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Gabrielle Delacour

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Mensajes publicados por Gabrielle Delacour

  1. Gabrielle rodó los ojos, al parecer su hermana mayor tenía otros planes al sentirse presionada por levantarse de la cama; la Delacour no era una persona que le encantara estar fuera de sus zonas de confort y aquellas solo se limitaban al Castillo y el local que había compartido con Ishaya. Emitió un gruñido de enojo, pero le acompañó sin hacer resistencia. 

    Todo lo que hacía la rubia, todo lo que ella le ordenara o pidiera ella lo hacía sin siquiera preguntar así que ¿Qué caso tenía abrir la boca por simple curiosidad? Anna y Psicosis le seguían de cerca, sobre todo la matagot quien protectoramente se había levantado de la alfombra al ver la chimenea apagarse, se metió caminando en círculos entre las piernas de su dueña, Psicosis solo le miraba desde la cabecera de la cama, aquel pocas veces mostraba preocupación.

    La francesa sonrió al escuchar a su hermana y asintió, como ya era obvio ella haría caso y seguiría sin dudarlo, a fin de cuentas no solo era el amor de su vida si no era sangre, familia. Y se dejó llevar.

    Sabía que ya no estaban en Inglaterra, eso era seguro conociendo a Mahia, más después de aquel mareo; cerró los ojos tratando de contener el mareo y rápido les abrió buscando a su prometida quien se encontraba recuperando el porte tratando de disimular…. Black a fin de cuentas, el orgullo primero.

    A su alrededor nada era familiar a lo que apuró sus pasos hacia su futura esposa sintiéndose desconfiada, todo el lugar era más que hermoso sin contar los paisajes, pero le prefería a ella, prefería su tranquilidad al tenerla a lado. Tanto el castillo de la familia como sus mascotas habían quedado atrás, solo eran ellas dos y, con aquella decoración, la rubia le robaba la mirada. Sonrió y entrelazó su mano con la de ella sintiendo la misma felicidad.

    -Sabes donde estamos?

    No tenía ni la remota idea ¿Suiza? El tenerla tan cerca le hizo soltar un suspiro y acomodarse más entre los brazos de su prometida, sujetó fuerte su mano y cerró los ojos al sentir su rostro cerca, giró rápido la cabeza, besó su mejilla volviendo a ver aquel paisaje y negando con la cabeza.

    - Noruega… ¿Sabes qué hay en Noruega?

    - ¿Noruegos?

    Contestó por instinto, respuesta lógica ¿Cierto? Sonrió y mordió su labio inferior, sabía que Mahia no le había llevado ahí a ver “noruegos” entonces ¿Qué?

    - ¿Qué estás planeando Mahia Black? Ya te dije que quiero tu nacionalidad así que si lo que quieres es una boda aquí no la tendrás.r

    Era más que obvio el tono bromista de la Delacour pero le abrazó fuerte contra ella esperando que escupiera lo que fuera que traía en mente.

  2. Las relaciones con el ministerio serían lo de menos, a fin de cuentas, Gabrielle sabía que solo era cuestión de firmar ¿Cierto? Aquello sería entrar, notificar y salir, aunque tal vez la Delacour pudiera conocer a alguien quien les podría agilizar los trámites, el problema sería dónde estaría trabajando ahora y si aún estaba con vida.

    Sonrió al escuchar nombrar a su hermano, ella también le tenía cierto recelo pero era a quien más quería de sus tres hermanos (sin contar la obviedad del asunto), le dolería el no tenerle cerca pero sabría que Orión entendería del todo, al final de cuentas no quería terminar con una ceremonia hippy bebiendo té y fumando la pipa de la paz por tradiciones inventadas. Solo se limitó a asentir, sabía que para Mahia haber sido la segunda en línea no había sido fácil, ni siquiera le había sido fácil a Gabrielle teniendo a Fernando Black, el líder mortífago con fama de mujeriego, a cargo de un varón de dudosa procedencia y tres mujeres.

    El calor que sentía al tenerla a era del todo emocional, siendo ella tan distante con sus propias emociones con su hermana dejaba que su mente sintiera y que aquello que había estado reprimiendo por tantos años aflorara, le amaba, auténticamente le amaba, de todas las maneras posibles. Tal vez por esa razón Anna había permitido aquel acercamiento, la conexión que tenían entre ella y su dueña se había reforzado con tantos años solas… y Psicosis.

    - Dime qué necesitas, qué deseas y sabes que lo tienes.- Dijo rodeando el cuello de su hermana con sus brazos tratando de evitar que se alejara del todo aún teniéndole sobre ella, su mirada estaba clavada en la de la vampira y, entre lujuria y amor, continuó sus palabras.- Siempre he sido y seré tuya, hasta la eternidad si así lo deseas…

    Su mano recorrió con dulzura la mejilla de la rubia y frenó sus caricias al escuchar nombrar de su país. Bajó la mano y desvió la mirada, era un tema que prefería no tocar; por años había sido desde su refugio al dolor hasta el mismo dolor encarnado: la pérdida de su madre, encontrar a su hermano y tener una familia… y de nuevo regresar para esquivar el dolor que había dentro del mundo mágico, simplemente una montaña rusa de sentimientos y eventos desafortunados.

    -  Podríamos…. Pero prefiero quedarme y casarme aquí.-  dijo con sinceridad.- demasiados recuerdos no placenteros como para venirme a arruinar la felicidad que recién re- recuperé.

    Dicho esto, volvió a mirarle con amor y sus manos le sujetaron de nuevo del cuello para acercarla a sus labios; el haberla recuperado después de tantos años y volverla a tener ahí en el mismo cuarto lo era todo para ella. Mordió ligeramente el labio inferior de la Black y con los dedos de su mano derecha rozaba la columna de su hermana siguiendo vértebra por vértebra, rodeó la cadera de la rubia con su pierna y se separó ligeramente para verla a los ojos.

    - Solo me importas tú.- sonrió con cierta travesura y acarició la mejilla de su hermana.- Además ¿Quién me daría la ciudadanía para estar legalmente aquí? Amaría tener tu nacionalidad así como otras cosas tuyas en mi…

  3. Por primera vez en muchos años la Delacour se sentía completa, mirarla a los ojos, sentir su cuerpo y sentir la calma después de la tempestad a lado de la mujer que tanto había amado era un pedazo de cielo. Se dejó llevar y solo asentía a ella, sus besos, sus manos y sus caricias le hacían sentir de nuevo completa… Demasiado completa.

    Escuchó atenta a su hermana y sintió un pequeño escalofrío sobre su espalda al escuchar esa palabra: Boda… Aquella palabra desencadenaba todo tipo de sentimientos dentro de la francesa, tantos matrimonios fallidos para caer en otro que posiblemente tuviera el mismo trágico final. Asintió a las palabras de la rubia y trató de contener su ansiedad dejando su mirada en los ojos azules de su futura esposa.

    El campo de batalla ahora era el auténtico cuarto que ellas decidieron compartir años atrás, todos los malos recuerdos habían sido borrados con el beso de su hermana y volvía a sentir esos metros cúbicos como hogar. Puso su mano en el brazo derecho de su hermana y bajó lentamente apenas rozándole con la punta de los dedos hasta llegar a su mano, entrelazó los dedos con los de ella y le hizo seguirla hacia la cama. 

    Se acomodó justo en el centro cruzada de piernas y sin siquiera preguntar le obligó a hacer lo mismo, besó su mejilla y tomó una frazada del borde de la cama para cubrirse ambas cayendo la tela color índigo sobre los hombros y espaldas de las Black.

    - Entonces solo necesitamos quién nos case y alguien del ministerio que legalice el acto.- dijo mientras acomodaba su cabeza en el hombro de Mahia.- Siendo sincera no quiero a nadie, no quiero las clásicas bodas sosas a las que teníamos que ir, somos diferentes.

    Sonrió sin saber y mordió su labio inferior apenada, en verdad lo eran, no solo por ser hermanas si no que siempre había sentido que la relación entre ambas era más que tan solo un contrato y una fiesta. Para ella su relación con ella era todo y no necesitaba gritarlo al mundo… Aunque pudiera hacerlo si la otra Black lo deseaba.

    - Pero ¿Tú qué deseas? – la matagot apresuró a brincar sobre la cama y postarse entre las piernas de su dueña, aunque la orden había sido más que clara para ella, al igual que Psicosis, le gustaba marcar territorio.- Si te soy honesta, estoy dispuesta a lo que tú me propongas.

    Levantó la mirada para buscar la de su hermana y apuró a robarle un beso, había extrañado esa calma entre ellas, esa sensación de hogar y seguridad que Mahia le hacía sentir a pesar de que fuera la Delacour la que siempre se preocupara por ella.

    - ¿Estás bien, amoure? Yo lo estoy y me preocupa tu salud ¿Me deseas?- sus ojos estaban fijos en el azul de la vampira, podía leerse su aún culpabilidad y sus ganas de remediar las cosas; acarició la mejilla de la Black y rozó con su dedo pulgar su labio inferior.- Te amo… 

  4. La francesa seguía en aquel trance, tal vez un poco más tranquila después de haber soltado todo lo que su cuerpo albergaba y daba mordidas al chocolate que Anna le había traído mientras le acariciaba con la mano libre sin pensar la guerra en la que se había metido.o

    Notó su hermana desconcertada, sonrió de lado orgullosa de lo que había hecho, no solo había cruzado la raya, la había dejado kilómetros atrás y aún así no le importaba. Su cuerpo aún temblaba, no sabía a ciencia cierta si era a causa de la sangre perdida o del desenfreno de sadismo y lujuria que ni ella había podido controlar ¿Sería parte de su genética escondida? Su inestabilidad mental era más que evidente, pero al parecer la Delacour tenía más bajo la manga.

    Y se desató el infierno mucho antes de lo imprevisto.

    Psicosis voló sobre el hombro de Gabrielle, tal vez era su manera de calmarla ante tal desastre y Gabrielle solo veía extasiada a su prometida y su matagot, lo poco racional que quedaba vivo de su cabeza se empeñaba a gritar mudamente que la pelea parara, pero su mirada iba y venía entre ellas. Hasta que sus sentimientos le hicieron entrar en razón preocupándose por la mujer que amaba.

    - ¡ANNA BASTA! 

    La matagot había golpeado fuerte contra la cama y se notaban sus ganas de seguir la pelea, la castaña se levantó de inmediato, pero aún estaba demasiado débil, sintió un mareo y evitó correr hacia su hermana. Aquella mirada altanera había caído al piso junto con Psicosis y solo veía a su prometida con preocupación… y culpa. Asintió a la orden de la Black y volvió hacia Anna.

    - Anna… Elle es l’amour de ma vie, c’est tout bien. Resté mon amie.

    La bestia sacudió su cuerpo, bajó la guardia y se acostó sobre la cama con la mirada fija en su dueña. Ahora le tocaba calmar el infierno.

    Seguía enojada, eso no podía ocultarlo y de cierta manera le había gustado darle no solo ella una lección a su futura esposa si no el demostrar que no estaba sola, que al menos quienes siempre estaban a su lado, por mas “mascotas que fueran” no le dejarían por nada. Pero toda muralla y dolor que había pasado había caído ante las palabras de la persona que más había amado en su vida.

    El ambiente en el cuarto ya era diferente, no había esa tención y hasta podía sentirse los intangibles pedazos del muro de hielo de la Delacour en el piso. Corrió a abrazarle, pasó sus manos por la espalda de su hermana y suspiró, materializó su varita para poder invocar el amuleto de Curación y al tenerla cerca las heridas de su hermana comenzaron de a poco a desaparecer.

    En realidad, se sentía culpable, las palabras de su hermana le hicieron volver en sí y despegó un poco su cuerpo del de ella para mirarla a los ojos, pasó su mano por la mejilla de la Black con amor y su mirada lo decía todo…

    - Je suis trés desolé mon amoure…- Lo sentía, en verdad le dolía y volviendo a guardar su varita y el amuleto, sujetó con ambas manos el rostro de la mujer que amaba y sus ojos miel en verdad demostraban su sumisión y amor ante ella.- Toma lo que quieras… soy y siempre seré tuya, disculpa… mi comportamiento, no me controlé….

     

     

  5. Evidentemente la menor de las Black estaba más que empeñada en tener su venganza, su mirada miel que alguna vez demostró amor y ternura ahora era tan solo la ventana a esa sed de tortura y lujuria al ver a su hermana sufrir de esa manera. Sonrió de lado y sus ojos se clavaron en los de su prometida, sabía que tenía el control y aún sin tenerlo su cuerpo vibraba de placer al verla en ese estado.

     

    - Sh…- silenció la castaña cuando le escuchó rogarle por su libertad, pasó sus labios por su propia herida, se acercó lentamente al rostro de su hermana para a penas rozar sus labios con los de ella y mojarles con aquel tibio líquido que seguía brotando de su muñeca.- No, no Mahia.

     

    Nunca había sentido tanto deseo, tanto poder, amaba torturar y era parte de lo que extrañaba de ser mortífaga pero mezclarlo con lujuria había abierto una parte que ni la Delacour podía controlar. Sus manos apresuraron a quitarle la ropa a la Black y, con la mirada aún fija en los ojos azules de la rubia, bajó lentamente sus labios y manos desde el blanco cuello de la rubia hasta su abdomen dejando un rastro de sangre gracias a su herida.

     

    Ya no era ella, era instinto, era deseo estaba fuera de sí, los ruegos e inútiles intentos de su hermana por liberarse solo le avivaron las ganas de continuar. Se detuvo en su entre pierna y pasó su lengua justo en el punto que ella sabía que le hacía enloquecer, su otra mano subía lentamente por el interior de su muslo, jugueteó un poco con su lengua haciendo presión y sus dedos solo se limitaban entre entrar o no en aquel lugar que sabía que le llevaría al éxtasis. Y detuvo sus movimientos.

     

    No, aquello era demasiado “premio” para ella. Volvió a acomodar su cuerpo sobre el de ella haciendo que el tirante de su vestido cayera por su hombro dejando ver mas allá que tan solo la clavícula y lentamente bajó su mano derecha para ser ahora ella quien disfrutara del momento. Su mano izquierda detenía con cierto amor y cariño la mejilla de su hermana obligándole a verle a los ojos, mismos ojos miel que ahora solo proyectaban deseo, lujuria y placer, de vez en cuando salía un leve gemido de placer de sus labios y aquel vórtice de sensaciones podía leerse en sus movimientos de cadera.

     

    Pasó su mano izquierda por el cuello de la Black de nuevo dejándole un hilo de sangre correr y soltó un último gemido mientras le miraba a los ojos. Un leve mareo le hizo detenerse de los brazos de su hermana dejando su rostro a escasos del de su prometida, cerró los ojos y tomó aire para volver en sí, sonrió altanera y se quitó de encima para sentarse en el piso del cuarto.

     

    - Episkey- dijo materializando su varita y curando su muñeca izquierda al igual que su muslo haciendo que de esa manera también las heridas de su hermana curaran de inmediato, Anna apresuró a sentarse entre las piernas de su dueña con un chocolate en el hocico a lo que Gabrielle comenzó a comer de inmediato. - Ah sí…

     

    Con un movimiento de varita hizo desaparecer las cuerdas que sujetaban a la mayor de las Black y le guardó como si aquel infierno que había desatado no le diera el más mínimo nivel de importancia; no, no tenía miedo de lo que pudiera pasar y tanto ella como su Matagot estaban preparadas a la reacción de la vampira, sobre todo Anna quien movía la cola ansiosa.

     

    - La mayor eres tú pero te recuerdo que la de mayor nivel soy yo, Mahia.- dijo con una sonrisa altanera en sus labios. 

     

     

  6. Era imposible el negar el amor y la química que la Delacour sentía con su hermana ¿Media hermana?  Daba lo mismo, el amor estaba ahí y a fin de cuentas el lema de la familia era mantener la pureza de la sangre ¿Cierto? 

    - Para mi tu esencia es única no necesito agudizar mis sentidos para llegar a ese éxtasis que supongo que me presumes.- musitó orgullosa y al mismo tiempo deseosa al sentirle más cerca.- Pero será lo que tú digas.

    Las barreras habían caído en ese instante, como siempre solo bastaba el tacto de la rubia para que Gabrielle doblara las piernas y accediera a lo que fuera, soltó un gemido de placer y dolor al mismo tiempo que su hermana mordía su piel y pegó su cuerpo lo mas que pudo al de ella esperando su contacto, su respiración y pulsaciones eran tan aceleradas que en su cabeza no sabía si era producto de tenerla cerca o el haberse embriagado con la lujuria que le hacía sentir; no era tanto el dolor, era el deseo, el coraje, el haberla esperado por años y ahora así tan sencillo le tomaba en brazos y su dignidad caía al tiempo que la mano de la otra Black rozaba su piel.

    - ¡MAHIA!

    Frunció el ceño y su mirada miel demostraba el enojo, no tanto hacia la vampira si no hacia ella misma por hacerla tan fácil, una mirada de la ojiazul y con eso tenía para desarmarle. Su mano cubrió el lugar donde la había mordido y trató de detener el deseo de seguir, cerró su puño y se invocó lo que había aprendido del Libro de la sangre para "regresarle el favor" a la mayor de las Black.

    Cerró su mano sintiendo materializarse su varita en ella y su mirada miel se fijó en el azul que tanto amaba, no se la dejaría sencillo...

    - ¿Así como así, después de días, meses, años llegas y crees que puedes tomar lo que se te antoje?

    Sabía la respuesta, la altanería de su hermana era algo que de cierta manera le enamoraba más de lo que podía imaginar.

    - Incárcerus - tres cuerdas salieron de la varita de la Francesa atando las manos de su hermana a la cabecera de la cama y las otras a sus piernas a cada esquina de la misma dejándola boca arriba.

    Sonrió de lado y pasó su varita por su muñeca izquierda haciendo un corte lo suficientemente profundo para que su sangre corriera, al mismo tiempo la herida apareció en la muñeca de su prometida. Gabrielle miró altanera su muñeca y luego clavó la mirada en los ojos de la mujer que amaba y que ahora le tenía casi indefensa, se sentó sobre la cadera de la vampira y le miró retadoramente mientras inclinaba su cuerpo al borde de rozar su pecho, acarició la mejilla de la Black con su mano izquierda evitando que la sangre le tocara su piel o rozara sus labios solo dejaba que el aroma estuviera cerca y detuvo con ambas manos su rostro.

    - ¿Cuánto tiempo soportarás ahora? ¿Otros meses, años?

    Esta vez la venganza se servía tibia, sentía su sangre recorrer la muñeca y manchar las sábanas, sus ojos seguían fijos en el azul penetrante de su prometida, era una mezcla de venganza y placer al verla, volvió a guardar la varita y acarició de nuevo la mejilla de Mahia al mismo tiempo que le sonreía altanera. 

  7. Creo que ya puedo inscribirme y disculpen que ponga el link asi directo ando desde el celular. Gracias!

    ID:4721

    Habilidad (en caso de que se trate de la habilidad de Animagia, especificar preferencia de animal): Animagia (conejo)

    Nº de conocimientos que se poseen: 7

    Link a la Bóveda:https://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78303

    Link a la Ficha:https://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78243

     

     

     

    Olvidenlo ya vi que sepaporque bajé de nivel 15 a nivel 11 xD gracias por du atención

  8. La Black contuvo sus ganas de detener el anillo pero dejó que su hermana le tomara, suspiró aliviada al sentir su beso y trató de no abalanzarse a sus brazos, se quedó inmóvil esperando qué traía entre manos la otra Black y sus palabras arrasaron con lo que quedaba de frialdad dentro de ella ¿Cómo estar enojada solo por ser ella misma? Así le había conocido y posiblemente así seguiría siendo por más que las ausencias la destrozaran. 

    Correspondió la mirada, notaba que ella también había sufrido la misma separación, posiblemente en menor escala pero ¿Quién era ella para juzgar emociones ajenas? La amaba y amaría siempre y era lo que importaba, lo que siempre iba a importar a pesar de las ausencias, a pesar de las peleas. 

    El tirón logró que su cuerpo siguiera las órdenes de su ex prometida y al sentirla cerca su corazón se descontroló por completo al igual que sus pensamientos, todo aquel rush de recuerdos y pasiones dentro del castillo flashearon por segundos por su cabeza; el tenerla cerca de nuevo era más que peligroso, más después de tanto tiempo sin verla y desearla tanto. El sentir el roce de sus colmillos en su cuello le hizo jadear de deseo y apretó su mano fuerte contra la de su hermana, arqueó la espalda y estiró mas el  cuello para ella sujetando fuertemente sus dedos entrelazados. Era química, era natural la respuesta de su cuerpo al de ella, sintió el rubor en sus mejillas y guió la mano de su hermana a sus muslos deteniéndoles con fuerza para reprimir las ganas de tenerla más allá.

    Y su propuesta le pegó de golpe dejando de lado aquel deseo para convertirse en ¿Nervios? 

    Le miró a los ojos y sonrió, acarició la mejilla de su hermana y asintió con la cabeza mirando de reojo el anillo de nuevo en su dedo, tenía miedo al compromiso, otro golpe así de fuerte sabía que no soportaría pero por ella lo arriesgaba, ella era su todo y su mirada la delataba.

    Una media sonrisa se dibujó en sus labios y, poniendo sus manos en los hombros de su hermana, le puso contra el piso, sus piernas rodeaban la cadera de la rubia y sus ojos miel se encontraban fijos en el azul de su hermana que tanto amaba.

    - Sí, quiero casarme contigo Mahia solo queda una pregunta...- bajó lentamente sus labios a los de la rubia y, sin perder la mirada, sonrió entre lujuria y altanería.- ¿Luego quién será tu alimento? Digo, amaría compartir la eternidad a tu lado, juntas pero... -rozó sus labios con los de ella y lentamente avanzó hasta su oído derecho no sin antes hacer rozar su cuello con los labios de la vampira.- ¿De quién te alimentarías en la cama después del platillo principal?

  9. Demasiado rápido y demasiadas emociones en tan poco tiempo ¿Qué acaso no estaba preparada y estable? A decir verdad estable era algo que la chica nunca había logrado estar se mantenía en reposo pero sus emociones y sentimientos siempre habían sido mas fuertes y violentos que los del resto de la familia, tal vez por la parte mitad veela que le había heredado el amorío de su padre con su "extraña" madre, pero era cierto, los desordenes mentales de la Delacour era lo mas normal. Pero esta vez estaba aparentemente tranquila, aunque su matagot era quien notaba sus cambios.

    Detuvo sus ganas de lanzar la cachetada pero Anna se le había adelantado a lo que solo levantó la ceja un tanto sorprendida de la habilidad de su mascota para detectar las emociones que ella misma reprimía. Podía oír cada latido de su acelerado corazón ¿Tristeza, amor o decepción?

    - Voy a donde me siento tranquila, que claramente no es aquí.

    El dolor en sus palabras era más que evidente, más que era la primera vez que su hermana le reprimía también sus faltas. Una relación es de dos y la francesa estaba del todo consiente que esta vez ella también lo había arruinado, pero era testaruda no daría su brazo a torcer... Hasta que sus miradas se cruzaron: aquel vacío, dolor y traición cayeron al piso junto con su orgullo.

    El pequeño conejo se quedó mirando el anillo y turnaba la mirada entre el anillo y su dueña, Anna se mantenía inquieta rodeándola, ya no sentía la necesidad de protegerla si no de estar. Gabrielle miró el anillo y mordió su labio inferior volviendo la mirada a su ¿Ex prometida? Hermana, era más seguro ese termino.

    - ¿Por qué nunca te busco? Mujer ¿Estás consiente de....?- soltó un bufido, le molestaba ser tan vulnerable, rodó los ojos y trató de calmar su enojo.- Mahia, sé que soy buena con la varita, que tengo más libros y experiencia que tú pero ¡Soy humana pedazo de mujer ciega! 

    Rio entre enojo y desesperación, sí, ella podía correr y adentrarse en el bosque mientras la francesa solo podía tratar de seguir sus pasos al mismo ritmo que lo haría Psicosis, era ágil con la varita y los duelos siempre habían sido su fuerte pero frente a peligros que no fueran personas la Black reaccionaba más lento que lo normal. En pocas palabras: Lo suyo no era la aventura, lo suyo era seguir viva.

    - Cuando desee morir te llamo para corretear por el bosque a ver cuántos kilómetros o metros sobrevivo.- rodó los ojos, el verla cual niña en el piso le había terminado de derretir lo que le quedaba de orgullo y suspiró, se acomodó a su lado sentándose con las piernas de lado haciendo que Anna se sentara en su regazo en señal de protección.- No estoy a tu nivel, mujer, no puedo ir corriendo detrás de ti cada que desaparezcas o vayas de caza, yo solo cuento con mi varita, estos dos y un dragón en la reserva que no puede ni defenderme, sí moriría por ti, pero es demasiado...

    Sí, la seguía amando era obvio; Psicosis tenía el anillo en el hocico y le miraba de frente esperando que le aventara de nuevo aunque era obvia cuál la acción de su dueña, suspiró de nuevo ¿Le había dicho que la seguía amando? Anna levantó la mirada al notar el corazón acelerado de su dueña y la castaña cerró los ojos volviendo a tratar de calmar sus emociones; al volver a recuperar el aliento observó a su hermana volver a ponerse el anillo y levantó la mirada hacia ella para volver a fijarla en Psicosis. Sujetó el anillo y le tuvo varios segundos en su mano mirándole fijamente, nunca había dejado de amarla en todos estos años y sí, ella debió buscarle también, aceptaba la culpa.

    Acerco un poco su cuerpo al de la Black y recargó su cabeza en su hombro, su aroma, su cabello, todas las memorias cual flash back cayeron de golpe y suspiró.

    - Prometo buscarte dentro de lo que mi cuerpo me deja... Disculpa por...- soltó un suspiro y cerró los ojos con el anillo en su mano.- Iría a donde me lleves lo sabes...

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  10. - Desgraciadamente no muchos tenemos el conocimiento de adivinación, pero espero que sea el siguiente, aún dudaba si entre Adivinación o astronomía y terminé aquí.

     

    Dijo la Black respondiendo al comentario de su compañero. Prestó atención a sus movimientos y se quedó mirando las palabras que ahora complementaban las constelaciones que la profesora había hecho aparecer, Gabrielle seguía más enfocada en tratar de memorizarlas, nunca había sido buena con las ubicaciones y mucho menos en orientarse.

     

    De un momento a otro comprendió algo de las palabras del único hombre en la clase, se giró el rostro hacia Juve y arqueó la ceja con intriga.

     

    - ¿Nosotros como magos nos seguimos rigiendo por las mismas constelaciones? Sí es ridículo pero me refiero a que si en alguna tienda de chuches hay algo que nos ayude a comprender mejor lo enigmático del cielo? ¿Es cierto que posiblemente lo que veamos es tan solo la imagen de estrellas muertas? Digo, eso debe estar a miles de años luz, sería un poco lógico que nosotros sigamos viendo eso y por allá, en tiempo real la estrella esté muerta.

     

    ¿Qué le pasaba? Agachó la cabeza y agradeció que el mago siguiera con la plática, la verdad tenía solo el conocimiento de la clase puesto que, por más libros que hubiera en la Black, tan solo pensar que habían sido manoseados por Orión le hacía alejarse de la materia.

  11. ¿Tenía que responder? La Black miraba con intriga ¿Solo dos? ¿Significaba que estaba bien... pro primera vez? ¿Cuántos planetas? Vaya, en su primer intento de escuela llegaban hasta Plutón pero aquello ya era un planeta enano ¿Seguiría siendo? Pero las palabras seguían por lo que ella misma supuso que las preguntas eran solo para abrir su mente; abría y cerraba la boca continuamente tratando de responder, igual era en vano debido a la cátedra de la profesora.

     

    Tenía bastantes dudas, sin embargo se dedicaba a escuchar, detestaba el sentirse como si estuviera con el Yaxley y, en el corto tiempo, sabía que había sido un error. Quien tenía la mente abierta y las ganas de ir más allá era él, Gabrielle siempre se habia dedicado en tener los pies sobre la tierra, realista y hasta de cierto modo pesimista después de todo lo que había pasado.

     

    ¿Dudas? Bastantes pero seguía atenta ¿Desafíos? Bastantes.

     

    – Tengo una pequeña duda... Comentas que los navegantes usaban la Osa mayor ¿Siempre es visible? Es decir ¿Sin importar la hora de la noche?

     

    Nunca había intentado encontrarla, le era mucho más fácil encontrar la constelación de la que el Yaxley había sacado el nombre pero nunca las demás, vaya, si el haber elegido aquella clase era desafío, tal vez era eso todo su meollo, retos.

     

     

    @

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  12. Sabía perfectamente que había llegado más que tarde y corría desesperada haciendo que la capa de viaje hiciera un fru frú con el viento. Se detuvo de golpe al ver la esfinge y escuchó atenta; el haber llevado Runas con Orión había sido una pesadilla pero ahora AStronomía parecía ocupar el primer lugar y, ganarle a las ocurrencias del Yaxley, era más que pesado.

     

    Rodó los ojos, después de haber pasado tantos días en el desierto aún no sabía cómo descifrar acertijos, soltó un bufido y an solo lanzó palabras al aire, era pésima resolviendo acertijos y, si por algo había odiado runas, Astronomía "no hacía malos quesos".

     

    - Si estoy adentro dos. Si no pues ¡Qué voy a saber yo!

     

    Estaba molesta, acertijos y acertijos. Por si fuera poco no estaría sola en la clase por lo que el convivir otra vez sería su punto débil ¿No debería ya haberse acostumbrado a ser social?

     

    – Buenas... lo que fuera compañeros.

     

    Dijo más que nada por ser educada y se cruzó de brazos aún molesta por tener el dejavú de que aquello sería como las clases de Orión.

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  13. IDIOMAS

     

    Había preferido un lugar diferente para ella, en vez de la clásica aula había preferido citarla en pont Notre-Dame; Gabrielle se encontraba viendo hacia el río, amaba París, su idioma, amaba todo y, a pesar de su tragedia en aquel río, ella no guardaba ningún tipo de dolor o rencor.

     

    Era medio día, el viento soplaba leve, se notaba que estaba próxima la primavera dejando atrás el invierno; el sol resaltaba el azul cobalto de su capa de viaje y dejaba notar un sencillo vestido negro que se ajustaba tan solo a su cintura, unos zapatos negros a juego y sus cabellos castaños sobre su costado derecho. Demasiada facilidad para encontrarle ¿Qué chica se quedaba tan solitaria en aquella ciudad tan romántica?

     

    Por primera vez estaba nerviosa, aunque más que nervios era un nudo en el pecho; la prueba dentro de la gala le había vuelto a abrir la herida y sabía que aquello volvería. Entrelazó sus dedos y apoyó sus brazos en la barra del puente y soltó un suspiro.

     

    - Debería haber llegado, creo haber sido específica...

     

    Sabía que la chica llegaría. La última vez que le había visto esperaba un bebé, tal vez por eso la demora, o tal vez había decidido caminar un poco por la ciudad, dejaría la preocupación de largo y se mantendría tranquila. Bajó la mirada hacia su anillo de compromiso, seguía iguales los planes y no se atrevía a moverlos, menos a comenzar a buscar a alguien que ocupara aquel lugar.

    – ¿Cye?

  14. ID: 4721
    Nick: Gabrielle Delacour
    Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=110446
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78303
    Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): Ganadores Competencia de Rol "La Fuente de la Buena Fortuna"
    Nivel Mágico: 13
    Fecha: 2019-02-24

    Criatura: Ridgeback Noruego
    Puntos: 160 P
    Precio: 8000 G

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    Total de puntos: 160 P
    Total de Galeones: 8000 G

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