Estudios Muggles y Transformaciones: La Guerra Potter Black

[Sagitas E. Potter Blue]

http://i711.photobucket.com/albums/ww117/Periodicomortis/SAGITAS/imagensagitas/76b6d5ef-462f-4455-8946-eaabdc984bcb_zpslsrtpbhz.jpghttp://i711.photobucket.com/albums/ww117/Periodicomortis/a69c6919-62a5-40e4-91cf-053c6b36b4e7_zpsfa436d22.png

 

El calorcillo que entraba por la ventana de arco de medio punto invitaba a dormitar un poco. Y yo acepto todas las invitaciones, así que yacía en mi hamaca muggle que colgaba de un perchero al pomo de un armario. Me balanceaba levemente, con los ojos cerrados, apenas en este mundo y más en el de Morfeo, cuando sentí que la puerta del despacho de Estudios Muggles se abría. Abrí sólo un ojo, porque estaba demasiado a gusto en aquel limbo somnoliento. Seguro que sería algún alumno despistado o algún elfo que viniera a recoger papeleras.

 

No me equivocaba. Era un elfo. Lo que no esperaba es que fuera MI elfo, Harpo, que estaba sigiloso, mirando a los lados y caminando de puntillas. Si hubiera sido un poco más alto y hubiera mirado hacia arriba, me hubiera encontrado observándole, con las manos cruzadas sobre el pecho y aún luchando entre la pereza y comodidad del sueño y la curiosidad de saber qué hacía.

 

Harpo cerró la puerta con sumo cuidado y avanzó lentamente, como si comprobara que no había nadie presente. Después se acercó a mi mesa del despacho y empezó a rebuscar en ella. La curiosidad me picó un poco más así que elevé la cabeza por encima de la hamaca para ver mejor. Fue una gran sorpresa notar que Harpo tomaba varios artefactos muggles y los iba guardando en una caja: un patito de goma, un teléfono rojo de teclas, un felpudo algo raído, un disco de vinilo y unos cuantos cachivaches más que tenía desperdigados por allá.

 

Después, volvió a mirar a los lados, como si esperara encontrarse a alguien, abrió la puerta y volvió a escudriñar por el pasillo y, finalmente, salió de mi despacho.

 

-- ¡Demonios! -- dije, reaccionando y saltando de la hamaca. -- ¿Qué demonios...?

 

Salí del despacho a tiempo de verle girar hacia la derecha. Corrí de puntillas; cuando quiero soy como un ratero que no se ve, no se oye, no se intuye hasta que estoy encima. Así, le pillé justo cuando entraba en una clase de la Academia, cuya plaquita me indicó que era la de Transformaciones. Fruncí el ceño, me puse los brazos cruzados sobre el pecho y carraspeé, hablando con tono irritado.

 

-- ¿Se puede saber por qué me robas todo eso, Harpo? ¿Para qué lo quiere el profe de esta clase? Reza para que no te transforme a ti y a él en un sapo.

 

Entonces vi la pizarra. En ella había dos fotos, una mía y otra de mi hijo Matt. Arrugué el morro, desconcertada. Anunciaba una clase mixta de "Estudios Muggles" y "Transformaciones" con los alumnos que acudirían a ambas.

 

-- ¡Gárgolas desdentadas! ¿Tengo alumnos este mes? ¿Y ahora como voy a dormir en la tumbona? Si no he preparado nada...

 

 

 

Transformaciones - Estudios Muggles
@@Thomas E. Gryffindor - @Ernest Macnair Wilfred

[Matt Blackner]

Cuando me llegó la nota de los directores de la academia me sorprendí. Tras pasar un mes en blanco, sin alumnos, no esperaba tener este mes. Aunqeu solo era uno

 

"Vaya, de una clase demasiado concurrida a uno solo...."

 

Me froté la barbilla, dándome cuenta de qeu raspaba un poco. Iba a tener que ideármelas una vez más para encontrar la manera de dar la clase de transformaciones, aunqeu con un solo alumnos, dudaba de que me dejasen llevar a cabo la clase.

 

- Harpo! Has visto a mi madre? no se si ella este mes tampoco tiene alumnos en clase.

 

Y es que, cuando quieres saber algo de mi madre, lo mejor era preguntar a Harpo o a Jack. El fantasma era ideal para saber de ella en temas de "cotilleos" pero si era algo organizativo...lo mejor era acudir al elfo. Me confirmó que ya se había marchado a la academia, y que ella también tenía un solo alumno.

 

Uno solo eh...

 

Tras dar un par de indicaciones al elfo, había corrido a vestirme, usando una camisa blanca, vaqueros oscuros y unas deportivas. Aunqeu con las prisas, olvidé el tema de peinarme...y de afeitarme.

"con estas pintas mi madre me mata" pensé mientras desaparecía de la POtter Black.

 

Ay, pobre Harpo. Para cuando di con él, ya había recogido los objetos de la clase de mi madre. Lo malo es que ella le había pillado y por sus pintas...seguro qeu había estado durmiendo en la hamaca.

- Vaya, parece que te ha pillado el toro eh? - bromee.

 

Metí las manos en los bolsillos mientras me aguantaba la risa

- Tu tienes un alumno, yo otro...asi qeu nos va a tocar dar la clase juntos. Si te ves capaz - dije para chincharla

[Thomas E. Gryffindor]

Era una tarde bastante cálida y poco habitual a lo que estaba acostumbrada la población de ciudadanos londinenses en pleno invierno; quizás se debía a la pronta llegada de la bella primavera o simplemente a un fenómeno climático que pocos se podían explicar. El astro sol brillaba con fulgor en lo más alto del firmamento cuando el Gryffindor se dispuso a ordenar su bolsa con hechizo de expansión indetectable con todo lo que podía llegar a necesitar en el aula de la Universidad, puesto que debía acudir puntualmente a su clase de conocimiento del mes de Marzo: “Transformaciones”. Cuando le llegó la notificación de aceptación por parte de la Dirección del establecimiento educacional de postgrado, no dejó de llamarle la atención que su nueva cátedra sería impartida en conjunto con la de Estudios Muggles; hecho que le produjo una pizca de emoción, debido a que tenía cierta curiosidad en los artefactos que los “sin magia” utilizaban en su diario vivir, sobretodo aquéllos que funcionaban con fuentes de energía alterna como: la electricidad y la fuerza mecánica.

 

Vestido con: una camisa manga corta de tonalidad azul rey, jeans algo desgastados por el tiempo, un cinturón negro alrededor de su pelvis, y un par de deportivas níveas muy ligeras; decidió aventurarse por las escaleras de la mansión de su familia con el propósito de llegar al umbral de salida de tal notable residencia. Fue así que luego de despedirse de su madre con un tierno beso en la frente; Thomas corrió por el sendero de los jardines de su casa hasta finalmente desaparecer a través de aquella desagradable sensación de vacío que segundos más tarde lo materializó en la sección del Ateneo en donde debía estar sin rodeos ni cavilaciones. -Espero que sea muy divertida la clase aunque… ¡Estoy convencido que así será!- dijo en voz baja, con la intención de que nadie por los alrededores del pasillo que circulaba lo oyese y pensara mal de su actitud tan positiva; ya que había gente que no compartía ese estilo de vida.

 

-Con permiso… ¿profesores? Perdonen la molestia… pero ando buscando la disciplina mixta de Transformaciones junto a Estudios Muggles… ¿Es aquí?- preguntó el pelirrojo luego de asomarse por la puerta de la sala; aula en donde se encontraba: un hombre, una mujer y un elfo con una caja misteriosa que le intrigó desde que sus orbes esmeraldas se clavaron en ella. -Ehhh… soy un alumno de la Universidad… ehhh… ¡Eso!- agregó con algo de nerviosismo, porque se percató que el ambiente era un tanto infrecuente a lo que comúnmente estaba acostumbrado.

Editado 5 de Marzo del 2016 por Thomas E. Gryffindor

[Matt Blackner]

Me crucé de brazos mirando a mi madre. Se había quedado callada, puede qeu de sorpresa, o puede qe odiándome porque me estaba metiendo con ella, dudando de su capacidad para llevar adelante una clase mixta conmigo.

 

Miré hacia la ventana que quedaba tras Sagitas. Hacía un día soleado, bastante bueno para la época en la que aun estábamos. Echaba de menos mi clase fuera, en los jardines. La última clase qeu había dado alli llovía a mares, y asi que con un día tan bueno, me apetecía salir.

 

- Te propongo algo. Una carrera en el Londres muggle. Podríamos usar los objetos que le he pedido a Harpo que cogiera de tu despacho...

 

Pero no dije más. Alguien se nos acercó, un chico con camisa azul y vaqueros se había atrevido a entrar en la clase. No tardó en preguntar si la clase mixta iba a tener lugar alli, con loq eu sonreí. El primero de los valientes acababa de entrar en acción.

 

- Si, es aqui. Matt Blackner, profesor de transformaciones, y Sagitas Potter Blue, profesora de estudios muggles. Eres Thomas, o Ernest? - pregunté.

[Thomas E. Gryffindor]

-¡Me alegra haber llegado a tiempo! Un gusto maestro Blackner… Profesora Potter Blue, igualmente me alegra conocerla personalmente. Su fama como una de las brujas más poderosas, económicamente hablando, de Londres es reconocida por todo Ottery, el mismo Ministerio de Magia y el Callejón Diagón- comentó el pelirrojo atreviéndose a cruzar el umbral de la sala; para luego acercarse a ambos docentes, con el propósito de tenderles la diestra cordialmente a modo de saludo. -¡Soy Thomas! Thomas Gryffindor… hij… sobrino de Elvis. Me matriculé para cursar Transformaciones durante el mes de Marzo ¡Tome esto! Es el comprobante de alumno regular- añadió respondiendo la interrogante de Matt; al mismo tiempo que buscó en su bolso, con hechizo de expansión indetectable, el pergamino que segundos más tarde le tendió al mago que estaba sonriendo en medio de la estancia con fines académicos en donde a ciencia cierta adquiriría el conocimiento.

 

-La notificación de la Universidad me comunicó que la clase sería mixta con “Estudios Muggles” ¿No es así? Pues, personalmente, me parece una bonita experiencia. En el mes de Febrero me pasó algo similar cuando cursé Maldiciones y tuve que compartir la jornada con un estudiante de Leyes Mágicas… ¡Fue sensacional! Durante todo el tiempo de estudio, finalmente puedo decir que igual aprendí algo de la otra asignatura sin querer queriendo. Eso me va a ayudar para cuando tenga la intención de realizarla directamente en unos meses más- dijo el alquimista inefable, mientras sus orbes esmeraldas no se despegaban de la caja que tenía el pequeño elfo entre sus manos. -A todo esto ¿Quién es Ernest?- preguntó el extrovertido veinteañero, esperando que alguno de los allí presentes le resolviera la duda.

Editado 8 de Marzo del 2016 por Thomas E. Gryffindor

[Ernest Dumbledore Prior]

Maldita sea- dijo el Macnair a punto de salir de la Macnair cuando se le estaba olvidando la varita, al entrar en lugar de la vara que habia dejado en la comoda habia un raton que lo miraba fijamente, unos instantes despues salto encima del mago haciendolo gritar...

 

Sin mas abrio los ojos y descubrio que era el elfo del negocio nuevo el que le atacaba la cara y no un raton.

 

-Pero ¿CLOY que ditantres? ¡Me asustaste! - dijo poniendose recto en la silla de su despacho en el negocio- ¿Que pasa?- dijo y aprovecho para estirarse cual gato tomandose del borde de la mesa

 

-Le llego carta de la Universidad señor- dijo el elfo saltando del regazo del joven y enseñando una carta...

 

-Pero si yo ya termine los Estudios....ESTUDIOS- dijo parandose rapidamente con lo que recibio un golpe de parte de la mesa en una de las rodillas- Ya se que clase tengo, me voy yendo- sin esperar mas tomo sus cosas y salio..

 

-Señor pero...me falto comunicarle que seria clase mixta..- dijo en un tono bajo al ver que Ernest ya era mas que una manchita blanca enfrente de el.

 

----

El mago habia ido primero a su negocio por una de sus mascotas adquiridas en el Magic un huron de color gris llamado Malcom que ahorita se encontraba quieto en el hombro del Macnair, tambien se habia cambiado de ropa por una playera de manga larga con una calavera en medio y unos pantalones negros con una raya azul y unos tenis de color blanco con las palomas color negro de una marca muggle llamada Nike. Despues con una fina voltereta desaparecio para aparecer ahora en la entrada de la universidad.

 

Al momento de tocar el piso el huron empezo a retorcerse y se escondio en uno de los brazos del joven para despues morderlo y salir corriendo.

 

-Maldito Malcolm- dijo y se lanzo a perseguirlo....

 

----

Despues de un rato de haber perseguido al huron y calmarlo lo pudo volver a tener ahora escondido en la bolsa, sin embargo tambien se habia perdido en los adentros de la universidad.

 

Acerco su oreja a cada una de las puertas y se rasco la cabeza intentando encontrar la puerta ganadora. En una de las ultimas puertas oyo una voz de hombre...

 

-¿A todo esto quien es Ernest?- oyo que decia el chico. Dudoso si hablaban de el o no abrio la puerta y vio a dos personas desconocidas y a la hermana de su novia Aysha.

 

-¿Alguien me buscaba? Soy Ernest, busco la clase de Estudios Muggles...- dijo asomando la cabeza y mirando a las tres personas...- ¿Saben donde es?- pregunto el chico rascandose la cabeza

[Matt Blackner]

Estreché la mano de Thomas, observando que era un joven bastante vivo, preguntaba y hablaba sin parar, lo cual en la clase siempre era algo bueno. Además, era familia de Elvis, lo cual me alegró, ya qeu además de ser parientes lejanos de alguna forma, había trabajado con Elvis en el departamento auror durante mucho tiempo y le tenía cierto cariño al jefe del departamento.

 

- Entonces una clase mixta no te viene tan de nuevas. - le dije. No podía decir lo mismo de nosotros desde luego, aunqeu yo podía hablar con total seguridad y mi madre....bueno, ella aun seguía en silencio. Tramaba algo? estaba en shock? o se había qeudado dormida?

 

No, tenía los ojos abiertos y no estaba roncando asi qeu...

 

- Aunqeu a lo mejor esta clase te resulta un poco más loca que la anterior.

 

Thomas preguntaba por Ernest. Ni hecho a propósito, el Macnair no tardó en asomar por la puerta. Alcé la ceja mientras lo miraba fijamente. Mi madre se lo iba a pasar tan bien...

- Es aqui Ernest. Matt Blackner, profesor de transformaciones. Ahí está tu profesora, Sagitas Potter Blue. Esta será una clase conjunta.

 

No sabái como solía empezar mi madre las clases, y de hecho, no sabía como íbamos a desarrollar la nuestra exactamente. Por eso, empecé con la teoría de transformaciones.

 

- Ven Thomas, dejemos espacio a ellos. - dije, mientras caminaba hacia la ventana para sentarnos. - La transformación consta de tres niveles. Cada uno más difícil qeu el anterior, pasando desde la transformación de los objetos en otros, a la de transformación de cosas inanimadas en seres vivos y terminar por...la transformación de seres humanos. - miré un momento por la ventana, echando de menos mi clase del exterior. Saldríamos fuera? - Aunqeu está regida por las leyes de Gamp. Has oido hablar de ellas?

[Thomas E. Gryffindor]

<<¿Esta clase más loca que la anterior?>> se preguntó Thomas con curiosidad tras aquellas palabras que su docente le había dedicado en relación a la cátedra mixta en donde el mago inefable participaría; haciendo alusión, seguramente, a la interacción de Transformaciones con la asignatura de Estudios Muggles guiada por la Potter Blue. -¡Buenas tardes, Ernest! Soy Thomas Elros Gryffindor Poulain, tu compañero- saludó cordialmente el pelirrojo, no sin antes tenderle la diestra al muchacho recién arribado con un hurón dentro de la bolsa que cargaba, a ciencia cierta, con los materiales que le fueran de utilidad para una disciplina académica como ésa. Por otra parte, Sagitas permanecía en silencio, algo muy raro debía de estar pasando dentro de la mente de la bruja, pues hasta ese momento no había pronunciado pensamiento alguno frente a los dos estudiantes que estaban dentro del aula expectantes. <<¿Y quién es el elfo?>> se dijo dubitativo.

 

-Está bien profesor… lo acompaño- expresó el ojiverde, al mismo tiempo que guiaba sus pasos junto al Blackner hacia uno de los vastos ventanales de la estancia, con el propósito de tomar asiento cerca para comenzar con la entrega del conocimiento como tal. -¡Vaya! No sabía que los seres humanos pudieran llegar a transformarse… pero eso es… ¿en cosas inanimadas? Porque si un ser humano se transforma en otro ser vivo… aquello podría ser considerado como Animagia ¿No es así?- le cuestionó al maestro con seriedad y ganas de saber pronto la respuesta del hechicero. -¡Claro! La famosa “Ley de la Transformación Elemental de Gamp”… Es imposible no haber oído algo acerca de las Cinco Excepciones Principales, pese a que la única que está explícitamente establecida es la comida- respondió el alquimista proveniente del futuro; tratando de recordar cuáles eran las otras cuatro que estaban incluidas dentro del decreto mágico que regía la transfiguración de los elementos que durante aquella jornada debía de adquirir para su formación personal.

Editado 11 de Marzo del 2016 por Thomas E. Gryffindor

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¿Toro? ¿Qué toro? -- dije, sorprendida por la voz de mi hijo, a quien no había visto entrar. Tal vez ya estaba dentro y yo no me había dado cuenta, puesto que me estaba peleando con Harpo. -- ¿Han traído ejemplares de toro en el Magic Mall? Tal vez podamos comprar alguno...

 

La sonrisa que se extendió por mi cara duró poco. No hay que decir que amo las criaturas y me rodeo de más animales que de personas, sobre todo cuando estoy en el Circo. Sin embargo, mi hijo me retó. Sí, así como suena: R E T Ó.

 

-- ¿Pero qué te has creído, mocoso? ¿Cómo crees que no me atrevo a dar una clase contigo? Mira, hijito. Te voy a enseñar cómo se da una clase verdaderamente interesante, Estudios Muggles, algo mucho más complicado y enriquecedor que saber transformar piedras en sapos.

 

Me crucé de brazos, enfadada. Así que una carrera por Londres... Una sonrisa amplia ahora se dibujó en mi rostro, aún con el ceño fruncido, con lo que seguro que daba una imagen de alguien malvado pensando algo maquiavélico. Así nos pilló uno de los alumnos, que vestía con unos jeans algo desgastados. No sabía si era el suyo o el mío, pero se iba a enterar mi hijo, por retarme a hacer una clase conjunta.

 

-- Bienvenido, pasa, pasa... Ese es Matt Blackner, profesor de Transformaciones y yo soy la Gran Sagitas, profesora excelsa de Estudios Muggles -- repetí la presentación de Matt, pero con un aire mucho más pomposo.

 

Y mi ego se creció cuando el muchacho mencionó mi figura con tantos halagos, que si era conocida en todo Ottery, que si era rica... Además, era familia, por ser sobrino de Elvis, mi primo. Me caía bien.

 

-- Bienvenido, Thomas. Pues Ernest es...

 

La puerta se abrió y entró un muchacho. Arqueé la ceja al ver que me interrumpía, pero entonces se presentó como Ernest y volví a sonreír.

 

-- Ernest es éste, Ernest.... Hola, soy Sagitas Ericen Potter Blue, profesora de Estudios Muggles. -- Intenté adelantarme a Matt, pero mi hijo ya me había presentado antes. Después tomó a Thomas y se alejó para hablar con él, nosequéraro de un tal Gamp. -- Maleducado -- susurré, lanzándole una mirada retadora a Matt.

 

Me acerqué a la caja que Harpo había tomado de mi despacho y le hice una seña a Ernest para que se acercara. Si Matt sabía ser serio, yo también. Bueno, a veces conseguía ser seria. Saqué el patito de goma y sonreí. Se lo mostré a Ernest.

 

-- ¿Sabes lo que es ésto? Es algo más que un juguete. Es... una enseñanza para niños sobre las leyes de ... ehem... flotación en el agua.

 

Había bajado la voz porque quería hacer ver a mi hijo que lo que yo enseñaba era mucho más interesante que lo suyo y que no quería que se enterara.

 

-- Ernest, bajo a hacer una carrera por Londres para aprender in situ las costumbres muggles y, a la vez, para enseñarle a ese profesor de pacotilla, perdón, al señor Blackner, que Estudios Muggles mucha más genial que la Transformación. -- Busqué en la caja a ver si encontraba unos pergaminos y al final encontré lo que buscaba. -- Toma, has de leer ésto y sobre todo, entender que ante los muggles no podemos usar varita. Normalmente, en mis clases no dejo que ningún alumno la lleve encima, pero como no sé como se van a desenvolver esos dos pobrecillos -- y señalé a Matt y a Thomas-- sin ella, por esta vez te la dejaré llevar encima. Pero su uso está limitado a mis indicaciones. No se puede hacer magia delante de los muggles, ¿queda claro? No podemos violar el Estatuto del Secreto de la Magia.

 

Le tendí el papel y seguí hablando, sin darme cuenta había tomado el tono normal:

 

-- La Ley de Estatuto del Secreto de los Magos se publicó en el 1689 y también se la conoce como el Estatuto Internacional del Secreto. En el año 1689, aunque algunos profesores de Historia de la Magia sitúan su aprobación tres años después, se aprobó esa ley que sirve tanto para proteger a los muggles de los magos como viceversa. Se prohíbe cualquier manifestación de magia delante de los llamados muggles, es decir, los que son ajenos a la magia. Toda falta se penaliza a una condena en Azkabán u otra cárcel mágica. No pueden ni siquiera imaginar que somos magos y que podemos gobernar la magia. Es de los mayores logros unánimes de las Leyes Internacionales.

 

Carraspeé y miré por encima de mi hombro para saber si Matt estaba atendiendo su clase o escuchando la mía. Disimulé para que no viera que le observaba y proseguí:

 

-- ¿Y por qué se tuvo que dictar esta Ley? Supongo que sabréis que los muggles tienen tendencia a relacionar la brujería con algo malévolo y maléfico, y durante la Edad Oscura muchos de nuestros similares fueron desaparecidos durante las persecuciones contra todo aquel que supiera usar la magia. Incluso sus propias poblaciones fueron diezmadas por el mero hecho de sospechar de ello, muchas veces de forma infundada. Por otro lado, muchos magos se creían superiores por saber usar la magia de manera que abusaban de ese poder maltratando a los muggles.

 

Suspiré, era un problema que se mordía la cola, en el origen y en la consecuencia.

 

-- La comunidad internacional se vio obligada a intervenir y poco a poco ha ido dando forma a esa ley con multitud de cláusulas hasta llegar a la que hoy conocemos. En resumen, queda así: cada comunidad mágica se hace responsable de todo suceso mágico que ocurra en su territorio y tendrá que dar explicaciones. ¿Te has dado cuenta de lo metódicos que están en el Ministerio con las mascotas de las familias del pueblo? ¿O en impedir que los menores de edad, los 17 años, hagan magia fuera del centro docente? Pues es por eso, como resultado de la aplicación de esta ley. Si alguna de las criaturas se escapa y arma algún estropicio en presencia muggle, o si algún menor fanfarronea con sus poderes delante de algún no-mago, al MM de Londres se le caería el pelo y tendría que dar explicaciones exhaustivas a la Confederación Internacional de Magos. Todo es burocracia, una lata para nosotros los habitantes de Ottery, para los patriarcas y para todo mago en general. Pero merece la pena, todo sea por la seguridad propia y la de todos los habitantes, tanto mágicos como muggles.

 

Esperé unos segundos para que leyera el pergamino y después hablé (no tardé mucho; soy una impaciente):

 

-- ¿Alguna duda o nos vamos a Londres a dar una vuelta en Bus?

[Matt Blackner]

- Es que en realidad, los animagos deben ser expertos en transformación para no sufrir daños. Pero cuando transformamos a los demás en animales sin qeu sea su propia voluntad...no se puede considerar exactamente animagia. - dije, ontestando a la pregunta de Thomas. Me gustaba, parecía curioso y con ganas.

 

- Aunqeu te parezca raro, hay gente qeu no ha oido hablar de las leyes de Gamp. Tal vez la más conocida es la de la comida, o como puedes dar a algo aspecto de alimentos, pero realmente no lo son. Las otras también son importantes: No puedes crear el amor, tal vez usando pociones puedas crear una sensación, pero deberías prolongar el uso de estas de forma constante para qeu el efecto no se disipe, jamás sería una sensación real, sino una ilusión. El dinero tampoco puede transformarse, no tiene valor real. Lo más parecido es el oro Leprechaun, y ya has visto que desaparece al rato. Y la última y no menos importante...el conocimiento. Jamás podrás usar la magia para implantar el conocimiento o las vivencias. - me encogí de hombros. - Como ves, no solo se trata de la comida...

 

MI madre por fin parecía haber reaccionado, después de nuestro pique antes de que llegaran los alumnos. Cogió el patito de goma de la caja que Harpo sostenía y se puso a explicar. La verdad es qeu la miraba de reojo. Tenía curiosidad por su clase, ya que me estaba pensando apuntarme.

 

Aunqeu cuando se puso a soltar todo aquel rollo sobre el secreto...oh dios...ojalá no hciera exámenes escritos o eso me mataría.

 

- El primer nivel de transformación y el más sencillo es aquel que transforma los objetos en otra cosa. Por ejemplo...

 

Apunté con la varita hacia el patito qeu mi madre aun sostenía en la mano. El movimiento de varita era sencillo: un leve movimiento hacia la izquierda para luego dar un giro hacia la derecha, describiendo un círculo. No necesitaba qeu fuera demasiado amplio, pero si que el gesto fuera claro.

- Scribbliffors - murmuré.

 

Al instante, el patito se convirtió en una nube de plumas qeu envolvió a la profesora. Tuve que aguantarme la risa, seguro qeu me iba a matar.

- El morphos es el hechizo de transformación más utilizado en objetos, tanto para hacerlos ver otros obetos como animales o criaturas, nunca sobre personas. Aunqeu tenemos hechizos específicos en cada nivel. Para el primero, están el Scribbliffors que como ya ves, transforma un objeto en plumas, duro los convierte en piedra o el incarcifors transforma objetos en una jaula. Con esto tendrás suficiente para empezar...

 

Me puse de pie, acrcándome un poco a mi madre aun envuelta en las plumas.

- Nosotros estamos listos para la carrera profesora. Verá como nos las apañamos bien para hacer magia sin que los muggles nos vean. Y si no ya sabes, soy accidentoso...es una ventaja - terminé, en voz baja, solo para nosotros dos.