Libro del Caos

[Crazy Malfoy]

Crazy observó a Bakari detenidamente mientras hablaba. Los años le habían enseñado que lo más adecuado era juzgar a las personas por su verdadera valía y su personalidad, y no por su poder o por el cargo que ostentaran. Sabía que estaba tratando con un guerrero muy importante en la jerarquía de los Uzza pero hacía tiempo que los títulos habían dejado de impresionarlo.

 

Bakari le pareció una persona cansada, insatisfecha con su vida y su trabajo y portador de una amargura que le provocó cierta conmiseración. Uno debía siempre amar lo que hacía, y dedicarse a ello en cuerpo y alma o dejarlo y dedicarse a otra cosa que realmente significara algo para él. Aquel anciano cansado no parecía disfrutar lo que hacía, y eso era algo que Crazy no podía sino despreciar.

 

Él mismo se había sentido en esa situación durante muchos años, desempeñando grandes responsabilidades en el mundo mágico que no disfrutaba, no quería, y que además le habían sido impuestas. Durante años había anhelado la libertad de ser él mismo, sin que nadie le dictara lo que debía de ser o hacer... Finalmente había tomado la decisión de romper con eso, abandonar una posición que lo hacía infeliz y dedicarse a ser, simplemente, Crazy Malfoy. Deseó, en su fueron interno, que aquel Uzza tan cansado tuviera un día la valentía de dejar de engañarse a sí mismo.

 

El guerrero realizó la apertura de costumbre, una cháchara filosófica que era común a todos los Uzza que había conocido antes. Todos tenían la arrogante pretensión de considerarse filósofos y de plantear cuestiones metafísicas para las que esperaban unas respuestas que él, al menos, sabía que no podía responder. Si una única cosa tenía clara Crazy, es que él no tenía respuestas que dieran sentido a aquel caos que llamaban vida.

 

- ¿Mi mayor temor? - respondió quedamente - La muerte, el mismo que el de todos los magos

 

Durante un instante recordó el tremendo caos que un mago temeroso de morir, Voldemort, había lanzado sobre el mundo.

 

- Para algunos es la muerte de sus seres queridos, para otros es la propia - dudó, sin tener claro cual de las opciones sería la suya - Pero lo cierto es que para los magos, que nos pasamos toda la vida jugando a ser dioses, la definitiva y despiadada muerte es nuestro mayor temor

 

El Uzza había pronunciado una segunda pregunta, igual de metafísica que la anterior. No le sorprendió a aquellas alturas, después de haber comprobado que todos ellos, hipócritas profesionales, coqueteaban con una aspiración de conocimiento ulterior antes de enseñar lo que no eran sino nuevas formas de hacer daño.

 

- Mi mayor deseo es la libertad, la capacidad para decidir mi propio destino más allá de las sesgadas concepciones que el mundo me quiere imponer

 

Y como no hay dos sin tres, planteó una tercera cuestión, que ahondaba en aquel preámbulo pretencioso que, no por inevitable, le parecía menos superfluo.

 

- El caos es la vida - suspiró, consciente de que quizás no estuviera respondiendo lo que se esperaba de él - Quizás haya otras personas que sepan ver orden, sentido y destino en lo que hacemos, yo solo veo caos y sinsentido desde que hacemos hasta que morimos, y la historia de nuestras vidas no es más que el intento fallido de darle orden a ese caos

[Pik Macnair]

No sabía que lo tenía más sorprendido, si la presencia de Crazy Malfoy en la clase o que Bakari aun seguía haciendo la misma pregunta desde hace unos cuántos meses. Resopló por lo bajo, aburrido, imaginando todo el tiempo que debía de compartir con el guerrero para poder aprender el poder del libro. Era una lastima que no existiera una forma más rápida o entretenida de aprenderla.

Crazy se adelantó a él y respondió a las preguntas tras meditar un poco, el Macnair solo tuvo tiempo para quejarse y poco para pensar, aunque tampoco es que lo necesitaba, tenía bastante claro la respuesta a la primera pregunta.

— Mi mayor temor es mi muerte —el egoísmo por delante, la familia después—. Le tengo miedo porque aprecio mi vida y sin esta no puedo disfrutar, compartir o cualquier acto que aporte alguna alegría en esta vida. Prácticamente, vivirla.

La segunda pregunta fue la que más le costó, ¿qué es lo que más deseaba? No lo tenía del todo claro. Había logrado mucho en su vida, pero a pesar de eso se sentía un poco vacío, incompleto, como si no se mereciera lo logrado durante años de trabajo. Frunció el ceño y bajó el rostro, dubitativo.

— Supongo que lo que más deseo es tener más galeones que los que hay en la bóveda de Crazy, necesito una buena pensión para poder disfrutar cuando sea anciano y no pueda trabajar —era lo único que le faltaba, tranquilidad y seguridad en su futuro.

La tercera pregunta fue la más diferente, un poco irracional según la persona que responda.

— Para mi el caos es como el balance natural de la vida… o mejor dicho, es lo que hace que la vida rompa ese balance —se corrigió tras escucharse en alto— no todo puede ser perfecto o imperfecto, siempre tiene que existir ese quiebre que rompa el flujo y aporte algo diferente, emocionante, algo que nadie se espere. Ese es el caos, el desconocimiento a lo que puede suceder.

[Crazy Malfoy]

Crazy escuchó a Pik con atención, hacía tiempo de la última vez que habían coincidido pero lo conocía lo suficiente para saber que había cosas en él que no eran aparentes a la vista. La explicación de su mayor temor le complació, era sincera pues él mismo la compartía. Muchos magos daban grandilocuentes explicaciones acerca de lo que temían, pero la cruda realidad es que todos temían lo efímero de su existencia, perecer sin un legado.

 

No era tampoco que considerara inteligente obsesionarse con la muerte, Voldemort lo había hecho y había terminado mutilando su alma y convertido en una burla de sí mismo. Quizás el único mago que había conocido de quién creería no temer a la muerte era aquel bicho raro de Flamel, que había vivido lo suficiente para hartarse de la vida y aceptar terminarla por propia voluntad. Algo en su fuero interno le decía que solo un mago de vida triste podía renunciar a ella, pero quizás estuviera hablando su propia ignorancia.

 

Luego Pik mencionó que deseaba sus galeones y Crazy no pudo menos que sonreir. Es cierto que había nacido en una familia adinerada y a lo largo de su vida había llegado a acumular una modesta fortuna, pero pocas cosas que merecieran la pena se podían comprar con galeones. La lealtad, la amistad, el amor y todas las vivencias que llenaban una vida de contenido estaban al alcance del más mugriento vagabundo, en especial cuando se hablaba de magos que tenían a un golpe de varita alcanzar prácticamente lo que querían.

 

- Cuando seas tan viejo como yo, seguramente tu bóveda estará más llena - se limitó a decir con una media sonrisa -

[Bakari]

Bakari observaba a aquellos dos magos interactuar entre ellos, su mirada hace tiempo había dejado de mostrar emoción alguna, así que por más que pudieran intentar descifrar sus pensamientos mirándolo fijamente nunca lo iban a lograr. La mente del caos hace mucho que había dejado de pensar de forma lineal, era un total y absoluto caos así como el libro que enseñaba. Tantas batallas y perdidas humanas a su alrededor le habían empezado a pasar cuenta de cobro hace muchos años haciendo que su interior fuera más oscuro que la mirada con la que siempre analizaba a sus pupilos.

 

Escuchó las respuestas de los magos a las preguntas formuladas anteriormente, nunca espero que lo sorprendieran con sus respuestas así que cuando dieron aquellos argumentos se dio cuenta que eran tan predecibles como el resto de magos y brujas que pasaron frente a él a lo largo del tiempo. Era demasiado esperar que se tuvieran en mente más de lo que su cuna les ofrecía, la muerte, riquezas, todo eso no eran más que espejismos de una vida con comodidades en la cual se hacía sencillo temerle a cosas que para otros hombres son el pan de cada día.

 

— Por que quieren controlar el caos? — no era algo que hubiesen dicho específicamente para al estar frente a Bakari ese día el Uzza se daba cuenta que más que entenderlo querían dominarlo, o acaso serían ellos la excepción y buscarán algo más mediante los poderes de aquel libro que a muchos les había costado lágrimas y desesperación.

 

— Soy un guerrero de acciones más que de palabras, pero ya que estamos en ello les daré la oportunidad de preguntar algo así como yo lo hice hace un momento. Ustedes deciden que es lo que quieren saber. Así que háganlo para pasar a lo que más me interesa, ver qué tan rápido los puede doblegar el caos a la hora que dependan de él — dijo manteniendo una postura rígida ante los dos hombres. Era bien sabido que no le gustaba enseñar los secretos de su pueblo a extranjeros pero un pacto estaba sellado y a pesar de lo que su interior le dictaba lo iba a cumplir, que tanto podrían aprender el par de magos era otra historia.

[Crazy Malfoy]

Crazy observó detenidamente al guerrero mientras hablaba, nunca había sido hábil con la legeremancia así que sus pensamientos suponían un total misterio para él, pero algo en su forma de hablar le indicaba que incluso pudiendo leerle los pensamientos, seguiría sin lograr descifrarlo. Aquel Uzza no simplemente tenía la afectada arrogancia indiferente de costumbre en aquel pueblo de mercenarios, sino que su mirada era distante y desganada como la de un viejo elefante que ha visto demasiado. ¿Sería aquello influencia del peligroso poder al que había dedicado su vida?

 

No se había parado a pensar acerca de la naturaleza del libro cuya magia estaba aspirando a conocer, Crazy llevaba toda su larga vida manipulando magias que otros consideraban prohibidas o peligrosas, ya sus primeros maestros le advirtieron que las artes oscuras no eran un juego, y que experimentar con la nigromancia siempre terminaba mal. Y sin embargo sus viajes a la muerte culminaron con el hallazgo de la piedra de la resurrección y nada pasó, de forma que mucho tiempo atrás había dejado de considerar que la magia pudiera ser mala en su naturaleza sino que todo dependía del mago que la catalizara, de su habilidad e intenciones.

 

- ¿Controlar el caos? - enarcó una ceja ante la pregunta de Bakari - ¿No es eso una paradoja? Si el caos pudiera controlarse, dejaría de ser caos

 

Se detuvo estudiando al Uzza, preguntándose si todo aquello era un juego para él.

 

- No aspiro a dominarlo, solo quiero acudir a él y liberarlo

 

Acto seguido, con semblante indescifrable, el guerrero les planteó la posibilidad de plantear una duda. Aquello tenía sentido, aunque nuevamente se preguntó si servía de algo preguntar acerca del caos mismo, si había alguna otra forma de acercarse a él que no fuera simplemente experimentarlo.

 

- ¿Y tú? ¿Has llegado a dominar el caos? ¿O es el caos el que domina tu mente?

[Pik Macnair]

Pik no pudo omitir sonreír ante la respuesta de Crazy. Veía bastante difícil que su bóveda algún día estuviera tan llena como la de él, de hecho era casi improbable que sucediera, pero era bueno saber que alguien tuviera un poco de fe en el Macnair cuando fuera mayor.

Bakari pareció ignorar la respuesta de ambos y fue directo al grano con otra pregunta del mismo rollo, intensa y que cada quién podría interpretar de mil manera. Crazy se adelantó a responder y el Macnair solo pudo asentir con la cabeza, compartía el concepto del caos que explicaba. Pik lo veía un poco diferente, pero la idea era prácticamente la misma.

—Más que controlar el caos o acudir a él, yo lo veo al igual que el concepto básico de la magia, es algo que está y necesita un instrumento por el cual fluir. Nosotros somos ese instrumento y la única forma de controlar el caos es guiándolo, liberarlo o como le quieran decirlo.

Se detuvo solo un par de segundos a pensar la pregunta. Tenía una idea clara de que quería saber, pero se le complicaba un poco como formularla.

—¿El poder del caos hace que te comportes de esta manera o algo de tu vida ha hecho que se te haga más fácil controlar el caos?

[Bakari]

Bakari observaba al par de magos después de haberles dirigido unas palabras a la espera de lo que tuvieran para decir, algunos eran tan fácil de analizar como un niño, no debía esforzarse mayor cosa para hacerlo, otros requerían de una visión más allá de lo que pretendían mostrar a la sociedad y a su círculo más cercano, a veces edificaban tantas mascaras alrededor de ellos para mostrar el mundo que se perdían en ellas luego sin saber cuál era la verdadera, era ahí cuando el Uzza encontraba dificultades en sus observaciones porque no solo tenía que ver lo que escondían sino identificar cual de todos sus rostros era el verdadero. Y los dos hombres frente al guerrero le hacían sentir esa molestia de tener que buscar más allá, aunque uno más que el otro.

 

— Efectivamente señor Malfoy pero aunque sea así aún existen tanto hombres como mujeres que piensan que pueden lograr por ellos mismos lo que el universo entero no ha sido capaz de hacer así que resulta divertido descubrir que tipo de persona son ante esa pregunta — dijo mientras mantenía esa actitud tosca y enfadada que siempre portaba. — No se puede liberar algo que nunca ha perdido su libertad, a diferencia de ustedes y de incluso yo mismo el caos nunca ha sido preso de nada, es libre y está en todo lo que nos rodea aunque no lo veamos, desde el amanecer de un día hasta la caída del mismo, el hecho de que a veces creamos que controlamos nuestra existencia no quiere decir que no esté a nuestro alrededor — termino de decir mirando fijamente a ambos magos ya que también de esa manera respondía al Macnair quien hablaba de guiar y liberar al caos. — nunca podremos guiar al caos, solo esperar que nos sea benevolente a la hora de que él nos guíe a nosotros señor Macnair —.

 

— Dominarlo?, no. Yo soy el caos, todo lo somos en cierto punto, yo lo he aceptado como una parte de mi, como un amigo que me ha enseñado cosas de la vida y al cual yo he tratado de enseñarle también, algo confuso si, pero cuando aprendes lo importante de su presencia te sientes libre de vivir sin importar en las consecuencias — respondió a las palabras del Malfoy.

 

— Comportarme de qué manera señor Macnair?. Yo soy lo que soy por que he elegido serlo, me he sumido en el caos y he renacido porque no he intentado controlarlo, solo he aprendido a vivir de él, y mi vida es algo que no le ha de interesar — si bien eran sus alumnos no eran amigos para hablar de su vida, el Uzza no tenía amigos y era porque no los necesitaba, todo lo que era la interacción social le parecía tan innecesario como absurdo, les había dado oportunidad de una pregunta y había respondido, ahora era hora de avanzar.

 

— Es hora de saber cómo se desenvolverá el caos en sus manos y que tan hábiles pueden ser para invocar sus fuerzas, una pequeña lucha de practica entre ustedes no vendrá mal, al menos para ver de que son capaces y saber si merecen avanzar — terminó de decir quedando a la espera de que los magos frente a el empezaran a actuar más que hablar.

[Pik Macnair]

1d10

[Pik Macnair]

Quedó conforme con la respuesta de Bakari a su pregunta, un poco confusa y banal como él, pero no estaba esperando nada más de su parte. A pesar de todo esto le pareció interesante la respuesta a la pregunta de Crazy, lo ayudó a tener un poco más claro como era la visión del guerrero sobre el caos y que era lo más importante en tener en cuenta para su uso.

— Supongo que es momento de empezar a probar el caos.

Pik sonrió animado y miró a Crazy, ahora comenzaba la parte divertida de la clase. Se alejó lo suficiente para dejar una buena distancia entre ambos, nadie sabía a ciencia cierta lo que era capaz de invocar el libro del caos. Tenía días leyéndolo y sus poderes eran tremendos, pero todo dependía de la suerte. O del caos, depende de cómo se le quisiera decir. Sacó su varita y cuando vio que el patriarca de los Malfoy hizo lo mismo se inclino en forma de saludo, volvió la vista al frente e hizo un rápido movimiento con su arma.

— Rueda del poder —sintió como su varita tembló y una magia desconocida empezó a recorrer su cuerpo. Al comienzo era familiar, pero de un momento a otro fue desconocida, débil, no propia de él. Intentó invocar un hechizo que conocía a la perfección, pero de su arma simplemente salió humo. Maldijo a la suerte, al caos y a Bakari. Con su poder mágico limitado simplemente pensó Babosas y un rayo de un color lila salió volando hacia donde estaba Crazy, de impactar estaría un buen rato vomitando babosas y sin poder decir absolutamente nada.

— No sé si el poder del caos sea lo mío.

No le gustaba depender de un ente o una magia externa, era una persona que le gustaba las cosas que conocía y podía controlar. El poder del libro era todo lo contrario, desconocido, aleatorio y no se podía controlar. Simplemente había que dejarse llevar y que el caos se hiciera cargo de todo.

[Crazy Malfoy]

1d7