Eliot Akil

Hola, bueno vengo a preguntar más que todo porque ya han pasado unos cuantos días y no se han hecho efectivas, o mejor dicho no se han descontado de mi bóveda los galeones de un par de compras que hice en el Magic Mall, por lo que tampoco se me han dado los puntos de dichas compras que ya se han pedido en mi ficha de personaje (Aquí)

Posteos: Objetos - Pociones

También menciono que en la última entrada que tuvo mi ficha se menciona algo sobre una consulta (Aquí) respecto a eso, pero no supe nada más, y no sé si debería comprar de nuevo o las compras se agregarán a mi perfil.

¡Gracias! Saludos

*Entra después de haber sido bienvenido a dar la bienvenida*

Yo con mis impulsos del día de hoy de andar saludando, y eso se debe a la emoción más que a otra cosa, creo Pues nada que les invito a que nos familiaricemos entre todos, para en el futuro hacer mejores cosas. Que seamos participativos y andemos con orgullo de formar parte de este bando, que sin dudas es el mejor.

No conozco muchos nombres de la lista, pero eso es lo de menos, con los días seguro que estaremos con confianzas rápidamente, o por lo menos eso espero. Ah, y no olvidemos que las personas tras nuestros personajes suelen ser muy diferentes, así que no teman (?)

Aaron, ya decía yo que tú tenías algo de mortífago Jaja. Nos hemos topado por las tres escobas, y bueno a echarle ganas y nos estaremos leyendo seguramente muy seguido.

Un saludo, adiós.

@@Emmet Haughton Gaunt

Esquivaba cada rama que se atravesaba con movimientos limpios, ladeaba la cabeza y daba medias vueltas cuando era necesario, avanzando sin ningún contratiempo. Lo único que le seguía molestando era que sus pies estaban descalzos, manchados con el lodo que la lluvia había moldeado con aquella tormenta. Afortunadamente ya había terminado por completo, y seguramente las bestias nocturnas comenzarían a verse más claramente.

Sus cabellos a penas y estaban húmedos, se habían comenzado a secar con el viento que iba cortando su recorrido, era rápido, como si todo obstáculo representara la figura de hiedra venenosa.

Miró hacia atrás en una de sus maniobras de desquite que le obligó a hacerlo, y entonces se percató lo que no quería que sucediera. De cierto modo ya se le había olvidado nuevamente aquel rostro de ojos azules, su apresuramiento se debía a que había recordado algo de importancia para él en esos momentos. Se detuvo y se cruzó de brazos, aún con la varita en la mano, esperando el discurso del cual estaba seguro sería partícipe a penas éste le alcanzara, y así fue.

Escuchó cada palabra en una posición corporal erguida, mirando directo a los ojos donde casi podría verse reflejado. La alteración de Emmet le salía por cada uno de sus poros, y la dirección de sus empequeñecidas pupilas tenían como blanco la cara de Eliot, como si nada más existiera en ese momento. Aquellas palabras habían herido de manera tal al vampiro que sus impulsos de asesinato se veían florecer poco a poco. Cualquiera se hubiera puesto alerta, pero el Black Lestrange estaba tranquilo, confiaba fielmente en su capacidad de deducción.

— ¿Has terminado ya? —soltó como una interrupción adrede. — Te explico, el simple hecho de hablarme ya es una ofensa, ¿No lo sabías? —rio entre respiraciones dificultosas, en voz baja.

Si el fuego ya tenía bastantes brasas, para el arrogante y nada amigable muchacho nunca sería insuficiente, mientras más fuego arda para él sería considerado un pequeño triunfo, como mera diversión o entretenimiento; esto claramente sucedía cuando lograban captar su atención y es que dada la situación no tuvo remedio, y ni se percató.

Escuchó con algo de humor en sus adentros como se burlaba de su arma de vid, y era que el vampiro desconocía que si empuñaba ésta era para estar en iguales condiciones. Pues estaba completamente seguro de que sólo con las facultades corpóreas de las que tanto alardeaba no iba a ser capaz de tocarle ni uno solo de sus cabellos. Ya había sucedido en el pasado, tenía experiencia con ellos y cuando hablaba de las demás razas de manera despectiva, era simplemente por los conceptos que el pasar de los años habían forjado en él.

— No es que estés infectado, eso no sería el argumento correcto… Pero no me detendré a ofrecerte explicaciones. Ya tengo prisa. —terminó antes de dar dos pasos atrás.

Escuchó casi sin escuchar cómo aclaraba sus intenciones para con él, pero esto no lo detendría, había recordado asuntos que tenía pendiente esa noche y que no podían esperar más, motivo por el cual había acelerado su paso, pero como iba sin nada puesto en los pies no había ido de la manera más rápida. Se aturdió por un segundo y ya no le importaba cómo lucía, puso su dedo índice el piso, y tras un despliegue de niebla verdosa había desaparecido, sin conocer la dirección que Emmet tomaba.

@@Emmet Haughton Gaunt

Había una razón por la cual le había dado un nombre falso al insistente muchacho, era para cerciorarse si al conocer un nombre, fuera el que fuera lo dejaría transpirar paz de una buena vez. Pues parecía que los intentos de Eliot por evadir toda clase de conversaciones, de alguna manera lo alentaban a seguir tras él. Y eso era malo, dado el temperamento que lo caracterizaba podría pasar de quietud a ira incontrolable en lo que duraba un chasquido de dedos.

Miró hacia atrás donde estaba aún tirado el reciente cadáver del roedor y sonrió a medias; eso bastó para darse cuenta que una vez más el vampiro le seguía, con una cara de intriga digna de una escena dramática, o al menos eso era lo que a él le recordaba. No podía creer que hubieran tantos comportamientos irritantes en una sola persona, si había conversado tres o cuatro palabras sobre el árbol era porque estaba en el estado neutro que le producía aquel lugar.

Continuó caminando a pesar de los llamados que escuchaba, no le haría caso sobre detenerse de ninguna manera, quizás así entendería que no quería pelear esa noche, y que su único objetivo era tumbarse en su cama hasta que el sol saliera unas dos o tres veces. En medio de los pasos enérgicos escuchó una pregunta que trajo consigo impulsos de odio, pues no iba a permitir que sus palabras fueran mal interpretadas, y eso era lo que había de trasfondo.

— Mira, no te confundas… —dijo mientras seguía caminando sin saber dónde estaba su oyente. — …Mi sangre no está contagiada con ninguna extrañeza como la tuya. —terminó en tono fuerte mientras sus sienes se marcaban.

Todo iba a terminar muy mal si aquel chico no controlaba sus ganas de ir tras él, al parecer las habilidades que poseía Eliot, y algo en su personalidad despertaban la curiosidad de éste. Inocentemente, y aun siendo quizá una criatura híbrida inofensiva para él, se metería en problemas si despertaba la furia que muchas veces culminaba con baños de sangre.

— ¿Una copa? ¡No me hagas reír, chico! Antes prefiero tomar veneno —pronunció con altanería y rabia a la vez.

La maleza poco a poco se hacía menos espesa y la luz de la luna alumbraba cada vez más, pues la lluvia había cesado. Eliot sacó su varita del bolsillo trasero y la empuñó fuertemente, quizás eso serviría de advertencia, aunque la intensión no era precisamente esa.

@@Emmet Haughton Gaunt

Ni un minuto había pasado desde su llegada a la rama del árbol, cuando ya estaba recordando sus viejas andanzas que duraban a veces más de dos noches. La serenidad y la calma del bosque, junto con todos los sonidos naturales del mismo, le causaban largos momentos en los que sus sadismos se alejaban. Los licántropos aullaban en agudas tonadas, y algunas disputas que culminaban en chillidos de muerte, hacía asomar sus caninos por la gracia de su imaginación.

En la actualidad ya era algo distinto, el acecho de las entidades nocturnas era menor. Suspiró con algo de nostalgia tras los recuerdos que emboscaban su memoria, pues nada era ni si quiera remotamente aproximado al peligro que enfrentaba antes. Quizás por eso se había ausentado por tanto tiempo, quería descubrir retos nuevos, oportunidades de su crecimiento en cuanto a lo que le interesaba.

Escuchó las acusaciones con nuevos adjetivos que provenían del vampiro, y eso lo hizo regresar en sí. No era nada más que la confirmación de lo que suponía, pues la única criatura al asecho en ese momento era este nuevo Haughton. Pero si había algo a lo que tendría que ponerle mérito era a la insistencia de éste por conocerle, aunque también pudiera ser motivo para combatir por su vida como trofeo; era una contienda de pensamientos y posibilidades bastante grave.

El discurso que Emmet daba desde el suelo y a una gran distancia, captó por primera vez en toda la noche un ápice de interés por parte de Eliot, que a diferencia de todo lo anterior le resultaba indigno de algún tipo de muestra de su escucha. Pues había olvidado que muchos híbridos habían antes sido humanos, cosa que aumentaba su desdén por ellos, más aún cuando dejaban de serlo por decisión propia. Sin embargo, la parte en la que hablaba sobre el desconocimiento de humanidad por parte de los mismos humanos, tenía algo de acierto dentro de las convicciones del Black Lestrange.

Había sido una decisión sabia la de sentarse en una rama diferente, pues en esos momentos sus pensamientos eran un ovillo enmarañado con hebras que no tenían ningún tipo de luz. Miró sólo al frente sin moverse nada más que para respirar y entonces el aullido de un licántropo tuvo lugar en la escena, los que conocían al chico sabían que ese era el momento en que se podía hablar más tranquilamente con él, sin muchas expresiones pero por lo menos sin mezquindad.

— Si en algo tienes razón es en tu concepto sobre los humanos… —se detuvo interrumpido por un nuevo sonido lobuno en las lejanías. — La mayoría no conoce el valor que tienen, e ignoran el poder del cual pueden ser dueños, aborrezco la idea de ser una mezcla extraña, y odio aún más a los que lo son por voluntad propia. —sentenció en medio de una mirada acusadora, insinuando que sabía aquella verdad.

— Y tú, si no fueras protector, no tuvieras mascotas que satisfagan tus deseos paternales. —susurró lo suficientemente audible. —Si no fueras protector, no te hubiera hervido la sangre con la muerte de un insignificante roedor. —continuó sereno. — Es por eso que no me preocupo, no eres capaz de herirme por dos razones: La primera y la más importante, no te lo permitiría jamás; y la segunda… No eres capaz de lastimar a nadie con quien hayas cruzado media palabra. —finalizó tirándose desde las alturas.

Cayó con una maniobra digna de admiración, y en el momento en que sus pies tocaron la tierra el arrepentimiento lo invadió en gran medida. Nunca hablaba tanto con una persona si no era necesario, el escenario y el ambiente que lo rodeaba le había jugado en su contra una vez más. Rio con sobreactuación muy evidente y gritó en dirección ascendente.

— Me llamo Patrick, mucho gusto. —mintió mientras tomaba el camino de regreso.

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@@Emmet Haughton Gaunt

Existían muchas cosas que Eliot no toleraba, situaciones que lo ponían de mal humor, que lo sacaban de sus casillas, e incluso que lo hacían actuar de forma aún más sádica que de costumbre. No obstante, tres eran las que encabezaban ése índice: Las criaturas no humanas, la insistencia con temas que no le importaban, y el empeño por malinterpretar sus actos. Al parecer el joven Emmet contaba con las tres, por lo que seguirle no tendría un buen finiquito.

Una alerta desbordante de preocupación surgió de la boca del vampiro, era acerca de adentrarse solo al bosque. Lo que no conocía éste era la habilidad del Black Lestrange de adentrarse en esos sitios, con toda certeza de que su seguridad no estaba en riesgo. Las mejores noches las ha pasado en soledad, con los pies colgando de la rama de un árbol, viendo cómo las criaturas se comportaban, y en dado caso de que se metieran con él, la vitalidad del atacante sería el costo de ese error.

Un nuevo comentario salió a flote, y ahora se trataba acerca de las limitaciones de su humanidad, cosa que hizo empequeñecer las pupilas del chico quien no paraba de dar tranquilos pasos. Peinó su cabello mientras miraba la oscuridad, y divisó algunos reflejos de color difuso que lo miraban fijamente. Entes al asecho, sin duda.

— ¿Qué puede saber alguien como tú de humanidad? ¿Cómo puede un animal de corral imaginarse lo que es alzar el vuelo? —fueron dos interrogantes llenas de demanda.

Quizás sí había algo que le molestaba más que las razas alternas y humanoides, y era cuando éstas se envolvían en cuestionamientos sobre las capacidades de un ser humano. Pues le resultaban despreciable, y para nada merecedores de un aspecto terrenal que resultaba ser sólo una coraza.

— No me hagas reír con tus ínfulas de protección, no me conoces. —expresó casi en un susurro mientras aplastaba con su pie a una especie de roedor. Éste botó sangre a borbollones y murió al instante.

Tomó la corteza del árbol más cercano y trepó con destreza incuestionable, cada impulso que tomaba para avanzar hacía que los músculos de su espalda se contrajeran enérgicamente. Habiendo conseguido la altura que deseaba se sentó, y aguardó mientras escuchaba la palabra “volvamos” sin ningún interés en ella. Limpió la sangre que quedaba en la planta de su pie, y fantaseó con el líquido rojo por unos largos instantes.

Eliot frunció el ceño con nada de buena gana en su semblante, el objeto que más le había gustado de la tienda, o a decir verdad el único de esa planta, se había cavado. Aparentemente la que había visto era sólo de exhibición, concibió en su mente mil formas posibles de sacarla del lugar. Pero luego lo meditó de una mejor manera, y no quería ser partícipe de riñas en esos momentos.

Comenzó a apuntar su mirada al azar, aun estando parado en el mismo sitio donde su compra había sido denegada. Y sólo por altanería y para no irse con un solo objeto de la tienda, comenzó a apuntar en una nueva ficha otro pedido.

Miró a la fémina que lo había atendido con una sonrisa de oreja a oreja, estaba cargada de cualquier tipo de emoción, pero ninguna benevolente. Se relajó con una melodía aguda que salía de sus labios fruncidos mientras escribía, y ya la tensión de sus hombros disminuía levemente.

Estiró la mano mientras ladeaba el cráneo unos centímetros, con la vista serena pero punzante con el contacto visual que duró un par de segundos; el nuevo papeleo quedó sobre el escritorio.

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Planilla de Compra​s para Personajes:

ID: 116747
Nick: Eliot Akil
Nivel Mágico: II
Link a la Bóveda Trastero: -
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 101258
Fecha: 2015-09-28

Nombre del producto: Puertas Mágicas
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
Catalogación: AAA
Puntos por unidad: 40 Puntos
Precio: 2000G

Nombre del producto: Pensadero
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
Catalogación: AAA
Puntos por unidad: 40 Puntos
Precio: 2000 G


Precio total: 4000 G
Total de Puntos: 80 Puntos

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@@Emmet Haughton Gaunt

Si de alguna cosa estaba Eliot cien por ciento seguro era de la ira que había hecho surgir en los adentro del vampiro, pues se le notaba en sus orbes. Esto le había resultado en extremo cómico, a diferencia de su inesperada actuación de hacía unos minutos, que no le había tocado ni una glándula de humor.

Infaliblemente todo su falso berrinche terminaría por catalogarse en un estándar de ridiculez, cosa que lo tenía sin cuidado. En dado caso lo recientemente sucedido había sido un intento fallido por divertirse, pues la cara de Emmet no había sido equivalente al esfuerzo empleado. Sin embargo, para su suerte, la irritabilidad irrefutable que se notaba en sus pupilas sí lo eran.

La cara de Eliot seguía serena, no había espacio alguno para ninguna expresión, aun cuando escuchaba los comentarios que lo acusaban de ridículo y cosas por el estilo. En realidad no pensaba en nada, ni siquiera trataba de evadirlo o de premeditar otro acto que implicara interacción.

Las amenazas nuevamente dieron en el blanco y suspiró profundo como un debut de exteriorizaciones; cada palabra que indicaba lo que hubiera podido suceder, parecía ser un idioma desconocido. Ladeó su cara unos centímetros con la vista perdida, y se encogió de hombros al momento que hacía contacto visual.

Entonces, algo inesperado sucedió: La propuesta sobre hacer las paces aparecía con timidez. Una invitación que pocas veces había recibido Eliot en su vida, y menos de una criatura no humana a sabiendas de su repulsión por las mismas.

— No. —fue la única palabra que salió de sus labios, aún empapados por la lluvia.

Dio media vuelta y sus pies hacían sonidos extraños de succión con cada paso que daba en el lodo. La luna empezaba a alumbrar tenuemente el terreno; el bosque sería mejor lugar dadas las circunstancias. Nada relacionado con la socialización le esperaba en la oscuridad de la maleza, y era con eso con lo que se quería compenetrar. Su silueta masculina desapareció en la negrura y tenebrosidad del fondo, y nunca miró hacia atrás con intenciones de comprobar nada, de hecho, a unos cuantos metros del camino ya había olvidado la cara del vampiro.

@@Emmet Haughton Gaunt

Las nubes que pasaban frente al resplandor de la luna parecían hacer una competencia, a pesar de la turbulencia todavía quedaba algo de luz en el cielo, y se podían ver unas nubes que oscurecían y aclaraban a su antojo el terreno. Aunque el porcentaje mayor de las alturas estaba invadido de un negro profundo, quizás todo aquel retozo querría decir que la lluvia menguaría pronto.

Frotó el dedo pulgar del pie jugando por dos segundos con el agua y el lodo que había teñido de marrón oscuro su piel, y entonces cayó en cuenta de que estaba en una discusión que parecía iba a tornarse más sería de lo que creía. El propósito principal de su bajada era que lo dejaran dormir, pero lo que había conseguido era más retraso a eso, precisamente lo contrario.

Escuchó cuando Emmet repetía su pregunta irónica, pero ésta vez cambiado la palabra “irritante” por “maleducado”. Notó que sus ojos empezaban a cambiar ligeramente consumidos por la ira, y entonces enfocó los suyos con más precisión apartándose el agua nuevamente de la cara.

En el momento en el que el dueño de los hurones lo llamó humano, haciendo énfasis en que no era nada más que eso, su mente divagó. ¿Cuántas veces había sucedido esa misma situación en el pasado? La verdad era que no podría contarlas, o ni siquiera recordarlas. Pero en las profundidades de inconsciente le dio gracias por anunciar su naturaleza en voz alta, sin gesto alguno, en total sosiego.

Las advertencias nuevamente iban directo a Eliot como flechas untadas en la punta de amenazas mortales, veneno que seguramente iba a ser genuino. Pasó un instante y entonces la estocada final tuvo cabida, pues el vampiro mencionó algo sobre mancharse las manos de sangre, lo que sin dudas hacía referencia a la muerte.

Eliot cayó de rodillas al suelo cuando la última palabra fue pronunciada, el toque que éste le había propiciado en el cuello pudo haber sido comparado con el empujón de un semi-gigante. Comenzó a golpear el suelo con los puños, haciendo que el chaco bajo él salpicara en múltiples direcciones; y en sus ojos lo que parecían lágrimas verdaderas.

— ¡No, por favor! No sé qué me ocurrió, te juro que no soy así. Yo… yo… yo es que estaba bromeando —dijo con los ojos desorbitados mientras asentía psicóticamente, y tragaba grueso. — Vamos a olvidarlo ¿sí? Empezar nuevamente —soltó entre sollozos, y haciendo un gesto circular con sus manos.

Entonces la pregunta sobre su identidad salió a flote una vez más, mientras la pared humana estaba de por medio. Aquel desplazamiento hizo que no aguantara más las carcajadas que tenía contenidas; y sin mirar atrás se tiró de un impulso a reírse frenéticamente. Se sostenía el estómago por el dolor que le generaba, y daba medias vueltas entre el agua y lodo.

La última vez que había hecho algo como eso quizá no la podría recordar, pero esos pequeños teatros que el joven hacía esporádicamente, casi siempre terminaban de esa manera. No le importaba para nada las catalogaciones de loco, simplemente le daban satisfacción las reacciones de las personas que no le conocían, tragándose el espectáculo.

— ¡No me mates, por favor, soy un simple humano! —recitó aún con risotadas de por medio.

Como pudo hizo un esfuerzo y se levantó, tambaleándose un poco por la poca concentración que empleo en el movimiento. En dos segundos el semblante le había cambiado y ya estaba sereno e inexpresivo de nuevo, escuchando las nuevas persistencias sobre el querer saber sobre su persona. Él sólo negó con una careta de hastío puesta y aguardó en silencio.

@@Emmet Haughton Gaunt

Escuchó lo que sin lugar a dudas era una amenaza, pero en los oídos de Eliot había sido el berrinche de un infante con una decepción, o susto; cualquiera hubiera sido el caso, el resultado iba a ser el mismo: Poco interés de su parte.

En el transcurrir de su existencia ha recibido tantos tipos de amenaza, que éstas no surten efecto alguno, sobre todo por sus experiencias con las mismas que afianzan aún más ese comportamiento. Si de alguno de sus talentos el joven de cabellos y ojos oscuros no era consciente, era la facilidad que tenía para ignorar circunstancias que lo ponían en peligro, controlarlas y escabullirse, todo sin percatarse. Quizás éste sería uno de esos casos.

Miró su mano con tranquilidad en el momento que Emmet la apretó a modo de advertencia, y sonrió de un solo lado, casi perdiéndose en ese momento olvidando que era la mano de alguien la que le sujetaba, todo como mero actuar inconsciente de su nula preocupación.

Escucho aquella corta perorata que el vampiro soltaba, como si en una clases de modales aburrida estuviera inmerso. Palabras que entraban por un oído y salían por el otro, incluso se molestó en rascar el interior de uno de ellos diciendo con esa señal que ya le empezaba a hastiar la voz que le hablaba justo en frente.

— Son aburridas, y no son necesarias. —sentenció con firmeza a la insistencia del chico con las presentaciones.

Era el momento de regresar al interior del castillo, a continuar con lo que sería su descanso, ya que finalmente esto era lo que había decidido. Sobre todo porque las pequeñas criaturas corrieron hacia adentro, y fantaseó por un momento con ponerle el pie arriba de ambas. Se carcajeó sin que se pudiera entender por qué lo hacía, fue un simple segundo de satisfacción.

— ¿Acaso es un talento tuyo ser irritante? Confórmate con saber que puedo venir a este lugar cuando se me antoje. —soltó poniéndole la mano a uno de sus costados para apartarlo de su camino.

@@Emmet Haughton Gaunt

Un fuerte relámpago hizo que su atención se centrara en el cielo por unos instantes, permitiendo a algunas gotas de agua adentrarse en sus ojos. Divagó por un momento sobre la decisión de ir a seguir en su descanso, o si caminar en la profundidad del bosque; con ése clima seguramente algo interesante resultaría del paseo. Se quitó el agua de la cara con la apertura de su pulgar e índice, y entonces se dio media vuelta.

Por un minuto había olvidado totalmente a qué había bajado, sin embargo la figura que se aproximaba a gran velocidad hacia él lo había hecho recordar y su ceño se frunció nuevamente. La tranquilidad momentánea había desaparecido, y la idea de interacción humana nuevamente le había compuesto la mala actitud.

— Sí, precisamente de ellos estaba hablando —respondió al cabo de la pregunta de Emmet, quién altaneramente le interrogaba sobre lo que recientemente le había gritado.

El joven tenía unos ojos azules ridículamente inhumanos, y comenzó con una fiesta de presentaciones de sus mascotas. Eso definitivamente no reconformaba para nada a Eliot, a quien le molestaba todo tipo de presentaciones, y más si se trataba de un juego que para él le resultaba ridículo e innecesario. Tras la actitud del chico, y el análisis rápido que desató en su cabeza pudo deducir que no era humano.

— Son uno bichos, y eso es todo. —pronunció casi como una tonada llena de ironía.

Al terminar la frase hizo un escupitajo lleno de asco que rápidamente se confundió con el agua que había sobre la tierra. La actitud un tanto juguetona o infantil del vampiro, le hacía causar arrepentimiento de cada segundo que pasaba hablando con él, por lo que en cada vacío de palabras intentaba darse la vuelta y alejarse, pero éste se lo impedía.

— ¿De nuevo con las presentaciones? —dijo mientras emblanquecía la vista. — ¿Qué tiene la gente en este lugar que no puede dejar pasar a nadie sin que le diga su nombre? No tengo ánimos de conocerte, ni a ti ni a tus… mascotas. —finalizó.

Extendió su mano tranquilamente hasta el cuello del hurón de color más claro, e hizo un gesto de estrangulamiento, miró aquellos ojos azules con una media sonrisa en la cara y entonces estalló en carcajadas, una dosis de humor que hacía varios meses no le había sido suministrada.

@@Emmet Haughton Gaunt

Los chorros de agua que caían en gran proporción desde las bocas de las gárgolas, estaban batallando seriamente con el sueño pesado de Eliot. En otras oportunidades se despertaría con el caer de un alfiler en el suelo, pero dadas las circunstancias su cuerpo le exigió un receso sin alternativas. La lluvia le había ayudado un poco en eso, pues el clima frívolo siempre le facilitaba fantasear dentro de su mente con protagonizar las pesadillas de otros.

Algunos sonidos estaban acelerando el fluir de la sangre del chico, despertándolo en un momento por completo. Eran risas normales, pero por alguna extraña razón lo exaltaba y lo hacía poner en extremo de mal humor, eso sumando el hecho innato de haberse despertado en medio de lo que iba a ser un descanso de corrido hasta el día siguiente. Quizá su mente un tanto psicótica, en el subconsciente, estaba buscando una excusa para no estar en paz por lo menos mientras dormía.

Se puso la almohada sobre el rostro tapando sus oídos, al punto en que se le dificultó respirar, pero una nueva risotada acompañada de unos extraños chillidos puso punto final a su paciencia. Tiró la poco esponjosa cabecera al piso, y aun estando descalzo empezó a bajar los escalones, iba a toda prisa con el ceño fruncido, buscando la dirección correcta.

Al cabo de unos 5 minutos, abrió la puerta que da al patio trasero, y en un instante ya sus cabellos escurrían agua tapando su frente. Entrecerró los ojos para enfocar su visión de una mejor manera, y entonces vio a un joven retozando con un par de hurones.

—Hay personas dentro que quieren dormir, ¿sabías? —articuló en voz alta para que el sonido de la lluvia no hiciera interferencia. —¿Puedes bajar la… Bueno, no sé quién se reía si tú o los bichos que tienes encima. —pronunció al final mientras se daba la vuelta.

Sus pies estaban llenos de lodo, y eso hizo que un gesto parecido al asco saliera espontáneamente. Aquel viaje del que hacía poco apenas regresaba, no había sido considerado con sus energías, pues no quería altercarse con nadie, y menos con una persona que ya de por si le había parecido en extremo infantil y para nada merecedora de su atención.

Hola de nuevo, bueno ahora si creo que está todo lo necesario, es que como dije en el posteo anterior tenía un tiempo sin venir y no me percaté. Aquí mismo dejo la ficha como me gustaría que quedara, gracias y saludos.

Hola, buenas. Vengo a pedirles algunos pequeños cambios en mi ficha de personaje, ya que tenía bastante tiempo sin pasar por acá, son algunas cosas en cuanto a la historia más que todo y la parte de las imágenes. Espero todo esté bien y bueno de antemano gracias. ¡Muchos saludos! Así es como quiero que quede al final con los cambios:

Levantó la barbilla y se percató del sitio que tenía en frente, esa edificación con varios niveles repletos de artilugios dignos de colección, o destinados sólo a empolvarse en un estante con el transcurrir de los años. Escuchó un murmullo tras las paredes y reaccionó con un suspiro de exhalación brusca, esto se debía a las personas una vez más.

Se dispuso a entrar con su mejor careta puesta, no tenía intención alguna de inmiscuirse en conversaciones joviales de señoras sesentonas, o adolescentes con mentalidades infantiles que terminarían aturdiendo sus oídos con un hilo de sonido agudo interminable. Se ajustó el capuchón y comenzó a pasear estanterías de la primera planta.

Cada objeto era menos interesante que el otro para el muchacho, algunas personas quizás se desvivían por todos y cada uno de ellos, pero ese no era el caso de Eliot, quien estaba comenzando a sentir que esos minutos eran pedazos de su vida que no recuperaría. Se iba a dar la vuelta para salir, cuando al fondo del pasillo un destello momentáneo llamó su atención, provenía de un artefacto curioso.

Hacía tiempo que no veía una moto voladora, y eso indiscutiblemente sí formaba parte de sus intereses. Una vez trató de hacer un trueque con un mago en un sendero solitario, pero todo terminó mal debido a la desesperación de éste por huir rápidamente sin terminar el trámite.

Se dirigió a la caja principal para realizar su compra, no necesitó examinarla ni nada de esas formalidades, tampoco tenía el tiempo para esto. Extendió la mano y tomó una planilla de compra, la llenó con garabatos a penas entendibles con no sólo el primer objeto sino con otro que quizás le sería útil en el futuro. Se aclaró la garganta para informar al trabajador con su presencia y entregó la transacción.

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Planilla de Compra​s para Personajes:

ID: 116747
Nick: Eliot Akil
Nivel Mágico: II
Link a la Bóveda Trastero: -
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 101258
Fecha: 2015-09-24

Nombre del producto: Moto Voladora
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
Catalogación: AAAA
Puntos por unidad: 80 Puntos
Precio: 4000G

Nombre del producto: Águila de la Sabiduría
Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto
Catalogación: AAAA
Puntos por unidad: 80 Puntos
Precio: 4000 G


Precio total: 8000 G
Total de Puntos: 160 Puntos

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Hola. Bueno nada, yo pasandome por acá a dejar mi inscripción para tomar un conocimiento. Espero que lo deje todo bien puesto, ya que ando nuevo en este nuevo tema... Eso es todo por ahora. Lo espero con ansias y todo eso. Saludos.

Nick: Eliot Akil
ID: 116747
Conocimiento: Defensa Contra las Artes Oscuras.
Nivel de Magia: II
Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101258
Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101223

¡Hola! Tiempo sin pasarme por acá, pero como quiero activarme un poco por estos lares vi necesario venir a dejar unas cuantas actualizaciones a mi personaje. Sobre todo porque me quiero divertir el doble (?) Jeje. Bueno eso es todo y acá les dejo como quiero que quede la ficha, espero todo esté bien... ¡Saludos!

― Con Anna T. Ryddleturn

Eliot esperaba que el Doxicida estuviera listo lo antes posible, era muy probable de que Anna se estuviese empezando a dar cuenta de su verdadera personalidad, lo que ocasionaría un par de problemas dentro del hospital y en su trabajo en sí. Respiró profundo tratando de eliminar malestares, procurando que no se percataran de ese acto de búsqueda de tranquilidad. Si bien al Black Lestrange siempre le importaba un comino lo que la gente pensara de él, en esta ocasión era su empleo el que estaba en juego. Y por ende, los galeones que tanto deseaba ganar, su principal motivación.

Lo único que restaba en ese momento era seguir haciéndose pasar lo mejor que podía por un servicial aprendiz, no sabía en qué medida esto iba a ser creíble, pero lo intentaría de todos modos. Borraría la dureza de su rostro para reemplazarla por un semblante más gentil, aunque eso le quemara por dentro. La hipocresía era uno de sus más grandes dones, pero funcionaba mejor cuando quería hacerlo de verdad y no por obligación.

De pronto observó cómo la mujer que lo había estado acompañando prendía fuego a las Doxys, el resplandor naranja hizo que los ojos le brillaran con cierta satisfacción. Por fin aquellas asquerosas criaturas estaban sufriendo lo que él quería que sufriera, y en cuánto más de ellas desaparecieran de este mundo mejor sería para el Haughton. No por necesidad, no porque estuviera en un real peligro, era simplemente por satisfacción personal.

― ¡Buen trabajo! ―Exclamó luego de que Anna quemara el rumo de insectos.

Ahora estaba caminando a paso acelerado por el pasillo, estando ya bastante cerca del laboratorio al cual deberían ir por más de aquella pócima. Al parecer su máscara de cordialidad nuevamente surtía efecto, pues ya estaba convenciéndose de que estaba engañando de nuevo a la fémina. Al entrar en el espacio miró por todos lados buscando señal de vida, pero al parecer aún no se reportaría nadie.

― ¿Y ahora qué? ―preguntó inexpresivo, transformando aquello en una frase predilecta.

El momento del realizar el examen de aparición había llegado, el trámite en el departamento había estado correcto con la firma de su progenitora. Eliot estaba en cierta medida bastante ansioso por la presentación de aquella prueba, no tenía nerviosismo o miedo a fallar, pero sí sentía una sensación extraña a la que pocas veces se veía sometido. Su pierna se movía sin mucho control, lo que dejaba a la vista una muestra de lenguaje corporal, enseñándole al mundo su hastío o exceso de ganas.

La mujer con la que había gestionado todo el papeleo anterior había sido sustituida por otra, pues luego una fémina se dirigió a él y a otro recién graduado mientras se acomodaba la falda. El escenario en el cuál se llevaría a cabo la examinación sería escogido, esperó a que la otra persona pasara primero y luego aguardó por su turno. El espejo dio su veredicto final y ahora hacía las veces de una entrada, el Black Lestrange suspiró cansino y la atravesó sin más.

― ¡Vaya, genial! ―Soltó con un tono en exceso sarcástico.

Su cuerpo ahora se encontraba en una boya bastante pequeña e inestable, en medio del océano pacífico. A parte de odiar usar aquel método de trasporte, el hecho de estar en medio de un escenario marino agravaba su humor. En las veces que lo habían llevado consigo las personas experimentadas en aquella magia, su cara de pocos amigos hacía acto de presencia. Le resultaba en cierta medida desagradable sentir cómo se esfumaba, pero en éste caso tendría que aguantarlo al verse sujeto a una situación que lo ameritaba.

― Pues si al menos no estuviera lloviznando creo que me pudiera concentrar mejor ―articuló al aire algo irónico, pues sabía que en algún punto le estarían observando.

«Bueno, a terminar con esto.» Pensó buscando concentración dentro de sí. Profundizó en su memoria las tres condiciones esenciales en las cuales debía enfrascarse, intentando hacer aquello lo más efectivo posible. Trató de buscar enardecidamente un lugar en cual pudiera hacerse efectivo ese punto. En ese momento otra boya apareció dentro de su rango visual, lo que le hizo esbozar una pequeña sonrisa maliciosa. Ya el primer punto estaba completado, intentaría no perderlo de vista para que se le hiciera menos dificultoso.

Una ola lo cubrió por completo haciendo que perdiera el equilibrio, la llovizna al parecer era el inicio de una tormenta que vendría a continuación. La revuelta del momento estaba haciendo que se le escapara de la vista la ubicación de aquel lugar al cual iría, pero rápidamente volvió a su mente nada más como una referencia, precisando de una vez y por todas la segunda boya que flotaba al otro lado aunque no la pudiera ver; ese era su destino.

La concentración nuevamente se vio ligeramente afectada, pues estaba siendo más difícil de lo que había imaginado. Sin embargo el segundo de los ítems a recordar surgió en su mente, ese era la determinación y supo en ese momento a qué hacían referencia. Llegaría el momento en el que las complicaciones lo harían desistir, pero eso no ocurrió. «Me voy a aparecer cueste lo que cueste» Resonó en su cabeza, dejando completadas ya dos de las cosas necesarias en la prueba.

Solamente hacía falta la deliberación, y era que en un lugar como en el que estaba, esa virtud era fácil de perderse. El Haughton pensó en la tercera de las cosas que necesitaba para lograr su cometido, asintiendo para sí mismo en el momento en el que había entendido los tres objetivos. Sabía que dada la situación podría dudar, pero no era su caso. Ya estando en ese punto era difícil que se arrepintiera de querer hacerlo, entonces surgió de la nada.

Ahora estaba parado en la boya que antes había visto y la ola había arrasado por completo con la anterior. Rió cómico y se sintió satisfecho, su primera aparición había tenido lugar y estaba completo, sano y salvo. Una centella iluminó el agua del océano seguida de un trueno, aún no había llegado la tormenta pero presentía que todo era nada más un abrebocas de la misma.

― ¡Ya está hecho! Ahora estoy listo para salir de aquí ―expresó consciente de que le escucharían. «Espero haberlo hecho del todo correcto» palabreó dentro de su cabeza mientras ponía los ojos en blanco.

― Con Anna T. Ryddleturn

Parecía que la situación estaba llegando al momento cumbre, pues con el acorralamiento de varios montones de Doxys, más la ampliación del veneno en camino de creación, todo resultaría en final más pronto que tarde. Saber esa idea alivianaba un poco el semblante de mal carácter que tenía el Black Lestrange, a quien aparentemente ya se hacía imposible seguir con sus actos de hipocresía. Pues su mal carácter cada vez se hacía más notorio, conforme pasaban los minutos.

Miró como Anna acorralaba otro montón de aquellas criaturas y asintió inexpresivo, sabía que el próximo paso era ir de habitación en habitación vaciando el Doxicida para que éstos murieran. Muerte, aunque no de la forma en la que el desearía, pero a fin de cuentas era muerte. Prosiguió a arrebatarle de la mano aquella lata de veneno, para así poder lanzarla dentro de la habitación que tenían a las cercanías.

― ]¡Que sí estoy listo! ―soltó interrumpiendo de manera bastante contundente el hablar de la mujer. ― Disculpa, es que me tienen harto estas cosas… ―Susurró en un tono más amable, tratando de remediar la reciente posible metida de pata.

La mujer tomaba el pomo de la puerta y luego lo giró despacio, Eliot lanzó una patada abriendo la puerta de golpe y lanzando aquel recipiente con el veneno. Tomando de inmediato el picaporte para cerrarla rápidamente, sonó un pequeño estruendo en cuanto se selló nuevamente. Sin percatarse algunas habían quedado aplastadas alrededor de la entrada, pues algunas alas se podían divisar desde afuera.

― Claro que me quedan energías ¡Al laboratorio! ―fingió con éxito un tono entusiasta.

Sus verdaderos deseos eran salir de ahí cuanto antes, pero pudo darse cuenta por la manera de hablar y de actuar de la fémina que ésta era importante en su trabajo. No quería tener que dirigirse al ministerio y solicitar otro, además era la única parte en la que podía ver sangre a toda hora. En qué otro trabajo sus nefastos deseos se pasearían tan a menudo por sus fantasías, pues en ningún otro, así que lo mejor era permanecer como siempre bajo perfil.

Alguien más se acercaba entre las sombras que proporcionaba aquella parte de Abaddon, no estaba seguro quien era pero lo más cierto del asunto era que se trataba de alguien de su bando. No se enfrascó en averiguar quién era la persona, pero su vestimenta y el hecho de que aceptara salir con Eliot, eran suficientes para salir de aquel lugar tan asqueroso para el Black Lestrange. Tomó la mano del miembro de la marca tenebrosa y desapareció de inmediato, ahora aparecerían en otro sitio muy lejano a ese, seguramente la torre oscura en la cual estarían seguros y cuya ubicación era desconocida por los miembros de la orden. «Parece que lo he logrado después de todo, ilusos…» Pensó en el momento justo de la desaparición. Después de todo lo que había sido el altercado, por fin estaba libre y dispuesto a hacer de nuevo lo que le placiera.

El final del rescate Mortífago estaba comenzando, si bien era momento de marcharse también lamentaba que las cosas no se hubieran complicado un poco más. No era que Eliot fuera masoquista, era que siempre y cuando hubiera diversión de por medio no le importaban demasiado los resultado. Esperaba verlos pronto para dejar inertes más de un cuerpo, fantaseó de momento con la idea lo que hizo que soltara una carcajada más.

Miró a Anna quien había llegado a su rango visual y asintió con un semblante duro en el rostro, esperaba que ésta también pensara que era el momento de desaparecer del lugar. Se acercó a ella y la tomó de la mano sin emitir ninguna palabra, pues el lugar le daba ya tanto asco que quería abandonarlo en cuanto pudiera.

Las sombras se posaban constantemente sobre ellos, ayudándoles en la tarea que se disponían a realizar. ― Ni sus más grandes artimañas pudieron impedir nuestro escape, sus acciones son tan débiles como sus palabras… ―expresó en un susurro antes de reír nuevamente.

Una vez afuera de la pocilga desaparecieron, el destino sería la fortaleza oscura, pues no había un lugar más seguro para ellos. Su ubicación jamás sería fácil de hallar por parte del bando de la luz, así que allá fueron a parar con un buen sabor que les había dejado el rescate. Una cara llena de triunfo, y unas palabras cargadas de burlas aparecerían luego.

«Hay que ver si son capaces de medírsenos ahora» Pensó con el rostro inexpresivo, pues de momento comenzaba a recordar los hechos que había pasado en la celda anterior. Quería venganza. Tenía varios deseos encontrados en el momento en que pudo hacer magia nuevamente, quería vengarse de los Odefos, quería salir cuanto antes de esa cárcel pero primeramente quería divertirse mientras ejecutaba cualquiera de las anteriores. Con Taurogirl aún muy cerca de él, podía sentir que sería de utilidad más adelante.

― ¡Silencius! ―dijo apuntando a Boss Elessar. De inmediato aquel efecto haría que su segundo movimiento quedara anulado. Pues había pronunciado solamente un “Stre…” Que no dejaría la correcta pronunciación del mismo, y por ende, no tendría validez.

― ¡Sectusempra! ―dijo con fuerza como segundo movimiento, ahora un raro escarlata viajaba al cuerpo de Boss Elessar. Provocándole múltiples heridas en la zona del pecho, tendría que hacer algo rápido si no quería desangrarse.

Miró de lado a lado en búsqueda de un rastro de aquella figura Fenixiana, aquella mujer con la cual había conversado en su otra celda. Quería vengarse directamente con ella todas las porquerías que le había dicho, si bien era cierto que no le ofendían en lo más mínimo, consideraba que era merecedora de un escarmiento por haberle dirigido aquellas frases a él.

El tiempo ya no era algo de lo cual estaba pendiente, podía sentir diferencias de temperatura entre la celda que estaba antes y la que ocupaba ahora. Recordó el ataque que le había enviado aquella guardiana y fruncía el ceño. Ahora estaba en otro parte de Abaddon y curado, gracias a lo mejor a una persona menos impulsiva que la guardiana anterior. No obstante, el Black Lestrange no agradecería nada ni en mil años, el odio que sentía por ese bando más su carácter anulaba todo tipo de acto similar.

Una serie de sonidos nuevos invadían el silencio, al parecer un grupo de integrantes de su bando estaban irrumpiendo en aquella fortaleza. Cosa que le hizo esbozar una sonrisa llena de malicia, sabía que el momento para quedar en libertad se acercaba. Ahora Taurogirl uno de los responsables del alboroto abría su celda con magia, para luego ir y hacerle entrega de su varita.

Su sonrisa se transformó en una risotada, pues ahora con su arma en mano las cosas se facilitarían mucho. Miraba por doquier en búsqueda de aquellos momentos que le daba adrenalina a su cuerpo, pero por ahora nada parecía ser lo suficientemente audaz como para dárselos.

― Avis… ―Canturreó. Una docena de pájaros del tamaño de un cuervo salieron de la punta de su varita, arremolinándose alrededor de su cuerpo a la espera de defenderle. La única orden que las doce aves tenían era esa precisamente, ponerse en medio de cualquier ataque el mago que las había invocado.

― Avis… ―Repitió. Doce pájaros más con el mismo tamaño y forma que los anteriores, se unían para formar ahora 24 y reforzar la defensa. Quería estar en cierto punto un poco más seguro que sin ellas, así que era mejor prevenir que lamentar.