Cillian Haughton

— Yo no pagaré nada... —Observó el Ryddleturn—. No querrás que la bóveda de tu querido padre se quede en ceros, estoy seguro de que han estado organizando una gran boda que saldrá mucho más cara que la mía. Y verás, mi boda no fue para nada barata. Esa vampíra con la que estoy casado tiene gustos demasiado caros.

 

Terminó y se dedicó a escuchar las palabras de su sobrina. Aún recordaba todo aquel problema que había nacido de su visita al SAW y ahora con el tiempo había logrado comprender que aquello no había sido más que una niñeria, una niñeria que sin duda tuvó un precio un tanto raro. Se mantuvó en silencio durante un par de minutos hasta que escuchó la pregunta de Sira.

 

— No, no podemos irnos todavía, Sira. —Respondió—. Kutsy sigue dentro de su mente y aún no terminamos con sus trámites, y pues tampoco es que sea buena idea ir cargando con ella por las calles de londres, ¿No?

Lo entendía, lo entendía completamente pero no podía apartar de su pensamiento todas esas cosas raras que su cerebro no dejaba de pensar. Temía que el Cartair cumpliera sus palabras pero no le apetecía darle la cara, no después de escuchar todo aquello que acaba de confesarle. ¿Tantos problemas le había causado? Y sólo él era el culpable, el había ingeniado todo ese engaño de Seres siendo Cillian.

 

Las lágrimas comenzaron correr un poco más rápido, no quería llorar pero no podía evitarlo. Había hecho tanto mal y ahora de alguna extraña forma todo se le estaba devolviendo; primero la separación de Keira, después todo aquel alboroto en la boda y ahora esto, el saber que había estado jugando con los sentimientos de la persona que más amaba. ¿Por qué hacia todo aquello? Por que no podía ser de otra forma, pero no podía explicarlo, sí lo hacia Louis se encargaría de hacelro pagar.

 

Llevó uno de sus brazos hasta sus ojos para enjugar un poco sus lágrimas y después, tomando un poco de valor, dio la cara al Cartairs. El también quería golpear algo, quería gritar y lanzarle a los brazos del chico pero tenía que resistirse, tenía que hacerlo por que sabía que no podía dar respuesta a una de sus preguntas. Dio un paso hacia atrás, quería estar alejado de él.

 

— No puedo decirte por que me casé con Juliene, pondría demasiadas cosas en juego —comenzó mientrás trataba de regular su respiración alterada por el llanto—. Pero sabes que ella no es nada para mí, lo sabes por que te he confesado una y otra vez que la odio, y que no ocupa ni una sola parte de mi corazón. Es sólo que, es importante... Tenía que casarme con ella, si no lo entiendo yo no creo que pueda siquiera explicarlo aunque pudiera.

 

Negó y después volvió pasar la manga de su brazo por sus ojos, las lágrimas no querían dejar de brotar.

 

— Y lo otro, lo otro es simple. Carlos, te amo desde el primer momento en que te cruzaste en mi camino y eso, eso es algo que no puedo evitar. Por eso los besos, por eso el coqueteo, por eso.... —Calló y comenzó a llorar de verdad.

— Y yo odio hacerlo —comentó como no queriendo hacerlo—, pero ya veremos que surge de todo esto. Total, ¿Para eso estamos aquí no? Yo no estoy seguro de poder seguir tu ritmo en el baile así como tampoco estoy seguro de que tu puedas seguirme el juego en esto de ser amantes.

 

Duda, tenía que plantear la duda antes de avanzar. No podía aventarse sin más, ya había dado tantos primeros pasos y había ido tan allá en ellos que ahora quería hacerlo "despacio", aunque su definición de esa palabra no era ciertamente la correcta. Sintió el tacto de la manos del Cartairs sobre su rostro y sin pensarlo retiro las suyas del rostro del blondo; quería escuchar lo que tenía para decirle pero temía de cada una de sus palabras.

 

Si lo pateaba, le dolería demasiado. De verdad que lo haría, por que Carlos era su primer amor verdadero; ningún otro. Federico, Pik, Deiwan, todos ellos era sólo aventuras que habían sido divertidas en su momento pero no fueron más que eso, un momento de diversión.

 

— ¿Qué quieres decir con eso? —Cuestionó.

 

¿Su vieja imagen? Sí, a él también le gustaba más pero ya no era más esa persona por lo menos no de manera fisica y tampoco psicologicamente pero aquello era casi imperceptible. Se apartó un par de pasos y dio media vuelta, no quería que Carlos notara sus lágrimas. Aquel chico ***ía completamente el potencial de sus emociones, y podía pasar de una a otra sin apenas pensarlo.

— Sain, Sain, Sain —aquel chico/chica no hacia más que sonreir al Ryddleturn—, venga que no hablamos de hacer trámites de boda aquí mismo. Esos tienes que hacerlos en el SAW, y creeme son trámites un poco fastidiosos pero al final valen la pena. Y no, no estamos comprometidos. Lastimosamente yo ya estoy casado —informó.

 

Aún recordaba el día de su boda como si hubiera sido ayer, todo ese desastre. Había sido sin duda un día agradable, bastante drama y sin duda aquello era lo que movía el día a día en su vida. Se retiró un poco del grupo y trató de hacer volver en sí a @Kutsy, ¿Qué le pasaba a su hermana que no contestaba? Podría decirse que el que algunas personas se encerraran en su mundo era algo normal, pero Kutsy ya tenía demasiado tiempo en el suyo. Trató de devolverla con un abrazo, así que duro un par de segundos abrazado a ella.

 

— Venga, Kuts... Tenemos hambre —apremió.

— En el sentido que más te convenga... —Mumuró el Ryddleturn mientrás se recargaba en una de las bardas de la azotea—. Yo por mi parte lo tomaré en el sentido de que eres lo más importante en mi vida.

 

Y lo era, de una u otra forma, lo era. Un débil color rojo invadió sus mejillas, lo supó gracias a la extraña sensación de calor en el rostro, y agradeció haber elegido un lugar que lo ocultaba en la oscuridad ya que así el Cartair no podría notarlo. Esperó hasta que estuvo casi seguro de que el rubor había desparecido y se acercó una vez más al chico. ¿Por qué estaba tan interesado en él? ¿Qué tenia aquel chico que no tuviera cualquier otro en Londres? No lo sabía y quizá nunca lo descubriría, pero tampoco era que importara.

 

— ¿Quieres bailar? —Inqiruió.

 

Al parecer alguna otra fiesta se celebraba en alguna de las azoteas de los otros edificios, ya que una música relajada llegaba hasta sus oídos, una música que no había notado antes pero que ahora podía escuchar con claridad. Levantó una de sus manos y acarició el casi perfecto rostro de Carlos; daría todo lo que tenía por besarlo en aquel momento pero se contuvo, no quería espantarlo, no todavía.

 

— Entonces, ¿Cómo tomarás tú lo de ser "amantes"? —Cuestionó.

— Vale, vale, Sira —soltó con una sonrisa—. Entonces todo está en orden y no queda más que aprobar el cambio que nos has solicitado.

 

Aprobado el cambio de residencia de un de Elfo Doméstico a nombre de Sira Granger

Aprobado el cambio de residencia de Sira Granger como Demonio

 

Selló los dos nuevos pergaminos y los depositó sobre el escritorio de Emmet, junto al registro de un elfo de Kutsy, ya únicamente faltaba que su hermana volviera de su letargo y respondiera a sus preguntas o, en su defecto, entregará el formulario ya corregido. Dedicó una sonrisa a Sira y después volvió a hablar.

 

— Aún queda un trámite por terminar con Kutsy y en cuanto terminemos con ello podemos salir todos juntos a comer, ¿Vale?

 

La boda, los días volaban y ese día estaba cada vez más cerca.

 

— ¿Va? ¿Qué tengo que correr con los gastos? —Inquirió en tono de broma— Aún no se realizan los trámites del pago de mi boda y ahora mi pobre bóveda tendrá que sufrir un desfalco más, dolor, dolor.

— No hay ningún problema en que te unas a nosotros —comentó a Sain con una sonrisa y después, dirigiendose a Nats, agregó— ¿Doyles? He estado un par de veces por ahí, creo. Suena bien, y creo que podemos divertirnos un rato en el callejón antes de salir a los trabajos de campo. Tu chocolate puede llegar ahí, si gustas.

 

Una salida conjunta parecía una idea estupenda, las cuatro personas a su alrededor le agradaban verdaderamente y no le molestaba de ninguna manera la idea de pasar un rato agradable con ellos.Aun conservaba su sonrisa en el rostro cuando escuchó a su sobrina volver a hablar.

 

— Doyles, al parecer tendremos comida gratis... —Soltó en tono de broma—. Pero por ahora, demos un vistazo a esos formularios.

 

Tomó los dos formularios que su sobrina le había pasado, estaban correctos a su ver, pero una duda surgió en él. Solo debía aclarase esa duda y lo s trámites estarían terminados. El trabajo de esa mañana por fin habría llegado a su fin y el descanso por fin podría tomarse, pero eso, cuando Kutsy también terminara sus trámites.

 

— Sira, ¿No has cambiado nada más, verdad? ¿Sólo la residencia? —Inquirió.

Y entonces, su pesadilla. La sanadora se acerco hasta su armario y sacó las dos pequeñas pociones de mal sabor, no habría otro camino, el Ryddleturn tendría que tomarlas si quería irse en ese mismo momento del hospital. Las tomó entre sus manos y bebió los contenidos de cada una, El sabor volvió a causarle varias sensaciones, sensaciones que lo dotaban de vida pero también le dejaban un mal sabor de boca.

 

— Mi nombre es Cillian, y es una lástima no conocernos de antes... Pero algún día lo haremos. —Soltó justo después de terminar con la poción reponedora de sangre.

 

Unos minutos después el Mortífago había cambiado sus ropas de hospital y había agradecido sinceramente a Valkyria por sus servicios. La observó salir del box mientrás tenía su alta en manos, le dedicó una mirada más a la misma para confirmar que todo estuviera en correcto estado, y al hacerlo, se pusó en marcha. Un paso más por San Mungo, la misma historia de siempre, lo único bueno era que había conocido a una persona más.

El Ryddleturn nunca se había dado tiempo para visitar la Magic Mall, siempre había evitado lugares como aquellos por que no entendía del todo su funcionamiento, pero aquella tarde no estaba ahí para realizar una compra en sí. No del todo, claro, pero al final del día estaba seguro de que compraría una o dos cosas, o quizá más. La verdadera razón por la que estaba en aquel lugar era por que se había enterado de que su antiguo Jefe de Casa trabajaba ahí; Hank, aquel por el que sintió una especie de atracción durante su tiempo de Academia pero al que ahora simplemente le apetecía molestar.

 

— ¿Vacío? —Susurró al entrar.

 

A su alrededor sólo podía esuchar un silencio que se expandía através de los pasillos con aquellas viejas y cuidadas estanterías. Era algo inusual que la madera bajo sus pies no crujiera a cada paso que daba, pero seguro se trababa de algún encantamiento o simplemente un muy buen mantenimiento. ¿Qué podría comprar? No tenía ni idea, las estanterías estaban a rebosar de productos y la vista del Mortífago iba de un lado a otro. No se percato del cómo, pero en unos cuantos minutos estaba frente a lo que parecía una recepción, pero tampoco nadie estaba ahí; solamente una vieja caja registradora y un gran libro que llamó su antención.

 

— ¡Buenas tardes! —Soltó con voz grave, esperando ser escuchado.

Los minutos habían pasado sin que el Ryddleturn se diera cuenta de todo lo que sucedía a su alrededor, poco había logrado escuchar. Las preguntas de Kutsy daban vueltas en su mente y tenía respuestas para ellas, pero no sabía exactamente como expresarlas. Lanzo un ligero bufido apenas perceptible y unos segundos después estaba de vuelta.

 

— Bueno, que sí, eso sin duda es un don —respondió. Aquel trámite le estaba ayudando a aprender un poco más sobre su hermana, cosas de que otra forma hubiera tardado bastante tiempo en descubrir—. ¿Te parece sí vuelves a rellenar el formulario y damos por terminado el trámite? Después iremos por algo de comer, pero... No, primero trato con Sira, y después vamos los tres. Pero algo rápido que después vuelvo al trabajo de nuevo —tiró la idea a su hermana como si ya diera por hecho de que podía disponer del tiempo de ambas chicas.

 

Dejo de dirigirse a Kutsy para volver su atención a su sobrina y con una sonrisa en el rostro comenzó a hablarle.

 

— ¿Sí puedes venir a comer con nosotros, cierto? —Inquirió antes de comenzar y después comenzó a indagar—. ¿Qué planes tiene ahora mi linda hermana? Es una completa rara aunque bueno. Con lo del cambio del registro nosotros podemos ayudarte, ¿Te parece bien? ¿Conoces los formularios, cierto? —Tomó uno de cada uno del escritorio de Emmet y se los pasó.

Dolor, dolor, dolor. No existe mejor palabra para describir ese momento, en momento en el que dejas de estar muerto para regresear de nuevo al mundo de los vivos; ese mundo en el que la mayoria de las veces vas a sufrir y contadas veces vas a sentirte completamente féliz, pero que sabes que esos contados minutos valdrán la pena sin dudarlo. El líquido comenzaba a recorrer lentamente el interior del Ryddleturn y poco a poco iba surtiendo efecto, el primer sentido que recuperó el Mortífago fue el oído, ya que pudo escuchar perfectamente las palabras de quien le atendía, minutos después vinieron los demás.

 

— Supongo que soy uno de los buenos —repusó con un poco de esfuerzo—, ¿Te he visto antes?

 

Estaba seguro de que lo había hecho, pero no estaba seguro. Quizá en el callejón o por alguna calle de Ottery, o quizá solo quizá la hubiera visto en alguno de los oscuros lugares de la fortaleza. Pero en realidad aquello no importaba, importaba que había vuelto a la vida y que en pocos segundos estaría listo para volver a su vida diria. Dejo que en su rostro apareciera una sonrisa de agradecimiento y un momento después estaba hablando de nuevo.

 

— ¿Necesito tomar algo más? —Inquirió. La última vez había bebido dos brebajes de horrible sabor y espera no volver a pasar por eso.

La batalla había terminado y de alguna u otra manera el Ryddleturn había terminado muerto. La realidad era que el no tenía ya idea de lo que había pasado aquella noche, lo último que recordaba era aquella bonita bandera que había dejado en el techo de la mansión Delacour de ahí en más todo estaba borroso. Su cuerpo estaba rígido y no podía moverse ni un solo centímetro, pero extrañamente estaba conciente, y sabía a que se debía ya que no era la primera vez que se encontraba en esa situación; un ligero suspiro quedo atrapado en su cuerpo inerte.

 

"Pronto estaré de vuelta" pensó. Y una sonrisa se dibujó en su imaginación, quería estarlo, de verdad quería estar de vuelta.

 

Había recobrado sus ganas de volver a dar la cara al mundo, aquella noche le había brindado las ganas que le faltaban para llevarlo acabo. Y de alguna extraña manera también lo habíta dotado de ganas por algo que nunca antes le había apetecido de verdad. Le faltaba demasiado en ese tema, pero poco a poco aprendería y ya se conseguiría quien le ayudara en ello.

El Ryddleturn estaba completamente colocado por el rubio a su lado de eso no existía ni la menor duda. Menos aún en aquel momento que el chico logró despeinarse un poco y él sintió que se derretía poco a poco. Lo volvía loco y nada, ni nadie lo cambiaría nunca. Una sonrisa logró escaparse de sus labios, una sonrisa de satisfacción y alegría, al escuchar las palabras del Cartairs.

 

— Cillian —aclaró. Estaba casi seguro de que ese era un detalle que el chico debía saber; Seres no tenía los mismos gustos que él, más bien era él quien estaba locamente enamorado de aquella vampira a la que se había unido por el resto de la eternidad, aquella que tanta repulsión le causaba; cosas locas de la vida—, Seres tiene otros gustos.

 

Sí, era alguien deseado, lo sabía. Pero a él no le importaba más nadie más que Carlos. Lo había comprendido un par de días atrás en aquella noche en que se había reunido con Tom y no había logrado ir más allá de un beso. Tenía un dueño y lo sabía, y aunque fuera una meta casi inalcanzable, dada la situación de las cosas, no iba a descansar hasta que la otra parte creyera lo mismo.

 

— ¿Amantes? —Un pequeño ataque de risa y nerviosismo lo invadió y su conversación se vio interrumpida por un par de segundos—. No, yo no quiero un amante. Por lo menos no en ese sentido que le estás dando a la palabra…

 

Y no logró decir nada más, Sira apareció detrás de ellos interrumpiendo de alguna forma aquel —¿Agradable?— momento. Las preguntas se arremolinaron una por una en su conciencia y no sabía bien que responder a ellas. Una de sus manos fue a pasar dentro de uno de sus bolsillos mientras observaba el enfado de su sobrina, aquellas reglas lo habían metido en un problema y que Carlos apareciera ahí, sin pareja, había sido el detonante.

 

— Bueno, eso es para los alumnos querida… Si lo notas, ninguno de nosotros lo somos ya.

 

Optó por ello, esa era la única respuesta viable para el asunto y estaba por añadir algo más cuando Kritzai realizó acto de presencia; al parecer comenzaba a jugar un extraño juego con Sira y de momento no le apetecía quedarse ahí para ver como terminaba todo. De momento solo quería continuar con el tema “Cartairs” así que utilizando aquel momento en que su sobrina acudía de nuevo a la pista de baile, él tomo al blondo de la mano y lo llevo fuera del lugar.

 

Unos minutos más tardes estaban en la azotea del edificio, los colores habían vuelto justo después de salir de la habitación y el Ryddleturn no pudo más que enfrascarse en aquel color de cabello que tanto le gustaba de Carlos.

— Y lo bueno apenas comienza, Sira... Ya verás, ya verás —Comentó dando un vistazo a su alrededor. De primera mano no había notado la presencia de Abraxas y tampoco había reparado en el regalo que Rías había otorgado a su hija que era sin duda algo peculiar—. Yo es que no sé, tú regalo lo he dejado para después, espero que eso no te moleste.

 

Y aunque le molestara, la realidad era que tenía que esperar ya que él no lo había llevado consigo. No prestó más atención a lo que pasaba a su alrededor, conocía a un par de las personas que se paseaban por el lugar pero no le apetecía de momento mezclarse en sus conversaciones, ya lo haría en alguna otra ocasión y con verdaderas ganas de hacerlo. Enfrascado en sus pensamientos, tratando de buscar una explicación sobre Abraxas y su relación con la familia, no había sentido la presencia de Kritzai hasta el momento en que Sira volvió a dirigirse a él en una extraña manera.

 

— No hace falta que lo presentes... Sé perfectamente quien es y el daño que te hace, querida.

 

Una media sonrisa apareció en el rostro del joven mientrás escuchaba las conversaciones que se abrían paso a su alrededor. Notó como sus sobrina saludó a Anne y recordó con nostalgia los días que solía compartir con ella, la extrañaba de verdad y esperaba como un loco aquella noticia sobre el nacimiento de bebé; del cual se suponía sería padrino.

 

— Entonces, ¿Festejaran por su lado? —Cuestionó a los enamorados.

— ¿Cómo se consigue un elfo? —La pregunta descolocó un poco al Ryddleturn. Nunca antes se había parado a pensar en ello y estaba seguro de que su División debía encargarse de ello en algún sentido—. Pues bueno, la verdad es que no tengo ni idea sobre eso —trató de sonar un poco menos desconcertado y añadió—, soy de los que están en contra de la esclavitud de los elfos y nunca he tenido ni tendré uno, o quizá sí... No lo sé.

 

 

Terminó de hablar y regresó su atención a @ aún continuaba una respuesta para poder sellar el último formulario, solo unas cuantas palabras más y su hermana habría terminado con el trámite del todo. Emmet parecía haberse convertido en una estatua ya que nada de la actividad que estaban llevando ahí parecía inmutarlo, Kutsy no era la única con un comportamiento raro.

 

— Entonces, Kuts, ¿Añadiras o no algo más? —Insistió de forma educada con una sonrisa en el rostro.

 

Y fue justo en aquel momento que soltaba su pregunta que una voz familiar apareció en el lugar; Sira. ¿Acaso todos los Loveless se habían puesto de acuerdo para aparecer en el departamento? Aunque al final aquello era bueno, ya que así el lugar tendría un poco de actividad; actividad que en los últimos días estaba escaseando en el recinto.

 

— ¡Sira! —Soltó después del saludo de Sain— ¿Qué te trae por aquí?

¿Qué era lo que sucedía con su hermana? Normalmente Kutsy era una chica distraída pero en aquella ocasión no parecía ser solamente eso. Le entregó los pergaminos y la observó alejarse con ellos hasta que encontró un lugar donde poder rellenarlos. Lanzó un pequeño suspiro, estaba preocupado y esperaba que en realidad no pasara nada malo.

 

— ¿Han notado algo raro en mi hermana? —Inquirió a los demás, quería estar seguro de que no era el único que había notado aquel comportamiento tan poco ordinario en ella.

 

Era claro que "raro" no era la palabra adecuado para aquello, ellos no sabían como era el comportamiento adecuado de la chica. Pero no trató de rectificar su error, simplemente guardo silencio esperando una respuesta. Su vista no se aparto en ningún momento de su hermana, la cual regresó un par de minutos después.

 

— Dame un segundo... —Respondió y tomó los pergaminos para darles un vistazo.

 

Llamó a Sain a su lado y mientrás revisaba aquí y allá intentaba explicarle un poco sobre las cosas, ya se encargaría alguien con más experiencia en dar una explicación a fondo pero de momento esperaba que con eso bastara. Cuando revisó la última linea devolvió su atención a Kutsy, todo estaba casi perfecto.

 

— Sólo resta una cosa, Kuts... en cuanto a tu registro como demonio, ¿Estás segura de que no sabes nada sobre tus dones o caracteristicas peligrosas? —Aquello le recordaba el día en que el realizó su registro y el como tampoco conocía aquellos dos detalles—. No importa si no los sabes, ya lo sabrás en su momento, pero necesito que estés segura de ello... Así no tendrías que volver en otra ocasión —terminó y selló el formulario del elfo.

 

Aprobado el registro de un Elfo Doméstico a nombre de Kutsy

 

Los pasos del Ryddleturn no habían sido lo suficientemente rápidos para alcanzar al blondo junto a su sobrina y su pareja. El Cartairs había comenzado a moverse y de alguna forma le incitaba para que fuera detrás suyo; y siendo como era, el Mortífago no pudo resistirse a ir trás él, necesitaba tenerlo cerca de nuevo... Anhelaba sentir el roce de sus labios.

 

Sólo tardo un par de segundos en situarse a su lado frente a la mesa de bocadillos y sin perder un segundo más lo tomó de la mano. ¿Le seguiría el juego una vez más? El Ryddleturn sabía que Carlos no jugaba en el mismo equipo que él, por lo menos no en tiempo completo, y seguro que era eso, o no se explicaría aquellas contadas ocasiones en las que el chico había cedido.

 

— ¿No quieres darme un beso? —Inquirió.

 

Los días de inseguridad habían quedado atrás, ahora era completamente seguro de todas y cada una de las acciones que llevaba acabo. Aunque al final del día seguía siendo un adolenscente en busca de alguien con quien poder divertirse; el amor estaba prohibido o por lo menos eso quería creer cuando la realidad era que tenía a el amor justo a su lado.

 

— Sabes... —Buscó las palabras adecuadas, aquello no lo había dicho nunca antes, pero era hora de que lo soltara. Tenía que confesarle al blondo que lo amaba de una extraña manera aunque en realidad debiera amar a quien fuera su jefa en turno—. Me encantas, y no sé... Soy un tonto, lo sé. Pero de verdad quiero algo.

Y sin aviso alguno la música se detuvo. Sólo dos parejas y un solitario joven se habían presentado en la fiesta, pero no era que importara demasiado aún quedaba un poco de tiempo para que alguien más hiciera acto de presencia y el Ryddleturn tenía fe en que así fuera, aunque con aquello nunca se sabía; dos o tres personas habían asegurado su asistencia y si no daban luces por ahí ya se encargaría de hacerselos pagar.

 

— ¡Buuuuuuenas tardes, damas y caballeros! ¿Cómo la están pasando? —La voz del Ryddleturn inundó el lugar.

 

Hacía uso del micrófono del vocalista y trataba de sonar como un presentador de productos comerciales. No esperaba que nadie volteara a verlo, simplemente se conformaba con que lo escucharan y siguieran con lo suyo después del anuncio. Pasó una de sus manos por la linea de botones de su saco color gris, buscando palabras para continuar con aquello y después clavó su vista en el joven sin pareja; Carlos.

 

— Es para mí un gusto estar con ustedes ésta noche —continuó—, no sabíamos si la idea les gustaría pero espero que de verdad lo haga. Mis compañeros y yo nos hemos esforzado demasiado en preparar todo esto para ustedes... —Una sonrisa en sus labios y después comenzó a marcar el ritmo con sus pies—. Pero bueno, que esto era solo para darles la bienvenida y dar comienzo legal al baile así que...

 

Su voz se apagó y la música volvió; la banda tocaba Twist And Shout.

 

— ¡Hora de bailar!

 

Y como un cazador ansioso de conseguir a su presa, se dirigió hasta donde se encontraban Carlos, sus sobrina y el otro chico desconocido.

Una graduación más, los días pasaban y la Academia seguía su curso brindando a la sociedad aquel servicio que tan importante era. El Loveless aún recordaba su graduación como si de aquello no hubiera pasado más de un solo día y le alegraba que su sobrina por fin tuviera la suya. Había decidido llegar unas horas antes para dar un paseo por la Academia, paseo en el cual el tiempo se le fue de las manos y por ello mismo tuvo que verse corriendo hacia el lugar donde la graduación sería llevada a cabo.

 

El discurso de la Directora acababa de terminar cuando atravesó la entrada y el Mortífago logró alcanzar ver como su sobrina recibía su diploma y aquella tiara encantada se tornaba de color verde. Estaba orgulloso de ella, sin duda Sira alcanzaría muchas cosas en su vida y esperaba estar a su lado para ver todas y cada una de ellas. No se dirigió a felicitarla al instante, prefirió esperar a que las personas se dispersaran un poco así que se recargó sobre la pared.

 

— ¿Y si hubiera elegido el otro camino? —Ya no era tiempo para cambiar de opinión, se sentía a gusto en el lugar donde estaba y no lo cambiaría por nada.

 

Cuando por fin notó que las personas comenzaban a juntarse en pequeños grupos junto a sus graduados se dirigó hasta el lugar donde tenía fichada a Sira. Rías estaba ahí, al parecer entregando un regalo. El no llevaba el suyo al lugar, el mismo estaba esperando en el edificio y se lo entregaría cuando fuera el momento indicado.

 

— Lo lograste, Sira, estoy más que orgulloso de ti... —Comentó al llegar a su lado y se acercó hasta ella para darle un abrazo, interrumpiendo a conciencia a su hermana.

— Venga, Kuts... Tomalos —apremió el Ryddleturn a su hermana.

 

Podría haberse pasado todo el día en la oficina exclusivamente para atender a su hermana, pero ahora había recordado la vista que debía hacer al negocio de Enrick, y no sólo a ese si no a unos cuantos lugares más. Recordaba que Franko había hablado sobre un límite de tiempo, pero esperaba que si no lograban sacar todos los lugares el rubio les diera un poco más.

 

— Sain, si gustas tu también puedes tomar un par de cada uno... así te vas familiarizando con ellos y cuando llegué Franko, o bien Nats, puede enseñarte un poco más sobre cada uno, yo es que la verdad no los conozco todos a la perfección. —Confesó con una sonrisa mientrás con su mano libre señalaba hacia los formularios en el escritorio de Emmet.

 

La división de seres era sin duda un buen lugar para desarrollarse y las personas que había encontrado ahí eran perfectas para entablar una amistad, algo completamente fuera de todo aquel lío que se estaba librando fuera del ministerio y a él no le importaba de que lado estuviera cada uno de ellos; auque sabía de sobra que Emmet era uno de los suyos.

— ¡Entonces perfecto! Salimos está misma tarde en cuanto terminemos con los trámites de Kutsy, ¿Qué dices Sain? —No había resuelto su duda, pero tampoco es que fuera a insistir en ello así que lo mejor era seguir con otra cosa.

 

Y entonces, Kutsy volvió a la vida, era hora de comenzar con los formularios. El Ryddleturn giró su rostro hacia su hermana y le dedició otra sonrisa, le gustaba que Kutsy fuera una persona tranquila. "Un momento", soltó con rápidez y en un segundo estaba en camino de buscar los formularios. Elfos y demonios, tenía que recordarlo, no dio más de tres pasos cuando cayo en cuenta que sobre el escritorio de Emmet había cientos de aquellos pergaminos.

 

— Bueno, creo que no necesito ir tan lejos... —Mencionó mientrás giraba y volvía sobre sus pasos—. Los formularios que necesitas rellenas son los siguientes: —tomó un par de cada uno y se los pasó—. El primero es para el registro es para elfos y el segundo es para el registro de raza.

 

Ficha para el Registro de elfos.

• Nombre del elfo:
  • Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio:
• En caso de servir a un mago/bruja
  • Nombre del mago/bruja:
  • Tiempo en el que lleva sirviendo al anterior: (indicar tiempo en años y meses)
  • Nombre de quien lo registra:
• En caso de servir a una familia o negocio.
  • Apellido de la familia/nombre del negocio:
  • Tiempo que lleva sirviendo a la misma: (indicar tiempo en años y meses)
  • Nombre de quien lo registra:
• Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo:

 

Ficha para el registro de Demonios. y Banshees

• Link a la Ficha Personal:
• Nombre del registrado:
• Tipo de espíritu: (Indicar solamente si se es demonio o banshee)
• Residencia:
• Características físicas:
• ¿Puedes cambiar tu físico de alguna forma?
• Características peligrosas:
• Poderes o dones:
• Causas que te pueden descontrolar:

¿Aburrido? ¡No lo estés más! Es hora de salir a bailar twist y descubrir al infiltrado. Así es, mortíos, mortías y mortí@s, una nueva fiesta comienza en la Academia y esperamos poder contar con su presencia, ya que sin ustedes no somos nada. La temática es simple, nada más que un baile y un buen rato; bueno, eso si no quieres participar en el concurso.

 

Por que a la par de una fiesta normal, tenemos un problema que resolver ¡Un infiltrado que busca echarla a perder! Ustedes como graduados no pueden participar directamente, pero de acuerdo a las bases, sí consiguen a un estudiante que les acompañe podrían hacerlo. No es necesario que participen, cualquiera es libre de rolear solo por diversión así que... ¡Los esperamos!

Twistin' time is here! ¿Te lo vas a perder?

 

¡Buen día, estudiante! ¿Cómo van las clases? Aburridas, seguro. Pero bueno ¿Quieres ser alguien importante, no? Pues no resta más que aguantarse y tratar de disfrutar. Pero dejemos de hablar de la escuela, ¿Quieres divertirte? Para eso estoy escribiéndote hoy, para ofrecerte un lugar donde olvidarte de todo y simplemente liberar tensión.

 

¿El lugar de la cita? Eso lo tendrás que descubrir al momento, podrás encontrar varios trasladores escondidos en puntos dispersos de la Academia, encontrar uno es tu primera tarea. Recuerda, ¡Debes ir acompañado! Sin tu pareja, no podrás trasladarte. Otra cosa, un cotilla se ha enterado de la fiesta y está dispuesto a arruinarla. ¡Detenerlo es tu segunda tarea!

 

¡Para esto te hemos elegido sólo a ti! No se lo menciones a nadie más que a tu acompañante. ¡Necesitamos de tu ayuda! Te lo sabremos recompensar.

Los trasladores se activaran el día 15 de abril a las 08:00 P.M.

¡No lo pierdas!

 

 

 

Decenas de copias de aquella invitación habían llegado directamente a las manos de cada uno de los estudiantes de la Academia. Algunas se habían colado por debajo de las puertas de sus dormitorios, otras habían aparecido a sus pies o simplemente habían caído sobre sus cabezas. Los organizadores se las habían arreglado que aquellas invitaciones fueran infiltradas al lugar sin que tuvieran que pasar por cualquier control de de mensajería que el mismo tuviera.

 

Los trasladores habían sido colocados con ayuda de algún jefe de casa que estaba más que implicado en el asunto. Justo a la hora indicada se activarían y trasladarían a los chicos, y sus acompañantes, al punto de reunión; un lujoso departamento en un gran hotel de New York. El lugar había sido provisto de varios encantamientos protectores y algunos más llamativos, resaltando aquel con el que los organizadores habían logrado que en aquel lugar no existiera más color que el blanco y el negro.

 

Y otro que resaltaba igual era aquel con el que las ropas de los invitados cambiaban por un modelo adecuado para la ocasión.

 

El lugar había sido casi completamente desprovisto de mobiliario dejando una extensa área libre al centro, la cual funcionaría como una pista de baile. A las orillas podían encontrarse sillas aquí y allá, desparramadas sin un orden específico. La única mesa del lugar era un largo tablón, ubicado justo al lado de la puerta de entrada, donde los invitados podían encontrar botanas y ponche de frutas; nada de alcohol en aquella fiesta.

 

Las ventanas habían sido cubiertas con largas y pesadas cortinas, y en una de las paredes del lugar se había instalado un pequeño tablón donde una desconocida banda de Twist tocaría toda la noche. La decoración era un tanto simple y sólo consistía en un par de globos blancos, negros y grises —la combinación de ambos colores— para así alegrar un poco el lugar. Todo estaba listo y sólo faltaba que los invitados llegaran al lugar.

 

Una sorpresa los esperaba desde el principio, el infiltrado había realizado su primer intento por arruinar la fiesta, había cambiado el ponche de frutas por jugo de zanahoria. Y siendo tan corto de mente como era, había dejado una nota: “Soy malvado, disfruta del cambio”.

 

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¡Encuentra al infiltrado!

 

 

Hola chicos, venimos el día de hoy a traerles está fiesta en la que esperamos que puedan divertirse y rolear a sus anchas. Pues eso, que básicamente para eso fuimos llamados, para traerles un espacio de diversión fuera de las clases o los roles de casa y eso. En ésta ocasión quisimos hacer un poco más y es por eso que en "Twistin' time is here! " tenemos un pequeño concurso para ustedes. Las bases son las siguientes:

 

• Debes ser estudiante y contar con un compañero, el cual no debe ser alumno de la academia.
• Debes apegarte al rol de los demás, si pasas algo por alto se te restarán puntos.
• Debes ser original, no ganará la cantidad si no la calidad.
• No debes rolear que descubres al infiltrado, ese es beneficio del ganador.
• El plazo del concurso será de 11 días, el resto será utilizado para seguir con la fiesta y anunciar al ganador.

¿Qué debes hacer? Pues mirá, es un concurso de rol así que básicamente debes rolear. Durante el plazo del concurso debes rolear altibajos para tu personaje y su acompañante, siempre apegandote al rol de los demás, altibajos gracias a los cuales irás descubriendo pistas sobre el infiltrado. Pero, no lo olvides, tampoco debes olvidarte de la fiesta, si no bailas y te diviertes estarás automáticamente descalificado.

 

¿No conseguiste un compañero y quieres participar? ¡Pues hazlo! Sólo invéntate un acompañante. Recuerda que sin un acompañante el traslador no se activará.

 

¿Es necesario participar en el concurso? No, eres libre de rolear por rolear si es lo que te apetece ¡Tú solo diviertete!

 

Y en sí es todo, así que esperamos que la suerte esté de su parte.

 

¡Blinkies para todos!

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