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GoshI

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Todo lo publicado por GoshI

  1. No encontraba el registro de la familia y ya me estuve preocupando D: hasta que le di la opción "mostrar todo" y respiré *suspira del alivio* Cómo andan familia querida? *o* yo de vuelta en las andadas *se quita el polvo de encima* y quiero aprovechar para pedir un cambio sencillo en el árbol (ya venía con pretenciones xD). Resulta que históricamente tengo una hermana que se llama Alexia Black, usuaria inactiva hace años, pero que cada vez que pregunta por el foro y le digo que sigue sin estar en el árbol le da tristeza (a quién no le daría? Yo me moriría si no veo mi nombre acá ;O;). No sé por qué en su momento la han sacado, desconozco los motivos y la mano que lo ha hecho, pero si están aún en el árbol los antiguos patriarcas y la primera generación (porque el resto de los usuarios que la conformamos quedamos intactos) no estaría mal agregarla para que la historia de la familia quede completa. Vendría ser hija de Hop y hermana mía. Si quieren chequear en mi ficha de personaje la nombro. Es una pavada, pero que hace a la historia de la familia. Glenin la conoce de hecho *lo señala con dedito acusador* xD Solamente eso :B los veo para rolear en la Black *o* los quiero! Edit: Recién veo el mensaje de Matthew, no sé si aún estás interesado, si lo estás puedo adoptarte o/ serías hermano de Otto
  2. Iba en moto de camino a la Mansión Black Lestrange, atravesando los helados cielos de Ottery. A medida que me iba elevando la nevada era más fuerte y me impedía ver el camino con claridad. Llegó un momento en que las gafas empezaban a congelarse, por lo que decidí bajar a una altura prudencial a tan solo unos metros de las copas de la arboleda. Aparentemente la humedad de los vientos bajos me hizo una jugada en contra. La moto empezó a toser por todos lados, escupiendo nieve y escarcha de su caño de escape. La dirección del vehículo empezó a fallar y empezó a virar su rumbo hacia los bosques, perdiendo absolutamente el control. Me aferré fuerte al manubrio, apreté los dientes y vi frente a mis ojos pude ver en cámara lenta el inminente impacto con un enorme tronco de roble. Reaccioné a tiempo, saqué fuerza de vaya a saber dónde y le dí un giro de 90 grados al manubrio. La moto giró sobre su propio eje, en vertical y horizontal. Me solté y pegué un salto, cayendo a la par del vehículo pero a unos cuantos metros de distancia. En mi cabeza fantaseaba una caída victoriosa de Fortnite o Misión Imposible, pero la realidad era mucho más dolorosa. Al intentar levantarme sentí el crujido de mis articulaciones como si se quejaran de lo que les había hecho. Me había raspado brazos y piernas con las ramas caídas contra las que había impactado y debajo de los guantes mis manos se encontraban entumecidas. Miré a mi alrededor hasta encontrar la moto, destartalada, a varios metros de distancia. Me acerqué, la levanté con la poca fuerza que quedaba y empecé a caminar a la par mientras hacía uso de sus ruedas para poder hacerla avanzar. A lo lejos veía las facciones de una vieja mansión que me costaba reconocer, pero no me quedaba otra opción más que la de acercarme para pedir auxilio y un poco de calor de hoguera. Al llegar al camino de piedra pude notar a lo lejos lo que parecía ser una disputa entre dos magos. Varios hechizos de un lado, poca reacción del otro, ¿serían una pareja? Me acerqué un poco más y al notar que estaban por entrar a la mansión levanté el brazo para hacer señas y llamar su atención. - ¡¿Hola?! - Exclamé con tono dubitativo.- ¿Alguien me puede ayudar? Acabo de tener un accidente... Lamento... - Jadeaba.- Lamento interrumpir... Paré de avanzar. Solté la moto y la misma se cayó de costado, su ruido latoso espantó a varios pájaros de los árboles circundantes. Me incliné apoyando las manos sobre mis rodillas. - Iba de camino a la Mansión Black Lestrange pero... - Sacudí mi cabeza y extendí mi mano.- Mi nombre es Goshi Black. Cuando vi las manos ensangrentadas de la Yaxley retiré mi saludo y mis mejillas se impregnaron de vergüenza. Giré hacia el otro mago que allí se encontraba y levanté una ceja. - A tí creo que te conozco...
  3. Antes que quede perdido entre los tochos, para Pik y al que le sirva, yo envié la base de una propuesta a administración por PM y la recibieron bien, me dijeron que la iban a analizar. A su vez la compartí en el topic que abrió Jank. Por otro lado, coincido con lo que dice Zack: "estará bueno un grupo de personas que filtren todas las propuestas que se vayan haciendo y se trabaje para formar algo bueno, diferente". Sino será un CAOS. Besitos, chao, chao.
  4. Me pudrí. Y todos van a decir "OHHH guarda, se pudrió Goshi", pero me importa un comino lo que digan. Venía tratando de mantener la compostura y ponerle onda al asunto, pero no puedo quedarme con la bronca en el estómago después de las barbaridades que leo. Les voy a hablar desde la usuario que soy. Entre que todos ustedes están tirándose porquería de un lado y del otro, personas como yo entraron en su receso de vacaciones con ganas de rolear, de divertirse, de descargar un poco con la furia de la vida muggle cotidiana y liberarse. Y uno entra acá y en lugar de un lugar bello rodeado de arcoiris y magia encuentra más problemas que en el mundo real. No tiene sentido. Esto mismo es lo que generó que los bandos no funcionen y hoy día los hayan tenido que volar, las discordias, los insultos, las riñas sin sentido, en lugar de la colaboración para lograr un juego divertido. Las personas con cargos administrativos, de moderación, líderes de grupo terminan agobiándose de la cantidad de problemas que les trae su rol en el foro, en lugar de uno estar feliz con trabajar a gusto en un lugar que ama (porque vamos, si estamos acá discutiendo es porque el foro lo tenemos en un lugar especial). Y no es responsabilidad solamente de las personas con cargo, la CANTIDAD de problemas que les llevamos nosotros, los usuarios, no se dan una idea. Hay situaciones muy tóxicas que sobrepasan ampliamente el rol, entonces tengan un poquito de empatía con la persona que está ahí trabajando porque esto funcione, que no es fácil. Lo digo como ex moderadora, lo digo como jugadora de 14 años dentro del foro. Creo que es hora de dar un corte a tanta discusión sin sentido y empezar a proponer. Cuántos de todos los que están tirando mier** hicieron llegar alguna propuesta? No cuesta nada pensar en qué te gustaría que se realice como juego de rol de bandos y ponerlo en palabras. Muchos ni siquiera se pasaron a opinar sobre la lista de hechizos y sistema de duelos. Entonces no vengan a cuestionar si este problema no trasciende la nivelación, porque son hipócritas. Les están dando la oportunidad de tomar las riendas del juego y en lugar de aprovecharlo no paran de tirar y buscar roña. Vayan, propongan, dejen de hablar por hablar y actúen si de verdad quieren que el foro no muera.
  5. Los invitados iban llegando a la mansión, desfilando delante mío vestidos hermosos y trajes muy delicados. Me miré los pies. Las botas que llevaba aún traían tierra en sus puntas y la vestimenta que traía no era para nada adecuada a semejante evento. - De haber sabido con antelación... Voy a matar a mi hijo en cuanto vuelva de la luna de miel. Saqué la varita de mi bolsillo e hice un recorrido desde la punta de mi cabeza hasta señalar con su punta hacia el suelo. A medida que pasaba la punta de la varita por cada zona de mi cuerpo mi aspecto se iba transformando en un atuendo de gala sencillo pero acorde a la ocasión. Recogí mi pelo en un rodete con una hebilla de rubíes que dejaba caer sobre la parte alta de mi espalda descubierta unas cintas bordeaux en forma de tirabuzón. El vestido que había reemplazado mi ropa de todos los días era del mismo color de las cintas. Tenía un escote en forma de corazón y contorneaba mi figura hasta llegar un poco por debajo de las rodillas. Me puse los zapatos más cómodos que tenía para cobrar un poco de altura sin perder la finura y guardé el resto de mis pertenencias, incluyendo la varita, en una pequeña mochila plateada que colgué de mis hombros cuyo aplique hacía juego con el tocado de mi pelo. Mis labios se pintaron de un rojo perlado, y unos aretes de plata se prendieron a mis orejas. No pude terminar de arreglar el maquillaje de mis ojos con la yema de mis dedos, que escuché la voz de Jock proveniente de las escaleras que se ubicaban en la otra punta de la sala. Sonreí de solo verlo y no pude evitar mirar de arriba hacia abajo para contemplar su atuendo. Al acercarse lo tomé de las manos para recibir su cálido saludo sobre mi mejilla y al apartarme lo miré a los ojos. - No me suelen gustar mucho las ceremonias y las formalidades, pero agradezco no haberme perdido la ocasión de verte así de elegante. Acepté su invitación a tomarlo del brazo y asentí entusiasmada al decidir acompañarlo a la ceremonia. - Montes Cárpatos... - Repetí, buscando en mi cabeza, sin éxito, algún recuerdo de mis viajes.- No conozco ese lugar, pero dime por favor que no nieva mucho por allí. Mis ojos verdes se depositaron en el portal que había mencionado Jocker. Gran parte de la familia ya estaba reunida a su alrededor, turnándose para cruzarlo. Algunos elfos asistían en las instrucciones para llegar al lugar de la ceremonia, mientras otros recibían a más invitados en el atrio. Luego de observar cómo varios magos traspasaban el portal, ya estaba a punto de llegar nuestro turno. Apreté suavemente el brazo del Black Lestrange para llamar su atención y lo miré de reojo. - Caballeros, primero. - Bromeé con un ligero temblor en mi voz de los nervios.
  6. Quiero agregar que para mi, OJO PARA MI, desde mi experiencia como jugadora y que estuve intermitente en varias etapas del foro con sus diferentes estructuras, el juego de bandos que había hasta hoy día era un Frankestein, que algunos lo disfrutaban, pero perdía la simpleza de rolear por pavadas como mirar con lupa a ver en qué se equivocó el otro para ganar. Yo no estoy de acuerdo en que el rol de bandos muera, de hecho para mí no murió. Sí que el rol de bandos actual no funcionaba, era pura discordia y disputa en lugar de colaborar para disfrutar. Creo que hay que pensar una nueva estructura, más colaborativa, más sencilla que nos resulte amigable a los nuevos, a los viejos y que sea justa para los nuevos bandos que surjan. Es una lástima que el trabajo de tantos años se pierda por falta de comunicación y colaboración de todos los responsables en juego, pero era una bomba de tiempo.
  7. Soy fan del lema de que todo pasa por algo, y por ende todas las decisiones se toman por algo. VAMOS, somos conscientes de la cantidad de conflictos que hemos tenido y no desde ahora sino de hace años por el rol de bandos cuando venimos a divertirnos a este foro. Me apena mucho que se termine un rol que definía la gran parte de la dinámica de Harrylatino, pero creo también que es una gran oportunidad para reconvertirnos sin los vicios y achaques que tenemos de las experiencias anteriores. Propongo rolear, darle al rol de bandos organizado un descanso, y darle rienda suelta a la imaginación como en los comienzos del foro. Cada uno se va a sentir mortífago, odefo, grindelwaldista o neutral a su manera, y de forma natural creo que los bandos se van a ir configurando de manera informal. Creo que es más conveniente organizarnos cuando veamos realmente de qué juego disfrutamos, no limitarnos desde el vamos porque vamos a llegar a la misma instancia en la que estamos ahora.
  8. Estacioné la moto en las afueras de la Mansión, como para no llamar demasiado la atención con el ruido del motor. La desmonté, estirando un poco las piernas luego del viaje y me sacudí la tierra acumulada del piloto que traía puesto. No había dado ni tres pasos que di cuenta de haberme olvidado completamente de quitarme el casquillo que llevaba en la cabeza. Parecía más un gorro de jockey que un casco, pero era mucho más elegante que cualquier otra cosa que vendieran en el mundo muggle. Al quitarme aquello de la cabeza, mis cabellos finos y azabaches se desplegaron relucientes hasta la altura de mis hombros. Dejé el casco atado a uno de los caños de la moto y pegué la vuelta nuevamente para adentrarme en los jardines de la mansión Black Lestrange. Era una casona bastante alejada del resto de los castillos. Los álamos que la rodeaban la hacían ver más esbelta que otras mansiones, al contrario de los pinos que eran árboles mucho más regordetes y chatos. Aún quedaban en el suelo bastantes hojas del otoño que chirriaban por debajo de mis botas al caminar. Llegué a la puerta y golpeé tres veces. Nunca sabía qué hacer durante la espera, generalmente dirigía la mirada hacia el suelo o me miraba las uñas contemplando lo mal pintadas que las llevaba. Al abrirse el enorme portón, miré por encima de mis anteojos negros al elfo que me recibía. - Buenas noches, vengo a ver a Jocker. (...): ¿De parte de quién? - Soy Goshi Black, una vieja amiga. - Me quité los lentes y los guardé en un bolsillo.- Si duda en bajar dígale que le traje un vino para compartir durante la ceremonia. Sonreí de lado. La criatura me dejó pasar al atrio. Allí sí tenía algo conque entretenerme. En la pared más cercana el enorme árbol familiar de los Black Lestrange. Familia legendaria, como los Black y los Malfoy, con años y años de historia y participación en cientos de batallas e hitos del mundo mágico. Al tope del árbol, el nombre de Jocker se alzaba como gran líder de la manada. Esa noche se casaba Otto con una Black Lestrange y se notaba en el barullo que llegaba de lejos los ánimos de preparación para la ceremonia. Entre familias podríamos decir que éramos algo así como primos, pero cada familia, tanto la Black como la Lestrange, era celosa de su propia historia y esos comentarios no se hacían nunca en voz alta. Mientras se conservara la pureza de la sangre, estaba todo más que permitido.
  9. Nick: GoshI ID: 13894 Conocimiento: Leyes Mágicas Nivel de Magia: 7 Link a la Bóveda:92152 Link a la Ficha:92096
  10. Hola a todos! Cómo están? Pasaba por acá y al ver mi perfil descubro que figuro como de la familia Malfoy, la modificación de eso está bien que la pida por acá? O la tengo que pedir a través de mi ficha? En la ficha está actualizado a familia Black: http://www.harrylatino.org/topic/92096-ficha-de-personaje-de-goshi/ Saludos y buen año a todos n.n - Edit: desapareció el link cuando le di enviar o.ó
  11. Castillo Black - Horas más tarde - No puedo creerlo... Warhol no llegó a leer las últimas líneas de la carta que traía en sus manos. que mi cabeza había empezado a dar vueltas y dejé de prestarle atención. Cualquier comunicado desde otro castillo no solía traer buenas noticias, por lo que siempre le pedía a mi elfo que las leyera en voz alta, incluso para prevenir que se tratara de alguna maldición. Esta vez era algo muy diferente. No era usual que familias de intereses opuestos se unieran en torno a una persona, pero Ishaya no era un hechicero común y corriente. Era un mago que muchos otros despreciaban, pero que muchos más adoraban. Generaba cualquier efecto en las personas excepto la indiferencia. Para mí había sido un ejemplar compañero en las épocas que estuve como reportera en el Profeta. Él había logrado todo lo que deseaba y a lo que yo aspiraba, lo cual me causaba una gran admiración; las mejores entrevistas, asistía a los mejores eventos, era un reportero de lo más reconocido y esto mismo le causó el ascenso a director cuando se produjo una vacante. Los rumores que llegaban a partir de su nombramiento, poco sorprendentes, mencionaban que El Profeta había vuelto a cobrar luz bajo su tutela, de modo figurado y hasta casi literal por su tendencia ideológica. Nunca se pudo comprobar si aquel muchacho tan vivaz pertenecía a la Orden o no, pero poco me importaba, para mi era un colega que contagiaba entusiasmo, el típico brillo que uno emana por los poros cuando hace lo que ama. - No sé qué hacer... Sacudí la cabeza y resoplé, apoyándome con las manos sobre el escritorio de la habitación. Warhol: ¿No de-d-debería ir señorita Black? L-l-la-la invitación la refiere... El elfo me extendió su corto brazo con la carta entre sus dedos. La tomé y la leí en silencio. Ver escrito allí su nombre me estrujaba la garganta de la angustia. - Búscame el tapado negro, aunque sea me acercaré a saludar a la familia. - Doblé la carta en cuatro y la guardé en el bolsillo de mi pantalón. Mis ojos se perdieron a través de la ventana, como si buscara una estrella en aquel cielo despejado. - Él lo merece. Mansión Potter Black No pisaba aquel castillo hacía años, y lamentaba volver a hacerlo en una situación tan triste y desoladora. La entrada al castillo estaba rodeada de carruajes de los invitados recién llegados, algunos rostros me resultaban muy familiares. Otros carruajes se iban. Las personas se comportan de forma muy extraña en los velatorios y yo no era ajena a esa regla. Me quedé ahí parada, a mitad de camino hacia la entrada al salón de la mansión, sintiendo la brisa correr por mi rostro como una caricia al alma. No pude evitar sonreír al pensar en todas las veces que el Triviani me había hecho reír a carcajadas por culpa de sus ocurrencias. Parecía como si aquella brisa hubiese traído consigo esos recuerdos. Parecía como si la brisa fuera él mismo diciéndonos "no estén tristes, estoy bien".
  12. Tomar la varita entre sus dedos, luego de tantos años de no encender siquiera un farol, no era para nada sencillo. Sentía como si sus huesos estuvieran oxidados, como si las articulaciones de su mano, desde la falange más pequeña hasta el doblez de la muñeca, chirriaran en cada movimiento que sus dedos ejercían. Sin embargo, ver danzar la punta de la varita mientras el polvo se iba quitando de los muebles era sumamente relajante. Nunca había meses que no fueran difíciles para la ya no tan joven Goshi. Los años no hacían más que intensificar los problemas, pero no por la naturaleza de los problemas sino porque su paciencia no era la misma que hacía años atrás. La buena noticia era que Federico había desaparecido y el castillo había vuelto a ser un lugar seguro donde refugiarse y descansar. La cabellera negra de la Black empezaba a presentar algunos hilos grises que daban nota de su experiencia. Su hijo Otto ya era todo un adulto y estaba a cargo de la familia. Su hijo tenía otros hijos, o al menos una hija que ella pudiera recordar. Pensar en la palabra nietos la envejecía miles de veces más que si pudiera reflejarse en un espejo, estaba acostumbrada a ser la joven rebelde de la familia y recordaba con añoranza las aventuras que tenía con sus primos y algún que otro "amigo" que trajera a compartir los terrenos del castillo. - Creo que es suficiente... - dijo mirando a su alrededor con una sonrisa de aprobación. Guardó la varita en el bolsillo de su pantalón e hizo algunos movimientos para aflojar la muñeca. Tomó un atado de cigarros que había dejado sobre el escritorio y abrió la ventana. Si de algo no se olvidaba era de la forma de escabullirse de allí sin ser vista. Trepó a la rama más cercana de su árbol favorito, plantado justo enfrente de la ventana de su habitación, y descendió con cuidado hasta tocar el suelo con sus pies. Encendió un cigarro, se lo llevó a la boca para darle la primera pitada y luego de largar el humo empezó a caminar por el pasto sin rumbo fijo. El cielo estaba despejado, las estrellas iluminaban el predio con una luz tenue y la luna se escondía detrás de las copas de los árboles. El tarareo de una canción empezó a escaparse de entre sus dientes. Una pitada más. Hacía tiempo que no sentía tanta paz como en ese momento.
  13. - ¿Acaso no tienes nada que hacer? - Preguntó la Black con aires de desánimo mientras observaba a Federico caminar de un extremo al otro del cuarto con una sonrisa radiante, tan brillante que molestaba a la vista. El italiano se rascó la barbilla y, sin despegar la mirada de los ojos verdes de Goshi, respondió en seco: - No, sinceramente. Alzó los hombros. Goshi frunció el entrecejo y se despegó del rincón de la habitación para acercarse apenas unos pasos hacia Federico. - Sabes muy bien que el secreto de la vida eterna es que puedes postergar lo que quieras. - Se acercó al escritorio, tomó de allí una pluma lánguida de cerdas carmesí y empezó a jugar con ella entre sus dedos.- Y en este momento quiero postergar mis responsabilidades para verte y preguntarte qué tal te ha ido todo este tiempo. - No te importa. - La Black cerró sus puños. - Que si me importa, sino ¿crees que hubiese vuelto? - Estalló en risa.- Tengo quince vidas diferentes alrededor del mundo, no tendría necesidad, sin embargo aquí estoy. Luego de aguantar lo más que pudo, Goshi apartó su mirada de la del DiGiorno y metió la mano derecha en el bolsillo de su pantalón. Una cama matrimonial lo separaba de aquel hombre que tanto mal le había hecho en el pasado, sin embargo se volvía a sentir amenazada como tantas otras veces. Respiró hondo varias veces. Sentía la tensión de la mirada fija de Federico en su cuello. Cerró los ojos para cobrar valor y alzó la mirada nuevamente ya con la varita entre sus dedos. - Si tanto quieres saber, te cuento que estoy bien. Espero que te alegre la noticia. - Forzó una media sonrisa, mientras que al vampiro se le borró la suya de sus labios. - Ahora si me permites, tengo mucho que hacer. Me retiraré de este cuarto y en cuanto vuelva no quiero verte. - Lo respeto. - Respondió Federico con afilada ironía en su tono de voz. - Adiós. Goshi rodeó la cama hasta llegar a la puerta de la habitación, ya dándole la espalda. Salió del cuarto y en cuanto cruzó la puerta apuntó con su varita a la cerradura para asegurarse que aquel fantasma no la siguiera. Guardó la vara en su bolsillo y exhaló un suspiro apoyando la espalda contra el marco de la puerta. Se sentía cada vez más una extraña en su propia casa.
  14. -¡Vaya, qué recibimiento! Como por acto reflejo escondí la botella detrás de mi espalda al escuchar una nueva voz que se sumaba al encuentro, aún sabiendo que era demasiado tarde. Una botella de vino no se escondía fácilmente y mi mirada delataba a distancia que intentaba ocultar algo. - ¡May querida! -Exclamé al verla y recibir su abrazo. Traje la botella hacia adelante y sonreí.- Llegaste justo para abrir esta preciosura. Me giré hacia Aleera. - Pon a May al tanto de lo que ocurre, que seguro lo tienes más claro que yo. Mientras iré a buscar un par de copas a la cocina. Dejé la botella en manos de la Malfoy y me volví hacia la cocina con paso apresurado. Busqué primero en la alacena por encima de la mesada, y no encontré más que polvo y algunos platos rotos. Continué estantes por debajo, luego fui a por unos armarios que se encontraban en la otra esquina de la cocina. Cuando giré hacia la ventana me pareció ver una sombra escurrirse al mismo tiempo que un rayo rajó el cielo en dos partes. La mansión se había iluminado por completo, más yo me había detenido en aquella sombra. Fruncí el entrecejo y llevé mi mano al bolsillo donde guardaba la varita. Me acerqué despacio hacia la ventana intentando no pestañear, olfateando a mi alrededor cual sabueso. No llegué a la ventana que al costado de un mueble vi las copas que estaba buscando. Guardé la varita nuevamente y me volví hacia la sala donde se encontraban las dos Malfoy conversando. Mostré las copas entusiasmada y con el dedo índice les indiqué que se acercaran como para contarles un secreto. - Creo que hay alguien merodeando afuera, estoy segura de haber visto una sombra en la ventana y no era tan grande como el cancerbero. -Susurré y agregué al instante que vi sus rostros en alerta.- No nos alarmemos, pero estemos atentas. Repartí las copas y volví a sonreír como si nada pasara.
  15. - Vaya, de haber sabido que estabas en Londres te hubiese buscado para ir a tomar unas cervezas al menos. Me levanté y armé una pila con los platos que se habían acumulado sobre la mesa, incluyendo el mío. Fui detrás de Aleera a realizar el mismo procedimiento para limpiarlos y en cuestión de segundos quedó todo impecable. Cuando la Malfoy se colocó a mi lado posé una mano sobre su espalda en gesto de cariño. Su invitación no hizo más que robarme una sonrisa cómplice. Con el mismo brazo la abracé por los hombros agradeciéndole como si su ocurrencia hubiese salvado mi vida entera. - Si. Un vino es lo que necesitamos, estoy completamente de acuerdo. - Me relamí los colmillos y la solté para empezar a buscar a mis alrededores.- Pero no creo que haya quedado alguno en la cocina... Mis manos se convirtieron en excavadoras de muebles. Iba uno tras otro abriendo puertas y compuertas, revolviendo cajones y entre los adornos que eran tapados por la tierra. Por momentos el polvo me hacía estornudar, pero todo valió la pena cuando en el lugar más recóndito de la sala encontré una botella oscura escondida tras unos libros a los que no di demasiada importancia. Me acerqué a Aleera con la botella, con un gesto de triunfo que parecía dejar a punto de explotar mis mejillas. - Mira... - Limpié con la manga de mi camisa la etiqueta, y de un color gris oscuro pude descubrir un logo plateado con fondo bordó medio amarillento. Señalé el pie de la etiqueta con mi dedo índice y la miré a los ojos completamente extasiada por mis gestos pero procurando hablar en voz baja.- Cosecha 1936, esto es una reliquia.
  16. Cuando Orión mencionó la palabra mágica, fideos, mi estómago rugió recordándome que no me mandaba un bocado hacía ya varias horas. Agradecí la invitación y me acerqué a la mesa, colocándome frente a uno de los platos que aún no tenían dueño. - Esto es un lujo al lado de los antros londinenses... con un par de sacudidas quedará impecable - Exclamé mientras sacudía el polvo de la silla en la que luego tomé asiento. Durante mis viajes había pasado noches enteras en lugares más escabrosos y arruinados que la mansión Yaxley. Esta al menos tenía muebles, y por el momento no había visto ningún roedor o insecto caminando por ahí. El polvo sinceramente no me molestaba. Me acomodé frente al plato. Tomé los cubiertos y empecé a engullir los fideos porción tras porción como si fuera el último día de mi vida. - Aleeurrra... - Hablé con la boca medio llena dirigiéndome a la Malfoy, intentando evocar su nombre con cierta torpeza y algunos fideos que escapaban de mis labios. Tragué cubriéndome la boca y sonreí avergonzada.- Puedo acompañarte en el primer turno, no suelo dormir a estas horas. Enrosqué algunos otros fideos en el tenedor y me los llevé a la boca, esta vez con delicadeza.
  17. Si mi fin había sido refugiarme de la lluvia en el Castillo Black, ya era demasiado tarde. Empapada de pies a cabeza encaraba mi camino hacia la Yaxley, tal como las instrucciones lo marcaban en la carta que "había rescatado" de la tormenta. No sabía hacia quién iba dirigida, ni hacia dónde se habría dirigido aquella lechuza. Esa carta había caído en mis manos como la lluvia del cielo y el destino de aquella criatura habría sido por demás incierto. ¿La carbonizó un relámpago? ¿Perdió estabilidad por la tormenta? ¿Fue atacada por una Black en búsqueda de explicaciones y enterrada en el bosque? Nadie nunca lo sabría. Yo ya desconfiaba hacía tiempo de las lechuzas, sobre todo las más antiguas del castillo que no servían ni para cazar ratones. ¿Qué hacía yo dirigiéndome a la Yaxley? Como dicen las malas lenguas, la curiosidad mata al gato y si había algo que compartía con la dueña de aquel cancerbero era un instinto felinamente ágil para meter mis narices en asuntos de otros. Era la primera vez que ingresaba a los terrenos de aquella mansión. De hecho, no recordaba haberla visto antes. Existen rincones del mundo mágico que desconozco por la falta de agallas. Alejarme de mi zona de confort me había causado mucho daño anteriormente y me acostumbré a no salir de los caminos que ya conocía para que eso no volviera ocurrir. De mi casa, al castillo, del castillo a mi casa, de casa al ministerio, y así. Me acerqué al enorme portón. Golpeé tres veces y esperé a ser atendida sintiendo las gotas frías caer desde la capucha del abrigo hacia mi nariz. El chirrido de la puerta me dio paso hacia la antesala, a la cual ingresé mostrando la carta como si fuera la tarjeta de invitación a una boda. - Buenas tardes... - Anuncié mi llegada quitándome la capucha y esbozando una amplia sonrisa recorrí con mi mirada la de los presentes hasta dar con la de Orión.- No sé si me correspondía, pido disculpas de antemano, pero encontré esta carta en el castillo. Me parecía mejor venir antes que dejarla en el suelo esperando a su supuesto dueño. Saqué la varita de mi bolsillo y con un firulete sequé mi ropa y quité el barro de las botas, luego saludé a los presentes con un gesto amable e inclinando la cabeza. Algunos no parecían estar muy cómodos con la situación por su rostro de flagelo. - ¿Qué ocurre y por qué están convocando a todos? -Me puse seria, esta vez mirando a Gatiux, a quien ya había reconocido en el castillo.- Exijo ayudar a resolver lo que sea si es algo que atenta a mi familia... -- Off: Perdón si no tiene mucha lógica mi intento arrebatado en sumarme a la historia jajajajaja
  18. Sostenía el puño cerrado, con fuerza, pero esta vez el anillo decoraba el anular de mi mano izquierda. Tenía una piedra brillante de color verdeazulada que cambiaba según el ángulo en que uno la mirase, la cual era abrazada por filamentos de plata que se fundían en el aro que rodeaba la falange. Desde que ese anillo cayó en mis manos había cobrado el vicio de acariciar su piedra con la punta de mis dedos, como si su roce activara cierta hormona que lograba relajarme. No era más que un placebo, eso lo sabía más que bien. En una realidad paralela yo era feliz. Cada vez que la piedra se tornaba azul me recordaba flotando entre nubes de algodón y terciopelo de la mano de la mejor compañía que hubiese descubierto en décadas. Y sonreía. Si. Esta Goshi amargada, dramática, iracunda y testaruda era capaz de sonreír con una sonrisa más grande que todos los alpes noruegos juntos, y no lo había descubierto hasta hacía apenas unos años. Miles de kilómetros de distancia me separaban de ese mundo utópico cada vez que regresaba a Ottery. Es que por más feliz que fuera había algo que siempre me hacía regresar, una duda, una intriga en el qué andarán, la nostalgia o añoranza en los viejos seres queridos. Y sabía que volver me dolería, y sabía que más dolor sería el volver a irme, pero la felicidad no quita lo cabeza dura. En una de mis últimas vueltas había descubierto mi segundo lugar favorito en Ottery, y allí me encontraba yo, en la cima de uno de sus árboles más altos a unos cuantos metros de los límites del terreno del Castillo. Tenía las ramas tan fuertes que soportaban mi peso hasta en los brotes más alejados del suelo, lo que me permitía obtener una vista panorámica hermosa de un paisaje soñado. En medio de ese paisaje, alta y esbelta se alzaba la mansión Black con sus decenas de lucecitas en las ventanas y sus torres imponentes afiladas hacia el cielo. Estar allí me daba cierta tranquilidad. Por las noches sacaba deducciones a partir de las luces encendidas. Las habitaciones con destellos eran las que se encontraban ocupadas. La mía, completamente a oscuras, me dejaba en claro que Warhol estaba haciendo muy bien su trabajo custodiando mis cosas. No llegaba a ver la puerta de entrada, ya que mi visión estaba orientada desde el ala Oeste, pero sí llegaba a ver desde allí las sombras en los ventanales que daban a la Sala Principal. Nunca había demasiado movimiento, lo cual denotaba una basta normalidad en lo que era el Castillo. Nunca fuimos muy buenos anfitriones. Llevaba ya un rato allí cuando el cielo empezó a gotear y una nube negra la cubrió por encima de mi cabeza. - Esto no se va a poner para nada agradable... Dije para mis adentros, poniéndome de pie sobre la rama que me sostenía para pegar un pequeño salto a la siguiente, bajando peldaño a peldaño. Cuando vi el suelo bajo mis pies, me aferré fuerte con ambas manos para quedar colgada de la última rama y me dejé caer, sintiendo las hojas secas crujir bajo mis talones. Terminé en cuclillas por efecto del salto y me hice una bolita justo antes de que una ráfaga atentara contra el bosque, arrastrando ramas y piedras pequeñas. Cuando el viento cesó, volví a levantarme y empecé a correr hacia la puerta del castillo. Si tenía suerte, llegaría justo antes de que la tempestad me dejara hecha un trapo mojado. Al llegar a las rejas que delimitaban el predio, vi a lo lejos el cancerbero de Gatiux, justo en la entrada del Castillo. Alcé una ceja, en una mezcla de sorpresa y desconfianza, y decidí trepar los barrotes. Cuando volví a tocar el suelo ya tenía mi varita en mano. La lluvia empezaba a ser más fuerte y dificultaba mi visión entre los árboles del terreno. Mis botas empezaban a embarrarse. Decidí agacharme y acercarme despacio en estado de alerta. Tenía un muy mal presentimiento acerca de lo que estaba pasando.
  19. Hay cosas que no cambian con el paso del tiempo. La luz de la luna entrando por la ventana, el olor a tierra mojada que se impregna en tu ropa al cruzar los jardines, la fina capa de tierra que cubre el escritorio. Se trata de pequeños detalles, esos detalles que convierten el espacio en algo más que espacio. Detalles que transforman un lugar en un hogar. Cada vez que pasaba de visita por casa revisaba con recelo que cada cosa estuviera en su lugar, tal como lo había dejado. Recuerdo que una vez, hacía ya un largo tiempo, mi piano, mi TAN amado piano con el que en tantos cumpleaños complacíamos a nuestras tías junto con mi hermana interpretando algunos clásicos, había sido corrido de la sala a la biblioteca. Ese día pegué el grito en el cielo. No recuerdo si era Fernando o Evarela quien estaba al frente de la familia, lo que sí recuerdo es que recibió mis quejas, o mejor dicho mis gritos, durante varias horas hasta que ordenaron a los elfos volver a poner todo como estaba. Si había algo que me definía, y aún me define, son los celos por mi lugar, mi espacio, mis amigos, mi familia y por sobretodo mis cosas. Esta vez todo parecía haberse quedado detenido en el tiempo. El piano seguía en la sala, mi cuarto no había sido ocupado por ningún extraño o nuevo en la familia y mi ropa seguía ordenada por color, emanando desde el armario un aroma a naftalina que daba náuseas. Sonreí al sentarme al borde de la cama, al mismo tiempo que un haz de polvo se levantaba del acolchado y quedaba suspendido en el aire. Estiré la mano hacia la mesita de luz y abrí el primer cajón. Una pila de papeles desordenados y mezclados con grajeas multisabores de vaya a saber qué año lo llenaban hasta el tope. Nadie parecía haber metido mano allí desde mi última visita. Quité el cajón con sumo cuidado, lo apoyé sobre la cama y me crucé de piernas frente al mismo sin importar si manchaba o no las sábanas con el barro de mis botas. Extraje de allí la pila de papeles y la coloqué a un lado, procurando que mantuvieran el mismo orden. Debajo de la misma apareció un tablero de ajedrez, que ocupaba todo el fondo del cajón. Llevé la mano derecha hacia el bolsillo de mi pantalón y saqué la varita. Acariciándola entre mis dedos la acerqué al tablero y toqué con la punta tres cuadrantes. - A4, D1, G7... Automáticamente, la cuadrícula empezó a correrse hacia los lados, cuadrado por cuadrado del tablero, dejando entrever un doble fondo completamente oscuro. Metí la mano allí dentro y empecé a revolver entre mis cosas hasta que mis dedos se cerraron alrededor del objeto que buscaba. Saqué la mano del cajón, volví a apuntar hacia allí con la varita y con un leve movimiento todas las piezas del tablero volvieron a su lugar. Sin abrir la mano guardé el objeto en mi bolsillo y en el otro la vara, para luego volver a poner los papeles en su lugar y el cajón ubicarlo en donde estaba. Caminé hacia la ventana. Abrí los postigos y me trepé al umbral. Eché una última mirada a mi cuarto y salté a la rama más cercana del árbol. No sabía cuándo iba a volver, pero estaba segura que esa visita no iba a ser la última.
  20. De momento a otro, esa charla ocasional entre parientes que se encontraban en el hall del castillo se había convertido en la escena dramática de un elfo lamentándose por su amo. Las brasas de la chimenea iluminaban su espalda, contorneando su deforme figura que gesticulaba poco y nada mientras recitaba aquel relato tanto al joven Crowley como a la Black. Goshi se mantenía expectante, prestando atención a cada una de las palabras, aunque no entendía mucho. El castillo parecía no haber pasado por los mejores momentos durante su ausencia. Y por cómo lo contaba Rhyfs parecía una pesadilla. Claudia desaparecida, Fokker desaparecido, Andrés sin noticia alguna y León... ¡su hermano León había caído en lo más parecido a un coma! Y ella del otro lado de la calle, en su antiguo castillo, encerrada en su propia miseria de la manera más egoísta. No sabía nada de nada, ni de nadie, hasta este mismo momento en que le caían todas las fichas juntas y se le llenaban los ojos de lágrimas. El elfo se frenó en su relato. Ella desvió la mirada. Sentía una enorme culpa y angustia que no podía esconder ni aunque quisiera. Se acercó a la chimenea. Ya no prestaba atención a la palabras de Rhyfs, mucho menos a las respuestas de su sobrino. Estaba sumergida en sus pensamientos. Las ideas más disparatadas se le venían a la cabeza: ¿Quedarse? ¿Irse? Por un lado quería escapar, por otro lado era capaz de arrastrarse hasta los pies de León pidiéndole disculpas. La dignidad era una carta que Goshi estaba dispuesta a quemar, pero no! Sabía muy bien que no debía hacer eso. Si había algo que había aprendido durante todos estos años era a valorarse más a si misma. La cabeza le dio un giro de 360 grados, y volvió a repensar las cosas mientras la criatura continuaba conversando con el joven León. Quizás con un pedido de disculpas bastaría. O quizás no. Sabía que la próxima vez que lo viera se convertiría en un salto al vacío, y esa próxima vez llegó tan pronta que no tuvo tiempo de practicar en el trampolín. - ¿León? Su reacción al escuchar su voz y verlo bajar por las escalinatas fue de pura sorpresa. Parecía una mortífaga de antaño con la mirada helada por el regreso de su amo Lord Voldemort. Las piernas se le aflojaron de los nervios y una sonrisa se le dibujó en el rostro. No tenía el mejor de los aspectos, pero al menos certificaba con su presencia que estaba vivo y dejaba la tragedia que contaba su elfo cientos de escalones más abajo. - Supongo que ya has terminado la cena, Rhyfs. - León... - Repitió Goshi manteniendo esa sonrisa y la mirada en su rostro. En cuanto escuchó su voz todos aquellos pensamientos anteriores se desvanecieron. Quería estar a su lado como en los viejos tiempos, y lo tenía allí nuevamente en frente suyo con ese semblante que tanto admiraba. Giró hacia la mujer que lo acompañaba y con una inclinación de cabeza le devolvió el saludo, para luego abrirles paso hacia los sillones.
  21. Sonrió ante la respuesta del Crowley y un leve tono rosado impregnó sus mejillas. -Lo siento, es que por la luz no llegué a ver del todo bien tu rostro. -Se levantó del asiento y se acercó a León para estrecharle la mano. Era una posición incómoda para el Crowley, pero Goshi no quería perder los modales.- Mi nombre es Goshi Black, Crowley de segundo apellido. Tu padre me ha acogido como su hermana así que serías algo así como mi... sobrino? La conversación se vio interrumpida por la aparición de una de las criaturas del castillo. Parecía algo alterado, lo cual hizo que la Black se pusiera en posición de alerta. Su hermano aún no bajaba de su habitación, y eso le parecía lo suficientemente extraño. - Oh, Rhyfs, eres tú. - Señorita GoshI, joven León Christopher exclamó el elfo acercándose a la chimenea, que alivio que sean ustedes y no unos vagos. ¿Cómo supieron que el amo León había despertado? cosas demoníacas, supongo. ¿Despertado? ¿Acaso era muy temprano? Cuando cayó en la cuenta en el real sentido de las palabras a la Black le dió un síncope y abrió los ojos de par en par. En cuestión de segundos Goshi pasó por todos los estados, preocupación, dolor, alegría, pero por sobretodo culpa e indignación consigo misma. No podía perdonarse cómo no se había enterado de semejante ¿incidente?, ni siquiera sabía qué había pasado realmente. Tuvo el impulso de salir corriendo escaleras arriba hasta encontrar a su hermano, pero algo en su cabeza le dijo que no, que no era momento. - Yo simplemente he vuelto de visita, ¿qué ocurre? Lo dijo en un tono tan bajo, que nadie en la sala la escuchó. Sus palabras habían sido pisadas por las de su sobrino, que parecía estar al tanto de la situación. - Rhyfs, de casualidad ¿tú sabes si mi padre tuvo problemas con un demonio llamado Dalkiel? Frunció las cejas y se cruzó de brazos para escuchar atenta la conversación entre León y la criatura. Dalkiel, Daniel, Drakiel o lo que sea. Lo único que le quedaba claro era que el demonio había estado en problemas, y esas no eran buenas noticias.
  22. La calma del silencio fue partida en dos como por un rayo por la entrada de un sujeto al castillo por la puerta principal. No pudo reconocerlo, aunque por sus ropas deportivas infirió que se trataba de uno de los miembros jóvenes de la familia. Lo siguió con la mirada. Se lo notaba cansado. Más que cansado agobiado, por lo que le abrió paso para que tomara lugar en uno de los sillones. - No te preocupes. -Le respondió la Black con gesto amable.- No molestas en absoluto, lo contrario. Tomó asiento en uno de los apoyabrazos del sofá que se encontraba enfrente, apoyando sus manos sobre sus piernas cruzadas. - Me aburre el silencio. Aunque es contradictorio, porque también me gusta estar sola. Aquello era verdad. Goshi pasaba más tiempo en su cuarto que en cualquier lugar donde hubiera gente. Sin embargo, hasta en esos momentos de soledad buscaba de qué manera ocupar el tiempo escuchando música o cualquier cosa que interrumpiera sus pensamientos. El silencio la abrumaba, su cabeza era incapaz de callarse ni un mísero segundo. Chasqueó la lengua y lo miró de reojo mientras se estiraba. Le dio intriga no reconocer su rostro. Estaba segura que la familia había crecido durante su ausencia, pero aquel muchacho no parecía ser muy nuevo en el castillo. - ¿Acaso eres hijo de Claudia o de León? Soltó una risita nerviosa y desvió la mirada hacia otro lado. - Lo siento, quizás tú si necesitas silencio o descansar y yo molesto dándote charla.
  23. Ingresó al castillo con las botas cubiertas hasta el tobillo con manchas de tierra seca. Había estado varias horas caminando por los bosques, saciando en soledad esa sed de sangre que había logrado controlar hace un tiempo. Lo que no podía dominar era la vergüenza. Cada vez que la sed le atacaba se sentía un animalito, un depredador con sus más profundos instintos sacados a la luz, y ella no quería verse ante la sociedad como tal. Ella quería mostrarse enteramente humana, como una bella y sencilla mujer. Sacó la varita de su bolsillo y con un leve toque en ambas suelas hizo desaparecer la mugre. Uno de los elfos más gruñones la observaba desde la otra punta de la sala. Acababa de limpiar el piso en aquella ala del castillo y no le agradaba en lo más mínimo que la Black lo estropeara nuevamente. La joven notó la mirada inquisidora, por lo que giró hacia la criatura levantando una ceja y señalándole las botas con una sonrisa en el rostro. - Impecable. - Dijo con sarcasmo.- No te puedes quejar. El elfo gruñó y desapareció entre las cortinas. Goshi soltó una carcajada y acto seguido colgó el piloto de viaje que llevaba bajo su brazo en uno de los percheros de la sala. Atravesó el living en línea recta, dejó el morral apoyado en uno de los asientos del sillón y se acercó a las brasas de la chimenea para calentar un poco sus manos. No hacía tanto frío, pero sus manos siempre estaban heladas. - ¿Warhol? Esta vez apareció a su lado con un chasquido el elfo que tantos dolores de cabeza y alegrías le había traído a la Black en los últimos años. Era una criatura que por momentos parecía la más inútil y despreciable de todos los elfos. Al mismo tiempo, su tartamudez no era apta para impacientes, pero Goshi en el fondo estaba muy agradecida con él por haberla ayudado en momentos cruciales de su existencia. - S-si-si-si Goshi, mi ama, ¿en q-q-que-que-qué puedo ayudarte? Goshi giró hacia el elfo y notó que había algo mal en él. Se alejó de las brasas y se agachó de frente a la mirada perpleja de la criatura. Con ambas manos acomodó el moño que llevaba en su cogote para que quedara derecho y volvió a ponerse de pie mirándolo fijo. - Lleva el saco y el morral a mi cuarto, y fíjate si encuentras a León o a Claudia en el castillo. -Suspiró.- Hace tiempo no los veo, seguro recibiré un regaño por no escribir. Warhol agachó la cabeza con una sonrisa en su deforme rostro, y desapareció junto con sus cosas. Goshi quedó solitaria en silencio en medio de la sala, tamborileando sus dedos sobre el respaldo del sillón. Estaba un poco nerviosa y a la vez ansiosa por reencontrarse con su segunda familia.
  24. GoshI

    Nueva cara de El Profeta

    Creo que el diseño nuevo coincide un poco más con la estética de un diario, pero comparado a los otros me parece aburrido. La falta de color no me motiva a leerlo, preferiría que al menos tuviera alguna imagen para que llame mi atención y me interese por la nota. Para hacer una nueva versión preferiría la etapa de transición a la nueva o una nueva versión de la más nueva un poco más llamativa. Aunque mi corazón va a seguir estando con la vieja versión por razones obvias xD
  25. Holaaaa, vengo a cambiar un par de cosas de mi ficha (sacar un banner, cambiar nombre, familia y algunos detalles de la historia, personalidad, apariencia y otros), ok "un par". Gracias y saludos! *le deja chocolates al mode que se pase* :B -- - FICHA DE PERSONAJE DE GOSHI BLACK- http://i1106.photobucket.com/albums/h374/Goshi91/DIBUJOGOSHI3_zps3eaa5ff8.png ___________________________________________________________ Datos Personales: Nombre del Personaje: Goshi Black (GoshI) Sexo: Femenino Edad: Joven, 27 años. Nacionalidad: Inglesa Familia(s): * Familia Black /sanguínea * Familia Crowley /adoptiva Padre(s) Sanguíneo: Hop Black Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: Poderes Mágicos: Rango Social: Unicornios de Oro. Bando: Mortífago. Rango dentro del Bando: Tempestad. Puntos de poder en objetos: 180 Cita Puntos de poder en criaturas: 10 Cita Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: - Artes Oscuras - Idiomas - Cuidado de Criaturas Mágicas Medallas: Runas Antiguas eliminado: 4000 puntos Adivinación eliminado: 4000 puntos Total Experiencia en medallas: 8000 puntos ___________________________________________________________ - Perfil del Personaje - Raza: Vampiro Vampiro desde: 5 años Mordido por: Carmen Prince, aunque apenas la recuerda, sólo le guarda rencor. Dieta: sangre de pequeños animales y humanos indefensos. Cualidades Especiales: Impulsiva, adquiere una fuerza y velocidad sobrenatural cuando huele sangre y no se controla Situación que causa el enojo/descontrol: Ver u oler sangre de cualquier tipo, sobretodo de licántropos. Estimula su instinto. Aspecto Físico Caracterizador: Cabello negro laceo por debajo de los hombros, contextura delgada, maquillaje corrido y ojos verdes que se transforman en color rojo cuando salta su instinto. ___________________________________________________________ - Aspecto Físico - Delgada, de estatura mediana, cabello negro y lacio por debajo de los hombros, ojos verdes profundos, mejillas voluptuosas que se remarcan al sonreír. Casi siempre se viste con ropa cómoda, sean jeans o pantalones con camisas. Ama el color negro, blanco y verde, que demarcan su estado de ánimo según el color que use. Es muy raro que use zapatos de taco o vestidos a menos que sea una ocasión muy elegante, dado que los detesta y los encuentra poco cómodos para caminar. De piel muy pálida, casi nunca es de arreglarse el maquillaje, por lo que casi siempre lleva en su piel el maquillaje corrido de los ojos, haciendo que su mirada se vuelva más intensa en contraste con el verde del iris. Al convertirse en vampiro sus ojos se le tornan de un color rojizo profundo en sus momentos de crisis. ___________________________________________________________ - Cualidades Psicológicas - Rebelde por naturaleza, le gusta la libertad, no le gusta que la mandoneen. Por otro lado es muy sensible y cobarde ante situaciones de conflicto. Su familia es lo más sagrado y su punto débil. El rencor y el miedo logran dominarla fácilmente cuando amenazan a su familia o lastiman su orgullo, que es lo que más intenta hacer respetar. El dolor siempre logra alejarla de sus amigos y sus seres queridos con mucha facilidad, a modo de evitar que estos conozcan su lado débil. Al no poder controlar sus instintos como vampiro, huele sangre y entra en un estado de lapsus en el cual hasta pierde la conciencia, olvidando quién es la persona que se encuentre frente a sí obligándose inconcientemente a atacarlo, aunque esta misma persona sea un ser querido o alguien inocente. Al otro día logra olvidar todo lo ocurrido luego de dormir, lo que le produce un estado de confusión constante, repleto de vacíos en su memoria. ___________________________________________________________ - Historia - Goshi es un personaje que ha tenido una historia de encuentros y desencuentros. Siempre ha sufrido por la ausencia de su padre desde muy jovencita, aunque bien supo seguir sus pasos en las ramas oscuras y sus capacidades cognitivas. Su fidelidad hacia el señor tenebroso hizo que fuera aceptada junto a su legendaria hermana Alexia en la Marca Tenebrosa como mortìfaga, siendo desterrada por ausencia extendida luego de unos años a su servicio debido a su exilio, explicado líneas debajo. Logró completar correctamente sus estudios en Hogwarts a tiempo, con muy buenas calificaciones sobre todo en artes oscuras, a pesar de los traspieses sufridos por las travesuras de su hermana apoyàndose siempre en su primo Fernando, fiel compañero de aventuras desde que eran muy pequeños. La ausencia de su padre Hop hizo que se apegara mucho a su hermana y a quien ocuparía luego su lugar, Lord Mike. Su pasión por el nombre de su familia y su hermana la expusieron a muchos peligros a lo largo de toda su vida por salvar a Alexia, lo que la convirtió años más tarde en una mujer fuerte y fría por fuera, aunque sus debilidades siempre salen a la luz en situaciones extremas. Tuvo que abandonar su hogar para no poner en peligro a su familia. La traición de alguien muy querido suyo hacia la Marca Tenebrosa la hizo escapar del mundo mágico para poder recomponer las cosas, e intentar no exponer a más de sus seres queridos a un peligro mortal. Así cambió su nombre para tratar de esconderse lo más posible de los peligros y emprendió un viaje alrededor del mundo para aclarar la cabeza, aunque no lo logró. La nostalgia le hizo romper esa promesa de no volver nunca más, emprendiendo su regreso luego de cuatro años a su ciudad natal, pensando que pasado tanto tiempo podría por lo menos pasar a visitar a su familia. Al volver a Ottery, encontrando su hogar muy cambiado, Orión la recogió a su nombre para ocupar ese lugar de padre que ella siempre anhela por encontrar en alguien. Nada es lo mismo desde su exilio, las cosas han cambiado mucho desde entonces y personalmente no encuentra en ningún lado, ni siquiera en su propia casa, aquello que alguna vez logró llamar hogar. En los tres años anteriores a su regreso al Castillo Black, su persecución a través de diferentes países fue atroz gracias a las injurias de su hermana y a su mala suerte tratando de protegerla. El último encuentro que tuvo dejó en ella una grave herida, que la marcó para la eternidad. Fue secuestrada por un vampiro italiano con la intención de matarla a causa de su buena relación con Alexia. Los múltiples intentos de escape y la resistencia de Goshi hicieron que su cuerpo sufriera heridas múltiples durante su captura, pero algo hizo que el secuestrador se compadeciera de ella y la arrojara a los terrenos del Castillo casi al borde de la muerte. Allí conoció a una joven muchacha que rondaba por allí, cuando fue arrojada en la puerta de su mansión en plena agonía. Su deseo de seguir viviendo fue cumplido gracias a un par de dientes que, clavándose en su cuello la llevaron junto a ella hacia una condena sin fin. Fue aceptada nuevamente en la Marca Tenebrosa, luego de mostrar fidelidad absoluta mediante sus acciones. Las incontables muertes por dentro la hacían sentir un poco avergonzada, pero su piel ya estaba manchada de sangre por solo el hecho de sobrevivir. De a poco adoptar esta doctrina se le fue haciendo cada vez más fácil. La venganza es un chocolate que la tienta de vez en cuando, la lujuria lo que la aleja de las penas por un rato. El alcohol y el cigarro se volvieron sus nuevos vicios, pa'olvidar aquellas penas. Los vacíos en su mente se fueron volviendo de a poco en misterios por descubrir que entramaban aventuras y lugares nuevos por explorar. Goshi se convirtió en los últimos años en una mujer fuerte, en búsqueda de la verdad, pasando por la familia Crowley, la familia Rowle, hasta encontrar alojo incluso en el tan detestable para ella Castillo Malfoy con el fin de encontrar algunas respuestas de boca de su archienemiga Mistify Malfoy. Ya frustrada de tantas preguntas y pocas respuestas, decidió volver al castillo que tanto extrañaba, dejado atrás el pasado que tanto la atormentó durante años y apostando por un nuevo comienzo. ___________________________________________________________ - Pertenencias - Objeto Magico Legendario: -- Objetos Magicos: Objeto: Varita mágica Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Cámara de Fotos Mágica Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Vuelapluma Clasificación: A Puntos de poder: 10 Objeto: Ajedrez Mágico Clasificación: A Puntos de poder: 10 Objeto: Puertas Mágicas Clasificación: AAA Puntos de poder: 40 Objeto: Moto Voladora Clasificación: AAAA Puntos de poder: 80 Mascotas y Criaturas: Criatura 1: Gato Clasificación: X Puntos de poder: 10 Su gato se llama Dimitri, en honor al personaje de la película Anastasia. Es un gato muy independiente y coqueto pero a la vez muy cariñoso sobretodo con su ama Goshi. Su pelaje es color negro y sus ojos amarillentos un poco tirando al color verde. (ver Personaje Secundario) Criaturas en la Reserva: Criatura 1: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Elfos: Nombre del elfo: Warhol Es tartamudo debido a que desde muy chiquito fue torturado por sus antiguos amos volviéndolo un ser temeroso que ante situaciones de estrés le cuesta hablar. Lleva un moño rojo en su cuello que le oculta una profunda cicatriz de la piel. Es el único que conoce cada secreto que guarda la Malfoy. ___________________________________________________________ - Otros Datos - - Todos los años que vivió en el Castillo Black, sólo aprendió una cosa: Los Malfoy son seres detestables. Lo corroboró los pocos meses que vivió bajo su mismo techo. - Su patronus es un cuervo negro. - Su varita es de madera de sicomoro con núcleo de pluma de fénix de 12 ½ pulgadas y ligeramente flexible. - Durante su exilio, antes de ser desterrada de la Marca Tenebrosa, ella misma tomó un cuchillo con el que provocó una enorme cicatriz a lo largo de todo su antebrazo, por desesperación por ocultar la Marca que debajo de ella luego de unos días desapareció. Por esto puede ser condenada, y lo es, por alta traición, aunque dentro de sí ella sabe muy bien que le sigue siendo fiel al Señor Tenebroso. - El piano y el chocolate son sus dos pasiones. De chica siempre tocaba el piano junto a su hermana, Alexia. - En cuanto a su alimentación prefiere hacerlo a escondidas debido a la vergüenza y el rencor que aún conserva en relación a su conversora. Personajes Secundarios: Federico di Giorno - Licencias, Tasas, Registros - Licencia de Aparición: -- Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: -- -- Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: -- - Links de Interés Referentes al Personaje - Link al Perfil de Comprador del MM: 190 Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 92152 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Black. Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Crowley

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