~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Seba Granger]

Camine por unos minutos hasta que estuve en el limite donde terminaba nuestra propiedad, miré hacía atrás donde había quedado mi casa y todo lo demás, recién me daba cuenta lo mucho que había crecido todo, todo había comenzado con un simple local que estaba en malas condiciones, abandonado no sabemos hace cuanto, solo un día en la noche caminando por el callejón en una de nuestras cita lo habíamos encontrado y habíamos decidido poner la librería, ademas del departamento en el que viviría en esos momentos solo, era muy luego para que se nos hubiera pasado la idea por la cabeza de vivir juntos.

Recordé por unos instantes, y luego pasé el limite del hogar, me adentré en el bosque desconocido en aquellos momentos, podía tal vez tener en adentrarme en el lugar pero sabía que siempre podía contar con mi fiel Dash que en cuanto lo llamará iría a donde estuviera, lo mas probable que tal vez apareciera con Lualu que últimamente no se le despegaba mucho, creo que al final se terminarían casando ellos primero.

Reí un poco con esa idea no sabía si los elfos se casaban, seguí el sendero que divise suponía en esos momentos que algún explorar o los dueños lo habían trazado, no estaba seguro del todo, en esos momentos solo podía ir la brisa del viento que movía con fuerza los árboles que me cubrían la mayoría del sol, en esos momentos caía en cuenta que era un poco frío, las copas de los árboles al no dejar pasar el sol.

Por ir mirando la altura de los árboles no me había percatado por donde pisaba y fui a dar al piso, pude haber maldecido por unos segundos pero nadie me escuchaba.

[Darla G Dumbledore]

¿Dónde estaba? No entendía bien qué había ocurrido, la mañana había transcurrido tan apasible y tranquila pero abruptamente ella había comenzado a tener una sensación extraña. Otra vez. Se levantó y tomó el abrigo, aunque su idea no fue salir a la calle, más bien pensó en revisar los establos. Salió al jardín trasero y saludó a Eros que ponía a cubierto sus flores con magia para que no se le congelaran.

 

--Abrígate tú también --comentó la bruja antes de agregar para que no se le ofendieran --están muy bonitas, como todo el jardín.

 

Llegó al establo y entró abriendo la puerta con cuidado, desde que habían mudado a los ghoul al segundo nivel tenían la mala costumbre de bajarse y hacer bromas a los recién llegados, pero parecía que hoy se portaban bien. Habían hecho nuevos hechizos aclimatando el ambiente para cada mascota luego de tomar la clase de Criaturas Mágicas. Allí parecía todo en orden, los establos ya no eran simples compartimentos con animales, ahora tenía cada uno su ambiente tan cual era su hábitat natural. Pero la verdad es que la inquietud le duraba, así que tras dar una segunda mirada a todo salió de nuevo al jardín, pero por la otra puerta, la que daba al bosquecillo de atrás.

 

Despacio encaminó sus pasos hacia allí, con las manos en los bolsillos, mientras acariciaba la empuñadura de Edelweiss, no necesitaba alumbrarse ni nada pero quería estar segura que ante una emergencia tener la herramienta adecuada para utilizarla. Había huellas en la nieve que había caído más temprano, y las reconoció al toque, por lo cual comenzó a seguirlas lentamente.

[Seba Granger]

Toque mi tobillo un par de veces este se había hinchado de inmediato, trate de ponerme un par de veces de pie pero este no soportaba mi peso, maldije un par de veces a la nada y luego me senté una vez mas, esta vez en una roca que estaba cerca de donde había caído.

-Solo a mi me puede pasar esto- gruñí un poco mientras me quitaba la mochila de la espalda y buscaba mi varita en ella, pero vaya mi sorpresa justo aquel día me había dado por ser solo un muggle, golpe el suelo en la nieve, me guarde el grito de dolor no pensaba que doliera tanto.

Miré hacía todos lados buscando de donde podría tomar una rama que me pudiera servir de bastón, se que podía acudir a los elfos de la casa, y ellos avisarían a Darla, pero si se me había ocurrido la brillante idea de salir sin varita creo que por ahora, o al menos hasta que la noche se me fuera encima podía tratar de intentarlo.

Me puse en pie una vez mas, esta vez sin apoyar el tobillo lastimado y comencé a saltar torpemente en la nieve, tratando de apoyarme en los árboles cada que podía, hasta que llegue al final a un arbusto del cual podría cortar una rama que se veía firme, saqué la navaja que llevaba en la mochila y aserré la rama por algunos minutos.

Una sensación extraña se alojo en mi pecho, miedo no era pero aun no estaba del todo seguro, miré en dirección de donde había venido pero por ahora no se veía nada.

[Darla G Dumbledore]

Se sorprendió al darse cuenta que las huellas se alejaban de la casa, más bien de los límites de los terrenos que habían ido adquiriendo y se adentraban en un bosquecillo, a decir verdad ella había cazado a veces por allí,al principio, luego se había alejado más. Siempre sintió curiosidad de si el lugar tendría dueño, pensando en adquirirlo de hecho. Las huellas la fueron guiando, aunque la nieve no estaba muy firme, y allí el sendero parecía estar algo perdido en el bosque.

 

De pronto algo la dejó desorientada, las huellas parecían desvanecerse o más bien, no parecían huellas de un caminante, era como que algo había caído, varias huellas superpuestas. Darla se tensó, si eran las huellas de Seba realmente éste se había caído, frunció el ceño. Pensó en gritar, llamándolo, pero sabía que el lugar no era peligroso, pero tampoco era seguro al cien por ciento. Buscó las huellas y la esencia y las descubrió más adelante, parecían erráticas y de un solo pie. Volvió a maldecir y ya sacó la varita de su bolsillo.

 

Comenzó el zigzagueante recorrido, no podía estar muy lejos pero ¿por qué había seguido avanzando? o más bien, ¿por qué se había desviado del camino? ¿y por qué no había regresado? Es verdad que parecía ir saltando de árbol en árbol, pero en lugar de acercarse, se mantenía paralelo a su propiedad. ¿Dash estaría con Seba? Intentó hacer memoria si el elfo estaba con Lualú cuando salió, lo más seguro porque no los había cruzado. Sintió un crujido más adelante y se apresuró a ir en buscad de su origen.

[Seba Granger]

Las manos comenzaban a dolerme un poco, nunca había sido de guantes pero creo que en aquellos momentos los necesitaba, por mas que intentaba apresurar el corte de la rama con la navaja no avanzaba como quería ademas que con el frío los dedos se me empezaban a congelar de vez en cuando y debía calentarlos con mi aliento.

 

Miré una vez mas hacía la nada, un ruido había llamado un poco mi atención pero hasta ahora seguía sin ver nada, no recordaba que hubieran dicho que habían animales peligrosos por esos bosques, pero creo que necesitaba estar un poco mas atento, cuando creía que ya se podría quebrar la rama, palanquee un poco con mi pierna buena hasta que algo crujió solo esperaba que esa vez fuera la rama y no mi pierna, reí un poco de mi mismo.

 

Me puse en pie de nuevo apoyado ya en la rama, pero algo mas le faltaba a esto, creo que lo mejor hubiera sido entablillar mi tobillo pero eso ya me haría perder mas tiempo y el frío estaba cayendo cada vez mas, hasta parecía querer nevar de nuevo como en la mañana.

 

El ruido había regresado, -¿Hay alguien ahí?- dije en voz alta, -Estoy armado- levante mi navaja aunque casi caí de nuevo por que apoye sin querer el tobillo malo.

[Darla G Dumbledore]

Los nervios la estaban carcomiendo, habitualmente su trabajo había sido el de búsqueda e investigación y jamás se dejaba amilanar, podía enfrentar cualquier situación con sus habilidades, pero cuando se trataba de Seba ahí todo se le iba de las manos. Apresuró sus pasos pero no en exceso, para no perder ninguna huella, de pronto la voz de Seba llegó hasta ella y ya no dudo, aunque lo de que estaba armado, quizás lo mejor fuera avisarle que era ella, no fuera que le lanzara algún hechizo. Podía hacerse un escudo con protego o utilizar la salvaguarda mágica para ser intangible, pero prefería advertirle para que él luego no se sintiera mal.

 

--¡Seba! ¡Soy yo! --gritó mientras apresuraba su paso para llegar corriendo a donde estaba su novio, sus ojos se abrieron como platos ya que llegó a tiempo para verlo con una navaja en una mano, una rama en la otra y tratabillando al apoyar uno de sus pies.

 

--¡Amor! ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió? --se apresuró a acercar a él y abrazarlo con cuidado, dándole un beso tierno, para luego alejarse un paso pero aún tomándole del brazo con delicadeza, podía oler el aroma de la sangre seca en la lastimadura, frunció el ceño.

 

--Eso está hinchado, amor, debiste usar episkey --murmuró la pelirroja, pero en ese momento se dio cuenta que la había amenazado con un palo y una navaja, no con su varita y cayó en la cuenta --¿perdiste la varita? la buscaremos luego, deberíamos ir a casa ahora, pero dime dónde y yo me ocupo --dijo la pelirroja tomando el brazo de su novio lista para desaparecerse hacia su hogar.

[Seba Granger]

La voz de Darla llegaba a lo lejos luego de mi amenaza, que vergüenza iba a pasar con ella, miré un segundo al cielo pero este no se veía por las copas de los árboles sobre mi cabeza.

Me sonroje como un tomate y deje caer la navaja ante la llegada de la Potter Black, me deje abrazar por ella y relaje un poco mas el cuerpo sin dejarlo caer sobre el tobillo dañado.

-Tuve un pequeño accidente, por distraído y salir de mal humor- dije lo último un poco mas despacio.

El ardor en mis mejillas subió aun mas con la referencia de la varita, -Creo que no hay nada que buscar, a menos que la quieras buscar en mi buro- hice un pequeña muela de disculpa, -Creí que me podría cuidar solo, pero ya vez, me accidente muy cerca de casa- dije un poco enojado conmigo mismo.

-Creo que mejor vamos a casa, antes que vean a este patético mago- mordí mi labio y me deje ayudar por ella.

[Darla G Dumbledore]

Darla observó a su novio con ternura mientras éste le contaba lo que le había acontecido, abrió un poco sorprendida los ojos al escuchar que estaba mal humor, preocupándose de qué le podría haberle ocurrido. Observó un objeto en el suelo y con cuidado lo atrajo con un

 

--Accio navaja --dijo al darse cuenta de con qué le había amenazado estaba ahora en el suelo, lo miró a los ojos y sonrió con ternura, besando sus mejillas sonrojadas --no eres patético, no digas eso --reprochó la bruja mientras abrazaba con más fuerza a su novio y con un sonoro crack se desaparecía del bosque hacia su hogar.

 

En cuanto aparecieron en su dormitorio, junto a la cama, la Potter Black ayudó a Seba a recostarse en ella, dejando sobre la mesa de noche la navaja de su prometido, lo ayudó a quitarse el calzado y las medias.

--Dash --dijo, llamado al elfo de su pareja --¿te duele amor? Puedo utilizar curación, espera que busco mi monedero, tengo allí el amuleto de curación, el topacio amarillo hará efecto enseguida sobre tu pierna, curándola, solo debo ponerla e imponer las manos sobre tu tobillo mi amor --dijo la bruja mientras que el elfo ya estaba allí.

--Dash, trae por favor unos almohadones para poner el alto el pie de tu amo y pídele a Nana que te de unos hielos para poner en una bolsa de goma, ,esas muggles que andan guardadas por ahí, por favor --el elfo parecía asustado porque ella lo llamara y no su amo pero desapareció al instante para traer lo que le pedían, Darla se sentó junto a su prometido y lo vió con amor, acariciando sus piernas.

 

--Bueno, dime si quieres medicina tradicional o la más rápida y efectiva mágica y mmm... ¿qué te tiene mal humorado? --extendió su mano y acarició el rostro de su prometido con mucha ternura, esperando sus respuestas, pero muriéndose de ganas de hacerle accio al amuleto de curación para sanarlo ya.

Editado 22 de Febrero del 2019 por Darla Potter Black

[Seba Granger]

Solo recordé el crack y aparecer en la cama de mi cuarto con Darla llamando a Dash creo que jamás había visto a mi elfo pálido pero por lo visto creo que si se podían poner así, intente entender las palabras de mi novia, la cabeza me daba un poco vueltas por la desaparición y aparición, creo que el dolor no me dejaba concentrar del todo.

-Creo que deberías dejarme curar a lo bruto por tonto- dije sonrojándome un poco por haber olvidado la varita que no estaba muy lejos de donde la Potter Black había dejado la navaja.

-Pero también creo que he sufrido lo suficiente- señale aun mas rojo ya no recordaba las horas que llevaba con aquel dolor en mi tobillo, -Si no te hace mal o no te quita muchas energías usar el amuleto, creo que mejor me curas, aunque supongo algunos episkey y la bolsa de hielo también mejoraría mas a como estoy ahora- en esos mismo instantes Dash regresaba al cuarto con lo pedido por Darla.

-Dash me preparas la tina por favor, creo que huelo mal y tengo la ropa húmeda- la criatura de inmediato salió corriendo al baño para llenar la tina.

[Darla G Dumbledore]

--No eres ningún tonto --protestó la Potter Black mientras sacaba a Edelweiss de su bolsillo y apuntaba con delicadeza hacia donde estaba su bolso --accio amuleto de curación --el colgante con el topacio amarillo voló por los aires hasta las manos de la vampiresa, que se lo acomodó en su cuello mientras su novio le decía que el dolor había sido bastante, eso le partió el alma.

 

--Si mi amor, tranquilo, yo te curare, y no bebé, no me quitarás energía, lo prometo --dió una suave caricia en la mejilla de su novio y luego un beso muy tierno antes de ubicarse a los pies de la cama. Darla extendió sus manos y las posó a pocos centímetros por encima del tobillo del mago, en verdad estaba bastante morado e hinchado, cerró sus ojos y se concentró, los destellos de colores del topacio fueron más brillantes con la mezcla del poder del sol que reflejaba habitualmente y los poderes y conocimientos de la bruja que lo portaba, para asegurarse que sanara bien pensó en la curación de su prometido y pudo sentir la magia que fluía del colgante a sus manos y de éstas al tobillo de Seba, unos segundos después las heridas e inflamación habían desaparecido.

 

--¿Te sientes mejor? --preguntó la pelirroja en el momento que Dash ya corría hacia el baño para preparar la bañera para Seba --te ofrecería compañía si te sientes mejor --ronroneó con ternura acercándose de nuevo a la cabecera de la cama mientras se quitaba el amuleto y lo dejaba sobre la mesa de luz.