El hipogrifo siguió a los otros, su vuelo fue calmado durante el viaje. Binny se alegró por ello, pues el viento no le golpeó la cara sino que resultó refrescante. Además, la vista del bosque era hermoso, le llamó la atención una doxy que chocó contra las ramas húmedas de los árboles, parecía no saber a dónde iba como si regresara de alguna fiesta con resaca. Binny se rió, el hipogrifo parecía disfrutarlo también. Athena fue la primera en aterrizar. Se dio cuenta cuando el hipogrifo empezó a perder altura y miró hacia abajo, notando a la profesora en el claro esperando por David y ella. —Todo bien —reafirmó. De un salto bajó de la espalda de la criatura, le acarició detrás de la cabeza y este entrecerró los ojos disfrutando el gesto. David también estaba en el aire, esperaba verle aterrizar pronto. Cuando finalmente lo hizo Athena empezó su discurso. Explicó cómo realizar los hechizos. Por eso, Binny recordó que era el momento de colocarse los anillos, los colgantes y los amuletos. Eran tantos que Binny no podía explicar cómo al final siempre había espacio para más. Parecía una ilusión, pero qué importaba, mientras tuviera todos esos objetos tendría más formas de magia para experimentar. Cuando terminaba de acomodarse todos los objetos Athena terminó de hablar y pasó a los ejercicios prácticos. Aquello le llamó mucho la atención, era la parte favorita de Evans, en especial si se trataba de cosas nuevas. —Uhm... Lo intentaré —dijo—. Se ve interesante, aunque no quiero quemar el bosque... ¡Flechas de fuego! —apuntó hacia una parte despejada, donde no dañaría a nadie. De inmediato los filamentos salieron de la varita e incendiaron el pasto, aquel hechizo era peligroso. — Aguamenti. Luego de apagar el fuego tomó el frasquito con las semillas de hielo. Lucía como arenilla color plata atrapada en el vidrio, así que tomó muy muy poco, para no crear una pista de patinaje sobre hielo. Miró a David, quería decirle "Cuidado" pero el mago parecía entender los peligros de las semillas. Entonces, se alejó un poco del hipogrifo y lanzó las semillas de hielo sobre el piso. Y tal como pensó el suelo se congeló de inmediato. Aunque servía para paralizar animales, Binny prefería crear hielo y notar las diferencias entre este hielo mágico y el real.
—Lo siento —se encogió de hombros—. ¿El hielo se quitará solo o necesita algún hechizo?