Metamorfomagia

[Amara Majlis]

~ Con @ Ludwig Malfoy

 

La sensación térmica invadió el cuerpo de Amara toda vez que se materializaron en el lugar seleccionado por su estudiante. Años de enseñanza habían sido bilaterales, por lo que ella también aprendía de cada uno de sus aprendices; su túnica, de hecho, estaba encantada con un encantamiento que aprendió décadas atrás, y que la mantenía fresca o cálida según se requiriera. Prestó oídos a la fauna que los rodeaba, sin duda era un lugar pacífico, e ideal para que cumplieran con sus propósitos. 

Apoyó la Vara de Cristal sobre una porción de tierra húmeda, mientras Yuriko se despojaba de su ropaje y procedía a mostrar su habilidad; que recordara, era la primera que lo hacía de esa forma, y agradecía la confianza depositada en Amara para tal demostración. 

Se aproximó a observar su proceso de transformación, mientras su tono de piel iba fundiéndose con el del tronco del árbol, como si se tratase de un árbol más joven, casi desprovisto de los surcos más oscuros que usualmente denotaban longevidad. La oriental parecía tener cierta dificultad en adoptar los colores, aún con el contacto físico entre ella y el objeto. 

⎯⎯Es difícil, más no imposible ⎯ respondió la Arcana de Metamorfomagia, que en su posición alcanzaba a verla de perfil para notar la diferencia con su entorno ⎯⎯. Adoptar un sinfín de tonos, como ciertos reptiles o arácnidos, puede ser complicado, porque tristemente somos una especie cuya adaptación para la supervivencia tuvo su auge hace miles de años, y actualmente nos escudamos en otras cosas para garantizar la integridad. No obstante...

Hizo una pausa mientras trazaba una floritura en el aire, convocando un espejo de cuerpo completo, rectangular y aparentemente normal, exceptuando el marco de madera cubierto de inscripciones rúnicas. El objeto avanzó hacia su estudiante, deteniéndose como a un metro, mientras Amara se adelantaba para situarse entre Yuriko y éste, que al tocarlo con la punta del índice izquierdo se plegó como las ondas que genera el agua al recibir el impacto de una roca.

⎯⎯Más allá de sentirse parte del árbol, de concentrarse en los colores o formas, es vital el visualizarse con estos elementos. Algo similar a lo que harías, por ejemplo, para evitar que te lean la mente. Debes verte a ti misma con esos tonos, o incluso formas complejas como brazos más largos o cabezas menos abultadas. Ahí reside la mayor parte de nuestro poder. 

Invitó a que se mirara en el espejo, para poder analizar lo que compartió con ella, mientras Amara hacía lo propio para modificar su apariencia, acto que también se vería reflejado sobre la superficie vítrea. Del fino rostro que normalmente solía exhibir, comenzaron a aparecer una serie de arrugas propias de la edad que realmente tenía; se hinchó como si la hubieran picado unos fieros insectos, y su piel se coloreó de una transición amoratada, emulando el firmamento y las estrellas, simbolizadas con manchas de la edad. 

Se veía grotesca si se le miraba en el espejo, pero si Yuriko se giraba para observarla, vería a la enternecedora anciana con la apariencia de siempre, devolviéndole una sonrisa. 

⎯⎯Es un efecto óptico, lo podría decir. Como el espectro electromagnético visible del que tanto hablan los muggles modernos. Así funciona la metamorfomagia; otros verán un rostro diferente, una persona totalmente nueva, pero para nosotros, será como si no nos hubiéramos transformado, por lo que la aceptación de uno mismo también va de la mano con esto. 

Una bandada de pájaros y su insistente graznido sería lo único que, de a ratos, interrumpiría el silencio entre las explicaciones de la mujer. 

[Ludwig Malfoy]

Yuriko Oyama

La oriental no se sintió avergonzada en lo absoluto por mostrar su desnudez, pese a ser muy reservada también se encontraba libre. No tenía ataduras que la hicieran dudar sobre banalidades como la intimidad o el pudor. Sabía además que la arcana no juzgaría su cuerpo en lo más mínimo, al contrario se mostraría comprensiva y ni siquiera se inmutaría por aquel detalle. Sin embargo al momento en que la mujer se le acercó para inspeccionar con más detalle su transformación, se sintió un poco intimidada. No por el hecho de estar desnuda, si no por sentirse fuera de su zona de confort. Estaba siendo calificada y aunque sabía que su transformación distaba mucho de ser perfecta, deseaba en el fondo que no hubiera muchos detalles que reparar.

Finalmente esperó y comenzó a escuchar las observaciones que Amara tenía para darle y sintió como si una gran barrera se le quitara de encima, la mentora tenía razón en todos los aspectos. Era evidente que no solo era querer cambiar de color, debía sentirse parte de ese color. Entonces miró al espejo y la forma en la que se comenzó a transformar. Había elegido una forma bastante desagradable para mostrarse y por un momento no pudo más, volteó la mirada y ahí estaba, Amara Majlis, como si nada hubiera cambiado. Se volteó de nuevo a ver el espejo y la imagen repulsiva seguía ahí. Poco a poco iba encontrando sentido a las palabras que le había dicho previamente y estaba lista para volverlo a intentar.

-Muchas gracias sensei – dijo haciendo una reverencia y aún desnuda volvió a colocarse junto al árbol y en ésta ocasión no deseó imitar sus colores, deseó convertirse en ese mismo árbol. Respiraba lentamente el fresco aire del lugar y escuchaba las hojas del arbusto moverse con el viento. Con su mano tocaba las grietas de madera, poco a poco sintió como si su cuerpo se uniera con ese árbol, pero no se estaba uniendo, lo estaba imitando. Se estaba convirtiendo en el árbol y en ésta ocasión las tonalidades eran mucho más acertadas, no podía creerlo.

[Amara Majlis]

~ Con @ Ludwig Malfoy

 

El esfuerzo de Yuriko para centrar su mente en la transformación tuvo su fruto, mientras la pupila de Amara regresaba al árbol e intentaba de nueva cuenta camuflarse con la corteza del mismo. Una superficie plana, sin mucho detalle, no solía implicar retos para mimetizarse, pero otra con más elementos como marcas de edad y/o daño causado por la fauna, era complicado aún para los metamorfomagos más versados.

Le daba el crédito a la oriental: Había venido no sólo a probarse ante la Arcana, sino ante sí misma. 

⎯⎯Bien hecho, mi querida alumna ⎯ la venerable anciana aplaudió dos veces, a manera de conformidad con las acciones de su estudiante ⎯. No es tarea sencilla, incluso para quienes hemos estado conscientes de la habilidad toda una vida. Te felicito por tu tenacidad, y por tu capacidad de transformación, desde luego. 

Miró una vez más al espejo que le había traído para explicarle un poco del funcionamiento de la habilidad, en cuya superficie aún se apreciaba el grosteco ejemplo que le mostró para convencerla de que, por más que cambiara piel, ojos, cabello, y demás ante los otros, en esencia seguía siendo ella misma. Bastó que Amara sonriera de lado, para que su transformación se atenuara y volviera a ser el mismo fino rostro de la Arcana de Metamorfomagia. Yuriko había pasado la prueba de la piel, pero su viaje apenas comenzaba. 

⎯⎯Ahora bien, ¿qué me puedes comentar respecto a tu experiencia con el manejo de las voces, Yuriko san? 

Utilizando su Vara de Cristal, que clavó sobre el húmedo suelo bajo sus pies, creo una especie de cúpula de cristal que rodeó a ambas, como si se tratara de una pecera que separaba el mundo de aquel espacio estéril. Aún se escuchaba el sonido del exterior, pero se percibía como si las ondas atravesaran por distintas barreras, por lo que el oído percibiría que el ruido tendría un origen lejano. 

⎯⎯El cuerpo es una cosa, pero la voz... A diferencia de la poción multijugos, como metamorfomaga no necesitarás fingir la voz ⎯ comenzó a explicarle, con un tono que iba transformándose en el que tenía cuando era joven; menos rasposo, como el canturreo de un ave ⎯. Suele ser sencillo, pero hay ocasiones en las que al hablar solemos utilizar nuestra misma voz. Con el tiempo se vuelve algo natural, como respirar. 

Colocó sus dedos índice y medio de la diestra sobre la garganta, ahí donde ella creía que residía el poder de la voz, que en palabras de un sabio mago, confería cierto poder a las palabras para usarse en pos o contra de alguien o algo. 

⎯⎯Es sólo un músculo, tú lo controlas. 

Quedaba esperar si su alumna tendría problemas para hablarle con una voz distinta de la suya, aunque confiaba en que sabría transformar sus cuerdas vocales de forma excepcional, así como había hecho con su piel para confundirse con la flora local. 

[Eterno Black Triviani]

@ Amara Majlis

Desde tiempos inmemoriales, la metamorfomagia había sido considerada como una de las artes más misteriosas y poderosas dentro del mundo mágico. Aquellos capaces de dominar esta habilidad tenían la capacidad de transformar su apariencia física a voluntad, convirtiéndose en cualquier ser vivo u objeto que pudieran imaginar. Era un arte que requería no solo habilidad, sino también una profunda conexión con la esencia misma de la magia.

 

En lo más recóndito de un lugar un tanto oculto para algunos, se encontraba la Sala de la Metamorfomagia, un lugar misterioso y lleno de secretos donde los estudiantes más dedicados y talentosos acudían en busca de conocimiento y sabiduría. Solo aquellos que habían demostrado un gran potencial mágico y una voluntad férrea eran invitados a ingresar a esta sala, donde la maestra de la metamorfomagia, un arcano de gran renombre, impartía sus enseñanzas.

 

Un día de tantos días tan comunes como cualquiera, un mago llamado Eterno recibió una misteriosa carta que la invitaba a acudir a la Sala de la Metamorfomagia para recibir entrenamiento en esta ancestral disciplina. Emocionado y lleno de curiosidad, el Blackthorn se adentró en los pasillos de ese lugar en busca de la sala que albergaba tan preciado conocimiento.

 

Tras recorrer laberínticos corredores y subir escaleras de piedra gastadas por el paso del tiempo, finalmente llegó a una imponente puerta de madera tallada con extraños símbolos mágicos aparentemente realizados a propósito por algún motivo desconocido para él. Con un latido acelerado en el pecho, Eterno se detuvo frente a la puerta y esperó, preguntándose si debía tocarla o esperar a que fuera abierta por alguien.

 

Antes de que pudiera decidir qué hacer, la puerta se abrió lentamente, revelando una sala iluminada por una luz suave y dorada que parecía provenir de un candelabro de forma piramidal suspendido en el techo. Al entrar, el mago sintió una extraña sensación de que no estaba solo, como si cientos de ojos invisibles la observaran desde las sombras.

 

Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que las paredes de la sala estaban cubiertas de misteriosos cuadros que parecían cobrar vida ante su mirada. Retratos de antiguos magos y brujas parecían seguir sus movimientos con la mirada, como si estuvieran al tanto de su presencia en aquel lugar sagrado.

 

Decidido a no dejarse intimidar por las miradas curiosas de los cuadros, este avanzó con paso firme hacia el centro de la sala, donde un escrito se encontraba en el medio de aquel lugar, un pedestal de mármol blanco se alzaba majestuoso, sosteniendo un libro antiguo encuadernado en piel de dragón y sobre el mismo un recipiente no menos importante que albergaba una oruga un tanto particular. Al acercarse, sintió una energía mágica pulsante que parecía llamarle, instándole a conocer los secretos que aquel libro guardaba.

 

Antes de que pudiera abrir el libro y explorar su contenido, una voz suave y melodiosa para él resonó en la sala, haciéndole estremecerse de emoción sin expresarla al darse cuenta que no estaba solo, quien habla de algunos términos pocos conocidos para él, y acercándose trato de llamar su atención con unas tocidas seguido de: 

 

- Muy buenas... Imagino que usted es la Arcana Amara Majilis - , dijo dudando al no saber si aún era de mañana o de tarde, continuo: - "Soy Blackthorn, Eterno. Me hago presente a la invitación de estudiar en su clase". - la maestra de la metamorfomagia al parecer no se inmutó ante sus palabras. 

En sus pensamientos sabia bien que él había anhelado este conocimiento y de alguna forma se sentía listo para emprender este viaje de descubrimiento y transformación. Con ello llevaba el corazón latiendo con fuerza en el pecho, Eterno levantó la mirada y vio a la figura de materializarse frente a el. La arcano era una mujer de belleza etérea, con ojos centelleantes y cabello plateado que parecía estar hecho de luz misma. Su presencia irradiaba sabiduría y poder, y el Blackthorn supo en ese instante que estaba frente a una de las hechiceras más poderosas que jamás había existido, con sus ojos llenos de asombro trago saliva y espero.

 

A pesar de su semblante sereno y seguro, en lo más profundo de su ser, sentía una agitación nerviosa que le recorría el cuerpo con cada latido de su corazón.

 

La oportunidad de recibir una enseñanza especial, un conocimiento ancestral que prometía abrir las puertas a un nuevo nivel de magia, lo llenaba de emoción y ansias de aprender. Sabía que aquella experiencia sería un momento crucial en su desarrollo como mago, una oportunidad única para expandir sus habilidades y comprender los misterios más profundos de la magia.

 

A pesar de su seguridad en sus habilidades mágicas, el mago era consciente de la importancia de mantenerse humilde y receptivo ante la sabiduría que le sería transmitida. La idea de explorar nuevos horizontes, de descubrir secretos antiguos y de desafiar sus propios límites lo llenaba de una mezcla de nerviosismo y entusiasmo que lo impulsaba a seguir adelante.

 

En lo más profundo de su ser, sabía que aquella experiencia sería transformadora, que le permitiría crecer no solo como mago, sino también como persona. Estaba listo para sumergirse en un mundo de conocimiento y aprendizaje, para absorber cada palabra, cada gesto, cada hechizo que le sería enseñado con la esperanza de convertirse en un mejor mago y en un individuo más sabio y compasivo a su manera.

 

Con el corazón lleno de expectativas y la mente abierta a nuevas posibilidades, el mago se preparó para embarcarse en esta emocionante aventura de aprendizaje y descubrimiento. Estaba seguro de que, al final de este camino, emergería no solo con un conocimiento más profundo de la magia, sino también con una renovada pasión por su arte y un firme propósito de utilizar sus habilidades para el bienestar de todos aquellos que lo rodeaban.