No logra ver alguna defensa de parte de Mía, pero puede distinguir luego de un rato que esta sisea. Así es que se prepara, siente dificultad al respirar y reconoce el hechizo del que ha sido victima anteriormente, entonces piensa «Anapneo» para detener los síntomas y destapar las vías respiratorias. Ahora que se da cuenta, es más fácil volver a respirar con normalidad si se actúa rápidamente. Intenta no perder el tiempo, así que dice— Morphos —convirtiendo el vestido de Mía en una avispa marina en su espalda, de modo que esta se aferra a ella e inyecta su veneno, para segundos después caer al suelo y morir por la falta de agua. Se da cuenta que Mía ya puede respirar con normalidad, lo cual vuelve a inquietarle, pues significa que el duelo no será tan corto como esperaba. Sin embargo, desde un lado del ring salta sin previo aviso, como si nunca antes hubiera estado ahí, un bowtruckle furioso. Binny sabe que podría ser un problema, pero intenta no hacerle daño. Le ve avanzar en el lodo, quedando atrapado en aquella masa pegajosa con cada paso. Así que, se le ocurre una idea, siente el frasquito con arena de color plata que trae atada a una cuerda en el cuello y recuerda que puede inmovilizar a la criatura. Entonces lo hace, piensa «Semillas de hielo» y congela al bowtruckle manteniéndolo a salvo, aún contra su voluntad. Mía empieza a utilizar la varita de nueva cuenta, y Binny lo sabe, así que se prepara.