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Cillian Haughton

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Mensajes publicados por Cillian Haughton

  1. Cillian Ryddleturn Aprendiz de la Dirección de la Red Flú y Trasladores

    Entendido, no lo olvidare —contestó a las indicaciones de Roxanne.

    La espera en la puerta se antojó bastante larga, pero al final un pequeño elfo respondió. La hora de comenzar con el trabajo había llegado. La jefa del departamento explicó los detalles de su presencia, y la de su acompañante, en el castillo. El Ryddleturn asintió al escuchar que mencionaba su nombre. Solo unos minutos más y podría comenzar a conocer el verdadero trabajo de campo. Realizó un movimiento de impaciencia mientras esperaban respuesta del elfo.

     

    Sobre lo que realizarían en el castillo sabía un poco gracias a los pergaminos que Roxanne le había proporcionado al ser aceptado como aprendiz pero no terminaría de entenderlo del todo hasta que tuviera practica en ello. Esperaba hacerlo bien, su madre adoptiva era la directora de aquel departamento y no podía decepcionarla haciendo un mal trabajo.

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  2. El día había llegado; los días del Ryddleturn como prefecto de la casa del aire llegaron a su fin. Sabía que tarde o temprano eso pasaría así que estaba preparado para ello. Sonrió ante la presentación de la nueva chica y le extendió su mano como saludo. Esperaba que la chica participara de forma activa en todas las actividades que aquellos dos inusuales jefes de casa preparaban para sus queridos estudiantes. Dejó que los demás convivieran con ella y se acercó a su nuevo prefecto.

     

    Toma, —comenzó mientras le hacía entrega de aquella placa— se que realizaras un trabajo excepcional. Los jefes de casa no pudieron haber elegido a alguien mejor. —Le propinó un gran abrazo y le dedicó una sonrisa de felicitación. Se sentía orgulloso de que su compañero de cuarto hubiera logrado aquel nombramiento tan importante. A su modo de ver las cosas, se lo tenía completamente merecido.

     

    Ya me encargaré yo de los fuegos artificiales. Ésta celebración va ahora por ti. —Le dejó saber.

     

    Se alejó un poco del grupo y tomó otros de los pastelillos que Leah les había proporcionado; éste le ocasionó unas carcajadas incontrolables. Cuando por fin pudo detenerse fue cuando notó a su compañera de casa, Helen, a la cuál tenía un par de días sin ver por aquellos lugares. Se acercó a ella y le ofreció uno pastelillo con cobertura de color azul. No sabía exactamente que efecto tendría sobre ella pero seguro que sería divertido.

     

    Hola Helen, tanto tiempo sin verte. ¿Cómo la has pasado? —Preguntó— ¿Ya los has probado? Son deliciosos y divertidos. —Añadió mientras le ofrecía el pastelillo.

  3. En unos pocos segundos las circunstancias cambiaron completamente y ahora era el Ryddleturn quien se encontraba metido en problemas.Su hechizo contra Kutsy había logrado impactar, pero el hechizo contra Kritzai había sido lamentablemente intercalado por el mismo. Realizó un gesto de negación cuando se percato de ello. Su intención era dañar un poco a al chico, y no solo dañar a su querida amiga. Se separó un poco más de su profesora quedando a dos metros de la misma y manteniendo la distancia con Kritzai. No tuvo ni un solo momento para pensar su próximo ataque cuando aquel rinoceronte que se suponía estaba de su lado comenzó a ir en su contra.

     

    Fortificum

     

    Murmuró apuntando con su varita hacía el frente y acto seguido una pequeña muralla de siete metros de largo por dos de alto, creada de solido concreto, apareció ante él y su profesora protegiéndolos del rinoceronte que ahora manejaba el equipo contrario. Esperaba que aquella muralla le diera un poco de tiempo hasta que el rinoceronte volvería a su forma original o lograra encontrar alguna otra forma de detenerlo. En su camino, el animal se dio de tope contra la muralla confundiéndose durante algunos minutos.

     

    Strellatus

     

    Vociferó una vez a salvo del rinoceronte y un extraño flash tuvo efecto justo frente a Kritzai cegándolo momentáneamente. La irritación se había apoderado completamente del chico, y comenzaba a sentirse presionado. De momento trataría de concentrarse en Kritzai, un oponente a su nivel, dejaría que su compañera y profesora se encargara de Hades.

  4. Justo en el momento en que todos y cada uno de los presentes hubiera terminado sus ponencias ante las cuestiones que les habían planteado sus profesoras las cosas comenzaron a complicarse rapidamente. El ryddleturn no entendía con seguridad que era lo que sucedía así que se limitó a no moverse ni un solo centímetro del lugar en el que se encontraba parado aunque al parecer él no se encontraba implicado del todo el problema. Un grupo de hombres que decían pertenecer al Cuartel general de aurores realizó su aparición acusando a tres de los jóvenes de quebrantar una de las leyes del mundo mágico.

    Si bien en un principio no había visto mal el hablar abiertamente sobre la preferencia de un bando en especifico ahora comenzaba a conocer una de las consecuencias que esto podría llegar a crear. Una pequeñas gotas de sudor comenzaron a correr por su cuerpo, la adrenalina estaba a tope en aquellos momentos. Observó la escena sin perder ni un solo detalle sobre nada de lo que ocurría. No se explicaba como un pequeño error podía llegar a generar problemas como aquellos. Reprimió un fuerte impulso de abalanzarse sobre aquel hombre que sostenía a Kutsy, su mejor amiga de forma tan pesada; le estaba haciendo daño y aquello no le gustaba para nada, pero no podía hacer nada, no debía meterse él también en problemas.

    Lo que sucedió a continuación no le quedo para nada claro, todo fue demasiado rápido. El grupo de hombres había desaparecido y se encontraban de nuevo solos. Las profesoras comenzaban a dedicar palabras en forma de reprimenda tanto a los que habían hecho mal como a los que no habían hecho, pero a estos en forma de advertencia. No sabía que había pasado con los integrantes del cuartel pero de algo estaba seguro, si estaban de nuevo en el pasado no tardarían nada en aparecer así que era mejor cuidar sus palabras. Aaron y Kritzai parecieron no aprender de la situación y continuaron alardeando sobre su devoción al mago tenebroso.

    ¿Enserio qué no tienen nada dentro de la cabeza? Han presenciado todo el problema en que nos hemos visto envueltos por sus palabras,¿Y continúan firme en ello? Cierto es que no lo dicen de forma completamente abierta... —comenzaba a irritarse— Ya deberían saber como son las cosas en este mundo. Cualquier ligera sospecha sobre algo que no esta aceptado y en un solo momento pasan a convertirse en criminales. Deberían comenzar a aprender a guardarse sus palabras. —Terminó. No veía sentido en seguir tratando con ellos, seguro que lo atacaban de alguna forma así que mejor era dejar las cosas como estaban.

    En cuanto a ti, Kutsy... Espero que tengas un poco más de sentido común. —Mencionó dirigiéndose a la chica.

    Poco a poco iba entendiendo sobre que trataba en si su clase. Era la más compleja de todas las que había cursado, eso sin la menor duda. Dirigió su mirada hacia las dos profesoras del curso— ¿Que es lo qué se pretende exactamente que debemos dejar en esta clase? —Inquirió.
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  5. Entonces, es bueno haber llegado. —Comentó el Ryddleturn a las palabras de su profesora.

     

    Permitió que la chica lo moviera de su lugar situándole a exactamente un metro de ella y a siete metros de sus compañeros. No habría mas demora; la hora del simulacro había llegado y nada impediría que se desarrollara de forma satisfactoria, ni siquiera los muggles que se encontraban bebiendo, fumando y realizando otro tipo de actividades en la aquella cantina. Sonrió y con un movimiento rápido sacó su varita, la cual mantenía guardada en su bolsillo izquierdo tal y como ya se le había vuelto costumbre. Su profesora fue la primera en realizar un movimiento y acto seguido el la imitó sin permitir siquiera que sus compañeros comenzaran a defenderse.

     

    Absorvere—

     

    Susurró apuntando directamente a la muñeca de la mano con la que su amiga Kutsy sostenía su varita y un ligero "crack" hizo saber al joven que había logrado romperle la muñeca. Con ello esperaba que su compañera perdiera el control para maniobrar su varita y así poder obtener un poco de ventaja. Ahora sólo le quedaba hacer algo contra el chico, pensó durante algunos segundos que sería bueno y después girando sobre si mismo dirigió la punta de su varia hacia él.

     

    Fuego Maldito

     

    Soltó en voz bastante audible y acto seguido de su varita salió una llamarada en forma de leopardo que de no protegerse provocaría graves quemaduras a Kritzai. Las cosas comenzaban a ponerse divertidas, esperaba que sus compañeros se defendieran o terminarían mal en aquella situación. Por su parte no podía hacer más que observarles y esperar que no terminaran dañados.

  6. Al final de todo había sido la mismísima Leah quién autorizó que el pequeño Akamaru se quedara en la torre. El Ryddleturn le devolvió la sonrisa a su compañero y acto seguido comenzó a seguir a su tutora. Mientras volvían dentro tarareaba una pegadiza canción muggle y jugueteaba con su mano izquierda sobre sus pantalones; comenzaba a sentirse inquieto y tenía que descargarse en alguna actividad. Sin duda alguna la fiesta sería una opción excelente.

    —Wake me up before you go go... —Soltó sin percatarse de ello.

    Los pocos chicos de la Sala Común seguían en el mismo lugar donde los había dejado antes de salir, pero acudieron rápidamente al llamado de la jefa; quién dio, por segunda vez, la fiesta por comenzada. Con un chasquido hizo aparecer los pastelillos que hacía solo unas horas que había prometido aportar a la fiesta. Después que cada uno de sus compañeros tomara uno él hizo lo mismo. Le dio el primer bocado al mismo tiempo que Finnick y al tiempo que de este salía humo, la piel del Ryddleturn comenzó a tornarse de color plateado. Soltó una carcajada. Los jefes de casa habían dado en el clavo de la diversión.

    ¡Vamos chicos! Descubran los efectos de sus pastelillos. —Animó a sus compañeros.
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  7. ¡Buenas tardes! ¿Cómo les va todo mis queridas profesoras de Rol Avanzado? Espero que este todo genial. Por cierto, que gusto es tenerte como nueva profesora Xell *o*, lástima que Paú se haya tenido que retirar. Pues nada, me paso a contarte que seguimos tu consejo sólo que a nuestra manera y por Skype pero si así lo desean no veo ningún problema en hacerlo por aquí.

     

    No sé si ya se ha notado o si nunca lo lograremos pero Kutsy y yo queremos crear una química desastrosa entre nuestros personajes; en cuanto a Vrael, con el hablo poco y a lo que sé creo que no seguirá con la clase, espero y se arrepienta. Y por último, si es que se me permite (?), quiero comentar un poquito sobre los consejos que Xell me ha dejado; tengo que decir, que es la primera vez que alguien me dice que tengo un rol cargado y de palabras complicadas o.ó y a eso tengo que decir gracias por que la verdad yo siento que roleo de la forma más sencilla del mundo y aún así se me complica horrores.

     

    En cuanto a todo lo demás tratare de corregir lo que me has marcado. Saludos y mucho amor, que hoy tengo amor de sobra para todos hasta para el Tío Patrick.

  8. La fiesta había dado comienzo y los integrantes de la casa comenzaban a moverse a su ritmo de un lado a otro disfrutando de todos los detalles que ellos mismos habían creado para la ocasión. Recorrió la Sala Común con la mirada, le agradaba que todos estuvieran divirtiéndose; fue justo en el momento en que pasaba la vista por el último rincón del lugar cuando reparo en la ausencia de su compañero de cuarto. "Donde se habrá metido este chico, prometió que no me defraudaría en el momento de la sorpresa", pensó.

    Estaba a punto de comenzar a buscarlo cuando escuchó su voz proveniente de la puerta de entrada a la torre. Se encaminó hasta ahí, no sabía en que momento Finnick había desaparecido de su vista, pero seguro que tenía un buen motivo para haberlo hecho. Esperaba que lo tuviera, y que no fuera el tener que ausentarse, porque no se lo permitiría.

    ¿Que es lo que pasa? —Preguntó mientras salía y se topaba el mismo con la razón de la ausencia, un lindo cachorro que se encontraba detrás de el chico— ¿De quien es? —Exigió. No le molestaba para nada, pero si quería conservarlo tenía que dar un par de explicaciones.
  9. Cillian Ryddleturn

    Aprendiz de la Dirección de la Red Flú y Trasladores

     

    El Ryddleturn no tenía ni un solo problema con no poder utilizar un diminutivo para llamar a su nueva jefa. Con el paso del tiempo, poco a poco se iría ganando la confianza de aquella chica para algún día poder hacerlo. Esperaba que su paso por aquel departamento fuera lo suficientemente largo para comenzar una amistad tanto con Roxanne como con Sophie.

     

    Apareció, con ayuda de su jefa, justo a las afueras del Castillo Crowley; lugar al que se dirigían a realizar un trabajo de campo. Sin lugar a dudas, aquel castillo era interesante, pero podría decirse lo mismo de todos y cada uno de los hogares de Ottery, cada uno tenía algo que lo hacia verdaderamente unico y excepcional.

     

    Espero hacerlo lo mejor posible —comentó— Podré todo de mi parte, estoy listo. —Soltó justo en el momento que su jefa tocaba a la puerta.

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  10. ~ Quinta planta

    Heridos y Resurrección de neutrales.

    Dado de alta por Leah. Por fin libre, libre como una mariposa (?)

     

    Claro que las he bebido hasta la última gota, ¿Me crees posible de hacer caso omiso a alguna de tus ordenes o recomendaciones? —Sin duda al Ryddleturn le encantaba aquel juego que mantenía. Unos cuantos cumplidos en el momento adecuado y quizá lograría descubrir un poco de información sobre ella de sus propios labios. No le importaba que fuera lo más insignificante del mundo a él le sabría a misión cumplida.

     

    Su tutora le entregó su acta y después señalo una muda de ropa perfectamente doblada a los pies de la camilla. Él no se había percatado de que su ropa había sido sustituida por aquellas batas de hospital que dejaban tan poco a la imaginación. Dirigió una rápida mirada hacia su hermanastra, la chica no había mencionado ni una sola palabra desde que Leah centrará su atención en él. Le dedicó un pequeño gesto de despedida.

     

    Gracias por todo, Leah. —Esperó hasta que su tutora se retirara y acto seguido corrió la cortina para tener un poco de privacidad; se vistió rápidamente. Abandonó San Mungo casi completamente sanado, el resto lo sanaría el tiempo.

     

     

     

  11. ~ Quinta planta

    Heridos y Resurrección de neutrales.

    Siendo atendido por Leah a punto de ver la luz.

     

    Me siento un poco débil, pero por lo demás estoy de maravilla. Te agradezco mucho tu trabajo, Leah, eres magnifica. ¿Te lo había mencionado antes? —Contestó a la pregunta de su tutora al mismo tiempo que intentaba ganarse un tanto de puntos. La voz de la chica había viajado a través de la fina cortina que los separaba.

     

    Unos segundos después el cuerpo de está y de Maylis aparecieron del otro lado al momento de que Leah corriera la cortina que los separaba. Les dedicó una pequeña sonrisa; la mejor que su condición le permitía dar. No le gustaba estar así pero no podía hacer nada. Observó a su tutora durante unos momentos está le dedicó un guiño al momento que se volvía para buscar algo. Pociones medicinales, sin duda la peor que podía existir en el mundo. Trató de protestar pero su tutora no se lo permitió. No tendría de otra, las bebía o nunca podría abandonar el hospital.

     

    Así lo hizo; bebió primero la que portaba la etiqueta de Reabastecedora de Sangre y después la que rezaba Herbovitalizante. Su tutora rellenaba una carpeta mientras el bebía— ¿Cuando podre irme? —Preguntó mientras depositaba el frasco de la segunda poción en su lugar.

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  12. ~Registro de Demonio.

    Siendo atendido por Bertrand y Franko.

     

    El apuesto empleado del departamento parecía ser bastante eficiente con lo que realizaba; solo unos segundos después de que el Ryddleturn terminará de rellenar su formulario, esté ya esperaba detrás de el con una gran sonrisa en el rostro para revisar que todo estuviera en orden. Con una sonrisa tímida en el rostro y un solo pensamiento en la mente: "—Como me puede este chico (?)—" , entregó el trozo de pergamino a Bertrand. Esperaba que todo estuviera bien y que no tuviera demasiados problemas para llevar su registro a cabo. Atendiendo a la indicación del chico lo siguió hasta su escritorio, lugar donde este paso a revisar el formulario y el Ryddleturn no hizo mas que mantener su mirada fija en él.

     

    Adelante, espero que este todo en orden. —Respondió a la pregunta. Esperaba que no tardara demasiado.

     

    Unos minutos después fue el otro chico quien se presentó a darle respuesta. Escuchó atentamente todas y cada una de las palabras asintiendo afirmativamente a todo lo que debía hacerlo.

     

    Sucede que mi condición como Demonio fue descubierta hace solo unos pocos días. No tenía ni una idea sobre ella aunque debí de haberlo imaginado, pero bueno, eso no importa. Le aseguro qué en cuanto conozca alguna de esas dos cosas acudiré de nuevo a informar sobre ello. —Explicó y acto se despidió de Franko. Mientras aquel departamento mantuviera a Bertrand como empleado a él no le importaría volver cuantas veces fuera. Abandonó el departamento dedicándole una última mirada a aquel empleado que había llamado su atención (?).

  13. ~ Quinta planta

    Heridos y Resurrección de neutrales.

    Siendo atendido por Leah.

     

    Poco a poco la vida fue tomando posesión del Ryddleturn. Unos minutos después de que Leah hubiera realizado todas y cada una de las curaciones necesarias para que el chico estuviera en perfecto estado esté despertó. No sabía con exactitud como había logrado llegar hasta aquel lugar; lo último que recordaba era haber atravesado la puerta de su celda en la prisión y después de eso todo estaba en blanco. Se incorporó lentamente hasta recostarse de todo contra la pared, al parecer se encontraba en un hospital, tenía que estarlo.

     

    Desde su posición pudo escuchar un par de voces que provenían del box continuo. Las conocía; una de ella pertenecía a su jefa de casa en la academia y la otra indudablemente pertenecía a su poco querida hermanastra, Maylis. Sabía del trabajo de Leah en San Mungo así que ahora le quedaba claro quien se había encargado de él en sus momentos previos a despertar. Desde aquel momento le debería un tanto más de todo lo que ya le debía. Estaba agradecido.

     

    Hola, ¿Alguien podría ayudarme? —Soltó en voz bastante audible para que las chicas pudieran escucharlo.

  14. ~ Quinta planta

    Heridos y Resurrección de neutrales.

     

    Justo después de que su cuerpo se esfumará de las molestas instalaciones de Abaddon esté apareció sobre una de las camillas de la quinta planta del hospital San Mungo. La hora de volver a la vida y seguir disfrutando de su libertad tanto en el pueblo como en el callejón había llegado. El tiempo que lo mantuvieron alejado de ello había logrado ser hasta cierto punto molesto; lo cierto era que le había venido bien un poco de soledad, pero no podía decirse que la obtuviera de la mejor manera y era precisamente eso lo molesto del caso.

     

    Todo había sido por un pequeño descuido. Un pequeño descuido que sin duda había causado grandes problemas, pero nada que de alguna u otro forma no pudiera arreglarse en aquel mundo mágico al que pertenecía. La próxima vez debía ser más cuidadoso, no podía pasarse la vida haciendo visitas a la prisión. Por el momento, su cuerpo inerte esperaba en aquella camilla a que alguien acudiera a darle vida de nuevo sin olvidarse de curar sus quemaduras y hacer algo con el veneno que aun recorría su sistema.

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  15. No sabía con exactitud cuando tiempo había paso en aquel lugar, pero eso ya no importaba más; el día final de su condena había llegado y era hora de marcharse. Lo que le hizo percatarse de aquello fue el que la puerta de su celda se abriera sin que nadie se encontrara del otro lado de ella. Ya estaba harto de aquel lugar así que se incorporo rápidamente y se dirigió con un paso firme hacia la salida. Una extraña luz brillaba del otro lado.

     

    Ya me las cobrare, juro que algún día quienes me han recluido sin razón me la pagaran. Yo no he cometido ni un solo crimen, sólo salí a divertirme un poco. —Murmuró unos pasos antes de cruzar la puerta y sin más salió de aquella apestosa celda en la que lo habían recluido. No logro entender lo que pasó a continuación, todo fue demasiado rápido. De un momento a otro su cuerpo había desaparecido de la prisión y aparecido inconsciente y herido en San Mungo.

  16. Calor, molesto calor seco. ¿Acaso no habían logrado encontrar un lugar mejor? Pero bueno, aquello era lo que menos importaba en aquel momento. Lo importante, y para lo que habían sido reunidos en aquel lugar, era para continuar aprendiendo sobre el noble arte de los duelos. El escenario, de aspecto desierto y descuidado, se trataba de un viejo pueblo que parecía estar estancando en el viejo oeste; en el cual, los vaqueros solían vivir sus aventuras.

    El Ryddleturn caminaba con paso apresurado a través de las calles desiertas. Estaba retrasado y esperaba no ser el último. A cada paso que daba dedicaba un par de segundos a observar el lugar; ciertamente no le gustaba para nada, aquel tipo de lugares solían ser siempre peligrosos. Seguro que esté lo era también. Un pequeño chamizo pasó rodando a su lado, un par de caballos atados rogaban por un poco de atención unos metros más allá.

    Se acomodó la gorra tratando de cubrir, un poco más, su rostro del sol. Su atuendo estaba completamente fuera de lugar; más bien podría haberlo utilizado en algún lugar suburbano que en aquel pueblo. Su gorra de color verde hacía juego con su camiseta a cuadros de color negro, su pantalón de mezclilla y su par de converse negros con detalles del color de su gorra. No le importaba no cuadrar en el escenario siempre y cuando se encontrara cómodo.

    Después de unos cuantos minutos logró encontrarse frente al único lugar que parecía tener vida en el pueblo; un bar. Sin pensarlo dos veces se internó en él, seguro que los demás esperaban dentro. Si no era así ya los buscaría en otro lugar después de un trago. El clima dentro era horrible; humo por todas partes. Nunca había logrado soportarlo, para él los cigarrillos eran una de las peores cosas del mundo. También logro distinguir un par de olores y sensaciones más, pero trató de no tomarles mucha importancia.

    Cuando su vista logró ajustarse a la luz del interior pudo divisar a su amiga, Kutsy, sentada junto a lo que podría resultar ser otro de sus compañeros, no estaba completamente seguro. Siguió recorriendo el lugar con la mirada. Alguien más debía encontrarse ya en el bar. No lo hizo en vano, su profesora se encontraba presente también en aquel lugar, recargando su peso sobre el piano. Optó por acercarse a ella en lugar de hacerlo hacía sus compañeros.

    — Disculpe el retraso, —comenzó— no me fue posible llegar antes, ¿Ha comenzado ya o en qué situación nos encontramos? —Inquirió. Esperaba estar a tiempo.
  17. Al Ryddleturn se le quitó un peso de encima al escuchar que su compañero no tendría problemas para manejar los fuegos artificiales al final de la fiesta. Ahora tenía que seguir revisando las demás actividades que había dejado pendientes en la sala principal; seguro que sus compañeros lo estaban haciendo bastante bien.

     

    Perfecto, recuerda... Bueno, mejor dicho: Nadie debe verlos antes de que iluminen el cielo. —Sentenció a su compañero y después abandonó la habitación con rumbo a donde se encontraban los demás.

     

    Al regresar, se encontró con que un buen trabajo del resto de los chicos. Coloridas y divertidas decoraciones con motivos de la casa cubrían casi todos y cada uno de los rincones; y gracias a Pikachu en el centro se encontraba una larga mesa repleta de comida. Un gran orgullo por su casa recorrió cada centímetro de su cuerpo. Se dirigió rápidamente al centro y con una voz, calmada pero fuerte, soltó:

     

    Que comience la fiesta.

  18. Al Ryddleturn le agradaba que a su compañero lo gustara la idea de los fuegos artificiales. Seguro que a todos los demás también les encantaba la idea, pero ellos tendrían que esperar hasta que la noche llegara para poder saber de ello. Devolvió el cohete que sostenía a la caja y comenzó a explicar como sería todo aquello.

     

    Escúchame, estos cohetes son especiales y claro vienen de Sortilegios Weasley. Sobre lo de despertar al castillo no te preocupes, al parecer tienen sobre ellos un hechizo silenciador, no quiere causar problemas a los jefes de la casa por algo tan básico —deslizó una mano por la caja de madera— Esta noche el cielo de la academia se cubrirá con los colores y figuras de la casa, y quiero que tú te encargues de ello. Sabes como utilizarlos, ¿No? —Terminó.

     

    Esperaba una respuesta afirmativa, ya que no quería que nada saliera mal durante aquel día. Todo tenía que salir al pie de la letra para demostrar a Leah y Jank que no se habían equivocado al escogerlo como prefecto de su casa. No quería defraudarlos de ninguna manera posible.

  19. Después de un par de minutos de espera fue un joven de aspecto apuesto y elegante se acercó a atender al pequeño grupo de clientes que esperaban ser atendidos. El Ryddleturn no pudo apartar su mirada de él desde el primer momento en que lo vio sin duda era su tipo de hombres pero era solo un desconocido así que solo podría conformarse con mirarlo durante la duración de su tramite. Mientras se disculpaba, el joven empleado rebuscaba un par de formularios para cada uno de los casos que esperaban.

     

    Sin ningún problema, un par de espera no mata a nadie —mencionó tratando de sonar despreocupado— Muchas gracias, en un momento vuelvo con el. —Terminó una vez que el empleado le entregara el formulario que tenía que rellenar. Se alejo un poco del grupo para hacerlo. Cuando estuvo listo volvió sobre sus pasos, un nuevo chico se encontraba ayudando con el trabajo.

     

    Aquí esta mi formulario, espero que este todo bien. —Mencionó mientras extendía la mano, en lo cual lo sostenía, esperando a que alguno de los dos jóvenes lo tomara.

     

    Ficha para el registro de Demonios y Banshees
    • Link a la Ficha Personal: Aquí.
    • Nombre del registrado: Cillian Ryddleturn
    • Tipo de espíritu: Demonio.
    • Residencia: Castillo Ryddleturn
    • Características físicas: Cabello rizado de color negro, normalmente suele llevarlo un poco largo. Ojos del mismo color y rostro afilado en el cual se pueden notarse dos lunares: Uno, justo debajo del ojo derecho y el otro, del lado izquierdo de su barbilla. De tez blanca, estatura alta [1,78] y complexión delgada.
    • ¿Puedes cambiar tu físico de alguna forma? El color de sus ojos cambia a color Azul.
    • Características peligrosas: Desconocidas.
    • Poderes o dones: Desconocidos.
    • Causas que te pueden descontrolar: El dolor y la irritación.

  20. Todos estaba listo para abandonar de una vez por todas la prisión. Se acercó todo lo que pudo a su compañero y la tomó con fuerza del brazo, esperando a que la chica decidiera que ya era tiempo de desaparecer. Aquella sensación de desaparecer ya era algo conocido para el chico, lo había hecho junto a su tutora durante el primer rescate al que había acudido. Era algo gracioso que la segunda vez que lo haría fuera durante su propio rescate. Sonrió al momento que ese pensamiento cruzaba por su cabeza.

     

    Cuantos estés lista —susurró a su oído.

     

    En unos instantes sintió como desaparecía y de un momento a otro se encontraba fuera de la prisión en un lugar en el que nunca antes había estado, pero libre que al final de todo era lo que importaba.

  21. Estando completamente de pie y sin perder mas tiempo, utilizando la varita que se le había sido entregada, realizó un par de hechizos que le servirían de defensas durante su escape de aquel molesto lugar. Esperaba que todo saliera bien y que de un momento a otro se encontrara de nuevo en libertad. Tenía algunos asuntos pendientes que atender en el pueblo y no podía dejar pasar mas tiempo. Levanto el brazo derecho con el que sostenía la varita y pronunció:

     

    Avis —

     

    Y al instante una parvada de doce aves azules salieron de la varita posicionándose justo alrededor de los dos jóvenes creando así un tipo de barrera de proteccion que los mantedria fuera del alcance de los molestos hechizos de rayo.

     

    Avis —

     

    Volvió a mencionar y otra parvada de aves azules salieron de la varita y los rodearon protegiendoles. Esperaba que algo de aquello sirviera, las aves nunca le habían fallado a nadie.

  22. El hambre estaba comenzando a molestar al Ryddleturn pero aun así decidió no probar ni un solo bocado que el guardia le había brindado. Resistiría hasta el momento en que pudiera abandonar aquel lugar o fuera rescatado. De nuevo escucho pasos cerca de su celda, seguro que algún otro guardia había decido hacerle una visita para tratar de sacarle algo de información sobre lo sucedido en la Weasley pero no lograrían hacerlo. Estaba decidido a no decir ni una sola palabra antes prefería morir.

     

    Estaba equivocado, la puerta se abrió de pronto sin ningún ruido y de ella surgió una joven con la cara cubierta por una máscara. La hora del rescate había llegado. Sin demora alguna la joven se acercó a el y le hizo entrega de su varita. A partir de ese momento tenía que mantenerse completamente alerta para poder realizar el escape satisfactoriamente. No deseaba permanecer en aquel lugar ni un solo segundo más. Se incorporó lo más rápido que le fue posible y esperó a que le dieran algún tipo de orden.

  23. Me parece perfecto, Pikachu —soltó una sonora carcajada ante la broma de su compañero. Le gustaban las personas con buen sentido del humor— Por un momento pensé que todos terminaríamos comiendo alguna extraña comida —añadió en tono de broma mientras realizaba un gesto de negación con la mano derecha.

     

    Por mi estaría bien un poco de asado y jugo de naranja, que ya que insistes en que cada quien pida lo que guste, pues eso es lo que me apetece. —Contestó a la pregunta del chico antes de abandonar la habitación, esperando que Finnick lo hiciera detrás de él.

     

    Tenía que preparar la sorpresa para los chicos. Esta noche pretendía llenar el cielo de fuegos artificiales alusivos a esa grandiosa casa a la que pertenecían; los Aethonans de Salem. Caminó hasta encontrar una habitación donde nadie pudiera verlos y con un movimiento de varita apareció una pequeña caja que se depositó justo a su lado en el piso.

     

    Tú y yo, nos encargaremos de esto, Finnick. —Le mencionó al chico señalando la gran caja y antes de que este pudiera preguntarle cualquier cosa, sacó un gran cohete de la misma explicando así cuál sería su misión durante la fiesta.

  24. Tienes razón, Pikachu, un poco de fiesta nunca viene mal. En cuanto a celebrar mi nombramiento, eso ya lo hemos hecho ayer, pero no veo el por qué no celebrar la llegada de los nuevos. —Contestó a las preguntas del chico mientras mantenía una gran sonrisa en el rostro.

     

    Una fiesta, sí… Eso podía estar bien, pero sin duda debía ser algo más grande que solo eso. Necesitaban un poco de acción en aquella sala, no solo diversión tras diversión. Dedicó un par de minutos a pensar que tipo de actividad podría llevar acabo. Tenía que envolver a todos sus queridos compañeros en una situación verdaderamente emocionante antes de abandonar su puesto como prefecto de la casa. Tomó asiento en uno de los sillones, pero apenas logro acomodarse cuando la joven Jefa de los Aethonan, su tutora, lo llamó a su lado.

     

    Dígame, señorita —decir aquellas palabras fue algo embarazoso, nunca encontraba la forma correcta en la cual dirigirse hacia aquella chica tan importante en su vida— Claro, que puedo hacerlo… De hecho es lo que llevo buscando hacer desde hace un par de horas, pero una fiesta, no lo sé —su tutora pareció no haber escuchado sus palabras y se alejó de él por unos momentos volviendo con un par de cupcakes bastante curiosos.

     

    Sonrió al pensar que aquellos pequeños pastelillos curiosos contenían algo interesante en su interior. No dijo ni una sola palabra más, se alejó de ella sin dejar que aquella sonrisa se le escapara del rostro. Un par de los chicos habían escuchado ya las palabras de Leah y estaban fascinados con la idea. Todo tenía que salir bien, todo saldría bien.

     

    Bien, como veo Kirara quiere encargarse de la decoración así que junto a Leha se encargaran de ello. Pikachu, tú puedes encargarte de la comida. Y Finnick, —le dedico una mirada de nostalgia. Su hermana le había informado que no era más su sobrino— tú me ayudaras con algo especial, algo para el final de la fiesta. —Terminó y justo puso manos a la obra.

  25. Un par de pasos le advirtieron al chico que alguien se acercaba hasta su celda. No tuvo la fuerza ni el tiempo suficiente para incorporarse antes de que quien sea que fuera llegara hasta su posición. La puerta se abrió y una figura rodeada de luz realizó acto de presencia. Un guardián de aquella molesta prisión; esté apuntó hacia el Ryddleturn con su varita y con sólo un ligero pensamiento, que seguro se trababa de un Episkey, logró que todas y cada una de sus heridas sanara.

     

    No hacía falta que lo hicieras y tampoco hace falta que me des comida y agua, pronto estaré fuera de este molesto lugar. —Le soltó al guardia tratando de sonar frío. No entendía por qué trababa de mostrarse amable si lo único que querían las personas como él era terminar con todos los que tuvieran ideales diferentes a los suyos.

     

    Apartó con un ligero manotazo la bandeja de comida y el vaso de agua; logrando que el contenido de este se derramara por el piso. El dolor de las heridas había desaparecido así con un ligero esfuerzo logró ponerse de pie. Trató de contemplar el rostro del guardia pero no logró ver nada con toda aquella luz rodeando su rostro. Se permitió sonreír. Todos ellos tenían un aspecto verdaderamente patético cuando llevaban aquellas luces como protección hacia su identidad sin duda alguna las máscaras tenían un mejor aspecto.

     

    No hacía nada. —Contestó. De sus labios no lograrían sacar ni una sola confesión, no le importaba si era torturado o alguna cosa peor aunque sabía de sobra esas cosas no encajaban en las vidas de la mayoría de los fenixianos.

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