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Emmet Haughton Gaunt

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Mensajes publicados por Emmet Haughton Gaunt

  1. El vampiro reía al ver a su hermana dándole caza a los asquerosos muggles, no podía dejar de ver la habilidad que la licántropo tenía para la cacería. — Déjanos ir por favor ... — suplicaba el intruso regordete al cual el vampiro había dado un zarpazo con sus uñas — ¡Cállate pedazo de basura! — le contestó el chico dando una vuelta rápida hacia él — tú y tus amigos van a pagar con su vida por haber entrado en nuestra propiedad — terminó de decir el joven y le volvió a propinar otro golpe en la cara que produjo otros tajos profundos en el rostro. — Son sacos de basura que andan dando vuelta en el mundo — sentenció el Gaunt al ver que su hermana se aproximaba con los otros tres intrusos.

     

    Hola hermanita — le saludó el vampiro mirando a los otros tres muggles — Parece que éstas son las otras basuras que andaban por nuestros terrenos — dijo el muchacho soltando una risa macabra dejando ver sus filosos y sedientos colmillos. La invitación de su hermana lo tentó bastante ya que, como decía ella, no conocía esa parte del castillo y ésta parecía ser una buena oportunidad para hacerlo. — Me encantaría hermanita, pero ... — hizo una pausa y continuó — ... déjame hacer algo antes — el vampiro se dio vuelta repentinamente hacia dos de los intrusos y, agarrándolos de los pelos, mordió sus cuellos con sus colmillos tomando toda su sangre hasta dejarlos sin vida. — Listo — dijo el Gaunt sonriendo de satisfacción y dejando atrás a los dos cuerpos sin vida — Ahora le diré a Shave que se los lleve por ahí... total nadie los va a reclamar... jajajaja — terminó de decir y soltó una risa de fiesta.

     

    Me llevaré a éste que tiene algo especial en su sangre — le dijo el vampiro a su hermana y, tomando su varita, conjuró : — ¡Levicorpus! — el cuerpo del delincuente se elevó a pocos metros del suelo listo para ser arrastrado a las mazmorras de la propiedad — Ya estoy listo hermanita — dijo el chico esbozando una sonrisa de felicidad. Antes de partir, el muchacho llamó a su elfo para que llevara los cuerpos fuera del castillo y que los hiciera desaparecer en algún lugar alejado de los terrenos del castillo por —... deja los cuerpos tirados en algún lugar alejado de aquí para que nadie venga a molestar — le terminó de decir el y se preparó para ir con su hermana.

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  2. Departamento de Transporte Mágicos - Sexta Planta

     

    El vampiro había llegado temprano esa mañana al Departamento de Transportes para poder pedir el formulario para presentar el examen de aparición. — Por aquí — se dijo así mismo el Gaunt mientras subía al ascensor para ir a la sexta planta. Una voz metálica resonó por todo el cubículo a medida que iba nombrando los distintos departamentos en los cuales hacía las distintas paradas — Sexta Planta. Departamento de Transportes Mágicos — dijo luego de pasados unos minutos haciendo que las puertas se abrieran. Sólo él y una persona más se quedaron en aquél piso pero parece que el chico era el único que se dirigía a la recepción del lugar para pedir el formulario.

     

    El Haughton caminó hasta el escritorio que se encontraba en la recepción y se dirigió, aclarando su garganta, a la persona que se encontraba allí — Buenos días — le dijo a la mujer — vengo a solicitar el formulario para presentar el examen de aparición — terminó de decir el vampiro y, mientras se acomodaba su túnica esperaba que la mujer respondiera a su solicitud.

  3. Su hermana ya estaba junto a él y ella también se estaba preparando para atacar a los intrusos. — Me parece excelente idea Anne — le dijo el vampiro a la licántropa mientras ubicó a los primeros desafortunados con sus ojos azules — Allá nos vemos — terminó de hablar y, seguido de una sonrisa maléfica, salió a toda velocidad hacia ellos.

     

    El viento rosaba su cara a medida que corría cada vez más rápido. Su hermana ya se había perdido detrás de él por lo que sólo se dignó en perseguir a los intrusos. El primer desafortunado era un hombre de unos 35 años de edad, tenía una contextura delgada por lo que era más ágil que los demás pero no que el muchacho cuya habilidad principal era la rapidez. El muggle corría de aquí para allá intentando esquivar al vampiro pero no lo logró ya que el Gaunt saltó sobre él propinándole un golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente. El chico lo tomó del brazo y corrió a toda velocidad hacia el hall de entrada de la casa dejándolo allí tirado. — Uno a cero hermanita — le dijo a su hermana que todavía estaba allí analizando la situación — Te voy ganando — Emmet se lo tomaba como un juego por lo que decidió ir tras el otro muggle que era algo regordete y que lo vio esconderse cuando atrapó al primero. — ¿Dónde estás pequeño ratón escurridizo? — dijo el joven mientras que, parado en el medio de dos grandes árboles que habían en el jardín, buscaba al intruso. — ¡Ahí estás! — se contestó solo al ver la cabeza del muggle que se asomaba para ver si ya se había ido. El Gaunt se acercó a él y tomándolo del brazo con fuerza lo arrastró por todo el jardín hasta la entrada — ¿No te han enseñado a que no debes meterte a dónde no te llaman y menos en terrenos que son propiedad privada? — le dijo al muggle mientras lo dejaba al lado de su compañero inconsciente — Esta noche te equivocaste... — hizo una pausa el vampiro al mismo tiempo que le daba un golpe con sus uñas en la cara del muggle provocando cortes profundos —... y feo — terminó de decir el chico y antes de salir por el tercer intruso sacó su varita y, apuntándole directamente al regordete, conjuró un Desmaius que dejó inconsciente al mismo.

     

    No se quedan quietos — le dijo a su hermana, en modo de broma, que lo miraba a medida que traía a los muggles — Son seis o siete hermanita... yo con tres me conformo, los demás te los dejo a ti para que te diviertas un rato con ellos — le dijo el vampiro y salió a la búsqueda del último. Ubicó a otro joven de unos 20 años, pero su olfato captó el aroma de su sangre; un aroma especial nunca antes percibido por el vampiro pero que lo hacía especial a éste. — Sos mío — le dijo al joven parándose frente a él mientras que la cara de miedo del intruso empezaba a formarse — No irás a ningún lado asqueroso muggle — le dijo y lo tomó del cuello hasta dejarlo dormido. El Gaunt sabía que no lo había matado debido a que sentía el pulso en su cuello; un botín con ese tipo de sangre no se encuentra en todos lados ni todos los días por lo que si éste moría la sangre se volvería insípida por eso prefería mantenerlo con vida.

     

    Éste es el último para mi, hermana — le dijo dejándolo al lado de los otros dos — El último que atrapé tiene un olor en la sangre especial, ¿puedes sentirlo? — le preguntó el vampiro. Miró a su hermana que estaba en posición para salir ya que quedaban unos tres o cuatro.¿Necesitas ayuda para los que restan? — preguntó el Gaunt mientras se limpiaba las uñas y miraba que los que había cazado no se movieran.
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  4. El vampiro permanecía recostado en su habitación. Sus ojos estaban medio abiertos pero descansaba tranquilamente sobre si cama. Despertó precipitadamente debido a que su lechuza, Esmeralda, se movía en su jaula. — ¿Que es lo que te sucede pequeña? — le preguntó el vampiro acercándose a su jaula mientras metía un dedo por el espacio entre los barrotes para acariciar las plumas de la cabeza del animal. — ¿Que quieres ? — el chico continuaba conversando con su mascota como si ella le entendiera algo o él a ella, pero su relación así había crecido desde que la pequeña salió de su huevo y era toda una pequeñita sin plumas ni nada. El animal toco con una de sus patas, finas pero con garras afiladas, el pequeño cerrojo de la puertita de la jaula. — ¿Quieres salir ? — le preguntó a la lechuza mientras ella descendía al piso de madera de su recinto. — Está bien... sólo te dejaré abierta la entrada por si vuelves con alguno de tus botines — le dijo y soltó una pequeña risa al pensar en todas aquellas veces que Esmeralda lo había despertado ululando ya que no podía entrar a su jaula porque en su pico tenía una serpiente o un ratón que había cazado en cada una de sus salidas. El Gaunt abrió el cerrojo y el animal salió volando atravesando su jaula y, luego, la ventana de la habitación del chico.

     

    El vampiro se había quedado viendo como su lechuza tomaba altura y desaparecía por los jardines del Castillo hasta no verse más en la lejanía. Un pequeño pero ruidoso chasquido interrumpió aquél momento del muchacho; su elfo había irrumpido en su habitación y se encontraba algo desorientado y nervioso, Shave nunca lo estaba, a pesar de los malos tratos, él siempre estaba sonriente y de buen humor por lo que está situación de verlo en ese estado era alarmante. — ¿Que sucede Shave? — el vampiro se dirigió a él mientras le daba tiempo para recuperar el aire. El elfo levantó su vista y miró al chico — Perdón amo por interrumpirlo en su descanso ... — hizo una pausa y continuó — ... pero Shave a visto a varias personas dando vuelta por los jardines del Castillo y no ha reconocido a ninguno como algún familiar o amigo de la casa — el elfo terminó de hablar y se sentó en el suelo sin dejar de mirar a los ojos azules del Gaunt. — ¡¡¿¿QUEEE??!! — gritó el joven agarrando su túnica rápidamente para salir a ver quienes eran — ¿Quien los ha dejado entrar? ¿Cómo se atreven a entrar en una propiedad privada? — gruñía el joven mientras daba vuelta el placard para encontrar la túnica azul marino. Se volvió al elfo — Muchas gracias Shave por avisar — le dijo aunque no solía agradecerle pero en estos casos era necesario — Ven atrás mío y a cualquier señal mía das aviso a quien esté en la casa — terminó de decirle u salió de su habitación.

     

    ¡¡Anne, Anne, Anne... !! — gritaba el vampiro por toda la casa mientras bajaba las escaleras con rapidez. — Shave ...ve a avisarle a Anne que hay intrusos en la casa y que se encuentre conmigo en la entrada principal del Castillo —. El elfo, sin perder el tiempo, chasqueó los dedos y desapareció; el muchacho salió corriendo hacia el hall de entrada, abrió la puerta y salió para ver quienes eran.

     

    Su varita estaba en la mano derecha lista para empezar a lanzar hechizos si era necesario defender el Castillo. Todavía no había ingresado a la Marca pero no le iba a importar si tenía que proteger su hogar con todo lo que conocía. Salió y se paró en los primeros escalones de la entrada pudiendo diferenciar unas 6 o 7 figuras que corrían por allí; un olor familiar le venía a su nariz. — Tenían que ser los asquerosos muggles — dijo mientras guardaba su varita y preparaba sus colmillos y garras — Va a ser una linda cena esta noche —. El vampiro esperó a su hermana para recibir apoyo por las dudas de que estuvieran armados o le ganaran en el número, que por lo que veía lo hacían.

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  5. El Haughton estaba atento a lo que su compañero le decía pero se distrajo debido a los ruidos de los zapatos de su Arya. Lo que había alcanzado no era muy importante por lo que no se iba a tomar la importancia de responder ya que no tenían sentido para él y menos de arruinar el hermoso momento que estaban viviendo.

     

    Nada vida... no pasa nada — le dijo el vampiro a la pelirroja para tranquilizarla y que no se preocupara. — ¿Que pasó mi reina que vienes tan apurada? — el muchacho no había visto al hombre que la acompañaba. Parecía el padre de la chica por lo que el corazón del vampiro empezó a latir de forma apresurada ya que debía decirle a su padre lo que pasaba con la pelirroja.

     

    Emm... Hola Señor — dijo el Haughton titubeando un poco debido a los nervios frente a la presentación de la chica — Soy Emmet Haughton Gaunt — terminó de decir el vampiro y esperó a que el hombre respondiera o preguntara lo que necesitara saber. El joven no iba a decir nada para no arruinar el momento que estaba viviendo por ello esperaría a que su padre quisiera saber. — Es un gusto conocerlo — finalizó el joven mirando a Arya a sus ojos azules para buscar el contacto.

  6. Aquella situación era perfecta. El Haughton no podía pedir nada más; sólo quería estar con Arya y no separarse más de ella. Esa escena se vio interrumpida por una chica que tomó a la pelirroja — Hola… está bien no hay problema — se limitó a responder el vampiro mientras se iban las dos — No te preocupes amor… ve tranquila — le dijo el chico mostrando sus blancos dientes y viéndola caminar.

     

    La segunda propuesta de Arya de ir a felicitar a Groter fue tomada de manera tranquila. Ambos chicos no se llevaban bien desde lo ocurrido en la clase de la Academia. El vampiro era consciente de lo que había pasado y no había actuado porque sí. Era su naturaleza que lo llevaba a hacerlo de aquella manera y no tenía porque dar explicaciones de que era lo que estaba haciendo o cómo lo hacía. A pesar de todo lo que habían pasado debía felicitar a su compañero por los logros alcanzados y por lo compartido durante la Academia. — Iré a felicitarlo… te espero aquí — le dijo el Gaunt.

     

    El muchacho salió de aquél rincón y fue en busca de su compañero para saludarlo. Había muchísima gente en el salón felicitando a los graduados y a los nuevos prefectos de las casas de la Academia. Con respecto a su casa, los Tritones, no conocía a la persona que ocuparía el cargo pero seguramente lo haría de forma espléndida y ayudaría a los Tritones a crecer. El vampiro siguió caminando hasta ver al chico parado al lado de dos chicas, se acercó y lo miró — Emmm… Hola — carraspeó un poco y prosiguió — ¿Groter? … ¿Puedo hablar contigo? — terminó de decirle y se apartó del grupo para charlar con él. — A pesar de todo lo que hemos pasado vengo a felicitarte y saludarte por el logro que has conseguido — le dijo el vampiro una vez que se apartaron del grupo — Felicitaciones por la graduación… te la mereces por todo el esfuerzo que has hecho — se pausó un poco pero logró terminar. El Haughton se quedó mirando a su compañero.

  7. El corazón del vampiro no dejaba de latir con aquella situación. Se sentía aliviado debido a que no fue tomado a mal la declaración que le hizo a la pelirroja. Sus latidos y respiración se volvieron a acelerar cuando la chica lo besó sintiendo el calor de sus labios en los de él, que estaban fríos. La chica se apartó y tomó el presente que le había dado al vampiro y lo partió en dos piezas quedándose ella con la parte negra y el Haughton con la parte blanca del dije.

    Muchas gracias — es lo único que se le pudo ocurrir después de lo que había sucedido tan rápidamente. El joven tomó su parte y la colgó del cuello dejando que descansara entre el cuello de la camisa y el moño.

     

    El Gaunt miró a la chica a sus ojos azules, ésta mostraba unos tonos rojizos en sus mejillas haciendo juego con su vestido. — Siempre estaremos unidos… uno con el otro — le dijo el joven y se acercó a quitarle las lágrimas con sus dedos — Eres lo mejor que me ha pasado y quiero cuidarte — continuó el vampiro y se lanzó con un abrazo a la chica besando su cuello. El muchacho no sabía qué hacer o decir con todo lo que ya había pasado. Sólo quería que la chica y él estuvieran juntos. Se volvió a acercar a ella — Te amo — le dijo despacio en su oído y le dio un beso en sus labios seguido de una pequeña sonrisa.

     

    El joven estaba en su momento más feliz no le faltaba nada. Tenía dos familias amorosas, una chica a la que amaba y que nunca iba a dejar sola, se había graduado de la Academia, no le faltaba nada. El vampiro se aflojó el primer botón de la camisa y se quitó el moño azul guardándoselo en el bolsillo del pantalón; se apoyó en la pared y se quedó mirando a Arya.

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  8. El vampiro llevaba a Arya tomada de la mano hasta el rincón en dónde tenía su regalo. Iban despacio debido a que la chica no podía caminar muy rápido por lo tacos que llevaba puestos, pero eso no era nada comparado con lo linda que ella estaba para la graduación. Pasaron el árbol y llegaron al rincón en dónde encima de la mesa, el ramo de rosas azules con un lazo blanco y pequeñas flores blancas en medio.

     

    Así es preciosa... — el vampiro hizo una pausa — esto es para ti — el joven se giró a la mesita y tomó el ramo de rosas azules y le lo pasó a la chica. — Como te había preguntado aquella vez cuales eran tus flores preferidas y de qué color... aquí las tienes — le dijo el graduado con una sonrisa en su rostro y esperó a que la chica terminara de adorar esas flores que tanto le gustaban.

     

    Los ojos del vampiro brillaron al recibir el regalo de la chica. — Muchas gracias hermosa — le dijo el muchacho y continuó —... y felicidades para ti también Arya Lockhart — cuando terminó de hablar el vampiro soltó una pequeña risita al seguir la formalidad que su amiga había comenzado. — Lo llevaré conmigo siempre por si algún día no nos vemos y al verlo a cada minuto me acordaré de ti — el chico cerró sus ojos debido a aquel pensamiento en que podía ser posible de que no se vieran más o muy poco a lo que fue en la Academia que eran todos los días.

     

    El Haughton se puso serio y se acercó a la chica sacándole despacio, de sus brazos, el ramo de rosas azules que le había regalado dejándolo en la mesa. Tomó sus manos y la miró con sus orbes azules — Lo que necesito decirte es algo muy importante, porque desde el día que te conocí mi corazón nunca dejó de sentir lo que en este momento estoy sintiendo por ti... — el joven respiró un poco y prosiguió sin quitarle la mirada de encima — ... Emmm, quiero decirte que he aprendido a quererte más de lo que te puedas imaginar — bajó la mirada pero luego volvió a subirla para terminar — Arya Lockhart sos una persona muy importante para mí y por eso debo decirte que te amo... — el vampiro hizo una pausa esperando la reacción de la chica. Su cuerpo sentía el alivio de haberle dicho a la Lockhart todo lo que sentía porque si ya no se iban a ver con tanta frecuencia necesitaba decirlo para no sentirse culpable luego de no decirlo. El Gaunt se quedó mirándola con sus orbes azules esperando la respuesta de la chica. El corazón del joven latía más despacio; sólo se limitó a tomar el dije que le había regalado Arya y lo comenzó a pasarlo entre sus dedos.

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  9. Castillo Gaunt. Habitación de Emmet. Minutos antes de la graduación

     

    Shave ... — el vampiro llamó al elfo y este en un segundo respondió a su pedido — ¿Me puedes pasar el moño de adentro del cajón? — le ordenó a la criatura mientras el joven se terminaba de arreglar la camisa y el cinturón de su pantalón. — Así estoy perfecto ... ¿o no? — le preguntó mirando al elfo con sus ojos azules — El joven amo está excelente para su graduación — dijo el pequeño mientras se sentaba en su cama. — Muchas gracias — le dijo el Gaunt a su sirviente — me iré a la Academia ya sabes que si alguien llega a preguntar por mí tienes que decirles que estoy en mi graduación — el elfo lo miró asintiendo y desapareció. El joven tomó su capa negra y se la colocó encima del traje que llevaba para que la nieve no lo arruinara todo.

     

    Salón de la Academia

     

    Emmet ingresó al Salón de la Academia. Estaba todo adornado de una forma hermosa y vistosa que, antes los ojos de cualquiera, esa imagen hacía una fiesta. Pero no tuvo mucho tiempo para poder apreciar el lugar debido a que ya todas las personas estaban ubicadas allí y la ceremonia había comenzado con una pequeña lectura. Buscó por todo el salón el lugar en dónde sus compañeros, graduados también, se ubicaban para estar todos juntos. Caminó unos diez pasos apresuradamente antes de que comenzaran a leer los nombres de quienes iban a ser los prefectos de las casas.

     

    Una melena pelirroja se comenzaba a notar a medida que el vampiro se acercaba al lugar de dónde estaban. Era Arya, la chica que se había convertido en una de las personas más importante para él. — Hola ... — saludó el vampiro y se colocó a su lado quitándose la capa con algunos copos de nieve. La chica estaba hermosa con el vestido que se había puesto. Sus ojos azules se posaron el ella por unos minutos antes de escuchar el nombre del primer graduado para la entrega del diploma.

     

    Así fueron pasando uno por uno para recibir el diploma. Cuando llegó el turno de Emmet, el listón que tenía su diploma tomó el color verde ya que el vampiro quería ser parte de las filas mortífagas al salir de la Academia. Escondió rápidamente el diploma para que Arya no viera el color de su listón porque ella no sabría, hasta que él no se lo dijera, que iba a elegir el camino de la oscuridad. Bajó rápidamente de aquel lugar en donde había recibido su mención y se dirigió directamente a la chica y, sin darle tiempo a hacer nada, el vampiro le dio un abrazo gigantesco y un beso en su suave mejilla.

     

    Hola — la volvió a saludar — ¿Cómo estas? — le preguntó el chico y sin dejarla responder le dijo — Estás hermosa con ese vestido, estas... — hizo una pausa y notó que la estrella de la punta de aquel árbol se puso de un color rojo intenso. Sus ojos azules reflejaban aquella situación y, mirando a la chica, esbozó — Tengo un presente para ti, pero está en aquel rincón — miró a la chica y extendió su mano para tomar la de ella y llevarla hasta allí — ¿Me acompañas? — la miró de nuevo y agregó — Además quiero hablar contigo de algunas cosas — se quedó mirándola atentamente.

     

    +.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+

     

    ¡Hermanitaaaa! — había escuchado la voz de su hermana desde el otro lado del Salón. El vampiros sintió el abrazo y el beso de su hermana en la mejilla fría que tenía — Muchas gracias hermanita — los ojos del chico se pusieron vidriosos de la emoción y la alegría de ver a su hermana allí felicitándolo por todo el esfuerzo que había hecho para llegar a obtener su título en la Academia.

     

    No te hubieses molestado — dijo el vampiro al tomar la pequeña cajita que su hermana le dio. Dentro de ella había un anillo, el joven lo quitó de allí y se lo colocó en el dedo anular de la mano derecha. Ya había oído de esos anillos. Eran gemelos y el otro se encontraba en el dedo anular de su hermana Anne por lo que siempre los mantendría conectados pasara lo que pasara, estuvieran dónde estuvieran.

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  10. El vampiro bajó las escaleras del Castillo y al pie de ellas, en el vestíbulo vio parado a un hombre con una gran capa a sus espaldas. El joven Gaunt bajó las escaleras a pasos más lento y fue hacia el hombre al ver que nadie lo había recibido — Hola, buenas — el chico le extendió la mano — Sea bienvenido al Castillo Gaunt — le dijo al hombre de manera de bienvenida. El chico miró a su rostro y continuó — Me presento. Soy Emmet Haughton Gaunt — le dijo el muchacho y continuó — Soy hijo de Santos y de Evarela por parte de la familia Haughton — el chico terminó y movió su pelo que había caído a sus ojos.

     

    El vampiro no quería quedar como un maleducado, pero tenía que averiguar más de aquél hombre que había entrado al Castillo ya que no dejaría a un desconocido solo dentro del mismo, delante de la visita — Disculpeme Sr. — le dijo el joven y prosiguió — ¿Usted es...? — dijo dejando la pregunta abierta para que el hombre respondiera. SU cara le parecía muy familiar pero antes de meter la pata debía preguntar como es debido y si el hombre era familiar de él pediría las disculpas correspondientes.

  11. Emmet Haughton Gaunt

     

    El prefecto de la casa llegaba algo tarde debido a que se había quedado dormido. Estaba a nada de graduarse de la Academia por lo que debía cumplir con su puesto de prefecto como la directora de la misma así lo había decidido. El vampiro llegó a la estatua de entrada de la Sala Común y la miró — Oh! Joven prefecto — parló la estatua al ver su insignia en el lado del corazón. — Pasa, la Directora y la Jefa de la casa ya están dentro dándoles la bienvenida a los nuevos chicos que formarán parte de la casa — terminó de decir la estatua y la puerta se abrió despacio para que el prefecto ingresara a la Sala.

     

    << Tendría que haber llegado más temprano >> decía el joven mientras caminaba y las personas que estaban allí adentro se hacían más visibles. La Jefa, Mey, y la Directora de la Academia, Tau, estaban paradas frente a la Sala Común. El joven las miró y miró a su alrededor pensando que el recinto ya estaba vestido y adornada con los adornos navideños. Se acercó a las chicas — Disculpen por la demora — se excusó dirigiéndose a la directora y la jefa al mismo tiempo — He tenido una noche fatal y no he dormido nada — terminó de hablar y miró a Luce y Theodore que eran los chicos nuevos de la casa. — Hola soy Emmet Haughton Gaunt y soy el prefecto de la casa — señaló su insignia y continuó — Ya la Jefa y Directora, en su momento, les dieron la bienvenida a la casa y a la Academia — se dirigió directamente a ellos — Lo único que me queda para agregar es que pueden contar conmigo ante cualquier duda o problema que tengan — les dijo y les sonrió colocándose a la misma altura que Mey.

     

    Se quedó pensando en qué iban a hacer con la ornamentación de la Sala Común para Navidad. — Aquí he traído algunas cajas con adornos hermoso para adornar la Sala, nuestra casa para que quede hermosa y muy vistosa — le dijo a Mey — Empezaré a colgar algunos adornos en las paredes y levantaré el Árbol de Navidad — la miró y se dirigió a una caja que había en una esquina. Era la más grande de todas y estaba de pie. El vampiro apuntó a ella con su varita y, con un pequeño movimiento de la misma, la caja se elevó y un árbol verde, de dos metros y con una estrella dorada en la punta, salió del paquete y se posó en una esquina de la Sala Común. Las otras cajas contenía adornos, guirnaldas, foquitos, luces y cintas para la Sala y el árbol. — El árbol está en pie. Sólo queda adornarlo y ornamentar la Sala — miró directamente a Mey para esperar que orden daba.

  12. No podía permitir que el duelo acabara de esta manera. El vampiro comenzaba a sentir el efecto de la toxina de la maldita oruga que había invocado Groter en su ropa. Lo que él tenía que saber que no era fácil derrotar al Haughton por lo que éste tomó su varita y, apuntando a una pequeña roca que había en el suelo cerca de sus pies, conjuró:

     

    ¡Morphos!

     

    La roca se sacudió por unos segundos transformándose en un bezoar. El joven se agachó y lo tomó con su mano izquierda y se lo llevó directamente a la boca para tragarlo rápidamente. Alzó la vista hacia su contrincante y sonrió de forma burlona para que supiera que no lo iba a matar con una simple oruga. Los efectos del bezoar se sintieron en su cuerpo haciendo que los escalofríos pasaran y el dolor de cabeza acabara.

     

    Su adversario había lanzado un segundo ataque. Esta vez un rayo venía hacia el vampiro a toda velocidad con el trayecto directamente a su pecho. Tomó su varita firmemente colocándola al frente de sí para conjurar su próximo movimiento. Su varita se mantenía firme y, con un leve movimiento, dijo:

     

    ¡Protego!

     

    Un fino escudo se interpuso entre el Haughton y el rayo que venía a golpearlo. Se produjo una leve explosión con el choque de ambos hechizos. La capa del joven ondeó un poco y volvió a su lugar. Ese rayo estuvo a punto de impactarlo directamente. Pero parece que para su contrincante no había sido suficiente porque le ordenó a la oruga que se metiera debajo de la ropa de Arya para intoxicarla. Los ojos del vampiro se agrandaron de la rabia poniéndose de un color azul noche muy profundo. Groter sabía muy bien que eso le daba bronca pero igual lo hizo. Sólo se dirigió a Arya y se colocó a su lado — Por favor, cúrate. No quiero perderte — le dijo el chico con los ojos vidriosos de no poder hacer nada para ayudarla debido a que él se había tenido que curar también. El chico se quedó a su lado mirando como la toxina hacía efecto. No quería perderla y si eso llegaba a pasar, Groter se las vería con él.

  13. El vampiro no pudo evitar sonreirle a Arya por el roce que sus narices tuvieron hace unos momentos. Sabía muy bien que no era el momento de charlar estas cosas porque estaban en un Simulacro por lo que el joven, luego de que todo esto terminara, iría a visitarla a su Castillo para estar más cerca de ella y tener mucho tiempo para compartir.

     

    El Haughton se quedó quieto dónde estaba mirando la defensa que Groter para Shirley. Un escudo de agua la rodeó a la chica protegiéndola del ataque de Arya. Pero antes de que su contrincante pudiera proceder con el próximo conjuro, el vampiro levantó su varita y, apuntándole directamente a él mientras lo veía con sus ojos azules oscuros, pronunció:

     

    ¡Silencius!

     

    De la boca de Groter sólo alcanzaron a salir la primera sílaba de su hechizo no pudiendo terminarlo correctamente. Otro conjuro había sido impedido en manos del Haughton por ser un poco más rápido que su contrincante. El chico volvió a levantar su varita y, apuntando a Groter, pensó de forma concentrada y rápida << Zancadilla >>. En un instante su contrincante fue tirado al suelo debido al lazo mágico que ató sus tobillos. El vampiro sonrió por a efectividad de su ataque y se quedó mirando la escena. ¿Cuál sería el próximo movimiento del otro equipo?

  14. El vampiro se había puesto enfrente de su amiga para protegerla por las duda si volvía a ser atacada. Se mantenía firma y con la varita en alto para poder responder a cualquier ataque. Groter se propuso a atacar de nuevo pero su primer hechizo no salió debido a que tuvo un problema con la pronunciación o algo lo distrajo lo que le impidió realizarlo con éxito. El Haughton soltó una pequeña risita pero no aflojó su posición de defensa.

     

    Groter volvió a levantar la varita debido a la primera acción fallida que tuvo y esta vez su hechizo salió con fuerza. Un rayo color escarlata iba hacia Arya pero yo estaba enfrente de ella por lo que me tocaba defenderla. Nunca iba a dejar que el hechizo impactara para que le hiciera daño. El chico levantó la varita y rápidamente pronunció:

     

    ¡Protego!

     

    Un escudo se puse frente a él mientras que Arya se encontraba a salvo detrás del vampiro por lo que el rayo que Groter había enviado sólo impactó en el escudo deshaciéndose, éste, al tocarlo. El Haughton acomodó su túnica un poco para poder continuar. Se giró hacia su compañera y ella todavía no había curado su hueso roto por lo que me agaché hacia ella y pronuncié nuevamente:

     

    ¡Episkey!

     

    Un ruidito sordo sonó haciendo que su mano quedara como nueva. La chica podía volver al duelo y atacar tan bien como lo estaba haciendo. El vampiro la miró y, con una sonrisa de por medio, la ayudó a levantarse y se colocó a su lado para continuar con lo que quedaba del simulacro.

  15. Emmet Haughton Gaunt

    Profeee ... vuelvo con algunas dudas: ^_^ :rolleyes:

     

    Primero: Si un hechizo no es escrito de forma correcta este se toma como inválido ... como que no sale... cierto? Hablo en el caso de Groter que es vez de escribir Desmaius escribió Desaius. Segundo: En el caso de que el Desmaius hubiese salido, tengo entendido que el rayo debe recorrer cierta distancia antes de impactar en el mago , por ello no se puede rolear diciendo que el rayo ya impactó ... o estoy equivocado? Tercero ... Intercalar la segunda acción del contrincante se puede hacer siempre o hay que esperar cierta cantidad de turnos? y Cuarto: Si todavía no han pasado las 24 horas que tiene una persona para defenderse... se lo puede volver a atacar si todavía no se ha defendido del ataque anterior?

  16. Pude ver como los huesos de la mano de Arya se rompían y el dolor que esta sentía. Los ojos del vampiro se volvieron completamente de un color azul oscuro profundo por la rabia que le daba que lastimaran a su amiga de esa forma. Nadie pero nadie tenía derecho a lastimarla ni a hacerle daño y quien lo hiciera lo pagaría. Groter se proponía a lanzar su segundo hechizo pero el vampiro se le adelantó y, levantando la varita, conjuró rápidamente:

     

    ¡Floreus!

     

    El hechizo hizo salir de la varita de Groter flores en vez del conjuro que él se proponía a lanzar de nuevo. Las flores amarillas y blancas brotaban de la punta de su arma impidiéndole lanzar su próximo movimiento. El Haughton lo miró atentamente y soltó una risita al ver las flores y la cara del muchacho al mirar su ataque frustrado.

     

    Una vez de anular el ataque del contrincante, el joven, corrió hacia su amiga y pudo ver en el estado en que tenía su mano. — No te preocupes hermosa, estarás bien — le dijo el chico para tranquilizarla. Quédate quieta que te curaré la mano para que puedas continuar. El vampiro tomó su varita y apuntó directamente a su mano diciendo:

     

    ¡Episkey!

     

    Se escuchó un leve sonido y la putrefacción comenzó a desaparecer de su brazo pero para terminarlo de curar totalmente necesitará otra aplicación del hechizo en su mano para poder reparar el hueso y quedar como nueva. — Encárgate de curarte la mano — le dijo el vampiro mientras éste se paraba y se colocaba enfrente de ella — Yo te defenderé y atacaré cualquier situación que suceda mientras tú te curas, si es necesario — terminó de decirle para tranquilizarla y que pudiera volver al duelo de forma íntegra.

  17. Miraba atentamente cómo los cuerpos caían por las balas y los palazos que se daban mutuamente. Muchos cuerpos desgarrados por el tigre que había invocado para acabar con esto más rápido y poder salir de allí. Al vampiro no le interesaba matar si tenía que hacerlo para terminar con todo esto. De su bando, los civiles habían quedado solamente dos sobrevivientes los cuales se dirigían contra él corriendo y agitando los palos. El Haughton sabía que lo que estaban por hacer era la opción incorrecta por lo que tendría que tomar el próximo movimiento para acabar con esto. Tomó su varita y, apuntando directamente un pedazo de tronco que quedaba en el suelo, conjuró:

     

    ¡Expulso! — un rayo violeta salió dirigido hacia el tronco y éste se dirigió directamente al pecho de los hombres golpeándolos y haciéndolos caer inconscientes al suelo sobre la tierra y la sangre. En su cara había una expresión de satisfacción al haber salido ileso de aquella guerra por medio de sus habilidades.

    Antes de que pudiera salir de allí, Groter, corría hacia él con la varita en alto y, el joven sin poder defenderse, el hechizo conjurado por su compañero dio en su mano haciendo volar su varita a unos 5 metros de donde estaba. Los ojos del vampiro se volvieron de un azul oscuro por la rabia que sentía — ¿¡Estás loco!? ¿¡Que haces!? — le esbozó con toda su fuerza mientras se determinó a correr lo más rápido que pudo para alcanzarla. El chico debía controlar su odio que sentía en aquel momento con su compañero. Volvió a donde él estaba pero esta vez sólo lo miró y no le dirigió la palabra.

     

    Pasaron algunos minutos del hecho que no había llevado a aquella situación, aún sin hablarle a su compañero, una figura femenina venía corriendo hacia ellos. El vampiro reconoció la melena pelirroja y su corazón empezó a latir al instante con toda fuerza. Su respiración se alteró un poco al ver a aquella chica a la cual le tenía un gran cariño y lo ponía contentísimo al verla ilesa y que no le había pasado nada.

     

    La chica se detuvo en seco al verme y, detrás, al ver el cuerpo de japonés con los dos orificios de colmillos en su cuello. La forma en la que lo encontraba feliz y saciado con toda aquella situación que había pasado. — Siempre estaré contigo… nunca romperé mi promesa — le dijo el Haughton cuando la chica le habló en aquella primera vez. A pesar del miedo que la chica le tenía por verlo en aquella situación, el vampiro, tocó su mano y le sonrió para demostrarle que con ella siempre estaría y la cuidaría pasara lo que pasara.

     

    El momento fue interrumpido por aquellos aviones que irrumpieron en el cielo a toda velocidad y al mismo tiempo se vieron las llamas rojas del hechizo del profesor Elvis que les gritaba y llamaba desde el otro lado. Miró a sus compañeros pero ya Arya había tomado sus manos y habían empezado a correr por el campo de batalla para ir a reunirse con el profesor. Las bombas que los aviones tiraban explotaban a unos ocho o diez metros de los jóvenes haciéndolo trastabillar de vez en cuando. Corrían sin parar hasta poder llegar al profesor para escapar de allí y que nadie saliera herido.

     

    No sabía que les esperaba después de todo esto pero al llegar al educador se encontraron en el tren de nuevo. Emmet respiró y se agachó sobre sus rodillas para calmar sus latidos del corazón que iban al millón por hora. Parecía que sus pulmones colapsarían en un segundo debido a la corrida que tuvieron que hacer para alcanzar a Elvis. El vampiro se sentó en uno de los asientos sin esperar la reacción de los demás y, Arya, lo siguió lanzándose sobre sus brazos y éste rodeándola con ellos para que se sintiera mejor. — Aquí estoy y nunca te faltaré — el mago le dijo la verdad que como siempre se lo decía y se lo había repetido millones de veces. — Me alegra que te encuentres bien y que nada te haya pasado — tomó un último respiro y le dijo — He sentido que una parte de mí faltaba cuando no estabas conmigo en aquél escenario y no pude soportar la idea de tenerte lejos… no me iba a perdonar si algo te pasara — terminó de decirle.

     

    Con sus ojos azules dio una mirada más al vagón en el que se encontraban viendo a Elvis, Mónica y Groter mirando por última vez a Arya que se encontraba con él más tranquila. Sólo faltaban Keira y Shirley que esperaba que estuvieran bien. Apoyó su cabeza contra el respaldar del asiento para descansar sus pensamientos y calmarse ya que todo parecía que estaba volviendo a la normalidad.

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  18. El cuerpo de Irina yacía en el suelo sin vida debido a que no se había curado del veneno de la avispa marina que el Haughton había convertido su blusa. Se podía ver a la distancia el cuerpo recostado en el suelo entre los escombros junto con la copiosa lluvia que caía. Sólo quedaban dos contrincantes del otro equipo, ya habíamos logrado deshacernos de uno asique seguiríamos dando pelea.

     

    El vampiro miró hacia su hermana y vio como el jaguar se le acercaba y saltaba encima de ella para empezar a lastimarla. — ¡Nooooooo! — gritó el joven cuando miró al felino atacar a su hermana; éste levantó su varita rápidamente para sacar al animal de encima del cuerpo de su hermana. Apuntó apresuradamente hacia el felino y pronunció:

     

    ¡Sectusempra!

     

    Un rayo de color verde esmeralda salió disparado de la punta de la varita del joven impactando directamente en el animal y tumbándolo a un costado. Heridas profundas y grandes comenzaron a abrirse en su cuerpo muriendo, finalmente, desangrado. Corrió con toda velocidad hasta su hermana para saber como se encontraba. Su cuerpo estaba con heridas cortantes producidas por el animal por lo que el vampiro no dudó ni un segundo y, apuntando con la varita al cuerpo de la Haughton, pensó muy concentrado: <<Episkey>> . Las heridas cerraron y dejaron de sangrar permitiendo a la chica recuperarse de lo sucedido y volver al duelo. El vampiro se levantó estirándole su mano para ayudarla a levantar y, mediante una sonrisa cómplice, la miró y ambos volvieron a colocarse en posición de duelo.

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  19. Antes de que la niebla apareciera tan rápido, sintió la mano de Arya sobre la suya. El vampiro la miró y ella se esfumó con la espesa neblina que se comenzaba a ir tan rápido como cuando empezó a aparecer. ¿Qué había provocado esta neblina?, ¿Era la magia que estaba haciendo sus efectos de nuevo? … Por la cabeza del joven sólo se cruzaba el pensamiento de cómo se encontraría Arya ya que si la niebla funcionaba en todos ésta estaría sola y el chico no se iba a perdonar si le pasara algo porque le había prometido, en esta misma clase, que siempre estaría con ella y que nunca iba a dejarla sola.

     

    La niebla lo había dejado sólo en un lugar de la ciudad. Mientras el joven mantenía el silencia, una marcha de pasos se iban acercando hacia él. El Haughton, sin pensarlo, sacó su varita y si debía asesinar a alguien lo haría porque no se iba a arriesgar a perder su vida. Se acercó por una esquina con la varita en alto pero no tuvo ni tiempo de reaccionar debido a que lo agarraron de su túnica sin su consentimiento y lo entraron al grupo como si nada dándole un palo con algunos clavos que, el joven suponía, debía utilizar como arma contra alguien o algo.

     

    El joven pudo escuchar al que parecía el jefe de la banda y, cuando éste terminó de hablar, todos se pararon y salieron para colocarse detrás de unos edificios los cubrían de lo que parecía otra pandilla o ¿ejército? Que los quería atacar. No se entendía mucho la situación sólo el joven se limitaba a seguirlos hasta que llegara el momento de atacar a alguien y matar si es necesario.

     

    Cuando salieron de la esquina, otro grupo los estaba esperando. Los vestidos de civiles comenzaron a correr entre gritos y vitoreos alzando sus palos, cuchillos y armas con toda fuerza golpeando el aire a medida que avanzaban. El vampiro no sintió la necesidad de seguirlos y si éstos se atrevían a tocar el mago no tendría ningún problema en matarlos. El chico avanzó un poco más hasta pararse en un montículo de tierra y hierbas para poder ver todo lo que estaba por suceder. Tiró el palo y sacó su varita de nuevo, apuntó a un pedazo de tronco seco que descansaba en el piso de aquél terreno de batalla y pronunció: — ¡Morphos! — El pedazo de madera se convirtió en un tigre siberiano adulto de unos 2 metros de alto con garras y colmillos afilados capaces de matar y desgarrar a cualquier cosa que se interpusiera en su camino. — ¡Atácalos! — el animal se echó a correr con toda velocidad contra las personas

    que portaban el uniforme de algún tipo de ejército.

     

    Parado desde el montículo de tierra y hierba el joven miraba cómo avanzaba el otro grupo que llevaba el escudo del ejército de aquél país. Su corazón se detuvo en un instante ya que al estar un poco más cerca reconoció a Groter que pertenecía al otro bando. Sólo fue un instante de reflexión. ¿Debía atacar a su compañero de clase? O ¿Tenía que retirar su ataque? Ambas preguntas resonaban en su mente llevándolo a la conclusión de que si en un futuro se encontraba con ésta persona y ambos debían enfrentarse, ninguno iba a deponer su ataque contra el otro. Habiendo aclarado esto, el vampiro sólo procedió a mirar como su tigre desgarraba la carne de aquellos vestidos con uniformes. Su compañero todavía no había sido alcanzado por la bestia por lo que tenía tiempo de utilizar cualquier recurso para defenderse.

     

    Personas de ambos bando caían pero al mago no le movía un pelo aquella escena de sangre y muerte ya que convivía a diario con ella al ser vampiro y tener que matar personas para alimentarse. Sintió una mano pesada en su espalda. Era una persona del bando de civiles que le hablaba en el idioma originario del lugar. El Haughton no entendía nada sólo se limitaba a mirarlo y asentir la cabeza pero cuando el hombre elevó el tono de vos e intentó atacarlo, el vampiro agarró su mano y, doblándosela para que éste se arrodillara del dolor, hincó sus colmillos en el cuello del hombre tomando toda su sangre hasta matarlo. Mientras intentaba liberarse más presión ejercía en su muñeca hasta que se quebró pero para ese momento el civil ya no estaba vivo.

     

    Su boca estaba llena de sangre, deliciosa, pero cubierta del líquido por lo que tomó su pañuelo limpiando la comisura de sus labios y alrededor de toda la boca para que no quedara sucia. El joven no se iba dejar atacar por nadie, por ende, si tenía que matar lo iba a ser sin importar lo que la otra persona sintiera. Volvió a mirar la escena y el número de ambos bandos se había reducido notablemente. Muchos cuerpos ya yacían en el suelo con los rostros desfigurados, clavos por doquier, orificios de bala y todos aquellos vestigios de las armas utilizadas en combate.

    Su tigre había sido derribado por un disparo de los oficiales por lo que tomó su varita y pronunció: — ¡Fuego Maldito! — éste salió en forma de águila directamente dirigido a los oficiales del ejércitos los cuales al ser alcanzados serían calcinados en vida y morirían de la agonía o de la infección de las heridas al no poder ser curadas.

     

    Desde el montículo de tierra, el vampiro, observaba cómo su último hechizo salía disparado hacia el bando enemigo. Sólo esperaba que su compañero, Groter, se defendiera de algún modo ya que el mago no tenía la intención de retirar su ataque. Después de todo eso tendría que analizar la reacción de los integrantes del bando de civiles. SI éstos no reaccionaban bien no tendrían ningún problema en asesinarlos.

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  20. Primera pregunta: Ahora que Irina a está muerta ... debo rolear su muerte cierto? , Segunda: el tigre que he creado por Morphos, ¿sigue hasta que yo le de una orden de atacar o defendernos... cierto?.. Tercera y última si no la profe me mata jejeje :rolleyes: ^_^ ... Entonces si Groter ya está muerto e Irina también ... A Shirley la debe atacar 1 jugardor o los tres nos podemos ir turnando para protegernos mutuamente y atacarla a ella?

  21. El vampiro había sido alcanzado por el hechizo Fuego Maldito de Irina. Yacía en el suelo con mucho dolor ya que las quemaduras que el mismo producía eran de tercer grado, es decir, graves. El cuerpo del Haughton estaba quemado y si no recibía ayuda las mismas podrían llegar a infectarse y terminar matando al mago. Estando en el piso sólo podía sentir las voces de sus compañeras. Las vibraciones del suelo llegaban a su piel pudiendo sentir que alguien se acercaba al él para intentar algo. Podía escuchar una voz amiga; era la de Arya que se acercó. Sin poder esbozar una palabra su amiga se le adelantó y procedió a curarlo.

     

    De su cuerpo comenzaban a desaparecer las quemaduras y, poco a poco, el ardor y el dolor iban desapareciendo, finiquitando éstos con la segundo aplicación del hechizo. El joven abrió los ojos y vio el rostro de su amiga sólo se limitó a entregarle una sonrisa de agradecimiento debido a que la lluvia entraba en sus ojos prohibiéndole verla de manera clara.

     

    Tomo la mano de Arya y se incorporó de nuevo al duelo. — Muchas Gracias — acto seguido a ello le dio un abrazo reconfortante en muestra de su agradecimiento porno haberlo abandonado y que muriera quemado. La miró por última vez y su mirada fue dirigida a Irina que permanecía en su lugar por la inmovilización que las manos fantasmales le estaban produciendo.

     

    Uno de los integrantes del otro equipo yacía muerto en el suelo. Ya había caído y sólo quedaban dos contrincantes más. El chico se colocó al lado de Arya lanzándole una mirada cómplice a ésta seguida de una sonrisa de felicidad. Acto seguido, el joven elevó su varita y, apuntando a un cartel de un negocio de un tamaño considerable, pronunció:

     

    ¡Morphos! — el cartel vibró unos segundos, por el efecto del hechizo, convirtiéndose en un tigre albino adulto. Éste medía casi 2 metros parado sobre sus patas. Poseía unas garras filosas y dos colmillos que era capaz de desgarrar la carne de cualquier ser viviente. — Defiéndenos de cualquier ataque — le dije al animal. Como respuesta a la orden el mismo se posó, sentándose sobre sus patas traseras, al frente nuestro moviendo la cola.

  22. Profe Mey: Eso es lo que pensé en un momento cuando Irina me envió la medusa ... pero sinceramente no sé porque no pregunté y me quedé callado pero yo por las dudas me curé.. Mi duda es Si lo que dijo es así entonces, ella está envenenada y nunca se curó :rolleyes: .. o no? .. Por mi parte creo que no me hará nada que me haya tragado un bezoar ajajaja :D

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