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Annick McKinnon

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Mensajes publicados por Annick McKinnon

  1. La rapidez con la que Elvis había hecho el encantamiento había evitado que algunos trozos de piedra cayeran sobre los presentes. Aunque el mago dijo que había algunas protecciones, todo parecía indicar que no eran suficientes y que algo o alguien se había infiltrado en los terrenos.

     

    ―¿Creen que sean muggles? –repitió Annick con el ceño fruncido. La sospecha de su prima Granger le parecía un poco descabellada; pero tiempo atrás también le hubiese parecido imposible que los muggles robaran bebés de San Mungo y, por lo que Polo había dicho, ese hecho acababa ocurrir–. No se ve nadie en los alrededores.

     

    La pelirroja miró hacia varios lados de los terrenos, incluso al cielo, pero no logró observar a nadie. Volvió a posar la mirada en donde antes había estado la estatua que ahora estaba esparcida en el suelo.

     

    ―¿Ya lo notaron? –preguntó en voz alta para que todos la escucharan. Hablaba sin apartar la mirada de lo poco que había quedado de la estatua, y dio unos cuantos pasos para apreciar los restos desde un mejor ángulo–. No parece haber marcas visibles de magia. ¿Qué la destrozó?

     

    Annick estaba replanteándose la teoría de los muggles cuando de nuevo se escuchó el inconfundible gruñido de un cerdo muy cerca de ellos, el cual casi de inmediato fue sustituido por otro agudo chillido acompañado del sonido de un correteo de pezuñas. El ruido indicaba que un animal de gran tamaño estaba a punto de embestir contra el grupo, sin embargo no se apreciaba nada a simple vista.

     

    ―¡Algo se acerca! ¡Protego! –era demasiado tarde. En un abrir y cerrar de ojos se escuchó un golpe seco y un grito de dolor que indicaba que algo había golpeado contra alguien. ¿Qué los estaba atacando y por qué no podían verlo?

     

     

    @ @ @@Ada Camille Dumbledore

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  2. La pelirroja escuchó con atención la explicación del mago acerca del motivo que lo había conducido a adentrarse en la nigromancia. Tardó un poco en responder mientras meditaba. Finalmente dejó escapar un pequeño suspiro antes de hablar.

     

    ―Puedo entender la necesidad y el deseo de volver a ver a nuestros seres queridos, especialmente en los momentos de dificultad –dijo en tono comprensivo, pues ella también pensaba en muchas personas con las cuales le gustaría volver a hablar–; pero ¿qué pasa con ellos? Me refiero a… –en realidad no sabía cómo plantear la duda porque sabía muy poco acerca de la nigromancia y sus implicaciones–. ¿No sería mejor dejarlos descansar en paz?

     

    Comenzaba a entender los motivos por los cuales su esposo había decidido involucrarse con aquel tipo de magia, pero había muchas cosas que iban más allá de su entendimiento y en verdad deseaba que Elvis la ayudara a comprender.

     

    ―Sólo necesito que me asegures que nada de esto pondrá tu vida en riesgo… en más riesgo del que ya de por sí corremos –puntualizó con una triste sonrisa. Confiaba en su esposo, y si él le daba su palabra, ella le creería–. Y si vamos a trabajar juntos, tendrás que explicarme a detalle el rubro del negocio, porque hay cosas que no me quedan claras –confesó.

     

    Le agradaba tener una plática normal como antes de que se distanciaran. Entonces volvió a confirmar algo que hacía mucho tiempo había comprendido: toda su vida y su mundo giraban en torno al patriarca Gryffindor, y sólo a su lado se sentía completa y segura.

     

    ―Sí, me parece que podemos ir a un mejor punto –coincidió esbozando una sonrisa que era una mezcla de alegría y coquetería. Esas simples palabras y la sonrisa de Elvis habían bastado para dejar atrás el frío reencuentro de hacía horas–. La verdad es que te extrañé mucho.

     

    Annick entreabrió los labios y se inclinó ligeramente con la intención de besar al mago, pero algo la hizo dudar en el último momento. Llevaba un rato pensando en por qué la herida del pecho se le abría y sangraba como si fuera reciente, y se preguntaba si ella tenía algo que ver con el asunto.

     

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  3. Elvis se encaminó en dirección a la chica rubia para recibirla y aprovechó para cerrar la gran verja de hierro. A pesar de que el patriarca Gryffindor parecía otra persona, había algunas actitudes que recordaban al hombre que siempre había sido. Eso confundía un poco a Annick, pero se reservó ese pensamiento para analizarlo en otro momento.

    Mientras el mago y la recién llegada se acercaban al resto de los presentes, la pelirroja prestó atención a los rasgos de la hermosa joven y rebuscó en su memoria, sin embargo no recordaban haberla conocido antes; estaba segura de que no olvidaría un rostro tan bello como ese. Supuso que era conocida de su esposo y que la presentaría al resto de la familia.

    Sin embargo, antes de que tal cosa sucediera, fue evidente que había algo extraño. Las estatuas que estaban dispuestas en los jardines comenzaron a brillar, señal de que corrían peligro. Los ojos verdes de Annick se encontraron con los de Elvis. Era evidente que ambos tenían la misma duda y buscaban una respuesta en el otro.

    ―No lo sé –aferró la varita con fuerza y observó alrededor. Todo parecía normal, sin embargo las estatuas no podían equivocarse–. No puedo decir si lo que se escuchó era un chirrido metálico o alguna otra cosa. Fue muy breve –explicó en voz alta para que todos los presentes escucharan–. ¿Alguien más lo escuchó? –preguntó a todos.

    Agradecía no haber llevado consigo a Elros, pero entonces recordó que había otros menores presentes.

    ―Deberían entrar a la casa –dijo en dirección a Arabella moviendo la cabeza para señalar a Zahil y Aranel–. Lamento que llegues justo en un momento así, linda –dijo en dirección a la rubia–, pero creo que será mejor que preparemos nuestras varitas.

    De pronto volvió a escucharse el mismo sonido que momentos antes la pelirroja había percibido, y en ese momento sí logró distinguirlo: se trataba del peculiar gruñido de un cerdo. Frunció ligeramente el ceño. No había ningún cerdo a la vista; pero, sobre todo, no entendía qué relación tenía eso con que las estatuas anunciaran peligro.

    Y entonces sucedió. Se escuchó un agudo chillido seguido del resquebrajamiento de uno de los ornamentos de piedra. Los trozos volaron en varias direcciones, como si una maldición hubiese dado de lleno en él.

    ―¿Qué fue lo que le dio? –Annick levantó la varita, pero no logró observar a nadie en los alrededores. ¿Acaso estaban bajo el ataque de mortífagos?


    @ @@Ada Camille Dumbledore @@Arabella Gryffindor @@Arcanus @ @

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  4. La bienvenida que le habían dado Lunática y su prima Granger compensaba solo en cierta forma el parco recibimiento de su esposo, pero Annick sabía que no era momento de dejarse llevar por ese pensamiento. Además tenía que hacer un esfuerzo por intentar comprender toda la situación en la cual se encontraba sumido el mundo mágico desde que ella había emprendido el viaje en busca de su hermano.

     

    Estaba intentando procesar lo que Lunática y Elvis habían explicado acerca de la necesidad de reforzar las protecciones de la mansión cuando sucedieron varias cosas a la vez: la mismísima Arabella Gryffindor y sus dos hijas acababan de hacer acto de presencia en la mansión después de varios años de ausencia; y casi en seguida un mago de cabello castaño también se unió para saludar. La pelirroja se preguntó si el joven había llegado acompañando a Arabella, pero dedujo que no luego de escuchar cómo le daba la bienvenida.

     

    ―Vamos a saludar –les comentó al resto de las presentes y se encaminó a saludar a los recién llegados–. Bienvenidos todos –dijo esbozando una sonrisa, aunque aún no estaba del todo segura si debía permanecer en la mansión y actuar como si el tiempo y las circunstancias no hubiesen pasado–. Niñas, qué grandes y hermosas están.

     

    Apenas tuvieron tiempo para saludarse unos con otros cuando Elvis comenzó a hablar acerca de la necesidad de reforzar las protecciones de la mansión. Como Annick no terminaba de comprender del todo lo que sucedía, supuso que lo mejor era imitar a los demás y hacer lo que le indicaran.

     

    Cuando Elvis terminó de hablar y propuso dirigirse al interior de la mansión, a la pelirroja le pareció escuchar un amortiguado sonido similar a un chirrido.

     

    ―¿Qué fue eso? –aguzó el oído para detectar la procedencia, pero lo único que se escuchó fue un golpeteo metálico que indicaba que alguien se encontraba llamando en la verja de la entrada principal. A lo lejos distinguió la silueta de una joven rubia a la que no reconoció. Miró a Elvis y a Lunática para ver si ellos conocían a la joven.

     

    Entonces recordó que el patriarca Gryffindor acababa de decir que la mansión se convertiría en un refugio para quien lo necesitara, así que sacó la varita y dio una pequeña sacudida para que la verja se abriera de par en par y la chica se sintiera con la plena confianza de pasar.

     

    Mientras esperaban que la recién llegada se acercara a donde todos se encontraban, Annick se preguntó si los demás también habían escuchado aquel sonido; incluso ya estaba pensando que quizá se había confundido con el chirriar de la verja de hierro.

     

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  5. Durante un momento, Annick no supo qué decir ni qué hacer. Se quedó pasmada al percatarse de que la camisa de Elvis comenzaba a teñirse de rojo sobre el pecho.

     

    ―¿Sucede muy seguido? Tenemos que averiguar por qué…

     

    Aunque él le restó importancia, el intenso color de la sangre preocupó mucho a la pelirroja, sobre todo al saber que no era la primera vez que sucedía; sin embargo, apenas estaba procesándolo cuando escuchó algo que la dejó aún más atónita.

     

    ―¿Has dicho… nigromancia? –por un momento creyó que no sus oídos la habían engañado, pero luego miró la seguridad con la que Elvis hablaba y supo que no había ningún error.

     

    La nigromancia siempre le había parecido una rama oscura de la magia, sobre todo por el uso que le habían dado antiguos magos tenebrosos. Sin embargo conocía bien al mago para saber que no bromearía con un tema como aquel; y si seguía siendo el mismo hombre del cual se había enamorado, seguro aquella elección tenía que ver con fines diferentes a los de un mago tenebroso.

     

    Pero en medio de la nueva maraña de dudas y pensamientos que comenzaban a formarse en su cabeza, vio que el patriarca Gryffindor le sonreía por primera vez desde su reencuentro. Ver esa sonrisa que tanto amaba, despejó su mente como si se tratara de rayos de sol que se abren paso entre unas arremolinadas nubes oscuras. Escuchar que no había dejado de amarla era el motivo más fuerte por el cual había ido a buscarlo. Todo lo demás le parecía poco relevante.

     

    ―¿Entonces todo está bien entre nosotros? –murmuró–. Creí que después de mi ausencia, no querrías saber nada de mí, pero me alegra darme cuenta de que estaba equivocada –ella también sonrió, como hacía mucho tiempo no lo hacía–. Hay cosas que quizá me tomará un tiempo comprender, pero no quiero que eso afecte nuestra relación.

     

     

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  6. La pelirroja aún intentaba procesar lo que su esposo estaba diciendo cuando sintió que sus manos se posaron en sus brazos. Su piel reaccionó de inmediato al reconocer aquel tacto; pero no dijo nada, principalmente porque su cabeza era una maraña de pensamientos que intentaba hilar. La idea de un bien mayor le recordaba demasiado a Grindelwald, uno de los magos tenebroso más famosos del mundo; por eso le resultaba difícil comprender y aceptar todo lo que Elvis le decía.

     

    Entreabrió ligeramente los labios cuando vio una nueva cicatriz que se sumaba a las que ya tenía el exauror. Aún recordaba lo de su mano. En aquel episodio él había perdido los poderes del clan paladín y estos habían pasado a ella; pero ahora ni siquiera estaba segura de que algo de la energía de Uther siguiera circulando en su cuerpo.

     

    Mientras escuchaba todo lo que su esposo decía, Annick comprendió que ambos se habían dejado dominar por el mismo miedo; y tuvo que reconocer que él aún luchaba por lo mismo, pero desde otro ángulo. ¿Acaso ella no se había dejado llevar por algo similar la última vez que había regresado a la Orden?

     

    ―Comprendo que tienes miedo de perdernos; pero no puedo comprender el hecho de que veas el amor como una debilidad –mientras hablaba, comenzó a acortar la distancia que los separaba–. Nadie sabe lo que sucederá mañana, y no puedo garantizarte que no sufriremos alguna otra pérdida; pero cuando decidimos tomar este camino, lo hicimos precisamente por amor a nuestra familia y amigos, porque deseábamos algo mejor para ellos, y ese deseo debería ser nuestra fortaleza, nuestra luz en la oscuridad. No un peso ni una debilidad.

     

    Annick estaba plantada frente a él. La distancia que los separaba era muy poca. Pensó en la oferta de que trabajaran juntos, pero antes de responder, quería dejarle claro otro asunto.

     

    ―Dices que temes perdernos y por eso prefieres distanciarte; pero si te distancias de nosotros, entonces nos estás perdiendo por voluntad propia –una vez más tomó el rostro de él entre sus manos y lo miró directo a los ojos–. No nos alejes de ti, por favor –aquella frase la dijo en un susurro cargado de súplica.

     

    Se preparó para que él rechazara su tacto, pero antes de que algo sucediera, agregó:

     

    ―Tienes razón, si me hubieras dicho no hubiese permitido que lo hicieras –aceptó con voz apagada–. ¿Pero sabes por qué? Porque también temo perderte, y no sabría qué hacer si… –tragó saliva, ni siquiera podía pensarlo–. Te amo demasiado.

     

     

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  7. Elvis señaló unos sillones ubicados a la derecha de Annick, y ella tuvo que controlarse para evitar decir que no había ido a tomar el té; por eso se limitó a ignorar la invitación a sentarse.

     

    Mientras escuchaba a Gryffindor, el ceño de la pelirroja se frunció ligeramente; pero no lo interrumpió. Por fin había logrado que expresara lo que se había estado guardando, así que lo dejó hablar. Sin embargo se quedó helada cuando Elvis mencionó la desaparición de decenas de niños.

     

    La pelirroja no quería aceptar ante él que no había leído las noticias desde hacía muchísimo tiempo, porque su obsesión por encontrar a su hermano Salazar había consumido todos sus pensamientos, y eso la hacía sentir mal.

     

    ―¿Estar dentro para conocerlo? ¿Entonces tratas de decirme que no te importaría ir en contra de tus principios y valores con tal de conocer cómo funciona ese lado contra el que hemos luchamos durante tantos años? –no podía (o quizá no quería) dar crédito a lo que estaba escuchando. Siempre le había parecido que Elvis era la bondad y la justicia personificadas, pero ahora él parecía capaz de olvidar todo eso con tal de cumplir su cometido–. Así no es el hombre del que me enamoré… –tragó saliva para intentar deshacer el nudo que se le estaba formando en la garganta.

     

    Escucharlo hablar sobre todas las pérdidas que había padecido a lo largo de los años provocaba que el corazón de la pelirroja se encogiera de dolor.

     

    ―¿Crees que a mí no me afectó lo ocurrido con la Orden? ¿Crees que eres el único que ha perdido a sus seres queridos? –su tono de voz expresó el dolor que sentía–. Pregúntate qué dirían esas personas que has perdido si supieran que ahora no te importa ir en contra de tus principios por un poco de dinero.

     

    Ella también había perdido a mucha gente en el camino, personas que en su mayoría habían desaparecido de un día para otro; y durante años había estado viviendo con la duda de si seguían con vida: Salazar, Regina, Paige, Elizabeth, la misma Elodia y un sinfín de amigos y familia que ya no estaba.

     

    ―Dices que te has quedado solitario... ¿Acaso te olvidas de tus hijos? ¿De mí? ¿O ni ellos ni yo somos suficientes para ti?

     

    El exauror habló de tener marcas que ella ni siquiera imaginaba, y nuevamente la consumió la duda de si era responsable por haberse distanciado de él.

     

    ―¿Cómo esperabas que supiera todo eso si no te acercaste a mí para compartir tus pesares? ¡No domino la legeremencia como tú, Elvis! ¿Por qué no me contaste sobre tus angustias? ¡¿Acaso no confías en mí?! –conforme hablaba iba elevando un poco el volumen de la voz hasta llegar a aquel último reclamo.

     

    Le dolió que hablara sobre sus promesas a los Cuatro Espíritus. Aquel había sido uno de los días más felices de su vida, así que recordaba cada detalle.

     

    ―No me he olvidado de las promesas... –murmuró con voz temblorosa–, pero a mí también me dolió que traicionaras tus principios y tus valores a cambio de dinero; y, sobre todo, me dolió que lo hicieras a mis espaldas –una delgada lágrima rodó por su mejilla, pero de inmediato la secó–. Dices que me amas, pero ¿acaso la confianza no va unida al amor?

     

    El recuerdo del motivo por el cual se habían distanciado aún le dolía. Durante los últimos meses no había parado de darle vueltas al asunto para tratar de entender las acciones de su esposo, y aún no estaba segura de poder lograrlo.

     

     

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  8. Elvis salió de la parte trasera del negocio, y Annick se desconcertó un poco con la manera en la que se dirigió a ella. La pelirroja se había preparado para un recibimiento cortante, incluso frío y tenso; pero él actuaba como si hablaran del clima en una de esas escuetas conversaciones que solían entablarse entre desconocidos.

    Eso la molestó un poco. Definitivamente no era el hombre que ella conocía; pues en otros tiempos él hubiera sido más amable, más efusivo y, sobre todo, más cariñoso. Aunque, ya que lo pensaba, no podía esperar tales muestras de afecto si llevaban un tiempo distanciados.

    ―¿A qué te refieres con que no era como imaginabas? ¿Al aspecto del local o al rubro al que se dedica? –antes de hablar, intentó serenarse para modular el tono de su voz, pues su última intención era provocar otra discusión como la que habían tenido tiempo atrás; sin embargo no había podido evitar impregnar la última frase con cierto tono mordaz.

    Al momento se dio cuenta de que debía hacer un mayor esfuerzo para dominarse. No deseaba deteriorar aún más la relación con su esposo, a menos hasta saber si continuarían juntos o no.

    Últimamente la pelirroja perdía la paciencia con suma facilidad y no lograba entender por qué. Incluso había llegado a pensar que quizá había sido así desde siempre, pero que había sido Elvis quien con su carácter bondadoso había influido positivamente en su personalidad. Y ante tal pensamiento, se odio por eso.

    ―La última vez que hablamos me pareció que estabas muy seguro, incluso complacido de trabajar aquí –no iba a permitir que Elvis se desviara del tema y la tratara como si fuese cualquier vecino o cliente–. Vine que hablemos sobre nosotros –el problema, pensó Annick, era que no sabía si aún existía un nosotros–. Aunque ya que lo pienso, tu negocio está estrechamente relacionado con el tema, ¿no?

    Era mejor así. Debía tomar el toro por los cuernos, como solía decirse, y no aplazar más esa charla que se debían desde hacía tiempo. Después de todo, Annick no tenía a dónde ir. Los únicos hogares que había tenido habían sido con los Poulain y los Gryffindor; y para su mala fortuna, los Poulain se encontraban lejos y dispersos por el mundo, y los Gryffindor eran la familia de Elvis, no de ella. Y si iban a separarse, no tenía motivos para alargar su estancia en Inglaterra ni un día más.

    Ante tal pensamiento apretó los puños y respiró profundo para no permitir que las lágrimas anegaran sus ojos. Lo último que quería era demostrar debilidad; y, desgraciadamente para ella, en los últimos meses tenía la susceptibilidad a flor de piel, sobre todo porque llevaba tiempo temiendo que se quedaría sola.

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  9. ―Sí Lunita, Elros está bien. Está en buenas manos –lanzó una mirada fugaz a Elvis, pues los Poulain eran la familia que los había mantenido unidos desde muy temprana edad, y ahora ellos se hacían cargo del menor de los Gryffindor–. Yo también los extrañaba mucho a todos ustedes.

     

    Le dedicó una sonrisa y una caricia a Lunática, quien era una de las personas más cariñosas y puras de corazón que conocía.

     

    No obstante, para Annick había resultado claro que Elvis había evadido responder su pregunta y sospechaba que se estaba limitando a expresar lo que le diría a cualquier otra persona que acabara de llegar de visita. Aun así, se sintió aliviada al escuchar que la mansión no había sufrido ningún ataque. Eso le daba bastante tranquilidad.

     

    Tampoco pudo evitar notar que de vez en cuando Lunática miraba de reojo a Elvis. ¿Su hija se habría dado cuenta de que la relación entre sus padres estaba un poco fría? Como la bruja no deseaba que la familia se enterara de sus problemas maritales (ya que ni ella misma los tenía claros) decidió disimular un poco y fijar la atención en otra cosa.

     

    ―¿Quieres entrar? Ya casi terminamos con Luna –había dicho su aún esposo, pero la pelirroja declinó la invitación y dijo que prefería esperarlos.

     

    ―¿La mansión ya no goza de las anteriores protecciones? –preguntó en parte extrañada y en parte como una estrategia para disminuir un poco la tensión que sentía. Sin embargo, tenía claro que tarde o temprano tendría que hablar con el mago sobre su situación.

     

    Por lo visto, Elvis y Luna ya se estaban haciendo cargo de colocar protecciones en los terrenos de la mansión, así que Annick ni siquiera hizo el intento de sacar su varita para sumarse a ellos; de cualquiera manera, les ofreció ayuda.

     

    ―¿Hay algo más en lo que pueda ayudarles? –también miró a su prima Granger, quien al parecer se hacía cargo de arreglar el jardín–. Prima, ¿necesitas ayuda?

     

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  10. Habían pasado unas cuantas horas desde su regreso a Inglaterra y el reencuentro con los Gryffindor. Sin embargo, a pesar del cansancio, Annick no se había reinstalado en la mansión. La perturbaba el hecho de no saber en qué términos se encontraba su relación con Elvis; sobre todo ahora que él lucía como una persona totalmente diferente. Además, él se había retirado de la mansión alegando que tenía algunos asuntos que arreglar; pero la bruja intuía que en realidad sólo había buscado un pretexto para alejarse de ella.

    Annick recorría el Callejón Diagon a un ritmo que le permitía examinar atentamente las fachadas y los nombres de los negocios. Media hora antes, había pedido a Tanis que le indicara cómo llegar al negocio del patriarca Gryffindor, y el servicial elfo no había podido negarse ante tal petición; su naturaleza se lo impedía.

    Mientras andaba, no podía dejar de pensar en el mago. Aunque se había mostrado amable ante su llegada, Annick intuía que esa fingida amabilidad se debía a la presencia de sus hijas y prima. Elvis siempre se había caracterizado por su personalidad cariñosa y protectora; pero en el breve reencuentro que habían tenido, lo había notado distante, incluso diferente. Sin embargo, no podía reprochárselo. La última vez que se habían visto habían discutido como jamás lo habían hecho; y ella había optado por alejarse.

    Ante tal pensamiento, el aire de sus pulmones pareció congelarse y tuvo la sensación de que su corazón estaba siendo oprimido por una fuerte mano invisible. ¿Cuán responsable era ella del estado en el que se encontraba Elvis? ¿Qué sucedería entre ellos ahora que el mago parecía otra persona? Tales dudas le habían impedido volver a tomar su lugar en la mansión de la familia; por eso había decidido ir en busca de su aún esposo para determinar lo que haría.

    Al fin ubicó la librería que le había descrito Tanis. La fachada de renegridos ladrillos y el falso nombre del local coincidían con lo que el elfo doméstico le había indicado. También, por aviso de él, sabía que era probable que alguien estuviera montando guardia para evitar la intromisión de extraños; sin embargo parecía que la pelirroja estaba de suerte, pues nadie le impidió el paso.

    Abrió la puerta y se adentró con lentitud. El interior lucía como una anticuada librería; el tipo de negocio en el que muy poca gente podía interesarse. De hecho el local lucía solitario pero, dado que la puerta estaba abierta, la pelirroja dedujo que debía haber alguien en el interior.

    ―¿Elvis? –su voz sonó fuerte y clara, sin embargo no recibió respuesta de inmediato.

     

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  11. El corazón de la pelirroja se aceleró al ver al patriarca de los Gryffindor, y por un instante sólo tuvo ojos para él. Su mirada recorrió el semblante de su esposo. A pesar de los cambios, aún era posible reconocerlo bajo las canas que poblaban su cabeza y las arrugas que se extendían en su rostro.

    Por instinto, Annick quiso acercarse al mago, pero notó que él daba un par de pasos hacia atrás, como intentando alejarse de ella. La bruja se preguntó si la barrera que parecía haberse elevado entre los dos no se derrumbaría nunca… Entonces una conocida voz la hizo volver a ser consciente de que no estaban solos.

    ―¡Prima, qué alegría que estés bien! –dijo en dirección a la matriarca Granger–. Me alegra que todos estén bien –puntualizó observando a los demás y esbozó una tímida sonrisa. No sabía qué decir, así que se dejó llevar por lo primero que le vino a la mente–. Supe que Bulgaria… Temí que… –se detuvo. El simple hecho de recordar el temor que había sentido al recibir aquella noticia, la paralizaba de nuevo–. Lamento haberme ausentado durante tanto tiempo…

    Se acercó a su prima Granger con la intención de abrazarla, pero temía que ella hiciera lo mismo que Elvis e intentara alejarse. Luego se dirigiría a Lunática, a Hilary y a Helen para hacer lo mismo. Un nudo en la garganta le impedía articular más palabras, por eso se limitó a que su cuerpo expresara lo que su boca no podía decir.

    Al separarse de Hilary, la pelirroja se dio cuenta de que la distancia entre ella y Elvis se había acortado. Notó un pinchazo en el pecho, como si su corazón se debatiera entre detenerse o latir a toda velocidad. Pero haciendo caso omiso a la sensación de asfixia que le producía la tensión, se acercó y tomó el rostro del mago entre las manos.

    ―¿Qué te ha sucedido? –murmuró mientras intentaba evitar que las lágrimas volvieran a brotar.

    Ambos tenían mucho de qué hablar. La pelirroja ni siquiera estaba segura del estado en el que se encontraba su relación. Durante el tiempo en que habían estado distanciados, había analizado cientos de veces el motivo por el cual habían discutido la última vez que se habían visto; y cada vez estaba más convencida de que quizá había sido muy dura con él. Sin embargo no estaba segura de que ese fuera el mejor momento para abordar el tema.

    ―¿Hay alguien más en la casa? ¿Todos están bien? –observó que su prima tenía la varita en la mano–. ¿Qué hacen aquí afuera?


    @ @ @ @@Hilary J. Gryffindor. @@Helen Evans @

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  12. La grava dispersada en el suelo crujió bajo los pies de Annick. Un par de ramas secas se habían atorado en su capa cuando pasó junto a un pequeño matorral cerca del portón de la mansión Gryffindor; y, sin darse cuenta, quebró varias ramitas más al pasar. El viento alborotó ligeramente su rizada melena que ahora lucía más corta y le llegaba a los hombros.

     

    Se detuvo frente a la verja de entrada y contempló la fachada. De repente sintió que el aire comenzaba a faltarle. En el exterior, la mansión lucía intacta; aunque era evidente que la maleza había comenzado a apoderarse de ciertas zonas. Una parte de ella tomó aquello como una señal de que su familia se encontraba bien, pero casi de inmediato la culpa le oprimió el corazón: se había ausentado durante mucho tiempo y no había tenido contacto ni con su esposo ni con ninguno de sus hijos.

     

    La búsqueda de Salazar, su hermano, había absorbido todo su tiempo y pensamientos. En sus pronunciadas ojeras podía apreciarse el cansancio y las noches de desvelo; eso sin contar el enojo y la frustración que aún sentía a causa de los últimos acontecimientos surgidos dentro de la Orden del Fénix hacía más de un año…

     

    Se preguntó qué haría y qué diría al ingresar y reencontrarse con la familia, y entonces los ojos se le anegaron de lágrimas. Aunque no pudo evitar que rodaran por sus mejillas, de inmediato se enjugó con las palmas de las manos. Respiró profundo y tomó el valor suficiente para ingresar a los terrenos de la mansión; sin embargo, avanzó con lentitud y con menos determinación de la que hubiera deseado.

     

    La pelirroja aún se preguntaba qué diría a su familia; por eso su corazón se aceleró más cuando vio que varios de los Gryffindor salían hacia los jardines. No había esperado toparse con ellos tan rápido, y nuevamente el peso de la culpa le oprimió los sentidos; sobre todo al reconocer a su querida prima Zahil, a sus amadas Lunita y Hilary, a Helen y a…

     

    ―¿Elvis? –susurró casi sin aliento, y en sus facciones se reflejó la extrañeza que sentía. Sabía que se trataba de su esposo, pero lucía muy diferente a como lo recordaba.

     

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  13. Otto Babbling y Debbie Higgs

    Empleados

     

    Una fuerte explosión hizo vibrar las ventanas de la recepción del hotel. Las lámparas de araña oscilaron peligrosamente y uno de los cuadros colgados a la pared, cayó al suelo.

     

    ―¡Pero qué demonios…! –el gerente se apresuró a levantar la pieza de arte que había caído. En ella se apreciaba a una mujer cuyo peinado se había estropeado un poco debido a la caída. La dama, cuya vestimenta indicaba que había sido retratada durante la Edad Media, lucía un poco atribulada mientras intentaba recuperar el aspecto elegante que la caracterizaba.

     

    ―¡Ay, nos atacan! ¡Nos atacan! –gritó Debbie Higgs, la camarera, mientras corría a ocultarse detrás del mueble de la recepción. Llevaba las manos sobre la cabeza como si intentara cubrirse de algo; y en el camino tiró el plumero con el que solía sacudir el polvo de los cuadros.

     

    ―¿Qué? ¿Qué? –Otto también corrió tras ella por si las dudas y se cubrió la cabeza con ambas manos–. ¿Cómo que nos atacan?

     

    ―¡Sí, sí! ¡Eso seguro fue un dragón quemando todo el castillo! –exclamó Debbie al punto de la histeria–. ¡Ay, por Merlín, vamos a morir quemados!

     

    Babbling la miró con extrañeza, y después de unos segundos comprendió que en realidad la camarera no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo y simplemente se estaba dejando llevar por el pánico.

     

    ―¿Cómo que un dragón? Seguro ha sido sólo una explosión provocada por Uric.

     

    El gerente no sonaba muy convencido, pero aun así se reincorporó y se encaminó hacia la entrada del castillo, de donde había procedido el sonido parecido a una explosión. En realidad sentía menos valor de lo que demostraba; pero en ausencia de Annick y Elizabeth, él era el responsable de mantener el hotel en orden y funcionando con normalidad.

     

    ―¡Pero qué…! –Otto contempló con ojos desorbitados el origen de todo el alboroto: parte del puente que conducía a la entrada, estaba destruido, y en medio de la polvareda pudo distinguir la figura del guardia, quien sostenía la varita en alto y tosía sin cesar–. ¡Waldo! ¿Qué hiciste?

     

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  14. Para ninguno de los presentes pasó desapercibido el cisne de piedra que se posaba en el jardín. Elvis se encontraba de pie a lado de la figura, y Annick intuyó que había sido él quien lo había creado. La pelirroja recordaba haber visto aquel animal en forma de patronus, así que comprendía muy bien el significado.

    Poco a poco más personas llegaron a la Hacienda Tonks, entre ellos Mei, quien portaba la vestimenta del Clan Paladín. En ese momento Annick recordó que Adriano Wallace había sido, junto a Aberforth Dumbledore, uno de sus mentores dentro del clan; además también lo recordaba como antiguo líder de la Orden del Fénix. Mientras pensaba en eso, notó un leve cosquilleo cerca del hombro derecho, justo donde tenía grabado el tatuaje en forma de martillo que revelaba su pertenencia a la Orden de la Mano de Plata.

    Los pensamientos de la pelirroja continuaron proliferando mientras observaba el fuego eterno que Elodia había creado bajo el cisne, y las palabras de la líder fenixiana hicieron eco en su mente: «Fuego eterno… como el recuerdo de quién nos deja».

    ―“Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo” –murmuró, más para sí misma que para los presentes, pero era muy probable que más de uno de ellos hubiese logrado escuchar sus palabras.

    Tomó la varita y realizó un par de florituras para cambiar sus ropas. De un momento a otro portaba una blusa beige y un pantalón blanco bajo una capa larga de color marrón oscuro e interior color oro. Para ese momento no sólo Mei sino también Dennis vestían el atuendo de los paladines. La ojiverde miró al resto de los presentes:

    ―La muerte no nos roba a los seres amados sino que los guarda y los inmortaliza en el recuerdo y en el corazón, ¿no les parece? –respiró profundamente antes de continuar, y aprovechó el momento para convencerse de que lo que harían era lo adecuado–. Adriano Wallace dejó una importante huella en la historia de… –se detuvo justo a tiempo antes de mencionar la Orden del Fénix– muchos de los aquí presentes, y sus aportes a la comunidad mágica son innegables. Por eso y más, un mago de tal renombre merece una despedida a la altura.

    Posó la mirada en cada uno de sus hermanos paladines. No eran necesarias las palabras para invitarlos a hacer lo mismo; y mientras ellos comenzaban a cambiar su atuendo, la pelirroja elevó el brazo derecho en dirección al cenit y pensó en su fiel corcel mientras lo invocaba: «Summon Warhorse», susurró.

    A la distancia surgió un fugaz destello blanco acompañado de un trueno, y un fuerte relincho se escuchó en medio de los terrenos de la Hacienda. Al instante surgió un sonido de cascos, y de entre los árboles apareció la imponente figura de un caballo de pelaje y crin tan negros como la inescrutable oscuridad. En la frente sólo tenía un lunar blanco en forma de rombo, y sus ojos destellaban con su andar.

    Mientras Annick recibía a Maeglin, su fiel corcel, escuchó cómo el resto de los paladines hacían lo propio para invocar a sus compañeros de batalla. De un momento a otro, el cisne de piedra se encontraba rodeado de personas y de hipogrifos y caballos.

    Entre los presentes se encontraban miembros de la Orden Oscura y de la Orden de Avalón, así como civiles que no tenían nada que ver con ninguno de esos grupos; no obstante todos ellos estaban ahí reunidos por un mismo motivo, así que la pelirroja entreabrió los labios para invitarlos a unirse al homenaje que la Orden de la Mano de Plata haría al difunto Adriano Wallace.

    Sin embargo, antes de emitir alguna palabra, los corceles e hipogrifos comenzaron a emitir relinchos y a piafar y batir las alas con fuerza. Parecía que todos deseaban transmitir un mensaje, y no era necesario pensar demasiado para darse cuenta de lo que querían: también ellos deseaban despedir a sus camaradas. Corcel y paladín conformaban un solo ente y, como tal, esa noche debían despedir a dos seres...

    ―Creo que quieren invocar al corcel de Adriano –Maeglin relinchó con fuerza y alzó las patas delanteras haciéndolas caer con fuerza–. Se supone que sólo el dueño del corcel puede hacerlo, pero quizá… –se detuvo y dudó un poco; no obstante, casi de inmediato supo que debían intentarlo–. Quizá si todos los presentes unimos nuestra energía, podríamos hacerlo. ¿Lo intentamos? –miró en particular a aquellos que no eran paladines, pues con ayuda de la energía de todos era probable lograran lo imposible.

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  15. Annick permaneció a lado de Elizabeth y Elodia, pero se mantuvo en silencio durante el encuentro de varios integrantes de la familia Tonks. Aquel, sin duda, se trataba de un momento íntimo en el cual ella no deseaba ser imprudente; no obstante, bastó que transcurriera un rato para que otros magos y brujas ajenos a la familia llegaran a dar sus condolencias.

     

    Varios de sus amigos y camaradas de la Orden del Fénix acudieron al llamado, y entre ellos la pelirroja percibió una energía bastante familiar en los alrededores. Aunque no lograba verlo, estaba segura de que su esposo se encontraba en los jardines de la Hacienda. Bajó un poco la mirada y emitió un suspiro casi inaudible, pues acababa de percatarse de que también Elvis estaba resintiendo la pérdida de Adriano Wallace, su compañero de bando y hermano de clan…

     

    ―¿Les parece si despedimos a nuestro padre? –la voz de Elizabeth pareció llegar de lejos, pero logró sacarla del ensimismamiento.

     

    ―¿Por qué no salimos a los jardines? –propuso–. Es un buen sitio para honrar su memoria, ¿no les parece? –en el tono de su voz se notaba que deseaba ser respetuosa con todos los desconsolados.

     

    Elizabeth y Elodia fueron las primeras en mostrar su aprobación asintiendo con la cabeza, y Annick intuyó que también Dennis y su prima Zahil se sentirían más cómodas en los terrenos de la Hacienda.

     

    Poco a poco los presentes comenzaron a salir. El horizonte empezaba a teñirse con tonos rojos y naranjas, y el viento mecía las copas de los árboles y arrastraba la hojarasca con doliente parsimonia.

     

     

     

     

    @@Elizabeth Tonks, @@Elodia Riddle, @@Dennis Delacour, @, @@Shena Cindy de Ryvak M., @, @@Niko Uzumaki, @

     

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  16. Annick apareció a las afueras de la Hacienda Tonks, y con paso apresurado se adentró en los terrenos de aquel conocido lugar. Había transcurrido mucho tiempo desde la última ocasión en que había estado ahí, y el sitio aún la hacía evocar viejos recuerdos. No obstante no permitió que la nostalgia la distrajera, y enfocó la mirada en el cachorro de tigre blanco que corría con gracilidad delante de ella.

     

    El patronus de Elizabeth atravesó la entrada principal como si se tratara de un fantasma. Annick sacudió la varita para abrir la puerta. En ese momento no tenía tiempo para formalidades ni reglas de urbanidad. No esperaría a que alguien la atendiera. Su amiga la necesitaba y eso era lo único que importaba.

     

    La puerta se abrió justo a tiempo para que la pelirroja lograra ver que el cachorro subía las escaleras. Ella aún llevaba la varita en la mano y, mientras continuaba avanzando, conjuró su patronus para enviar un mensaje a sus amigos y a sus hermanos paladines:

     

    ―Nos ha llegado la noticia de que Ishaya ha fallecido… En su cuerpo alguna vez vivió Adriano Wallace, reconocido exlíder de la Orden. En memoria de ese destacado paladín, rendiremos homenaje en la Hacienda Tonks.

     

    Varias águilas reales emprendieron el vuelo en diferentes direcciones para llevar la noticia de la cual ella se había enterado hacía poco tiempo. Mientras tanto, el patronus de Elizabeth guió a la pelirroja hasta la tercera planta, donde se escabulló dentro de una habitación que hasta ese momento ella no había visitado nunca.

     

    Annick abrió esa otra puerta con sumo cuidado, y sintió una punzada de dolor en el corazón al ver que su amiga estaba al borde de la cama. En el rostro de la castaña se apreciaba el rastro de silenciosas lágrimas.

     

    ―Lo lamento –dijo en un susurro mientras se sentaba a lado de su amiga y le daba un fuerte abrazo–. Él vivirá siempre en tu corazón.

     

    La pelirroja sabía la muerte de Ishaya representaba la desaparición del último rastro mortal de Adriano Wallace, el padre de su querida amiga; pero no supo qué más decir, así que se limitó sólo a continuar abrazándola en tanto el silencio las conectaba de una forma en que las palabras nunca podrían hacerlo.

     

    Luego de un momento, una conocida silueta se dibujó en el umbral de la entrada...

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  17. No sé qué pensar de la gente que por un lado dice que deberían ser nominados sólo los activos y, por otro, anota en los clanes a personas cuya participación ha sido nula en más de un año… Qué contradicción.


    CATEGORÍA: ORDEN DEL FÉNIX

    • Bomba Sexy (F): Mei Black Delacour , Kassandra Weasley, Aimé.
    • Bomba Sexy (M): Marcellus Allan, Marcellus Allan, Marcellus Allan (Me sorprende que las nuevas generaciones no sepan que el sinónimo de sexy es Marce).
    • Pareja favorita: Elodia Riddle y Zarco Bulche Haigh; Annick McKinnon y Elvis F. Gryffindor (ya es tradición perder, pero aquí andamos).
    • Pareja shipper: Undefined y Goderic Slithering (un clásico); Elizabeth Tonks y Edmund Browsler XD
    • El mejor partido: Marcellus Allan, Edmund Browsler
    • Romántico empedernido: Zarco Bulche Haigh, Zarco Bulche Haigh, Zarco Bulche Haigh (nunca he visto roles más románticos que los suyos).
    • Lunático: Lunática Lupin Evil Black, Zahil Aranel Granger, Valeskya Granger
    • Vago favorito: Jank Dayne, Undefined, toda la Orden (?) XD
    • El más tierno: Cye Lockhart, Dennis Delacour, Lunática Lupin Evil Black
    • Cabezota: Lisa Weasley Delacour, Kytta Gryffindor Rambaldi, Zahil Aranel Granger (no la considero egocéntrica, pero sí es “cabezota” como lo entiendo en mi región XD).
    • Fenixiano Hiperactivo: Dennis Delacour, Eileen Moody, djvash Asturias
    • Espíritu Creativo: Axel Rexdemort , djvash Asturias, Athena Rouvás
    • Gruñoncito: Undefined, Lisa Weasley Delacour, Zahil Aranel Granger XD
    • El más divertido: Elizabeth Tonks, Zahil Aranel Granger, Valeskya Granger (las tres me hacen reír en rol y en off). <3
    • Mejor compañero: Fiamma Phoenix Diggory, Alessandra G. Delacour, Mei Black Delacour
    • Espíritu compulsivo: Dennis Delacour, Dennis Delacour, Dennis Delacour XD
    • El despistado: Lunática Lupin Evil Black (este premio debería llevar su nombre).
    • OdF Meteoro: Elizabeth Tonks, Elizabeth Tonks, Elizabeth Tonks (lleva años ganando este premio, ya pónganle su nombre).
    • Noctámbulo de la OdF: Lisa Weasley Delacour, Elodia Riddle, Dennis Delacour
    • Madrugador de la OdF: Dennis Delacour, Zahil Aranel Granger, Hobbamock Graves
    • El más optimista: Dennis Delacour
    • Omnipresencia OdF: Elodia Riddle, Dennis Delacour, Fiamma Phoenix Diggory
    • El más responsable: Junnyco Wright, Mei Black Delacour, Scavenger Weatherwax
    • Presencia Odf: Dennis Delacour, Ley Gryffindor Rosier, Eileen Moody
    • Duelista aguerrido: Elizabeth Tonks, Elvis F. Gryffindor, Undefined
    • Amigo de los aspirantes: Kytta Gryffindor Rambaldi, Kassandra Weasley, Fiamma Phoenix Diggory
    • Presencia Ministerial: Sain M. Ollivander, Andromedario, Bodrik

    CATEGORÍA ESPECIAL: ORDEN DEL FÉNIX

    • Leyenda: Elodia Riddle, Mei Black Delacour, Sally Sigel
    • Alma Fenixiana: Dennis Delacour, Fiamma Phoenix Diggory, Eileen Moody
    • Revelación: Dennis Delacour, djvash Asturias, Scavenger Weatherwax
    • Promesa: Dennis Delacour, djvash Asturias, Scavenger Weatherwax
    • Mejor Perfil: Elodia Riddle, Mei Black Delacour, Nathan A. Weasley
    • Mejor Rol: Axel Rexdemort , Valeskya Granger, Annick McKinnon

    (Deberían prestar más atención al rol de Axel, tiene muchas cualidades… además lo nomino porque lo he seguido desde que su rol me llamó la atención, y al menos un par de veces vi que gente nominada lo ha ignorado –cosa que va en contra de la descripción de la categoría–; por su parte, Valeskya tiene un rol fresco, sencillo pero creativo; y yo… pues yo entré a la ridiculez de la autonominación sólo porque es costumbre ver mi nick en esta categoría XD).

    • Mejor duelista: Elizabeth Tonks, Mei Black Delacour, Elvis F. Gryffindor
    • Padrino Ejemplar: Kytta Gryffindor Rambaldi, Zahil Aranel Granger, Sain M. Ollivander
    • Proyecto Favorito: Tutorías de la Academia Auror, Misiones de Cazadores de Sombras, Firmas Temáticas ~ Fire Emblem
    • Firmero Estrella: Axel Rexdemort, Nathan Weasley, djvash Asturias
    • Blinkero Estrella: -----
    • Mejor negocio OdF: Moon River, The Hunter
    • Mejor familia OdF: Gryffindor, Delacour, Lockhart

    CATEGORÍA: DESTACADOS DE LA ORDEN DEL FÉNIX

    • Demon Hunter destacado: Eileen Moody, Lisa Weasley Delacour, Jank Dayne
    • Knight destacado: Elvis F. Gryffindor, Alessandra G. Delacour, Junnyco Wright
    • Templario destacado: Zahil Aranel Granger, djvash Asturias, Scavenger Weatherwax
    • Legionario destacado: Dennis Delacour, Fiamma Phoenix Diggory, Dorothy Anne
    • Initié destacado: Valeskya Granger, Hannity Jane, Wendolyn Maxwell
    • Oscuro destacado: Zahil Aranel Granger, Axel Rexdemort, Eileen Moody
    • Sacerdote destacado: -----
    • Paladín destacado: Dennis Delacour (es nueva y aún no ha trabajado demasiado el perfil paladín, pero es la única que me ayuda a mantener el clan activo, por eso la nomino sólo a ella).
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  18. Hola, chicos o/

     

    Me desaparecí por dos razones: por motivos de trabajo muggle y porque quería ver qué hacían en mi ausencia (?). Pero... ¿qué ha sucedido con el rol? Venía mentalizada a leer muchos posteos y resulta que no hay nada nuevo. XD

     

    Si se atoraron o sucede algo, me gustaría que lo comentaran aquí.

     

    No he leído a fondo el rol en el Museo, pero parece que tienen un problema de congruencia y continuidad entre lo que rolean los participantes de la tutoría y lo que rolean otros participantes externos. Ése es precisamente uno de los temas que deseaba abordar (aunque en realidad es tema de Rol Avanzado). ¿Por qué se detienen ante ese tipo de "retos"? Acá tengo a varios líderes de rol (me refiero a quienes organizan actividades o siempre andan participando en todo). ¿Cómo solucionar este tipo de casos?, ¿o no tienen solución y lo mejor es ignorarlos?, ¿o quizá la incoherencia es tanta que mejor hay que abandonar la trama?

     

    Dejo esas preguntas para reflexión y para que me dejen las respuestas acá. XD

     

     

    @ Estás justo a tiempo de incorporarte si aún te interesa. Cualquier duda, puedes venir aquí cuando gustes.

     

    Saludos o/

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  19. @@Valeskya Granger Sí Lunosa, llegas justo a tiempo, aún puedes incorporarte. Más vale tarde que nunca (?). A ver si no te pierdes entre los cientos de roles que han hecho... Ok, no XD Verás que en realidad nadie ha avanzado.

     

    Mañana posteo en el Storm, recomiendo que lleguen ahí, porque creo que en el Museo andan perdidos... igual mañana o pasado mañana dejaré unas observaciones de por qué sucedió eso :nono:

     

    Sí, sí, Scav, de hecho la idea que se desarrollará a partir de ahora es algo similar al loop de tiempo del que hablas.

     

     

    Mañana sigo el rol con los que se animen a continuar.

    Saludos o/

     

     

    P.D. Nadie (excepto Axel) ha respondido a la última actividad que les dejé. :ninja:

  20. @@Dennis Delacour Espero que esta tutoría te ayude, entre otras cosas, a no temer lanzar ideas a las tramas en las cuales participas.

     

    En el siguiente posteo te dejaré algunas observaciones sobre tu último rol en el Museo. Ahora paso rápidamente sólo a preguntarte si deseas continuar esperando un poco más a ver si las chicas responden, o si quieres que yo haga puente para que puedas continuar por tu cuenta.

     

    Saludos.

    Continua disfrutando el fin de semana n.n

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  21. ¡Hola de nuevo! Continuemos con la tutoría. o/

     

    @@Axel Rexdemort No es necesario venir a avisar sobre cada posteo que hagan. Aunque en algún momento quizá me veré en la necesidad de pedirle a alguien que haga puente XD

    Espero que en la siguiente revisión pueda abordar de lleno el tema central, y también en mi siguiente posteo en el el Callejón comenzará la verdadera acción. XD Esperaremos un poco a ver si alguien más se nos une. Aprovecharé para etiquetar nuevamente a quienes se inscribieron a la tutoría. Quizá se olvidaron de que ya inició. (?)

    @

    @@djvash Asturias

    @@Dorothy Anne

    @@Jank Dayne

    @

    @@Scavenger Weatherwax

    @@Valeskya Granger

    @

     

     

    Mientras tanto…


    Reflexiones sobre el rol:


    :excl: He omitido la hora en la cual transcurre el rol, y sólo Axel ha especificado ese aspecto en relación a sus posteos.

    No dar detalles sobre el horario, clima, escenario, etc. tiene ventajas y desventajas: por un lado, cada participante puede rolear lo que desee y, de ese modo, enriquecer el rol con cada posteo. Pero, por otro lado, si no leemos detenidamente los roles de los demás, corremos el riesgo de que unos roleen que es de manaña mientras otros rolean que es de noche, y entonces se generará un problema para aquellos roleros que leen todo, pues no sabrán cuál idea respetar.

    :excl: Cada usuario conoce a la perfección su personaje, y sucede más o menos lo mismo con aquellos con quienes solemos rolear con frecuencia; por eso es común no dar detalles sobre el aspecto físico de nuestros personajes, quizá con el afán de no ser tan repetitivos. Sin embargo, hay que reconsiderar esto último cuando roleamos con personas con las que pocas veces coincidimos, ya que son muy pocos los que se toman el tiempo de revisar las fichas de otros.

    Mencionar al menos un pequeño detalle, ayudará a los demás a encontrar sinónimos con los cuales puedan referirse a nuestros personajes. No hay que temer sonar repetitivos. Además no es necesario dedicar todo un párrafo a la descripción física: puede lograrse a través de un par de palabras o frases cortas.

     

     

    Creo que es todo por ahora. :ninja:

    Saludos n.n

  22. Luke

     

    Al salir del Museo Night, Luke miró a ambos lados del Callejón. Cerca del inicio de la adoquinada calle, observó un grupo de personas junto a la zona donde estaba el cadáver del empleado ministerial que lo había estado siguiendo durante los últimos días. Lejos de preocuparse por el revuelo ocasionado con el hallazgo, esbozó una sonrisa. Su plan estaba funcionando tal como lo había pensado: mientras los transeúntes y las autoridades prestaran atención al asesinato, muy probablemente él pasaría desapercibido.

     

    Aún con un rictus en el rostro, avanzó hacia el lado contrario de donde se localizaba el tumulto. A unos metros de él, un niño y su extravagante madre ingresaron a una guardería. Ni siquiera le cruzó por la mente la idea de buscar en un sitio como ése, así que continuó su camino. Frente a él avanzaba una chica castaña de llamativa camiseta roja, quien justo en ese momento se desvió hacia la derecha, y con eso la atención de Luke fue capturada por el sitio a donde la joven ingresó.

     

    ―¡Pero qué demonios…! –Luke sonrió sin dar crédito a lo que veía: un barco encallado en la acera.

     

    Colocó los brazos en jarras y rió entre dientes. Los magos comenzaban a agradarle, ya que estaban resultando más peculiares e interesantes de lo que había imaginado. Su pícara mirada recorrió la forma del bergatín, y por un momento se detuvo en el nombre: Stormride Ghost Ship. Tales palabras le parecieron interesantes y su curiosidad salió a flote. Se preguntó por qué una nave como ésa se encontraba encallada en un callejón del mundo mágico.

     

    Como era de esperar, terminó cediendo ante la curiosidad y optó por pausar momentáneamente la búsqueda del illithid. Se dijo a sí mismo que sólo se tomaría diez minutos para recorrer la embarcación. Con una sonrisa comenzó a ascender por la escalera de madera, y al llegar a la cubierta se congratuló por su suerte, ya que observó una exposición de artículos en venta.

     

    ―Uy, qué aroma tan… peculiar –inhaló profundamente colocando los brazos en jarras una vez más y echando la cabeza ligeramente hacia atrás–. A Barbanegra le hubiese gustado, supongo.

     

    La chica de camisa roja examinaba algunos de los artilugios en exhibición y, un poco más allá, un grupo de magos intercambiaban palabras entre ellos; iban vestidos de la misma manera que el difunto empleado ministerial. Supuso que a lo largo del día habría rondines por todos los negocios como medida de precaución.

     

    ―¡Un Kraken! –exclamó con deleite al notar el tatuaje más sobresaliente de un joven alto cuya vestimenta delataba que no pertenecía al Ministerio–. La criatura que devora marineros –hablaba con tal soltura que más de alguno supondría que no era la primera vez que intercambiaba palabras con Axel–. Va muy a tono con el barco. Supongo que no es casualidad.

     

    Sus pícaros ojos brillaron mientras sonreía. Pensó que la mejor manera de no llamar la atención era mostrarse como un simpático cliente.

     

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  23. @@Wendolyn Maxwell, ¡bienvenida!

     

    ¡¡No existen las preguntas tontas!! :o Al contrario, me sorprende que casi nadie pregunte (ni aquí ni en Rol Avanzado). Yo tendría millones de dudas con una trama tan loca y poco clara... xD más adelante explicaré por qué decidí proceder de esa manera; aunque para responder tu duda tendré que adelantar un poco el tema.

     

     

    ¿qué pasaría con aquellos que entren al museo después de que Luke creara la ilusión? ¿Quedarían atrapados apenas ponen un pie en el museo o se librarían de ello, lo cual les permitiría ayudar a quienes ven todo este laberinto? :huh:

     

    Para mí la respuesta sería que al entrar al museo también quedarían atrapados en el laberinto (hasta que encuentren la forma de contrarrestar la ilusión o hasta que Luke muera). Pero, repito, así sería para mí. xD ¡¿Y eso qué significa, Annick?! :blink: A lo que quiero llegar es a que se den cuenta de que cuando una trama es tan abierta, cualquier participante puede aportar lo que desee y no deben sentirse temerosos de hacerlo.

     

    En ocasiones es complicado manejarnos en un rol que nosotros no ideamos ni conocemos, porque tenemos el temor de "arruinarlo" y que alguien nos reclame. Bien. Es hora de romper esa idea. ¡Me encantará leer que se arriesgan a aportar, experimentar, etc.! De ese modo esta tutoría serviría para darles más concejos al respecto.

     

    Así que no importa lo que a mí se me ocurra. Si ustedes imaginan otra cosa, adelante, roleen sin temor. ¿Me explico? Si piensan que la ilusión de Luke se rompería cuando alguien ingrese al museo, inviten a alguien a rolear xD Si creen que será complicado salir del laberinto, roleen eso. Si les parece mejor liberarse rápido y continuar la trama, háganlo. Son libres de imaginar y aportar. o/

     

    Espero haber respondido la duda. xD

    En el siguiente posteo dejaré comentarios sobre tu rol. Aunque ha sido un gusto leerte.

    Saludos n.n

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  24. @@Dennis Delacour ¡Gracias por hacerme notar que olvidé algo importante! XD Eso sucede cuando posteas durante la madrugada mientras escuchas música. :blush: Aquí dejo un poco más de información sobre el personaje antagónico.

    Luke


    Luke es un trickster. Aquí encontrarán más información por si les interesa: http://clownludens.blogspot.com/2009/01/el-trickster.html

    Para crear el perfil de Luke (tanto en personalidad como en poderes) me he basado principalmente en un par de personajes del cine y la televisión: Loki (de Avengers) y Gabriel (de Supernatural). Por tanto sus poderes mágicos no son como los de los magos de HP, ya que se trata de un personaje casi divino. Esto no significa que no se le pueda derrotar con facilidad, ya que él mismo reconoce que siempre ha puesto en práctica sus poderes con personas normales y jamás se ha enfrentado a magos.

    La manera en como manejen el enfrentamiento con él, dependerá de su ingenio y de cuánto drama(?) quieran darle a la trama, ya que si deciden terminar sus ilusiones con una sacudida de sus varitas, tal vez no explotarán los escenarios y obstáculos que él les ponga.

    Por ejemplo, para salir del laberinto que dejó en el Museo Night, podrían usar la desaparición y salir de inmediato; o podrían usar su varita para orientarse y encontrar la salida (tipo lo que hace Harry durante el Torneo de los Ter Magos –en el libro–).

    ¿Alguna otra duda? Como ven, soy despistada, así que quizá olvidé algo, sobre todo porque ahora voy de salida. XD Por eso insisto: si necesitan más información, no duden en pedirla. ;)


    Además de eso, olvidé mencionar que tienen varias opciones de rol luego de salir del laberinto. Aquí dejo un par de sugerencias. Son libres de tomarlas o modificarlas como mejor les parezca. (Editaré el post anterior para que todos lo lean en caso de que alguien desee unirse).

    • Salen del laberinto y siguen a Luke hasta Stormride.
    • Salen del laberinto pero pierden a Luke de vista. En su lugar encuentran con que continúa el escándalo del asesinato del empleado ministerial. Deciden investigar ese caso mientras los demás lidian con Luke en Stormride.

    Saludos o/

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