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Monica Malfoy Haughton

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Todo lo publicado por Monica Malfoy Haughton

  1. “¿Piensas atacarme todo el día?” Escuchó la pregunta de manera lejana, pero no respondió. DonTau siguió hablando en respuesta a lo que ella le había preguntado un momento antes pero Mónica, en vez de mirarlo a él, tenía la vista fija en la figura que acababa de entrar en la sala. El mago estaba de espaldas a la entrada por lo que Mónica quedaba de frente a la misma pero cubierta parcialmente por el cuerpo de su interlocutor. Apretó las manos contra su propio regazo, asegurándose de que allí estaban todos los pergaminos con los que había llegado. - No, te prometo que no te seguiré atacando – respondió finalmente mientras se inclinaba sobre su asiento intentándose ocultar con cierto nerviosismo-. Se que esto te parecerá rarisimo, pero necesito un favor. No creas que suelo pedirle favores a cualquiera, pero es cuestión de vida o muerte. Había sacado la varita y tras un leve susurro, un débil haz de luz blanco salió de esta y envolvió los cinco rollos de pergamino, desapareciendo tras unos cortos segundos. Miró a quien hasta hacía media hora era un total desconocido y teniendo la esperanza de que hacer eso no provocaría una nueva guerra entre ellos, tomó la mochila con la que un momento antes había tropezado y guardó los pergaminos en el interior. - Necesito que me guardes esto – cerró la mochila sin enseñarle lo que acababa de ocultar y la dejó en el asiento en el que antes la había dejado su propietario como si en ella no hubiera nada importante. Guardando la educación que podía, no miró siquiera en el interior puesto que de otro modo hubiera sido invadir mucho más la privacidad del Dumbledore-. Los acabo de proteger para que nadie pueda ver el contenido escrito en ellos, por lo que si alguien los encuentra no sabrá lo que es y no correrás peligro alguno. Después de decir eso sacó del bolsillo del pantalón varias monedas y la puso sobre la mesa, junto a la mano de Dontau, las cuales serian suficiente para pagar lo que había pedido e incluso sobraría. De pronto se puso en pie, atrayendo la mirada del recién llegado que hasta ese momento no la había visto, yque se detuvo en seco cuando la reconoció. La cara del hombre, cruzada de lado a lado por una cicatriz que por su aspecto parecía reciente, hizo que la bruja de rojo cabello se estremeciera. - Perdona mis modales de hoy – sonrió levemente sin mirar al peliblanco-. Nos volveremos a ver. Justo tras decir eso se encaminó con paso veloz hacia la puerta seguida de cerca por quien claramente solo había llegado buscándola y estando segura de que dejaba tras de sí un mar de dudas.
  2. Buenos días! Antes de hacer mi inscripción tenía una duda y no sabía si dejarla aqui o en el topic de consultas general. Espero no equivocarme. He visto que se supone que solo está permitido un empleo, pero en el listado veo gente con varios y no sé el criterio para diferenciar unos u otros puestos. El puesto que tenia era: Directora de la reserva de criaturas mágicas 'Newt Scamander' y presidenta de la Comisión Internacional para la protección de especies mágicas. El primerio es obviamente canon, pero el segundo es un invento rolistico en complemento del puesto ministerial. Estaría permitido?? Muchas gracias
  3. Continuar con la trama que quería empezar antes de la migración y que ciertas personas me ignoraron(??? 

  4. El calor y la humedad, incluso estando ya dentro del edificio, le anunciaron que estaba en un lugar más que conocido aún con la magia que lo acondicionaba. Mónica se encontraba ya en el interior del colegio mágico, recorriendo un largo pasillo repleto de puertas a uno y otro lado y cuya vieja madera delataba la antigüedad del recinto del que formaban parte. Se detuvo al llegar frente a una de las puertas y llevó su mano hasta el picaporte, pero justo antes de tocarlo su mente la transportó hasta un recuerdo que, aunque distante, provocó que la apartara y toda la piel de su cuerpo se erizase. Tomó una buena bocana de aire y empujó la puerta, ya abierta, esta vez sin tocar el metal del pomo y notando la tibieza de la madera áspera bajo su mano. El interior del aula le devolvió un ambiente también cálido, algo sobrecargado y de aspecto cómodo para cualquiera... No es que a ella le encantara sentarse en un pupitre, pero la idea de los cojines en el suelo tampoco se le antojaban precisamente cómoda. Carraspeó y tras analizar el lugar atenta pero rápidamente, observó al grupo que ya se había formado dentro. - ¿Se puede? - vociferó, apartándose el pelo cobrizo de la cara-. ¿Es esta la clase de adivinación, verdad? No había esperado a la respuesta de nadie cuando ya cruzaba la habitación. Atada a la muñeca izquierda tenía una pequeña bolsa de piel diseñada por ella misma en la que había utilizado un hechizo extensible para que, a pesar de su tamaño, sus objetos personales pudieran caber en dentro. La varita sobresalía del bolsillo delantero del pantalón, de color verde cacería y se volvía a esconder debajo de la blusa blanca totalmente abotonada que vestía. Mientras caminaba se había remangado los puños hasta el codo dejando la piel de los brazos al descubierto, posiblemente de forma totalmente consciente. Para sorpresa quizás de algunos, ambos estaban totalmente intactos. - Lamento la tardanza, espero no haberme perdido nada – se quedó algo rezagada a resto e hizo un leve gesto con la cabeza en forma de saludo hacia Anne.
  5. - Mónica Malfoy – se presentó justo después de que la invitara a algo de beber. Había obviado el apellido de su padre por el momento, pues si este y los documentos que llevaba consigo caían en las manos equivocadas, podría tener mucho más que problemas y al fin y al cabo aún no sabía con quien estaba tratando-. ¿Tu nombre es...? Antes de decir su nombre, Dontau se excusó por su actuación. Posteriormente se presentó, provocando que Mónica tuviera un acto reflejo abocado por una vida anterior y arrugara sutilmente la nariz en forma de rechazo. La familia Dumbledore le traía demasiados recuerdos, algunos de ellos le erizaban los vellos de la nuca cuando la imagen de Lucas le cruzaba la mente, pero la mayoría solo le recordaban gritos y sangre. - Así que Dumbledore – murmuró entre dientes-, ahora entiendo muchas cosas. La próxima vez será mejor dar un paso al frente, ya sabe… ser algo más valiente en vez de intentar evitar la responsabilidad de sus actos. Mientras hablaban el camarero se había quedado de pie junto a ellos y los había estado observando como si fuera un partido de tenis. Sus ojos cambiaban de uno a otro, aunque finalmente se detuvieron en la bruja de pelo rojo esperando a que esta de une vez le dijera que deseaba tomar. Ella, por su parte se tomó unos segundos más para terminar de decidir. - ¿Tienen vinos en la carta? - un leve asentimiento se lo confirmó-. ¿Pinot noir? - A eso no le respondió, simplemente se giró sobre sus talones y se alejó de la mesa. Mientras regresaba, Mónica se volvió a dirigir a quien ya estaba sentado frente a ella, después de dejar los pergaminos sobre su propio regazo. - Creo que nunca le había visto antes por aquí – anunció finalmente, escudriñando los azules ojos del mago-. ¿Quién eres? - aunque ya se hubiera presentado, aquella pregunta iba más allá del simple nombre.
  6. Justo antes de alcanzar el ultimo rollo de pergamino sintió como unas manos desconocidas la ayudaban a levantarse. Sus ojos se pusieron como platos y se giró dramáticamente, empuñando la negra varita en su diestra mientras que con el brazo izquierdo abrazaba con fuerza el montón de papeles. No le dio tiempo a levantar el arma cuando ya había descubierto que el dueño de las manos solo pretendía ayudarla a ponerse en pie, por lo que sus hombros se relajaron súbitamente. Posiblemente al levantarse tan rápido la sangre había recorrido su cuerpo demasiado deprisa, o algo similar, porque se tambaleó sutilmente nada más la había soltado. Se apoyó por un momento en una de las sillas que casi había tumbado y aceptó la servilleta que el aún desconocido mago le ofrecía; al limpiarse el labio vio la sangre, aunque ya no sentía la pequeña punzada que hacía un momento sí. - Muchas gracias – dijo. Finalmente levantó la vista y observó a su interlocutor. La larga melena cobriza le bailó sobre la espalda, escapándose de esta varios mechones que le cruzaron el rostro. De pronto sintió la vergüenza dada la situación, sobre todo cuando el chico de pelo blanco le dijo que se podría haber matado. - No sé que me ha pasado, ciertamente – se pasó las manos por su ropa, limpiando algo que no existía porque todo en aquel local estaba más limpio que ella misma. Llevaba unos pantalones ajustados de color verde oscuro y una blusa blanca abotonada que se ocultaba bajo un chaleco de colores ocres que dejaba ver parte de su escote. Este ultimo tenía manchas de ceniza y barro en algunos sitios y pretendió ocultar con los pergaminos-, creo haberme tropezado con algo. De pronto el camarero apareció con la bebida que le parecían haber ordenado y en la otra mano una mochila que por las dimensiones que tenía se le antojaba parecida al motivo de su tropiezo. Levantó las cejas, sorprendida, cuando se dirigía al mago que un momento antes la reprendía amablemente por su despiste. - Vaya – murmuró entre dientes. De pronto el gesto le cambio y su mirada bien podría haberlo atravesado-. Veo que más bien podrías haber hecho tú que me matara. De pronto había pasado de estar abochornada a tomar un comportamiento altivo. Parecía que no había podido ocultar durante mucho tiempo aquel carácter que tenía.
  7. Nick: Mónica Malfoy Haughton ID: 85845 Conocimiento: Adivinación Link a la Bóveda: 82974 Link a la Ficha: 79307 Seria posible adjuntarme a la clase? *.* porfavor por favor??? *les dejo muchos caramelos*
  8. Unas botas marrones algo raídas y llenas de barro zapateaban el suelo adoquinado del callejón Diagón mientras la mujer que las llevaba caminaba más rápido de lo normal. En su casi carrera se esforzaba por no chocarse con los otros visitantes del callejón comercial mientras que, apretando los brazos contra su propio cuerpo, sostenía varios rollos de pergamino con casi tan mal aspecto como su calzado. De vez en cuando volvía la cabeza como si alguien la estuviera siguiendo hasta que finalmente entró en el primer local que le inspiró la suficiente confianza. La puerta por la que había entrado era de un cristal completamente negro y la penumbra detrás de él se la tragó casi al instante, oscuridad en la que se quedó envuelta durante unos minutos que aprovechó para comprobar que nadie la hubiera seguido. Soltó un profundo suspiro, casi resoplando, y cerró los ojos dejando caer un segundo la cabeza hacia atrás. Hasta ese momento no se había dado cuenta de que estaba totalmente exhausta y de que le dolían partes de su cuerpo que casi ni recordaba que existían. Entonces se giró sobre si misma y se encaminó hacia el interior del local desde donde provenía una atractiva y sutil iluminación. Las paredes de mármol blanco le dieron la bienvenida aunque lo cierto fue que no se fijó demasiado en la decoración. Vislumbró las dos barras del local y se encaminó hacia la que estaba más vacía, buscando más allá el lugar más apartado. Mientras caminaba su mirada se posó sobre la imagen que le devolvía el gran espero en la pared, donde sus propios ojos verdes le devolvían la mirada con aspecto cansado. Durante la distracción se topó con un bulto inesperado que la hizo tropezar y de nada le sirvió abrazar el montón de pergaminos que sostenía, porque el acto reflejo de protegerse la hizo poner las manos al caer de bruces. El estruendo se escuchó incluso por encima del hilo musical. Al caer se había apoyado en varias sillas y estas se habían deslizado por el suelo haciendo resonar el chirrido característico de la madera sobre este. Los pergaminos habían acabado esparcidos por todo su alrededor y el labio le sangraba al haberse golpeado con uno de los asientos. Tardó apenas medio segundo en levantarse e, ignorando todo el sentido del ridículo, empezó a recoger los rollos velozmente mientras protestaba entre dientes sin notar la cercanía de alguien más.
  9. - No tiene que darme ninguna explicación, lo cierto es que si amenazaba a alguien o solo interpretaba sus runas me trae sin cuidado - hizo una leve pausa en la que sus ojos verdes escrutar on el rostro del mago, aunque no necesitaba juzgarlo para saber hacia donde en caminaba sus pasos. Ella misma había tenido tiempo atrás comportamientos similares, aunque nunca con ese tipo de desplantes-, únicamente lo aviso de lo que parece... Cualquiera podría malinterpretarlo. Se reclinó sobre su asiento y jugueteo, sobre la mesa, con las tres pequeñas piezas que había elegido hacía un rato. Lo miró una vez más cuando le preguntó su nombre, lo que provocó que frunciera el ceño y continuara el gesto con una finjida sonrisa que dejó entrever la perfecta hilera de blancos dientes que tenía. - Soy Mónica Malfoy Haughton - esta vez sí se presentó con su nombre completo, aunque no tuvo la certeza de que él supiera ni de lejos quien era ella o más bien quien había sido-, me presenté antes pero entiendo que no lo escuchara. Estaba... Distraído.
  10. De pronto se había convertido en una mera espectadora de la conversación entre maestra y aprendiz, lo que no pudo más que hacerla resoplar. Aquel tipo de enfrentamientos, amenazas veladas e insinuaciones sólo podían provocarle un aburrimiento tal que bien se hubiera levantado para marcharse de allí si su necesidad por aprender y entender runas mágicas no fuera tan urgente. De hecho, de un momento a otro se descubrió a sí misma mirando atónita al mago que tenía delante, como si fuera el último espécimen de una criatura extraña a la que no había visto nunca… aunque lo cierto era que sí, que los había visto mucho antes y a muchos como él. - ¿De dónde has salido? – preguntó en voz alta casi sin darse cuenta. Si algo caracterizaba a Mónica era la poca paciencia, pero sobre todo, lo directa que podía ser al expresarse. Lo cierto era que no le importaba en lo más mínimo que uno estuviera amenazando al otro ni podía decir que le interesase el motivo por el cual Azrael lo hacía, lo que se le antojaba insoportable era el hecho de lanzar amenazas al aire y luego no aceptar que las habías hecho. Eso, y que encima ella tuviese que perder el tiempo escuchando determinadas frases que parecían más propias de un colegio infantil que de personas veteranas. - En vez de leer Runas parece que le estés intentando decir algo a alguien, compañero – le dijo, con cierto brillo de malicia en la mirada. Ya que tenía que ver arder, lo mismo un poco de gasolina no venía mal-, pero en fin… Se encogió de hombros antes de estirar el brazo y coger el libro. No sabía si él había acabado pero con todo lo que parecía saber estaba casi segura de que no lo necesitaría. - Las mías hablan de cosas que personalmente no sé a lo que vienen – dijo con desgana. Cada segundo que pasaba leyendo sobre runas se daba cuenta del porqué nunca lo había hecho antes y es que no las entendía. - Esta – señaló la primera-, destrucción. Considerada la de la lucha sagrada, dice también algo sobre el misterio… - leía rápidamente, y sin darse cuenta farfullaba en voz alta partes de la lectura hasta que volvió a levantar la mano, esta vez tocando la segunda pieza. – El renacimiento, habla de la ley de la alternación. Deduzco que hace alusión a los cambios, ¿a las diferentes etapas que adoptamos? Esa última pregunta y las palabras previas habían sido más una idea personal que algo leído en el libro. Una idea se estaba formando en su cabeza, pero no sería hasta buscar la última runa cuando se atrevería a proponer lo que en su mente se estaba construyendo. - La acción de tornarse sagrado – murmuró en voz baja aunque lo suficientemente alta para que los otros la escuchasen- ¿Qué diablos tiene que ver eso con la defensa? – preguntó tras un resoplido escandaloso. - ¿La destrucción que llega tras una importante lucha puede traer cambios que necesiten ser defendidos? - levantó levemente la vista. No sabía el motivo por el cual de pronto esas palabras salieron de sus labios, la cuestión fue que lo hicieron-. ¿Tiene sentido?
  11. Tal y como había supuesto en un inicio, la confrontación entre Mica y Azrael tuvo más recorrido del que hubiera deseado. Por suerte, entendía que la bruja no estaba muy por la labor de seguir la discusión que el mago parecía querer tener y eso la consoló en cierto modo; como algunos decían por ahí “dos no pelean si uno no quiere”, una frase que encuadraba perfectamente lo que parecía estar pasando. Por su parte se había limitado a negar con la cabeza a la pregunta que Mica le había hecho sobre si había llevado o no el libro. Sabía que no debía de haber mencionado nada sobre él para no levantar curiosidades, pero pensaba que si no mencionaba nada más al respecto era algo que perfectamente podría pasar desapercibido ¿Cuantos libros escritos con Runas podría haber en el mundo? Escuchó atentamente lo que la ultima bruja en llegar había dicho. Por su parte, Mónica no era muy partidaria de adivinos y profetas, aunque a lo largo de su vida se había encontrado con alguno que había acertado en sus predicciones y eso la había hecho plantearse hasta donde podría ser real y hasta donde pura casualidad. Quizás por eso en muchas ocasiones tenía una lucha interna sobre si las casualidades existían. Cuando Mica dio las primeras indicaciones esperó a que alguien más de adelantara. A Mónica le gustaba observar el entorno antes de sumergirse directamente en él, así que mientras el único hombre de la reunión hablaba ella solo tomó una de las tazas dispuestas para ellos y observó el liquido humeante que contenía en su interior. La idea de que una desconocida pudiera hacerle tres preguntas no le gustó del todo, aunque no tenía claro si las preguntas serian solo a Mica o también al resto. Tomó asiento y dejó la taza a un lado para que se enfriara un poco antes de beberse el té. Mientras tanto, tomó varias piezas al alzar de una de las bolsitas y las posicionó en una perfecta hilera delante de ella. Las observó un segundo simplemente para saber que era lo que lograba captar de ellas y a los pocos minutos, miró a Mica como esperando que ella le dijera cual era su significado. - ¿Cómo puedo saber lo que significan? - por un momento se sintió una niña pequeña; no le gustaba el desconocimiento-, o mejor dicho ¿cómo encuentro su significado? Le tomó un par de minutos darse cuenta de que había algunos libros apilados junto al resto de objetos y se sintió tonta. Miró de reojo al mago, que increiblemente parecía reconocer todas y cada una de las runas sin precisar ayuda y luego abrió el único libro de la pila que parecía hablar del tema. En este buscó cada uno de los símbolos que aparecían en sus tres fichas y leyó, parcialmente, lo que decía sobre estos. En silencio abrió la boca y se mordió luego el labio, como si hubiera descubierto algo.. aun así se quedaba lejos de lo que necesitaba. - Estás son destrucción, renacimiento y defensa – dijo en voz alta a la vez que las señalaba con el dedo de una en una-, llamadas thor, ger y eohl respectivamente. Caviló durante unos minutos sobre como asociarlas a su propia vida o mejor dicho a su día a día y cual podría ser el uso que podría darles. No supo responderse en un inicio, por lo que se tomó un instante para tomarse el té rápidamente y pasárselo a su compañera; estaba tan inmersa en las runas que ni siquiera levantó la vista cuando lo hizo y de hecho hasta se había quemado, pero no hizo aspaviento alguno. - No sé exactamente a lo que nos referimos con usarlas en nuestra vida cotidiana – dijo finalmente, reclinándose sobre su asiento y con cierta frustración.
  12. ID: 85845 Libro de Hechizos: Libro de la sangre Justificante de compra del Libro: Justificante en bóveda Link a la Bóveda: 82974 Link a la Ficha: 79307
  13. Las primeras luces de la mañana anunciaban un nuevo día. Pronto sería totalmente de día y aunque apenas se veía aun, el cielo ya dejaba atrás sus tonos oscuros para darle la bienvenida a los cobrizos y celestes clarísimos que traían consigo los nuevos rayos del sol. La helada nocturna aún empapaba las hojas de los arboles del bosque y aunque la primavera estaba cercana, aquel día haría un frio digno del invierno. Pasó la mano por el cristal del ventanal para limpiar el vaho y fijó la vista entre los arboles más alejados. Aquella noche prácticamente no había dormido y se había asomado tantas veces al balcón que había perdido la cuenta. En algún momento se había quedado dormida en un sillón que había arrastrado hasta allí, y acababa de despertarse en medio de un mar de saliva y somnolencia que aún la tenía aturdida. De pronto un movimiento llamó su atención. La figura ranqueante de Selim salió de entre la maleza y sus miradas se cruzaron. Los ojos de la bruja brillaron con cierta ansiedad y no había sido precisamente por verlo a él, si no al percibir el bulto que traía entre sus manos. Los pelillos del cogote se le habían erizado casi inmediatamente y supo entonces que se trataba de lo que tanto había estado buscando. ********* Habían pasado unos minutos cuando sus pasos delataron que estaba bajando la escalera. Era sorprendente lo rápido que Mónica había llegado allí desde la torre en la que se encontraba su habitación, aunque era más sorprendente aún todo lo que había tardado su padrino en entrar al castillo. Cuando ambos se encontraron en el vestíbulo, el rostro de él denotaba el agotamiento tras una noche que a juzgar por su aspecto no había sido nada fácil. - ¿Es esto? - extendió las manos esperando que el vampiro pusiera en estas lo que traía. El objeto en cuestión pesaba más de lo esperado y permanencia cubierto por lo que parecían ser los restos de una capa. Él asintió y le dio el bulto, dejando escapar un resoplido de disgusto. - No quiero más encargos de estos. - Me debes todos los que te pida – espetó. Cruzaron rápidamente el vestíbulo hasta llegar a la puerta situada más a la izquierda de este y ambos pasaron a la sala de reuniones. Las sillas se encontraban todas apoyadas en la pared, a cada lado de la estancia. En el centro de esta una mesa les dio la bienvenida junto a seis sillas de las que ocuparon las dos más cercanas a la chimenea. Cuando Mónica puso el misterioso objeto sobre la mesa lo descubrió con cuidado, dejando a la vista un libro de apariencia antiquísima en cuya encuadernación negra había runas inscritas con un brillante hilo dorado. - Mira esto – lo miró triunfante mientras acariciaba el viejo libro. Sin acercarse demasiado podía notar el olor a sangre y humedad que rezumaba, algo que a Mónica le parecía de lo más placentero. - Ya lo he visto – le respondió. La miró durante unos segundos esperando que dijera o hiciera algo, pero no lo hizo. El vampiro chasqueó la lengua y se reclinó sobre el asiento viendo que ni siquiera pensaba abrir el libro-. ¿Con esto pretendes viajar al pasado? El ambiente pareció cortarse. En ese mismo momentos los grandes ojos de One, que hasta entonces había observado a su ama con curiosidad, se desvanecieron junto al resto de su cuerpo. La bruja, que creyó escuchar algo, levantó la vista hacia la entrada de la sala en busca de alguien que los espiara, pero por suerte para la criatura no vio a nadie. - No vuelvas a decir eso en voz alta – su mirada bien podría haberlo asesinado en aquel preciso instante cuando volvió a mirarlo. Bajó la voz lo suficiente como para que solo Selim la oyera-, y no lo sé, pero es lo que estoy dispuesta a averiguar.
  14. Hola chicos, no veo mi empleo inscrito, no se si es porque no cumplo algún requisito o por algún error. Me decís, por favor? Muchísimas gracias de ante mano.
  15. Mónica llevaba tantas horas despierta que la diferencia horaria no pudo más que parecerle de lo más desafortunada. Llevaba el cabello suelto, quizás algo mas desaliñado de lo que cualquiera podría recordar haberle visto nunca; los mechones se le enroscaban en forma de tirabuzones al aproximarse a la punta y algunos se desordenaban de manera sistemática por mucho que ella se los recolocara con las manos insistentemente. Fueron sus pisadas las que anunciaron su llegada. Calzaba unas botas de cuero marrón algo maltrechas que junto a las ropas que vestía, unos pantalones de color verde oscuro y una blusa blanca, le daban cierto aspecto campero. La larga túnica, también marrón, la tenía abrochada por encima del escote con un broche dorado con el emblema de la familia Haughton y ya le había comenzado a dar más calor de la que deseaba, pero aún así no se deshizo de ella. Cuando entró en la estancia solo vio a dos personas. La sala no era de las más grandes que había tenido como aula, ni en su etapa como profesora ni como alumna, aunque era lo suficientemente espaciosa para que nadie se sintiera incomodo. Después de echarle un vistazo rápido al sitio detuvo sus ojos sobre las dos figuras; al varón no lo conocía o eso creía, pero al llegar al rostro de la bruja supo exactamente de quien se trataba a pesar de llevar meses insistiendo en bloquear en su propia mente recuerdos de otro tiempo muy pasado. Hizo un ademán con la cabeza en forma de saludo y guardó silencio, tomándose la libertad de acercarse a la mesa para poder ver más de cerca los materiales tal y como Mica había invitado. Ignoró casi todo lo que tenía delante a excepción de las dos bolsitas de terciopelo, de las cuales cogió una. El contenido repiqueteó en el interior de forma misteriosa, lo que solo hizo que Mónica metiera la mano con más ganas para encontrarse con lo que esperaba: pequeñas piezas violáceas con símbolos inscritos en ellas. La bruja comenzó a deslizar las piezas entre sus dedos, como si de esa forma fuera a entender lo que ponía en ellas y solo levantó la vista cuando escuchó la voz de quien encabezaría aquella instrucción. - Necesito entender runas para descifrar un libro – confesó sin ni siquiera pensárselo. Apretó los labios una vez lo había dicho, sabiendo que quizás aquel brote de sinceridad podría habérselo ahorrado-. Hasta el momento mi relación con estas ha sido bastante insignificante, por lo que nunca he sentido ni pizca de curiosidad. Ahora… en fin, ahora es diferente. Se volvió a quedar callada mientras su compañero emitía palabras que en principio le parecieron triviales; no sabía de que suceso hablaba y tampoco era que le importara mucho. Mientras lo escuchaba, -o más bien fingía hacerlo-, volvió a introducir las piedras en su correspondiente bolsa y las dejó tal y como se las había encontrado. Por lo que logró entender, había cierto enfrentamiento entre los dos presentes y esperaba que eso no supusiera un problema a la hora de llegar a la meta que se había marcado: conocer todo lo que tuviera que ver con runas mágicas y su significado. - Por cierto, mi nombre es Mónica – se presentó, antes de que nadie lo hiciera y obviando sus apellidos.
  16. Hola!! No sé si tengo que pasar por aquí o por la ficha, pero por si acaso. Quiero iniciar una epoca como neutral respecto a los bandos, al menos por el momento, por lo que me gustaría dejar de aparecer como mortifaga. A ver donde me lleva esta nueva etapa y si consigo encontrar un lugar para mi en el foro despues de tantos intentos. Sea como sea mi alma siempre será mortifaga. Un abrazo a todos.
  17. Nick: Monica Malfoy Haughton ID: 85845 Conocimiento: Runas Antiguas Link a la Bóveda: 82974 Link a la Ficha: 79307
  18. Una vez que le agarró la muñeca no tuvo tiempo de reaccionar; al instante estaban ya envueltos en un espacio que no era ni allí ni aquí. Aquella sensación era bastante conocida para Mónica pero odiaba cuando alguien la arrastraba a una aparición de forma involuntaria y sin previo aviso, así que cuando sus pies volvieron a tocar el suelo no pudo más que soltar un fuerte resoplido. - Que no se te ocurra volver a hacer eso – dijo entre dientes y clavando la mirada en la del mago como tuviera dos puñales en ella. El tiempo no había curado su, en ocasiones, mal carácter. Guardó silencio cuando alguien, fuera de su vista, les habló. No necesitaba de la experiencia para saber que si habían aparecido allí sin que ni siquiera ella supiera exactamente donde estaban era porque iban a hablar de algo secreto. Por los tratos que a ambos les había unido y sabiendo en quien se había convertido el mago también sabía de que podría tratar la conversación, así que simplemente se limitó a observar a Aaron mientras este ponía los medios necesarios para que nadie los pudiera escuchar. No necesitaba ver lo que hacía para reconocer una acción como esa. Cuando volvió a hablarle lo hizo sin rodeos, algo que a Mónica le agradó. Le gustaba la gente directa. - Felicidades por tus posiciones, pero no te diré que estuve en primera lineal de batalla porque no me gusta mentir – respondió sin levantar la voz a pesar de saber que hablaban solo el uno para el otro. Sus ojos brillaron con cierto misticismo, de pronto el verde de estos pareció más brillante-. Estuve… haciendo investigaciones – espetó, sin muchas más explicaciones. La posición actual del mundo mágico le creaba ciertas inquietudes, mas no era algo que estuviera dispuesta a compartir aún con nadie. Como así tampoco podía revelar aún en qué había estado trabajando tras recuperar la memoria. - ¿Hemos venido aquí a hablar únicamente de donde he estado? - preguntó ¿Dudaría de hacía donde se inclinaba la fidelidad de la bruja?
  19. El pasar de los días, con el tiempo, se había convertido en años en los que pocos o casi nadie había visto u oído hablar de aquella mujer que en otrora se había relacionado con las personalidades más selectas del mundo mágico. Ya poco quedaba de la reputación que había ido cosechando y del tiempo en el que su nombre ocupaba, en más ocasiones de las que había deseado, columnas de los más afamados periódicos mágicos. Ahora era poco más que un recuerdo, una figura desconocida que difícilmente alguien se giraría a mirar y aún así, el porte no lo había perdido. Llevaba un rato parada en el mismo punto del oscuro callejón cuando el característico sonido de una aparición la sobresaltó. Bajó entonces la capucha de la túnica y permitió así que la larga cascada de cabello pelirrojo cayera sobre la oscura tela, clavando luego los ojos en la silueta de quien acababa de dejarse ver y que no había tardado en dirigirse a ella. - Yo siempre soy puntual, Black – le brilló la mirada ladina y le dedicó una media sonrisa. Quien la hubiera conocido bien sabría que antaño le gustaba llegar la última. “Es de reyes hacerse esperar”, hubiera dicho, pero lo cierto era que la edad y la experiencia siempre eran un grado. Para todo. - Debo decir que me tienes intrigada – las níveas manos hasta ese momento ocultas bajo las largas mangas de la túnica, se dejaron ver. Entrelazó los dedos y las dejó descansar sobre la falda; aunque Aaron era alguien de confianza, aquel gesto suponía para ella una barrera fisica que aún después de tanto tiempo mantenía con casi todas las personas con las que trataba. El muchacho al que Mónica pudo mostrarle mucho de sus artes oscuras era ya un hombre al que desconocía y con el que aún ella no se había medido. - ¿Por qué estamos aquí? @
  20. Compañeros, ¿podéis revisar los datos que he puesto indebidamente y retirarlos? Estoy desde el móvil y no puedo hacerlo. Lo siento mucho.
  21. Pues lo cierto es que fue un error mío, pues al entrar de nuevo en moderación quise poner al día mi ficha sin saber que esos datos no se estaban colocando aun.En realidad, dos errores por editarla yo sin avisar en mi ficha de lo que había cambiado. De esa forma algún compañero se habria dado cuenta de mi error. Lamento la mala actuación. Retiraré esos datos de la ficha. Muchas gracias.
  22. Ficha y perfil actualizados para agregar compras certificadas en el post #44
  23. Bóveda trastero actualizada para agregar compras certificadas en el post #44
  24. Ficha y perfil actualizados para agregar compras certificadas en los post #97 y #98 de la bóveda trastero.
  25. Bóveda trastero actualizada para agregar compras certificadas en los post #97 y #98.

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