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[Seba Granger]

Dash con Nana

El elfo como le había pedido Nana se había acercado a la cocina con un poco de miedo de lo que le fuera decir la mayor de los elfos del Granger por lo mismo era como la madre de los otros dos, y un poco se creía así de su amo.

La elfa lo empezó a interrogar de como estaba el Granger, de si el mismo elfo estaba comiendo bien pues lo encontraba un poco ojeroso y delgado, la elfina era una malhumorada pero pese a eso siempre los había cuidado a todos, le pidió a Dash que cuidara del amo o que lo amenazara que sino era así ella misma iría a darle de comer como a los niños chiquitos.

Dash le insinuó a Nana que debía irse que seguro la ama Darla ya lo estaba esperando, eso enojo un poco a la elfina por no poder darle mas recomendaciones pero si era lo que estaba pensando que la futura esposa de su amo iría con el pequeño Dash podría ser bueno para su amo, y por lo mismo para el mas pequeño de las criaturas, Nana nunca lo decía pero ella pese a todo quería a los elfos y mas a su amo que había cuidado de ellos.

Dash se despidió de la elfina que le había dado una bolsa de meriendas para que comieran, luego salió en busca de la ama Darla, -Dash ya esta listo, cuando la ama quiera Dash la lleva donde esta el amo- pronuncio el elfo mientras le tendía la mano a la Potter Black.

[Darla G Dumbledore]

No supo con exactitud cuánto esperó a Dash, pero no fue demasiado, podía distinguir sus voces en la cocina pero había cerrado su mente para no escucharlos, no le parecía correcto, de algún modo, para cuando el elfo llegó llevaba su cabello recogido en una coleta, una pequeña mochila a la espalda con algunas mudas de ropa y un par de zapatillas extras. Podría haber elegido comprar algo a donde iban, si es que había alguna tienda para ello, o invocar ropa con magia, pero había preferido llevarse cosas que sabía que le podían resultar útiles y cómodas, nada en exceso.

 

El elfo había aparecido con expresión preocupada, imaginaba que la de ella debía ser similar si no utilizara la metamorfomagia y la oclumancia, prefería cerrarse, no quería preocupar ni a sus elfos ni a los ajenos. Había hablado con Tommy mientras Dash lo hacía con Nana y lo había dejado a cargo del lugar, dándole expresas indicaciones de a quién recurrir si resultaba necesario y dejándole uno de sus espejos de comunicación, el otro lo tenía en el bolso de piel de moke. Podía llamar a Dash donde estuviera, pero mejor que si se podían comunicar a larga distancia, para no poner en riesgo a sus elfos.

 

--Yo también lo estoy Dash --respondió la pelirroja mientras tendía su mano hacia la del pequeño elfo y lo tomaba con firmeza, para segundos después sentir el tirón característico de una desaparición conjunta, ahora iba al encuentro de su prometido guiada por su fiel elfo.

[Seba Granger]

El tiempo se estaba haciendo eterno, no recordaba hace cuanto se había ido Dash para traerle razones de como estaban las cosas en casa y sobre todo con Darla, esperaba que estuviera bien, que no haya sido mucho trabajo que la dejara con todo, camine de un lado a otro por el largo pasto que recorría la orilla del río.

Mordí mi labio mirando el lugar tal vez podría pasar la noche ahí me parecía buena idea a tener que regresar al hotel donde nos estábamos quedando con Dash, además así no tendría que estar escondido todo el día, solo debía ver donde podía comprar una carpa y algunos sacos de dormir, pero eso ya sería cuando Dash llegara que por cierto demoraba mas de lo que imaginaba.

Miré el reloj una vez mas, cuando estaba a punto de llamarlo de nuevo un crack sonó a mis espaldas, -¿Que paso que tardaste tanto?- pregunte al elfo cuando me giraba pero este no estaba solo, Dash con la cabeza bajo y Darla a su lado.

-Creo que eso no se llama discreción- pronuncie mirando a Dash, -¿Como estas?- dije mirando a Darla.

[Darla G Dumbledore]

El viaje se le hizo eterno, dicen que las apariciones son instantáneas, pero considerando que estas eran internacionales, agradecía tener su pasaporte al día, y lo más importante, haber conservado permisos que en otros casos harían imposible algunos de sus viajes. Cuando al fin llegaron, el fresco, unido al aroma a río y pasto llenaron su olfato, pero no era lo único, sus ojos se posaron en la figura masculina, con barba de algunos días y, tal cual había dicho Dash, aspecto de no haber comido bien en semanas. Frunció el ceño al escuchar las palabras que le dirigían en primer lugar al elfo y luego la pregunta ¿saludo? para ella, la cual provocó que se relajara su expresión.

 

--Dash no tenía mucha opción, incluso Nana ha amenazado con venir a darte de comer y llevarte de vuelta a casa --fue su respuesta con una media sonrisa.

 

--Estoy bien... preocupada... extrañándote --y antes de que él pudiera reaccionar Darla ya estaba a su lado, abrazándolo fuerte, y besándolo preocupada, segundos después ¿o fueron minutos? separó sus labios de los de él y lo vió a los ojos, su diestra acarició la mejilla del mago, sintiendo la evidente barba crecida y notando entre sus brazos el delgado aunque aún firme cuerpo de su prometido.

 

--De verdad te extrañé muchísimo --susurró --te amo mucho, me haces falta --agregó con un tono de voz suave y angustiado.

[Seba Granger]

Levante una ceja ante las primeras palabras de Darla y referirse a lo que había dicho Nana, esa elfa hace rato que se creía con mas poder del que debía. en realidad no estaba del todo seguro si finalmente la regañaría pero no me gustaba que se le olvidara que pese a la confianza seguía siendo yo el que mandaba.

-Supuse que no tendría mucha opción si lo descubrían, ¿Por que te descubrieron verdad?- miré a Dash por unos segundo luego a Darla de nuevo con lo siguiente que decía, la abracé con fuerza sin darme cuenta en que momento había llegado, lo mas seguro es que hubiera usado su velocidad de vampiro la verdad no sabía, estaba un poco mareado con todo lo que estaba pasando.

-Perdón por preocuparte, no fue mi intención- atiné a decir cuando nuestros labios se separaban, apoyé mi mejilla en su mano cuando la acariciaba, -También te amo mucho, lo siento si me fui así- apoyé mi mano sobre la de ella, al rozar su suavidad note que la mía esta un poco áspera.

Me separé un poco mas de ella para observarla mejor, -Disculpa las fachas, si hubiera sabido que venía me hubiera arreglado un poco- peine un poco mi cabello aunque no se notara mucho, me dirigí a Dash de nuevo.

-Ya que no vienes solo necesito que salgas de nuevo, necesito que me traigas una carpa tenía una guardada de cuando aun estabamos solos, estaba guarda con otras cosas para acampar, no queremos llamar la atención de los muggle, un poco de comida, nos quedaremos aquí hoy, ¿Solo vienes de paso?- miré a la Potter Black de nuevo.

[Darla G Dumbledore]

--Sé que no lo fue --susurró manteniendo en sus brazos a su prometido, como si temiera se le desvaneciera entre los dedos. Un suspiro escapó de sus labios al sentir la áspera pero cálida caricia. Una risita escapó de sus labios cuando el mago la observaba un poco más separados y hacía referencia a sus fachas.

 

--Para mí siempre vas a ser perfecto, estés como estés mi vida --dijo la vampiresa acompañando el gesto de su prometido de peinarse los cabellos, aunque más bien se los revolvía con ternura, viéndolo con amor, convencida de que no podía expresar en su mirada ni en sus gestos todo el amor que sentía por él, todo el amor que él lograba que ella sintiera.

 

Seba le estaba dando indicaciones a Dash de que buscara una carpa y se dio cuenta que ella podría haber traído una que había adquirido en la tienda mágica hacía algún tiempo, por suerte Seba había traído. Tendría que revisar en su bolso que estuviera todo lo necesario. La pregunta de Seba la descolocó un poco, y fue consciente que se notaba en la desorientación de su rostro, negó y afirmó dos veces con la cabeza para luego volver a negar.

 

--No, sí, bueno --respiró profundo y se puso más derecha, como recobrando su seguridad, lo cual en ese momento no estaba segura de sentir.

 

--Había pensado quedarme contigo todo lo que fuera necesario, quiero ayudarte, apoyarte, estar contigo en lo que sea necesario --susurró con voz suave, viéndolo a los ojos y esperando la respuesta del mago, en realidad esperaba que no le dijera que no, nunca habían hablado de ese tema, del por qué de sus viajes ni de qué trámites debía hacer cuando se alejaba de ella. Darla solo sabía que no quería volverse a sentir así, no quería dejarlo solo ni estar sola otra vez, no tanto tiempo como ahora.

[Seba Granger]

Dash desapareció en cuanto termine de hablar, la verdad que no estaba seguro si le apuraba el ir por las cosas o se iba para poder estar mas con la elfina de Darla que supongo se habían visto cuando el elfo había tratado de traer noticias de Darla, no traerla con él.

-Se ve que aun estas enamorada- dije levantando un poco la ceja sabiendo que las fachas no eran las mejores, igual estaba en el campo no era para estar en traje o ropa mas formal, la ropa casual estaba bien para los momentos que eran, tal vez un poco descuidado de la barba pero eso a veces lo hacía en casa cuando no debíamos salir al trabajo.

Note lo tiesa que se ponía la Potter Black seguro no le había parecido algo de lo que le había dicho, baje la cabeza un instante y me separé un poco mas de ella.

La miré a los ojos una vez mas mientras ella hablaba luego al río que estaba a nuestro costado, -¿Habías estado en este país antes?, ¿Estas segura que quieres quedarte el tiempo que me falta?- nunca le había dicho realmente lo que hacía, en realidad no hablaba con nadie de este parte de mi vida, era familia que pese a que no veía del todo no podía dejar desamparados.

-No podremos usar muchos lujos, al menos no mucha magia para no ser notados- tendí la mano hacía ella.

[Darla G Dumbledore]

--No deberías dudar de que te amo --susurró ante su comentario de que estaba enamorada, casi deseó morderse el labio, pero se contuvo, intentando no sentirse rechazada como le había ocurrido con la pregunta anterior.

 

El crack de la desaparición de Dash había servido como para romper un poco el hielo que parecía por momentos querer congelar el ambiente entre ambos. Darla se sentía mal, extraña, dolida, rechazada, era extraño. Que Seba se separase así de ella, aunque la viese a los ojos y que encima luego desviara su mirada hacia el río, esta vez sí se mordió el labio. Escuchó en silencio sus palabras mientras meditaba su respuesta.

 

--Hace demasiados años, entre el primero de enero de mil novecientos noventa y siete y el diez, o antes, no recuerdo bien la fecha de regreso, con una amiga, recuerdo la ida porque era la fecha de su cumpleaños --el recuerdo había venido, habían viajado cuando ella simulaba una vida muggle normal. Había conocido lugares comunes de turismo, Reñaca, Santiago, Valparaíso y Viña del Mar. Todos de paso. Pero no creía que eso fuera lo que Seba quería saber.

 

--Estoy segura --respondió con firmeza para agregar inmediatamente --no nací entre lujos ni los pretendo y creo que si puedo sobrevivir sin magia, quizás haya pasado mucho tiempo desde la última vez que no recurrí a ella en mi vida, pero por tí lo haría todo, hasta renunciar al mundo mágico --su voz se sentía resquebrajada, como si estuviera a punto de llorar, se sentía débil, triste y un poco fuera de lugar. ¿Corría riesgo su pareja?

[Seba Granger]

Escuche lo que decía de su viaje a mi país, pues si pese a ya llevar años por el mundo mágico este seguiría siendo mi país y regresaría aunque fuera por poco tiempo, las raíces no se podían perder, era donde había pasado la niñez con mis padres antes de perderlos y ser llevado al mundo mágico.

-¿Te gusto lo que viste?- pregunté mientras bajaba la mano y mordí mi labio al ver su rechazo, metí la mano en mi bolsillo respirando profundo, entendía que podía estar sentida por dejarla pero ella sabía que cada cierto tiempo viajaba.

-No te quise ofender con lo de los lujos- la vi de nuevo por unos instantes, -Pero ambos sabemos que el que no usa la magia aquí soy yo, tu si puedes la usas- dije arqueando la ceja intentando bajar ese muro que se había plantado entre los dos.

-El agua esta fría- me acerque un poco al río y moje mi mano en el, luego la salpique un poco con el agua no llegando mucha de ella a la Potter Black.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja se había quedado recordando la casa de Neruda con sus vidrios e historias, el parque en Viña del Mar con una cabeza de la Isla de Pascua, el mar en Reñaca y la excursión nocturna en Valparaiso en funicular. Por ello no vio la mano de Seba hasta que ya era tarde, se apresuró a acercarse a él y a tomarla entre las suya cuando él la bajaba, pero llegó tarde porque él, como para negársela, la metió en el bolsillo dejándola sin nada.

 

--Lo siento... --empezó a decir --bonito, pero no tanto como puede serlo contigo a mi lado, aquello fue una excursión de conocer nada más, ésto es como un adelanto de Luna de Miel --dijo sintiendo que le subían los colores a las mejillas, cada vez se sentía más humana y si eso es lo que hacía falta para estar al lado de Seba recurriría a todo tipo de magia para que así fuera, porque estaba segura de que lo que él dudaba era por lo que ella era, injusticia total para su vida en realidad.

 

--No me ofendes --murmuró dolida e intentando evitar las lágrimas, se mordió el labio interior --sí, sí, no importa, no necesitas aclararme nada, te molesto aquí en verdad, parece --pero no supo si él la había escuchado porque se había alejado hacia el río y comentaba lo fría que estaba, no le dió tiempo a responder cuando la salpicaba, con una sonrisa en sus labios, una sonrisa que la desarmaba. Ella también sonrió --ah ¿sí? --dijo con picarezca y se acercó, agachándose a sentirla y humedeció en los dedos que luego rápidamente pasó húmedos por la mejilla de su amado, viéndolo a los ojos. Sintiendo como algo vibraba en su interior, se acercó más a él y lo besó con amor, abrazándole fuerte --me haces falta.