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Syrius McGonagall

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Mensajes publicados por Syrius McGonagall

  1. Edward Smith - Departamento de Control y Regulacion de Criaturas Mágicas.

     

    Le habían invitado hacer una suplencia, uno de sus compañeros de trabajos por motivos personas tuvo que retirarse de la misión e invitaron al pelinegro a que tomar su lugar. Para Edward era un alivio salir un poco a estirar las piernas después de unas semanas de puro trabajo de oficina; revisar cartas, aprobar permisos, sellar papeles era de los más aburrido para el mago, por lo tanto cuanto le llegó la invitación no dudo en aceptarla.

     

    El cielo se encontraba totalmente cubierto, hasta hacia unas horas había estado lloviendo por lo cual el empedrado de la calle se encontraba emparchado por pequeños charcos de agua con algunas hojas flotando en ellos. Edward se subió el sobretodo un poco mas mientras su respiración se transformaba en vaho en el aire frío de la mañana.

     

    Las luces del Callejón Diagon aún se encontraban encendidas dando una sensación de que el día aun no iniciaba pero las personas ya se encontraban pululando por toda la calle. Los negocios comenzaban abrirse, los primeros eran por supuesto los restaurantes y bares que servían desayunos y también eran los que mas gente atraían, pero poco a poco los demás negocios de infinitas índoles que poseía aquella arteria del mundo mágico londinense ya comenzaban a abrir sus puertas.

     

    Edward sabía que su destino se encontraba a tres negocios delante, un bar llamado Shadowhunters al parecer era a su vez como una especie de sección semindependiente de otro negocio. Sus pasos se detuvieron frente a la escalera de caracol que conducía al bar, no habia nada que parecía fuera de lo normal, nada extravagante ni muy llamativo, solo un bar muy prolijo.

     

    Y sin más comenzó a subir la escalera en busca de sus amigos.

     

     

    @

  2. Buenas Noches, pido el siguiente cambio.

     

    En el apartado Historia me gustaria que lo quitara y pusieron esto:

     

    Edward Smith nació una fría mañana de diciembre, poco antes de la Navidad en la ciudad de Minneapolis en el estado de Minnesota. Sus padres eran Jonathan y Martha Smith, Ed fue el primer hijo de la joven pareja y un milagro para ellos después de años de intentar tener un bebe. Sus padres recurrieron a una clínica de fertilidad de la ciudad para lograrlo después de años frustrantes y preocupantes y les funcionó muy bien.

     

    El padre de Edward es veterinario y junto con su madre tiene una granja a unos 10 kilómetros del pueblo de Woodtown al norte del estado. Por lo que desde pequeño Ed se vio inmerso en el mundo rural, teniendo no solo contacto con la vida en la granja sino también con la naturaleza que lo rodeaba, montañas, bosques y lagos eran paisaje de todos los días para el niño.

     

    Creciendo en una vida como aquella, el vínculo que formó con la naturaleza y estar al aire libre fue muy fuerte. Cuando Edward tenía un año de edad nació su hermano Adam y cuando cumplió los seis llegó el último miembro de su familia, su hermanita Madison.

     

    La vida de Edward hubiera sido la clásica vida normal de cualquier niño de la Minnesota rural sino fuera por cierto aspecto del él, Ed era un mago. Sus padres no sabían de la existencia de la magia, era dos nomajs, pero sabían que algo con su hijo no estaba dentro de los parámetros normales. Edward también era consciente de aquello, cuando se enojaba, se ponía triste, algún momento de gran facilidad y simplemente cuando estaba en un aprieto en muchas ocasiones sucedían cosas que nadie podía explicar.

     

    La sorpresa de sus padres fue mayor cuando tanto Adam como Madison también desarrollaron esas habilidades. Pero la explicación para todo aquello llegó cuando Edward cumplió los once años. Una mujer llegó aquella mañana, una completa desconocida, pero con una noticia que sacudiría toda la vida de la familia.

     

    Aquella mujer resultó ser una bruja, profesora en el Colegio de Ilvermorny de Magia y Hechicería, la escuela de magia por excelencia en los Estados Unidos. La mujer no solo reveló que Edward fue aceptado en el mismo, sino que era un mago y todas aquellas peculiaridades que se habían manifestado en el pasado no eran otra cosa que su magia.

     

    Estuvo unas cuantas horas explicándole a la familia la existencia de un mundo mágico paralelo al de ellos, desde pequeñeces como la importancia de tener una casa libre de doxys, hasta la existencia del MACUSA y del Estatuto Internacional del Secreto Mágico. Ha si fue como Edward se enteró de lo que realmente era y su familia se vio inmersa en aquel mundo junto con él.

     

    Ha si fue como en el próximo setiembre Edward se encontró partiendo hacia su nuevo colegio, donde fue seleccionada por la casa de Thunderbird y donde pasó los mejores siete años de su vida. Sus hermanos también fueron aceptados en Ilvermorny y al igual que Ed fueron seleccionados por Thunderbird.

     

    Al graduarse decidió dedicarse al estudio y preservación de la vida salvaje, en parte motivado por la vida que había llevado desde pequeño y el amor que formó desde pequeño por la naturaleza.

     

    Empezó a trabajar para la división de Criaturas del MACUSA como un investigador de campo, trabajo que lo llevó a recorrer todo el país. Fue en uno de sus investigaciones de campo en Hawaii cuando se enteró de algo que cambió por completo su mundo.

     

    Unos aurores del Congreso fueron a buscarlo a su tienda, lo apartaron un poco del campamento y comenzaron a explicarle lo que estaban investigando. El MACUSA estaba tras el rastro de una secta de magos británicos que habían causado estragos en el Reino Unido por años, a pesar de que la mayoría de sus crímenes los cometieron en aquel país se comprobó que una de sus más retorcidas fechorías había llegado hasta los Estados Unidos.

     

    Y él, Edward Smith era el resultado de ella. El tratamiento de fertilidad que recibió su madre para tenerlo no fue “normal”, los óvulos que le implantaron no eran de otra simple mujer, sino de una bruja víctima de las atrocidades de aquella secta. Él no era el único niño nacido de aquel incidente, había otras decenas de niños y niñas nacidos en el país con su misma historia.

     

    Aquella noticia caló hondo en el mago y decidió emprender las investigaciones para conocer aquella bruja que era su otra madre. Con ayuda de los aurores del MACUSA logró dar con la mujer, su nombre era Bel Evans McGonagall y vivía en Inglaterra.

     

    Con toda aquella información decidió que debía conocer a la bruja, ella se lo merecía y el también. Partió hacia Londres y conoció no solo a Bel sino al resto de su familia, un grupo de personas que lo recibió con los brazos abiertos y desde un primer instante lo hicieron sentirse como en casa y desde unos dos años Edward decidió instalarse por un tiempo en el Reino Unido.

     

     

    Muchas gracias!

  3. Hacia un buen tiempo desde la última vez que había salido solo para divertirse, de hecho, apenas recordaba aquella ocasión. Edward sostenía en su mano con fuerza la escueta nota que había escrito como respuesta a la invitación de su primo: “Voy en camino”.

     

    ¿Qué irían hacer? El pelinegro no tenía ni la menor idea, Albus era de salir de seguro conocería lugares interesantes perfectos para pasar un buen rato. Confiaba en el criterio de su primo.

     

    Dejó la contestación sobre el escritorio de su dormitorio y le dio un simple golpe con la punta de su varita, el pequeño trozo de pergamino de desvaneció al instante para reaparecer junto a Albus. Edward se guardó la varita en el bolsillo derecho de sus vaqueros y caminó hacia la ventana.

     

    El sol se estaba por poner, poco a poco los colores rojizos y amarillos del atardecer comenzaban a notarse en la lejana línea del horizonte, los bosques de los terrenos de los Evans McGonagall se volvían cada vez más oscuros al tiempo que sus sombras se extendían e interconectaban.

     

    -Hora de irse – dijo el mago en alta voz, se acomodó la chaqueta que llevaba por sobre su camisa, corrió las cortinas y girando sobre los talones desapareció desde el interior del castillo hacia el famoso centro de entretenimientos del Londres mágico.

     

    El clima se volvía cada vez más fresco, la noche llegaba cada vez más rápido y se iba más tarde pero el ajetreo del Callejón Diagon seguía siendo el mismo tanto en verano como en invierno. El ojiazul se vio envuelto por el mar de personas que iban y venían por el callejón, algunos negocios ya se encontraban cerrados, pero otros parecían despertarse con la noche sacando a relucir sus carteles de brillantes y variados colores.

     

    Edward siguió caminando unos metros más hacia el punto de encuentro con Albus mientras las risas, charlas y discusiones estallaban por doquier en el callejón hirviendo de actividad nocturna. Era imposible perder de vista aquel lugar, el callejón gozaba de una increíble variedad de lugares, pero aquel hotel para mascotas si no era el más, estaba en los primeros lugares en cuanto a originalidad.

     

    Se alzaba varios pisos por encima de la calle, pero la altura no era lo que más captaba la atención sino su diseño ¡Era una maldita media luna! –Increíble – se asombró el mago deteniéndose un instante para admirar la edificación antes de ingresar en el elegante recibidor.

     

    -Buenas noches, busco a Albus Evans, acorde encontrarme con el aquí – le dijo a la recepcionista.

     

     

    @@Albus Severus Black

  4. -Disculpen – se obligó a decir antes de levantarse de la mesa y cruzar rápidamente el salón hacia la puerta, su regla de no intervenir en aquel asunto se vio irremediablemente finalizada en el momento que Andrómeda salió envuelta en consternación por la puerta que estaba a punto de cruzar.

     

    Una vez las enormes puertas de madera se cerraron tras de él aceleró el paso enfilando sus pasos tras lo de su novia. La familia de su novia no era para nada similar con la que el pelinegro se crio, aquellas escenas, aquellas confrontaciones, alejamientos sin aviso y tantos secretos y misterios eran algo chocante para Edward.

     

    El ambiente en aquel castillo lo estaba cansando y ver en el estado que dejaba a Andrómeda le era imposible de soportar. La vio tomando una esquina apunto de subir unas escalinatas gastadas de piedras sumidas en una abandonada oscuridad.

     

    -Amor – la llamó antes de logarla tomarla de la mano y detener su escape, al principio de debatió, sin reconocerla, está llorando, angustiada y confundida. –Mírame – le pidió amablemente acercándola hacia sí. Los movimientos se de ella se apaciguaron y sus miradas se encontradas, sus ojos estaban anegado en lágrimas.

     

    La abrazó –Ya está, ya está, ya está – comenzó a consolarla, sujetándola fuertemente mientras le daba un corto beso en la cabeza.

     

     

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  5. @ jajaja me encantaría que le pudiera echar un vistazo y no no lo abrí aún espero que se una mas gente y que den mas opiniones para el rol, lo que lo haría mas interesante y mas participativo.

     

    @@Shena Cindy de Ryvak M. @ @@Albus Severus Black Darius saludos! y desde ya que estan invitados a participar del rol, despues de todo son de los mas activos en estos lados del foro

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  6. Boa Tarde! gente del Bosque Prohibido quería presentarme porque realmente me gustaría a empezar a participar en las actividades de este subforo, Kathy me lo mostró y me dio la idea de empezar aquí una idea que tenía y pues bueno en fin era eso, presentarme y saludarlos y también mostrarles el topic de inscripción del rol que he empezado y espero que les guste y les interese participar se llama "Hasta que la Muerte nos divida" su temática es rol de supervivencia con la idea de darle enfasis al ser humano en una situación límite, en el topic lo explico mejor.

     

    ¡Saludos y espero disfrutar mi experiencia en el Bosque Prohibido!

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  7. -Revi no tiene por qué enterarse, a menos que baje y disfrute de un buen desayuno tropical en pleno invierno – sonrió con facilidad para después acercarse hasta su novia y rodear con sus brazos la cintura de la bruja, estaba a punto de darle el beso que aquella mañana no pudo cuando los pasos frenéticos de una persecución escaleras abajo llegaron hasta ellos, no tuvieron que preguntarse que sucedía pues la figura de un elfo y la de su madre persiguiéndolo lo contestó.

     

    -Mi madre no es precisamente la imagen de la normalidad – Edward volvió a reírse para después volver su atención al rostro de Andrómeda y terminar lo que su madre había interrumpido. Sus labios se unieron en un largo y sentido beso, un beso que debió haber sucedido antes y quizás por eso duró un poco más de lo pensado. Cuando se separaron, el dulzor del fruto que la castaña estaba comiendo quedó en los labios del mago.

     

    A ese beso lo siguió otro y luego otro, pero esta vez fueron cortos. No fue hasta que los brazos de Edward soltaron la cintura de Andrómeda, que el mago dijo – Te tengo una sorpresa – y sonriendo extrajo dos pasajes de su bolsillo que decían claramente “Minneapolis – Honolulu” – Espero que te guste los luaus y las aguas cristalinas – sonrió esperando ver la respuesta de su novia.

     

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  8. Observó como el grupo de magos del Ministerio se perdía en la inmensidad de los jardines para poder llevar a cabo los encantamientos anti aparición y de seguridad. El pelinegro sonrió al verlos desaparecer tras una colina antes de girarse y enfilar sus pasos hacia el interior del castillo.

     

    El zumbido de un pequeño grupo de moscas molestas y un poco malotas le hizo dar unos manotazos al aire a su alrededor. ¿Moscas en invierno? ¿Qué estaba pasando? (jajajajaja un poco de humor). Tenía que ultimar los detalles para la sorpresa para Andrómeda, debía apurarse pues no creía que se tardaran haciendo uno hechizos que prácticamente se sabían de memoria.

     

    Se deslizó velozmente en el amplio salón donde normalmente desayunaba la familia, pero que de aquí a un último tiempo solo Andro, Revi y él lo hacían. Algo que caracterizaba a Ed era el bueno humor y para darle aquella sorpresa a su novia tenía un plan en mente.

     

    Con un movimiento de su varita y las palabras correctas de la punta de la misma comenzó a salir un poderoso chorro de arena dorada que empezó a cubrir el piso del salón. Los elfos lo hubieran asesinado pero el mago ya había hablado con ellos y prometido que él se encargaría de limpiar después todo el desorden.

     

    Cuando el suelo se cubrió por completo con al menos 20 centímetros de arena, el ojiazul detuvo el encantamiento. Dos nuevos movimientos más y una enorme pelota de playa y una tabla de surf se aparecieron en el salón. Otro más y dos pequeñas palmeras verdes se generaron del aire. Siguiendo las indicaciones del pelinegro los elfos domésticos aumentaron la calefacción del salón y pronto parecían estar como a 26 grados.

     

    En la mesa apareció un gran desayuno muy tropical, mucha fruta, muchos zumos, muy liviano pero variado. Tendría que darles un premio a los elfos por haberlo ayudado con aquella sorpresa. Un último movimiento de su varita y su vestimenta de invierno se transformó en unas bermudas, un par de chancletas y una holgada camiseta estilo hawaiano.

     

    Riéndose por toda aquella locura Edward comprobó si en su bolsillo aún seguían los boletos con destino a Honolulu y al sentir el tacto del cartón en su mano supo que todo estaba en orden, solo restaba que Andro se presentara.

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  9. Otra nueva mañana en el castillo Karlstejn y Edward parecía estar ya acostumbrado a despertar en aquel lugar. Se estiró en la cama para despertar todo musculo en su cuerpo y abrió los ojos, la luz de un nuevo día entraba a raudales por los amplios ventanales iluminando todo y volviendo imposible cualesquiera ganas de volver a dormir.

     

    Estiró su mano derecha hacia el otro lado de la cama y no encontró nada más que las sábanas blancas de la cama, Andrómeda se había ido a trabajar al Ministerio. A él no le quedaban muchas mañanas de sueño, si todo salía bien podría ejercer la medicina en Reino Unido y trabajar en el más prestigioso hospital mágico del país: San Mungo, situación que lo emocionaba bastante.

     

    No había más tiempo para perder, se levantó, se dio una ducha rápida en el baño privado que tenían en su habitación y bajó ya vestido a desayunar. Últimamente el castillo había estado muy silencioso, no había mayor indicio que el de aquella mañana mientras bajaba por las escaleras hacia la cocina y no sintiendo otro sonido que el de sus pasos contra la piedra del suelo.

     

    Pero no había otra persona que padeciera más aquellos silencioso que su novia, y era algo que él no podía hacer que mejore, estaba fuera de sus manos el origen de aquel triste y abandonado silencio del castillo. Pero no podía ver más así a Andrómeda, quería sacarla por un tiempo de aquel castillo para que el recuerdo se disipara un poco y después de mucho pensar encontró una solución y esperaba que ella la aceptara, por el bien de ambos y sobre todo el de ella.

     

    Unos pasos antes de llegar a la inmensa cocina, el timbre de la puerta principal resonó por todo el castillo. - ¿Tan temprano? – dijo en alta voz el ojiazul mientras cambiaba la dirección de sus pasos hacia el vestíbulo, no estaba seguro de quien sería, pero alguien de la familia seguro que no era.

     

    Con la duda de quién podría ser abrió las grandes y detalladas puertas principales y se encontró con tres figuras. Un mago y una bruja que no conocía y la tercera figura era alguien que conocía muy bien y al verla una sonrisa se dibujó automáticamente en su rostro –Hola amor – saludó a Andrómeda -Buenos días – saludó alegremente al resto de los presentes –Asuntos del Departamento de Transportes, supongo – dijo sonriendo.

     

     

    OFF: Dave, cambie la historia de mi pj por lo tanto el nunca trabajo en Transportes asi que no los conoce jajaja.

     

     

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  10. Solicito los siguientes cambios en el apartado de Historia:

     

    La historia del nacimiento de Edward tiene un trasfondo oscuro. Un grupo clandestino de magos del Reino Unido desesperados frente a la decreciente población de magos Sangre Limpia comenzaron a explorar un campo completamente desconocido por el Mundo Mágico, pero ampliamente estudiado durante décadas por muggles: La Genética.

     

    Irónicamente la solución a su "crisis" provenía de los seres que veían como la amenaza. Tras un período de tiempo lograron obtener el conocimiento necesario para iniciar su siniestro plan y lo pusieron en marcha.

     

    Secuestraron bebes de familias de sangre pura de toda Europa y las sometieron a retorcidos procesos para obtener sus óvulos y luego matarlas. Muchos de esos óvulos fueron sujetos a nuevos procesos antinaturales antes de ser distribuidos sobretodo en Gran Bretaña para generar una nueva generación de niños probeta sangre pura.

     

    Jimmy y Martha Smith eran una pareja de granjeros del estado de Minnesota, tras un par de años de intentos infructuosos el esperado hijo que buscaban no llegaba, desesperados encontraron la solución en un Hospital especializado en temas de infertilidad en la ciudad de Chicago.

     

    Dos meses de mucho sacrificio y gastos duro el tratamiento al que se sometió Martha a la cual implantaron óvulos fértiles de una muestra proveniente de Gales.

     

    Nueve meses después en el hospital comunal de Woodtown, Martha dio a luz a un pequeño niño al que nombraron igual que su abuelo paterno muerto durante la Segunda Guerra Mundial, Edward Smith.

    El pequeño Edward creció como cualquier niño en una zona rural en la mitad del país, sino tenemos en cuenta las extrañas habilidades que atemorizaron a sus padres.

    Consciente de los poderes de su hijo, dejaron que Edward experimentará con ellos protegiéndolo de ojos extraños por temor que se lo llevaran para investigarlo.

     

    Y de ese modo Edward creció como todo niño de campo pero con unas habilidades fuera de lo normal. Lo que nadie sabía era que uno de los óvulos que le fueron implantados a Martha años atrás, pertenecía a los de una bruja que fue conejillo de india de aquel grupo clandestino británico.

     

    Cuando tuvo la edad precisa su invitación para el Colegio Ylvermorny de Magia y Hechicería llegó. Un mago de MACUSA fue el encargado de hacerles llegar la noticia a la familia y explicarle la existencia de aquel mundo mágico oculto a los ojos de los nomajs. Sus padres estuvieron aliviados de conocer la razón de los poderes de su hijo y que pudieran ayudar a controlarlos mientras que el joven Edward estaba extasiado con la noticia.

     

    Edward fue llevado hasta Massachusetts por sus padres y de ahí fue acompañado por unos magos hacia el Colegio. La noche de la selección tanto la estatua del Wampus como la estatua del Ave del Trueno lo escogieron, pero Edward terminó decantándose por la ultima.

     

    Uniéndose a la casa de los aventureros Edward cursó los siete años de educación obligatoria regresando únicamente a su casa en Minnesota, durante Día de Acción de Gracias, Navidad y Año Nuevo y por supuesto durante las vacaciones de verano.

     

    Durante esos años afianzo a un más ese gusto por la magia más compleja, destacándose sobre todo en Encantamientos, Pociones y Transformaciones. Mientras que sus incontrolables energías lo llevaron a formar parte del equipo de Quodpot de las Aves de Trueno.

     

    Estando en el segundo año su hermano Adam entró a Ilvermorny, motivo de mucha felicidad para el ojiazul pues se sentía contento de tener a un familiar también allí.

     

    En su último año de educación formal decidió especializarse en la rama de la medicina mágica, una carrera llena de desafíos y grandes satisfacciones personales. Guiado por diferentes magos expertos en varias áreas recorrió el país de punta a punta ampliando sus conocimientos hasta obtener su título.

     

    Apenas terminó Ilvermorny su hermana menor Madison fue admitida en el colegio de magia.

     

    Recomendado por varios de sus tutores del último año Edward logró ingresar como practicante en el hospital mágico más grande del país: El Instituto Médico de Nueva York. El hospital mágico más grande del mundo, ubicado en el condado de Nassau en Long Island a las afueras de Queens.

    Fue un orgullo para su familia y sobre todo para si mismo, la carrera medica cada vez lo apasionaba más y no podía imaginar su vida trabajando de una forma no relacionada con la Medicina.

     

    Fue en un curso de Virología Mágica en la ciudad de Miami donde unos agentes del MACUSA se pusieron en contacto con Edward para realizarle diversas preguntas sobre su nacimiento, extrañado por tal cuestionario Edward preguntó a que se debía todo aquello y como respuesta obtuvo algo que no se hubiera imaginado jamás y que le dio un vuelco de 180° a su vida.

     

    El Congreso estaba investigando unos casos de óvulos de brujas proveniente de Inglaterra infiltrados en hospitales de fertilidad no mágicos por todo el país, buscaban también a aquellos niños que para aquel entonces serían jóvenes. Y uno de ellos era Edward, conmocionado en parte y curioso por la otra decidió darse un tiempo y conocer a su madre biológica. Salir de país le supuso un gran cambio y tuvo que apartarse de los que más quería como por ejemplo finalizar su relación con su novia nomaj Mary.

     

    Una vez traslado a Gran Bretaña conoció a su madre biológica, una bruja llamada Bel Evans McGonagall y en el castillo familiar se instaló. Formar parte de una nueva comunidad mágica supuso un gran reto como es normal, pero Edward es un chico que se adapta fácil y poco a poco fue encontrando su lugar. Conoció a una nueva familia, los Lenteric y allí conoció al amor de su vida, Andrómeda Lenteric. En un primer momento se encontraba reticente a empezar una nueva relación, pero ya había pasado un año desde Mary y la conexión que sintió con la italiana jamás la había sentido antes.

  11. Se dejó llevar por la explicación del profesor sobre las propiedades mágicas y su conexión con lo más elemental del mundo, sobre la armonía de sus partes y su correlación con la composición del todo, las pociones eran sin duda alguna una de las ramas de la magia más interesantes y a la vez desafiantes y por consiguiente siempre en continua evolución, como la vida misma.

     

    -Las pociones son una de las ramas de la magia más increíbles – contestó tras aquel pequeño relato. Nuevamente sonó su alarma y el pelinegro se preparó para el último paso de la pócima. Colocó el caldero de cobre sobre una de las largas mesas para trabajar y no tardó en agregar la pizca de cuerno de unicornio y empezar revolver dos veces en el sentido horario, dos gordas bayas rojas de muérdago se hundieron en la mezcla y volvió a revolver dos veces, pero esta vez en el sentido contrario a las agujas del reloj y para finalizar le dio un golpe con su varita. Listo, el antídoto para venenos estaba pronto.

     

    Justó en el preciso instante que llegaba un herido a la carpa, instintivamente quiso acercarse y colaborar, pero recordó enseguida que aquello no era lo que tenía que hacer, debía quedarse donde estaba y seguir preparando pociones. Escuchó la voz de Beltis (la estudiante de Primeros Auxilios) levantarse en un pedido para el ojiazul. – Entendido – le contestó, no había mucho tiempo que perder podía ser cuestión de vida o muerte.

     

    -Profesor ¿tenemos ya lista la poción reabastecedora de sangre? – esperaba que sí, era una poción que llevaba su tiempo de elaboración y cada segundo contaba. – ¿podemos preparar algún ungüento para quemaduras? - volvió a preguntar. Aquel era su ambiente, no por algo antes de irse para Inglaterra era practicante para Sanador en Long Island.

  12. Siguiendo las instrucciones de Ishaya, Edward rápidamente vertió los ingredientes que le quedaban y comenzó a revolver con cuidado esperando ver el ansiado cambio de color. – En cuanto lo que dijiste de las pociones – retomó la conversación – no me había dado cuenta de la ganancia económica de este conocimiento – rio – entonces elegí bien –

     

    La pócima tomó el preciado tono gris y el pelinegro dejó de revolver para encargarse del envasado. La segunda poción ya estaba lista. Y en el momento justo pues la alarma de su reloj de muñeca comenzó a sonar. –Pasaron los cuarenta minutos – dijo encaminándose hacia el caldero que contenía a medio hacer el antídoto para venenos comunes.

     

    Trasvasó el contenido del caldero a uno nuevo de latón y reprogramó la alarma para que volviera a sonar dentro de treinta y cuatro minutos. –Ahora a volverlo dejar a reposar – exclamó.

     

    No iban a desperdiciar tiempo, su profesor no parecía ser de aquel tipo, y más preguntas no tardaron en aparecer. Pero en esta ocasión no sabía que contestar, no recordaba haberlo visto en sus clases, pero obviamente era un tema que se daba en la primera clase. No recordaba ese tema en ningún libro, o presentaciones, o manuscrito, etc. Pero tampoco se iba a quedar en blanco y la única esperanza que le quedaba era usar la lógica.

     

    -Creo yo, que cortamos, picamos y aplastamos diversos ingredientes en una primera instancia para disminuir su área y por consiguiente volver más corto el tiempo de cocción de lo mismo y en una segunda parte básicamente para diferenciación, a veces no necesitamos todos los productos sino algunas partes, cascaras, hojas, jugo, etc. – realizó una pequeña pausa

     

    – en cuanto el calor creo que es para eliminar impurezas, residuos propios de los productos, del caldero, de los utensilios que podrían afectar el resultado final de la poción, claro también podría ser que algunos productos necesiten calor para activar esa propiedad mágica que estemos buscando, el calor afecta a nivel molecular a las cosas y lo último….

     

    Creo que revolvemos para colaborar con la homogenización del producto, unir todos los elementos de la poción y el reposo no todo funciona tan rápido, no todo se une tan rápido, no todo se armoniza enseguida por más magia que tengamos el tiempo es el mejor aliado para resolver eso – contestó en el preciso instante que sonó su alarma y fue a transvasar el antídoto a un caldero de cobre.

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  13. Los borroso terminó de tomar forma y Edward se encontró en el medio de una carpa repleta de calderos, camillas, mesas para trabajar y un enorme boticario en un rincón. No eran los únicos, un mago de ropajes antiguos y mirada preocupada se encontraba en la entrada de la tienda apenas lanzó una mirada hacia ellos cuando aparecieron, su atención se centraba totalmente en el exterior.

     

    -No puedo creer que haya viajado al siglo XV – fue inevitable que aquella expresión escapara de sus labios, pues aún no terminaba de caer que hubiera retrocedido tanto en la historia. Pero no permitiría que aquello entorpeciese su desempeño en la clase, tenía que aprobarla, quería aprobarla.

     

    Por lo que mientras Ishaya se encaminó hacia la entrada el ojiazul se dirigió hacia la zona de las pociones. Repasó las pociones que ya estaban terminadas, burbujeantes, pastosas, brillantes, con repelentes olores o de los más agradables aromas. Pero todas perfectamente preparadas.

     

    La voz del profesor lo separó de los brebajes para girarse hacia la misma, Ishaya dio las primeras instrucciones, prepararían antídoto para venenos. Siguiendo las indicaciones se agachó detrás de una de las grandes mesas para sacar un viejo volumen de Filtros y Pociones Mágicos y comenzó a pasar rápidamente las amarillentas páginas del libro hasta dar con el capítulo que le interesaba.

     

    Preparar pociones era un arte, pero a la vez necesitaban la prolijidad y limpieza de una sala quirúrgica. Por eso después de colocar con cuidado el caldero de peltre sobre la mesa, despejó la misma de cualquier cosa que no fuera lo que necesariamente iría a utilizar.

     

    El libro encantado por Edward se mantenía flotando cercano a su rosto para que pudiera seguir al pie de la letra la receta. La primera línea hablaba sobre el bezoar por lo que el pelinegro camino unos pasos hasta el boticario y tras uno segundos de rebuscar encontró aquellas piedras.

     

    -Casi no se escucha sonido alguno del exterior – era cierto, desde que llegó lo máximo que había sentido fueron algunas pisadas de pies apresurados - ¿A qué distancia nos encontramos de la batalla, profesor? – le pregunto mientras sacaba un mortero de unas de las repisas inferiores de la meza y comenzaba la trituración de un bezoar.

     

    Una vez obtenido el suave polvillo que pedía el procedimiento ayudándose con un pequeño recipiente y una cucharilla tomó cuatro medidas del polvo de bezoar y los llevó al caldero de peltre que lo aguardaba. Una nueva lectura al libro y dos medidas de ingredientes estándares flotaron suavemente del boticario y por orden del mago fueron a parar junto con el polvo de bezoar.

     

    Cinco Mississippis contó antes de apagar el fuego a temperatura media sobre el que se calentaba el caldero, para dar después un ligero golpe seco con su varita. Por el momento no debía hacer más, solo dejar descansar la mezcla por cuarenta minutos.

     

    Pero no había tiempo que perder, el francés pronto le dio nuevas órdenes al ojiazul. –Entendido – contestó inmediatamente, mientras se encaminó al boticario para conseguir los ingredientes para el Filtro de la Paz una de las dos nuevas pociones que debía preparar.

     

    La página del libro había cambiado y ahora le mostraban la receta del filtro. –Deus Maximus ratess – repetía una y otra vez mientras mezclaba con total concentración el polvo de ópalo con las dos gotas de jarabe de eléboro y ya estaba lista. Solo debían esperar unos minutos antes de que pudiera ser utilizable. Con mucho cuidado la embotelló y la dejó junto con las demás pociones listas.

     

    Las páginas del manual nuevamente habían cambiado y ahora la receta llevaba como título “Poción para heridas”, Edward estaba muy tranquilo, disfrutaba de poder hacer pociones además se sentía seguro con el profesor a su lado trabajando en lo mismo, desde que empezaron las elaboraciones observaba con mucho cuidado los movimientos del pelinegro y le daba algunas indicaciones y advertencias durante el procedimiento.

     

    Vigilaba constantemente el hielo seco que acaba de agregar al agua pura de manantial, se suponía que de un momento a otra comenzaría a emanar humo - ¿Y usted profesor cuando se interesó por las pociones? – mientras esperaban y siempre que estuviera todo bajo control no creía que hubiera problema en intercalar palabras.

     

    Apenas el humo comenzó ascender agregó rápidamente las cinco gotas de sangre de dragón que pedía el procedimiento – Tengo una duda, la segunda parte lo de la mezcla de los huesos de sapo, cenizas de druidas y sangre de dragón ¿lo debo hacer en el mismo caldero que el del agua y hielo o en otro aparte y recién cuando la mezcla se vuelva gris juntar ambas partes? – aquella parte no le había quedado claro en las instrucciones.

  14. Ishaya su profesor no tardó en acercarse para devolverle el saludo y llevarlo a caminar un poco por la gran mazmorra para explicarle de que iba a ir la siguiente clase. Pasaron por grandes mesadas de mármol ennegrecido por el tiempo, repisas cavadas en la misma pared cargadas de cientos de frascos desconocidos por la gran cantidad de polvo que acumulaba y no dejan leer las etiquetas o ver el interior de los mismos.

     

    Pararon a unos centímetros de unos enormes calderos del tamaño suficiente para que Edward cupiera en uno, el pelinegro prestaba atención de todo lo que el mago le estaba informando. Irían a la Batalla de Orleans ayudar a los soldados heridos, eso era algo que no se lo esperaba ni estaba seguro de alguna vez haber escuchado tal nombre, pero la ansiedad por un inminente viaje en el tiempo y la adrenalina de estar en medio de un campo de batalla iba tomando su cuerpo con una renovada energía.

     

    -No sé cuánto tiempo estaremos en la Batalla, pero por el tiempo de elaboración de más de un día pienso que tendrá ya listas la poción crece huesos, el zumo de mandrágora, la poción de ojos abiertos, la poción reabastecedora de sangre y la pócima vigorizante – recitó recordando los nombres preguntados, se rascó inconscientemente la cabeza no estaba seguro de haber dado todas las respuestas correctas.

     

    Durante su tiempo en Ilvermorny había preparado y estudiado varias de las pociones nombradas por el francés, pero habían sido tantos nombres y tan rápidos que estaba casi seguro que habría pasado por alto alguna.

     

    Después de aquel pequeño cuestionario se acercaron nuevamente a sus compañeras de clases y al visible portal violeta. La aventura estaba por comenzar y el ojiazul estaba pronto para aprender, pero antes de avanzar una nueva pregunta debía ser contestada.

     

    -Antídoto para venenos, lo curadora de forúnculos, la poción calmante, esencia de díctamo, la esencia de murtlap, la hervobitalizante, poción para heridas, filtro de paz, la pimentónica y los ungüentos – enumero rápidamente ejercitando su memoria – ah y la desinfladora – se apresuró a agregar, casi se olvida de esa.

     

    Siendo precedidos por su profesor, Edward se acercó a la puerta agachándose un poco para no golpearse con el dintel de la misma y sintió la sensación de estar caminando atreves de una montaña gigante de gelatina, hasta su visión se sentía rara no entendía todavía muy bien lo que tenía delante, pero mientras más avanzaba las difuminadas figuras comenzaban a tomar forma.

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  15. Nunca antes había estado en las mazmorras de la Universidad, para ser sinceros conocía pocos lugares de la institución, pero el pergamino que releyó hasta el cansancio sobre su clase le daba claras indicaciones de cómo llegar al aula.

     

    Doblando una esquina el pelinegro llegó frente a un umbral de piedra grises que precedía a una larga escalera que descendía hacia una profunda oscuridad. Para iluminar el descenso habían antorchas en las paredes cada ciertos intervalos regulares, pero ni el fuego de las mismas era suficiente para luchar contra el aire frio que ascendía desde las profundidades y llegaba hasta Edward.

     

    El ojiazul se subió un poco más el cuello de la campera que llevaba y dando un largo suspiró se mentalizó para el frío que aquella brisa le prometía para cuando llegar al final de la escalera. Y no estaba equivocado, mientras más descendía la temperatura parecía hacer lo mismo. El fuego de las antorchas que se agitaba al pasar cerca, no ayudaba en nada parecía que con el pasar de los siglos había perdido el calor y solo se limitaba a emitir luz.

     

    No es que no hubiera vivido temperaturas aún más bajas, se había criado en Minnesota donde no era raro bajar a los -20° en invierno, el problema era que no esperaba aquel frío en la universidad. La campera que llevaba no parecía ser suficientemente abrigada.

     

    Unos minutos después y Edward pasó por el último escalón de roca resquebrajado de la interminable escalera para desembocar en el amplio pasillo de las mazmorras. El aspecto era exactamente igual, largas paredes, techos y suelos de piedra que se curvaban en varias direcciones y se perdían de vistas en sórdidas y gélidas oscuridades.

     

    Las antorchas nuevamente iluminaban el camino mientras el mago observaba las grandes puertas de hierro numeradas buscando la suya. La encontró unos metros por delante y abriendo con cuidado la misma se encontró con que tres personas ya lo estaban esperando.

     

    Un hombre y dos mujeres, sabía que el mago sería su profesor de Pociones y las brujas deberían ser sus compañeras de Primeros Auxilios, la materia con la que compartirían la clase. – Disculpen – dijo educadamente –Edward Smith, un gusto – se presentó caminando hacia el grupo.

     

    Era imposible no notar la gran puerta color violenta brillaba que levitaba a unos centímetros del suelo, ¿un portal acaso?

  16. -Si sabía que el regalo iba a ser este hubiera inventado una buena excusa para llegar a la hora del postre – comentó con picardía mientras salían de la habitación y cerraba la puerta detrás de sí. –Ahora vas hacer que termine la cena rápido – bromeó tomando la mano de la bruja mientras bajan rumbo hacia el comedor.

     

    Al llegar al salón se encontraron con una espectacular transformación del mismo, siempre había sido un lugar elegante de hecho de los lugares favoritos de Edward en el castillo, pero aquella noche lucia completamente distinto. Todo rezumaba Navidad, decoraciones en los techos, las paredes, una nueva alfombra cubría el suelo y hasta los muebles parecían haber cambiado.

     

    Revi era una maestra en las decoraciones, Andrómeda no se había equivocada no había más que hacer que ir a felicitarla por el trabajo. Una vez cruzó el umbral de la puerta notó que su altura volvía a jugarle una mala pasada cuando prácticamente toda guirnalda en el techo se ponía ante su rostro. Sonriendo corría con sus manos los largos y abrillantados flequillos mientras buscaba una zona libre de los mismos.

     

    -Espectacular decoración Revi – la felicitó cuando la pudo ver parada cerca a la larga mesa repletas de platos, cubiertos y copas prontos para ser gastados aquella cena de nochebuena. –Y las guirnaldas… ufff – bromeó mientras le daba un beso en la mejilla a la bruja.

     

    Unos pasos llegando al salón lo alertaron de la llegada de una nueva bruja y su sorpresa no fue poca cuando descubrió que aquella mujer pelirroja era su madre. –¿Mamá? – se acercó sonriendo antes de estrechar en un fuerte abrazó a la bruja –pensé que pasarías la cena de nochebuena en la Evans- estaba encantando de tenerla aquella noche.

     

    -Amor esta es mi madre, Bel Evans McGonagall – le hizo unas señas a su novia para que se acercara a saludar. No esperaba ninguna especie de drama, sabía que en eso Bel era una genia. Las presentaciones duraron lo que tenían que durar y los cuatro pronto tomaron sus lugares en la mesa.

     

    -Esta es mi primera Navidad en Europa – se alcanzó un trozó de cordero que se deshacía en la boca una vez que lo probabas –no sé qué costumbres tendrán en el viejo continente, pero quiero divertirme- dejó el cuchillo y el tenedor a un lado del plato para mirar a sus acompañantes –En América un clásico de la navidad son los deportes ¿Les gustaría un partido de Quodpot?

     

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  17. http://i.imgur.com/UjoGd65.png

     

    Era la primera navidad de Edward sin su familia y tan lejos de casa por lo que había un dejo de melancolía y tristeza en él aquella noche, pero por otra parte sería la primera que compartiría con Andrómeda y su familia y eso le provocaba una felicidad y expectativa enorme suficientes para mantener aquellos sentimientos no tan felices a raya.

     

    El mago se encontraba concentrado en tratar de anudarse bien la corbata para acompañar el elegante traje oscuro que eligió para aquella noche de víspera de Navidad. Sabía que la familia de su novia había trabajado arduo y duro para dar un magnifica cena de Nochebuena y el pelinegro no podía aguardar más para ver como lucía el comedor.

     

    La imagen de su rostro que le devolvía el espejo del armario era de esfuerzo y un poco de hastío, nunca por más que se hubiera vestido así en muchas ocasiones lograba quedarle en claro como terminar de ponerse la corbata. Andrómeda se encontraba en el baño privado que tenían en su habitación, aprontándose también para la cena. De vez en cuando sentía el sonido de la canilla y de los pasos de la bruja del otro lado de la puerta.

     

    -Al fin – susurró aliviado al ver como el nudo lucía como se suponía que debía de serlo. Suspirando cerró con cuidado la puerta del armario y se sentó a los pies de la cama esperando que Andrómeda estuviera lista. Unos minutos después el sonido de la puerta del baño abriéndose le hizo levantar la cabeza y toparse con la bellísima imagen de ella.

     

    Con una sonrisa en el rostro que solo ella le provocaba caminó en su dirección y tomó las manos de la bruja – Estas preciosa cariño – la piropeó, pues así era y jamás se cansaba de decirlo. Dándole un corto beso en los labios a la castaña se separó un poco lo suficiente para decirle que debían bajar pues la cena ya estaba lista.

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  18. La primera en acercarse a ellos para saludar fue Reviguelle, Edward la conocía muy bien pues fue su compañera en la locura de clase que Magia Avanzada. Por eso una autentica sonrisa se dibujó en su rostro cuando le devolvió el saludo, no tuvo tiempo de cruzar ninguna palabra con ella ya que salió rápidamente del castillo cerrando la puerta detrás de sí.

     

    -Es un placer estar en su casa, señores Lenteric – contestó educadamente el ojiazul y con una sonrisa veraz en el rostro después que la madre de su novia, Kutsy se acercaba para saludarlo. Realmente estaba contento por volver de China, los Lenteric eran su nueva familia y quería conocerlos y estaba seguro de que su novia lo ayudaría en aquel proceso.

     

    De igual manera no sabían cómo podrían reaccionar todos cuando se enterarán de la relación que había entre ellos. Solo esperaba que fuera de una manera positiva y tranquila no quería empezar con el pie izquierdo en aquel castillo. Pero no podrían tardar mucho en decirlo, se giró miró a su novia levantar en sus brazos a su pequeña hermana y por un momento todas esas tribulaciones se esfumaron de su cabeza.

     

    -Andrómeda eligió un regalo muy especial para su hermana – les contó con una risa a la familia.

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  19. Buenos dias vengo a pedir estos cambios:

     

    Cualidades Psicológicas: Edward es un chico muy positivo e inquieto, adora hacer reír y reír. Trata de ver siempre el vaso medio lleno en cualquier situación y jamás deja que un percance lo amedrente, extrovertido y siempre dispuesto a dar una mano al que la necesite. Como su personalidad lo deja en claro Edward prefiere estar haciendo actividades al aire libre y desde pequeño al ser criado en una granja tuvo todas las oportunidades para formar un lazo muy importante con la naturaleza.

     

    Su vida la decidió dedicar a la preservación, a los cuidados y formar a los demás sobre la importancia de preservar nuestro planeta. Como buen Thunderbird los retos son algo que disfruta y mientras más difícil se lo pongan mucho mejor, es aventurero y muy curioso digno alumno de su casa.

     

    Criado en el seno de una familia muy unida, la idea de que la Familia es lo más importante se arraigó en el desde muy temprana edad. No adora más que compartir lo que le gusta con su familia, pasar las fiestas juntos, ayudar a su padre en la granja, hablar con su madre, competir y disfrutar con su hermano Adam y estar siempre para su pequeña hermana Madison.

     

    Historia: La historia del nacimiento de Edward tiene un trasfondo oscuro. Un grupo clandestino de magos del Reino Unido desesperados frente a la decreciente población de magos Sangre Limpia comenzaron a explorar un campo completamente desconocido por el Mundo Mágico, pero ampliamente estudiado durante décadas por muggles: La Genética.

     

    Irónicamente la solución a su "crisis" provenía de los seres que veían como la amenaza. Tras un período de tiempo lograron obtener el conocimiento necesario para iniciar su siniestro plan y lo pusieron en marcha.

     

    Secuestraron bebes de familias de sangre pura de toda Europa y las sometieron a retorcidos procesos para obtener sus óvulos y luego matarlas. Muchos de esos óvulos fueron sujetos a nuevos procesos antinaturales antes de ser distribuidos sobretodo en Gran Bretaña para generar una nueva generación de niños probeta sangre pura.

     

    Jimmy y Martha Smith eran una pareja de granjeros del estado de Minnesota, tras un par de años de intentos infructuosos el esperado hijo que buscaban no llegaba, desesperados encontraron la solución en un Hospital especializado en temas de infertilidad en la ciudad de Chicago.

     

    Dos meses de mucho sacrificio y gastos duro el tratamiento al que se sometió Martha a la cual implantaron óvulos fértiles de una muestra proveniente de Gales.

     

    Nueve meses después en el hospital comunal de Woodtown, Martha dio a luz a un pequeño niño al que nombraron igual que su abuelo paterno muerto durante la Segunda Guerra Mundial, Edward Smith.

    El pequeño Edward creció como cualquier niño en una zona rural en la mitad del país, sino tenemos en cuenta las extrañas habilidades que atemorizaron a sus padres.

    Consciente de los poderes de su hijo, dejaron que Edward experimentará con ellos protegiéndolo de ojos extraños por temor que se lo llevaran para investigarlo.

     

    Y de ese modo Edward creció como todo niño de campo pero con unas habilidades fuera de lo normal. Lo que nadie sabía era que uno de los óvulos que le fueron implantados a Martha años atrás, pertenecía a los de una bruja que fue conejillo de india de aquel grupo clandestino británico.

     

    Cuando tuvo la edad precisa su invitación para el Colegio Ylvermorny de Magia y Hechicería llegó. Un mago de MACUSA fue el encargado de hacerles llegar la noticia a la familia y explicarle la existencia de aquel mundo mágico oculto a los ojos de los nomajs. Sus padres estuvieron aliviados de conocer la razón de los poderes de su hijo y que pudieran ayudar a controlarlos mientras que el joven Edward estaba extasiado con la noticia.

     

    Edward fue llevado hasta Massachusetts por sus padres y de ahí fue acompañado por unos magos hacia el Colegio. La noche de la selección tanto la estatua del Wampus como la estatua del Ave del Trueno lo escogieron, pero Edward terminó decantándose por la ultima.

     

    Uniéndose a la casa de los aventureros Edward cursó los siete años de educación obligatoria regresando únicamente a su casa en Minnesota, durante Día de Acción de Gracias, Navidad y Año Nuevo y por supuesto durante las vacaciones de verano.

     

    Durante esos años afianzo a un más ese gusto por la naturaleza en general que desde pequeño tuvo, destacándose sobre todo en temas como la Magiozologia y la Herbologia. Y sus incontrolables energías lo llevaron a formar parte del equipo de Quodpot de las Aves de Trueno.

     

    Estando en el segundo año su hermano Adam entró a Ilvermorny, motivo de mucha felicidad para el ojiazul pues se sentía contento de tener a su hermano también allí.

     

    En su último año de educación formal decidió especializarse como era obvio en el estudio a fondo de la naturaleza mágica de los Estados Unidos. Guiado por diferentes magos expertos en varias áreas recorrió el país de punta a punta ampliando sus conocimientos hasta obtener su título.

     

    Apenas terminó Ilvermorny su hermana menor Madison fue admitida en el colegio de magia.

     

    Recomendado por varios de sus tutores del último año Edward logró ingresar en el MACUSA formando parte de la división de la Vida Salvaje Mágica. Fue durante ese primer año en el MACUSA cuando fue enviado a trabajar con la población local de Sirenas de los Everglades que recibió la visita de unos aurores de Nueva York.

     

    El Congreso estaba investigando unos casos de óvulos de brujas proveniente de Inglaterra infiltrados en hospitales de fertilidad no mágicos por todo el país, buscaban también a aquellos niños que para aquel entonces serían jóvenes. Y uno de ellos era Edward, conmocionado en parte y curioso por la otra decidió darse un tiempo y conocer a su madre biológica. Salir de país le supuso un gran cambio y tuvo que apartarse de los que más quería como por ejemplo finalizar su relación con su novia nomaj Mary.

     

    Una vez traslado a Gran Bretaña conoció a su madre biológica, una bruja llamada Bel Evans McGonagall y en el castillo familiar se instaló. Formar parte de una nueva comunidad mágica supuso un gran reto como es normal, pero Edward es un chico que se adapta fácil y poco a poco fue encontrando su lugar. Conoció a una nueva familia, los Lenteric y allí conoció al amor de su vida, Andrómeda Lenteric. En un primer momento se encontraba reticente a empezar una nueva relación, pero ya había pasado un año desde Mary y la conexión que sintió con la italiana jamás la había sentido antes.

     

     

    ¡¡Millones de Gracias!!

  20. Partieron a China bajo una torrencial lluvia de otoño en Londres y ahora regresaban en un día de bajas temperaturas y una brisa fría en Republica Checa, preludio de que el invierno estaba a la vuelta de la esquina. El pelinegro se prendió un poco más el sobretodo oscuro que llevaba y se volteó hacia su novia para sonreírle.

     

    -Por fin de vuelta – le dijo antes de inclinarse un poco y dejarle un corto beso en la frente a la bruja. El viaje a China era sin dudas uno de los más espectaculares e imborrables viajes de su vida, no solo fortaleció la hermosa relación que comenzaba a compartir con Andrómeda, sino que ambos exploraron nuevas facetas de ellos mismos a niveles jamás imaginados.

     

    Cruzaron tomados de la mano los enormes terrenos familiares, mientras se acercaban al imponente y antiguo castillo familiar Edward recordó en qué fecha se encontraban –Amor, haz me acordar si me olvido, de llamar a mi familia hoy – le dijo girándose hacia ella – es Día de Acción de Gracias – y sería el primero que pasaría sin su familia lo que le provocaba un cierto dejo de tristeza. Igual era por la mañana donde estaban aún ni amanecía en su hogar.

     

    Trató de sacarse de la cabeza el hecho de perderse aquella festividad con su familia al abrir la puerta y encontrarse a la que a futuro sería su nueva familia, y lo logró. Con una autentica sonrisa se acercó a saludar a todos, a todos los conocía de alguna forma, por la Evans, por el trabajo, por su anterior visita al castillo de los Lenteric.

     

    Ante la mención de los obsequios el ojiazul tomó de la manija la maleta y la deslizó delante suyo, listo para entregar los presentes a la familia de su novia.

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  21. Paso a darle la bienvenida a la familia al nuevo miembro, JAJAJAJA voy a tratar de ser lo mas formal porque me corresponde como patriarca ¿? Kualcaaaa jajajaja. Bienvenida andro :perv: jajaja a la familia, ya conoces a un grupo interesante de la familia y me alegra mucho verte aca ahora, asi que cuando puedas pasate por el castillo (siempre tendras diversion ahi >_> y tu propio espacio personal :perv: ) ahora mismo recien andamos comenzando un rol todo aventuroso asi que te esperamos por ahii

     

    *se la lleva para lo oscurito*

     

    @

  22. La Comunidad del Anuro

     

    Pronto el equipo estuvo completo, apenas se encontró con Junny su novia Andrómeda apareció desde una esquina y a los pocos segundos la figura de Darian se dejó ver detrás de ella.

     

    -Al fin estamos todos – agradeció el Smith, ya con toda la familia junta sentía que no había nada que no pudiera hacer para proteger y rescatar a su compañera perdida. Otro grupo también llegó, pero parecía que aún les faltaba un miembro, al pasar al interior del local junto con su familia saludó con una inclinación de cabeza a los otros – buenas noches – dijo.

     

    El interior era pequeño, después de todo eran una agencia de viajes, pero estaba totalmente a tono con las fechas. Decoraciones de fantasmas, lobos y murciélagos adornaban cada esquina del local mientras que los colores negro, naranja y rojo eran los favoritos en aquella ocasión.

     

    Inmediatamente los ojos de Edward se enfocaron en la enorme mesa de recepción que estaba completamente vacía. Quizás era mejor que no estuviera la recepcionista, así podrían rebuscar un poco cada rincón sin tener que inventar alguna distracción.

     

    ¿Pero dónde podrían encontrar algún indicio? El local era pequeño pero las pistas podrían serlo más y por supuesto que no tan obvias. Su inquietud lo llevó directo a los estantes a rebosar de folletos – Los estantes – sugirió mirando al resto de sus compañeros – algo, un mapa, una nota, una foto, un dibujo, cualquier cosa puede encontrarse y es tan buen lugar como otro para empezar -

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  23. La Comunidad del Anuro

     

    Edward había recibido el aviso de Junny de donde podrían encontrar a Revi para rescatarla, aquel juego se estaba volviendo cada vez más peligroso y oscuro. Pero no se podían retirar, aparte huir no era el estilo del pelinegro, y su participación era vital para recuperar a su amiga.

     

    Recorrió los oscuros callejones de Diagon atento a cualquier movimiento extraño, alerta de cualquier sombra o sonido que no fuera natural. El ojiazul observó el negro cielo en el preciso instante que una nube cruzaba delante de la enorme luna llena.

     

    Perder a la luna en una noche sin estrellas volvía todo más apagado, incluso para una noche tan cerrada como aquella. Por lo que apresuró el paso, no podía perderse y dejar al resto de su equipo esperando. Doblando una esquina desembocó en la calle principal de Diagon, las luces de los escaparates de las tiendas lo deslumbraron después de deambular por los callejones adyacentes.

     

    Observó una figura muy conocida observando el escaparate en motivos de Halloween, en la tienda de viajes. –Junny- la saludo contento de haber encontrado a la bruja.

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