~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Seba Granger]

Sonreí al beso que Darla me lanzaba, hice que lo atrapaba y lo guardaba en mi corazón, ronronee con la caricia de sus dedos en los míos y deposite las almendras en la palma de su mano, la acaricie suavecito para luego retirar mi mano de nuevo y sacar un par de almendras llevándolas a mi boca.

-Claro que quiero ir contigo amor, me encantaría pasar la noche contigo donde sea lo sabes, prefiero desnudos- dije en un susurro sabiendo que el elfo de la Potter Black aun andaba por ahí, -Pero tu desnudes es solo para mi, así que podemos salir con ropa- añadí riendo un poco mientras apoyaba mi espalda en la silla.

Me puse de pie, la verdad es que no me gustaba mucho estar sentado en sillas, luego mi espalda comenzaba a molestar, tendí la mano a Darla, y cogí la bolsita de las almendras, al final de todos los estantes justo frente a la ventana que daba al patio trasero se había hecho poner un pequeño diban, tipo un sillón con muchos cojines pero estaba hecho de manera y bajo los cojines se levantaba una tapa donde podían ir, o se podían guardar otras cosas.

-¿Me acompañas? estaremos mas cómodos atrás- dije con un sonrisa entre traviesa y tímida, -¿Si quieres llevamos las tazas?- me apresuré a decir al ver que su taza aun tenía un poco del liquido que bebía.

[Darla G Dumbledore]

Era tan lindo verlo atrapar su beso y guardarlo, la sonrisa se dibujó tiernamente en sus labios, viéndolo con amor. El ronroneo le erizó la piel casi tanto como la caricia, puchereó al retirar él su mano y cerró la suya sobre las almendras que Seba le había dado. Ahora fue a ella a la que se le escapó un ronroneo al escuchar las palabras de su prometido. Claro que a ella se le ocurría otra cosa al escuchar "pasar la noche contigo" hizo ojitos sonriendo con amor y deseo ante las palabras de Seba que era bien audible para ella y que coincidían con sus .

 

--Solo para tí mi vida --volvió a hacer ojitos a su prometido --para nadie más mi amor --observó como él se ponía de pie y le tendía la mano, la cual la pelirroja tomó con ternura, entrelazando los dedos con los de él.

 

--Hasta el fin del mundo --respondió la bruja al escuchar la pregunta de si lo seguiría--estaré cómoda a tu lado donde sea mi vida --miró las tazas y asintió mientras con un movimiento de la varita que sacó de su bolsillo, ponía todas en una bandeja para llevarlas con ellos. Una nueva floritura llevó la bandeja flotando hasta el rincón elegido por la pareja.

 

Darla se acurrucó junto a Seba en el sillón mientras acomodaba los cojines a su alrededor y en su espalda abrazándolo junto a ella, frente a ellos el paisaje de su jardín y parte del bosque parecía un cuadro primaveral, los primeros brotes ya estaban apareciendo en las plantas y a lo lejos se podía distinguir a Eros arreglando los arbustos del jardín.

 

--Me encanta estar así contigo --murmuró la bruja mientras acariciaba la pierna de Seba y cruzaba la de ella sobre la de él, abrazándolo más --¿podemos pasarnos todo el día así y luego irnos al centro de Londres? no deseo hacer otra cosa hoy sino estar contigo --dio un suave beso a su prometido y le ofreció una almendra que aún le quedaba, aunque él tenía la bolsita llena a su lado.

[Seba Granger]

Sonreí con las palabras de Darla y al ver que si aceptaba cambiarnos de lugar, mi sonrojo asomo en mis mejillas al ver que ella con un simple movimiento de varita simplificaba todas las cosas la bandeja ya estaba levitando y avanzaba conforme nosotros lo hacíamos, igual Leto ya casi corría para ayudar pero le hice una señal que estaba todo en orden.

Abracé a Darla en mis brazos luego que ella acomodada los cojines, observe hacía donde ella miraba fuera de la ventana, -¿Te has dado cuenta lo mucho que ha crecido todo esto?, parece que fue ayer cuando encontramos este local todo oscuro y oliendo a humedad- sonreí un poco orgulloso por lo mucho que habíamos avanzado en estos años juntos, el darme cuenta de todo lo que habíamos logrado y lo mucho que aun nos faltaba.

-También me encanta estar así contigo- apoye mi mano en la pierna que cruzaba a la mía, -Si podríamos pasar la tarde así o como tu quieras mi amor, aunque el riesgo de mimarte mucho es que te me termines durmiendo mi amor- reí un poco esperando un golpecito de ella, pero besé sus labios con ternura antes que pudiera pasar.

-¿Has visto a nuestra pareja de enamorados?, me extraña que no hayan aparecido ya, ¿No se habrán fugado?- reí un poco mas alto.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja que se había acomodó en el sofá, junto a su amado lo abrazó aún con más ternura por la cintura, acurrucándose bien a su cálido cuerpo, sintiendo el aroma delicioso de su piel. Escuchaba sus palabras y una sonrisa nostálgica se dibujó en sus labios. Era verdad, habían crecido, parecía tan poco tiempo y sin embargo, hizo la cuenta, y se sorprendió, estaban cerca de su quinto aniversario.

 

--Sin ti no lo hubiera logrado, jamás me atreví a soñar hasta que estuve a tu lado, tú haces realidad todo mi amor --lo vió a los ojos con ternura mientras se le escapaba un ronroneo con la caricia en su pierna --¡ey! --protestó la vampiresa --no podría dormirme jamás a tu lado, a menos que sea luego de hacer el amor --agregó en voz más baja y no pudo protestar más porque ya Seba, tras una burbujeante risa, la estaba besado con mucho amor y ternura, ella respondió de la misma manera mientras acariciaba su nuca y disfrutaba del sabor del amor, porque estaba segura que si el amor tenía un sabor era el de la piel y los besos de Seba.

 

El siguiente comentario le provocó risa, se rascó la cabeza, en gesto pensativo mientras respondía a su prometido.

 

--Dudo que se fuguen pero a este paso ehmm... --su voz bajó aún más el volumen --¿no nos irán a ganar con eso de la boda y los hijos no? --y de pronto se dio cuenta de un detalle, había aprendido sobre el cuidado de las criaturas mágicas, pero no recordaba haber leído en ninguna parte como era la reproducción de los elfos y estuvo convencida, de que la simple idea, la hizo sonrojar, por entrometerse en la vida privada de sus elfos.

 

--¿Deberíamos llamarlos? --preguntó con timidez, acurrucándose a Seba tratando de no parecer tan metiche.

[Seba Granger]

Seba Granger, días después...

El granger se había levantado en silencio aquella mañana, había tenido una larga charla con sus elfos la noche anterior, así aquel día ya no había nada que hablar, paso por fuera de la cocina y sin pronunciar palabra le dejo a Nana con la mirada que no quería nada, tras eso bajo las escaleras con rapidez tratando de no encontrarse con nadie mas.

Cuando estuvo junto a la puerta de salida solo la abrió y salió sin siquiera parar el sonido de la campanilla del local.

Dash, elfo de Seba

Como siempre era el encargado de las cosas de su amo, Nana ya le había dicho que el amo hará un viaje, que en cuanto pudiera el pequeño de los elfos lo alcanzara con sus cosas, así que le tocaba recorrer y empacar las pertencias del Granger, los otros dos se quedarían ahí mientras su amo encontraba algo mas.

[Darla G Dumbledore]

Varios días después...

 

Estaba envuelta en una bata de noche color roja oscuro, el lazo alrededor de la cintura, el cabello revuelto pues estaba recién levantada, no había tenido ganas de arreglarse. Las pantuflas de color cereza con un moño de seda sobre el terciopelo y una suela de goma negra que le cubría los pies, solo por costumbre y marcaban el recorrido de sus inquietos pasos sobre la alfombra. Hacía media hora que caminaba de la ventana, al escritorio y de allí al tocador, tomaba un lápiz, lo dejaba, luego un pergamino, y repetía el gesto, luego una pluma y de nuevo lo mismo. Finalmente lanzó un suspiro y dejando todo como estaba se acomodó en el sofá, haciéndose un ovillo en un rincón.

 

--Debería tomar algo --susurró Lualú que se había colado silenciosamente en la habitación.

 

--Ahora no, déjame sola Lualú por favor --la elfina pareció encogerse sobre si misma y apretando sus manitos se alejó. Fuera Tommy la esperaba fuera y le hizo un gesto para calmarla mientras le susurraba que se lo había avisado.

 

Darla apoyó la cabeza contra el respaldo, con un dejo de molestia en su cabeza, tenía mucho que pensar y mucho que organizar, sobre el escritorio estaba el pergamino que le autorizaba a retirar a su dragona y su wampu. Pero lo que en realidad le preocupaba más ahora era el viaje de Seba, necesitaba de él, quería compartir la buena noticia, quería organizar juntos no solo la llegada de sus mascotas sino los pequeños detalles de su vida. Extrañaba cruzarse más en el banco, claro que había sido un mes tranquilo, sería quizás porque le había tocado la Universidad, aunque ella sabía que no había tenido tampoco mucho movimiento en la ventanilla 5.

 

Suspiró y cerró los ojos, imaginando su bello rostro, casi podía sentir su aroma, quizás era el que desprendía la camisa de él que abrazaba en ese momento entre sus brazos. Ronroneó, lo extrañaba, lo extrañaba mucho.

Editado 28 de Abril del 2019 por Darla Potter Black

[Seba Granger]

Dash en algún lugar en el fin del mundo...

Dash me había alcanzado dos días luego de mi salida de House of Books, aunque el tenía que estar un poco mas escondido, no se vería bien si en el mundo muggle vieran a tal criatura, muchos se asustarían o lo denunciarían para ser atrapado y estudiado, lo mas seguro que los muggle creyeran a la criatura como un duende, y eso era magia negra para los incrédulos muggle.

El pequeño elfo estaba en la habitación que su amo había arrendado por los días que estarían ahí, pero el Granger se lo pasaba en la calle solucionando problemas que tenía en aquel mundo y cuando llegaba al cuarto tarde en la noche era solo para tirarse a la cama y observar el techo por largos minutos o horas tal vez.

No había estado muy comunicativo desde que no veía a la ama Darla, el pequeño Dash cada que podía trataba de hablar con el pero no recibía mas que un tal vez, o un sí, comían callados en las mañanas, y luego en la noche cuando lograba que probara bocado el Granger.

Dash no se atrevía a preguntar por que la señorita Potter Black no lo había acompañado, creo que en esos momentos la criatura prefería que ella estuviera ahí y el con Lualu, un largo suspiro se escapo de los labios del elfo mientras abría un poco la cortina para mirar al exterior, no quería ser visto tampoco, no le quería buscar problemas a su amo.

[Darla G Dumbledore]

Lualú, elfina de Darla

 

La elfina había salido haciendo pucheros del cuarto de su ama tras que ésta le rechazara el tomar o comer algo, la vampiresa podía ser muy terca y también muy dura cuando estaba en sus días. Tommy le había susurrado que le había advertido que no insistiera, pero la elfina no tenía noticias de Dash y si su ama tenía noticias del amo Seba quizás pudiera decirle cuando volvería su elfo. La pequeña elfa dejó en la heladera de la cocina las botellas que llevaba y se encaminó hacia su cuarto, bajo la mirada, por una vez silenciosa, de Nana. Quizás la elfina de Seba notaba que la pequeña no estaba del todo bien, y en el fondo no fuera tan gruñona ni mala.

 

Lualú entró en el cuarto que compartía con Nana, o mejor dicho con el ala en que ambas elfinas dormían, cada una tenía su propio cuarto y su propio baño, era como un pequeño departamento doble. Lualú atravesó el área común de ambos y fue a su habitación. Tommy y Leto la habían enviado a descansar, diciendo que ellos se ocuparían del local y que ella podía quedarse tranquila. Además el ama Darla llamaba siempre a Tommy si necesitaba algo, por lo cual ella podía quedarse un tiempo en su habitación.

 

Como si se tratara de una adolescente muggle la elfina se tendió en su cama y tomando la fotografía sobre su mesa de noche la observó, era una que había hecho enmarca su ama para algunas navidades atrás en donde estaban Lualú junto con Dash. La elfina observó el cuadro y luego lo abrazó contra su pecho suspirando. Extrañaba a su Dash.

[Seba Granger]

Seba...

La mañana había sido lenta, aquel día Dash se había quedado un poco enojado me había pedido venir conmigo pero tenía que estar en lugares donde habrían muchos muggles y no me podría arriesgar a que lo vieran, me apoye en un muro de la oficina donde esperaba ser atendido con varios papeles en la mano, la verdad es que no necesitaba hablar con nadie, y no quería en realidad pero debía esperar para entregar los papeles que habían sido llenados la noche anterior, no sin antes había desperdiciado varias copias por fallar o mas bien mi mal humor hacía que la escritura no saliera como era debido.

Sin siquiera darme cuenta ya estaba jugando como otras veces con el anillo que llevaba en mi mano, haciendo que girara por alrededor de mi dedo, mordí mi labio por un momento luego levanté la cabeza ante la voz de su señora mayor que parece si había notado lo que hacía con mi anillo.

-¿Donde esta su esposa?- suspiré por un instante con nostalgia sin saber en esos momentos que estaría haciendo la Potter Black, por el horario tal vez en casa, o saliendo a cazar, la verdad es que solía perderme con los cambios de horarios.

-Aun no soy casado- respondí cuando justo era llamado, eso en cierto modo me ayudaba a evitar las nuevas preguntas y salir pronto de aquel lugar, entregué los papeles para luego recibir un comprobante que acreditaba mi entrega, me despedí de la señora con una leve reverencia saliendo en busca de aire.

[Darla G Dumbledore]

Su humor no había mejorado desde que despidiera a la elfina, acomodó la ropa que había tenido entre sus brazos y se dirigió hacia el baño, evitó la bañera y la pequeña piscina interior que tenían en el dormitorio y prefirió darse una ducha más que rápida. El agua corrió fresca por sus cabellos y su espalda mientras que ella dejaba que su mente volara por mis lados menos en el que estaba parada. La primavera se sentía en el aire y era para ella como un cachetazo. Apoyó sus manos en la pared, bajando un poco la cabeza, dejando que el agua continuara corriendo por su cuerpo. Estuvo más de media hora antes que empezar a enjabonar su cuerpo, lo cual la llevó a hundirse en nuevos recuerdos que le arrancaron un suspiro de entre sus labios, más al recorrer cada rincón de su cuerpo.

 

Cualquiera hubiera pensado que se había ahogado cuando luego de más de una hora salió del baño, con los cabellos envueltos en un toallón y el cuerpo cubierto ahora con una bata de baño solo se repetían las pantuflas. Miró un libro que había quedado en el borde del escritorio y lo acomodó, no sentía ganas de leer pero volvió a hundirse en el sofá, sin saber muy bien si salir, acostarse o qué hacer, el dolor de cabeza parecía haber cedido con el agua, pero no así su humor, complejo, enrerado, casi tanto como ella quedó, enredada en el mismo rincón del sofá que la vez anterior.

 

Por la ventana entornada entraba el aroma de las flores del jardín, el sonido de las mascotas en el establo y también le llegaba el cuchicheo de sus elfos en el local, pero cerró su mente y sus oídos a todo, no tenía ganas de meterse en eso, quería paz, quería... la verdad es que quería poder estar con Seba, odiaba esos viajes que le tocaba hacer cada dos por tres.