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Vladimir Karkarov

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Mensajes publicados por Vladimir Karkarov

  1. Buenas, paso a hacer una compra rápida, espero que todo esté en orden.

     

    ID: 116055
    Link a la Bóveda Trastero: 75080
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 97830
    Nivel Mágico: 2
    Fecha: 2017-07-17
    Nombre del producto: Libro del aprendiz de brujo
    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo
    Nivel (del libro): AAAAA
    Precio: 1000G
    *deja chocos y vodka para el duendecillo*
  2. Era interesante como el duelo comenzaba a tomar forma ya en algo más peligroso para ambos. Y como las constantes exclamaciones de los presentes hacían vibrar las paredes de piedra, parecía más un coliseo romano que un duelo de aprendizaje, querían ver acción y para eso estábamos ahí. Para mero entretenimiento...salvo por el profesor, a él si le interesaba que sus estudiantes aprendieran algo, aunque sea los hechizos básicos.

     

    Mi garganta comenzó a secarse a tal punto que desee desesperadamente tomar algún liquido. Sabía muy bien que ahora me había devuelto la jugada y ahora era yo el silenciado, sonreí y lo miré directamente a los ojos sin pestañar, había firmado su sentencia a sufrir. Si bien yo era un aspirante a las filas de la orden del fénix, algo me indicaba que la energía emanada de aquel joven no era del todo buena, así que no tendría compasión por él. Fruncí mi ceño y cerré los labios, observé como el joven comenzaba a pronunciar su siguiente hechizo y de inmediato me di cuenta que era un expelliarmus. Como estaba incapacitado verbalmente, dejé que su rayo impactara en mi, sintiendo un cosquilleo en todo mi cuerpo.

     

    Su hechizo hizo que mi varita saliera despedida en dirección hacia el techo, de forma fugaz y fuerte, ni siquiera sentí el momento en que lo salió de mi mano. Como el techo estaba a tan poca altura, la varita rebotó en él y cayó apenas a un metro enfrente de mi, haciendo que solamente diera un paso y recuperarla tranquilamente. Ya el efecto del silencius había terminado, sentía las cuerdas vocales en plena condición, sin embargo una leve tos apareció y carraspee mi garganta de forma enérgica.

     

    -¿Eso es todo lo que tienes?- le dije de forma desafiante y con una leve sonrisa en mi rostro, si bien había cometido el error de subestimarlo, ahora era completamente consciente de contra quién me enfrentaba. No quería suscitar una enemistad con el joven, sin embargo agregarle algo de emoción al duelo sería optimo para llegar a ser una leyenda. Ademas, que sería un poco más interesante.

     

    Alcé de nuevo mi varita en su dirección y sintiendo el poder brotar de mi sangre, corriendo por todo mi cuerpo hasta canalizarse en mi varita, me di cuenta que el hechizo que le lanzaría estaba listo para ser pronunciado.

     

    -Sectusempra- el hechizo básicamente causaría heridas sangrantes en su carne y piel, a la altura de su pecho, donde ardería inmensamente y de ellas brotarían chorros de sangre al mejor estilo de pelicura gore de bajo presupuesto. Increíblemente, sabía de casos que el hechizo lanzado, ya sea por el nivel de su mago o el poder de la varita, hacían cortes que llegaban hasta los huesos del afectado. Sin embargo ese no sería el caso, obviamente. En todo caso, lo más logico es que se defendiera, así que no tenía mucha importancia cual hechizo utilizara.

    • Me gusta 1
  3. Una jugada tranquila revelaría muchísima información sobre mi adversario. Por eso, en primera instancia solamente hice un simple efecto para ver la reacción del Luxure. Rápidamente observé como alzaba su varita con intensión de atacarme, de ella salieron desprendidas varias medias lunas con intensión de perforar mi torso, en primera instancia pensé en defenderme, pero sin más, dejé que estas impactaran, llegando ser unas seis a incrustarse en mi pecho, haciendo que saliera muchísima sangre de mis heridas, sin embargo las cortaduras eran superficiales y fácilmente me podía curar, luego de arrancarlas.

     

    -Silencius- rápidamente impedí que su segundo hechizo se realizara, justamente cuando lo observé moviendo sus labios para lanzarlo. Llegando apenas a pronunciar un "moh..." su cara de asombro me sorprendió, lo más seguro es que no se esperaba esa jugada, o a lo mejor solo fue la impresión de quedar mucho de un momento a otro, a mi mismo me había sucedido.

     

    Comenzaba a arder mis heridas, aún brotando pequeñas gotas de sangre por ellas, sin embargo ya había removido las medias lunas, por lo cual no seguían cortándome. Mentalmente, me encontraba sorprendido, ver mi sangre tan pronto en un duelo me daba una mala señal, sin embargo daría lo mejor de mi para demostrarle que no seré un oponente fácil. Le lancé una mirada y una sonrisa de satisfacción, mientras al mismo instante, el efecto del hechizo sanador curaba las heridas provocadas por las armas filosas que me impactaron. Dejándome como nuevo para seguir la batalla.

     

    -Vaya vaya... creo que te subestimé... error que no volveré a cometer.- dije mientras me tragaba parte de mi orgullo. Además de que no había tomado en serio el duelo, estaba experimentando algunas lagunas mentales con muchos hechizos y comenzaba a perder confianza en como utilizarlos. Era normal, no sabía de lo que había sido mi vida en los últimos dos años.

     

    @

    • Me gusta 1
  4. Hola a todos, espero que se encuentren bien.
    ¿Te gusta el sistema actual de duelos?
    En general sí, pero hay ciertas cosas que no.
    ¿Se te hace complicado? ¿Por qué?
    Tuve un buen profesor en la academia, que entendía sobre duelos, tuve buenos tutores dentro de la OdF que me enseñaron todo lo que sé sobre asaltos/redadas. Por eso, primero que nada les agradezco (si es que alguno de esos me lee). Ahora, gracias a eso no se me hace complicado, primeramente porque tiene reglas claras y segundo porque como dije, hay personas con vocación para enseñar. Pero si fuera una persona que quisiera entender los duelos, necesitaría de sí o sí de alguien y eso ya le quita fluidez al sistema de aprendizaje y al juego en general.
    ¿Qué le mejorarías?
    Nivelar los hechizos primeramente. No me parece lógico que un neutral no sea capaz de poder defenderse de ni siquiera los bajos rangos de alguno de los dos bandos. Los neutrales deberían ser considerados como una estirpe más del foro, tambien, imagino que para eso también están los libros. Sin embargo piensen en las personas que no son capaces de costearse los libros que realmente representan algo de peso en los duelos.
    El sistema de asaltos/redadas debería ser por puntos iniciales, y no por movimientos/acciones. Cada hechizo debería costar una cantidad de "maná" por así decirlo. Esto evita, por ejemplo, que en un asalto se envíen tres FM seguidos como si nada. Si se aplicaran puntos, los hechizos estarían mejor planeado en base a las capacidades de cada usuario. Así, en el inicio de cada posteo o turno, se pensaría bien en que gastar los puntos. Obviamente los puntos en el siguiente turno regresarían, pero no completamente. Esto siguiendo la regla de que la magia siempre tiene un precio. Haría más realista el sistema.
    Los duelos. Le mejoraría el hecho de que el rol tenga más peso en los posteos inciales. Que se sea exacto en lo que se quiere desde un inicio y no después. "mágicamente apareció una piedra a la par de su zapato luego de haber hecho la descripción del del escenario." También, Tomar en cuenta que los hechizos SE PUEDAN ESQUIVAR y de igual manera pierder una acción o puntos como lo mencionaba arriba. Esto además de agregarle fluidez al juego lo haría más interesante.
    ¿Se te hacen complicados los asaltos/redadas? Nos gustaría que nos explicaras qué parte exactamente.
    En lo personal, no. Pero sí he visto a algunos que se les hace bastante complicado.
    El punto que creo preciso son las
    negociaciones. Se ha demostrado durante muchísimo tiempo que los lideres de ambos bandos no han sido capaces de resolver las diferencias de forma madura e imparcialmente, siempre teniendo en cuenta los objetivos de forma imparcial, siguiendo las reglas. Por eso, siento que el punto imperante y por el cual se vino abajo el juego de duelos son las negociaciones. Aquí propongo a una persona imparcial, un juez, alguien que tenga clara la idea de los duelos y que por supuesto, sea neutral sin ninguna inclinación a alguno de los bandos. ¿Por qué? Muy fácil, favoritismo.
    Creo que si se cambiara/implementara eso, se me haría más fácil de entender los desenlaces de cada uno de los asaltos, que cosas mejorar, que cosas no hacer. Que está bien y que mal.
    ¿Consideras que las normas de asaltos/redadas están bien explicadas? ¿Le cambiarías algo? ¿Piensas que es necesario agregar algo?
    Primero que nada:
    6.- Si el oponente al lanzar el hechizo no rolea como es que afecta o podría afectar a su adversario, éste podrá describir en su turno los efectos del hechizo como mejor le convenga.
    Este punto da mucho para hablar, si ya los hechizos tienen una descripción. ¿De qué sirve entonces que se lo vuelva a escribir? baja la calidad de rol, obviamente, pero se evitaría muchisimas mal interpretaciones si solamente se apega a la descripcion del hechizo y listo.
    Lo mismo con esto
    1.- Los hechizos tanto verbales como no-verbales deberán destacarse del resto del rol poniéndose en negritas/cursiva. En caso de que sea un no-verbal y quieras rolear la acción en lugar de mencionar el hechizo en cuestión, esta acción que realices deberá ser la que está en negrita.
    Si ya se sabe una descripción de un hechizo, de qué sirve entonces tener que estar poniendo negritas? Quita tiempo principalmente. Se sobre entiende.
    12.- En el caso de que un mago acabe de atacar a otro, no podrá postear atacando a nadie más hasta que hayan transcurrido quince minutos.
    Imaginen un campo de batalla real. Ataco a alguien y me quedo ahí de pie 15 minutos para atacar a otro? No tiene mucha logica para mi.
    ¿Te gustaría que agregáramos más hechizos a cada uno de los rangos o a alguno determinado?
    Sí. Para los rangos bajos más hechizos de defensa, para los AR que se más difícil defenderse haciendo que los hechizos de defensa sean más dificiles de realizar para estos. Esto añade una una nivelación al juego. He notado que entre más alto sea el rango más potente se vuelve, cuando lo ideal sería cambiar de rol.
    Aquí propongo una cosa: especialización.
    Rangos bajos: Defensa.
    AR: Escoger entre ser un alto rango de ataque, uno de defensa, uno de control de criaturas o un sanador de campo.
    ¿Tienes alguna sugerencia para el juego de bandos en general?
    Que regresen las carceles/san mungo. Siento que esto le quitó todo el salseo al juego.
    Rotación de lideres. Votación de los mismos calificarlos por sus actos y capacidades de llevar el bando. No caer en lo que se ha caido en favoritismos y ascensos lineales amiguistas. O porque llevo aquí mas tiempo y por eso debo ser lider.
    Desensos de rango por inactividad. Eso debería desaparecer. Ahora, si estoy en total acuerdo que se realice una baja de rango por alguna acción.
    Creación de un consejo de ancianos para cada uno de los bandos, integrado por todos aquellos que no desean formar parte de asaltos porque no les gusta o no son buenos o no tienen tiempo, así, se rescata el rol que tanto carece en estos tiempos y se mantiene en control las acciones de los lideres.
    Otras sugerencias:
    Ninguna, por el momento.
    Sin más, me despido.
    Saludos.
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  5. Ya era momento de ponerse de nuevo la túnica de duelo. Luego de recibir la amable invitación por parte de Yunure, acepté sin dudarlo, más de que se trata de una practica de duelo para los alumnos, además que me servía enormemente para refrescar lo que ya había olvidado. Siempre atentos, sabía que sería bien recibido en la enfermería, así que no me preocuparía de nada más que del momento que estuviera ahí. Siempre manteniendo mi dignidad, me coloqué la capucha azul con la que solía salir, los pantalones del mismo color y unas botas altas hasta la rodilla. Sabía muy bien que una técnica en el combate era ir desnudo por ahí, pero no me rebajaría a ese nivel de artimaña para ganar ventaja. Coloqué la capucha en mi cabeza y me dirigí con paso lento hacia las mazmorras.

     

    El improvisado lugar de duelo era un túnel en las mazmorras, construido a base de piedra cortada robustamente, cada bloque podía pesar media tonelada y todos estaban muy bien calzados el uno del otro para que formara así las paredes de unos ocho metros de alto, mientras que el ancho del túnel variaba, pero en el sección en la que nos encontrábamos tenía exactamente una distancia de seis metros. Dicha distancia de pared a pared estaba ya ocupada por el público, la pasarela de duelo y las barreras mágicas colocadas por el profesor, por lo que al final teníamos apenas dos metros hacia ambos lados para desenvolvernos. La pasarela era a base de madera, con una alfombra roja que la cubría de lado a lado. Tenía una longitud de 12 metros de largo por metro y medio de ancho.

     

    Algunas de las banderas ondeaban por dentro de las barreras mágicas, que se cerraban como burbujas para proteger a los espectadores. Sobre nuestras cabezas solo había pesadas capas de piedra, por lo que un daño a estas sería insignificante. Al entrar al lugar, percibí a mi compañero de duelo a una distancia de unos doce metros, al final de la pasarela. Sin embargo, caminé hasta él, para darle la mano y saludarle.

     

    -Agradezco tu invitación. Lo que ocurra aquí, no será nada personal. - dije mientras le hacía una pequeña inclinación hacia adelante y paso seguido caminaba hacia el lado contrario, hasta quedar a una distancia de ocho metros de él. Saludé al profesor con una leve inclinación de cabeza y acto seguido materialicé mi varita en mi mano derecha, sin embargo la pasé a mi izquierda, ya que se me hacía fácilmente usar ambas manos.

     

    -Silencius- murmuré levemente mientras mantenía mi varita en alto apuntando hacia el chico, por lo que el efecto actuaría inmediatamente sobre él, haciéndole imposible hablar ni pronunciar palabra alguna durante un periodo de tiempo. -Empecemos esto tranquilo...- me dije para mis adentros.

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  6. Comenzaba a desesperanzarme de que alguien conocido llegara, ya habían pasado algunas horas desde que la taberna estaba abierta y la monotonía de siempre estaba haciendo mella en mi espíritu. Comencé a limpiar una vez más las jarras de cristal debajo de la barra con un paño blanco, dándole vueltas hasta hacerlas sonar, luego las colocaba de nuevo boca abajo en perfecto orden hasta formar tres filas bien formadas de jarras. Una pequeña brisa entraba por las ventanas mientras movía alegremente las llamadas de la candela, acto seguido, escuché un estruendo afuera de la puerta principal, como si alguien tirara un saco de patatas de un segundo piso. Sonreí para mis adentros sabiendo que se trataba de alguien llegando y por su aura, sabía de quién se trataba.

     

    Caminé unos pasos hacia atrás y me oculté por detrás de la pared que divide la barra de la cocina, es hecha de madera robusta y me acomodé detrás de ésta mientras me sentaba en un taburete y tomaba un largo trago de vodka. -Genial... lo que faltaba...- dije para mis adentros y tomé otro trago. No sabía si sentir preocupación o sentirme alagado que Mery me visitara, su carácter era volátil y el mio no se le quedaba atrás. La ultima vez que llegó a mi local, obtuve grandes perdidas ya que destruyó la mitad de todo. Algo que no iba a olvidar, eso de seguro. Aunque... no sé en que momento sucedería, ya que mi memoria esta tan mala que padezco de lagunas mentales cuando intento acordarme de hechos concretos luego de que salí de la academia.

     

    Puedo escuchar su respiración, sentir su perfume abrazar mi nariz y mi alma se partía en miles de pedazos al recordar tantas cosas vividas. Aún recordaba la alegría en su sonrisa, el impulso recorrido en nuestros nervios al vivir tantas aventuras juntos... cosas que quedaron en el pasado, pasado que vive presente en mis cicatrices, en mi memoria. Tomo un ultimo sorbo del licor y con un pequeño suspiro me encamino hacia la barra, hasta que me topo con la figura encapuchada. Me arrecuesto en una viga fuerte de la pared, tomando instintivamente una jarra y el paño que andaba en la mano para limpiarla, controlando un poco los nervios. Aclaro mi garganta, dispuesto a hablar.

     

    -Espero que esta vez no vengas a destruir mi local...- esbozo una pequeña sonrisa y desvio un poco la mirada de la figura allí en la barra. Casi podía sentir el momento en el que estallara, lastima que soy un hombre desarmado ya que mi varita se encuentra en estado de perdida. -Pero claro.... ¿Dónde están mis modales?- le coloco la jarra enfrente con un movimiento tranquilo, seguía inmóvil y rígida cual tempano de hielo, típico de ella. Automáticamente relleno la jarra con una bebida a base de vodka, no era vodka puro, pero sabía bien que compartíamos el gusto por el buen vodka. -Toma, esto es para lo de la caída.- una pequeña sonrisa quiere aparecer en mis labios, pero rápidamente me doy la vuelta para disimular.

     

    -Y dime... ¿En que puede ayudarte tu viejo amigo?... si es que aún me consideras tu amigo.- pregunto, de espaldas hacia ella.

     

    @@Mery Gaunt Karkarov

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  7. Luego de un largo, largo tiempo de no visitar a la familia que lo había acogido en su forma más cariñosa, se encontraba de nuevo ante los jardines que tantas vivencias había recogido para si. Ahí había amado, luchado y llorado en varias ocasiones. Los terrenos de la familia Lockhart son los que más memorias guardadas tienen para el nombre de Vladimir Karkarov. Sentía orgullo al recordar a la noble familia a la que perteneció y a la cual defendió de los enemigos más temibles del mundo mágico. Podía sentir un deje de nostalgia, aunque al parecer no sabía el porqué... su memoria había estado fallando luego de que regresara de la casi muerte.

     

    Se preocupó entonces por verse con su ropa acomodada, alisó un poco su camisa solapada negra y ató el nudo de su corbata del mismo color. Colocando sobre su hombro el saco de seda liso y brillante caminó seguro hacia la puerta, desde donde escuchó los primeros murmullos de algunas personas ahí reunidas para la especial ocasión. No dudó en colocar el sobre con una carta escrita a mano para Bodrik en el umbral de la puerta, conteniendo en ella un collar de plata finamente trenzado con un pequeño colgante en forma de rubí.

     

    Querida Bo,

     

    Lamento no poder acompañarte en tu cumpleaños, no me reconocerías al verme, he cambiado demasiado y creo que ya no soy el mismo que conociste. Aún así, la distancia no impedirá el que te felicite por el hecho de tener un año más de vida y tampoco ocultar el amor que te tengo. Espero, profundamente que el cachorro que te regalé hace unos años te siga acompañando, espero que ese sea el recuerdo que siempre guardes de mi. Sin más, espero pronto poder verte de nuevo.

     

    Con eterno cariño, Vladimir.

     

    Sonrió, mientras intentaba que no se escapara una lagrima de sus ojos, pero recordar tantas cosas le era demasiado confuso y pesado. Su pasado aún no estaba desvelado todavía, no en su totalidad, aún tenía muchas preguntas que contestarse y muchas que averiguar de si mismo. Suspiró, para luego colocarse el saco de nuevo, abrochándose los botones lentamente mientras daba media vuelta y se disolvía en el camino pavimentado del jardín.

    • Me gusta 3
  8. -Vale...-

     

    Suspiró agudamente luego de dejar la pesada bolsa de viaje que cargaba en su mano en un piso de madera sucio, lleno de papeles y al borde de podrirse. Su local no era ni la sombra de lo que fue hacía unos meses, ahora era un posada para los animales salvajes, ratas, magos inescrupulosos. Su peor error fue salir de viaje sin antes dejar un hechizo protector o algún guardián que cuidase el local en su ausencia, lastimosamente los menesteres que le atañeron esa pronta salida no podían hacerse esperar. Luego de un largo viaje por Viena, persiguiendo pistas dejadas por su abuelo, Vladimir llegó a un callejón sin salida, al parecer las intensiones de su abuelo de seguir las migajas dejadas en ese país no serían contestadas de inmediato, así que había retomado el rumbo a su casa.

     

    Comenzó por sacudir el mostrador que en otro tiempo estaba pulido, para luego barrer y recoger la basura del suelo. En ese momento algo de magia le habría ayudado pero de momento su varita estaba perdida y no lograba encontrarla, luego de que unos bandidos los asaltaran y robaran todo en un oscuro callejón por el cual transitaba a altas horas de la noche, investigando una de las pistas.

     

    Al terminar de limpiar el local lo siguiente sería reabastecer la despensa y comprar algunas cosas de nuevo para volver a tener la imagen que tenia antes. Colocó candelabros y antorchas en las paredes y luego de eso se marchó hacia el mercado a comprar todo lo que hacía falta. Al final ya eran las 6 de la tarde y estaba listo para reabrir las puertas del local, todo había sido muy rápido para él y pensaba que le tomaría más tiempo del habitual. Pero la costumbre le ayudó a acomodar todo de nuevo en menos de un día.

     

    Los primeros clientes entraban meditabundos, preguntándose si realmente estaba de vuelta la taberna que tantas buenas memorias les había traído, efectivamente estaban acostumbrados a ver el local cayéndose a pedazos. Luego de un rato dejó de ingresar personas, habían unas diez entre viejos magos barbudos y brujas con sus excéntricos vestidos. Era bueno empezar de nuevo, su taberna era una de las cosas más preciadas para él, así que no dejaría que se cayera tan fácilmente. Ahora estaba rehabilitado para cualquier mago que quisiera pasar a su local a comprar un aguamiel o una cerveza de malta.

  9. ¡¡¡HOLAAAA!!!

     

    Pollitos lendos :3 vengo a abusar de uds (en el buen sentido) me gustaría, como parte de mi comienzo acá, un cambio de imagen, así que, ¿qué mejor forma de empezar que aqui? así que vamos a ellos.

    Para firmas/avatares
    Imagen: link
    Texto Firma: Vladimir Karkarov
    Texto Avatar (si se requiere): nop
    Medidas: 400 x 150
    Colores: lo dejo a vuestra opinión
    Otras especificaciones: ninguna :3
    asi que nada, solamente agradecerles de ante mano ♥
    • Me gusta 1
  10. —No hay de que preocuparse— dije aún sintiendo la suela del zapato en mi frente. —Lo importante es que usted se encuentre bien, ¿No se a torcido alguna extremidad en su practica de deportes extremos?— comenté sonriendo mientras sacudía mi tunica azul turquesa y bajaba la capucha de mi cabeza, dejando ver la cicatriz azul y el cabello oscuro que bajaba de ella. Sonreí amablemente al escuchar su disculpas y respondi con una inclinación de cabeza.

     

    Así que Selene... hmm.. me gusta tu nombre. Y...—dije viendo su rostro lentamente y tratando de inspeccionar un poco a la joven.—El placer a sido mío.—Respondí tranquilamente mientras veía sus movimientos, algo torpes debido a la verguenza, que hacía para ir a recoger sus sandalias, sonreí y le esperé a que se las colocara de nuevo. Me aproximé a ella y suspiré.

     

    ¿Qué tal si damos un paseo y así nos conocemos mejor?— le ofrecí mi mano para que se apoyara y caminara mejor en las irregularidades del terreno, mientras que el sol permitiera aún ver por donde andabamos, ya el día estaba cayendo y el sol se colocaba sobre el horizonte con un color naranja oscuro, haciendo que a su alrededor las nubes se tornaran de colores pastel anaranjados y celestes.

     

    @

  11. —¿Ramen?

     

    —Sí... creo que eso nos hace un poco de falta.

     

    Di un pequeño salto desde la terraza del castillo Karkarov para descender hasta los jardines sin hacerme ningún daño, mis poderes cada vez más se perfeccionaban y se hacían más estables. Desde que perdí la memoria hacia unas semanas atrás, había olvidado como controlar la magia y el poder que fluye en mi sangre.

     

    Me encaminé al callejón Diagón, para observar las cosas que extrañamente se me hacían muy familiares aunque en mi memoria nunca estuve allí. Sentía cada aroma, cada mirada extraña que me dirigían, escuchaba las palabras de los vendedores, todos brujas y hechiceros. La autoconfianza comenzaba a ser de utilidad para no titubear ante la mirada de los extraños.

     

    Luego de mucho andar y cansado, decidí entrar al primer lugar que vendiera ramen, así fue como di con The Ramen Kingdom, abrí las puertas del lugar y lo primero que impactó mi cara fue el olor delicioso de los fideos, estaba ambriento y no pensaría dos veces en comerme una olla completa de aquella sopa deliciosa.

  12. —¡Cuidado!

     

    Grité con rapidez al sentir el calzado de alguien sobre mi cabeza, pero al parecer no fue suficiente con jalarme el cabello y pisotearme la cara sino que también se cayera sobre mi rostro y golpeara mi estomago. —Al parecer hoy estoy de suerte...— susurré con la extraña persona encima mio, para luego levantarme y tenderle la mano a la chica que al parecer se había distraído de su camino, culminando en un accidente que por poco me deja sin aire.

     

    ¿Ahora llueven chicas? ¡El meteorólogo no habló sobre esto hoy...!— bromeé esbozando una pequeña sonrisa, el acontecimiento recién sucedido me sacó totalmente de los profundos pensamientos que el bello día me hacía mantener, la meditación por decirlo de esa forma. Observando mejor a la chica me di cuenta que se me hacía totalmente familiar y que tenía el sentimiento de que ya le había hablado en el pasado. ¿Pero quién era?

     

    Disculpe usted, joven hermosa, por interponerme en su camino—. hice una pequeña reverencia mientras que a la vez tomaba su delicada y nívea mano para besarle como un saludo. ¿Solo esperaba que mi barba no picara su piel? —Aunque tengo el leve presentimiento de que la conozco, o al menos que hemos dialogado en algún momento, en este momento no recuerdo su nombre— pregunté mientras examinaba los ojos violeta lentamente. —Por cierto, mi nombre es Vladimir Karkarov, para servirle— hice una pequeña reverencia y seguí observando su belleza, era la mejor coincidencia que me ocurría en el año.

     

    @

  13. —Al fin un poco de aire libre...—

     

    Caminaba lentamente por los prados verdes y llenos de color del campus universitario, luego de una pequeña clase a la que asistía de magia. El sol comenzaba a bajar lentamente por entre los arboles altos y robustos de cedro, pino y demás especies. El aire corría frío y rápido, avisando que las primeras nevadas estaban cerca. Me aproximé a las raíces de un sauce y me senté allí, a pasar el tiempo viendo a las personas caminar, a las pequeñas aves ser alimentadas por sus padres y a la distancia el bosque que se alzaba imponente en el firmamento.

     

    Tenía mucho que pensar, muchas memorias habían sido borradas de mi cabeza y me sentía sin lugar, un autómata por la vida, lo único que me alentaba a seguir adelante era la magia, el poder hacer cosas sin igual. Comprendía que seguramente mi paso por la vida iba a ser inadvertido, posiblemente nulo, sin embargo lo importante era ser feliz con lo que el destino deseaba darnos. Así que ahí estaba, sentado viendo las horas pasar.

     

    @

  14. Hola chicos/chicas paso rápidamente a enlistarme :)

     

    Nick: Vladimir Karkarov

    Área de interés: Duelo, Rol, Social

    Skype: mija.cortes (ya estoy en el grupo del EF de wats por si quieren mi #)

    Creo que para remarcar, el área del duelo siempre ha sido mi favorita, aunque ahorita tengo varios meses de inactivad y tengo que pulir alguno que otro herrumbre por ahí. Cualquier cosa para una simu o un duelo no duden en contactarme, igual para lo demás, si está en mi mano con gusto ayudaré.

    Nos vemos :)

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  15. ¿Cissy?

     

    Contuvo un poco la respiración, a la vez que se quedaba paralizado en la entrada de la puerta, le parecía extremadamente curioso que se cruzara con ella luego de que desapareciera misteriosamente de la trama en donde ambos estaban trabajando para resolver un misterio. Aunque la primera impresión fue un poco impactante, la voz de Juv le trajo los pies a la tierra, siendo la primera que saludase con un pequeño beso en su mano cortezmente.

     

    Señorita Malfoy, señora Mcnair. Un placer estar acá con ustedes.— les dijo a ambas mientras daba unos paso dentro de la estancia oscuramente decorada, al menos el lugar parecía una verdadera guarida de las Artes Oscuras. Se sentó donde le indicaba la Malfoy, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda luego de que le tendiera un cuenco con un liquido negruzco. Lo olió, pero solamente tenía un olor algo rancio y añejo, parecía una poción a base de plantas. Así que primero espero a que su profesora terminara de hablar, mientras sotenía la sustancia en su mano.

     

    Muy bien señorita Malfoy, le seré sincero y extremadamente resumido: las artes oscuras simplemente es la rama de la magia que estudia las diferentes formas de hacer el mal...—hizo una pequeña pausa—Aunque claro está, mis intensiones con la materia no son esas, siempre he sido inequivoco partidario de que el conocimiento debe ser universal. Una persona instruida es una persona que no va ser burlada, ni amenazada ni mucho menos va a ser tomada de menos.—

     

    Observó las cosas que rondaban por el oscuro cuarto, algunas las reconocía como en el caso de la mano de la gloria, los grindylows, y otras partes de animales algo prohibidas en el mundo mágico, por suerte, para esa clase, esas cosas se mantenían lejos del publico.

     

    Y como le decía, joven hermosa, las formas de hacer el mal son muchas, criaturas, hechizos y pociones... pero si lo ve de esa manera puede que catalogue el tema como tabú, como actualmente se hace en la sociedad mágica londinense. — tomó un poco de aire mientras escuchaba lo que decía Cissy sobre las leyes. —Realmente me parece un tema bastante controvertido lo de las leyes... en Durmstrang no son así. Le daré mi punto de vista: las leyes están hechas para romperse. Una persona que se someta bajo cualquier ley que le coloquen sobre las narices, es una persona que se sometió a la esclavitud, y prefiero morir mil veces libre que como esclavo.... Ahora, bien, hay ciertas intensiones malevolas que pueden ser penadas, como atacar a personas inocentes— hizo una pausa mientras se dirigía hacia Juv de nuevo.

     

    —Y cuénteme ¿Qué debo hacer con ésto?— preguntó, alzando el recipiente en dirección a la Malfoy.

     

    **off: perdon por ser tan escueto, ando sin inspiración u.u

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  16. No...no se preocupe usted, joven mago, ya me iba.—

     

    Respondió con lentitud, esbozando una pequeña sonrisa mientras tragaba a duras penas las palabras que deseaba responder. Observó lentamente por encima del hombro del mago que le recibía, para observar si podía ver a Jessie una última vez. Le tendió la mano y se la estrechó, mientras que a la vez depositaba en él el único objeto que tenía de su pasada vida con ella, la joya que se había negado a olvidar, ahora estaba en manos de alguien que no conocía. Era el final de una historia.

     

    ¿Me harías el favor? Dáselo a Jessie...— le pidió, con una mirada relfectante por el brillo que las lagrimas de sus ojos esbozaban, el mago cuyo nombre es Thomas observó el objeto alumbrando en la palma de su mano, siendo responsable por él a partir de ahora, mientras tanto, Vladimir gracias a sus poderes de aparición, se esfumó con el viento, para ya nunca más regresar a ese lugar, salvo en ocasiones que lo meritaba. <<Gracias, por todo...>> pensó, en su viaje a la taberna más cercana.

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  17. No te preocupes, joven amiga, no pasa nada. — comenté mientras observaba la vestimenta de mi amiga.
    —¿Sabes? se te ve muy bien el vestido que llevas—dije, tratando de no sonrojarme, pero me gustaba darle un elogio a mis amigas de vez en cuando, era esa parte esencial de hacer sentir bien a mis amigos.
    Gracias por lo de la cerveza, es una formula que inventé yo. Espero que de verdad te guste.—le respondí de forma tranquila mientras observaba hacia ahora del local de forma pensativa.

     

    —Antes si.. antes venía mucha gente... ahora casi nadie se pasa. Me he sentido solo y con el accidente que tuve pues estoy solo y golpeado.— comenté, con un deje de nostalgia en mi voz, sin embargo tomé un suspiro y volví mi mirada hacia Mary. —¿Qué hay de ti? La última vez que te vi... bueno, ya sabes donde fue.— dije, tratando de referirme a la Fortaleza Oscura lo más cauto posible. Sabía que las paredes tenían oidos, así que más vale ser cautos.

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  18. —¿Caccius, sientes eso?— le pregunté mientras observaba a mi elfo con una mirada de duda, en lo alto de la Torre Sur del Castillo Karkarov. Sabía muy bien de donde procedía y del porqué. Me temblaban las manos, y no sabía realmente como reaccionar. —Caccius, por favor... vete a ayudarle a mamá... necesito estar solo un momento.— suspiré, cuando por fin se había retirado el elfo. El sonido provenía de un amuleto que vibraba contra una caja de madera, emitiendo un sonido parecido al de un escarabajo penetrando la madera, además, se iluminaba en una infinidad de colores cambiante.

     

    Jessie... mi vida, ahora qué está pasando...— me pregunté a mi mismo, como un tonto, como si la respuesta fuera a caer dentro de mi por arte de magia. Sostuve el amuleto que en ese instante alumbraba con un tono rojizo, indicándome furia y peligro dentro del corazón de Jessie. Entonces esto era un encrucijada, ¿realmente debía correr a donde ella luego de que me dejara plantado en la boda (solo porque la secuestré)? medité unos segundos, tomando valor para saber exactamente que hacer. El amor, ganó.

     

    Escogí el atuendo de siempre, el habito de sacerdote color azul que debía vestir siempre para que mis poderes pudieran salir dentro de mi. Y sobre mi cabeza, solamente el largo cabello cayendo hasta los hombros, aunque cabe mencionar que no me sentía muy bien, mi barriga había crecido gracias a los litros de cerveza y mi retiro en los confines de la torre, aún así, seguía en buena forma y presentación.

     

    ¿Nervioso? Sí un poco, iba a irrumpir en una mansión sencillamente porque una joya me lo decía. Pero sin ella, moría, moría por ella y por el amor en si. No podía estar separado de ella, porque sin ella, muerto estaba. Un incesante deseo de correr a abrazarle me invadía con cada paso que daba sobre el jardín, cada latido de mi corazón solo decía su nombre, dejando afuera toda maldad.

     

    Toqué la puerta con los nudillos, con golpes suaves pero a la ves lo suficientemente audibles para que me escucharan. Sabía que el brazalete que llevaba puesto se iluminaría como un faro al sentir cerca la presencia de su segunda parte, la parte que la completaba, su otra costilla. Tenía la leve esperanza que fuera ella quien me recibiera en el portico, pero sabia que la vería esa noche y nada me hacía más feliz que eso, aunque fuera en momentos de peligro para ella.

     

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  19. ¿Jessie?¡Vaya pero que coincidencia la del destino!

    Respondió a su saludo de forma tranquila, recordando la última vez que la había visto, realmente le parecía encantadora, inteligente y sobre todo una bruja de varita tomar. Le abrazó, rodeando su espalda con suavidad y esbozando una pequeña sonrisa.

     

    Bueno, solamente veía a preguntarle a algún encargado sobre los requisitos para poder comprar acá... ya que tengo algunos galeones de sobra- ¿Tu que consigues por estos rumbos, joven hermosa?— preguntó, mientras le agradecía con una reverencia al intendente y se alejaba junto con Jessie a una de las bancas. Ahora le parecía más sencillo que antes el comprar algunas cosas.

     

    —Espero que no estés planeando una poción multijugos, jovencita.— inquirió una ceja enarcada y una pequeña sonrisa cuando finalmente se habían sentado tranquilos.

  20. Hoy será un gran día Caccius!— se acercó al largo ropero de madera oscura y dos puertas al frente, de donde sacó un traje normal con una pequeña sonrisa en su cara, viendo lo hermoso que había quedado la prenda recién cosida y tintada en su nuevo hogar, el castillo Karkarov. Luego de colocárselo con ligereza, se encaminó hacia su escoba, en donde volaría hasta el Concilio de Mercaderes.

     

    Al llegar al lugar, encogió su escoba con la floritura de su varita para luego echarla el bolsillo de piel que colgaba de su hombro y en el cual llevaba todos sus galeones. Se acercó con paso lento hacia uno de los intendentes, en donde en primer instancia le saludó con una leve reverencia.

     

    Disculpe mi ignorancia, joven.—le dijo con cortecía —¿Pero puede usted darme los requisitos para poder comprar en la planta?— le preguntó, con una pequeña sonrisa en su cara.

  21. Era otro día normal en el local, el ambiente se sentía tranquilo gracias a que no había un solo cliente, era un poco temprano para que comenzaran a llegar. Volteé a ver el reloj de reojo y me di cuenta que eran ya la una de la tarde, el día se estaba pasando demasiado rápido, pero eso no me importaba, entre más rápido mejor, así podría ir a dormir antes, que mis huesos me lo estaban pidiendo a gritos desde el interior de mi suave carne magullada debido a las contusiones de la caída. Limpié un poco la barra de por sí ya limpia hasta que quedó reluciente como un espejo, luego no lo soporté más y me dirigí hacia la cocina, para inspeccionar que todo estuviera limpio y comprobar el inventario.

     

    —Jefe, hay una señorita buscándole en una de las mesas.— le respondí al elfo con un movimiento leve de cabeza, para luego suspirar. Me encontraba sentado en un banquillo y lo último que quería era caminar de más. Aún así, tomé fuerzas para impulsarme y caminar hacia la gran sala, adornada por las pequeñas luces color miel y el ambiente hogareño que lo rodeaba.

     

    —Vaya, vaya... pero mira quien apareció.— comenté, luego de haber recorrido el trecho entre la barra a la mesa que se encontraba junto a la ventana más grande, adornada con unas cortinas blancas, con la madera tallada en forma de flores y plantas. Tomé asiento justo en frente de la joven, luego de propinarle un cálido beso en la mejilla.

     

    —Veo que ya probaste la especialidad de la casa. ¿Qué te parece la aguamiel?— pregunté, mientras observaba lentamente a la Croft en frente mío en la hermosa mesa de madera rústica.

     

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  22. Se adelantó a la madrugada, extendido en la suave cama tintada de colores oscuros y unas pequeñas sombras que se movían sobre la superficie de ésta gracias a la ondeante llama de una taciturna vela. Vladimir se levantó, dando un largo bostezo conforme colocaba los pies en el frío suelo de piedra, sus huesos y extremidades sonaban al ritmo de cada paso. Su mente aún dormida le ordenó caminar desnudo hasta la fría ducha, donde lavó su cuerpo entumecido con una fría agua que caía sobre su piel cual agujas afiladas, despertando en el momento.

     

    Se encontraba en su habitación, sobre lo más alto de la Torre Sur del Castillo Karkarov, en una única y especial decoración que le hacía parecer una inmensa cúspide de arboles dentro de una bóveda, bañada con los rayos finos del sol. La brisa matutina refresca el ornamento dorado y verde de las distintas salas, manteniendo un aire liviano que le ayudaba a oxigenar mejor el cerebro.

     

    Luego de contemplar un poco el escenario de su habitación salió dando un golpe a la portilla que se encuentra en el techo, justo en ese momento arribó un halcón portando una carta en su pico para no desequilibrar su delicado vuelo, alzó su mano izquierda y se posó sobre su ante brazo con firmeza, entregándole la carta la cual rompió en el acto para leerla.

     

    —Gracias— Le dijo finalmente, viéndolo desaparecer por el cielo teñido de hermosos tonos azules y naranjas.

     

    Llevaba su abito azul oscuro como de costumbre, el pelo por detrás de sus orejas, la mirada fría y penetrante. Se preparó mentalmente para hacer frente a la continuación de sus poderes en las artes oscuras que estudió en el Instituto Durmstrang. Pensaba que su arte debía perfeccionarse y utilizarlo como defensa contra sus enemigos, para algo se habían creado maldiciones tan poderosas y antiquísimas.

     

    Se dejó caer en el vacío, para luego transformarse en una oscura y voluminosa bola de humo negro, viajando hasta la Universidad en un par de minutos, aterrizando con ligereza en una zona poco transitada, donde no llamaría la atención. Recorrió los pasillos de adoquines, ondeando la capa que llevaba sobre sus hombros, regido como un roble y mostrando su orgullo en la mirada. Dobló sobre su tacón en la puerta de madera característica, la cual se encontraba cerrada a cal y canto.

     

    Tocó la puerta con dos movimientos secos de sus nudillos, esperando que le abriese quien vaya a ser su instructor.

  23. Era extraño que el joven ruso caminara a esas horas por el callejón, tan lleno de luz y de gente. Pero ahí estaba, deambulando como un alma en pena luego de salir del castillo Karkarov rumbo al callejón. Sus pasos distraídos le guiaron hasta un local que recordaba ya haber pasado, hace mucho tiempo ya, en sus tiempos de cuando pertenecía a la orden del fenix. Encontró algo de melancolía, decidió entonces entrar, lentamente, sin que nadie lo viera.

     

    Haber entrado al lugar le traía muchos recuerdos, tanto buenos como malos, pero principalmente buenos, así que decidió sentarse en una de las mesas sin compañía, solamente con el recuerdo de su pasado, sintiendo nostalgia sin embargo su semblante serio no lo expresaba, al final era humano.

     

    Fue entonces que pasados los minutos reconoció una cara, se trababa de Ariane, una chica a la cual había conocido en la orden hacia ya varios años. Estaba inseguro de ir a hablarle, por dos razones, la primera que seguramente no lo reconocería y la segunda que a lo mejor lo había olvidado. Se levantó, dando pasos despacio y se acercó hasta ella, dándole una leve reverencia.

     

    —¿Eres Ariane, verdad?

     

    Le preguntó, con un poco de pena mientras se sonrojaba levemente.

     

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