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Gyvraine C. Sullivan

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Mensajes publicados por Gyvraine C. Sullivan

  1. Con una sonrisa poco creíble dibujada en sus labios asintió con un gesto de exagerada sorpresa, pues por supuesto que sabia que May estaba ahí para trabajar, tan solo un par de minutos antes había visto su nombre aparecer debajo del nombre de la oficina en el pergamino que utilizaba para guiarse por el ministerio, pero siempre le resultaba particularmente divertido jugar con ella.

     

    - Si, trabajo aquí o eso... - hizo una pausa, recordando la última vez que había estado en el departamento - se supone, pero esta oficina parece desierta - añadió ya con un gesto mucho más despreocupado. No fue hasta que May le preguntó por qué hacer que Gyvraine se dio cuenta que al ser una de las asesoras y no haber una jefa de oficina, entre ella y sus compañeros debían coordinarlo todo. Alzó ambas cejas en una clara muestra de sorpresa se quedó en silencio todo un minuto, pues no tenía ni idea a lo que podría ocuparla - Llegas en mal momento - comenzó -, no tenemos jefe, así que... digamos que aquí gobierna la anarquía.

     

    Caminó un par de pasos más para entrar por completo a la recepción de la oficina y le rodeó, como si el tenerla ahí de pie le recordara que en verdad debía darle algo de trabajo, pero ¿qué podía decirle? Nada, mucho menos cuando sus planes no podían decirse en voz alta, mucho menos en el departamento, a pesar de convenirle que mucho más personas del bando lo supieran.

     

    - Muy bien, tengo una idea - dijo de pronto cuando estaba a punto de ir directo a su oficina y encerrarse ahí, a esperar a que otro de los asesores se encargara de eso -, vamos a la oficina de la directora, allá le doy el informe que tengo para ella y tú le pides qué hacer ¿ Qué te parece? - dijo con una extraña alegría, más por deshacerse de sus obligaciones que por otra cosa, había decido desde que regresó a Londres que no tendría un trabajo tan demandante como para tener a muchos a su cargo y no comenzaría a actuar como la jefa de esa oficina.

     

    Gyvraine sabía que el recepcionista les había estado mirando tras su escritorio, pero con las pocas veces que había permanecido ahí, había aprendido a ignorarlo, mientras él hiciera su trabajo y no le molestara no había necesidad de tomarle mayor importancia a sus miradas maliciosas o cargadas de veneno. Su celeste mirada fue directo a Roberto y con una muda señal le preguntó qué novedades había y al recibir una igual de silenciosa confirmación de que ningún pendiente había llegado, miró de nuevo a May, el único pendiente.

     

    - Esta oficina es un caos, te acostumbrarás - sonrió y le señaló la puerta de salida, para ir directo al área administrativa, donde estaba la oficina de Mei. Antes de salir, la Malfoy se aseguró de que tanto el rollo de pergamino así como su pluma mágica siguieran levitando a su lado, después de todo debía cuidar aquellas anotaciones con su vida, eran el respaldo de todo lo que había hecho durante semanas -. ¿Por qué estás aquí? - le preguntó la Mago Oscuro de pronto a su prima, como si todo el show de maltratarla hubiera caducado ya, pues su voz sonaba con un tono que podría considerar amigable - No es... tu área, por decirlo de alguna manera - aclaró, encogiéndose de hombros, mientras caminaba y guiaba a May por el departamento.

     

    No iban a tardar más que un par de minutos en llegar al área administrativa y quería tener claro o, por lo menos una idea, del por qué May Malfoy había dejado el desempleo para encerrarse en las cuatro paredes de una oficina. Tenía que haber una razón mucho más poderosa que el dinero y una mucho más significativa para ir a parar en la Oficina del Ministro.

  2. Simplemente sonrió con la sugerencia de viajar más, ya había viajado lo suficiente por un tiempo a pesar de que hubiera días en los que quisiera tomar sus cosas e irse dejándolo de nuevo todo atrás. Internarse de nuevo a esa vida de crueles realidades peores que cualquier tortura a un fenixiano, le resultaba poco tentadora, por lo menos en un futuro cercano.

     

    - Es que intenté viajar, pero no pude irme por mucho tiempo, siempre pensaba en Ottery, en casa... - hizo una pausa, recordando esas veces que había estado encerrada en alguna lujosa habitación que seguramente pertenecía a una de las múltiples propiedades de la familia Malfoy y siempre se veía a sí misma agobiada por el deseo de regresar -. ¿qué puedo decir? soy una persona hogareña que ama estar en casa y en ambientes conocidos - dijo con fingida humildad y encogiéndose de hombros, sonriendo a su prima.

     

    Al parecer no era la única que en medio de su viaje sin fin extrañaba Ottery, pues para su sorpresa se encontró con que Magic también lo hacía ¿Cómo no hacerlo después de haber prácticamente crecido en ese lugar? Gyvraine simplemente asintió complacida, pues lograr que su prima por lo menos hiciera lo posible por regresar de cuando en cuando era mejor que nada, mejor que no saber en dónde estaba por largo tiempo, mucho mejor que cualquier cosa, una pequeña luz de esperanza.

     

    - Muy bien, eso de que me extrañas es una innegable declaración de que estoy en lo cierto, ¡nos quieres separados para que no unamos fuerzas! - soltó con una voz sorprendentemente aguda, incluso para ella misma, pero no fue hasta la mención de cierto músico austriaco que su boca se abrió por completo en la primer muestra de sorpresa real. Abrió y cerró la boca un par de veces, sin lograr que sonido alguno saliera de ella, pues aquello era completamente sin aviso, ni siquiera se le había psado por la mente algo así y de pronto, ahí estaba esa imagen en su mente.

     

    Sacudió levemente la cabeza, alejando ese pensamiento y trató de enfocarse logrando simplemente que una risa nerviosa saliera de entre sus labios. Para su propia sorpresa, no le había dado un infarto o había ido a buscar a aquel tipo o, incluso, no había gritado su desconcierto, solo era víctima de un pequeño shock que parecía ir disminuyendo lentamente. Tal vez, y solo tal vez, comenzaba a hacerse a la idea que el ganar un par de centímetros más significaba mucho más que crecer en apariencia.

     

    - Está bien - dijo por fin recuperando su voz y hablando normalmente para su asombro -, juro no investigar a ese músico ni mandarle a hacer nada, como darle una lección por tocar territorio sagrado - dijo ocultando una sonrisa en medio de su gesto serio -. Tampoco es como si no pudieras hacerlo, osea... tú... amm.. ya... - comenzó a tartamudear sin darse cuenta, desconociendo el por qué no podía aceptar que su prima ya era grande, lo suficiente mayor para ser responsable y tomar esas decisiones que un par de años atrás parecían demasiado lejanas como para pensar en ellas - lo haces - terminó asintiendo, pero deseando cambiar desesperadamente de tema, aun le causaba cierto escozor en la mente. El no poder la cabeza, había sido ya un progreso muy grande aquella noche -. El amor tendrá que ser astuto y muy creativo para atraparme - respondió simplemente.

     

    Aquel tema tampoco le agradó mucho a la Malfoy, el siquiera pensar en estar enamorada y no saberlo era mucho peor, porque eso significaría que su amor no sería del todo correspondido y ella lo disfrazaría lo suficiente para no lastimarse. Soltó un suspiro, pensando en esa opción, el que hubiera caído en las garras del amor y no querer afrontarlo, pero de inmediato la idea desapareció al momento que Magic volvió a hablar.

     

    - Jamás asumiría que tal cosa pasó - declaró con una sonrisa, al ver las condiciones de su cabello contrastando con su ropa, pues pareciera como si a mitad de la noche se le hubiera ocurrido regresar y solo vistiera lo más presentable que encontró sin preocuparse por anda más -. Es como asumir que yo llegué aquí a tiempo, es algo que a quien nos conoce se le haría completamente imposible, ¿no? Solo -una pausa, preguntándose a ella misma por qué había preguntado -. Creo que no conoces a los Triviani, tu habitación está intacta, el castillo no ha tenido nuevos inquilinos últimamente y les encantará verte, no digas cosas sin sentido, como si fueras fácil de remplazar y aun así siempre hay lugar en la Malfoy - le regañó, sabiendo perfectamente que a su familia adoptiva siempre podían volver aunque hubieran pasado años sin pisar el castillo, así eran ellos.

     

    Gyvraine solo la miró de reojo, sabiendo que esa decisión debía ser solo de ella, sin presiones y con la amenaza de un tiempo en Ottery. Amenaza porque seguramente Magic estaba acostumbrada a una libertad diferente a la de vivir rodeada de mansiones, castillos, magos y brujas laborando en oficinas o tras mostradores.

     

    - Puedes pedirle empleo a Axel - dijo de pronto, esperando que supiera el nombre real de Frenger - o si no quieres ir a la Malfoy o la Triviani, a él le encantará darte alojo, siempre le caíste muy bien y le encantará ver cuánto has... crecido - dijo sonriendo de nuevo -, después de todo no creo que sea mucho tiempo, ¿no? Unas pequeñas vacaciones de tus vacaciones - termino, encogiéndose de hombros.

  3. Con Kassandra - Dirección del Departamento

     

    Con un último sorbo, Gyvraine dejó su taza de café completamente vacía sobre el pequeño plato, para dirigirle una mirada más a la Directora del departamento. Asintió levemente, enumerando mentalmente todos los progresos que habían logrado apenas en unas cuantas horas, ojalá todos los directores mostraran el entusiasmo que había puesto Kassandra.

     

    - Tienes razón en que hace bajar la actividad en ciertos departamentos el que los alumnos de la academia no sean obligados a hacer sus trámites, pero – sonrió de lado – podemos verlo como un reto en lugar de una desventaja, ¿o no? – su mirada un momento vagó mientras su mente encontraba la solución al problema - ¿Qué tal si le envió al asesor de prensa, para que hagan una campaña? – sugirió, pero su pluma pareció anotarlo como una afirmación más que cualquier otra cosa – seguro entre los dos verán cómo hacer promoción en la comunidad para que registré su nacionalidad, pero solo le encargo que no sea un proceso tedioso, sino algo que hagan con gusto.

     

    El hacer lo menos tedioso cualquier proceso en el ministerio poco a poco se había vuelto la prioridad de la Malfoy, como si con cada Departamento que visitara ese fuera el principal obstáculo con el que se encontraba. Fue entonces que se dio cuenta que debía apresurarse si es que quería reportar a Mei a tiempo y poner en marcha su plan antes de que terminara el mes.

     

    - Muy bien, esperaré en un par de semanas el reporte mensual del departamento, además del proyecto, con los países seleccionados y lo que sea necesario para llevarlo a cabo – enlistó, sin necesidad de mirar sus anotaciones, pues todo estaba aun bastante fresco en su memoria -, solo recuerde que solo debe incluir lo que se necesitará para el evento, si son pocos los servicios y los departamentos, no importa – le recordó, pues Gyvraine había encontrado la tendencia de que al intentar encajar al ministerio en pleno a una actividad solo se lograba el caos.

     

    Soltó un suspiro y comenzó a ponerse de pie, aquello solo podía significar el fin de su visita, mucho más cuando en su futuro aun había demasiados departamentos y directores a los cuales visitar y hacerlos parte del plan maestro de coordinación. Su pluma mágica había anotado cada palabra y cada pensamiento, lo suficiente como para lograr un informe detallado para la directora de la oficina del ministro.

     

    - Por ahora debo irme – anunció, extendiendo la mano hacia Kassandra – fue un placer hablar con usted y, sobre todo, que esté de acuerdo con el plan de la Oficina del ministro. Por el registro general, no se preocupe, sé que es una tarea ardua y por lo pronto no es algo que sea prioridad, aunque – hizo una pausa, de pronto una idea le había inundado la mente - para elegir los países podría servirse de ella, para ver cuáles son los países que más se repiten, después de todo, sus habitantes viven en nuestra comunidad, seguro les interesará la feria si es de su país de origen, ¿no? – concluyó, encogiéndose de hombros y dirigiéndose directo a la puerta de la oficina.

     

     

    Sabía perfectamente el camino de regreso hacia el elevador, por lo que insistió en ir sola hasta él, después de todo, la directora del departamento ya tenía mucho trabajo como para guiarle. Apenas subiera al elevador iría directo a su oficina para dar el primer informe a Mei.

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  4. Soltó un suspiro más, aquel hora era exasperadamente divertido, aun no lograba poner de acuerdo a sus sentidos para calificarlo de alguna forma. Negó con la cabeza y trató de componer un sonrisa, girando sobre sus talones para ir directo a la entrada por la que tan solo minutos atrás había entrado. Había sido un desperdicio enorme o por lo menos así podía verse después de haber tratado horas dormir.

     

    - Soy ejecutada lentamente cada vez que me llamas por cosas así - se quejó, lanzándole de nuevo una mirada asesina -, aunque no te conviene eso, sin mujeres como yo, quien te hace refunfuñar tanto, te aburrirías. Debes agradecerme - dijo en medio de una carcajada, cuando Patrick ya estaba despareciendo, dejándola ahí, con una fenixiana herida en el interior del local. Volvió a negar con la cabeza y avanzó unos pasos adentrándose en el callejón Diagon para poder desaparecer sin el riesgo de ser atrapada por algún hechizos antiaparición.

     

    Cerró los ojos y giró sobre su propio eje, para desaparecer en medio de la noche e ir directo a su habitación en la Mansión Malfoy, de donde no debió haber salido. Mucho menos cuando al día siguiente debía estar temprano en el Ministerio de Magia.

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  5. Soltó un suspiro al ver quién es que la había llamado, lo conocía ¿Cómo no hacerlo? muchas veces ya le había robado el sueño y no precisamente por algún asunto particularmente amoroso, sino para hacer aquello que más le gustaba: asesinar y perseguir. Gyvraine bufó de pronto, ¿en verdad le había quitado toda intensión de estar en cama solo para aquello?

     

    - Sabes que no puedes hacer esto, ¿verdad? - preguntó fulminándolo con la mirada - Y quiero que te retractes de cualquier ofensa a mi casa - le gritó, pues era bien sabido que Patrick además de matar le divertía cambiar de casa a las personas - Fuego Maldito - susurró lo suficientemente fuerte como para que de su varita saliera un búho real hecho completamente de fuego y volara directamente hasta Helen, el objetivo de esa noche, muy a pesar de los deseos de Gyvraune de atacar a su compañero por levantarla.

     

    - Absorvere - dijo con la mirada en la muñeca de Helen, donde sostenía la varita, mirando por un segundo de reojo a Patrick, como preguntándole con una silenciosa señal si aquello era lo que quería. Los huesos de la muñeca de Helen ser partieron con un sonido sordo, impidiéndole apuntar apropiadamente y de no ser curados, seguramente comenzarían a pudrirse - haz algo de magia para que no se vaya - le dijo a su compañero, encogiéndose de hombros -. ¿Sabes? me alaga que me hayas hablado, ¿será que me crees más poderosa de lo que soy? - comentó reprimiendo una sonrisa.

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  6. Había estado dando de vueltas una y otra vez entre sus mantas sin lograr que el sueño pudiera al fin hacerla su presa, como si aquello fuera un castigo que le recordara la tortura que había sido mitad de su vida. Se sentó en el borde de su cama y se quedó mirando a la nada, en medio de la oscuridad, solo rota por los rayos de luna que se colaban entre sus cortinas.

     

    - Lindo – dijo sin ánimo alguno y con las manos sobre su rostro, afuera estaba haciendo un frío infernal y ahora que por fin había podido regresar a la mansión Malfoy, no lograba conciliar el sueño -. ¿Y ahora qué? – siseó con desesperación al sentir un escozor en su antebrazo izquierdo y fulminándolo con la mirada.

     

    No había necesidad alguna que le dijeran, se puso en pie, completamente derrotada y aferró su varita en la mano derecha, para después hacer una elaborada floritura que haría aparecer una máscara para cubrir su rostro, así como hilos de oscuridad que formarían su larga túnica negra. Soltó un suspiro, sin detenerse a ver el resultado y giró sobre sí misma para desaparecer e ir a donde le llamaban.

     

    - ¿Cuál es la emergencia? – preguntó apenas apareció, sabiendo que su compañero más cercano estaba a poco más de ocho metros, mientras su enemigo a algo más de nueve metros, bastante alejada de todo. Avanzó un par de pasos al entrar al negocio y enarcó una ceja, buscando a quien le había llamado, estaba ya en el local, pero no podía encontrar la verdadera razón de tanto alboroto.

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  7. Una leve sonrisa se había dibujado en su rostro apenas había dejado el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, era increíble para ella misma el que las cosas fuera tan perfectas, mucho mejor de cualquier escenario que hubiera siquiera imaginado. Mientras el traqueteo del elevador al bajar le inundaba los oídos echó un nuevo vistazo al amarillento pergamino, que hasta ese momento había utilizado de guía por todo el ministerio, mentalmente resaltó los departamentos que se habían unido a sus planes, lo que hizo aun más grande su alegría.

     

    Solo la voz femenina anunciando que había llegado a la primer planta, donde estaba la oficina del ministro, le hizo levantar la mirada, no sin antes percatarse de que por arte de magia había aparecido un nombre conocido en la plantilla de la Oficina de Asesores, Protocolo y Prensa. "Lindo, reunión familiar" pensó apenas puso un pie fuera del ascensor, pero ya sin la sonrisa, como si toda la satisfacción lograda en tantos días de esfuerzo se hubiera esfumado con tan solo saber lo que le esperaba apenas llegara a la oficina.

     

    Se quedó todo un segundo de pie sin dirigirse a ninguna parte, simplemente sopesando todas sus opciones, pues a pesar de tener un tiempo trabajando en ese puesto, aun no lograba hacer de su camino a su oficina sin detenerse a orientarse. Soltó un bufido de desesperación, al momento que sus pies comenzaron a moverse más por inercia que por una orden explicita, el andar de tour por todo el Ministerio le había robado la cualidad de conocer su propio departamento.

     

    - Hola - respondió Gyvraine a espaldas de May, elevando una ceja y regalándole una mirada de incredulidad no solo por encontrarla ahí, sino por el molesto tono que había utilizado para saludar - ¿En qué podemos servirte? - preguntó sabiendo perfectamente qué hacía su prima ahí y haciendo una señal con la mano a Roberto, el recepcionista, para indicarle que ella se encargaría de la recién llegada -. Creo que te perdiste, donde puedes sacar tu pasaporte y esas cosas para salir del país es en Cooperación Internacional, cuatro plantas más abajo - continuó con una sonrisa, señalando el suelo.

     

    A pesar de estar sonriendo sus ojos no participaban para nada en la "alegría" al contrario, parecían más expectantes a la reacción de May. Bastó un momento para darse cuenta que en medio de la confusión de cómo llegar a su oficina y el encontrarse con su prima ahí, ni siquiera se había asegurado que el rollo de pergamino donde estaban toda su investigación, así como su pluma mágica estuvieran aun levitando a su lado.

     

    - ¡oh, aquí están! - le dijo a sus utensilios de oficina, como si éstos tuvieran vida y con una sacudida de varita ambos volaron hasta sus manos, donde comenzó a repasar cada anotación, un hecho inusual al estar aun en la recepción en lugar de resguardarse tras la puerta de su despacho -. ¿Y bien? - preguntó a May, levantando la mirada del pergamino, como si se diera cuenta que la Malfoy aun estaba ahí y aquello le hubiera sorprendido. Gyvraine sabía perfectamente que tenía una cita muy importante con Mei, pero el deleite de jugar un poco con su prima valía el retraso.

  8. No sabía si estaba o no en condiciones de algo, pero lo único que sabía es que tenía que irse de inmediato de ahí. Sacudió la cabeza un par de veces para aclarar la mente y trató de ponerse de pie, evitando mirar a su alrededor, ya no quería ver a toda esa sangre pura derramandose y mucho menos frente a su mansión.

     

    - no, no quiero quedarme, gracias - susurró y sostuvo su varita, para después girar sobre su propio eje y desaparecer gracias a zarcillos de oscuridad que le envolvieron por completo el cuerpo. La llevarían a la Fortaleza oscura para saber el recuento de los daños y sobre todo, para tomar un poco de alcohol, aunque se convenciera de que no dolía, si lo estaba haciendo. La opresión en el pecho fue lo último que sintió antes de saber que estaba ya fuera de la Mansión Malfoy.

  9. No era momento de quedarse a ver cuáles eran los resultados finales, de todas formas ya los sabía. Gyvraine miró a todas direcciones y logró ver el maltrecho cuerpo de su prima Afrodita y chasqueando la lengua, se dirigió hacia ella, negando con la cabeza y con una sonrisa, como si la batalla en realidad no se estuviera llevando a cabo.

     

    - Vamos, ¿o te piensas quedar ahí a descansar? - preguntó a modo de broma, antes de tomar a Afrodita por un brazo y ponerla de pie con todo el esfuerzo del mundo, luego fue directo a Hades e hizo lo mismo, tomandolo del brazo, sin necesidad de salir a los límites de los terrenos, desaparecieron. Si tenían alguna ventaja siendo Malfoy la iban a utilizar. Giró sobre sí misma y desapareció del lugar con rumbo a la Fortaleza oscura, ya luego vería si su prima necesitaba ir al hospital o no.

     

    La última mirada había sido para Felicity, que sabía que en algún momento conoció, un momento lejano, pues apenas lo recordaba, pero no iba a lazarse a sus brazos, mucho menos en esa situación tan... incómoda.

  10. Un suspiro más salió de entre sus labios, ya no le frustraba tanto el perder cómo antes pasaba, después de todo le habían convencido que el número de muertos, heridos y capturados no era lo esencial en la vida y ¿Quién era ella para refutarlo? Sonrió y trató de mirar a la recién llegada, algo le decía que la conocía de algún lugar, pero no lograba recordar de dónde.

     

    - Detritus - dijo, aun colgada por un pie, y de nuevo una capa de gas azul le cubrió de pies a cabeza, para impedir que nada más le dañara, no tenía ganas de estar curándose una y otra vez y mucho menos de salir herida de gravedad. Al parecer habían intentado atarla, pero esta vez al suelo, pero los intentos de Mei habían quedado frustrados pues permaneció en el aire - .Liberacorpus - dijo y de inmediato sintió como la fuerza que la había estado sujetando en el aire se aflojaba, dejándola caer de golpe - Debo practicar de nuevo el aterrizaje, sino me haré más daño yo que lo que me hacen los fenixianos.

     

    Tenía que encontrar a alguien en particular en medio de la batalla, no sabía cómo era posible que alguien pudiera desaparecer de un momento a otro, si es que apenas la había visto luchando por su vida.

  11. Antes de que pudiera decir una palabra más una luz cegadora le había robado la vista, al parecer aquel no era su día de suerte. Gyvraine refunfuñó un par de veces y luego sonrió, quedando tal gesto bajo su máscara, tampoco necesitaba la vista o no iba a demostrar lo mucho que le molestaba el estar peor que un murciélago.

     

    - Ustedes dañan mis hermosos ojos azules, no ven que son la joya de la familia - se quejó, pensando en un episkey que le devolvió parcialmente la visión, para después, pero no era lo suficiente. Un resoplido más salió de entre sus labios y cerró de nuevo los ojos, para que un nuevo episkey se formara en su mente y así poder recobrar por completo el sentido de la vista - ¡es molesto no verlos, los extrañaba! - mintió, aun con la varita en ristre, esperando que ya no le cayeran tantos hechizos.

     

    Sabía perfectamente que el hechizo que le habían lanzado para que de su varita salieran flores, quedaría anulado con el solo pensamiento del hechizo sanador, por lo menos algo bueno pasaba aquella noche, podía evadir ataques con apenas pensarlo. Y para su sorpresa, se vio a sí misma colgada de un tobillo. "Pudo haber sido mucho peor" pensó.

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  12. Apenas había puesto un pi en su propia mansión cuando una tremenda confusión le hizo su víctima, Gyvraine no supo por un segundo cuál era el piso y cuál era el cielo. Cerró los ojos y esperó un par de segundos, tenía que esperar a que el efecto del hechizo que le habían lanzado se desvaneciera y fue entonces que sintió como es que su varita vibró en señal de que no podría hacer más rayos ni invocaciones por un tiempo.

     

    - Detritus - susurró y una fina capa de gas azul le cubrió de pies a cabeza, eso ayudaría para que ningún ataque directo pudiera siquiera dañarle. Negó con la cabeza, sintiéndose aun desorientada, más por la batalla que por el hechizo -. No necesito los rayos - dijo sacando la lengua a quién haya sido el que le atacó.

     

    Al mirar a su alrededor la Mago Oscuro se dio cuenta que estaba a más de diez metros de sus oponentes y a poco más de ocho metros de sus compañeros, la situación se veía poco... favorable, pero ¿cuándo eso había sido un problema?

  13. Un escozor en el antebrazo izquierdo le sacó de pronto de su aletargo, tenía tanto tiempo que no sentía aquella punzada que se tomó todo un minuto en deleitarse con la sensación. Una media sonrisa apareció en su rostro antes de hacer aparecer su varita en su mano derecha, para después pasarla frente a su rostro y apareciera ante él una máscara e invocar un par de hilos fantasmales que formaron su negra túnica.

     

    - ¿Y ahora qué? - susurró con molestia y arrugando un poco el entrecejo - Ya voy - siguió refunfuñando, girando sobre sus talones y sintiendo como la oscuridad la envolvía. Cerró los ojos y simplemente espero a que el viaje terminara, el único pensamiento en su mente era aparecer justo donde estaban sus compañeros.

     

    Al sentir que la opresión de su pecho se había marchado, abrió los ojos y se encontró a las afueras de la Mansión Malfoy, de nuevo había invasores apenas ésta había abierto sus puertas. Gyvraine simplemente negó con la cabeza y buscó con la mirada a sus compañeros.

     

    - ¿Hola? - saludó - ¿Qué se supone que buscan aquí? - preguntó, girando su varita entre sus dedos, sabiendo que de respuesta tendría miles de hechizos para recibirla - No creo que los dueños los hayan invitado a la inauguración.

  14. La Malfoy se había quedado todo un minuto en silencio, como si por ese tiempo su mente hubiera volado lejos del departamento, incluso lejos del ministerio, hasta que se dio cuenta de semejante distracción. Sacudió levemente la cabeza y sonrió a la directora al tiempo que daba un sobro a su café, para terminar de regresar a la conversación.

     

    - Creo que antes de ver a quiénes incluiríamos, si será al Magic Mall o un permiso especial del ministro, deberíamos tener un plan ya bien diseñado y, a partir de ahí, auxiliarnos de los departamentos necesarios, como dices, algo no demasiado ostentoso - comenzó, tratando de ir mucho más despacio en los planes, pues como la misma Kassandra lo había mencionado, podrían fallar si es que se apresuraban demasiado. No iban a cometer el mismo error dos veces -. Y en cuanto al tema, podríamos invitar a un par de países, cuatro cuando mucho, y centrarnos en ellos, que cambie el entorno del lugar dónde lo haremos para darle un mejor ambiente y que no nos saturemos con la infinidad de países con los que tenemos relaciones. También invitar a sus ministros o algunos funcionarios además de subastar un par de artículos propios del lugar que se esté representando. No sé si me explico - añadió pensativa, sintiendo cómo aquellas ideas salían de entre sus labios.

     

    A pesar de que entre más rápido se hicieran las cosas significaba mucho más movimiento para el departamento, Gyvraine estaba completamente consciente que no sería posible llevarlo a cabo en el mes, sobre todo porque tenían que estudiar muy bien las fallas ya cometidas y evitarlas, además de asegurarse de qué departamento contribuiría. Asintió levemente, satisfecha con sus propios planes y levantó de nuevo la cabeza, mirando fijamente a la directora.

     

    - ¿Qué te parece si los reportes de actividad me los mandas la ultima semana del mes y solo de Enero? - respondió a la duda de cuándo comenzaría el registro de los trámites -. Así, no solo envías el reporte, sino también un bosquejo del proyecto de la feria que estamos platicando, donde tus jefas de departamento ya hayan decidido qué mandatarios invitar, en qué países enfocarse y hayan, también, aportado sus ideas para el evento. Creo que es esencial tener todas las ideas posibles además de no cometer viejos errores, ¿no?

     

    La pluma mágica de la Malfoy no había perdido detalle de la conversación, así como agregaba de cuando en cuando un par de anotaciones mentales por parte de su invocadora para su propio informe en la oficina del ministro. Tenían que encontrar un camino más para atraer más empleados, pero por ahora debían trabajar con los que se contaba y mucho más con los que se unieran en el proceso.

     

    - Y también, supongo que tienes un registro de todos los que ya cuentan con sus trámites de nacionalidad y pasaporte, ¿no? - preguntó, recordándolo de prono - sino sería también, excelente tener un resumen con los nombres de los que ya hicieron su trámite, para ver cuán grande es nuestro padrón y a partir de ahí tomar medidas publicitarias y que el departamento tenga más... clientes - añadió esa última palabra con una sonrisa, pues no había encontrado un mejor adjetivo.

  15. - ¿Y lo encontraste? - la voz de Magic le hizo eco en su mente, preguntándose a sí misma si es que lo había hecho y no se había avisado, pero la respuesta era obvia. O por lo menos para ella. Soltó un suspiro, mientras miraba al frente y luego regresó la mirada a su prima, regañándose a sí misma el perderla de vista, pues quién sabe cuánto tiempo pasaría antes de volver a verla.

     

    - No - respondió Gyvraine, con una voz tan seria que se sorprendió ella misma -, por eso estoy aquí de nuevo - aclaró, esta vez con una sonrisa en el rostro para suavizar un poco su gesto y la respuesta en sí -. Tal vez si lo hubiera encontrado, no estaría de vuelta tan pronto y solo haría visitas como las tuyas - se encogió de hombros.

     

    La Malfoy miró alternativamente a Nyaa y a Magic durante un segundo después de mencionar lo de su empleo y supo lo que ocurría o por lo menos se dio una vaga idea. Después de todo aquel gato seguía siendo un demonio, le importaba el dominio de las artes oscuras y el plan que la Mago Oscuro había mencionado, seguramente había alertado sus sentidos de dominación mundial. Solo la mirada de Magic le confirmó que no era correcto hablar de eso, mucho menos donde cualquiera podría escucharlo.

     

    - Tienen que venir a visitarme, para que les cuente mis planes - sugirió Gyvraine, mirando de reojo a Nyaa, sabiendo que con eso atraería lo suficiente su curiosidad como para tratar de traerla de vuelta de vez en cuando -. Pero que sea verdad eso de venir, ¿eh? - dijo con un tono de fingida amenaza y entrecerrando los ojos -, yo he dicho muchas veces que dejaría de ser impuntual y aun no lo he logrado, así que tú si tienes que cumplir - añadió sonriendo, sin darse cuenta había sonreído mucho aquella noche.

     

    Alzó amabas cejas e hizo un gesto de exagerada indignación ante la acusación de ser parte de los culpables que alejaban a los pretendientes de su prima. No era como si aquello se tratara de una mentira, porque en realidad no lo era en parte, pero con las pocas veces que la había visto en años le resultaba imposible el torturar a algún pretendiente.

     

    - Entonces sé por qué te fuiste - dijo de pronto la Malfoy con una exagerada muestra de sorpresa como para ser creíble -. ¡Tratas de mantenernos a Nyaa y a mí alejados para que no unamos fuerzas y no podamos alejar a todos los pretendientes! - añadió cubriendo su boca con ambas manos, en parte para seguir con su actuación y en parte para ocultar su risa -. ¡Te hemos descubierto! - le acusó con una sonrisa juguetona - Pero no será fácil librarte de nosotros - continuó al tiempo que le rodeaba con ambos brazos, como para cubrirle de una amenaza que solo pudiera existir en la mente de la Malfoy.

     

    Sin soltarla del todo, Gyvraine mantuvo un brazo por encima de los hombros de su prima, disfrutando un poco más de lo que sería su milagro de navidad de aquel año. Tardó un segundo en contestar las nuevas interrogantes, no porque en realidad hubiera una respuesta positiva, sino más bien, porque nunca se había detenido a pensar en ello.

     

    - No, nada de eso siquiera pasa por mi mente - respondió con un aire soñador en su voz -, hay muchas personas a quien torturar, pero no precisamente por ser dueñas de mi amor - continuó con diversión más allá de lo saludable, sobre todo porque se trataba de torturar a personas -. Y si hubiera campanas en el horizonte, ¿no crees que tan solo que yo diga "acepto", sería una tortura? - preguntó, elevando una ceja, sabiendo perfectamente que era completamente capaz de llevar a la locura a alguien.

     

    Escuchó voces a su alrededor y eso le regresó a la realidad, estaban en medio de los jardines en plena Gala de Navidad y seguramente con poco tiempo antes de que todo se derritiera. Soltó un suspiro y se dio cuenta que no había soltado a Magic, como si aun temiera que fuera solo una alucinación y entonces la realidad le golpeó fuerte, lo suficientemente contundente como para marearle y darle una razón más para no apartarse de su prima.

     

    - ¿Cuándo se irán? - preguntó de pronto, con voz serena, pero con la curiosidad en cada sílaba. No por que quisiera que se marcharan sino para saber cuánto tiempo más contaría con su milagro de navidad.

  16. - Yo quiero más la caja - se quejó, con el ceño ligeramente fruncido al tiempo que levantaba de nuevo su paleta - doy 32000 Galeones por la caja de bóveda personal - estaba segura que eran demasiados Galeones por una caja, pero tenía un sentido competitivo que le obligaba.

     

    La Malfoy iba a aprovechar que no había nadie que pudiera detenerle y recordarle cuánto es que le había tomado conseguir sus galeones, sin esas consciencias era más fácil comprar.

  17. Chasqueó la lengua al escuchar una voz masculina superar su oferta, y buscándolo con la mirada, negó lentamente. No iba a dejar que nadie más se llevara la caja, mucho menos si era tan especial como para curar un corazón roto.

     

    - 25100 Galeones de mi bóveda personal - dijo la Malfoy, meditándolo un segundo antes de levantar su paleta. esperando que e precio no se inflara aun más. Pero, ¿Pik para qué quería esa caja? Gyvraine haría mejor uso de ella.

  18. Con asombro, Gyvraine vio cómo es que el precio de la caja en tan solo unos minutos había subido como la espuma, ¿debía seguir pujando? Se mordió el labio inferior, pensando seriamente en los galeones con los que contaba, después de todo sabía que muy poco podía competir por el dragón, aunque lo intentaría.

     

    - Subo mi oferta a 17000 Galeones salidos de mi bóveda personal - dijo, levantando la paleta y plenamente consciente que el salto había sido demasiado grand desde el último precio.

  19. La Malfoy se quedó mirando un par de minutos el artículo nuevo, una caja que podría curar corazones rotos, tal vez eso le serviría. Sonrió de lado, y escuchó la primera oferta, no estaba demasiado cara y si era bonita, qué más daba intentarlo.

     

    - Yo doy 6000 Galeones de mi bóveda personal por la caja - dijo levantando su paleta, tenía un límite que pagaría por un objeto, pero estaba segura que esa cantidad estaba muy por debajo de lo que estaba dispuesta a dar.

     

    Miró a ambos lados, esperando que nadie más mejorara la oferta y le obligara a subir más el precio. Tenía que comprar por lo menos algo.

  20. Había pasado una semana ya desde la última vez que había pisado ese lugar, y con un dejo de resentimiento fue acercándose lentamente de nuevo, esta vez haría todo por quedarse con algún producto por lo menos. El solo hecho de recordar a cuánto habían ascendido las ofertas la última vez que estuvo ahí le revolvía el estómago.

     

    - Es lo malo de ser mayor, no es como si pudiera pedirle galeones a mi madre -se quejó, en cuanto llegó hasta donde se habían congregado todos los magos y brujas que querían pujar por los nuevos artículos. Gyvraine soltó un suspiro y simplemente se quedó esperando a que algo le llamara la suficiente atención como para querer comprarlo.

  21. El traqueteo del elevador ya hasta le era mucho más familiar que su oficina, pues de tanto ir y venir a lo largo del ministerio aquel ruido constate parecía ni siquiera existir. La Malfoy estaba tan concentrada en sus propios pensamientos que apenas si escuchó la fría voz que le indicaba el piso de la Oficina del Ministro, justo el lugar donde debía bajar de nuevo.

     

    Bajó del ascensor apenas se abrieron las rejas y cuidando que su pluma mágica y el rollo de pergamino aun levitaran a su lado, como lo habían hecho desde el momento en que había abandonado ese mismo departamento, apenas unas horas atrás. Después de hablar ya con varios directores y, sobre todo, después de la revitalizante platica en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, ya tenía un plan qué exponer ante la directora.

     

    Avanzó a grandes zancadas, pasando de largo de la entrada al Gabinete del Ministro donde estaba su oficina, para ir directo hasta el área Directiva. No solo los nombres de los cargos eran demasiado largos para su memoria selectiva, sino que además el departamento parecía un laberinto y sino se ponía la atención suficiente se podría terminar en un lugar completamente diferente al que deseaba.

     

    La Malfoy soltó un suspiro y continuó hasta llegar a la puerta de Mei, la directora del departamento. A pesar de no contar con un informe formal como el que le había entregado a su antigua jefa, Gyvraine sabía perfectamente lo que expondría ante la directora, solo necesitaba las notas recabas en sus visitas, con las cuales contaba en el rollo de pergamino que flotaba a su lado, como si de una mascota mágica se tratara.

     

    Dio un último vistazo a la apariencia de su larga túnica gris perla y, soltando un suspiro, carraspeó para después llamar a la puerta de Mei tres veces con golpes de sus nudillos. No había siquiera sido anunciada, pero esperaba no necesitar hacerlo, después de todo el asunto era urgente si es que quería que los planes y nuevas ideas se pusieran en marcha cuanto antes.

     

    - ¿Se puede? - preguntó abriendo un poco a puerta, lo suficiente como para que su voz llegara hasta la dueña de la oficina, esperando también que estuviera a esas horas aun trabajando.

     

    ***

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  22. A primera vista parecía que el negocio estaba completamente desierto, como si solo la puerta estuviera abierta sin que nadie se ocupara de las ventas, cosa que por un segundo le trajo alivio a la Malfoy, o tendría que hacer la incómoda pregunta ni averiguar qué pensaba el Rexdemort de ella. A punto estuvo de dar media vuelta y salir huyendo del lugar para evitarlo unos cuantos pares de años cuando una voz a unos metros de ella le saludó.

     

    Apenas miró al joven mago aparecer por la puerta sintió que el alma se le cayó a los pies, incluso temió haber olvidado como sonreír o, peor aun, como hablar, jamás le había importado demasiado lo que las personas pensaran de sus actividades poco lícitas, pero aquella parecía la excepción. Apenas iba a abrir la boca para responder el saludo cuando el inminente tema salió a relucir, después de todo la última vez que se habían visto ella estaba sin varita e iba directo a la prisión.

     

    - ¿Azkaban? - fue lo único que salió de entre sus labios antes de que sus mejillas se inflaran es un infantil gesto de molestia - ojalá hubiera sido Azkaban, allá si hubiera podido solicitar un juicio - explicó con molestia enarcando una ceja -, en cambio lo único que tuve fue un secuestro express de unos cuantos días sin ningún contacto humano. Bastante lamentable la verdad - añadió, sin notar completamente el hecho de que se había relajado al grado de avanzar hasta una de las barandillas de madera que delimitaban el barco y recargarse en ella.

     

    Miró todo un minuto en silencio a Axel, preguntándose a sí misma cuánto es que él recordaría de aquella vida y sintiendo incluso culpabilidad porque él no fuera completamente consciente de lo que había pasado. Agobiada por un extraño sentimiento que comenzaba a inflarse en su pecho, desvió la mirada hacia la mercancía exhibida, como para apartar su mente por un segundo del remolino de ideas.

     

    - Más lamentable que acusen a personas inocentes de practicas mortífagas, ¿no crees? - dijo Gyvraine como si nada, evitando mirarlo a los ojos y que descubriera su descarada mentira al negar ser una mortífaga - ¿Acaso una mortífaga necesitaría un parche de pirata? - comentó para tratar de aligerar el tema, esperando que de alguna forma él le dijera en qué pensaba. Ese era su problema, siempre quería saber qué era lo que pasaba por su mente - Necesitaría más una máscara o túnica negra, cosa que no usan los piratas - continuó, comenzando a examinar la mercancía, evitando quedar cara a cara, siempre había sido mala mintiendo a ciertas personas -. Pero, espero no haberte espantado a los clientes, ¿cómo ha ido el negocio? - preguntó la Mago Oscuro levantando la mirada y sonriéndole , tratando de librarse ya del tema de su captura.

  23. Mientras la directora del departamento hablaba, Gyvraine agradeció con una leve inclinación de la cabeza el café, para después darle un sobro que mojó apenas sus labios, pero con lo suficientemente largo como para que hasta su lengua llegara el amargo sabor del líquido caliente. Sabía las funciones del departamento casi de memoria, pero siempre era revitalizante escucharlas de nuevo, por cualquier cambio y mucho más después de haber estado tan alejada de Londres.

     

    Asintió un par de veces al escuchar a Kassandra, pero sin interrumpirla dando de cuando en cuando un sorbo a su café, esperando encontrar la forma en cómo poder lograr la coordinación, mucho más con algo tan complejo como lo era la cooperación Internacional. Soltó un suspiro, mirando de reojo su pluma, sabiendo perfectamente que lo había capturado todo, cada palabra y cada nota mental que la Malfoy agregaba.

     

    - Tiene razón. De hecho estas visitas son para tratar de promover y publicitar al departamento, para que la comunidad mágica se interese por un puesto aquí - respondió, aun asintiendo lentamente y con la mirada fija al frente, pensando en cómo podrían hacerlo todo a la vez y en el primer mes. Entonces la clasificación que tenía en mente para los departamentos le saltó a la mente, aquel departamento estaba en ambas categorías -. Creo que además de un plan a seguir, tendrá que por favor hacer un informe del total de solicitudes al mes, ya sea de pasaportes o cualquier servicio - aclaró mordiéndose el labio inferior, aun pensando en una salida.

     

    Como siempre, los asuntos internacionales no eran particularmente fáciles, por lo que tendría que tener especial cuidado con ellos y sobre todo con el persona. Miró un segundo su pluma mágica y ésta anotó un par de cosas antes de que Gyvraine mirara de nuevo a la directora.

     

    - ¿Qué le parece este plan? - comenzó, cuando creyó encontrar una primera respuesta - comenzaremos con actividades pequeñas, que no requieran de muchos departamentos, unos cuántos solamente, pero los necesarios para que en caso en que haga falta ellos puedan cubrir sus deficiencias de personal - hizo una pequeña pausa, para aclarar ella misma sus ideas antes de continuar -, me envían su plan mensual y yo me encargo de contactar con ellos, para que no haya duplicidad de trabajo y hacer los trámites lo más simples posibles, así ustedes no se complican demasiado y al final del mes hace un recuento de qué tal salieron las cosas, además del total de tramites. Así cumplimos con las etapas básicas de planeación: programamos, ejecutamos, controlamos y evaluamos.

     

    Se quedó pensando un segundo más, pues el primer mes del año era un tanto complicado, mucho más tratándose de las festividades y el hecho de que muchos de los funcionarios estaban de vacaciones, sin mencionar las festividades de mediados de febrero que parecían precipitarse apenas terminaban las de fin de año.

     

    - Se me había ocurrido una pequeña subasta o una pequeña feria internacional que no necesite del salón de fiestas, solo un rincón en el estadio o en el callejón Diagón, pero creo que las subastas están bastante de moda con los festejos navideños, ¿no? - dijo con una torcida sonrisa, necesitaban encontrar una actividad lo suficientemente llamativa que lograra hacer a un par de departamentos colaborar juntos, sin necesitar que todo el Ministerio se volcara hacia ese evento.

  24. Le resultaba extraño haber escuchado tanto tiempo la voz de su prima, aquello había sido mucho más de lo que estaba acostumbrada cuando la veía en sus sueños o en sus recuerdos. De cuando en cuando, le miraba para cerciorarse que aun siguiera caminando a su lado, casi como si temiera que al parpadear Magic desapareciera, pero aquello parecía real.

     

    - ¿A dónde fui? - preguntó de nuevo, mirándola y alzando ambas cejas - Fui a buscarlos, había pasado mucho tiempo y no sabia si estaban bien y dónde se habían metido - continuó con un fingido tono de regaño, que se borró justo cuando le dedicó una nueva sonrisa, tratando de evitar un poco el tema que al final terminaría diciendo. Soltó un suspiro -. También huí por una crisis de identidad - respondió sincera, mirando al frente -, había muy poco por lo que quedarme y lo poco que me ataba aquí, no era suficiente - continuó, recordando que justamente las fiestas de fin de año habían marcado su partida un año atrás -. Estuve viajando por todo el mundo, yendo y viniendo sin un lugar fijo por más de una semana, buscando... - terminó, dejando aquella última idea en el aire.

     

    No había dicho a nadie el por qué se había ido, ni a sus compañeros de bando más cercanos y mucho menos a May en sus esporádicas visitas, era como un secreto solo para sí misma, pero que sabía solo Magic comprendería. Mientras aun caminaban lentamente, Gyvraine entrelazó un brazo con el de Magic y le dedicó una nueva sonrisa, mientras la tuviera ahí, no la dejaría alejarse mucho.

     

    - Más que elegante, suena demasiado largo para recordar, tuve que anotar el nombre para no olvidarlo - bromeó sobre su empleo, pues su queja siempre había sido lo largo de nombre -, y es al contrario, yo tengo que visitarlos y casi pedir de favor que me den su información - dijo con un dejo de amargura, pues el solo recordar lo pedantes que habían sido algunos directores le hacía hervir la sangre -. Nunca trates con directores, son unos altaneros, se creen demasiado pero es necesario - mirando de un lado a otro, se detuvo, no podía revelar sus planes ahí, mucho menos por si alguien estaba escuchando, tal vez ya habría tiempo.

     

    No era como si sus planes estuvieran tan siquiera puestos completamente en marcha, pero no iba a perder el poco tiempo que tenía con su prima para contarle lo que tenía en mente, mucho menos cuando se trataban de acciones solo para pasar el tiempo. Cosas sin importancia como tener a todo el ministerio bajo el control de la marca Tenebrosa.

     

    - Se ve que te has divertido - comentó y, después de un momento de silencio, la miró de reojo para admirar su perfil serio, tratando de encontrar una respuesta de si había hallado lo que estaba buscando. Si le hubieran preguntado a Gyvraine si creía que Magic había logrado su cometido, sin duda alguna diría que "sí" o por lo menos se encontraba en el camino de hallarlo -. Tal vez por eso tienes que estar tanto tiempo fuera, debes buscar dos cosas: saber qué buscas y luego buscar - respondió con media sonrisa.

     

    Por todo ese momento en el que observó a Magic y la forma en cómo su expresión siempre alegre había cambiado por una mucho más madura, la Malfoy sintió celos, celos porque su prima si había cambiado estaba cerca de encontrar lo que salió a buscar y tal vez por eso no había regresado: su respuesta estaba allá afuera, mientras para la Mago Oscuro la respuesta se encontraba perdida entre lo que quería y lo que sentía era lo correcto, es decir, a la deriva.

     

    - Pero deberías volver de vez en cuando, a recargar las baterías. Es bueno recordar el por qué te fuiste - comentó cambiando un poco la atmósfera - el castillo Triviani siempre está esperándote y visitarme aunque sea un par de veces al año no hace daño - dijo encarando una ceja a modo de divertido reclamo -. Además creo que Nyaa te agradecería pasar una noche o dos en el castillo al cuidado de elfos en lugar de quién sabe dónde - añadió, mirando de reojo al gato un par de pasos atrás, sabiendo que él escuchaba cada palabra.

     

    Cuando volvió a mirar a su lado, justo dónde estaba su prima, fue plenamente consciente de los centímetros que Magic había crecido y se sorprendió al recordar cuánto tiempo había pasado desde que la conocía. Por un segundo se asustó, pues en su mente apareció la descabellada idea de que algún día tendría que verla vestida de blanco, frente a un altar, a punto de unir su vida a la de alguien más. Sacudió la cabeza de un lado a otro, obligándose a desechar la idea, demasiado realismo para una noche.

     

    - ¿Cómo van los asunto del corazón? - preguntó tratando de reprimir una risita y evitando mirar a Nyaa - ¿Le está permitido enamorarse? - preguntó, pero esta vez a Nyaa, después de todo él sería el único impedimento para tal cosa -. Recuerda que yo tengo que hacer un test y pruebas físicas para dar mi aprobación - señaló, recordando antiguas platicas que parecían haber ocurrido tan solo una noche anterior.

  25. Sin poder evitarlo soltó una carcajada y después de mirar durante todo un segundo a Magic, le abrazó tan fuerte como le fue posible sin sacarle el relleno. El tenerla ahí de nuevo se le antojó casi un sueño, algo tan irreal que le hizo apretarla aun más fuerte, como si fuera a escapársele de entre los brazos o a desvanecerse en el aire.

     

    - Ya extrañaba verlos pelar - le dijo al momento de soltarla y mirar a Nyaa y a su prima alternativamente, sabiendo perfectamente que estaban peleando mediante ese enlace que solo ellos tenían -. Hola, Nyaa, ¿Qué tal la vida de alma libre sin nada que te ancle a ningún lugar? ¿ya te acostumbraste? - le preguntó con una sonrisa impregnada con un dejo de maldad, pues sabía lo poco que le gustaba al demonio pasar semejantes molestias de viajar cada tanto.

     

    A pesar de que parecía que el tiempo entre ellos no había pasado, algunas cosas en Magic habían cambiado, era como verla de pronto mucho más madura, incluso más alta. Gyvraine no supo exactamente qué sentimiento le inundó el pecho, era como un nudo que por un segundo no le dejó hablar, era tan extraño ver pasar el paso de los años en los demás.

     

    - ¿Si por todos te refieres a mí? Bien - contestó, dándose cuenta que "todos" era una palabra que ya no aplicaba del todo, pues muy poco veía a los "todos" que antes habían sido -, yo también estuve un largo rato de viaje, así que creo que todos estamos bien - dijo con una media sonrisa, tratando de ocultar un poco la tristeza que ese tema representaba, ahí la razón por la que evitaba hablar del pasado, demasiadas cosas y muy poco quedaba.

     

    Con una señal le indicó a su prima que comenzaran a caminar por entre los arbustos y la nieve, preocupándose muy poco por el frío que pudiera hacer. Quería caminar un rato con ellos antes de que el banquete comenzara, después de todo sabía que serían unas pocas horas las que duraría su regalo de navidad y quería aprovecharlo al máximo.

     

    - De hecho, acabo de comenzar de nuevo a trabajar en el ministerio, ahora soy asesora para la coordinación de los departamentos - continuó, de nuevo maldiciendo para sí misma el que su puesto tuviera un nombre tan largo - tenía que encontrar una forma de tener dinero - bromeó, pues en parte lo había hecho para entretenerse en algo y tener algo que la mantuviera en Londres para no irse de nuevo - ¿Ustedes, cómo han estado? ¿Encontraron lo que salieron a buscar cuando se fueron? - preguntó, mirando de nuevo a Magic, pero esta vez fijamente, con apenas un rastro de la sonrisa de alegría que no había podido borrar de su rostro. Necesitaba saber si por lo menos alguien había logrado su cometido al irse de Londres.

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