Eliot Akil

El momento cumbre de aquel tumulto estaba llegando rápidamente, ahora respiración estaba agitada pero ésta vez por culpa del aceleramiento en sus pasos. Estaba aún al lado de Etoile, quien de tanta ayuda le había servido. Aunque no estaba en la naturaleza del Haughton agradecer nada, su semblante permanecía neutro, inexpresivo a pesar de todo lo que sucedía segundo a segundo.

Miró a la figura de su compañera de bando, aquella silueta que al igual que el permanecía camuflada con las sombras de vez en cuando, pues el sol podía reflectar algunas en ocasiones. Tomó la mano de ésta y desaparecieron en ese segundo, luego su ubicación nueva dejaba ver aquella cárcel Fenixiana a lo lejos. Eliot suspiró con cierto desánimo en su cara. ― Espero que se puedan limpiar bien del rostro el sabor amargo, aunque recordándolo mejor… Las ratas no se bañan ―expresó en un susurro.

Esperaron no más de dos segundos y volvieron a desaparecer, ahora su destino sería la fortaleza oscura, cuya ubicación no sería hallada fácilmente por ningún miembro de aquel bando. La sonrisa llena de ironía que mantenía en chico en su cara no desapareció, incluso se puede decir que había pasado mucho tiempo desde la última vez que se había sentido tan satisfecho.

«Vemos que tienen éstos miserables cobardes» Las palabras resonaron en su cabeza haciendo eco, pues no olvidaba la pequeña conversación en su celda anterior. Aun su sistema circulatorio estaba funcionando rápidamente, pues la rabia quizás hacía que se moviera con más fluidez por su cuerpo. A pesar de esas sensaciones concentradas en su ser, aun persistía como prioridad sentir aquella descarga de adrenalina a la que estaba adicto.

Apuntó a una roca cercana de buen tamaño y dijo ― Morphos… ―Ésta empezó a vibrar desmesuradamente por un segundo, para finalmente quedar transformada en un arácnido. La Viuda Negra ahora permanecía expectante al ataque. Quería que todo marchara de viento en popa, aunque si las cosas se tornaban más entretenidas mejor para él.

Esperaba que aquella peculiar figura femenina perteneciente a los Odefos apareciera, miraba por doquier en su búsqueda pero no la divisaba en lo absoluto. Quería decirle las cuatro verdades que no había tenido oportunidad de soltarle antes, quería que sintiera la verdadera fuerza que sus palabras podían irradiar.

Podía sentir por la temperatura que el clima era cálido, seguramente estaba haciendo una tarde soleada o algo similar. Había perdido la noción del tiempo estando en las oscuras celdas de la prisión, pudo notar la diferencia entre la celda en la que había despertado y en la que estaba ahora. Aun con la seña de donde le había picado aquella abeja se levantó, sin ningún tipo de ataduras y totalmente ileso. Seguramente gracias a un guardián con rasgos más benevolentes que el otro. Sin embargo, Eliot no pensaría en agradecer tal cosa, aunque su vida siguiera latente por aquella causa.

Notó que una revuelta estaba comenzando a aparecer, pues parecía que sonaban truenos debido a la destrucción de algo en algún lugar, o quizás en ese mismo lugar. De pronto los ruidos se intensificaron más y más hasta quedar a pocos metros, se sorprendió con una sonrisa maliciosa de por medio al saber que sus sospechas eran ciertas.

Habían venido por los prisioneros y eso le provocaba a la vez cierta satisfacción, pues sabía que estando libre podía llevar luego su venganza a cabo. No con el guardián anterior o con el más reciente, sino con todos los que osaran pertenecer al aquel bando que tanto odiaba.

Notó como un miembro de la Marca Tenebrosa abría la celda con un hechizo, haciéndole entrega de su varita en su próximo movimiento. El Black Lestrango la apreció por dos segundos en sus manos y rió, su salida de esa pocilga estaba cerca. Asintió a la figura enmascarada posteriormente de que ésta le diera su arma, no estaba seguro de su identidad pero tampoco indagó mucho en querer saberla.

― Avis… ―pronunció claramente. Una docena de pájaros del tamaño de un cuervo salieron de la punta de su varita, arremolinándose alrededor de su cuerpo a la espera de defenderle. La única orden que las doce aves tenían era esa precisamente, ponerse en medio de cualquier ataque el mago que las había invocado.

― Avis… ―dijo por segunda vez. Doce pájaros más con el mismo tamaño y forma que los anteriores, se unían para formar ahora 24 y reforzar la defensa. Quería estar en cierto punto un poco más seguro que sin ellas, así que era mejor prevenir que lamentar.

― Con Anna T. Ryddleturn

El ruido le empezaba a molestar sobre manera al joven aprendiz de sanador, ya que había experimentado anteriormente con ese tipo de enjambres, estaba realmente irritado por tener que soportarlos nuevamente. Sus ojos se ponían en blanco de vez en cuando por culpa de algunos tropezones, pues el caminar de él junto con el de Anna era rápido. Otra cosa más que atribuirle a su hastío dentro del hospital, quizá desde que había entrado no había ayudado en algo en tanta cantidad.

Uno que otro rayo asesino salía del arma de Vid del Black Lestrange, estaba harto ya de la plaga y no le interesaba gastar energías, mientras más bichos pudiera matar mejor para él. No sabía a ciencia cierta a dónde se dirigía la fémina, pero al parecer aquel problema se había extendido y era su deber acabarlo. Con magia o sin magia eso era lo que haría, no tanto por cumplir con un deber, ahora el asunto se había convertido en algo que lo había hecho molestar y eso implicaba que ya era personal.

Escuchó la sugerencia de Anna, de que era mejor acabar con todos y eso hizo que esbozara una sonrisa. Luego ésta expresó la intención que acumular los insectos en una sala para exterminarlos, lo que le causó un asentimiento ante las palabras de ella. Ahora estaban formando un dúo que desbordaba eficacia, aun cuando los verdaderos deseos de Haughton era irse y dejar que se las arreglaran por ellos mismos.

― Creo que ya es suficiente de matarlos por separado, hagamos lo segundo y juntémoslos en un solo sitio. ―Sugirió en un tono fuerte, esperando que la fémina le entendiera. ― ¿Tienes lista la lata con el veneno? ―dijo con suma inquisición.

Pasó dos dedos por sus heridas para ver si la sangre estaba coagulada o si seguía líquida, aunque fuera su propia sangre le gustaba ver aquel elixir carmesí en su estado primario. Rió de nuevo al encontrarse con la sorpresa de que aún seguía fluyendo, causándole gracia en gran medida. Eliot no estaba loco, simplemente tenía una personalidad con una peculiaridad llena de extrañeza. Ni siquiera el mismo podía medir a veces parte de su comportamiento, pues le era totalmente indiferente agradarle o desagradarles a las personas.

― ¿Todavía sigues hablando? Cállate de una buena vez, mujer ¿No entiendes que tu voz me repugna? ―sonaba frío como de costumbre, pero gracioso al mismo tiempo.

Al parecer la situación estaba tornándose más divertida de lo que esperaba, incluso su estadía ahí dentro le había resultado más estimulante que la razón por la que lo encarcelaron. Si bien tratar con Fenixianos no era de sus cosas favoritas, esta vez la conversación estaba alcanzando un estado bastante cómico. Pues para las convicciones del Black Lestrange, no podía haber otro ser más cargado de mediocridad que la guardiana que le había tocado.

― Bueno pues deja de preocuparte tanto por tus deberes, anda mejor a bañarte que estás apestando la celda, de esa manera creo que aceptaría tu ayuda… Una cosa desagradable menos para tolerar ―articuló con un tono totalmente seguro al escuchar la retahíla de la Odefa. ― Si no te gusta mi aroma entonces puedes largarte de una buena vez, no te necesito aquí. ―

Con los ojos ligeramente cerrados por la intriga que le provocaba Adryanie, éste la seguía mirando a los orbes de ella. Intentando buscar ese punto frágil que todos miembros del bando de la luz poseían, en la mente del Haughton no eran más que criaturas débiles defensoras de cosas banales y en muchos de los casos, de sus propios intereses. No era que en el Marca Tenebrosa no hubiera gente egoísta, pero por lo menos ellos no se proclamaban defensores de la ley y el orden.

― A mí nadie me reclutó, yo estoy donde se me da la gana de estar, ando con quien me plazca y hago lo que se me antoje. No tengo por qué darte explicaciones de lo que hago con mi vida, no es de tu incumbencia. Así que te sugiero que saques tu asquerosa nariz de los asuntos que no te atañen. ―terminó con una sonrisa cargada de ironía, sumándole una mirada helada que podía enfriar a cualquier mortal.

La morena le había preguntado quién lo había reclutado, cosa que lo inspiró a terminar el palabrerío que había comenzado. No era que pretendiera rebajarse al nivel de la fémina, en dado caso quería dejarle bien en claro quién era él, y con qué clase de mago estaba tratando. Escuchó susurros y sonidos de conversaciones a lo lejos, quizá había más prisioneros metidos en pocilgas cercanas a la suya.

― Pero qué oportuno… ¿Logras escuchar, mujercita? Anda a molestar a alguno de ellos, seguramente que podrás encontrar a alguien con quien tus insignificantes palabras logren su cometido ―guiñó luego de hacer la pequeña sugerencia.

Pasaron uno o dos minutos desde el momento en el que Eliot había lanzado su pregunta al aire, al parecer uno de los guardianes estaba adentrándose en las celdas de la oscura torre. El Black Lestrange suspiró y simplemente esperó a que llegara, fuera quien fuera su expresión seguiría llena de neutralidad, pero a la vez rígida como un piedra.

La mujer entró a la celda y sus orbes se posaron sobre ésta con desprecio, desprecio del cual nunca se arrepentiría de sentir. El odio que lo embargaba hacia los miembros de La Orden del Fénix era demasiado, le repugnaba solo el olor de aquella Odefa. El saludo de la misma llegó tan rápido como su entrada, haciendo demostración plena de su sarcasmo. Eliot rió cómico, pero no expresó palabras como respuesta.

Adryanie lo llamó “Intento de Mortífago” haciendo que la atención del Haughton se posara en ella, eso en una tenue mirada cubierta por las sombras que hacía su cabello sobre su cara. Volvió a reír, no le importaba que sus heridas se agravaran. De hecho no sentía más que un cosquilleo en éstas, había aprendido hacía mucho a anular el dolor con tan sólo un pensamiento. La mente podía ser más poderosa que el cuerpo, eso lo sabía muy bien quien en repetidas ocasiones había sido sometido a ese tipo de experiencias.

― Con que intento de Mortífago, no me hagas reír pequeña rata de laboratorio ―había comenzado a articular algunas frases. ― No intentes humillarme, mucho menos convencerme de imposibles. Verás, es más fácil tocar el sol con el pulgar a que tus palabras logren causarme algún efecto. No eres más que un simple pedazo de putrefacción para mí ―

Parecía que la presencia de la fémina no se iba a acabar jamás, él deseaba saltarle encima y arrancarle la vena yugular con sus propios dedos. Fantaseó por un momento con la imagen mental, lo que le proporcionó otra pequeña risotada. En eso la morena comentaba algo acerca de sus heridas, cosa que le recordó sólo por un segundo que estaba en mal estado.

― ¿Por qué finges? Quítate esa máscara que conmigo no te van a valer intentos pobres de actuación. No engañas a nadie ofreciéndome tu ayuda, la cual no quiero por cierto. Prefiero cruzar al mundo de los muertos y quedarme ahí para siempre, antes que aceptar que me pongas tus asquerosas manos encima ―expuso aquello justo antes de soltar un gran escupitajo que cayó a los pies de la guardiana.

Su cuerpo había sido tirado en una oscura celda de la prisión fenixiana, quedando boca arriba con las extremidades extendidas en el suelo. Estaba inerte sin una pizca de movilidad, totalmente sin vida debido a la pequeña batalla en la que un par de errores les había costado muy caro. Algunos mechones de cabello estaban tapando sus ojos, así que no se podía divisar fácilmente si los tenía abiertos o cerrados.

Parecía como si de pronto una habitación se iluminara segundo a segundo, Eliot estaba recuperando la visión y no entendía de a mucho lo que sucedía. Miraba el techo que no le proporcionaba más que un oscuro color, y un aroma que hacía estragos en su sistema respiratorio. Apartó los mechones azabaches de su cara y se levantó, quedando sentado en el suelo mohoso de la celda.

«¿Pero qué demonios?» Dijo en su mente. En el momento en que sus ojos recorrieron el lugar nuevamente, una sarta de recuerdos hizo presencia en su mente. Las imágenes parecían centellas en una tormenta eléctrica, pero al cabo de pocos segundos todo había encajado. Su semblante se había endurecido nuevamente por haber captado lo que acontecía, y las pupilas hacían las veces de un punto en medio de la vista.

Se puso de pie enseguida, no pretendía dejarse ver ahí tirado por ningún miembro del bando contrario. Era la primera vez que su cuerpo era llevado a la Torre Abaddon, aquel asqueroso lugar en el cual encerraban a los Mortífagos capturados. Buscó su varita con rapidez, pero supuso que no serían demasiado ingenuos como para haberla dejado con él.

― ¿Qué asquerosa rata me puso las manos encima para traerme aquí? ―murmuró entre dientes, sin importarle que le escucharan o no.

OFF: Gracias a todos por sus felicitaciones, de verdad lo agradezco mucho. Igualmente creo que no había felicitado a mis compañeros, les deseo lo mejor en la nueva etapa. Disculpen si On Rol no les di las gracias como esperaban, pero es que mi PJ tiene su personalidad. De todos modos hago la aclaratoria de que yo si estoy bastante contento por sus buenos deseos.

No le agradaba en ninguna medida tener que hacerle firmar otro consentimiento a algún familiar, le parecía un tanto bobo por parte de aquel departamento hacer responsable a alguien aun cuando los examinados eran mayores y conscientes de sus actos. Sin embargo, eso no se reflejó en su rostro, pues trataba de mantener un semblante estable. Quería terminar con todo ese asunto de una buena vez, aprender lo que fuese necesario y salir del ministerio pronto.

Tomó el formulario en blanco y se dirigió a las afueras de la oficina, hasta la placeta principal del ministerio de magia donde sabía que podía encontrar a algún Haughton, o inclusive a un Black Lestrange. Miró de lado a lado y reconoció aquella cabellera, no sabía lo que su madre estaba haciendo en el lugar, pero no quiso indagar tampoco.

Se acercó a ella y le expuso la situación, a lo que la mujer, además de estar alegre de verle, accedió a firmar el consentimiento. Se dirigió nuevamente al departamento, gustoso de no haber tenido que recorrer largas distancias en busca de una firma. Aclaró su garganta nuevamente y extendió su mano hacia Galedra, en ella iba ahora la solicitud con los datos llenos.

Consentimiento Informado:

La aparición/desaparición es un conjuro avanzado que permite al que lo dice desaparecer de un sitio y reaparecer en otro instantáneamente. Para lograrlo se debe pasar por un entrenamiento exhaustivo y poseer un gran dominio de las 3 D's: Destino, Determinación y Deliberación.

 

Como todo hechizo realizado por un mago novato tiene su riesgo, puesto que si el mago no se concentra bien en las 3 D’s podrían ocurrirle terribles consecuencias que lo mandaría directo a San Mungo. Por este motivo el Departamento de Transportes Mágicos no se responsabiliza por las posibles lesiones con las que pueda quedar su hijo, ya que sólo depende de los examinados el dominio y la correcta realización del conjuro.

 

Cabe destacar que el aprobar el examen de aparición es vital dentro de la vida de todo mago, es por este motivo que es tan importante que los alumnos se preparen bien para que rindan un buen examen.

 

Yo, Anne K. Haughton, madre de Eliot Akil, he leído y comprendido el presente informativo, asumo los riesgos que mi hijo corre al realizar el examen de aparición y libro de toda responsabilidad al Departamento de Transportes Mágicos.

 

Anne K. Haughton

Link de la ficha

― ¿Todo en orden? ―Inquirió con duda, a pesar de que sabía que el formulario estaba correcto. Pero con asuntos del ministerio nunca sabía a ciencia cierta lo que pudiera ocurrir.

¡Hola! Bueno pues vine lo más rápido que pude (Un poco emocionado debo acotar) Jaja... En fin, quiero pedir los dos conocimientos que me corresponden por haberme graduado de la academia. Iba a venir en cuanto terminé mis clases pero luego vi que era mejor esperar que me pusieran el rango social y buen, ya lo actualizaron Los conocimientos serán:

- Conocimiento de Maldiciones

- Primeros Auxilios Mágicos

¡Muchas gracias de antemano!

Prácticamente no se había repuesto del todo de las náuseas que había sentido la última vez que se adentró en el ministerio, pues odiaba sobre manera todo contacto con las personas que lo concurrían y aún más con sus empleados. Si bien él era un aprendiz de sanador en San Mungo, estar dentro del establecimiento principal le resultaba estresante. Muchas personas parloteando sobre sus aburridas vidas, otros alardeando de tener bienes que otros desearían. En general todo era un montón gigantesco de basura para el Black Lestrange.

Por desgracia para su persona aún tenía que asistir de vez en cuando para realizar uno que otro trámite, cosa que siempre trataba de evitar en la medida de lo posible. Como hacía poco tiempo se había llevado a cabo su ceremonia de graduación, ya era tiempo que se hiciera acto de presencia en aquel departamento donde había solicitado alguna vez su examen de vuelo, pues no quería que luego le costara dinero tener que hacer semejante cosa.

No quería tener que pagar por algo cuyo procedimiento le provocaba todo el desdén del mundo, así que intentó apresurarse a terminar con todo el trámite primario de una buena vez. Subió al ascensor y éste serpenteaba por un montón de pasillos y muros, luego una voz anunció que estaba en el nivel correcto, salió y se dispuso a entrar al departamento al que quería asistir.

En un letrero decía “Departamento de transportes mágicos”, cosa que le hacía saber que había llegado a la puerta correcta. Giró la manilla de la puerta sin anunciarse y se dispuso a entrar, no había demasiadas personas así que su turno llegó rápidamente. Aclaró su garganta como un acto a anunciación, pues la persona en la recepción parecía mantener las narices metidas en unos papeleos. Cuando ésta finalmente lo atendió Eliot comenzó a hablar.

― Disculpe, vengo a solicitar el formulario para un examen de aparición. ―Intentó poner un tono amable sin mucho éxito.

Su mirada se transformó en un pedazo de hielo en el momento que le dio la espalda a Anna, siempre le gustaba estar sólo pero dedujo rápidamente que se aburriría en las mazmorras sin más nadie ahí. Así que una idea se le cruzó por la mente haciendo que se le olvidarán las demás, iría con ella a las otras plantas del hospital, aun cuando tuviera que luchar constantemente con sus nauseas.

Miró fijamente de dónde sacaba la fémina aquellas latas de Doxycida, procurando mantenerlo en su memoria para así utilizarlas luego. Dejó de una vez y por todas en paz el cadáver de uno de ellos con el cual jugaba, y se dispuso a utilizar en ciertas cantidades aquel veneno. Era bastante efectivo, las criaturas apenas alcanzaban a dar uno o dos aleteos antes de caer.

Sus sospechas se estaban haciendo realidad en ese momento y se empezaba a aburrir. Afortunadamente la mujer no se había alejado demasiado, por lo que emprendió a paso rápido su seguimiento. Esperaba que ella se diera cuenta de que él le seguía el paso, pues no se quería encontrar con la sorpresa de que no le permitieran el acceso si no iba con ella.

― Hey tú, espérame… ―Dijo finalmente cuando estaba a un par de metros.

Necesitaba que ella le escuchara, pues si no mostraba gesto de atención dejaría de seguirle, no se iba a someter a un acto tan grande de masoquismo como lo era el continuar en solitario. Mantenía en la mano izquierda sujeta fuertemente la lata de veneno, mientas en la otra sostenía a su varita pendiente de cualquier situación que amenazara con su estabilidad.

Se había quedado dormido entre las ramas de un árbol alto, habiendo pasado toda la noche contemplando la oscuridad y observando algunas escenas que sólo estando oculto en el bosque se pueden apreciar. No se percató del momento en el que el sueño se apoderó de su cuerpo, dejando que algunos pensamientos lo sumergieran en esos mundos repletos de sangre en los que podía alivianar su mal carácter.

La hora de su graduación había llegado y era una suerte que estuviera cerca de la academia, desde el momento en el que había finalizado sus clases no la había vuelto a pisar. Si bien a muchos magos y brujas les resulta nostálgico el recuerdo de la misma, a él le parece normal el asunto de haber culminado con esa etapa. Estaba con un semblante normal debido a que pronto estaría graduado formalmente, bajó diestramente y buscó la escoba que lo había llevado hasta ese sitio.

Dio una fuerte patada en el suelo y en cuestión de minutos se encontrada en terrenos de la academia. Lanzó lejos la escoba, pues no se trataba más de que una vieja Nimbus 2000 que había “tomado prestada”. Hizo un movimiento en espiral con su varita y su vestimenta cambió por completo, ya no estaba con la indumentaria de un cazador, ahora tenía encima un traje semiformal que lo ayudaría a encajar mejor con la ceremonia. No era que conociera demasiado de moda ni de esas situaciones, pero recordó un atuendo que le había visto a un extranjero y lo imitó con la magia.

Su puesto estaba apartado con un cartel que decía su nombre, una vez dentro del salón lo pudo divisar a lo lejos. En el camino a su asiento varios flashes iluminaron su andar, fotógrafos estaban capturando los momentos precisos de los graduados incluyendo su llegada. Cosa que no puso muy contento al Black Lestrange, pero tampoco se obsesionó con interrumpir aquello. Sabía que pronto algunas personas vendrían a felicitarle, familiares y otros que recordarían su rostro de distintos escenas de su vida.

Se sentó y esperó su turno para ir por su diploma, ese pedazo de papel le serviría de mucho dentro del mundo mágico, y era una de las razones por las cuales se había animado a cursar estudios en la academia. El nombre de Eliot Akil fue mencionado por una de las directrices, haciéndole entender que debía subir en ese momento. Así lo hizo.

Había escuchado el discurso que ambos representantes tenían para darles a los festejados, por lo que su cara mostraba hastío con todas sus letras. Tomó el certificado y lo dobló en cuatro partes para meterlo al bolsillo, ese acto dejó con cara de estupefacción a más de uno de los presentes. Ahora su turno por agarrar el regalo había llegado, metió su mano en la bolsa y sacó un pequeño reloj de arena.

Rió un poco al suponer que alguna artimaña habría de tener el artilugio, pues no se iban a molestar en darles tan sólo una máquina simple del tiempo. A penas y pudo girarlo unos cuántos milímetros; de pronto la arena ya había cambiado a un verde tóxico bastante visible. Frunció el ceño sin entender mucho lo que acontecía. Se encogió de hombros como reacción de despreocupación, entonces comenzó a bajar de nuevo a su lugar.

Para finalizar el momento más formal del evento fue anunciada la casa ganadora, seguidamente de los otros tres puestos que ocupaban las demás. Luego Niko, su ex profesor de Bando y Perfil, hizo saber quiénes serían los prefectos de la generación de alumnos actual. Su pierna se movía con suma impaciencia, quería que todo terminara pronto. Si podía escabullirse entre la multitud sin toparse con nadie, lo consideraría un triunfo total y rotundo pero sabía que eso no iba a ser tan fácil, así que se resignó a que pronto empezarían las tediosas charlas a las que se vería sometido.

Al parecer no era la única zona en la que las horrorosas criaturas habían hecho estragos, según Anna la cosa estaba en la misma situación por todo el hospital. Se le hacía difícil mantener un aspecto benevolente, pues el hastío se apresuraba a llegarle e invadirlo por completo. De cualquier forma haría un esfuerzo, así que sólo maldecía en su mente y luchaba contra sus malas caras ante la mujer.

A medida que avanzaban más insectos caían cortesía de los dos magos, en algunas partes el exterminio le resultaba cómico, pues uno que otro Doxy moría de una forma que le sugería comedia al Black Lestrange. Escuchó a la mujer decirle que debería gritar si era picado, y él asintió amable, aunque por dentro se quejara de lo poco que lo conocía aquella fémina, pues él no era una persona que gritaría por una simple mordedura de esas.

Escuchó atento la sugerencia que la Riddleturn le hacía, diciendo que si quería la podía acompañar a las demás plantas. Dudó por unos segundos, nunca había estado en otros lugares del hospital que no fuera su sitio de trabajo. Sin embargo, imaginarse rodeado de seres que le resultaban repugnantes lo hizo entrar en razón. No era que le diera miedo ver heridos, para nada, lo que quería evitar era cruzarse con algún integrante del bando de la luz.

― No se preocupe por mí, yo creo que puedo ser más útil en ésta parte, procuraré que las que vayan apareciendo no se esparzan por otros lugares ―expresó como si estuviera totalmente seguro de lo que decía.

Un integrante de la plaga yacía tirado en el suelo, aparrado por las cuerdas de un incárcerus, lo miró con desprecio y lo aplastó con el talón de su bota. Aquello había provocado un sonido bastante asqueroso pero placentero para los oídos del Haughton, quien recordó de momento que estaba aún cercano a la mujer. Ahora esperaba que no se hubiera dado cuenta de su verdadera actitud, o quizás estaría bajo la mira de la misma.

La respiración de Eliot permanecía acelerada por la brutalidad del momento, él sabía que los Doxys no eran una plaga fácil de eliminar, también conocía lo irritante que se podía tornar una situación en la que un enjambre de gran tamaño se expandiera. Miró a su alrededor intentando descubrir por cuál de los lugares entrarían, pero aún no podía deducirlo con facilidad. Escuchó pasos y se puso alerta, al parecer alguien se había dignado a ir a proporcionarle ayuda.

De pronto una voz surgió en la cercanía y confirmó sus sospechas, Anna había venido a revisar la zona. Debido a la siesta en la que él se había sumergido, era probable que la zona de las mazmorras hubiera quedado desolada sin que se diera cuenta. La mujer le preguntaba si se encontraba bien, a lo que respondió con un estiramiento de hombros lleno de ironía.

― ¿Me ayudas a poner segura la planta y eliminar todo rastro de criatura? ―Preguntó la Riddleturn.

Él asintió recordando en ese momento que debía mantener una máscara llena de amabilidad dentro de la planta, pues no sabía el puesto que tenía la fémina ni tampoco en qué lugar del hospital trabajaba. Sonrió eliminando todo mal aspecto de su rostro y se dispuso a ser de ayuda, al fin y al cabo ella también había venido a procurarse de su seguridad, aunque él jamás lo agradecería.

― Tú por la izquierda y yo por la derecha ―le sugirió él empuñando su varita.

Se acomodó por la parte que antes había dicho y comenzó a lanzar llamaradas de su arma de Vid, éstas alcanzaban unos tres metros a la redonda dejando carbonizados a más de un Doxy. Luego miró como su acompañante los amarraba y prosiguió a hacer lo mismo, no quería que se le acercaran en lo más mínimo, no tanto por el veneno, sino porque le resultaban asquerosas las criaturas.

Uno separado del enjambre se aproximó bastante, a lo que el Black Lestrange reaccionó con un pisotón. Lo aplastó haciendo que la criatura alada muriera en el acto, dejando escapar un último chillido antes de irse de éste mundo. Al parecer habían terminado con esa parte de la manada, pero lo más probable era que vinieran más.

― ¿Y ahora qué? ―inquirió con voz alarmada, esperando recibir algún tipo de sugerencia válida por parte de Anna.

El instinto de responsabilidad del Black Lestrange se había despegado de él por los momentos, pues yacía tirado de lado a lado en unos cuantos pares de bancas. Estaba en la sala de espera a las afueras del box, pendiente de alguna situación empapada de gravedad en la que pudiera ser útil. Últimamente cuando había ofrecido su ayuda a los sanadores, éstos no habían mostrado mucho interés en recibirla, por lo que era lógico sumergirse a la espera de algo realmente interesante.

Hacía poco una pesadilla se había abierto paso en sus pensamientos, los tesoros que guardaba con recelo se habían esfumado de su escondite. Dejando aquel lugar hueco sin nada más que una tela de araña, esa era una de las cosas por las cuales pudiera enloquecer en poco tiempo. De pronto una araña entraba en escena, la cual fue aplastada con su palma. Un error dentro de su tormento, pues ésta empezaría a cobrar la forma de un animal más grande y amorfo, el cual zumbaba sin parar en gran magnitud.

Despertó de ipso facto algo agitado y rió con fuerza, pero el zumbido que escuchaba en su mal sueño no había desaparecido del todo. Aunque ahora tenía menos intensidad, era idéntico, miró por varias esquinas en busca de la fuente y no encontró nada. Luego lo sintió más cercano que antes, entonces abrió los ojos nuevamente. Se sorprendió un poco al ver aquella criaturita, parecida a un hada pero con rasgos de insecto. Recordó su examen de vuelo, en el cual se libró de un ejército de esos bichos.

― Incendio… ―dijo después de sacar la varita de su bota.

El Doxy quedó hecho cenizas en cuestión de un segundo, no sin antes dejar escapar un chillido propio de su especie. Eliot lo miró con gracia pues había sido fácil terminar con él. Lo pateó haciendo que el polvo oscuro se esparciera brevemente por la sala de espera, y se volvió a recostar en las bancas con las manos en su nuca.

Su sorpresa se intensificó por lo menos en un trecientos por ciento, pues un gran sonido aturdidor se acercaba a él con gran velocidad. Lo conocía muy bien, era el mismo de aquella vez cuando provenía de un batallón de las pequeñas criaturitas antropomorfas aladas. Se sentó y trató de prestar más atención al asunto, no cabía duda alguna, sus sospechas eran ciertas.

Silbó con los dedos índices de ambas manos en la boca, avisando a las personas que estaban cerca de lo que ocurría. Esperó a que respondieran sabiendo que tenía pocos segundos, se puso de pie y empuñaba fuertemente su arma de vid, imaginando que debería recurrir a ella pronto en aquella zona del hospital.

Una vez dentro de la pocilga, todo se le hacía repulsivo, tanto el olor a fenixiano como el lugar en sí. Su misión era clara, tratar de proporcionar la mayor ayuda posible a sus compañeros. Sin embargo, muy en el fondo lo único que pretendía era conseguir diversión de todo aquello, sus orbes se enarcaban aguadas a la espera de la descarga de adrenalina que seguramente pronto tendría. No le importaba de a mucho lo que pasara consigo, su deseo íntimo era poder disfrutar en la medida de lo posible.

Podía divisar a los posibles Odefos que permanecían sin movilidad dentro de la cárcel, estaban a unos diez metros de él y el olor del bando de la luz impregnaba todo el lugar. Hizo una mueca de desdén colocando los ojos en blanco, y prosiguió a empuñar su arma de Vid con fuerza.

— Avis…

Pronunció con firmeza. En ese momento 12 pájaros de coloración oscura salieron de la punta de su varita, éstas tenían como única misión protegerle de los peligros que le amenazasen.

— Avis…

Dijo una vez más en un susurro. 12 animales plumíferos salieron en el acto, uniéndose a las demás que eran iguales. La nueva docena de aves tenía la misma orden que las anteriores, protegerlo de los ataques que posiblemente vendrían a él dentro de pocos momentos.

Sonrió nuevamente, pues no podía evitar mostrar sus deseos por comenzar la acción. Miraba por doquier con suma inquisición, sus movimientos sigilosos como los de un cazador en medio del clímax en el que su presa está cercana.

Su respiración se hacía rápida a medida que caminaba, no sabía si era por los efectos de la nicotina o por mero cansancio, aunque la segunda era una opción más factible. Pasó la mano derecha sobre su cabeza peinando algunos de sus cabellos, sabía que pronto extrañaría el largo y negro de éste. El caminar poco a poco se veía un tanto retorcido, pues su cuerpo estaba siendo afectado por los efectos de una poción.

El brebaje de la poción multijugos provocaba que su cuerpo diera movimientos bruscos, pues sus extremidades y todo lo demás estaban cambiando de aspecto. En pocos segundos su esculpido y delgado cuerpo había sido sustituido, ahora era una masa de músculos mucho mayor y menos atractivo. Su cabello era exageradamente rubio, al punto de parecer blanco con los destellos de luz que lo penetraban.

Un altercado en el cual había resultado victorioso días antes le había proporcionado el último ingrediente de la poción; se vio obligado a resistir las ganas de vomitar en el momento de su extracción. De cualquier manera, había sido un buen momento para pensar en acontecimientos a futuro, y ese era entonces el instante apropiado para darle uso.

Le dio una última calada a su cigarrillo y este expiró su vida en el camino, cuando divisó el jardín de la mansión una sonrisa maquiavélica se esbozó en su cara. Sus botas negras estaban pulcras y hacían un sonido de golpeteo al andar. Una capa de gabardina negra cubría su espalda, eso sobre un pantalón y camisa de tela fina con el mismo color.

— Parece que ese hobby tuyo de matar muggles se está haciendo frecuente ¿no? —soltó a modo de broma a Juve Aiiden.

Sabía que al decir aquello le reconocería de inmediato, tomó la mano de ésta y en un pestañeo ya habían desaparecido del lugar, dejando una estela verdosa en medio de aquel acomodado jardín.

Aparecieron en la desembocadura del rio Celeste, en Nicaragua. Su expresión era simplemente de desaprobación, no tanto por el lugar en el que estaba situada aquella prisión cuyas defensas se veían caer, sino por lo poco que le gustaba viajar mediante la aparición. Una vez su cabeza se estabilizó en su totalidad pudo apreciar Abaddon, sólo como acto de masoquismo, pues su lenguaje corporal decía que odiaba el sitio en gran medida.

¡Hola! Bueno acá ando pasándome para pedir los cambios de éste mes, no es mucho en realidad salvo por el aspecto de la ficha. Claro, también quería solicitarles un pequeño cambio extra, pues quisiera que el título del tópico fuera "Ficha de Eliot Akil" en vez del título que tiene actualmente, eso sería todo por ahora. Como siempre les dejo los códigos. ¡Gracias de antemano!

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[b][color="#FFFFFF"]Nombre del Personaje:[/color][/b] Eliot Akil Black Lestrange Haughton
[b][color="#FFFFFF"]Sexo:[/color][/b] Masculino
[b][color="#FFFFFF"]Edad:[/color][/b] Joven. 10 de Agosto de 1990.
[b][color="#FFFFFF"]Nacionalidad:[/color][/b] Egipcio

[b][color="#FFFFFF"]Familias:[/color][/b]
● Black Lestrange.
● Haughton.

[b][color="#FFFFFF"]Padres Sanguíneos:[/color][/b]
● Jocker Black Lestrange
● Anne K. Haughton

[b][color="#FFFFFF"]Padres Adoptivos:[/color][/b] -
[b][color="#FFFFFF"]Trabajo:[/color][/b] San Mungo. Mazmorras (Heridos y Resurrecciones del Bando Mortífago). Aprendiz.[/center]


[img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Titulo2_zps3662cd42.png]

[b][color="#FFFFFF"]Rango Social:[/color][/b] Aprendiz
[b][color="#FFFFFF"]Bando:[/color][/b] Neutral
[b][color="#FFFFFF"]Rango dentro del Bando:[/color][/b] -
[b][color="#FFFFFF"]Nivel de Poder Mágico:[/color][/b] -
[b][color="#FFFFFF"]Puntos de poder en objetos:[/color][/b] 20

[quote][b][color="#FFFFFF"]Hechizos adicionales:[/color][/b] -[/quote]
[b][color="#FFFFFF"]Puntos de poder en criaturas:[/color][/b] -

[quote][b][color="#FFFFFF"]Criaturas controlables en asaltos y duelos:[/color][/b] -[/quote]
[b][color="#FFFFFF"]Habilidades Mágicas:[/color][/b]

● Habilidad 1: —
● Habilidad 2: —
● Habilidad 3: —

[b][color="#FFFFFF"]Conocimientos Especiales:[/color][/b]

● Conocimiento 1: —
● Conocimiento 2: —
● Conocimiento 3: —

[img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Titulo3_zps0327e484.png]

[justify][b][color="#FFFFFF"]● Raza:[/color][/b] Humano

[b][color="#FFFFFF"]● Aspecto Físico:[/color][/b] 1,80cm de estatura; complexión delgada de cuerpo definido, con piel de tono medio a claro; cabello no muy largo de color negro azabache; ojos grandes de color azul oscuro. Lleva puestos siempre pantalones de tela gruesa, algo elástica denominada por los muggles como Jeans; la parte superior de su vestimenta siempre va acompañada de una chaqueta negra de cuero con capucha, y dentro de la misma lo que lleve puesto puede variar de color, por lo general tonos rojizos; en los pies siempre botas de corte largo con broches de de metal, y en las manos guantes de dedos cortados. El cabello por lo general desordenado; y en la oreja derecha un aro de metal negro con el orificio de 1cm de diámetro. También lleva un collar de oro blanco con el ojo de Horus como dije.

[b][color="#FFFFFF"]● Cualidades Psicológicas:[/color][/b] Por lo general no menciona una palabra si no es necesario, suele reírse con sarcasmo de todo. Extrañamente las demás personas lo perciben como alguien interesante, puesto que tiene un aura de misterio le merita esa característica. No cae fácilmente en provocaciones, pero si se propone a cumplir algo no descansa hasta lograrlo. Detesta todo lo que tenga que ver con cosas amorosas y el mayor atractivo que puede percibir en alguien, aun no lo ha descubierto ni siquiera el mismo.


[center][img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/titulohistoria_zps4391fb3b.png][/center]

[fimg=left]http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/HistoriaSamEliot_zps718b1a14.png[/fimg]
Al ser concebido por dos magos con descendencia bastante marcada por la codicia y el poder, esos atributos, o como él los llama "Dones", siempre estuvieron en su ser. Sus padres decidieron que Eliot naciera en egipto, tierra con grandes misterios mágicos y enigmática historia, pues creían que al tener su origen en ese lugar su hijo se empaparía de esas cualidades, y al parecer... No se equivocaban.

Desde pequeño estaba interesado en los amuletos que le pudieran proporcionar aumento a su poder y es por eso que los de su tierra predominan en el montón de los cuales están inspirados sus intereses. Aprender magia oscura era algo que le hacía brillar los ojos. Su familia lo mantuvo siempre al margen de todo aquello, pero eso fue algo que le dio más poder al deseo mismo de ser poderoso.

Varios acontecimientos en su infancia lo hicieron perder poco a poco el hecho de poder tener sentimientos hacia las personas, por lo que su sangre se fue tornando fría; luego, hiciera lo que hiciera o fuera cual fuera la consecuencia, el remordimiento no era algo que le quitara el sueño. Si obtenía lo que quería, para él estaba perfecto cualquier tipo sacrificio; y a medida en que fue creciendo, la intensidad de ese hecho aumentó mucho.

Aprendió muchas cosas en poco tiempo, al punto de sorprenderse por sus habilidades. No tiene amigo al que le pueda llamar "amigo". Extrañamente cree que con sigo mismo tiene más que suficiente; a su corta edad sabe mucho sobre todo tipo de imágenes, talismanes, historias y demás cosas que le proporcionarían protección o poder. La inteligencia es una cualidad que resalta de su personalidad, y se hace notoria en él por el hecho de permanecer la mayor parte del tiempo callado, analizando situaciones, descubriendo alternativas y explorando posibilidades.

Su casa de Hogwarts fue Ravenclaw, y a pesar de que no duró mucho en la escuela, se empapó de todos los conocimientos que pudo hasta que se vio a si mismo satisfecho y consideró que no era necesario seguir, ya que no aprendería nada que le fuese útil, se marchó al finalizar el cuarto curso, y aun hay historias que surgieron durante su estadía en el colegio, que nunca se verificaron, pero siguen latentes.

El poder del Lethifold también llama mucho su atención y está en búsqueda de uno para apoderarse de él; ya que ésta criatura puede escabullirse en los aposentos de sus victimas y asesinarles mientras duermen. Eliot no tendría la necesidad de mover un dedo para obtener algo que sea de su interés conseguir, por otra parte tiene la idea de que en alguna batalla a muerte la evidencia sea retirada limpiamente, sin dejar rastro alguno de sus actos. A demás la destreza que tiene para asfixiar a sus víctimas le causa placer, pues se asemeja mucho a la de una serpiente constrictora, otra de sus fascinaciones.

Su vida consiste en seguir sus propósitos, sean considerados buenos o malos por la sociedad, eso no le interesa en lo absoluto, poco se deja ver durante el día, y su habilidad para escapar de persecuciones es bastante elevada. Los magos que le conocen lo pueden buscar en las noches que la luna se dibuja totalmente redonda, los aullidos de los hombres lobo, le hacen relajar la mente, y hacen que sea más fácil el surgimiento de conversaciones.[/justify]

[img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Titulo4_zps5daf4a23.png]

[b][color="#FFFFFF"]● Objeto Magico Legendario:[/color][/b] —

[b][color="#FFFFFF"]● Objetos Magicos:[/color][/b]

[color="#FFFFFF"]Objeto 1:[/color] Varita Mágica: 28 centímetros, madera de Vid, fibra de corazón de dragón, rígida. Tiene color marrón oscuro.
Clasificación: AA.
Puntos: 20

[b][color="#FFFFFF"]● Mascotas y Criaturas:[/color][/b] —
[b][color="#FFFFFF"]● Criaturas en la Reserva:[/color][/b]—

[b][color="#FFFFFF"]● Elfos:[/color][/b]

[color="#FFFFFF"]Dorian:[/color] Elfo huesudo y alargado, de extremidades delgaduchas. Con ojos color celeste bastante grandes. Es atento y siempre mira con agradecimiento a su amo a pesar de los malos tratos. Viste con un intento de camisa color blanco que le llega a la mitad del cuerpo.

[img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Titulo5_zps56bb9614.png]

[b][color="#FFFFFF"]Licencia de Aparición:[/color][/b] —
[b][color="#FFFFFF"]Licencia de Vuelo de Escoba:[/color][/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101223&view=findpost&p=4537423"]Obtenida[/url]
[b][color="#FFFFFF"]Registro de elfo:[/color][/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101223&view=findpost&p=4498245"]Dorian[/url]
[b][color="#FFFFFF"]Registro de Inmigrantes:[/color][/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101223&view=findpost&p=4533690"]Sí[/url]

[img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Titulo6_zps6fc751fc.png]

[color="#FFFFFF"]●[/color] Su Patronus tiene forma de [b]Chacal[/b].
[color="#FFFFFF"]●[/color] Siempre hace viajes en solitario.
[color="#FFFFFF"]●[/color] En ocasiones puede ser victima de una [b]Doble personalidad[/b].

[img=http://i283.photobucket.com/albums/kk291/luiggygabriel/Titulo7_zpsa96291bf.png]

[b][color="#FFFFFF"]Link al Perfil de Comprador MM:[/color][/b] —
[b][color="#FFFFFF"]Link a Bóveda Personal:[/color][/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101258"]Bóveda 101258[/url]
[b][color="#FFFFFF"]Link a Bóveda Trastera:[/color][/b] —
[b][color="#FFFFFF"]Link a Bóveda de Negocio El Tártaro:[/color][/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101773"] Bóveda N° 101773[/url]
[b][color="#FFFFFF"]Link a Bóveda Familiar 1:[/color][/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?act=findpost&pid=2927978"]Bóveda 78195[/url]
[b][color="#FFFFFF"]Link a Bóveda Familiar 2:[/color][/b] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=84511"]Bóveda 84511[/url]

¡Hola! Espero que estén bien... Bueno me paso a dejar un planteamiento, lo que sucede es que en el último rol del compañero Kritzai, noté que manejó muchas acciones de mi personaje Allan Tyler. No es nada personal ni nada, es sólo que tuve que ignorar éstas acciones porque yo tenía una idea totalmente distinta para la creación de mi rol, cosa que hice a la final. Cuando yo roleaba situaciones que implicaban a personaje de Nico, antes lo planeaba con él para que saliera bien al final y los dos quedáramos satisfechos. Por lo que sólo dejo acá ésta duda/aviso para hacerles saber de esa situación. ¡Saludos!

Eliot había observado como el oso invocado por Vrael desaparecía algunos movimientos atrás, sonrió triunfante al enterarse de que no podrían usarlo en su contra. Aun cuando el oso durara más de tres ataques de su creador, él sería el único en darle ordenes, no los demás de su grupo.

Rodeó los ojos colocándolos en blanco, pues su arrogancia combinada con la impaciencia porque todo terminase, le hacía una mala pasada haciendo del pequeño rato de batalla un momento eterno. Ladeo la cabeza para apartar algunos mechones que tenía pegados a la frente por el sudor, y con su varita empuñada con fuerza se dispuso a seguir aquel juego de nunca acabar.

— ¡Silencius!

Exclamó al ver que Valentina se preparaba para su segundo ataque, el cual quedó en una pronunciación de solo “Flo…”, impidiendo que el hechizo quedara mal hecho y por lo tanto no saliera. —Creo que tendrás que poner a trabajar un poco más rápido esa cabecita —articuló con tono teatral, como mera burla.

— ¡Sectusempra!

Un rayo color carmesí viajaba a toda velocidad hasta el pecho de Valentina, de impactar causaría un número elevado de heridas que la desangrarían en cuestión de segundos. Necesitaría una curación emergente si no quería tener un nefasto final. Los ojos de Eliot miraban el transcurso del rayo con los ojos ennegrecidos y una media sonrisa en la cara, como muestras del deseo que sentía de que surtiera efecto.

El Haughton se había dado cuenta de cómo la fémina lo miraba como deseo, pues su marcado abdomen estaba al descubierto sin nada que lo cubriera. Eso no le hizo gracia alguna, pero por lo menos había sido un incentivo para que su actitud ególatra regresara bruscamente. —Lo siento… —murmuró con sarcasmo mientras negaba gracioso.

Las cosas empezaban a ponerse apretadas, tanto como los dientes de Eliot al observar todo lo que sucedía en la arena. Maldijo para sus adentros en más de una ocasión, obstinado de aquel enmudecimiento infernal que no le permitía emitir palabra. Parecía que los representantes del bando de la luz lo personificaban muy bien, eso pensaba el Black Lestrange, pues a pesar de jactarse siempre de proteger la paz y nunca tratar de hacer nada malévolo, ahora sus ganas por deshacerse de los demás los había embriagado en su totalidad.

<<¡Maldicion!>> Pensó una vez más, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho. Pues una avispa marina lo había envenenado cortesía de Valentina. <<Ya veré como salgo de ésta>> dijo en su mente mientras la lanzaba lejos con arrogancia. Mantenía el ceño fruncido por la irritabilidad que lo embargaba. Miró cómo su contrincante proseguía a seguirle atacando, lanzando una docena de medias lunas filosas y se dispuso a actuar.

— Evanesco

Pensó apuntando a las medias lunas que se aproximaban a gran velocidad, enmarcó una ceja al ver la acción sin resultados de la chica. Las medias que venían juntas desaparecieron en el acto, devolviéndole la soberbia al rostro del pelinegro.

— Babosas

Volvió a pensar, esta vez sin tanta rabia, pues le había resultado cómico verla vomitar los asquerosos animalejos. El rayo viajaba a toda velocidad directo a Valentina, quien apenas se había zafado de ese hechizo, de surtir efecto el problema persistiría en su organismo.

De pronto vio que su bota estaba transformada en un bezoar, por la ferocidad que estaba sintiendo no se había percatado de ello. <<Vaya, que apropiado>> Lo tomó enseguida y lo tragó, eso para curarse del envenenamiento de la avispa marina morpheada por Valentina. Miró a su compañero de grupo stnazi y asintió llevándose los dedos medio e índice a la sien, mostraba un poco de gratitud aunque no la sintiera verdaderamente.

Eliot con su semblante de triunfo estaba aún tras la muralla, la cual estaba a poco tiempo de desaparecer. Él permanecía sereno aunque no tenía idea de quién iba ganando el altercado, aunque deseaba que su equipo lo hiciera para poder reírse luego en la cara de los integrantes del otro equipo. Nada era personal, sólo era un actuar propio del Black Lestrange, para él todos eran exactamente iguales.

Escuchó con atención las palabras de Valentina y su mente trabajó rápidamente buscando una solución, soltó una risita mientras el ave de fuego sobrevolaba la muralla y entonces concentró todas las energías de su cuerpo. Podía sentir cómo la concentración de sus fuerzas y pensamientos se enfocaban en aquella estatua maciza, la cual tenía forma de Grim y el tamaño de dos metros cúbicos.

— Proyección Mágica

Pensó finalmente y el gran monumento se movió hasta interceptar el fuego maldito mandado por Valentina, pues el águila al pasar sobre la muralla venía a atacarlo de frente. No era que se hubiera movido mucho, pero había sido suficiente para evitar el impacto de las llamas <<Oh, ¿quién diría que una bobo Grim me iba a salvar de tal cosa?>> dijo en su mente sarcástico al haberse protegido con la gran escultura.

— Babosas…

Pensó después de haber salido ligeramente de la muralla. Un rayo viajó a toda velocidad hacia Valentina, de impactar ésta tendría que arreglárselas para hacer hechizos sin mediar palabra, tal cual él mismo lo estaba haciendo.

Sonrió al haberse vengado por lo menos en la menor medida, pero a la vez sintió rabia por tener que usar ataques a los que nunca hubiera recurrido. Se metió de nuevo tras la muralla en el mismo instante que el rayo salió, para mantener sus sentidos atentos a todo tras la enorme protección de piedra que se desvanecería en los próximos momentos.

Parecía que la confusión arrasaba con todo el grupo de aprendices como un huracán, todos estaban en esa etapa para hacerse más diestros en sus habilidades. Sin embargo el Haughton quería saciar su sed de muerte en el momento que pudiera, así que no esperaría más tiempo para llevar a cabo sus planes.

Quería ganar el altercado aunque éste fuera un simulacro, pues al parecer para todos se estaba tornando más serio de lo que era, incluyéndolo a él. El efecto deshidratador de Nico había dado en Eliot, provocando que la boca empezara a resecársele.

—¡Silencius!

Exclamó el pelinegro antes de que Nico hiciera su segundo ataque, realizándolo antes de enmudecerse por completo. Las palabras del mago no fueron más que “Sene…”, quedando truncadas evitando que el hechizo se hiciera correctamente. —Parece que después de todo le tienes aprecio al hechizo ¿no? —soltó sarcástico después de silenciarlo. Luego rodeó la muralla de piedra para poder salir levemente y así hacer su siguiente movimiento.

— Seccionatus…

Pensó. De la punta de su varita salieron resplandecientes doce (12) medias lunas que impactarían directo en el pecho de Valentina, al menos seis (6) darían en el blanco haciendo que se desangrara rápidamente por las grandes aberturas que éstas abrirían en su piel. —A ver si te siguen quedando ganas de anular cosas… —susurró con una mueca en la cara. Luego dio un par de pasos con sigilo y se metió de nuevo tras la muralla.