Jump to content

Vulcanización Mágica (MM B: 108116)


Thomas E. Gryffindor
 Compartir

Publicaciones recomendadas

—Oye, ¿y para qué se supone que vas a verlo? ¿No se ven lo suficiente en la Mansión de los Gryffindor casi todos los días?

 

—Bueno si, pero no es mi residencia habitual, y además, digamos que soy su empleada. Nunca le he trabajado un día, solo me dedico a ir a visitar y cuidar de las criaturas del local, ya sabes que me agradan los animales. Excepto por la víbora... aunque la pobre no tiene la culpa de llamarse como se llama.

 

—No puedes seguirla odiando por eso.

 

—Hago lo que puedo... En fin, nos veremos más tarde supongo, espero que cuando llegue se pueda conversar contigo.

 

—No te preocupes por eso, beberé por ambas pero al final del día estoy segura que recordaré mi nombre.

 

Arthardy le hizo el símbolo de la paz con los dedos índice y anular mientras sonreía con una muy amplia sonrisa enseñando los dientes. Athena solo rodó los ojos, de verdad esperaba encontrarla decente luego de su salida que se estaban tornando habituales en la última semana. Su amiga se tomó muy en serio eso de "conocer gente en Londres". Ahora pensaba que no era una muy buena idea haberla llevado al Casamentera Evans, pero ya no podía volver el tiempo atrás.

 

Se despidió de Niniadis y desapareció de las afueras del Coffe Artist, que era donde se estaba hospedando su amiga a falta de un lugar más privado donde poder quedarse, para luego aparecer frente a la Vulcanización Mágica. Ambos negocios estaban a apenas unas cuadras pero era más rápido así pese a las molestias que últimamente le generaba dicho modo de movilización. Era como casi como haberse desplazado con un traslador.

 

Se apresuró a ingresar en la Vulcanización en donde encontró a una Misty bastante desencajada en su expresión ¿Habría sucedido algo malo como esa vez, hace años, cuando los mortífagos atacaron el local? Porque era el mismo gesto el que tenía. Por inercia Rouvás acercó la varita a su mano antes de acercarse hasta el mostrador para averiguar si estaba todo en orden, aunque a simple vista las cosas materiales se veían en su lugar; no habían vidrios rotos o cosas destruidas. Ya casi había olvidado como era esa sensación de incertidumbre. Cuando le habló a Misty esta se sobresaltó de tal manera que la propia Rouvás dio un leve respingo pero no le quitó la vista de encima.

 

—Tranquila Misty, solo soy yo ¿estás bien?

 

—Si... si... si. —Respondió la mujer echa un mar de nervios.

 

—¿Segura? Es que pareces, no sé, un poco estupefacta.

 

—Es---estoy bi---en. —Bueno, era evidente que no, pero al menos no parecía dañada físicamente, a simple vista al menos.

 

—Si tu lo dices, pero creo que esto podría venirte bien. —Sacó de unos de sus bolsillos un trocito de chocolate envuelto en su respectiva envoltura y se lo cedió. La mujer lo aceptó pero con una cuota de desconfianza, se le notaba por la mirada que había lanzado a lo que le ofrecían. —Cómelo antes de que se derrita, ya está comenzando a pegar bastante el sol primaveral... Por cierto ¿está Thomas?

 

Misty ya se había echado un trocito de chocolate a la boca por lo que tardó en responder.

 

—El patrón no quiere que lo molesten...

 

—Oh, ya veo... Entonces solo iré a ver a Chimuelo. —Dijo sonriente mientras cruzaba los dedos por lo bajo. Day todavía parecía algo confundida así que no le dio importancia. —Que tengas buen día Misty, procura eso si arreglarte el cabello cuando puedas, pareciera que hubieses peleado con la peineta. —Le dijo como consejo antes de alejarse porque ya sabía donde estaba metido Gryffindor.

 

Al ingresar a las partes más privadas de los talleres buscó el cuadro que tras unas sencillas palabras, que de todas maneras le costó memorizar en su tiempo, daban hasta un pasillo secreto que efectivamente conducía a donde estaba el Dragón. "Buenos dragones bajo el control de malas personas, hacen cosas malas" fue lo que pronunció para que el cuadro le cediera el permiso.

 

—¿Thomas? ¿Estás por aquí? —Preguntó en voz alta en cuanto pudo asomar su rostro a través del pasillo para comprobar si efectivamente se encontraba allí.

http://i.imgur.com/IfqD21o.gifhttp://i.imgur.com/PkAsq8i.gifhttp://i.imgur.com/qVzS2LZ.gifnJHjjJQ.gif


tNdJEiz.jpg


WhHfWcz.gif 2QBiHc2.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tras desprenderse de una ligera capa de viaje que había considerado llevar puesta pese al clima primaveral; Thomas se sentó detrás del escritorio de su oficina privada, observando algunos documentos que quedaron inconclusos desde la última vez que visitó su taller mecánico; algunos de ellos tenían relación con la adquisición de sus tres bestias que descansaban tranquilamente en la zona privada subterránea del local de Diagón. |Con permiso, jefe| fue lo que escuchó luego de unos tenues golpes en la puerta de entrada; dejando entrever que se trataba de Misty junto con el encargo que le solicitó antes de salir del vestíbulo de la Vulcanización. -¡Pasa! Por favor... Deja los papeles encima y te retiras. Tengo que firmar y validar algunos títulos para enviarlos a Gringotts y al Ministerio cuanto antes. No quiero que los funcionarios del Control de Comercio se pasen por aquí a fiscalizar y que no esté nada en orden desde mi ausencia, Day- expresó Gryffindor, finalizando su comentario con una mirada de sentencia que dejó a la bruja con los pelos "ondulados" de punta. |No se preocupe... pero, tengo que decirle que la señorita Rouvás está aquí. Deduzco que bajó a ver a la criaturas... pues no la veo aquí... a menos que... esté escondida debajo de su mostrador ¿O no?| respondió con picardía la rubia, queriendo insinuar algo que prontamente esfumó al percatarse de que al pelirrojo no le había caído en gracia tal nivel de patudez. |No quise ser... imprudente, señor. Mejor bajaré para poner en su sitio las fichas de los clientes. Hasta luego patrón| finalizó la mujer, sonriendo con malicia; saliéndose con la suya al querer incomodar al mago.


-Estas mujeres, por Merlín... tan chismosas como siempre. No cambian, eh- gruñó por lo bajo el adolescente, leyendo por encima una nota que sobresalía del conglomerado de pergaminos y que se titulaba: "Extraños"; la cual en sus primeras líneas detallaba la visita de dos jóvenes a comienzos de Marzo en búsqueda de un galpón donde reparasen su automóvil averiado y que además le diesen información sobre la escoba voladora de modelo aún más raro. <<¿Nimbus 300?>> pensó el veinteañero mientras se rascaba la barbilla, la misma que ya dejaba asomar unos pelos rebeldes al no haberse afeitado en un par de días. Sin dar mucha vuelta al asunto y decidiendo que más tarde interrogaría a la despistada recepcionista de su negocio; el nigromante dirigió sus pasos hacia el punto exacto donde recitó la contraseña que cambió la orientación de las escaleras, conduciéndolo hacia la cueva de piedra volcánica donde su chica debía de estar. -Shhh... Aquí estoy. No grites- le susurró al oído a Rouvás tras taparle los ojos con sus manos al haberse aproximado hasta ella en absoluta discreción y silencio en el pasillo (pues Chimuelo dormía); y posteriormente le dio la media vuelta, le cogió por la cintura rodeándola con sus fuertes brazos y le plantó un beso apasionado que frustró cualquier intento de regaño premeditado por parte de la hermosa griega. -¿Me extrañaste amor?- le consultó.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Para variar Thomas la tomaba por sorpresa y la dejaba sin habla, aunque claro, ella no tenía quejas de que fuese así. Le correspondió efusivamente mientras le rodeaba con ambos brazos por el cuello, sellando así el beso que duró varios minutos y que los dejó a ambos sin aliento en cuanto pudieron separarse de tal muestra de afecto.

 

—Claro que si cariño. —A veces podían ser un poquito ridiculamente cursis, pero era tierno y gracioso a la vez. —Quiero creer que tu también me extrañaste. —Mencionó hablando un poco bajito para que el dragón no fuese a despertar. No tenía muy buen genio cuando interrumpían su sueño, y eso era precisamente lo que iban a conseguir si seguían por esos lados del negocio. —Tu encargada mencionó que estabas ocupado por eso vine para acá antes de pasar a verte.

 

Aunque estando allí, ahora pensaba que lo mejor hubiese sido visitarlo en lo que era su oficina.

 

Lo dejó responder muy brevemente antes de ponerle un dedo en los labios para que guardara silencio y con un gesto de la cabeza y sonriendo le dio a entender que era mejor salir de allí, antes de que también apareciera Seraphina o el wampus. Ella los había aprendido a dominar un poquito dado que las veces que venía a la Vulcanización era para vigilarlos, alimentarlos o hacerles algo de compañía, y claro asegurarse que se mantuvieran en paz; y a Thomas siendo su dueño le tenían mucho más respeto, pero eso no quitaba que los tres juntos podían ser dinamita.

 

Tomó a su chico de la mano y lo llevó hasta fuera del pasillo que conducía al sótano.

 

—No quiero morir calcinada, no todavía al menos. Ahora, ¿en qué estábamos? —Preguntó mientras lo arrinconaba un poquito contra la pared con el cuidado de que no anduviese nadie por allí. Misty podía ser un poco fastidiosa, pero se notaba leguas cuando estaba presente en una escena, aunque estuviese en silencio, y esta no era la ocasión. —Me ha hecho falta mi novio en estos últimos días. —Añadió mientras le hacía un pucherito.

 

>>Tal vez deberíamos irnos a tu oficina porque aquí estamos demasiado expuestos a caer en la boca del lobo y que comiencen los muchos chismes que solo una persona es capaz de inventar o hacer circular. —Sugirió.

http://i.imgur.com/IfqD21o.gifhttp://i.imgur.com/PkAsq8i.gifhttp://i.imgur.com/qVzS2LZ.gifnJHjjJQ.gif


tNdJEiz.jpg


WhHfWcz.gif 2QBiHc2.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-¡Claro que sí! También te extrañé... aunque estaba más preocupado por saber cómo estabas después de la prueba de vinculación con la habilidad en la pirámide. No pudimos hablar mucho con Báleyr ahí... entremedio de los dos; aunque también es cierto que esas instancias son bastante "personales"... pero... me moría por entrar a tu reto para ver si necesitabas ayuda con algo... te demorabas demasiado en salir ¿Todo bien?- preguntó Gryffindor con una cuota de ansiedad inevitable en su expresar, pero Athena le dejó hablar brevemente al colocar uno de sus dedos sobre sus carnosos labios con tal de que guardara silencio y velase por el sueño de Chimuelo. -E... espera, no creo que sea una muy buena idea ir para...- fue lo que alcanzó a susurrar cuando le cogieron de la mano y le condujeron hasta el pasillo principal que comunicaba la cueva con el cuadro que cambiaba de dirección las escaleras ocultas. -¿Ah sí? A mí también me has hecho mucha falta, y no es necesario que pongas esa cara para pedirme lo que gustes... Lo leo en tus ojos, amor- musitó el adolescente, arrinconándola con cuidado contra la pared rocosa; besando su cuello y rozando con su nariz cada zona comprendida entre la clavícula y el lóbulo de su oreja, causándole cosquillas que se transformaron en pequeñas risas que llamaron la atención de alguien que empezó a ronronear a sus pies.


-¡Shere-Khan! Vete... déjanos en paz- exclamó Elros; incentivando a que el wampus se moviera y comenzara a frotar su cuerpo con las piernas de ambos jóvenes enamorados. -Te dije que no era una muy buena idea venir para acá, Bonis... Al gato le gusta estar aquí- suspiró, dándose por vencido; debido a que optó por agacharse un resto con el propósito de brindarle amor a su amigo, el mismo que se abalanzó contra él para lamerle con efusividad por todo el tiempo que habían permanecido separados.


-Si viene Seraphina... tendrás que mimarla tú, Athe. Ella te adora ¡JaJaJaJa!- sonrió el fortachón tras imaginarse una escena donde la griega se volvía "uña y mugre" con la serpiente cornuda, ocasionando que un fuerte rugido se oyese y retumbase en toda la cueva; la que se iluminó con una potente llamarada escarlata que se direccionó hacia ellos con el objetivo de calcinarlos.


-¡Fulgura Nox!- vociferó Elros, invocando rápidamente un portal que los llevaría a salvo a su oficina en el segundo piso del taller mecánico; dejando que Rouvás y el wampus lo cruzaran primero antes que él, sintiendo que el calor ya les acechaba encima justo antes de desaparecer la brecha. -Por poco y nos rostizamos los tres... Chimuelo me las pagará- gruñó el animago al darse cuenta que su sudadera estaba en llamas por posterior; sacándosela de inmediato (quedando con el musculoso torso al desnudo) para así apagar el fuego con un efectivo Aguamenti que dejó una poza de agua que Misty tendría que limpiar en unos minutos más.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—A ti te gusta provocarme ¿eh? Yo así no puedo jugar, siempre voy a terminar perdiendo, señor fortachón. —Mencionó con una pícara sonrisa a sabiendas de que no era una situación intencional o premeditada mientras también sacaba su varita mágica y la dirigía hacia el mago pensando en una Curación que aliviara las posibles heridas que el fuego dejó en su torso y por los costados, y así también ser un alivio en conjunto del Aguamenti. —Deberías andar más seguido así por la vida, mis ojos lo agradecen de sobremanera. —Las miradas que le lanzaba eran descaradas y a la vez juguetonas.

 

El wampus todavía estaba allí pero había decidido que uno de los adornos en un rincón era mucho más interesante, por el momento, que la presencia de ambos jóvenes y estaba avocado a la tarea de hacerlo rodar con la pata hacia adelante y atrás mientras movía la cola y ronroneaba ocasionalmente. Pronto se aburriría e iría buscar mimos en brazos de sus dueños, o bien saldría a jugar al pasillo donde lo encontraron que era su lugar favorito para estar.

 

—Le duró poco la emoción de volver a verte, vas a tener que jugar más con el, y también con Chimuelo a menos que quieras terminar cocinado la próxima vez que bajes a visitarlo. Aunque creo que solo porque lo despertamos de su sueño, tiene las mismas malas pulgas que tu. —Dijo para molestarlo. Ya que varias veces había despertado a su lado en los últimos meses podía dar plena fe de las veces que amanecía un poco más cascarrabias por algún motivo. —Mejor ven, que ya me aguanté bastante para no lanzarme sobre ti como si fuese una admiradora acosadora de esas que te persiguen todo el tiempo. —Estiró los brazos y movió los dedos llamándolo; tampoco era mentira.

 

Con cuidado de donde pisaba (pues iba retrocediendo) fue tomando lugar apoyada en un costado del escritorio, aunque sin tener intenciones de sentarse sobre el.

 

Fue solo por unos segundos, pero sintió las piernas un poco débiles y el mundo girar a su alrededor. Solo que la sensación fue tan breve que no le alcanzó para cambiar el gesto de su rostro.

 

Una vez que se sintió en óptimas condiciones nuevamente levantó un poco la mano y comenzó a llamarlo con el dedo índice, guiñando un ojo y mordiéndose el labio inferior. Extrañaba bastante esos momentos con él, sentirse protegida y querida entre sus brazos, o simplemente tomando su mano.

 

—Ven aquí, Gryffindor.

http://i.imgur.com/IfqD21o.gifhttp://i.imgur.com/PkAsq8i.gifhttp://i.imgur.com/qVzS2LZ.gifnJHjjJQ.gif


tNdJEiz.jpg


WhHfWcz.gif 2QBiHc2.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-¡JaJaJaJa! Eres más débil de lo que creía, señorita de los tobillos frágiles. Si un cuerpo trabajado como el mío te es problema... Mmmm... Bueno, tendremos que comenzar a ir más a McDonald's. Unas cuantas hamburguesas y papas fritas serán más que suficientes en vez de mi yogurt con avena y fruta por las mañanas- expresó el fenixiano, sonriendo con picardía ante las miradas juguetonas de su chica; las cuales tenían una única finalidad, que obviamente conocía muy bien Gryffindor desde el tiempo que ya llevaban juntos. -¿Malas pulgas? ¡Já! Aquí la única que tiene el genio raro y cambiante es usted, rompes mi "cocoro" cada vez que prometes cosas y no las cumples, "malis"... Aunque debo admitir que tienes razón en el punto del buen dormir que comparto con mi dragón, ya que en el último tiempo tengo a alguien que ronca mucho a mi lado por las noches- bromeó el aventurero animago mientras le guiñaba su ojo izquierdo a la griega; quien retrocedió hasta el escritorio de la oficina, con un titubear que no pasó desapercibido por el joven de cabellos rojizos ondulados. -E... espera, Athe. ¿Estás bebida?- preguntó a "rompe-huesos", debido a que aquella actitud tan osada en Rouvás no la veía muy a diario; menos ahí, donde era más bien "recatada" y desconfiada.

 

Con aquel comentario sarcástico, el ambiente se tornó tenso; transformándose el "Ven aquí, Gryffindor" en un gesto con la mano (de parte de la nigromante) que le indicaba que no se aproximase. Parecía un poco ofendida, pero ni ella misma conocía del todo el real estado por el que su cuerpo estaba pasando; le era ajeno, poco familiar, y algo nuevo que no todas las mujeres optaban por pasar en alguna etapa de sus vidas. -No... no quiero sonar alarmante, amor... y tampoco deseaba molestarte. Sé que no eres buena para beber, y por eso mismo cuando lo haces... pues, no tienes mucha tolerancia que digamos. ¿Has salido con alguien a pasar el rato? ¿Con tu prima? ¿O es que Kyttara te anda dando clases de hábitos alcohólicos a tempranas horas del día?- añadió Elros, esperando sonar un poco más divertido con la última frase que culpaba a su hermana. La mirada de Athena lucía distinta; sus ojos, tan profundos como el océano más azul del mundo, parecían brillar con un resplandor muy singular; sus caderas estaban más anchas que de costumbre, y sus pechos... oh sí, sus pechos se marcaban más acentuados que nunca. -¿Desde cuándo no vas al medimago?- cuestionó levantando una de sus cejas con extrañeza, mientras apoyaba su vasta espalda contra la pared.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¿Al medimago dices? — Elevó un poco la vista y se llevó la mano al mentón a la vez que apoyaba el codo de esta con la contraria. A decir verdad no podía recordar con exactitud la última vez que fue. —No estoy muy segura, pero fue el año pasado... ¿Por qué? ¿Crees que estoy enferma? Me siento bastante bien. —Volvió a bajar la vista dirigiéndola hacia el joven. —Y no, no he estado bebiendo con Kytta, a quien no veo hace tiempo, ni con Arthardy, aunque ella si se mandó una buena hace dos días... —Información demás, aunque Thomas ya la conocía con esas manías, a su amiga no le importaba en lo absoluto. —Como sea, ahora me preguntas todo preocupado pero en las noches me celebras hasta la última cosa que se me ocurre justo antes de dormir, eres un malote conmigo. —Le sacó la lengua, evidentemente estaba picada pero no enojada o molesta.

 

Al final optó por rodear el escritorio y tomar cómodo asiento en la silla giratoria que Gryffindor usaba para trabajar cuando tenía papeleo pendiente de su negocio.

 

Aunque ahora que él lo mencionó ¿no se había sentido un poco extraña, ocasionalmente, las últimas semanas? Despertar nauseosa en la mañana y que todo ese malestar desapareciera al consumir un apropiado desayuno no era algo de lo que sufriese antes, que ella recordara. Tampoco esos extraños mareos que le vinieron la semana anterior en donde tuvo que detener sus actividades un par de minutos. Nada de eso lo sintió asociado a algo más, así que solo lo dejó pasar al olvido. No sería un poco exagerado contarle todo eso, tampoco quería preocuparlo por algo tan mínimo que no pasó a mayores.

 

—Más bien ¿no tienes algo de comer por aquí? Te lo juro que mataría por una manzana ahora mismo. —De solo pensar en ella se le hizo agua a la boca. —Y a parte de eso quiero una abrazo y un beso de mi chico, pero también la manzana... ¡Manzana con leche condensada! ¿No podemos enviar a Misty a comprar a algún sitio? ¡Por favoooor! —Juntó ambas manos delante suyo a modo de súplica. Sentía un enorme vacío en el estómago en ese preciso momento.

http://i.imgur.com/IfqD21o.gifhttp://i.imgur.com/PkAsq8i.gifhttp://i.imgur.com/qVzS2LZ.gifnJHjjJQ.gif


tNdJEiz.jpg


WhHfWcz.gif 2QBiHc2.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Que Richard Moody jamás se entere de eso último que dijiste... creo que para él no sería bueno saber lo que te he celebrado por las noches antes de dormir desde que pasamos... como dos adorables conejos ¿No lo crees?- expresó el veinteañero con perversión en su mirada esmeralda, la misma que lució divertida al sonreír tras ver el gesto de envidia que Rouvás le dedicó con su lengua, tal como una niña mimada. Verdaderamente algo no encajaba del todo bien en relación a la salud de la griega; parecía estar somnolienta gran parte del día, dormía más de lo habitual y se quejaba bastante acerca de lo hinchados que llegaban sus pies tras horas de trabajo en Gringotts. No era que Athena fuese una mujer muy dedicada a sus labores antes, pero desde su paso por el Cuartel Auror no le recordaba con tanta fatiga y ansias de comer luego de un baño de tina caliente que a veces duraba horas encerrada, escuchando música, cantando y comiendo fruta con... ¿leche condensada?. -¿Otra vez? ¿Te has puesto a contar las veces en el día que comes esas cosas llenas de calorías? El otro día asaltaste la despensa de la mansión de mis padres... Tanis le fue con el chisme a todos... y mamá dijo "de broma" que tendría que poner llave a la nevera- comentó Elros, no sin antes aproximarse hasta el escritorio de su oficina, donde la rubia ya había tomado asiento en la silla giratoria.


La fisonomía de Thomas únicamente denotó resignación, y luego de encaminar sus pies hasta detrás de la silla con tal de abrazar por la espalda a su chica y besar sus mejillas en reiteradas oportunidades en cortos intervalos de tiempo y de manera muy tierna; llamó con dos aplausos a su elfo doméstico, quien apareció de inmediato frente a ellos. |Lo que ordene, amo| respondió Brahmsy posterior a oír el mandado de Thomas; pedido que iba dirigido a una de las más famosas postrerías del callejón Diagón donde, obviamente, ya eran clientes frecuentes. -No comprendo tu fascinación por las cosas dulces... Yo prefiero unas ricas pastas italianas... sí, unos ñoquis caseros con salsa boloñesa y con esencia de albaca... y un tiramisú para finalizar... ¡Cosa más buena!- sin querer queriendo estaba cayendo en lo mismo que la nigromante, babeando como un bebé frente a una paleta de caramelo. Pero justo cuando estaba por sentarse en las piernas de Athena para regalonear, al girar la silla hacia el muro, Elros (inconscientemente) posó sus manos sobre el vientre de ésta, y un fugaz escalofrío se apoderó de él en un santiamén. -Q... ¿Qué es lo que tienes ahí, amor? Algo... algo me transmitió un pensamiento a través de Legilimancia... ¿Hay algo ahí?- exclamó el animago al dar un salto que por poco lo deja pegado en el techo de la estancia, sin dejar de apuntar la barriga de Rouvás.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—La leche condensada, el azúcar en general es vida Thomas. Desde ahí obtengo todas mis energías para sobrevivir. Si fuese un vampiro, el azúcar sería la sangre que necesitaría. —Puso una cara de solemnidad total. —Además, tu eres más glotón que yo, siempre terminas comiéndote mis papas fritas o mis golosinas cuando no puedo más... que es siempre. Mira nada más —Arrugó la nariz para luego sonreír.

 

A continuación observó complacida como él llamaba a su elfo para que este les consiguiera las benditas manzanas con leche condensada, mismas que Athena no tardó en pedir; de solo imaginarlas se le rompía la hiel. Sus días de niña consentida habían quedado atrás en el momento que tuvo que enfrentarse sola al mundo, sin su madre, y no regresaron cuando conoció a Richard, por eso mismo le causaba gracia cuando Gryffindor la mimaba de esa manera. A veces hasta se sentía medio culpable de hacer que se diera vueltas buscando algo, aunque debía admitir que era graciosa la actitud que tomaba. Ella también procuraba cumplirle los caprichos que se le ocurrían, excepto por aprender a volar en escoba ¡eso no iba a suceder jamás!

 

Cuando Brahmsy desapareció Thomas la giró en la silla, y la verdad ella se esperaba una reacción muy diferente a la que vio. Parecía que Thomas había sido picado por un Billiwing porque le faltó poco para quedar colgando del techo con su salto.

 

—¿Algo dónde? —Athena se miró el estómago. —No seas exagerado, no está rugiendo tan fuerte de hambre... —Rió despreocupada, procediendo a ponerse de pie. —Oyeeeee ¿utilizaste Legeremancia conmigo? Sabes bien que no me gusta que la uses, puedes preguntarme lo que sea y te responderé con la verdad. —Le recordó, aunque Thomas parecía algo contrariado aún por lo que había sentido al tocarla, quizás era algo más...

 

Comenzó a hacer recuento de algunas cosas. Nauseas, mareos, cansancio extremo, fatiga, un casi desmayo (que obviamente no se lo mencionó a Gryffindor porque no lo consideró algo muy grande), esas repentinas ansias con lo dulce (le gustaban desde antes pero nunca en exceso, últimamente no se resistía a nada) ¿no había comenzado todo eso hace varias semanas? También habían ido de menos a más y por eso solo lo atribuyó a la vida ajetreada en el Banco, más el trabajo en el Coffe Artist, sin mencionar lo activo que eran los Moodys con sus aventuras.

 

Pero había algo que había pasado por alto. En la fecha correspondiente si le preocupó pero con el paso de los días lo fue dejando en el olvido hasta ocuparse con otras cosas; no se había indispuesto desde principios de Marzo.

 

Se llevó ambas manos sobre el vientre como esperando tener todas las respuestas así.

 

—No puede... ser. —Levantó la vista para fijarse en la mirada de Thomas mientras se le agitaba la respiración. —No me he enfermado hace dos meses, bueno, ya sabes, de eso, pero no creo que... —No era capaz de terminar la frase.

 

Todo indicaba que Thomas y Athena iban a ser padres en los próximos meses. Inserte aquí voz y humo de Carlos Pinto y música de Mea Culpa.

http://i.imgur.com/IfqD21o.gifhttp://i.imgur.com/PkAsq8i.gifhttp://i.imgur.com/qVzS2LZ.gifnJHjjJQ.gif


tNdJEiz.jpg


WhHfWcz.gif 2QBiHc2.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...
-¿Embarazada?- fue la palabra con que Elros terminó la frase que su chica dejó inconclusa tras ponerse de pie; viendo que ésta colocaba ambas manos sobre su vientre con el propósito de buscar alguna respuesta ahí, luego de que Gryffindor huyera de sus brazos como si un enjambre de abejas lo persiguiese. -¿Es eso posible? Tú me dijiste que te estabas cuidando ¿O no? Por eso yo dejé de usar los preser... A ver, espera... ¿Esto lo tenías planeado?- consultó el pelirrojo con el ceño fruncido, no dejando de observar a Athena directamente a los ojos. -No es que yo no quiera ser padre... es sólo que... o sea yo... no estaba en mis planes aún, Bonis. No quiero que te molestes conmigo por lo que te estoy diciendo... es que, no sé... no sé si estoy preparado para compartirte con alguien más, Athe. Sé que si somos padres... nuestros hijos van a robar mi lugar único en tu corazón- añadió con cierto pesar el muchacho; siendo verdaderamente egoísta con su forma de comprender una situación tan "diferente" para ambos.


-Esa vez... cuando los dos estuvimos en ese sitio sagrado... hace un par de meses... ¿lo recuerdas? Creo que nos excedimos... Yo no pude controlar mi impulso... era como un frenesí... una droga. Sólo me detuve después que todo se apagó entre ambos. Tal vez, aquella oportunidad... no, no puede ser. No saquemos deducciones hasta que vayamos a San Mungo o al CCU- dijo un impaciente mago; el cual no paraba de rascar su nuca mientras caminaba de un lugar a otro en su oficina del taller mecánico.


-¿Aún venden esos "test" en la droguería mágica que está a la otra cuadra de Gringotts? Sería bueno que partiéramos por ahí. Si efectivamente hay un bebé en camino... debieses tener cerca de tres meses de gestación ¿O no? Aquella oportunidad fue la única vez que no nos cuidamos del todo. Pero que no cunda el páni...- fue lo que alcanzó a decir, casi vomitando información (debido a sus nervios), porque su elfo apareció en la escena con una caja sellada que contenía el postre que Rouvás estaba deseando comer. |Brahms trajo lo que usted ordenó, amo. Brahms habló con la vendedora y le dijo que anotara el pedido a la cuenta de su amo. ¿Brahms puede retirarse?| preguntó el pequeño, percibiendo que algo raro pasaba entre los dos enamorados. -¡No! Brahmsy necesito que vayas a la farmacia y cojas uno de los... dos, mejor que sean dos, de los test de... el examen rápido de embarazo. Y no le digas de esto a nadie o te corto la lengua ¿Entendiste?- soltó Thomas enérgicamente, justo antes de que el doméstico desapareciera a través de un chasquido. -Puedes comerte el postre, Athe... Y vamos... dime algo, por amor a Merlín- exclamó.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.