Ela Karoline

Aquellos muros parecían encerrarlo todo: alegría, tristeza, nostalgia y también soledad, esta última era la que la había hecho discurrir por el mundo, sin permanecer en Ottery más que unos pocos meses de tanto en tanto, definitivamente los zapatos que Cye había calzado no lograba llenarlos ella, Ela Karoline, la actual matriarca de los Lockhart, ¿ porqué sería? ganas, entusiasmo y tesón no le faltaban, pero si los miembros de su familia, Los Lockhart eran magos y brujas complejos pero adorables, al menos los pocos que la peliroja había conocido desde que llegara a la población mágica.

Lo cierto es que volvía, sin prisas, temiendo la inminente soledad por la ausencia de la familia en pleno, una vez más intentaría mandar lechuzas para ubicar a los miembros y decirles que seguía en pie y que era el deseo de Cye que el castillo volviera a la gloriosa concurrencia y actividad de antaño, pero eso era mucho pedir sobre todo al pasearse por el pueblo, las mansiones parecían abandonadas como un pueblo fantasma, al menos esa era la impresión que acababa de tener camino a la residencia.

Aun así un suspiro de ansiedad broto de su pecho, sacudió la cabeza y con valentía recorrió la distancia hasta casi llegar a la puerta, habían personas, rápidamente se escondió tras uno de los altos setos que necesitaban ser podados, observo, era una bruja y alguien más pero ¿Quién? Bueno no importaba, tanto si eran buenos y venían en son de paz como si eran malos y buscaban saquear o pelear, les daría la cara aunque su varita y ella misma estaban un poquito oxidadas, se encogió de hombros y con la varita en mano avanzo.

Escucho la pregunta que la bruja hacia no precisamente a ella, pues dudaba que advirtiera su presencia ya que estaba detrás, aunque si era como su prima Cye…

- Eso mismo pregunto yo, ¿Quiénes son y que buscan? Si vienen en paz son bienvenidos, sino…- hizo un gesto para que supieran que podían desaparecer, un gesto tan parecido a Cye que bueno, de no ser por su roja cabellera y los ojos verdes la hubiesen podido confundir, porque físicamente eran muy parecidas.

@ Bodrik  @ Noah Lockhart

Primero que todo quiero desearles 

A todos los que hacen vida en este mundo mágico, que fueron mencionados o que se nos pasaron por alto, a los que amamos, a los que están, a los que andan en mugglelandia y a los que trascendieron del plano terrenal.

Ahora a quienes me dedicaron esas bonitas flores  y sus preciosas palabras, gracias, las guardo en mi corazón y me alegaron el día y también me sorprendieron gratamente, es curioso... una sabe lo que sientes por los demás, la simpatía que te provocan, pero nunca sabes lo que tú generas en otras personas y días como hoy se nos da un atisbo de eso.

A las organizadoras de la actividad gracias por tomarse el tiempo y el esfuerzo para abrigarnos el corazón, calentarnos el alma y hacer que florezca una sonrisa gracias a la Canasta de flores.

Buenos días, está idea me parece genial, seguro que se avecina un gran rol, por supuesto yo me apunto, amm Ela no perteneció a ninguna de estas casas pero voy a optar la de los tejones, me gusta la filosofía de los amarillitos, por otro lado si se puede me gustaría colaborar con 10.000 galeones, así  las opciones de premios crece o son más jugosas, dicho esto...

Nick: Ela Karoline

Casa: Hufflepuff 

@ Luna Gryffindor Delacour

                                                                                              

 

La mirada de Darla era expresiva y aquellos de “destruir para luego reconstruir” le sonaba muy parecido a lo que hacia su elfina cada vez que la mandaba a ordenar un lugar, primero sacaba todo y lo exponía formando tal desorden que daban ganas de desaparecer pero luego todo quedaba perfectamente ordenado, la Lockhart ladeó la cabeza pensando que en medio del caos siempre surgía un orden visible para unos e inexistente para otros, pero lo de no medir las consecuencias sonaba más a un proceso de ajuste propio de la Potter.

Escuchar atentamente lo que decía la pelirroja suspiro al recordar a su amigo Seba que seguramente ya se habría reunido en aquel otro plano con Ishaya. Siguiendo la dirección de la mirada de su compañera encontró primero al Ministro de Magia y luego a Luna. 

--¿Luna es jefa de Aurores? ¡Wuao! me alegro mucho por ella, apuesto a que esta haciendo un buen trabajo, es muy apasionada con sus decisiones-- aseguro Cye con una gran sonrisa en sus labios. 

Luego la conversación giro en torno a posibles planes para platicar más abiertamente en un lugar seguro, ambas compartimos una sonrisa cómplice, era mejor no tentar a la suerte y menos en medio de tanta gente de la cual desconocíamos ese lado secreto que seguramente guardaban con tanto celo como nosotras.

Fue entonces cuando el inquisidor llamo la atención y sus palabras hicieron que los ojos de la Lockhart se abrieran de par en par sin poderselo creer --¿Nos está corriendo? Y yo que pensaba dar una vuelta, estar aquí es un verdadero regalo--

@ Darla G Dumbledore

 

El Colegio de Magia y Hechicería era sin duda alguna uno de sus lugares favoritos en el mundo, a pesar de que los muros de piedra fueron y seguirían siendo testigos mudos de la bondad y la maldad, de que guardaban historias sangrientas también se percibía la inocencia y la luz, el castillo tenía su propia aura construida gracias a los sucesos acaecidos allí y a sus innumerables habitantes, ¿Cuántas generaciones había cobijado? Cye fue parte de aquel lugar, aún podía recordar el ir y venir en los pasillos, las risas y la desgastante prisa por llegar pronto a las clases o por no perderse los grandiosos banquetes en el gran comedor a donde ahora se dirigía.

Ya no era alumna, tampoco maestra, así que podía sentarse donde quisiera aunque jamás olvidaría a sus águilas y casi por inercia de giro hacia donde solía estar el sombrero seleccionador en la comida de bienvenida a los de primer año, una sonrisa de añoranza se dibujó en sus labios y un suspiro abandono su pecho “que tiempos aquellos”.

Fue entonces cuando sus ojos celestes discutieron por las mesas y los invitados a la reunión, no conocía a muchos, quizás por su larga ausencia o quizás porque el mundo mágico estaba en constante cambio, ojalá pudiera decirse que para bien, pero tenía noticias tan… desconcertantes que esperaba poder dilucidar el panorama un poco mejor pronto.

Una voz llegó hasta ella y sin mirarla ya sabía que era la Dumbledore, pues la sacerdotisa que habitaba en Cye reconoció su esencia, aunque cambiada. Cuando fue a su encuentro vio que Darla se limitaba a saludarla con timidez y ella que era un poco más emocional y de piel la abrazó con cariño, los amigos eran los amigos.

--¡Darla! ¿cuanto tiempo? El gusto es mío desde luego-- la contempló como queriendo borrar el tiempo --Más que viaje fue un retiro voluntario, a veces hay que reconstruirse... Pero bueno y tu ¿cómo estas? ¿sigues con la librería y en el Ministerio?-- miro hacia donde estaba el Ministro y también el inquisidor.

--Las cosas por aquí parecen revueltas, muchos cambios, me encantaría que me pudieras al día, aunque hay cosas que seguramente habrá que platicar en otro ambiente-- las últimas palabras tenían un sentido doble o nada bien oculto y esperaba que Darla entendiera que se refería al bando

@ Darla G Dumbledore

Cye llevaba mucho tiempo fuera del mundo mágico, en un retiro autoinflingido para sanar sus heridas emocionales y recuperar la paz interior,  en el proceso se había aislados tanto que desconocía la situación educacional del país, de su amada Londres y por supuesto todo lo referente a decretos.

Por eso cuando recibió la lechuza de parte de su prima Ela donde remitía una invitación supo que algo estaba pasando.

Hogwarts había sido su casa durante mucho tiempo, allí había visto por primera vez a Ishaya, uno de los primeros profesores en darle clases y también en sembrar la semilla de la enseñanza en ella, más tarde aquel maestro se convirtió en el amor de su vida y su pérdida estuvo a punto de destruirla. Hoy quería volver a pisar aquel suelo que tantas alegrías le dio,  no sólo con alumna, sino también como jefa de casa de los Aethonans de Salem y luego como docente, quizás por eso recibía la invitación o tal vez por una simple pero gloriosa confusión, el caso es que no faltaría a la cita.

Se sentía como una copa de Champan “burbujeante” llena de vida ahora que había logrado encontrar un compartimento no ocupado en el Expreso de Hogwarts, se dedicó a disfrutar del paisaje y de la multitud de recuerdos que acudían a ella, casi esperaba que de abriera la puerta y el carrito de los dulces apareciera ofreciendo las ranas de chocolate o las grageas de distintos sabores, pero no ocurrió y pronto llegaron a las inmediaciones de Hogmeade donde el carruajes tirado por testrales esperaba para llevarlos al castillo.

-¡Genial!- expresó al ver todo aquello, subió al carruaje y comenzaron la marcha, el aire frío y limpio inundo sus pulmones, la sacerdotisa, la bruja, la docente y la alumna que había en ella se fundieron al ver los altos muros.

Estaba tan contenta que cuando vino a darse cuenta ya estaba en el Gran Salón rodeada de muchas otras personas, entre ellos el Ministro de Magia, el inquisidor del Colegio mágico, aurores, seguramente secretos fenixianos y mortifagos, pero rostros conocidos... Luna, veia a Luna y también a Darla, ah y por allá estaba su ahijada Adda y Mica.

@ Danny Lestrange  muchísimas gracias por mi regalo esta hermoso ¡claro que me gustó!  va fenomenal con el aura sacerdotal de Ela Karoline.  Me disculpo por no haber venido antes mi ínter era prácticamente señales de humo.

A las organizadoras mil gracias por la paciencia y la iniciativa abrazos

 

Un maravilloso 2023 para todos

Castillo Lockhard

La navidad siempre había sido la época más feliz durante la infancia de Ela karoline, siendo la actual matriarca de la familia pensó que llegado el momento echaría la casa por la ventana,  pero ahora.....

El frío calaba cada piedra de los muros que forjaban el ancestral castillo, y no era lo único que parecía helado, en los retratos no había casi movimiento, ni el habitual cuchicheo entre los que se enfrentaban,  lo único que se oía eran los lentos pasos de la Lockhard en la estancia principal,  esos que iban de un lado al otro mientras su ser, algo más agitado se negaba a quedarse de brazos cruzados viendo que la esperanza y la tradición pasaban de largo. 

--Suficiente,  aquí se celebra navidad aunque tenga que sentarme a la mesa yo sola y comerme el pavo entero--  de inmediato los elfos hicieron su aparición preguntando si comenzaban los preparativos o la pelirroja lo iba a  pasar en otra mansión,  idea que le apetecía mucho,  sin embargo dijo --Aunque así fuera,  aquí  adornamos y tenemos todo listo,  no sea que venga Cye y me retire el matriarcado por no seguir la tradición,  es que no lo veis  ¿a qué sacerdotisa le gusta que muera algo...

Dicho aquello fue por su capa y sus guantes para estar un poco más calentita y desapareció del castillo materializandose en el famoso Callejón.

Callejón Diagon

Allí el ambiente no era más festivo, casi esperaba que algunos chicos la chocaran mientras corrian con sus juegos, o ser llevada a alguna tienda sobresaliente entre apretones de transeúntes,  para su sorpresa todo estaba tranquilo,  demasiado tranquilo ¿donde estaban las luces, los adornos, los árboles,  los muñecos de nieve y de jengibre? sin darse cuenta se había parado junto a dos brujas más y escucho las palabra de la última --No lo sé,  es como si se hubieran robado las ganas de todos-- con los ojos muy abierto observó a su alrededor y luego a @ Noeline Malfoy McFarlan  y a @ Xell Vladimir Potter Black consternada --¡ El espíritu de la navidad! lo puedo siento, se esta - se esta muriendo...-- era como descubrir un cadáver sin sentir su alma, o peor aún como sentir la angustia de un viejo roble cuando se preparaba para el sueño final con la preocupación de desalojar sus ramas de aves y nidos. Dos cristalinas lágrimas surcaron las mejillas de la Lockhard, a  pesar de todo reconoció a Xell, por el álbum de fotos que Cye le había dejado etiquetado y por sus rasgos, ambas se parecían a la rubia que estaba en exilio voluntario. 

Yo me paso  formalizar mi inscripción aunque no sé qué regalaré ando eh que no podemos dejar que esta época tan especial pase sin pena ni gloria,  ojalá hasta pudiéramos hacer un rolcillo tipo gala de navidad o cualquier otra actividad para darle vida decembrina a nuestro foro.

                                                   

La Navidad es una de las épocas más bonitas del año,  sin importar en que lugar del mundo una se encuentre, el colorido de las casas con sus luces y todo tipo de adornos, los copos de nieve cayendo por doquier, el frío que empuja a buscar calor,  los olores a mazapán y golosinas típicas de la época y eso, ese inconfundible aroma a esperanza, los grititos de los peques y la alegría contagiosa parece flotar en el ambiente  tocando a todos por igual, eso si, con distintos matices en los resultados,  según cada personalidad. 

Ela Kaoline se había dedicado a dar un toque mágico navideño por aquí y otro por allá, deseando que resultara agradable a los clientes que todavía tenia la suerte de atraer, en las vitrinas se exhibían panes alusivos a la fecha, chocolates y delicados diseños de galletas de gengibre,  en el ambiente flotaban copos de nieve que al ser tocados desaparecían sin mojar a nadie y en el centro de la fuente flotaba una hermosa y muy apetecible casa de jengibre que despedía olor a canela. Mientras que los barriles con encantamiento mágico guardan una especiada mezcla de ponche listo para servir, eso y por supuesto también se ofrecía chocolate y café como parte de la carta habitual.

Mientras mordisqueaba una galleta con forma de hombrecillo,  varias migas de azúcar se prendía a la comisura de sus labios y alguien entraba en la terraza,  "un cliente" penso  y se coloco el gorro rojo de navidad sobre los rizos pero por supuesto le quedo medio torcido, aún así,  la sonrisa en sus labios le daba un toque divertido y travieso, olvidando las migas se acercó a la mesa saludando.

--¡Bienvenido al Cacao Cafe! y ¡Feliz Navidad!  Soy Ela Lockhart y hoy seré tu anfitriona-- amplio la sonrisa y le guiño un ojo --¿Qué quieres tomar? o ¿Con Qué puedo tentarte? además de mi compañía -- expresó risueña. 

@ Amit Lockhart

Buenos días o madrugadas más bien,  primero que todo ¡¡Feliz Navidad!! para todos. Y bueno con un poquitito de retraso nada más vengo al inscribirme en la gala, este año quiero ganar ganar ganar,  pero sobre todo divertirme, así que preparo bolsa de santa pa todos los premios.

ID: 73553
Nick : Ela Karoline
Link a la Boveda Trastero: #108133
Link a la Boveda de la cual se descontara: #78480
Fecha: 02/11/2022
Link a la Compra: Ver pedido

Producto: Tienda de Campaña de Lujo
Puntos: 80 P
Precio: 4000 G

Producto: Flauta de Sheena Ktam
Puntos: 80 P
Precio: 4000 G


Total de puntos: 160 P
Total de galeones: 8000 G

No todo estaba perdido, seguían habiendo Lockhart por el mundo,  solo era cuestión de encontrarlos e ir formando lazos con ellos; ella la prima desconocida, la que Bodrik no conocio y mucho menos los miembros posteriores de la familia, solo Cye la había reconocido y legitimado,  tanto que la había hecho matriarca, sin embargo la guerra mágica,  no le había dado la oportunidad de regente más que tierra y piedra,  lo verdaderamente importante como las vidas, esas habían desaparecido. 

-No voy a rendirme- juro por lo bajo antes de volver al pisar el suelo ancestral de una de las familias mágicas ancestrales de Ottery -¡No lo hare!- concluyó con obstinación y un dejo de esperanza. 

Había algo nuevo en el ambiente y lo supo con sólo llegar hasta los escalones que conducían a la puerta de madera, se respiraba soledad, abandonó y algo más...  Agitó su varita y pidió que se manifestará la presencia o ser proximo 

@ Amit Lockhart

Buenos días,  vengo al solicitar mi cuenta para poder compra,  saludos

Buenas noches,  me emociona, la de navidad y esta gala son mis favoritas, vengo a inscribirme sola porque no tengo equipo (acepto propuestas cofcofcofcof) pero no me la quiero perder por nada del mundo, sobre todo ahora que tengo ganas y tiempo, además ya me apetece ganarme algún premio.  Yo también lo entendí como Mia.

No estaba sucediendo ningún ataques , solo fue el sonido producto  de algún experimento o hechizo que uno de los miembros de la Orden practicaba, especificaciones Ellie,  según lo que la sacerdotisa pudo concluir por la palabras del mago que correspondió a su sonrisa. Ela Karoline miro a la bruja y luego a Matt Ironwood como se acababa de presentar.

--Ela Karoline Lockhart--  contesto a la vez que dejaba su nivea mano en la del mago --Y aunque mi residencia está fijada en el país, he estado ausente mucho tiempo... así que si no fuera por el álbum que mi prima Cye me dejo no sabria nada de nadie--  confesó un poco avergonzada con las mejillas teñidas por un ligero carmín, no es que fuera contándole a todo el mundo lo del álbum,  pero eso explicaba porque sabía, por ejemplo,que la bruja que estaba junto a ellos era una Moody.

--¡Oh muchas gracias! la verdad es que la caminata me ha dejado sedienta-- dijo aceptando la botella de cerveza  que el castaño le ofrecía mientras que sus ojos lo descifraban o al menos lo intentaban, llevada por su curiosidad innata, al final decidió preguntar --De donde eres exactamente y donde vives, quiero decir en este país-- blanqueo los ojos en señal de que ya sabia lo curiosa que debía parecerle

--¡Disculpa! no quería parecer entrometida aunque... te importaría decirme el nombre de la familia-- el verde esmeralda de los ojos de la bruja brillaban con intensidad, quienes ya la conocian  sabían de su fascinación por lo árboles genealógicos y la historia.

Bajo la cabeza y se mordió el labio inferior que enseguida adquirió un tono más rojo, seguramente la próxima vez Matt  la viera se alejaría de ella, asi que suspiro y le contesto que le parecía una excelente idea sobre todo si era comida,  siempre habían miembros de la orden que agradecían un plato de alimentos caliente sin tener que prepararlo ellos mismos ya que en principio la magia no daba soluciones en este ámbito.

--¿Eres buen cocinero?  ¿Qué propones?--  pregunto pensando que si no eran muy diestros podía ir a la biblioteca en busca de algún libro de recetas, eso sin saber que Darla se encontraba allí.

 

@ Syrius McGonagall  @ Ellie Moody  @ Darla Potter Black

La larga espera para volver a lo que consideraba su hogar había terminado, ser sacerdotisa requería de tiempo de introspección,  de encuentro con una misma y con el entorno, crecer en ese sentido no era sencillo aunque si muy solitario,  o al menos era su experiencia personal,  pero no se arrepentía, eran pasos gigantescos en la dirección correcta.  Ahora después de una larguísima temporada conviviendo con la naturaleza,  deseaba la  compañía de su familia y no estaba pensando en la de sangre, no,  se refería a la Orden del Fénix, la que había elegido por convicción,  por afinidad en objetivos  y ahora a la que seguiría perteneciendo por lealtad.

Su corazón se inundaba de amor y el pulso se le aceleraba al pensar en todas las cosas, situaciones y misiones a las que se enfrentaban día a día,  ella quería ser parte de todo aquello,  quería servir y ser útil,  aunque no siempre estaba claro como hacerlo.

Casi no oía nada más que el atronador sonido de su corazón bombeando sin parar, eso a medida que sus pies la llevaban a la mansión ancestral de la familia Potter, claro que siempre estaba el cuidado extremo al intentar ingresar a los lugares seguros,  nunca se sabía donde podían tener puesto el ojo los mortifagos.

Una vez dentro, Ela respiro con fuerza tratando se tranquilizarse y lo hubiera logrado de no saltar ante un estruendo de algo que cayó en el piso superior. No supo cuanto tiempo estuvo inmóvil,  aguantando la respiración con los ojos muy abiertos esperando gritos,  explosiones o algo que delatara el caos de un inminente ataque. Por suerte solo se oyeron voces en la cocina y eran calmadas.

--¡Vaya! parece que solo somos nosotros-- dijo sonriendo a las dos personas que encontró en la cocina,  una de ellas era Ellie y el otro era un mago  quien daba un trago a una  cerveza.

@ Ellie Moody  @ Syrius McGonagall

Muchas felicitaciones a ambos líderes,  tengo plena confianza y una certeza absoluta de que lo harán genial. Ambos merecen el privilegio de liderar su bando porque han demostrado su entrega y capacidades a lo largo de su estancia en este maravilloso foro. Sé que vienen tiempos fructíferos. Lo que si quiero es cruzar los dedos para que no dejemos de veros por todos lados, siempre pasa u.u

Ya sé,  ya sé que el Mercado abrió,  ammm pero no podía dejar de intentar montar el stand de mi establecimiento,  y así empezar a reactivarme por todas partes, de modo que si aun se puede vengo corriendo, además que los blinkies están rechulos. 

Nombre: Cacao Café

Rubro: Hostelería

Link: ♢Cacao Cafe♢

Color del Blinkie: Rojo 

Buenos días,  yo andaba sumergida en mugglelandia pero el foro y su magia me faltaban, así que estoy de vuelta y me alegra poder dar mi opinión en algo tan importante y vital para mi querido bando.

Mis nominados son en mi opinión aquellos que sé pueden aportar no sólo conocimiento y actividad, sino carácter en el buen sentido de la palabra, crecimiento, que tienen la capacidad de empuje, que conocen en cierta forma los recovecos de la Orden porque han militado en ella con amor y que espero tengan la paciencia para tratar con todos nosotros y unificarnos que es lo más difícil cuando hay carácter,   personalidades y puntos de vista diversos, ellos son:

@ Darla Potter Black

@ Hobb Graves  

@ Kaori M.   

 

Castillo Lockhart

El  Ministerio de Magia británico parecía ser uno de esos organismo que todos saben que existe pero que no todos conocen, con sus tiempos de mucha actividad y alboroto o aquellos de largos e incómodos silencios, uno u otro orquestado por cada ministro según sus medidas y políticas.

Karoline no podía opinar mucho al respecto,   no sobre la última gestión, ya que la mayor parte del mandato lo había pasado en el extranjero por cuestiones de investigaciones como sanadora y pocionera,  pero parecía que llegaba en un momento importante o al menos en el que todos especulaban sobre un anuncio y también sobre el destino posterior a su desaparición.

-¡Por favor!- dijo la Lockhart entre risas -Vaya imaginación la que tiene la gente-  comento en respuesta a todo lo que el elfo más antiguo de la familia le contaba -Ya ni los ministros religiosos se salvan del cotilleo- seguramente algún motivo justificaba su ausencia y no aquellas locas especulaciones sobre vacaciones y destinos de relajación.

Ahora, lo del posible anuncio le llamaba la atención, se arreglaría y partiría hacia el Ministerio para obtener información de primera mano.

--Ummm-- aroma a Cacao era inconfundible, deliciosamente embriagador,  tanto que era imposible ignorarlo aun desde el propio callejón,  eso y la añoranza de tiempos pasados hacia que volver produjera en su interior sensaciones maravillosas.

¿Cuánto tiempo?  bueno al quién le importaba si el local estaba en pie y la magia seguía viva cono la sangre en sus venas, eso hizo que su cuerpo temblará de anticipación.

Mirando hacia un lado y el otro descubrió que el Callejón seguía siendo el mismo,  no así la gente ¿Cuantos de los que conocía ya no estaban? y ¿cuántos seguirán al pie del cañón,  quizás con sueños e ideales diferentes,  pero quien podía establecer juicios o parámetros, dese luego la pelirroja no, menos después de su larga ausencia.

Otro largo suspiro escapo de sus labios cuyos blanquisimos dientes se clavaban coloreandolos in poco más, y es que ya caminaba hacia los  columpios que era la manera en que todo cliente o transeúnte tenia de adentrarse en el negocio que ella regentaba.

Una vez arriba, observó las mesas distribuidas de forma elegante pero relajada, el mostrador detrás del cual un elfo se encontraba atento a la llegada y atención de los clientes, y la cascada de chocolate esa seguía igual de oscura,  sedosa y aromática, definitivamente un gancho que por si sola ejercía su magia particular.

¡He vuelto!

Hacía mucho tiempo que las costumbres de las familias influyentes de Ottery habían cambiado, sin embargo, Ela Karoline seguía fiel a la tradición de los Lockhart y la hospitalidad que había sido recíproca entre algunos. Con aquello en mente, tras su vuelta a la Comunidad mágica decidió visitar el Chateau Dumbledore.

El camino hasta allí, por supuesto fue placentero ya que disfrutaba de las caminatas admirando los cambios que el poblado había sufrido durante su ausencia, quizás muchos de sus conocidos ya no estuvieran en aquellos rumbos, o quizás iba a encontrarse con caras nuevas, lo cierto es que deseaba pasar un rato agradable y también tenía una misión que cumplir en aquel hogar ancestral.

Al llegar ante el espectáculo que era la edificación se detuvo un momento para asimilar la belleza, tras la verja de entrada los pies de la Lockhart parecían inquietos queriendo disfrutar de los jardines que se abrían más adelante. Entonces espero a que alguien le atendiera, mientras tanto se aseguró de que llevaba consigo la nota que debía entregar.

Un nuevo libro, un mundo de posibilidades y de aprendizaje se abría ante la pelirroja,  decir que estaba emocionada cuando recibió la notificación del inicio a aquel viaje era poco, las manos le temblaban mientras sostenía el pergamino para leer cuidadosamente las instrucciones. 

Pronto llegó el momento de prepararse para aprender aquella magia ancestral y ella tenía el privilegio de conocer y entrenarse con una verdadera guerrera uzza, sus expectativas eran tan altas como sus nervios, deseaba avanzar y temía no poder superar los obstáculos, pero si no lo enfrentaba ¿cómo podría superarlos? Llegado a este punto de sus pensamientos, decidio que al toro se le toma por los cuernos y empezó a vestirse para la ocasión, nada sofisticado, nada de tacones, pantalón y una camisa blanca sobre la que llevaba una túnica de color negro abierta, calzado apto para todo tipo de terrenos, sus amuletos y anillos y por supuesto el bolsito con hechizo expansor en el interior, donde guardo el libro adquirido en el Magic Mall junto con otras cosas que consideraba indispensables.

Consulto el reloj sobre la chimenea y supo que si no se daba prisa su amigo Ludwig la dejaría, otra experiencia que no quería perderse, la oportunidad de viajar en el recién adquirido capricho del Malfoy, el expreso de Hogwarts. Minutos después sonriendo abordaba el transporte y luego compartía una taza de café así como inquietudes. 

--Debe ser un ser impresionante, qué esperas es una guerrera uzza, algo si te garantizo, no nos la pondrá fácil-- dijo suspirando --No lo sé Lud, pero el desierto me inspira respeto y creo que hasta me intimida un poco--  posando una de sus delicadas manos en el brazo de l Malfoy le susurró --Podrias... Podrías no alejarte mucho--  pidió un poco sonrojada a la vez que miraba por la ventanilla y sentía que el tren se detenía. 

Acepto la ayuda de su compañero para descender y enseguida se encontraron con dos figuras, una Asenath, la guerrera uzza a quien saludo con una respetuosa inclinación de cabeza y a Sean Linmer, un amigo y familiar de los Potter Blue y de su amiga Sagitas.

--Gracias por recibirnos Asenath, Sean un gusto volver a verte--

Calcetín lleno de dulces