Aliento de Dragón (MM B: 107037)

[Anthony R. Dracony M.]

En el jardín

 

Estaba el Ryvak convenciendo a su padre de obtener los cofres de oro y joyas así como de aquel elfo que en la cabeza del vampiro Reacón, ya no le era de utilidad y por lo mismo pensaba quemarlo en "El hombre en llamas" pero algo inusual paso...al hotel llegó el secretario del Departamento de Accidentes.

 

http://i.imgur.com/pn3DFoH.pngBabila no entendió nada de lo que sucedía en aquel sitio pero la presencia de la Amita Lissette y del Amo Antoni le hicieron olvidar cualquier aprensión por estar entre extraños y en un lugar desconocido. Por eso, volvió a sonreír y giró sobre sus pies, adornados con brazaletes de flores amarillas y pateó varias veces en el impoluto suelo.

-- ¡Felí año tamién pá usté, amito Antoni. En mi paí, toos llevamo flore amarilla pá atraé la güena suerte.

Sin embargo, dejó de girar en cuanto vio el pavor en la cara del muchacho. Decía que alguien quería quemar el hotel y que tenía que evitarlo. Al principio, quedó quieto, aún con un pie levantado en el aire y aún medio girando. Después miró a la amita Lissette, muy confundido de lo que acababa de oír.

-- Ha dixo que su páe va a quemá l' otel? Esto é un otel?

Después reaccionó y salió en su busca. Si el amito necesitaba ayuda, Babila estaría presto a ayudarle, para evitar lo que pudiera suceder o para sacarlo del atolladero. La Ama Sagitas nunca le perdonaría que le pasara algo si sabía que estaba presente. Aunque una cosa es la voluntad de ayudar, que de eso tenía mucha, y otra la de poder llegar a tiempo. Babila era torpe y tropezó con varias esquinas, tiró varios floreros y sacudió algún mueble a su paso destroza todo por los pasillos antes de encontrar los jardines y visualizar al muchacho.

-- ¡Aivá la madre dun escarbato retorsío! -- exclamó al ver el trono. Avanzó muy lentamente y abriendo los ojos más y más a medida que escuchaban lo que decían. -- No puén quemá er elfito ni esos encadenaos... Su tía no lo bería con güenos ojos, Amito. La tradisión dise k'a de sé objeto, no sere vivo.

Babila estaba confundido. A veces, las tradiciones de cada sitio eran muy raras.

Anthony Ryvak Dracony

El peliverde se quedó sin habla...¿cómo explicar al bonachón negrito que los encadenados eran demonios? su padre es un guerrero de los campos Elisios y capturaba demonios, los encerraban y esperaba por que algún día le expresaran que destino darles, pero al escuchar del "Hombre en llamas" suponía que podía deshacerse de ellos, cosa que era cuestión de experimentar, al joven Ryvak no le parecía aquello algo malo, pues era desaparecer demonios y hasta ahora solo escuchaba que eran peligrosos hasta para los magos, así que mejor que hubiese menos...Ryvak si que tenía un problema, su padre se quedó viendo al negrito conunos ojos que destilaban enfado, sus mandíbulas se veían temblar tratando de expresar sus pensamientos...el pelinegro no suele hablar con los vivos, aunque hace excepciones con la tía del peliverde, su madrina o la pareja del muchacho, aunque parecía adivinar que el secretario Babila era conocido de su hijo y era muy posible que debía controlarse y no mostrar su verdadera naturaleza violenta que estaba a punto de estallar...el Ryvak vio esa intención en sus ojos que se volvieron rojos...se levanto Ryvak con rapidez y contrario a lo que esperaba a su padre, comenzó a dar ordenes a los lugartenientes de su padre:

--Lleven se ustedes a esos prisioneros, ya les encomendará mi padre que hacer después, tú elfo, puesto que mi padre ya no requiere de tus servicios y puesto que soy su familiar, quedas a mi mando, te integraras al hotel y acudirás siempre que te llame pues de hoy en adelante soy tu nuevo amo: Ryvak Dracony Anthony hijo adoptivo de Reacón Black Malfoy ¡Vamos! ¡Todos obedezcan, o se las verán con nosotros dos!--El peliverde puso sus manos sobre los hombros de su padre y le dijo mirandole a los ojos-- Hoy iré contigo a tu cuartel, ahí quemaremos al "Hombre en llamas", solo deja encargarme de Babila y me reuniré contigo-- Se retiró del vampiro guiñandole un ojo.Caminando hacia Babila le fue afirmando al negrito secretario y ayudante de su tía Sagitas-- Comprendido Babila, ya envié a esos encadenados a salvo, no los quemaran y el elfo se quedará con los otros elfos, así que no tendrá mi tía que disgustarse de nada ¿lo entiendes verdad? todo está bien, vamos con la señorita Lisette, que seguro necesita mucho de tu ayuda, no la hagamos esperar ¿te parece? además hay bocadillos y bebidas para que tomen fuerza y el trabajo sea algo que disfruten, vamos a la sala de juntas que seguro ya se preguntaran que sucedió con nosotros.

[Zoella Triviani]

La calva caminaba como dueña de su casa por las calles de Diagón, esta vez iba rumbo a donde su viejo amigo trabajaba, la bruja tenía largo tiempo sin ver a Asrael, y sinceramente ya extrañaba bromear con el mago. Sus pasos eran calmos pero seguros, mientras su aura autoritaria permanecía siempre a flor de piel. Sus ropas la cubrían del fuerte sol de verano, pero permitían dar cierto aire de frescura consistiendo en jeans negros rasgados en sus muslos y rodillas junto a una blusa de tirantes color frambuesa, sus zapatillas negras protegían a sus pies del fuerte calor del piso y como acostumbraba, su calva estaba descubierta.

 

Esperaba ver la reacción de su amigo ante aquello, la última vez que se vieron, la ojigris apenas y entraba como aspirante a la Marca Tenebrosa y aún conservaba cada cabello en su cabeza. Observó el gran letrero del hotel y con una gran sonrisa en sus labios pasó, rememorando la primera vez que había visitado la estancia.

 

Se acercó al recibidor, donde un elfo la mirada mientras ella cambiaba su expresión a una ruda y dominante - Busco al Señor Asrael. Dígale que le busca Zoella Triviani - soltó con un tono autoritario, recargándose de la recepción,

 

@@Anthony Ryvak Dracony

[Anthony R. Dracony M.]

Elian levito todos los paquetes de víveres hacia la cocina del restaurante, cuando todos estuvieron en su sitio, el elfo tomo un puño de manzanas verdes deshidratas para comerlas, nunca comía sentando se a la mesa, sino entre una actividad y otra, tomo un vaso de agua natural y bebió para pasar lo que había comido para después desaparecer he ir a su puesto en la recepción del hotel, el mago rubio Abizaid Mondragón, estaba ausente ahora que participaba de esa locación de una nueva película, así que Elian era ahora el único que atendía en la recepción.

 

Aguardaba muy erguido en el mostrador cuando recordó súbitamente que debía mantener impoluto el recibidor, tomo el sacudidor y quito las motas de polvo, satisfecho guardo el ensere de limpieza y levantaba su rostro para esperar a los clientes, fue entonces que sus ojos vieron a aquella bruja de ojos hermosos pero enérgicos, su voz también lo era, aunque al elfo ya eso le estaba resultando común, así que hizo la reverencia bajando la cabeza en señal de respeto y respondiendo a la mujer:

 

-- Bienvenida, lamentó no poder ayudarle, el señor Asrael se marchó al Hospital San Mungo, Elian no sabe a que hora regresará...--Se encogió juntando sus manos, solo entonces pensó en una solución... tal vez si desapareciera para buscarlo... --Pero si la dama desea esperar unos minutos, Elian puede ir a buscar y traerlo en este momento -- No esperó a la respuesta de la visitante, el elfo desapareció, sabe Merlín como es que en un abrir y cerrar de ojos logro su cometido, apareció con el mago pelinegro que viste una bata blanca, tiene en su mano un block y una pluma, este levanta la vista y cruza mirada con la Triviani... por unos segundos parece que está desorientado, más al ver a la bruja, una sonrisa surge en su rostro y su natural picardía aflora al instante.

 

-- ¡Qué bien! amo estos descansos donde conceden los más caros deseos... hola, ¿te parece si damos un paseo?

 

@@Zoella Triviani

[Zoella Triviani]

La Triviani escuchó las palabras del pequeño elfo y sólo asintió al ver como el elfo desaparecía del lugar un par de minutos. La bruja dió un giro sobre sí, recreando la vez donde conoció al mago y como habían logrado pasear por los patios del hotel. Escuchó la voz del elfo a su costado y se giró, encontrándose con la presencia de su gran amigo, Asrael.

 

Una sonrisa apareció en el rostro de la bruja al verle, cruzaron miradas y la Triviani acortó los metros que les separaban, fundiéndose en un abrazo con el mago, quien había extrañado mucho - Tanto tiempo - murmuró en su oído, para regalarle un suave beso en la mejilla antes de separarse. Observó la conocida picardía en sus ojos y escuchó la invitación, sintiendo la emoción crecer en su interior.

 

- ¡A donde quieras! - contestó, anclando su brazo al de Asrael para seguirlo - ¿Como has estado? Lamento mucho no haber venido antes, has sido tiempo ocupados - soltó, recostando su cabeza en el hombro de su amigo, mientras miraba al frente, manteniendo la alegría por volverlo a ver.

 

 

@@Anthony Ryvak Dracony

[Anthony R. Dracony M.]

Asrael no pierde el enlace de sus miradas, olvida lo que hace unos momentos se encargaba en el hospital, un movimiento rápido de sus brazos y tanto el block como su bata desaparecen, ambos sonríen y el encuentro avanza con un abrazo con el que el pelinegro muestra su alegría por ver de nuevo a su amiga... la única que ha congeniado con él, su alegría aumenta al sentir aquel amistoso beso de la ojinegra en su mejilla, esa caricia que le confirma el cariño que se tienen y él también le obsequia un beso amistoso en su mejilla...

 

--Semanas que parecen meses... así que ahora almorzaremos juntos.-- Menciona a su amiga que ya le toma el brazo y espera a que él indique el camino, el pelinegro gira el rostro para mirar a Elian a quien le ordena -- Elian, alista todo para un picnic y nos alcanzas en la tercera planta en la sala especial.-- Terminando vuelve a mirar a la morena.

 

--He estado algo ocupado, Mi mentora ha desaparecido pero trato de que el nuevo jefe acepte mi estancia en el Hospital y ¿sabes? ¡Estoy emocionado! al parecer mi amigo Ryvak nos ha inscrito a un curso, así que si todo va bien, muy pronto tendré certificado como sanador y dejaré de ser un aprendiz ¿qué te parece? creo que me dedicaré a la zona de pediatría, los niños amaran mi sentido del humor y les animaré con mis bromas! ¿que te parece mi plan?

 

Mientras plática, Asrael camina hacia el ascensor, con la mano libre opera el aparato y al abrirse las hojas se introduce con su amiga al interior, la suave música instrumental suave, acompaña la charla del pelinegro sin ser un obstáculo para entenderse, llegan al tercer piso y las puertas del ascensor se abren, Asrael camina suavemente, sin prisa, le lleva hasta aquella sala donde detiene su andar, sus ojos negros brillan de la alegría pues va a mostrar algo muy especial a su amiga.

 

-- Esta sala fue una gran idea de uno de los amigos de Ryvak, en aquel entonces Loui era también socio del hotel, ayudo a Ryvak a adaptar la sala, funciona igual que una sala cambiante, mira...--El pelinegro paso su varita por la puerta pensando en aquel castillo y cuando con una floritura abrió la puerta la escena era de jardines para acceder al castillo, Elian apareció con una cesta bien prevista de alimentos y bebida, un ademán de Asrael y el elfo les siguió.

 

--¿Qué te parece? muy pocos huéspedes han aprovechado la versatilidad de esta sala... paseemos para abrir apetito, luego tomaremos un almuerzo y si te apetece, podemos jugar un poco al gotcha, Elian puede eliminar toda la pintura de nuestras ropas además que podemos cambiar el escenario que desees.

@@Zoella Triviani

[Zoella Triviani]

La bruja escuchó como el mago le hablaba al elfo, que desapareció segundos después rumbo a la cocina. La bruja se dejó guiar por el castaño al ascensor y esucchó alegre cada palabra que salía de los labios de su querido amigo. La bruja sintió el orgullo crecer en su pecho por el logro de su amigo, y con ella un ruido de aprobación salió de sus labios.

 

- ¡Maravilloso! Merecido lo tienes, Asrael. Ya era hora de que dejaras atrás el ser aprendiz para completar tu meta que siempre ha sido el ser Sanador - agregó la bruja, sonriendole a su amigo, mientras le regalaba un apretón de alegría en su brazo - Los niños no son mi fuerte, que te lo digan mis hijos, que los alejé de mi cuando a penas eran unos bebés. Ahora una no me quiere ni ver en pintura, otra de ellos desapareció, y los últimos dos desconocen de mi existencia en Londres - agregó la calva, haciendo una mueca mientras confesaba un poco de su vida privada a su amigo.

 

- Y sí, realmente te iría bien con los niños, digo, eres como un niño en el cuerpo de un adulto - y soltó una risa seguido de ellos. Subieron ambos por el ascensor hasta llegar hasta el tercer piso, donde las puertas se abrieron a la sala cambiante, donde la bruja escuchó la pequeña historia que le contaba el castaño. La bruja observó toda la estancia, admirando cada recoveco al aire libre.

 

- Está todo muy bonito, el paisaje es relajante. ¡Vamos entonces a explorar! - expresó la bruja, luego de aquella pregunta soltada por el mago. Tomó su mano, entrelazando sus dedos y comenzó a trotar entre los setos que ahí estaban, dejando al elfo detrás de ellos. La bruja había extrañado la sencillez de sus paseos en compañía de Asrael, cosa que siempre la había hecho feliz.

 

- ¿Que te parece mi nuevo corte? Por cierto - preguntó al joven, haciendo referencia a su ahora calva, mientras pasaban por un arco de piedra, que daba la bienvenida a un largo pasillo de piedras. La bruja caminaba de espaldas, frente a Asrael y esperaba su opinión con respecto a como se veía - Fue un mal uso de los encantamientos. Quería cambiar el color de mi cabello y resulté calva - Terminó riendo la mujer, manteniendo una sonrisa alegre en su rostro.

 

@@Anthony Ryvak Dracony

[Anthony R. Dracony M.]

El pelinegro no cabía en sí de gusto y alegría... era verdad, haber ido con aquel mago herbolario a su expedicción, no le había perjudicado, al contrario, pero no había aprovechado el seguimiento que debió haber hecho a su formación, se había estancado por un mero prejuicio; el ser huérfano, pero ahora su futuro parecía brillar con el éxito venidero y sonrió a su amiga.

 

-- Solo por esa muestra de solidaridad, te atenderé gratis cuando lo requieras-- Le dijo con una amplia sonrisa dibujada en su rostro, era sincero con la morena, entonces ella le platicó de sus niños... Asrael no supo que pensar, su figura de @@Zoella Triviani no delata nada... se ve tan sana. -- Tampoco tan pequeños se puede uno divertir... o grandes, suelen cambiar al crecer... -- Aseguro el pelinegro mientras conducía a su amiga.

 

La risa de ella le contagió... él solo sabe que le gusta mantener esa chispa picara, los niños son buenos compañeros para bromear y disfrutar de la vida con simpleza... Asrael eligió un lugar que le agrada mucho por las posibilidades que brinda de esparcimiento, ya imaginaba que los jardines eran maravillosos he invitaban a un paseo sin igual.

 

Zoella no se hizo de rogar, acepto de inmediato su invitación y le tomo de la mano para salir a toda prisa... aunque algo sorprendido se alegro por la iniciativa y riendo avanzaron por aquellos senderos empedrados, los arrayales verdes y las flores pintorescas embellecen el lugar aunque no era difícil ir entre ellos para descubrir que había, mariposas e insectos alzaban el vuelo alejandose de los jóvenes...

 

Tras un rato de trotar por la flora, ella hizo una singular pregunta:

 

 

- ¿Que te parece mi nuevo corte? Por cierto

 

 

--Eso no le resta belleza a tu rostro y persona ¿no te gustaba tu cabello? ¿a que color querías cambiar? me parece que si hay una poción como Crece huesos, habrá alguna que haga crecer el cabello, pero aún serías tan linda como ahora. veamos si hay una fuente o un pozo, podemos pedir un deseo si lo hallamos, ¿qué pedirías tú?-- pregunto el ojinegro deseoso de conocer que le agradaría a su amiga. Un movimiento entre los setos delato la presencia de una de las muchas criaturas que ahora Ryvak a adquirido, así que tendrían una compañía no programada...

- ¿Que te parece mi nuevo corte? Por cierto

[Zoella Triviani]

La bruja aumentó su sonrisa con cada palabra que su amigo soltaba, había extrañado esa camaradería que compartían, además de las sonrisas traviesas y los comentarios jocosos que soltaba el mago. La bruja ahí, compartiendo ese momento se prometió no pasar tanto tiempo alejada de su querido amigo, y ahora lo invitaría a pasear y salir durante sus ratos libres, aprovechando que quizás podría quitarle algo de tiempo al castaño y compartir con él.

 

- Ya se quien será mi medico personal ahora - agregó, sonriendo con picardía para regalarle un guiño a su amigo. La bruja recordó los primeros días con sus hijos y su sonrisa mermó un poco - Es más difícil mantenerlos a tu lado cuando sus vidas corren riesgo, es doloroso alejarlos tan pequeños - agregó encogiéndose de hombros.

 

La bruja intentó no desanimarse, aquello ya eran cosas del pasado que poco importaba y ahora estaba trabajando por recuperar a sus hijos. El ambiente seguía fresco, los pájaros cantaban y las mariposas volaban alrededor de ambos amigos, que con tranquilidad caminaban por el camino de piedras, que llevaba a otro espacio bastante amplio del lugar. Las flores daban al lugar un pintoresco aspecto, además de adornar el aire de un olor totalmente agradable al olfato.

 

La bruja volvió a sonreír ampliamente, gracias al cumplido hecho por su amigo, y ella le observó con gran ternura mientras terminaba de escucharle - No es que no me gustara, de hecho uso a veces una peluca del mismo cabello que se me cayó. Sólo quería probar otro look a ver como me veía. Quería ponerlo de color violeta neón, se lo vi a una mujer mientras caminaba por Diagón y quise experimentar, pero fallé al pronunciar mal las palabras - acotó, riéndose mientras recordaba su rostro frente al espejo esa noche.

 

- Me gusta más así, es más cómodo y sencillo a la hora de arreglarme. Además de que ya me costumbré, se el hechizo a usar para que crezca, incluso ya se una poción que funcionaría, pero realmente ahora lo prefiero así, calvo totalmente - finalizó, calmando a su amigo - No se, quizás pediría tener alguna propiedad extranjera a mi nombre o poseer algún poder dentro del gobierno Italiano. Me gustaría ser una Magnate en mi país de nacimiento - expresó Triviani, mientras se volvía a colocar a un lado de su amigo.

 

- ¿Tu que pedirías? - Preguntó, justo cuando llegaban a donde un sendero comenzaba, que daba subida a una pequeña montaña, la bruja no lo pensó dos veces y siguió el camino, de la mano de Asrael.

 

@@Anthony Ryvak Dracony

[Anthony R. Dracony M.]

Ver aquel gesto triste en su amiga no le gusto al pelinegro, pensando bien, nunca le había gustado ver a la gente preocupada, triste, desesperada... precisamente como ocurre cuando están enfermos, por esa razón le agradaba ser sanador, para ayudar a devolverles la alegría de la vida.

 

Escuchar a @@Zoella Triviani hablar de sus hijos, le hacía sentir un nudo en la garganta... no supo que decir, pensó en su propia historia, sin padres... pero le agrado todo lo que ocurrió desde pequeño y ahora con sus amigos con los que siempre hay motivo de reir y estar agradecido... era una buena vida.

 

Asrael lanzó una carcajada cuando vio al pobre elfo llegar corriendo, sus cortas piernas se movían apresuradas tratando de seguirles el paso a ellos que andaban o corrían según les diera gusto, aún con esa alegría de las mil bromas que se le ocurría gastar al sirviente mágico, le ordeno que arreglara una mesa con sombrilla, asientos y dispuesta la comida, mientras ellos paseaban un poco más, ya les llamase cuando estuviera todo listo.

 

-- Violeta neón... creo que no he visto ese color en alguien...--Mencionó el pelinegro, pensó también en las personas que conoce, solo Ignacio Vargas tiene el mismo look de Zoella, un joven mexicano que vive en la frontera con Estados Unidos... buen porte, mucho más del que él mismo posee... si el tuviese la complexión de Ignacio... tal vez se atrevería a raparse...-- Eres una joven valiente, además se nota la confianza que te tienes -- le dijo sonriendo porque admira a la joven bruja.

 

El pelinegro entendió perfectamente a su amiga... en general la gente siempre desea estabilidad, él sabe bien lo mucho que ayuda el dinero, de todas aquellas veces que uso su talento y picardía para hacerse de comida... bien que hace falta tener con que procurar el cuerpo... pero su rostro cambio cuando la peijnegra le cuestiono a él... guardo silencio... porque no deseaba decir lo que temía... que era un pobre "don nadie" y poco importaba su vida, además ya había conquistado sus más caros anhelos: un lugar donde dormir en el hotel, grandes amigos, un modus vivendus... pero había algo... si, era algo deseado muy lejano, de cuando ayudaba en el circo... -- Tal vez...--hablo sonriendo levemente-- viajar por el mundo... libre, conociendo lugares, gente, contemplar otros paisajes, el cielo... la vida...

[Zoella Triviani]

Zoella observó hacía el lugar donde su amigo observaba, soltando una carcajada en acompañamiento al suyo, el elfo caminaba con sus pequeños pies y la bruja sintió la gracia recorrer su cuerpo. Escuchó las ordenes de su amigo y nuevamente llevó toda la atención al castaño, quien dejó unas hermosas palabras hacía ella, ocasionando una sonrisa en los labios de Zoella.

 

- Gracias, realmente me costó adaptarme a la calva. Al principio usaba mucho pelucas pero poco a poco fui renunciando a ellas - confeso, rascando su brazo con una suave sonrisa en sus labios, sin embargo, la bruja se percató del cambio en la expresión de su amigo cuando le tocó contestar sobre el deseo a pedir.

 

Acercó su mano al hombro del mago, dándole un apretón reconfortante mientras le escuchaba. Esperó a que las palabras salieran de él y al escucharlo, una suave sonrisa fue soltada por su parte - Asrael, si gustas yo puedo llevarte a recorrer el mundo. Aunque no es algo que diga, poseo de una gran fortuna lamentablemente no por buenos actos, y me gustaría cumplir el sueño de un amigo, haciendo feliz a alguien que quiero - contestó, deteniéndose frente al castaño, tomándolo de ambas manos.

 

- Se que quizás suene raro, pero suelo viajar sola a hacer muchos negocios, podría llevarte y pagarte los paseos que quieras, realmente no me pesa hacerlo y quisiera como te dije, ayudarte a cumplir ese deseo - la bruja buscó los ojos de su amigo, y con suavidad acarició la mejilla del castaño, regalandole una mirada de total cariño a su amigo.

 

Escucharon ambos el llamado del elfo, quien ya tenía la mesa lista. La Triviani extendió la mano a su compañero para que la guiara a la mesa - Le sigo, amable caballero - habló con fingida elegancia, imitando a las mujeres de épocas antiguas.

 

@@Anthony Ryvak Dracony