse en el primer escalón de la entrada y toqué el timbre con cierto ímpetu, era mejor hacer el encargo ya o tendría que acudir al mercado negro, algo de lo que no me hacía ninguna gracia. 

  25. Mansión Potter Black, laboratorio de pociones en las profundidades (?)

    No sabía si era de día, de noche, pero escocía y mucho. Sabía lo que significaba. Hacía tiempo que no me ardía la Marca Tenebrosa que tenía tatuada en el antebrazo izquierdo. Con un toque de varita cambié la ropa que tenía y enseguida se transformó en un jubón negro con una calavera con serpiente bordada en hilo de plata en la zona del corazón. Mis pantalones de deporte que llevaba para preparar pociones, cambiaron a unos pantalones finos de seda con unas botas de aguja negras y tras recoger el morral de cuero y ponerme la capa que tenía colgada en el perchero, abrochada con un murciélago de plata, me giré sobre mis talones y me aparecí delante de la entrada a los terrenos de la mansión Riddle. Técnicamente los hechizos antiaparición se aplicaban a los alrededores de la mansión y en su interior, no en profundidades de la casa de mi tía. Tuve suerte de no sufrir una despartición.

    Mansión Riddle

    Bajé la capucha y mientras caminaba, intenté arreglar un poco el enmarañado pelo que tenía por los vapores provocados por los diferentes calderos que había en ese lugar. Até el pelo en una cola de caballo alta y dirigí mis pies hasta el camino empedrado y tras pasar toda la zona de seguridad que, estaba también protegida por los restos de la antigua casona de los Riddle, destruída hasta los cimientos, bajé hasta llegar al salón principal. Por los diferentes aromas había personas ya ahí dentro y mientras me adentraba parecía que había cierta tensión. Rompí el silencio...

    - Disculpen la tardanza mis señores... Espero no llegar tarde - dije con una sonrisa. Ya distinguí a varias personas, hasta un viejo conocido pero me sorprendió ver, por el rabillo del ojo como mi tía llevaba la varita en la mano y por supuesto vi a la actual líder del bando...

    Me dirigí hasta una mesilla cerca en dónde había diferentes bebidas (?) y tomé un vaso con whisky de fuego. Y sin poder evitarlo llegué hasta la altura de Sagitas y le susurré al oído:

    - Guarda eso, si no quieres problemas o que desconfíen de ti -enarqué una ceja y tras pasar de largo negando con la cabeza, tomé una silla, la giré y apoyé los brazos en el respaldo mientras me balanceaba con suavidad...

    - ¿Y bien, cual es el asunto a tratar? - pregunté a los presentes mientras llevaba el vaso a la boca y saboreaba el licor con cierto gusto. 

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