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Angus Black

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Mensajes publicados por Angus Black

  1. Angus dejó posada su Flecha Plateada 07 sobre el escritorio, se quitó las botas llenas de barro y dejó caer los guantes en una silla. Llevaba la túnica raída, pero aún se distinguía la franja rojo sangre que cruzaba diagonalmente su pecho. Había pasado un buen tiempo desde la última vez que jugó al Quidditch.

     

    Encendió la ducha, se liberó de los equipamientos, y dejó que el agua cálida surcara su cuerpo y cicatrices, revitalizándolo. Suspiró cansinamente, mientras repasaba los detalles más importantes del partido en su mente.

     

    Se secó el cuerpo lentamente, mientras contemplaba sus heridas más actuales, por el choque que había tenido en el entrenamiento. Se atavió con una pantalon oscuro, una clásica camisa blanquecina, el chaleco azul marino y la túnica azabache, para adecuarse a la sobriedad de codearse con el mismísimo Ministro.

     

    Recogió lo esencial, acomodó los puños de la camisa que sobresalían la túnica, revisó los detalles y giró sobre sí mismo...

     

    ***

    Una bocanada de humo dejó ver momentos después, la altanera figura del Black a la par del Estadio New Trafford. Se dirigió hacia la entrada alternativa, e ingresó a las oficinas superiores, dónde se encotnraban las cabinas de los relatores y el Palco VIP.

     

    Recorrió el establecimiento revisando que todo estuviera en orden, y se adentró en el campo de juego, admirando las gradas aún vacías, pero que en unos minutos estarían repletas de hooligans alentando.

     

    Atravesó el campo hasta dar con la entrada principal al Estadio, dónde encontró a los encargados de controlar los ingresos y recibir las entradas repartidas por todo Ottery, y a los trabajadores del Ministerio.

     

    Pronto comenzaría a llegar la multitud, entre ellos afamados personajes, y sus colaboradores para comenzar con el espectác***. Tomó la cigarrera y encendió un puro cubano mientras observaba los alrededores, confirmando que no había muggles en los alrededores.

     

    - Bueno, muchachos, ha llegado la hora. - Comentó finalmente consultando su reloj de bolsillo.

  2. El ascensor hacía ahora ya su usual recorrido hasta la Séptima Planta, lo que significaba que el Black debía aguantar un buen rato dentro, a pesar de su malestar entre multitudes.

     

    Ni bien las puertas enrejadas se abrieron de par en par, salió disparado por el pasillo de su Departamento, ignorando los amenos saludos de empleados de limpieza, secretarias y hasta uno que otro desconocido que salía del lugar con formularios y papeles.

     

    - Señor... - Se aventuró a llamarlo la recepcionista, con tono dubitativo. - ...han enviado ésto. Una jovencita. - Indicó mientras entregaba un sobre sellado al Director, quién lo recibió sin darle importancia.

     

    - Perfecto. - Se limitó a decir. - ¿Ha llegado ya el nuevo Jefe de Oficina? - Inquirió desviando sus grises ojos hacia la puerta de la Oficina de Patentes Descabelladas.

     

    - Sí, está en su despacho, señor Black. - Contestó casi automáticamente, cómo si estuviera preparada para dar esa respuesta.

     

    - Dile que lo espero en mi oficina, y también a Ed y Cye. - Ordenó con tono autoritario mientras giraba en ángulo recto, dirigiéndose con paso cansino hasta su propia Oficina.

     

    Ni bien cerró las dos peurtas de roble macizo tras él, su rostro se relajó estrepitósamente. Su semblante cínico desapareció, dando lugar a uno desgastado, abatido. Se quitó la capa azul eléctrico, que posó en un sillón, y se dispuso a tomar asiento en su silla tras el escritorio.

     

    Abrió el sobre con un fino corte propinado por su pequeña daga, y leyó atentamente el contenido. La noticia era satisfactoria, ya que estaba todo arreglado para la llegada de los jugadores y ministros españoles al país anglosajón.

     

    Extrajo la cigarrera de plata del blanquecino chaleco, y encendió un puro en la espera por sus compañeros, para así recibir al nuevo integrante; y además diagramar el próximo partido de Quidditch y los asuntos pendientes que tuvieren.

  3. Aviso del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos

    La Oficina de Patentes Descabelladas, del Departamento de Deportes Mágicos, ha revisado y evaluado cada una de las propuestas presentadas tiempo atrás por diversos miembros de las familias mágicas más renombradas.

     

    Adjuntamos un informe con el listado completo de los juegos aceptados y sus autores, subsumiendo las razones de aceptación. Toda propuesta que no figure en ésta lista, ha sido denegada por razones que pueden reclamarse en la Oficina del Director del Departamento, Angus Black.

     

    Nombre: Avril L. Malfoy.

    Familia: Malfoy.

    Patente: Accio y Expulso (el billar con varitas)

    Aprobado. Es un juego interesante, la técnica y la destreza con estos hechizos es muy importante aquí, así como también el hecho de tener esa concentración al jugar.

     

    Nombre: Tazz T. Malfoy Black

    Familia: Malfoy.

    Patente: Vuelos sobre Thestrals.

    Aprobado. Es una buena idea ya que son animales poco peligrosos, pero la participación de la comunidad magica estara condicionada a solo aquellos que puedan verlos para evitar riesgos de caídas y accidentes al montarlos para volar.

     

    Nombre: Gatiux Malfoy.

    Familia: Malfoy.

    Patente: La quaffle asesina.

    Aceptado. Sólo dos sugerencias: Se debería armar un croquis con las secciones del campo y sería mejor con bludgers de esta forma si sería “la bludger asesina” y se juegue con bates.

     

    Nombre: Anna T. Ryddleturn

    Familia: Ryddleturn.

    Patentes:

     

    1) Lanza la bludger :Juego en el que un grupo de personas lanzaría una pregunta a otro de sus compañeros, y este se vería obligado a responderla.

    Aceptado. Es un juego interesante, pero se pondría mejor si al jugador que responda incorrectamente lanzarle una bludger.

    2) Encuentra el traidor: Podría tener dos versiones, una en la que fuese un único equipo encargado de superar ciertas pruebas para alcanzar una meta o un premio, el traidor, elegido al azar debería de entorpecer esta tarea, el equipo deberá de averiguar quién es el traidor o perderán.

    La otra versión sería que fuesen varios equipos, y en cada uno de ellos hubiese un traidor, los equipos competirían entre ellos, y solo el equipo que ganase se llevaría el premio, aunque solo en el caso de que hubiesen averiguado quien es el traidor entre ellos. El equipo que quede en último lugar si no ha logrado encontrar al traidor, dicho traidor también será ganador.

    Aceptada la segunda versión. Es más concisa y mucho mejor planificada, ya que los traidores no les dirán a su equipo vía (msn o mp) que son ellos, pues sino pierden.

     

    Nombre: Andrea L. Black.

    Familia: Black.

    Patentes:

     

    1) Lanzamiento de cuerno de Erumpent: El juego consistiría en aventarlos y ver el que menos daño quede después de lanzarlos o el que destruya más cosas por eso.

    Aceptado. La segunda opción es la mejor, con respecto al que destruya mas cosas.

    2) Polo en hipogrifo: Es como el juego muggle, pero en vez de caballos se usarían hipogrifos.

    Aceptado.

    3) Carreras de hipogrifos: En vez de caballos los jinetes usaran hipogrifos, el primero que llegue a la meta gana. Los hipogrifos pueden atacar a otros hipogrifos o a los jinetes.

    Aceptado.

     

    Nombre: Sabugo Batería Evans.

    Familia: Shacklebolt.

    Patentes:

     

    1) Parchís mágico: El popular juego de mesa muggle, pero realizado con dados mágicos y comandos de voz.

    Aceptado.

     

    2) Carrera de coches voladores: Pues eso, una carrera de coches mágicos con hechizo desilusionador.

    Aceptado. La carrera puede ser en campo abierto.

     

    Se solicita a los correspondientes ideadores de éstas competencias, que para oficializar el juego y patentarlo, se dirijan a la Oficina de Patentes Descabelladas, dónde los atenderá el Jefe de Oficina: Harry Sirius Potter Blue o en su defecto, el Aprendiz: Ed Browsler Black.

     

    Atte.

    Angus Black, Director del Departamento de Juegos y Deportes Mágicos.

  4. El joven visitante escuchó las palabras del Director y, con algo de nervios, se incorporó, quedando de pie. Respiró profundo en busca de relajarse tal vez, cómo si de una entrevista de trabajo o una exposición colegial se tratara.

     

    - Mil disculpas por no presentarme ante usted. Mi nombre es Hakoda Albus, pero puede llamarme Hdao. Pertenezco a la familia Gryffindor y el club del que hablo se llama Possum Perpetuo. Cuenta con buenas instalaciones, como ya antes le había comentado, y es posible acomodarlo dependiendo del modo que el Departamento lo requiera. Se encuentra en un lugar apartado de la vista de los muggles, ya que es un establecimiento enteramente mágico. - Volvió a relatar sin pausa alguna, simulando a un vocero de radio.

     

    Angus se mantuvo unos segundos pensante, tratando de identificar el negocio, pero no tuvo éxito; definitivamente no había frecuentado demasiado Diagon, y tan sólo cuando acudía a sus negocios. Asintió ante la prerrogativa de Hdao, y volvió la mirada a los informes.

     

    - Ten... - Musitó entregando los informes al Gryffindor, quién los recibió algo extrañado. - ...ésa es una lista de juegos por patentar, algunos bastante interesantes, debo decir. - Explicó con la mirada perdida en un cuadro que reproducía la viva imagen de Roderick Plumpton. - Tal vez podría atraerte alguno, y lo inauguraríamos en tu negocio. - Continuó mientras el joven observaba las sugerencias. - ¿Te parece? - Inquirió sin más el Black, algo cansado de tanto trabajo.

     

    Nombre: Avril L. Malfoy.

    Familia: Malfoy.

    Patente: Accio y Expulso (el billar con varitas)

    Aprobado. Es un juego interesante, la técnica y la destreza con estos hechizos es muy importante aquí, así como también el hecho de tener esa concentración al jugar.

     

    Nombre: Tazz T. Malfoy Black

    Familia: Malfoy.

    Patente: Vuelos sobre Thestrals.

    Aprobado. Es una buena idea ya que son animales poco peligrosos, pero la participación de la comunidad magica estara condicionada a solo aquellos que puedan verlos para evitar riesgos de caídas y accidentes al montarlos para volar.

     

    Nombre: Gatiux Malfoy.

    Familia: Malfoy.

    Patente: La quaffle asesina.

    Aceptado. Sólo dos sugerencias: Se debería armar un croquis con las secciones del campo y sería mejor con bludgers de esta forma si sería “la bludger asesina” y se juegue con bates.

     

    Nombre: Anna T. Ryddleturn

    Familia: Ryddleturn.

    Patentes:

     

    1) Lanza la bludger :Juego en el que un grupo de personas lanzaría una pregunta a otro de sus compañeros, y este se vería obligado a responderla.

    Aceptado. Es un juego interesante, pero se pondría mejor si al jugador que responda incorrectamente lanzarle una bludger.

    2) Encuentra el traidor: Podría tener dos versiones, una en la que fuese un único equipo encargado de superar ciertas pruebas para alcanzar una meta o un premio, el traidor, elegido al azar debería de entorpecer esta tarea, el equipo deberá de averiguar quién es el traidor o perderán.

    La otra versión sería que fuesen varios equipos, y en cada uno de ellos hubiese un traidor, los equipos competirían entre ellos, y solo el equipo que ganase se llevaría el premio, aunque solo en el caso de que hubiesen averiguado quien es el traidor entre ellos. El equipo que quede en último lugar si no ha logrado encontrar al traidor, dicho traidor también será ganador.

    Aceptada la segunda versión. Es más concisa y mucho mejor planificada, ya que los traidores no les dirán a su equipo vía (msn o mp) que son ellos, pues sino pierden.

     

    Nombre: Andrea L. Black.

    Familia: Black.

    Patentes:

     

    1) Lanzamiento de cuerno de Erumpent: El juego consistiría en aventarlos y ver el que menos daño quede después de lanzarlos o el que destruya más cosas por eso.

    Aceptado. La segunda opción es la mejor, con respecto al que destruya mas cosas.

    2) Polo en hipogrifo: Es como el juego muggle, pero en vez de caballos se usarían hipogrifos.

    Aceptado.

    3) Carreras de hipogrifos: En vez de caballos los jinetes usaran hipogrifos, el primero que llegue a la meta gana. Los hipogrifos pueden atacar a otros hipogrifos o a los jinetes.

    Aceptado.

     

    Nombre: Sabugo Batería Evans.

    Familia: Shacklebolt.

    Patentes:

     

    1) Parchís mágico: El popular juego de mesa muggle, pero realizado con dados mágicos y comandos de voz.

    Aceptado.

     

    2) Carrera de coches voladores: Pues eso, una carrera de coches mágicos con hechizo desilusionador.

    Aceptado. La carrera puede ser en campo abierto.

     

    - Acompáñame a la oficina de Cye, la encargada de los Cuidados Anti-Muggles. - Invitó al joven, que seguía sumido en los informes. - Cuando te hayas decidido, le comunicas a ella que te acompañe a tu negocio, para verificar qué todo esté en orden para llevar a cabo dicha competencia. - Iba explicando a medida que acompañaba a Hdao hasta el pasillo, fuera de la oficina del Director.

     

    Se acomodó la capa azul oscura sobre sus hombros, cubriendo el chaleco azabache y la ya común camisa de seda blanca. La abotonó, y consultó su reloj de bolsillo, soltando un suspiro cansino.

     

    - La oficina de Cye Lockhart es la que se encuentra al final del pasillo, a tu derecha. - Indicó con su esquelético dedo índice. - Dile que vas de parte mía, ella sabrá qué hacer. Un gusto, ya nos veremos por tu negocio para ultimar detalles. - Estrechó la lánguida mano del Gryffindor, simulando una sonrisa amistosa.

     

    Girando sobre sus talones, se dirigió a grandes zancadas hasta el ascensor, para tomarse un merecido descanso en algún bar de mala muerte o simplemente disfrutando de un buen trago de escocés en la calma de su hogar.

  5. - Me tengo que ir, ya sabes que estoy con un pesado grupo de recién graduados o algunos viejos graduados que no saben mantenerse sobre una escoba.- Explicó Sara, al tiempo que le plantaba un rápido beso, sin disimular el rubor que cubría sus suaves mejillas. - Nos vemos señorito.- Se despidió, y Angus se quedó contemplándola hasta que terminó por desaparecer tras la puerta.

     

    Por la misma, se asomó apenas Ed, anunciando algo interesante...y acto siguiente, hizo ingresar al visitante; mientras él tomaba su capa y se dispuso a regresar a su mansión probablemente. El joven se adentró en la oficina, con aires nerviosos, mientras el Black lo esperaba reposando en su silla tras el escritorio.

     

    - Pues...estoy aquí por que tengo una propuesta para hacerle. Soy el propietario de un club campestre que cuenta con buenas instalaciones. El problema con este lugar es que últimamente ha estado muy solo y quiero proponerlo como sede para algún juego autorizado por el Departamento de Juegos y Deportes magicos. De esa manera tendría más movimiento el lugar. - Hdao había tomado asiento por invitación del Director, y sus palabras habían salido rápidamente de su boca, sin tomarse ni un segundo para reunir aire.

     

    - Bueno, parece algo de intereses mutuos. - Comenzó, algo pensativo. - Pero primero sería óptimo que te presentaras, ¿no crees? - Indicó Angus, enarcando una ceja al joven ansioso. - Y me indicaras cuál es este club del que hablas... - Volvió a requerir información bastante fundamental del joven, mientras extraía de uno de los cajones superiores el grupo de informes realizados por su aprendiz.

     

    Sus manos ordenaban los reportes, mientras mantenía la mirada clavada en el joven con la propuesta. Al parecer de algo habría servido tanto trabajo de Ed...pero su mente aún estaba en otro lado, pensando en ella.

  6. Hace ya un mes, qué casualidad *O* xD

     

    Rango Social: Unicornio de Plata.

    Bando: Neutral (o no poner nada xD)

    Rango dentro del Bando: --

    Habilidades Mágicas: --

    Conocimientos Especiales: Maestría con Escobas, Idiomas, Historia de la Magia y Leyes Mágicas.

     

    Después veo si edito la historia, ahora que no estoy en la Marca...

     

    P.D: Paguenme, vagos del Wiz ¬¬ xD

  7. - Vaya Angus…- La voz temblorosa de Sara delataba el nerviosismo de la joven. - ¿Así que has estado en Grecia? – Preguntó curiosa poniéndose la diadema de nuevo sobre los cabellos castaños.- Dime, ¿ahora ilumino tu despacho también?

     

    - Sí, en los alrededores, tenía unas cosas pendientes... - Se había tomado unos momentos para responder, contemplando la belleza de la Weasley, y decidió no dar mayores detalles. - Lo has iluminado desde el momento que entraste. - Musitó al tiempo que posó sus esqueléticas manos en el rostro de ella, y le plantó un suave beso.

     

    Cuando el calor de los labios carnosos infundaba todo su rostro, escuchó el leve crujido de la puerta, que se abrió apenas, cómo si el que lo hizo se hubiera arrepentido. Sus ojos se abrieron de par en par, y se alejó lentamente de la Weasley, le dedicó una tenue sonrisa, y se dio media vuelta.

     

    - Ed, hazla pasar...parece interesante. - Carraspeó y prosiguió. - Luego puedes ir a descansar, a ver si se te quita la cara de fantasma. - Le guiñó el ojo con aire de complicidad al Aprendiz, y volvió a ingresar a la oficina, dónde lo esperaba...ella.

  8. - ¿Plagada de trabajo? ¿Eventos? Bonita excusa, realmente me esperaba una más creíble… - Le reprochó la joven Weasley, con un dejo de enfado, desviando la mirada hacia el resto de la oficina.

     

    - Claro, si tú no estabas con algo me tenía que distraer. ¿Qué iba a hacer? ¿Quedarme esperándote a que te dignaras aparecer? Y ahora será mi culpa que no te atrevieras a venir…- La castaña volvió su mirada hacia Angus, quién seguía cabizbajo, recibiendo los reclamos de ella. - Pero no he venido a echarte nada en cara, tan solo quería saber cómo estabas, aunque ya veo que en tu mejor momento…

     

    - No es tu culpa, nunca dije tal cosa... - Rectificó el Black levantando la mirada con una ceja enarcada. - Mi mejor momento sería libre de holgazanes e incompetentes, que sólo Ed y Cye parecen interesados...con esto del próximo evento de Quidditch se nos irá todo por la borda... - Comentó más para él que para la chica, que parecía sonreír de tanto en tanto. - O tal vez contigo, fuera de todo este alboroto, formalidades y demás. - Concluyó fijando su mirada vacía en los labios de Sara.

     

    Extrajo de su chaleco la cigarrera de bronce, y encendió uno de los largos puros cubanos que se apilaban dentro. Se incorporó, rodeó el escritorio, y caminó hasta una esquina oscura de su oficina, murmurando algunas palabras extranjeras, cuando tanteó algo dentro de un armario portentoso.

     

    Giró sobre sus pies, y se aproximó hasta la Weasley, por la espalda, y le plantó una pequeña diadema plateada con rubíes incrustados, en la tupida cabellera. La joven sintió el peso de la joya, y la tomó para contemplarla mejor, con una mueca de desconcierto.

     

    - La traje de...mis vacaciones. - Explicó con voz entrecortada Angus. - Pertenecía a una antigua Diosa griega, dicen que ilumina el lugar a dónde se la porte. Aunque a ti no te haga falta... - Continuó tratando de no inmutarse, y exhaló una larga bocanada de humo.

  9. - Sí lo sé - Contestó Ed inmutable. - Por cierto.. aquí están los últimos reportes. - Anunció entregando al Black un conjunto de pergaminos, extraídos del maletín del joven.

     

    - Excelente, mi fiel secretaria. - Una sonrisa llena de maldad se formó en su rostro maltrecho, al tiempo que recibía los susodichos informes.

     

    Comenzó a examinarlos uno por uno, algo desganado, mientras el Aprendiz yacía expectante al visto bueno del Director, cuándo oyó unas voces fuera, al parecer lo buscaban. Y en ese momento, la puerta de su oficina se abrió cómo si fuera un cerdito en su casa y el lobo soplara desde fuera (xD).

     

    - Vaya, vaya- Comenzó a exclamar la joven Weasley, que había ingresado impetuosamente al despacho. - ¿Así que aquí te encierras? Y claro…te excusarás con que estás trabajando.- Comentó con un tono no justamente alegre.

     

    - Ai, Hola Ed.- La joven de cabellos castaños había reparado en la presencia de quien parecía divertido por la situación. - Por cierto, ahí afuera hay un joven que quiere verte, al parecer me quieren hacer la competencia… - Comentaba sentada frente al escritorio de Angus. - Bueno y ¿cómo te trata la vida de director? - Concluyó con suficiencia.

     

    - Vaya entrada, mademoiselle. - Su semblante había permanecido inmaculado durante toda la escena, aunque su corazón, había empezado a latir sorpresivamente rápido. - Ed, ve a ver qué quiere ese joven. Dile que sólo lo atenderé si es algo urgente. - Indicó al joven, al tiempo que lo invitaba a salir de la oficina.

     

    Esperó la salida del chico, esquivando la mirada inquisitiva de Sara, qué claramente estaba enfadada por su concurrente ausencia últimamente. Una vez Ed desapareció tras la puerta, los grises ojos del Black se posaron en su adicción, aquellas orbes castañas que lo atrapaban.

     

    - Me trata como a cualquiera, cómo burro de carga, a decir verdad. - Explicó con indiferencia, luego de haber perdido noción del tiempo por unos momentos, perdido en la mirada de la joven. - Una de las razones de mi "encierro", si se quiere llamar así... - Continuó explicando mientras el rostro de Sara iba tomando un tinte de duda. - Pero no creas que no me he acordado de ti, he estado siguiéndote de cerca, pero nunca he encontrado el momento para acercarme, siempre ibas plagada de trabajo o en algún evento importante, no quise ser molestia. - Bajó la mirada a los reportes, y los archivó junto a los anteriores, listos para partir.

  10. Una esfera plateada se elevaba en un plano azulado inmenso, como saliendo de su escondite, inmersa en la oscuridad reinante. Gritos casi inaudibles empezaban a expanderse por el lugar, entre los árboles, el Bosque parecía la escena de un crimen.

     

    Pisadas lentas, y temblorosas rompían con la hegemonía silenciosa del lugar, y alborotaban las hojas caídas por el pasado Otoño, y las ramas caídas producto de la ventisca furiosa. Una respiración entrecortada acompañaba al unísono, cuando el andar del individuo se detuvo.

     

    Un pequeño río de sangre recorría los senderos marcados por la tupida arboleda, guiando la vista ausente del hombre encorvado, hasta un bulto cerca de allí...una mujer, boca abajo, pero sus ojos permanecían abiertos fijos en un punto...

     

    *****

    Un ruido seco devolvió a Angus a la realidad, y rápidamente volvió la mirada hacia la puerta de su oficina. Ed Browsler Black se acercaba a grandes pasos. El Director, sintió en sus manos algunos papeles sobre el problema de las escobas manipuladas en la Liga de Quidditch, y simuló prestar atención a ellas.

     

    - Buenos días, Angus. - Se presentó Ed. - ¿Qué tal estuvieron los reportes? ¿Algún error? - Preguntó, con un dejo de temor en la voz, tal vez previendo la respuesta.

     

    - Nada irreparable. - Se limitó a contestar el Black ante la inquisición de su empleado. - Espero no hayas olvidado las demás propuestas, debemos entregarlas antes que termine la semana. - Explicó con un tono autoritario.

     

    - Pero... - Prosiguió ante la mirada ofuscada del joven aprendiz, ante su reprimenda. - ...debo admitir que te has ganado mi reconocimiento, ya que comparado a la sarta de vagos que componen este piso, has sido muy útil y responsable. - Culminó sin parecer demasiado amable y darle una falsa impresión de amistad.

  11. Dos golpes secos resonaron en sus oídos rompiendo la armonía que lo envolvía. Abrió los ojos pausadamente, y fijó la grisácea mirada en la puerta de su oficina, suponiendo la identidad de su visitante.

     

    - Adelante. - Musitó sin más, invitando a entrar a aquella persona.

     

    - Buenas tardes Angus, que bueno tenerte de vuelta - Ed Browsler Black, yacía frente a él, de pie. Lucía una sonrisa algo perturbante. - Aquí tienes la mitad de los patentes, la otra mitad te los entrego mañana. - Explicó al acercarle al Black un sobre amarillento, bastante mullido.

     

    Sin siquiera volver la vista al joven aprendiz, examinó el contenido, y comenzó a leer los informes. Uno por uno fue chequeando la forma de su empleado, sin caer en cuenta qué éste se había marchado, seguramente exhausto del trabajo que el Director le había impuesto.

     

    Sonrió satisfecho y devolvió las hojas al sobre, dejándolo sobre su escritorio. Extrajo del chaleco su cigarrera y encendió uno, exhalando el humo en una bocanada de placer y alivio.

     

    Pasó su mano por el cabello plateado, echándolo hacia atrás, y se dispuso a contemplar un cuadro de una joven jugadora de Quidditch sobrevolando los aros, cuando una idea le vino a la mente.

  12. Una bocanada de humo fue expulsada de la chimenea, cómo si de una garganta fumadora se tratara aquel conducto, dejando entrever una figura encorvada. Angus se sacudió las cenizas de la capa oscura raída, y la dejó caer sobre un sillón individual.

     

    Pasó su esquelética mano por los mechones de cabello plateado que le cubrían el rostro maltrecho, mientras se acercaba al espejo tras el escritorio. Contempló las heridas, recorriendo con sus ojos grises cada parte de su cuerpo erguido, hasta llegar a su semblante. Su piel estaba pálida cual cadáver, y sus ojos opacados por unas gran ojeras. Con unas florituras de varita y un poco de díctamo, que había conseguido en un antiguo Torneo, hizo lo que pudo.

     

    Dio unos pasos silenciosos hasta la puerta de roble oscuro, y pudo sentir a gente hablando fuera. Empleados del Departamento chismoseaban sobre el incierto destino del Black. No pudo evitar sonreír con malicia ante las desorbitadas suposiciones de aquellas personas. Aunque eso significaba que nadie había caído en cuenta de los hechos, y el accidente de semanas atrás.

     

    Finalmente, satisfecho, tomó asiento en la silla de su escritorio, y posó las botas de cuero manchadas con sangre, sobre el mismo. Dio un giro a su varita, y la pluma al frente de él, comenzó a flotar, y bajo ella una hoja de pergamino.

     

    Ed:

    He vuelto, y la holgazanería ha terminado. Necesito los informes de las sugerencias de juegos para ser patentados. Puedes pedir ayuda a Cye. Los espero en estos días en mi escritorio, sin falta.

    Atte.

    Angus Black, Director del Departamento de Juegos y Deportes Mágicos.

    Lo tomó y lo enrolló, mientras la pluma esperaba diligentemente el próximo mensaje.

     

    Sabugo:

    Pásate por mi oficina para hablar sobre el Torneo de Duelos. Supongo que deberíamos pedir ayuda a la Oficina de Seguridad y juntar unos cuantos Aurores...en caso de presencia "tenebrosa".

    Atte.

    Angus Black, Director del Departamento de Juegos y Deportes Mágicos.

    No pudo evitar sonreír ante tal expresión, y era de esperar que aparecieran varios mortífagos en aquella competición, una actividad asidua entre ellos.

     

    Se incorporó y se atavió de manera pulcra, para empujar lentamente una de las puertas, esperando no encontrarse con nadie en el camino. Su deseo se cumplió, al menos por el momento, no había moros en la costa en los pasillos.

     

    A grandes zancadas se dirigió a las oficinas aledañas, e introdujo sendos rollos por debajo de la puerta. Angus había vuelto, y no justamente para contar su historia.

  13. El primero en acudir a la cita pactada por el Black había sido Ed, antiguo empleado de Sabugo, y una de las víctimas de la anarquía de su Oficina. Angus asintió satisfecho ante la felicitaicón de este y le indicó sentarse en una de las sillas rígidas dispuestas frente a su escritorio de roble, algo desgastado.

     

    Al poco tiempo, ingresó Sabugo en la oficina, algo insulso, simplemente saludando con poca cortesía. El Mago Oscuro sonrió y le indicó otro de los lugares vacíos para que el Bateria Evans tomara asiento mientras esperaban a los demás.

     

    Prontamente, hizo su aparición su ex-secretaria, Athena, con una vestimenta algo inusual, y desarreglada para la situación, pero el Black hizo caso omiso, y se dispuso a explicar la situación a los presentes.

     

    - Cambios en la Organizacioón del departamento - Se adelantó Sabugo. - Angus pasa a ser el director y yo paso a ser jefe de regulación de deportes existentes, pero creo que ya lo has notado. - Aclaró el Bateria, como satisfecho de sí mismo.

     

    - Cómo bien dice mi subordinado... - Angus hizo una pausa para saborear la expresión del joven Bateria, mientras veía a Athena algo aliviada, al parecer, de que no tendría ya al Mortífago como jefe. - ...han habido cambios ante la salida inesperada de Santy. Espero que sepan aceptarlos, sino, estaré gustoso de aceptar su dimisión del puesto. - Comentó con el semblante algo serio, casi como si de un fascista se tratara.

     

    - Angus - Sabugo llamó la atención del Director luego de unos minutos de silencio, en espera por Undefined, TtaNatT y Cye. - Recuerda que aún debes ir a registrar los sueldos de TtaNatT y Athena en gringotts, y liquidar a la vieja Cleotilde. - Aclaró el Bateria.

     

    - Mi querido enérgico, eso ya está hecho, hace varias semanas, antes que ti. - Guiñó un ojo al joven y a los otros dos presentes, con un dejo de picardía. - Y no trates así a la pobre Clotilde, que en paz descanse. - Intentó simular pena, pero sólo logró evitar una sonrisa maliciosa.

     

    El sonido de la puerta se hizo presente por cuarta vez, y la figura de Cye apareció en la oficina, ataviada de ropas ostentosas, y con una alegría inexplicable.

     

    - Felicidades Angus. - El Black agradeció el gesto gesticulando una media sonrisa y la invitó a sentarse entre Athena y Ed. La joven Lockhart parecía susceptible ante el rincón oscuro de la oficina, y con razón, ya que era dónde Angus guardaba artículos bastante sospechosos.

     

    - Les agradezco, pero pasemos a los que nos compete. - Comenzó intentando iniciar un hilo serio de trabajo. - Cye, veo que tu oficina ha estado inactiva, y creo que es por el buen cuidado que están teniendo, debido a que no hemos recibido informes de muggles con raros avistamientos. - Prosiguió condescendientemente, volviendo sus grises ojos a Sabugo. - Necesito que te encargues de hablar con el Presidente de la Asociación Francesa de Quidditch por la organización del Mundial, y que veas de organizar algún torneo de Gobstones tal vez. - Explicó a su sucesor.

     

    - Ed, tú y Undefinded estarán algo..."desamparados" por ahora, hasta que consigamos un jefe de Oficina. Mientras, quiero que tomes las sugerencias de los distintos miembros de las familias y veas cuáles son factibles de patentar, y contactar con sus ideadores. - Continuó hasta volver su mirada vacía al grupo completo. - En lo que a mí me compete, iré al Departamento de Transportes, ya que han habido quejas de Escobas modificadas ilegalmente en la Liga de Gran Bretaña. - Concluyó haciendo algunas antoaciones de sus futuras citas.

     

    Pocos segundos después, la secretaria de Cye hizo presencia algo titubeante, y llamó a su jefa afuera, al parecer tenía algo que entregarle. La joven se disculpó y Angus hizo una mueca de desagrado, pero finalmente cedió ante la petición.

     

    - ¿Alguna pregunta? - Finalmente dijo, alisando su camisa, y abotonando su chaleco, mientras se incorporaba y se ataviaba con su túnica azul oscuro, listo para partir.

  14. El Atrio del Ministerio estaba algo desierto, seguramente por el inicio de año, todos estaban vacacionando o tal vez sin trabajo que realizar. Angus avanzaba a paso cansino por entre las pocas personas que desfilaban por el lugar.

     

    Luego de corroborar su varita, y de varias felicitaciones en el camino por su nuevo cargo, alcanzó los ascensores y abordó uno de ellos, junto a otro mago retacón.

     

    - Enhorabuena Angus, seguro reemplazarás bien a Santy. - Comentó jovialmente el colega del Black. - Por cierto, ¿qué ha pasado con él? - Preguntó algo extrañado el pequeño hombre.

     

    - Lo he matado... - Explicó con el semblante inmutable, y una mueca de horror se formó en la cara de su acompañante. - ...a sangre fría. - Abrió sus ojos grises de manera amenazadora, al tiempo que la voz anunciaba la llegada al Séptimo Piso.

     

    El Mortífago salió con un dejo de altanería, dando la espalda al estupefacto hombrecillo, mientras sonreía maliciosamente. Unos segundos después, se paró en seco al notar la aún prevaleciente decoración festiva, colocada por Cye. Un corte de aire con la varita, bastó para desaparecer todo indicio de la Navidad.

     

    - Año nuevo, medidas nuevas... - Farfulló satisfecho mientras cambiaba su cartel de Oficina, de "Jefe de la Oficina de Regulación de Deportes Existentes" a "Director del Departamento de Juegos y Deportes Mágicos".

     

    Se adentró en la oscura sala, y se despojó de la túnica azul oscura, dejando ver su chaleco plateado y la ya acostumbrada camisa blanca bajo él. Se arremangó la susodicha, y con una floritura de la varita, convocó una pluma y un pergamino, a la mesa ratona. Tomó asiento a la par de ella, en un sillón mullido, aunque algo desgastado.

     

    - Reunión de vagos... - Murmuró mientras comenzaba a escribir una carta de aviso a sus subordinados, para reunirse lo más pronto posible. - ...multitudinaria. - Concluyó ofuscado, al solicitar la presencia obligatoria no sólo de los Jefes de Oficina, sino de los correspondientes empleados.

     

    Dejó la pluma sobre el tarro de tinta, enrolló ambos pergaminos, y con paso presuroso, salió al pasillo, donde dejó las cartas en sendas oficinas. La Oficina de Patentes Descabelladas ahora carecía de Jefe, y ese sería uno de los temas a tratar.

     

    Volvió a su oficina pensando en la falta que le hacía la vieja Clotilde ahora. - Tengo que conseguirme una lechuza. - Pensó en busca de un mejor medio para comunicarse con sus colegas, en vistas de su vagancia perpetua; al tiempo que cerraba las puertas y se dejaba caer en su silla de escritorio, algo somnoliento.

  15. Misty <_< xD

     

    Bueno quiero que actualicen varias cosas.

     

    Rango: Mago Oscuro.

    Trabajo: Jefe de Oficina de Regulación de Deportes Existentes.

     

    Aspecto Físico: Esbelto y de altura considerable (1.81 mts.), tez pálida, cicatrices rondan su torso, y una en especial surca su rostro desde el ojo derecho hasta la comisura labial superior. Cabellera plateada, con ojos grises casi fantasmales, y un tic nervioso a veces cuando comienza a pasar su lengua por los extremos dorsales de sus labios.

     

    Link a Boveda Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78450

    Link a Boveda de Negocio: El Revólver Mojado.

    Link a Boveda Familiar Principal (La Sanguinea): --

     

    Gracias :3

  16. La melodía que se oía fuera del Departamento era de alegres villancicos, la jocosa risa de Cye mientras adornaba seguramente cada centímetro cuadrado del lugar, a excepción de la oficina de Angus, algo tan inmaculado, como si de un altar sagrado se tratara.

     

    Poco a poco las voces fueron apagándose, una luz intermitente roja y verde se podía observar por el espacio entre el suelo y la puerta de la oficina. El silencio comenzaba a conquistar el Departamento, como Alejandro Magno hizo con el mundo antiguo; el Black se sentía en su propia Biblioteca de Alejandría, en soledad, disfrutando su puro, sin tener que lidiar con la festividad de aquellos supersticiosos que celebraban algo tan infundamentado como la Navidad.

     

    Apagó el cigarro en el cenicero de mármol, y cerró los ojos buscando calma y tal vez algo de descanso, pero él sabía que no lo encontraría en unos cuantos cientos de años. Evidentemente, a los pocos segundos, el pomo de la puerta giró y dio lugar a una figura esbelta de una muchacha ataviada con una túnica morada y unas grandes botas negras que resonaban en el suelo de madera.

     

    Los grises ojos de Angus se abrieron de par en par, para poder apreciar a su visita. No pudo evitar gesticular una pequeña sonrisa, que pudo disimular en una mueca de suficiencia. Pero todo se borró a su alrededor cuando su mirada se perdió en los castaños ojos de la Weasley.

     

    - ¡Feliz Navidad Angus! - Sus palabras volvieron a la realidad al joven Mortífago. - ¿Tienes planes hoy? - La sonrisa de Sara parecía iluminar el lugar, y el Mago Oscuro estuvo a punto de contestar algo grosero sobre la Navidad, cuando lo recordó...

     

    - Navidad... - Murmuró entre dientes, pensativo. - Claro, la Gala. No creas que lo he olvidado. - Adoptó un tono de voz de confianza, intentando disimular que casi olvidaba aquel evento, al que había sido invitado por aquella bella mujer.

     

    Le guiñó un ojo pícaramente y se incorporó, cayendo en cuenta que era su despacho el lugar en que se encontraban, y que a vista había varios artilugios sospechosos.

     

    - Vamos afuera, está más...alegre (?). - Improvisó mientras acompañaba a Sara hasta la puerta, y luego al pasillo, ahora decorado adecuadamente con la festividad de turno. Y tal cómo esperaba, la atención de la chica se desvió a los adornos y guirnaldas de distintos motivos navideños.

     

    - Muérdago... - Susurró la chica de cabellos castaños, en un volumen casi inaudible, pero el Black se percató enseguida de lo que pensaba.

     

    Con su esquelético dedo índice, giró del mentón el rostro de Sara hasta él, y la besó por varios segundos, sintiendo el calor acogedor de sus labios. Segundos después, se volvió, y vio la mirada de la joven algo perdida; para recobrar el ambiente, aclaró la garganta y emitió algo parecido a una sonrisa amable.

     

    - Bueno, no puedo ir así ¿verdad? - Dijo mientras examinaba su vestimenta, y con una floritura de su varita cambió su atuendo a un traje de etiqueta, gris opaco y un chaleco negro oscuro, que enmarcaba la corbata rojo sangre que anudaba su cuello. - Así está mejor. - Comentó satisfecho, mientras estiraba su cuello y acomodaba los puños de la camisa de seda blanca que asomaba bajo el traje.

  17. TtaNatT se retiraba al momento que se asomaba una joven de cabellera oscura, tan lisa como el césped de los mejores estadios de Fútbol muggle. Al tiempo que su aprendiz desaparecía por los pasillos, vio como Sabugo interceptaba a la nerviosa chica, la cual pudo reconocer.

     

    El Bateria Evans pareció susurrarle algo al oído a la mujer, quién le dirigió simplemente una mirada extrañada y se volvió a la oficina, al parecer tragando saliva.

     

    - Disculpe entrar así, pero la puerta se abrió y pensé que lo mejor era entrar, igual ya estaba abierta y…- Angus suspiró hastiado de tanta cháchara, cuando la joven se recompuso y se armó de calma. - Soy Athena Malfoy, su nueva secretaria. - Se presentó.

     

    - Espléndido. La vieja de Clotilde ha pedido la jubilación, aunque debo decir que la merecía, no me sorprendería que sus cavidades óseas estuvieran llenas de polvo. - Comentó más para sí que para la joven, quién parecía estar en un estado medio entre asustada y desconcertada. - Mi nombre es Angus Black, cómo ya sabrás. Soy el jefe de esta Oficina, y el que viste salir es TtaNatT Snape, el aprendiz. - Hizo un ademán con la cabeza hacia la puerta.

     

    - Espero que estés a gusto aquí. Mientras trabajes duro y no molestes, nos llevaremos muy bien. - Le guiñó un ojo con aire de complicidad al tiempo que mostraba una gran sonrisa malvada. - Ese de antes era Sabugo Bateria, jefe de la Oficina de Patentes, al lado. Es algo atolondrado, pero un buen chico. - Explicó con indiferencia al tiempo que volvía sus grises ojos a la joven. - Dicen que añora mi puesto. - Le susurró por lo bajo, ensanchando aquella sonrisa maliciosa.

     

    El Black logró distinguir uno de los sobres blancos aún sobre su escritorio, yaciendo inmutable. Bufó y farfulló algunos insultos inentendibles al Snape.

     

    - Bueno, menos mal que has llegado. Tengo trabajo para ti. - Tomó el sobre y lo puso al alcance de la Malfoy. - Necesito que lleves esto a Avril L. Malfoy, en el Departamento de Criaturas. Si no está por allí, simplemente déjaselo a alguien para que se lo entregue. - Se dio media vuelta en su silla, dándole la espalda a su secretaria. - No lo intentes abrir o leer. - Musitó justo al tiempo que Athena parecía examinar el sobre.

     

    Desabotonó su chaleco azabache, y arremangó su camisa blanquecina, de seda, mientras se relajaba y tarareaba una especie de melodía tranquila.

  18. - Claro, Angus, está bien... No pensaba quedarme mucho tiempo como aprendiz... - Contestó el joven esquivando el ingresante avión de papel. - Sólo es cuestión de tiempo. Los trámites correspondientes ya están en camino, así que no creo tardar mucho... Bueno, además... Espero que me tengas alguna tarea asignada, y que no cuente eso como "Limpiador de baños" y esas cosas... - TtaNatT pareció reír, pero el Black no asomó ni un gesto de felicidad. Su semblante seguía inmutable.

     

    - Después de esto, limpiar baños será un paraíso para ti. - La risa del Snape se apagó, y el Mago Oscuro curvó sus labios en una sonrisa maliciosa. - Primero, quiero que vayas a la Oficina de Inquisidores, y lleves esto a Carlomagno. - Prosiguió mientras firmaba un pergamino y lo doblaba dentro de un sobre blanco.

     

    Señor Carlomagno Malfoy, le informo que el Director Bateria Evans está de licencia actualmente, sin ejercer sus funciones usuales, y me ha dejado a cargo del Departamento, mientras se arregla la administración del mismo.

     

    Sería óptimo que pudieran aguardar a que la situación se reacomode por acá, para ya poder dar un correcto informe de nuestra situación.

     

    Se le agradece desde ya,

    Angus Black, Jefe de la Oficina de Regulación de Deportes Existentes.

     

    - Luego lleva esto... - Prosiguió mientras el Aprendiz tomaba la carta anterior. - ...a la oficina de Cye Lockhart, a unos pasos de ésta. - Explicó sin subir la vista, mientras seguía escribiendo a pluma alzada.

     

    Querida Cye,

    Agradezco tu cooperación y admiro tu espíritu festivo, pero preferiría dejar mi Oficina en intimidad por ahora, sin contar que no soy un fanático de la decoración, y mucho menos de la Navidad.

    No obstante, agradezco tu ofrecimiento.

     

    Atentamente, Angus Black.

     

    - Y por último, vas a ir a Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. - No pudo evitar decir aquello mientras una gran sonrisa se formaba en su maltrecho rostro. - Digamos que es una pequeña vendetta. - Guiño un ojo al joven Base mientras le entregaba la carta sellada. - No intentes abrirla, o me enteraré. Llévala directo a Avril Malfoy, ella sabrá que hacer. - Concluyó mientras perdía su mirada en sus cuadros de Quidditch y copas polvorientas.

     

    TtaNatT recogió las 3 cartas y se quedó unos minutos allí parado, mientras Angus encendía un puro y se estiraba, apoyando las botas embarradas en el escritorio, y meciéndose en su silla, satisfecho.

     

    - ¿Qué esperas? No te pagaré horas extras, asíque mejor te apresuras. - Musitó con indiferencia el Black, alborotando su plateado cabello y exhalando el humo del cigarro.

     

  19. Sintió la presencia de TtaNatT entrar tras él a su oficina, y sonrió satisfecho. Cerró la puerta con un movimiento de varita, y siguió su camino hasta el escritorio, sin siquiera volverse a ver a su nuevo empleado.

     

    - Y Bien, Señor... ¿Qué Tal Su día? - Preguntó el Aprendiz, con un tono simpático.

     

    - No me llames Señor, dime Angus. - Explicó el Mago Oscuro. - No me preguntes NUNCA qué tal mi día, ni en qué estoy pensando, y menos cómo me siento; a menos claro, que quieras terminar allí. - Sentenció al tiempo que señalaba un rincón algo oscuro, dentro del cual se podía apreciar una especie de asiento, algo tétrico, de cuyos posabrazos colgaban unas cadenas oxidadas y clavos. - Y creo que no hace falta aclarar que no se habla sobre "este tema" en el Ministerio. - Dijo al tiempo que señalaba su antebrazo izquierdo, ahora cubierto por la blanquecina camisa.

     

    - Espero que tengas pensado aspirar a un mejor puesto, que el de Aprendiz. - Comentó con indiferencia, extrayendo el sobre que iba dirigido a Santy. - No pretendas que te enseñe a hacer cosas que ya deberías saber. - Agregó con tono altanero, mientras ladeaba su cabeza para ver ingresar por el umbral, un sobre volador.

  20. - Me lleva... - El zapato de cuero negro del Black estaba ahora manchado con una sustancia viscosa. - Sangre de gnomo. Ya verá ese Sabugo... - Pensó para sí mientras con una floritura de la varita deshacía el enchastre.

     

    La camisa blanca de seda por fuera del pantalón de traje grisáceo, el chaleco negro azabache desabotonado, y las mangas desabrochadas, dejaban entrever que había sido un largo día para Angus, quién avanzaba a grandes zancadas, hasta la recepción, donde pasó de su secretaria, aunque ella no de él.

     

    - ¡Señor, señor Black! - Gritó despavorida ante la veloz caminata del Jefe de Oficina. Angus se detuvo no sin antes soltar un pequeño gruñido y giró sobre sus talones para enfrentar a la encorvada mujer que lo miraba intimidada.

     

    - ¿Ahora qué, Clotilde? - Preguntó fulminándola con la mirada, mientras la pobre anciana se encogía asustada.

     

    - Ha llegado esto... - Extrajo una correspondencia, y Angus se la arrebató de la mano, disponiéndose a leerla. - El Director me ha dicho que usted se encargue en su ausencia. - Explicó Clotilde en un tembloroso discurso.

     

    - Menudo lío, hombre. - Bufó y volvió a depositar su mirada gris en la secretaria. - ¿Has visto a Sabugo?

     

    - Sí señor, ha estado dando la bienvenida a los nuevos aprendices. Los ha llevado a realizar un trámite. - Contestó casi satisfecha de la información entregada.

     

    - Puedes escapar, pero no esconderte, Bugo. - Musitó, mientras doblaba la carta de Carlomagno y la guardaba en su chaleco.

     

    - Ha llegado su aprendiz, señor. - Avisó Clotilde, haciendo un ademán con la cabeza hacia unos bancos frente al despacho de Angus, dónde un hombre de considerada altura iba y venía, algo ansioso.

     

    - ¿Aprendiz? No he venido acá a enseñar, mejor será que pida un puesto serio, o se larga. - Expresó al tiempo que se aproximaba al joven. Abrió la puerta de su despacho, y el ruido llamó la atención de TtaNatT. - ¿Vienes? - Preguntó con indiferencia al joven, quién parecía algo desconcertado, mientras el Black se adentraba en su oficina y escondía el chivatoscopio en el escritorio, sabía las intenciones del joven Mortífago Base.

  21. El delincuente dejaba escapar gemidos de dolor lastimosos, casi agonizantes. El Black parecía disfrutar de ello, aunque lo ocultaba, a pesar de que Lacrimosa sonreía jocoso. Alzó su varita nuevamente, ante el continuo silencio de Achmed, y un golpe en la puerta de su oficina hizo que se detuviera.

     

    Angus se acercó a la puerta e indicó a Lacrimosa que cubriera el cuerpo casi inconsciente del terrorista. Abrió sigilosamente, apenas dejando entrever su rostro.

     

    - Señor Black, ha venido a verlo el Director del Departamento de Aurores. - Anunció temerosa, casi como si fuera un error.

     

    - Era hora. - Pensó el Mortífago. - Dile que pase, Clotilde. - Le ordenó a la menuda anciana.

     

    Se volvió y su semblante ya no denotaba una mirada de disfrutar, sino que la seriedad se apoderó de su rostro. Se aproximó a grandes zancadas a Achmed, y musitó: - Obliviate. - El efecto sería instantáneo, y aunque no lograra borrar por completo su memoria, de seguro eliminaría las últimas horas en el despacho del Jefe de Oficina.

     

    Sonrió satisfecho, y le guiñó un ojo a Lacrimosa, con aire de complicidad, al tiempo que las puertas volvían a abrirse, ésta vez para dar lugar a la figura de Godric.

  22. El cuerpo atado de Achmed salió disparado de la chimenea, dejando un rastro de polvillo en el suelo brillante del Departamento, mientras rodaba.

     

    - Definitivamente prefiero la escoba. - Musitó Angus, mientras se agolpaba la túnica para quitarse las cenizas. - Sígueme, y trae al roedor. - Dijo a Lacrimosa, señalando al escuálido delincuente.

     

    Cruzó el pasillo de recepción sin hacer caso a la recepcionista que quiso anunciar el envío de las flores a su nombre. Su caminar altanero se detuvo frente a su oficina, y con unos toques de varita, ésta se abrió de par en par, cerrándose tras Lacrimosa y el apresado.

     

    Un chivatoscopio yacía encima del escritorio de madera fina de pino, revoloteándose, seguramente debido a la presencia del terrorista en la sala. Lacrimosa lo depositó, aún preso de las ataduras, sobre un sillón algo incómodo, y sonrió satisfecho.

     

    El Black comenzó a recorrer la sala lentamente, parecía absorto en sus pensamientos, pero llevaba las manos juntas en su espalda baja, jugueteando con su varita de serval. No hacía falta verlo de frente para adivinar que estaba sonriendo, de una manera cruel, con certeza.

     

    Se volvió en un rápido movimiento y enarboló su arma hacia Achmed. - Dime, ¿estabas solo? ¿Alguien te contrató? ¿Quién querría un diario antiguo, propiedad de quizás el mago más peligroso de todos los tiempos? - Preguntó conteniendo su respiración, y manteniendo la calma, disimulando la ira que le recorría su cuerpo. Pero el hombre no emitió palabra, y la paciencia de Angus se acababa, pronto llegaría una horda de gente del Ministerio para encerrar al kamikaze.

     

    - Contesta... - El tono de voz comenzó a elevarse, y pocos segundos después exclamó: ¡Cruciatus! - El grito de dolor que envolvió la sala, fue ahogado por un Muffliato lanzado por Lacrimosa. Aunque el efecto del Silencius había acabado, nadie los oiría.

  23. Sintió la presencia de Godric tras ellos, y se frenó en seco, mientras los aficionados vitoreaban al guardián de los Wanderers. Se alborotó el cabello plateado, exasperado y se volvió hacia el Auror.

     

    - Puedes acompañarme a mi Oficina, Godric, y allí nos encargaremos de esta sanguijuela. - Le comentó con indiferencia al fornido hombre, quien destilaba soberbia. - Vamos, usaremos la Red Flú, por aquí. - Indicó a Lacrimosa y al Auror, trasladando a su vez al terrorista parlanchín. - Silencius. - Susurró y el silencio se hizo en la boca del delincuente, finalmente.

     

    El partido había finalizado, con victoria de los Harriers. Pronto la gente saldría a los pasillos del Estadio, debían apresurarse para no montar un melodrama en público. Se adentraron en una de las chimeneas y Angus, sin volverse a ver si Godric había aceptado la invitación, exclamó: - Departamento de Juegos y Deportes Mágicos. - Las figuras del Malfoy, el Black y el terrorista desaparecieron en una bocanada de humo, y cenizas verdes, quedando sólo una estela de polvo tras ellos.

  24. Después del pitido del referí, un ayudante ingesó a la cabina, algo nervioso. Susurró algo al oído del Black, mientras éste tapaba su micrófono para que no se escuchara en el Estadio, y se incorporó rápidamente.

     

    - Sabugo, debo irme. Problemas en el Palco VIP. - Explicó Angus con el semblante serio. - Continúa, que no se interrumpa. - Dijo al salir de la cabina presuroso, y con la varita en ristre.

     

    Llegó hasta el lugar del altercado, y pudo distingir a un esquelético hombre cubierto de telas, rodeado de gente apuntándolo. - Incárcerus. - Musitó Mica, y tres tensas cuerdas atraparon al delincuente, pero el Black no detuvo su marcha, y exclamó: - Mobilicorpus. - La figura se alzó sobre la multitud aglomerada, y quedó flotando sobre sus cabezas.

     

    - Ven conmigo, Manzanita. - Le indicó a Lacrimosa, quién parecía haber tomado parte del hecho. - Alguien que lleve a ese pobre hombre a San Mungo. Mica, te lo agradecería. - Pidió contemplando al lastimoso cuerpo sangrante del defensor de Lyra.

     

    - Los demás, vuelvan a sus asientos. No hay nada qué ver. - Exclamó eufórico, y se volvió a Katara. - Mis disculpas, Lyra, ya me encargaré de él y de ver qué ha pasado con la Seguridad. - Explicó mientras dirigía el cuerpo del delincuente sobre su cabeza, seguido de Lacrimosa, hacia su oficina en el Estadio.

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