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Cillian Haughton

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Mensajes publicados por Cillian Haughton

  1. El Ryddleturn aún no terminaba de acostumbrarse al cómo se desarrollaban los hechos en aquella torre situada en la academia. Hacía justo un momento había estado de vuelta en la piscina junto a Groter y su sobrino, pero ahora se encontraba de nuevo en la sala principal. Todos estaban de vuelta en ella. Al parecer los jefes de la casa tenían un nuevo aviso que hacer a sus queridos Aethonans y eso había logrado que alguna forma la torre los trasladara a todos frente a ellos.

     

    Jank fue el primero en hablar. Utilizó un par de palabras rebuscadas, pero no importaba, ya que justo después de él vino Leah que dio a conocer el motivo por el cual habíamos sido llamados. El tiempo de Arya como prefecta había concluido y era tiempo de que alguien más tomara su lugar. Se sorprendió al ver que el cartel de plumas con el que solían anunciar los nuevos nombramientos llevara su nombre. Una lluvia de confetis y guirnaldas comenzó a caer sobre su cabeza.

     

    No sabía exactamente qué era lo que tendría que hacer pero estaba seguro de que Arya le ayudaría con ese tema. En medio de la emoción de su nuevo nombramiento, no se había percatado de que la pequeña insignia que antes adornaba el pecho de su compañera estaba ahora en el suyo— Prometo hacerlo lo mejor posible. —Mencionó. Y justo después las chicas habían desaparecido. Quizá habían vuelto a sus habitaciones, ya que unos momentos después sus compañeros y él estaban de vuelta en la piscina.

     

    Una pequeña mesa con un ajedrez sobre ella y un par de sillas aparecieron en el lugar en el momento en que los jefes Aethonan hicieron su entrada. Habían decido unirse a la celebración.

     

     

  2. El Ryddleturn esperó un par de minutos a que el extraño joven dejara de fingir leer su libro y se decidiera a contestar el saludo y así fue. El joven se presento. Era uno más de los prefectos de la casa, y al parecer se había ausentado unos días por alguna enfermedad pero estaba de vuelta para quedarse. Accedió a unirse a la fiesta y se adelanto a cambiarse así que el pelinegro se concentro completamente en la razón por la que había vuelto a a sala. Encontró una pequeña radio sobre una repisa.

     

    Finnick, ya he encontrado algo de música, seguro que está encantada y nos va de maravilla. —Llamó a su sobrino que seguía esperando respuesta del joven— Ven acá, tenemos que encontrar algo para picar todavía —esperó a que Finnick se acercara a él y luego preguntó: — ¿Tienes alguna idea de si nos está permitido llamar algún elfo para que nos consiga algo? —Era tonto preguntarlo, si él era nuevo su sobrino lo era todavía más aún.

     

    Elfo, ¿Algún elfo por aquí? —Comenzó a llamar, no conocía el nombre de ningún elfo domestico de la casa así que esperaba que llamarlos por el nombre de su raza funcionara de algo. Funciono, unos segundos después una pequeña criatura se materializo frente a ellos. Aquellas criaturas siempre le habían parecido interesantes, no sabía cómo habían llegado a ser los sirvientes de los magos, tenían un aspecto inocente y débil pero seguro que no lo eran.

     

    — ¿Se le ofrece algo al joven? —Preguntó la pequeña criatura.

     

    Antes que nada me gustaría saber tu nombre. El mío es Cillian Ryddleturn, un gusto. —Mencionó.

     

    Lo siento señor, pero yo no tengo nombre, solo soy un Elfo más. —Contestó el elfo con un dejo de orgullo. Era curioso que alguien estuviera orgulloso de no tener un nombre —. ¿Podría saber para que me haya llamado?

     

    —A mi compañero y a mí, nos gustaría que nos consigas un par de cosas para picar. Veras, se ha montado una fiesta en la piscina y lo necesitamos. —Soltó.

     

    Sería un gusto, no hace falta que esperen, en unos minutos un pequeño festín será subido hasta ese lugar. —Sin esperar respuesta el Elfo desapareció con un pequeño chasquido.

     

    Los dos jóvenes volvieron a la piscina, sus compañeras nos habían regresado, pero el pequeño festín que el Elfo les había prometido ya se encontraba dispuesto sobre una pequeña mesa a lado de las sillas de playa. En él se podían ver todo lo típico que solía comerse durante un día de playa o piscina; frituras, panecillos, diferentes preparaciones con productos del mar, refrescos y aguas frescas. Groter también estaba ahí, recostado sobre una de las sillas.

  3. Si de algo estaba seguro es que él no quería hacerlo, pero alguien tenía que tomar la iniciativa y terminar con todo eso de una vez por todas. No quería que la clase terminara; de alguna forma se había acostumbrado a sus nuevas profesoras y no estaba listo para un nuevo cambio, no con todo el lío mental que se estaba llevando a cabo en su interior en esos momentos, pero sabía que todo lo bueno termina tarde o temprano. Observó a sus compañeros en busca de alguna expresión que indicara que ellos querían hacerlo, pero no la encontró.

     

    No tengo idea del cómo, pero creo que yo lo hare. —Contestó con desgana a su profesora; a la pelirroja, aquella que de momento no le hacía mucha gracia. No podía sacarse de la cabeza aquella disimulada sonrisa que, si tan solo hubiera durado un poco más, podría jurar haber visto en el rostro de la joven. Si tan solo hubiera estado un poco más seguro de haber notado ese pequeño acto quizá no tendría tanto problema con aquella chica de apariencia arrogante, fría y antipática.

     

    Dejó que su cabeza comenzara a dar vueltas pensando en un plan. No tenían tiempo para realizar uno elaborado así que tendría que ser algo simple. No podían utilizar magia y tampoco lograrían nada utilizando la fuerza en contra de su objetivo, en aquel lugar el solo hecho de intentarlo podría poner fin a las vidas de todos—. Sin temor a equivocarme, creo que la única opción de lograr algo es seguir pretendiendo pertenecer a ellos. Seguir de infiltrados y actuar de forma sencilla. No vamos a conseguir nada utilizando la fuerza y si intentamos colarnos dentro del dormitorio de Helena alguien podría atraparnos y eso sería al fin de nuestras vidas.

     

    La noche se volvía cada vez más cerrada y eso solía indicar que pronto amanecería, y así el plazo para realizar la misión terminaría. El Ryddleturn pidió a sus compañeros y profesaras que lo siguieran, los condujo hasta la entrada del lujoso edificio donde residía Helena. Tenía un plan. La única forma que él consideraba posible para terminar su misión era hablarla con la propia Helena, sobre la historia había muchos secretos y misterios ocultos así que esperaba que aquella mujer accediera a convertirlos en uno de ellos, y a su vez a ayudarlos.

     

    Un par de guardias protegían la entrada. Claramente no sería fácil lograr que les permitieran hablar con ella, pero tenía que intentarlo. Se adelantó hasta estar frente a ellos; estos no habían despegado su mirada del grupo desde el momento de su llegada y el ver que uno de ellos se aceraba a la entrada, los hizo reaccionar. Impidieron el camino del joven unos metros antes de la puerta. Sabía que eso pasaría así que mostrando una expresión sería soltó: — Necesitamos hablar con Helena, tenemos información de vida o muerte.

     

    Sin mencionar ni una sola palabra, uno de los guardianes se encamino dentro del edificio mientras el otro seguía impidiendo el paso del joven. Volvió un par de minutos después— Helena les concederá un par de minutos para conocer su historia, pero no más. Los espera en el salón principal. —Mencionó él guardia haciendo par de señas a su compañero para que dejara el camino libre. Todo parecía ser demasiado fácil y cuando las cosas resultaban así, no siempre quería decir que terminarían bien.

     

    Al igual que el guardia, el pelinegro realizó un par de señas hacia sus acompañantes y acto seguido se encamino hacia la entrada del edificio esperando que lo siguieran.

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  4. La oscuridad los había cubierto casi completamente y el Ryddleturn tenía que forzar la vista para poder ver la posición de su oponente. No se habían movido ni un solo centímetro desde que el duelo había comenzado, quizá por lo pesado que el lodo volvía sus pasos, y eso lo ayudaba de alguna forma. Logro silenciar a su oponente con su anterior hechizo, pero este no le había dado el resultado que esperaba.

     

    Sin recuperase del todo del sectusempra un nuevo hechizo le impacto de lleno en el rostro deformándoselo y causándole un grave dolor — Incárcerusmurmuró apuntando a su oponente y tres largas cuerdas salieron despedidas de su varita logrando atar a su oponente. Estaba casi seguro de con eso, por fin tendría la ventaja necesaria para recuperarse del todo.

    Finite Incantatem susurró justo después, apuntando con la varita hacia su rostro y rápidamente los efectos del "Embrujo punzante" comenzaron a desaparecer. Kritzai era bueno y eso no podía negarlo. Lo que tampoco podía negar era que aquella situación ya lo tenía irritado del todo.

  5. Observó a su sobrino caminar sobre la orilla de la piscina mientras esperaba una respuesta, aquel chico le parecía interesante, se podría decir que tanto como su hermana le pareció el día en que la conoció. Escucho atentamente la repuesta de su sobrino y después comenzó a hablar—. Te entiendo, cuando yo era pequeño nunca pensé en que me iría alguna vez de casa, pero las cosas cambian y puedes encontrarte en circunstancias que ameriten desprenderte de todo lo que conoces y encaminarte hacia lo desconocido.

     

    Su mente viajo rápidamente hacia aquel momento en el que por temor a una boda que seguro le destrozaría la vida tuvo que abandonar por primera vez la Mansión Ryddleturn en la que había vivido durante todos los años que podía recordar— No olvides que siempre existe la opción de regresar, seguro que alguien importante te estará esperando. Ya sea de visita o para quedarte permanente de vuelta. —Le dedicó una sonrisa a su sobrino y después tomo asiento en una cómoda silla de playa.

     

    Las chicas comenzaban a tardarse un poco más de la cuenta y las cosas comenzaban a ponerse aburridas— ¿Te parece si volvemos a la sala principal para buscar algo de música y algo para picar? —Preguntó. Sabía que una fiesta, no podía llamarse así si no había un poco de música y comida chatarra. Esperó la respuesta de su sobrino y juntos se dirigieron en busca de lo que necesitaban.

     

    Al entrar a la sala principal pudo notar a un chico que se encontraba sentado en un cómodo sillón sosteniendo un libro en sus manos, el cual claramente se podía notar que no leía— Hola, ¿Qué haces sentado ahí cuando podrías estar festejando en la piscina? —No sabía quién era aquel chico, ni cuando había llegado a la Sala Común por que nunca había reparado en él, pero aún así le dedico aquellas palabras.

     

     

  6. Al parecer Viktor estaba completamente metido en aquella historia de la que el Ryddleturn no tenía idea, así que era de mucha ayuda para el grupo— Si logramos encontrar esos túneles estaríamos un paso más cerca de ese tesoro. Y no me preocupo por ello, ya que sé que con tu conocimiento sobre todo lo sucedido en esta época seguro que lo encontramos, o por lo menos eso creo. —Respondió a la explicación de su compañero.

     

    Dentro del templo Viktor comenzó la búsqueda de dicha entrada sin pedir la ayuda de los demás, estaba absorto en sus pensamientos y estaba seguro de que si de verdad existía podía encontrarla; estuvo durante algunos momentos dando pequeños golpes a las paredes en busca de algún sonido hueco que le indicara que la había encontrado. Mientras tantos el Ryddleturn se dedicó a buscar entre los cuerpos regados por el templo, que a primera vista no había podido notar, alguno que diera señales de vida.

     

    Quería terminar con aquella misión lo más pronto posible y para ello tenía que poner todo de su parte aunque todo ese lío que cargaba en su cabeza no lo dejara pensar con claridad. Si por lo menos lograra encontrar a alguien vivo que pudiera darles un poco de información, todo sería mucho más fácil para ellos. Cuando se percató de que su compañero había encontrado el túnel, se dio por vencido en su búsqueda y volvió al grupo.

    Tomó la delantera, no era el más indicado para hacerlo, pero si querían fingir ser un par de guardias dándole protección a un trió de sacerdotisas así es como tenían que ser las cosas. Caminaron durante casi media hora a la luz de sus varitas en busca de una salida hasta que lograron encontrarla. La guerra no había traspasado las murallas aún pero se podía sentir la tensión de los lugareños a cada paso que daban.

     

    No necesitaron de mucho tiempo para descubrir donde residía Helena, aquella mujer a la que pretendían robarle o mejor dicho tomar sin su consentimiento una de sus preciadas joyas, un lujoso edificio en el centro de aquellas murallas. Se dirigieron rápidamente hacia aquel lugar, su misión estaba cada vez más cerca de terminar.

     

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    OFF:

     

     

     

  7. Las cosas comenzaban a ponerse serias durante el duelo, el Ryddleturn había logrado defenderse del anterior hechizo de su oponente, al igual que había logrado desarmarlo pero no había logrado salir ileso de aquello. Antes de lograr desarmarlo su compañero logro lanzar un último hechizo que le dio de lleno en el pecho causándole graves heridas. « Que molesto es este chico », pensó, antes de que el dolor comenzara a nublarle la razón.

     

    « Episkey », pensó rápidamente en cuanto pudo sentir como los daños comenzaban a causarle dolores graves, apuntando con su varita justo hacia el mismo punto donde el hechizo de su oponente lograra impactarlo hacía solo unos momentos. Logrando que la sangre de sus heridas dejara de brotar de forma constante y curando algunas de las heridas más graves. Sabía que un solo “Episkey” no lograría curarlo del todo, pero tenía que bastar por el momento.

     

    Silencius —murmuró justo cuando su oponente había recuperado su varita y se disponía a lanzar otro hechizo en su contra, dejándolo completamente mudo por unos instantes e imposibilitando a Kritzai de seguir con el duelo antes de que lograra curarse del todo. Quizá no fuera su mejor opción, pero creía que con eso ganaría un poco de tiempo.

     

     

  8. Después de unos minutos de espera un joven rubio hizo su entrada a la recepción presentándose como Dylan Kyle; uno de los empleados del consejo regulador de escobas— Mucho gusto, mi nombre es Cillian Ryddleturn —soltó, mientras Viktor y él se encaminaban detrás del pelirrubio hacia su oficina. Tomaron asiento y el empleado de la oficina les pasó un par de pergaminos junto con una pluma y les explicó rápidamente lo que debían hacer.

     

    Ninguna —contestó a la pregunta antes de que su compañero lo hiciera, al parecer su compañero si que tenía una, pero era algo pequeño. Viéndolo bien, el tampoco tenía idea sobre ello, pero le parecía mejor que alguien mas firmara como responsable— Por mi parte, le pediré a mi madre adoptiva que lo haga, ella debe estar por aquí... En algún lugar, así que volveré en unos momentos con el formulario —mencionó en forma de respuesta hacia Viktor, pero también dirigiéndose al pelirrubio.

    Se despidió de su compañero y salió en busca de su madre. Acudió de nuevo a la recepcionista y está, con una sonrisa en el rostro, le dijo dónde podía encontrarla. Unos minutos después estaba de vuelta en la oficina de Dylan con el formulario rellenado— Espero que este todo bien —mencionó mientras le hacía entrega del mismo. Y después espero a que el pelirrubio le diera una respuesta.

     

    Formulario del examen de vuelo:

    Ficha de Identificación Personal:

     

    ~ Nombre del examinado: Cillian Ryddleturn/Black Lestrange

    ~ Enlace a su ficha personal: Aquí

    ~ Persona a la que se avisará en caso de terminar en el Hospital San Mungo: Mía Black Lestrange

     

    Consentimiento informado:

     

    La escoba es el único objeto legal como medio de transporte que no necesita ser registrado. Es una de las formas de transporte mágico más utilizada y aceptada en Gran Bretaña, aunque es algo cultural. En el pasado, los magos eligieron la escoba como medio para volar por ser discreta, barata y fácil de llevar.

     

    Los alumnos de RB de la Academia de Magia y Hechicería que hayan sido mandados al Departamento, deberán recurrir al Consejo Regulador de Escobas para realizar el examen. Con esto se sabrá si el mago o bruja está capacitado para manejar el medio de Transportes.

     

    Yo, Mía Black Lestrange, Madre adoptiva, he leído y comprendido el presente informativo, asumo los riesgos que Hijo adoptivo corre al realizar el examen de vuelo y libro de toda responsabilidad al Departamento de Transportes Mágicos.

    Mía Black Lestrange

    Directora del Departamento de Transportes Mágicos.

     

  9. Al Ryddleturn no le gustaba para nada la actitud que Bridget, una de sus profesoras, tenía hacia ellos y más específicamente hacía él. Pero no quería tener problemas, así que tenía que acatar todas sus órdenes; al igual que soportar la forma en que se dirigía a él. No encontraba motivos para que tomara esa postura, él solo había hecho una pregunta que consideraba importante. Recordó por unos momentos su clase de Generales, sus profesoras en aquella clase siempre habían sido agradables.

     

    Ya me imaginaba que no. Al parecer, en la Academia, las cosas nunca son sencillas… —comenzó. En aquellos momentos se encontraba irritado y que su profesora se comportara de aquella manera pesada con él, lo irritaba aún más— Y eso es lo que me gusta de ella, pero si vamos a robar algo, por lo menos sería bueno conocer el motivo. —Dicho esto, dio media vuelta y comenzó a alejarse un poco del grupo, pero antes de estar lo suficientemente lejos pudo escuchar como su profesora recalcaba que no estaban en una zona de recreo.

     

    « Claro que no estamos en un recreo, estamos a solo unos pasos de una guerra. Y no solo eso, también estamos a solo unos pasos de una misión suicida », pensó. Estuvo unos momentos separado del grupo, sentado sobre la fina hierba verde que rodeaba todos los alrededores de esas enormes murallas. Viktor y Kutsy estaban a su lado, pero aun así se sentía solo. Los cambios dentro de él estaban ocurriendo con mayor rapidez. Sabía lo que estaba pasando en su interior, el Demonio que llevaba dentro estaba luchando por mostrarse al mundo.

     

    Cuando escuchó que la otra profesora del grupo comenzaba a dar un par de indicaciones, se levantó lentamente y volvió al grupo, con más ganas de quedarse donde estaba que de continuar la misión. Escuchó en silencio todo lo que planeaban, era lo único que podía hacer ya que no conocía la historia. Siguió al grupo a través del camino que Athena les había señalado. Al parecer rodearían las murallas y buscarían una forma segura de entrar. Durante el camino, la pelirrubia se acercó a él y le explico el verdadero motivo por el cual estaban ahí.

     

    Entiendo. No estamos robando, estamos intentando que el curso de la historia continué como debe ser —solo hacía conjeturas, pero quizá estaba en lo cierto, y aquel objeto que buscaban no debía estar en aquel lugar. Quizá hubiera sido plantando en aquel tesoro con alguna oscura intención y ellos tenían la misión de impedirlo— ¿Existe alguna posibilidad de que ese joya pueda cambiar el curso de la historia si no lo conseguimos? —Preguntó a la pelirrubia. Tenía que saber si estaba en lo correcto.

     

    Esperaron durante algunos minutos hasta que el templo estuvo libre de saqueadores y se encaminaron hacia él. El lugar estaba completamente destrozado, pero aun así podía notarse la magnificencia del mismo. Era la primera vez que el Ryddleturn miraba una construcción así, y por unos momentos quedo impactado. Buscaron por todo el lugar tratando de encontrar algo o alguien que pudiera ayudarles en su camino, pero el templo parecía estar completamente vacío ahora que los saqueadores se habían ido.

     

    ¿Qué es lo que haremos ahora? —Preguntó dirigiéndose a los expertos en el tema, que al parecer eran su compañero Viktor y Athena.

     

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    OFF:

    Edito para poner algo que Athena me ha pedido.

     

     

    Aspecto Físico:

    Cabello rizado de color negro, normalmente suele llevarlo un poco largo. Ojos del mismo color y rostro afilado en el cual se pueden notarse dos lunares: Uno, justo debajo del ojo derecho y el otro, del lado izquierdo de su barbilla. De tez blanca, estatura alta [1,78] y complexión delgada. En cuanto a su vestimenta, suele llevar casi siempre ropa muggle, no le gusta vestir con aquellas complicadas y pesadas túnicas del mundo mágico, pero llega a hacerlo cuando la situación lo amerita.

    Cualidades Psicológicas:

    Inestables. Actualmente se encuentra en una lucha entre el bien y el mal dentro de sí. En su interior las cosas están cambiando, y aunque sabe a qué se debe, no logra comprenderlo del todo. Normalmente suele ser una persona sociable y muy carismática, pero en algunas ocasiones suele convertirse en la persona más fría, antipática y horrible del mundo; sobre todo cuando las personas que lo rodean no son de su agrado.

    Suele ser leal y servicial hacia las personas que, a su criterio, de verdad lo merecen. No le importa lo que los demás piensen sobre él. Gusta de cuestionar todo lo que le rodea, ya que siempre está tratando de buscar la verdad sobre las cosas. Es una persona dispuesta a siempre aprender cosas nuevas, más si eso puede llegar a serle de utilidad en algún futuro próximo o lejano. También suele ser un poco terco, cuando se propone a lograr algo no para hasta hacerlo.

    La familia es lo más importante de su vida, aún más desde que perdió a su hermana. No cree en las relaciones serias, ya que en esos temas solo ha tenido malas experiencias; prefiere mantenerse alejado de ellas. Otra de las cosas importantes para él es su fidelidad a La Marca tenebrosa, aunque su comportamiento no sea digno de ella, él sabe que es ahí donde debe estar. Por cualquiera de esas dos cosas, haría lo que se le pidiera sin pesarlo ni una sola vez.

    Historia:

    El primer recuerdo que logra guardar sobre su vida, es sobre el día en que su hermana gemela y el fueron trasladados a la imponente Mansión Ryddleturn a las afueras de Ottery durante una lluviosa tarde de hace ya varios años. Sobre su vida antes del mismo, no tiene conocimiento alguno, al igual que sobre su padre. De pequeño tuvo varias inquietudes sobre ese periodo de tiempo, pero su Madre siempre insistía en que era mejor no saberlo, hasta que un día decidió prohibir cualquier pregunta sobre el tema.

    Tuvo una infancia completamente ideal, en la cual creció rodeado de familiares que se podría decir lo querían más de lo que él nunca pudo llegar a imaginar. No solía separarse nunca de su Gemela Alis, realizaba prácticamente todas sus actividades junto a ella. Con el tiempo lograron desarrollar la habilidad de comunicarse por medio de sus mentes, lo cual los volvió más unidos de lo que ya eran. Los años pasaron entre risas, dramas y viajes al infierno, los cuales solían realizarse periódicamente por los miembros de la familia.

    Cuando tuvo la edad suficiente para comprender sobre el tema de los bandos, decidió que cuando llegara su tiempo, se convertirá en un Mortífago al igual que el resto de su familia. No había otro destino para él, lo llevaba en la sangre o por lo menos eso es lo que el chico pensaba. A sus 17 años de edad conoció a una chica por medio de uno de sus hermanos, con la cual estuvo a punto de cometer el gran error de casarse justo después de un año de relación. Afortunadamente no lo hizo, y decidió huir el día de su boda aunque no mejor forma de hacerlo, era su única opción con aquella chica.

    Estuvo separado de su familia durante un par de meses, pero se mantenía al tanto de ellos por medio de su gemela con la cual solía comunicarse diariamente mediante su habilidad. Decidió volver Ottery el día de la boda de Alis y se quedó durante un par de meses junto a su familia, meses que transcurrieron calmadamente, después decidió embarcase en un viaje alrededor del mundo junto a su Gemela.

    Nadie sabe la historia sobre lo que sucedió durante ese viaje, solo que el joven Ryddleturn había vuelto sin su hermana y nada más. A su vuelta logro encontrase solo con dos de sus viajes familiares en la Ryddleturn, su madre y su hermana Anna seguían ahí, todos los demás habían desaparecido. Actualmente se encuentra cursando la Academia de Magia y Hechicería y ha sido adoptado por una de sus profesoras, Mía, en la familia Black Lestrange.

     

  10. Observó al chico durante un par de segundos. Como era de esperarse, había ignorado las palabras que su oponente le había dedicado, y eso solo dejaba más en claro lo prepotente que podría llegar a ser. A partir de ese momento el Black Lestrange no se molestaría en detenerse a dedicarle ni una sola palabra, solamente se limitaría al duelo. Quizá ya que terminaran con aquella clase, y si el chico hacía algo que lo ameritara, trataría de trabar una amistad con él.

     

    El lugar comenzaba a irritarlo. Sus movimientos comenzaban a volverse más pesados gracias a la acumulación de lodo en sus zapatos, pero no dejaría que aquello se convirtiera en una desventaja para él, seguro que su compañero se encontraba en una situación familiar o hasta un poco más molesta. Kritzai había entorpecido su intento de desconfigurarle el rostro, dejándolo mudo durante algunos segundos, con aquel molesto pero útil hechizo nombrado "Silencius".

     

    Avis —murmuró rápidamente al ver que un nuevo rayo salía de la varita de Kritzai en su dirección, e instantáneamente doce aves de color azul aparecieron frente a él creando una barrera. Dos de ellas recibieron directamente el hechizo, haciéndolas caer desmayadas al agua, pero justo antes de que estas tocaran el agua desaparecieron junto a las otras que aún se mantenían en vuelo.

     

    Expelliarmus —mencionó al tiempo que hacia un elegante movimiento de muñeca. Ya que se había propuesto demostrar que era bueno en el tema de los duelos aunque la realidad fuera otra. De impactar, aquel rayo que viajaba veloz hacia su oponente, lo desarmaría. Logrando así que se descuidara por unos momentos del duelo para ir a buscar su varita.

  11. Observó divertido las expresiones de aquel chico. Al parecer no le gustaba para nada que tratara de convertirlo en una mascota, pero el Ryddleturn ya lo había decidido y cuando se proponía algo, no solía parar hasta conseguirlo. Recordó una de aquellas tantas veces en que, sus acompañantes de aquel largo viaje, se habían negado a algo y el como con su insistencia había logrado que terminaran por cambiar de opinión. Con el tiempo y un poco de su encanto, sabía que aquel chico también terminaría por ceder.

     

    Así es, una mascota muy linda, por cierto… —estaba jugando con fuego, pero no le importaba. Esa noche se haría de una nueva mascota, costara lo que le costara— Claro que no tienes cara de perro, ni de ninguna de esas otras cosas, pero si tienes cara de “mascota” y es en eso en lo que te convertirás desde hoy. La mascota personal de Cillian Ryddleturn —. Pudo sentir el asqueroso aliento de su acompañante en el rostro, pero aun así siguió con su juego— Si vuelves a hacer eso, no vas a vivir para contarlo.

     

    Dejó a un lado su vaso de Whisky. Cuando se proponía lograr algo, por tonto que fuera, prefería no beber — Ya verás cómo encuentro una forma de hacerte entrar en línea. La mascota de un Ryddletun no puede tener esos modales que tú te esfuerzas por mostrar al mundo —una pequeña pausa se creó en la conversación y después el peliblanco siguió con ella. ¿Un collar anti pulgas? ¿Una licencia de propiedad? El Ryddleturn no necesitaba nada de aquello para convertirlo en su mascota.

     

    No son animales, yo nunca he dicho eso. Pero lo que si digo es que pueden llegar a ser las mejores "mascotas" del mundo, y es por eso que te he elegido a ti para que seas la mía —observó como el chico terminaba su vaso de Whisky, y como después tomaba el suyo y de un solo trago también lo terminaba— No te voy a dar las gracias por este tipo de cosas —pero en sus pensamientos lo hacía, ya que si el chico estaba ebrio, las cosas serían mucho más fáciles.

     

    Escuchó lo que solo parecían ser desvaríos de una persona alcohólica, y solo para no dejarlo hablando solo, mencionó: — Por mi esta bien el licor, hará las cosas mas fáciles.

     

     

  12. Las líneas temporales de todos y cada uno los presentes en la Sala Común de los Aetohonans tomaron un ritmo distinto, creando así un confuso momento durante su traslado a la piscina. El Ryddleturn tenía entendido que se había dirigido hacia el lugar una vez que todos se encontraban ya en él, pero no fue así ya que su sobrino llego detrás de él vistiendo unos bermudas un tanto locos.

    Yo soy británico de nacimiento —contestó a Helen dedicándole una sencilla sonrisa— Y me encanta que sea así, no sé qué hubiera sido de mi si mi nacionalidad hubiera sido otra —terminó, mientras observaba como las chicas comenzaban a organizarse para volver un rato a las habitaciones a buscar ropa un poco más adecuada. Él no lo haría, no gustaba de entrar a las piscinas así que solo les acompañaría desde fuera.

    Así que eres hijo de Anna, me da mucho gusto conocerte por fin. Tu madre me ha hablado mucho de ti —mencionó dirigiéndose a Finnick. Tenían que buscar un tema de conversación, en lo que regresaban las chicas.
  13. Apenas los dedos del Black Lestrange tocaron el traslador del que su profesor le hacía entrega, pudo sentir como jalaban desde alguna parte en el interior de su estómago y era trasladado a su nuevo destino. « Perfecto, estoy seguro que no pudieron encontrar un lugar mejor », pensó con ironía, al sentir que sus pies aterrizaban sobre lo que parecía ser un gran charco de agua. Una vez que sus ojos se acostumbraron a la poca luz pudo comenzar a apreciar el lugar en el que se encontraba.

     

    Un pantano, un sucio y molesto pantano. Mientras caminaba al encuentro de su oponente en aquel horrible lugar, pudo observar los altos y viejos árboles, que parecían ser los reyes junto a la neblina que no dejaba ver con claridad el camino. Al chico no le molestaban los lugares lúgubres, lo que le molestaba eran aquellos lugares donde la tierra y el agua solían compartir el mismo espacio. Al poco tiempo pudo sentir como los pececillos comenzaban a revolotear alrededor de sus pies, y no tenía ningún problema con ello, siempre y cuando no fueran pirañas.

     

    Para el duelo, que sus profesores habían planeado, continuaba vistiendo de la misma forma en lo que lo había hecho en clase; un conjunto de ropa muggle que consistía en un pantalón de mezclilla, una playera a cuadros de color azul y un par de tenis converse del mismo color. No era la mejor opción, pero ya no había vuelta atrás en cuanto ese tema. La noche comenzaba a volverse cerrada, si no terminaban con esto pronto, su compañero y el terminarían completamente a oscuras sin un solo rayo de luz.

     

    No muy lejos de su posición pudo escuchar un leve chapoteo de agua y de lo que parecía ser la nada un veloz rayo salió disparado en su dirección. Sin pensarlo dos veces tomó su varita del bolsillo izquierdo de sus vaqueros, en el cual solía mantenerla guardada, y murmuró: — Protego —logrando que instantáneamente un poderoso escudo ambarino apareciera justo frente a él, defendiéndolo de aquel hechizo que su compañero había lanzado en su contra. Fue entonces cuando pudo verlo, Kritzai no se encontraba muy alejado, solo un par de metros más allá.

     

    Veo que esto de lanzar hechizos sin ton ni son es lo tuyo, chico —sabía que el mismo no era bueno en duelos, pero tenía que mentalizarse a ello, quizá así lograra hacerlo bien. Realizó una pequeña y rápida reverencia a su oponente y haciendo un movimiento de varita pronunció: — Embrujo punzante —apuntando directamente al rostro de su compañero. De impactar, este haría que el rostro de su oponente se desconfigurará y su visión dejara de ser clara, todo esto combinado a un gran dolor que podría dejarlo fuera de juego por unos momentos.

  14. El día apenas comenzaba cuando el Ryddleturn arribó a Londres con la intención de visitar el Ministerio de magia y realizar el trámite que sus profesoras de Rol básico le habían pedido. Era la primera vez que realizaba uno por sí solo, sus familiares siempre lo habían ayudado en esos temas, así que se encontraba un poco nervioso. Utilizó una de las entradas para invitados, una pequeña cabina de teléfono en una calle casi desierta, estando dentro se apresuró a buscar un elevador que pudiera llevarlo a su destino dentro de aquel gran edificio.

     

    Pulsó el número seis del pequeño recuadro con números que se encontraba a un costado de la puerta, tal como uno de sus familiares le había indicado que tenía que hacer. Espero pacientemente hasta que un ligero "click" anunció que había llegado a su destino, y las puertas del elevador se abrieron de nuevo ante él. Su madre adoptiva era la directora de aquel departamento así que esperaba encontrársela aunque solo fuera para saludarla, no quería interrumpirla si tenía algo importante por hacer.

     

    Buenas tardes… —comenzó mientras se acercaba al encargado detrás del escritorio, que supuso sería el área de recepción— ¿Dónde podría conseguir un formulario para el examen de vuelo? —terminó, mostrando una amplia sonrisa.

  15. Cillian terminó su desayuno y se dispuso a tomar un último panecillo antes de volver de nuevo a su recamara. Escuchó como los chicos hablaban sobre una fiesta en la piscina, aquella idea se le antojaba extraña, ya que en el poco tiempo que llevaba en la Academia nunca había visto alguna. Pero al parecer estaba equivocado, ya que de verdad que existía uno, y lo más raro era que al parecer se encontraba dentro de la misma torre de los Aethonans.

     

    Unos minutos después pudo observar como sus compañeros se ponían en marcha hacia ella, y Arya se detenía un momento para invitarlos a él y Leah a unírseles. Ciertamente, el chico no tenía ánimo de ir a una piscina, nunca le habían gustado pero si sus compañeros lo querían así no habría de otra— En unos momentos estoy con ustedes, Arya —le sonrío antes de que la chica desapareciera por uno de los pasillos de la torre.

     

    No volvió a su habitación a buscar ropa adecuada para el lugar, justo después de terminar su panecillo se dirigió directamente hacia a la piscina, tardo unos momentos para dar con ella pero al final logro encontrarla— ¿De qué hablan chicos? —inquirió, buscando la forma de introducirse en la conversación.

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  16. Ya me he percatado de que eres un alcohólico, y te agradeciera si buscaras un par de pastillas de menta antes de seguir hablando —soltó a manera de reto. El chico nuevo le comenzaba a caer bien, pero aun así sentía la extraña necesidad de tratar de hacerlo menos— Eso que dices es bueno, "Peshioso", ya verás cómo nos comenzamos a llevar bien dentro de poco… —realizó una pequeña pausa, en la cual se dedicó a observar los ojos el peliblanco, dentro de los mismos podía ver que la vida de aquel chico no había sido para nada fácil — Vas a convertirte en alguien muy especial para mí, serás mi linda mascota —sonrió.

     

    Desplazó al chico hasta una de las "estaciones bar" más cercanas al lugar donde se encontraban, pidió al cantinero dos Whisky's de fuego y entrego uno a su compañero. Si era verdad que aquel chico era un alcohólico seguro que el Whisky de fuego no era nada para él, solo una bebida más para pasar el rato. Dio un sorbo a su vaso y notó como raspaba en su garganta, había sido est****o por pedir aquello, si bien sabía que era una bebida que aún no lograba soportar.

     

    Yo no soy egoísta, mejor dicho… —buscó las palabras correctas para describir la situación del chico— Tu eres tonto por haberte dejado caer en los vicios, pero ahora que eres mi nueva mascota, ya me ocupare yo de sacarte de ellos —quizá su compañero pensaba que estaba diciendo solo un par de disparates, pero no conocía lo terco e infantil que el Ryddleturn había sido en un pasado lejano y que en aquellos momentos el tenerlo cerca hacía que aquella vieja característica quisiera salir a la luz.

     

    ¿No te basta con el Whisky? —Preguntó con un poco de ironía— Deberías disfrutarlo ya que es todo lo que te permitiré beber durante el resto de la noche —dio otro pequeño sorbo a su Whisky mientras seguía observando el rostro del chico, algo le llamaba demasiado la atención en él, pero no debía pasar de eso— Lo último se puede arreglar fácilmente ¿Sabes? —había logrado escuchar el comentario que su acompañante había realizado en un murmuro casi imperceptible.

  17. La defensa que el joven aspirante había ideado no resulto para nada como lo esperaba, y el hechizo de desarme que su madre impacto de lleno contra su varita expulsándola unos metros más allá de su posición, no sabía que era lo que había hecho mal pero seguro que ya se lo explicaría su madre cuando terminaran con la práctica. Antes de que pudiera moverse para ir a la búsqueda de su varita otro rayo de luz impacto contra su rostro causándole un gran dolor y desfigurándole el mismo.

     

    Con el rostro desfigurado se encamino hacia el lugar donde su varita había ido a parar, se agacho y la tomó con su brazo derecho, después apunto con ella hacia su rostro tratando de no pensar en el dolor que el hechizo le causaba y murmuró: — Finite incantatem —logrando que los efectos desaparecieran por completo. Libre de ello se alejó un poco del grupo, había cumplido con el minino de acciones que los profesores habían pedido para la práctica y no le apetecía continuar por el momento.

     

    Desde su lugar pudo observar como los duelos de práctica de sus compañeros seguían su curso, le daba gusto saber que todos se estaban esforzando por tratar de aprender todo lo que pudieran sobre los duelos. Por su parte, trataba de hacerlo, pero no era tan fácil… Que equivocado había estado tan solo hacia menos de una hora.


  18. Mientras el joven Ryddleturn trababa de alcanzar al misterioso joven que había pedido su ayuda hacia tan solo unos momentos, pudo observar como sus pasos podían ser tan descuidados y elegantes a la vez y el cómo acariciaba la pequeña criatura que sostenía en una de sus manos, de alguna forma aquel chico comenzaba a llamarle la atención. Sabía que lo que el otro buscaba era una forma de salir de la fiesta, pero su intención era otra completamente diferente; lo retendría en la fiesta hasta el final de la misma.

    ¿Cómo es posible que no puedas recordar tu propio nombre? Estas mal, verdaderamente mal —comentó al escuchar la respuesta del chico. Dudo un momento de responder al apretón de manos que el chico le ofrecía, pero después de unos segundos opto por que era mejor hacerlo. «Dorian, que nombre más estupido», pensó. Dejo que su cerebro trabajara durante un par de segundos y al final mencionó: — Creo que te llamare, "Pechioso". Dorian no te va, y ya me has dado permiso de llamarte como quiera, así que no podrás negarte —dejó que su rostro mostrara una sonrisa que reflejaba un poco de malicia.

    Quizá al chico no le gustara que lo llamaran por uno de los tantos diminutivos de la palabra "precioso", pero había cometido un error al permitirle a su compañero el llamarlo como se le antojara. Cillian sabía que al hacerlo se estaba comportando como un niño pequeño, pero no le importaba. En lo único que pensaba en aquellos momentos era en como retener a aquel chico a su lado en la fiesta.

    Nada de fumar, mientras estés cerca de mí, los cigarrillos están prohibidos —lo tomó de uno de sus brazos y comenzó a arrastrarlo hacia el centro de la fiesta— Quizá encontremos un poco en alguna de las estaciones bar, tú no te preocupes, que lo de beber es otra cosa. Si gustas, puedo acompañarte… —estaba comenzado a divertirse con aquella situación, el chico de cabellos plateados parecía tener un carácter verdaderamente molesto, pero el Ryddleturn sabia como dar un poco de guerra— Ni la veras —añadió contestando a su ultima pregunta.

  19. Ya lo creo que sí, seguro que la fiesta es todo un aburrimiento si algunos andamos por ahí un poco dormidos. —respondió a la respuesta de Arya, mientras jugaba con su segundo plato de cereal. Estaba tan hambriento, que podría comer todo lo estaba sobre la mesa. Desde su posición pudo observar como Kirara arriba a la Sala Común montana en el caballo de piedra—. Buenos días —le devolvió el saludo con una sonrisa.

    Rol básico va muy bien, Finnick, Duelo básico es lo que me preocupa —contestó a la pregunta de su sobrino. Ya no podía decir que en rol lo había mal, ya que varios de sus compañeros y profesores le habían hecho ver que al final del día no era tan malo como él pensaba, pero duelo básico era otra cosa y no era para nada bueno; mucho le gustaría por lo menos pasarla con un Aceptable.

    Después de su respuesta volvió a concentrarse en su plato de cereal, prestando un poco de atención a la charla por si alguien llegaba a dirigirse a él en algún momento. Leah contestó a su comentario, pero el chico solo se limitó a sonreírle y seguir concentrado en su desayuno. Durante los próximos minutos pudo escuchar como su jefa de casa se despedía para ir a leer y los chicos comenzaban a planear la fiesta. Decidió no inmiscuirse en el asunto hasta que alguno de los chicos ocupara de su ayuda.
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  20. ¡Buenas noches!

     

    Me paso para solicitar un nuevo cambio a la ficha, ya que he añadido un par de cositas nuevas.

     

    Edito:

     

    Me había pasado a dejar algo para realizar un cambio, pero a petición de una de mis profesoras en la Academia, vengo a retirarlo hasta nuevo aviso ^_^ Muchas gracias por su atención, saludos.

  21. Justo en el momento en que el joven Ryddleturn volvía al grupo con un nuevo tarro de cerveza de mantequilla pudo sentir como alguien posaba una mano en su hombro, logrando que se asustara un poco— Hola, no te preocupes… sin problemas —contestó al comentario del chico que acababa de tocarlo y después dejo que el chico siguiera hablando ¿Para que buscaba una salida? Esto era una fiesta y apenas comenzaba, nadie debía irse todavía.

    Observo al chico, su larga cabellera plateada y las finas facciones de su rostro, sin duda era atractivo, y no era la primera vez que tenía el gusto de verlo. Espero mientras el chico daba una calada larga a su cigarrillo, fue una mala acción ya que el chico termino soltando todo el humo frente a su rostro; lo cual lo molesto terriblemente ya que nunca había tolerado el humo del tabaco—. Procura no volverlo a hacer o las cosas se van a poner feas.

    Sin duda el chico lo había molestado un poco con aquella forma de comportarse, y no tenía ni una sola pizca de ganas de ayudarlo, pero aun así fue tras de él— Claro que puedo ayudarte, pero antes me gustaría saber tu nombre… si no es mucha molestia —preguntó mientras caminaba a su lado, al parecer sin un rumbo fijo ahora que se había unido a él. Antes de que su compañero pudiera responder a su pedido, el Ryddleturn agregó: — Mi nombre es Cillian Ryddleturn, mucho gusto.

  22. Frialdad, pura y desdichada maldad —contestó el chico a la pregunta de Mery. Las siguientes palabras de ella, dejaron lo dejaron un poco pensativo, y esperaba de corazón que no se estuviera refiriendo a él. Total, no había razón para que lo hiciera, si recién se habían conocido por primera vez. Observó cómo Viktor la detuvo un momento en el camino y espero a que la chica terminara con él y fuera a sentarse al lugar que Kutsy le señalaba.

     

    Si me dieras la oportunidad de tratarte un poco mejor, creo que podríamos llegar a ser muy buenos amigos. Suelo ser bueno y divertido con las personas que me interesan, solo con ellas —comentó cuando la chica estuvo sentada a su lado. Era hija de la chica que se les había unido hacía unos momentos, la cual le había parecido bastante interesante, y no veía razón para que su hija no lo fuera.

     

    La charla seguía su curso, al parecer se habían montado un divertido grupo de personas, algunos parecían conocerse de algunos otros lugares y los que no pues habían encontrado un momento perfecto para conocerse y comenzar a relacionarse. Un rato después de que Cillian dejara de platicar con Mery, su madre se acercó a cruzar un par de palabras con ellas. Utilizo ese momento para ir a buscar otro tarro de cerveza.

  23. Antes de que el Ryddleturn pudiera pronunciar su próximo hechizo, su contrincante lanzo un "silencuis" contra él, dejándolo incapacitado para poder conjurarlo. Sabía que contra su madre no tenía ninguna ventaja, ya que ella era una mortífaga bastante experimentada en los duelos, pero aun así trato de seguir en pie solo fuera por unos momentos más. Observo como su contrincante se disponía a realizar su contrataque, pero antes de que pudiera lograrlo este pronuncio rápidamente:

     

    Silencius —impidiendo así que su contrincante pudiera conjurar su próximo hechizo, si bien su madre lo acaba de utilizar contra él, no conocía demasiadas maneras de protegerse así que decidió utilizarlo también. Según lo que pudo leer entre labios, el hechizo que había logrado detener, era un "expelliarmus".

     

    Tarantallegra —mencionó mientras apuntaba con la varita hacia su madre, y un rayo de luz roja salió despedido contra ella. De impactar, este hechizo la haría perder el control, y la pondría a bailar de alguna forma graciosa durante algunos momentos. No esperaba que lo hiciera, ya que su madre seguro podría evitarlo.

     

    El joven sonrió al pensar en la sola idea de ver a su madre bailando, era algo que nunca había tenido el placer de ver, seguro que era un tanto divertido con el efecto del hechizo, pero sin el seguro que su madre tenía algunos pasos muy elegantes.

  24. La mañana se estaba volviendo un poco movida, al parecer la casa de los caballos alados tenían dos nuevos miembros y eso era bueno, ya que siempre hacía falta un poco de actividad durante el día. Al joven Ryddleturn le sorprendió ver que uno de los nuevos era su sobrino en su familia sanguínea— Hola Finnick, ¿Cómo va todo? —saludó al recién llegado con una sonrisa en el rostro mientras escuchaba trataba de seguir el hilo de la conversación— Tres motivos y no ve por qué no comenzamos la fiesta —. Contestó a Arya.

     

    Escuchó la respuesta de Leah a su compañera y el cómo después le realizaba una pregunta a el — Mi noche estuvo excelente, el día fue verdaderamente exhausto y me hacía falta dormir un poco, se duerme demasiado bien por aquí. Es raro, porque no acostumbro dormir en lugares nuevos para mí —contestó. Y después siguió dando pequeñas mordidas a su panecillo, por lo que pudo escuchar, al parecer la habitación no sería para el solo como había pensado, pero sería divertido compartirla con su sobrino.

     

    Al terminar con sus panecillos, tomo un plato hondo y se sirvió un poco de cereal, no tenía muchas ganas de hablar; por lo menos no hasta que despertara del todo.

  25. ¿Qué no los mimara mucho? Eso sería sin duda algo difícil para el Ryddleturn, los pequeños chiquillos de su hermana serian sin duda los niños más queridos del mundo mágico— Ya me encargaré yo de controlarlos si las cosas se ponen feas, que para eso seré su tío consentido, si no me hacen caso se quedaran sin dulces… ya sabrán ellos —. Mencionó a su hermana con una gran sonrisa en el rostro. Anna y su madre eran los únicos familiares que recordaba de antes de su partida, los demás eran nuevos para él, aunque aun así los también los quería mucho.

     

    La conversación seguía mientras Cillian jugaba un poco con el pequeño Valen, el niño comenzaba a ponerse un poco inquieto, pero el tío pensaba que si lo cansaba un poco podría volver a estar tranquilo. Unos minutos después se percató de cómo su hermana los miraba jugar y se acercaba de nuevo a ellos— La verdad es que no tengo idea de cuando sea, quizá en un mes o dos más, pero es más que obvio que estarás invitada. Pobre de ti si no vienes aunque sea solo un rato corto —. La amenaza no iba en serio, sabía que su hermana tenía una vida un tanto ocupado, pero de verdad de verdad quería verla ahí en ese día.

     

    Eliah apareció detrás de Anna y realizo un par de comentarios sobre la graduación y la futura graduación de su hermano— Me parece perfecto el querer celebrar las graduaciones como se deben, que graduarse no es todo los días —. Comentó el chico a sus hermanas, mientras observaba como se llevan tan bien juntas, ese cariño solo era posible en la familia Ryddleturn y era por ello que le encantaba pertenecer a ellos. Después de eso, Eliah presento a su hija Esme al grupo y Cillian sonrió al escuchar el comentario de su hermana Anna.

     

    Es una promesa —. Contestó al comentario de su sobrina que se encontraba a unos pasos de él.

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