Jump to content

Libro de la Fortaleza — Grupo 3


Monica Malfoy Haughton
 Compartir

Publicaciones recomendadas

En cuanto subió al barco busco un lugar donde acomodarse y estar cómoda, después de todo parecía que la travesía iba a ser un poco larga, no tenia gran problema con ello, siempre iba preparada. Llevaba una mochila con fondo arreglado mágicamente para que le cupiera todo y ahi llevaba un poco de ropa y los libros que había comprado en el magic mall. Por ser la segunda tenia un buen lugar desde donde observaba quienes iban llegando. En cuanto localizo a Agatha le hizo señas para que se sentara junto a ella, mejor tener a alguien conocido cerca, no le gustaban algunas de las alumnas de aquella clase

 

En cuanto todas se acomodaron el barco comenzó a navegar, la brisa les pegaba en la cara dejando una suave capa de humedad en los rostros de todos. Aquello podía llegar a gustarle, la vida en el agua, oh eso pensó hasta que algo los zarandeo. La rubia miro de reojo hacia el agua desde donde estaba. Jank comenzó a hablar y les mostro los libros por lo que ella procedió a sacar los suyos incluyendo amuletos y anillos, no bien se habia puesto los anillos y comenzaba a ponerse los amuletos cuando un golpe mas fuerte los hizo caer a casi todos.

Era claro que su idea de buscar la solución a lo que estaba pasando no la iba a encontrar en suelo a cuatro patas, que así había terminando con uno de los amuletos en la mano que era el que pensaba meter a una de sus bolsas del pantaloncillo corto. Se levanto lo mas rápido que pudo y para cuando llego al barandal del barco, una hermosa serpiente marina se alzaba ante ellos.
- se supone que el libro del aprendiz nos da el poder de entendernos con los animales, a través de este anillo - dijo señalando dicho anillo en su mano izquierda - anillo de amistad con las bestias, no estoy muy segura de como se usa en realidad pero supongo yo que con solo portarlo podríamos entendernos con este pequeño, no es así profesores? - pregunto la vampira mirando a la imponente serpiente, sus instintos le decían que podía incluso tocarla y que esta no la dañaría pero no quería arriesgarse aun sin estar completa y absolutamente segura.

c3cuSMA.gif4dV4RuU.gif

adUnqJb.png

8qIYq5A.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Notó como un par de las brujas que viajaría con ella se saludaban con confianza. No iba a unirse a ellas pues, a pesar de saber quiénes eran e incluso compartir familia con algunas, no compartía ese tipo de camaradería más que con Sofía. Quiso buscar a la bruja con la mirada, pero en ese momento el barco empezó a moverse, dejando atrás sus intentos.


Tuvo que concentrarse para mantenerse en pie, intentando ignorar el movimiento de la embarcación para no marearse. Pronto el curso se estabilizó, al menos lo suficiente como para evitar que su estómago lo sufriese.


Fue entonces cuando Jank se movió, sacando algo que desde su ubicación no lograba distinguir, de unos grandes bolsillos. Pronto, los objetos crecieron hasta tomar su tamaño real, descubriéndose los dos primeros libros que les acercaban la sabiduría Uzza a los magos.


Se sentó en el suelo y tomó del improvisado morral de tela que cargaba en sus espaldas sus propios ejemplares. Apenas podía creer como el Ministerio se las había ingeniado para sacar provecho de todo aquel movimiento de saberes, comercializando los libros que les permitiría llegar a saberes milenarios. Notó que algo cambiaba cuando abría uno y otro libro, sintiéndolo en su propia piel. No sabía qué era, pero se sintió de inmediato mucho más confiada.


El barco se estremeció, sin embargo ya no la preocupaba. Oyó la voz de su madre y asintió, notando que su advertencia denotaba prisa. Antes de que acabase la frase ya estaba colocándose los anillos y amuletos que, sentía, estaban ya activados. Los dichos de su madre se interrumpieron por una nueva sacudida del barco. Agradeció estar en el suelo pues de lo contrario habría caído, así como le había sucedido al profesor.


Se puso de pie lentamente y se acercó a la proa con precaución, notando que las demás también lo hacían. La voz de Jank las incentivó a intentar alternativas para averiguar qué pasaba. ¿Criaturas? ¿Eran criaturas? ¿Una serpiente? Ella no llegaba a verla, así que envidió por un momento la vista de Adry. Fue la voz de Sofía la que dio una idea de qué poder hacer, la miró sorprendida, al parecer era más inteligente de lo que recordaba.


Miró el anillo en su mano izquierda y sonrió levemente. Sentía que estaba activo, pero no sabía qué hacer para utilizarlo. Notó entonces el otro anillo que llevaba en esa mano, en el dedo del medio.


-Y este, el Anillo detector de Enemigos, permite saber cuándo estamos ante una amenaza ¿verdad?- agregó, intentando tener una idea de cómo activar esa habilidad. Con su dedo pulgar de la mano derecha frotó los anillos… aunque no pareció funcionar. Corrió a su libro y buscó en él alguna respuesta… pasando las páginas apenas viendo algo, se sentía frustrante tener frente a ella las respuestas pero no poder encontrarlas.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Me alegra verte, Valkyria —le sonrió mientras le hacía un lugar a su lado y la clase daba comienzo. La bruja pasó su mano por un relicario de forma romboide que descansaba sobre su pecho y la estructura desapareció dejando a la vista, varios anillos enzarzados en una fina cadena—. Echaba en falta una cara conocida y en la que pudiera confiar —esto último quedó reservado para su interlocutora, pues el Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos se había activado, junto con los otros.

Ainé escuchaba las palabras de Jank y en su rostro se dibujó una mueca de incredulidad cuando se refirió al Libro del Aprendiz de Brujo. Y le extrañó la mención porque era un poder que se habilitaba de inmediato. No necesitaba que nadie dijera cuándo se estaba listo para manejarlo, más que la disposición de galeones en su cartera para poder hacerse con uno en el lugar indicado. Tampoco lo llevaba consigo, porque la magia aprendida ya estaba contenida en ella y no necesitaba portarlo para hacer uso de él. ¿Para qué necesitaba Jank que ellos lo llevaran? Podía entenderlo con el Libro de la Fortaleza, puesto que estaban ahí para aprenderlo y entenderlo, ya que como estaba ahora, sólo era un objeto inservible, pero valioso que ocupaba espacio en su trastero.

Aunque sólo fue por un momento. Ainé sintió como si despertara un lado que desconocía en su cabeza, como si hubieras transitado muchas veces por un mismo pasillo y hasta ese momento notaras el mueble que ocupaba una de las paredes. Parecía que tras las palabras de Jank, una parte de ella se daba cuenta del libro, podía entenderlo y ejecutarlo. El mueble cobraba visión en la estancia de su cabeza.

El vaivén del navío la devolvió al momento. Las sacudidas eras más pronunciadas de las que podías sentir en una travesía marítima. Tampoco parecían ser culpa del oleaje, puesto que no había patrón alguno entre los intervalos de éstas.

Es... no sé ¿Será una serpiente marina? La criatura de unos 20 metros se alzó ante ellos imponente. Se supone que no son hostiles....pero aún así esta clasificada como XXX

La Malfoy desvió la mirada hacia donde apuntaba la de Adryanie, una de las Warlocks presentes en aquella clase.

Se supone que el libro del aprendiz nos da el poder de entendernos con los animales, a través de este anillo —la sacerdotisa se llevó la mano al relicario que reposaba en su cuello, de nuevo, ante el comentario de Sofía.

Está molesta. No entiendo cómo, pero puedo sentir su desorientación. Parece que el barco está sobre su territorio u hogar ... —llevó de nuevo la mano a su cadena, sorprendida por poder entender a la criatura que las veía como una amenaza. Eso no hubiera podido hacerlo antes. Aunque podía entenderla, no intentó doblegarla. Aún intentaba procesar toda aquella información recién descubierta.

 

B2lBEqS.gif

TGoZxlJ.png

1WvnNGz.gif

 

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El barco comenzó a andar luego de que Jank subiera al mismo, siendo el último y regresando las rocas que había usado como puente a su lugar de origen. Una vez estando todos en aquel enorme medio de transporte por agua, el mismo comenzó a andar. Se agitó primero, lo habitual para echarse a andar, pero aunque era obvio eso no la previo y se tuvo que afirmar al mástil más próximo que tuviese. Era la primera vez que viajaba en barco, nunca había experimentado aquella sensación y al parecer era de lo más inquietante, o por lo menos en un principio.

 

Alcanzó a echarle un vistazo a Adryanie, notando que ponía malas caras, ¿sería que también era su primera vez en barco? ¿O tal vez algo mucho peor? Deseaba acercarse, pero y aunque dejó de sujetarse al mástil, no se arriesgó a alejarse demasiado por miedo a caer por su falta de estabilidad. Ambos profesores comenzaron a hablar, pidiéndoles que sacaran sus libros y, con cuidado, así lo hizo la Delacour. Sólo llevaba uno de ellos, el de la Fortaleza, pues había creído que no era necesario el de Aprendiz de Brujo, a fin de cuentas, ese libro ya le había mostrado sus secretos y hechizos; sostuvo entonces el libro en una mano, teniendo la precaución de siempre tener la otra libre por si acaso, y buena fue la idea.

 

Logró sujetarse justo a tiempo al mástil una vez más antes de que cayese de bruces al suelo, salvándose de un impacto doloroso contra la lustrada madera, lo único que había caído era su libro, el cual no tardó en recoger rápidamente para encoger y volver a guardarlo junto a los amuletos que ni había tenido tiempo de sacar; en ese momento no estaba concentrada en la clase, sino más bien en acercarse a la orilla para comprobar qué estaba sucediendo.

 

Sus compañeras de clase, mucho más rápidas que ella, se encargaron de analizar rápidamente la situación. Se trataba de una serpiente marina de varios metros de longitud, y que al parecer, por lo que decían, estaba realmente molesta, ¿tal vez molesta por defender algo y no sólo su territorio? Tal vez, pero no podía saberlo a ciencia cierta, no tenía puesto su amuleto.

 

Entonces, un recuerdo vino a ella, uno que no la metería en problemas más allá de un reto de los profesores de la clase.

 

¿Y si usamos un hechizo? ¡Existe uno para controlar a las criaturas en el libro del Aprendiz de Brujo! – había tenido que elevar un poco la voz debido a que la serpiente había comenzado a mover de forma violenta el barco, ya definitivamente molesta con el hecho del lugar donde había quedado varado el barco – ¿Cómo era el hechizo...? ¿Orbi Bestiaro...?

 

¡Maldición! pensó, resultándole casi imposible el concentrarse con tanto movimiento, y sintiendo un crujido tan fuerte que alertó totalmente a todos. ¡¿La embarcación se estaba rompiendo?!

Editado por Mei Black Delacour

7ND4oqh.gif ~ c3cuSMA.gif


4uqeTef.png


sEAaDO5.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

— ¡ Pues entonces vámonos de aquí ! — Gritó ella al oír la contestación de Ainé.

 

Si era cierto que estábamos invadiendo su territorio lo más lógico era irse de ahí. Seguramente era una hembra que tenía sus pequeñas serpientes a las cuales trataba de proteger y si algo había aprendido de la naturaleza era que era mejor no meterse con una hembra con crías porque son capaces de cualquier cosa.

 

Mientras tanto la serpiente seguía molesta con la presencia del barco, solo sobresalía una pequeña parte de ella del agua, claro, si consideras pequeña 5 o 6 metros de altura lo que estaba bajo el barco seguía agitando y golpeando la parte de abajo. Adryanie se empezaba a sentir muy angustiada y supo que en realidad no era ella si no que ella sentía lo que la serpiente sentía, la serpiente se sentía usurpada. Cuando Mei habló ella se sintió mal de su pensamiento de irse, eran brujas lo lógico era que usaran magia. Se sonrojó un poco esperando que nadie se diera cuenta.

 

¡Su libro! Entre tanto alboroto dejó botado todo dentro. Entró en la habitación divisando su libro abierto en el suelo, fue hacia el sintiendo crujidos bajo sus pasos, el suelo de madera comenzó ceder y supo lo que iba a pasar, le dio tiempo de tomar el libro y salir corriendo de ahí.

 

—¡ Chicos el barco se esta partiendo a la mitad ! — Trató de hacer oír entre sus compañeros — O nos vamos o hacemos algo para que la criatura esta se calme — No sabía que tanto entendía la serpiente pero algo cambio en su semblante y todos con el anillo puesto sintieron el aumento de la ira del animal. Adryanie en un impulso alzó su varita apuntando al la serpiente, estaba decidida que si ella atacaba la demon hunter le devolvería el ataque, y no necesariamente un hechizo aturdidor.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Seguramente cualquiera que estuviera acostumbrado a tomar o impartir clases en la universidad creería que todo aquello había sido preparado de una forma premeditada y sin embargo era todo lo contrario. Solo había que mirar las caras de Jank y Mónica para saber que ninguno de los dos tenía ni idea de que estaba pasando y que, de la forma más desprevenida, habían tenido que improvisar la forma con la que seguir la clase.

 

Estaban hablando de una serpiente marina y a alguno de los presentes se le había cambiado la cara al pensarlo. La instructora había buscado la mirada de su compañero, que a pesar de tener cierto recelo hacia él, consideraba esencial para hacer nada. Sin embargo, cierto gesto del muchacho la hizo detenerse y dejar a las alumnas debatir entre ellas que hacer, si es que hacían algo, y cómo hacerlo. Pero no se quedó callada al escuchar a Sofia.

 

- Así es, ese anillo permite comunicarnos, en cierto modo, con criaturas mágicas y no mágicas y también controlarlas – las palabras salían de los labios de Mónica rápidamente, casi de forma atropellada-. Las serpientes de mar son de clasificación XXX y...

 

- ¿No debería estar en el mar? - preguntó Jank, que se adelantó a lo que Mónica decía. La bruja era una experta en criaturas, pero no había caído en ese detalle tan insignificante ¡Estaban en el río Nilo!-. ¿A nadie le resulta extraño que esté en un río?

 

Tenía razón, la Haughton lo sabía y no fue hasta necesitarlos que se dio cuenta de que no tenía sus anillos y amuletos ¡Ni sus libros! De pronto otra sacudida hizo que el barco se estremeciera, esta vez con mucha más fuerza y provocando que varios tuvieran que agarrarse a la barandilla del navío. Cuando el movimiento pasó, Agatha dio una idea.

 

- ¡Jank! - Mónica se giró hacia su compañero, el cual tenía la cara desencajada. Antes incluso de que ella dijera nada el muchacho señaló al agua. Cuando la pelirroja se giró, vio el conjunto de herramientas mágicas del mago flotando no demasiado lejos de una de las jorobas de la serpiente marina y abrió la boca, sorprendida. Ahora sí que estaban en un aprieto-. ¿Cómo diablos se te ha caído? - estaba apunto de explotar cuando se dio cuenta de que a ella también se le habían extraviado y que poco podría decir. Solo bastó que lo mirara para que entendiera que estaba en la misma situación.

 

Se giró entonces hacia las alumnas y su compañero, tal y como si le hubiera leído la mente, hizo lo mismo.

 

- Chicas... solo vosotras podéis sacarnos de esta – empezó a decir el mago. Era curioso que su voz pudiera transmitir cierta tranquilidad en aquel momento, algo que incluso su compañera agradeció-. Agatha, tuviste una idea sensacional. Con el anillo detector podrás avisarnos cuando se acerque un nuevo ataque y...– iba a hablarle a Sofia cuando Aine se adelantó, explicando como creía que la criatura bajo sus pies se sentía ¿Estaría notando el poder del anillo? Fue Mónica la que habló a continuación.

 

- Eso es, Aine. Solo tienes que relajarte e intentar entenderla – se acercó al borde, observando el agua-. Las bestias suelen atacar cuando les ocurre algo ¿Su territorio? La desembocadura en el mar está a algunos kilómetros, algo la debió hacer huir hacia aquí – la animó a que siguiera comunicada con la serpiente-. Solo tienes que concentrarse: el anillo ya te da el poder, tú solo tienes que controlarlo.

 

Mónica estaba segurísima de que algo pasaba. Aquel animal no había llegado allí porque sí: quizás estaba herido o sus huevos habían llegado al río de alguna forma que la Haughton no llegaba a entender. Por un momento se distrajo con aquellos pensamientos y Jank volvió a tomar las riendas de la situación cuando tras unos crujidos del barco, comenzó a cundir el pánico.

 

- Creo que será mejor que nos vayamos, antes de que terminemos en el agua o algo peor – el mago hizo el ademán de tomar uno de sus amuletos cuando recordó que no los tenía y maldijo por dentro. En ese justo momento, Mónica vio a Adryanie sacar su varita y apuntar a la criatura, lo que provocó que se interpusiera justo delante del arma-. Ni se te ocurra hacerle daño – y sacó su varita, apuntando a la alumna.

 

Sabía perfectamente que aquel comportamiento no era correcto siendo ella la encargada de llevar aquella supuesta clase, pero el instinto protector que tenía saltó dentro de ella como una alarma. La rapidez mental de Jank le dio una nueva idea al grupo.

 

- Chicas, tranquilas – murmuró-. Todas tenéis el libro del aprendiz y este consigo trae el amuleto volador... Tiene forma de alas y sirve para volar pequeñas distancias – esperó a que todas tuvieran el objeto para continuar-. Sé que no sabéis usarlos pero desgraciadamente ni Mónica ni yo podemos haceros una demostración de como hacerlo, así que necesitamos que os concentréis.

 

La mortifaga supo exactamente lo que el otro quería que hicieran, así que sin aviso alguno dejó al mago con las alumnas y ella se escabulló hacia las habitaciones que habían ocupado durante la travesía con los guerreros, durante el mes anterior. Ahora las alumnas estaban solas con Jank, que cruzó la cubierta hacia uno de los costados del barco y señaló la orilla más cercana, la del lado izquierdo del río. Por suerte no se habían alejado demasiado.

 

- No separan unos quince metros, más o menos... Con el anillo podemos cruzarlos planeando – no había acabado de decir la última palabra cuando otra sacudida hizo que parte de la madera cediera aún más. Un segundo después, la cabeza de la serpiente apareció ante ellos-. ¡Mei! ¡Orbis Bestiarum!¡Orbis Bestiarum para controlarla!

 

Jank no se había dado cuenta, quizás por la excitación del momento, que aquel hechizo sí podía hacerlo aunque no tuviera los amuletos y los libros. Fuera como fuere les daría algo de tiempo si Mei o alguna de las otras lo hacía.

Editado por Monica Malfoy Haughton
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Extraño en demasía, pero toda nuestra existencia puede serlo —era surrealista sin duda. En eso estaba de acuerdo con Mónica—. Creo que voy a necesitar mucha práctica, porque no logro discernir en este torrente de emociones qué es lo mío y qué lo de esa criatura. Porque de seguro coincidimos en más de uno. En la sorpresa, por ejemplo.

 

Ainé observó atenta todo lo sucedido a continuación: las palabras de Mónica, el enfrentamiento con Adryanie y la estupefacción dibujada en la cara de la mayoría, ella incluida.

 

La profesora quería que usaran el amuleto y aunque la sacerdotisa quiso obedecer, decidió no poner toda su suerte en un artefacto sin haberlo probado en un medio garantizado, porque a ella no le sobraban las vidas que al gato y no pretendía convertirse en la comida de la criatura que les amenazaba. Los embistes de la serpiente sobre el barco acentuaban el vaivén de este, acompañado por crujidos de madera en diversas partes de su estructura. Ainé se concentró en un lugar exacto de la orilla del río y cerró los ojos, repitiendo el mantra que tanto había escuchado en sus primeros años de estudio: Destino, decisión y desenvoltura. Y giró sobre sus pies para materializarse donde deseaba con cierto éxito.

 

Aún nos queda clase por delante. Prometo probarlo más adelante —respondió ante la mirada reprobatoria de Mónica y luego desvió la suya hacia donde estaban sus compañeras y aguardaba por la siguiente orden. Seguía descalza, por lo que agradeció el contacto con tierra firme.

 

B2lBEqS.gif

TGoZxlJ.png

1WvnNGz.gif

 

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

— No soy tú enemigo — Le dijo sorprendida a Mónica que la apuntaba con la varita a ella.

 

Era irónico que estando frente a una bestia marina que en ese momento los quería comer a todos amenazando con derribar el barco, Mónica se pusiera de su lado prefiriendo matarla a ella. Lo atribuyó al hecho de que todos estaban bastante estresados y los impulsos era lo primero en presentarse en una persona cuando el peligro la amenaza. Bajó la varita.

 

El barco comenzaba a hundirse y ya algunos habían sacado sus amuletos y cosas. Mientras Ainé trataba de entender a la bestia otros rebuscaban en sus libros algo que pudiera ser de utilidad. Al parecer a la serpiente no le gustó mucho que algunas de sus presas se hubieran ido volando y escaparan de sus garras, pero en vez de desquitarse con Ainé lo hizo de nuevo contra el barco. Las tablas comenzaban a caerse a pedazos con daca azote que daba el animal con su cola.

 

— ¡Mei , Mei ! ¡No traje nada del primer libro! — Le gritó casi en medio del colapso — ¡No puedo volar para llegar al otro lado! ¡Llévame contigo ! — Como le hubiera gustado usar un aqueora aunque sea para nadar al otro lado y que el animal no le hiciera mucho daño, aunque solo el hecho de tirarse al agua por poco profundo que pareciera le causaba terror.

 

Se asomó a la borda ¿se atrevería a saltar? ¡Claro! y lo haría sin dudar si no tuviera un animal sobre ella. Hizo una última mirada a Mei aunque esta parecía también indecisa, seguro tampoco había llevado sus cosas del primer libro y a todo esto ¿podría el hechizo servir para llevar a dos personas volando? Pensó en su corpus fénix y sintió rabia por no poder expresarse como la fenixiana que era.

 

— ¡Al diablo! — Se fue corriendo a la parte más alejada del barco y conjuró — Incendio — Una de las partes del barco comenzó a incendiarse y no solo eso, al ser de madera un tanto viejo se comenzó a incendiar, todo aquel espectáculo llamó la atención de la serpiente que no dudó en ir al lado de la embarcación donde las llamas se alimentaban. Todo aquella locura tenía una razón : distracción.

 

Se tiró por la borda mientras la serpiente estaba distraída con el fuego y cayó al río. Se alegró de que ya la embarcación media hundida estuviera cerca del rió y no en un lugar más alto porque de hecho el río no estaba muy hondo y buen golpe que se llevó al tocar el suelo. Resurgió del agua dando una gran bocanada de aire y sin esperar si quiera un segundo nadó hasta la orilla, no eran muchos metros pero su poca practica en natación hacía que sus músculos escocieran como si se quemaran por dentro.

 

Llegó por fin a la orilla jadeando y mirando a Ainé con recelo, odiaba que la warlock fuera más precavida que ella y haber traído los amuletos del primer libro. Por otro lado no tuvo mucho tiempo en pensar en ese sentimiento ya que una vez que se incorporó se dio cuenta que en realidad, estaba sangrando. No le dolía lo que era curioso pero si barboteaba sangre de su pierna, probablemente se haya rasgado con algún pedazo de madera al caer al agua.

 

Se acordó de repente como si hubiera llegado la luz a su cerebro. Recordaba que cuando estaban a salvo en el barco hace escaso minutos, leyó un hechizo de curación pero... ¿cuál era? Puso sus neuronas a trabajar lo cual era difícil en las condiciones en las que estaba ¿era episkey? No...

 

— ¡ Ya! — Dijo pensando a la vez <<curación>> . Con la varita apuntando a la herida vio como poco a poco se fue curando sin dejar rastro de cicatriz.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La situación de por sí complicada, se estaba viendo aún más ante el hecho de que los profesores, de forma muy inoportuna no disponían ni de sus libros de hechizos ni de sus amuletos, uno incluso porque se le habían caído al río y vaya a saber uno dónde estarían ahora, ¡muy conveniente!

 

Oyó entonces el grito de Adryanie que volvía corriendo desde la habitación, anunciando lo que probablemente todos temían, ¡el barco se estaba hundiendo! Al parecer, aquello resultaría en un cambio de planes imprevisto para lo que los profesores tenían planeado, y no era de extrañarse, dado al extraño hecho de haberse encontrado a una serpiente marina en medio de un río, allí tenían su primer obstáculo, ¿cuántos más tendrían?

 

Los gritos de Jank y Adryanie la sacaron de su momentáneo encimismamiento, uno incitándola a realizar el hechizo correspondiente, la otra, implorándole por ayuda gracias a que no había traído consigo ninguno de sus amuletos.

 

¡Maldición, Adryanie! – exclamó al ver que la muchacha tuvo la no tan acertada idea de incendiar la embarcación, ¡¿pero qué le sucedía?! ¡Aún había gente a bordo!

 

De haber podido, le habría dado una reprimenda y un cermón que lo recordaría por el resto de sus días para que tuviera más cuidado con lo que hacía, pero en aquella ocasión, y aunque lo deseaba fervientemente, no le correspondía a ella, Mónica y Jank deberían hacerlo, pues ella no tenía autoridad en lo absoluto en aquella situación.

 

No se detuvo a esperar más, si tardaba unos segundos más le resultaría más difícil el escapar, por lo que rebuscó entre los bolsillos de sus vaqueros hasta que al fin lo encontró: un amuleto con forma de colgante de alas de plata que se colocó y, no teniendo idea de qué hacer, pensó por un momento, ¿cómo diablos se utilizaba aquella cosa?

 

Que Uther me proteja pensó, apretando fuertemente el colgante con una mano, acercándose a la orilla del navío y sin más, dio un salto al vacío.

 

Planeó, increíblemente planeó como no tenía idea cómo, pero lo logró, evitando dejarse llevar por la euforia que aquello le provocaba, intentó centrarse en caer en tierra firme y no precisamente de cara. Costaba, no tenía el viento a su favor precisamente, y para cuando llegó a tierra firme, lo hizo de forma lenta, lo que le otorgó tiempo a acomodarse y caer de pie, aunque con algunos tropezones.

 

Fue entonces cuando se irguió lo más alto que pudo, con una sonrisa de oreja a oreja, ¡qué hermosa sensación! Era algo que le recordaba a la sensación de montar en escoba en sus épocas de jugadora de Quidditch, pero sin tener la escoba entre las piernas, evidentemente, lo cual era mucho mejor y más cómodo. Lástima que fuera de tan poca duración.

 

Se dejó embargar por la emoción de su acción, hasta que vislumbró a lo lejos a Adryanie, y su rostro cambió totalmente. Se acercó de forma decidida y se agachó a su lado.

 

¡¿Estas loca?! ¡No vuelvas a hacer eso! – exclamó a viva voz, aunque no sabía exactamente si era una reprimenda por incendiar el barco con sus compañeras dentro aún o por haberse tirado y, en consecuencia, haberse herido como lo había hecho.

7ND4oqh.gif ~ c3cuSMA.gif


4uqeTef.png


sEAaDO5.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Todo sucedia tan rapido que no estaba segura de que hacer o que no hacer, Adryane había intentado atacar a la bestia y Monica se había adelantado para detenerla. La rubia escucho las instrucciones que daba la Malfoy y que nadie parecía seguir o poner atención. Se concentro todo lo que pudo y se preparo para lanzar el hechizo cuando el olor a humo la distrajo por un momento.

 

-quien fue el idi*** que le prendio fuego al barco!! - grito mientras se alejaba de las llamas y se concentro de nuevo, ahora tenia que usar el hechizo si o si, necesitaban salir de ahi todos y que la criatura que al parecer era tonta pues en lugar de huir como lo haría cualquier otro, se dedicaba a examinar las tablas quemándose- Orbis bestiarum!

 

En cuanto lo lanzo supo que lo había hecho bien pues un rayo dorado había impactado a la serpiente y la había rodeado como un anillo y ahora se alejaba del humo y la lumbre y se acercaba a ella.

 

-eso es hermosa, no queremos hacerte daño, solo necesito un poco de ayuda de tu parte y no te volveremos a molestar -dijo tocándole la cara a la bestia mientras se subía a ella y ayudaba a los que habían quedado en el barco para subirse al cuerpo de la serpiente. En cuanto subieron aquellos que no habían comenzado a volar con el amuleto de vuelo ordeno a la serpiente que los dejara en la orilla y se fuera en paz. La piel de la serpiente era extraña al tacto de la vampira que nunca había tenido un animal de esos tan cerca. Se replanteo el tener uno de esos reptiles en su castillo para protección. En cuanto el animal los dejo en la orilla la rubia busco a la culpable del incendio entre los presentes.

 

-quien de ustedes es el culpable de este intento de asesinato, porque prenderle lumbre a un barco donde todavía hay gente dentro es un claro intento de acabar con nosotros!!- dijo mirando a sus compañeros con la total intención de asesinar al culpable reflejada en su gélida mirada. Miro por un momento al río esperando que la criatura estuviese ya muy lejos de ahi pero enseguida volvió a mirar a sus acompañantes que no parecían atreverse a confesar o a señalar el culpable, supuso que por el estrés del momento pero tarde o temprano alguien lo diría y vaya que tomaría cartas en el asunto.

c3cuSMA.gif4dV4RuU.gif

adUnqJb.png

8qIYq5A.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.