Museo Night (MM B: 105846)

[Dennis Delacour]

La rubia disfrutaba pasar tiempo con sus sobrinas y sobrinos de eso no había duda alguna, y si que tenía bastantes gracias a la coneja de Alessandra, pero a todos los quería enormemente. Pero Wen era una de las personas con las que se llevaba mejor. El hecho de ser cercanas en edad e incluso haber pasado por la academia al mismo tiempo hacían que se entendieran mucho mejor que con algunos otros miembros de la familia, así que cuando recibió su visita en la oficina y su cálido saludo no pudo estar más que feliz por la oportunidad de conversar con ella.

 

Escuchó la advertencia de la joven con respecto a su bebida aminorando un poco el ritmo de sus pasos — Lo siento mucho Wen, creo que simplemente quería salir lo más pronto de la oficina y alejarme del trabajo — dijo con una sonrisa divertida, había pasado tanto en esa oficina las ultimas horas que sentía necesitaba un enorme respiro.

 

Conforme se acercaban a la cafeteria escucho algunos comentarios y preguntas por parte de su sobrina — tu sabes que no fastidias nunca y siempre eres bien recibida sobri — respondio mientras salian a la zona de jardín. — El trabajo algo pesado pero poniendo lo mejor y el negocio en constante movimiento, creo que la gente se interesa mucho ultimamente por culturizarse — dijo a la joven al tiempo que le señalaba una mesa en el jardin protegida del sol por una enorme sombrilla sobre ella.

 

— Y dime alguna cosa interesante que deba saber y que aún no hayas dicho en la mansión? — quería ponerse al día con su sobrina ya que el trabajo en el Saw y otras multiples ocupaciones no le daban mayor espacio de charlar y compartir con su familia.

 

@@Wendolyn Maxwell

[justo]

- ¿Que tiene de malo el Ministerio?

 

Le mire un rato largo mientras pensaba la respuesta, sabia mis razones, pero no queria decir algo que pudiese herir sus sentimientos.

 

- ¿De verdad quieres saberlo?

 

- Por favor....

 

- El Ministerio esta bien, es un trabajo seguro y una fuente de ingresos segura. De eso no tengo ninguna objeccion, pero...

 

- ¿Pero...?

 

- Pero es lo mismo que no pertenecer a ningun bando, solo quiero independencia. Puedo trabajar sin problemas pero no es lo que busco. Te contare algo.

 

Tome un largo sorbo de la limonada antes de proseguir.

 

- Durante algun tiempo, trabaje en el mundo muggle en un Ministerio.

 

- ¿De veras?

 

- Si. Formaba parte de un proyecto y busque trabajo en la administracion muggle. Por eso se lo que es.

 

- ¡Ah, vaya!

[Dennis Delacour]

Un nuevo día asomaba por las calles de el callejón Diagon que desde muy temprano despertaba para iniciar sus labores y tener sus escaparates y vitrinas listas y organizadas para atender a todos los visitantes que se hicieran presentes los visitantes para adquirir todo lo que requerían para cubrir sus necesidades. Era un lugar muy variado y colorido desde donde podías encontrar desde una varita hasta cosas del mundo moderno, además también tenias varios lugares para degustar del arte y de deliciosos platillos.

 

La rubia caminaba muy temprano por aquella calles que había recorrido tantas veces, algunos negocios incluso recién comenzaban a abrir sus puertas para limpiar y prepararse, y ella bueno ella iba con un te chai helado caminando a paso rápido por aquellas calles, no usaba ninguno de los artefactos voladores que poseía ni tampoco la aparición. Era en los momentos en que necesitaba aclarar su mente que escogía caminar por aquellas calles dando soluciones a sus asuntos en su mente mientras observaba el paisaje.

 

La Delacour tenía muchas cosas que poner en orden, lo único que tenia claro en ese momento de su vida era su amor por Zoella y que por ella haría lo que fuera, había pasado poco tiempo de empezar una relación pero estaban más compenetradas que nunca y eso hacia que la rubia estuviera mas feliz todo el tiempo. Pero esa mañana debía atender el negocio y era debido a una nueva normativa que el ministerio había lanzado con respecto a los locales y ella debía revisar que el museo cumpliera con todo lo que solicitaban. Cuando terminara invitaría a Zoe a tomar un café y charlar un rato, eso sin duda alegraría su día.

[justo]

- Comprendo entonces tu aversion a trabajar para el Ministerio, yo pensaba que te podria ser util y si te ha molestado te pido perdon.

 

- ¡No, hombre! ---añadi con cordialidad--- ¡como me iba a molestar! Solo te daba explicaciones sobre mi proceder, eso es todo.

 

Me quede mirandole de forma sonriente. Le queria mucho y no me gustaba verlo con cara triste, lo mejor seria romper esa sensacion de incomodidad.

 

- Te agradezco muchisimo que te preocupes por mi. Pero procura recordar algo, nunca me haras enfadar. Asi que anima esa cara y vuelve a ser el alegre compañero de siempre.

 

- O sea, que me voy a librar de que me hagas un hechizo Mocomurcielagos....

 

- Anda, no me des ideas....

 

Estallamos en carcajadas, los que estaban a nuestro alrededor se quedaron sorprendidos al vernos y es que la situacion se habia tornado hilarante. En 10 minutos volviamos a ser los amigos de siempre.

[Seba Granger]

Aun en House of Books

El día daba para salir de casa, y que mejor si era en compañía de mi novia, toda la semana habíamos tenido muchísimo trabajo en el banco parece que a todos los magos les había dado por gastar bastantes galeones así que habíamos tenido la penosa tarea de descontarlos en sus bóvedas y hacerlos llegar al Mall donde habían sido gastados.

Lo mejor era salir un rato, tal vez recorrer el callejón o mas tarde podíamos escaparnos al mundo muggle una vez mas, con la experiencia de la clase de Sagitas había recordado por que me gustaba tanto el ambiente de los muggle como decían los magos, aunque a veces también me sentía uno de ellos.

Recordando las horas en el museo se me vino a la mente que en el callejón también habían puesto uno pero no sabía que cosas exhibían así que invite a mi novia a dar una vuelta para conocerlo.

La esperé en la estancia del local a que estuviera lista para salir hacía la calle y hacer el recorrido juntos.

@@Darla Potter Black @@Dennis Delacour

[justo]

- ¿Sabes? No me imaginaba que acabarias casandote y con hijos.

 

- Oye, que soy un ser humano. No muy corriente, pero humano. Ademas, despues de conocer a mis chicas seria un tonto si no me hubiese casado con ellas.

 

- ¿Ves? esa es otra. Casarte tiene logica pero...¡casarte con dos!

 

- Ventajas de no estar con las pacatas leyes inglesas. Casarme en el Valle era una buena opcion.

 

- Fue un honor que nos invitaras.

 

- Fue un complicado problema de logistica, los invitados eran muchos y no era facil llevarlos al valle, asi que optamos por unas instalaciones que teniamos fuera ¿recuerdas?

 

- ¿Como no?

 

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Los invitados fueron llegando a un tranquilo lugar entre montañas muy altas, bosques inmensos y un rio que circulaba a sus pies. El lugar estaba flanqueado por unos coquetos pabellones donde se alojarian los invitados. Hacia calor esa mañana de julio, aun asi, una brisa fresca revitalizaba el ambiente.

 

El lugar de la ceremonia era un estructura circular rodeada de sillas en tres lados donde se agolpaba el publico. La boda iba a ser religiosa, por el rito Iberico. Era el culto que profesaba el novio y la ceremonia seria oficiada por el Baitir de su culto, el Baitir era el equivalente a Sumo Sacerdote.

 

El novio estaba tranquilo. Llevaba una tunica de lino blanco, pantalon del mismo color, cinturon dorado y calzaba sandalias. Era el tiempo de que llegaran las novias, hora de tener paciencia....

[Sol Lestrange Black]

Me detuve frente a la puerta del museo, mis rizados cabellos revoloteaban por la brisa de invierno, había llegado temprano a aquel encuentro, me gustaba su compañía, aquello días había sido como un bálsamo, me sentía cómoda, y segura, sabia que podía confiarle mi vida misma y que siempre estaría ahí para sostenerme, así que el tiempo que pasábamos juntos era siempre agradable y totalmente cómodo, podíamos hablar de cualquier cosa o simplemente quedarnos en silencio estando felices y cómodos, era una conexión única que siempre me hacia sentir como en casa.

 

 

El arte también era una de las cosas que mas disfrutaba, así fuera muggle o mágico, durante mucho tiempo me había dedicado a viajar por el mundo justo para recorrer museos y lugares históricos y lo extraño era justo que no conociera aquel que estaba justo en el lugar donde vivía. Me encogí de hombros mientras una flamante y sincera sonrisa se dibujaba en mis finos labios, me sentía feliz.

 

 

Mi atuendo aquella tarde era cómodo y mas sencillo de lo que acostumbraba, estaba relajada y simplemente quería pasar la tarde disfrutando. El lugar era hermoso, realmente me vi gratamente sorprendía, no esperaba encontrar algo así dentro del pueblo, estaba asombrada, y mayor fue mi sorpresa al ver a aquel hombre de espaldas a mi contemplando un enorme cuadro con un paisaje impresionista.

 

 

Me acerqué sigilosamente para cubrirle los ojos y susurrarle antes de besar su mejilla --Hola guapo ¿por que tan solo?--pregunte en aquel tono fresco y sincero que nos caracterizaba de toda la vida.--¿Tarde mucho?

 

@@Josh Cameron

Editado 18 de Febrero del 2019 por Sol Lestrange Black

[Josh Cameron]

Las galerías del Museo Night eran largas, amplias y muy luminosas. Le recordaba a algunos de los museos que había podido visitar en sus viajes por Europa. Le recordaba especialmente al Thyssen-Bornemisza, en plena capital española, tanto por el tipo de arte que albergaba en su interior como por la disposición arquitectónica del edificio. Si bien, el recinto del Thyssen era claramente neoclásico y el Night le recordaba un tanto a ese barroco más sobrio que se desarrolló en Inglaterra.

 

Cameron llegó pronto a su cita, así que decidió recorrerse con atención las dos plantas de las que disponía el museo, después de dar un largo paseo por los amplios jardines de la entrada, donde pudo observar algunas especies animales que nunca había visto en persona.

 

El primer piso no llamó su atención. Estaba prácticamente dedicado a animales exóticos y casi que demasiado artificiales que hacían a sus anchas tras unas salas acrisoladas y selladas. Él prefería verlos en libertad, en su hábitat natural, como aquellos enormes pájaros rosas de apariencia bobalicona que había vislumbrado en el bosquecillo del exterior. Apenas sí se fijó en las esculturas, un tanto curiosas, esculpidas sobre la misma piedra de los arcos que sostenían aquellas bóvedas.

 

En el segundo nivel, la cosa cambiaba. Miles de pinturas llenaban las paredes del lugar. Sin duda, era una de las pinacotecas más ricas de todo Londres, y apostaba que la mayor del mundo mágico. Reconoció varias obras de pintores muggles muy reconocidos de todas las épocas, entre ellas algunas de Picasso, Van Gogh, Francis Bacon, Pollock, El Bosco, Velázquez, Goya… Sin embargo, a diferencia de las originales, que había podido ver en sus respectivos museos, estas copias tenían vida propia, como los lienzos pintados por los magos.

 

Sus ojos del color de la miel se encontraban mirando una copia de la obra del artista francés, Claude Monet, Impresión, sol naciente, cuando unas manos suaves y de tacto frío cubrieron su rostro.

 

—Hola, guapo, ¿por qué tan solo? —dijo la voz inconfundible de su amiga Sol Lestrange. El irlandés sonrió al recibir un beso en la mejilla y se giró para abrazarla y darle dos besos a modo de saludo, como siempre habían hecho desde que se conocían. —¿Tardé mucho?.

 

—Para nada, querida. Tú siempre llegas en tiempo perfecto. He sido yo el madrugador —añadió Josh.

 

El joven de tez bronceada, a diferencia de la mayoría de sus compatriotas irlandeses de rostros lechosos, tomó la mano de la bruja de cabellos ondulados y comenzó a andar en busca de un óleo que quería mostrarle a su compañera.

 

—Vamos, hermosa. Quiero que veas una de mis pinturas favoritas —mientras caminaban por las iluminadas galerías del museo fue explicándole acerca de aquel cuadro. —Se llama El jardín de las delicias, y es un tríptico de un pintor flamenco llamado Hyeronimus Bosch, más conocido como El Bosco. Como podrás comprobar, es una composición un tanto surrealista y cargada de muchos matices y distintas lecturas. No por nada se dice que fue un adelantado a su época y todo un precursor del estilo que luego llevaría a la fama a Salvador Dalí.

 

Tras un breve paseo en el que pudieron contemplar algún lienzo interesante como el Estudio del retrato del Inocencio X de Velázquez, de Francis Bacon, por fin dieron con el tríptico que andaban buscando.

 

Allí estaba. Tan majestuoso como siempre, pero todavía más inquietante debido a la vida propia que cobraban los cientos de figuras de tan magna pintura. De entre todas ellas, Josh no podía parar de mirar a esa especie de ave con forma humana que, en el infierno que imaginó El Bosco, no cesaba de devorar personas desnudas para, posteriormente, defecarlas en una letrina gigante.

 

—Como ves, es cuanto menos curiosa… —el joven rió. —El original se encuentra en Madrid. En el Museo del Prado, más concretamente. Algún día debemos ir, Tormenta.

Editado 18 de Febrero del 2019 por Josh Cameron

[Sol Lestrange Black]

Sonreí mientras comenzamos a recorrer el lugar tomados de la mano como en los viejos tiempos, era un gesto tan natural que jamás me sorprendía, nuestras manos siempre se amoldan la una a la otra, mi pequeña mano en su mano enorme.

 

Me mostró aquel primer cuadro lleno de luz y color, había tanto que mirar, cientos de detalles, adoraba aquellas muestras artísticas de los muggle, podían tener cientos de errores pero en arte siempre tenía ese toque único que solo los mundanos podían explotar.

 

--Es tan hermoso...-- dije emocionada-- Adoro esa manera que siempre tienes de saber lo que me gusta...-- admití dándole un sonoro beso en la mejilla antes de que continuarán la aquel enriquecedor recorrido.

 

La siguiente muestra era igualmente interesante, aunque menos alegre, al contrario, estaba cargada de sentimientos extraños sin.que ninguno pareciera alentador. La observé en silencio mientras me explicaba.

 

--Vaya es una peculiar representación...--admití analizando el sentimiento que me transmitía, soledad, desesperación, angustia.-- la forma que tiene de transmitir cada sentimiento es asombrosa...--dije recargandome en su hombro.

 

-- Siempre que iba a algún museo pensaba en ti...--murmure atrayendo su atención-- debemos ir a ese y a todos, sé que serán mil veces mejor en tu compañía...--admití suspirando.

 

Sonrió dándome a entender que teníamos el mismo pensamiento, adoraba aquellos éramos compatibles en muchas cosas, especialmente en nuestros gustos por el arte y todo lo que esté implicaba.

 

Avanzamos más por aquel pasillo, y un cuadro me hizo acercarme como si fuese una niña pequeña y hubiera visto un aparador lleno de dulces.

 

--Dalí..-- dije emocionada-- observando aquel cuadro, uno de mis favoritos...--La persistencia de la Memoria...-- murmuré--¿puedes imaginar que pasaba por su cabeza cuando pinto eso?--pregunte con curiosidad--Me gustaría saberlo...

 

 

 

@@Josh Cameron

[justo]

No se hicieron esperar mucho. Ambas llevaban una tunica blanca ribeteada de verde para Yanira y de color rojo para Monica. El motivo de tan curiosos colores radica en sus vcasas de Hogwarts Slytheroin para Yanira y Gryffindor para Monica.. yanira ostentaba una diadema dorada sobre su negro cabello mientras que Monica portaba una plateada sobre su rubio pelo. Los anillos eran llevados por los hijos menores de Monica mientras que el mayor sostenia una copa, la copa de las libaciones.

 

Y comenzo la ceremonia. El Baitir tomo la palabra:

 

"Henos aqui, bajo la proteccion de Vestio, señor de los bosques, para bendecir la union de estos 3 seres. El lazo que ligara a los contrayentes esta cimentado en el amor y en la fidelidad, que Andera, diosa del matrimonio os bendiga. Ahora que hablen los contrayentes"

 

- Yo, Manuel, Os tomo a ambas por esposas y os juro fidelidad y amor. Los anillos que os doy simbolizan estos votos.

 

_ Yo, Yanira, acepto tus votos y los comparto.

 

- Yo, Monica, acepto tus votos y los comparto.

 

El Baitir tomo la copa que le tendian y las hizo beber a los 3.

 

"Recibid esta bendicion que os doy por medio de la copa de las libaciones"

 

Y asi termino la ceremonia.