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Helike R V PB

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Mensajes publicados por Helike R V PB

  1. Yo sólo puedo decir que, me fascina más los libros que la propia serie. Por el momento aún no la he terminado del todo, voy por la 4ªT y creo que en el ecuador de la misma. Estoy esperando a leerme el 5º libro de Martin y aún así, no me gusta mucho cómo la han desarrollado (me refiero a Juego de Tronos). Omiten muchas cosas como simple echo de que hay otro heredero aparte de Daenerys, vale, es cierto que no podían condensar por temas de tiempos y de tramas, pero al menos, hacerlo bien cojines!! xDD no sé, me está dando la impresión que obvian muchas cosas porque a pesar de tener tantos cuartos la cadena (tengo entendido que cada capítulo valen sus buenos millones) y a pesar de tanto invertir en la serie, creo que desvirtuaron la esencia de CHyF y no me extraña que la gente no estuviese contenta con el final. 

    De echo, yo los clasifico así; los fans que han leído los libros, están disgustados con el final porque es un desastre además de otras cosas.

    Los fans que, por el boca oreja, han conocido la serie y no han leído los libros y los leyeron al acabar la saga. 

    Espero de corazón que La Casa del Dragón deje buen sabor de boca. Que cuiden bien las tramas entre los diferentes personajes y que expliquen el porqué de las cosas (como el tema de las profecías, la Casa Targaryen de echo conquistó Poniente, precisamente por eso) además de no obviar la propia magia del mundo de Martin. 

    Los showrunners esos, que no sé para qué demonios sirven, espero de corazón que no los metan en los siguientes spin-off's sino quieren cagarla y que los guionistas se dejen guiar valga la redudancia xD por Martin, ya que él es el creador de su mundo y quién mejor lo conoce, o eso espero

  2. No pude evitarlo y a pesar de escuchar la amenaza de mi comandante Mael no pude evitar soltar una carcajada. Tras ésto, volví a darle una calada al cigarrillo...

    - Mi señor me disculpará, pero yo voy a hablar de quién quiera cuando me dé a mí la gana - dije con una suave voz enfrentándome a él y mirándolo a los ojos, como retándole y sin alterarme lo más mínimo (en apariencia). Intentaba mantener la calma y no liarla a primeras de cambio. Debía contener mi impulso vampírico de, sin falta de usar la varita, para emprenderla a golpes aunque fuese un superior como lo era Sagitas - hasta las ratas de alcantarilla tienen más honor que aquellas familias que, por sus derechos y alta cuna, se prodigan en soltar a los cuatro vientos. Obviar que las traiciones existen es como hacer lo mismo con los bastardos de los muggles...

    Después se desapareció y fruncí el ceño, molesta porque además no sabía si había escuchado lo último que había soltado. ¿Tendría problemas? Seguramente, pero no me preocupaban. Sólo lo hacía el hecho de que, Mica de momento no aparecía y casi tuve que soltar un exabrupto cuando se asomó por la Torre Negra. Pero aún así desconfiaba plenamente de ella. Era una recién llegada y hasta que no demostrara que tenía el honor de pertenecer a la Marca, no se iba a ganar mi confianza así como así. A través de mis años vampíricos había aprendido a la fuerza de ese detalle.

    Vi que Mica palidecía al momento al abrir lo que llevaba en las manos ¿o era Sagitas? Todo parecía confuso, terminé de fumar he hice desaparecer la colilla con la varita con un suave 'evanesco'. Pero lo que más me sorprendió fue ver que, caían lo que eran manzanas. 

    - ¿manzanas? -Puse voz a lo que había pensado en esos momentos. Miraba sin entender lo que había pasado...

    Y otro compañero más, abordó a Mica y fue algo que no me pude contener...

    - Estás delante de una dama, así que muestra más respeto por favor -que fuese vampírica no quitaba que ayudase a los de mi propio género- no hace falta abordar a nadie de semejante manera, tranquila querida - le dije a Mica pero aún así, siguiendo desconfiando de ella-  Creo que nos han tomado el pelo o eso parece...

    Con otro accio saqué una daga de doble hoja, con el mango de marfil y filigranas plateadas. No tenía nada de mágico, era sólo un cuchillo ceremonial. Aunque no era para el propósito que fue conferida, piqué varias veces la palma de mi mano izquierda y enseguida empezó a brotar gotas de sangre. En mi mente había grabado a fuego, gracias a las lecturas en la biblioteca de la Torre Negra, los libros de nuestro señor Nosferatu y apliqué los hechizos para usar el conjuro de Sangre Corrupta y el efecto fue casi inmediato. El líquido vital empezó a borbotear y a echar humo y lo dirigí hacia las manzanas. Éstas empezaron a deshacerse al contacto con el líquido rojo, tal era su poder de corrosión.

    Después de deshacernos de esas cosas, apliqué otro encantamiento más, y acordándome del episkey y de su fuerza, usé la magia de Sangre de Caín, para que las pequeñas heridas se cerrasen rápidamente, gracias a ello no había ninguna cicatriz en mi mano izquierda y guardé la daga en el bolsillo. Pero, gracias a que tenía un oído agudizado a mi habilidad vampírica para cazar dije en voz alta:

    - Creo que quizás haya otro sitio en dónde buscar ese trasto. Quizás en el único lugar posible. Hace años Hogwarts y Gringotts eran los mejores lugares para guardar artefactos mágicos poderosos, pero un buen sótano con propiedades mágicas potentes, también puede servir. Y en los últimos registros de hace más de diez años, que había en el Ministerio de Magia, la mansión Malfoy ocultaba a vista de todos una cámara secreta. Así que, mis caballeros y señoras, si me disculpan...

    Me giré sobre mis talones y me desaparecí del lugar para llegar a los terrenos de la mansión Malfoy. Hacía siglos que no pasaba por ahí, de hecho, no recordaba siquiera realizar alguna visita de cortesía y si lo hacía sería como funcionaria ministerial. Traspasé las verjas de la gran mansión y llegando a la entrada, ya pude notar cómo ciertos aromas de mis compañeros del clan flotaban en el ambiente. Lo que no sabía es, si aún estarían ahí dentro...

    - ¡Chicos, estáis por aquí! - solté en voz alta, aunque seguramente me recibieran y con razón con multitud de hechizos defensivos. Que fuese de la Marca, no quitaba que fuera un intruso que andaba cerca de los terrenos de esa casa señorial.

    @ Anthony Ryvak Dracony

    @ Ada Camille Dumbledore

    @ Mica Gryffindor

    @ Eterno Black Triviani

    @ Hessenordwood Crouch

    @ Jeremy Triviani

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  3. Después de tantas idas y venidas al final había conseguido apuntarme a tiempo a una de esas clases de conocimientos de bandos y, la verdad, esperaba que la cosa al menos fuese agradable. Vestida con un traje pantalón, camisa y chaqueta negra con botas de piel de dragon y capa de armiño así había recibido yo una lechuza del aviso de inicio de clases. Al menos habían aprendido la lección (o eso esperaba) de encantar los pergaminos por si alguna lechuza era interceptada. Abrí el pergamino aún con el sello de la marca incrustado en el rollo y suspiré de alivio. Cuando lo desplegué encima de la mesa, las letras empezaron a formarse. No eran muchas pero indicaban lo importante. 

    Arreglé mi pelo con una cola de caballo alta y con un accio tomé el morral de cuero y lo guardé dentro de la capa. Cambié la varita que generalmente usaba en la casa Rambaldi por una varita de álamo temblón, tan pulida y tan brillante como la misma luna. Para mí era más que suficiente y esperaba no tener que echar mano de los cachivaches mágicos que tenía en el morral para lo fuésemos a hacer allá en dónde me llamaban. Avisé a la elfina de que estaría todo el día fuera y que no permitiese la entrada a nadie ajeno al castillo. Aunque tuviese algunos hechizos protectores propios, no estaba demás, tener seguridad extra.

    Traspasé todas las medidas de seguridad que, gracias al ser mortífaga conducían a los terrenos en dónde se guardaba la Torre Negra. Bufé cansada al ver cierto pelo violeta que desentonaba bastante con su capa verde botella. Levanté una ceja y encaminé mis pasos con la capa ondeando con la suave brisa de la tarde. ¿Nos daría ella clases? Esperaba que no, pero al ser lugarteniente quizás era parte de su labor como Alto Rango dentro de la Marca. Bien podría cubrir mi cara con una máscara, pero ahí no había necesidad teníamos una buena magia de protección y todos los compañeros, más o menos, nos conocíamos así que, no había peligro.

    Crucé los brazos mientras que mi ex-suegra nos conducía por cierto lugar. Conocía bastante bien la Torre Negra pero no ese en particular. Hablaba con tanto entusiasmo que empezaba a aburrirme. Empezaba a hablar de las viejas glorias que habían existido dentro de la MT y a mí eso me quedaba tan lejano que poco o nada me interesaba, lo importante era el presente...

    - Y aún no se calla - murmuré por lo bajo. Con otro accio saqué un cigarrillo del morral y lo encendí con la varita. Un par de caladas y el humo del tabaco empezó a humear en el ambiente... Pero bien es cierto que, tras decir Tríada captó mi atención. Conocía esos rumores pero precisamente había estado en el lugar equivocado eso seguro, y tampoco tenía cierta memoria para acordarme de todos los detalles. 

    - ¿Eso es un horrocrux? -pregunté en voz alta mirando con cierta aprensión a ese objeto. Tal y cómo lo había descrito, lo reconocí enseguida gracias a unas lecturas que tiempo atrás leí en la biblioteca de la Torre Negra. Casi imposibles de destruír y muy peligrosos si se usaban mal. Sólo en la historia dos magos poderosos habían conseguido realizar las particiones de su alma, Herpo el Loco y Voldemort. 

    Pero me sorprendió todo lo que pasó a continuación. ¿Cómo demonios había desaparecido con ese objeto? Miré estupefacta alrededor como si existiera alguna pista en dónde poder buscar. Solté una risilla al ver cómo se dirigía al otro lugarteniente.

    - ¿Desde cuándo se puede confiar en los Gryffindor? Lo mismo pasa con los Malfoy. Sí, muy oscuros y muy slitherin pero ninguno de ellos confiable - guardé mi varita en el bolsilo y a pesar de cruzar los brazos seguía fumando, llenando el suelo de ceniza. Algún mago o algún elfo doméstico lo limpiaría después... Pero al ver lo histérica que se había puesto Sagitas, me sorprendió. Entendía la orden completamente pero...

    - ¿Y dónde diablos quieres que la busquemos? ¿En las ruinas? Habrá que empezar por la búsqueda en la Mansión Gryffindor y dudo mucho que nos dejen pasar para averigüarlo. Además, habrá que mirar en los pergaminos en busca de más información. O mejor dicho, ¿alguien se ha informado sobre Mica? Para buscarla en los sitios en dónde frecuente, al ser un objeto muy poderoso seguramente lo lleve con ella hasta guardarlo en un lugar seguro y de matar, no te preocupes, lo haré yo misma retorciéndole el pescuezo -solté con rabia.

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  4. Castillo Rambaldi...

    La niña seguía durmiendo en el pequeño parque que tenía colocado al lado de la chimenea. Los elfos iban y venían haciendo sus quehaceres diarios y un reloj de pie de dos metros de altura estaba colocado en el salón para indicarme la hora, pero por el horizonte ya se notaba como iba asomando un día más. Había vaciado media botella y me cansé de beber. Tenía cierta inquietud. Matt no me dejaría a la niña así sin más si no ocurriese algo grave. Empezaba a dudar...

    Me acerqué hasta las cocinas a servirme un buen café cargado. Necesitaba despejarme. 

    Vi un paquete de cigarrillos estaba encima de la mesa y agarré uno. Lo encendí con la varita mientras con otros ondeos más, me serví el líquido oscuro en una buena taza. La iba a necesitar porque ya estaba empezando a notar algo los efectos del alcohol aunque en mi cuerpo vampírico no eran tan potentes como lo de los humanos. Al servirme, el humo empezó a salir del cuenco y se mezcló con lo del tabaco además bebí un sorbo sin azúcar ni nada... Escuché susurros y algunos elfos me miraban como asustados.

    - ¿Se puede saber qué pasa? ¿Porqué narices no estáis con lo vuestro? ¿Habéis preparado la mochila? Quiero ir a Brasil cuánto antes -dije con la voz medio pastosa. Esperaba llegar a tiempo al lugar en dónde se recogerían los trasladores y era el primer viaje que haría con la niña con esos trastos, esperaba que no fuese muy accidentado porque, a decir verdad siempre acababa con los morros en el suelo. Al acordarme, no pude evitar reír por lo bajo. Nunca sería capaz de usar esos chismes del demonio.

    Aún estando media distraída pude escuchar: secuestro, sean, niños y Potter Black. No hizo falta que la cafeína con la mezcla del alcohol hicieran su efecto. Abrí los ojos como platos y me giré bruscamente. Al final, me lo terminaron de contar con todo lujo de detalles. Lo raro y pensé para mí, que Harpo les hubiese contado algo. No era lo habitual desde luego, guardaba muy bien los secretos de su ama. Pero era bien sabido que los elfos tenían sus mañas y se enteraban de todo aunque no quisieran. Pero al final, lo acabé entendiendo. Así es que Matt me dejaba a la niña con tranquilidad mientras él se iba a rescatar a su sobrino. No sabía qué era lo que me molestaba más, que no me lo contase o que me dejara al margen pero, con una criatura en casa alguien tendría que cuidarla... Igualmente, me tendría que llevar a Elentari conmigo además de un elfo...

    En mis pensamientos, me negué en redondo.

    - Bien, dejad las cosas de la niña aquí, reforzaré las defensas de éste lugar y pedire al consejo que traigan refuerzos para resguardar éste sitio. Por mucho que esté protegido, se pueden tumbar las defensas muy fácilmente. Antinoo y Cesarión vendrán conmigo por supuesto - los elfos me miraban igual de asustados que antes, quizás por la determinación que había tomado. Si era cierto lo que estaban contando, Matt y Sagitas iban a necesitar ayuda por si las cosas se torcían- nadie sabe que la heredera está aquí así que, de momento ésto es un lugar seguro, o eso espero... preparadme el equipo de caza. Todo lo necesario, ya sabéis, pociones curativas, explosivas, todos los cachivaches mágicos y la tienda de campaña más grande que tenga. Además varias mudas por si acaso ya que no sabré lo que nos iremos a encontrar por allá, escribiré ahora a Sagitas -menuda bronca le iba a caer en cuánto la viese.

    Me dirigí ahora hasta el salón y con varios accios traje pergamino tinta y pluma y empecé a garabatear...

    Sagittas, Matt, los elfos me lo han contado todo. Necesitaréis más varitas si queréis tener posibilidades de éxito y mis contactos pueden ayudar. En cuánto leáis ésto escribidme en dónde nos podemos encontrar para trazar un plan, mucho me temo que, la excusa del mundial de Quidditch no os servirá para encontrar al hijo de Sean y Perenela. Éste papel en cuánto lo escribáis me llegará a mí gracias a un encantamiento que le he realizado (es visible a ojos de su destinatario) . La niña estará en casa protegida por el consejo. Llegaré en cuánto me notifiquéis vuestra localización. 

    Heliké

    @ Sagitas  @ Matt Blackner

    Y después otra nota más para el consejo para que, al menos así estuviese tranquila. A los cinco minutos gracias a un portal mágico, tenía veinte guardas de las capas negras del consejo. Enseguida mandé a diez a vigilar las almenas de las murallas para que oteasen el horizonte y el resto se quedó en el interior de la casa custodiando el lugar y a la heredera, pero no podía evitar sentirme de los nervios. No tenía tiempo, así que, tomando la varita hice un encantamiento a mis ropajes y éstas cambiaron rápidamente. El pijama se transformó en unos pantalones finos de seda, jersey y botas de piel de dragón negras. Los elfos me trajeron la mochila y Galadriel me dio una capa oscura con capucha que me serviría para ocultarme, aunque, con tantos aficionados seguro que daría el cante. Así que, con otro movimiento más cambié el color de la misma por un color verde esmeralda de Irlanda mientras aguardaba la contestación de mi ahora tía y mi primo. 

     

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  5. En la biblioteca del Castillo Rambaldi

    Había colocado uno de los sofás enfrente a la chimenea y había intentado relajarme cuando mi elfina personal me había traído un sobre bastante grueso.

    - ¿Y ésto? -ella me lo tendió como asustada. Lo recogí, estaba sellado con cera y poseía la marca personal del consejo Erebus, un murciélago rojo alado. Fruncí el ceño. Ese color sólo se usaba en ciertas ocasiones y sólo lo había visto hacía dos años por lo menos, cuando tuve que ausentarme y dejar todo atrás. Galadriel me miró con ojos asustados...

    - ¿Se va a ir otra vez? -preguntó temerosa. Negué con la cabeza.

    - No, quizás ésto sea otra cosa, tráeme una botella de whisky de fuego y todo lo que ya sabes - le indiqué yo- me temo que la noche va a ser larga y por lo que veo el asunto es serio... tráeme más velas y enciéndelas necesito más luz -bufé por lo bajo, mientras dejaba el libro pesado que había estado leyendo para distraerme. Había estado todo el día mirando locales vacíos tanto en el callejón Diagón como en el callejón Knocturn. Sin éxito. Necesitaba un sitio en dónde establecer un cuartel general y que no levantara sospechas. De manera provisional había recibido a gente en casa pero no era lo adecuado, necesitaba de algo más profesional y para la idea que tenía en mente, quería dejar mi casa al margen. Sobre todo, para evitar represalias de posibles negocios frustrados.

    A pesar de llevar el pijama puesto, con las zapatillas y la capa de armiño negra no pude evitar sentir cierto escalofrío aún con la chimenea rugiendo. Levanté con cuidado el sello y lo abrí. Miré en su interior, había varios pergaminos y otras cosas. Lo vacié encima del sofá y pude ver que era un informe detallado de algo importante. Además, venía acompañado de fotografías tanto muggles como mágicas. 

    Mi elfina se apareció nuevamente mientras dos elfos traían mágicamente una mesa con pergaminos tinta y plumas. Me conocían demasiado bien. Antinoo y Cesarión se habían ofrecido a hacer guardia esa noche en los exteriores en cuánto supieron que la cosa quizás pudiese ser grave. Me serví una copa con hielo y empecé a leer mientras daba un sorbo. Indiqué a Galadriel que se quedara mientras los otros elfos se iban. Realmente era el único ser mágico en que confiaba y sabía que mis secretos estaban a salvo. 

    - Me temo que el asunto es más grave de lo que parece -susurré por lo bajo mientras veía las fotos y leía con atención- el consejo Erebus detectó cosas en el norte de Italia. No, no es un levantamiento. Esa rebelión ya fue sofocada -dije para tranquilizar a la elfina jefe- me temo que es una droga en que, quien la tome se puede convertir en mago o eso tengo entendido... necesitaré más información, porque no lo acabo de comprender bien. Hay que poner las cosas en su sitio -miré la hora en un reloj de bolsillo que tenía guardada en la capa y vi que era de madrugada pero igualmente tendría que dar el mensaje de alerta- hay que avisar a cada jefe de zona de éstas cosas y a mi familia. Hay que parar ésto como sea... ¿Sabemos si el ministro de magia, está al tanto? -pregunté al aire- da igual... ya es hora de hacer mover nuestros contactos -con el vuelapluma escribí varias hojas con los mismos detalles a todos los amigos que aún poseía. Se los di a mi elfina y ella entendió al momento - a la hora que sea. El mensaje tiene que ser entregado en mano.

    Si querían guerra, la iban a tener... Me levanté del sofá y tomé un sorbo del licor...

    - malditos bastardos - bufé por lo bajo mientras seguía maldiciendo. ¿Con quién podía contar? No lo sabía pero habría que parar esa locura.

  6. Mientras haya, sigo con mi colección de dragones (?) xD y por lo visto de ésta raza aún quedan xDD ¡gracias!

    ID: 115845
    Nick Helike R V PB
    Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Gringotts

    Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): ---
    Nivel Mágico: 42
    Fecha: 2022-05-03

    Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio
    Criatura: Hébrido Negro
    Puntos: 160
    Precio: 15000

    Total de puntos: 160

    Total de Galeones: 15000

  7. Belona 

    Me apetecía salir pero tampoco quería perderme nada así que, tendría que esperar a que diera comienzo aquella ceremonia. Yo no la tuve en su momento o al menos no la recordaba pero cómo quería tener tranquilidad mientras bebía de mi copa dejé que las sombras "me tragasen". Me dirigí con cierta agilidad en una esquina en dónde no había antorcha y casi se podía decir que estaba camuflada. Observaba mientras mis oídos prestaban atención a todo tipo de conversaciones mientras que los recién llegados parecían nerviosos por lo que pudiese llegar a continuación. 

    Apoyé una de mis piernas en esa esquina mientras me balanceaba durante unos momentos para relajarme. Con un toque de mi varita hice sacar de mi morral de moke un cigarrillo y lo encendí con ella. Sólo se podía observar cada vez que tragaba el humo el amarillo del fuego y la voluta de humo que iba formando una campana encima de mi cabeza. Lástima no tener una capa de invisibilidad en esos momentos pero tampoco era importante. Hacía mucho tiempo que había aprendido a aprovecharme de las sombras para cazar en el bosque y con buenos resultados. Tenía cierto interés en ir hasta la Torre Oscura pero con la amenaza de uno de los LT en clavarnos la cabeza en una pica me hizo desistir mientras negaba con la cabeza, era lo que había oído mientras anunciaba mi llegada...

    Esperaba que la ceremonia no se demorase mucho, el ser sociable no era uno de mis puntos fuertes y sólo lo era para con la familia y en dónde me sentía más agusto. Aunque tenía otras cosas pendientes que hacer, tenía mi deber para con el bando y tampoco iba a dejarlos en la estacada.

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  8. En el Castillo Rambaldi. Torre Norte, habitación privada

    Las cortinas aunque pesadas se movían ligeramente con la brisa de la tarde. Las ventanas abiertas hacía que se aireara del denso aroma que había en la habitación, entre el humo, fuego y lo que había pasado unas horas antes. Tenía los ojos abiertos de par en par el hombre que tenía al lado, desnudo, dormía plácidamente mientras no dejaba de darle vueltas sin tener ni idea de cómo había llegado a ello. Miré la mesita de noche y quizás tres botellas de alcohol no había sido suficiente para aplacar la lujuria que había sentido horas antes. Con un movimiento de mi varita, moví el cortinaje que tenía mi cama y pude observar como poco a poco iba atardeciendo, maldije por lo bajo. Apenas podía recordar algo bajo los efectos del alcohol y eso que, en teoría a los vampiros no nos afectaba tanto como a los humanos. Salí de la cama medio tambaleándome y comprobé como estaba, sí, desnuda... Volví a maldecir nuevamente y me dirigí hasta el cuarto de baño para relajarme un poco... después de una hora, al menos había aplacado mis nervios... 

    En cuánto salí el hombre estaba profundamente dormido así que, le dejé estar. No era buena idea acostarse con los hombres a los que tienes a tu servicio y no podía tener ciertos remordimientos a juzgar por lo que seguramente hubo pasado. Pero al mismo tiempo me tranquilizaba en que, no había hecho nada malo que estaba divorciada y no tenía que rendirle cuentas a nadie, pero aún así...

    Tras secarme me puse mis ropas interiores, un jubón negro con una marca tenebrosa en el centro de color verde oscuro y unos pantalones finos de seda además de las botas de piel de dragón. Me ajusté la capa en los broches que tenía en las hombreras con forma de marca tenebrosa plateadas. De casualidad me había enterado de que, había una ceremonia de iniciación y tampoco quería perdérmela. Tomé los guantes negros y la varita además del morral de moke en dónde guardaba siempre lo más valioso y lo escondí dentro de los bolsillos interiores de mi capa. Me puse la capucha y antes de partir dejé una nota para avisar en dónde estaría además de eso, cubrí mi cara con ayuda de mi arma mágica, con una máscara de marfil en forma de calavera y que, por decoración tenía gotitas rojas pintadas simulando la sangre. No sabía si llevar los símbolos de mi casa pero lo descarté, cuánto menos supieran quién era mejor. Entraba gente nueva al bando y todavía no eran tan confiables. No sabía la hora que era, pero qué casualidad. En esos momentos mi marca ardió como si me hubiesen clavado un hierro caliente en la piel y sabía lo que significaba.

    - justo a tiempo - susurré yo, me giré sobre mis talones y una voluta de humo negro salió el castillo hasta llegar a los terrenos de la mansión Riddle.

    Terrenos & Mansión Riddle... Belona

    Tras desaparecerme de mi casa, llegué a los terrenos del cuartel general. Sólo se veía en mi cara los ojos marrones y nada que revelara mis facciones gracias a la máscara de marfil con forma de calavera. Quizás los más avispados sabrían quién era porque era la ropa que llevaba la mayoría de las veces, una capa pesada negra y un jubón con una marca verde oscura bordada. Simple pero elegante.

    Alcé el brazo izquierdo en dónde llevaba la varita y las puertas se abrieron para dejarme pasar y me adentré en su interior. Y por lo que parecía, todo estaba como siempre y nada había cambiado. O casi. Pero nada fuera de lo común, y seguramente llegase más gente de la que acostumbraba tener en los viejos sótanos de la Riddle que estaban completamente reformardos. 

    Caras cubiertas otras descubiertas... Y todo preparado. Pero había algo que me inquietaba más que tener relaciones con alguien a quién le daba órdenes. Había escuchado el rumor de que ciertas personas ( @ Kahlan Blackthorn ) necesitaban algún trabajo extraoficial y según mis informantes pertenecían a la Marca así que, esperaba verlo o verla aparecer en ese lugar sagrado y esa sería una excusa perfecta para enterarme. Caminé por el largo pasillo hasta llegar al lugar en dónde estarían todos, guardé la varita y tomé un vino que había en una de las mesas...

    - mis señores, espero no llegar tarde - mi voz sonaba grave a través de la careta y la verdad tenía cierta curiosidad de quién serían los nuevos.

    - veremos si la chusma que llega nos puede ser útil o no... -terminé en un susurro y con otro movimiento más, hice desaparecer la mitad de mi careta para poder beber tranquilamente lo que había tomado. Al menos me cubría parte de la cara demacrada a causa de los excesos cometidos aquella tarde y cuánto menos se notase mejor.

     

     

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  9. @ Sagitas E. Potter Blue

    Okis sin problema!!

    Si he tardado tantos días es porque le he dado vueltas, y creo que ya sé por dónde tirar y más en uno en que, no es tan "visible" como parece xDD y creo que daría más vidilla a mi personaje jajaja

    Nick: Helike R V PB
    Link a la Bóveda: Bóveda de Gringotts
    Rol de Personaje: agente secreto mágico
    Información Adicional: actúa por su propia cuenta y riesgo, así que, no obedece órdenes de ningún gobierno, usará sus poderes para proteger la magia como a la comunidad. Usará esa condición para aumentar su patrimonio que, en aunque no sea muy ético lo que le importa es el fin, no los medios a usar; y más aún cuando se trate de proteger a su familia. Aunque cuenta con la ayuda de fieles hombres para esta labor.

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  10. Castillo Rambaldi

    Era demasiado temprano y cómo siempre, ataviada con un pijama con los colores de mi casa, estaba escudriñando el cielo nocturno pero pronto se me iba a acabar la diversión, porque mi elfina Galadriel me había avisado de que, mi ex-esposo estaba aguardando en la puerta. Me aparecí con un giro de mis talones en la puerta principal. Matt parecía tener ojeras y la niña estaba intranquila; me preocupé por los dos. ¿Qué demonios estaba pasando? Algo grave, sin duda, porque a pesar de tener unos acuerdos verbales y no firmados ante nadie, los habíamos respetado sin problema. 

    Tomé a la pequeña en brazos y pareció que se tranquilizaba un poco en mis brazos...

    - Ya esta chiquitina, ya está -le dije con suaves palabras mientras la acunaba en mi pecho y tapándola con una manta, ciertas neblinas estaban por doquier pero en la torre de astronomía de mi propio castillo, apenas se notaba. Era cierto que, mi papel de madre quedaba relegado a un hecho simbólico y que Matt se había ocupado durante dos años de su cuidado junto a Sagitas. No es que lo hiciese para despacharla, quería asegurarle un futuro al menos, honorable para ella y siendo heredera de las dos casas más importantes de Londres, no era baladí y otro tanto estatus de influencia que quizás tomase algún día en Italia. Pero el coste de tomar el poder había sido bastante alto sin duda... 

    En cuánto mi ex se desapareció del lugar y al entrar yo en el castillo, la chimenea principal se encendió como si estuviese durante horas activa. Con mi hija en mi regazo, le empecé a cantar una nana que me había enseñado mi abuela y me dirigi al sillón grande que tenía enfrente. Al menos así, no pasaría frío. Elentari, a pesar del brusco despertar se fue durmiendo poco a poco, entre el dulce cántico y el calorcillo del hogar. Al ver que ya estaba dormida la puse en la pequeña cuna cerca del calor pero tampoco demasiado alejada...

    Aún era demasiado temprano pero me serví una copa de whisky de fuego con hielo. Tanto el periódico de El Profeta, como el Vespertino, todavía yacían en la mesa de cristal sin ser revisados pero un detalle me llamó la atención, en el Profeta hablaban del Mundial de Quidditch que se iba a celebrar en Brasil... Dudé un segundo y pensé en que, quizás no sería tan mala idea ir hasta allí con la niña y el resto de la familia, por lo menos, para pasar unos días de esparcimiento, que buena falta nos hacia... 

  11. Hola! 

    Ha pasado tiempo y quería actualizar lo del trabajo, tiene mucha cosa xD

    Nick: Helike R V PB 
    Link a la Bóveda: Bóveda de Gringotts
    Rol de Personaje: Reina de los vampiros italianos y españoles
    Información Adicional: Jefa de departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes, Gran Maestre de la Orden del Dragón y Lady Rambaldi (Heredera de Deiwan) de la Hermandad de la Rosa Negra, Jefa del clan Erebus en Italia (clan poderoso que gobierna a los vampiros itálicos y en otra subrama, a los españoles), Jefa y matriarca de la Casa Rambaldi, alquimista, comerciante (contrabandista), y en sus ratos libres, agente secreto mágico. 

  12. - eh, sí, buena idea - dije un poco turbada al escuchar todo el plan. Parecía sencillo. Polvo de oscuridad, luz cegadora y rematarlo...

    - Pero no te deshagas del cadáver de ese animal, tiene propiedades mágicas que me gustaría tener- dije, mordiendo el labio inferior mostrando cierta culpabilidad en la cara por querer aprovecharme, pero lo cierto es que tanto su sangre, como sus dientes o su piel... se podían usar para potenciar las pociones con las que estaba experimentando. Y no podía negarlo, eso me había dado la vitalidad e interés por acabar con ese bicho fiero, a pesar del ataque de nervios comprensibles que le había dado a Sagitas.

    - Tía, le diré a mis elfos que preparen más poción multijugos, pero o compramos o tendrás que esperar y además por las horas, el callejón estará cerrado - dije compunjida...

    - Sobre el basilisco, como quieras Matt. Pero ten en cuenta que no conozco mucho vuestra casa a pesar de llevar años aquí -le dije en un susurro.

    Con un toque de mi varita mágica, cambié nuevamente de ropajes; éstas se transformaron en unos pantalones finos de seda de color negros como en un jersey fino de lana de mismo tono, como el calzado unas botas de piel de dragón para amortiguar mis pisadas. Recogí el mapa del merodeador y...

    - Toma, tenlo tú. Ahora al estar en la Potter Black mostrará tal cuál el plano de la casa y podrá ayudarte a localizar por dónde esté el bicho y atraerlo hasta a ti mientras atacamos...

    Me acerqué a la ventana..

    - Y encima, parece que hay gente fuera, espero que no se le dé por entrar -bufé por lo bajo. 

    - Por mí, vamos cuando quieras Matt estoy lista-era la hora de la batalla. Apreté mi varita y rogué a mis dioses protectores que nos guardarsen y nos diesen fuerza para la tarea que teníamos por delante.

    @ Matt Blackner  @ Sagitas E. Potter Blue

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  13. Llevé mis manos a la cara, para intentar tranquilizarme y sopesar todas las soluciones o enemigos que aún podía tener, mientras escuchaba a mi ex-suegra. La invité sentarse en el sofá que estaba enfrente a la chimenea y vi que ya tenía nervios porque al tomar nuevamente el vaso de whisky de fuego me temblaban las manos, las apreté intentando calmarme... Ignoré las protestas anteriores porque lo último que necesitábamos era una bronca en esos momentos y no estaba para eso.

    Me coloqué la capa de armiño negra... Y giré mi cabeza con cierta rapidez, tanta que, si fuese humana quizás me hubiese roto el cuello... ventajas de ser inmortal...

    - ¿Qué? -me quedé estupefacta- pues no, estuve toda la tarde aquí, mis elfos te lo podrán confirmar... y es más, no es que estén a favor mío, pero les he prohibido que me mientan en cualquier circunstancia. He revisado las murallas y están todas bien, no hay agujeros por los que pueda pasar nadie y hay una fuerte magia de protección anti-intrusos -le reproché yo con la mirada- ¿has revisado la seguridad, de la que tantas veces te he pedido que hicieras en la Potter Black? Cualquier mago o bruja puede burlar las defensas si conoce los hechizos adecuados. En temas de seguridad, cada casa debería de tener los suyos propios, independientemente de los que le coloque el Ministerio...

    << Estoy pensando en los fenixianos pero, ¿a santo de qué iban a secuestrar a una niña? Que yo sepa, casi nadie sabe que pertenezco a la Marca Tenebrosa y hasta dónde yo sé sólo lo sabéis tú y Xell. En Italia he acabado con todos mis enemigos y en España, por el momento no he tenido problemas, así que no, no creo que sean ellos... Pero ya te digo que, soy capaz de arrasar con todo el país si fuese necesario -hice un gesto de enfado monumental...

    Al acabar mi pequeña charla se escuchó unos golpes bastante fuertes y eso que la puerta de la entrada, tenía una buena manera, cuando fui a abrir Matt debió escuchar parte de la conversación o quizás sin darme cuenta había dejado el acceso abierto.

    - Matt, no - suspiré agobiada, mirándolo- le dije a tu madre que he estado aquí toda la tarde, organizando cosas (que habían hecho mis elfos, claro xD) para habilitar éste lugar y hacerla un hogar... para sobre todo, cuando viniese Elentari. Pero pasa, no quedes ahí - le dije y lo mandé pasar al interior, le apreté el hombro y le dije con una sonrisa- tranquilo, la encontraremos, pero antes de perder la cabeza, mejor que me contéis entre los dos lo que ha pasado en las últimas horas... -con una mano, le invité a sentarse en uno de los sofás o si quisiese al lado de su madre, yo llevé mis piernas hasta arriba del sofá y puse mi cabeza encima de las rodillas. ¿Dónde demonios estaba esa cría?

    - Quizás tenga un poder que no conozcamos todavía, vosotros la conocéis mejor que yo -dije en un tono de cierta culpabilidad. Me había perdido mucho, desde luego.

    @ Matt Blackner  @ Sagitas E. Potter Blue

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  14. ID: 115845
    Nick Helike R V PB
    Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Gringotts

    Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): ---
    Nivel Mágico: 42
    Fecha: 2022-03-29

    Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio
    Criatura: Bola de Fuego Chino
    Puntos: 160
    Precio: 15000 g

    Total de puntos: 160

    Total de Galeones: 15000 g

  15. Parecía que poco o nada le importaba al arcano. Daba igual las excusas que pudiera ofrecerle que seguía en sus trece. Yo seguía con lo mismo pero como no valía la pena pelear por esas cosas lo dejé pasar y negué con la cabeza. Para calmarme un poco más tomé un poco de trago que tenía en mi petaca y la guardé en el morral de cuero y de ahí a mi bolsillo. Mientras hacía todo eso escuchaba a Lawan atentamente, tenía razón en algunas cosas:

    - Muy cierto mi señor. Maldigo el día en que cierto mago levantó el Estatuto del Secreto, hay que hacer las cosas con cuidado si no queremos ir parar a la hoguera aunque ahora los nomags usen otros métodos - bufé por lo bajo- pero por desgracia aunque sea culpa de ellos al final nos acaba afectando a todos. Da igual si se es mago, squib, licántropo o seres mágicos. Todo estaba bien cuando estaba todo tapado, aunque es cierto que me complace hacer magia sin que los de nuestra raza nos mire mal, lo repito, había que hacer las cosas con delicadeza, no a lo bruto para después poco a poco apoderarnos de sus instituciones si fuese necesario llegado el momento, ahora ya... ya da igual -chasqueé la lengua fastidiada, ese era uno de mis planes que, ni siquiera me había dado tiempo en hablarlo con Aaron o mejor dicho, eran planes porque aún se estaban efectuando en Italia y hasta ahí quería dar un efecto bastante importante... Pero todo se había dado al traste y el dejarnos ver, ya se vería si más adelante seria un acierto o un total fracaso.

    Me quedé pensativa durante un momento ante las palabras del profesor y levanté una ceja... Medité tras un breve período de espacio de tiempo. Me senté en el suelo y crucé las piernas, dejé que la suave brisa del lugar me relajara un poco antes de decir susurro alguno. Algunas de las serpientes estaban con su amo, otras correteaban cerca de la casa del vampiro, unas siseaban y otra paseban tranquilamente cerca de la orilla, pero por un momento, cuando abrí la boca hasta me pareció estar con la arcana de legeremancia; con Rosàlia Pereira...

    - No sabría decile con exactitud - silencio durante un segundo para después proseguir - la información es poder. Cuánta más sabiduría o información tengamos, mejor podremos analizar las situaciones que se den en determinados momentos y actuar con cautela. Tomar decisiones sin meditarlas antes, haciendo el necio puede traer consecuencias desagradables en al menos en la mayoría de las veces -elevé mis hombros - así que, yo intentaré estar lo mejor preparada posible por si surge la casualidad de probar mi valía y haré todo lo que esté en mi mano por resolverlo en la mejor de las situaciones posibles...

    - Haré lo que usted diga... pero, sinceramente, pensaba que sus compañeras procuraban su alimento ellas solas - le comenté un poco desconcertada- ¿por dónde quiere que empiece? -pregunté a Lawan intentando captar su mirada pero estaba dentro de su oscura cabaña, así que, esperé un minuto más, antes de proceder a lo indicado por el tutor. 

    @ Lawan Nguyen Thanh

     

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  16. Escuchaba la voz del arcano y no entendía para nada esa anidmarversión que sentía hacia a mí. Quizás hubiese debido actuar de otra forma he incluso se lo había explicado pero pareció entenderlo todo del revés. Estaba a punto de responder cuando alguien más se había aparecido... "Menos mal, al menos un poco de compañía ante semejante..." me callé las palabras en mi mente. No pretendía ofender al hombre que intentaba impartirme clases pero ni siquiera habíamos empezado con buen pie, para que, con el consiguiente compañero dudaba que fuese mejor, hasta que lo reconocí...

    - Mi señor ( @ Mael Blackfyre )- susurré por lo bajo al reconocer a uno de mis lugartenientes. Hice un ademán con mi cabeza, no mucho, para que no se notara que era alguien importante pero esperaba que captase el mensaje. Yo aún seguía en la entrada, apoyada a la palmera hasta que se decidiera el profesor darme permiso para entrar a su hogar. Entendía sus recelos era una simple novata que iba a aprender un arte antiguo... 

    - ¿Modales? -volvía a usar la palabra y parecía que con un deje irónico. Levanté una ceja- le he pedido disculpas por mi acto con uno de sus ofidios, habla de aprender a soltar cuando ni siquiera acepta mis disculpas ante un mal entendido, ¿y pretende enseñarme a como dijo? -no había levantado la voz en absoluto pero estaba cargada de rabia- aprender a soltar... quizá el que tiene que aprender más es usted mi señor Lawan. Sus costumbres no son las nuestras, se lo repito, si vemos a una serpiente que está dispuesta a atacar nos apartamos. No se es menos descortés con sus compañeras de vida evitar hacerle cualquier tipo de daño. 

    Intentaba tranquilizarme, quería llegar hasta el final pero parecía que no me lo ponía fácil. Intentaba ser cortés con el tutor pero conseguía sacarme de mis casillas... Ahora sí, suspiré y saqué una petaca del morral de cuero que llevaba guardado en el bolsillo, la abrí y le di un trago para calmarme un poco. El liquido pasó a través de mi garganta y pareció templar un poco mi mal carácter.

    - Bien... mi nombre es Heliké Rambaldi, hija de Deiwan Rambaldi. Por mis venas corren siglos de vampirismo y de magia ancestral. Mi Casa lleva el nombre de mi apellido y soy reina de los vampiros españoles he italianos. Jefa del Clan Vulturi, uno de los más poderosas familias itálicas y por ende gobiernan en mi nombre allá. Trabajé durante mucho tiempo en el viejo Ministerio de Magia y como todos cuando llegamos a Ottery, nos fuimos adaptando poco a poco. Cada persona tenía su propia historia, unas más dramática otras más amables pero al menos ahí nos sentimos todos como en casa. Por rama materna soy descendiente de españoles y por parte paterna; de los italianos. Respeto sus artes como el resto de sus compañeros como el que más. Magia poderosa y reunida en siete arcanos que gracias a ustedes nos han dado licencia para aprender humildemente sus enseñanzas. Aunque no lo parezca y puede que no sea tan vieja como usted, mi señor... pero yo también tengo mucho tiempo en ésta Tierra... Siento energías extrañas y no es éste lugar, creo que se avecina algo gordo y quizás cuántos más conocimientos tengamos, más podemos prepararnos para lo que se avecina... El conocimiento es poder y cómo tal hay que tratarlo con humildad para que los resultados a la hora de hacer uso de ellos no sean demasiado, desastrosos.

    Terminé mi pequeña charla y esperaba que al menos así tuviera más o menos idea de quién era, no me gustaba presumir de lo que tenía puesto que me lo había ganado con esfuerzo "sudor" y sangre. Pero al menos habían dado sus frutos. Había conseguido que uno de mis reinos estuviese al menos temporalmente en paz y al menos con eso, podía sentirme orgullosa.

    @ Lawan Nguyen Thanh  

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  17. - Menuda rata traidora - murmuré por lo bajo, negando con la cabeza al escuchar la historia del mago, pero sin entrometerme en sus asuntos. No eran de mi incumbencia pero la deslealtad no era que la tolerase muy bien, la verdad, todo lo contrario.

    - Por supuesto mi señora - dije con una inclinación en mi cabeza en señal de respeto. Terminé la bebida que me había ofrecido la arcana y me dispuse con mi compañero, a acompañarla a dónde nos indicase ella. El lugar era su residencia y aunque me moría de curiosidad por conocer el lugar, tendría que ser en otra ocasión. Nos llevó a otra ala y en ésta ocasión era el invernadero. Miles de plantas de tamaños diferentes, aromas distintos y propiedades más diferentes aún. La verdad es que había despertado todavía mucho más, las ganas de saber de cada una de ellas, pero tendría que aguardar aunque me daba cierta rabia, podría tener unas cuántas semillas de cada, para mi invernadero particular en que tenía en el castillo Rambaldi.

    - Besada por el fuego - susurré yo al ver el pelo de la arcana, no supe porqué pero ese detalle me llamó poderosamente la atención y era absurdo, porque el resto del lugar parecía propicio para una buena sesión de meditación. Cuando llegamos al lugar era tal cómo parecía indicarme mi intuición y al verlo no pude evitar acordarme del Panteón de Agripa en Roma, pero por supuesto éste era más sencillo para lo que era menester.

    Me senté en uno de los jeroglíficos que había en el suelo y presté atención a Rosália, esperaba al menos en ésta ocasión completar el aprendizaje.

    Llevé mi mano a mi mentón y puse una mano debajo del codo para pensar mejor mis respuestas. Las preguntas eran interesantes y la verdad tendría que escoger con cuidado las palabras que debía formular. El lugar daba una sensación de paz y tranquilidad que me gustaban mucho. Quizás debería de replicar un lugar parecido en mi casa, al menos si necesitaba encontrarme a solas en vez de un espacio natural podría estar todo el tiempo que quisiera en él.

    - Pues... depende de lo que se quiera llamar por justicia -ahora estiré los brazos y crucé las piernas mientras mi compañero se sentaba enfrente mío- no todo el mundo entiende la justicia como tal, hay otros que lo llaman venganza y otros el mal llamado karma - dije con una risilla. Cuando terminó de hablar con Ludwig comencé los ejercicios de respiración y concentración que la profesora pedía.

    Las palabras del Malfoy, la brisa del invernadero, las planta del lugar y sus diferentes aromas, además con los rayos del sol traspasando el agujero de la parte superior, sentía que mi mente se desvanecía poco a poco. Las palabras y los recuerdos se fueron diseminando poco a poco hasta llegar un punto en que, si no me despertaban estaría medio dormida a pesar de ser un vampiro y sería bastante irónico la verdad. Y tras un breve instante pareció que todo se había sumido en puro silencio...

    @ Rosália Pereira  casi me despisto!! espero que no tardara mucho en contestar =P

     

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  18. - Quizás fuese un ciervo - susurré por lo bajo, pero me parecía raro ya que, el lugar tenía murallas gruesas y era casi imposible para un animal de esas características que pudiese traspasar ese umbral, a no ser claro que, alguien dejara la verja de la puerta principal abierta aún así, me había asegurado de dejarla completamente cerrada. Iba a girarme para adentrarme en el interior cuando una voz conocida llegó a mis oídos. Casi rechiné los dientes a causa de la rabia. 

    Sentí la ira en mi interior cuando mencionó las últimas palabras...

    - ¿Acaso te crees que alguien como yo, iba a hacer semejante barbaridad? - comenté, aunque era mejor dicho, que había gritado la pregunta. Me quedé un segundo parada...

    - Espera, espera... aquí no está Elentari, ¡si acabo de mudarme hoy mismo! -exclamé ahora, sintiéndome, después de ese lapsus de mal genio a uno de agobio. Tuve que agarrarme a la puerta para no caerme de la impresión. 

    - Por los siete infiernos Sagitas -terminé gruñendo- ¿acaso no puedo dejar sola a mi hija con vosotros, que ya me la perdéis? -inquirí ahora, mirándola nuevamente a los ojos- maldita sea... pasa anda, iba a tomarme un chocolate caliente, pero con lo que me has dicho, se me acaba de ir el hambre que tenía ¿habéis mirado dentro de la Potter Black? -sentí ciertos nervios he intentando no liarme mucho más, le indiqué con la varita que pasara al interior - cierra la puerta - le ordené con cierto enfado. Al menos la chimenea del salón rugía con fiereza y eso que no llevaba tanto tiempo encendida. 

    Pasamos al interior del elegante salón y me di cuenta que le faltaba poner unas alfombras mullidas para no pasar frío en invierno, pero eso tendría que esperar para más tarde...

    - Espero que ese malnacido de Lázarus no haya secuestrado a la niña -puse la varita encima de la mesa de cristal que brillaba en un tono rojizo y por supuesto, me dirigi hasta el mueble bar que tenía al lado de la chimenea. Me serví un vaso con hielo y whisky de fuego, era para al menos intentar aplacar mis nervios...

    - Tengo de todo - comenté con intranquilidad - puedes pedir lo que quieras, pero llamaré a mis elfos para que ayuden en la búsqueda... -aparte de llamar a mi elfina Galadriel que estaba en esos momentos en las cocinas con los demás, seguí llamando a todos los elfos que había heredado con la mansión. Pregunté a todos y ambos negaron con la cabeza.

    - Te lo dije - caminé de un lado para otro - recién acabo de instalarme y se me hace raro que supieras que estaba aquí, pero bueno, es cierto que éstas noticias vuelan... ¿has hablado con Matt, por casualidad? -le dije con cara asustada- hace tiempo que no sé nada de Lázarus desde la última vez, es una alimaña pero es un tipo que ataca de frente... - o eso me pensaba yo.

    @ Sagitas  @ Matt Blackner

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  19. Y menos mal que los patronus son incorpóreos! jajaja

    On:

    Había ordenado a mis elfos que tras las fiestas navideñas sacaran todo los adornos relacionados con ésta. Aún faltaba San Valentín pero aún quedaba tiempo para el mes de febrero. Mientras tanto estaba en el pequeño despacho ordenando las cuentas y por supuesto, avisando a mis proveedores de mercancías para ir reponiendo los productos que más me faltaban. No es que acudiese mucha gente, pero entre el frío y que la vida estaba cada vez más cara parecía que a los magos les costaba salir más de casa que de costumbre.

    Estaba vestida con un traje pantalón chaqueta, botas de aguja con una camisa blanca. Coloqué bien el pelo en una cola de caballo alta con la varita, mientras que, con otro aire de varita me serví un vaso de whisky de fuego con hielo. No era muy tarde, o eso parecía por los pequeños rayos de sol que entraban por la ventana del despacho. Con otro movimiento más, cerré el libro contable y guardé la pluma en su sitio, ya continuaría más tarde... Estaba a punto de salir cuando escuché la voz de mi tía Sagitas, levanté una ceja y tomé la capa para colocármela con un ondeo encima de los hombros y abrochada con un broche de plata en forma de calavera.

    En cuánto salí al recibor me sorprendió tanto regalo junto, ¿tanto había gastado?

    - Carai, ¿y eso? -pregunté estupefacta ante esa montaña de paquetes. Llevaba el vaso en la mano y me puse detrás de la barra. 

    - Claro mujer, a lo que quieras, esto está más muerto que el día de Halloween... aunque no hacía falta que compraras nada, pero tampoco tengo para ti -le indiqué con cara confundida - me parecen una chorrada sinceramente, aunque, no dudo que a los niños les encantará - dije con una sonrisa.

    - ¿Qué tipo quieres? Tenemos cerveza tostada, rubia o negra... ahí en esas barricas grandes que ves detrás -le indiqué con el dedo índice hacia dónde estaban los estandartes de las escuela y casas a las que había asistido- si quieres empezar suave te recomiendo una rubia, es más ligera al paladar porque si empiezas con una pinta negra quizás sea más amarga para ti y además tenemos tres tamaños diferentes, tú eliges... Grande, mediana o pequeña.

    - Y además, te he llamado hace meses - protesté por lo bajo- ¿has tenido ataques en tus negocios? -pregunté, mirándola directamente a los ojos.

  20. -No quería incordiarle señor Jack @ Matt Blackner ... pero desde hace tiempo que tengo implantados esos modales y... -elevé mis hombros un poco sonrojada- de hecho, estoy pensando en adoptar las viejas costumbres de los viejos señores... aunque lo diga Sagitas con ese tono -elevé ésta vez una ceja, contrariada- y lo hago porque me sale de las cuatro bolas que tengo (jajajaja) y mejor que no vengan -insistí- es por su seguridad... 

    Y justo en esos momentos que terminaba de hablar, había entrado Arya @ Arya Macnair :

    - ¡mi señora! -asentí con delicadeza- bienvenida, estamos aquí planeando cosas, ya ve- sonreí un poco apurada- por mí que adore lo que quiera, yo ya tengo lo mío -protesté por lo bajo.

    Y alguien más había entrado también, lo conocía de oídas y sabía que por boca de Sagitas compartían cargo, parecía que la carpa en dónde estábamos se estaba empezando a llenar de gente...

    - ¡señor! -saludé córtesmente al recién llegado @ Mael Blackfyre  - la idea fue mía, claro está -dije con una sonrisa burlona - no me refería a atacar el lugar en sí, sino a quiénes los gobiernan -protesté ahora, mirando a mi tía- Heliké Rambaldi -me presenté ante el mago- es un honor, señor. Si necesita cualquier cosa de mi casa, no dude en pedirla - dije con una sonrisa sincera. 

    - Es más, no te preocupes @ Sagitas  de ese idi*** me puedo encargar yo... planeando con cuidado el ataque, bien podríamos decir que fue por parte de muggles, no de magos, así que tampoco sería atacar así como así... lo de hijos de versalles, es la primera noticia que tengo. Se pueden hacer varios ataques simultáneos sin problema, coordinándolos bien. Podemos dar una imagen de superioridad, la propaganda es lo fundamental en éstos casos. 

     

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  21. - Hola Xell, tú también estás como siempre... bueno, con algo más de arrugas - dije con una risilla por lo bajo- ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi (?)

    - nada  prima, Elentari, que me trae de cabeza con unas cosas que... -y no pude evitar fruncir el morro a modo de disgusto y me dirigi a Matt - ya hablaremos... 

    - ¿Piropero? - enarqué una ceja de sorpresa - bueno, esa no es la palabra que usaría yo, ciertamente - negué con la cabeza acompañada de otra sonrisa más abierta.

    - Vaya, veo que se ha despertado... ¿Y Sagitas? -parecía que estaba a lo suyo sin prestar atención a mucho más.

    - Ni idea Sean, yo acabo de llegar, bueno el regalo es para Sagitas, no tenía ni idea de que estabas aquí, sino también te traía algo - comenté no sin cierta molestia al ver dónde iban a parar sus ojos - y ten cuidado a dónde miras Sean, el último que hizo eso, se quedó sin ojos - negué con la cabeza. Desde luego viejo y seguía como siempre, en eso no había cambiado, ciertamente...

    << Nada importante hombre. Bueno, mi llegada - dije otra vez, asintiendo con la cabeza.

    Sentí que palidecía ante las palabras de mi ex.

    - ¿Su primer demonio? pero, ¿cómo se te ocurre? -si llegase a tener sangre humana, seguro que me bajaba hasta los pies- no dudo de sus capacidades pero aún es una cría. Puedo aceptar que estudie a una universidad muggle, puedo aceptar muchas otras cosas pero, ¿sin contar conmigo? Soy su madre, por mucho que a ti se te olvide - no quería discutir pero a veces me podía el mal genio - espero que lo pusiérais a buen recaudo, no me apetece tener que enfrentarme a esas cosas. Aunque tenga sangre de inmortal no la hace invulnerable, deberías saberlo. Puede ser poseída por su sangre humana, ¿se te ha olvidado? Eso no es para tomárselo a guasa - y me senté en la silla que me habían ofrecido. Suspiré fastidiada- Italia y España - le recordé - ambos países bien, gracias, aunque hace unos años hubo un conato de revolución en ambos países los solventé sin problema - decía con genio testarudo por lo que me había dicho - puede que opte a otro, si mis maniobras salen bien- sonreí con cierta malicia- ya veremos. 

    << Por el momento nuestra hija tiene su seguro asegurado. El día que me canse, me retiraré y le cederé el testigo por eso no hay problema -asentí- sólo espero que, por entonces... las cosas hayan mejorado bastante. Además de, por supuesto, contar con un capital lo suficientemente potente para vivir bien durante años.

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  22. No supe porqué pero la forma de responderme... sentí cierta lástima por ella, algo raro cuando era un sentimiento más humano que vampírico. Era un cargo con el que, seguramente no contaba así que, cuando fue ascendida los demás deberíamos mostrarle respeto. Se supone que los altos mandos sustituían a los líderes cuando no estaban presentes en la batalla. Al menos la oscuridad tapaba algo mi cara. Me había sonrojado ante su contestación y a pesar de ello me acerqué a ella y le apreté suavemente el hombro y le dije:

    - Lo harás bien -continué con una sonrisa - ésto es nuevo para todos, y a mí a veces se me olvida que eres lo que tú ya sabes - le dije, guiñándole un ojo y hablando en clave por si había orejas indiscretas que estaban escuchando- ¿así que es eso y porqué nadie me ha informado? -protesté por lo bajo. 

    - Pues ya veremos si vienen o no - sonreí levemente al escuchar la arenga de Sagitas- ¿tiramos la puerta abajo? Un poco de acción no viene mal y siendo sinceros, a mí éste sitio me trae malos recuerdos. ¿Sabías que participé en la defensa a favor de los reyes de Francia? Si hasta parece que huele a pólvora. Éste lugar es viejo, demasiado... Podríamos robar unas cuántas obras de arte y exponerlas en la Torre Oscura además de dejar falsificaciones perfectas. Yo puedo encargarme de eso... Pero por lo que veo estamos demasiado desperdigados para iniciar una acción de éste calibre y, éste palacio es demasiado grande para los pocos que somos -bufé por lo bajo - deberíamos ser más, ¿convocas tú al resto del bando? -comenté para darle ánimos. 

    @ Sagitas  si necesitas posteos, avísame y vamos roleando (aquí o en otro tópic, dónde quieras) *-*

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