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Susan V. Goldstein

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Todo lo publicado por Susan V. Goldstein

  1. Sinceramente ese color no era algo que estuviera a la moda. Las personas evitan a toda costa ese color por el simple hecho de que casi nadie le queda bien y pocos se sentían seguros llevándolo. Pero a Eobard sin duda le quedaba bien. Si no hubiera visto lo ocurrido con el mofín seguramente habría pensado que ese es su color de nacimiento, podría haber ignorado sus pobladas cejas negras y sus pestañas color azabache por ese cabello anaranjado. Por otro lado, el color de mi cabello iba oscureciendo pasando a ser un verde esmeralda fluorecente a algo más verduzco con todo el brillo de mi color natural. – Creo que escuchado y visto suficientes barbaridas como para considerar tragarme tu historia, Eobard – Miré por la ventana y el sol seguía en el cielo – ¿Tenemos el tiemo para que me cuentes quién eres? Las interacciones largas con personas nunca se me daban bien, mi cordialidad y monotonía a veces se agotaba. Tal vez con Eobard trataba de encontrar algo que lo volviera más interesante o estaba tratando de develar a Eobard. En todo caso, el plan de encontrar una broma para su familia había quedado en segundo plano. Tenía que salir con una de aquí, ya sea con los disparates de abajo o con el caramelo. Pero esa ya no era su prioridad. Podía escuchar a magos riendose a escasos metros de distancia, carcajeaban y golpeaban su mesa or la asfixia de la risa. Todo a nuestro alrededor, aunque cerca, parecía tan lejos de nuestra situación. Quizás ninguno de los dos perteneciamos a este lugar. Inconsciente enarqué una ceja cuando colocó el caramelo en la mesa. Mi comentario no inmutó en absoluto a Eobard, pero aun así no dejaba de causarme gracia ¿Era yo la imprudente? De seguro, desde que le pedí espontáneamente ayuda lo fui. Con mi orbes lilas miré a Eobard y negué con la cabeza. – No creo que algo como eso afecte a mi familia, de hecho, creo que sería un peligro. @@Eobard Thawne
  2. Gritos, escándalos y golpes por todos lados. Gruñí frustrada, ya podía comprender el por qué la abuela no podía estar en casa sin odiar a todos. Amarraba mi cabello en una coleta alta mientras pensaba en la lista de maldiciones que podía lanzar allí abajo, si no podía estar en paz en mi alcoba podría divertirme y desquitarme con todos. Era sorprendente la cantidad de años que todos en su familia tenían, pero sin embargo todos parecían estancados en la misma etapa. Bastaba un par de pasos más antes de que las voces llegaran a mi oídos. Había tantas voces. Mi madre, Rose, Marco, Amelie, inclusive Vincent y una tipa que no conozco. Una sonrisa de discordia se plantó en mi rostro, debía ser el momento perfecto para hacer una entrada inesperada. Al bajar las escaleras con una mirada que prometía problemas encontré a Dave medio muerto y a mi madre sanandolo, una escena bastante típica a decir verdad. Junto a ellos estaba Vincent, quién apenas podía con la situación. Me acerqué a ellos y le dí a mi madre un beso sorpresa en la mejilla. La única que podía detenerme de traer el pandemónium a casa era ella pero la veía tan hipstérica que de seguro me apoyaría. La voz de Rose llegó a mi oídos y miré hacia la entrada para descubrir a Marco allí. Mi hermano adoptivo. Se veía que estaban entretenidos, Amelie parecía molesta y Rose muy recia. Me decidí por ir allí, no sin antes pasar muy cerca de Vincent y susurrarle ''Bienvenido a tu preciada familia, primo.'' Me acerqué tanto a ellos pero aún así no podían notar mi presencia pero escuché perfectamente los gritos de Amelie hacia Marco y el gran revelamiento de que la extraña era su hija. El momento perfecto. - ¡Vaya! - Sonreí de forma torcida Hacia Amelie mientras me acercaba a Rose y Marco - Que manera de recibir un invitado, Amelie, amenazándolo justo en la puerta ¿Es que acaso no toleras ver a tu hija y ver tu pasado? Miré a Rose de reojo, dándole a entender que todo era un teatro para el caos para luego dirigirme a la hija de Amelie. - Bienvenida a los Black Lestrenge, donde todos estamos locos y muertos de ansias por hacer cenizas a los nuevos. - Le sonrío - Y perdona la actitud de Amelie, a ella le gustaba estar como las plantas deshijadas. @@Jessie Black Lestrange @ @@Rose Greengass @@Marco Alcott @@Vincent D
  3. A Eobard le había gustado tanto el color como a ella despertando cierta satisfacción ante aquello. Con su joven apariencia nadie pensaría que ella tenido más de una vida, y definitivamente más de un color de cabello. Era necesario cambiar un poco de mi físico para que los husmeadores no sintieran la necesidad de querer desglosar sus secretos. Había sido una tarea fácil pero era algo que ya no hacía. La espesa cabellera negra y la piel pálida eran mi versión más real. El cabello naranja de Eobard brillaba y resaltaba más que el de cualquiera en esa tienda, pero aún así él no parecía impresionarse. Bien era alguien muy despreocupado o ese color de cabello pudo haberle pertenecido antes. No era algo en lo que quería meterme, el pasado de las personas nunca es un buen tema. – Tú sigues siendo un extraño para mí Eobard. – Apoyé mi mentón en la palma de mi mano. – Hasta que no encuentre algo que realmente te describa seguirás siendo un extraño muy amigable. Aquello sólo era la verdad y no habría manera de saber como lo tomaría. Por cortesía, él no debía verme como en realidad era, y sé que gracias a eso estoy dando una buena impresión a pesar de mi arrebato de confianza en allí abajo. Escuché sus idea con detenimiento, una tras otra hasta que escuché lo del caramelo. Reí inevitablemente. – Creí que le darías un mejor uso. Un chiste y era seguro que él lo comprendería, pero aún así no dejaba de ser un paso más de confianza. Hace unos minutos me reprimí por la línea invisible de limites que tenemos, pero está ya era la segunda vez y no podía dejarlo pasar. @@Eobard Thawne
  4. Miré el brazo de Eobard porque algo me había llamado la atención, donde antes estaban la hiedras, que habían crecido en su brazo como venas, ahora sólo habían marcas enrojecidas y ligeramente hinchadas. Haber intentado el hacer aparecer flores había sido un acto de valentía muy bueno que de seguro hubiera aplaudido. Pero aún así no le hubiera tomado de la mano. Su naturaleza le impedía hacer esa clase de gestos en público, y aunque Eobard fuera atractivo y cordial, algo me decía que compartía mi opinión. Para mi sorpresa mis predicciones no fueron acertadas y en el momento en que comió del pequeño trozo de dulce un color naranja vivo se propagó por todo su cabello sin dejar ningún espacio del color anterior. Sonreí satisfecha. – Creo que te queda mejor. Pellizqué el pequeño mofín y en el momento en que lo comí pensé que no tenía un mal sabor, era bastante agradable. Un segundo después me invadió una sensación de que un ejercito de hormigas había nacido y se propagaba por mi cabeza. Fruncí el seño por aquello, incomoda, pero luego de que miré aquel verde esmeralda en mi cabello perdí todo rastro de disgusto. Me encantaba aquel color. – Al azar... –Susurré aún mirando las ondas de mi cabello tintadas de verde– Creo que estamos en la misma posición, Eobard. Este encuentro había sido en situaciones extrañas, pero aún así era lo suficientemente agradable como para tomar tantos riesgos. No sabía si dentro de un momento ambos se estarían despidiendo y todo esto quedaría como algún recuerdo que contar o si de verdad había tenido suerte y se había topado con alguien que le daría más encuentros como este o un cómplice para fechorías. Asentí antes sus palabras y le dedique una sonrisa delicada. – Tienes razón, pero mi casa quedaría oliendo a pantano por semanas. Creo que lo mejor sería darles un susto –Reí al recordar lo sobreprotectores que eran– Eso sí será fácil, justo ahora deben estar asustado porque no estoy en mi alcoba. De a poco cogía confianza con Eobard, pensando en que los dos eran los suficientemente despreocupados para no percatarse de los detalles. @@Eobard Thawne
  5. Enarqué una ceja al ver su intento de seguirme el chiste, reí con gracia ante aquello. Ese era mi primer símbolo de comodidad, sonreí a medias y asentí ante sus palabras. Era irónico que lo único que me había hecho reír en una tienda de bromas no pertenecía a ella y que por fin podía sentirme a gusto entre tanto peligro. Después de todo, estar ahí no era tan malo, no si tenias a alguien con quien reírte. A de ser por eso que nadie parece haber entrado a esta tienda solo además de nosotros, tal vez esa sea la verdadera razón del por qué la tienda es tan frecuentada. Los magos comparten felicidad y maldad al mismo tiempo en cada broma. Seguí a Eobard hasta la mesa más apartada del peligro. Todo parecía ir bien hasta que leí aquello en el menú ¿Por qué a alguien le apetecería tener flores en sus orejas o quedar calvo? Habían algunas cosas que hasta me ponían a dudar si eran legales. Miré a Eobard pedir uno de esos caramelos que alargaban como serpientes. Realmente estaba apunto de decir mal comentario sobre ello pero reparé en que aún no teníamos tanta confianza, decidí que lo mejor sería limitarme a seguir mirando el menú y reprimir la risa. Preguntarle qué haría con una lengua tan larga no está en mis planes sociales. Una de las cosas más inofensivas en aquel menú eran unos mofins que cambiaban de color tu cabellera, sería lo más aburrido de toda su comida pero es lo más seguro. Al pedirlo se me fue traído en seguida, pequeño e inocente, fruncí los labios ante aquello, la verdad es que no sabía si quedaría con el cabello anaranjado. – ¿Deseas hacer los honores? – Miré a Eobard quien estaba expectante, no parecía tener pinta de aceptarme aquello – Quizás descubras algo que te guste, como el cabello violeta. Su pregunta aunque la esperaba no sabía como responderla sin parecer una loca. En especial porque él está en la misma situación, pero ya había llegado muy lejos como para intentar parecer alguien más, se daría de cuenta que miento si le digo que sólo entre a la tienda buscar algo de risa... Me encogí de hombros. – Tengo una familia que no sale del drama y pretendía comprar algo aquí que los sacara de ese ciclo. –Negué con la cabeza– Pero como te habrás de dado cuenta no soy alguien muy creativo para las bromas. Es la primera vez que piso un lugar así y creo que todo me abrumó. –Reí– El punto es que hasta donde sé, estás tan perdido como yo. De todas las personas en la tienda, le pedí ayuda al que parece necesitarla también. @@Eobard Thawne
  6. Caminando con paso suave miraba las estanterías esperando que Cissy me pidiera algo de ellas. No sabía leer bien a la muchacha, está no mostraba más que curiosidad por el padre. Quizás ella no sabía que mi madre podía con todo aquello y que tendría noticias de su padre antes de lo que pensaba. Yo, por otro lado, planeaba pasar una mañana pacifica con mis padres cuando de pronto me encuentro con esto. Una situación agridulce. Tener una nueva prima podía dar paso a un millón de aventuras, nuestra familia así era. Pero no tenía mucho de Cissy para saberlo con certeza. Luego estaba Dave, el tío del que todos hablaban pero que nunca conocí hasta ahora. No sentía tanto amor filial por él como por los que ya conocía de mi familia pero un dejo de pesar estaba peligrosamente cerca de mí. Él siempre sería mi sangre y parece haber sufrido mucho desde que partió de Gran Bretaña ¿Por qué mi sangre habría de perecer tanto? Algo de mí pensada que cualquier cosa que le haya pasado para dejar en ese estado no se lo merecía. Aunque hubiera hecho algo para merecerlo, la familia jamás se toca. Volviendo mis orbes lilas a Cissy me percaté que ella también flotaba en su nube de pensamientos. Chasqueé mis dedos cerca de su rostro para tomar su atención y sonreirle, debía sacarla de esa nube. – Aunque tengas demasiadas preguntas estoy segura de poder responderte la mayoría. Antes de que pudiera darle tiempo de responder el gritó de mi madre llamándonos llegó hasta nosotras con intensidad. Sentí el peligro al instante y saqué mi varita a la vista ¿No podíamos estar seguras ni siquiera en este sitio? ¿Habrán seguido a mi tío? En cualquier caso no quería quedarme a averiguarlo. Tomé la mano de Cissy y la llevé de vuelta a donde estaban. Mi sorpresa fue grande al encontrarme a papá. Miré a mi madre y nada podía ser peor que su expresión de pánico, todo pronosticaba peligro. Nos protegí a Cissy y a mí detrás de mi padres, dándole la oportunidad de que ella se acercara al suyo. Toqué el brazo de papá y mamá esperando lo que venía. – Díganme que el lugar no quedará hecho trizas. @ @@Jessie Black Lestrange @ @OttoBkack
  7. Suspiré casi imperceptible, al menos no soy la única inadaptada. Le sonreí con amabilidad, como si fuera propia de mí. Siempre trataba de no toparme con nuevas personas, por eso permanecía quieta en su nido sin querer desplegar las alas a otro. Evitaba a toda costa las cosas que me hacían sacar mi temperamento a flote, la gente no merecía tal crueldad. Sin embargo, me tomaba el riesgo de pedirle ayuda a un desconocido que a simple vista parecía agradable. Estaba tentando al diablo, pero ¿Tenía algo mejor que hacer? Gastarle una broma a su familia y conocer a alguien que por alguna casualidad tiene nombre de villano futurista. No podía pedir más. Reí para mis adentros ¿Como le diría que sólo quiero encontrar una buena broma? Me sacó de mi ensimismamiento cuando pareció leer mi e invitarme a la zona de comidas. Normalmente no confiaría en la comida de una tienda de bromas. Podría dar una pésima primera impresión si alguno de sus platillos repentinamente me saca una cola y un pico pero ¿Cómo negarme al mago que no se negó a mi petición? Miré hacia arriba con un poco de escepticismo para luego volver a mirarlo y reír con delicadeza. – No me fiaría de nada de este lugar, pero parece una zona más segura que esta. Mi negatividad había menguado con la actitud de aquel mago, quizás y sólo quizás, era yo la que había tenido suerte. Bajé la vista a su mano extendida y algo en mí no pudo dejarlo pasar. – Me halagas, pero no tomo de la mano a menos que me regalen flores antes, Eobard. – Bromeé esperando que fuera de su agrado. @@Eobard Thawne
  8. Ante aquello el mago bajo primero dejándome a mitad de camino, sólo me incorporé cuando él lo hizo para luego descubrir que era una caja de fuegos artificiales. Agradecí que no nos dejara como un quilombo a todos en la tienda. Era extraño pensar que una persona vendría aquí a sólo llevar fuegos artificiales, todo el local te ofrece un riego inminente a salir peor de lo que pudiste haber entrado. Miró al mago y parecía mucho pero no un bromista, sin embargo, haber entrado sola y sin orientación fue lo pero que pudo haber hecho. Dudo en pedirle ayuda a aquel mago, no sabía si estábamos en la misma situación. Pero ¿Qué perdía con hacerlo? – Lo lamento, todo aquí parece darme más temor que risa –Extendí mi mano a él después de ofrecerle una sutil sonrisa– Soy Susan. La cordialidad no era uno de sus fuertes, jamás tenía que socializar si siempre estaba encerrada en su habitación con la cabeza metida en libros. Los pocos con los que hablaba que no pertenecían a mi familia eran personas excesivamente espontaneas que se atrevían a acercarse a mí. Alguna ventaja debe tener que las cosas sean así ya que nunca había tenido algún malentendido . Pero ahí estaba, tratando de conocer a alguien por su cuenta en una tienda de bromas. Él no parecía ser alguien que rechazara una mano amigable, aunque mis instintos me pueden engañar y ese aspecto que tiene sólo sea una fachada. En tal caso yo sería una persona con mucha mala suerte con otras. Miré a un cuadro reírse de nuestra escena y una vez más a los niños corriendo, pensé que estábamos justo en el centro del bullicio, nada bueno. – No tengo ni la menor idea de lo que estás viniendo a hacer aquí, así que perdona mi atrevimiento, me encantaría una ayuda. Mi falta de tacto era bastante notable pero era lo mejor que podía hacer. @@Eobard Thawne
  9. No podía creer lo que estaba haciendo, de todos los lugares en el mundo jamás nadie pensaría que la encontrarían ahí. Pero lo estaba haciendo. Estaba entrando a una tienda de bromas para gastarles una a su familia. Ultimadamente en la mansión sólo existían dramas y melancolía, como si se alimentaran de ello. Necesitaba encontrar algo que cambiara eso y había sido convencida por alguien de que aquí lo encontraría. Mordió su labio al ver tales disparates en aquella tienda, tal vez eso era lo que la hacía tan buena. Su vista vagó por cada mago, se reían a carcajadas de los desastres, algunos asquerosos y otros inclusive dolorosos. Ella más que nadie, por más cruel que suene, entendía que había mucha risa en el dolor. Caminó dudosa por aquel local, temiendo de tocar algo y que aquello le saltara encima. Tenía que admitir que se reía a escondidas de algunas cosas, pero ninguna parecía ser lo suficiente como para su familia. Había niños correteando por el lugar que tenían en mano una de esa bombas fétidas que olían a pantano, en cualquier momento esa cosa se caería de sus manos y infestarían el lugar con eso. Evitó como pudo a los pequeños pero uno de ellos pasó tan cerca de ella que la obligó a moverse bruscamente hacia atrás y chocar con alguien. Aquel mago tenía algunas cosas en la mano que en el momento en que lo empujé cayeron. – Oh, cuanto lo siento. Bajó enseguida a coger las cosas que habían caído, tal vez había sido una mala idea venir. @@Eobard Thawne
  10. El semblante de la Matriarca tuvo rastros de nostalgia cuando mencioné el nombre de mi madre. Sabía perfectamente que alguna vez Jessie perteneció a la Orden, de hecho, muchos en mi familia lo habían sido. Con el tiempo entendí que el bando puede pelear contra una amistad de años y ganar. Algunas personas se sumergían mucho en eso, sé que hay cosas que debes hacer por tu bando que quizás dañe de manera irreversible algún afecto pero los magos y brujas por igual no entendían que una misión está fuera de lo personal y que no todos los buenos lo son y no todos los malos son tan temibles. – Le haré saber el recado. Esperó a que Cye diera respuesta de su invitación, a Noah le había parecido una excelente idea y con eso bastaba pero no obtuvo lo que quería. – Sé que sabe de donde vengo, y ahí no hay cuerdo, podría soportar a sus pequeños.–Tiré mi mirada a la de Noah– ¿Tienes algún problema con que vengan a nuestro picnic? Esperaba a que Noah me apoyara con esto cuando un mago alto y pelirrojo entró a la cocina, ensanché mi sonrisa cuando lo vi hacer una reverencia, le era grato saber que Alexander no había perdido el toque. – Para mí es un placer volver a verle, Fox.–Aseguró mientras asentía en respuesta a su saludo– Y aunque fuera tu casa, no esperaba verte. La llegada de Alexander significaba que podía haber más gente en mi picnic con Noah, si era posible quería convivir con la familia entera, transmiten ese aire de cordialidad y dulzura que ya no tiene nadie. Me acerqué a Noah pretendiendo susurrarle. – Convéncelos de venir con nosotros Noah, amo a tu familia.–Reí. @@Noah Lockhart @ @@Alexander Fox
  11. Su pregunta me dejo pensativa, de hecho, sólo su amada madre la hizo volver. Dejé muchas cosas atrás y ya no las encuentro así que nada es igual que antes... pero ¿Qué esperaba? Si lo abandonó todo sin decirle a nadie. Tenía una suerte increíble al haber conocido a nuevas personas, si no hubiese sido por Noah y un par de personas más seguiría sumergida en libros y encerrada en mi habitación del castillo. Estaba agradecida de haber encontrado al Lockhart, me hacía bien y encontraba manera de expresarlo. - Supongo que bien, aunque muchas cosas han cambiado. Miré hacia otro lado, no era un tema que quería tocar. No quería comenzar a dañar la mañana con mi vuelta a Inglaterra. Asentí a su petición para luego seguirle el paso mirando de reojo la estancia. Le gustaba el castillo, me parecía encantador en toda la palabra y la cocina estaba lejos de hacer la diferencia. - El castillo es muy lindo Noah - Le sonreí - Pero tú más que yo debes de saber cual es el mejor lugar. Es un lugar enorme. El castillo de los Black Lestrange también era gigantesco, pero cuando te encierras en una sola parte de el te acostumbras a lo pequeño y común. Sin previo aviso algo se metió entre mis pensamientos, y es que, alguien más acaba de pasar a la cocina. Y es nada más y nada menos que la Matriarca. Había escuchado de ella y de su eterno cariño y bondad, sin embargo eso no era lo suficiente como para no enderezarme ante su presencia, estaba en su casa después de todo y debía mostrar respeto si quería seguir siendo amiga de Noah. Con una orden algunas cosas ya estaban sobre la mesa, todo para hacer un picnic. Extendió su mano hacia mí y me sorprendió en el momento en que se declaró mi amiga, me aliviaba saber que las cosas serían así, gustosa tome su mano. - Soy Susan, hija de Jessie Black Lestrange y es un enorme placer conocerla y tenerla de amiga. Le sonreí para luego mirar a Noah y que una idea de pronto llegara a mi mente. - Así que un picnic... - Volvió su mirada a Cye - ¿Le gustaría acompañarnos? @@Noah Lockhart @
  12. Reí. Un peso bajo de mis hombros al darme cuenta que no tuve que esperar tanto, Noah parecía tan contento de mi llegada que apenas me dejo saludarlo, lo cual era muy bueno, no tenía palabras y los pocos nervios que se plasman en mi actitud no me dejan pensar bien en ellas. Lo miré darme la bienvenida y mi risa volvió a oírse, se dio cuenta de lo que pasaba conmigo. Noah entendía mi actitud. - Gracias Noah, pareces tener un hogar confortable. - Bromeé acerca del gran castillo - Tengo poco que estoy acá, perdona por llegar tan rápido pero estaba cerca de aquí. Me hacía sentir segura el hecho de que él estuviera aquí, está era una familia completamente desconocida para mí y he de admitir que aunque me parece buena no puedo soltar la posibilidad de que algo pueda ocurrir. Por otro lado, trataré de enfocarme a lo que vine, a pasar tiempo con Noah y a despejar mi día. Me pregunté si invitarlo a la mansión sería bueno... negué con la cabeza involuntariamente, me harían pasar la vergüenza del siglo. @@Noah Lockhart
  13. Cabizbajo me reí del chiste de mi madre, sabía que era una situación delicada pero el buen humor nunca es suficiente, la mira cruzarse de brazos y pensé que aún así o dejaba de ser adorable. Por supuesto no se lo diría, Jessie quería lucir intimidante delante de mi tío sin saber que el pobre ya parecía bastante intimidado con toda la situación. No bastó mucho con que enseñara su brazo y nos diéramos cuenta de su necrótico problema. Alcé las cejas y miré a Cissy, esta no debe ser una buena imagen para ella. De un momento a otro mamá ya estaba trabajando y haciendo las habituales preguntas medicas. Pretendía no lucir desesperada pero sé a ciencia cierta que esto la estaba matando de miedo. Con un par de palabras Jessie nos corrió a Cissy y a mi de ahí para que no miráramos aquel espectáculo. Fruncí el ceño en un acto de rebeldía, sabía perfectamente que lo que decía era una mentira, se enfocaría en su brazo y no sería necesario desnudarle. Quería ver como sanaba aquella cosa. Sin embargo, la sonrisa de Cissy me dio a entender que ella no merecía ver esto, todos ya habíamos pasado muchas conmociones y que ella sufra una de tal grado ya es pasar la raya. Asentí en dirección a mamá y le cogí el brazo a mi prima para llevarla leos de ahí. - Vamos Cissy, escojamos algún regalo para ti y si quieres te hablo de nuestra familia. - Le sonreí. @ @@Jessie Black Lestrange @
  14. Noah Lockhart: Gracias por la invitación Noah, estoy encantada de aceptarla. Dentro de un momento estaré en el castillo Lockhart. De: Susan Van Goldstein. Doblé la pequeña nota volviéndola un avión de papel, con un ligero empuje voló por la ventana del local y se deslizó por el aire en dirección al castillo. Tomo de mi casa de café pensando si eso se verá tan bien como una lechuza. Hace mucho que no veía a Noah y a decir verdad muy poco había compartido con él, pero el chico me cayó lo suficientemente bien cómo para aceptar visitarlo. Bebí un poco más de café y miré el extraño reloj de la tienda, es hora del desayuno y probablemente él lo este comiendo. Deslice la mirada a mi atuendo y creí estar presentable. Sólo debía terminar su taza e ir al castillos Lockhart y rogar porque Noah haya terminado de comer. Pagué el café y me dispuse a caminar, dando pasos cansinos medité en qué pasaría. Jamás había estado en el castillo Lockhart y a decir verdad quizás su familia y la mía hayan tenido algunos roces por la cuestión de los bandos. Bufé para mi misma al pensar en ello. A veces creía que era mejor no pertenecer a ninguno, en ocaciones eso sólo traía problemas. Agradecí que Noah no pensara de esa forma, o si no, hubiera perdido a un potencial futuro amigo. Disfrutaba caminar cuando la mañana era tan tranquila y cuando menos me lo imaginé el castillo estaba tan cerca de mi que sólo bastaban un par de pasos más para entrar. No sería osada esta vez, esperaría a que Noah apareciera y la invitara a pasar, no quiero tener problemas el primer día en que piso el territorio de la familia Lockhart. @Noah Lockart
  15. Con una floritura imitó la acción de su abuela al darse cuenta quién era el que soltaba alaridos, su vestimenta cambió por completo y miró a su tío retorcerse de dolor. No esperaba menos de Mía, podría ser la madre de todos pero nadie iba en contra de lo que era. Miré a mi madre quitarle el sufrimiento, lo que le dijo después a la matriarca no me pudo causar mayor gracia, todos sabemos que ella ama demasiado a su hermano como para matarlo. Llamó a un elfo domestico pues ya se acercaba la hora del desayuno, pero estás situaciones siempre son entretenidas. - Querido, tráeme una manzana. El elfo domestico desapareció sin chistar y volví mi mirada a la escena. Rose, mi querida prima, ofreció una condición que cualquiera de esta familia hubiera negado, aquí nadie da su brazo a torcer tan fácil. Sentándome al pie de las escaleras me pregunto qué habrá tenido ese tipo para cargar a mis primas de esa forma, a pesar de que disfrutaba el espectáculo no le gustaba que se hubiera metido con mi familia y más aún si se metía entre Rose y Alegna. Cuando sus cabezas se enfríen y entiendan que no es la gran cosa les ofreceré buscarlo y torturarlo por ser la razón de todo este alboroto. No pensaba que Alegna respondería con tal fiereza a Mía, ella no era de ese tipo de personas, y aunque acostumbraba a hacer berrinches se le veía bastante clara esta vez. Alce la cejas de la sorpresa cuando con tal porte salió por la puerta. No sólo no aceptó la condición si no que también las dejó hablando entre ellas. Miré la escena y sólo pude improvisar un silbido por como habían ido las cosas. - Alegna se ha revelado, enemigos del heredero temed. No sabía si era momento para chistes pero lo hacía porque era inevitable. El elfo hizo su aparición con una manzana en bandeja y cogiéndola pensé en que todo sería distinto si mi tía estuviera para cuidarlas, no creía que le hicieran caso a nadie más. Comiendo de mi manzana me acerco a mi madre y Amelie. -¿Creen que deberíamos buscarla? Sabía que Alegna y Rose ya eran adultas pero me resultaba más tranquilo saber que al menos estaban peleando en casa y no en otro lugar. @@Alegna Black @ @@Mia Black Lestrange @@Jessie Black Lestrange @ @
  16. Las cortinas se cerraron y las persianas bajaron, mi madre, sonrosada por la rabia, descargó sus palabras como si fueran maldiciones hacia mi tío. De verdad esperaba un tarde tranquila pero después de esto creo tener mucho en que pensar. Miré a mi prima y la escuché llamar a su padre, algo en mi pensaba que sus problemas ya estarían resueltos con sólo tenerlo a él de padre. Sin embargo, ella no debe de saber quién de verdad es Dave y quizás no sepa nada de su posible hermano, las fachadas de su primera impresión no van de acorde a lo que él es y lo que representa para la familia. Veía a Cissy impotente por acercarse a su padre pero la protección de mi mamá nos limitó a las dos a sólo ver. Cissy me miró en busca de ayuda pero se me hizo inevitable el alzarme de hombros, cuando Jessie se molesta no hay mucho que se pueda hacer. Al cabo de unos segundos pensé en qué sería de mi si yo fuera Cissy y no me dejarán si quiera abrazar a mi padre. Miré de soslayo la idea de sólo apartar a mamá, no quería que ella se quedará con todo el dolor que le causó la partida de mi tío, Jessie merecía una explicación. Pero era injusto no dejarlo acercarse a su propia hija. Con duda toqué el brazo de mamá y logré que me mirará, quería que de cierta forma comprendiera la situación con sólo mirarla, pero mi madre estaba tan molesta que sé a ciencia cierta que lo pasaría desapercibido. Con un suspiro temeroso al propio carácter de mi madre me dispuse a calmarla. - Madre, cálmate, ya sabes quién es y qué es lo que está haciendo aquí. De todos los lugares en el mundo eligió venir justo aquí para confrontarte a ti y a su hija. - Le sonrió - Estoy casi segura que él te dará explicaciones pero déjalos conocerse, luego nos sentaremos a escuchar su versión de los hechos y después decidirás qué hacer con él. Un momento de tensión se formó entre los cuatro y es qué esperaba con ansias que su querida madre tuviera algo de compresión con Cissy y Dave. Miré a Cissy aún sosteniendo a mamá esperando que comprenda que era el momento perfecto de conocer como se debe a su padre. @ @@Jessie Black Lestrange @
  17. Miró la escena con una incertidumbre total de lo que pasaría luego, su madre estaba en una crisis de nervios por ese tipo misterioso ¿De verdad no creía que fuera su hermano? Con tantos líos familiares y experiencias de tiempos retrógrados no esperaría menos de esta familia. Atrás de su madre pensó en qué podían hacer si de verdad fuese un impostor, la chica desconocida no parecía estar sorprendida o dispuesta, sólo confusa. Pero cuando el ''Black Lestrange'' salió de su boca en seguida tuvo toda la atención. Los familiares que conocía eramos los únicos en Inglaterra ¿Por qué nunca había escuchado de ella? Miró de reojo al encapuchado comprendiendo lo que pasaba. - No creo que papá tarde en llegar. Respondí a su suplica sin saber si eso era cierto para luego prestar atención a las palabras de mi madre dirigidas a Cissy, no queda duda ya de que es hija de Dave y que su carta no puede significar más que un suplicio cruel. Sin en embargo todo se debatía en la identidad del encapuchado. Mi madre me acercó a la nueva integrante con cuidado y nos presentó afirmando por fin que eramos primas. - Susan. - Sonreí sin mostrar alguno de mis incisivos - Bienvenida a la familia. @@Jessie Black Lestrange @ @
  18. Miré la escena con un ceño fruncido que con el paso me traerá arrugas, pero se me era inevitable viendo lo cursi que son mis padres. Sentía felicidad por la armonía de aquello pero siempre pensó que eso debía ser para la mera intimidad. Al parecer no se habían percatado de su presencia pues aún seguían sumergidos uno en el otro. Era casi dolorosa quebrar la escena pero yo había nacido de ellos para tener toda su atención, y en ese instante quería la de ambos. - No quiero hermanos, soy feliz siendo la única en su vida. Bromeé con acidez pues el chiste tenía cierto dejo de verdad. Amaba ser la hija única y compartir su amor sólo me haría pensar en como volver a ser hija única. - Mamá, papá...- Me acerqué a ellos y los abrace apoyando la melosidad del momento sólo por un instante. Sabía que el tiempo que estuve en Grecia no fue en vano pero siempre me dio felicidad el saber que tanto uno como el otro jamas cambiaron su trato hacia mí. @@Jessie Black Lestrange @OttoBlack
  19. Las calles del callejón Diagon no pudieron estar más repletas de gente, pensaba que sería una excelente excusa para su llegada tarde. No sabía si su padre había llegado ya o si su madre ya tenía todo listo. Tenía un ar de libros en una bolsa que había comprado para su madre y esperaba conversar un poco con su padre en el momento que llegara al local. Había perdido la cuenta de cuantos suspiros daba con cada minuto que pasaba y Cinta de Colores no parecía estar más cerca. Me centre en esquivar cuanto mago se atravesara hasta que por fin el hermoso lugar lleno mis ojos. El local de mi madre se erguía delante de mi hermoso a simple vista. Mis ánimos subieron al momento de entrar, esperaba con ansías pasar tiempo con mis padres y contarles un millar de cosas... pero cuando miré al alrededor no encontré a mi padre por ningún lado y mi madre estaba cerca de una mesa que parecía tener personas peculiares. Me acerqué a ella con lentitud, no quería molestarla en su trabajo, pero aún así no puedo permitirme no saludarla. Me acerqué a la mesa y mis modales salieron a flote con un ''Buenos días'' en forma baja. Me acerque a mi madre y bese su mejilla sonriente. - Disculpa mi interrupción, sólo quería hacerte saber que ya llegué y que espero a papá. A pesar de lo colorido que es el lugar el ambiente parecía sombrío, casi intimidado. Se me hizo inevitable mirar a las otras dos personas presentes preguntándome si todo esto era por su causa. Había una muchacha, joven y hermosa, que aún no se había sentado y en la mesa se encontraba un señor que no parecía más que un vagabundo. Era extraño como es que las personas sienten tensión por cosas así sin embargo eso no me impidió detallarlo pues si estaba encapuchado no despertaría más que mirada curiosas ansiosas por ver su rostro. Algo en todo esto me sorprendió, y es que el hombre misterioso tenía facciones casi iguales a las de mi madre. Caí en cuenta de todas las historias del hermano mellizo de mi mamá y de lo duro que le había afectado su partida. Sin embargo yo nunca llegué a conocer a este hombre pero sé a ciencia cierta que es todo menos un vagabundo. Quizás sea una broma pesada o se este escondiendo de algo, pero el tío que me pintaba mi madre no tiene estás fachadas. Miré a ambos magos y pensé en arriesgarme a saludar pues el nombre de uno ya lo sabía, pero el nombre de la chica se me hacía incierto. En cambio miré a mi madre esperando que ella resolviera la situación @@Jessie Black Lestrange @ @@Jessie Black Lestrange @OttoBlack
  20. La fina tela negra de encaje se arrastraba por el pasillo de la casona con cada paso que avanzaba, sin querer amarrarse la trasparente bata dejó a la vista el camisón hecho de raso que que a duras penas llegaba más abajo de la curva de sus caderas. Cualquiera que la mirara pensaría que guarda algún tipo de luto pero lo cierto es que toda clase de bullicios golpearon su puerta y sin siquiera molestarse en arreglar su espesa cabellera salió a ver que ocurría. Su vestir no es apropiado para un hogar donde habitan tantas personas, pero hace mucho que la única amenaza que estaba presente eran mujeres, y hay que admitir que ninguna parece ser lesbiana. Sonriendo por su chiste interno sostuvo mejor su varita y se dedicó a bajar las escaleras. Sabía que no había creado ningún lazo lo suficientemente fuerte con ningún otro miembro de la familia a excepción de su madre, pero el estruendo había sido tanto que no pudo simplemente ignorarlo. Además, siempre es bueno disfrutar de un espectáculo como los que hay en esta mansión. Al llegar mi sorpresa fue mucha, había alrededor de cuatro mujeres sosteniendo sus camisas como si tuvieran miedo de que estas desaparecieran. Lo que más me dio motivos de atención fue ver a la Matriarca Mia Black Lestrange enseñando más que su compostura. Algo me decía que era incorrecto verla, pero la otra parte de mi pensaba en cuál parte del mundo hay otra abuela que tiene mejor cuerpo que sus hijas y nietas. Por lo menos había encontrado el por qué todos parecían ser irresistibles. En un segundo la Matriarca se vistió de negro y toda cordura dejo su rostro, volvió a ser la de antes. Escuché los gritos de mi madre y me deshice de toda idea divertida, Jessie no era una persona calma cuando no la dejaban dormir. Me acerqué a ella para intentar calmarla pero los alaridos de un hombre me dejaron a la mitad del paso ¿Era un familiar? Miré hacia mis primas que parecían tener la resaca del siglo y les hice una seña preguntando qué había pasado, pero en seguida el rostro de Mia me dio una breve explicación, alguien estaba pagando por esto. @@Alegna Black @ @@Mia Black Lestrange @@Jessie Black Lestrange etc.
  21. No se sentía pequeña ni mucho menos desencajada, en realidad era dueña de una flamante figura y ojos lilas que le daban bases para no estar así pero se sentía insegura de lo que en esa noche pudiera ocurrir. Bebiendo de mi copa miré a esa joven bruja que desde el primer día en que llegué se mostró difícil, creo recordar que se llama Alegna, estaba elegantemente vestida pero lo que me sorprendió fue encontrarla con una bruja muy parecida a ella que se notaba orgullosa de algo ¿Tenía una gemela? No era algo que esperaba. Al parecer iba a ser una noche de solo mujeres, lo cual agradecía, la persona que podía arruinarme la noche no era exactamente una fémina. Suspirando bebí una vez más de mi copa hasta que unas palabras me sacaron de mis pensamientos, la gemela de Alegna se había acercado a mi mientras bebía del mismo vino. Era mi oportunidad de ser amable aunque no lo fuera y de socializar con algo más que no sean libros. — También fue mi primer día aquí. —Sonreí de forma sutil— Eso creo, soy Susan y es un placer conocerte prima. Al momento una bruja de escote pronunciado soltó unas cuantas palabras de desprecio hacia Alegna y esta le respondió de la misma manera, Rose fue a apoyar a su hermana mientras mi sonrisa se ensanchaba. No era algo muy visto en las cenas elegantes pero las cosas que se decían no dejaban de tener gracia para mi. Una bruja realmente hermosa de cabellos rubios se acerco a mi y con palabras de bienvenida supe que era la Matriarca, alguno que otro parecido tenía con mi madre pero no eran muchos.Todos aquí parecían conservar su juventud. — Gracias, el placer es todo mio. —Agradecí con un asentimiento— Aunque creo que mis primas están algo entretenidas. Era cuestión de gracia para mi pero a la Matriarca no le parecía gracioso y su tono de amenaza hacia Candela lo demostraba. Aun mirando la divertida escena de discordia me acerque a la única que parecía entre todo tranquila. — Solo falta que tu y yo también comencemos una guerra. —Bromeé a Mary estando ya de muy buen humor. @ @@Mia Black Lestrange @ @@Alegna Black
  22. Un par de hechizos y uno que otro polvo mágico mantuvo a los fisgones lejos de la habitación que me habían designado, no había salido de mi nuevo cautiverio a explorar la mansión. Hubo veces en que escapé solo para visitar sus jardines pero fuera de eso nada. La primera vez en que pise esta mansión sucedió un tipo de contienda que jamás esperé y justo por eso prefiero encerrarme pues lo único que no me ha impedido irme es mi madre. Pero ahora tenía en mis manos una carta con palabras simples que decían que en el gran salón de la mansión habría una cena de año nuevo, y con la firma de la Matriarca unas lineas más abajo supe que no podía burlar con simples polvos a todos los que vivían aquí. Vagué por mi habitación sopesando las posibilidades ¿Hace cuando no cruzaba palabras con Jessie? No hablarle era lo mismo que no estar. Bufé. Nada parece salir como lo planeo, abrí con un movimiento simple de mi varita el armario y sin mucho esfuerzo acerque el vestido ideal para la cena aún mirando de soslayo la posibilidad de bajar en vez de quedarme a salvo. Sin embargo no pretendo que mi viaje hasta aquí fuera en vano, si iba a ser parte de la familia debía pretender serlo. Suspirando me aliste para la cena y en poco tiempo ya estaba lista, mirando mi reflejo para que nada estuviera fue de lugar salí de mi habitación cabizbajo logrando que las largas ondas de mi cabello cubrieran un poco mi rostro; la música me guío y las luces me mostraron que ya había llegado a mi destino. La decoración estaba estupenda incluyendo los olores de las múltiples comidas. Eso no capto mi atención por mucho tiempo, a unos cuantos metros de donde estaba parada miré a mi madre y a un grupo de brujas a su alrededor, todas elegantemente vestidas con la excepción de una que no parecía importarle en absoluto. No quería interrumpir ese momento así que acudiendo a una mesa cerca cogí una copa y bebí de su interior esperando que su madre se desocupara. @@Jessie Black Lestrange @@Mia Black Lestrange
  23. Buenas ^^ vine a dejar este registro por aquí. *¿Por qué quieres ser un Black?: Mi madre sanguínea es Jessie Black Lestrange, que es la novia de Otto así que el también es mi padre sanguíneo y pues vine a solicitarlo. *¿Por quién te gustaría ser adoptado?: Otto Black. *¿Te comprometes a respetar las pautas/reglas/condiciones que has leído en este tópico?: Claro. *¿A qué otra familia perteneces?: Triviani y Black Lestrange. *¿Cuál es tu Nick en harrylatino.com?: Nope. *Bóveda de Personaje: http://www.harrylatino.org/topic/108671-boveda-de-susan-v-goldstein/ *¿Será tu familia sanguínea o adoptiva? : Sanguínea.
  24. Enganche mis brazos al cuerpo de mi madre en el momento en que corrió a mi, esto era algo que había esperado con tantas ansias y con muchos sentimientos encontrados me fije en que seguía siendo la hermosa mujer de hace diez años atrás. La felicidad se hinca en mi pecho aun después de que la suelto e indecisa la sigo a dentro de la mansión, no quería conocer a nuevas personas porque la persona con la que de verdad quería pasar el tiempo ya había vuelto a verla; pero aun así no puedo cuestionarla. En el salón se encontraban dos mujeres que parecían tener una charla amena hasta que fue interrumpida en el momento en que llegamos. No tenia ni el menor conocimiento de esta familia ya que la sobre protección de mi madre aveces era descabellada, pero ahora me presenta una hermana y amiga a las que solo puedo sonreírles de cortesía. Apegada a mi madre escucho otra voz femenina al parecer fastidiada, dirigí mi vista hasta ella y descubrí que se refería a mi. Con disgusto pronuncio mi nombre y yo asentí en forma de respuesta, la situación se ponía cada vez más incomoda para mi haciendo que las ganas de largarme de ahí se hicieran más notorias... pero se lo debía a mi madre. No podía irme de forma tan descortés después de haber sido presentada y dejar de nuevo a mi madre no era una opción así que recia a mostrarme incomoda estaba apunto de aceptar la invitación de la joven pero de una forma dura alguien tomo de mi muñeca y me haló lejos de la sala sin siquiera darme la oportunidad de reaccionar para segundos después encontrar el rostro de Nox ardiendo de ira y riñendo palabras. La sorpresa era impoluta pero mi temperamento comenzó a descontrolarse por el acto de osadía que acabada de hacer así que con fuerza halé mi mano librándome de su agarre. — ¿Qué demonios te sucede? No sé por qué crees que tienes el derecho si quiera de tocarme. —Reñí— Y respondiendo tu pregunta ¿Viste la mujer a mi lado? Es mi madre y no sé quien seas tu aquí ni que poderío tengas pero jamás vuelvas a apartarme de ella o te corto la mano. Antes de que pudiera largarme con mi ira a flote mi madre apareció hablando una sarta de cosas impensables ¿Prima? ¿Sobrina de tu padre? Frunzo el ceño esperando que se ría y suelte que es un chiste pero a cambio lo que obtengo es una fiesta de bienvenida. Retraída aun por la noticia volteo a ver a Nox comprendiendo ahora su ira. Como cuestión de cadena la mujer que mi madre me presento como tía reprimió a Nox por su comportamiento y le dijo unas dulces palabras a la señorita, al parecer su hija, que con tanta ironía hablaba. Acabo de amenazar a Nox sin tener idea de que era mi primo y para colmo todos están planeando una fiesta de bienvenida cuando yo aun no salgo de mi aturdimiento. Miré a mi madre rogando con mis ojos que me sacara de esta situación pues algo de mi no soportaba tanta euforia. Mas sin embargo aun tenia que guardar los modales con los que tanto me había regido así que poniendo la felicidad de mi madre de por medio sonreí de forma fingida. — Creo que es una excelente idea madre. —Asentí— Agradezco la bienvenida de todos. ​Tal cual hice énfasis en la ultima palabra esperando mi arrebato de ira sea compensado, todo sea por no volver a apartarme de mamá. @@Jessie Black Lestrange @@Nox Black Lestrange @@Alegna Black @@Ashura Lestrange
  25. Buenas, solicito colocar como madre sanguínea a Jessie Black Lestrange y como madre adoptiva a Alyssa Black Triviani, ademas de agregar la bóveda de mi segunda Familia http://www.harrylatino.org/topic/78195-boveda-familia-black-lestrange/. También solicito el conocimiento de Encantamientos. Gracias ^^

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