| • El pozo de Amarna • |

[Sagitas E. Potter Blue]

Hacía tanto tiempo que había estado en este lugar que, para mí, fue como ver el pozo por primera vez. Había olvidado las leyendas de su existencia y seguramente no hubiera dado con él si lo hubiera buscado expresamente. Sencillamente, apareció en aquel lugar durante mi paseo taciturno por lugares de la Universidad.

 

Había estado a punto de confesarme que nunca había estado allá hasta que recordé que hacía años que había estado con Cye. Aquel lugar resultaba tan placentero que me dieron ganas de tumbarme y disfrutar de un baño de sol. Estuve a punto de hacerlo pero una alarma en mi cabeza me impidió relajarme cuando ya me había sentado en la hierba. ¿Qué eran...? O mejor dicho, ¿de dónde salían esos murmullos?

 

Me costó vencer la pereza para levantarme porque me parecía que todo salía de allá dentro.

 

Del Pozo...

 

¿Qué habría allá dentro? Me apoyé en la piedra y miré a su interior. Una sensación de algo vívido me golpeó y me hizo boquear. Pero no era malo... Por lo contrario, era atractivo y olía a paz. Aspiré con fuerza y medio sonreír. ¿Qué habría allá abajo si me lanzaba?

[Ellie Moody]

Si bien la Saeta de Fuego es, hoy en día, un modelo anticuado, y que incluso hay formas más "divertidas" de volar, Ellie nunca fue capaz de reemplazarla. Aprendió a volar en esa escoba y durante el paso de los años la ha cuidado mejor que a otros bienes; por lo bien que se conservaba, había estado segura de que la tendría por un buen tiempo más. Se había imaginado muchos escenarios: que la robarían, que todas las cerdas del cepillo se caerían, que el mango se estropearía, que la madera simplemente cedería al tiempo... pero nunca imaginó que la vería así. De repente, el dolor en su muñeca es algo secundario.

 

No escucha los pasos de Ollivander, de modo que su voz hace que se sobresalte ligeramente. Antes de alzar la mirada, traga el pedrusco de nervios que se acumula en su garganta y respira profundamente en un intento de relajar los músculos de su rostro. No puede llorar en frente de alguien a quien apenas conoce, mucho menos por algo tan superficial (eso estaba segura de que pensaría él) como una escoba anticuada. Es una adulta y una escoba sólo un objeto.

 

Advierte que aquella es la primera vez que OIlivander se muestra verdaderamente amable, quizás porque de verdad está intentando ser empático. De todas formas, no sería capaz de dejar que él pague por ello... a pesar de que él era quién estaba conduciéndola.

 

―Nah, no te preocupes ―Ellie se levanta lentamente y comienza a sacudirse la arena de la túnica, con la "mano buena". La turbulencia del aterrizaje la ha dejado mareada, pero poco a poco, se tranquiliza y también lo hace su equilibrio―. Creo que puedo arreglarla ―añade, para que Ollivander no insista. Lo cierto es que no está segura de que eso sea posible, pero está decidida a intentarlo―. Ehm, ¿qué estabas diciendo?

 

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[Sagitas E. Potter Blue]

Juro que sentí un movimiento de aire circular que salía de la boca del pozo, como si ascendiera alguna cosa de aquel lugar sin fondo. Pero no sentí nada malo en aquella energía que fluía del pozo, ni miedo, ni precaución... Era algo... agradable. Sentí la necesidad de lanzarme, sí, sin dilación. Algo me atraía hacia allá, me encantaría comprobar las leyendas sobre el pozo. Me asomé un poco y más y olí. Aquel aroma que ascendía... Aspiré con fuerza y asentí. Iba a probar, no tenía porqué esperar a nadie... Levanté una pierna y la puse en el borde de piedra. Raspaba un poco y me rocé en la rodilla. Parpadeé, confusa.

 

¿Pero qué iba a hacer? Sabía que no había peligro, que allá abajo esperaba algo bueno, bonito, agradable... Pero... ¿Yo sola...? ¿No sería mejor bajar con alguien...? Me alejé un paso, no mucho. Quería seguir sintiendo las mil aventuras que anunciaba aquel aroma, aquel aire, aquella sensación de que me perdía algo inimaginable y maravilloso. Pero aún tenía libre albedrío para decidir que quería vivirlo con alguien, no yo sola.

 

Así que me alejé otro paso y miré alrededor, por si veía a alguien a quien pudiera llamar y contarle que allá abajo había algo maravilloso que podríamos explorar. Juntos.

[Ela Karoline]

Hacia muchísimo tiempo que se había desligado del claustro académico, de responsabilidades por aquel lado, pero también era cierto que la etapa como estudiante era una de las más felices en su vida, así que aquel día sus pasos la llevaron a deambular por los pasillos, topandose con uno u otro magico que iba de prisa seguramente a alguna clase o que salía de ella con parcimonia rumbo a casa. Ella por su parte, solo buscaba recuperar esa felicidad, reactivarse luego de un largo periodo en el que el rose con gente fuera de su familia era casi inexistente y mira donde había terminado.

 

 

Poca cuenta se dio de que sin premeditarlo sus pasos la alejaron de los muros y la llevaron al descampado, aquel sendero rodeado de verdes, donde el bullicio del edificio se iba perdiendo y en su lugar lo natural cobraba vida, eso la hacia sentirse a gusto hasta exhalar un largo suspiro. Y entonces sus ojos sin querer descubrieron una figura que parecía retroceder de... Un pozo

 

 

Su mente de inmediato la transportó al pasado,, a la primera vez que lo había descubierto entre sombras atraída por aquel destello luminoso que casi la había hipnotizado y que servía de gancho para atraer a los transeúntes y despertarles la curiosidad sobre una antiquisima leyenda.

 

No se había dado cuenta pero sus pasos se habían detenido, quizás porque no queria que le oyera la pelivioleta y desconcentrarla de lo que estuviera haciendo, o quizás pretendía unirsele sin que le notará. Una sonrisa traviesa cruzo por sus labios y ¿si la tiraba al pozo? No, no, estaba algo lejos y podría caer mal, ja no había oído que nadie se golpeara en el interior o se lo habían callado, como fuera no iba a ser ella la culpable de un chichote o moreton en el cuerpo de su cuñada.

 

Volvio a moverse con sigilo como si flotara por sobre el suelo, ya saben habilidades de sacerdotisa en medio de la naturaleza, aunque estaba segura que por esas misma habilidades la Potter ya le había descubierto, así que solo se paro detrás de ella y dijo un suave "hola"

[Sagitas E. Potter Blue]

Sentí algo de pena por mí misma. ¿Dónde quedaban aquellos tiempos en los que me hubiera lanzado a la aventura sin pensar en lo que podría suceder si lo hacía? No me había dado cuenta que la responsabilidad con mi familia y conocidos me había hecho algo más cauta. No mucho más pero sí lo suficiente como para no lanzarme de cabeza a un pozo sin estar acompañada, por muy atractivo que pareciera.

 

Sin embargo, el aroma a lo desconocido se hacía cada vez más agradable; decidí que, aunque no me lanzara, un vistazo podría echarle desde arriba. Al fin y al cabo, era una gran hechicera y se me ocurría un uso algo insospechado de uno de los hechizos aprendido en un libro de los Uzza y no había nadie cerca que me viera cometiendo tal atropello con...

 

¿Qué era eso?

 

Tal como me acerqué, la luz apareció en el fondo. El destello luminoso parecía agradecer que volviera. Me mordí el labio superior, con fuerza, para reprimir el deseo de tirarme. Entonces... La sentí.

 

Me giré hacia mi cuñada con la sonrisa más grande que le haya dado nunca.

 

-- ¡Los Dioses me han permitido compañía! -- le dije, mientras me acercaba a abrazarla. Le decía poco lo que la quería y, últimamente, deseaba decírselo a todas horas. -- ¿Crees que podemos ir ahí abajo a ...? No sé... Es que esa luz... ¿Sabes qué es esa luz? -- Bajé un poco la voz, como si alguien fuera a oírme. -- ¿Sabes la leyenda sobre este lugar?

[Rory Despard]

Cuando abrí los ojos , tuve que parpadear varias veces para acostumbrarme a la penumbra. Atenazada por el dolor palpitante en la parte lateral de la cabeza, me llevé la mano hasta allí solo para sentir la consistencia pegajosa de la sangre entre mis dedos.

 

Vaya y si me había dado un duro golpe. O me lo habían dado.

 

Los recuerdos de como había terminado allí parecían haberse esfumado. Si cerraba los ojos acudía vagamente la imagen del pozo de la universidad sobre el que circulaban toda clase de leyendas.

 

Incorporándome del suelo, caminé a tientas guiada por el sonido del discurrir del agua. A través de una ventana con los cristales algo sucios,un molino de agua ssedivisar discurriendo de él el agua más cristalina que había visto en mucho tiempo. Tentada ante aquella visión ,corrí el cerrojo que aseguraba la ventana y abriéndola asomé la cabeza.

 

El cielo estrellado iluminaba todo afuera con una luz tenue pero tan encantadora, que hacía sentir que el paisaje de afuera tenía la misma consistencia de los sueños.

 

Fue entonces que unos pasos tras de mí hicieron que una chispa de alerta se encendiera. De forma automática empuñé la varita,no demasiado segura de mi siguiente movimiento.

 

Hasta que al ver a la figura de pie frente a mí, recordé que no había estado sola junto al pozo. Pero la pregunta ahora era...

 

- ¿Por qué me empujaste dentro?- inquirí con gesto dubitativo animándome a dar un par de pasos en su dirección.

[Eliah Ryddleturn]

Había escuchado ciertos rumores, habladurías quizás de que aquella que fue alguna vez su jefa, estaba por allí, aquel lugar. También había escuchado rumores de aquel lugar que no la gustaba. Pero bueno, era hora de recabar las pocas amistades que tenía y volverlas a tener cerca. Había escuchado que Bel era profesora en la Universidad, por lo que seguramente la vería por los alrededores del campus y por suerte sus pasos la llevaron a donde quería Se acercó al pozo, no sabía si la encontraría allí pero en cuanto se aproximo a aquel pozo observó la figura de Bel, miró un momento hacia atrás y cuando volvió su vista al pozo no pudo ver a aquella chica que considera de una forma amiga. Solo un grito en aquel pozo, se aproximó rápidamente hacia el pozo y se asomo para ver que había en el interior y entorno los ojos. ¿La tocaría meterse en un pozo? aquello ya era demasiado para la neutral pero se encogió de hombros y fue en busca de la Evans.

 

Por suerte no tardó mucho en encontrar a la bruja, allí estaba se había pegado un buen golpe, por lo que seguro que tendría alguna herida. Se acercó cada vez más hasta que una pregunta fue lanzada de forma acusatoria a la demonio. Esta, frunció el ceño mirándola de forma extraña, ya lo que la faltaba que tras volver a Londres la acusaran de tirar gente al pozo, ni que fuera un nuevo deporte. Suspiró mientras se cruzaba de brazos mirando de arriba a abajo a la chica que tenía delante, no había cambiado mucho desde la última vez que la vio.

 

-, vaya asi da gusto que te den la bienvenida,-comentó mientras la observaba-claro, ahora voy tirando a la gente a pozos, si, si, es apasionante empujar a lagente a un pozo.....-comentó de forma irónica,- si me cayeras mal todavía, pero a caso voy tirando a mis amigos al pozo o ¿ empujar a gente a un pozo es una forma nueva de socializar?, mas que nada para apuntármelo, ya sabes que socializar no es lo mio-dijo de forma algo sarcástica molestar por una parte por la acusación de la joven que tenía delante de ella.

[Rory Despard]

"Esos ojos"

Si algo era imposible de olvidar en Eliah Ryddleturn, eran aquellas pupilas azules con reflejos amarillos, ojos que en aquella semi oscuridad refulgían como si fuesen los de un gato salvaje e indomable. Y ahora, mientras con un tono claramente sarcástico, recalcaba que jamás me había empujado y que no entendía a que venía acusación semejante, sus ojos acompañaban cada una de sus palabras, trasluciendo firmeza y determinación.

- Perdóname, no era mi intención acusarte- admití mientras volvía a palparme la zona del golpe y tragaba saliva sin saber muy bien como continuar- yo sigo confundida, y aunque no sea en la mejor de las circunstancias, es un gusto volver a verte Eliah.

Podía haberle tendido la mano, pero si mal no recordaba, la mujer no gustaba del contacto físico. Además ¿cómo tenderle la mano manchada de sangre seca? No, ni pensarlo. Quizá solo ese saludo fuera suficiente. Y una sonrisa.

Le sonreí y me convencí, de que así era mejor.

- Es gracioso que preguntes lo de la socialización porque irónicamente...me llegaron incontables rumores sobre que este lugar es el preferido por las parejitas de la universidad, cuando desean un lugar más "íntimo"- reí ante aquello, pensando en que ciertamente ninguna de las dos estaba allí por una situación de ese tipo- de todos modos, si dije lo primero fue porque te vi poco antes de caer, fue apenas una fracción de segundo pero...me pareció que me reconocías ¿lo hiciste?

Sabía que estaba haciendo muchas preguntas. De haber estado con Garry al lado, de seguro él ya habría hecho alguna sugerencia respecto a que me callase. Pero estaba sola allí, y él posiblemente ocupado con sus clases de Hogwarts o su (según yo) aburrido trabajo del CCU, de manera que podía conducirme como mejor me pareciese.

Y hablar...era lo que mejor se me daba.

- Yo vine a este lugar para encontrar respuestas acerca de algo. Es solo que allá arriba, cuando vi el pozo tan hondo, dudé sobre dejarme caer- me encogí de hombros- quien quiera que me empujara en realidad, me terminó haciendo un favor. ¿Que te tiene a ti de regreso en Ottery?

@@Eliah Ryddleturn

[Eliah Ryddleturn]

Observó a la joven mientras se disculpaba ante ella mientras posaba su extraña mirada en ella. No se la escapó el movimiento de la chica de palparse la cabeza, el golpe había sido bastante fuerte, solo esperaba que eso no la repercutiera mucho. La agrado que tras verla tan solo la basto con una sonrisa para saludar, puesto que por suerte Bel parecía recordar lo especial que era con el tema de contacto físico. Y casi lo prefería así no tenía que quedar mal con nadie o hacer cosas innecesarias o que a ella por una parte la importunaba. La verdad, es que el momento y el lugar no parecía el adecuado para aquel reencuentro, pero por lo menos la volvía a ver tras su vuelta.

 

-lo mismo digo, y bueno te perdono por ser tu, además ha sido muy extraño verte caer, en un momento estaba al lado del pozo y cuando volví a mirar no estabas-dijo medio pensativa mientras se colocaba una mano en la barbilla mientras pensaba el como podía haber sucedido.

Se quedo en silencio mientras Bel seguía hablando, lo mejor de aquella chica es que no era necesario que ella hablara mucho, puesto que ella era de pocas palabras y parecía que con la Evans era mucho más dada a la palabra que ella. Por eso la gustaba quizás relacionarse con aquella bruja, hacia que ser sociable fuera un poco menos complicado, además sería de las pocas personas que la agradaban y tenía un cierto aprecio por ella. Aunque el comentario que hizo de las parejitas provoco que la demonio alzara una ceja mostrando su contrariedad, puesto que ella no iba allí por eso ni sabía que los jóvenes utilizaban aquel lugar para citas.

 

-Si te reconocí, es más vine aquí por que eres de las pocas personas que tengo amistad en Londres y escuche que trabajabas aquí .....bueno lo de las parejitas se lo dejo a las parejitas-comentó mientras observaba aquel lugar en el que estaban. La había dicho la verdad, estaba allí por aquella bruja, que era de las pocas que conocía y además. en verdad si que la tenía cierto aprecio aunque no lo demostrará.

 

Escuchó el por que estaba la profesora de la universidad, la verdad es que no sabía que la traería a aquel lugar o podría buscar en un lugar como este,¿ pero sería correcto preguntar? Entonces escuchó la pregunta que todo el mundo la solía hacer cuando la veía de nuevo por allí- pues tras la marcha de mi madre, hice lo mismo, me fui de aquí muchos recuerdos de ella, y ahora creo que es tiempo de volver-comento mirándola pues era algo incomodo para ella.-¿ y que quieres encontrar aquí?-preguntó cambiando un poco de tema.

[Rory Despard]

Quizá luego podría saber quien me había empujado. A esas alturas el hecho era más anécdota que otra cosa, así que era mejor dejar de darle importancia. El comentario de las parejas no parecía haber sido del agrado de Eliah, pero su ingeniosa respuesta volvió a arrancarme una sonrisa, lo mismo que la perspectiva de que me considerara una amistad en ese lugar y que en cierta forma, estaba buscándome.

Se sentía agradable eso de poder ser recordada por alguien. Quizá también para ella era parecido. Volver a Ottery era duro cuando se había estado fuera mucho tiempo, y ya no se reconocía lo que se había dejado atrás, especialmente las personas. Como una ciudad repleta de migrantes, incluso unos pocos meses podían bastar para que a tu retorno fueras un flamante desconocido en los círculos más importantes de la ciudad.

Y yo no era ni de lejos la persona más sociable del mundo. Peor aún tras haberme revelado como miembro de la Orden del Fénix. Pero había visto el proceso en amigos, como Pakami o mi hermana Binny. Y el resultado podía ser muy incierto. Él por ejemplo había acentuado su condición errante. Ella, hasta el momento, parecía estar volviendo a echar raíces.

¿Cómo sería para Eliah? Era duro escucharla mencionar a su madre, y un nudo se formó en mi garganta cuando lo hizo. No podía imaginarme lo devastador que había tenido que ser para ella ese acontecimiento, cuando incluso yo que apenas había empezado a tratar con la que fuera matriarca Ryddleturn había sentido profundamente su partida. Dolía, a pesar del tiempo transcurrido, y lamenté el haber formulado esa pregunta y rogué porque pronto pudiésemos cambiar de tema. Afortunadamente, Eliah estaba en sintonía también con ese pensamiento y su pregunta resultó perfecta para darle un giro a la conversación.

- Verás, se dice que esta tierra de Amarna es el paraíso secreto que Akenathon construyó para Nefertiti, cuando los muggles egipcios de esos años despreciaron el mundo de la magia y las nuevas ideas que él les ofreció en su gobierno- en los libros muggles era de sobra conocida la historia de aquel faraón, pero claro, ninguno tomaba las dotes de magia de él como ciertas- y como sabrás, si algo resalta de la magia de esos lares, es el alto grado de conocimiento que tienen en áreas como la astronomía, la aritmancia, y las maldiciones- mientras iba explicándole aquello aplicaba un fregotego sobre mi ropa y mis manos para sacar la sangre que había quedado impregnada en ellas- es eso último lo que me tiene aquí. Vine para intentar averiguar los alcances de una maldición.

El cielo comenzaba a clarear afuera, la señal inequívoca de que debía partir, por lo que dirigiéndome a la puerta eché una mirada a Eliah.

- Es muy probable que quizá en el camino hacia Amarna averigüe muchas otras cosas más, es lo bueno que tienen las aventuras al fin y al cabo- debía partir pero hacerlo sola de repente era una perspectiva aburrida ¿sería que Eliah se animaría...? nada perdía preguntándoselo- ¿Te gustaría acompañarme? Prometo no ser una molestia.

@@Eliah Ryddleturn