Metamorfomagia

[Hayame Snape Potter Black]

Frente al Espejo

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

La bruja continuaba gruñendo ante la forma de su nariz, en verdad que no había esperado que le creciera de esa manera tan curiosa... y vaya que finalmente había estado a punto de reirse; al menos hasta que una persona les llegó por la espalda, con lo que al parecer la joven Xell tenía razón puesto que la nariz tal cuál haciendo lo que le daba la gana, volvía a su sitio, casi como si se hubiera sentido orgullosa de haberle metido un buen susto a la vampiro

Volvió a toquetearse la punta para después, ver con un gesto casi neutro a quien se les había acercado por detrás

-Usted no es la arcana, es otro metamorfomago, cierto?

Inquirió bajando los párpados hasta volverlos un par de medias lunas

-Al menos... los Arcanos que he visto antes, incluso con alumnos lentos suelen ser pacientes, les explican qué tienes que ver, sentir o buscar... incluso con los más belicosos, intentan inspirarlos a buscar su núcleo. Uno que quiera correr a los alumnos porque esperaba que fueran expertos al primer intento?... ni hablar, estoy segura de que debe de tratarse quizá de una prueba o algo así...

Dijo entornando los pequeños ojillos con verdaderas sospechas

Porque si en verdad era la Arcana... entonces no tenía sentido, a menos que fuera alguien suplantando a la anterior y esas fueran sus primeras veces enseñando a los demás; le dirigió una mirada y un gesto entretenido a su sobrina, alzando la ceja como preguntándole si ella confiaba en que no estaban siendo engañadas o algo parecido pero finalmente, volvió a ponerle atención al espejo

Y vaya que eso le había hecho fruncir suavemente el gesto, como si algo no le gustase

-Vamos... también aquí esto va a afectar en las clases?

Gruñó de mala manera

Justo lo que necesitaban, que no solamente las crisis en el mundo muggle estuvieran haciendo estragos en la gente no mágica, ahora realmente el ministro se estaba emocionando con voltear de cabeza todo lo que conocían; hurra por ello, significaba que nuevamente iban a tener un atraso bastante gordo en las papeletas. Todavía recordaba como se la habían entretenido de lo lindo con las actualizaciones de su pasaporte por tener doble nacionalidad, teniendo que estar rotando entre una y otra.

-Oiga, ya en verdad... sería tan amable de traer a la verdadera Arcana?... si es una prueba, me gustaría saber como se detecta a un metamorfomago de uno normal... porque si me voy a lo que dice la literatura, hay que meterles una maldición o algo que les duela para que vuelvan a la forma de nacimiento...

Dijo alzando levemente una ceja

-Además... se supone que los maestros existen para ayudar a los alumnos a encontrar su camino, para guiarles, para ayudarles a entender. Incluso con las habilidades adquiridas de nacimiento, hay quienes son capaces de manipularlas de forma nativa pero otros que necesitan guia... es como cuando alguien hace música, incluso quienes tienen un talento natural necesitan que alguien les guie para aprender a leer las partituras del instrumento que pasará entre sus dedos. No se les da un libro con las blancas, las negras y los soles esperando que adivinen qué significa. Por eso mismo, pienso que esto es una prueba.

Un nuevo mensaje había aparecido en el pequeño pergamino y entornó suavemente los ojos. Bueno, el pergamino quizá era de la verdadera Arcana, quizá esa mujer estaba a distancia, observando sus reacciones; volvió a darle una leve mirada a su sobrina y asintió muy despacio con la cabeza, iba a ignorar a la persona que seguramente estaba ahí para... sabría Voldemort, quizá para desalentarlas?...

Bueno, pues desalentarla no lo conseguía, si acaso hacerla suspirar un poco con paciencia

-Imitar a esta persona, uh? -dijo mirando con gesto nuevamente de parpados a la mitad de los ojos a quien estaba delante de su espejo; so, tenía que cambiarse incluso para parecer un hombre al parecer?... no pensaba volver a tomar aquella forma en toda su vida, solamente le faltaba que alguien en verdad les confundiese y le pegasen un avadazo en reprimenda a sus últimas decisiones

Bien pues

-A ver... -dijo levemente

Le quedaban diez segundos según por lo que notaba así que lejos de controlarlo ella misma, dejó que su cuerpo hiciera lo que le daba la gana, tal cuál le había dicho su sobrina; quizá ese era el mejor método, que su magia lejos de alejarse de su cuerpo se concentrase en su interior para protegerse sin tener que dividirse. Xelli dijo que no era dolor lo que tenía que sentir... el cuerpo hacía lo que necesitaba...

5 segundos

Ladeó la cabeza conforme el cabello se retraia y cambiaba de color, así como sus ojos y cambiaba su textura de piel así como ciertos colores. Su cuerpo se había estirado un poco, ahora comenzaba a creer que las pociones multijugos estaban basadas justamente en un intento de metamorfomagia... quizá no se daba cuenta y en las pociones sin querer usaban polvo de metamorfomagos?

Aaron le devolvía la mirada en el espejo solo que era ella misma. Comenzó a reír entre dientes y luego de forma juguetona, abrazo la cintura de su sobrina y movió las cejas

-Podría invitarla a cenar, señorita?... me parece de lo más bella e inteligente, me encantaría llevarla una noche de estas a disfrutar de la naturaleza de la brisa nocturna...

[Xell Vladimir Potter Black]

Me sentía tan frustrada que estaba a punto de llorar. ¿De qué me servía venir a clases si la Arcana no estaba a nuestro lado, ayudándonos? ¿Por qué me concentraba en el pelo y me crecía la nariz? ¿En qué fallaba? Toqué aquella masa amorfa y las ganas de llorar crecieron. Menos mal que tenía el apoyo de la tía Hayame que me consolaba con sus palabras.

 

- ¿Tú crees, tiita? Tus uñas son preciosas. Si a mí me saliera, me ahorraría muchos frasquitos de esmalte, que están carísimos.

 

Me hizo sentir mejor. Era cierto, en la clase de Runas tuvimos que aprender solitas y al final no nos salió tan mal, aunque yo era más tradicionalista con la función de los enseñantes.

 

- Es decir, prueba y prueba y prueba hasta que salga... ¿No sería más fácil que nos dijeran cómo se hace y que practicáramos con un cierto margen de error que no estuviera abocado al fracaso?

 

¡Lo mala que me había puesto el no haber conseguido un pelo verde! Que la tía me tomara de ejemplo para conseguir cambiar sus narices me hizo mucha gracia. Cuando lo sonrió gritó de sorpresa y estallé en carcajadas. ¡No le paraba de crecer!

 

- ¡Parece un botín del siglo pasado! ¡Lo siento, reírse de las desgracias ajenas no está bien, tiita! - disculpa poco creíble pues no paraba de reírme.

 

Aunque se cortó de golpe cuando la Arcana nos recordó que estaba cerca. Mi expresión varió tan radicalmente que me dolieron las mejillas al pasar de la risa a la estupefacción. Permanecí callada mientras analizaba su pregunta. ¿En serio...? ¿Pero en serio de verdad sugería que nos fuéramos a casa? Hayame habló mientras yo rumiaba una respuesta que no sonara bien fea en mis labios. Como había pensado antes, tenía una figura tal vez muy infantil pero para nada lo era; ¡sabía insultar cuando me enfadaba!

 

- ¡So... FEA! ¿Su forma de ayudar es traumatizar al alumno? Tal vez con otros le funcione pero no. No sé si soy metamorfomaga. No prefiero irme a mi casa, prefiero importurnarla a usted hasta que me enseñe a canalizar mis lo-que-sea y conseguirlo. Así tenga que perseguirla con nariz de cerdito por todos los rincones de su casa. ¡O un pico de Agapurni". Le cotorrearé en el oído hasta que me salga cambiarme el pelo y lo que sea. Si quiere guerra...

 

Mientras demostraba mi enfado, la nariz cambió a una dulce caricatura de nariz rosada de cerdo y la boca se tranformó en un pico pequeñito y afilado en un tono amarillento. Cuando me vi, de reojo, en el espejo, volví a estallar en risas. Tal vez algo infantil sí que era... Se me pasó el enojo y moví los brazos como si fuera un pajarito para que la tía Hayame se riera conmigo.

 

Pero la tía miraba su pergamino, en el cual habían aparecido letras nuevas. Miré el mío y no había nada diferente. Arrugué el ceño. ¿Por qué la tía sí tenía nuevas instrucciones y yo no? Me puse de puntillas y apoyé el pico en el hombro de la tía para poder leer por encima de él.

 

- ¡Siempre con prisas, siempre con prisas! - la voz salió del pico y sonó algo aguda. - ¿Por qué siempre se han de hacer todo con tantas prisas? ¿A quién tienes que imitar?

 

En esa misma posición, observé a un hombre mirándonos. No le reconocí aunque tenía algo familiar... Como mi vida era de Sacerdotisa, dedicada a las ceremonias espirituales, no solía salir mucho y, tal vez por ello, no sabía que aquel era el primer ministro de Londres (@). Tampoco busqué su nombre pues observaba a mi tía transformándose en él de tan manera que aún le sobró tiempo de los segundos dictaminados por la Arcano.

 

Abrí los ojos, muy sorprendida. Cuando él me abrazó por la cintura y me pidió salir, cerré los ojos, estremecida, resiguiendo en mi mente los rasgos de aquel hombre. Y cuando me pidió una cita...

 

Alto, esbelto y de cuerpo tonificado por el afán al deporte. 1.80 mts. para ser más exacto; tez clara, ojos plomizos como la luna nueva de cada mes, plateada por el profundo del color y penetrante por tal aspecto; Cabello castaño oscuro que se forma, a veces, en rebeldía por el corte entresacado, pero la mayor parte del tiempo consta en andar peinado y presentable. Rasgos varoniles, marcados y elegantes, denotando seriedad en la mirada, cejas medianamente pobladas, y labios conformes a todo lo anterior de aspecto y color normal. Sonrisa fina, gélida y llamativa por el blanquecino de la dentadura y la picardía de sus facciones

 

 

- ¡Sí, sí, sí! ¡Claro que quiero disfrutar de una brisa nocturna con usted! ¡Sólo dígame cuándo...! ¡Esta misma noche...!

 

La imagen del espejo me sorprendió muchísimo. En él, una mujer con mis ojos azules brillantes pero de pelo rojizo como el fuego, con las mejillas sonrojadas y con mis labios y nariz propios, se deshacía en babas con la imagen de aquel Dios hecho Hombre.

 

- ¡Ay, tía! - me separé un poco de la tíita Hayame para recordarme que era ella, que no era él. - Creo que me he enamorado. Siempre he defendido que es mejor hacer el Amor, no la Guerra.

 

No dije nada sobre aquel pelo rojo tan intenso que había conseguido sin darme cuenta. Sólo deseaba saber si ese hombre existía porque... porque... Mejor no lo pensaba, mejor seguía admirándolo en el espejo...

 

 

 

 

Jajajajjaja!!

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja que en aquellos momentos tenía aspecto de varón pareció parpadear por las reacciones de la sacerdotisa rubia, que en esos momentos se ruborizaba completamente enamorada al tiempo que le cambiaba el color de cabello; por unos segundos no estaba muy segura de cómo reaccionar ya que no se esperaba que la niña estuviese enamorada justamente del primer Ministro de Magia y que se le hubiera salido en aquellos momentos

Por un instante, no supo si iba a sonrojarse fuertemente por lo que decía su sobrina... o si comenzaba a sentirse enormemente celosa

Y sin embargo, una imagen le vino a la cabeza y tal como su preciosa sobrina le había dicho, el cuerpo sabe lo que quiere y manda y hace su soberana voluntad, por lo que antes de darse cuenta en lugar de un aparentemente guapo mago que gobernaba aquel sitio, se había convertido en un hombre negro y calvo, que miraba con desconcierto a la Vladimir



Ni siquiera lo había meditado

Pero la cara de la sacerdotisa delante suyo le había despertado en su reacción y en el cambio, terminando por observarse y darse cuenta de que aunque parecía estar de traje... bueno, seguía siendo un hombre calvo :v...; por lo tanto volvió a concentrarse, tenía que ser Aaron, si, tenía que convertirse en esa persona para que su sobrina pasara de la cara de pánico al estilo "este me quiere asaltar o hacerme sostener su caniche!" a la expresión bonita y enamorada de antes

Una vez que estuvo segura de que tenía la misma forma masculina del otro mago (habiéndose visto en el espejo para despues, tallarse un colmillo con la lengua al más puro estilo de Gastón), volvió a recargarse de lado cerca de la bruja para que quedaran cerca sus rostros

-Entonces, decía... que quería hacer ciertas cosas bajo la luz de la luna?... por mi, encantado, prometo ser todo un caballero...... si usted desea eso... -movió un par de veces las cejas, de forma invitadora

[Xell Vladimir Potter Black]

No podía quitármelo de la cabeza, aquel abrazo en mi cintura y aquella insinuante cita... ¿Cómo era posible que la tía Hayame hubiera conseguido arrancar aquella reacción de mi cuerpo?

 

- Necesito un novio - pensé, espero que no lo dijera en voz alta.

 

No podía negarlo, hacíamos buena pareja, Cuando todo aquello acabara seguro que le buscaría, sólo para saber si la tía Hayame era tan buena o si había exagerado con sus proporciones. ¡Un hombre tan alto como yo! Seguro que estaba casado y con hijos. Lancé un suspirito de pesar, cuando me di cuenta que un señor calvo, de piel oscura, me miraba ocn los ojos muy abiertos. El contacto ya no era el mismo. Aquel señor no era mis ojos-de-plata que me habían enamorado.

 

La tía era sabía y cambió de aspecto de forma tan rápida que me puse a reír.

 

- No eres mi tipo, tía, con este pelo rojizo no me pegas. Tal vez si lo tuviera más oscuro...

 

Esta vez lo noté. Mi mente había "visto" la imagen que pegaría al instante con semejante novio. El hombre tenía su atractivo. Así, mi pelo se movió a mi voluntad y vi como se encrespaba mientras se convertía en una variante afro. Pero no sólo eso, mi piel se oscureció y mis ojos se volvieron marrones, mientras los labios engrosaban.

 

- ¡Ooooh, qué guapa estoy, tía!, digo Señor Guapo, jajajajaja...

 

¡Vaya, qué divertido era cambiarse de forma!

 

- Oye, tía, ¿sabes si ésto tiene efectos secundarios? No puede ser tan fácil cambiar de cuerpo y que sea gratis.

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja abrió mucho los ojos, ya que aunque la vampiro había adquirido la figura del primer Ministro de nueva cuenta, quien tenía delante ahora se transfiguraba en una hermosa muchachita de color; grandes y preciosos ojos oscuros y el cabello chino y bien acomodado, incluso con aquella transformación que la hacía tan diferente Xell Vladimir seguía siendo preciosa con el aura que expulsaba en todas direcciones

Se rascó la frente por unos momentos para luego, voltear sobre el hombro donde la anciana que fingía ser la arcana seguia de pie, ida

-Creo que se volvió a quedar dormida...

Murmuró la bruja para luego, encogerse de hombros

-Va... a ver... no creo que los metamorfomagos puedan transformarse en criatuas mágicas... cierto?

Repentinamente se vió con un gesto curioso mientras que volvía a su forma original y veía a su sobrina aunque se estaba poniendo pensativa más bien; no había pensado en las posibilidades porque nunca le había preguntado a otro metamorfomago si eso era posible. Ella se clonaba y hubiera querido saber más sobre eso pero la persona parada y dormida ignoraba cómo tratar su situación por lo que tendría que buscar en personas entendidas al respecto del tema.

 

-Pero tampoco es como que lo hayamos intentado... a ver...

Cerró los ojos

Quería recordar una criatura mágica, quizá una de las sirenas en el lago oscuro... pero también, comenzaba a pensar en las criaturas mágicas de las películas muggles y para las cuáles, las personas no mágicas tenían que pintarse para cambiar; unos momentos después, un joven varon bastante alto, de largo cabello platino y orejas puntiagudas le devolvía la mirada delante del espejo y se inclinó para observarse unos ojos increíblemente celestes

Un elfo

Obviamente no tenia ni de chiste magia de elfo pero al menos su cuerpo se había estirado y podía sentir la magia cansada que despedía de tanto transformarse una y otra vez

-Ahora que lo pienso, porqué el metamorfomago no puede transformarse... en comida o algo así?... sería bueno al menos poder convertir tu brazo en un caramelo y quitarte los antojos aunque este muchachito tampoco está tan mal -dijo retirándose la túnica para pasarse las manos por el torso -ohhhh, musculos de verdaaaaaaad... mira, toca estos pectorales!!! son como panes!!

[Emily Karkarov]

El incesante sonido de la lluvia golpeando contra el suelo la habían acompañado durante gran parte del viaje. Emily disfrutaba de los viajes largos, apreciar los paisajes y conocer un poco más de la cultura de cada lugar al que iba. No siempre tenía la oportunidad, claro. Muchas veces solía aparecer y desaparecer sin percatarse realmente de sus alrededores, yendo de un lugar a otro casi de forma automática, enfocada en lo que iba a hacer. Esta vez, sin embargo, quería estar completamente concentrada en su objetivo: dominar la metamorfomagia.

 

Pronto se encontró buscando el aula donde encontraría a la Arcana. Emily se acomodó la capa de viaje a la vez que se aseguraba de tener entre sus bolsillos su monedero de piel de moke, donde acostumbraba a guardar todo lo que pudiera considerar importante para cuando hace una misión y para momentos como ese, que va a adentrarse a una clase cuya metodología desconoce. No era la primera vez que Emily estaría ante la presencia de un arcano, no obstante, su nerviosismo mezclado con entusiasmo le impiden bajar el ritmo de sus pasos.

 

Desde siempre, Karkarov busca aprovechar cada momento que pueda tener al lado de magos o brujas más experimentados que ella, con el objetivo de absorber la mayor cantidad de conocimiento posible y utilizar lo que aprenda cuando fuera necesario. Esa ocasión no sería diferente. Y aunque normalmente iría acompañada de algún conocido como una especie de apoyo moral, ese tipo de aventuras prefería vivirlas sola.

 

Estar ante Amara Majilis no solo le traería conocimiento, sino mayor control sobre sí misma. Para Emily cada tipo de magia tenía su peculiaridad y nivel de dificultad, pero la metamorfomagia le daba cierto temor. Cuando aprendió legilimancia, se recuerda, lo más importante era tener un control de emociones, despejar la mente y adentrase en los pensamientos de otros. Y no es que sea algo muy fácil de dominar, pero sabe que esta vez no solo tendrá que controlar su mente sino también cada parte de su cuerpo al mismo tiempo.

 

Se detuvo pensando que se había perdido en su camino, pero el olor a té recién hecho le llamó la atención pues alguien le había dicho que la arcana solía dar la bienvenida de esa forma a sus pupilos. En ese instante se enfrentó al mismo dilema que, probablemente, todos tenía al llegar: interrumpir o no interrumpir, esperar o no esperar. Escuchó movimiento en el patio, por lo que supuso que la arcana no estaba sola y eso la puso más nerviosa y más indecisa.

 

«Cálmate» se dijo a sí misma, mientras tocaba con los nudillos, esperando una señal.

[Hayame Snape Potter Black]

Frente a los Espejos

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

En aquellos momentos, ya descansaba un rato apra recuperar su poder mágico que parecía latir de forma dolorosa

Había hecho tantos cambios para esos momentos, incluídos los que aparecían en el pergamino que sentía casi como si hubiera estado haciendo un ejercicio muy pesado y que los músculos se quejasen; suponía que era algo similar, su magia estaba ejercitándose en una rama que generalmente no utilizaba y enviaba aparte formando un clon y aunque era cansado, mucho de lo que sucedía con los cambios en el otro personaje le eran ajenos

 

Conectados a su magia pero sin cansarla de forma directa

 

Sin embargo en aquellos momentos no estaba separando la magia de su cuerpo, la estaba moldeando directamente en su interior así que literalmente, estaba comenzando a correr cuando toda su vida, había estado caminando

 

-Cómo vas tú?

Le preguntó a Xell respirando profundo para luego, ver como otra persona se dirigía a la casa de la Arcana y parecía entrar o por lo menos, asomarse al interior

 

-Parece que tenemos una nueva compañera... veamos cómo le va con los espejos, que comienza a dolerme un poco la cabeza cuando veo que la imagen cambia... solo falta que el espejo sea un boggart -dijo dejando caer los párpados a la mitad

[Amara Majlis]

Para Majlis no era una sorpresa la forma de reaccionar de la bruja de cabellos rojizos, a decir verdad, era una de esas que no sabía distinguir de una cosa a otra. Lo bueno era que Amara si lo sabía, ya que la mayoría de los magos y brujas londinenses que iban a buscarla, actuaban de esa manera, altanera, cuestionando si de verdad ella era la Arcana de metamorfomagia y no alguien haciéndose pasar por ella. Pero si no era ella, ¿Quién lo era? Por un instante le pareció divertido hacer que descubrieran si ella era la verdadera Arcana y no una persona tratando de confundirlas, pero ahí no estaban para jugar con ellas, aun cuando había pasado una temporada muy aburrida.

—Si no fuera yo la persona a la que has venido a buscar, este anillo —le mostró el anillo que tenía en su mano derecha el cual la vinculaba con cada uno de los magos que se habían certificado con ella —no sería como el que están viendo.

Parecía que no tenía que hacer mucho más para animarlas a cambiar sus aspectos, ya que sin que el espejo se lo pidiera, la joven rubia había cambiado su aspecto, al parecer la magia de la habilidad que tenían un poco dormida comenzaba a fluir sin ser limitada. ¿Estarían listas para enfrentarse a la prueba del portal? Estaba por hacerles la pregunta, cuando una mujer apareció en los límites del colegio Mahoutokoro, dejaría que ella siguiera su camino hasta llegar a el aula donde empezaría a demostrar que era una metamorfomaga.

Por lo que, en lo que aquella mujer llegaba hasta su puerta, ella abrió dos portales para las mujeres que estaban frente a los espejos. Cualquiera que fuera su respuesta a la pregunta que les iba a hacer, las enviaría hasta las calles de Londres, lugar donde bien podían llegar a su casa o bien era aquel lugar que había decidido que ellas comenzarían su prueba de vinculación.

—He visto su avance. Percibo que están listas para hacer la prueba y vincularse con un anillo muy similar al que yo tengo. Hayame y Xell, ¿Quieren hacer la prueba de vinculación con la habilidad de metamorfomagia? —espero unos segundos la respuesta de sus alumnas, pero la silueta de alguien aproximándose llamó su atención, así que, se alejó de sus dos alumnas presentes para encontrarse con la nueva fémina que acababa de llegar hasta la puerta del aula donde iba a impartir la habilidad.

—Hola, te estaba esperando desde hace varios días. —le confesó a la mujer de cabellos castaños. Aunque la verdad era que Amara no esperaba a aquella bruja, sino a otra por la que había sido notificada que llegaría por esa temporalidad.

—Quieres contarme, ¿cómo se hizo presente la metamorfomagia en ti? —le hizo una seña de que la siguiera para seguir con la conversación, pero también necesitaba escuchar las respuestas de las chicas que habían llegado antes que ella.

Estaba a la expectativa de Xell y Hayame, a su forma de ver ellas comenzaban a controlar la habilidad, la única forma de controlarla al cien era poniéndose retos aún más complicados y con la crisis mundial tras las declaraciones de Black, el lugar que había elegido para hacerles la prueba de vinculación era a su forma de ver el más óptimo.

 

 

@@Hayame Snape Potter Black

@@Xell Vladimir Potter Black

@@Emily Karkarov

[Hayame Snape Potter Black]

Frente a los Espejos

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

La bruja pelirroja le dió un vistazo a aquella persona, aún dudando de que fuera la arcana de Metamorfomagia por cómo se habían llevado a cabo las lecciones; no le convencía el anillo, a los que pasaban las pruebas en general se les vinculaba a un anillo por lo que a su mente le parecía más probable que se tratase de una persona que estaba intentando suplantar a la arcana, quizás esta se había ido a comprar un poco más de té para las reservas que tenia en casa

 

En fin...

 

Le dió una breve mirada a su sobrina que estaba cerca y con la que se había divertido cambiando de formas hasta que le pareció que más o menos le había pillado el truco.

 

Realmente le había resultado muy divertido el haber comenzado a probar con personajes masculinos y la parte del elfo al menos a ella le había hecho reír bastante; su sobrina siempre parecía saber la manera de hacerla divertirse incluso cuando de repente sentía una pequeña irritación, era una lástima que no pudiese llevársela a todas las clases con ella. Se daba cuenta de que aprendía muchísimo más cuando la tenía justamente a un lado.

 

Le guiñó un ojo a su sobrina y asintió con suavidad para luego, cruzar los dedos por detrás de la espalda.

 

-Yo ya estoy lista

Dijo con tranquilidad y una pizca de curiosidad por lo que podría ser aquella prueba y miró los portales, esperando a que su sobrina respondiese para que ambas ingresasen en estos al mismo tiempo; no sabía si harían la prueba juntas como siempre pero comenzaba a hacérsele de alguna forma mucho más emocionante cuando hacían ese ritual de pasar de un lado a otro al mismo tiempo.

Le volvió a sonreír a Xell guiñándole un ojo

Ya verían cómo sería aquella prueba... y qué retos les esperarían del otro lado de esos portales

[Xell Vladimir Potter Black]

Cuando entré en aquella casita en busca de ayuda de la Arcana no supuse que, por un lado, no recibiría ninguna ayuda de la misma para acceder a la información de la habilidad de metamorfomagia y, por otro lado, que me lo iba a pasar tan bien con la Autoayuda y el autoaprendizaje. Creo que, como en otras ocasiones, la tía Hayame y yo teníamos la suerte de desarrollar nuestras habilidades y conocimientos con una voluntad de hierro que nos permitía avanzar sin darnos cuenta.

 

Fue así como acabé divirtiéndome con las posibilidades que generaba tener la Metamorfomagia, algo que hasta aquel momento me había pasado desapercibido. Aún así, echaba de menos toda una serie de explicaciones teóricas sobre aquella habilidad, como la pregunta que formulaba la tía Haya.

 

- No, no creo que se puedan transformar en criaturas mágicas. Al menos, yo creo que sólo lo he visto en mi mami. Reena puede, en momentos de tensión, transformarse en dragón, aunque está vinculado a una maldición, no a esta habilidad. Nunca quiere hablar del tema.

 

Suspiré, algo pesarosa, aunque enseguida me puse a reír.

 

- ¡En comida! ¿Serás boba, tiita? Si te convirtieras en un bollo de pan... ¡Te comería! Jajajaja... - Hice ademán, de lamer su brazo, como si realmente hubiera transformado su brazo en caramelo. - ¿No recuerdas las clases de Transformaciones del primo Matt? Es el profesor de esa asignatura, recuerdo que en su clase dijo algo de la Ley de Gamp que va de eso, de que la comida no se puede transformar. Supongo que el mismo principio rige para la Habilidad.

 

Contemplé como ella iba cambiando de forma cada parte de su cuerpo y yo lo intenté a su lado. No, no lo intenté; lo conseguí. Alcé la vista cuando ella informó que llegaba una nueva compañera.

 

- Espero que tenga más suerte ella que nosotras. Tal vez la Arcana le enseñe más teoría sobre Metamorfomagia.

 

Miré por encima del hombro. La Arcana había aparecido a nuestro lado. ¿O estaba todo el rato allá en silencio y no nos había dicho nada de nada, dejándonos hacer a nuestras anchas? Arrugué la nariz en un mohín disgustado.

 

- Pues no. No quiero. Creo que usted aún tiene mucho que enseñarnos pero como parece que no quiere, que prefiere vernos sólo practicar, sin darnos más enseñanzas, cambio mi respuesta. Sí, Quiero hacer la prueba de vinculación de Metamorfomagia. La teoría que no sé la supliré con la fuerza de voluntad que pongo en todas las cosas. Tal vez el Portal vea mi interés y mi esfuerzo. Y ya que dice que usted percibe que estamos listas... Sí, quiero hacer la prueba de Vinculación con la habilidad - repetí por si no había quedado clara mi exposición.

 

La tía Hayame también dijo que sí. A ninguna de las dos nos daban miedo los retos, siempre acabábamos sufriendo historias muy raras.

 

En cuanto contestamos, unos portales que no había visto antes parecieron succionarnos y nos llevaron lejos. ¡Ay, me había dejado la chaqueta en la casa de la Arcana! Tendría que volver en algún momento a buscarla.

 

- ¿Cómo es que estamos en Londres, tíita? - pregunté a la tía Hayame.