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Little G.

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Todo lo publicado por Little G.

  1. Es un poco gracioso que venga justo después de Kass xD Yo, a diferencia de ella, vengo a preguntar si es posible reincorporarme a la Black Lestrange como hija de Valkyria (aunque no sé si sigue por acá xD). Sé que me he desaparecido millones de veces, pero me gusta mucho estar en esta familia. Es la primera a la que me uní cuando llegué al foro y tiene cierto valor sentimental para mí. Y por eso estaré feliz si Mía me acepta de nuevo *le hace ojitos coquetos* Prometo ser más activa que en mis años anteriores (?) Saludos a todos.
  2. La mirada dorada de la Black Lestrange se paseó por el lugar, tratando de buscar algo con lo cual distraerse. Tenía la sensación de que nunca se adaptaría otra vez a Londres, porque esta había cambiado tanto que ni siquiera se aproximaba al recuerdo que guardaba de ella. Y aquello la molestaba. Desde que era una niña se había acostumbrado a la ausencia de un verdadero hogar, porque su vida con Valkyria había sido tan inconstante como la que ahora ella misma le proporcionaba a Naunet. Amaba a su madre profundamente, pero tenía que reconocer que la había formado con un concepto muy vago sobre el hogar y los valores familiares en general. No había sido sino hasta los dieciséis años, cuando conoció a Bastian, que había empezado a creer que podía estabilizarse. Sin embargo, nunca fue así. Había abandonado y regresado tantas veces que era difícil contarlas. Escuchó las pisadas de su hija apenas esta empezó a subir las escaleras. La niña venía corriendo y Little pensó en regañarla hasta que vio la expresión entusiasta dibujada en su rostro, lo cual acabó por robarle una sonrisa amorosa. Lo cierto era que el único hogar que necesitaba estaba junto a su hija. -Mamá, este tiene dibujos -. Informó la pequeña rubia una vez llegó a su lado, depositando un libro empastado de título bordeado en letras doradas. Naunet se sentó en las piernas de su madre y lo abrió para mostrarle el contenido. -. Es sobre mitología nórdica. -. Añadió apartemente satisfecha por su elección, quizás porque sabía lo mucho que a ella le gustaban las leyendas y los mitos en general. Antes de que la mayor pudiera decir algo, un elfo se aproximó para atenderlas. Little asintió al verlo reverenciarse, le agradaba la amabilidad y la eficiencia de aquellas criaturas. Naunet, por otra parte, parecía dubitativa porque no sabía que actitud tomar; pocas veces había entrado en contacto con ellas. No obstante, la niña le regaló una sonrisa al notar que este también lo hacía. -¿Pastel de chocolate? -. Inquirió entonces la joven, dirigiendo sus orbes verdes a los mieles de su progenitora. Aunque parecía pedir una sugerencia, estaba claro lo que quería. -¿Podría traernos un trozo de pastel de chocolate? Y dos tazas de Earl Grey con leche, por favor. -. Esperaba que su petición no fuera algo extravagante ni difícil de cumplir. Tampoco quería causar molestias. Off No te preocupes xD @@Seba Granger
  3. La Black Lestrange no parecía convencida ante las palabras de su mejor amiga. Tenía los labios fruncidos, estaba realmente molesta; sus orbes mieles pasaban de Hilary a algún punto muerto del salón para evitar decir todo lo que quería decir. Kassandra estaba aún sentada, demasiado impactada como para intervenir en la conversación., y Aime lucía tan escéptica como Little porque nada tenía sentido. La mención de la supuesta madre logró exasperar a las brujas a tal punto que ambas empezaron a dejarlas sutilezas detrás. Querían a Hilary profundamente y era por eso que ninguna estaba dispuesta a permitir que siguieran maltratándola a causa de su espíritu noble; llevaba junto a aquellas dos el tiempo suficiente, casi una vida, como para reconocer que su amiga era ingenua. Little suspiró al escuchar las palabras duras, pero amables, de Aime. Su voz estaba llena de sabiduría o por lo menos del sentido común que a Hilary le faltaba con creces. Observó a su amiga, detallando el rostro que le había ofrecido consuelo y afecto en los tiempos más difíciles. Quería ser un apoyo para ella… Y también quería golpearla por su falta de carácter. -Aime tiene razón. No importa si bajas al mismo infierno, encontrar a una persona es fácil. Especialmente cuando sabes que la persona no tiene un hogar al cual regresar, especialmente cuando es tan vulnerable. -. A pesar de todo, las palabras de Little eran suaves. Aunque estaba disgustada, tenía que reconocer que le preocupaba la situación. Por muy ridícula que fuese. -. Oh, Hilary… Tengo tantas ganas de lanzarte una maldición. -. Acabó por añadir, frustrada. Decidió que necesitaba un trago por lo que se dirigió a la mesilla donde había depositado el vaso que su ahijada le había entregado. Lo bebió de un solo trago, sin importarle el ardor que descendía por su garganta. Si el licor no le bajaba los humos, nada más podría. No obstante, un sudor frío recorrió el cuerpo de la rubia una vez la palabra “embarazada” surgió en medio de la verborrea de la Gryffindor. -¿Desde hace cuánto tienes esas sospechas? -. Finalmente lo único que salió de los labios de la Black Lestrange fue aquello, mientras se sentaba tratando de procesar todo lo que Hilary había soltado de golpe. Pasó sus manos por el cabello dorado, agitándolo con ligereza, al tiempo que suspiraba de forma melancólica. -. Dime algo, Hilary… ¿Qué es lo que planeas hacer? ¿Has pensado en algo específico a parte de seguir trasladándote de un sitio a otro? Pienso que es momento que fijes una ruta. Por tu bien y el de tus hijos.
  4. Little podía sentir las manos temblorosas de Hilary entre las propias, lo cual le rompía el corazón. Aunque mantenía una expresión estoica, sus ojos mieles brillaban a causa de la preocupación. Podían decir cualquier cosa, pero aunque sus ademanes eran cada vez más parecido a los de sus padres... en el fondo seguía siendo la misma joven capaz de dar la vida por los suyos. Y Hilary indudablemente lo era, las unía un vínculo superior al de la sangre. La mirada de Georgina se topó con la de Kassandra. Llevaba en manos una especie de amuleto, una mano negruzca de mal aspecto que provocó una mueca en la Black Lestrange. Odiaba aquel tipo de magia porque no la conocía, era algo oscuro y poco confiable. Aime se adelantó antes de que el objeto se convirtiera en la mejor opción, probablemente pensaba lo mismo: había primero que poner las cartas sobre la mesa. Actuar sin pensar en las consecuencias... -Creo que Aime tiene razón -. Como aún estaba disgustada por la broma, aquellas palabras me quemaron la garganta como el ácido. Sin embargo, una ligera sonrisa se dibujó en sus labios: amable, dispuesta a dejar de lado sus emociones. -. Además, ¿qué tipo de brujas crees que somos? Pase lo que pase, si estamos unidas nada malo sucederá. Bastian probablemente se habría carcajeado si la hubiese escuchado. En su familia las palabras tiernas no eran comunes. No obstante, sólo bastaron unos segundo para que dejara de pensar en sus progenitores porque lo que escuchó la regresó a la realidad de golpe. Las siguientes palabras de Hilary la dejaron estupefacta. Seguía teniendo los dedos de su mejor amiga apretujados entre las palmas de las manos y tuvo que contenerse para no causarle daño; se sentía molesta, incluso más de lo que había estado instantes atrás. Oyó el chiste de Aime, que trataba de aligerar la tensión. No pudo evitar bufar. Observó con los labios fruncidos a la Gryffindor, mordiéndose la lengua para evitar soltar improperios y maldiciones. -No voy a juzgarte por amar a alguien, Hilary. Tampoco por desear confiar en alguien o querer un poco de entretenimiento nocturno... -. Little tuvo cuidado con la elección de palabras. Tampoco deseaba ser cruel. -. Pero tengo que preguntarte, ¿en que estabas pensando? ¿No tienes sentido común? La Black Lestrange se levantó del suelo, alejándose unos cuantos pasos y ubicándose detrás de Aime. Esperaba que la bruja sirviera de escudo porque tenía ganas de arremeter contra Hilary por su falta de buen juicio. La prioridad de una mujer siempre estaba con su propia seguridad; y en el caso de su amiga, tenía un bebé que proteger. Nada justificaba su error y, aunque estaba dispuesta a ayudarla, quería que se diera cuenta de la estupidez que había cometido. Porque temía por ella. Porque sabía lo que era ser engañada, amenazada y abandonada. La situación era tensa y si ella había complicado más las cosas... Cruzada de brazos, Georgina fijó fieramente su mirada dorada en la Gryffindor. Aguardaba que continuara el relato de su historia, esta vez desde la distancia y ganas de asesinar al mago que le había causado tanto dolor y angustia a la castaña.
  5. El bullicio de la calle era estruendoso y el calor resultaba sofocante. Little Georgina no entendía como se había dejado convencer por Naunet, quien la arrastraba por el Callejón dispuesta a encontrar un local de su agrado, para abandonar la comodidad del hotel donde se estaban hospedando. Desde que habían regresado a Londres la niña había estado eufórica e inquiera, quería que su madre la sacara a cualquier parte sin un motivo concreto. La rubia presentía que se debía al hecho de que su hija jamás había estado tanto tiempo en un solo lugar y sentía deseos de conocer el mundo donde su progenitora había crecido. No tenían un hogar fijo, Little siempre había estado viajando con la pequeña a cuestas y aquello seguramente le había afectado. Se abstuvo de suspirar cuando los ojos verdes de la niña se fijaron en ella, emocionados. Estaban frente un local fabricado con piedra, de grandes ventanas: una librería. -¿Quieres entrar? -. Preguntó con una leve sonrisa, enternecida. Naunet asintió sin soltarle la mano, esperando que fuera ella, la adulta, quien entrara primero. La Black Lestrange obedeció la orden silenciosa, empujando la puerta principal para acceder al local. Era un espacio amplio y las paredes estaban forradas con libros de diversos tamaños y colores. Tenía que admitir que era impresionante. Se percibía el olor de los aperitivos que los elfos servían a algunos clientes por todo el lugar, el ambiente era cálido y re confortable. La joven hija de Valkyria y Bastian dirigió su mirada hacia el segundo piso, que podía contemplar desde la planta baja. Lo mejor sería buscar un asiento. -Naunet, ¿por qué no buscar algún libro que te guste? -. La pequeña rubia frunció el ceño, dudosa si soltarle la mano a su madre. Little le dio un apretón cariñoso para animarla. -. Yo te esperaré arriba. Podemos leerlo juntas. -. La idea pareció convencerla. Más segura de sí, Naunet se aproximó hacia la sección infantil. El segundo piso era igual de espacioso y luminoso, había varios sillones colocados diestramente para asentar a los clientes. La rubia jugueteó con su cabello unos instantes, rizando las puntas, mientras buscaba algún punto particular; lo cierto era que no reconocía a ninguna de las personas que allí se encontraban y aquello la hizo sentir un poco incómoda. Había vuelto a Londres y este parecía ser una realidad desconocida. Optó por sentarse en uno de los sillones centrales, cerca de la escalera. La falda de su vestido floreado se agitó con ligereza y el tacón de sus sandalias resonó contra el piso una vez empezó a caminar en aquella dirección. Cruzó las piernas tras haberse sentado y paseó sus orbes mieles por la estancia. No recordaba la última vez que había estado sola en algún sitio, estaba acostumbrada a tener compañía. Solo quedaba esperar que su hija regresara o que alguien se acercara para atenderla.
  6. La voz de Valkyria hizo que Little se tensara. Ambas brujas se miraron fijamente a los ojos, cuyo color era el rasgo más parecido que compartían. Podía darse cuenta que la mujer, vestida de negro y adornada con finas joyas, la analizaba buscando intimidarla; quería que se sintiera culpable por abandonarla. En la expresión fría de la bruja había un rastro de disgusto inconfundible. Pero así como Valkyria era especialista ocultando emociones, Little había heredado la capacidad para leerlas con facilidad. Quizás por ello, habiendo detectado un rastro de amor en la mirada de su progenitora, Little sonrió entre divertida y aliviada. -Yo siempre tengo a mi familia presente, especialmente a mi adorada madre. -. La ojimiel alzó su mano para mostrar un anillo que la Haughton reconocería, pues ella misma se lo había obsequiado el día de su graduación. Combinaba con el atuendo que había escogido para la ocasión y contrarrestaba con el color del vestido de Naunet. La niña, cuya costumbre era rechazar a los extraños, dudó unos instantes antes de aproximarse lentamente a su abuela. Como llevaba años sin verla, no lograba conectar la imagen vaga que tenía de ella con aquella mujer hermosa, joven e imponente. Little observó el debate interno de su pequeña hija sin intervenir, creyendo que lo mejor era dejar actuar por cuenta propia; Naunet no siempre contaría con la opción de esconderse tras sus piernas. Lo cierto era que ninguna quería ser rechazada. La hija de Bastian y Valkyria volvió a clavar su mirada en la castaña, esperando alguna reacción adicional. Deseaba acercarse y abrazarla, justo como la rubia estaba haciendo en ese preciso momento; Naunet enredó nerviosamente sus brazos alrededor de las caderas de la bruja dispuesta a ser tomada en cuenta. -Abuela. -. El saludo era formal, pero la voz infantil se quebró por un segundo a causa del pánico. Lo suyo no era el contacto con otras personas, no estaba acostumbrada. Little evitó reír para no destruir la confianza de la niña y, en cambio, se acercó también para unirse al abrazo. Probablemente Valkyria no se esperaba semejante muestra de cariño y la joven no estaba segura si lo consideraría apropiado, pues estaban dando un espectáculo en la mitad del recibidor. Sin embargo, lo único que deseaba era quedarse por siempre junto a la mujer que le había dado la vida. ¿Cómo había sido capaz de marcharse y no haber escrito ni una sola carta? Se arrepentía. Y esperaba que su progenitora se apiadara (xD) por esto. -Oh, mamá. -. La castaña suspiró, sintiéndose segura entre los brazos de la Haughton. Su presencia era el único hogar que anhelaba. -. Te he extraño muchísimo. @ (?)
  7. Las tres brujas se encontraban ubicadas en la salita de estar ofrecida por Kassandra. Little tenía bailando entre sus manos un vaso lleno de Whisky de Fuego mientras esperaba pacientemente a que Hilary se animara a hablar; ella más que nadie sabía lo difícil que era comunicar noticias importantes. Aun recordaba el miedo que había sentido cuando su embarazo se volvió un conflicto en la mansión Rowle. Y aunque sus cavilaciones parecían no tener freno, la inesperada llamarada que encendió el borde de su túnica púrpura logró detenerlas. -¿Pero qué…? -. La exclamación fue ahogada por un leve gemido de dolor. El fuego había destruido la tela y había entrado en contacto con sus tobillos, apenas recubiertos por un par de sandalias de tacón. Los orbes mieles de la Black Lestrange se dirigieron huraños hacia Aime, quien había hecho una entrada magistral. -. Oh, por amor a Morgana. Tuvo que morderse la lengua y el pensamiento “Es solo un elfo” ni siquiera fue articulado. Los años la habían hecho más grosera y tenía que reconocerlo, pero no iba a dejar que su mal carácter tropezara con sus mejores amigas. En el fondo no le importaba el tema de las criaturas mágicas; Little detestaba la ineficiencia del servicio, era una persona exigente cuando se trataba de cosas como aquellas. -Mejor sírvele infusión de guardirraíz -. Murmuró la hija de Bastian y Valkyria al escuchar su petición. Tenía unas ganas tremendas de darle un par de píldoras ácidas a la bruja o hacerle tragar diablillos de pimienta. No obstante, podía ver que Hilary se encontraba demasiado nerviosa como para distraerse en aquel tonteo por lo que se abstuvo de responder el regaño. La historia de la Gryffindor comenzó atropelladamente y las lágrimas no tardaron en fluir. La expresión de Little se transformó en una de preocupación y lástima; Apros era su ahijado, le había visto nacer y pensar que podía estar en peligro resultaba aterrador. No sabía ni siquiera que decir. -¿Por qué esperaste tanto tiempo para contarnos? -. Inquirió la rubia, depositando el vaso sobre una de las mesas y agachándose a los pies de su amiga para sujetarle las manos con afecto. Sintió el ardor de las recientes quemaduras, pero no le dio mayor importante. Lo principal era velar por Hilary. No quería verla llorar, no quería verla asustada. -. Hilary, debes tranquilizarte… ¿Acaso alguno ha tratado de acercarse de nuevo a ti y al niño? -. Lo cierto es que necesitaban más información si querían ayudar.
  8. El cielo era de un azul claro y no se vislumbraban nubes próximas. Los rayos del sol caían sin piedad sobre el bosque que abría paso al hogar de los Haughton, ubicada sobre la cima de una colina, a través de un camino empedrado. Se escuchaba el rumor del algua corriendo, pero parecía ajena y distante al paisaje que los ojos de Little Georgina contemplaba. Aun le quedaba un pequeño trecho antes de llegar a la puerta principal, mas sus pies se detuvieron sin que esta se percatara de ello. Estaba nerviosa pese a que su rostro mantenía una expresión estoica. -Mamá -. La vocecita de una pequeña niña la sacó de la ensoñación. Sus orbes mieles se clavaron en un par de gemas verde pálido que la veían con exasperación. Aunque no había agregado nada más era evidente que le disgustaba la espera a la que estaba siendo sometida. -. Dijiste que no faltaba demasiado… La joven madre no le respondió. Estaba algo abrumada por la idea de reencontrarse con su madre otra vez y no podía evitarlo. Llevaba años sin verla y no estaba segura de que sería bien recibida. Little tenía la costumbre de desaparecer continuamente sin dar explicaciones, un mal hábito que parecía haber heredado de sus propios padres. Valkyria y Bastian. El solo hecho de pensar en ellos hacía que se le erizaran los vellos del cuerpo. No estaba segura si se debía al miedo que tenía de ser rechazada, pues algo similar había sentido años atrás cuando había conocido a su padre. Naunet suspiró con hastío y decidió que no esperaría por su madre. Tomando la iniciativa, poco propia de una niña de siete años, haló a la Black Lestrange camino hacia la casa. Tenía muchas ganas de ver a su abuela. Se había puesto su vestido más bonito para causarle una buena impresión, tratando de acoplarse al aspecto majestuoso de su propia progenitora y a la vaga imagen de Valkyria que guardaba en la memoria. La primogénita de Bastian sonrió levemente en dirección a la rubia, divertida por su actitud. Naunet estaba nerviosa, pero parecía tener más autocontrol que ella misma. Trató de convencerse que se debía principalmente a que probablemente su madre no la reconocería, pues hacía unos meses había transformado su cabellera rizada y oscura en una cortina de pelo lacio cuyo color se asemejaba al oro fundido. Su piel se había llenado de pecas inexplicables y tenía la piel más oscura. Una vez se encontraron frente a la entrada, la audacia de la niña amainó considerablemente. No se atrevía a tocar. Little, en cambio, si lo hizo. Bastaron dos toques para que la madera cediera, dejando entrever a un elfo muy anciano que parecía dispuesto a atenderlas inmediatamente. -Soy Little Georgina Black Lestrange, estoy buscando a Valkyria. -. Su voz se mantuvo firme y melodiosa mientras sus ojos miel miraban fijamente a la criatura -. Dile que su hija mayor está en casa.
  9. Sus palabras fueron mal recibidas por su prima, pero Little no parecía arrepentirse. Hilary y Kassandra la conocían lo suficiente para saber que era exigente y arisca por lo que no hizo ademán de disculpa mientras el elfo las guiaba hacia la Oficina de la Weasley. Los orbes mieles de la Rowle no se detuvieron en la decoración sino en la mirada amable de su acompañante. Se veía tan fresca y dulce como siempre, el tiempo no había hecho mella en ella. -El viaje... Supongo que estuvo bien, pude reflexionar un poco. - contestó con una breve sonrisa dibujada en los labios carmín. La voz le salía como una melodía taciturna, pero el brillo de sus ojos parecía desvelar que estaba jugándole una broma a la Gryffindor. - Creo que tú aprovechaste más el tiempo, ¿me equivoco? Hilary les había escrito por una razón y ambas, Kass y Little, lo sabían. Como habían mantenido el contacto de forma esporádica, era obvio que no se habrían citado si no se tratara de un tema urgente. Hilary era transparente y sincera por lo cual Little se preguntaba si algo malo había sucedido. Antes de poder decir algo, se encontraban con Kassandra. -Oh, cariño. Te ves divina. - alegó como respuesta la Rowle, sonriendo abiertamente una vez sus ojos establecieron contacto con los de su ahijada. - La verdad es que si estoy un poco cansada, pero no es algo que un buen vaso de whisky no arregle. - dijo, restándole importancia al asunto. Le habría gustado añadir que su exasperación se debía más al elfo que las había atendido, pero no quiso tensar el ambiente. Kassandra se veía algo nerviosa, más Hilary parecía preocupada. La palidez de las dos mujeres era anormal. Little tomó asiento en una de las butacas y observó a su mejor amiga, dándole a entender que podía hablar. Ella siempre estaría para escucharla cuando lo necesitara.
  10. Apareció en medio de un callejón deshabitado, lleno de basura y desechos. Su mirada color miel se paseó por los ladrillos grisáceos y el suelo lleno de brechas. Lo cierto era que no había pensado mucho antes de aparecerse y no entendía cómo había acabado en aquel lugar tan lamentable. Frunciendo los labios, Little se ajustó la capa púrpura que cubría su vestido de encaje negro antes de unirse a los transeúntes que recorrían la calle principal. Tenía el cabello rubio brillante y los labios pintados con rojo carmín. Los rizos anteriormente abundantes ahora eran hebras que caían limpiamente hasta el final de su espalda y la piel dorada se había recubierto con pecas inexplicables. Little no parecía ser Little. Sin embargo, su nueva apariencia no escondía una explicación trascendental. Solo había cambiado, así como Ottery y los alrededores habían dejado de ser lo que eran. Mientras atravesaba los nuevos locales se preguntó qué habría sido de su familia, pues hacía mucho que les había pedido la pista. Dorothy se había ocupado de su hija y Kelian había dejado de enviarle cartas hacía demasiados tiempo. Se recriminó a sabiendas de que había sido descuidada. -Supongo que iremos poco a poco – murmuró para sí misma una vez se encontró frente la puerta del Refugio Mágico. - ¿Hilary? - La Rowle tuvo que detenerse un instante al percatarse de que su mejor amiga estaba en la entrada, esperando ser atendida. Se situó a su lado y la observó. Hilary estaba vestida para una tarde de verano, con un vestido ligero que acentuaba su silueta de manera majestuosa. Se veía tan hermosa como siempre. Cada vez que la veía, Little recordaba vívidamente el pasado. Hilary era sinónimo de la Academia y lograba ponerla contenta. No obstante, el tiempo la había vuelto fría y orgullosa por lo cual su gesto no varió a excepción de una mínima sonrisa. Primero quería encargarse de aquella criatura que continuaba mirándolas con asombro y duda. -¿No has escuchado? Tu ama nos espera adentro, ¿cómo es posible que te quedes ahí parado sin invitarnos a entrar? -. Haciendo gala de los modales que Bastian y Valkyria le habían inculcado, le dirigió una mirada altiva al elfo que había abierto como si cuestionara su eficiencia. El elfo ahora parecía aterrado, pero la expresión solo exasperó más a la bruja -. Por amor a Morgana... ¡Ve a decirle a mi ahijada que estamos aquí o de lo contrario te enseñaré modales!
  11. La verdad no me causa mucha emoción venir a este tópic, porque los motivos que me traen no son aleres. Estos meses no he dado la talla en el local, y la verdad he estado tan ajena al foro que no creo poder estar pendiente de rolear mensualmente en los sitios a los cuales me afilié. Por esta razón, debo pedir que se me elimine de la lista de privilegiados. Espero que tengan mucha suerte en el negocio, realmente me da pena con ustedes porque siempre se han comportando excelente conmigo. Les deseo lo mejor a ambos. Prometo que pasaré a visitarlos ^^
  12. Adoro este local, aunque no he podido rolear en él. Me parece hermoso. Por eso, quiero afiliarme *O* Espero que me acepten, me comprometo a rolear las seis veces al mes y a ayudar en lo que sea necesario.
  13. Mientras llevaba el coche sintió a la pequeña Rowle agitarse, como hacía cada vez que su progenitora la colocaba en el transporte, al tiempo que gorgoteaba con entusiasmo. Con un suspiro, Little se detuvo y bajó el telón que cubría la figura de su hija para admirarla, sin sorprenderse demasiado por la hiperactividad que esta demostraba. Unos orbes verde jade le devolvieron la mirada, animados. -Lisa se asustará cuando vea lo inquieta que eres -. Bromeó antes de devolver el telón a su sitio. Naunet no pareció sentirse mal ante sus palabras, pues continuó moviéndose. Su atuendo, un vestido de mangas largas, estaba hecho de algodón dolor rosa pálido e iba a juego con unos zapatitos de tono oscuro. Little continuó caminando por el estrecho Callejón Diagon, en busca del local de Bodrik, un sitio que representaba la cultura árabe y que había tenido la oportunidad de visitar con anterior por diversas razones. Esta vez, no obstante, iba menos arreglada; había elegido unos jeans oscuros y una camisa gris perla que dejaba su espalda al descubierto e iba a juego con sus botas de taco alto. Pasados unos minutos, se topó con la estrafalaria entrada e ingresó a través de ella con rapidez, sabiendo que se le hacía algo tarde para su cita con Lisa, alguien a quien hacía mucho no veía. Deslizando sus orbes mieles por el interior de Arabic Place, se mantuvo en la entrada, tratando de buscar a su compañera sin llegar a soltar el coche donde la bebé de cabello rubio y ojos verde jade seguía deleitándose con su entorno, ensimismada en su propio mundo. -Lamento la demora, cierta personita no quería vestirse -. Saludó con una sonrisa la matriarca de los Currington al tiempo que se acercaba a la mesa de mantel oscuro donde aguardaba la mortífaga una vez la localizó. -. ¿Llevas mucho tiempo esperando?
  14. -EDITO: Error de tipeo .-. Siento mucho las molestias. Bueno, luego de meses me aparezco para solicitar unos arreglos. En primera instancia, quiero decir que Ueki hizo algo raro y los links de las bóvedas se mezclaron xD Lo acomodé. Además, añadí un animal a la ficha (Perra: Rue) porque en la bóveda sale ya descontado el dinero apesar de que aún no lo han notificado acá. Espero que no importe (?) Sin más, ojalá todo esté en orden. Saludos y gracias de antemano a quien edite ^^ ________ http://www.newsgab.com/attachments/celebrity-pictures/101203d1214110252-minka-kelly-la-confidential-magazine-8.jpg Datos Personales Nombre del Personaje: Little Georgina Rowle Black Lestrange Sexo: Femenino Edad: Adulta joven - 20 años. Nacionalidad: Alemana Familia(s) ~Familia Rowle ~Familia Currington (Matriarca) Padres Sanguíneos: Bastian Rowle Black. & Valkyria Black Lestrange Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: Empleada - Servicios Administrativos del Wizengamot. Poderes Mágicos Rango Social: Unicornio de Bronce Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Nivel de Poder Mágico: 2 ~Puntos de poder en objetos: 60 ~Puntos de poder en criaturas: 30 Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: ~Pociones ~Adivinación (Conocimiento cambiado. Antes: Herbología) ~Idiomas (Conocimiento Adquirido) ~Leyes Mágicas (Conocimiento Adquirido) Perfil del personaje Raza: Humana (Híbrida, hija de vampiro y lincan) Aspecto Físico: Cabello castaño y ondulado, piel morena. Ojos café claro, parecidos a la miel. Estatura media (Promedio de 1.70m), contextura delgada, estilizada y porte distinguido. Rasgos infantiles y llamativos. Estrafalaria, exuberante y excéntrica. Cualidades Psicológicas: Ambiciosa, orgullosa y egocéntrica. Le gusta aprender, razón por la cual constantemente busca superar sus conocimientos. Prefiere los ambientes concurridos, las fiestas y las celebraciones. Tiene una relación bastante estrecha con su madre, a la cual acude en todo momento, y su padre es la fuente de su adoración. Suele ser curiosa y especulativa. Una chica bastante femenina. Está acostumbrada a aconsejar y criticar aun cuando nadie le pide su opinión. Cree en las segundas oportunidades y en la pureza de la sangre. Sus principios son la lealtad y la honestidad. Historia: Primogénita de Valkyria Black Lestrange y Bastian Rowle. Nació a las afueras de Ottery, lejos del Castillo Rowle y la Mansión Black Lestrange, en un pueblo mágico de Alemania. Melliza de John Rowle y Regulus Rowle. Los tres criados por su madre, sin conocer ni tener noción de la identidad de su progenitor. Regresa a Ottery junto a sus hermanos dos años después de Valkyria, donde finalmente conoce a Bastian. Debido a la ausencia tan prolongada entre hija y padre, Little tiene una afinidad especial con el vampiro, por quien proclama una adoración inmensa. Como es la primera de la tercera generación de los Rowle, encabeza una extensa familia. Desde pequeña aprendió a defender la pureza de la sangre y a respetar los ideales de sus familias sanguíneas. A pesar de ser dramática, orgullosa y testaruda, suele adoptar una personalidad pasiva y neutral cuando la situación lo amerita. En los años posteriores se dedicó a cuidar de sus demás hermanos, cursó la Academia de Magia y Hechicería, dónde conoció a Aime Wentrong y Hilary Currington (Sus amadas Trillizas de Salem), y se graduó para establecerse en el bando mortífago, del cual se retira tres años después. Seguidamente, heredó parte del legado de los Currington que le correspondía a su madre, descubriendo su relación consanguínea con su mejor amiga. Entre las dos abrieron nuevamente el Edificio Currington con la ayuda de Linzcey, prima perdida que aparece en busca de su hermana. Próximamente, llega al pueblo una chica llamada Dorothy, otra de las Currington desaparecidas que se une a la labor. El mismo año decidió reconstruir la familia Rowle junto a los demás miembros de su prole, habitando el Castillo Rowle ubicado en el Valle de Godric. Perdió a su padre meses después de la apertura del castillo ya que este decide abandonarlos, convirtiéndose en matriarca de la familia junto a su madre, su prima lejana Blackinse y su tío Brad Rowle. El día de Halloween, dolida por la partida de Bastian y el nuevo romance de Valkyria, visita un local muggle de mala fama dónde conoce a William, un hombre moreno de ojos verdes, horas después de haber bebido un par de copas. A la mañana siguiente, Little despertó sola con una fotografía a su lado: la de aquel hombre y ella misma. Pasado un mes, con la intervención de Aime y Hilary, se dio cuenta que su aventura con el sinmagia acarreó la peor de las consecuencias… dejarla embarazada. Las trillizas optaron por guardar el secreto y decidieron que juntas saldrían adelante. Meses después, abandona a los mortífagos para dedicarse completamente a su futuro hijo y a su trabajo en San Mungo. Reinicia sus estudios en la academia, para ampliar sus conocimientos en diversas áreas y poder dedicarse a nuevas ocupaciones. Actualmente se encuentra a la espera de que su reingreso a la Marca Tenebrosa sea oficial mientras se ocupa de su bebé recién nacida: Naunet Aeryn Rowle. Pertenencias Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Mascotas y Criaturas: ~Elfos: Boreas Sararí (hija de Mayrín) Licencias, Tasas, Registros Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: Aprobada Registro de XXX: – Otros Cronología de cargos -Aprendiz. San Mungo, tercera planta (Maternidad y Pediatría) -Sanadora. San Mungo, segunda planta (Virus mágicos y enfermedades mágicas en general. Envenenamientos por pociones y plantas) -Empleada del SAW Datos ~Debido a su condición de híbrida, está estancada en los veinte años. ~Adora el Teatro. Fanática del arte y la fotografía. ~Sabe ballet y un poco de las danzas tradicionales de Alemania, Rusia y Francia. ~Toca el violín, el piano y el arpa. ~Habla seis lenguas (francés, italiano, ruso, alemán, español e inglés) y tiene conocimientos sobre el latín. ~Tiene una hija llamada Naunet Aeryn (Nacida el 21 de julio del 2012) Links de Interés Referentes al Personaje Link a Bóveda Personal: Bóveda de Little G. Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: Oasis of de Seas Link a Bóveda Familiar 1: Familia Rowle Link a Bóveda Familiar 2: Familia Currington
  15. Le regaló una nueva sonrisa a su compañera, agradecida de la comprensión que tenía para con ella. Juntas se encaminaron hacia la puerta principal a la espera de que pudieran salir algún miembro de la familia o elfo a recibirlas. Las guardias habían resultar relativamente solitarias y pacíficas, sin contar la intervención de Avril Malfoy en el castillo Rowle. Esperaba que nada malo se originara en el hogar de los Ragventus. -No recuerdo haberla visto de lejos siquiera -. Añadió ante la respuesta de Addison, viendo como esta se encargaba de tocar la puerta. Los orbes de Little se desviaron hacia las columnas y estatuas, detallándolas. De alguna forma resultaban ser más perturbadoras que las de la Mansión Riddle. Guardó silencio uno instantes, buscando como continuar la conversación que mantenía con la Evanik. Algo le decía que era muy improbable toparse con alguien allí y que deberían quedarse solas hasta que su turno acabara. No quería que el ambiente, que se encontraba ligeramente templado, se volviera incómodo. Definitivamente no era justo que los guardianes, un servicio que los patriarcas solicitaban para la seguridad de su familia, tuvieran que pasar por aquello. Desde joven, cuando ingresó a la marca, la castaña siempre se había mostrado muy orgullosa de pertenecer al WIB. El escuadrón era algo que le permitía vigilar a los magos y brujas de Ottery con libertad, haciendo gala de su investidura mortífaga sin que nadie tuviera plena conciencia de ello. Aparte, tenía la oportunidad de vagar por todos los rincones desconocidos del pueblo y el callejón Diagon. Era una fortuna. Por ello siempre se esforzaba por atender como era debido a los guardianes. -Akiza no me contactó para que la acompañara -. Finalmente encontró algo nuevo que decir. La verdad es que el hecho de que la mortífaga que le habían asignado aparte de Addison no le enviara ningún mensaje la había dejado preocupada. No quería que aquello quebrara el desempeño que hasta ahora mantenía dentro del parámetro de los aspirantes.
  16. Su ensimismamiento en los terrenos del Castillo Rowle le había robado un par de minutos que terminaron atrasándola. Materializándose en los terrenos de aquella mansión desconocida perteneciente a la familia Ragnaventus la joven embarazada apresuró el paso para alcanzar a la silueta que se detenía, en esos momentos, a unos metros del portón principal. No tuvo tiempo de deleitarse con los jardines ni los decorados. -Lamento la demora -. Alegó con tono culpable en dirección a su compañera mientras se posicionaba en su costado izquierdo. Aún portaba la túnica de pliegues negros. Le sonrió con inocencia -. Me distraje. Little no era tonta y sabía muy bien que las faltas podían acarrear consecuencias. Por ello esperaba que Addison no se ofendiera por la tardanza. Elevó sus orbes mieles al frente, analizando la estructura con un ligero asombro marcado en sus facciones finas y ebúrneas. Deseaba que la guardia fuera tranquila y nadie se presentara chillando y destruyendo cosas como la vez anterior. Emitió un suspiro, decidida a olvidar el escándalo de su abuela. -¿Crees que está vez si nos reciban? -. Preguntó para iniciar conversación, esperando que la Evanik se adelantara y tocara para que la familia tuviera plena conciencia que las guardianas se encontraban allí, dipuestas a realizar la labor que les habían encargado. -. Es curioso, pero jamás había reparado en esta casa. Es gigante. -. añadió un par de segundos después para dar inicio a una conversación en caso de que nadie las notara.
  17. Dios, se me había olvidado pasarme por acá D: Creo que ni siquiera sabía que tenía que hacerlo, siempre me pregunté para que servía este tópic xDD Llevo roleando en la Riddle desde hace como una semana sin estar anotada... Marquita, vengo a pedirte que me anotes en la lista de aspirantes *O* Después de todo, hace más o menos tres semanas puedo ver la mini. Esperemos que pronto pueda ver la Marca también. Ya no se me ocurre como rellenar estas líneas .-. Saludos a todos (?)
  18. La sanadora sonrió ante el comentario de Adrian. Le alegraba saber que su propuesta era tomada en cuenta para la real apertura de la academia. Little se removió en el asiento, buscando una posición más cómoda, justo en el instante que el grito del joven hizo eco en las paredes del auditorio. Dejó que la idea fluyera, imaginándose como sería todo. Se preguntó, entonces, como haría para moverse tanto en el estado en el que estaba. Lo más preocupante, ¿Qué podría usar para un evento así? -¿Sagitas estará de acuerdo? -. Preguntó decidida a seguirle el hilo al dueño del lugar, que no paraba de farfullar sobre una actuación de los elfos. -. Tenemos mucho que preparar, entonces. Creo que lo mejor será hacer un itinerario, armar las presentaciones y cuadrar perfectamente el evento. ¿Crees que deberíamos solicitar ayuda de alguna agencia festiva? Si bien la embarazada no estaba acostumbrada a organizar celebraciones, estaba dispuesta a colaborar en todo lo necesario. Después de todo, aquel era su nuevo lugar de trabajo. Quizás no pudiera subirse al escenario a bailar, pero podría preparar algo con sus encantadores alumnos (?), así como encargarse de que todo se desarrollara correctamente. La idea de un festín en medio de una noche de espectáculos de luces y sonidos logró emocionarla. -Los gemelos también podrían participar -. Alegó de pronto la Rowle señalando a Gomita, quien se había sentado en una de las sillas. Había escuchado cuando esta había musitado un par de cosas sobre una guitarra -. Estoy segura que será maravilloso verlos tocar. -. Le guiñó un ojo con picardía a la morena -. Devi no se ha presentado -. añadió esta vez en dirección al soñador muchacho, refiriéndose a la profesora de interpretación.
  19. Buenas, primero que todo disculpen las molestias y de antemano muchas gracias a quien pueda responder. Verán, estuve chequeando bóveda de los Currington y me di cuenta de que los ingresos llegan hasta febrero, con los cobros de miembros activos del mes de enero. Ahorita no estoy segura si posteé los de febrero, pero marzo y junio no aparecen (Omitiendo abril, que fue el mes en el que no acudí). Mi pregunta es, ¿Por qué? ¿Hubo algún inconveniente con mis post que son invalidos? ¿O es por cuestiones de tiempo que los duendes no han actualizado? Me preocupa saber que durante todo este tiempo ni un solo galeón le entró a nuestra bóveda y no sé si es que estoy haciendo las cosas mal.
  20. A pesar de que su última visita había sido aproximadamente un mes, Little se dispuso a entrar a la enorme Trastienda en busca de otro animal. Sabía que cuando sus primas se enteraran de sus adquisiciones, montarían un melodrama y, posiblemente, discutirían. Aún así, la castaña se sentía satisfecha con las compras que había realizado y estaba segura que la que haría en esa ocasión no le originaría más problemas. Se acercó hasta la silueta de Evarela, quien lucía cansada e irritada, tal vez debido al trabajo de la tienda. Por un instante se preguntó que tan difícil y molesto resultaría ser miembro del Concilio. La embarazada compuso una sonrisa amistosa, que tenía cierto tinte de disculpa, en dirección a la bruja. -Buenas tardes, Eva -. saludó sin eliminar el gesto de sus facciones -. Lamento darte más trabajo, pero... -. Sacó del bolsillo un pergamino con el pedido listo y se lo entregó, aguardando pacientemente a que verificara si todo estaba en orden.
  21. Antes del ataque La llegada de Adrian resultó un poco sorpresiva para la embarazada, quien se limitó a sonreírle con diversión. Definitivamente adoraba el carácter despreocupado y alborotado del muchacho. Lo siguió con diligencia hasta el salón de actos, ubicado a la izquierda. Las palabras de Gomita provocaron que su sonrisa se ampliara, para finalmente reír. -Pues sí. Soy la nueva profesora de danza. Aunque tengo una compañera, que no se ha presentado aún por cuestiones personales -. Informó a la gemela. -. Según tengo entendido, entonces, eres estudiante de música. ¿Mikael está contigo? Mientras se sentaba en una de las butacas pudo darse cuenta de Galedra, una bruja que reconocía por un breve encuentro en Tía Veneno hace meses, y otra joven, se unían al improvisado grupo compuesto por los dueños de la Academia, su persona, y Gomita. Sus orbes mieles se mostraron amables y saludó a las recién llegadas con una cabezada. -Adrian, ¿Podrías proceder a explicarnos que deseas hacer para la inauguración? Yo, por mi parte, opino que podríamos ofrecer un recital. Algo que incluya a los alumnos y a los profesores. Podríamos hacer toda una presentación, tomando en cuenta las tres clases que aquí se imparten -. Comentó la castaña, pensando que un concierto o una obra era lo que el lugar necesitaba.
  22. Días después. La cita con Adrian la había entusiasmado. Pensar que ahora podría encargarse de impartirle clases de danza a quien lo deseara resultaba gratificante. De pequeña había aprendido mucho sobre el ballet y los continuos viajes a los que era sometida por Valkyria la llevaran a apasionarse sobre otros bailes típicos de las regiones europeas y asiáticas. Little sabía mucho sobre ello. Además, contaba con el aprendizaje casero que Dorothy había vivido. Ingresó por la puerta del teatro. La embarazada llevaba el cabello liso, cayendo como una cortina por su espalda hasta la cintura, sobre la tela de su blusa estampada. Traía puestos unos jeans y unos tacos bajos color negro. El atuendo dejaba en claro su estado, pero no por ello disminuía la hermosura de la Rowle. -¿Gomita? -. Se sorprendió al encontrar a la joven, a quien no veía desde hacía mucho tiempo, en medio de la recepción. No había rastros de nadie aparte de la recepcionista, pero supuso que la gemela estaba buscando a alguien en particular -. Oh, vienes por las clases -. Sabía de aquello pues Little se había encargado de entregar el formulario a Adrian cuando aquella extraña lo había roto en pedazos. -. ¿Música, cierto? A pesar de que sabía que debía subir al aula para organizar las cosas que usaría y empezar con un plan de enseñanza, no se movió de donde estaba. No le parecía correcto dejar a la joven esperando allí cuando bien era sabido por los integrantes de Art & Vita que el cupo para profesor de música no se había llenado.
  23. Ingresó al Magic Hall justo cuando el sol comenzaba a descender en el cielo. Todavía quedaba algo de tiempo y esperaba que la compra no la retrasara para la visita que tenía pensado hacerle a su prima en The Arabic Place. Por ello, Little G. aceleró el paso y se encaminó directamente a la Trastienda, donde adquiriría un par de animales. La planta baja estaba repleta de ruidos y olores extraños, así como un raro ambiente prodominado por un intenso follaje decoraba la estancia de piso pulido. Sin embargo, aunque le parecía curioso el recinto, no se dedicó a analizar su alrededor, sino que se dispuso a buscar a algún encargado. A la distancia divisó la figura de Kasssandra, su ahijada, y la de Evarela, quien parecía ser la comisionada. -Buenas tardes -. Saludó a ambas brujas con una sonrisa en los labios. Seguidamente sacó un pergamino de su cartera, donde estaba toda la transacción. -. Eva, ¿Debo entregártelo a ti? -. Inquirió. No estaba segura si la Black era la dependienta por lo que esperó a que esta respondiera antes de entregarle el papel.
  24. La Rowle dibujó una sonrisa en sus labios ante el intento de su prima por confortarla. Se le hacía gracioso ver a una chica más joven consolándola. Realmente tenía las hormonas muy revueltas. Pensar en su hijo la ponía ansiosa y nerviosa y, siendo honesta consigo misma, le aterraba. No quería imaginarse cómo haría para acostumbrarse a la maternidad. Sus orbes mieles enfocaron a la entrada del local, apartando la infinidad de pensamientos que la invadían. Reconoció a la mujer, aunque jamás en todos sus años la había tratado. La había visto un par de veces en las galas y conocía el nombre en boca de varias de sus amigas. Dorothy le hizo un ademán y se alejó para recibirla. Al ver la familiaridad, algo tímida por parte de la castaña, que se tenían, supo que su visita había finalizado. Cogió la cartera que reposaba en la barra y se levantó, no sin antes acabar con el segundo vaso de limonada que la Currington le había servido. Una vez hubo terminado, se aproximo a las dos brujas con una ligera sonrisa amistosa, esperando no interrumpir. -Buenas tardes -. Saludó a la recién llegada con educación. Seguidamente, fijó su mirada en Dorothy -. Sé que tienes mucho trabajo y, la verdad, yo igual. Tenemos una cita pendiente. Gracias por la limonada y las galletas -. Le dio un beso en la mejilla para despedirse y agitó la mano en dirección a Mei -. Nos vemos pronto. Sin más, la embarazada se retiró de The Arabic Place, en dirección a Gringotts, donde tenía una reunión pendiente con los duendes para solucionar el tema de los pagos de la familia de aquel mes.
  25. Little sonrió al ver como poco a poco la joven comprendía sus palabras. Se preguntó si, de tener una hija, tendría conversaciones semejantes. La idea de criar a un bebé le pareció, en ese momento, más real que nunca. ¿Serviría para la maternidad? ¿Cómo garantizar que su hijo tendría todo lo necesario? ¿Cómo garantizar que haría un buen trabajo criándolo y enseñándole? -Me alegra ver que compartes el mismo gusto que yo por las compras. Son... Viciosas. Pero, sin duda, buenas para la salud -. Bromeó de manera distraída. La verdad era que, por primera vez, estaba concentrada en el bulto que crecía en su interior. La Currington se retiró unos instantes, dejando a la castaña en un mutismo total, predominado por sus pensamientos. Algo cálido y pesado se instalaba en el pecho de la Rowle, haciéndola temer el momento del parto y sus posteriores años. Sintió una, dos y tres patadas, seguidas de cuatros y dos más. Era su hijo. Su bebé. Acarició su vientre, tratando de transmitirle cariño y confort. Dorothy regresó, con una bolsa de botanas en la mano. La sugerencia la hizo reír, pero, aunque en otra circunstancia se hubiera negado a comer de un alimento tan corriente, negó con suavidad y la invitó a sentarse a su lado para que ambas pudieran degustar las galletas. Metió la mano en el paquete, extrayendo una con forma de pez. Todavía podía sentir la sensación de las pataditas en el vientre. -Oh, Dorothy -. Cogió la mano de la ojisverdes y la colocó en su abultada panza. El bebé continuaba pateando afanosamente, como si quisiera hacerse notar -. No lo hace muy seguido, ¿Sabes? Pero... Cuando se pone así, me entran ganas de reír y llorar.

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