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Gabrielle Delacour

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Mensajes publicados por Gabrielle Delacour

  1. Gatiux: http://www.harrylati...ser/135-gatiux/

    Orión: http://www.harrylati...2-orion-yaxley/

    Porque no manchen han escrito demasiados roles en la gala que nadie, tan solo ayer el loco del hombre hizo como 20 roles en menos de un día y la otra unos 10 o 15 en SOLO MENOS DE 24 HRS! Si eso no es secarse el cerebro por gusto (y dineros y así) no sé que sea... Así que ahí ta mi voto... (sin contar que no sé como le hace la mujer pa calmar al loco)
  2.  

    Había quedado tirada en el piso, se cruzó de piernas y jugueteó sus manos en la arena, a veces estaba bien tomar el respiro, sus dedos dibujaban pequeños círculos mientras sentía cada grano de arena en su piel, algo así como un pequeño jardín zen improvisado... En medio de una prueba... en media caja de arena.

     

    Metió un poco más sus dedos en la arena casi sintiendo su muñeca dentro y cerró los ojos, era imposible el dejar de lado el sonido del ambiente pero aquello le importaba poco, siguió tranquila jugueteando cual niña pequeña de 5 años moviendo sus manos dentro de ese pequeño espacio. A su lado sus compañeros de equipo, Gatiux cual jinete del apocalipsis y Orión... Siendo Orión.

     

    En su mano derecha sintió algo y frunció las cejas como si mentalmente pusiera adivinar qué era, le tomó con ambas manos y comenzó a jalarla con cuidado.

     

    -specialis Revelio.- dijo al ver el jarrón que había encontrado mientras le apuntaba ahora con la varita

     

    Aquello no tenía sentido, ya le había tocado y aún estaba bien así que no era más de sesenta centímetros pero llamaba la atención debido a sus dibujos, no pasaba nada, seguro se había olvidado. Maldito o no al menos tenía un nuevo jarrón, le puso a su costado después de verificarlo y siguió jugueteando sus dedos en la arena.

     

    El escuchar un grito cercano le hizo levantar la mirada, otro crup histérico venía hacia ellos, rodó los ojos pero esta vez no tenía su pequeño marro con el que había matado al otro, apuntó al jarrón y se encogió de hombros.

     

    -Wingardum Leviosa. .

     

    Ahora el jarrón flotaba y Gabrielle le dirigió hacia el animal haciendo que golpeara de golpe en su cabeza, el animal se paró en seco y cayó inconsciente en el piso. Ahora el jarrón era historia, literalmente.

     

    - Le había tomado cariño, lo quería de souvenir y tuve que sacrificarlo... tal como mi tiempo en esta inútil prueba.

     

    Sí era evidente que la Delacour seguía enojada, no solo se notaba en sus labios fruncidos si no en el lenguaje corporal, estaba tensa y, aún tirada en la arena, podía notarse que no estaba feliz del todo.

     

    -¡Reparo!

     

    Apuntó a su jarrón y de inmediato quedó tal y como antes. Al menos sí se quedaría con él después de todo, dejó caer su cabeza hacia atrás y se tiró en la arena, no iría a recogerlo, ya que se quedara allá y que otro le encontrara o usara de arma aquello no le importaba, solo deseaba que la tortura terminara.

  3. Jadeó tratando de mantener su mirada fija en los animales que posiblemente serían su siguiente objetivo y soltó un bufido al ver la manada regresar. Parecia que la cosa en verdad no tenia ni principio ni fin.

     

    - ¿Por qué no se mueren? Que alguien cierre ya la llave para que dejen de salir tantos de este lugar que ni yo misma sé como le hacen ¿Se multiplican de verdad? ¿Quién puede ser tan sádico para permitir tanta matanza de... Animales y criaturas?

     

     

    -Expelliarmus.

     

    Parecía que no tenía sus sentidos al haber lanzado eso contra una quimera, bueno, la mayoría de su sentido común se había ido al estar matando los micropuffs a palazos, ya nada tenía sentido para ella. A pesar de no tener varita la quimera salió disparada y cayó desmayada sobre un pequeño montón de gallinas. Nada tenía sentido en ese momento, aunque fuera mucho antes, en el momento en el que la horda de animales habían perdido la razón y se habían vuelto locos en contra de ellos.

     

     

    Ya estaba harta, en verdad estaba más que harta, cansada, asqueada y llena de basura que había quedado a su alrededor a casusa de su raro comportamiento de palos. Movió la cabeza en negación, los miembros de su equipo en verdad estaban en lo suyo matando criaturas a lo que dejó en paz sus sentidos y respiró profundo.

     

    -Evanesco.

     

    Dijo apuntando a los pedazos de la mesa que había destrozado y desaparecieron al momento, pasó su pie por el piso como si tratara de alisarlo, como si tratara de comprobar que aquellas basuras en verdad se hubieran ido (como si se pudieran negar a irse pero en ese momento ella no reaccionaba), apuntó con la varita al cielo y se aclaró la garganta.

     

    - Flagrate.

     

    De la punta de su varita salió una especie de línea roja, misma con la que comenzó a usar como si fuera listón de gimnasia rítmica. Movía con delicadeza su varita y la línea roja le seguía, sabía que estaba en plena pelea y prueba pero ¡Ya qué! Era momento de al menos relajarse un poco, si los de su equipo jugaban a usar vestido y sostén ella podía jugar a ser gimnasta reconocida con aquella línea roja que salía de su varita.

     

    Dio unas cuantas pirouettes y volteretas, en su cabeza tan solo una melódica canción de Kitri de Don Quijote, no tendría sus puntas pero al menos con el listón haría milagros; elevó su pierna a 180 grados, saltó haciendo un split en el aire cayendo hincada en el piso y dejando atrás el revoltijo rojo en el aire. Se levantó de inmediato y sacudió su ropa como si también sacudiera parte de su estrés con ella.

  4. -Descendo.

     

    Entre las pocas cosas que quedaban había una mesa con una de las velas de Orión y aquello terminó golpeando al caer a uno de los lobos que iban de paso, su pelaje de inmediato ardió en llamas haciendo que las bestia corriera por su vida pegando con otros de su manada, el caos era más que notorio y dos que tres bestias cayeron al piso retorciéndose del dolor. La piel quedó negro de inmediato y el olor a carne quemada estaba en el aire, al igual que el de pelo chamuscado.

     

    - todo... por... nada... miraba con tristeza, no le gustaba matar animales, era más placentero matar personas pero en el momento aquello era ilegal- me tienen harta... todos. Todos he dicho.

     

    Y volvió a correr a lado del Yaxley, estaba más que harta, la verdad era horrible estar de esa manera pero no quedaba mucho.

     

    -Diffindo.

     

    Aprovechando la mesa que había quedado apuntó para crear un pequeño mazo que ella misma pudiera cargar, estamos hablando de la Black, la chica que medía menos de un metro setenta y con una complexión de una ballerina raquítica, por lo que entre el palo y la varita la chica se veía demasiado graciosa, pero estaba harta deseaba agarrar a golpes algo y, en vista que el Yaxley estaba ocupado jugando a alguna animación muggle prefirió adelantarse frente a un micropuff.

     

    - Vámonos recio a la fregada mijo, fuera tú y tu pandilla, aquí no les queremos ni necesitamos shu shu.- los pobres animales salían volando con cada golpe que la Delacour daba cayendo muertos en la arena. Insistía, ella detestaba matar todo tipo de animales pero en ese momento era ella, era la prueba y era sobrevivir.

     

    -Engorgio

     

    Dijo mientras apuntaba su pedazo de madera que usaba como mazo y aquello se volvió más pesado. Es increíble lo que hace la gente para sobrevivir, puede superar dolores fuertes o hasta aumentar su fuerza y era el caso de la Black, guardó su varita y detuvo con determinación aquel palo agarrando a golpes. Se acercó a un crup que llegaba hasta ella en modo de ataque, conocía esa mirada y le metió un golpe en la cabeza dejándolo muerto al instante.

     

    Si seguían saliendo la black terminaría por matarles a mano limpia, dejó el palo y volvió a sacar su varita, estaba cansada y de apoco ella y los demás del equipo iban terminando con gran parte de los animales que habían salido de ahí.

     

    - Catalino estoy cansada ¿Cómo demonios le haces? Te metes algo más que tan solo orégano a mi no me haces mensa.

  5. Y sí, el haber dicho aquella frase había desatado el mismo apocalipsis en fauna, una horda de animales había cruzado el cielo y se levantó de golpe, como si miles de agujas se le clavaran en el cuerpo, vio como el Yaxley se acercó a ella, asumía que por estar juntos podían coordinarse mejor y tal vez estaba en lo cierto, en cuestión de peleas confiaba en él, a fin de cuentas él mismo le había entrenado.

     

    No sabía ni como tanto animal seguía saliendo ¿Una especie de agujero negro? Cómo es que salían tantos? Por más que mataban salían otros mas como cuando se corta una cabeza y salen cuatro más, soltó un bufido de enfado y golpeó el piso con un pie como niña en berrinche.

     

    -¿Por qué no dejan de salir maldita plaga? No es justo, ya terminen de morir todos.

     

    Crece uñas

     

    Apuntó al troll que amenazaba con llegar hacia ellos, sus uñas comenzaron a crecer de una manera rápida por lo que el pobre animal se quedó parado en seco,, confundido, tal vez nunca había visto sus uñas de aquella manera llenas de suciedad y de fácil más de 50 cm de largo; su mirada comenzó a demostrar el terror que sentía y llevó sus manos a la cara haciendo que sus propias uñas le sacaran los ojos. Los gritos eran más que horribles, corrió lleno de sangre por todos lados dando arañazos a sus demás compañeros, uno había caído al piso al sentirse apuñalado por aquellas uñas que le habían perforado un pulmón mientras que, ahora nuestro ciego, se retorcía en el piso entre una hemorragia de sangre esperando su final.

     

    - Expectro Protego

     

    De inmediato un perro en forma de husky siberiano apareció frente a ella, había sido demasiado extraño puesto que generalmente ella y los conejos eran más que notorios, desde siempre sus figuras habían sido conejos, parecía que esta vez comenzaba a cambiar de ideas, de mente, tal vez hasta de ella misma.

     

    Aquella figura comenzó a atacar a los gnomos que se le aparecían, los pequeños corrían desesperados mientras trataban en vano de curar sus heridas cayendo desangrados en la arena uno a uno, los gritillos aturdían a la Black pero el verles morir le era más placentero a lo que aquello podía decirse que era solo música para sus oídos.

     

    Tenia cerca a sus compañeros, les veia pelear con ella y les notaba demasiado entrados en sus propias tareas a lo que decicio no molestar.

     

    - Tal como en los viejos tiempos, matando...

     

    No, no era reconfortante, era una manera sarcástica de ver las cosas. A fin de cuentas no tenía de otra mas que volver a sentirse tranquila matando cosas

     

    -Morisoseo Ánima....

     

    y aquellos gnomos que quedaron comenzaron a morir uno a uno corriendo por su vida, mientras uno tropezaba con el cadáver del otro solo caía muerto y así fue como casi dos docenas de gnomos terminaron siendo un bello tapete de sangre en medio del desierto.

  6. Con la mirada fija en aquella masa apretó su mano en puño y de inmediato su varita apareció en su puño, la madera en sus manos le hacía sentir viva, al fin podía matar algo que no fueran sus mismos compañeros y sacar aquel estrés que le vino comiendo desde hacía momentos atrás.

     

     

    - Fuego Maldito - el murmullo de su voz fue bajo pero suficiente para que dos conejos salieran disparados de su varita.

     

    El Tebo al que buscaba asesinar los miraba sin comprender exactamente qué eran. Para cuando fue alcanzado por ambos animales de fuego ya era demasiado tarde. El animal había corrido en círculos haciendo que cinco más de sus compañeros prendieran rápidamente en llamas muriendo junto con el entre quejidos. Olor a jabalí chamuscado a fuego lento se hizo presente en todo el lugar.

     

    ¿Hasta cuándo tendría que seguir con aquello? Se maldijo a si misma por haberle hecho caso al maldito Orión. Lo debió haber imaginado al verlo venir. Él nunca daba puntada sin hilo.

     

    Bufó con enfado y levantó la mirada sólo para encontrarse con un horrible troll. Su piel seca y verrugas enormes le asqueaban, pero más aún lo hacía la enorme cantidad de saliva que caía de la boca colmilluda de la bestia.

     

    - Vitae - pensó, alejándose uno o dos pasos para esquivar la saliva que emanó el Troll al rugir.

     

    Por suerte el hechizo era de efecto inmediato. El garrote ahora era como una gruesa serpiente, las astillas eran viles púas que salieron impresionantemente rápido, lastimaron la mano del trol por lo que la soló de inmediato golpeando el pie de la criatura, saltó del dolor y corrió cayendo de bruces contra la arena y, al estar gritando de dolor comenzó a tragar arena quedando asfixiado al momento, su respiración lenta denotaba su sufrimiento hasta que tan solo dejó de respirar.

     

    Odiaba a quien estaba controlando esa maldita prueba. ¿Se lo hacían a propósito? Cada uno de los animales que se le cruzaban eran uno mas horribles o desagradables que el otro.

     

    Tembló, pero no por miedo. Desde siempre, pequeños escalofríos zurcaban su espalda como reacción al asco, y pocas cosas eran tan asquerosas como los gusarapos.

     

    - Nell... ah ah ah. Ni soñando YO voy a tocar esa cosa.

     

    Sabía exactamente qué hacer. Sus necrohands eran lo suficientemente grandes y fuertes como para aplastar al bicho de un sólo manotazo, tomó a todos los que pudo y así de un golpe le aplastó haciendo que al instante terminaran muertos dando final a todo ese desastre.

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