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Rosália Pereira

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Todo lo publicado por Rosália Pereira

  1. — Muy bien, muchacho. Aunque esto es solo el comienzo —la Arcana le tendió su mano para ayudar a su alumno a salir de aquellas aguas frías. Con un movimiento de su Vara de Cristal lo secó. Lo necesitaba fresco, atento y relajado. Le señaló a un costado del lago para que ambos caminaran unos pasos más alejados al agua. Los árboles se movían lentamente, como esperando que algo sucediera. Rosália Pereira miró severamente a Matthew, era un joven que tenía una mente intranquila, y necesitaba de toda su concentración antes de llegar a la pirámide. La Arcana de Legeremancia movió su varita con una mano y la otra libre, hacía algunas volteretas y figuras con los dedos. El lago desapareció y no se inundaron en la plena oscuridad, sino que absolutamente todo se convertía en un estado gaseoso que perdía la forma y empezaba a ascender: el lago, los árboles, el cielo, la pirámide y e suelo. Todo brillaba intensamente y ahora era el momento del pupilo de tomar las riendas de la situación. — Para llegar a la pirámide, deberás pasar por tres pruebas, momentos o situaciones. Pasado, presente y futuro —Rosália miró desafiante al joven alumno. La llave que tenía en la mano se esfumo como humo—. Debes permanecer con la mente en blanco, debes usar todo tu poder. O la pirámide no se abrirá ante ti. Principalmente usa tu cabeza. Y usa la de los demás. Será la balsa en aguas peligrosas o el farol en las noches más oscuras Rosália Pereira caminó un par de pasos, observando la nada misma, porque todo el entorno no había tomado ninguna forma, al menos hasta que Matthew se concentrara en ello. Era una prueba dividida en tres momentos a los que debía enfrentar. ¿Dónde iríamos a parar? Se lo preguntó con una voz aterciopelada. — ¿Dónde vamos? Estaré a tu lado, aprovecha todo esto porque dentro de la pirámide estarás solo. ¿Éstas listo? —preguntó Rosalia—. Vayamos al pasado. La voz de la Arcana le incitó a hacerlo inmediatamente. Le explicó al joven alumno que su visita al pasado se trataría como dos fantasmas en un entorno o como si visitaran un pensadero. Pero en cualquier momento que Matthew quisiera llegar del pasado, usaría su nueva habilidad para ver como se desenvolvía. ¿Y si encontraba algo que había estado evitando durante años? ¿Y si eso le servía como llave para muchísimas puertas del futuro? Todo era posible, por eso Rosalia se quedó unos pasos más atrás. Ella vería, sentiría, escucharía todo lo que el joven hicieran, incluido sus pensamientos. @ Matthew Black Triviani
  2. La mente de Rosália Pereira se había perdido en un mar inmenso, oscuro y profundo. Sus pensamientos se veían bloqueados por nubes grises demasiado densas para saber lo que estaba ocurriendo alrededor. Era magia muy antigua, eran cosas inexplicables, pero a oídos mortales podían llamarlo La Posesión, un fenómeno que regresaba cada vez más seguido contra la Arcana de la Legilimancia. Para desgracia de muchos, le había ocurrido en medio de sus enseñanzas. Su mente se había divagado en cualquier dirección, como si se tratara de una identidad aparte. Le costó mucho tiempo a la pelirroja poder encajar sus partes nuevamente para volver a ser ella. Muchas semanas. Se juntaba incluso con algunos hechos ocurridos en el mundo mágico que habían atravesado a la Arcana de manera extraña, como si cambiaran su sintonía. — Pupilos… pupilas…—la voz de Rosália era como una brisa de verano que recorrían las hojas del lugar, como una caricia al alma. Llamaba entre susurros. Sus ojos ámbar se posaron en su anillo de la habilidad, notando como portaba un brillo característico y una magia contenida durante milenios, con la sumatoria de todas las personas que tenían un anillo igual—. Debemos reencontrarnos en el Invernadero. Ya. No iba a pedirles disculpas, porque cada uno de los presentes había ido con una sola misión: obtener la habilidad de leer mentes. Y no para escuchar cuentos insensatos. Tomó su Vara de Cristal, que brilló como las esmeraldas y cortaba el aire cada vez. Realizaba un movimiento líneas de arriba hacia abajo creando aquel portal con el Haz de la Noche, para avanzar con un pie y asomar su cabeza del otro lado. Así repitió eso cinco veces, uno por cada uno. — Te espero aquí mismo, ven, continuaremos con tu camino. Nos espera un largo recorrido —se aferraba al borde del portal, con aquellas manos que eran como enredaderas. Su cabellera tan roja como el fuego, caía sobre su espalda como raíces. Sus ojos eran realmente llamativos y se posaban en cada uno para llamarlos donde se encontraran y fueran a ése lugar. Permitió que esos portales se mantuvieran abiertos para que llegaran ante ella. Pero no durarían para siempre. Era una invitación a re-iniciar su camino. @ Eobard Thawne @ Azrael Lycan @ Darla Potter Black @ Arcanus @ Souichirou Mima Tenía algunas preguntas surgidas desde sus alumnos. Pero esperó a que ellos llegaran a aquel invernadero, un sitio realmente hermoso. Sus paredes eran finas maderas con cristales que parecían agua. El techo estaba encantado para que no tapara el cielo. Las ramas de los árboles más altos se doblaban entre sí para crear aquel techo con algunas hojas decorando todo. El suelo era un piso liso, de piedra gris clara. En el medio había una pequeña fuente, con dos o tres esferas de diferentes colores, que se juntaban, giraban, saltaban y cambiaban de color, por cada uno de los chorros de agua, que salía a la superficie a bailar y se volvía a sumergir. — Lamento por la intromisión que hubo. Me siento muy apenada por interrumpir su camino —miró uno a uno a sus alumnos, aunque desde ése momento, no dependía de ella si decidían ofenderse. No había demasiado tiempo que perder. Era una nueva oportunidad de aprender la habilidad, al menos que quisieran quedarse atrás. Continuó hablando: — Les enseñaré a perfeccionar una manera de legilimancia, aunque haya otras formas —miró a Darla, con un guiño del ojo. Ahora miró a Arcanus—. Lo cual les servirá para muchas cosas, si —el joven lo usaría para los duelos, claro estaba. ¿Y si ambos duelistas eran legilimantes? — Y no, señor Lukyan, no puede entrar a mi mente. Nadie puede. Ni yo misma —intentaba sonreír para hacer de cuenta que era un chiste. Pero no lo era. ¿Desde cuándo Rosália hacía chistes?—. Empecemos. La magia de los legilimantes es única. Porque cada mente es única. Pero como todo proceso, deberemos a empezar desde el principio. Me gustaría que empecemos con poder poner la mente en blanco. Es el primer paso, si eso no ocurre, no sólo será imposible leer mentes, sino que seremos vulnerables ante cualquiera. ¿están listo? Rosália Pereira les señaló el piso. Si, podrían sentarse, solamente nos llevaría unos instantes. ______________________________________________________ con @ Cillian — ¿Por qué hay una persona a la que no conozco dentro de mis recuerdos? —exclamó Cillian. Rosália estaba a un costado del joven mago, observándolo detenidamente. Acarició sus cabellos y los depositó por encima de su hombro derecho. Aquella vestimenta que portaba se ajustaba a su cuerpo, y las hojas apuntaban al sol. Esperó que Cillian escuchara sus propias palabras. El joven había dado unos pasos más que los cinco anteriores, solo un poco más. No podía hacerlo retroceder en su conocimiento. — Porque representa tu miedo a tu propia mente. Porque haz empezado con el pie izquierdo. Y porque piensas mucho, joven. Deberás aprender primero a dejar tu mente en blanco. Deberás acomodar tu mente, si quieres leer la mente de los demás. ¿O eres capaz de prestar atención por igual a dos libros al mismo tiempo? —lo miró desafiante, mientras Rosália movía su mano, su Anillo brillaba y aquel hombre desaparecía. — Respira profundo. Quita toda imagen, emoción y pensamiento de tu cabeza. ¡Concéntrate! Y deja tu mente en blanco. Una vez que logres ése estado, volveremos a probar suerte. No podremos avanzar si tenemos piedras en el medio del camino. ________________________________________________________ con @ Juv Macnair Hasani Aquella bruja era de las que más había avanzado en su camino por la legilimancia. Había caminado demasiado y ya había hecho uso de aquella habilidad. Pero para Rosália, aunque estaba a punto de llegar a la meta, aún le faltaba un ajuste de tuercas, quizás algunos retos aún por demostrar. Esperaba que su alumna Juve no se confiara porque podía quedarse durante la eternidad junto a la Arcana de Legilimancia. — Nadie se dará cuenta. Aunque estoy seguro que algunos magos y brujas podrían sospecharlo —Rosália notó que su anillo brillaba. Volvió a enfocarse en Juve—. Podemos verlo juntas. Debemos —exclamó la Arcana, moviendo su Vara de Cristal alrededor de ambas brujas. Una neblina verdosa empezó a invadir todo el ambiente. Los destellos dorados como el sol se desparramaron alrededor, mientras todo iba cambiando. Cuando nuestro entorno dejó de vibrar y cambiar, Rosália notó que se encontraba con Juve en un sitio lleno de personas. Parecían que se encontraban en otra época, quizás. Mucho más medieval. Los ojos ámbar de Rosália buscaban entre la multitud a quien debía encontrar y cuando lo hizo, se giró hacia Juve. Estaba emocionada por ver una de las pruebas finales de la jovencita. Por lo que le dijo a modo de reto: — Aquí podremos ver cómo es tu manera de trabajar con la legilimancia. Estamos presentes ante algunos muggles y algunos magos. De todos los presentes, hay uno que conoce algo que el resto no. Usa tu mente. Usa la mente de los demás para que nadie se de cuenta que eres tú —señalé alrededor—. O ten cuidado porque las consecuencias son severas. Deberás encontrar quién fue el ladron. Aunque la pista es que se trata de un mago. ¿Estás lista?
  3. A veces nuestra mente se desconecta para poder encontrar nuevos caminos.

  4. ~ Un paseo por la mente de Juv Macnair Hasani @ Juv Macnair Hasani A diferencia de Cillian, Juv se notó hasta el final reticente a beber el té, más acabó por aceptar sumergiendo a Rosalía en un oscuro sendero nebuloso. La Arcana estaba acostumbrada a todo tipo de mente más con estas en particular solía ser respetuosa, centró su magia para únicamente ver a la bruja sin muchos detalles de su entorno, a menos que ella decidiera lo contrario, y comenzó a caminar siguiendo sus pasos. Todo estaba en silencio al principio, luego poco a poco se fueron oyendo murmullos, más bien la propia voz de la pupila que guiaba su andar, parecía deseosa por indagar en algún suceso que su propia mente había sepultado, y como bien Rosalía les había dicho, no podrían navegar en mentes ajenas hasta no haber controlado la suya. —¿Dónde estamos?. Quiso saber Los susurros se volvieron más y más, la cantidad hacía que se superpusieran y ya no pudiesen entenderse las palabras, éstas se mezclaban y se confundían. Los tonos eran masculinos, femeninos, de niños, los había felices, enojados ¡gritando! tristes. Mucho podía albergar la cabeza de una persona, y a juzgar por la seriedad con que Macnair no se detenía ni titubeaba antes aquellos sonidos de su pasado y presente, estaba claro que buscaba algo en específico allí. —¿Qué te resulta familiar de todo esto? La oscuridad se disipaba suavemente, parecía que el sol las cegaría con tanta bruma, la misma les llegaba hasta el pecho. De pronto Pereira sintió que algo o alguien las perseguía muy de cerca, sus manos terrenales se aferraron al sofá donde estaba sentada, apresuró el paso dentro de la mente de Juv, posó una mano sutilmente sobre su hombro y le dijo de manera casi inaudible "No te cierres" la bruja, de manera inconsciente parecía estar recurriendo a la Oclumancia para ocultarse cosas a ella misma. Sin romper la conexión abrió los ojos, despertando, alguien se acercaba a la puerta @ Darla Potter Black así que se precipitó para recibirla con una sonrisa en los labios.
  5. Rosalía y Matthew habían pasado una curiosa aventura juntos, el mago había demostrado un manejo fluido de la habilidad pero —como algunos creían— no era la Arcana quien tenía la última palabra. Una carta llegó, meses después, a la morada de los Triviani dirigida al joven pelinegro indicando que a pesar del tiempo transcurrido había sido seleccionado para dar la prueba final que le permitiría convertirse en un Legeremente. Pereira había redactado a pulso aquel pergamino, entregado a un cuervo blanco de ojos rojos, extremadamente raro dentro de su especie, con la esperanza de que aquel día, cuando los primeros rayos de sol acariciaran la tierra, Matthew se presentase ante ella listo para dar los pasos finales hacia el éxito, o hacia una vinculación perfecta. El sitio pactado siempre era el mismo, salvo que esta vez no habría laberinto terrenal, ni barcaza que tuviese que utilizar para llegar al otro lado. Los pastizales que rodeaban el lago del Ateneo habían crecido lo suficiente como para llegarle al muchacho hasta la cintura, más era una grama suave con esencia perfumada que acariciaba danzando al compás del viento, una brisa cálida que guiaría los pasos del pupilo hacia su maestra, la que descalza sonrió al verlo llegar. —Dichosos los ojos que lo ven, señorito Triviani. Al parecer, por su expresión de fastidio, no estaba contento con el mes de total silencio por parte de la Arcana así que esta decidió no dar demasiados rodeos. Entre las manos portaba una caja de cristal ,tan frágil como mágica, donde le pidió que depositase todas sus pertenencias del suelo que pisaba, amuletos uzza, varita mágica y cualquier polvo alquimista que portase en los bolsillos. La prueba debía abordarse únicamente con el conocimiento adquirido sobre la lectura de mentes ajenas. Acto seguido la cajita se elevó hacia el cielo y fue consumida por una luz cegadora. Rosalía hizo un ademán despreocupado y le dijo que más tarde se lo devolvería todo. —Este momento puede parecerle difícil, pero me ha demostrado que nada lo sorprende joven. Las aguas de lago han sido encantadas para que ingrese en ellas, no se asuste cuando sienta que llega a sus pulmones, permítele entrar y el viaje resultará fugaz. Aunque sí, el tiempo dentro de una mente se comporta de forma diferente al de ahora— extendió los brazos haciéndole énfasis a lo que los rodeaba —Podrá sentir que transcurren horas, quizás días, y aquí solo habrán pasado minutos. Pereira le explicó que no corría peligro alguno, que ella siempre estaría cerca de él mientras no se quitase el anillo de aprendiz que en un parpadeo rodeó su dedo anular. Matthew podría sumergirse hasta la cintura, el descenso tomaría unos segundos —eternos para él— y cuando su cuerpo se encontrase impregnado en la magia de lo sensorial comenzaría a flotar, preso de un trance sereno y silencioso. Sus sentidos se abrirían como flores en plena primavera. Al "despertar" estaría en un cuarto totalmente blanco que cuando más admiraba, tomaba tintes familiares; un recuerdo añorado quizás, abovedado en lo más profundo del inconsciente, allí donde el cuerpo enviaba a Triviani cuando éste se encontraba estresado o al borde del shock ¿Un lugar seguro dentro de su cabeza? —Identifica dónde estás, Matthew. Para encontrar la puerta que te llevará al laberinto tendrás que romper el nexo entre tu mente y ese recuerdo afianzado. Tienes que poder poner en orden ahí arriba para dominar y comprender las mentes ajenas sin salir perjudicado. Toda magia tiene un costo y un balance en el mundo. Esa es tu primer prueba. @ Matthew B. Triviani
  6. —En efecto, caballero, está dentro de sus recuerdos. La dulce voz de Rosalía retumbó una vez más en la cabeza de Cillian, un cuerpo simbólico pues el muchacho se encontraba de carne y hueso atravesando un trance mítico en la misma habitación. Con cada segundo transcurrido la memoria se volvía más y más nítida depositando el joven mago en la posición que hubiese ocupado entonces pero sin poder cambiar ninguno de los hechos, las personas, los colores y olores, incluso los tonos serían idénticos a los originales, podría tocar a quienes compartieron ese momento con él, revivirlos siendo el caso, por una fracción de segundo, pues así de fuerte era el poder de la mente, como el proyector encargado de correr una película frente a nuestros ojos. —¿Por qué estás allí, qué te invita a estar en ese lugar Cillian? Necesitaba que Riddleturn vislumbrase el vínculo tangible de ese recuerdo y fuese capaz de manipularlo a consciencia. Les había explicado, también a Juv, que para dominar la Legeremancia por sobre las mentes ajenas primero la propia debía estar en completa armonía y balance, es decir, en blanco. Cuando les tocase vincularse, quizás, con oclumancia, sería es Arcano quien enseñase al mago y la bruja a recurrir al "lugar seguro" para bloquear los pensamientos. El siguiente paso, luego de aquella limpieza, sería poner a prueba la capacidad de su pupilo para maniobrar la habilidad. —¿Ves algo allí que no recuerdes haber visto antes? Preguntó, pues ahí, en ese minúsculo detalle que cualquiera ajeno al recuerdo pasaría desapercibido, estaría el nexo. @ Cillian
  7. ~ Un viaje por la mente de Cillian R. Rosalía entrelazó sus finos dedos como enredaderas esperando la reacción de sus alumnos. La señorita Croft parecía desconfiada y había logrado cerrar algunos pensamientos más profundos para la Arcana; no había que olvidar quién tenía todas las llaves allí. Por otro lado, Cillian demostró su mala espina con una frase muy común en los humanos no mágicos, "de qué va todo esto", para Pereira no existía en el mundo persona más insegura que el hombre, muchos no sabían tal cosa, que cuanto más poder tienen más fuerte se vuelven sus inseguridades, muchas echan raíces en la profundidad de sus cabezas, son una voz constante anhelando aun más poder y dudando del poseído ya, como si nunca fuese suficiente. —El lirio de agua, jóvenes, es una flor hermosa e inofensiva, en su ambiente natural, claro— señaló la pecera y cruzó las piernas debajo de la falda de hierbajos —Pero una infusión como ésta puede resultar lo suficientemente alucinógena como para permitir a sus sentidos hablar por sí mismos, sin restricciones. Y a ustedes, por supuesto, escuchar lo que claman sus más profundos instintos, deseos y pensamientos. Se hizo el silencio en aquel acogedor cuarto y fue el mismo muchacho que la cuestionó primero quien se aventuró con la taza entre las manos. Rápidamente la pelirroja hizo aparecer su vara de cristal y movió el sofá unos pocos metros para amortiguar su caída tras dar el primer sorbo. La Arcana aguardó otro poco para saber la decisión de Juv y luego cruzó las piernas sobre el sofá que ocupaba en posición de jefe indio para permitir a su cuerpo entrar en trance, gracias a la meditación de sus palabras; un cántico arcano de cientos de años que desconectaba la mente del mundo terrenal. De pronto, un intrínseco laberinto de rosas rojas recibió a la mujer, así era como se veía el bloqueo en su propia cabeza, luego de ello había una puerta azul que daba paso a un pequeño cuarto, igual al actual, con una única silla, café de hierbas y una mesa de cristal que le llegaba a las rodillas. Tomó asiento justo cuando el mago clamaba su nombre con una interrogante ¿Y ahora qué? Rosalía le dio un sorbo a su café y sonrió plena, sabía tan bien, como a castañas tostadas con flores silvestres. Mientras tanto en el cuarto blanco que visitaba Cillian comenzaba a teñirse de cientos de colores, hasta adoptar una forma familiar para él. —¿Dónde estás?— Le preguntó. Cuando uno no tiene control sobre su mente, o diferente, no sabe que lo tiene, ésta tiende a adoptar la apariencia de "lugar seguro", es decir, a donde alguien se resguardaría en caso de necesitarlo, ya fuese por temor, un trauma, estrés o simple cansancio; los había quienes lo hacían por mero placer, como Rosalía, para meditar. —Dime lo que ves. Continuó esperando a que su alumno le respondiese la primer pregunta o le describiese el lugar. @ Cillian
  8. Rosalía tomó una maceta que estaba a su izquierda y comenzó a arrancar mala hierba mientras Juv hablaba. Una mujer sabia que hacía mas de una cosa a la vez para lograr concentrarse no solo en las palabras de sus alumnos sino en sus mentes, era como una especie de comparativa o cotejo de información, no todos acudían a ella portando la habilidad de la Oclumancia, por consiguiente olvidaban que una mentira sería fácilmente descubierta. En un par de segundos dejó la planta solo con tierra fresca nuevamente en su sitio, más adelante podría regarla más ahora debía permitirle descansar, la hierba solía absorber nutrientes que le eran necesarios para crecer sana y fuerte, así como los malos pensamientos se apoderaban de la energía mental de sus huéspedes hasta agotarlos. Quien jurase que el cansancio mental y físico no iban de la mano, estaba terriblemente equivocado, o eso creía Pereira. La Arcano asintió ligeramente conforme con lo que la bruja explicaba aunque hubiese preferido que hablase de ella y dejase que el caballero junto se expresara por si solo, aun estando dormido podía tantear sus intenciones, la mente de Eobard se veía borrosa de momento. Por otra parte, la enredadera subió rápidamente, sin apretar demasiado, hasta llegar al cuello de Juv y un poco más allá, rosando su cien le permitió oír un susurro que nadie más sería capaz de escuchar. "La mente no es un libro, que puedes abrir a placer y examinar como creas conveniente. Los pensamientos no están anclados en el interior de nuestras cabezas, para ser vistos por cualquier invasor, señorita. La mente es algo complejo y con muchas capas a develar" Segundos después la soltaron dejando que sus pies tocaran el suelo, mientras Eobard seguía suspendido hasta que fuese capaz de articular palabra alguna. —Si me acompaña por aquí, señorita, podremos ponernos más cómodas. Rosalía volvió a tomar una maceta —diferente a la primera, con flores azuladas— y condujo a su pupila hacia el centro del invernadero, donde la tierra y lo verde quedaba un poco en segundo plano y los muebles sencillos indicaban que ahora estaban en su casa. Y mientras pasaban por la puerta principal alguien decidió llamar, la pelirroja invitó con un además a que continuara unos metros más hasta toparse con los sillones de mimbre donde podría tomar asiento y esperarle, todo el interior olía a jazmines, a rosas o a tulipanes según el estado de ánimo de cada quien, aunque para Pereira el aire siempre olía a fresias. —Cillian Riddleturn, bienvenido seas. Abrió la puerta y golpeó al muchacho con su saludo cordial, su mente no dejaba de parlotear por lo que casi le había dicho su grupo sanguíneo y el color de sus interiores. Rosalía fue lo suficientemente educada como para clausurar esa parte tomándolo por un hombro con delicadeza y empujándolo al interior del invernadero haciendo que la puerta se cerrase tras de sí. La maceta que llevaba en su diestra no poseía tierra, sino unos pocos litros de agua que se agitaron levemente meciendo un precioso Lirio azul. Ahora que tenía no solo uno, sino dos alumnos, estaba segura de poder comenzar la clase de conocimientos con más soltura. Esperó a que el muchacho saludase a la otra bruja o tomara asiento, lo que le fuese conveniente, mientras colocaba dos platos y dos tazas de porcelana negra con bordes dorados frente a cada quien. Recitando algunas palabras en lengua Arcana agradeció a la flor por su colaboración y larga vida, se disculpó y prometió sembrar el mundo con cinco ejemplares por su sacrificio, luego la trituró suavemente y dejó caer la mitad del polvillo obtenido en cada taza para, a continuación, echarle agua caliente. De pronto el cuarto se vio invadido por un aroma cálido. —Si están dispuestos a ponerse a prueba para ser capaces de leer mentes ajenas, el primer paso es pisar la propia mente. No se asusten, podrán oírme a cada segundo, estaré guiándolos cuando no sepan qué hacer, pero deben poner en blanco aquí...— señaló su cabeza —Para avanzar, aunque si no están preparados para ello deben decírmelo, pues una vez ingerido el té no hay marcha atrás. @ Juv Macnair Hasani @ Cillian
  9. Lastimosamente pareciera que las semanas anteriores no hubiesen sido lo suficientemente ajetreadas para Rosalía, ahora debía lidiar con un grupo de alumnos conflictivos y tercos, por no decir carentes de chispa. Toda la zona del invernadero donde la Arcano cuidaba de sus plantas se vio impregnada de fanfarronería y malos pensamientos, tuvo que hacer uso de mucha fuerza y energía para bloquear la cantidad de información que recibía de diferentes direcciones, solo Malfoy parecía estar en completa armonía con las flores que a gritos le pedían ser regadas, aquellas sin verguenza, las más atrevidas y hermosas, de tonos rojizos y violáceos. Juntando el índice y pulgar de cada mano, inspiró profundo y caminó hasta uno de sus pupilos rezagados en un rincón del cuarto de paredes translúcidas. —Jeremy— Lo nombró sacándolo de su trance, retirando de entre sus manos la maceta con una planta casi agonizante, sintiéndose contrariada — Creo que estás listo para pasar al siguiente nivel ¿tú crees estarlo? para ello necesito firmemente que controles tus emociones, y el miedo es uno de ellos. La ira, tanto como el enojo no siempre brotan de nosotros como un fuego inextinguible, en ciertas ocasiones, el principal detonante es el propio miedo ¿Qué me dices? Si Triviani aceptaba su propuesta entonces lo enviaría a casa para drenar todo lo sucedido en clase y le pediría que aguardase su carta, la misma que poseería coordenadas para la prueba final y la vinculación con la habilidad. @ Jeremy Triviani Rosalía Pereira llevaba muchos más años de los que aparentaba respirando el aire que la naturaleza le brindaba a cambio de cuidados y consciencia. Era una mujer hermosa, con largo cabello rojizo y un exótico vestido que marcaba sus curvas entre enredaderas y madre selva, pero ni todo el conocimiento del mundo le preparaba para las respuestas o accionares que algunos de sus pupilos decidían tomar o dar ante ella. Azrael expresó ser un ser racional y no sensorial, la Arcano ladeó la cabeza colocando lentamente la maceta con la flor medio muerta y traumatizada de Jeremy delante de @ Crazy Malfoy transmitiendo unas breves palabras a modo de pensamientos "Intenta encontrar en ella un motivo para florecer. La evolución en el hombre es como el crecimiento en la fauna, habla con ella y permite que ella te hable a ti". Hizo esto para centrar su calmado vocabulario en Licaón, el muchacho le desconcertó por completo, más aun le daría una oportunidad, y solo una. —Intento comprender, joven mago, por qué usted creyó conveniente presentarse ante mi, leer incluso sobre Legeremancia, cuando se considera una persona de razón ¿Le resulta razonable ahondar en los pensamientos, recuerdos y vivencias de un tercero? encuentra lógico profundizar en una cabeza ajena sin ser capaz de empatizar. Porque aquí, en mi territorio, no hay nada más importante que la empatía. Entonces dígame @ Azrael Lycan ¿Cuáles son honestamente sus intenciones? podría ser yo misma quien se lo dijese, pero no lo encuentro justo de momento. Mientras entablaba sus primeros lazos, poco fraternales, con Azrael, un escalofríos le corrió por el cuerpo desde la planta de los pies —pies que estaban en constante contacto con la tierra— hasta la nuca, erizándole la piel. Dos gruesas enredaderas, similares al lazo del diablo, surgieron bajo las siluetas enfrentadas de @ Juv Macnair Hasani y @ Eobard Thawne los cuales no terminaban de dejar en descubierto sus intenciones ni para con la habilidad ni para con ellos mismos; la conexión eran fuerte, podía notarse a leguas, incluso cuando Rosalía se encontraba en otro ala del invernadero que le servía de hogar, pero era para igual con la rivalidad. Sus plantas y flores, por el contrario, no compartía curiosidad alguna por ese par, sino que se sintieron amenazadas, sobre todo cuando uno de ellos utilizó herbolaria humidificada. La enredadera fue lo suficientemente rápida como para que ninguno pudiese actuar, menos en territorio Arcano, donde si Pereira así lo deseaba, sus varitas podían quedar inservibles por el resto del aprendizaje. La vegetación trataría de comunicarse con ambos magos, ahondaría en sus más frecuentes y ocultos pensamientos, aquellos que intentaban tapar con quehaceres u obligaciones, con diversión o trabajo, pero que nunca abandonaban sus cabezas. Ellas, las enredaderas, serían comprensivas, solo si ellos eran sinceros, entonces les permitirían librarse, les contarían un secreto que podría servirles para avanzar un poco más con la clase y llegar al encuentro con la pelirroja.
  10. La Arcana sostuvo una sonrisa agradecida a la vivencia que acababa de sufrir, con el pupilo Matthew. Era bueno saber que aún podía sorprenderse ante situaciones nuevas a pesar de los años que llevaba encima de sus raíces, de sus pies, en realidad. Le costaba diferencia qué parte híbrida era la que tenía su cuerpo, a estas alturas. Caminó deslizándose por los jardines hacia la puerta de entrada. Sintió los pensamientos de otro de sus alumnos, otro Triviani, esta vez el llamado Jeremy. Sentía que tenía que decirle algo positivo por su forma de superar aquella prueba, pero decidió que podía esperar un poco, lo justo para ver primero a aquellos dos chiquillos que esperaban, uno en la puerta desde hacía tiempo y otro en los invernaderos. Chiquillos para ella, las referencias que había conseguido alcanzar gracias a sus plantas, le decían que uno era más joven que el otro, aunque ninguno alcanzaba su propia edad, así que podría seguir llamándoles así, aunque fuera en la intimidad de sus pensamientos. Se preguntó si alguno de ellos llegaría a "leer" cómo ella los veía, si les dejara entrar en su cabeza. Esa idea le hizo sonreír de nuevo y avanzó con entusiasmo. No solían gustarle los humanos, pero lo que veía en la mente de aquellos dos, le parecía interesante. - ¿Os ha dicho algo interesante? La pregunta podría parecer dirigida hacia aquel chiquillo de ojos tono amarillento y tatuajes móviles en su cuerpo. Rosália los notaba con su percepción particular de los seres vivos a los que "miraba" con su habilidad. Las hojas de hiedra vibraron en el aire, como si ver a la Arcana acercándose les llenara de algo que podría interpretarse como "alegría". Rosália se apenó de haber estado tanto tiempo fuera de sus territorios. Ahora nota la paz que sentía allá y lo vibrante que era vivir alejada de su entorno familiar. - ¿Ha estado leyendo? ¿Sin ofreceros nada a cambio? Ay, Señor... ¿Licántropo? sea bienvenido a mi hogar y a su zona de enseñanza, pero le ruego recuerde que toda relación es un dar y un tomar, si quiere recibir algo, también tendrá que dar algo de usted que ayude a que la comunicación fluya, o nada de lo que reciba podrá ser aprovechable. ¿Cree que un libro le enseñará algo, una reunión de letras combinadas le puede ayudar a desarrollar la legilimancia? Rosália empezaba a frustrarse, si el joven no había sido capaz de entablar una relación con una sencilla rama de enredadera, ¿cómo pretendía superar una mente humana, mil veces más compleja? - Acompáñeme, seguro que la compañía de más plantas y de un caballero le ayudará a entender lo importante que es la relación entre los seres vivos para poder desarrollar la Habilidad de la Legilimancia. Nada es simple, nada de obtiene porqué sí, todo está entretejido en unos hilos apenas visibles que fomentan la relación entre usted y lo que le rodea. Una sencilla planta es tan importante que sin ella, seguramente usted no podría llenar sus pulmones de aire. Todos convivimos con todos y ha de aprender que usted tiene que dar tanto como recibir. Y aplicarlo a la Habilidad con la que quiere vincularse. ¿Sabría decirme por qué? Rosália esperaba no tener la necesidad de explicárselo, pero algo le decía que tendría que ir lenta con él para poder avanzar rápido, por muy antagónicas que parecieran esos pensamientos. La visita que había llegado antes que ellos lucía su pelo grisáceo inclinado hacia un grupo de plantas cercanas. Rosàlia chasqueó la lengua con cierto desagrado, no por la figura de aquel hombre sino porque leyó lo que él había entendido y se dio cuenta del estado anímico de sus flores y plantas que debían lucir hermosas y no ajadas, como ahora hacían. - ¡Amigas mías! No tengo perdón, pensé que no os abandonaría tanto tiempo. El anterior alumno tuvo un... ligero problemilla que tuve que solucionar con más tiempo del previsto. ¡Oh, amigas linda! Cuánto lo siento. Como bien dice, Sr. Malfoy, mis niñas tienen sed, ¡oh, pobres mis dulzuras! Ayúdénme, se lo ruego a ambos, a calmar la sed de mis criaturas. Cada una de ellas es delicada y recibe el agua de forma distinta. Intentar satisfacerlas y darles bebida grata. Sin que se ahoguen, sin que se aneguen, con cuidado y cariño, con ternura... Ellas les dirán. La Arcana se giró hacia el más joven de los dos pupilos, el que necesitaría más ayuda en aquella experiencia. - No se preocupe si no le sale a la primera, el Sr. Malfoy hace un poquito de trampa... Ya había estado con nosotras hace tiempo, mucho tiempo... Y ya había hablado con ellas. Fíjese en esas carnívoras de su derecha. Le piden agua regándoles la cabeza, como si lloviera. Sin embargo, aquellas azules son más tímidas y esconden sus pétalos porque prefieren el riego tradicional, recoger el agua a través de sus raíces. Rosália esbozó media sonrisa. Puede que les pareciera algo ilógico, empezar la clase regando plantas, pero... ¡cuán se aprende con las necesidades de la naturaleza!
  11. - No harán falta las esposas... ¿O sí...? La experiencia de viajar en uno de aquellos vehículos muggles no era nueva para la Arcana. Que la llevaran a una Comisaría sí, aquello nunca había sucedido hasta ahora. Le parecía algo excitante que la Policía la detuviera y le hiciera pasar por todos aquellos controles. Rosália aceptó todo con muy buen humor, como acostumbraba a hacerlo con todo aquello que le enseñaba facetas nuevas. Con tantos años en su haber, las novedades ya no eran tan numerosas como antes, algo que ella echaba de menos, adquirir nuevos conocimientos que le aportaran vivencias. La veteranía era un grado, sin duda. Le preocupaba más que Matthew cediera a un genio más irascible y no llegara a controlarlo. Si le había leído los labios, sabría que tenía que contenerse, que le dejara hacer y que podría disfrutar, o no, utilizando su habilidad de Legilimancia, la cual dominaba un poco más en cada uso, como había demostrado para robar el ojo. Dejó que le tomaran unas huellas de forma irregular, pues su característica vegetal se movía y camuflaba todo intento, amagando una sonrisa cada vez que el técnico golpeaba la maquinita que pitaba señalando error. A pesar de esas sonrisas, no perdía el contacto con su pupilo, esperando que se entrenara y que descubriera cómo evitar las acusaciones usando su mente. Lo único que le distraía un poco, eran las cosquillas de las plantas de los pies, embutidos en unos cómodos zapatos. Su naturaleza híbrida le proporcionaba una información aún difusa. Intuía... Intuía que alguien había llegado hasta su domicilio y que se hallaba apostado en la puerta, aunque aún no detectaba qué hacía allá. Por ello, manipuló a distancia (la Arcana era muy buena en sus conocimientos y habilidades) que la hiedra que invadía la pared de la entrada se moviera hacia esa figura y que le comunicara qué hacía. Las plantas no hablan, no miran, pero sí tienen estímulos que, si sabes leerlos, dan una información muy detallada de lo que les rodea. ¡Ojalá los hombres pudieran aprender más de las plantas! Ellas eran realmente mejores legiremantes que muchos de los que se llamaban magos. Volvió la atención hacia Matthew e hizo un leve mohín con los labios y casi un guiño de ojos a la vez. - ¿A qué esperas para lucirte? - musitó, con la creencia que el Sr. Triviani entendería lo que quería de él.
  12. - ¡Que estas esperando! ya tengo lo que Rosália necesita. - Yo por igual –susurró Joe. Cuando Matthew emprendió camino a la vuelta, el supuesto amigo de Rosália accionó el sistema de seguridad. Por más magos que fueran, Matthew y Rosália, en ese momento, era imposible no darse cuenta del aprieto en el que se encontraban. Alarmas comenzaron a sonar, un farol rojo tiñó completamente el salón, Rosália se quedó estática buscando la salida más próxima. Había cámaras por todas partes y la magia sería un temita un poco complicado de explicar. Efectivos de la seguridad del MET entraron por todas las posibles salidas identificadas por la Arcana, apuntando con sus armas muggles. Todos con aspectos amenazantes. Rosália levantó los brazos y se acercó a Matthew, por órdenes del que parecía el encargado de la operación. - Este Joe… -se dijo Rosália chasqueando la lengua. La Legilimiancia era una habilidad engañosa. Primero por invasiva, porque parece que la comunidad mágica actual había perdido los modales y ni siquiera pedía permiso. Segundo, porque el promedio de magos y brujas tenían la errónea concepción sobre la capacidad de la habilidad. Leer la mente de alguien también aplicaba todas las expectativas e historias de una misma persona. Matthew no conocía a Joe Carioca, si no que conocía lo que él podía llegar a interpretar de la vida de Joe Carioca. Esta sutileza marcaba la diferencia. En este caso, entre un aliado o un… enemigo. - Tranquilo oficial, hablaremos en la comisaría, ¿sí? Se giró a Matthew mientras extendía los brazos en señal de rendida. Tranquilo, sígueme la corriente. Esperó que pudiera leer los labios. Estaba… demasiada ocupada para haber podido recibir a Azrael Licaón en su cabaña. Capaz cuando saliera de la policía, si es que le daban cadena perpetua por inmigrante y ladrona.
  13. Con muchísima alegría paso a notificar que Gatiux ha superado exitosamente su prueba de Habilidad.
  14. Como siempre, Rosália miraba todo desde la punta de la pirámide. Estaba fascinada por la interpretación de Gatiux sobre la prueba de la habilidad. Claro, porque, en realidad, la última parte de la prueba (aquello que existía tras el portal) no era otra cosa sino la cristalización del inconsciente latente. La prueba es la extensión de la persona dentro de ella. Sin embargo, eso no la hacía menos real. Al contrario. Eso fue justamente lo que le ocurrió a la Malfoy. Toda la prueba de Gatiux se desarrolló como dentro de un sueño, dentro de otro sueño. Se había aparecido así sin más en un escenario. Los rostros con los que ella se había encontrado en un inicio eran familiares, conocidas, o contactos esporádicos con los que tuvo la fortuna de encontrarse. Luego, la proyección de John Doe eran los fragmentos con los que ella se había vuelto a sí misma en las diferentes conexiones de legilimancia. Tal como siempre decía, la habilidad no es simple. Uno adquiere cosas, pero nunca las que esperaba. Y deja, las que capaz no quiere. Ver los ojos a través de tu propia consciencia es un truco mortal. Protegerla de una posible invasión, el camino más sabio. Ser metódica, astuta y aprovechar las brechas de la mente eran las claves para un uso particular y Gatiux, saliendo del portal con el anillo de la habilidad entrelazado era prueba de ello. Pero no sólo con una habilidad nueva, sino con la información valiosa de una cierta caja fuerte. Seguro le daba nuevas ideas. - Felicitaciones, querida. Cuando me necesites, sólo haz sonar este cascabel y estaré al instante. Pero prométeme que será sólo por aventuras, o para tomar el té, me da igual –sonrió cómplice y le guiñó el ojo. Esperaba que algún otro discípulo pueda proponerle una aventura igual de emocionante como Gatiux.
  15. Joe Carioca los fuera de la alfombra roja, pasando el hall del MET hacia uno de los pasillos que conducía a las diferentes oficinas de seguridad. Rosália estaba en su salsa, y claro, en su vida pasada realizaba transacciones en ambientes de ese tipo. El lujo, después de todo, esconde muchas cosas. Secretos eran lo mínimo en esas posiciones. El amigo de Rosália cerró la puerta tras de ellos y la brasilera se acercó hacia el tablero de control. Levantó sus ojos castaños que se iluminaron por las diferentes pantallas en la pared. Podía verlo todo allí, cambiando con sólo un botoncito las cámaras de seguridad. Estaba casi pegada, murmurando para sí misma hasta que… - ¡Bingo! –Exclamó un poco aniñada-. Ven, Matthew, esto es lo que buscamos. El ojo de Krishna. Los muggles no tienen idea con lo que se están metiendo. El ojo de Krishna era una joya enorme, brillante y muy cara. - Fíjate Ros, hay dispositivos de movimiento por todas partes –se acercó Joe, activando la visión de un montón de rayos rojos de un lado al otro de la habitación. Parecía sacado de una película de acción. Rosália sabía dónde se estaba metiendo y los riesgos del plan. Sonrió complaciente y le asintió a su amigo. Tenían un lenguaje no verbal. - Pues, entraremos con Matthew al recinto vacío mientras toda la fiesta se esté desarrollando en una de las salas principales. - Mientras estaré yo aquí, reseteando el sistema de seguridad, eso les dará una ventana de 2 minutos para llegar al ojo. Luego, reiniciaré nuevamente el sistema de seguridad para darles el suficiente tiempo para salir. Nadie se dará cuenta de nada. Matthew no tendría problemas en aceptar la pequeña misión. Ya había indagado levemente en Carioca por lo que todo estaba en orden. De ahí que abrió la otra puerta, que daba al pasillo directo a la sala principal de exhibición con un sinfín de artefactos de la cultura india. Si no fuera por su atraco, Rosália seguramente se quedaría a admirar lo que se ofrecía esa noche.
  16. Lo acontecido en la prueba representaba todo el recorrido de Gatiux con la habilidad. La comparación no era para nada descabellada e inclusive, todas las preguntas tenían que ver con su experiencia y vínculo con la habilidad. Desde sus primeras impresiones y las formas de vincularse con la otra persona, hasta identificar los propios límites de la habilidad. La legilimancia no era toda poderosa como el brujo promedio pensaba e incluso tenía más peligros que posibles beneficios. La Legilimancia era mentirosa, porque te muestra una realidad a través de tus propios ojos. La información que recibes está procesada ya por tu mente. Si el azul para Jhon representa tristeza, pero para Gatiux, los ojos de su amado, entonces sentirá eso. Porque la habilidad se desprende siempre desde la conciencia de sí misma y viaja a otra. No hay forma de desprenderse, e inclusive, hacerlo podría resultar la pérdida total de la conciencia. Los pasos de la Malfoy fueron certeros y decisivos, con el cuidado necesario. - Espero no haberte hecho esperar demasiado. Estuvo por contestarle pero vio como levantaba uno de los dedos en señal de paciencia. Sacó una cajita brillante con la preciada semilla del sauce boxeador de flores de cerezo. Se había olvidado completamente de ese pago. El crecimiento de Gatiux opacaba todo. - Como te prometí, aquí está la semilla. Espero que crezca fuerte en tu jardín. Espero que florezca como un bonito recuerdo de este sendero que compartimos juntas. - No sólo completaste toda esta primera parte con una naturalidad envidiable. Sino que además, has demostrado ser de mis mejores alumnas. Carraspeó. No podía decir que era la mejor porque seguro la corrían de la universidad. - Cuando la mayoría de mis aprendices simplemente se para en la puerta de mi cabaña demandando conocimiento… Tú me propusiste algo, una aventura y estuviste siempre dispuesta a mi guía. Oh Gatiux, creéme que te extrañaré, pero este portal es el siguiente paso natural en tu vida. De su vara de cristal nacieron dos brazos de enredaderas que se unieron en el aire, formando un portal de magia arcana. Era la puerta hacia la máxima prueba. - Recuerda Gatiux, tu astucia es tu mejor cualidad. Anda, conquístala. Le dio un abrazo con la cajita en una de las manos. Sabía que era una suerte de adiós, pero que en algún momento se cruzaría con ella. No hacía falta ser vidente para saberlo.
  17. - ¡Gatiux! Te estaba esperando. Y tan puntual como siempre. Rosália le había pedido que espere un tiempo prudente para procesar todo lo que habían vivido hasta ahora. Al ser invierno, llevaba una larga túnica que la cubría de pies a cabeza. Su cabello rojizo se extendía por encima de las telas, con cierto aire de descuido. Se levantó para recibirla, tomándola de los dos brazos y sonriéndole cálidamente. Después de todo habían pasado ciertas experiencias juntas, desde un secuestro, hasta una borrachera. - Creo que ya conoces el procedimiento hasta la pirámide. Son tres pruebas, bastante simples, verás. Si estás ahora aquí es, justamente, por algo. La invitó a que la siguiera hasta la punta del muelle. El lago estaba completamente congelado e inclusive se podía apreciar pequeñas motitas de nieve que caían, dándole un toque mágico a la escena. Ahí, donde terminaban las maderas, había una barca incrustada en el agua congelada y dentro, una maceta de hierro fundido. Parecía pesadísima, pero aun así la barca no se movía de lugar. - En tu camino encontrarás tres tótems guardianes. Tienes que ayudarles para que respondan recíprocamente. Te pedirán cosas diferentes de acuerdo a tus experiencias con la habilidad. Esta comunicación, el diálogo, es la base de la Legilimancia, úsala con astucia. El tótem en la barca tiene dentro la semilla de un gran roble, que romperá el hielo y te permitirá cruzar el lago congelado. Lo que quiere saber es, ¿dónde estuvo la clave del vínculo entre John, tú y yo? El segundo está en la playa, justo cuando salgas de la barca. Dentro tiene la semilla de setas bajas que se levantarán tus costados y te resguardarán de los peligros del bosque. Aquí, y presta atención, ¿qué sucedió durante la primera conexión al momento del quiebre? El tercer tótem se encuentra en la entrada del laberinto y dentro tiene la semilla de enredaderas, que te guiarán hasta la pirámide. Necesita una explicación, ¿qué estaba en él, que era tuyo y qué está en ti, lo que es de él? Le dedicó una última sonrisa. - Confío en ti. Cuida del anillo que te di. Te espero en la torre.
  18. La fiesta del MET era LA noche como final de temporada de un año bastante peculiar. Famosas y estrellas de la música; flashes, vestidos extravagantes, personal de seguridad por doquier. Tanto Rosália como Matthew estaban en el evento con todos elementos para un cocktail exposivo. - Uhm… ¿Rosália? - ¡Matthew! Qué bueno verte. Y qué bueno que no te perdiste en la gala. La mujer se había dado vuelta en cuanto su actual aprendiz la había buscado. Llevaba un vestido blanco con brillos y como abrigo, una boa de plumas exageradamente enorme. Se movió a un costado y le hizo un leve gesto con la cabeza para mostrarle a su compañero. Había un muchacho moreno, alto y de complexión atlética. Estaba rapado, con una barba arreglada. Tenía un arito de diamante en la izquierda y un tatuaje en el cuello. Sus ojos castaños se clavaron en el Black y sonrió de costado. - Boa noite, Matthew. Soy Joe Carioca. - Oh, cierto, perdona. Matthew es mi actual pupilo de… ya sabes –le dijo con un guiño-. Matthew, Joe es un viejo amigo de Brasil. Él es el actual encargado de la seguridad de la gala. Ahora, ¿vamos para adentro? Me incomodan un poco tantas cámaras. Pasaron entre personas, mientras que ella, de vez en cuando, saludaba a algún que otro extraño por encima de la gente. Rosália se apresuró un poco, y le tomó las manos al Black, dejándole un pequeño anillo de color jade. A su vez, se acercó al oído. - Este anillo te va a ayudar en aprender la habilidad –ahora pasaba la mano por la nuca del muchacho- La próxima vez que a los ojos a Joe intenta generar una conexión psíquica. Yo te sigo.
  19. Rosália aplaudió un poco emocionada por lo que contestó Matthew. La legilimancia ¡era comunicación! Porque cuando uno entraba a la morada de alguien, con o sin invitación, había un intercambio. - Entiendo perfectamente. El mundo mágico se volvió un desastre en el transcurso de dos semanas. Pero ya saben lo que dicen, el caos es oportunidad ¿no? Le respondió con otra sonrisa del mismo tinte. Rosália era la Arcana de Legilimancia. Sabía. Sabía de la gente. De lo que pensaba, de sus pasados y de lo que probablemente les pasaría. No por vidente, sino por… bueno, el ciclo básico de las personas. Y esa información acarreaba cierta pesadez. Tampoco era tan naive como aparentaba. Inclusive, ella misma comenzó a sentir su corazón palpitar ante un disparo de adrenalina. Sentía la necesidad de escapismo de Matthew. El instinto de supervivencia era básico. Se calmó, recurrir a la habilidad en el primer encuentro iba en contra de su política. - Ahora… con respecto a conocer quiénes son tus enemigos. Ahí la legilimancia no creo que te ayude –le respondió a la vez que buscaba la taza de té para terminarla- ahora lo veremos. Con un chasquido, un par de pergaminos bajaron desde su habitación hacia donde estaban. Se desenrollaron en el aire y mostraron planos y una serie de nombres y fotografías. Se trataba del museo MET, en Nueva York. Al día siguiente habría una gran inauguración de un jarrón mágico recuperado por muggles. Todas las celebridades estarían allí y Rosália quería recuperarlo por cuestiones… más personales. - Sé que recién llegas, pero ya que te ofreces ¿me acompañarías? Tengo que infiltrarme en el MET. Tengo un amigo muy querido de mi país que me ayudará a ingresar sin mucho problema. Lo que sí, necesito que busques un par de cosa para él. Una varita de Ollivander, en Londres y unas espectrogafas para los tres, ¿tienes alguna otra duda? Si no, nos encontraremos en la esquina del museo y asegúrate de estar tan galán como ahora.
  20. Toc toc Rosália se sorprendió y lo comunicó con su cuerpo. Uno podía decir que ella, como Arcana, tenía un manejo altamente extenso de todas las artes mágicas y que, bueno, un simple llamado a la puerta no la iba a descolocar. Pero, justamente, eran esos momentos los que para ella le ponían cierto color a la vida y que al final de cuentas, le daba un poco más de sentido a la vida. Así fue como, antes de abrirle la puerta a Matthew, se acomodó el mechón rojo que le caía por el rostro y con un movimiento de muñeca sirvió un poco de té de hierbas silvestres. Sintió el aire gélido decembrino entrar a su morada mientras le sonreía al recién llegado. No le importaba tanto su aspecto lleno de tatuajes o el semblante relativamente serio. Lo había visto todo. Sobre todo en sus variopinto alumnado. Aun así sabía que la Legilimancia podía sacar lo peor de cada persona. En el caso de Matthew era actuar con el conocimiento justo y controlar la situación. - ¡Buen día! Bienvenido a mi cabaña, soy Rosália… ¿Tu nombre? El hogar no podía ser más opuesto a lo que típicamente se podía esperar de una bruja de su nivel. Había a casa y un silencio de esos confortables, que se rompía de vez en cuando con el soplar del viento de invierno y el chasquido de la leña al fuego. Su taza humeaba junto con la de su invitado, en compañía de unas galletas veganas, obviamente. Se sentó con gracia sobre el sillón mientras que cruzaba las piernas. Estaba expectante. Generalmente, las personas que buscaban la habilidad caían siempre con una premisa, un motivo, un motor. Particularmente, no le gustaba practicar su habilidad con quien recién llegaba. Se volvía todo más aburrido así. De igual manera, tenía sus teorías. Capaz el joven estaba traumado por alguien que entró en su mente, o quería poder, o proteger a sus seres queridos. Sin embargo, esperaba que fuera algo más, algo realmente interesante. - ¡Llegas justo a tiempo para que me ayudes con una pequeña tarea! Pero primero lo primero: ¿desayunaste? Sírvete lo que desees. Tengo leche de almendras en la cocina. No tienes idea lo que me cuesta levantarme en esta época del año… Soy un poco curiosa igual, cuéntame, ¿qué te trae por aquí?
  21. Rosália se tapó con la manta y soltó un quejido tendido. Desde su ventana podía ver los copos de nieve cayendo incesantemente. Odiaba el frío y quería quedarse toda la mañana en la cama. Hasta que su panza rugió: ya era hora del desayuno. Se puso la bata, pantuflas en sus pies y se ató el cabello en una desprolija coleta alta. Le gustaba llevar una vida simple entre sus obligaciones como Arcana de Legilimancia. Y nada más común que tomar el té con palta y tostadas en la mañana. Bajo las escaleras tarareando una vieja canción de Elis Regina. Por lo menos había un sol tímido en el firmamento y eso significaba sacar a sus amigas a tomar un poco de Vitamina D. Pego un pequeño saltito con el último escalón y se agachó para tomar una regadera de bronce. Sus ficus y potus de la sala de estar le agradecieron el gesto. Cruzó el arco que daba a su cocina y la Santa Teresita se alegró de verla. Dejó la regadera y puso a calentar el agua. Acomodó los platos de la noche anterior. Quería hacer un solo viaje a la sala: la taza de té humeante en una mano, un platito con frutas frescas en la otra, el diario del día bajo el brazo y una tostada en su boca. Cuando dejó todo en la mesita ratona levantó la vista a la ventana un tanto empañada (estaba la chimenea prendida, obviamente). Rosália desconocía que Matthew estaba llegando a la cabaña. Capaz, la lechuza se había perdido en el Océano Pacífico. Y él estaba con su primer obstáculo de la habilitad: encontrar la simple cabaña de Rosália. Ahí, en esa lejana isla volcánica, había una sección más frondosa, donde los árboles estaban más vivos y la vegetación (en general) frondosamente alegre. Y ni bien que él se iba acercando, piedras en el camino surgían a una superficie de césped como burbujas en el agua. El catch de la situación: ¿por qué Matthew quería ser legilimante? Mientras más clara y detallada era esa respuesta, el camino se iba a abrir entre el oscuro bosque. Si ignoraba la pregunta, las piedras simplemente lo llevaría devuelta a su casa, como si todo el espacio verde funcionaba como un gran portal entre dos puntos físicamente desconectados. ¿Y cómo se iba a dar cuenta de su primer desafío? Pues, porque hubo una pregunta. Una que entró como semilla a sus oídos, se plantó en su mente y floreció en la propuesta. Y una voz simplemente susurró dentro suyo el disparado con la particularidad que esa voz era él mismo.
  22. Dejo constancia de que: Alessa Ashryver Delacour a culminado satisfactoriamente con su prueba de Legilimancia, adquiriendo el anillo de dicha habilidad. Felicidades.
  23. Pereira las dejó entrar al laberinto en silencio, mientras se encargaba de esperar a que el portal las condujera por el camino de su verdad, el camino de la respuesta a esa incógnita que la arcana logró encontrar en la mente de ambas, la cual ellas ignoraban. Percibió las emociones cambiantes, y como estas iban mermando con el pasar de los segundos, llenandolas de una total calma. Entendieron, las dos entendieron el porqué de unas cosas y el para qué de otras. Admitieron sentirse de una forma y aprendieron expresar otras cosas. Rosália sintió la calma de ellas como suya, y sonrió ampliamente aprovechando que ninguna la observaba. Los puntos cumbres de la prueba final de las dos llegaron, mermando la incógnita y respondiendo a esa inmensa interrogante que tenían grabadas en sus mentes. - Las respuestas solo se obtienen desde una perspectiva diferente - pronunció para si misma. Sintiendo como ambas mujeres obtenían la vinculación a la habilidad. Salieron, Triviani primero y segundos después la Delacour. Le regaló un asentimiento a cada una, extendió la mano con ambas varitas y las observó tomarlas. - Felicidades Legeremantes. Esta nueva enseñanza les traerá mucho que usar a su favor. La habilidad ha sido vinculada de forma exitosa por la responsabilidad que mostraron durante la clases. Son dos mujeres fuertes, y sabrás atender a su llamado con esta habilidad, cuando el momento lo amerite. No abusen de su poder, y siempre tendrán un espacio en mi invernadero para aprender - finalizó, para enviar a ambas brujas nuevamente a la puerta exterior del invernadero. Quienes entraron como dos mujeres confundidas y desequilibradas mentalmente, salieron como damas en total y absoluto control de sus mentes y cuerpo.
  24. Dejo constancia de que: Zoella Triviani a culminado satisfactoriamente con su prueba de Legilimancia, adquiriendo su anillo de dicha habilidad. Felicidades.
  25. Y finalmente ambas brujas terminaron de sortear las pruebas de la isla, llegando con diferentes expresiones, pensamientos y sensaciones que estaba segura les agobiaba de tal manera, Rosália quiso, quizás apiadarse de ellas pero no podía. El mismo nivel de exigencia era utilizado para cada pupilo bajo sus enseñanzas, los saberes de la Legilimancia no podían tomarse a la ligera y lo dejaba claro frente a cada práctica, cada lección, cada prueba y cada alumno aprobado que ella presenciaba. Extendió los anillos plateados a ambas brujas, esperó a que estas lo tomaran y suspiró, volviendo a repetir la misma pregunta que tantas veces había pronunciado - Como es protocolo, debo volver a preguntarles - anunció, juntando las manos frente a su cuerpo - ¿Están listas para presentar la prueba del portal? - interrogó. Cuando hubo recibido la aprobación de ambas solo se giró en 180º en su propio eje, y llevó sus pasos hasta la pirámide. Se adentraron a la sala de las siete pruebas, donde las puertas de los portales de las habilidades se encontraban. Los arcanos acompañaban como era de costumbre a los aprendices hasta su interior, donde se hallaba la estrella de cinco puntas rodeada por aquella serpiente que se mordía la cola, el Ouroboros. Cuyo significado remite a la naturaleza cíclica de las cosas y a la idea del eterno retorno. Pereira pensaba que ambas interpretaciones se refieren a la concepción de la existencia como un ciclo que siempre recomienza, y cuya continuidad consiste en un constante renacer como, por ejemplo, cómo cada alumno rompe barreras dentro del portal de la habilidad que cursa al momento. La pelirroja se detuvo frente al portal ya abierto, extendió a cada mujer una mano - Sus varitas - pidió, antes de dejarlas cruzar. Observó detenidamente a cada una, transmitiendo toda la calma que podía solo con una sencilla y efímera mirada. - Como es bien sabido, el portal se transforma en torno a cada aprendiz que se introduce en ella. Nadie sabe qué pueda suceder, todo puede englobarse al pasado, presente o futuro e incluso a una realidad inexistente. Deberán hacer uso de todo su conocimiento aprendido bajo mi tutela y usarla, entendiendo las profundidades y responsabilidades que esto traiga consigo - profeso, tomando una pausa - Estaré viendo todo, sin intervenir o ayudar. Estarán solas, con su mente y recuerdos. Trabajen con sabiduría. Si corren peligro toquen con su dedo pulgar el anillo, si veo necesario las traeré de vuelta para coger una pausa y nuevamente retomar cuando sea necesario, desde este punto cabe destacar - finalizó. Sostuvo ambas varitas, y sonrió levemente - Encontrarán cualquier respuesta dentro del portal, su tarea será entender a qué duda está respondiendo - finalizó, para dar un paso al costado y solo esperar a que cada una diera el fin cuando el portal lo decidiera. @@Zoella Triviani @

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