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Vladimir Karkarov

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Mensajes publicados por Vladimir Karkarov

  1. —No pasa nada hermosa—. Dijo, respondiendo el comentario de su querida Ariadna. Se acercó a ella, dándole un cálido abrazo, rodeando con sus fuertes brazos la cintura de la chica, mientras que se acercaba a su mejilla para darle un tierno beso de bienvenida. La tomó de su mano, con una sonrisa de oreja a oreja, observando lentamente el vestido de la peli-azul, las facciones de su rostro y ese brillo esencial que emanaba de su cálida sonrisa. Se acercó a ella de nuevo, quedando ambos cara a cara, él con un poco de tensión en sus músculos del pecho, dijo:

    —Hoy estás espléndidamente radiante... hoy deberías ser la novia, ¿sabes?—

    Luego de su ultima frase, se sonrojó un poco. Observó a su alrededor, habían muchas personas y la mayoría de ellas se les hacía familiares u a otras las conocía por completo como en el caso de su ex novia. Sonrió de nuevo y sintiéndose más tranquilo guió a la joven con su brazo hasta quedar cerca del altar, donde vio primeramente a Leah acercarse, realmente se veía hermosa, además de tensa y nerviosa, totalmente algo valido para ser el día más especial de su vida.

    Sacó su varita y de ésta brotaron cientos de mariposas y chispas de colores que acompañaron al alto rango al altar, todo tomó más color del que había, sin saber quién las había convocado. Notó la sonrisa de la joven y la felicidad que brotaba de su ser. Volteó a ver en ese momento a su querida Ary y no pudo evitar pensar e imaginar el momento en el que algo de eso le ocurriera, no podía imaginar la felicidad que podían sentir Tauro y Leah en ese momento. Sin más, cruzó su brazo por detrás de la espalda de Ariadna y tomó su mano derecha con la misma mano, quedando ambos juntos sintiendo el cariño que se emanaban el uno al otro.

     

    Si bien Ariadna no se caracterizaba por ser cálida y cariñosa al inicio, el Karkarov se ganó el aprecio de su corazón y sentía exactamente lo que ella pensaba. Besó de nuevo su mejilla. —Oye, vamos, más cerca.— se desplazaron aún más hacia al altar, quedando muy cerca de éste, viendo exactamente lo que hacían las dos, las palabras de Beltis resonaron con poder y autoridad en la instancia y por fin, el matrimonio se consumaría. Por dentro, Vladimir solo les deseaba un duradero matrimonio.

     

    —Espero que tengan buen vodka...— dijo, finalmente, mientras observaba a la pareja.

     

    @

  2. Buenas B)

     

    Vengo a dejar unos cambios en la ficha... (prácticamente toda)

    Gracias.

     

     

     

     

     

    http://i.imgur.com/flzAvKz.png

    http://i.imgur.com/EethuVr.jpg

     

     

    Datos personales:

     

    Sexo: Masculino

    Edad: 19 años

    Nacionalidad: Ruso

     

    Familias:

    * Karkarov

    *Lockhart

     

    Padres Sanguíneos: Valkyria Karkarov BL. y Bastian Karkarov Malfoy

    Padres Adoptivos: Ishaya y Cye Lockart

     

    Trabajo:

     

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social: Unicornios de Bronce

    Bando: Mortífagos

    Rango dentro del Bando: Tempestad

    Nivel de Poder Mágico: --

    Puntos de Poder en Objetos: 20

     

     

    Puntos de poder en criaturas: Los pondrán los moderadores

    Hechizos adicionales: Los pondrán los moderadores

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: Los pondrán los moderadores

     

     

    Habilidades Mágicas:

    * Habilidad 1

    * Habilidad 2

    * Habilidad 3

     

     

    Conocimientos Especiales:

    * Aritmancia

    * --

    * Transformaciones

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    http://i.imgur.com/jvbm5QT.png

    Raza: Sacerdote (oscuro)

     

    Aspecto Físico:

    1,79m, 70 kg, delgado, caucásico, pelo a la altura de la madivula, aunque a veces lo ande corto o más largo, negro brillante, ojos azul claro. Pómulos rosados y labios color rubí. Puede aparentar ser débil, pero dentro de él guarda una gran fuerza y el poder que los tatuajes de guerra le confieren cuando se activan.

     

    Cualidades Psicológicas:

    Vladimir es una persona segura de sí misma, con grandes capacidades de hacer el bien pero con la desdicha de tener un poder maligno dentro suyo, lo cual le afecta en las decisiones de su vida. Compulsivo a la hora de hablar y con respecto a las decisiones que toma. Se le atribuye la capacidad de escuchar a los demás y tratar de dar consejos sin importar lo que ello conlleve. Amistoso y bastante hablador de vez en cuando. Preferencia por la cultura gótica y del sigo XVIII, XiX. Saber su pasado no le afecta en nada. Tiene debilidad cuando amenazan su familia o algún miembro de su bando.

     

    Cuando se trata de los miembros de la Orden del Fenix o de muggles entrometidos, Vladimir no tendrá piedad alguna ni reparos en asesinarlos. Pero considerando que sea cual sea su enemigo, el joven siempre mantendrá el respeto y dignidad que una persona merece. Es una amante de la flora y la fauna, siendo así que sacrificaría vidas en nombre de protegerla. Su bebida alcohólica favorita es el vodka y los cigarros mentolados.

     

     

     

     

     

     

     

     

    http://i.imgur.com/dJkCRfM.png

     

    En la lejana tundra helada de la zona de Rusia, se encontraba una solitaria montaña, escapada por el viento y desprovista de árboles y vegetación. En la cual vivía un poderoso mago amigo de Merlín. Igual que la montaña el mago estaba desprovisto de compañía alguna, inclusive sin animales. El pobre mago se sentía muy mal por tanta soledad, en la mística y hermosa noche no se acompaña más que de una candela y un libro, pero esto al mago lo tenía cansado, su corazón deseaba compañía.

     

    En el destierro lejano del mago, nadie conocía su dolor, así que el mismo creó un método para encontrar compañía, crearla sería más adecuado a las ideas del poderoso mago. Un buen día de primavera se encerró en su habitación releyendo los libros suyos que hablaban sobre humanos simbióticos e hijos del Sol y la Luna El pobre tan afanado en su tarea olvidó comer y hacer otras tareas durante dos semanas.

     

    Justo cuando su esperanza se estaba acabando, encontró lo que buscaba: Misterios del Rey Xarxis III, el cual describe el proceso para crear un ejército de fuertes hombres con tan sólo la luz del Sol y la Luna. El proceso era simple pero requería una gran paciencia y materiales difíciles de conseguir. Así que el mago ciego por la visión de crear vida de la nada y que eso le ayudaría a sentirse más acompañado, prosiguió con su plan; que en el interior de su alma, también deseaba vengarse del exilio en el que otros magos lo encerraron.

     

    En el volumen los ingredientes y pasos estaban descritos con claridad: un cuerpo humano, una piedra filosofal, sangre humana, plumas de fénix, cabellos de thestral y un hueso de la Muerte. En cuanto el proceso, se describe una mesa de piedra provista de cuatro prismas rosados en las esquinas con un triángulo de fuego en el centro, donde la luz de la luna y el sol serían reflejados en el cuerpo, para darle vida junto con los ingredientes.

     

    El mago convencido de que el proceso funcionaria, se encapucha y salió al valle de la Muerte, para enfrentarla y robar un hueso suyo. En las sombras de la montaña se reflejaba el Vacío, él sin embargo no se detuvo. Llegó ante el trono de la Muerte agarrándola por sorpresa y con un hechizo la paralizó, luego se aproximó ante ella con cuidado de no ser visto por uno de sus lacayos y con una daga arrancó su costilla.

     

    Los demás ingredientes serían fáciles de conseguir, robó una piedra filosofal a Nicolás Flamel y robó un cadáver de un cementerio, de por sí ya fama de necrófilo tenía el desdichado mago. De conseguir estos materiales tan deprisa, llamó mucho la atención de sus opresores y de inmediato se formó una asamblea de los magos más poderosos para matar al desquiciado mago. Pero esto él ya lo sabía, así que en un último intento de realizar sus planes con éxito, preparó un transportador hacia el castillo Myrddin, para justo después que tuviera a su acompañante huiría de ese lugar.

     

    Un último detalle le faltaba escondido en una adivinanza: muchos días pasan separados el sol y la luna, uno tras el otro, en un aparente ciclo sin fin de persecuciones agonizantes pero eso cambia cierto tiempo cuando el amor de ambos está junto. El mago contempló el marco de la locura con semejante adivinanza, su vida era la magia, no la astrología. Sus enemigos se acercaban y el día que debía tener todo preparado seguía incógnito y muy cerca estaba de pasar su oportunidad.

    Decidió dar una rápida visita a su amigo Merlin en el Castillo Myrddin y preguntándole la adivinanza, Merlin respondió:

     

    -El eclipse, amigo mío.-

     

    El mago contempló la felicidad momentánea al saber que un eclipse se produciría dentro de dos días, un eclipse de Sol. Volvió a su fría montaña, pero también estaban allí sus enemigos. Asi que el mago muy intrépidamente, derrumbó partes de la montaña para impedir el paso de los magos, eso sólo los retrasaría, con suerte, lo suficiente para terminar su proceso y huir. Preparó los detalles finales, alistó su equipaje y con mucha más suerte lograría salir impune de todo eso.

     

    Regresó a la cámara ceremonial en donde todo estaba preparado, en unos minutos el eclipse se realizaría y si todo era cierto, tendría un hijo del sol y la luna. El vacío cadáver se encontraba en la mesa de piedra garabateada con símbolos mágicos, rodeado de una llama azul. Dentro de poco la luz atravesaría el techo y reflejaba en los cristales para al final, junto con el poder de los ingredientes revivir una nueva alma en el cuerpo hecho polvo.

     

    El grupo de magos, presintiendo algo siniestro, se apresuraron y lograron irrumpir en los aposentos del mago, minutos más tarde todos juntos y el mago se encontraron en la cámara ceremonial donde el proceso estaba listo, pero faltaba un ingrediente no detallado antes, la sangre de demonio. Por suerte uno de los magos es un gran demonio el cual, sin consentimiento el ritual lo tomó y sacrificó sobre la nueva criatura.

     

    Al presenciar tal acto, los mago no esperaron más y ejecutaron al mago solitario con apenas oportunidad de defensa, él al fin descansaba de tan larga vida ahora se encontraba desvanecido con una melancólica sonrisa en su rostro. El grupo de magos, creyendo que por morir el mago se acaba el ritual, pero no fue así, el ritual se completó y dio forma a un nuevo ser a semejanza de su creador, ósea el mago. Hay quienes afirman que la criatura era el mago en una versión de su juventud.

     

    En un indeterminado tiempo, la criatura despertó con los recuerdos esenciales como leer y escribir, lo primera que vio fue el cuerpo de su creador, sosteniendo un diario en cuyas páginas decía todo para su creación, en caso de no poder estar allí presente. Su nombre para empezar, «Vladimir» y la forma en que fue creado, que esperaba que algún día tuviera una familia, un hogar y sobre todo mucha compañía. Explicaba cómo salir de la ratonera en la que se encontraba, por medio de un transportador con forma de bota. El joven Vladimir se vistió y se apoderó de la varita de su creador.

     

    Al estar listo, cogió la bota que lo esperaba. El viejo mago era más sabio de lo que aparentaba, de que él incluso pensaba, porque programó la bota para viajar en el espacio-tiempo, hacia el futuro donde nadie los conocía, donde los dos podrían tener paz, pero el mago no tuvo la suerte que requería.

     

    Es hora de comenzar una nueva historia.

     

     

    Vladimir se había encargado de rastrear a todos los magos de los que se había extraído sangre para su propio cuerpo, casi todos estaban muertos, excepto dos. Esos dos magos aún no habían nacido cuando la creación del mago se efectuó bajo la influencia de los dos astros más importantes de la Tierra. Ahora el joven, un Karkarov más, le daba la pequeña espina de que su creador había viajado en el tiempo para tomar las muestras de sangre de Bastian y Valkyria Karkarov, un extraño método utilizó, pero al parecer bastante funcional, ya que podía sentir la magia de sangre con cada paso que daba hacia el hogar de los rusos.

     

    Al entrar por la puerta principal, vistiendo su hábito color azul y su capucha, ésta vez sin estar sobre su cabeza, se encaminó por entre los hermosos jardines, jalando un petate con las pocas pertenencias que le quedaban. A su lado, su fiel compañero Caccius caminaba tranquilo, cargando sus cosas y vistiendo una de las tantas prendas que su amo le había regalado. Su servidumbre era voluntaria, por lo que podía irse en cualquier momento, sin embargo no lo haría ya que ambos se debían la vida en incontables ocasiones.

     

    Sentía bastantes nervios con cada paso que daba, cada vez se acercaba más a su familia, a su verdadera familia, ya que según las notas que pudo rescatar la primera sangre que recibió en su cuerpo era la de los Karkarov. Por su mente cruzaban miles de palabras con las cuales podía comenzar su historia dentro de la familia, con las cuales podía explicar que aunque nunca hubieran tenido un hijo, él lo era. Iba a ser difícil para él, pero valía la pena, tenía la necesidad de sentirse en un hogar, aparte de su familia del bando mortifago. Debía ser claro y conciso con su historia y demostrar las pruebas que había traído de sus largos viajes.

     

     

     

     

     

     

     

    Pertenencias:

     

    Objeto Mágico Legendario: --

     

    Objetos Mágicos:

     

    Objeto 1: Varita mágica de cerezo con núcleo de cabello de thestral, con 11 pulgadas de largo. Blanca con el mango en forma de cabeza de dragón con ojos esmeralda, y bordes dorados a lo largo de ella.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2:--

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Elfos:

    * Elfo 1: Caccius

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

    Pasaporte obtenido

    Licencia de Aparición: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

    Licencia de Vuelo de Escoba: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

    Registro de XXX: Se obtienen en los departamentos ministeriales (por ejemplo, registro de criaturas, registro de animagia, etc.)

     

    Cronología de cargos:

     

     

     

     

    http://i.imgur.com/j7vaCtU.png

    http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Gala%20Bosque%20Prohibido%202012/00%20Del%20Bolsque%20Prohibido%202013/00Trof/14-Vladimir_zps71cbfb97.gif

    http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Gala%20Bosque%20Prohibido%202012/00%20Del%20Bolsque%20Prohibido%202013/01Perg/th_CAT_14_Vladimir_zpsd8752569.png

     

     

    Link al Perfil de Comprador MM: --

    Link a Bóveda Personal: Bóveda No. 97830

    Link a la Bóveda Trastera: --

    Link a Bóveda de Negocio: Bóveda 106201 Negocio The Winking Skeever

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 78568 Familia Karkarov

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda 78568 Familia Lockhart

     

     

  3. -Esto es triste...- comenté a mi elfo enarcando una ceja al ingresar a los terrenos del castillo.

    -¿De verdad tengo que venir?-

    -Cállate y anda, las bodas no muerden.-

    -Pero...-

    -¡Shhh, callate!-

    -¬¬ *berrinche*-

     

    Si bien mi elfo me trataba como si fuera un padre, le tenía mucho aprecio, aunque a veces sinceramente me desesperaba. ¿Extraño no? pues en sí, no, él es un elfo libre y me sigue solo por convicción propia y por la protección que le daba, así es como Caccius me seguía a todo lado y como en esta ocasión hizo quitarme mis harapos hermosa túnica para colocarme un feo bonito traje como éste.

     

    -¿De verdad tengo que ponerme esto?-

    -¡Deja de renegar y pontelo, que ya vamos tarde!-

    -Pero yo... yo quiero mis trapos de siempre :( -

    -No vas a ir vestido como un mendigo a la boda de tu líder, Vladimir. -

    <<Uhgmmm maldito anciano, no entiende la moda victoriana>>

     

    Y así, transcurrimos todo el tiempo, las cosas más sencillas, se vuelven triviales para ambos.

     

    -¿Pero que c******?- (sí, Caccius es español)

    -¡¿Que?!-

    -No pretendes llevarle un pulpo de de 20 metros de largo como regalo... ¿o sí?-

    -Qué tiene de malo, le gustan...- :perv:

    Hace una seña de clara frustración.-Que voy a hacer contigo...-

    -Ok, ya entendí. :(-

     

    Es una lastima, ese pulpo le habría caído bien a Tau y viceversa y a lo mejor a Leah también, aunque pensándolo bien, se parecía a Cthulu. En su ausencia, le regale un aburrido, bonito perrito y una gran anaconda.

     

    *tose* Perdón, me equivoqué de anaconda.

     

    -Tengo que serte sincero, Caccius, la bichereja ésta, parece que tiene vida propia...-

    -Es que la tiene. Solo debes saber hablar parcel.-

    -¿Y si cuando se la damos hace un alboroto?-

    -Por tu bien será mejor que no, no querrás arruidar la boda un alto rango y la líder mortifaga.-

    -Tienes razón...*petrificus totalus*.... buenas noches, querida.-

     

    Y así es como por fin, cargando una cesta de madera conteniendo una serpiente gigante y un cachorro...

    -¿Espera qué?-

    -¿Qué?-

    -Dime que no se te ha ocurrido meter al cachorro junto con la serpiente...-

    -¿Yo? ahm... no, claro que no, ¡que va!-*cara inocente*

    -Cuando usarás el sentido común, Vladimir. - U.U

     

    Y una vez rescatado el cachorro nos adentramos aún más en los jardines del castillo, hermoso por cierto, aunque le hacía falta algunas cosas, más arboles por ejemplo, le daba un 9 de 10.

     

    -Hay tanta gente... soy alérgico a la gente.. ¡pasame mi mascara mortigata!.-

    -No seas dramático... andando. -

     

    Ambos nos situamos en la puerta, requeríamos de la invitación previamente dada por Taurogirl, así que una vez dispensada ésta, podíamos seguir nuestro camino hacia el interior del castillo. -Vaya que ser un líder deja pasta, tío.- comentó, admirando las cosas y la decoración del castillo. Codee su espalda y le hable al oído -No lo digas tanto alto... pueden pensar que eres un lad.... ¡¡¡Qué!!!, ¿en que piensas, nos vas a meter en problemas?, ¡devuelve esa katana ahora mismo!- todo en susurros. Si bien le llevaba ganas a la katana, el solo hecho de que me vieran con ella supondría una expulsión del bando y seguramente mi muerte.

     

    Nos instalamos cerca de la chimenea, esperando a la gran hora o a ver si alguien se acercaba a saludarnos.

     

    @ @

     

    off: ¡Felicidades chicas! *apapachos* espero que la esten pasando genial *-* y que esto sea una boda inolvidable para uds dos :3 me alegra muchisimo esto, porqué sé que hay faje, digo, amor :love:

     

    Disfruten chauuu!

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  4. -En seguida joven-

     

    Comenté mientras observaba lentamente a la recién ingresada cliente, al mismo tiempo preparaba con rapidez un tarro con cerveza como me había pedido, además del acompañamiento, unos pastelillos dulces horneados por la elfina domestica. La verdad estaban deliciosos, su color y su textura eran inigualables, canela, manzana y pedazos pequeños de esta fruta a su al rededor, era toda una obra de arte por parte de las finas pero precisas manos de la cocinera.

     

    -Aquí tiene, que le aproveche-

     

    Moví mi mano para que la música de fondo comenzara a sonar tranquilamente, se atizara el fuego para que los pocos clientes que habían se comenzaran a sentir como en casa, aunque no hacía falta el fanfarrón que comenzaba una pelea dentro, la cual terminaba con mis propios puños. Al observar de nuevo a la recién integrada bruja, supe de inmediato que se trataba de una Mcnair y no de cualquiera, sino de su propia matriarca, lo sabía por su postura, su atuendo y sus joyas, pertenecía a la nobleza mágica, sin embargo no quería interrumpir su bebida y me posé sobre mi hombro en una pared , observándole desde el final de la barra.

     

    Mi vestimenta era la misma de siempre, me sentía una fotografía, usando lo mismo todos los días, al menos así, me evitaba tener que lavar tanta ropa y tan seguido, porque a diferencia de otros magos, no podía dejarle mi trabajo a lo pobres elfos que ya de por si tenían mucho. El atuendo azul de hechicero y la capucha me daban un aire místico y trascendental, o al menos, así lo pensaba y por eso es que escogía tanto este atuendo, además de sus diversas utilidades como su impermeabilidad, sus dos bolsillos moka cosidos a los lados y próximamente estaba trabajando en un hechizo para activar su invisibilidad.

     

    Mientras pensaba todas estas cosas, observaba lentamente a la joven, curioso, preguntándome quien es.

     

    @

  5. Divied E. Potter Black vs Vladimir Karkarov, Templo Budista

    -¿Así que un templo budista?- comentó Vladimir inquiriendo una postura un tanto pensativa al verse reflejado en el espejo de su habitación. Le agradaban los lugares naturales, donde lo único que podía encontrar fuera vegetación, donde ningún muggle pudiera interrumpir el duelo; sin embargo no menosprecia ningún duelo por su ubicación, ni por su contrincante, en especial éste que es de una muy buena idea por parte del bando. Alababa a los líderes por la nueva oportunidad de aprender más de duelo. En cuanto a su adversario en esa ocasión, sería Divied Potter. Se encaminó fuera de su torre en el castillo Karkarov, totalmente desnudo, mostrando sus marcados pectorales y abdomen, luciendo su larga cabellera color negro y ocultando el rubor que le provocaba el que los elfos de sus familiares le vieran así.

    En un instante, se desmaterializa en una inmensa nube de humo color rojo oscuro, con la cual se transportaría al lugar del duelo en un santiamén. Al llegar a la zona, tuvo que recorrer al menos quinientos escalones para llegar a la parte de la cima en donde se encontraba al lugar del duelo. Subió las gradas una por una, recordando todos los hechizos y estrategias que el cerebro podía almacenar. Llevaba gotas de sudor en su frente, con el ceño fruncido y la varita en su mano izquierda, ya que se podía catalogar como ambidiestro. Al llegar a la cima, tomó una gran bocanada de aire y la soltó lentamente. No estaba nervioso, ya era algo que había hecho cientos de veces, la diferencia y que nunca era fácil aceptar a la primera es que tenía que matar a un compañero de bando, aunque no necesariamente debía hacerlo. Era la pequeña línea que separaba un duelo amistoso de uno a muerte.

    El lugar era bastante bonito, en la entrada principal, justo antes del lugar en donde se encontraría lo magos una estatua de Buda de al menos dos metros de alto y media tonelada de peso daba la bienvenida a los que por sus puertas entraban. En el patio interior, donde el bong resonó fuertemente y ambos magos se ubicaban, no existía más que una hermosa plaza redonda con adoquines color marrón y verde, rodeado por exactamente treinta columnas de jade color verde, de al menos unos ocho metros de alto por medio de ancho y una tonelada de peso, la arquitectura de ese lugar era impresionante y guardaba muy bien la cultura. En las columnas no existía más que unas enredaderas que bajan por éstas hasta el suelo, luego de las columnas, solo había una gruesa pared de piedra reforzada con mortero, de quince metros de alto. Ambos magos estaban en una linda jaula con aspecto oriental con muy pocas puertas por donde se podía acceder a pequeños jardines.

    Vladimir al entrar al ruedo, las puertas se cerraron, por lo que si querían salir de ahí solo habían dos formas: en una bolsa para cadáveres o rompiendo las puertas, aunque claro, esto no le gustaría a los 20 guardianes del templo y atacaran a los dos magos sin pensarselo dos veces, por lo que había que ser precavidos y pensarlo dos veces. El joven Karkarov dio sus pasos seguros e hizo una leve reverencia a quien sería su oponente de ahora en adelante.

    -Te lo pondré fácil, niño- dijo una vez que estaba a diez metros de él -Primero que nada no te me quedes viendo así, ¿acaso nunca viste a alguien desnudo?- resopló y pensó de nuevo sus palabras -Si te gusta jugar rudo, jugaremos rudo, pero si no, podemos dejar esto en...- hizo una pausa ligera recordando el hermoso rostro de su amada Jessie y a la cual no lastimaría de ninguna forma, menos, haciendo daño a su hermano -Podemos dejarlo en heridas leves- terminó con una pequeña sonrisa ladeada y guiño su ojo derecho. Estaba listo para comenzar el duelo.

    No tuvo que esperar mucho para darse cuenta que el muchacho iba con todo, en un instante doce medias lunas salieron de su varita en dirección a él. Vladimir frunció su ceño y curvó los labios para soportar el dolor que las tres medias lunas que impactaron en su pecho no le provocan mucho dolor. Las demás no tuvieron la oportunidad de impactar el cuerpo del mago. La sangre color carmín recorría el marcado abdomen de Vladimir hasta llegar a sus rodillas. Sonrió y apuntó con su varita.

    -Seneca- el hechizo era sencillo, de ahora en adelante la resequedad en la garganta del mago le impedía hablar con facilidad durante tres turnos, por lo que, solo le quedaban pocas palabras que decir en su proximo turno. Vladimir entonces aprovechó el momento para sacar las medias lunas de su pecho para que no siguieran lastimando, haciendo que éstas cayeran al suelo rodando como platillos de metal liviano.

    Fue entonces cuando los ojos del Karkarov brillaron color azul intenso y de su cuerpo brotaron líneas del mismo color, una pintura de guerra que alzaba su máximo poder de batalla y le permitía concentrarse al igual que efectuar hechizos de más potencia. Fue entonces que dos fuertes manos fantasmales de 1.70 de alto salieron de entre el suelo efectuando un sonido de gritos desgarradores de dolor, haciendo que la moral del Potter bajara notablemente; agarraron a Divied por ambas manos, elevandolo a cinco metros del suelo y sosteniéndolo de las muñecas impedían que éste apunte con su varita.

    -Aún puedes elegir cómo llevar este duelo...- dijo finalmente, mientras limpiaba la sangre de sus costados y observaba al joven mago en la altura.

  6. Mi consciencia regresó con un sabor amargo en mi boca y la textura de unos suaves labios rozando los míos. La lengua de Cissy empujaba el antídoto a mi boca y con este mi conocimiento y recuerdos iban tomando consistencia, ahora recordaba el lugar en el que estaba y el por qué estaba ahí. La llamada de un amigo, el cuerpo de un licantropo y la moneda acuñada del Concilio de Mercaderes. Ahora recuerdo el por qué llame a Cissy, amiga dentro del bando y ahora fuera de él.

     

    Ya podía hablar, pero mi cuerpo aún no reaccionaba al antídoto. A como pude, moviendo la lengua empujé la mezcla amarga hacia una de mis mejillas para no tragarla y poder hablar con la bruja que me ayudaba. Hasta entonces, no se había separado de mis labios, al parecer le gustaban. O eso me hacía pensar. Moví la boca y abrí los ojos como pude con miles de esfuerzos, es entonces la primera vez que la veo fuera de las murallas de Nurmengard, la primera vez que la veo sin su mascara, me parecía hermosa, con un tono de mejillas y un color de ojos cálidos y abrasadores que inmovilizan mi alma.

     

    -Ese ha sido un hermoso beso... con sabor amargo, pero beso al fin.- me sonrojé un poco, pero igual tampoco podía tener muchos movimientos gracias a la parálisis. -¿Qué hago ahora mi salvadora? No puedo mover el cuerpo en los absoluto.- intenté moverlo nuevamente, igualmente sin resultados positivos. me comenzaba a sentir frustrado, pero al menos estaba ya consciente. Algo de lo que estaba agradecido. -Oye y como hiciste para despertarme... está claro que no solo fue el beso.- sonreí, luego botaba los restos del antídoto que quedaban en mi boca.

     

    -No sé si ya viste la moneda que encontré junto al cuerpo del lobo, se me cayó de las manos cuando me desmayé. Sentí que lograría salir de aquí, pero luego solo vi oscuridad luego de eso. Es extraño ver una moneda de esas ya que fueron las primeras de los antiguos corsarios mercaderes provenientes de Noruega y Finlandia.-Extrañamente hablaba más de lo que podía mover el cuerpo. Esperaba no cansarle de tanto hablar.

    Al cabo de un momento, mi dedos del pie y de la mano comenzaron a reaccionar, podía sentir como cerraba la mano tomando algunas hojas del suelo y las apretaba, estaban frías y casi descompuestas, de un color marrón. Sentía la tierra bajo mis manos, la sentía latir bajo mi cuerpo, irradiando su energía sobre mi alma. Pero la presencia de Cissy me daba cierta seguridad, el estar inmóvil en el suelo no me ayudaba demasiado en lo que buscaba hacer.

     

    -Ya puedo mover la cabeza bien.- dije mientras alzaba la cabeza para buscar a mi compañera de bando que se encontraba sentada sobre una piedra llena de musgo verde. La notaba molesta, a lo mejor no esperaba hacerse cargo de un paralitico este día. Pero nada podía hacer, hice un intento más de mover todo mi cuerpo y funcionó. Me levanté del suelo bastante mareado y con dolor de cabeza y un poco desubicado. Había trasladado mi cuerpo a otro lugar, lejos del cuerpo.

     

    -Hola de nuevo joven hermosa-. hice una pequeña reverencia.

  7. -¿Espeluznante no?- comentó el Karkarov mientras observaba el cuerpo descompuesto de un licantropo a la par de un arrollo. Acercándose más, notó como algo brillaba debajo de las manos de la bestia, removiéndola con una rama seca pudo sacar lo que se veía como una moneda de oro con el sello de los mercaderes. Solo pudo pensar en alguien cuando vio dicha escena.

     

    -Llamaré a Cissy... no te preocupes, resolveremos esto amigo.- le dijo mientras palmeaba la espalda de su amigo, mientras este se daba media vuelta y se regresaba. Mientras tanto, Vladimir se quedó en el lugar sintiendo la magia negra que deambulada por el lugar. Dando pisadas suaves por las hojas de otoño en el suelo. Miró una vez más la escena y acto seguido desenfundó su varita.

     

    -Patronus: Dile a Cissy que necesito su ayuda... tengo que resolver un misterio.- Aunque seguramente la joven bruja no reconocería a Vladimir, estos ya se habían visto en otras actividades extra oficiales. Por lo que sabía con certeza que acudiría a su llamada. Esperó sentado en una piedra hasta que la bruja pudiera llegar al lugar en el que se presentaron los hechos.

     

    Al cabo de un rato, el pelinegro cayó profundamente dormido, sobre las suaves hojas color café. Al parecer en horas de la tarde se liberaba una sustancia química de los arboles que hacía caer en profundo sueño a quien se encontrara y del cual solo podía ser despertado con un beso en sus labios. El destino de Vladimir ahora quedaba sellado con el accionar de su salvadora, Cissy.

     

     

     

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  8. @@Mia Black Lestrange

     

    -Bueno, si mi presencia te resulta incomoda con gusto me iría de la mesa, solo debes decirlo...-

     

    Sonrió, amablemente por supuesto, pero no sin sentir un cierto ácido recorriendo su esófago. ¿Quién se creía ser para llegar tan fanfarrona a hablar con alguien que solo quería saludarle? alguien con dinero, seguramente, pensó para sus adentros el pelinegro. Sin embargo, tratando de dejar atrás estas primeras impresiones se levantó del asiento y asido a la delicada mano derecha de la joven la besó, tranquilamente.

     

    -Vladimir Karkarov, para servirle, mi reina.-

     

    Dudaba que diciéndole su nombre lo recordara, pero al menos sabría como se llamaba. Pensó que su error había sido tratarla con tanta confianza pensando en que ella lo reconocería.

     

    -Bueno, no me extraña de los impuestos, que por cierto están bastante elevados si los comparas con la cantidad de ingresos netos brutos que obtiene cada local de sus clientes, a eso rebajale servicios y demás, notarás que el banco nos está dejando en quiebra a los dueños... pero bueno, imagino que no saliste de esa jaula a seguir hablando de dinero e impuestos.- sonrió, lentamente, mientras acomodaba el abrigo que llevaba puesto de color negro y observaba cerca de la barra para comprobar que estuviera todo en orden.

     

    -Aparte de beber... ¿tienes algo más en mente?- preguntó mientras tomaba asiento de nuevo y con su varita avivaba las llamas del fuego que se encontraba en el medio de la sala, iluminando toda la estancia y proveyendo de calor también a los clientes que se encontraban en ese momento. La flauta comenzó a sonar nuevamente, tocando una linda sinfonía, suave y llevadera, apasionante como las melodías de Hagrid.

  9. 12/02 @@Akiza Ravenclaw H.

     

    Se acercó lentamente a donde se encontraba Akiza, luego de decirle a su socio que regresara el día siguiente a hablar de los negocios que tenían que tratar. Se encontraba en una transición en su vida en la cual las cosas comenzaban a alinearse de nuevo, dejando tiempo para todas las actividades que debía atender, justamente como una vida ordinaria y aburrida debía de hacer, así se sentía, por eso en cuanto podía escapaba del mundo mágico y se internaba en el bosque a vivir de la naturaleza, lejos de las personas.

     

    -Disculpe la demora, joven, debía atender al caballero, pero ya se fue.- respondió el Karkarov con su acento ruso, mientras que con su varita movía los restos de comida y los utensilios que se habían ocupado para comer, dejándolos de nuevo en la cocina. -Por cierto, ¿Qué estabas leyendo?- preguntó, sin tomar asiento, ya que había escuchado la pregunta de la joven, lo cual le pareció bastante interesante, al notarla interesada en su sótano y sus antigüedades. Al terminar de responder, Vladimir extendió su brazo en dirección a una puerta debajo de unas gradas de madera oscura y gruesa, por donde entrarían a ver el sótano luego de bajar una décima de escalones.

     

    -Lo primero que verás...- dijo mientras sacaba su varita -Lumus....-

     

    -Como decía, lo primero que verás, será esta armadura, del siglo XV... fue utilizada por un pariente lejano.- apuntó en dirección a la armadura dentro de una vitrina. Observó a lo largo con algo de pereza, sabiendo que le esperaba un largo recorrido, ya que contaba con cien metros de largo para guardar cosas.

     

    -Tengo de todo un poco aquí, espejos, armas, plantas, pinturas, utensilios, varitas, en fin, lo que puedas imaginar, casi que recojo todo lo que veo en mis viajes.- dijo tranquilamente mientras esperaba la decisión de saber que quería ver la joven de primero. Se sentía orgulloso de tener en su poder una buena colección y ademas feliz de poder compartirla con alguien que le gustara.

     

     

     

     

     

    13/02 @ @VioletteMoon

     

    Amenice atendiendo a Sean y Violette.

     

    -¡Buenos días, jóvenes magos!- respondió la amable elfa ante la entrada de una nueva cliente en el local, la cual no se hizo esperar para pedir lo que tomaría. La elfa, con un chasquido de sus dedos, hizo aparecer un barril con vodka, el cual sentó en la barra, luego hizo aparecer unas copas y colocó una frente a la chica, justo después de que el caballero le dirigiera unas palabras. -¿Usted también desea tomar algo joven maestro?- preguntó amablemente mientras limpiaba con una fina y limpia tela la barra del local, donde se encontraban los tres.

     

    30/03 @@Mia Black Lestrange

     

    Vladimir se apuró a abrir el local de nuevo, un nuevo día comenzaba y con el nueva gente se asomaba a aquellos lugares, las cosas habían cambiado bastante en un mes, ahora el local parecía mas amenizado por las personas curiosas y sedientas de un trago que se pasaban a charlar o simplemente escuchar el show en vivo de un bardo. No eran muchos los locales del callejón que contaban con aire tan hogareño y a la vez tan personal, ni tan personalizado para hacer sentir al huésped en un aire medieval. El Karkarov, luego de enviar unas cuantas lechuzas, bajó a una de las mesas a pasar sus horas leyendo libros de magia.

     

    Al caer la noche, la cantidad de gente disminuyó, pero fue entonces que por la puerta del local la presencia de una bruja pasó, con paso firme y decidido. Vladimir la observó, posando su mirada por encima del libro y determinó que sería mejor atenderla el personalmente, por lo que con una leve negación de cabeza le indicó a la elfa que no la atendiera. El joven de mirada purpura escuchó claramente el pedido de la rubia que recién ingresaba, por lo que dejando el libro en la mesa se levantó, dando unos pasos en seco sobre el peso de piedra pulida hasta llegar a la barra de olmo, donde consiguió un vaso fino y dos botellas de whisky, caminó hasta la mesa de la joven y se las colocó con delicadeza.

     

    -Aquí tienes guapa...- Vladimir observó detenidamente la figura de la joven, sus rasgos faciales y sin duda alguna sintió un gran asombro al reconocerla, se trataba de su ex jefa en el banco mágico. -Vaya vaya... justo cuando pensé que no vería mas duendes te encuentro... ¿No vendrás a cobrarme un nuevo impuesto o sí?- sonrió, amable ante ella, pensando en que seguramente no se acordaría de él, lo más probable, pero lo más seguro era que no, así que se preparo para responder quien era, al instante que tomaba asiento frente a ella, con un ademan de desinterés.

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  10. —Episkey

     

    Resopló por lo bajo para curar a su compañera Juv de las quemaduras que el fuego maldito de Tau le había propinado. Se acercó a ella para ponerle en pie. —Vamos, no te mueras ahora, querida.

    Le guiñó un ojo y sonrió, claramente estas cosas no las vería, pero estaba encantado de ayudar a una camarada en la batalla, con tantos apuros que habían colocado las dos lideres oscuras. No sabía que estaban pensando en atacarlos de esa forma, pero pronto se darían cuenta.

     

    —Episkey

     

    El mismo efecto sanador curó las heridas del fuego que Leah le había enviado a Juv, se preparó para terminar de levantarse y continuar con la batalla. —Me debes una, jeje.

     

    Se apresuró y regreso a su posición inicial, donde mantenía el combate con los encapuchados .

  11. —Morphos.

     

    Vladimir apuntaba fijamente a la camisa de tirantes del mortifago Divied, con lo cual ésta se convirtió en una avispa marina y de inmediato su veneno incrustó la piel del joven por lo que requeriría contrarrestarlo a menos que quisiera morir envenenado. Arqueó sus cejas pensando que esto sería insuficiente por lo que rapidamente pensó.

     

    —Silencius.

     

    El efecto haría que la próxima acción del mago (Divied) no fuera verbal, por lo que estaría en apuros si quería defenderse o lanzar algún hechizo. Se percató que sus compañeros estaban siendo atacados por fuego, pero no podía hacer nada para ayudarlos en ese instante. Se separó un poco del grupo para moverse a la derecha y enfocarse en las figuras de los mortifagos. Resopló lentamente para concentrarse en los próximos movimientos que haría, la batalla estaba en lo más alto de su cúspide, ya uno de sus compañeros había caído, por lo que las cosas iban más rápido de lo que Vladimir pensó.

  12. —Floreus.

     

    Apuntó su varita hacia Galery para que en su siguiente hechizo saliera un lindo ramo de flores en lugar del hechizo que haya deseado. Las palabras de su boca salieron rápidamente y sintió como la energía emanaba de su interior para lanzarse contra el oponente. Se movió unos pasos hacia adelante para hacerle frente a la mortifaga que claramente se notaba su figura que era una mujer.

     

    —Silencius.

     

    El efecto haría que las cuerdas vocales de la mortifaga (Galery) sintieran una conmoción enorme por lo que el hablar le resultaría imposible. Una buena defensa siempre era un buen ataque y el joven Vladimir lo sabía muy bien. Aun con sus defensas arriba suspiró sintiendo aun el efecto del vodka en su sangre, algo que jamás podría dejar por más que se lo propusiera. Se percató que los encapuchados comenzaban a cizañear palabras ininteligibles.

     

    —No me es de extrañar que hablen de más estos mortifagos. Ni cuando se trata de un duelo pueden parar.

     

    Habló para lo bajo y se puso a pensar solamente en los próximos movimientos que haría, lentamente con la cabeza fría.

  13. —Morphos.

     

    Una gran pantera adulta emergió de la transformación que su amo efectuó sobre uno de los sofas del señor Weasley. Esta es de un metro y medio de largo, setenta centímetros de altura y una gran masa muscular, lista para proteger a su invocador con sus largas garras y afilados colmillos de cualquier ataque y cualquier enemigo. Se colocó a su derecha a un metro de distancia, manteniendo la guardia para protegerlo.

     

    —Avis.

     

    Apuntó al cielo mientras movía su varita en círculos para invocar a una parvada de doce palomas que comenzaron a girar a su alrededor, protegiendo cualquier ataque que viniera hacia Vladimir. Las aves tenían el tamaño adecuado y estaban bien formadas, por lo que eran perfectas para el trabajo de protegerlo.

     

    Buscó una posición favorable frente a la puerta de la enorme casa, volteó a ver el letrero y no pudo evitar sonreír. Le pareció curioso que ese viejo letrero aun estuviera allí, luego de todo lo que había sucedido. Afiló su vista hacia las figuras de negro que se aproximaban y en su mente pensó:

     

    —Aquí los espero, ¡venga ya!

  14. Lentamente pasó su dedo indice por una de las botellas de vodka que llevaba en su mano, se percató que ya casi su contenido se acaba, por lo que entre trompadas se abalanzó contra una de las estanterías a tomar otra botella. En ese momento un tigre con forma fantasmal pasó por entre la ventana alertando de la llegada de una banda de mortifagos a las puertas de la Madriguera. Dejó caer la botella súbitamente al suelo y se apresuró a subir las escaleras del sótano para llegar a la sala principal, donde con un movimiento rápido de su mano cubrió su cara con la luz cegadora de los aurores.

     

    Su vestimenta era la usual, una gabardina sobre lo que es una camisa blanca y unos pantalones de cuero negro, haciendo juego con sus botas altas. Le daban un aspecto de motociclista rebelde, con su largo cabello cayendo por la espalda y su barba abundante pero cuidada. Hizo aparecer su varita con elegancia en su mano y se dispuso detrás de una de las columnas, esperando la orden para salir al jardín y defender el ataque. Sentía que su corazón se iba a salir del pecho, la adrenalina corría como ríos majestuosos siendo bombeados por el corazón.

     

    —Estoy listo, amigos...

     

    Pronunció firmemente mientras respiraba una gran bocanada de aire por su boca, ahogando de súbito las ganas de vomitar que le había producido el agotamiento inesperado al subir las largas escaleras. El acogedor fuego de las chimeneas Weasley le ayudaba a sentirse un poco protegido, pero pronto esto iba a cambiar ya que la batalla se libraría en las afueras.

  15. -¿En serio?- comenté sorprendido, ¿cómo era que un mago podía vivir durante tanto tiempo rodeada de muggles apestosos? no me puedo imaginar el infierno que la hicieron pasar a la pobre, esas criaturas no tienen compasión o magia alguna. Por eso los magos somos superiores. Me quedé pensando en esto y la cabeza comenzó a darme vueltas. -Eh Mauricio, ¿Qué demonios le has echado a la cerveza?- comenté comenzando a ver todo algo borroso.

     

    Controlé lo que sentía al escuchar las palabras que me decía y como colocaba su mano en mi hombro, sonreí inesperadamente y los efectos se terminaron de mitigar al enfocar su bello rostro. -¡Por el desamor!- me volví hacia para responder lo que anteriormente me dijo. -Claro que me gustaría, pero... teniendo en cuenta que nos acabamos de conocer, sería... demasiado interesante.- comenté mientras relamía la cerveza en uno de mis labios y le observaba fijamente su parte delantera. ¿Que me pasaba? no lo sé, no era tan lanzado de buenas a primeras.

     

    -Bueno, ya tenemos algo más en común, a ambos nos gusta beber.-comenté mientras echaba un trago más de cerveza en mi boca y lo saboreaba y mientras escuchaba toda la historia que la chica me decía, era bastante interesante y la joven hablaba bastante, es algo que aprecio, mas viniendo de un desconocido al cual acabo de conocer. Su tono de voz se me hacía cada vez más lento, tal vez era el efecto del alcohol en mi sangre pero aún así le seguí tomando mucha importancia.

     

    -Bueno, puede ser malo, pero yo solo disfruto de la vida... la verdad siempre fui bueno en la academia, era algo así como el chico malote pero a la vez aplicado. Me encantaban las clases de duelo, era lo mejor que hacía.- sonreí al recordar tantas cosas que había pasado. Tantos duelos y tantos desafíos que en mi mismo había puesto, las cicatrices en mi cara lo recordaban a cada momento. Esas cicatrices que brillaban de un color rojizo cuando el peligro andaba cerca.

     

    -Pues hay varios trucos que puedo enseñarte.- dije mientras sacaba un maso de cartas, de las cuales dije que escogiera una, al hacerlo, revolví las demás, sin ver la que ella tiene en la mano, al terminar de moverlas por el aire, me levanté del tabure y me acerqué hasta su cara, con intensión de darle un beso, pero en lugar de eso, saqué una carta de su oreja y se la mostré. -¿Es esta tu carta?- pregunté mientras le mostraba la carta y la miraba emocionado.

     

    @@Alba Ryddleturn

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  16. Vladimir sonrió de medio lado, sintiendo que al fin tendría un duelo de verdad y no uno de practica como los últimos que había realizado. Aunque no tenía su rango ni sus hechizos, los que aún podía controlar le hacían excelentemente bien. Soltó la capa de su cuello y con una ráfaga de viento esta se fue volando por los aires hasta perderse en el blanco eterno de las nubes. Tomó su sombrero y lo soltó de igual forma, viéndose volar hasta perderse con el infinito.

     

    -Yo no quiero que te mueras, Juliene, sería una gran perdida para el bando... Ademas no me gustaría lastimar a una hermosa dama como vos... no mucho.- volvió a sonreír y le hizo una pequeña reverencia. Al terminar este pequeño dialogo se percató que la joven no perdía ni un momento de su valioso tiempo, ya no quedaban magos o brujas con educación en aquellos días, había que seguir demostrando por qué los magos seguían siendo mejores que las demás criaturas por medio de su educación y cortesía.

     

    -Zancadilla.- pronunció rápidamente mientras veía el rayo viajar hacia él y justo antes de que terminara de decir su segundo hechizo (intercala su segundo hechizo), por lo que sus doce medias lunas salían disparadas hacia el aire al ser Juliene derribada por el lazo mágico en su tobillo y perder el control de su brazo en su caída. Al ser su zancadilla un efecto de aplicación instantánea, apuntó su varia hacia adelante.

     

    -Protego- musitó triunfante y aún ileso, ya que el resplandeciente escudo color ámbar y violeta bloqueó el rayo (sectusempra) que Juliene lanzó en primera instancia y que gracias a la distancia que había entre ambos duelistas le daba tiempo para defenderse. Un sectusempra le habría dado muchos problemas, aunque claro está, no lo habría matado.

     

    -Hmm... baia baia...- dijo mientras entrecerraba sus ojos y le observaba aún en el suelo, llena de nieve hasta las orejas. -Mi caballo no te lo dejas ni aunque muera.- alzó sus hombros y sus manos de forma desinteresada, importando poco la palabrería necia que podía decir Juliene. Pensó para su más recónditos adentros, que no siendo de su mismo bando, ya le habría dicho hasta de lo que se iba a morir (?) sin embargo, por más que pudiera molestarle su lengua venenosa, como toda buena Slytherin, recordó mantener su perfil y su fidelidad al bando que había jurado defender.

  17. Carraspeó su garganta ante un trozo demasiado grande pastel que había ingerido. Se trataba de pura y genuina negligencia o simplemente de tensión. Sonrió además ante las cosas que decía el chico y sus comentarios le parecían algo extraños, aunque no les prestó del todo mucho atención, porque mientras descansaba las mandíbulas de masticar su pastel, Jessie posó su mano sobre la de él, lo cual le hizo dar un sobre salto con el pie. Luego de eso escuchó la conversación que tenía con su prima y volvió a tomar asiento.

     

    -Siempre es un placer conocer la familia. Es un gusto señorita Lilian.- le dijo dedicándole una cálida sonrisa mientras se levantaba de nuevo por más café. -¿Puedo?- la pregunta era tonta, pero al instante siguió hasta donde se encontraba la maquina, Jessie se acercó a la barra donde se encontraba él mientras le hacía una pregunta a su prima. Una vez estuvieron los dos en el mismo lugar, Vladimir posó su mano sobre la de Jessie como un acto reflejo, le miró a sus ojos contemplando una vez más su belleza y se acercó a ella para abrazarla.

     

    Los movimientos fueron torpes y en el transcurso de lo que pasaba el vaso con café de Vladimir cayó al suelo, rodando como la maleta de una chica en el aeropuerto al ver a su novio, al ruso no le importó sentir el café en su pie, era más reconfortante sentirse de nuevo en los brazos de la chica que amó tanto tiempo y que por circunstancias extrañas ambos habían desaparecido. La abrazó tan fuerte que en un momento dado pensó que la dejaba sin aire, mas no se detuvo, sentía que sus partes volvían de fundirse bajo el calor de ambos cuerpos.

     

    Se separó de ella, no sin sentir una necesidad de seguir abrazado a ella, pero no era el tiempo ni el lugar todavía, en un ágil movimiento con su zapato empujó el vaso hacia arriba para luego sujetarlo con la mano, lo volvió a colocar en la maquina de café y mientras se llenaba de nuevo, tomó la mano de Jessie y se acercó a ella con la intensión de besarle, inclinó su rostro levemente y esbozó una pequeña sonrisa al sentir el rojo cabello en su cara y así fue como ambos labios chocaron en un acto de pura dulzura, ¿Qué iban a hacer todos los dulces reunidos ante tal acto? Simplemente no tenía precedentes, aunque para él fue raro actuar de esa manera luego de tanto tiempo. -Te amo...- le susurró al odio al terminar su apasionado beso.

     

    -Espero que eso conteste tu pregunta...- carraspeó su garganta una vez más y al instante un timbre sonó indicando que el café estaba listo. El mago se separo de Jessie mientras le hacía un sonrisa disimulada y regresaba a la mesa para seguir conociendo a la familiar de la bruja, la cual le interesaba demasiado, no conocía muchas personas, tal vez Sagitas, Amya, Reena, Matt... pero con los que estaba sentado en ese instante nunca los había escuchado mencionar, así que se sentó a esperar un poco de la historia del mago y la bruja.

     

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  18. -Es bueno saberlo... ahora que estás aquí, puede que sigamos colaborando entre nosotros y... hacerle alguna invitación a alguien más.- dije mientras le observaba comer, parecía que tenía hambre de verdad. Al cabo de un instante recordé todo lo que había pasado y de las razones del cierre del negocio, pero eso era tema aparte.

     

    -Bien, si te interesa abriré un club cerca de las tres escobas, donde las personas interesadas en entrar a nuestro... Clan, puedan pasarse y vean las reglas que hay.- suspiré pensando en como reformar de nuevo el clan, y comenzar a ganar algunos galeones de más, haciendo cumplir los deseos de nuestros clientes. Me senté en uno de los bancos a meditar mientras veía a Sean comer.

     

    Me levanté, tranquilamente me dirigí a mi despacho y traje un sobre lleno de diamantes que había conseguido en mi camino a casa. Se lo di a Sean en la mano y le dije en voz baja: -Has lo que sea, pero consigue más miembros para el grupo. Comenzaré a construir un nuevo lugar, más privado que el local y así podremos entrevistar a los nuevos como para ponerlos a prueba. Claro, si aún estás interesado en el negocio... sino... puedes irte tranquilo.- le hizo una pequeña reverencia con la cabeza en forma de saludo y me devolví hacia donde estaba Akiza, dejando a Sean que terminara de disfrutar su comida y si quería algo más, simplemente se lo pedía al elfo. No podíamos hablar tan abiertamente en el día y menos con clientes.

     

    ​-Pues sinceramente no lo adiviné... solamente vi el futuro por medio de los números... me di cuenta que una chica con un oscuro pasado, amante de las cosas antiguas me visitaría, solamente tuve que probar suerte a que fueras tu. Al parecer di en el clavo....- dije tomando asiento de nuevo y mientras sorbía mi cerveza- Es una de las ventajas de la aritmancia... hay que saber hacerlo muy bien y no siempre resulta.-

     

    Aproximé hacia mi un pedazo de pan con queso y especies y lo mojé en una sopa de verduras, las cuales ingería de forma rapida, estaba con mucha hambre y hacia meses no comía nada tan nutritivo y sabroso. El pollo estaba partido en pequeños pedazos por lo que los cardenales en mi boca no se resentían. Era bueno una cena tan suculenta a la par de una hermosa mujer.

     

    @@Akiza Ravenclaw H.@

  19. Elfo del local, atendiendo a Sean

     

    -¡Muy buenas, señor!... ¡De inmediato traigo su orden!- el hacendoso elfo se apresuró a llegar a la cocina donde mantenía a unas aves al fuego lento, cocinándolas a la leña. Tomó una de esas aves y la colocó en una bandeja, rociándola de cerveza fresca y colocando ketchup en un recipiente a la par. Luego de eso tomó un barril pequeño de cerveza y lo condujo hasta la barra donde sirvió las pintas que salieran.

     

    -Aquí tiene, noble cliente, que se de su agrado!- le dijo haciendo una pequeña reverencia y un instante después recogía los galeones que el cliente dejaba sobre la barra. Se aseguró de dejarle un cubierto y un cuchillo para que se ayudara a partir la carne tan suculenta que le había puesto, o bien, podía usar sus propias manos para servirse y comer a gusto. Luego de estar servido, el elfo se encaminó con dos pintas de cerveza hacia la pareja de brujos en el fondo del local, colocando las bebidas para su disfrute. -El nuevo cliente invita.- se limitó a decir y desapareció entre la nada.

     

    Vladimir Alexae

    Me sorprendió ver llegar al elfo con dos pintas más de cerveza al lugar, pero me sorprendió aun más ver quien las estaba pagando. Nada más y nada menos que Sean, ex socio de un turbulento y fracasado negocio oscuro que se quería llevar a cabo hacia un año más o menos. Podía, incluso, ser Sean el colaborador de mi secuestro, aunque era poco probable, no le debía nada. -Akiza... dame un momento, por favor, ya regreso.- me dirigí hacia el lugar donde se encontraba Sean.

     

    -Vaya, vaya... mira quien apareció...- dije con un deje de ironía en mi voz, no sin una carga de reclamo por haber desaparecido. -¿A que se debe el placer, Sean?- pregunté mientras acariciaba mi barba y le contemplaba disfrutando de su comida y bebida. Al parecer las recetas que le enseñé al elfo habían funcionado de lujo, cosas que se aprenden con el viajar de los años solamente.

     

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  20. -Bueno... ante tu insistencia me quedaré. Solo porque sabes como conquistarme.-dijo mientras le señalaba hacia uno de los tantos pasteles que tenía, ése se veía rico, con centro acaramelado y recubierto de tres capas de chocolate. -¿Sabes?... Mejor dame todo el pastel.- le ayudó a cargarlo hasta la mesa donde se sentarían los tres magos, y depositó algunos galeones en la mesa antes de sentarse. No podía simplemente aprovecharse de la amabilidad de nadie. Aunque sentí un nudo en la garganta, no dejó que nadie se percatara de sus sentimientos.

     

    Escuchó atentamente las palabras del mago, Divied, por lo que levantándose de su asiento cortes mente, le invitó a sentarse a la mesa. -Por favor, joven, será un placer que nos acompañe. Creo que será una bonita charla...familiar.- no pudo ocultar su deje de expectación en su voz pero aún así se volvió a sentar en la silla, tomando una gran rebanada de pastel para comenzar a comerla con un tenedor.

     

    -Bueno... Como soy el nuevo acá, me presento, soy Vladimir Lockhart, hijo de Cye e Ishaya. Puede que los conozcan. Aunque soy hijo ilegitimo, me han cuidado desde casi que nací. Mi procedencia natal es rusa y en cuando lo supe a la edad de ocho años, huí de casa para encontrar respuestas.- hizo una pausa para tomar un sorbo de esa bebida tan caliente y deliciosa, luego de respirar y tragar, continuó. -...Al haber perdido parte de mis años buscando respuestas, me hallé en lugares peligros, con gente peligrosa, pero también con gente sabia. Me enseñaron a usar mi varita, cortesía de mis padres adoptivos... luego de eso, a los doce años entré a Durmstrang y salí al cabo de cuatro años.-

     

    Resopló ante tanta historia, y eso que no sería ni la cuarta parte. Se dio cuenta que intercalaba cada palabra con una bocanada de pastel y al terminar no tenía mas en su plato, por lo que tomó otro pedazo de pastel, que este si comenzaría a comer más despacio mientras escuchaba las historias de sus acompañantes. -Pero en fin... eso no es toda mi historia, de como llegué a Londres y como cursé la Universidad... Ahora me gustaría saber algo más de ustedes, uno nunca termina de conocer a las personas, y por experiencia propia me he dado cuenta que tampoco dejan de cambiar.- miró de reojo a Jessie en esa frase y esbozó una pequeña sonrisa, tratando de disimular el dolor que sentía. Aún así, era bueno verla de nuevo, aunque no estuviera seguro de que ella sintiera lo mismo.

     

    En ese momento, apareció otra joven bruja por la puerta, preguntó por Jessie y comenzó a adentrarse hasta donde estaba la pequeña reunión de brujos, el la saludó levantándose del asiento y estrechando su mano mientras hacia una reverencia. -Buenas, soy Vladimir.- volvió a sentarse, para seguir disfrutando de su pastel y escuchar la historia que le podían contar los brujos en esa tarde especial, llena de viento y hojas, ademas, moviendo su varita hizo acercarse otra silla a la mesa, para que la recién llegada tomara asiento junto a ellos.

     

    @@Lillian Potter Evans@@

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  21. Comenzó a agradarme cada vez más la compañía que me brindaba Akiza, su linda sonrisa me incautaba grandes suspiros y ganas de besar sus labios rosados y elegantes. ¿Qué me estaba pasando? el chico en pañales y flechas de corazones me estaba jugando una mala pasada con eso. Aunque no podía negar que estaba guapa y... jugosa. Pero retomando el curso en el que iba mi mente divagadora en asuntos menos importantes, presté atención a lo que decía. -La verdad es un poco dificil no prestar atención al daño que te hacen... cuando ha ocurrido tanto tiempo. Pero supongo que tienes razón, es tiempo de superarlo y comenzar mi cacería.-

     

    Ahora mismo no encontraba un lugar exacto al que ir, pero me encantaba la idea, solo que no tenía aún preparado el local para que fuera autosuficiente. -Bueno... me encantaría, de verdad, pero ahora mismo tengo algunas preocupaciones con mi local, y la verdad me gustaría tener un poco de ayuda. ¿Te gustaría?- comencé a pensar que le daba un poco más de confianza de la usual, pero algo en mi interior y en el aura de la chica me hacía que confiara en ella. Ademas, de las caídas se aprende, prueba y error era mi lema.

     

    -Oh, pues bueno, si no te interesa, podemos dar un lugar por el local, podría llamar de nuevo al bardo para que invente una canción en tu honor. Apuesto que te gustaría. Hay más cosas allá abajo....- hice una pausa al proposito -Abajo en el sotano, algunas antiguedades que pueden interesarte.- sonreí amablemente, esperando a saber cual de todas mis ofertas aceptaría Akiza. Tomé un sorbo de cerveza y sentí como se calmaba mi estomago. Estaba sudando de verdad.

     

    @@Akiza Ravenclaw H.

     

    off: no te preocupes XD

  22. -Buena canción... es una banda famosa.- dije tratando de recordar donde la había escuchado o leído, seguramente de algún lugar muggle.

     

    Ya la cerveza en mi pinta se estaba agotando, por lo que le pedí con un movimiento de mano al cantinero que la llenara de nuevo, también me apetecía algo de weed pero no a todos les gustaba el olor así que la guardé para fumarla en otro momento más relajado que ese. Consideré en pedir algo más fuerte en cuanto a licor se trataba, pero considerando que un día así no sería bueno para emborracharse, pero ¿qué día es bueno? así que pedí un whisky de inmediato.

     

    Hmm... la chica tenía buen cuerpo, más de lo que se podía esperar, por un momento pensé que sería una geisha que intentaría matarme, por otro lado, un mal de amores no estaría nada lejos de la realidad. Pasé mi mano por la barba corta que mantenía bien recortada. Esa chica era demasiado enigmática y difícil de leer, pero para mis adentros visualizaba a un tipo de luchadora, andar en los bares sola no es una hazaña muy común en tiempos tan oscuros.

     

    -Pues un galeón es un galeón... casi que no es nada últimamente... - ¿En realidad un galeón es nada? me sorprendí diciendo eso luego de la crisis monetaria que había pasado hace tiempo. Era algo extraño el como estar de nuevo con dinero te hacía olvidar esas cosas.

     

    -Pues puede decirse que las dos cosas...- suspiré tragando un poco de recuerdos, luego los mascullé en mi interior y al final lo ahogué en un largo sorbido de cerveza. -¿Bueno y como fue que viniste a parar aquí? no mucha gente se atreve a entrar por la fachada del edificio, solamente alguien que conozca. Dime, ¿estudiaste en lo que era la academia? yo solía venir por aquí, en las tardes, y echarme un par de partidas ilegales de apuestas. ¡que tiempos aquellos!- dije con un poco de melancolía en mi voz. Me giré hacia la chica para inspeccionarla mejor, viendo su estructura delgada y bien contorneada, sus piernas atléticas y su cabello cual oro, sin duda era hermosa.

     

    @@Alba Ryddleturn

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