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Gabrielle Delacour

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Mensajes publicados por Gabrielle Delacour

  1. - ¿Qué es? Orégano, no te preocupes.

     

    - ¿Sabías que el orégano es abortivo? ¿Cómo sabes que Mahia no me ha embarazado?– volvió a negar aquel cigarro y continuó .-¿Quieres matar a tu próximo sobrino o sobrina? Sé que eres asesino a sueldo pero con las crías no...

     

    Y se quedó ahí viendo la nada tirada, derrotada, olfateó el humo que emanaba aquel cigarro que el Yaxley le había ofrecido y frunció el ceño con asco.

     

    - Huele a pubertad esa cosa y por pubertad me refiero a hace 10 años y tu asqueroso cuarto... Y la biblioteca... y los lugares por los que decidías a ponerte a tocar las bolas, esas de cristal que tanto amas.

     

    Dio manotazos al aire y movió la cabeza con enfado, extendió los brazos y de nuevo su mirada cayó en la Malfoy, recordó lo que le había escuchado decir acerca del matrimonio pero la Black estaba tan absorta en sus pensamientos e histeria en la prueba que le dejó de lado, dejando aquel comentario dando vueltas en la cabeza.

     

    -Un momento... ¿Gatiux me acaba de invitar a la boda? ¿Se casan de verdad o ni siquiera anillo le has dado? Me refiero a que usan en el dedo siempre.

     

    Como si aquello le importara, deseaba que el tiempo pasara al igual que sus palabras y el olor a orégano era cada vez más penetrante, movió la cabeza de nuevo como si tratara de alejar el humo pero pareciera que solo lograba “hornearle” mas.

     

    - Marcelino Orión ¿Si sabes que tu hermana me pidió matrimonio también no? Y yo a ella...

     

    Su mirada se detuvo en su alrededor, seguían en la maldita caja de arena y apretó sus manos en puño enojada, golpeó el piso y soltó un bufido enojada.

     

    - Y ahora estoy aquí atascada en arena movediza con la familia Yaxley y asociados, solo falta que llegue un pájaro y se haga caca encima de mi ¿Hay algo peor que estar encerrada aquí? ¿El universo en verdad me odia?

     

    No debió preguntar, aquello podía ser la misma invocación al diablo; sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, tal vez, ahora así moriría en aquel pedazo de arena buscando una cosa que tal vez no existía. Y ella quedaría ahí, su hermana nunca comprendería el porqué se había dejado convencer por esa familia y posiblemente desataría la guerra contra el mago.

     

    Cerró los ojos y volvió a golpear el piso, ya era en vano todo, no estaba contenta y el humo de orégano comenzaba a darle arcadas.

     

    - Es en serio Mariano, esa cosa huele horrible, mejor sigue jugando con las piedras y dime qué fue lo que te dijeron.

  2. Cual niña pequeña la Delacour seguía tirada en el piso, escuchaba a sus compañeros de equipo discutir e intercambiar ideas pero estaba demasiado empeñada en no querer moverse ¿Esfuerzo? Aquello había quedado atrás, estaba exhausta.

     

    Ahora Orión discutía sobre Runas otro golpe en la herida, en aquel trauma de la clase. Tapó su rostro con ambas manos y ahogó un grito de desesperación.

     

    - Tira las malditas runas si es lo que falta que yo misma seré quien tumbe la maldita puerta si las cosas no mejoran en veinte minutos.

     

    No, no era hambre ni el dolor de cabeza era el cansancio lo que hablaba. Se par{o de inmediato y, haciendo caso omiso a las llegadas se abalanzó{o contra la puerta golpeando con ambos puños frenéticamente mientras gritaba.

     

    - ¡Ya ábrete fregadera! Estoy... mas... que... harta... de... estar ¡Aquí!

     

    El último golpe le hizo resbalar sus manos de apoco hasta que sus rodillas doblegaron cayendo hincada frente a ella, soltó su cuello haciendo que su frente pegara en la puerta y ahogo un grito en su garganta, solo deseaba que aquella prueba terminara, deseaba un momento tranquilo en el sillón y más que nada deseaba alejarse de todos.

     

    - Chicas, les encantará saber qué es lo que hay más adelante

     

    - ¿Largarnos? Dijo la Black mientras levantaba la mirada.- Sol eso me haría aplaudir y alegrarme como foca tal y como lo has hecho ¿No es? Entonces no emociones en vano

     

    Tal vez era el coraje lo que hablaba pero en verdad estaba harta y cansada de todo, de todos. Traía más arena en sus partes íntimas que cualquier persona malgeniuda que ella conocía. Dejó caer de nuevo su cuerpo quedando boca arriba en el piso, volvió a tapar su rostro con sus manos y ahogó un grito de desesperación.

     

    - ¿Qué a acaso este no iba a ser el último día que estaríamos en esta maldita caja de arena? Me prometiste que solo duraría una semana Orión Alberto... Aunque la culpa es mía, a estas alturas debería conocerte mejor como para saber que posiblemente tus palabras eran más que un engaño.

     

    Cuando Gabrielle llegaba a su punto sus filtros caían al piso, justo como ella, sus palabras pocas veces las medía pero aquel pequeño filtro que usaba había terminado de romperse en medio de su desesperación.

     

    - Mejor sigue tirando las malditas piedras y pregúntales cuándo en verdad termina el estar en esta caja para gatos.- su mirada cayó en la Malfoy y apuró a corregir.- Sin ofender, claro.

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  3. Tal vez Evedhiel tuviera razón ¿Y si quisieran salir? Pero Gabrielle no comprendía, ladeó la cabeza y le miró con confusión, no entendía del todo pero asumía que en la cabeza de la chica tal vez tuviera alguna lógica. No juzgaría tan solo trataba de asimilar lo que decía.

     

    Se encogió de hombros y regresó la mirada a la puerta, aún no había nada seguro, nada por concretar pero seguía dando vueltas a aquello, podía ser que tal vez tuviera lógica ¿Y si algo salía de esa puerta? Tal vez lo seguro y sensato era alejarse de aquello.

     

    - Te refieres a que pueda que algo salga de ahí ¿cierto Evedhiel?

     

    Prefería comprobar antes de quedarse en quieto frente a lo que podía ser una bomba de tiempo. Orión ya había intentado el terminar con el suplicio y romperla aunque fuera pero seguía sin inmutarse, tal vez era magia, tal vez tarde o temprano la puerta se abriría por si sola. En cierta forma comenzaba a extrañar estar en el montón de arena, el poder moverse un poco mas libre y no sentirse cual rata de laboratorio mientras espera su recompensa, misma que podría ser veneno o algo en verdad digno de premio.

     

    - ¿Por qué no termina? ¿Qué castigo estamos pagando?

     

    Se quejó la Black alzando los brazos y dejándose caer en el piso, se cruzó de piernas y metió su rostro entre sus manos, estaba cansada, harta, ya deseaba regresar a casa y que su cabeza al fin descansara, había dejado El profeta por estar encerrada con una familia que ni siquiera le agradadaba, había dejado a su hermana, su comodidad, sus planes. Todo por estar sufriendo en medio de la nada.

     

    Y nada, sin respuestas.

     

    La impaciencia de la Delacour era notable, les comenzaba a odiar a todos, hasta el aire que le acariciaba el cabello terminaba por molestarle incluso las palabras del Yaxley eran más molestas de lo normal, necesitaba calmarse y pronto, el contar números era en vano por lo que alargó la espalda y se tiró al piso estirando las piernas en forma de estrella, estaba harta y más que harta cansada.

     

    De nuevo puso sus manos sobre su rostro tratando de respirar tranquila y evitar soltar un grito, ignoró a sus compañeros, si necesitaban algo que le hicieran a un lado, bastaba con que le movieran con un pie para que Gabrielle de hiciera ovillo y rodara al lado que no estorbara ¿Faltaba mucho? ¿Por qué el mago no había explotado la maldita puerta si aquello era su especialidad? ¿Ahora se comportaba civilizado? ¿Por que se tardaba tanto en hacer desaparecer aquel obstáculo?

  4. << Uno... dos... tres... cuatro>> Se decía para tranquilizar el ataque de pánico mismo que fue cortado con el crujir de madera.

     

    Al reaccionar notó la bestia forcejeando con la puerta y aquella escena le había terminado de romper el parálisis en el que se encontraba, meneó la cabeza en negación y casi podía agradecer a la bestia que le hubiera sacado de aquella etapa mental tan oscura en la que se estaba adentrando.

     

    Aún no había respuestas, desvió la mirada cuando el Yaxley comenzó a regresar a su forma humana y giró el cuerpo para darle la espalda, no sabía en qué consistía aquella habilidad pero no deseaba encontrarse sorpresas, bastante incómoda era la situación al encontrarse con el equipo como para unirle la idea de ver desnudo al mago... Incluso si el incesto fuera su punto fuerte.

     

    - Estamos en medio de una prueba que no logramos descifrar y piensas en té.- regresó la mirada hacia él y se cruzó de brazos.- ¿Te parece apropiado? ¿O acaso es otra excusa para darnos alucinógenos y ver como pasamos esa puerta? Porque de una vez aviso, si tengo que volver a ese lugar no cuenten conmigo, prefiero que me coma el dragón, gracias.

     

    En parte era cierto, el solo recordar el dolor de hacía días le ponía la piel de gallina más el recordarle a él y el sueño frustrado de ambas porque les uniera matrimonio ¿Quién si no él? Regresó la mirada a la Malfoy y le observó aún perdida, sabía que posiblemente estaría en medio de sus pensamientos o emociones, no le veía señas de sufrimiento pero no se atrevía a ella ser quien le pusiera la mano encima.

     

    - ¿Y si mejor haces algo productivo y agarras a tu novia? No creo que se la esté pasando como en parque de diversiones, la seriedad en su rostro la delata. Lo haría yo pero me da miedo que me tire un golpe.

     

    Sonrió cruzándose de brazos, nunca había tenido contacto con la Banshee pero sabía que era de temer, como cualquier persona cuando se está en peligro los instintos son los primeros en reaccionar y era bien sabido que la chica tenía carácter especial, vaya, el tener bestias de gran tamaño y cuidarles cual gato manso daba mucho que explicar.

     

    Armar la tienda tal vez sería lo más indicado en lo que llegaba la posible respuesta para abrir la puerta, ni la fuerza bruta del mago había podido con ella por lo que lo indicado parecía esperar, podía que el esfuerzo fuera su misma paciencia ante aquel problema. Dejó la mirada fija en la puerta como si aquello fuera abrirla pero en realidad seguía maquilando en la mente para poder descubrir cómo abrirle.

  5. Hermanita.

     

    La palabra seguía en su cabeza y la cara de asco de la Black evidenciaba la molestia que le daba el recordar que aquel hombre era parte de su sangre; soltó un bufido y alzó la ceja, esperando que notara que aquella sería la última vez que le llamara de aquella manera, le detestaba pero sabía que aún le tenía algo de cariño, de en verdad incomodarle la indiferencia sería su respuesta.

     

    El escalofrío recorrió su cuerpo y parecía que los miembros del equipo lo experimentaban también, Gatiux seguía ensimismada en sus pensamientos aunsente de todos y ahora el Yaxley se apartaba del grupo, Gabrielle en cambio luchaba por permanecer atenta, encorvó la espalda al sentir el frío en el cuello, un frío que ni ella explicaba de dónde venía.

     

    Sus ojos volvieron al joven y ahora, aquella masa de pelo s acercaba hacia ellos, en verdad había visto todo.

     

    - Hasta que sales del closet- dijo tratando de cortar la tensión con la ironía de su comentario.- Espero que te ayude a mantenernos con vida maldita bola de pelos.

     

    Cerró los ojos, su cuerpo temblaba, tal vez frío o de la incertidumbre El fruto ¿A qué se refería? Contó mentalmente para que su cerebro mantuviera en movimiento los pensamientos y Galeones era lo único que su cabeza marcaba o... ¿Fruto? ¿Sus hijos?

     

    Era sin sentido lo último, sí, era un esfuerzo pero no estaba preparada para sacrificar a sus dos únicas hijas Y Martín, siempre terminaba olvidando al varón. Tal vez se refería al hijo que había dejado en Francia pero el chico no tenía ni los 5 años, no importaba ¿O sí? Soltó un suspiro, no, debía pensar un poco más frío... Fruto del esfuerzo también podía llamarse a superar los miedos ¿Cierto?

     

    Meneó la cabeza aturdida de sus propios pensamientos, seguía pensando mientras su alrededor tal vez se desmoronaba en pedazos, pero su cabeza solo daba vueltas en lo mismo; su respiración se volvió agitada ¿Una familia? ¿Estabilidad? ¿Qué podía ser fruto del esfuerzo? ¿Sudor?

     

    Vaya que si aquello que había pensado Gabrielle había dejado esa estabilidad emocional que tanto le había costado justo en el momento en el que el viento helado le recorrió la espalda, había dejado su orgullo y dignidad al unirse al grupo de los Yaxleys haciendo caso al mago, había dejado parte de ella misma al dejarse enamorar por su hermana... Todo aquello en los pocos minutos que habían pasado tratando de abrir la puerta que les ayudaría a pasar a la siguiente prueba.

     

    Entonces ¿Qué faltaba?

  6. Al escuchar a Gatiux Gabrielle supo que tenía luz verde de parte de su equipo para continuar, sabía que tenían alguna posible ventaja a diferencia de los demás dado a que por el momento no habían topado con pared o algún otro obstáculo que les hiciera perder tiempo, a diferencia de los demás equipos.

     

     

     

    Podía oírse, si se quedaban por instantes callados, los gritos y explosiones de los demás equipos cortaban ese silencio; humo, fuego y chispas podía verse por las orillas del laberinto sin contar que en veces uno que otro rayo salía direccionado al cielo perdiéndose en el mismo en cuestión de segundos. Por leves segundos pensó en ver a la orilla del laberinto pero sabía que de un modo u otro estaban encantadas si no ¿Qué chiste traería el ver por encima y lograr descifrarlo?

     

    El solo estaba a lo alto pero por extraño que pareciera no le carcomía como los demás días, tal vez el cansancio o que el cuerpo ya había logrado acoplarse a la vida en aquella caja de arena que Gabrielle tanto odiaba.

     

    Sus próximos pasos fueron con sumo cuidado, sabía que mientras más se adentraran y estuvieran cerca del final el reto estaría más que pesado, tangible, sobre todo por la frase que quedaba sonando en su mente El fruto misma que la Black aún no lograba comprender ¿Serían los galeones? ¿Serían sus conocimientos? No le encontraba el lado a aquella frase pero su mente no podía dejarla ir.

     

    Chicos creo que yo hasta aquí esto se está poniendo- no deseaba mostrar debilidad pero tenía que llegar a su boda y no, no moriría rodeada de Yaxleys y en un pedazo de tierra sin nombre por unos cuantos galeones, no lo valía.- Demasiado intenso.

     

    Pareciera que habían comprendido de inmediato por lo que los chicos asumieron la responsabilidad, el mago tenía mucho más práctica y libros de hechizos que ella por lo que, de cierta manera, le hacía sentir protegida Sin contar que la Malfoy había sido una de las mejores bad ass que había conocido en sus tiempos de mortífaga.

     

    Y hacerlo había sido de las mejores decisiones. Trabajo en equipo le llaman; en cuanto salieron del laberinto la semiveela soltó un pequeño grito de emoción, al menos no moriría en la nada y el viento recorrió su cuerpo al igual que el escalofrío al oír aquella frase de nuevo de una voz que ni ella reconocía.

     

    El fruto de su esfuerzo

     

    Sus ojos miel de inmediato buscaron de dónde provenía pero era en vano, tan solo el viento que azotaba ¿Era lo que lo traía? De apoco su cuerpo se fue quedando paralizado, tal vez del miedo, tal vez el pánico pero su mente ya no estaba consiente.

  7. - ¿De nuevo?

     

    Rodó los ojos, apenas tenían horas en la noche para descansar cuando nuevos retos se presentaban ante ellos. Instantes atrás había aprecido una montaña de arena ante ellos y con ella ahora el estar en medio de lo que parecía un laberinto ¡Un laberinto! Ahora más que nada se sentía ratón de laboratorio.

     

    La apatía de poco se iba yendo, tenía que convivir con la familia del Yaxley ya no tanto por ser el equipo si no por mera supervivencia, el ingenio de Orión para lograr que todos los que le rodearan hicieran lo que él quería, el ingenio de Gatiux y su poder dominante sobre el mago y la chispa de Evedhiel de a poco comenzaba a no incomodarla.

     

    Pero lo que sí le incomodaba era la incertidumbre del día siguiente… Tal como ahora.

     

    Gabrielle soltó un bufido y un grito ahogado, se cruzó de brazos frustrada y maldijo por debajo ¿En serio más pruebas? ¿Qué acaso no tenían una eternidad en aquella caja de arena? ¿Cuántos más Merlín? ¿Cuántos?

     

    No era momento de quejarse por lo que de inmediato comenzó a inspeccionar las paredes por las que estaban rodeados.

     

    - Bueno, tengo un plan, debido a mi habilidad de ratón de laboratorio, digamos que soy relativamente buena con esto.- dijo mientras se unía a “la manada Yaxley”.- ¡Sh! Déjenme terminar primero, creo creo que puedo ayudarnos a pasar antes que los demás, el pasar tanto tiempo en orfanatos y el manicomio me ayudó a moverme entre tanto desastre.

     

    Tal vez eran palabras de más pero al menos ya les había dado un poco de tela para cortar y que así los venados confiaran un poco en su buen criterio. Y ahí empezó todo.

     

    Caminó a sabiendas que los chicos estarían detrás de ella, Gabrielle, cual rata de laboratorio, caminaba casi a trote entre los pasadizos quedándose en partes helada al escuchar los gritos de sus contrincantes al caer en alguna trampa o prueba. Aquello solo ayudaba a la Black a poder decidir hacia que lado elegir, sin contar que el escuchar las maldiciones de los demás ayudaban a saber qué camino estaba cerrado y por cuáles continuar.

     

    - En el momento que aparezca una prueba yo me hago a un lado, el sol de esta caja de arena ya me está quemando de más las neuronas y con trabajo puedo pensar rápido en este enredo… Fue solo aclaración para que queden advertidos cuando me vean correr detrás del grandulón de Orión.

     

    Sabía que las palabras estaban de más puesto que los sesos y cabeza rápida del equipo sabía que era él, posiblemente la Malfoy lo fuera pero sabía que Orión siempre terminaba jalando los hilos para ser él el que hiciera el frente.

  8. Sí, era la primera vez que el tema del Triviani estaba sobre la mesa y aquello le ponía un nudo en la garganta. Asintió con la cabeza y bajó la mirada, el tema era doloroso, incluso para la Delacour que siempre trataba de dejar sus sentimientos en el olvido, pero él... Él había sido diferente en su vida, al igual que Mahia.

     

    – Aún es duro... Y siempre lo será.

     

    Desvió la mirada, sabía que su hermana encontraría el motivo perfecto para cortar el momento... Y ahí estaba.

     

    El escuchar el nombre de su ex esposa le hizo quedarse helada por breves segundos ¿Cómo le conocía? Pero sobretodo ¿Sabía lo que ellas dos habían llegado a ser antes de todo? Bajó la mirada y frunció la boca, no era tan mala la idea pero era un tanto incómodo. Gabrielle, debido a la pócima, tenía pocos recuerdos de su matrimonio con el Rexdemort, casi nulos, había quedado como un "crush" que su subconsciente logró enterrar... Pero Akliz.

     

    Con la chica había sido su primer contacto después de varios años de ausencia, la familia Rexdemort y la Delacour habían sido más que amigas, hasta que la chica se cruzó por su camino y en un abrir y cerrar de ojos estaba casada con ella, había sido una de sus decisiones de adolecente donde el "¿Por qué no?" Se convierte a los días (tal vez horas) en un "I'm fu**ed". La traición fue evidente y el lazo se cortó más no su amor por la familia, fruto de eso su segundo matrimonio fallido.

     

    Eh... ¿Y tú de dónde la conoces? Tengo tiempo sin saber de ella, si lo deseas puedo intentar contactarla, debe estar con aquella chica psicópata.

     

    ¿Qué decía sin tirarse a la horca? Su mirada se quedó fija en los ojos azules de su hermana y sonrió, era imposible mantener la compostura a su lado al igual que aquella barrera para evitar ser leída, acercó su cuerpo aún más a ella y su mano acarició lentamente su cuello hasta llegar a su nuca, le extrañaba más que a sus ganas de fingir estabilidad.

     

    ¿Segura que quieres que alguien de la familia Rexdemort nos case? No tengo inconveniente si tú no lo tienes.- pasó sus labios por los de la rubia pasando poco a poco por u mejilla hasta llegar a su oído.- Mientras más rápido hagamos las cosas más pronto se consuma el matrimonio.

     

    Se separó lentamente de ella y le miró desafiante mientras se mordía el labio inferior. Haberla tenido tan cerca había sido un arma de doble filo, ahora era ella la que quedaba con hambre y las horribles ganas de tener que detenerse a causa del compromiso.

     

    Una bocanada de aire fue retenida por sus pulmones y le soltó tratando de solar con ella su deseo de tenerla en la cama, bajó lentamente su mano de su nuca al cuello de la Black y sonrió un poco más despejada.

     

    – Entonces Akliz...

  9. La primera tienda había sido fácil, entrada por salida como trabajo de la mafia, había corrido de la tienda 4 a la 2 en vista de que Evedhiel había cruzado al mismo tiempo que ella a una de las tiendas, a decir verdad la Black se había desconcentrado y no contaba con la ventaja de los Yaxleys, el ser unidos y tener mejor comunicación. Cosa que a ella le importaba poco.

     

    - Con permisito, si si, hola vengo a buscar tesoros, ignórenme, estoy de pasada, no existo…- dijo al abrir la tienda y pasar como loco sin sentido en la vida.- hagan de cuenta que no estoy…

     

    Caminó con la mirada fija en el piso tratando de buscar algo anormal, tal vez alguna curvatura o arena de más (como si en plena caja de arena se pudiera haber “más arena de la normal”), sus ojos miel estaban enfocados en en verdad encontrar esa anormalidad pero estaba más que consciente que las probabilidades eran casi de cero.

     

    Se alzó de hombros mientras pasaba por la mitad de la tienda ¿Quién la entendía? En su primera tienda era todo pudor y timidez y ahora le importaba poco el pasar con o sin permiso en medio de todo ¿Qué había pasado en ese andar entre tienda y tienda? Tal vez el saber que el reloj corría y que los Yaxleys le llevaban ventaja.

     

    De in instante a otro se quedó quieta, como si el escuchar un ruido y ella estar inmóvil le hiciera totalmente invisible ¿Estaba loca? Tal vez ¿Le importaba? No tanto.

     

    Volvió a lo suyo mientras oía el barullo, tal vez de fuera o tal vez dentro de la misma carpa pero estaba tan empeñada en pasar por invisible que aquello no le distraía.

     

    Por más que la carpa simulara una casa para Gabrielle aquello seguía siendo tan solo una tienda a lo que se acercó a lo que podía ser un comedor, se tiró al piso y como si fuera un gato comenzó a andar entre las sillas buscando alguna señal o pista de aquel mapa.

     

    A ese punto la Delacour comenzaba a preguntarse si en verdad existía tal mapa ¿No sería una estrategia para que ella se alejara del grupo y que Orión y Gatux pudieran consumar lo que no hicieron en San Valentín? De nuevo el escalofrío recorrió su cuerpo, era demasiado imporpio pensar en esas cosas, vaya, lo suyo era el incesto pero había cosas grotescas… y eso.

     

    Meneó la cabeza tratando de alejar esos pensamientos y sus manos rascaron el piso como si pudiera hacer algo contra aquello. Gateó un poco más y sintió una bola debajo de su rodilla derecha, se giró sobre sí y al escavar encontró el bendito mapa.

     

    - Ja si es de verdad...

     

    Se levantó de inmediato tomando con frenesí aquel pedazo de papel y se acercó a la puerta.

     

    - muchas gracias oigan, ya me fui…

     

    Así como así salió corriendo de la carpa. Había detestado volver a salir a pesar de la tranquilidad que había adentro por lo que al salir tan solo pudo gritar el nombre de la Malfoy para entregarle el mapa.

     

    -GATIUX

     

    Gritaba pientras se perdía de vista entre las demás tiendas.

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  10. Sabía que entre ella y Evedhiel se estaban llevando el trabajo menos pesado que era el de buscar aquel mapa, la parejita tenía otra encomienda y no tenía idea si era una verdadera escusa o tan solo el motivo perfecto para sacar a las dos chicas de la tienda mientras ellos se ocupaban de hacer “Cosas de pareja” un escalofrío recorrió su espalda de tan solo pensarlo y de inmediato agradeció estar de intrusa buscando, tal vez, algo sin sentido.

     

    ¿Tocaba lo que podía ser la puerta? ¿Cómo se entraba a una tienda si no había puerta?

     

    - Toc, Toc ¿Con… permiso?

     

    Gabrielle sujetó la tela de la tienda para abrirse paso y tímidamente se metió pensando en encontrar el mapa que el Yaxley le había mandado buscar pero ¿Le buscaba por encima o tenía que ponerse a escarbar debajo de los muebles? Rascó su nuca confundida y sus ojos de inmediato buscaron algo parecido a un mapa.

     

    Caminó con sigilo, tal vez en un momento aparecerían los habitantes de la tienda por lo que trató de ser silenciosa tras su entrada, de puntitas y con cuidado levantaba las cosas que estaban en la mesa mientras si mirada inspeccionaba las cosas que sus manos levantaban.

     

    - por favor por favor… - murmuraba mientras revoloteaba con las manos los papeles.- ¿Y si me hinco y me pongo a escarbar?

     

    Tal vez estaba mal el ponerse a hablar en voz baja pero de cierta forma le calmaba, era como si, posiblemente si alguien la encontraba o la veía caía en menos duda de ser alguna ladrona o simplemente de interrumpir sin permiso, aunque el permiso ya estaba roto ¿Cuándo se lo habían dado para interrumpir de esa manera?

     

    No sabía que hacer ¿se metía a los cuartos? ¡Y si eran mas… privados? ¡Y si estaban ahí en pleno San Valentín haciendo… Cosas de san Valentín? Mordió su labio inferior asustada, los nervios le carcomían por lo que volvió a buscar con la mirada entre los adornos de la tienda

     

    De inmediato corrió a los sillones y comenzó a meter las manos entre los pliegues podría ser que se encontrara tirado por lo que al no encontrar nada posó sus manos en la cintura ¿Dónde? Vio las puertas con las letras en ellas y prefirió tirarse al piso para comenzar a buscar debajo de los muebles de la tienda

     

    Pero nada.

     

    ¿A caso en esa tienda no había el tal mapa? ¿En verdad era un invento de los Yaxleys? Soltó un bufido y se levantó del piso de inmediato limpiándose la arena de la ropa. Solo quedaba por buscar en una tienda por lo que, al no ser descubierta apresuró los pasos a la salida de la tienda, ella misma pensaba que no había hecho desastre para poder pasar desapercibida a lo que, mirando hacia todos lados, salió apresurada de la tienda cerrando por completo la cortina y desapareciendo de la vista.

  11. La calidez que recorrió su espalda y el sentir su cuerpo incorporarse le hizo abrir los ojos de a poco, su cabeza lentamente volvía a tener la misma lógica y dejaba pasar aquellos pensamientos, aun así el dolor que sentía en el pecho seguía vivo, tal vez el abrir la herida no había sido lo más sensato después de todo.

     

    La notable incomodidad ante el abrazo había sido evidente debido al la espalda rígida de la Black, no quería hablar del tema y sobretodo quería dejar aquellos instantes atrás; carraspeó tratando de cortar el silencio y meneó un poco la cabeza tratando de acomodar sus cabellos despeinados.

     

    En sus manos sostenía la taza que el Yaxley le había brindado; con una de sus mano talló sus ojos quitando las lágrimas que había soltado mientras estaba perdida y frunció el ceño enojada consigo misma, debilidad era lo que menos le gustaba aparentar. Su mirar se clavó en la taza de té bajando un poco la cabeza para que sus cabellos cubrieran parte de su rostro y fingió interés en la taza de té que estaba entre sus manos.

     

    Deseaba preguntar qué contenía pero se detuvo, el calor de la taza le reconfortaba y el vapor le ayudaba a calmar la ansiedad que le había dejado aquel trance, sus emociones seguían a flote y solo deseaba volverles a encarcelar, tal y como se habían encontrado minutos (¿Horas tal vez?) más temprano.

     

    Por el rabillo del ojo pudo ver como el mago hacía lo mismo con la Malfoy y entrecerró los ojos, no sabía cómo reaccionar a lo que había pasado, la vergüenza de haber estado en aquel momento de debilidad y posiblemente el que él le viera de esa manera le mantenía callada por primera vez. Tenía que primero recobrar un poco de cordura y después lo que le quedaba de dignidad, el haberse desmoronado de esa manera frente a desconocidos no era algo que disfrutara.

     

    Lo más confuso de la situación es que ni Gabrielle misma sabía qué era lo que le causaba dolor, a decir verdad, la Black pocas veces recordaba las situaciones traumáticas que pudieran alterarle el día, si quiera el momento pues había aprendido a dejar fluir las cosas, a dejar que todo siguiera su propio rumbo y tan solo dejarse llevar por lo que se dictaba. Entonces ¿Por qué seguía con aquella congoja en el pecho?

     

    Tomó la taza con una de sus manos y la otra acarició por instinto la cicatriz que su hermana había dejado en su cuello, aquellos dos puntos que sobre su piel blanca eran casi invisibles. Sabía que ella era su debilidad, la única que le quedaba por lo que, el perderla era más que obvio que terminaría por quebrar lo poco que había ganado de estabilidad. Y, por más que lo aceptaba el dolor no se esfumaba.

     

    Ni siquiera se había percatado que el mago había caído bajo su propio té, había oído hablar a la pareja a lo lejos, tal vez su subconsciente lo recordara pero no era algo que le importara. Cruzó sus piernas y en medio dejó el té mientras se tapaba la cara con ambas manos tratando de regresar esa estabilidad a su pecho.

     

    <<Respira, fue un sueño, déjalo ir>> se decía a si misma mientras el dolor en el pecho le seguía carcomiendo.

  12. ¿Por qué seguía haciendo caso al Yaxley? Era su pregunta constante mientras caminaban por aquellos acertijos; Gabrielle caminaba alejada del grupo, cautela tal vez, o su natural desprecio hacia el apellido, sobre su mente tan solo esa pregunta ¿Por qué?

     

    Tan solo rodó los ojos cuando vio al mago explotar las cosas enfrente y seguir con su clase de Runas, tan solo quería terminar con tantos acertijos y tormentas que se ponían en su camino.

     

    - ¿Té? ¿En serio? – murmuró y soltó un bufido.- Con este calor, peligros y próximos rompe cocos y ¿Té?

     

    Podría decirse que lo creía loco, pero a esas alturas ya era normal ese tipo de ocurrencias, así como el que todos le siguieran los pasos.

     

    - ¿Y si no lo tomo?

     

    Como si eso fuera posible, su misma niña interior estaba ansiosa por probar la clase de magia gitana que el Yaxley había invocado con tal de darse a relucir en medio del desastre. Aún así la sensatez de la Black se mantenía al tope dejando la taza de té sobre su mano sin probar siquiera un sorbo. La niña interior le aturdía cada vez mas a lo que rodó los ojos y tomó un sorbo.

     

    Y ahí quedó.

     

    Recordó el manicomio y, como si fuera película, se observó a si misma ir corriendo vestida de Alicia detrás del conejo blanco, su manicomio, las arpías, aquel conejo blanco que se escondía de ella en cada rincón con tal de no ser atrapado por ella, con tal de no verla; se metió en una de las puertas y junto con ella tu mente se quedó a oscuras.

     

    Ahora la mente de la Black giraba en torno a malos recuerdos: La muerte de su madre, el vivir en orfanatos, su internado en Beauxbatons, los mortífagos, el exilio de su misma familia… Todas habían tenido un cierre, dolorosos pero aquellos ciclos habían podido ser cerrados en su momento.

     

    ¿Qué era lo que más le dolía? ¿Lo que más temía?

     

    Fue así como aquel trago amargo se hizo tangible, podía escupir aquel dolor si deseaba pero sabía que afrontarlo sería la mejor decisión.

     

    - Regresa…

     

    Pero el cisne se había ido, el correr tras él era inútil, sus pies estaban muertos, por más que su mente les ordenara ir tras él su cuerpo no hacía nada, tan solo vio como poco a poco aquel animal se volvía a convertir en mago y, así como llegó, se fue.

     

    - No, no no ¡NO!

     

    Golpeó frenéticamente sus piernas mientras sus lágrimas caían, la desesperación y terror se podía descifrar en sus gritos ahogados mientras calmaba los golpes, siendo ahora tan solo sollozos, sollozos que poco a poco se calmaban al ver aquella silueta desvanecerse en el horizonte.

     

    - No me dejes, no tú ¡Tú no puedes dejarme!

     

    Era en vano, estaba sola, de nuevo, como siempre, sin siquiera poder decir adiós, sin aquellos cierres que hacían que su mente quedara en una paz fingida. Sus lagrimas seguían al igual que aquel dolor en el pecho, miedo, algo que nunca había sentido ¿Y si gritaba más fuerte?

     

    - Eres el único que tengo… No me dejes…

     

    A pesar de haber sido a la única persona que a su regreso le demostró cariño se sentía vacía, aquel hermano que le cuidaba y ayudaba ser mejor persona; pudo haberle confesado lo mucho que lo amaba, lo mucho que deseaba en verdad ser su hermana y compartir un apellido, pudo haber pedido que las casara a ella y Mahia… Pero ganó el tiempo y Gabrielle de nuevo se había quedado sola.

     

    Limpió sus lágrimas y, de nuevo aquel vértigo y la habitación oscura.

     

    -Tengo que decirte que me iré… Tal vez no vuelva.

     

    Sus manos temblaban, miedo, dolor… El revivir esa escena era más que dolorosa y, el verse a ella misma hace 10 años, le traía una ola de recuerdos que había decidido enterrar. A su lado Mahia, su hermana, el patio del castillo Black en la noche era digno de quitar el aliento, pero aquella noche también se llevó parte de su alma.

     

    – Perdón, Mahia…

     

    <<No lo hagas Gabrielle>> Se decía a si misma mientras veía a su Yo de hace diez años acariciar el rostro de su ahora prometida y dejarle ahí. El separarse de ella, aquel dolor, el saber que no serían, el dejar de verla… El desaparecer de su vida y desaparecerla de la suya.

     

    - ¡Basta Yaxly!- temblaba. Tal vez de dolor, terror a aquella sensación de soledad que volvía a invadirla. Soledad.- Ya no quiero jugar.

     

    Sintió un vacío en el pecho, el revivir la pérdida de las únicas personas que seguía amando le mantenía al borde de sollozos y poco a poco sus piernas comenzaron a fallar haciendo que cayera hincada contemplando el recuerdo, aquellos cabellos rubios, la noche, el viento...

     

    - Despiértame… - murmuró entre sollozos- Quiero despertar…

  13. La Black levantó la ceja con intriga, la pregunta era precisamente para sacar de combate a su alumno pero la que había quedado en otro plano era ella. Asintió con la cabeza y, mientras lo razonaba, le vio aparecer las cosas sobre el escritorio; sonrió y rió sin poder evitarlo cruzándose de brazos, el chico tenía astucia, tal y como le recordaba.

     

    En definitiva nunca deja de sorprenderme joven Ravenclaw...- Rodó los ojos y, aún con la sonrisa en los labios, prosiguió.- Asumo que sabe leer las hojas de té, aunque eso no sea parte de mi enseñanza, los tés y drogas pesadas las encuentra en el departamento de Orión, desolé, hermano equivocado.

     

     

    Había un poco de desviación en el tema pero el chico le lograba dar una sensación de calma que pocas veces le mantenía en su zona de confort. Ladeó la cabeza y trató de proseguir con su cátedra.

     

    – Y sí, es cualquier cosa que tenga el fin de comunicar algo, dibujos, gruñidos, rasguños, gemidos... Lo que sea.

     

    Suspiró y se dio cuenta de su desvarío; Gabrielle carraspeó un poco, tal vez el hambre era la que estaba hablando pero logró enfocar su mente en el lenguaje en general y no solo el corporal. Enderezó su espalda y acomodó sus cabellos sobre su costado derecho, lo básico estaba puesto ahora solo era cuestión de meter cabeza, no tanto en lo literal.

     

    – En vista de que ya te diste una relajada empezarás el trabajo sucio. Meterás la cabeza... pero en idiomas antiguos. Tu presentación final será ir a Egipto, quiero que te leas las inscripciones de las... Las tumbas en las cosas esas... ¡Pirámides! Vaya, y según las figuras y letras que veas quiero que descifres alguna tumba y vida de quien elijas venir a exponerme. Toma en cuenta que aquí uno de tus retos será el idioma de los magos de allá así como el el traducir la escritura antigua de los pobladores de aquella época. A veces les envidio, esos malditos sí sabían como mantenerse en forma a pesar de la muerte.

     

    Los pies de la Black jugueteaban en el aire y sus ojos miel se clavaron desafiantes en el Ravenclaw.

     

    – En sus marcas... Listos... ¡Fuera! Y no me preguntes cómo llegar, un mago debe de tener sus medios ¿No?

     

    Sonrió con malicia, casi con complicidad y se cruzó de brazos.

     

    – Yo sé que esto es nada para ti así que deja el maldito té, Orión dos, y anda.

     

     

     

    @@Keaton Ravenclaw

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  14. Desayuno para todos al parecer. La noche al fin había transcurrido y a pesar del hambre Gabrielle no tenía ganas de ir al Desayuno con los demás, aún seguía un tanto enojada con ella misma por haerse metido en aquella situación con la familia del mago.

    Se levantó de uno de los sillones y se dirigió al Desayuno, no quería pero sabía que si iba al Desayuno podía ella misma contentarse, tal vez el notar a los demás y dejar de lado su resentimiento terminaría por disfrutar un poco del juego. Pero sabía en el fondo que eso no pasaría, ni con el Desayuno, comida o las siguientes pruebas.

     

    - ¿Qué hay de Desayuno? – dijo con desden y se sentó en la mesilla.- Puedo hacer algo si gustan… “El Desayuno es la comida importante del día” según dicen. No es que quisiera hacer el Desayuno pero al menos es algo con lo que puedo cooperar… O no.

     

    Se quedó esperando ella misma el Desayuno tal vez en verdad lo que esperaba era desayunar o en verdad tener algo de Desayuno decente en la mesa.

     

     

    Cruzó sus brazos y se quedó quieta, fijando su mirada en la puerta de la carpa, estaba preocupada, con los días pasados lo único que tenían eran pruebas y mas pruebas, visitas inesperadas, arena por todos lados e imprevistos que ella misma odiaba, como todo, como siempre.

     

    No sabía se hablar, esperar o tan solo seguir en su plan de hostilidad hacia todo y todos, por lo que prefirió quedarse callada, extrañaba el castillo, su hermana, tenía tanto tiempo fuera de su zona de control que poco a poco se descontrolaba ella misma ¿Estaría Mahia preocupada? Podía casi apostar que la chica no tenía idea que Gabrielle había desaparecido. Todo por culpa del mago.

     

    Habia dejado su trabajo de lado, su hermana, su prometida, tal vez ahora estaría buscándole ¿En verdad Gabrielle lo pensaba o era algo que le gustaba imaginar para no sentirse sola y abandonada? En algún momento su hermana le saldría a buscar y ella había olvidado dejarle una nota, sabía que su prometida podía pensar por ella misma y darse por enterada que posiblemente Orión le había tomado.

     

    - ¿Alguien sabe qué tanto tiempo tardaremos en terminar esto? ¿Creen que dure mucho? Lo siento por impacientarme pero me preocupa terminar atrapados en esta masa de arena.

     

  15. Pan, no sabía por qué pero el olor a Pan le había despertado ¿Estaba imaginando o estaba hambrienta? Sabía que lo último que hizo era acostarse a dormir ¿Se le habían acabado las energías? Talló sus ojos con sus manos, estaba arenoso todo ¿Dónde estaba? Ah, sí, la caja de arena.

     

    Caminó hasta la cocina y vio congregada a mucha gente ¿ Pan? Había sido Valentina quien diera esa palabra a la mente pero ¿Por qué en verdad la Black deseaba un Pan? En verdad la chica se había metido en su cabeza, tal vez la parte del subconciente le estaba traicionando, igual comería, no recordaba la última vez que había metido algo de comida a su boca a lo que se acercó a las chicas y sonrió a las chicas.

     

    - ¿Entonces hay o no hay Pan? Porque me vendría bien la rebanada de Pan?

     

    El ver a las dos chicas en la tienda le hizo extrañarse un poco, puede que las cosas se hubieran puesto en verdad feas por afuera pero Gabrielle no quiso preguntar más, si no le habían convocado para ayudar tal vez las cosas eran tan solo Pan comido para ellos. Fijó la mirada en Lu y ladeó la cabeza.

     

    - Es un gusto volver a verte… Espero que estés bien…

     

    La Verdad poco le importaba, se acercó a una de las cajas de la alacena improvisada buscando Pan ¿Por qué su mente estaba tan obsecionada con buscar aquella rebanada de Pan? Buscó un poco más y encontró una caja con Pan adentro, se acercó a las chicas y les dejó en medio para que ellas pudieran tomar en caso de querer aún.

     

    - En caso de que quieran lo dejo para que tomen y se quiten el antojo, al menos yo logré saciarlo.

     

    Buscó con la mirada al Yasley, al parecer la casa estaba lleno de ellos y Gabrielle comenzaba a incomodarse ¿Cómo es que había terminado en medio de la caja de arena con ellos? ¿Por qué tenia que hacer siempre caso a las ocurrencias del mago? Tal vez una gratitud que su inconciente no podía controlar o tal vez el tener que hacerle caso por ser el mayor. Detestaba en verdad esa debilidad, un nudo se hizo en su pecho y sintió el enojo hacia ella misma acorralarse.

    Se cruzó de brazos y se acomodó en un sillón a escucharles hablar, no estaba contenta pero no se daría a notar, prefirió controlar sus emociones no entendia el por qué aún así que prefirió dejar su mirada resentida en Orión.

  16. Gabrielle miró a donde estaba Gatiux y asintió tratando de estar en lo correcto, ni Gabrielle misma sabía si lo era. Se acercó de apoco a la entrada de la carpa y retrocedió, la Malfoy tenía aquella expresión entonces debía ser grave.

     

    - Que salga Orión.

     

    Sí, Gabrielle era astuta, si alguien debía salír sería el hombre del equipo, Gabrielledetuvo la mirada en el Yaxley esperando una reacción, sabía que, aparte de ser un suicida adoraba el tener algo de protagonismo, como siempre.

     

    Abrazó fuerte su oso y Gabrielle sintió a su oso retorcerse entre sus brazos, sí sacrificaba al hombre.

     

    Gabrielle de nuevo vio la carpa, no sabía donde o como había llegado a esa caja de arena pero como era de esperarse de Gabrielle ella siempre terminaba haciendo lo que el Yaxley queríam, no se lo esperaba y ella misma lo odiaba entonces ¿Por qué seguía obedeciendo?

     

    - ¿Viento? ¿Qué? Supongo.

     

    Gabrielle misma no sabía a lo que se refería, pero esperaba que lo fuera, le asustaba pensar de más a saber que es lo que pasaba afuera, orión de igual manera lo haría ¿Cierto? Había cantado hacía unos segundos pos lo que no le quedaba de mas.

     

    Gabrielle Miró por debajo de la carpa, ataduras sueltas y sí, fuerte viento que le acompañaba, era extraño pero aquello era lo demenos ¿El yaxley?

     

    -¿Salió o no salió Orión? Porque tenemos que ver que hacer con eso, esas ataduras…

     

    Sí necesitaban trabajar en equipo y los oseznos estaban en lo suyo Gabrielle solo les miró de reojo, estaban inquietos en definitiva sabían que algo peligroso se avecinaba pero no quedaba de mas que esperar a lo que venía, tal ves Orión tenía razón, tan solo un poco.

     

    Detestaba la sutuaion en la que estabn, encerrados en aquel humbral de arena y posiblemente con una tormenta ¿Algo más sutil para ese momento tan horrible? Sí, las crías de osos comenzaban a juguetear asustados ¿O la asustada era Gabrielle? Gabrielle Miró a Evedhiel y meneó la cabeza tal vez estaban malditas.

     

    -Y si ¿Atamos estas cosas con la cuerda?

     

    Las cosas, aquellas cosas a las que Gabrielle llamaba osos.

  17. Estaba atrasada, ella misma notaba el tic tan en su cabeza por lo que, aquella multitud, ya se había convertido en su pequeño reto personal. Frunció el ceño y un tanto enojada se hizo campo entre las personas del puesto hasta llegar a la primera fila ¿Para qué necesitaba al bestia del Yaxley? Había logrado llegar sola hasta ahí por lo que solo faltaba regatear por el animal.

     

    Después de tanta palabrería intercambió el dinero por aquella bola de pelos, le tomó entre los brazos y se alejó casi a trote de aquella multitud y ahora ¿Dónde estaban los Yaxleys?

     

    Sus manos sujetaron con fuerza el animal ¿Ahora que hacía sola con ese pequeño en pleno desierto? Trató de tranquilizarse, no sería difícil encontrar a Gatiux debido a su cabellera, o al mago debido a su estatura a lo que sus ojos miel se pusieron rápidamente a buscar entre la gente a cualquiera de los dos, tenía escasos minutos de conocer a la chica que les acompañaba por lo que sería mucho más difícil encontrarle a ella.

     

    El pequeño animal comenzó a juguetear con el cabello que caía sobre su costado derecho, el poco viento que había y el que hacía su caminar lograba que el oso se distrajera fácilmente con aquellos movimientos. Gabrielle meneó la cabeza tratando de mantenerse concentrada y un pequeño "Shts" salió de sus labios tratando en vano de calmar al oso.

     

    – Debiste ser un sabueso y no un maldito oso que se dedica a molestar...

     

    Y, al levantar la mirada les encontró, era inconfundible. La tienda se veía a lo lejos pero se enfocó en el equipo, pudo haber esperado un poco pero decidió correr hasta ellos, abrazó a su nueva mascota contra su pecho y corrió a duras penas entre la arena hasta llegar a ellos.

     

    Enigmas, en definitiva el mago era el bueno en aquellos momentos pues la Black aún terminaba de recobrar el poco aire que le quedaba en los pulmones. Escuchaba sin duda las palabras de los demás pero su cabeza solo podía estar en un problema a la vez: Terminar de normalizar la respiración de la semiveela.

     

    Se acercó a Evedhiel y antes de hablar volvió a tratar de callar/ tranquilizar al oso y miró confusa.

    ¿Ayudo?

  18. En cuanto se cruzó con la pelivioleta no pudo evitar devolver el saludo y sonreír.

    Pero... ¡Es tan solo un oso! - arqueó la ceja y le miró dudosa, desde que la conocía nunca había dudado de sus buenos gustos, se encogió de hombros y aceptó el derroche de dinero.– Confío en tu buen ojo, asumo que tarde o temprano te daré las gracias por esto.

     

    Aquello no quedaba dudas, ahora en su mente estaba el comprar el oso del que la Malfoy había hablado, trató de divisar un espacio en blanco y se detuvo en seco al oir un saludo. Giró su cuerpo y sonrió a la chica que tan animada se presentaba, a decir verdad la sorpresa le había bajado la muralla que tenía con ellos, el tener tanto contacto con la familia del Yaxley no era algo que disfrutara pero sabía que tarde o temprano aquella línea terminaría por cruzarse.

     

    Mucho gusto Evedhiel, soy Gabrielle Delacour y... muy entusiasmada por llegar a esa... esa...- ¿Cómo se decía? Alzó los brazos decepcionada de no recordar y prosiguió- Esa madre, pero mejor compremos el Oso en lo que llegamos a donde debemos.

     

    Caminó junto con ellos, un tanto alejada prefiriendo marcar un poco la línea, negó el protector a Evedhiel y solo asintió agradeciendo para observarles comprar el oso, al terminar se acercó al puesto y trató de hacerse paso entre la multitud ¿Por qué era tan popular aquella bola de pelo?

    Con su cuerpo trataba de empujar a las personas pero, como era de esperarse, su poco peso y su estatura promedio no le ayudaban en nada; de nuevo se movió con fuerza tratando de hacerse campo siendo aún en vano. Por si mente pasó el pedir al Yaxley que le abriera paso pero sería tragarse el orgullo a lo que optó en separarse de la multitud.

     

    El tener al mago cerca le hizo levantar la guardia y, a pesar de estar en control, el movimiento le había sacado de su zona, asintió al susurró y frunció el ceño tratando de comprender.

    Vaya, ya habías tardado en casarte. Mahia está en la Black supongo, o cazando... Ni yo sé lo que hace ella, puede que cuando sea mi esposa al fin se deje domesticar esa mujer...

     

    Palabras, tan solo eso pues su atención y mirada estaban fijos en el puesto, tal vez en algun momento se desocuparía y ella podría al fin comprar el maldito oso.

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  19. En cada paso que daba en la arena le detestaba más, no sabía de dónde venía esa necesidad de decirle sí a todo lo que le proponían, tal vez su penosa nececidad de aceptación de parte de su padre, o de, a falta de una figura paterna él viniera a remplazarla. Aún así su cabeza no lo comprendía y solo seguía los pasos de sus compañeros de grupo quedando siempre al último.

     

    La tienda se veía desde lejos, maldijo por debajo ¿Faltaba mucho? Todo le parecía eterno en aquel clima, en aquel lugar, en todo.

     

    De las pocas veces que había participado en galas la Black terminaba solo dando los toques finales ¿Por qué esta vez sería la excepción? Vio como uno a uno pasaba y se detuvo antes de entrar, no estaba preparada, no tenía si quiera un mínimo toque de decoradora o de hacer sentir una esquina parte de la vida, hogar, o comodidad pero sí estaba segura que al menos la Malfoy lo tenía, de las pocas veces que había podido entablar conversación había sido la chica quien se encargara de detalles.

     

    Tomó un leve respiro antes de entrar, cerró los ojos y soltó el aire que tenía en sus pulmones y entró sin mas.

     

    Acogedor, no era tan ostentoso pero lo principal estaba ahí, sillones, lugar de descanso y los compañeros del equipo, trató de dibujar una sonrisa en sus labios pero desistió al oír la clásica "invitación" de té del Yaxley recordándole dónde se encontraba en ese momento.

     

    Un sonido en seco fue lo que cortó su silencio al dejar caer su mochila en el piso cerca de un sofá ¿Qué faltaba? Su sombrero ahora estaba sobre el brazo del sillón y se sentó observando la carpa, calor, necesitaban aire. Sacó de su mochila un pequeño abanico de techo, le tiro hacia arriba y de inmediato recobró su tamaño original haciendo que el aire fresco de la carpa ayudara con el ambiente.

     

    Sin pensar más, sacó unos cuantos libros, diferentes símbolos y letras aparecían en ellos haciendo notar que podrían ayudar para decifrar posibles trabas de lenguaje que aparecieran en el camino. Les dejó sobre la mesa y se detuvo a ver el lugar.

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  20. No le había quedado de otra, por más que detestara al Yaxley la Delacour era débil ante las peticiones del excéntrico de los cuatro; más que molesta con él estaba molesta con ella misma ¿Por qué no era capaz de negarle algo? Sentimentalismo puro era lo que sospechaba.

     

    Por si fuera poco habían omitido el destino pero, conociéndole, no quedaba más que soportar. Se mantenía distante, el pasar lejos de su hermana y tener que socializar no era del todo su fuerte; por dentro estaba furiosa, en su mente el incansable "...Pero dijiste que sí" tenía por dominarle el pensamiento y de vez en cuando rodaba los ojos cuando sentía un leve mareo, tal vez por tanta palabrería o el mismo camino.

     

    Y habían llegado.

     

    Era tan solo sol y arena; de igual manera la Black se mantenía alejada del grupo, conocía a Orión y a la Malfoy pero la otra integrante del grupo era toda una incógnita para ella, de seguro le encontraría cuando se reuniera con el Yaxley. El tirón había llegado y con ello el final, había que bajar a lo que su mirada de inmediato buscó al único hombre en el grupo, caminó entre la gente hasta divisarle y se quedó atrás, esperando su turno para bajar.

     

    Estuvo paciente a pesar de su ansiedad por salir de aquel tumulto, cruzó sus brazos debajo de su pecho y soltó un bufido. Vestía una camisa de manga larga y pantalón de manta blanco, un sombrero de paja para evitar quemaduras y sobre sus pies unas alpargatas sencillas, detestaba el calor, detestaba todo en ese instante.

     

    Al final cedió la mano al ojo azul al bajar y forzó una sonrisa, sabía que aquello comenzaba. No llevaba maleta, tan solo una pequeña mochila que llevaba en la espalda, tal vez había sido una decisión sin pensar pero le pareció apropiado al menos llevarle en caso de emergencia, incluso si su cabeza le indicara que era mala idea. Tenía que hablar, miró a su alrededor y parecía que los demás habían comenzado a agruparse, tomó las gafas de sol que tenía sobre el cuello de su camisa y se cubrió los ojos para evitar el sol.

     

    – Estamos todos ¿No?

     

    Dirigió aquellas palabras hacia el mago y posó sus manos en los tirantes de la mochila esperando indicación, era más que obvio que al fin estaban los 4 pero ella misma no sabía a dónde dirigirse, a fin de cuentas solo llenaba el vacío, cosa que ni a ella le importaba.

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  21. – Anduve... Por ahí.

     

    Empezando con mentiras, ella misma se daba porras mentales ante tal vergüenza pero eventualmente terminaría por contarle la verdad. Trató de disimular su molestia y acarició las cabellos de su hermana, no sin antes inclinarse para darle un rápido beso en los labios. Su mirada ce centró en el estuche que le había cedido alzando la ceja con intriga.

     

    Pues que yo tenga entendido mi "casi esposa" se la pasaba de vaga desde antes ¿Cómo es posible que ahora no encuentres algo que hacer? ¿Dónde está la Mahia que desaparecía por meses?

     

    En sus labios se dibujaba una sonrisa altanera, tal vez fuera el hecho de retarla o el tener que usar la palabra "esposa" pero le agradaba estar en aquella situación. Respondió su caricia girando el rostro y besando su mano, al parecer tenía luz verde para abrir el regalo a lo que miró curiosa el contenido, sonrió y negó con la cabeza.

     

    Detestaba llamar la atención, el que alguien se tomara el mínimo interés en ella le sacaba de su zona de confort y soltó un suspiro.

     

    –Sólo por que dices que con esto estaremos comunicadas lo aceptaré, de cierta forma es como si pudiera ponerte correa...- alzó la ceja y clavó su mirada en la de su hermana.- O tu a mi... Hermoso, solo contigo.

     

    Soltó una leve risa y bajó el torso para besarle los labios, le amaba y el estar aún más conectada a ella le gustaba; ahora que estaban un poco más en sintonía sentía la necesidad de pasar mas tiempo a su lado, el verdad terminar el capítulo y empezar el otro, las cosas se habían estado postergando y Gabrielle comenzaba a impacientarse.

     

    El hablar de Psicosis pocas veces lo hacía y la Delacour pocas veces prestaba atención al carácter errático de su primer mascota. Se alzó de hombros y como si aquel tema fuera de lo mas normal soltó el vómito de palabras.

     

    Siempre he dicho que tiene el carácter de Frenger, tal vez por eso es tan... ¿Raro? No sé si te acepte, a veces pienso que ni a mi me acepta pero no le queda de otra, pero igual le amo y cuido... Y hablando de amar y cuidar ¿Para cuándo la boda y quién crees que puede...?

     

    Odiaba hablar del tema, desde que él había partido se sentía más que vacía, no solo había perdido a quien para ella era su hermano si no a quien quería que les casara, a quien quería, a quien significaba lo mismo que Mahia para ella... Y sabía que su hermana sentía lo mismo.

     

    – Disculpa el tema pero... Tenía que tocarlo ¿Tienes alguien más en mente?

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