Museo Night (MM B: 105846)

[Dennis Delacour]

Lo que menos había esperado al llegar al museo es que resultara ser día de visitas pero por lo visto así iba a ser, primero su ex compañera de aurores Scavenger había tocado a su puerta lo cual ahora le generaba una duda de como sabía que estaba allí?, pero es que incluso antes de que pudiera responder siquiera a su saludo y justo cuando iba a cerrar la puerta frente a ellas saludando y preguntando si el lugar estaba cerrado se encontraba su socia y compañera de bando Dorothy, cuya presencia tampoco esperaba ese día.

 

Se movió un poco mas para permitir también la entrada de la recién llegada — Hola Dorothy, que bueno verte —- saludo a la bruja quien lucia un comportamiento ligeramente nervioso lo que hizo que la Delacour se asomara un poco afuera de la oficina para ver si alguien mas venia aparte de las presentes pero solo pudo ver un sujeto bastante serio al final del pasillo con rumbo a uno de los salones de exhibición. El sujeto volteo a mirar en su dirección y luego se perdió al ingresar al salón.

 

No pudo evitar pensar que lucia un poco raro pero bueno al museo venían magos de todo tipo, desde amables y alegres hasta algunos bastante serios y amargados así que no le dio mas importancia de la que creía tenia en ese momento. En su lugar regresando a la oficina cerro la puerta y les indico al par de brujas que tomaran asiento en el juego de sofás que había para los visitantes de su oficina.

 

— No se si ya se conozcan Dorothy ella es Scavenger compañera de la orden, tal vez la hayas visto en alguna actividad del bando, y Scav ella es Dorothy compañera y socia comercial también — dijo dándole una sonrisa a la joven que desde hace un tiempo compartía con ella un negocio en el callejón Diagon — Y ahora si a que debo el honor de su visita? — hablo amablemente aunque con premura debido a que necesitaba saber si pasaba algo porque de lo contrario tendría que salir pronto a tratar de averiguar que había ocurrido a unas calles del museo. Pero mientras esperaba respuesta de sus superiores podía tratar de averiguar el porque de la presencia de sus compañeras, si era algo casual o tenia que ver con la Orden.

[Agnes Lynn]

Parpadeó un par de veces.

Estaba a punto de responderle a Dennis cuando una voz habló a sus espaldas. Al girarse, encontró una cara que ya había visto antes, en el castillo Lockhart. No había hablado mucho con ella, pero había algo en su cara que le inquietaba, ¿qué pasaba el día de hoy que todos parecían preocupados?

—Nos conocemos— le aclaró a Dennis, que había sido tan amable de intentar presentarlas. Igual extendió la mano al hablar, no quería parecer deseducada, —Hablamos por un rato en el castillo Lockhart, cuando fue la fiesta de Noah.

No perdió de vista la mirada furtiva que tanto Dorothy como Dennis lanzaron hacia el desconocido en el pasillo. Su instinto de protección se manifestó en forma de un cosquilleo en las manos, quería poner distancia entre ella y el tipo ese así que lanzó una última mirada hacia el pasillo y cerró la puerta de la oficina en que se encontraban.

—No sabía que eran dueñas de este lugar— comenzó, una vez sentada en frente del escritorio. —Lamento si estoy interrumpiendo algo, es sólo qué... Perdónenme si soy muy directa, he encontrado que ir al punto nos ahorra tiempo a todos.

Miró a Dennis antes de continuar, —Me acerqué a tu oficina porque quería ver si todo estaba bien. Entraste muy deprisa y parecías preocupada. De nuevo, discúlpame si me estoy metiendo en donde no debo.

Se sentía muy tonta preguntando esas cosas cara a cara, pero si algo había aprendido en su estadía en Londres era a confiar en sus instintos, y justo ahora no podía quitarse la mala sensación del cuerpo. Anticipación, nerviosismo.

—Lo mismo va para ti, Dorothy. Si puedo ayudarlas en algo, pueden confiar en mi. A fin de cuentas, estamos del mismo lado.

Hizo énfasis en esa última palabra. Su paranoia no le permitía mencionar a la Orden en voz alta -había soltado un pequeño brinco antes, cuando Dennis la nombró tan tranquilamente- pero quería que ambas mujeres entendieran que ella estaba disponible, por sí algo andaba mal.

 

[Annick McKinnon]

Luke.

Luke aún mantenía en sus labios el rastro de una traviesa sonrisa, como si encontrara un detalle divertido en todo lo que lo rodeaba. Al ver su alegre semblante, resultaba imposible siquiera imaginar que acababa de asesinar a alguien y que tras él había todo un historial de sangre. Además a simple vista parecía tener mucha habilidad para vestirse a la usanza muggle, lo cual ayudaba a no atraer la atención.

Apenas había atravesado la entrada al museo cuando se detuvo. Su pícara mirada recorrió el vestíbulo. Ignoraba si la urna había sido adquirida para revenderla o para exhibirla. La última opción se le antojaba improbable, ya que –a pesar de nunca haberla visto– suponía que el único rasgo especial que poseía era que estaba hecha de plata... y que en su interior contenía un illithid, claro; pero sospechaba que ninguno de los anteriores dueños conocía ese detalle (a excepción del infortunado Ian, quien había sido uno de los protagonistas en la captura del monstruo).

De cualquier manera, Luke estaba decidido a revisar todos los negocios donde existiera la mínima posibilidad de que estuviera la urna. Era una lástima que el penúltimo dueño no hubiese podido brindarle el nombre del mago al que había revendido el artilugio. Sólo esperaba que éste no hubiese encontrado un nuevo comprador. Comenzaba a cansarse de sentir que la urna estaba a su alcance sólo para descubrir que había pasado a manos de otra persona, lo cual representaba una nueva labor de rastreo.

Se acercó a la recepcionista, saludó amablemente y preguntó si el sitio estaba dividido en zonas. Decidió recorrer sólo el segundo piso, pero pronto fue evidente que no encontraría objetos antiguos sino sólo obras de arte. Por un momento se detuvo a examinar un cuadro donde se apreciaban dos mujeres de piel oscura y un perro color naranja. De pronto se percató de que alguien lo observaba. Volteó la cara y vio a una chica de ondulado cabello castaño.

―¡Hola! –saludó con alegría y mostrando una amplia sonrisa. La joven dio un respingo. Al parecer la tomó por sorpresa el saludo de Luke.

El hombre rió entre dientes y la siguió con la mirada. De pronto cayó en la cuenta de que hacía varias semanas que no se divertía, y entonces sus ojos brillaron con picardía. Nunca antes había empleado sus poderes con magos y brujas, y se preguntó si caerían en sus juegos con la misma facilidad que lo hacían las personas comunes.

Vio que la castaña a la que había pillado observándolo entró a una oficina donde se encontraban otras dos mujeres. Una de ellas se acercó al dintel de la puerta y lanzó una mirada hacia el pasillo antes de cerrar para tener privacidad. Luke sonrió. Era su oportunidad para jugar un rato: chascó los dedos y los pasillos del museo sufrieron algunas torceduras como si estuvieran hechos de material moldeable.

Cuando las tres jóvenes abrieran la puerta, se toparían con la novedad de estar atrapadas en medio de una ilusión óptica que las haría sentirse en un laberinto cuyos intrincados caminos lucían como los pasillos del museo; pero la apariencia distorsionada les provocaría mareo, lo cual haría un poco más complicado el encontrar rápido la salida. Cualquier persona normal tardaría horas en recorrer el laberinto, pero ignoraba de qué eran capaces aquellos que podían emplear magia.

Como solía hacer cada vez que algo lo ponía alegre, hurgó en los bolsillos de su pantalón en busca de un dulce. Encontró una paleta y sin dudarlo rasgó la envoltura. De inmediato atacó el caramelo, no sin antes tirar al suelo la basura como solía hacer de manera despreocupada y distraída.

 

Aunque le daba curiosidad observar lo que harían, supuso que lo mejor era inspeccionar otro negocio y regresar más tarde a ver qué había sucedido con las tres jóvenes que aún estaban encerradas en la oficina. Así que se encaminó hacia la salida...

[Dennis Delacour]

La ojiazul observaba a sus compañeras con un gesto de amabilidad al tiempo que escuchaba lo dicho por Scav, obviamente conocía a Dorothy, ahora que recordaba las había visto un par de ocasiones en el mismo lugar y conversando, definitivamente a veces podía ser un tanto olvidadiza. Ademas las palabras de la joven le indicaban que al parecer la había visto entrar a toda prisa al museo lo cual la había preocupado bastante.

 

Se paso la mano por su cabello rubio para acomodarlo un poco mientras movía ligeramente la cabeza en un gesto divertido al darse cuenta que en su carrera por llegar a la oficina no se había tomado la molestia siquiera de ver quienes estaban a su alrededor. Cuando la ex auror termino de hablar procedió a explicarle un poco la situación y aclararle una pequeña confusión que estaba teniendo al ver a Dorothy allí, — Dorothy es mi socia en otro negocio, este me lo dio una sobrina para que me encargara de el. — dijo haciendo un gesto con la mano señalando el lugar.

 

Luego siguió con el otro tema — Y disculpa si te preocupe por entrar de esa manera, es que al parecer se cometió un grave crimen a unas calles de aquí pero no tuve autorización para ver la escena así que vine rápido a enviar unos mensajes al ministerio de los cuales aun no tengo respuesta, así que de todos modos creo que iré a investigar, un auror nunca descansa — dijo terminando con una sonrisa, aunque en su mente en este momento había muchas inquietudes.

 

La verdad es que el callejón Diagon estaba pasando por una época tranquila sin la mas mínima alteración, y que sucediera algo tan grave para que ni ella como empleada del cuartel auror tuviera acceso era de preocuparse, eso y la gente que rondaba la zona últimamente, un ejemplo el sujeto afuera del pasillo antes de que sus compañeras entraran a la oficina.

 

Tal vez ellas quisieran acompañarla a investigar que estaba sucediendo, de todos modos como miembros de la Orden su misión era velar por los indefensos, así que esperaría a escuchar que tenían pensado hacer antes de proponerles esa idea.

[Agnes Lynn]

—¿Un crimen?— repitió después de Dennis, pensativa.

Que alguien hubiera cometido un crimen en un lugar tan público como lo era el callejón era preocupante, pero el hecho de que una Auror no fuera permitida en la escena era ilógico. No que esperara algo menos del Ministerio, con todas sus trabas y su claro favoritismo hacia ciertos grupos.

Suspiró, siempre con su tendencia de perderse en sus pensamientos.

—Podría acompañarte a la escena. Puede que ya no sea una Auror, pero aún tengo un par de secretos bajo la manga. —dijo después de un tiempo. —No puedo hablar por Dorothy, pero tengo un mal presentimiento y esto no hace más que aumentarlo.

La oficina en la que estaban no tenía ventanas, así que no podía ver lo que estaba pasando allá afuera. La información que Dennis le había dado no había hecho más que aumentar su ansiedad al grado que tuvo que ponerse de pie. Mientras esperaba junto con las chicas a ver si la Delacour recibía algún tipo de respuesta recordó al hombre en el pasillo, y el hecho de que él había entrado después de ella. A lo mejor él había visto algo.

—Creo que puedo preguntarle a alguien— explicó mientras abría la puerta de la oficina. —Alguien entró justo después que yo-

Algo andaba mal, lo sabía como sabía que sus ojos eran cafés o que el sol brillaba fuerte en el cielo. A simple vista el pasillo era igual que hace un par de minutos, pero había algo que no encajaba. Por instinto llevó la mano a su varita. Alerta permanente, se recordó a sí misma.

Sus sospechas fueron confirmadas al dar un par de pasos hacia adelante. El pasillo parecía más largo; se giró para regresar a la oficina, pero al hacerlo sintió el piso moverse con ella.

—¿Qué demonios?—murmuró al sentir el movimiento. Y luego, en voz alta. —Dennis, Dorothy. ¿Pueden ver esto?

No sabía exactamente a qué se refería con 'esto'. De repente, enfocar la vista en un solo punto le costaba mucho trabajo, pero quería advertir a las chicas para que estuvieran alertas. Cerró los ojos un par de segundos, para intentar centrarse, pero al abrirlos su visión no era más clara. Al final, decidió apoyarse en el muro más cercano.

Con su varita en la otra mano, avanzó un par de metros más, la distancia al final del pasillo parecía no cambiar. —Finite Incantatem— dijo en voz alta. Nada cambió. Lo que sea que estuviera afectándola no era un hechizo, algo que pudiera terminar con un movimiento de su varita.

Un par de pasos más y llegó a una de las ventanas que daban hacia la calle. Al mirar hacia el callejón se dio cuenta que afuera del museo todo parecía normal. No había proporciones extrañas, y lo más importante, podía ver con claridad un pequeño cúmulo de personas reunidas no muy lejos del local. A eso se debía estar refiriendo Dennis.

—Creo— gritó, porque aunque sólo había recorrido un par de metros, al mirar hacia la oficina de nuevo, parecía que tanto Denis como Dorothy se encontraban muy muy lejos de ella. —Creo que algo o alguien no nos quiere mantener aquí adentro. No creo que nuestras varitas nos vayan a servir de mucho.

Podía intentar aparecerse fuera del museo y listo, pero no quería dejar el lugar sin antes estar segura que de lo que estaba pasando, y de que no le pasaría a más personas. Tampoco quería intentar nada sin antes estar reunida con las jóvenes, que aún seguían en la oficina. No tenía idea de qué estaba pasando, pero se le ocurría que entre las tres podrían resolverlo.

 

@@Dennis Delacour @@Dorothy Anne

[Matthew Black Triviani]

Con los ojos entrecerrados, los pasos de Matthew resonaban en los pasillos del Museo. Habia invitado a un muchacho a dar un paseo por sus adentros y también sentía una afinidad con la causa de enseñarle algunas cosas antiguas y de gran valor histórico. ¿Las visitas solo eran nocturnas? Era algo que podía comprender y su anfitrión seguramente estaría muy conforme con la situación.

 

Mientras esperaba, Triviani fijo la vista en uno de los ventanales. No se veía claramente el exterior, la luz de la luna era lo único que iluminaba sus alrededores, acompañada de unas vagas nubes de color gris desentonando completamente del paisaje. Quizás las visitas eran nocturnas para evitar el daño a los objetos y pinturas que se encontraban allí dentro. Hacia mucho que no salia de su zona de confort, del Castillo.

 

Bajo la mirada e inclino su rostro un poco hacia la derecha, frunció el ceño y escucho unos pasos que se acercaban, giro sobre sus talones con suma delicadeza y cautela, levantando su jovial rostro para interceptar con la mirada a la figura que se asomaba por la oscuridad... Al fin, su compañero había llegado, el comienzo de una nueva travesía estaba por comenzar.

 

@taison_greyback

Editado 10 de Octubre del 2018 por Matthew B. Triviani

[taison logan greyback]

Caminaba un tanto rapido por aquelles calles casi vacias , ya que hacia relativamente poco que habia revisado su correspondencia en la cual se encontraba la invitacion de su amigo matt , mientras caminaba dando grandes zancadas el frio aire nocturno llenaba sus pulmones colmandolo de energias , por alguna razon el salir de noche a el lo reconfortaba demasiado .

 

al llegar al frente de aquel museo que seria el punto de encuentro , el lycan solo pudo admirar fascinado la fachada del edificio que se asemejaba a alguna de las grandes catedrales de estilo gotico de las que tanto presumian los muggles . una vez traspuso la puerta de entrada pudo sentir bajo sus pies , la gelida bienvenida del piso marmolado que se extendia por los largos y majestuosos pasillos del museo , que cobraba mas calidez para su gusto con la tenue pero firme luminaria lunar , que se colaba por aquellos ventanales .

 

busco a su amigo durante varios minutos en la primera planta observando curioso las exhibiciones , hasta que subio al segundo piso donde distinguio al triviani que lo miraba con jovialidad -perdon por el retraso -musito-hace mucho que me estabas esperando?- termino mientras depositaba su mano en el hombro de su interlocutor amistosamente.

 

 

@@Matthew B. Triviani

[Matthew Black Triviani]

Era raro ver sonreír al mago, pero mas extraño seria escucharlo reír como lo acababa de hacer. A pesar de su carácter chocante y altanero Triviani podía ser mas amigable de lo que demostraba, sabia que decir para hacer reír a sus amigos, pocos conocían verdaderamente y los mismos podían asegurar que era una persona completamente distinta.

No me gustan los contratiempos, Greyback. volvió sus manos a la parte posterior de su cintura y levanto la mirada.

Sonrió de lado mientras movió su varita, inmediatamente la decoración comenzaba a deteriorarse. La sonrisa de Triviani se había ensanchado, su mirada vagaba por las pinturas del museo, el cual había adaptado un aspecto a decadencia y abandono bastante notorio. Los insectos trepaban por las carísimas y las figuras móviles de las mismas comenzaron a gritar horrorizadas.

El gitano había adoptado una expresión angelical en su rostro, cualquiera que no lo haya visto juraría que el culpable de dejar todo el lugar hecho un desastre era su acompañante. Sonrió al ver que Greyback quedo anonadado por lo sucedido; sabia que nadie que lo conociera entraría por las puertas del Museo y complicaría su intensiones de divertirse con el muchacho.

Observa, él es Barnabás el Chiflado... Soltó señalando con su varita en mano el tapiz. Fue un hombre que intento enseñarle Ballet a unos Trolls, ¿te imaginas? Libero un pequeño resoplido en modo de sorpresa. Yo los hubiera utilizado para destrozar alguna clase... ¿Tu? Devolvió su mirada a su acompañante. Sigamos.

Se movía con gran destreza en dirección al retrato de Ariana Dumbledore, esperaba que el mago supiera un poco de la Historia Mágica.

 

@taison_greyback

[Dennis Delacour]

Con @@Scavenger Weatherwax y @@Dorothy Anne

 

La ojiazul le había explicado a sus compañeras el porque de sus prisas ese día y la causa de su preocupación, pudo ver como como la mirada color café de Scav se tornaba un poco más seria y suspicaz, lo que le indicaba que la bruja estaba analizando cada una de las palabras dichas hace unos instantes. No pudo evitar sonreír ante el comentario de la castaña con respecto a lo sucedido. — Una vez auror, siempre auror — le dijo con una sonrisa ya que era verdad, el instinto investigativo se mantenía con el tiempo aun cuando ya no se formará parte de las filas del cuartel, ya lo había comprobado con Bel en una ocasión y ahora el turno era con su ex compañera. — Sera genial tener apoyo — dijo sonriendo a ambas brujas, aun cuando Dorothy no había dicho si iria.

 

Mientras escuchaba las palabras de su compañera de que podría preguntarle a alguien la rubia se acercó al escritorio para tomar algunos pergaminos que pudieran ser de ayuda si tenía que interrogar a algunas personas, tomó un par de plumas que guardó en el bolsillo de su túnica preparándose para salir cuando algo en el tono de voz de Scav que ya había salido de la oficina hizo que se pusiera en alerta.

 

Cuando se asomo al exterior de la oficina le pareció ver frente a ella un desnivel lo que hizo que trastabillara y cayera de rodillas, la imagen del lugar le estaba provocando que su cabeza diera vueltas y no entendía el porque, se sostuvo de la pared para darse apoyo, sería mejor regresar a la oficina que estaba normal, pero cuando miro a su lado que era donde se suponia debia estar la puerta ya que la acababa de cruzar se encontró con que estaba a varios metros, — Que rayos — dijo un tanto ofuscada mientras observaba alrededor, pero la sensación de marearse le hizo cerrar los ojos por un momento.

 

Respiro profundo y los abrió de nuevo, tomó su varita y apuntando al pasillo dijo — Revelio — por un instante pareció que el lugar tomaba de nuevo su forma pero en par de segundos retomo esa imagen de paredes retorcidas que le daban la impresión de girar. Volvió a cerrar los ojos para componerse un poco — Pues debe haber una manera de salir de aquí — dijo en voz alta porque con los ojos cerrados no sabía donde ubicar a las demás. Intento usar la aparición pero el hecho de que su mente estuviera tan confundida no le permitió concentrarse y solo logró darse contra el piso. Tenían que hallar una manera de salir de eso y pronto, porque algo dentro de sí le decía que este escenario tenía que ver con lo que había sucedido afuera, y al parecer a alguien le convenía tenerlas alejadas de la verdad.

[taison logan greyback]

Caminaba tranquilo junto al triviani observando al triviani observando las obras , pero fijandose mas detenidamente en las pinturas que parecian ser de gente siendo torturada , en eso su amigo le señalo la pintura de barnabas comentando que habia intentado enseñarles ballet a los trolls , una pequeña carcajada se filtro precoz de sus labios , tan solo plantearse esa ridicula idea lo hacia reir.

 

-¿Yo? yo los habria matado en batalla justo como a mi me gusta ... una buena pelea- solto naturalmente depositando su mirada en una escultura un tanto llamativa -ya que seras mi guia en este museo ¿que me dices de esta estatua?¿cual es su historia ?- comento al lycan bromeando amistosamente.

 

Aquel lugar tenia una enegia y aura que al rubio le resultaba fascinante , lo que a otros les resultaria tenebroso al le resultaba totalmente hermoso y natural ,y ese museo de lugubre luminaria con pilares de lo que parecia ser obsidiana negra creaban una atmosfera siniestra que no le pasaba desapercibida , creando en el una extraña sensacion de emocion .

 

-es facil de entender eso de que no te gusten los contratiempos , a mi me sucede algo similar con respecto a que no me agrada perder el tiempo - mirando a su amigo con aire un tanto jovial por el estimulo que provocaba en e'l el entorno -soy yo o aqui hay obras hechas por demonios y vampiros?-dijo con tono intrigado.

 

@@Matthew B. Triviani