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Emmet Haughton Gaunt

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Mensajes publicados por Emmet Haughton Gaunt

  1. Estaba apuntando firme y sin quitar mi vista sobre Mariel para ser un poco más rápido que ella. Escuché que me maldijo por haber bloqueado su ataque de forma efectiva y de manera rápida más de lo que ella imaginaba. Mi túnica azulina ondeaba con el viento leve que corría y pasaba entre la tarima.

     

    Al más mínimo movimiento que divisé de ella y, manteniendo mi varita firme apuntando a ella, pronuncié rápidamente, sin dejarle espacio para que termine de pronunciar su hechizo:

     

    ¡Silencius!

     

    Impidiéndole que sólo ella pudiera pronunciar el hechizo que quería. — ¡Calladita te ves más linda! — le dije riendo con una sonrisa maliciosa. Mientras miraba su próxima acción, un lobo albino que ella había invocado. Afirmé mi posición sobre la tarima agarrando con fuerza mi varita y apuntando al animal para que no se me escapara de la vista. Lo miré fijamente y pronuncié:

     

    ¡Sectusempra! —

     

    Un rayo de luz verde salió del extremo de mi varita impactando en el animal que, a los pocos segundos, se le comenzaron a abrir heridas profundas en su piel y su pelaje albino quedó todo teñido de rojo sangre.

     

    Esbocé una sonrisa de júbilo porque otra vez había logrado interrumpir su estrategia de atacarme con mis propias prendas de vestir. Otra vez había finiquitado sus planes de que mi ropa me asesinara convirtiéndose en tarántulas venenosas. Me quedé firmemente parado y, con la sonrisa en mi rostro, sostuve mi varita de nogal frente a ella para defenderme y poder atacarla en el próximo movimiento.

     

    La leve brisa del principio se ponía cada vez más rápida, lo que mi capa ondeaba sin parar. La luna en su inmensidad brillaba y hacía que mis ojos reflejaran su brillo puro. Mi piel estaba fría, pero era mi temperatura normal. Me quedé mirándola para esperar el movimiento que seguía luego de lo que había intentado de hacerme.

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  2. De mi boca no salió más que un Inca…, sólo me quedaba un segundo antes de ser alcanzado por el rayo de Mariel. Gritaba sin voz, desesperado para poder conjurar un hechizo y poder salvarme del rayo que venía hacia mí. Relajé mi mente lo que más pude y me liberé de todos los sonidos que provenían del exterior.

     

    Tomé una bocanada de aire y,con firmeza y con toda mí fuerza, pensé ¡Finite Incantatem! Abrí mis ojos y moví mi boca diciendo un pequeño “Sí” para comprobar que el efecto del hechizo de mi contrincante había desaparecido. Rápidamente me incorporé, puse mi brazo firme y, apuntando firmemente a mi frente, pronuncié:

     

    — ¡Protego! —

     

    Un escudo plateado se interpuso entre mí y el hechizo de mi compañera de duelo; un segundo más y podía haber caído inconsciente al suelo. El escudo se disolvió al entrar al contacto con el hechizo que mi contrincante me lanzó. Me quedé firmemente mirándola ya que no podía proceder con un nuevo movimiento porque ya había utilizado los dos hechizos por mi turno.

     

    Simplemente me limité a mirarla sosteniendo, frente a mí,la varita apuntando a Mariel para esperar su próximo movimiento y responder lo más rápido posible a él para que no me agarrara desprevenido como me pasó. Sólo me quedaba esperar su contraataque o su movimiento más rápido.

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  3. Profesores necesito su ayuda: :| :|

     

    ¿Que significa que el hechizo, en este caso Silencius, dure una sola acción? :blink: :blink: . ¿Que tengo que hacer en esos casos?. ¿Dejar que el hechizo de mi contrincante me alcancé y luego responder?. Si Rada puede leer en mi caso concreto de mi duelo con Mariel... ¿Que tengo que hacer?. :unsure:

  4. Que sea un duelo justo, compañera — le respondía a su acierto. Subí a la tarima y comencé a aflojar todo mi cuerpo para relajar las tensiones y poder tener un duelo tranquilo y sin daños para ninguno de los dos. Pasé mi mano por mi pelo para quitármelo de mi vista y no molestara. Hice una reverencia y, paso seguido, me puse en posición de duelo; firme mi mano de derecha y tomé mi varita apuntando a mi compañera. Mis ojos azules se clavaron en ella y no la dejaban de ver al mínimo movimiento. Ella se acomodó e hizo lo mismo, con la rapidez de que ya me había lanzado el primer ataque. Un rayo color rubí se dirigía a toda velocidad hacia mí. Tomé mi varita firme y, con toda mi fuerza, dije:

     

    — ¡Avis! —

     

    Doce aves amarillentas aparecieron desde el extremo de mi varita formando un escudo frente a mí y absorbiendo, varias de ellas, el hechizo de mi compañera. Tras el impacto las restantes aves desaparecieron dejándome el camino libre para contraatacar a mí compañera. Mis ojos la seguían para todos lados sin dejarla de ver. Alcé mi brazo y apunté hacia mi compañera pronunciando:

     

    — ¡Incárcerus! —

     

    Tres cuerdas, marrones y gruesas, se materializaron desde el extremo de mi varita, viajando a toda velocidad hacia ella. Sólo esperaba que ellas llegaran hasta mi compañera inmovilizándola de pies y mano para que no pudiera contraatacarme y así poder lanzar otro ataque.

     

    No bajé mi guardia mientras mi ataque se dirigía hacia ella y mis ojos la seguían al mínimo movimiento. Esperando el impacto de mi ataque o la protección por su parte y el contraataque. El viento acariciaba mi piel fría y volvía a poner mi pelo sobre mi cara y me lo quitaba con un movimiento de mi varita.

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  5. Mi espalda estaba contra la de Mariel, ambas muy pegadas y erguidas. Manteníamos nuestra posición ante los dos licántropos que teníamos enfrente. Yo podía sentir su olor repulsivo. Mi varita, firme y recta, apuntaba al pecho de uno de los licántropos. Si éste hacía su primer movimiento yo iba a poder reaccionar mucho más rápido que él. Ese odio que tenían hacia nosotros podía ser el hecho de que un vampiro entró a territorio.

     

    Giré mi cabeza a un costado y puede ver dos figuras. Eran mi hermana y Groter, que la había ido a buscar de una forma muy amable. Mi respiración se calmó, a pesar la situación de adrenalina que estábamos viviendo en ese momento. Volví mi vista al hombre lobo que tenían enfrente de mí. Era gris, con unos mates más claros y plateados en su pecho, su olor era totalmente repulsivo, sus garras estaban afuera listas para atacarme. Se abalanzó a la carrera y vino directamente hacia mí. Dejé mi brazo firme e inmóvil y, apuntando a su pecho directamente, pronuncié — ¡Expulso! — antes de llegar a mí, el animal salió despedido hacia atrás a unos pocos metros de mí. Volví a levantar mi mano y, apuntando directamente a su pecho, dije — ¡Sectusempra! — un haz de luz azulina salió del extremo contrario de mi varita impactando directamente en su pecho y abriendo heridas bastante profundas, debilitándolo y, al final, tirándolo al suelo para morir desangrado.

     

    Me di vuelta y miré a Mariel. Ella ya había atado y asfixiado al licántropo que se había abalanzado contra ella. — ¡Menuda aventura hemos tenido aquí, eh!— le dije con un tono de sarcasmo mirándola a la cara. — Muchas gracias por cubrirme la espalda. Eres una gran compañera de duelo — le dije marcando una leve sonrisa en mi rostro mientras me limpiaba las garras de los pelos, piel y algo de sangre que había quedado del primer hombre lobo que se vino contra mí.

     

    Groter y Keira se acercaron a dónde estábamos. — ¡Hola hermanita! ¿Te encuentras bien? — le dije exaltado abrazándola y mirándola por todos lados para ver si tenía alguna herida. — Muchas gracias compañero. Eres muy valiente en ir en busca de mi hermana. — miré a Groter con una sonrisa de agradecimiento y a la vez de felicidad. Paso seguido los miré a los dos al mismo tiempo preguntándoles — ¿Se encuentran bien? — les dije sentándome en una piedra para descansar un poco de todo esto que había pasado. Tomé una bocanada de aire y cerré mis ojos por un momento para poder escuchar lo que pasaba a mi alrededor o si la profesora necesita ayuda contra los licántropos contra los que estaba luchando a pocos metros de nosotros. Eran los últimos dos que quedaban y la mágica seguro que se iba a ocupar muy bien de ellos.

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  6. Shave, elfo personal de Emmet Haughton Gaunt.

     

    El pequeño elfo llegaba al Castillo Gaunt a servir a su nuevo amo, Emmet. Sus pequeñas piernas se cansaban de caminar el largo trecho hasta la entrada principal del castillo. Sus pequeñas manos, con dedos y uñas largas, se juntaban en su pecho por los nervios que sentía al conocer a su nuevo amo y por conocer al resto de los elfos que allí habían.

     

    Luego de unos minutos, llegó a la puerta principal del Castillos e ingresó sin tocar. Sus ojos verdes se dirigieron a la inmensidad del hall del lugar. Se quedó allí esperando a que su amo apareciera para que le dijera que hacer o por dónde comenzar las tareas.

  7. Mi túnica azul marino colgaba hasta tocar el piso de la arena de duelo. Mis ojos azules, de vampiro, brillaban con la luz de las velas que iluminaban el lugar elegido por el profesor Radamantys para el duelo contra Mariel. Mi varita, ya preparada, salía por las largas mangas de mi túnica y asomaba su punta por debajo de mi camisa. Terminé de acomodar mi ropa para una mejor presentación en mi primer duelo. Mi pantalón, azul marino también, y mis zapatos, recién lustrados, hacían conjunto con mi túnica y camisa.

     

    Todo el lugar se encontraba iluminado con pilares que sostenían velas gigantes e interminables sobre ellos. Las velas tenían formas de distintas figuras geométricas que hacían que el lugar se iluminara de forma total. Era una noche hermosa para realizar un duelo y compartir un lindo momento de entretenimiento.

     

    Una luna hermosa y gigante, que ayudaba con la visual del lugar, se levantaba sobre el escenario de duelo que se encontraba ubicado en el medio de la hierba, la cuál era alcanzada y, tenuemente, iluminada por los débiles rayos que la luna emitía y que se apagaban al tocar el lugar iluminado por las velas. La pasarela medía unos cinco o seis metros; estaba forrada con una alfombra violeta oscuro que, sobre ella, se encontraban impresas unas lunas y estrellas alternadas entre sí y de distintos tamaños.

     

    Corría una brisa leve por el lugar. Los árboles y pequeños arbustos movían sus copas suevamente y las hojas caían sobre la plataforma de duelo. Parecía la entrada de algún bosque, que no conocía, elegida como lugar para el encuentro. Sólo yo me encontraba allí, no había rastros del profesor ni de Mariel, por lo que no podía comenzar el duelo sin ellos dos y menos sin mi contrincante. Me senté en la orilla de la plataforma a esperar mientras que repasaba en mi cabeza los distintos conceptos, momentos y hechizos que estudiamos en la clase de Duelo Básico para no cometer errores y que ninguno de nosotros saliera lastimado. Sólo me quedaba esperar a que mi compañera y el Profesor llegaran al lugar para poder comenzar con el duelo.

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  8. ¡Cuántas cosas para ordenar! — exclamé al entrar a mi habitación. Miré a mí alrededor y me dirigí a la ventana para abrirla, para que entrara aire y ventilara toda la habitación. Tenía algunas cosas que acomodar en mi biblioteca, ropero y escritorio. Comencé a abrir mi valija y sacar mi ropa. Parecía un robot, iba de aquí para allá doblando y guardando prendas por el ropero y los cajones.

     

    Una brisa fresca entraba por mi ventana y recorría todo el espacio de mi habitación. Podía sentir el aroma de los humanos; provenían del pueblo contiguo al Castillo. Mi sed de sangre volvía a renacer luego de la caza de la semana pasada. La brisa era más pesada y más rápida, produciendo un remolino de aroma delicioso. — Esta noche saldré a cazar — me dije a mi mismo mientras terminaba de ordenar mis cosas, continuando por lo libros de la biblioteca.

     

    Un golpe bastante audible, y más para mí teniendo el sentido tan desarrollado, provino del piso continuo al mío, el séptimo. Pareciera como si algo pesado, un mueble o algo así, se hubiese caído de sopetón al suelo. Lo primero que llegó a mi cabeza fue que estaba atacando al castillo pero no creía que fuera eso porque ya estaría volando rayos por todos lados. Me quedé estático un rato para ver si podía volver a escuchar algo luego del golpe. Si era un ladrón o un intruso la pasaría muy mal por meterse con mi familia; pero no escuché nada salvo la voz de mi padre del otro lado de la puerta preguntándome si había escuchado algo.

     

    Me dirigí a la puerta, con varita en mano, sin contestar y la abrí. Estaban Anne y mi padre del otro lado, ambos con la varita en la mano. Giré mi mirada a ambos — ¿Que ha sido ese ruido? — le dije y ambos se miraron. — Alguien parece que ha entrado al castillo o algo pesado se ha caído— continué sin dejarlos hablar. Salí al pasillo con ellos y cerré la puerta de mi cuarto detrás de mí.

     

    Me posé en el barandal de la escalera y le dije: — Si es un ladrón, ¿me lo pueden dejar a mí? — los miro serio para que no lo entiendan como un chiste. — Tengo mucha sed y antes de ir al pueblo, prefiero que haya caído algo aquí en la casa — los miré fijamente con mis ojos azules esperando una respuesta. — Total, si es un ladrón o un intruso nadie lo buscará —. Me quedé apoyado en el barandal esperando a que tomaran una decisión.

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  9. Mis ojos se vieron iluminados por un zorro plateado proveniente de la dirección de la profesora. Estaba allí con su brazo erguido frente a nosotros alejando a todos los dementores que restaban por irse. Uno de los chicos no había reaccionado al ataque por lo que la mágica lo tomó de su brazo y lo trajo a nosotros. Me levanté del tronco en el cual estaba sentado. Mi piel estaba más fría de lo que acostumbraba a estar por ser un vampiro.

     

    Un grito cortó el ambiente de esa escena. Era de una chica y era mi hermana Keira. El sólo escuchar su grito, un escalofrío me recorrió toda la espalda hasta llegar a mi cuello. — ¡Tenemos que ayudarla, profesora! — le dije con lágrimas en mis ojos. En mi cabeza sólo pasaban imágenes horrendas de lo que le puede estar sucediendo o lo que ya le sucedió.

     

    Seguí mi marcha más rápido que los demás para llegar hasta donde estaba mi hermana, pero unos aullidos escalofriantes llegaron a mis oídos y me detuve en seco al igual que todo el resto del grupo. Esos sonidos me trajeron el peor recuerdo a mi mente. La lucha que habíamos tenido con hombres lobo por aquellos tiempos. Toda mi familia adoptiva fue masacrada por un grupo de licántropos; yo era muy chico y mi padre no me había dejado luchar a su lado… Unos aullidos me volvieron a la realidad y ver lo que estaba por suceder.

     

    Casi diez hombres lobos estaban enfrente nuestro y listo para atacar. — Sí, profesora — respondí a su orden de atacar si se nos acercan o si nos atacan. Preparé mi varita y apunte a uno de ellos que, como era obvio y yo al ser vampiro, sentían mi olor y yo el de ellos. Repugnante como siempre. No quité mis ojos de encima y manteniendo mi varita apuntada a una de ellos, pronuncié: — ¡Incárcerus! — Tres cuerdas se materializaron desde la punta de mi varita, una de ellas atándole las piernas y tirándolo al suelo, otra fue directamente a las manos y la otra al cuello. Al haber atacado a uno de ellos primero, otro se me vino encima. Sin darme tiempo a sacar mi varita, levante mi mano con mis garras afiladas y, con un movimiento, hice tres cortes en el pecho del mismo. Pero sin esperar a que me volviera a atacar, levanté mi varita y le apunté, pronunciando: — ¡Sectusempra! — Un rayo de luz azulina salió despedido de mi varita impactando de lleno en su pecho abriendo las heridas que yo le había provocado con mis garras. La sangre comenzó a salir de su pecho dejándolo inconsciente en el suelo desangrándose.

     

    Los otros hombres lobo habían tomado carrera contra la profesora y mis compañeros. Yo sólo esperaba a que alguien necesitara mi ayuda pero, además, que reaccionaran rápido a su ataque porque no quería perder a las personas con las que había compartido este curso. Me quedé detrás de la profesora y mis compañeros a esperar su reacción.

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  10. Antes de salir del Ministerio ese mismo día, di media vuelta y volví al Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas para pedir mi elfo doméstico personal. — A la cuarta planta, por favor — le dije al hombre del ascensor. Acto seguido el presionó el botón correspondiente y el ascensor comenzó su viaje. Luego de unos minutos, la misma voz metálica apareció diciendo el nombre del departamento, — Muchas Gracias — le dije con una sonrisa en mi rostro al hombre. Me dirigí a la División correspondiente y tomé el formulario para registro de elfos. Había una cola de gente bastante larga con sus respectivos formularios en las manos para ser entregados a los secretarios asique me senté en una silla, saqué una pluma y me puse a completar el formulario:

     

     

    Ficha para el Registro de elfos.

    • Nombre del elfo: Shave.
      • Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: sirve a un mago.
    • En caso de servir a un mago/bruja
      • Nombre del mago/bruja: Emmet Haughton Gaunt.
      • Tiempo en el que lleva sirviendo al anterior: (indicar tiempo en años y meses): 1 año y 5 meses.
      • Nombre de quien lo registra: Emmet Haughton Gaunt.
    • Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=102202

     

    Paso seguido, me levanté de la silla e hice fila para no perder el lugar y poder salir lo más rápido de allí. Avanzaba lenta la fila debido a un pequeño problema que habían tenido con unos formularios que estaban incompletos o mal completados, para ser revisados y aprobados por el Jefe del departamento.

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  11. Mientras caminaba hacia las escaleras, para subirlas y dirigirme a mi cuarto, pude escuchar lo último que él dijo sobre los adolescentes consentidos, me detuve y le dije desde el primer escalón: — ¡No es así! — Tomé aire y continué — ¡Nunca te he pedido nada! — Y continué subiendo las escaleras a mi habitación. Se iban apagando las voces de conversación entre Anne y mi padre; algo de hacer una fiesta resonaba pero seguí con mi marcha y no le presté atención. — Ya que él no me deja participar no tengo porque ayudar — Me dije a mi mismo cuando una niebla blanca apareció frente a mí y, tiempo seguido, se materializó un elfo doméstico.

     

    Era Sput, el elfo de mi padre. Lo miré y sentencié: — ¿Qué necesitas? , ¿Para qué te manda mi padre? — le dije con un tono de rabia y lo miré con mis ojos de vampiro. — Joven — dijo el elfo con tono sereno y paciente, y prosiguió — Su padre me envía para que me pida lo que necesite — dijo y le dirigí mi mirada y él bajó la suya, — Está bien, si necesito algo te llamaré. Puedes retirarte — paso seguido el elfo hizo una reverencia y desapareció de enfrente mío. Seguí hasta llegar a mi habitación, entré en ella y me tiré a mi cama, Sin poder ya percibir lo que hablaban seis pisos más abajo.

  12. Con los ojos cerrados y con mi piel sobre los hombros, escuché que alguien pedía mi ayuda. No había podido con los dementores. La voz era la de Mariel. Saqué fuerzas desde mi interior y abrí mis ojos para ver el escenario. Mi hermana, Keira, había conseguido ahuyentar algunos dementores pero se les venían otros encima, por lo que respecta a Mariel ella estaba en shock y las criaturas se dirigían a ella para darle el beso y quitarle sus buenos recuerdos y las mejores emociones. Me recuperé en mí mismo, empuñé mi varita y apunté a los dementores que se dirigían hacia Mariel y pronuncié con todo mi aliento: — ¡Expecto Patronum! — una niebla plateada salió de la punta de mi varita y tomó forma de un hermoso hurón, el cuál invistió con toda la fuerza a las dos criaturas que se dirigían hacia ella alejándolos de allí. Posicioné mi varita apuntando hacia mi patronus y lo envié hacia los dementores que iban hacia mi hermana, mi hurón salió disparado hacia ellos quitándolos del camino y enviándolos hacia atrás.

     

    Me acerqué a Mariel y me incliné hacia ella. — ¿Cómo te encuentras? — le pregunté poniendo mi mano en su hombro y acomodándole la piel. Me quedo un rato mirándola mientras me acordaba que en mi mochila tenía lago de chocolate que me habían dado. Busqué en ella y saqué la tableta, corté un pedacito y se lo pasé — Toma amiga. Come que te hará sentir mejor y además te dará fuerzas para seguir—. Me alejé de Mariel y fui a mi hermana — ¿Cómo estás hermanita? — la miré, no estaba en el mismo estado que Mariel pero se encontraba algo débil. Corté un pedazo más de chocolate y se lo pasé — Toma y cómetelo—.

     

    Giré hacia la profesora y miré su situación, los dementores se acercaban a ella a gran velocidad. Sólo podía esperar a que ella responda con su patronus para alejarlos de allí y poder continuar con el camino y salir de una vez por todas del bosque. Me senté en un pedazo de tronco y me comí un poquito de chocolate para retomar energías.

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  13. Seguí a mi hermana hasta la sala de estar para comer algo mientras Terracota, la elfina de Anne, acomodaba las cosas en mi habitación. — Que no se rompa nada por favor — le grité a la elfina sabiendo que no me iba a hacer caso. Me senté en el sillón y comencé a responder las preguntas de la licántropo: — Sí, me mudo al Castillo y también estaré en el Haughton, he dejado pertenencias mías allá para que nadie ocupe mi cuarto. Estaré aquí los días que necesite, además me queda más cerca el pueblo para ir a cazar en las noches — contesté con una sonrisa final a su pregunta y continué con la siguiente — Bueno muchas gracias. A mí también me encanta estar aquí. El Castillo está hermoso y la vista de mi habitación es bellísima —. En ese momento me detuve y vi a una persona que conocía. — Hola pa! — le dije desde mi posición. Al saludarlo de dicha manera, Anne abrió los ojos como de sorpresa. — Sí, hermanita, él es mi padre en la Haughton— le dije y continué — Por eso lo conocía desde antes

     

    Cambié mi posición y me predispuse a escuchar lo que mi padre le decía a mi hermana. Definitivamente había algo que no me querían decir, era algo por lo que debían “reunirse” vaya uno a saber para qué. — Está bien. No voy a negar que la sangre humana es lo que más me atrae— le contesté a él y proseguí — Me iré al pueblo esta noche a cazar, pero primero pasaré por mi habitación para terminar de dar los últimos retoques que la elfina ha hecho mal o no ha podido hacer—. Me levanté del sillón de la sala de estar y salí caminando para mi habitación con paso firme y algo enojado por lo que mi padre me había hecho. El no dejarme escuchar o mandarme a cazar me parecía mal, yo soy parte de la familia y por ello puedo saber qué está pasando con ella o los asuntos pendientes que tiene. Subí por las escaleras dejando atrás la conversación que querían tener sin mí.

  14. Sentado en la suave yerba, respirando el aire puro de la noche en aquél lugar de México. Ya la mayoría les habíamos estregado a los profesores nuestras tareas y, mientras estos las visaban, yo hablaba con los demás. Escuché al profesor Radamantys que dijo que ha llegado el momento de demostrar en la práctica lo que hemos aprendido. En aquél momento me imaginé que haríamos una demostración entre nosotros pero fue totalmente distinto a lo que pensé.

     

    En aquél momento un rayo de luz se dirigía hacia mí a toda velocidad y, detrás del mismo, un panda gigante venía corriendo. Era una para cada uno. Vi cómo todos se incorporaron y alzaron sus varitas muy rápidamente, imité el movimiento de mis compañero separándome un poco de ellos. Apunté con ella firmemente al rayo del hechizo del profesor Radamantys y pronuncié:

     

    —¡Protego!

     

    El rayo del profesor fue absorbido por el escudo que creo mi hechizo defensivo. Aunque era tal la potencia y la fuerza del mismo que me desestabilizó un poco y caí para atrás, sentándome de un sopetón en la hierba. Agarré mi varita y me incorporé rápidamente para atacar al panda que el profesor nos había enviado. Debía utilizar un hechizo que lo dejara acaba o imposibilitado para que no se acercase más a mí. Apunté a él con mi varita y, poniéndome firme, grité con el último aire que me quedaba:

     

    —¡Sectusempra!

     

    Un rayo amarillento salió despedido de mi varita hacia la criatura que venía hacia mí. Éste impactó de lleno en ella tirándola al suelo. Desde la distancia en la que nos encontrábamos pude ver como en su cuerpo se empezaban a abrir heridas por todos lados y comenzaba a salir sangre. Tomé un poco de aire y miré para todos lados. Sólo esperaba que mis compañeros pudieran defenderse del ataque del hechizo y del panda del profesor.

     

    Pero eso no era todo el profesor Jank había lanzado un ataque doble hacia mí. Luego de que la bandada de pájaros lo había protegido de mi ataque. Él se preparaba para lanzar uno nuevo asique, tomando mi varita firmemente y apuntando hacia él, pronuncié:

     

    —¡Langlock!

     

    Un rayo celeste salió despedido hacia el profesor. Si llegaba a impactar en él su lengua se pegaría a su paladar imposibilitándolo a que realice aquellos hechizos de tipo verbal. Sólo esperaba que el hechizo pudiera llegar a destino y producir sus efectos, antes de que él lanzara el próximo que tenía pensado hacia mí.

  15. Me levanté temprano con el objetivo de dirigirme al Ministerio de la Magia, al Departamento de Regulación y Control de Criaturas mágicas, para completar el formulario de mi inscripción e identidad como vampiro. Había sido avisado y había escuchado que Licántropos, Demonios, Gigantes, Vampiros y demás criaturas debían registrarse para tener un mejor control y censo de cuántas se encontraban en la comunidad mágica.

     

    Bajé las escaleras relucientes del Castillo Haughton y, la elfina de mi mama ya sabía, que por órdenes de la matriarca debía tenerme preparado el desayuno cada mañana. Y allí estaba, un vaso de sangre bien fría para empezar la mañana con todas las energías y afrontar el día. Terminé de beberlo, tomé mi abrigo y antes de salir y, cómo sabía que la elfina que pertenecía a mi mamá no respondería a mis órdenes, dejé una notita pegada en la heladera que rezaba: “Me fui al Ministerio a completar unos trámites. No tardaré.” Me dirigí a la chimenea, tomé un poco de polvos flu, me metí en ella y los tiré sobre las brazas rojas. Un aura violeta me envolvió y aparecí en una de las chimeneas del Ministerio.

     

    Estaba lleno de magos y brujas que iban y venían, caminando por todas partes con lechuzas, ratones, otros con escobas, calderos, varitas en mano. La fuente era imponente y se alzaba majestuosa en la mitad de la entrada del Ministerio. Me dirigí a la mesa de entrada y me fijé dónde quedaba el Departamento al que me dirigía, — Cuarta Planta — dije al encontrarlo y corrí a uno de los ascensores. — Al Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, por favor— le dije al hombre que manejaba el botonero y él respondió apretando el botón correspondiente.

     

    Luego de unos cinco minutos, una voz apareció y dijo el nombre del departamento. Las puertas de rejas metálicas se abrieron y salí de allí. Caminé hasta una de las puertas de una de las divisiones y era la que andaba buscando. En la División de seres, duendes y espíritus, era a la que debía entrar para completar mi trámite.

     

    Vi los formularios en una de las mesas con las distintas razas que podía haber en la comunidad mágica. Pasé mi mirada por sobre todas ellas y encontré la que decía: “Ficha de Registro para Vampiros”, tomé una de ellas y me senté a completarla y luego entregarla al Jefe correspondiente. Respondí todos los espacios necesarios para registrarme y dejé la ficha por debajo de la puerta del despacho del Jefe de la división, al menos eso es lo que decía el cartelito pegado en la puerta.

     

    Ficha para el Registro de Vampiros

    • Link a la Ficha Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=102202
    • Nombre Completo: Emmet Haughton Gaunt.
    • Residencia: Castillo Haughton.
    • Vampiro desde: Desde los 6 años.
    • Mordido por: un desconocido mientras iba a casa de mis primos.
    • Dieta: carne cruda y sangre.
    • Cualidades Especiales: Rapidez, gran sentido del olfato y del oído y fuerza.
    • Situación que causa el enojo/descontrol: Cuando molestan o lastiman a alguien de mi familia.
    • Aspecto Físico Caracterizador: Torso delgado y marcado, brazos y piernas fuertes y ágiles. Piel color gris y al tacto fría.

     

    Salí del la oficina, caminé al ascensor más próximo y subí en el. Pasado minutos me encontraba en la entrada del Ministerio. Fui a una de las chimeneas y salí de allí con una sensación de alivio por haber terminado el trámite sin problemas.

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  16. Sentado en la nieve con la piel, que la profesora había aparecido para cubrirnos a cada uno de nosotros, para conservar el poco calor que nos quedaba a esas alturas de la situación. —Muchas gracias profe por el abrigo — contesté y me levanté para seguir el camino con la profesora y los demás chicos. Ya quería salir de allí, no quería estar más, mi cuerpo me dolía por completo y sólo mis fuerzas provenían de mi espíritu vampírico.

     

    Levanté mi varita e, imitando el movimiento de la docente, se iluminó su punta mostrando las matas y hierbas que había en el camino. Alguna que otra criaturilla se arrimaba por el camino a ver quiénes éramos los que pasábamos por allí. Mis zapatos se hundían en la nieve como si ésta fuera harina. Mis pies estaban helados y mojados, y el tapado de piel que nos habían brindado, arrastraba por debajo y se iba mojando de a poco a medida que avanzamos por el camino.

     

    La marcha del grupo se detuvo en seco, con la profesora adelante. Algo que parecía una niebla se encontraba más adelante en el camino. Alcancé a escuchar la palabra que no quería escuchar, y menos a estas alturas de la clase, si así la podría llamar. — Dementores — escuché y mi piel se erizó por completo. Mi mente se llenó de pensamientos y situaciones horribles. Estábamos muy débiles como para enfrentar a una bandada de Dementores, que ni siquiera se podían distinguir cuantos eran. — Se están acercando— escuché que dijo la docente. — Piensen en un recuerdo feliz e intenten ahuyentarlos — añadió la profesora. Sólo me limité a mirar a mis compañeros, que ya tenían las varitas en alto, exhalando cada vez más rápido por lo extremo de la situación. Imitando su posición, cerré mis ojos por un momento y pensé en el recuerdo más feliz que había tenido en mi vida. Mi mamá vino a mi cabeza, teniéndome a mí en brazos cuando era chiquito estando en un parque de mi pueblo. Yo reía cuando ella jugaba con mis manitos y me miraba con sus ojos verdes.

     

     

    El frío y el sentimiento de miedo y adrenalina me quitaron del sueño y del recuerdo que tenía. Empuñé firmemente mi varita y apunté a los Dementores que se estaba acercando cada vez más. Con mano firme, pronuncié, — ¡Expecto Patronum! — un haz de luz plateada que iluminaba todo el frente salió de mi varita que, a los pocos segundos, tomó forma de un hurón. Salió disparado directamente hacia 3 dementores que se venían encima de mí a toda velocidad, ahuyentándolos hacia atrás. Una vez más se acercaban hacia mí, mi patronus salió disparado a toda velocidad a impactarlos de nuevo y quitándolos del camino de una vez por todas.

     

    Caí sentado al suelo. Mis piernas estaban muy débiles y no me podía mantener en pie por más tiempo. Sólo lo que podía era mirar como mis compañeros y la profesora quitaba a los dementores de su camino para poder seguir y lograr salir del bosque. Quería que todo esto se terminara y que nadie saliera herido. En mi mente sólo pasaban cosas y una de ellas era pensar en como está mi hermana menor, Keira, sólo espero que se encuentren bien y que no se hayan topado con dementores en su camino o cualquier otra criatura.

     

    Off Rol

     

    Hola vengo a dejar el link de mi rol en el Ministerio de la Magia. El trámite que inicie fue en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. El cual constó de completar mi ficha para el registro como vampiro.

     

    Link: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=100575&page=48&do=findComment&comment=4581730

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  17. Ya éramos tres los que nos encontrábamos en la orilla fuera de peligro, si así lo podemos llamar. Sólo quedaba la profesora en el hielo, el cual estaba cediendo, como Mariel me avisó. — ¡Ahora la sacaremos a usted profesora! — le grité desde la orilla mientras sacaba mi varita y apuntaba hacia ella. —¡Quédese lo más quieta y tranquila posible. Confíe en nosotros!— vociferé desde la orilla. Se podía ver como el hielo se resquebrajaba.

     

    No esperé un segundo más y, con mi varita firme y apuntada hacia ella, pronuncié: — ¡Levicorpus!— puse mis brazos firmes y fui trayendo a la profesora de manera cuidadosa hacia nosotros. No sé que me pasaba pero mis brazos estaban muy débiles por el frío y por el desgaste que habían qué tenido que hacer. Miré a Mariel y le dije: — ¿Me ayudas, por favor?—. Sin darle importancia al agotamiento continué con mis brazos arriba y trayendo a la profesora a la orilla.

     

    Se hacía muy difícil mantener el cuerpo al frío que hacía en aquél lugar, y más estando pegados a un claro congelado. Sólo esperaba que mi compañera sacara su varita y me ayudara con la situación. Terminar con todo esto de una buena vez era lo que deseaba en ese momento. Mis manos comenzaron a sangrar y el adormecimiento en mis brazos se hacía cada vez más fuerte.

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  18. Ya preparado para que Mariel pudiera usar el hechizo sobre mí. — ¡Listo! — exclamé y a los pocos segundos ya estaba en el aire flotando producto del hechizo. Intentaba quedarme lo más estable posible para que mi compañera no tuviera que hacer ningún movimiento brusco y el hielo bajo sus pies ceda en cualquier momento.

     

    Fueron los cinco minutos más largos de toda mi vida. Sólo podía mirar el piso y a Mariel para que no cayera al lago congelado. De repente dejé de flotar y caí en el montículo de nieve que le había señalado. — Sí, estoy bien. Gracias. — le contesté emocionado y alegre de haber salido de ahí. Me sacudí la nieve de mi capa y me coloqué en un lugar seguro para, ahora, sacar a mis compañeros de ahí antes de que el hielo cediera. Me puse en la orilla más firme y apunté con mi varita a Mariel, sin esperar un segundo más. — ¡Levicorpus! — dije desde la orilla. Mi compañera se elevó unos metros. Hice movimientos pequeños con mis manos para traerla despacio hacia donde me encontraba y que pudiera descender fácilmente. Luego de unos minutos, si fueron largos para mí ni me quiero imaginar para ella, ya estaba dejando a Mariel en la nieve junto a mí. Estaba pálida, más de lo normal.

     

    No pronunciaba ninguna palabra. Temía que se hubiese congelado o algo. — ¿Estás bien Mariel? — le dije mirándola atentamente, y continué. — ¿Quieres algo? — Me quedé observándola un rato y seguí hablando, — Debemos sacar a los demás e ir a buscar al otro grupo — le espeté esperando a que reaccionara para que me ayudara a sacar a los compañeros y a la profesora.

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  19. Escuché que alguien se aproximaba… y así fue. Alguien me había abrazado por detrás y me había dado un beso en mi mejilla pero no sabía quién era hasta que giré y vi a mi hermanita +.+, parada detrás de mí y con una sonrisa en sus labios.

     

    ¡Hola hermanita! — le dije, mientras la abrazaba y le devolvía el beso. — ¡Qué lindo que está el Castillo! ¡Cuánto verde! — exclamé sin dejar de decirle una sola palabra. — Ya dejé mis valijas arriba, en la sexta planta, para que nadie tome esa habitación; asique después si le puedes decir a algunos de tus elfos que me acomode mi habitación sería genial. — le hice un gesto y solté una risita.

     

    Mi panza no dejaba de emitir sonidos de hambre. Sonaba parecida a un megáfono descompuesto. Miré para todos lados y volví mi mirada a Anne. — Hermanita — le dije y continué—Quiero comer algo, pero no he encontrado la cocina, ¿tú me puedes llevar? O ¿pedirle a tus elfos que me traigan algo? — le dije y me acerqué a su oído para que nadie más que estuviera en la casa me escuchara. — Quisiera un poco de carne… si es posible... — hice una pausa y seguí susurrando — pero cruda. — me volví a ella y la miré, esperando ver su cara de horror ante mi pedido.

     

    Me quedé esperando afuera con ella en el porche de la casa. Esperando a que llamara a algunos de sus elfos y le pidiera que me trajeran mi comida. Mientras tanto continué la conversación, — ¿Y que tal estás en el castillo? ¿En qué planta está tu habitación? — terminando la última pregunta nos sentamos en el escalón de entrada y observamos el paisaje que rodeaba al Castillo Gaunt.

  20. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ficha de Emmet Haughton Gaunt

    2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: -

    Negocios activos de los que no es socio:

    Negocios Cerrados


    3.- Link del tópico de registro de sus familias:
    Familia N° 1:
    Familia N° 2: Registro Gaunt

    4.- Link a las bóvedas de sus familias:
    Bóveda Familia N° 1:
    Bóveda Familia N° 2: Bóveda 102403 Familia Gaunt

     

    Saldo en bóveda previo a la migración: 46502

  21. Era otro de mis hogares, además del Castillo Haughton, el Castillo Gaunt se alzaba en la majestuosidad del sol. Traje algunas de mis pertenencias para guardar en mi cuarto para no quedarme sin ninguno. Esmeralda, mi lechuza, estaba posada en mi hombro ululando una melodía hermosa mientras el viento que había en el prado le acariciaba las plumas de su capucha. El camino era largo para llegar al Castillo, pero era hermoso. Todo lleno de plantas y setos vistosos y de muchos colores. Esmeralda disfrutaba el mini paseo, saliendo de mi hombro y volando contenta a mí alrededor.

     

    En el suelo había algo que me llamó la atención. Había huellitas de animales cuadrúpedos y los únicos que estaban eran los perros de Anne, mi hermana. — Espero que se encuentre adentro. —, pensé, en voz alta, mientras estaba por llegar a la entrada del castillo. Tomé una bocanada de aire y seguí caminando viendo los jardines del castillo. Sería feliz si tuviera una habitación en los jardines, por suerte la sexta planta, dónde quiero tener mi habitación, tiene una ventana que da a los jardines.

     

    Llegué a la puerta del castillo y Esmeralda volvió a posarse en mi hombro. Giré la manija de la puerta e ingresé al castillo. Era hermoso, dos casas hermosas para vivir es el sueño de toda persona. Una decoración increíble, escaleras hermosas, un aroma delicioso, no sé si era de comida o qué pero olía rico. Pensar en comida me había dado hambre. No me iba a poner a revisar todo el castillo. Sólo quería que mi hermana apareciera para que pudiéramos charlar y comer algo.

     

    Apunté con mi varita a mis valijas y pronuncié, — Bauleo! — se elevaron a poco metros del suelo y fui subiendo las escaleras hasta la sexta planta dónde quería tener mi habitación. La puerta de la habitación estaba cerrada, asique decidí dejar mi equipaje en la puerta, para que el que subiera supiera que esa habitación ya estaba reservada. Bajé las escaleras a toda prisa y me senté afuera de la puerta principal a esperar que alguien más apareciera para compartir y empezar a hacer nuevos amigos en la familia.

  22. Miré para todos lados intentando localizar otro tipo de salida, pero parece que la única que quedaba era utilizar levicorpus en cada uno de nosotros para ir llevándonos a la orilla. Estaba quieto sin hacer ningún movimiento, ni siquiera mis dedos se movían, cada vez que lo intentaba el hielo bajo mío cruijía y se debilitaba cada vez más.

     

    Mariel estaba en la misma situación. No se movía, parecía que había sido víctima de un basilisco y había quedado petrificada. En una mano sostenía su varita.

     

    Esta bien — tragué un poco de saliva. — Iré yo primero y desde la orilla los iré trayendo uno por uno. — continué. Mi corazón se salía de mi pecho. Estaba muy nervioso y a la vez muy asustado porque no sabía lo que podría llegar a pasar con el hielo bajo nuestros pies. — Hay que procurar no moverse mucho. — le dije a Mariel. Miré para todos lados intentando localizar otro tipo de salida, pero parece que la única que quedaba era utilizar Levicorpus en cada uno de nosotros para ir llevándonos a la orilla. Estaba quieto sin hacer ningún movimiento, ni siquiera mis dedos se movían, cada vez que lo intentaba el hielo bajo mío crujía y se debilitaba cada vez más.

     

    Mariel estaba en la misma situación. No se movía, parecía que había sido víctima de un basilisco y había quedado petrificada. En una mano sostenía su varita.

     

    Esta bien — tragué un poco de saliva. — Iré yo primero y desde la orilla los iré trayendo uno por uno. — continué. Mi corazón se salía de mi pecho. Estaba muy nervioso y a la vez muy asustado porque no sabía lo que podría llegar a pasar con el hielo bajo nuestros pies. — Hay que procurar no moverse mucho. — le dije a Mariel.

     

    Me preparé y me puse firme. El hielo debajo mío no iba a aguantar ni un segundo más. — Cuando estés lista, puedes proceder. — le dije con un sentimiento de seguridad falsa. Lo único que quería era llegar a la orilla y poder ayudarlo a salir. Pensaba en mi hermana a cada rato, ya que no estaba en mi grupo y, por lo tanto, se había separado e ido con la otra profesora. Vaya a saber uno en qué situación estaban o por lo que estaban pasando.

     

    Saqué todos esos pensamientos de inseguridad de mi mente y me puse firme para que Mariel pueda proceder con el hechizo y sacarme primero de allí. — Ahora sí. Estoy listo. — me puse erguido y esperé que ella procediera a realizar el hechizo. — Déjame en ese montículo de nieve de allá. — le señalé el más cercano a nosotros, para que ella no tuviera que moverse tanto y así no corriera peligro de caer.

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  23. Paso a dejar mi hermosa ficha de inscripción :P .. Espero ser aceptado en esta familia ^_^ ^_^ . Quiero felicitarlos porque pudieron abrir la familia. Seremos muchos. Dejo saludos para todos y cualquier cosa se pueden comunicar conmigo por los medios que he dejado al pie del post. ( que le pasaba que se hacía el formal :P :P ).... Los quiero..


    Ficha de inscripción.

    - Nombre: Emmet Haughton Gaunt.


    - Bóveda personal: - (en proceso de creación)

    - ¿Qué parentesco quieres tener y con quién? (en caso de existir preferencias): Hijo de Santos Malfoy.

    - ¿La Gaunt será tu familia sanguínea o adoptiva?: Sanguínea. ( Junto con la Familia Haughton)

    - Bando de preferencia: Mortífagos.

    - Link a una imagen de tu habitación para el castillo: - (tengo que hacerla)

    - Mascotas y/o elfos (si se tienen): Esmeralda (mi lechuza)

    - Cumpleaños: 3 de noviembre.

    - Contacto (skype, facebook, yahoo...)*: Skype: matixs_12@hotmail.com ; Facebook : https://www.facebook.com/matutte.mondati

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