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Gyvraine C. Sullivan

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Mensajes publicados por Gyvraine C. Sullivan

  1. Su mente se había sumergido en los recuerdos de todas las horas que llevaba recorriendo el ministerio de Magia, sabiendo que justo se había encontrado con las dos posibilidades de directoras en sus primeras visitas: las nada cooperadoras y las que se unirían a la causa. Soltó un suspiro de frustración tan solo de recordar los resultados obtenidos en el SAW, escuchando de fondo el traqueteo de las rejas del ascensor mientras iba directo a la oficina del ministro.

     

    Levantó su celestes mirada apenas escuchó la fría voz femenina anunciarle que estaba ya en el piso donde estaba su oficina, ni siquiera se había detenido a ver con detenimiento quién había subido y bajado del elevador, dejando notar perfectamente lo poco que le importaba. Seguida del pergamino y su pluma mágica flotante, Gyvraine bajó del ascensor justo antes de que éste se cerrara nuevamente.

     

    - Lo peor es tener que organizar todo esto - se dijo a sí misma mirando su pergamino de notas, mientras avanzaba lentamente hasta el Gabinete, avanzando sin prestar demasiada atención a sus pasos o a su alrededor, como si aquel recorrido estuviera ya tan gravado en su memoria que podía hacerlo perfectamente con los ojos cerrados -. Tengo que ver que alguien me ponga al día cuando no estoy - se dijo mirando de un lado a otro yendo por el mismo camino que había recorrido la primera vez que había puesto un pie allí.

     

    Había estado horas enteras fuera de la oficina y sabía que en el estado en el que estaba el ministerio en tan solo unos minutos todo podría ser absolutamente diferente. Apenas entró al Gabinete pudo ver a Roberto en su habitual puesto de trabajo y acercándose con una media sonrisa, como si aquel joven fuera un viejo conocido le saludo con un leve movimiento de la mano.

     

    - ¿Anne está ocupada? - preguntó Gyvraine, ya tomando el pergamino entre sus manos y guardando la pluma con tan solo un movimiento de varita. Sin que Roberto dijera palabra alguna y con un simple gesto, le bastó a la Malfoy para saber que la jefa del Gabinete estaba lo suficientemente ocupada como para darle oportunidad para reorganizar sus escasas notas - Avísame cuando se desocupe - dijo y sin dejar que el recepcionista le respondiera fue directo a su oficina, en la que apenas si había estado unos minutos.

     

    Apenas cerró la puerta tras ella, sus zafiros se clavaron en la placa dorada en la que se podía leer "Gyvraine Malfoy. Asesora para la Coordinación de los Departamentos" y con una sonrisa confirmó que en verdad el nombre era demasiado largo. Necesitaba cinco minutos no solo para reordenar todas las notas, sino también para sentarse tras su escritorio, como acoplándose a aquel nuevo puesto. Después de meses sin trabajar, siempre se necesitaba un respiro para adaptarse.

     

    - Muy bien, comencemos - dijo con un suspiro, haciendo que un rebelde mechón castaño que caía por su rostro volara un par de centímetros y se hiciera a un lado. Sus celestes ojos recorrían una a una las anotaciones y de cuando en cuando ella misma rasgaba con su pluma un pergamino nuevo, esperando el momento en que Anne pudiera recibir su exposición y sopesara la idea de continuar con la labor.

  2. Con una ligera sonrisa en la que poco participaron sus ojos, asintió al ver que la directora cooperaba perfectamente para la causa, después de todo para eso estaba el ministerio: asegurar el orden en la comunidad mágica. Esperó a que Sophie hablara a su recepcionista, y fue entonces que recordó que debía reportarse con frecuencia a su oficina.

     

    - Excelente - respondió la Malfoy a la directora, al saber que Enrick sería enviado a su oficina apenas llegara de su encomienda -, me viene perfecto, porque seguro mi jefa querrá saber los avances que hemos realizado - dijo con una mirada de complicidad -. Te pido por favor que lo envíes, será una visita muy corta que no le robará mucho tiempo - añadió ya encaminándose hasta el pasillo por el que había entrado y que sabía la llevaría hasta el ascensor - Y muchas gracias por tu cooperación - se despidió con un leve asentimiento.

     

    La pluma mágica y el rollo de pergamino permanecían inmóviles, levitando a su lado y siguiéndola conforme iba avanzando por los pasillos, su labor en ese departamento había terminado por el momento. Mientras esperaba que el elevador llegara, su mente comenzó a resumir todo lo que había escuchado y visto desde que había salido de la oficina del ministro, por lo menos ya tenía a alguien en mente de quien podría comenzar a investigar.

     

    El traqueteo de metales deteniéndose frente a ella, la sacó de su ensimismamiento y sacudiendo la cabeza de un lado a otro para despejar la mente, entró al ascensor con destino a la primer planta. Seguramente Anne le encantaría saber todo el progreso y sobre todo la renuencia de Reena a cooperar.

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  3. Apenas escuchó el nombre de quien sería su fuente de primera mano con todo lo referente a las investigaciones Ministeriales, no cabía duda que la directora tenía razón, el jefe de las relaciones ministeriales ya le daba confianza con tan solo saber su apellido. Con una sonrisa en los labios volvió a dar un sorbo a su taza de café, esperando a que Sophie terminara de escribir sobre un pergamino.

     

    - Supongo que querrás un informe de los avances - comenzó una vez terminada su bebida y poniéndose ya de pie con la nota en la mano y con intensión de ir con la recepcionista para que la guiara con quien tendría que hacer el siguiente convenio -, cuando lo necesites, te espero en mi oficina para que nos tomemos una taza de café - le dijo, guiñándole un ojo, dando a entender que más que un informe sería un relato de lo bien coordinado que estaría el ministerio con sus ideales.

     

    Sus zafiros recorrieron de un lado a otro la nota un par de veces, mientras su propia pluma mágica descansaba junto al pergamino que levitaba justo al lado de la Malfoy. Gyvraine miró a Sophie y asintió, aceptando que su siguiente guía sería Elizabeth.

     

    - Creo que no hay nada más, ya has hecho bastante con colaborar para la causa - rió entre dientes, poniendo una mano ya en el pomo de la puerta - ¿Salgo a buscarla o ella viene? - preguntó extendiendo la mano hacia Sophie, para despedirse por el momento de ella y al mismo tiempo agradeciendo que hiciera su labor mucho más sencilla.

  4. Gyvraine escuchó atenta cada palabra de Sophie, mezclada con el rasgueo de su pluma mágica, que anotaba cada palabra y uno que otro pensamiento de la Malfoy. Conforme la directora le relataba lo que hacía cada oficina iba entrecerrando los ojos, paseando su celeste mirada de un lado a otro, al tiempo que su mente maquinaba cómo es que podía hacer que aquel departamento pudiera entrar a la "coordinación".

     

    Asintió levemente, estando de acuerdo con que en verdad poco había de previsión en una actividad como la de aquel departamento. Analizando cada palabra, buscando la forma de poder tener una conexión con aquel lugar sin ser precisamente mediante la conexión ya existente. Y la encontró.

     

    - ¿Sabes? lo que podría servirnos - comenzó, con una media sonrisa, dando un sorbo más a su taza - es el tener las investigaciones, saber de quienes son los que el ministerio sospecha - sus zafiros se clavaron en los ojos de su compañera mortífaga, esperando que intuyera hacia dónde quería dirigirse Gyvraine con aquellas visitas por todo el ministerio -. En estos tiempos en los que hay tantos delincuentes por ahí con luz en el rostro, supongo que la oficina del ministro debería tener cierta información, ¿no crees? - añadió, sin borrar la sonrisa de su rostro.

     

    Recordó el listado de las jefaturas que había en aquel departamento y entonces encontró la conexión: "la oficina de relaciones ministeriales". Se quedó en silencio un par de segundos, mientras su pluma rasgaba el pergamino, que hasta ahora ya se estaba enrollando de tantas notas que había conseguido.

     

    - ¿Quién es el jefe de esa última oficina? - preguntó con el interés brillando en los ojos - más que un informe de proyectos a futuro, podría ser un informe de proyectos hechos y las investigaciones que tienen - comenzó dudosa - ¿Tú qué opinas, se podría? - se llevó una mano a la barbilla, con un gesto pensativo y la concentración reflejada en sus finos rasgos - No sé, donde diga cuántas veces se tuvo que recurrir a la oficina de desmemorizadores o si es que se sospecha de alguien para catear su mansión. Por supuesto, todo bajo las más estrictas medidas de seguridad para que solo ciertas personas - dijo aquello con un tono peculiar - puedan tener acceso a ellas. La idea es que seamos un ministerio muchísimo más... unido - añadió con una sonrisa, esperando que aquello fuera posible, tener a ese departamento en colaboración era de sus principales ambiciones.

  5. Soltó un resoplido de aburrimiento al ver que las cosas iban demasiado lentas, como si los fenixianos y su pasajera gloria en duelos se hubiera esfumado de pronto. Gyvraine simplemente negó con la cabeza y bajó la varita, buscando algo con la mirada.

     

    - Vamos, querida, no hay más que hacer aquí - le dijo al cuerpo inerte de Koa, y se lo echó al hombro , antes de buscar de nuevo con sus zafiros entre la multitud de mortífagos a Zack. La Malfoy chasqueó la lengua y le hizo una señal, a pesar de que los hechizos aun volaban de un lado a otro, ella estaba protegida.

     

    - Hora de irnos, "hermano" - le dijo a Zack, sabiendo perfectamente que no tenían ni un solo parentesco. Lo tomó de la mano y casi lo arrastró a la puerta, pues el mago no quería salir. Apenas estuvieron de nuevo en el callejón empedrado, giró sobre sí misma y se llevó con ella a un par de mortífagos.

  6. Zarco había caído muerto por el sectusempra que había impactado de lleno en él y el único intentó por defenderse no fue ni de cerca efectivo.

     

    - Silencius - dijo con rapidez Gyvraine al escuchar como Aime comenzaba diciendo "corpus", pero no alcanzó a terminar su hechizo pues se quedó sin voz. Gracias a esto, la fenixiana no había conseguido aparecer un fenix y mucho menos curarse con sus lágrimas - no tan rápido - susurró la Malfoy, sabiendo que se encontraba protegida por el detritus de Agatha.

     

    - Fuego Maldito - dijo de nuevo y un nuevo búho real salió de su varita, tomando vuelto y yendo justo sobre la cabeza de Aime para caer en picada y provocarle graves heridas, que de no ser curadas le arrebatarían la vida.

  7. Todo le parecía en cámara lenta, demasiado anormal para una batalla y la Malfoy comenzó a preguntarse si es que solo ella lo veía de esa forma.

     

    - Anular Aqueora - susurró y la varita de Pandora vibró en señal de que no podría realizar ese hechizo durante el resto de la batalla, después de todo no lo necesitaría. Gyvraine seguía girando su varita, casi como dándose el tiempo a pensar en su siguiente movimiento - Fuego Maldito - dijo y de su varita de arce salió un enorme búho real hecho completamente de fuego, que tomó vuelo y al estar sobre la cabeza de Pandora, cayó en picada con la única intención de provocarle graves quemaduras y, con un poco de suerte, arrancarle la vida.

     

    - Soy solo yo o todo esto es extraño - preguntó a nadie en particular, mirando a su alrededor, desde sus compañeros hasta los mismos fenixianos..

  8. Las manos fantasmales lograron de inmediato detener el camino de un lobo que iba directo al ataque de Gyvraine, en verdad era un hermoso animal como para asesinarlo de forma cruel. Lástima por su creador.

     

    - Silencius - alcanzó a decir la mortífaga y Zarco solo pudo decir morp antes de quedar sin voz - suerte para la próxima - dijo la mortífaga, encogiéndose elegantemente de hombros, pues con eso el ataque del fenixiano no había surtido ningún efecto.

     

    - Sectusempra - dijo Gyvraine apuntando directo al pecho de Zarco, para que un rayo escarlata saliera de la punta de su varita y fuera directo al fenixiano, con la intención de alcanzarlo y al hacer contacto con su cuerpo provocarle graves heridas que sangrarían tan profusamente que lo dejarían sin vida.

  9. - Genial, si vinieron - dijo casi con alegría la mortífaga haciendo que su varita de arce girara entre sus dedos - Séneca - susurró para que de inmediato la garganta de Pandora comenzara a deshidratarse al grado de dejarla sin voz después de decir una palabra más. La Mortífaga había visto como hilos de luz se formaban en un hechizo, suponiendo que pronto vendría muchos más.

     

    Un pensamiento bastó para que un par de manos fantasmales aparecieran frente a ella, dispuestas a defenderla tanto si había hechizos que intentaran dañarla de frente como si venían por la espalda o cualquier costado. Esas necrohand serían su guardaespaldas personal.

     

    Gyvraine simplemente sonrió, hacía mucho que no se encontraba en una situación tan estresante.

  10. Apenas había puesto un pie en casa cuando sintió cómo es que su marca tenebrosa comenzó a arder, la punzada se le antojó tan extraña que por un momento no supo lo que en verdad significaba. Bastaron un par de parpadeos para cerrar su mano en un puño y en éste se materializó su varita de arce, con la que hizo una elaborada floritura, haciendo aparecer una máscara para cubrir su identidad y una delgadísima túnica negra.

     

    Soltó un suspiro y giró sobre su propio eje, desapareciendo en medio de zarcillos de oscuridad que la transportarían hasta el lugar de donde provenía el llamado. Al abrir los ojos, se encontró de frente al local de "El refugio mágico" y sin ninguna emoción, casi con aburrimiento, Gyvraine avanzó hasta adentrarse al local y situándose a diez metros del objetivo levantó su varita.

     

    - ¿Qué? No llego tarde ¿verdad? - preguntó a nadie en especial, mirando a sus compañeros que ya estaba dispuestos a asesinar y capturar a la fenixiana.

  11. La directora apareció mucho antes de lo que la Malfoy siquiera hubiera imaginado, por lo menos aquella visita prometía mucho más que la última en Servicios Administrativos. Gyvraine inclinó la cabeza a un lado y tras un par de parpadeos de reconocimiento, recodó desde hacía cuanto conocía a la rubia que se le acercaba.

     

    - Cierto, hacía muchísimo que no coincidimos... en un ambiente laboral - añadió lo último, con una sonrisa, pues en muchas ocasiones se había cruzado en los pasillos de la Fortaleza Oscura -. Verás, ahora soy la nueva asesora para la coordinación de los departamentos - comenzó, quejándose por milésima vez por el nombre tan largo de su puesto - y pues, cómo imaginarás, está todo hecho un lío, no existen prácticamente registros de los departamentos y pues, así no los puedo coordinar.

     

    La mujer que antes le había atendido había llevado un par de tazas de humeante café, por lo que la Malfoy hizo una leve pausa, disfrazada de un educado silencio siendo más que nada era para que la empleada no escuchara la conversación. Tomó lentamente un sorbo de su taza, humedeciendo apenas sus rosados labios y en cuanto escuchó la puerta cerrarse tras la recepcionista, irguió de nuevo la espalda para continuar.

     

    - Estoy visitando a todos los departamentos para que no solo me digan a qué se dedican, sino también sus planes futuros - había pensado en aquella letanía de instrucciones tantas veces que parecían salir de entre sus labios por cuenta propia -. Esto con la intención de que en un futuro cada departamento mande a la oficina del ministro, en especial a la mí asesoría, los proyectos que tendrá cada cierto tiempo. Por ejemplo, que cada dos semanas o cada mes, los directores me envíen sus proyectos, después de haberlos planificado con sus jefes, por supuesto, de lo que harán en las siguientes semanas.

     

    El esquema que había planificado en su mente y había sido aprobado por la directora de su departamento se dibujaba en su mente claramente, como escaleras iluminadas lentamente a la luz de las velas. tomó un nuevo sorbo de café, para examinar la expresión de Sophie antes de continuar.

     

    - No es que los departamentos tengan que rendirle cuentas a la oficina del ministro, pero siempre es bueno tener la información de cada paso que hay en el ministerio, ¿no crees? - aquellas últimas palabras sonaron con un tono extraño de complicidad, pues ambas estaban en el ministerio como infiltradas de la marca y aquel plan les beneficiaba demasiado - Además, de que me da a mí mucha más posibilidad de vincularlos entre ustedes como directores - añadió, tratando que desapareciera la atmósfera mortífera de sus planes - ¿Qué tal si comenzamos con una detallada descripción de tus actividades?

     

    Su pluma mágica se detuvo sobre el pergamino, ambos flotando a su lado, en espera a escribir de inmediato cada palabra dicha por Sophie y así preparar un informe completo de cada actividad en el ministerio. Los ojos azules de Gyvraine se clavaron en la directora, también a la expectativa de su opinión, esperando que ella hubiera comprendido la importancia camuflada en su trabajo ministerial.

  12. Quinta Planta - Dada de alta por Jessie

     

    Recibió el espejo de buen agrado y apenas miró a través de él, unos familiares ojos azules le devolvieron la mirada, pero conforme examinaba cada detalle de su rostro se daba cuenta el estado en el que se encontraba. "Estoy terrible" pensó, escuchando cómo la sanadora le recordaba el día en el que estaban... otoño.

     

    - Genial, pociones - respondió sujetando el frasco con sus delgados dedos y sin ningún ánimo o emoción en la voz, pues lo cierto era que más que os hospitales, detestaba las pociones -. Espero no tener que regresar, aunque, por cómo están las cosas... una nunca sabe, ¿no? - añadió la Malfoy encogiéndose elegantemente de hombros y percatándose que misteriosamente, casi por arte de magia, su varita de arce la estaba esperando al lado de la capa que la sanadora le había proporcionado.

     

    Apretó su varita en la palma de su mano y sintió como un calor le inundó la yema de los dedos, casi como si se dieran las bienvenida un par de viejas amigas. Bastó un floritura, para que Gyvraine quedara vestida con la capa que estaba en la camilla y se deshiciera de los harapos que le vestían.

     

    - Muchas gracias por todo - se había tomado de un trago la poción y comenzaba a sentirse como nueva apenas el líquido había entrado en contacto con su cuerpo -. Un placer conocerla, sanadora Jessie - tomó el pergamino y, erguida por toda su altura, se encaminó directo a la salida del hospital, como si en verdad no hubiera estado maltrecha apenas unos minutos antes. Tenía aun mucho trabajo que le esperaba como para consentirse a sí misma más del tiempo necesario.

  13. Quinta Planta - atendida por Jessie

     

    Con una sonrisa vio como es que una mujer se acercaba a su cuerpo, y no pudo más que sentir por fin alivio de saberse de nuevo viva. Miró de un lado a otro y esperó el momento en que de nuevo sentiría cada célula de su cuerpo, pensando si es que al momento de recobrar el conocimiento sería consciente de cada herida en su maltrecho cuerpo.

     

    El aire entró de pronto en sus pulmones, su corazón de nuevo comenzó a bombear lentamente y su piel pareció activarse al mismo tiempo como por un rayo eléctrico. De apronto abrió los ojos y aspiró una enorme bocanada de aire, la primera después de quién sabe cuanto tiempo sin estar con vida, tanto que todo movimiento se le antojó doloroso.

     

    - Hola - saludó sujetándose la cabeza, siempre había detestado la migraña que le daba después de revivir - No sé el día, pero si sé cómo me llamo - comenzó aun con las manos a cada lado del rostro, casi como examinándose la piel - Gyvraine Malfoy, un placer - se presentó con una media sonrisa, clavando por primera vez sus celestes ojos en la sanadora de la quinta planta.

     

    Extendió los brazos delante suyo y vio los harapos que tenía puestos, como si su elegante túnica hubiera sido arrastrada por todo el piso de la prisión en la que había estado. Soltó un resoplido de molestia y prefirió examinar a su alrededor, casi como para verificar que estaba en el hospital.

     

    - Dime que podré irme pronto - le dijo a la sanadora con un dejo de suplica -, los hospitales no son muy lindos - añadió sonriendo apenas antes de recostarse sobre la camilla un segundo para después erguirse y sentarse con los pies colgando por un lado.

  14. Cerró los ojos tan solo un instante, escuchando tan solo el traqueteo propio del elevador, mientras se dirigía al cuartel General de Aurores. Gyvraine trataba de alejar su mente del último departamento que había visitado, esperando y casi confiando que en su siguiente parada las cosas irían mejor, y mucho más tratándose de una directora que seguramente comprendería sus intenciones.

     

    La fría voz femenina le sacó de sus meditaciones y le hizo centrar de nuevo su atención en el lugar al que acababa de llegar. De inmediato su pluma mágica pareció activarse y prepararse para comenzar a escribir cada detalle en el rollo de pergamino que levitaba sobre el suelo a unos centímetros al lado de la Malfoy, anotando todo lo que se le era ordenado.

     

    - Buen día - saludó Gyvraine llegando hasta el escritorio de quien parecía ser la recepcionista -, soy Gyvraine Malfoy, asesora para la coordinación de los departamentos - se presentó, dibujando apenas una media sonrisa en su rostro - vengo de la oficina del ministro para ver a la directora. En realidad, no tengo cita alguna, pero espero pueda atenderme - continuó, diciendo cada palabra con el tono más neutral que podía.

     

    No estaba segura de revelar demasiada información por su visita, después de todo su objetivo principal era el tener la mayor información posible del departamento, así como sus planes a futuro y después marcharse, para que quedara como un "secreto" entre ella y la directora. Sabía que aquella planta en especial era de vita importancia, pues se trataba de nada más y nada menos que quienes hacían valer la ley en el ministerio. Siempre era importante saber sus puntos fuertes, pero también los débiles.

  15. Quita Planta

     

    Su cuerpo había aparecido mágicamente en medio de la quinta plana de San Mungo, aquel extraño poder que la había transportado desde la prisión fenixiana hasta el hospital era la misma que le había arrebatado la vida apenas había atravesado los límites de la orden. El espíritu de Gyvraine no se había separado ni un instante de su cuerpo, no quería regresar a la vida y estar vagando lejos de su cuerpo.

     

    - Nunca había venido a esta parte del hospital - dijo el espíritu de la Malfoy, mientras examinaba a su alrededor, esperando a que algún sanador fuera a su ayuda, pues no era como si pudiera gritar por ayuda, sino simplemente esperar a que llegara -. ¡Qué desconsiderados! ¡Pudieron dañar mi rostro! - susurró acariciando su propia mejilla con un dejo de fingida indignación - Además de no tener ni pruebas para llevarme - se quejó, sin apartarse de la camilla sobre la que descansaba su cadáver.

     

    Soltó un suspiro, o por lo menos esa fue la intención, pues no sabía exactamente si un espíritu podía tener siquiera aliento para hacerlo. Parecía que tenía que esperar unos minutos más antes de volver a llenar los pulmones de aire y sentir como su corazón volvía a la lucha casi interminable contra el veneno de vampiro que aun amenazaba con apoderarse por completo de ella.

     

    - Supongo que aquí sí saben que soy Gyvraine, ¿no? - se preguntó mirando por los pasillos, en espera a atención - Bueno, no es que en las mazmorras no lo supieran - se dijo, sin preocuparse porque la escucharan, pues estaba muerta y segura esa conversación consigo misma la tenía solo en su mente.

  16. Volvió a escuchar más y más ruidos, ¿acaso había más mortífagos encerrados? Frunciendo levemente el entrecejo se acercó hasta los barrotes que la separaban del pasillo, con la única intensión de tener por lo menos una imagen que pudiera decirle el por qué de tanto alboroto. Se había olvidado ya de todo, incluso del hecho de estar aburrida después de días de encierro.

     

    - Deberían poner películas, por lo menos, o darnos algo qué leer - se quejó regresando a su mullido colchón después de que no pudo averiguar el por qué del alboroto a unos metros de distancia. Miró de nuevo las paredes, pensando que a ese paso se las aprendería de memoria, cada grieta, cada pequeña rendija que a esa hora del día ya no hacía pasar los rayos de luz.

     

    De pronto, en la pared vio como su silueta se dibujaba, proyectada gracias a una cegadora luz a su espalda, como proveniente de la entrada de su celda, de hacía segundos se había apartado. Gyvraine no pudo más que sonreír, sabía de lo que se trataba e incluso esperaba con ansias, pues representaba su pase de salida de ese lugar.

     

    - Te tardaste demasiado - le recriminó a el flashazo que dio de lleno en su rostro y le arrebató la vida, para transportarla hasta San Mungo, a la planta donde iban los neutrales. Solo quedaba decirle adiós a esas mugrientas paredes.

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  17. - ¿Cuidados especiales? - susurró escuchando palabras lejanas que habían llegado hasta su celda - Vaya, sabía que algún día iban a hacerme caso con eso de hacer un pase de cliente frecuente - dijo en un susurro muy lejano de la alegría, sin moverse siquiera un centímetro desde el rincón en el que se había sentad a esperar la muerte.

     

    Sus zafiros recorrieron el lugar y algo en su interior le decía que debía acostumbrarse a aquello, por lo que intentó no pensar en la mugrienta pared sobre la que estaba recargada, así como lo asqueroso que parecía estar cada centímetro. "No sé cómo se llaman defensores del bien y tratan así a la gente inocente" pensó con cierto sarcasmo, sabiendo ella misma cuan inocente era.

     

    Al acercarse al pasillo, pudo darse plena el por qué del trato especial, habían llevado capturada a una mujer embarazada que se le hacía vagamente conocida, tal vez de estar unos metros más cerca Gyvraine hubiera notado que se trataba de una de sus compañeras de bando.

     

    - Eso es bajo hasta para ustedes - alcanzó a decir la Malfoy antes de volver al centro de su celda, sabiendo que pronto saldría de ese asqueroso lugar y lamentándose un poco por quienes acaban de llegar -. Tengan cuidado lo que combaten, podrían terminar mucho peor que ellos - dijo al aire, sabiendo que seguramente ningún guardia la escucharía.

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  18. Escuchó cómo es que Reena, hablando con alguien de todas las personas que estaban en el lugar le decía que tendría que salir del departamento y Gyvraine encontró la forma para terminar con esa visita. Bastó cortar la parte final en su pergamino, que aun estaba completamente limpio, y sacando una pluma de el aire, con una elaborada floritura de su varita, para comenzar a escribir una nota.

    Solo necesitamos que por favor responda a:

     

    ¿Tiene contacto con otros departamentos para organizar alguna actividad?

    ¿Usted planifica las actividades en el departamento o es conforme a la afluencia de personas que llegan a solicitar sus servicios?

     

    En cuando se desocupe, por favor envíelo a la Oficina del ministro, en particular a la asesora para la coordinación de departamentos. Su respuesta nos será de gran ayuda y le aseguraremos guardar muy bien esa información para no volver a molestar con las mismas preguntas.

     

    Atte:

    Gyvraine Malfoy.

     

     

    La asesora dobló el pedazo de Pergamino, y con un toque de la punta de su varita este voló en forma de avioncillo, para irse a posar frente a Reena, hasta el momento en el que decidiera abrirlo. Soltó un suspiro y con un asentimiento de la cabeza a modo de despedida pasó frente a la directora de los Servicios Administrativos.

     

    - Al siguiente departamento, Mery - le dijo a su compañera que había estado completamente callada desde que habían llegado -. Espero su pronta respuesta, hasta luego - se despidió la Malfoy volteando por última vez y dirigiéndose al pasillo por el que había entrado y que la llevaría a los ascensores directo a su siguiente destino.

  19. Había llegado ahí prácticamente por su propio pie, pero sabiendo la compañía que le esperaba era preferible cerrar los ojos y dejar que los días y las noches pasaran, escuchando los lejanos ruidos de guardianes y prisioneros sin ponerle demasiada atención. Miraba de cuando en cuando a su alrededor sabiendo que no podría volver a escapar como la última vez, pues muy a su pesar, los "defensores del bien" ya habían aprendido su lección.

     

    - bring bring the boys out - dijo de pronto, cuando en su mente se había inundado con un canción y fue entonces que recordó el momento exacto en el que había sido capturada: ¿Qué habría pensado el Rexdemort después de verla atada y atacada por dos haces de luz? Genial, una cosa más de la cual preocuparse.

     

    Se incorporó en su mullido colchón que, para esas alturas ya le era bastante familiar, y se quedó en silencio, olvidando por completo la canción de hacía un momento, pues se dio cuenta que ni siquiera se había dado cuenta cuánto tiempo había estado ahí, en el mismo lugar. Apoyó su espalda en la mugrosa pared y sus celestes ojos se quedaron fijos a la entrada, como esperando a que alguien entrara por ella.

     

    - Tanto tiempo ha pasado, que hasta la muerte ha de haberse olvidado de mi - se quejó, muerta de aburrimiento con mechones de cabello castaño cayendo por la cara, pero al parecer sin ninguna intención de querer apartarlos de ahí, casi como sino le importara más - Ya me quiero ir - dijo en un susurro, inclinando la cabeza a un lado.

  20. Gyvraine alzó ambas cejas en un claro gesto de sorpresa mezclado con diversión, pues en sus labios se había formado una leve sonrisa, al tiempo que su pluma mágica escribía cada palabra que había pronunciado la directora de los servicios administrativos. Le divertía demasiado la respuesta de la mujer, por lo menos la Malfoy podría relajar un poco su máscara de amabilidad con Reena, su actuación podría ser dejada de lado.

     

    - Si, algo más - respondió la Asesora, sin dejar de sonreír pero con un sentimiento completamente diferente reflejado en sus celestes ojos - ¿Ustedes se encargan de algunos de los servicios, como seguridad, transportes o solo archivan? - preguntó después de un rato, cuando la directora ya se había acercado a más personas que estaban en el departamento. Se había paseado por el lugar, anotando cada detalle, desde ser un lugar bastante concurrido hasta detallar incluso lo que hacían los demás empleados.

     

    En realidad Gyvraine había puesto muy poca atención e importancia al hecho de si estaba interrumpiendo o no, después de todo la directora tenía razón, cada que había nuevo asesor debía molestar al ministerio entero con un "censo", pero era algo que en particular no le incomodaba en absoluto. Incluso, sus visitas como asesora en el futuro dependerían de la respuesta dada por Reena.

     

    A unos cuantos metros vio a Anna haciendo un trámite,el cual la Malfoy también ordenó escribirse en el informe, pues la pluma no paraba de rasgar el pergamino. Saludó a su compañera de ideología con un asentimiento y volvió a pasearse por el lugar, en espera de una contestación por parte de la directora, antes de marchar al siguiente departamento junto a Mery que había estado callada desde que habían llegado.

  21. Inclinó la cabeza a un lado al ver el gesto con el que le había sonreído el joven Rexdemort, sospechando haberlo visto en algún otro lugar mejor dicho en otra sonrisa. Pero el intento por recordar quedó completamente olvidado al saber la procedencia de los mapas ahí expuestos, y sobre todo del mapa que acababa de venderse.

     

    - Claro, me dijeron que los Chinos era muy buenos cartógrafos - le dijo con una sonrisa sin saber si asombrarse o no por saber que algunos productos era de dudosa procedencia -, también son muy buenos artesanos, seguro hacen cualquier cosa, hasta podrían ser cantantes, hacer dramas, sacar discos y hacer duetos con otros cantantes en tan solo un año. Los chinos invaden el mundo, literalmente de.. "atrapan" - añadió riendo, esperando a que el joven comprendiera la pequeña alusión.

     

    Su mirada se dedicó a recorrer el lugar, como buscando en cada rincón la confirmación de que en aquel lugar hacía falta algo de vida parlante y verde. Bajo sus pies la madera crujía con cada paso, y por un instante la Mago Oscuro temió terminar un nivel más abajo por la fragilidad del piso.

     

    - Los loros pueden venir del mismo lugar que los mapas: Made in China - bromeó, aun paseándose por el lugar, pero notando de inmediato que la zona del callejón donde estaba el barco ya se estaba quedando sin gente -. Lo difícil es que la gente compre - se quejó, subiendo de nuevo a la barandilla del barco - los negocios pueden estar desiertos por días. Te aseguro que si tuvieras contrabando ilegal ni los defensores de la justicia y el orden te visitarían para detenerte - suspiró - Hasta vivir fuera de la ley tiene sus momentos de crisis.

     

    Una de las múltiples razones por las que estaba de visita era justamente por lo llamativo del negocio, pero al parecer ni la amplia publicidad hacían ventaja. Tal vez debería haber algo más ilegal para que hubiera visitas inoportunas. Solo aquel pensamiento le recordó que debía cuidar su espalda sino quería volver a quedar encerrada en la prisión fenixiana.

     

    - Se supone que solo tenemos que esperar a que lleguen los clientes, ¿no? - preguntó, colgándose de cabeza, sustentante de la barandilla de madera con las piernas y mirando hacia el callejón - Ya veo por qué mi negocio no funciona, soy demasiado impaciente - concluyó, sonriendo aun sin erguirse de nuevo, esperando ver pronto a alguien acercarse.

  22. Antes de que pudiera volver a llamar a la puerta ésta se abrió de par en par y le mostró; a una mujer que las miró atenta. Gyvraine parpadeó un par de veces antes de comprender por completo las palabras de la Directora que le preguntaba la razón por la que Mery y ella se encontraban ahí, de pie frente a su puerta.


    - Esperamos no ser inoportunas - comenzó la Malfoy con calma y recordando su misión -, pero venimos del Gabinete del ministro. Soy Gyvraine Malfoy, Asesora para la Coordinación de Departamentos y ella es mi compañera Mery - las presentó; y extendió la mano hacia Reena a modo de saludo -. Quisiéramos poder platicar con usted sobre Servicios Administrativos que va desde sus actividades en general, así como los planes que tiene a corto y mediano plazo - comenzó ordenando sus propias ideas.



    La pluma azul que flotaba a su lado comenzó a ir y venir en el pergamino, escuchándose el rasgueo y las tachaduras de cuando en cuando. Gyvraine quería contar con el registro de cada palabra de esa conversación, pues sabía que para sus diversos planes eran necesarios los detalles.


    - Esto con la intención de poder vincularla con los demás departamentos - continuó - sin mencionar el hecho de que así la Oficina del ministro sabrá las actividades que se llevan a cabo en todo el ministerio, pues estas visitas las haremos por cada departamento - sabía que tenía que explicar sus planes para que la directora comprendiera qué información necesitaban y no la distrajeran demasiado, pues se comenzaban a escuchar voces de quienes llegaban a solicitar el servicio -. Por supuesto que los departamentos no tienen que rendirle cuentas a la Oficina del ministro sino, más bien, el papel que queremos es el de articulador, que los directores viertan su información en el Gabinete y así se tenga una idea clara de hacia donde se dirige el ministerio con cada acción hecha por sus directores.



    Así de pie como se encontraba, no quiso ahondar más en el tema y más bien esperaba la respuesta de Reena o que Mery agregara algo más. La Mago Oscuro sabía que aquellas entrevistas no deberían ser demasiado extensas, así en muy poco tiempo contarían ya con toda la información no solo de ese departamento, sino de todo el ministerio y entre más se apresuraran más rápido tendrían el plan completo del ministerio en su conjunto.


  23. Frunció levemente el entrecejo, con un dejo de confusión y preocupación en la celeste mirada, a ver como es que la recepcionista parecía al borde del desmayo. No era en realidad que a Gyvraine le importara mucho la salud de la mujer, pero sus modales le mostraban que en realidad las personas apreciaban si se mostraba interés en ellas.

     

    - Muy bien, avisaremos la próxima vez, esta ocasión nos tomó a sorpresa incluso a nosotras - concedió la Malfoy con voz, incluso amigable, lejana por completo de la fría expresión que solía adoptar con el personal, pero siempre era bueno tener de su lado a quienes conceden citas con los directores -. Supongo que su despacho ha de estar indicado con algún titulo, ¿no? - añadió la mortífaga ya avanzando hasta el interior del departamento haciendo una señal a Mery para que la siguiera.

     

    Cuando su compañera le alcanzó con un gesto de la cabeza señaló a la recepcionista que habían dejado atrás y rodó los ojos, en signo de exasperación. Los empleados tenían cada vez más aires insolentes con el paso de los años, tratando a sus superiores casi como sus iguales. Con un resuelto movimiento de su mano llevo su largo cabello castaño tras su hombro, haciendo que éste cayera en cascada por su espalda, sobre su larga túnica blanca.

     

    - Y aquí vamos, espero no tardar demasiado, aun tenemos mucho que hacer - le comentó con una sonrisa torcida a Mery, al tiempo que con los nudillos tocaba tres veces la puerta sobre la que rezaba el nombre de "Directora". Solo debían esperar a que ésta atendiera y no se encontrara demasiado ocupada para la "entrevista", que comenzaba ya a tomar forma en su mente.

  24. Después de dar su pequeño discurso el fenixiano, Gyvraine no comentó nada, sabía que no comprendería en realidad lo que intentaba decirles y que sus ganas de ser un héroe le cegaban. Movió los pies y comenzó a caminar pos su celda, convenciéndose de que ese lugar en verdad era demasiado feo y asqueroso como para pasar un día más ahí.

     

    - En verdad deberían limpiar este lugar, se supone que no deben ser como los mortífagos - se quejó, procurando no tocar nada y tratando de no recordar el hecho de que había estado allí quién sabe cuantos días - ¿Hola? - preguntó al darse cuenta que no había nadie fuera de la celda - ¿Acaso se habían ido? - miró hacia el pasillo y en verdad no había nadie.

     

    Al tocar la puerta de su celda ésta se abrió como si por falta de magia hubiera cedido apenas a la presión que ejerció Gyvraine. Sin decir nada pero con una sonrisa en el rostro avanzó a través de los mugrientos pasillos. No encontró a nadie en su camino, parecía un edificio fantasma, solo eco de antiguas batallas, pero nada más, ni siquiera de los protectores del orden estaban ahí. Cuando llegó a los límites de los terrenos de ese lugar, giró sobre sí misma y desapareció. No había tenido que recurrir a nada más que caminar para salir de ese lugar.

  25. Gyvraine se mantenía de pie en el ascensor, con el traqueteo propio de las rejas al moverse en medio de los túneles que la llevarían de la Oficina del ministro hasta la planta donde estaban los Servicios administrativos, acompañada de Mery. Su pluma mágica se mantenía a su lado, flotando a la altura de su hombro y en espera a la primer instrucción para comenzar a escribir.

     

    - ¿Sabes? - comenzó la platica a Mery, su compañera de departamento - en realidad no sé exactamente qué se hace aquí, creo que comenzaremos por eso - continuó al tiempo que las puertas de elevador se abrían con un ruido metálico y la fría voz femenina les indicaba que habían llegado a su destino. La Malfoy comenzó a avanzar en cuanto puso un pie fuera, sabiendo perfectamente que su pluma no se retrasaba.

     

    La Asesora para la Coordinación de Departamentos por lo menos sabía que ese era uno de los departamentos más pequeños, pero de los más importantes, así que no se podía pasar por alto su visita y, sobre todo, el recolectar la mayor información posible. Apenas había avanzado un par de metros, se encontró de frente con el escritorio de la recepcionista quien le miró atenta.

     

    - Buen día, disculpe, necesitamos hablar con la directora - saludó la Malfoy, con los ojos clavados directamente en la mujer -, soy Gyvraine Malfoy, Asesora en el gabinete del ministro, y ella es Mery Haughton, mi compañera - continuó presentándose y acortando el nombre de su puesto, siempre le habían causado conflicto los nombres demasiado largos -. No tenemos cita, pero espero podamos verla - terminó, esperando alguna respuesta.

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