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Eliot Akil

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Mensajes publicados por Eliot Akil

  1. Aquellas espirales interminables hacían que sintiera como si su cuerpo se desprendía y pegaba a la vez, no era su forma preferida de viajar pero en este caso era necesario. Por fin el mundo a su alrededor se quedaba quieto y aún tenía tomado por la mano a Near, quien era el responsable de aquella aparición. Recorrió con su vista aquel lugar que era nuevo para él, entonces sonrió al encontrarse rodeado de todos aquellas personalidades.

     

    Estaban en Taiwán, San Zhi. Comenzaban a llegar uno tras de otros aquellos mortífagos, a quienes seguiría desde ese preciso momento. Notó como sus apariencias no eran las mismas y se tocó el cuerpo para cerciorarse si suya también había cambiado, y así era.

     

    Para nada era aquel joven de ojos azul oscuro, ahora su cabello era rubio con algunos mechones blancos. La edad entre unos cuarenta y cinco años y la frente bastante llena de líneas horizontales, era delgado, pero con bastante masa muscular. Totalmente cubierto por una túnica negra y debajo unos pantalones de mezclilla y camisa del mismo color.

     

    La poción multijugos aunque horrible de sabor había surtido efecto bastante bien, estaba convertido en aquel tipo fanfarrón al que se enfrentó hacía poco en cerca de Ottery, si alguno de sus enemigos en ese momento le conocía, no podría reconocerle. Su camuflaje era perfecto. Ahora lo único que tenía en mente era recorrer el camino con sigilo, siguiendo a los demás.

  2. Eliot Black Lestrange Haughton

    El coliseo ahora permanecía en silencio, salvo por algunos susurros que unos estudiantes usaban para cotillear sobre la demostración de sus maestros. Eliot había esperado algo más severo entre ellos, pero dada la situación meramente académica aquello no había pasado de una simple puesta en escena, aunque haya habido mucha sangre de por medio.

     

    ¡Hey profesora!— Musitó el Haughton lo suficiente como para que ella le volteara a mirar. En eso él le guiñó un ojo. No sabía muy bien el porqué de aquel gesto, pero la adrenalina de la clase le estaba haciendo comportar un tanto impaciente. Quería más acción, eso era seguro. De por si su espada permanecía empuñada con fuerza en todo momento.

     

    Escuchó las palabras de Tauro sobre cómo en aquel lugar habían muerto hombres valientes, y respondió con un pulgar hacia abajo y un sonido gracioso de soplido. Si bien habían muerto hombres, mereciéndolo o no, eso al joven pelinegro no le parecía muy honorífico. A pesar de la interesante carga histórica que tenía el sitio, solamente se trataba de muggles y aquella especie de personas para él era insignificante.

     

    Fue observado por varios estudiantes, pero no se detuvo a saber quiénes. Ahora su profesora estaba explicando los hechizos de ataque y defensa, se obligó a prestar atención ya que por fin aquella teoría le serviría de mucho en su vida diaria. Y aún más siendo un mago odiado por tantas personas como lo era él.

     

    Luego debían estudiar aquello nuevamente, puso los ojos en blanco por lo tedioso que ya se estaba tornando la lectura. Se encaminó en solitario hasta la sombra de un muro y leyó entre líneas todo lo que consideró necesario, notando como la mayoría se iba en grupitos o parejas. Negó gracioso ante la situación y luego concentró su atención en lo que debía estudiar.

     

    Eliot entornó los ojos al ver cómo aquella peliazul comenzaba a atacar a los alumnos, pensó que se había vuelto loca y su primera víctima había sido objetivo de dos ataques. No le prestó atención a si habían surtido efecto o no. Permanecía expectante y con mucha adrenalina empuñando su espada, pues no era difícil de adivinar que eso sería para todos.

     

    De pronto un reflejo de los rayos solares le dieron en la vista, directo desde la espada de la Croush, que ahora le apuntaba. Un rayo aturdidor venía directo hacia él, su profesora era rápida. Como mero reflejo pronunció — ¡Protego!— Y con un doble palpitar en frente, un escudo se formó absorbiendo aquel Desmaius.

     

    Rápidamente volvió a poner su espada en dirección a su atacante y al notar que un segundo hechizo se aproximaba dijo más calmado — Evanesco— Había estado cerca pero Eliot fue más rápido. Las tres cuerdas que venían juntas directo a él desaparecieron por completo.

     

    Los ataques continuaron a otros estudiantes, pero ni siquiera los volteó a ver. No había entendido por qué se preocupó tanto, la prueba no había sido precisamente difícil. Pero ahora continuaba la clase y venía una parte más dura de comprender, lo suponía porque había tenido conversaciones con magos expertos en el pasado y presentía que la parte más ardua se aproximaba a paso de estampida.

     

    Sus pensamientos habían sido acertados, ahora tanto el Gryffindor como la fémina estaban prosiguiendo a explicar las intercalaciones. Prestaba atención porque quería retener lo máximo posible en su memoria. Notó como Kris bromeaba sobre las posibles heridas causadas, entonces Eliot sonrió al ver que él no tenía ni un rasguño aun.

     

    De inmediato sus sentidos se pusieron a toda marcha nuevamente al ver que Kris le apuntaba con su espada, y como mero reflejo a esto dijo — ¡Expelliarmus— Y una luz roja salió de la punta de su varita, directo a la de Kris. Si ésta impactaba su espada saldría volando a cinco metro de él quedando desarmado.

     

    Se sorprendió al ver la rapidez con la que su profesor se había defendido, aquel Protego había hecho efecto, absorbiendo el rayo que le hubiera desarmado. Sin pasar más de un segundo notó que éste iba a pronunciar otro hechizo. Con suma agilidad lo apuntó y dijo con severidad — ¡Silencius!— Dejando las palabras de Kris en un simple Incar… El hechizo había surtido efecto dejándole sin habla.

     

    Sin bajar la guardia y con la espada frente a él todavía, pronunció con el ceño fruncido — ¡Desmaius!— Un rayo blanco se generó a lo largo de toda la espada y salió disparado desde la punta directo a Kris. Esperaba que diera en el blanco para bajar un poco los humos de aquel hombre.

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  3. Eliot Black Lestrange Haughton

    Mazmorras, con Gatiux - Paprika

    Ya los ánimos de curación habían finalizado, ahora parecía una sarta de indirectas entre el nuevo aprendiz y joven Paprika, quién a los ojos de Eliot no era más que otra fémina llena de malcriadeces. Escuchaba cómo un largo monólogo se perdía en las paredes sin llegarle enteramente a los oídos, encogiéndose de hombros seguía observando cómo la atolondrada sanadora, aún continuaba diciéndole cosas.

     

    ¡Clases de ética!— Rió al pronunciar aquello con una entonación algo teatral. — Para nada amiguita, tú sabrás lo que haces con tu vida, la verdad que no es asunto mío en lo absoluto. Tengo mejores cosas que hacer que tratar de componer algo que a leguas se nota no tener remedio alguno— Terminó cruzándose de brazos esperando las próximas instrucciones de Gatiux, que a fin de cuentas era a la única que debía prestarle atención.

     

    ¿Cortarme la mano?— No se había resistido a replicar al escuchar que Paprika seguía dirigiéndose a él. — Sin ánimos de ofender, pero no creo ser lo suficientemente torpe como para cortarme por mero gusto, y esperar a morirme, fantaseando con esto como si fuera una invitación a un bar en el infierno

     

    Volteó a mirar a la sanadora que lo acompañaba y le dijo — ¿Segura que fue una poción medicinal y no una alucinógena lo que le diste a beber?— En un tono sarcástico de preocupación. — Revisa pronto la etiqueta por si las dudas, mujer

     

    Nuevamente la recién curada quería explicar más a fondo lo sucedido, pero apenas empezaba a hablar Eliot levantó la mano mostrando la palma. —Bueno, no interesa… No único importante es que ya estáis a salvo— Puso los ojos en blanco al finalizar la frase. — Acobíjate que empieza a hacer frío, ya no es necesario que tengamos que verte desnuda— Le pasó una sábana de lona que yacía a un costado de la camilla.

     

    Sin quitarse la sonrisa de la cara volvió a mirar a Gatiux — ¿Ahora hacia dónde debemos ir?— Poniéndole punto y final a su conversación con la otra mujer.

  4. Eliot Black Lestrange Haughton

    Observaba como aquel empleado actuaba con toda la calma del mundo, ordenaba papeleos y tomaba café como si estuviera en el comedor de su propio hogar. A lo mejor tanta era la costumbre de trabajar en aquel sitio, que una paz exagerada se apoderaba de él por completo. Eliot por su parte movía frenéticamente la pierna, pues estaba a la espera de algún tipo de respuesta.

     

    Aclaró su garganta nuevamente y repitió la pregunta, esta vez un poco más fuerte. El empleado vació otro chorro de café en su taza y por fin lo miró, le dio la bienvenida y entonces prosiguió a explicarle la formalidad del asunto. Lo más seguro era que todo había acontecido rápidamente, pero la desesperación del Black Lestrange por verse inmerso en el ministerio, hicieron que el tiempo transcurriera con notoria lentitud.

     

    Tomó el pergamino que Dylan le ofreció y habiendo entendido todo se dirigió a donde estaba su madre, era una suerte que aquella mujer se encontrara tan cerca, pues no iba a tardar más de una hora en ir y regresar a la casilla. — Muchísimas gracias— Dijo antes de emprender su camino, con los ojos achinados motivo de la gran sonrisa que tenía en la cara. Se dio la vuelta y puso enseguida los ojos en blanco, murmurando palabreríos que nadie ni siquiera estando cerca entendería.

     

    Formulario del examen de vuelo:

     

    Ficha de Identificación Personal:

     

    ~ Nombre del examinado: Eliot Black Lestrange Haughton

    ~ Enlace a su ficha personal: Ficha de Eliot

    ~ Persona a la que se avisará en caso de terminar en el Hospital San Mungo: Anne K. Haughton

     

    Consentimiento informado:

     

    La escoba es el único objeto legal como medio de transporte que no necesita ser registrado. Es una de las formas de transporte mágico más utilizada y aceptada en Gran Bretaña, aunque es algo cultural. En el pasado, los magos eligieron la escoba como medio para volar por ser discreta, barata y fácil de llevar.

     

    Los alumnos de RB de la Academia de Magia y Hechicería que hayan sido mandados al Departamento, deberán recurrir al Consejo Regulador de Escobas para realizar el examen. Con esto se sabrá si el mago o bruja está capacitado para manejar el medio de Transportes.

     

    Yo, Anne K. Haughton, madre de Eliot Black Lestrange, he leído y comprendido el presente informativo, asumo los riesgos que mi hijo corre al realizar el examen de vuelo y libro de toda responsabilidad al Departamento de Transportes Mágicos.

     

    Anne K. Haughton

     

    Aquí tiene— Soltó amablemente estirando la mano con todos los datos necesarios dentro del pergamino. Había encontrado a su madre más rápido de lo que esperaba. Ahora solo le tocaba aguardar para que todo lo escrito ahí estuviese correcto, y así poder salir cuanto antes de aquel lugar.

  5. Eliot Black Lestrange Haughton

    Mazmorras, con Gatiux - Paprika

    Miró nuevamente sus manos, notando como éstas tenían demasiado tiempo sin haber lucido tal hermosura. Eran sus propias manos, pero cubiertas por el líquido que alguna vez estuvo en el torrente sanguíneo de aquella atolondrada fémina. Se limpió las palmas en su bata blanca como mero acto instintivo, dejando en ella dos grandes manchas que acompañaban a las demás.

     

    Ya todo iba viento en popa, la tranquilidad estaba volviendo a las dos sanadoras por las que se veía rodeado. Aires de ironía pasaron frente a su cara, provenían de la recién curada. Se encogió de hombros y suspiró despreocupado, la verdad poca importancia le dio a sus palabras. Estaba seguro de que si prestaba demasiada atención a las indirectas, no sería capaz de mantener encima la capa actitudinal que lo cubría.

     

    Escuchó como la banshee expresaba unas palabras que defendían a ambos de aquella malagradecida Paprika, puso los ojos en blanco al sentir la inutilidad de sus últimos actos. Le temblaban las sienes y no se pudo contener, soltó una risita — Veinticuatro horas, eh… ¿Y dónde estarías si hubieran sido veinticuatro y media?— Terminó entrecerrando los ojos.

     

    Notó que lo que había dicho no era tomado como algo precisamente amable, y aclaró su garganta buscando remediarlo. — En verdad fue muy oportuno el momento en el que llegamos, será mejor que trate de descansar ¿no?— Musitó eso último mirando fijo a Gatiux. No quería dejar una ventana abierta para que aquellas mujeres leyeran sus pensamientos.

     

    A sus oídos luego llegó la respuesta del porqué de semejante herida y esta vez no funcionó muy bien contener la risa, se le salió una carcajada y ahora si había sido bastante audible. Entornó los ojos sabiendo que lo que había hecho no iba a ser tomado por normal, entonces comenzó a bromear como mecanismo de defensa. — ¿Accidentalmente? Vamos mujer, por casualidad no se puede enterrar con tanta fuerza un objeto cortante en la piel

     

    Miró a ambas y se dio cuenta que su chiste no había sido cómico, pero él seguía riendo con una gracia peculiar. Se dio la vuelta buscando dónde lavarse las manos y cuando veía caer la sangre haciendo espirales mientras se perdía por la tubería, volvió a tener nefastos pensamientos. ¿Qué habría pasado si la hubiera visto morir, hubiese tenido alguna satisfacción? Aquellas interrogantes atravesaron su cabeza, haciendo que frunciera el ceño librándose momentáneamente de todo.

  6. Eliot Black Lestrange Haughton

    Al parecer tanto las profesoras como algunos alumnos sintieron correr un aire de frivolidad en el ambiente, eso al escuchar las preguntas que el joven Black Lestrange exponía en voz alta. No había sido intencional, estaba actuando de esa forma por lo despreocupado de sus palabras. No le interesó en ese momento estar en un ámbito académico. Sin meditarlo mucho preguntó lo que quería saber, aunque a lo mejor no haya sido lo más apropiado.

     

    Eliot evitó hacer notorios sus aires de triunfo al lograr aquella tensión en la clase. Miró al techo mientras las respuestas de Agatha llegaban a sus oídos, una por una iban siendo aclaradas sus dudas. Esperó con redobles en su cabeza a que fuera tocado el único tema que faltaba por mencionar, cuando éste llegó por fin, sus pies cayeron al piso con fuerza. La instructora estaba imponiendo un gesto de autoridad al hacer que él tomara la postura adecuada en el salón.

     

    La normalidad empezaba a invadir de nuevo el espacio, aquel trago amargo ya estaba siendo digerido por la mayoría de las personas. El carácter de las encargadas del grupo también pareció suavizarse mucho, ahora les tocaba pasar a otros puntos que serían más simples de abarcar. El muchacho con los ojos color azul noche no pudo evitar poner éstos en blanco, pues aquellas explicaciones le resultaban tan aburridas como las propias dudas en cuestión.

     

    «¡Genial! Otro más a quien soportar» Pensó en el momento en que un nuevo alumno se anunciaba y se disponía a pasar. Escuchó todo lo que éste tenía para decir pero a la vez pensaba en otra cosa, de repente fantaseaba con todo el salón lleno de cuerpos inertes cubiertos por un carmesí muy peculiar para él. Era cierto, estaba aburrido y necesitaba alguna distracción con urgencia.

     

    ¡Vaya, por fin!— Exclamó. Se levantó casi saltando de su asiento y salió disparado del salón, incluso adelante de Aimé y Agatha. Bajó las escaleras precipitadamente y recorrió todo el camino necesario hasta que divisó el jardín, era como ver la libertad después de estar encarcelado por varios años. La idea de continuar la clase en un lugar abierto lo animó nuevamente.

     

    Pudo observar un montón de escobas distribuidas en el piso estratégicamente, supuso de inmediato qué sería lo siguiente en ser impartido a los estudiantes. Hizo una mueca que llevaba algo de desdén consigo, pero luego la borró al encogerse de hombros y encaminarse hacia donde estaban.

     

    Ni siquiera una escoba decente— Murmuró cuando nadie podía escucharle. De pronto se vio rodeado de todos los que faltaban por llegar, y con un gesto despreocupado comenzó a prestar atención a las instrucciones. Antes de que éstas terminaran buscó una escoba que no estuviera tan zarrapastrosa, esperando a que pudiera empezar de una buena vez.

     

    Por los lados de la legalidad no había tenido encuentros con aquellos objetos voladores, pero en el pasado si lo experimentó desde muy joven de manera clandestina. Hacía apenas unos pocos días que asistió al ministerio para realizar el examen de vuelo, y eso como de costumbre se convirtió en una tortura, pero al final pudo solicitar el formulario para llenar tal formalidad.

     

    Parado del lado izquierdo de una de las escobas más atractivas, levantó su mano derecha y habló calmadamente — Arriba…— Con una ceja enmarcada más que la otra. El mango de la Nimbus salió disparado de manera ascendente, haciendo que fuera un poco tortuoso maniobrarla para que no siguiera de largo. La montó y dio un fuerte golpe al suelo con su pie, comenzó a elevarse no más de dos metros.

     

    Se le escapó bostezo mientras observaba a algunos luchando para que la escoba llegara a sus manos, y no estaba de ánimos para esperar a que lo hicieran del modo correcto. Comenzó a elevarse cada vez más, hasta que sus compañeros parecían hormigas en el patio de la academia. Se topó con su profesora, quien vigilaría desde las alturas y le saludo con una mueca.

     

    Le agradó el cambio en la temperatura, además de aquella sensación de vértigo producto de la pequeña descarga de adrenalina que tenía. Hizo un grito audible que probablemente escuchó todo el mundo, se emocionó por el tiempo que pasó sin volar. Comenzó a descender a una velocidad extrema, haciendo espirales hasta llegar al suelo. Tuvo que usar los talones para detenerse por completo, haciendo que se arrancaran algunas hiervas del piso.

     

    Rió un poco al tiempo que negaba con gracia, y se dirigió al resto después de un chiflido — ¿Una carrera o qué?— Aquello como el primer acto de acercamiento que había tenido con ellos, y como siempre no se debía a nada relacionado con la amabilidad. Eliot sólo quería lucirse, pero se le escapó de la memoria que aún estaba en la clase.

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  7. Eliot Black Lestrange Haughton

    Llevaba los ojos cansados a punto de cerrarse, odiaba levantarse temprano y más para dirigirse a las instalaciones del ministerio. Sabía que si se dignaba a ir en las primeras horas de la mañana le atenderían más rápido, y no tendría que soportar por mucho tiempo un lugar tan concurrido como ese. El cabello lo tenía exactamente como lucía al levantarse de la cama, a pesar de la ducha rápida que se había dado.

     

    Una vez atravesada la puerta principal se rascó la cabeza como gesto de obstinación, vio demasiadas personas sonrientes y vestidas con colores vivos ahí dentro, hablando de cualquier tontería posible que se les pasara por la cabeza. Trató de ignorar todo aquello y siguió lo más rápido posible directo al ascensor, entró y marcó el piso en el que se encontraba su destino: El departamento de transportes mágicos.

     

    Dentro de aquel pequeño espacio habían dos mujeres, una que permanecía callada y otra que hablaba tal cual guacamaya con una semana de hambre. Puso los ojos en blanco al tener que soportar aquel alboroto de chismoseo, hasta que por fin una voz sonó indicándole que estaba en el piso correcto. Salió del elevador como si su vida dependiera de ello, se volteó y les hizo un gesto de “Aleluya” a las insoportables que seguían montadas ahí.

     

    Caminó con calma, al menos ahí no estaba tan agobiante de personas. Una vez frente a la recepción esperó un par de minutos a que atendieran a otros hechiceros, se imaginó que lo más seguro era que venían por la misma causa que él. Odió a sus profesoras por tener que hacerle pasar todo aquello para una prueba, pero quería graduarse pronto y tener el máximo de conocimientos encima. Seguramente tanta tortura valía la pena.

     

    Era ya su turno y la persona tras la taquilla husmeaba un montón de papeleos, seguramente empezaba un día atareado. Eliot se aclaró la garganta con fuerza, haciendo que le mirara enseguida. Modificó su semblante como si de una máscara de tratara, y se dibujó una sonrisa amplia en el rostro. — Disculpe, sólo quería solicitar un formulario para realizar mi examen de vuelo— Apartó algunos cabellos de su frente esperando una respuesta.

  8. Eliot Black Lestrange Haughton

    Mazmorras

    Dados los últimos acontecimientos con aquella paciente, el corazón del Haughton aun latía con fuerza. No sabía a ciencia cierta si se debía a la exasperación causada por la ferocidad del momento, o si aquel desenfrenado palpitar era provocado por la batalla interna que estaba llevando a cabo con su razón y sus instintos.

     

    Ya la calma estaba invadiendo poco a poco la pequeña zona en la que se encontraban, si bien era bastante decadente, se podía experimentar más silencio que en los pasillos fuera de aquella parte. Escuchó como Gatiux le preguntó a Paprika qué le había sucedido, aunque Eliot pensó que era muy pronto para invadirla con interrogantes, mostró atención para escuchar aquella respuesta.

     

    Se tardaba en responder, quizá aún estaba demasiado débil para emitir alguna palabra o simplemente no tenía ganas de decir nada. Mientras aquella inmóvil mujer permanecía en silencio y su sanadora a la espera de una explicación, el Black Lestrange se alejó unos cuantos metros caminando en reversa. Una pared de piedra lo interrumpió haciendo que se golpeara un poco la cabeza. Sin separar los ojos de aquella escena empezó a resbalarse poco a poco, hasta quedar sentado en el piso.

     

    No era que el muchacho fuese un ser sensible, muchos magos habían perecido en el pasado gracias a sus interminables ansias de poder. Pero era un golpe duro para él tener que ayudar a alguien sin recibir nada a cambio, salvo quizá la gratificación por haber cooperado. Pero ¿de qué le serviría la gratificación? No estaba dentro de sus deseos obtenerla, su mente trabajaba a toda máquina intentando no demostrar aquel sentir.

     

    «¿Por qué tuve que trabajar aquí?» Pensó, olvidando por completo los propósitos de conocer curaciones que se había forjado al postularse para ser aprendiz. Al principio él sabía a lo que se enfrentaba, pero vivirlo en carne propia era más complicado que simplemente imaginarlo.

     

    Al cabo de un par de minutos se percató del drama que estaba haciendo, y se levantó de un salto. Afortunadamente nadie se había enterado de aquella escena de frustración, y eso lo alivió. «¿Qué pasa conmigo?» Se le pasó por la mente al tiempo que expandía de nuevo una gran sonrisa, se dirigió nuevamente a donde estaban las mujeres y alegremente expresó — Uff, que gran herida ¿eh? Es una suerte que llegamos a tiempo

  9. Eliot Black Lestrange Haughton

    Mazmorras, con Gatiux - Paprika

    Claro, ya entiendo...— Le respondió a Gatiux mientras ésta seguía en busca de aquella víctima que aún no había sido sanada, los gritos a lo lejos intensificaban los nervios que se estaban viviendo en el entorno de las mazmorras. Quizá la Banshee no le había escuchado al momento en el que él le respondía con los ojos entrecerrados asintiendo, ya que ella estaba pasando por momentos muy eufóricos como para prestarle a Eliot demasiada atención.

     

    Estaba recorriendo la vista por todos lados cuando de repente tanto él como Gatiux escucharon el susurro de aquella mujer, la sangre salía a borbollones de su cuerpo y las heridas parecían ser ocasionadas con la mayor de las frialdades imaginables. En esos momentos en Black Lestrange no supo cómo reaccionar, pero intentó meterse en el papel lo mejor que pudo. Se arrodilló hasta quedar a un costado de Paprika, sosteniendo su cabeza para que no hiciera movimientos demasiado bruscos.

     

    Eliot nunca había estado en el box, al parecer era el lugar a donde iban los casos de urgencias más severas. La sanadora no se había percatado al principio de que el joven le seguía, pero una vez ofrecida su ayuda se dio cuenta de que estaba dispuesto a cooperar. Entornó los ojos cuando escuchó aquellos hechizos que hicieron cerrar las heridas de la pobre mujer, para entonces ya casi se había desangrado por completo.

     

    Una vez suturadas las aberturas que tenía en el cuerpo, la calma empezó a llegar de poco. Puso mucha de su fuerza para ayudar a levantar la paciente a la camilla, una vez dejada ahí en total horizontalidad, Eliot miró las palmas de sus manos que estaban totalmente rojas, cubiertas de sangre.

     

    Se volteó para no ser observado y se llevó su mano derecha al labio inferior, tocándolo con los dedos medio e índice y notando como ésta temblaba por aquel zaperoco. Inhaló y exhaló con fuerza para controlar sus instintos y luego su atención se volvió a enfocar en la fémina herida.

     

    Esperó por unos momentos mientras Gatiux le quitaba la sangre de encima con una toalla, a pesar de que la mujer ahora estaba en ropa interior, el atractivo que el retorcido joven había visto en ella estaba desapareciendo con cada pasada de aquella tela. Observó cuando le estaban suministrando una poción y se preguntó qué sería y de qué estaba hecha, pero no quiso causar molestias en un momento tan desesperante. Luego preguntaría.

  10. Eliot Black Lestrange Haughton

    Mazmorras, con Gatiux.

    Mientras seguía a Gatiux permanecía en total silencio, esperando por las respuestas que ella debía darle. Permanecía con los sentidos afilados, pues los gritos y los quejidos que se escuchaban tras las puertas le ponían su atención enfocada en cada rincón del lugar. Sus pasos hacían eco, y el trote parecía un toque de percusión causada por ambas personas.

     

    El encuentro reciente con aquella mujer había provocado en él una serie de sensaciones más complicadas de lo que parecían, tenía de usar todo su repertorio de actuación para no dejar en evidencia el placer que le causaba aquel sitio, lleno de cadáveres y magos moribundos. Él tenía que hacerle creer a todos que la ayuda que iba a proporcionar al ministerio era pura, y sin ánimos de malograr a nadie. Y así lo hizo.

     

    Escuchaba a la fémina murmurar rápidamente palabreríos complicados, a lo mejor estaba tratando de recordar algún hechizo de curación, o la fórmula para realizar una poción medicinal. Eliot no estaba seguro porque no alcanzaba a escucharle con claridad, pero prefirió no interrumpirla. Seguían en marcha por el largo pasadizo que al parecer era más largo de lo que creía, y se sorprendió al notar la cantidad de secciones que había dentro.

     

    Suponía que aquella parte del hospital era la menos concurrida por tratarse de la sanación específica de los más indeseables del mundo mágico, se estremeció al imaginarse cómo hubiera sido su trabajo de tener que tratar con los “defensores del orden”. Quizás en ese caso no hubiera podido disimular nada bien su desprecio.

     

    Pasó justo al lado de una camilla bastante deteriorada, ésta tenía arriba a una persona casi inmóvil con una manda de lona áspera cubriendo sus piernas. Al notar el paso de las dos personas por su lado, comenzó a emitir gritos de auxilio. Eliot lo miró con un gesto nada sincero de lástima, y al dar el siguiente paso se encogió de hombros, seguramente ya alguien estaba en camino a ayudarle.

     

    El pelinegro empezaba a fruncir el ceño por no obtener ninguna respuesta a sus preguntas, que de verdad estaba interesado en conocer. Aclaró su garganta y decidió interrumpir la concentración de Gatiux — Entiendo que usted debe estar bastante atareada, puede asignarme a otra persona que me muestre un poco de qué va mi labor aquí— Dijo amablemente, mostrando su obstinación maquillada de consideración.

  11. Eliot Black Lestrange Haughton

    Mazmorras, con Gatiux.

    Observaba a la mujer haciendo una cantidad enorme de gestos, ella hablaba demasiado rápido. Se podía sentir la exaltación en sus palabras, al parecer había trabajo por hacer y Eliot estaba llegado en el momento correcto para proporcionar ayuda. Se hacía evidente en el ambiente que esa zona del hospital era muy concurrida.

     

    Tomó con algo de duda el kit que la banshee le estaba entregando, sintió que se iba a ver bastante ridículo con aquella indumentaria puesta. Obvió los zapatos, pero se puso la bata blanca que le identificaba como parte del personal, dejándose puestas sus botas de cuero negras. En su cara apareció un gesto de asco, no quería ni verse al espejo ya que sentiría vergüenza de sí mismo por aquella vestimenta nada acorde a él.

     

    «Ahora falta que me contagie de algo…» Pensó mientras comenzaba a seguir a la sanadora que le explicaría mejor lo que debía hacer. Pudo escuchar un grito de socorro ahogado por una puerta y luchó consigo mismo para no reírse, se llevó la mano empuñada a la boca para evitarlo. Debía permanecer bajo perfil y nadie podía enterarse de las cosas que pensaba ni sentía; pero eso no iba a ser problema ya que Eliot era un excelente actor.

     

    Caminaba firmemente detrás de la fémina, mientras iba captando lo que ésta le decía. Al parecer no podía entrar a las instalaciones sin ser acompañado por un o una sanadora, tampoco podía acceder de no llevar encima la ropa que lo identificaba.

     

    Asentía sonriéndole como si estuviera muy feliz de poder ayudar a los demás ahí dentro. Aun cuando eso no era cierto, sus expresiones eran bastante creíbles.

     

    Disculpe, en el momento en el que usted no esté presente… ¿Debo esperar a que un sanador entre para poder acceder al hospital, o debo hablar previamente con éste para entrar ambos al mismo tiempo?— Le preguntó mientras se aproximaban a lo que parecía la primera curación que iba a presenciar.

  12. Eliot Black Lestrange Haughton

    Aquel tiempo en la feria le había causado un tic en el ojo que se notaba con facilidad, Eliot era impermeable a todo lo que estuviera lleno de color y frescura. Sintió aquel escalofrío recorrer todo su cuerpo al atravesar el portal, y al llegar soltó un bufido que resonó en las paredes del aula de clases. Ya sus profesores estaban ahí, preparados para lo que seguía.

     

    Quizás la hostilidad de sus pensamientos se debía a las sensaciones que le produjo aquel escenario, todo tan silvestre y natural. Algunos recuerdos de su infancia y uno que otro trauma revivió de nuevo en su memoria, detestaba todo lo que le hiciera referencia a aquellos aconteceres; debe ser por eso que su repudio se podía evidenciar con tanta facilidad.

     

    Había sido el primero en marcharse del aula, pero el último en llegar. Notó que la mayoría ya estaba en sus asientos y el resto estaba por dirigirse a ellos, él siguió ese ejemplo y buscó el suyo. Al llegar al mismo se tiró desparramado como era su costumbre, y montó sus talones sobre el espaldar del puesto que tenía adelante. Sus mandíbulas se movían por motivo del masticar que el chico estaba ejecutando, tenía goma de mascar en la boca.

     

    Notó que sus profesores sacaron aquel artefacto mágico de piedra, nunca había visto uno en persona, pero pudo deducir de inmediato de qué se trataba. No dijo nada y actuó como si aquello fuera desconocido por él, miró el pensadero con atención y se preguntó para sí mismo qué iban a realizar ahora sus profesores. ¿Acaso los dejarían a todos en exposición mostrando sus recuerdos?

     

    Las memorias de Aimé y Agatha se mostraron en primer lugar, todos observaban con una atención infinita que parecía nunca acabar. El Haughton soltó uno que otro bostezo durante la demostración, además de inflar pequeñas bombas de chicle sin hacer mucho ruido.

     

    El objetivo de todo aquello era enseñarles acerca de los puestos que los estudiantes podrían desempeñar en el futuro dentro del mundo mágico. — ¡Por fin!, algo útil— Soltó interrumpiendo la concentración de todos, haciendo que voltearan a verlo, pues le habían escuchado claramente. Notó como sus instructores hacían una mueca de amargura que iba directo a él.

     

    Llegaba el turno de cada uno de los estudiantes, el aburrimiento lo invadía por completo. Algunos tenían cosas por mostrar, otros no tanto. Al fin y al cabo, qué tanta experiencia puede tener un aprendiz. Sonrió ligeramente cuando se enteró que compartía departamento con su profesora. San Mungo había sido el sitio dónde Eliot había empezado hacía poco como aprendiz, pero no iba a hablar de ello, puesto que sus recuerdos sobre el hospital no eran muchos.

     

    Bien tengo un par de preguntas— Comenzó a hablar el pelinegro sin ni siquiera levantar la mano, ni bajar sus pies del puesto que tenía en frente. Seguía mascando mientras continuaba — ¿Por qué a un aprendiz se le paga tan poco?, ¿Cómo rayos puede uno contactar a los duendes de Gringotts?, ¿Ustedes saben cómo se llega a la selección de un postulante para llevar a cabo un cargo? Y por último… ¿Cómo es que hay mortífagos en el cuartel general de aurores? Es que… Me llegaron algunos rumores— Terminó sonriendo.

     

    Sus compañeros lo miraban fijamente, parece que al ser el primero en expresar sus preguntas sin ni siquiera mostrar un pensamiento, los malhumoraba un poco. Se cruzó de brazos mientras su goma de mascar hacía pop, dejando eco por el lugar. Esperaba una respuesta a sus incógnitas, y como era propio de él, ignoraba todo tipo de miradas que hiciera indicios de desdén.

     

     

     

    OFF

     

    Aprovecho este off para decir que a MÍ si me gustó la clase, muy interesante la verdad :rolleyes: Aunque mi personaje no piense lo mismo, ya saben como es el muy mendigo :lol: Bueno les dejo ahora el link y mi ficha completa adjunta acá.

     

     

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    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/TituloFichadeEliot_zps4ffc0b6f.png

     

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloDatosPersonales_zps08acbe8c.png

     

     

    Nombre del Personaje: Eliot Black Lestrange Haughton

    Sexo:Masculino

    Edad: Joven. 10 de Agosto de 1990.

    Nacionalidad: Egipcio

    Familias:

    Haughton.

    Black Lestrange.

     

    Padre(s) Sanguíneo:

    Jocker Black Lestrange

    Anne K. Haughton

     

    Padre(s) Adoptivos: -

    Trabajo:

    San Mungo. Mazmorras (Heridos y Resurrecciones del Bando Mortífago). Aprendiz.

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloPoderesMaacutegicos_zpse404f45c.png

     

     

    Rango Social: Aprendiz

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando: -

    Nivel de Poder Mágico: -

    Puntos de poder en objetos: 20

     

    Hechizos adicionales: -

     

    Puntos de poder en criaturas: -

     

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: -

     

    Habilidades Mágicas:

     

    Habilidad 1: —

    Habilidad 2: —

    Habilidad 3: —

     

    Conocimientos Especiales:

     

    Conocimiento 1: —

    Conocimiento 2: —

    Conocimiento 3: —

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloPerfildelpersonaje_zpse495f1e4.png

     

     

    ● Raza: Humano

     

    ● Aspecto Físico: 1,80cm de estatura; complexión delgada de cuerpo definido, con piel de tono medio a claro; cabello no muy largo de color negro azabache; ojos grandes de color azul oscuro. Lleva puestos siempre pantalones de tela gruesa, algo elástica denominada por los muggles como Jeans; la parte superior de su vestimenta siempre va acompañada de una chaqueta negra con capucha, y dentro de la misma lo que lleve puesto puede variar de color, por lo general tonos púrpuras; en los pies siempre botas de corte largo con broches de de metal, y en las manos guantes de dedos cortados. El cabello por lo general desordenado; y en la oreja derecha un aro de metal negro con el orificio de 1cm de diámetro. También lleva un collar de oro blanco con el ojo de Horus como dije.

     

    ● Cualidades Psicológicas: Por lo general no menciona una palabra si no es necesario, suele reírse con sarcasmo de todo. Extrañamente las demás personas lo perciben como alguien interesante, puesto que tiene un aura de misterio le merita esa característica. No cae fácilmente en provocaciones, pero si se propone a cumplir algo no descansa hasta lograrlo. Detesta todo lo que tenga que ver con cosas amorosas y el mayor atractivo que puede percibir en alguien, aun no lo ha descubierto ni siquiera el mismo.

     

    ● Historia ●

     

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/ImagendeHistoria_zps805f1181.pngAl ser concebido por dos magos con descendencia bastante marcada por la codicia y el poder, esos atributos, o como él los llama "Dones", siempre estuvieron en su ser. Sus padres decidieron que Eliot naciera en egipto, tierra con grandes misterio mágicos y enigmática historia, pues creían que al tener su origen en ese lugar su hijo se empaparía de esas cualidades, y al parecer... No se equivocaban.

     

    Desde pequeño estaba interesado en los amuletos que le podrían proporcionar aumento a su poder y es por eso que los de su tierra predominan en el montón, de los cuales están inspirados sus intereses; aprender magia oscura era algo que le hacía brillar los ojos. Su familia lo mantuvo siempre al margen de todo aquello, pero eso fue algo que le dio más poder al deseo mismo de ser poderoso; varios acontecimientos en su infancia lo hicieron perder poco a poco el hecho de poder sentir sentimientos hacia las personas, por lo que su sangre se fue tornando fría; luego, hiciera lo que hiciera o fuera cual fuera la consecuencia, el remordimiento no era algo que le quitara el sueño, si obtenía lo que quería, para él estaba perfecto cualquier tipo sacrificio; y a medida en que fue creciendo, la intensidad de ese hecho aumentó mucho.

     

    Aprendió muchas cosas en poco tiempo, al punto de sorprenderse por sus habilidades, no tiene amigo al que le puedo llamar "amigo". Extrañamente cree que con sigo mismo tiene más que suficiente; a su corta edad sabe mucho sobre todo tipo de imágenes, talismanes, historias y demás cosas que le proporcionarían protección o poder. La inteligencia es una cualidad que resalta de su personalidad, y se hace notoria en él, por el hecho de permanecer la mayor parte del tiempo callado, analizando situaciones, descubriendo alternativas, y explorando posibilidades. Su casa de Hogwarts fue Ravenclaw, y a pesar de que no duró mucho en la escuela, se empapó de todos los conocimientos que pudo hasta que se vio a si mismo satisfecho y consideró que no era necesario seguir, ya que no aprendería nada que le fuese útil, se marchó al finalizar el cuarto curso, y aun hay historias que surgieron durante su estadía en el colegio, que nunca se verificaron, pero siguen latentes.

     

    El poder del Lethifold también llama mucho su atención y está en búsqueda de uno para apoderarse de él; ya que ésta criatura puede escabullirse en los aposentos de sus victimas y asesinarles mientras duermen, Eliot no tendría la necesidad de mover un dedo para obtener algo que sea de su interés conseguir, por otra parte tiene la idea de que en alguna batalla a muerte la evidencia sea retirada limpiamente, sin dejar rastro alguno de sus actos. A demás la destreza que tiene para asfixiar a sus víctimas le causa placer, pues se asemeja mucho a la de una serpiente constrictora, otra de sus fascinaciones.

     

    Su vida consiste en seguir sus propósitos, sean considerados buenos o malos por la sociedad, eso le interesa en lo absoluto, poco se deja ver durante el día, y su habilidad para escapar de persecuciones es bastante elevada. Los magos que le conocen lo pueden buscar en las en las que la luna se dibuja totalmente redonda, los aullidos de los hombres lobo, le hacen relajar su mente, y hace que sea más fácil el surgimiento de una conversación.

     

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloPertenencias_zps8314ee87.png

     

    Objeto Magico Legendario:

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita Mágica: 28 centímetros, madera de Vid, fibra de corazón de dragón, rígida. Tiene color marrón oscuro.

     

    Clasificación: AA.

     

    Puntos: 20

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criaturas en la Reserva:

    Elfos: Dorian

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Subtitulolicencias_zps0a76c537.png

     

     

    Licencia de Aparición:

    Licencia de Vuelo de Escoba:

    Registro de elfo: Dorian

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloOtrosDatos_zps9a1aff64.png

     

     

    Su Patronus tiene forma de Chacal.

    Siempre hace viajes en solitario.

     

    http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloLinks_zps897c549b.png

     

     

    Link al Perfil de Comprador MM:

    Link a Bóveda Personal: Bóveda 101258

    Link a Bóveda Trastera:

    Link a Bóveda de Negocio:

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 78195

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda 84511

     

     

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  13. Mazmorras

    El eco de una gota se escuchaba con cada paso que Eliot daba, alguna filtración estaba causando un ritmo bastante fúnebre en el ambiente de aquella parte de San Mungo. Al constante golpeteo lo acompañaban algunos quejidos, provenientes de todos lados y se quedaban retumbando en la profundidad del lugar. Ante aquella sensación que producía todo el entorno combinada con la ausencia de luz, el muchacho dejó escapar ligeramente una sonrisa.

     

    No podía ocultar el agrado que sentía caminando a través de lo que parecía la sección más lúgubre del hospital, ligeramente le recordó a su habitación en el castillo Haughton. Si bien sus aposentos no estaban tan impregnados de dolor y de hostilidad, la sensación producente al estar dentro era muy similar en ambos sitios. «Y pensar que lo que he venido a hacer aquí es trabajar…» Aquellas palabras se le cruzaron por la mente al recordar a qué se había adentrado en las mazmorras.

     

    Días antes el joven de cabellos oscuros había recibido una lechuza del ministerio de magia, se había sorprendido bastante al punto de pensar que se trataba de un error. Tiempo atrás había mandado la solicitud sin mucho optimismo para entrar como aprendiz en el departamento de salud, más específicamente el Hospital San Mungo. Para nadie era un secreto que Eliot buscaba siempre todo tipo de nuevos conocimientos, que quizás nunca aplicarían sinceramente en pro de los demás, pero que de todos modos le servirían en cualquier ocasión.

     

    Su personalidad hostil podía ser muy bien maquillada cuando él así lo deseaba, claro está que la mayoría de las veces no le preocupaba mostrarse como realmente era, pero dado el caso de aquel empleo debía mantenerse bajo perfil. Todo lo que tenía que ver con el ministerio le provocaba alergia, pero tenía sed de saber y seguramente se mostraría muy serio en su desempeño; a pesar de que lo más seguro es que tuviera que aguantar las ganas de vomitar en múltiples ocasiones.

     

    Había llegado al punto cumbre de su pequeño recorrido y entonces cruzándose de brazos anunció su llegaba con un carraspeo bastante audible, nadie respondió y entonces se asomó en busca de alguien que le atendiera. — ¡Hola! Soy el nuevo aprendiz… ¿Hay alguien?— Dijo con voz amable pero en un tono alto, esperaba que algún superior le recibiera para iniciar cuanto antes su labor. Se había puesto la máscara perfecta de cordialidad que tan poco acostumbrado estaba a usar.

  14. Eliot Black Lestrange Haughton

    Estaba tirado bocarriba sobre su cama, una pierna colgaba a un lado del colchón debido a la posición que su cuerpo tenía mientras dormía. Era muy temprano, y para las costumbres del joven aquellas horas eran en las que tranquilamente aún dormía sin problemas. Estaba ya entre dormido y despierto, pues su siguiente clase en la academia se impartiría en los próximos minutos. Sin embargo las sábanas se aferraban a su cuerpo como un guante a la mano de un boxeador.

     

    La ventana permanecía abierta y algunos rayos matutinos del sol atravesaban la habitación, pero eso no era lo que le molestaba. El sonido de las aves en la mañana se hacía más intenso a medida que pasaba cada segundo, Eliot no lo soportó más y tanteó sobre su mesa de noche con los ojos aun cerrados hasta encontrar su varita.

     

    ¡Confringo!— Gritó con furia apuntando al árbol que estaba cercano a la ventana, dónde los pájaros hacían más escándalo. Una explosión de tamaño considerable se generó entre las ramas y la bandada de aves salió a toda velocidad, espantadas por aquel acto de maldad.

     

    Se sentó y entonces una mueca de desdén se dibujó su cara, acompañada de un gemido mientras estiraba los huesos. Se había olvidado por completo de las exigencias de aquella clase, la lechuza previa lo había especificado muy bien y tendría que asistir a la academia con una vestimenta que identificara sus raíces.

     

    ¡Dorian!— Dijo con fuerza mirando a la puerta, la cual se abrió a los pocos segundos mostrando al elfo tras ella, que se apresuraba a entrar con un bulto de ropa en las manos — Aquí tiene amo…— Le dijo al ojinegro y se apresuró a salir casi corriendo de la habitación, pues siempre era evidente la mezcla de devoción y miedo que sentía aquella criatura por su dueño.

     

    Rascándose la cabeza el Black Lestrange se apresuró a ducharse, podía sentir la relajación próxima a aquel acto, pues los chorros de agua descendían desde su cuerpo hasta el suelo formando cientos de cascadas por doquier. Habiendo salido de aquel baño matutino se apresuró a desamarrar el paquete que Dorian le había traído y tal como se lo ordenó, todo lo que le había pedido traer estaba dentro.

     

    Con su cuerpo totalmente desnudo prosiguió a vestirse y después de haberse puesto la ropa interior, un camisón blanco de cuello recto se deslizó por su torso. Si bien Eliot sabía que en Egipto aquel tipo de ropajes era más largo, no se iba a poner uno idéntico que llegara hasta los tobillos, entonces representó aquello con una pieza más corta que llegaba justo a la cintura. Algunos adornos en hilo dorado se podían apreciar a lo largo de las mangas. En la parte baja se puso unos jeans negros que hacían resaltar aún más la parte superior de su atuendo, y en los pies unas sandalias del mismo color que dejaban al descubierto los dedos de sus pies.

     

    Se puso frente al espejo y se miró a sí mismo fijamente, prosiguió con bastante enojo a peinar sus cabellos hacia atrás, acto increíblemente inusual en su caso. Y sacó una especie de pintura negra que procedió a colocar en la parte inferior de sus ojos, resaltando aún más el negro intenso en su mirada. En el antiguo Egipto tanto hombres como mujeres usaban maquillaje sobre sus párpados.

     

    El viaje desde su residencia hasta la estructura de la Academia de Magia había sido extrañamente corto, quizá los pensamientos y expectativas sobre la clase habían acortado el viaje drásticamente. No era de su importancia quién impartiría la clase ni con quién se encontrara en ésta, solamente quería abrir su mente a nuevos conocimientos que seguramente en el futuro usaría de manera egoísta para su propio beneficio.

     

    Podía observar los murales y columnas que formaban la edificación y se apresuró a llegar hasta el tercer piso, pues ya iba bastante retrasado y a pesar de sus pocos ánimos de responsabilidad se sintió interesando por saber de una vez de qué iba a tratar aquello. Abrió la puerta sin anunciarse y paso directo a un asiento, se puso sobre él y escuchó lo que sus profesoras decían, notando que ya estaban todos dentro y que compartía sección con algunos ex compañeros.

     

    Todo aquel ambiente de presentaciones hacían que su expresión de asco se hiciera evidente, era prácticamente una tortura socializar con otros y más si habían tantas personas presentes. Permaneció en silencio esperando salvarse de todo aquello y en efecto así fue, a lo mejor sus profesores habían notado el poco interés que Eliot sentía para con dicho pronunciamiento, o quizá simplemente olvidaron hacer hincapié en conocer más del muchacho.

     

    Una de sus instructoras hizo aparecer a un costado de la puerta una especie de agujero negro, que no absorbía nada, pero que iba a servir como portal para llegar a la feria de inmigrantes donde comenzarían formalmente su recorrido en la clase. Escuchó cómo Agatha ordenaba atravesarlo con bastante frialdad; ni siquiera la dejó terminar cuando ya se había lanzado dentro de él desapareciendo por completo del salón ante los ojos de todos.

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    OFF: ¡Hola a todos! Me llamo Luiggy, soy venezolano y estudio Diseño Gráfico. Me gusta mucho el cine, la literatura y todo lo relacionado con la ficción. Soy bastante sociable, una característica que me diferencia por completo de mi personaje Eliot, que es bastante asocial y sombrío; él y yo somos totalmente distintos así que no tienen de que preocuparse Jeje. Bueno, espero leerlos bastante y será hasta pronto. :P

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  15. Eliot Black lestrange Haughton

    El muchacho le metía el dedo índice a su baso de ron jugando con los hielos que quedaban en el fondo, éstos hacían un sonido de tintineo que seguramente molestaba a más de uno dentro de la taberna. Mientras jugueteaba con su trago podía escuchar la pequeña conversación que su madre tenía con la mujer que hacía poco había conocido en otro sitio, y con la que no había tenido simpatía alguna al parecer.

     

    Deja que yo te conteste eso madre…— Expresó el joven levantándose se su taburete. —Otro ron por favor, y con bastante hielo— Le dijo al empleado antes de continuar, percatándose de que dos vasos de ron no le harían gran cosa a su organismo en esos momentos. Continuando con la conversación que había dejado a medias con las dos féminas que le acompañaban, dijo — Me la he topado hace poco, pero su cara ya se me empezaba a borrar, eso es todo…

     

    Su madre quedó con una expresión de intriga en su cara, al parecer la respuesta que Eliot le había dado no había sido la que ella esperaba. Aun con las dos bellas mujeres en frente se percató de la rabia disimulada con la que Juve lo observaba, obviamente a nadie le agrada aquel tipo de trato, pero el ojinegro no conocía otros modos.

     

    Se volvió a sentar y pronto en su cara una sonrisa de dibujaba, al parecer Eliot quería que todo marchara bien frente a los ojos de su madre, pues si poco le importaba lo que el resto del mundo pensara, los tratares con su progenitora siempre iban a ser distintos. Claro, nunca pasaban de unas cuantas frases, pero tratándose de que él quería llevar la fiesta en santa paz era un logro increíble dentro de lo que cabe. Quizá el tiempo que había tenido sin verle había motivado algo dentro del muchacho, aunque él jamás iba a aceptar tal cosa.

     

    En el sitio empezaba a hacer bastante calor, todo indicaba que el clima se venía con furia sobre él, pues nunca dejaba su preciada chaqueta negra. Sin embargo puesto que el ambiente lo demandaba se la quitó y le hizo un gesto a Ángel Caído con ella, como si se la fuese a tirar encima, pero no lo hizo y en vez de eso esbozó una media sonrisa negando a la vez con gracia.

     

    Te la encargo por favor, espero verla cuando vuelva al castillo intacta— Al finalizar aquellas palabras puso en las manos de Anne su preciada prenda y salió de la taberna, nada más que con una camiseta roja que dejaba ver descubiertos gran parte de los brazos marcados de pelinegro. Al cabo de unos segundos ya estaba encaminado a sus clases de la Academia.

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  16. Eliot Black Lestrange Haughton

     

    El calor empezaba a hacerse notorio puesto que el joven mal humorado sintió correr por su espalda una gota de sudor, no quería desprenderse de su chaqueta, pero era evidente que el clima no estaba de su lado. De muy mala gana se deshizo momentáneamente de ella entregándosela a su madre, con quién estaba compartiendo un par de tragos en la taberna dentro de las instalaciones de la academia de magia.

     

    Si bien Eliot estaba esperando desde hacía ya bastante tiempo su clase de Duelo Básico no le animó mucho conocer la hora de su inicio, pues a pesar de sus ansias de conocimientos, estudiar por la mañana no le simpatizó en lo absoluto

     

    Sucesos cercanos pasaron por su memoria tan rápido como los movimientos de una Snitch Dorada, reafirmó para sus adentros cómo el tratar con las demás personas nunca resultaba y cómo por ese mismo motivo odiaba todo tipo de contacto con las mimas. Mientras pasaron esos pequeños instantes de Flashback, comenzó a dirigirse a su clase con pasos firmes y esta vez con algo más de color en su vestimenta.

     

    Al no llevar puesta aquella prenda de cuero con capucha, solamente había quedado vestido con una camiseta rojo fuego de cuello en V; unos jeans azul oscuro acompañaban su atuendo para ser complementados luego con sus botas de cuero negras. Los rayos matutinos del sol golpeaban bruscamente las hebillas metálicas de su calzado, haciendo que sus pasos se notaran el doble al andar.

     

    Caminó por un largo rato hasta que el aula correcta se dejó ver inmersa en la gran estructura, observó como ya la mayoría estaba dentro incluyendo a sus maestros. Se aproximó más hasta quedar frente a la puerta que se encontraba entreabierta, y golpeteó la misma para avisar su llegada. La abrió y dio un paso al frente, se pudo dar cuenta de que estaban ahí algunos compañeros de su nivel anterior de estudios en la academia. Pudo recordar aquella conflictiva clase, y en su lenguaje corporal se hizo notorio un levantamiento de hombros bastante irónico, aunque nadie entendió el porqué del mismo.

     

    Se sentó con la pierna sobre su rodilla y escuchó la explicación de sus maestros sobre el contenido de la instrucción de duelo; sus ojos se dilataron de la emoción al saber que iría a Roma. Si algo podía cambiar el humor de Eliot además de observar el cielo nocturno, era todo aquello que tuviese que ver con historia y acontecimientos pasados con la suficiente importancia como para ser recordados.

     

    Su profesora hizo aumentar el tamaño de un traslador en forma de reloj de arena y supo que el viaje no sería para nada ameno, odiaba viajar de esa manera, ya que durante el corto recorrido experimentaba siempre el sentir de cómo su alma se despegaba de su cuerpo dando vueltas en interminables espirales. Claro está que todo eso era psicológico pero de igual forma lo odiaba, por eso la expresión de emoción en su semblante pasó a ser una repulsión de inmediato.

     

    Su profesora ordenaba tocar aquel artefacto para irse directo al coliseo, y se levantó para tocarlo al tiempo que todos lo hacían. Prefirió irse en el primer grupo ya que a pesar del mal humor y la oscuridad que rodeaba a la fémina instructora, le inspiró algo parecido a la confianza. No era que desconfiaba de su otro maestro, pero por lo complicado de aquel joven era predecible la decisión de con quién se iría.

     

    Al momento en que tocó el reloj el mundo se transformó en una espiral eterna en la que todos estaban metidos, aquella sensación extraña se apoderó de él por unos segundos y al cabo de un pestañeo estaba tirado boca arriba en el suelo arenoso del coliseo.

     

    ● ● ● ● ● ● ● ● ● ● ●

     

    El viaje no le había caído bien y por eso lo odiaba, recuperó pronto su energía y miró a su alrededor, aquella estructura era poesía materializaba en rocas y muros. Cuando finalizó la hipnosis que le proporcionó aquella vista notó que su vestimenta había cambiado por completo, tal y como se lo habían advertido los encargados del grupo.

     

    La parte superior de su cuerpo estaba cubierta por una lorica romana en malla de metal, se ceñía por completo a la forma atlética de su cuerpo; el antebrazo cubierto también por muñequeras plateadas. Aquel metal blanquecino conformaba en su mayoría casi toda la armadura, exceptuando la parte baja que estaba hecha con una especie de cuero vino tinto resistente. De repente pudo notar como el viento ya no movía los mechones de cabello frente a su rostro y fue cuando se dio cuenta de que tenía el pelo peinado, llevado por completo hacia atrás.

     

    Comenzó a tocarse partes de su cuerpo notando que algo faltaba, su varita había desaparecido. Entonces observó cómo su profesora estaba transformando rocas en leones de gran tamaño usando una espada, miró al resto de sus compañeros y notó como todos tenían una de esas incluyendo al profesor. Dedujo de inmediato que su nueva arma de acero tenía el mismo poder de su varita, puesto que ésta se había transformado en el nuevo objeto.

     

    Desenvainó aquella hermosa arma, tan elaborada y complicada como su mismísima personalidad, admiró el diseño por un momento pero fue interrumpido por lo que ahora acontecía. Tauro se acercaba con los recién creados depredadores hacia el grupo, entonces Eliot pudo comprender que todo sería exactamente igual a un show de gladiadores de aquellas épocas remotas. Como un reflejo instintivo empuño la espada poniéndola directo hacia las fieras.

     

    Los reflejos del arrogante joven estaban a cien por hora y entonces pudo notar como Kris colocó una especie de escudo sobre ellos, pero no se confió en lo absoluto. La alerta era permanente y no pudo evitar pensar en lo peligroso que resultaría, y haciendo una mueca de asco ante aquellos animales se pasó el antebrazo por la cara, para luego escupir al suelo. Entonces fue cuando notó que la fémina de cabellos azules, con disfrute encima soltaba a los animales que sin más se vinieron encima de todos.

     

    Un león venía a toda velocidad sobre él, estaba ya demasiado cerca y dando un salto abrió su hocico de manera desproporcionara. Con la espada frente a él apuntando a la vestía gritó —¡Incárcerus! — Y tres cuerdas salieron en el acto, dejándolo inmovilizado, la arena hizo una nube de color bronce cuando aquel animal cayó con fuerza sobre el suelo.

     

    Los sentidos estaban más agudizados que nunca y como si aquel felino no hubiera sido suficiente dos más venían a toda velocidad por Eliot, a una distancia casi imposible de evadir. Se tiró hacia atrás con las manos extendidas dando un giro entero antes de caer, eso le dio algo de tiempo y apuntó a su derecha directo al león que estaba más cerca y dijo —¡Sectusempra!— de inmediato un montón de heridas hicieron que el león callera debilitado y su sangre comenzaba a salir a borbollones.

     

    Se dio la vuelta rápidamente y cuando la siguiente bestia estaba a menos de dos metros de él empuñó de nuevo la espada gritando — ¡Locomotor Mortis!— Y el pesado animal cayó al suelo imposibilitado para seguir corriendo. Debido a la fuerza que éste traía el muchacho pelinegro tuvo que apartarse rápidamente para que de igual forma no le cayera encima.

     

    Notó como todos batallaban y con la exaltación aun encima dio un paso hacia atrás mirando atento a todos lados. Quizás había sido peligroso, quizás no… Pero algo era seguro, Eliot estaba sonriendo esperando a lo próximo que sucediera con la espada sujetada fuertemente.

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  17. Eliot Black Lestrange Haughton

    Usó sus dedos como peine y apartó los mechones de pelo que caían sobre su frente, miraba a su madre con una extraña sensación encima. Quizá hacía casi un mes que no hablaba con ella, y el tiempo transcurrido desde su reencuentro era tan sólo un poco más de tiempo. Todo indicaba que sería una conversación típica llena de preguntas, como era la costumbre de aquella mujer.

     

    Tomó el vaso el ron que le habían servido y comenzó a ingerirlo, podía sentir como aquel líquido bajaba quemando su garganta, parecía fuego lo que sus papilas gustativas estaban degustando. Seguía con la sonrisa encarada, bien plantada frente al rostro de su progenitora. Aquella expresión la ponía feliz, pero Eliot ya no estaba seguro de qué le ocasionaba tal reacción; estaba sereno en esos momentos, pero tampoco estaba ni cerca de experimentar un momento feliz.

     

    Como respuesta a la pregunta de su madre sobre cómo se encontraba y qué contaba de nuevo, dio como respuesta una encogida de hombros. Parecía por un momento más preocupado en observar el lugar, como único acto masoquista que siempre estaba dispuesto a realizar. — Bien madre, todo bien… Ya sabes, la academia, etcétera, etcétera…— Pronunció casi al mismo tiempo en que se llevaba su trago a la boca.

     

    Y de repente, como una migraña de esa que no se quita ni con mil analgésicos a la vez, llegó Juve. El destino hacía una jugada cruel nuevamente, no era la primera vez que lo hacía y Eliot tenía que soportar los caprichos de ese mandón intangible. Había mucho terreno en la academia, muchos pasadizos, construcciones, locales y casas; demasiados sitios pero Juve tenía que llegar a interrumpir su paciencia y lo que parecía la máxima expresión de cariño que había tenido con su madre justo en la taberna.

     

    Escupiendo un hielo con fuerza a los pies de la atractiva fémina, la miró de abajo a arriba como si se tratara de un crucigrama difícil de resolver — Gracias al cielo que no, madre… Jamás la he visto— Y apartó la mirada. Ahora se concentraba en las botellas que resplandecían en los estantes, quería elegir su siguiente trago ya que en su vaso sólo quedaba hielo sin nada más.

     

    Su madre no era la persona con la que más hablaba en el mundo, pero si algo sabía Eliot era que no se trataba de alguien est****o. Así que era obvio que había notado la tensión entre la nueva presencia y su hijo. Se dispuso a mirarlos a ambos y ahora al parecer la conversación había pasado a ser de tres.

     

    El joven rascaba su cabeza, muestra de que su lenguaje corporal lo podía delatar en ocasiones, no era nervioso que estaba sino incómodo. No había podido evitar recordar las molestias que otras mujeres le habían causado anteriormente y cómo no había podido aliviarse de esa enfermedad por tratarse de familiares; ahora resultaba que esta nueva molestia era una amistad cercana de su madre. Ante todo esto soltó un suspiro bastante hondo y soltó con calma:

     

    Parece que la lotería siempre se la ganan los que no se merecen a la suerte…

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  18. Eliot Black Lestrange Haughton

    El muchacho salía de un sitio y comenzaba a caminar dirigiéndose a otro, se rascó al cráneo pasando los dedos bajo su capucha negra. Al parecer estaba olvidando algo que parecía importante, pero extrañamente no recordaba qué era esto que se le escapaba de la memoria en esos instantes.

     

    El reciente encuentro con otra molesta mujer lo había puesto nuevamente de mal humor, quería relajarse de alguna manera, pero aún era de día, las estrellas tardarían en dejarse ver y el esplendor de la luna se hacía esperar para ser admirado por Eliot.

     

    Caminando sacó un cigarrillo de su bolsillo trasero y lo encendió, comenzó a caminar lentamente mientras soltaba nubes de humo marcando su trayectoria. Buscó dentro de su memoria algún sitio al cual ir, estando aun dentro de la academia sus opciones eran bastante reducidas. Fue entonces cuando su memoria se aclaró al 200% pues no solo recordó su pendiente, sino que al mismo tiempo había encontrado un lugar al cual dirigirse.

     

    Buscó pronto algo que le indicara la hora y al darse cuenta de que iba tarde se apresuró al caminar, el encuentro con su madre ya estaba retrasado y seguramente tendría tiempo esperándole. A Eliot no le hacía mucha gracia tener que ver a su progenitora y contarle mil y una cosa, ella era muy curiosa respecto a su vida, así que eso le desanimaba.

     

    A pesar de todo se apresuró y al cabo de un minuto ya se podía ver la fallada de aquella taberna cuyo nombre era “El Loro Tartamudo”, observó a su madre en la entrada y al pasar frente a ella la tomó del brazo sin decir una palabra, una vez estando frente a la barra le dijo al empleado — Un vaso de Ron…— Al tiempo en que podía su puño sobre la madera.

     

    Su madre lo miraba con expresión de sorpresa, pero tras aquella imagen en su rostro el joven sólo le ofreció una sonrisa mientras se quitaba de encima su capucha. Se sorprendió ante el gesto que había parecido sincero, y en un tono burlón le dijo a Anne — ¿Acaso no te alegras de verme, madre?

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  19. Eliot Black Lestrange Haughton

    Observó con detenimiento como aquella mujer le expresaba su desdén en cuanto a su comportamiento, el muchacho la observaba con una media sonrisa en la cara. Sonreía no por ningún agrado, sino porque le parecía muy gracioso tratar con personas intimidadas sólo con miradas indirectas y en tal caso disgustadas por supuestos malos modales.

     

    Se cruzó de brazos y la miraba a los ojos, con esos ojos oscuros en los que cualquier mortal se perdería poco a poco. Eliot tenía la facilidad de atraer a las personas, con su apariencia de muchacho bueno podía engañar involuntariamente a más de una persona; pero sólo bastaba con conocerlo por unos minutos para poder enterarse de con quién en realidad trataban.

     

    Ahora Juve parecía hablar sola, pero al mismo tiempo dirigiéndose a la que hacía poco había subido las escaleras. Aquella aclaratoria le hizo pensar a Eliot que se trataba de una mujer obsesionada don la ley y el orden, lo cual hizo que se le saliera un gesto parecido al que uno hace cuando está a punto de vomitar.

     

    Caminó hasta encontrarse muy cerca de la Black y tomó un mechón de cabello, con sus dedos índice y pulgar. Alzó el segmento de pelo hasta que su oído derecho quedó descubierto y pronunció muy calmadamente y a manera de susurro sepulcral las siguientes palabras:

     

    Lo que debes saber sobre mí, señorita, es que me importa muy poco lo que te preocupe, si te parece que soy una persona mal educada, eso se me resbala como el aceite.

     

    Al terminar aquella frase frívolamente tomó su chaqueta con fuerza, haciendo que casi se callera la silla en la que estaba puesta. Lanzó una última mirada a la fémina a la que estaba dirigiendo su desprecio y se aproximó a la salida, dejando el libro a medio leer sobre la mesa.

     

    Un minuto después Eliot estaba fuera del lugar, esperando no toparse con más molestias dentro de la academia.

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  20. Eliot Black Lestrange Haughton

    Con la cabeza prácticamente metida dentro del libro, poco le interesaba lo que sucedía en su entorno. Era uno de esos libros que le gustaba por todo el contenido histórico y saberes sobre magia que llevaba dentro; devoró sus páginas con bastante rapidez y en el proceso notó similitudes con historias que sus padres le habían contado en su niñez. Los primeros años de su vida, los más perturbadores pero también los que más llenos de recuerdos estaban.

     

    Su estado durante aquellos largos minutos se podía comparar con un trance, pero de esos leves que uno sufre en ocasiones; por ejemplo cuando nos estamos tomando el primer café de la mañana que nos solemos perder en nuestros pensamientos y el resto del mundo se nubla por completo. Así mismo era lo que sentía el apuesto muchacho mientras pasaba las páginas con frialdad.

     

    Escuchó un sonido ahogado que se dirigía hacia sí, y con algo de impresión encima sacudió la cabeza para volver por completo del estado en el que estaba mientras leía. Era de nuevo la mujer llamada Juve; lo que expresaba a simple vista era una expresión quizá de preocupación o desasosiego. Eliot se encogió de hombros, no le prestó para nada ni un poco de su interés en lo que tenía para decirle y regresó la mirada a las desgastadas páginas de su libro.

     

    Tocó su cuello como una reacción involuntaria, haciendo evidente la sensación que sentía en la garganta al encontrarse totalmente seca. Desde la borrachera que había experimentado hace poco a causa de una botella de ron, no había probado otro líquido. Para su suerte la librería en la que se encontraba también tenía una barra en la cual se servían bebidas, se acercó a dicha barra e hizo un intercambio de dinero por un té helado que se tomó casi en el momento.

     

    Su bebida se estaba terminando y comenzaba a hacer un sonido de succión bastante escandaloso, a causa del poco líquido que quedaba al final del vaso. Estaba por llegar de nuevo a su mesa cuando fue interceptado por la nerviosa presencia de la fémina que lo había estado mirando; le expresó disgusto al muchacho con la voz temblorosa. — Un momento, yo no te he estado viendo… Deja la esquizofrenia para tu terapeuta— Al cabo de aquella frase aclaró su garganta, puso el vaso vacío sobre la mesa y retomó su posición inicial.

     

    Antes de continuar con su libro dirigió una mirada a Juve quien seguía expectante mirándole, a lo mejor no estaba acostumbrada a que un chico la tratara de tal manera; y era que Eliot jamás aprendía como tratar a otro individuo de carne y hueso. Finalmente la miró de nuevo con el ceño fruncido y enterró la vista de nuevo en la historia que tanto le había gustado.

     

    Su visión recorrió uno o dos párrafos, pero esta vez con más lentitud que antes, pues el joven con toda la parte delantera de su cabello en la cara, aun podía sentir la presencia de la muchacha y esto empezaba a incomodarle. Apartó unos mechones de sus ojos para observar como alguien más se percataba de la situación y habiéndose sentido incomoda, se apartó al siguiente nivel del establecimiento <<Por qué no hice eso antes…>> Pensó.

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  21. Eliot Black Lestrange Haughton

    Era la primera vez que Eliot ponía los pies sobre el suelo de aquel establecimiento, le resultó un poco tosco pero eso no fue motivo suficiente para obligarlo a devolverse. No quería pisar el Callejón Diagon durante un largo tiempo, pero dadas las circunstancias ocurridas últimamente en su casa materna y paterna, se le ocurrió volver para entrar en un lugar distinto.

     

    Habiéndose encontrado dentro de la librería, dudó por un momento si debía quitarse o no su preciada chaqueta negra de cuero. Después de un momento se decidió a quitársela de encima para descansar sus hombros por un rato, además que el calor que hacía dentro iba a causarle que empezara a sudar. Sin embargo, no la dejó en ningún sitio, la tomó con fuerza y comenzó a caminar hacia dentro del local.

     

    Sin la chaqueta puesta se podían notar las líneas que marcaban casi toda parte visible de su cuerpo, teniendo solamente una camiseta roja puesta, era fácil divisar la definición de su espalda y brazos. Observó que había muy poca gente y el silencio se hacía presente en la librería, cosa que le agradaba, quizá por fin había encontrado un lugar para pensar con claridad.

     

    Miraba por todos lados buscando alguna sección que le incitara el deseo de lectura, pero ninguna lograba otra cosa que formar una mueca de asco en su rostro. Continuó y vio un anaquel donde al parecer había libros de historia empolvados con las mesas cercanas de igual forma deterioradas, a lo mejor por el tiempo que tenían sin limpiarse. A simple vista no era una zona concurrida.

     

    La primera impresión que tuvo era que no había nadie más ahí, así que se adentró con algo de emoción inexpresiva hacía dicho estante, tomó un libro cuyo lomo era dorado y lo abrió. Aquel ejemplar trataba de mitología egipcia, sus ojos se entornaron al enterarse de su contenido y sin lugar a dudas se dirigió hasta una de las mesas para disfrutarlo.

     

    Iba aun con la cabeza enterrada en el libro con los mechones de cabello sobre su rostro, éstos no dejaban que su campo visual estuviera completo. Cuando cruzó el final del gigantesco anaquel tropezó con una mujer que llevaba por nombre Juve, él no la había visto nunca antes, pero no se detuvo a verla por más de un segundo. <<Ojalá que no sea una molestia más>> Pensó mientras enterraba de nuevo la vista en el libro y proseguía a sentarse.

     

    Pasó sus manos sobre el tablón de la mesa para limpiar un poco la mugre, la acción causó que sus tríceps se marcaran con el esfuerzo. Posteriormente sopló sobre las páginas del libro y esto causó una pequeña nube de polvo, reclinó su silla y puso los pies con los talones de las botas negras puestos sobre la mesa. Con el rabo del ojo observó que la mujer permanecía ahí, entonces pensó que quizá lo mejor era hacer un esfuerzo para cambiar de lugar, y así evitarse molestias.

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  22. Eliot Black Lestrange Haughton

    Los elfos eran criaturas muy útiles, sobre todo Dorian, el elfo doméstico propiedad personal de Eliot, pero había estado tratando de evitarlos para no cometer un acto hostil contra ellos en el castillo Haughton. El autocontrol a sus impulsos estaba tomando un rumbo bastante fortalecido.

     

    Había estado decidiendo a dónde ir para tener un poco de paz, y esa tranquilidad que buscaba implicaba no tener contacto con otras personas ni seres de ningún tipo. Era muy extraño pero la soledad era la compañía perfecta para aquel extraño joven. Eliot relacionaba la socialización con el caminar de un humano por un basurero lleno de putrefacción, el mundo entero estaba en estado de descomposición dentro de su cabeza.

     

    Mientras se alejaba del castillo examinó con detenimiento varias de las opciones que le quedaban, la mansión Black Lestrange fue descartada de momento, por el largo tiempo que tenía sin llegar a su casa paterna, no le pareció buena idea asistir y sufrir nuevamente mil y un presentaciones. Tampoco le entusiasmaba la idea de contarles sobre su vida a sus familiares, aunque quizá más adelante no tenga más remedio que ir hasta allá.

     

    Entonces recordó que sus siguientes clases de la academia estaban cerca de la fecha de inicio, y en su mente apareció el recuerdo de una lechuza avisándole cuál era su casa en dicha institución. Era probable que esperar dentro de la academia fuera una buena idea, no había demasiada gente, tampoco tenía la obligación de hablar con nadie. Sólo esperaría que iniciara la siguiente etapa en sus estudios y ésta espera podría ser tranquila momentáneamente.

     

    Hizo todo lo que debía hacer para llegar hasta su casa, Los Tritones del río Wye. Algunos contrabajos en el camino lo habían puesto de mal humor, de excesivo mal humor. Quizá se había arrepentido de emprender camino hasta aquel sitio, pero no se regresó. Era la primera vez que visitaba aquella parte de la academia.

     

    Esquivó a una o dos personas, como si se trataran de un virus letal, luego esperó a que un grupo pasara por un pasillo, mientras se ocultaba tras una estatua y finalmente llegó a una sección más solitaria, aunque con un par de personas en plena conversación. Al apenas llegar los observó, tiró un escupitajo al suelo como prueba de lo expresivo que podía llegar a ser su lenguaje corporal y finalmente se escurrió en un sillón, su pecho aún se mostraba bastante agitado.

  23. Hola, me paso por acá a dejar los primeros cambios a mi ficha. En realidad hacerla porque no me había gustado Jeje (En el aspecto). Pero bueno espero que todo esté bien, dejé prácticamente todos los datos como estaban.

     

    A demás quería pedir que le cambiaran el nombre al post, en vez de “Ficha de Eliot” quisiera que el título fuera “Ficha de Eliot B.L. Haughton”. Bueno muchas gracias :rolleyes:

     

     

     

     

    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/TituloFichadeEliot_zps4ffc0b6f.png][/center]
    
    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloDatosPersonales_zps08acbe8c.png][/center]
    
    
    
    [center][b]Nombre del Personaje:[/b] Eliot Black Lestrange Haughton
    [b]Sexo: [/b]Masculino
    [b]Edad:[/b] Joven. 10 de Agosto de 1990.
    [b]Nacionalidad: [/b]Egipcio
    [b]
    Familias:[/b]
    [b]●[/b] Haughton.
    [b]●[/b] Black Lestrange.
    
    [b]Padre(s) Sanguíneo:[/b]
    [b]●[/b]Jocker Black Lestrange
    [b]●[/b] Anne K. Haughton
    
    [b]Padre(s) Adoptivos:[/b] -
    [b]Trabajo: [/b]-[/center]
    
    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloPoderesMaacutegicos_zpse404f45c.png][/center]
    
    
    [b]Rango Social:[/b] Aprendiz
    [b]Bando:[/b] Neutral
    [b]Rango dentro del Bando:[/b] -
    [b]Nivel de Poder Mágico:[/b] -
    [b]Puntos de poder en objetos:[/b] 20
    
    [quote][b]Hechizos adicionales:[/b] -[/quote]
    
    [b]Puntos de poder en criaturas:[/b] -
    
    [quote][b]Criaturas controlables en asaltos y duelos:[/b] -[/quote]
    
    [b]Habilidades Mágicas:[/b]
    
    [b]●[/b] Habilidad 1: —
    [b]●[/b] Habilidad 2: —
    [b]●[/b] Habilidad 3: —
    
    [b]Conocimientos Especiales:[/b]
    
    [b]●[/b] Conocimiento 1: —
    [b]●[/b] Conocimiento 2: —
    [b]●[/b] Conocimiento 3: —
    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloPerfildelpersonaje_zpse495f1e4.png][/center]
    
    
    
    [center][b]● Raza:[/b] Humano[/center]
    
    
    [b]● Aspecto Físico:[/b] 1,80cm de estatura; complexión delgada de cuerpo definido, con piel de tono medio a claro; cabello no muy largo de color negro azabache; ojos grandes de color azul oscuro. Lleva puestos siempre pantalones de tela gruesa, algo elástica denominada por los muggles como Jeans; la parte superior de su vestimenta siempre va acompañada de una chaqueta negra con capucha, y dentro de la misma lo que lleve puesto puede variar de color, por lo general tonos púrpuras; en los pies siempre botas de corte largo con broches de de metal, y en las manos guantes de dedos cortados. El cabello por lo general desordenado; y en la oreja derecha un aro de metal negro con el orificio de 1cm de diámetro. También lleva un collar de oro blanco con el ojo de Horus como dije.
    
    [b]● Cualidades Psicológicas:[/b] Por lo general no menciona una palabra si no es necesario, suele reírse con sarcasmo de todo. Extrañamente las demás personas lo perciben como alguien interesante, puesto que tiene un aura de misterio le merita esa característica. No cae fácilmente en provocaciones, pero si se propone a cumplir algo no descansa hasta lograrlo. Detesta todo lo que tenga que ver con cosas amorosas y el mayor atractivo que puede percibir en alguien, aun no lo ha descubierto ni siquiera el mismo.
    
    
    [center][b]● Historia ●[/b][/center]
    
    
    [fimg=left]http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/ImagendeHistoria_zps805f1181.png[/fimg]Al ser concebido por dos magos con descendencia bastante marcada por la codicia y el poder, esos atributos, o como él los llama "Dones", siempre estuvieron en su ser. Sus padres decidieron que Eliot naciera en egipto, tierra con grandes misterio mágicos y enigmática historia, pues creían que al tener su origen en ese lugar su hijo se empaparía de esas cualidades, y al parecer... No se equivocaban.
    
    Desde pequeño estaba interesado en los amuletos que le podrían proporcionar aumento a su poder y es por eso que los de su tierra predominan en el montón, de los cuales están inspirados sus intereses; aprender magia oscura era algo que le hacía brillar los ojos. Su familia lo mantuvo siempre al margen de todo aquello, pero eso fue algo que le dio más poder al deseo mismo de ser poderoso; varios acontecimientos en su infancia lo hicieron perder poco a poco el hecho de poder sentir sentimientos hacia las personas, por lo que su sangre se fue tornando fría; luego, hiciera lo que hiciera o fuera cual fuera la consecuencia, el remordimiento no era algo que le quitara el sueño, si obtenía lo que quería, para él estaba perfecto cualquier tipo sacrificio; y a medida en que fue creciendo, la intensidad de ese hecho aumentó mucho.
    
    Aprendió muchas cosas en poco tiempo, al punto de sorprenderse por sus habilidades, no tiene amigo al que le puedo llamar "amigo". Extrañamente cree que con sigo mismo tiene más que suficiente; a su corta edad sabe mucho sobre todo tipo de imágenes, talismanes, historias y demás cosas que le proporcionarían protección o poder. La inteligencia es una cualidad que resalta de su personalidad, y se hace notoria en él, por el hecho de permanecer la mayor parte del tiempo callado, analizando situaciones, descubriendo alternativas, y explorando posibilidades. Su casa de Hogwarts fue Ravenclaw, y a pesar de que no duró mucho en la escuela, se empapó de todos los conocimientos que pudo hasta que se vio a si mismo satisfecho y consideró que no era necesario seguir, ya que no aprendería nada que le fuese útil, se marchó al finalizar el cuarto curso, y aun hay historias que surgieron durante su estadía en el colegio, que nunca se verificaron, pero siguen latentes.
    
    El poder del Lethifold también llama mucho su atención y está en búsqueda de uno para apoderarse de él; ya que ésta criatura puede escabullirse en los aposentos de sus victimas y asesinarles mientras duermen, Eliot no tendría la necesidad de mover un dedo para obtener algo que sea de su interés conseguir, por otra parte tiene la idea de que en alguna batalla a muerte la evidencia sea retirada limpiamente, sin dejar rastro alguno de sus actos. A demás la destreza que tiene para asfixiar a sus víctimas le causa placer, pues se asemeja mucho a la de una serpiente constrictora, otra de sus fascinaciones.
    
    Su vida consiste en seguir sus propósitos, sean considerados buenos o malos por la sociedad, eso le interesa en lo absoluto, poco se deja ver durante el día, y su habilidad para escapar de persecuciones es bastante elevada. Los magos que le conocen lo pueden buscar en las en las que la luna se dibuja totalmente redonda, los aullidos de los hombres lobo, le hacen relajar su mente, y hace que sea más fácil el surgimiento de una conversación.
    
    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloPertenencias_zps8314ee87.png][/center]
    
    
    [center]
    [b]Objeto Magico Legendario:[/b] —
    
    [b]Objetos Magicos:[/b]
    
    [b]Objeto 1:[/b] Varita Mágica: 28 centímetros, madera de Vid, fibra de corazón de dragón, rígida. Tiene color marrón oscuro.
    
    Clasificación: AA.
    
    Puntos: 20
    
    [b]Mascotas y Criaturas:[/b] —
    [b]Criaturas en la Reserva:[/b]—
    [b]Elfos:[/b] Dorian[/center]
    
    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Subtitulolicencias_zps0a76c537.png][/center]
    
    
    [b]Licencia de Aparición:[/b] —
    [b]Licencia de Vuelo de Escoba:[/b] —
    [b]Registro de elfo:[/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101223&view=findpost&p=4498245"]Dorian[/url]
    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloOtrosDatos_zps9a1aff64.png][/center]
    
    
    [b]●[/b] Su Patronus tiene forma de [b]Chacal[/b].
    [b]●[/b] Siempre hace viajes en solitario.
    
    
    [center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/SubtituloLinks_zps897c549b.png][/center]
    
    
    [b]Link al Perfil de Comprador MM: [/b]—
    [b]Link a Bóveda Personal:[/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101258"]Bóveda 101258[/url]
    [b]Link a Bóveda Trastera:[/b] —
    [b]Link a Bóveda de Negocio:[/b] —
    [b]Link a Bóveda Familiar 1:[/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?act=findpost&pid=2927978"]Bóveda 78195[/url]
    [b]Link a Bóveda Familiar 2:[/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=84511"]Bóveda 84511[/url]
    
    
    

     

     

     

  24. Hola, me paso para dejar mi ficha de registro ya que acabo de recibir un MP, por eso de haber culminado Generales en la Academia. Ustedes deben ya saber de qué se trata tongue.gif Bueno ya... Aquí está:

     

     

    Nick: Luiggy Guillén

    Nombre: Luiggy

    Edad: 21 años

    Fecha de cumpleaños: 03 de Enero

    País: Venezuela

    MSN: Ya no lo uso... Dejo mi Skype: luiggygabriel

     

     

    PD: Ya poseo mis dos familias, esas son la Black Lestrange y la Haughton.

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  25. Hola familia, ¿Cómo andan? tongue.gif Bueno espero que bien. Sólo me paso para recordarles que me pongan en el árbol familiar del castillo, en esta familia es en la que he sido más activo con los roles y aun no me veo por aquellos lares cry.gif También quería ver si es posible que tanto aquí como allá me agreguen como Luiggy Guillén (Eliot) o de ser posible mejor Eliot Haughton (Luiggy Guillén), para que se distinga el nombre de mi personaje. (No sé si eso se pueda) De no ser posible pido disculpas por mi metida de pata laugh.gif ¡Bueno eso es todo! Adiosito...

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