Vulcanización Mágica (MM B: 108116)

[Galedra Azhebel Myrddin]

Como que le había ardido la oreja....

Ay, Cielos!!!

 

Significaba ¿trabajo?

 

Tuvo que dejar el vestido rojo que estaba por comprar e ir.....ok, no, volvió, se lo probó y lo compró....luego de ello, decidió ir a acudir al llamado XDDD

 

Bueno, andaba por ahí cerquita, así que simplemente caminó...obviamente que después de beberse un té y un helado, terminó llegando al lugar...

 

-- Vulcanización? o.ó

 

Qué cosa era esa? (por no decir qué we***)

 

--Vulca de Vulcano?? Acaso ese Dios se decidió venir a entre los mortales?

 

Entera perdida XDDDD

 

Pues entró al lugar y se topó con Matt:

 

--Buenas, Jefe!!!! Qué hay que destrozar?...Digo...perdón,....Reparar?

 

Hay que lindo...se notaba el toque artístico que dejaban los Bandos cuando pasaban por un lugar. Ese estilo Barroso, Baboso y jojojó.

 

Bien, ¿a quién había que desmemoriar? ¿Al dueño?

[Luisitha Black M.]

Cambió de página el libro que leía, no hacia adelante, sino hacia atrás. No había entendido ni una sola frase de lo que había leído. Su mirada se desviaba regularmente a las llamaradas de la hoguera que ardía en su chimenea.

 

Su falta de concentración se vio interrumpida por un patronus de lobo que llevaba un mensaje consigo. Este le expresaba claramente que, su presencia era solicitada por su jefe para trabajar en un negocio en el callejón Diagon, sin entrar en detalles ni explicaciones la aparición se esfumó.

 

La joven peliazul se calzó con un par de baletas beige que había dejado tiradas a un lado, se levantó del sofá, tiró el libro sobre este y se estiró elevando las manos hacia arriba, desperezándose casi por completo. Se acercó a un espejo cercano para ver qué tan presentable estaba; se acomodó el enmarañado cabello en una moña alta. Su vestido era rosa pálido, el cuello en v dejaba ver un guardapelo, un poco más pequeño que un penique. Alisó un poco las faldas arrugadas dejándolas un poco más presentables. Finalizado su acicalamiento desapareció a las afueras del castillo Black.

 

Apareció a unos cuantos locales del negocio destrozado, unas cuantas miradas curiosas se asomaban por los ventanales, claramente consternadas por la redada que aparentemente había ocurrido hace poco.

 

Lo que vio saco de su rostro una risa irónica, todos eran iguales, el mismo daño o algo bastante parecido se había cruzado por su vida por los miembros de la orden del fénix, o bueno por algunos vándalos que se hacían pasar por miembros de una “organización respetable”. Para ella no eran más que represores con cara de santurrones. Suspiró, tampoco estaba a favor de destruir las posiciones ajenas, a lo mejor y por ello había aceptado el trabajo.

 

Se acercó a quienes creyó eran su jefe y alguna compañera de trabajo.

 

-Buen dia señor Blackner, espero haber llegado a tiempo- Extendió una mano para saludar a los presentes, la bruja y quien parecía ser el propietario que mostraba los destrozos a los presentes. –Luisitha Black a su servicio-

[Thomas E. Gryffindor]

Mientras esperaba que tanto Antoni como Emmet dijesen palabra alguna con respecto a sus preguntas; el sonido del león rugiendo desde la entrada de la Vulcanización le sobresaltó; provocando que el fenixiano desenvainara, desde el bolsillo de su túnica azabache, la varita de pirul que siempre le acompañaba fielmente. -¿Quién anda ahí?- fue lo que consultó el patriarca de los Granger sin dejar de apuntar a la puerta que unía la fachada del taller con la recepción, siendo observado por una tímida Misty que no paraba de realizar una serie de amagos nerviosos con el afán de resguardarse si se trataba de otro ataque mortífago. Pero, gracias a Merlín, la voz de un hombre al que ya conocía se hizo presente preguntando por el propietario; hecho que incentivó al chico a guardar su arma para salir a recibir al visitante con excelente disposición. -¡Hola, profesor Blackner! Me alegra que la misiva que envié a nombre de Helike llegase con prontitud al Ministerio. Como verás... La Marca Tenebrosa se encargó personalmente de convertir mi mayor emprendimiento en basura. Menos mal tenía algunas cosas almacenadas en la bodega que sirvió como búnker alemán ante sus rayos destructivos ¿Cómo has estado? ¿Vendrá Amya?- expresó con rapidez el apuesto medimago; viendo el nacimiento de un grupo de patronus con forma de lobo desde la varita de su antiguo docente de Transformaciones, el cual partió desde su local comercial en el callejón hacia un rumbo que el Gryffindor desconocía por completo. -¿Pides colaboración a tus colegas?- dijo el adolescente, justo cuando una mujer joven pelirroja de apariencia cercana a los 25 años apareció ahí.

-¿Destrozar? ¡JaJaJaJa! Claro que sí, señorita... pero lo tendrá que hacer con los carteles ofensivos que todos los mortífagos dejaron por las paredes de mi taller mecánico. El resto del trabajo es reparar, como bien me lo acaba de decir Matt... Por su manera de referirse a Blackner como "jefe", intuyo que también trabaja para las inmediaciones del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes ¿No es así?- preguntó a Galedra cuando otra empleada de cabellos y orbes azules arribó junto a ellos. -Un gusto, Luisitha. Soy Thomas Gryffindor, el dueño de esta Vulcanización. ¿Vienes con ellos, verdad?- saludó a la Black estrechando su mano, anhelando que pronto ellos dieran paso a reconstruir y limpiar todos los vestigios de los seguidores de Lord Voldemort.

Editado 14 de Octubre del 2016 por Thomas E. Gryffindor

[Luisitha Black M.]

Decidió actuar con un poco más de pro actividad adelantándose a su jefe que se notaba ajetreado por el papeleo. Sagradamente al ser una simple empleada, el trabajo duro no se hacía esperar.

 

-Espero que no le moleste si comenzó de una vez señor Gryffindor, no se preocupe, no dejaremos un rastro del daño-

 

Comenzó para sorpresa de todos los presentes a remover con delicadeza algunos de los panfletos de propaganda, como si ellos fuesen una obra de arte, se mofó al ver algunos que le parecieron de lo más gracioso del mundo, les dejó a parte como quien quiere conservarlos como un excéntrico colexionista. El resto simplemente les arrancó como una telaraña más en el cobertizo. Con la varita comenzó a recoger los escombros en un solo punto, disipando de vez en cuando el polvo que comenzaba a levantarse.

 

-Jefe, ¿considera usted que sea necesario hacer un estudio estructural de la construcción? A juzgar por los daños, que se ven muy superficiales, yo diría que podríamos limitarnos a reconstruir de una vez, ¿que opina usted?-

 

@@Matt Blackner

@ Galedra Azhebel Myrddin

@ Thomas E. Gryffindor

[Matt Blackner]

Antes de nada @@Thomas E. Gryffindor @@Luisitha Black M. y @@Galedra Azhebel Myrddin siento mucho no haber aparecido...la vida muggle me arrastró pero ya estoy aqui. Seguimos el rol? ^^

 

 

Estreché la mano de Thomas, sonrojándome ligeramente ante su forma de llamarme. Llevaba un año como profesor en la academia pero algo en mi no terminaba de acostumbrarse a todo aquello. Escuché su relato, los mortífagos claramente habían estado alli haciendo de las suyas, destrozando el mobiliario y dejando propaganda.

 

- Bueno...demos gracias a la bodega que resistió el ataque para impedir qeu sufrieras daños personales. - dije al joven, que parecía estar bien.

 

Dos personas acudieron a mi llamada al deber: una, la prima Galedra, tan loca como la tía Amya o al menos, compitiendo con la directora, y Luisitha, una de las nuevas accidentosas. De hecho, la segunda no tardó en tomar la iniciativa, desapareciendo la propaganda, dejando el local algo más despejado. Me gustó su actitud, normalmente los nuevos eran tímidos y esperaban a que yo iniciase las tareas para imitarme.

 

- Siempre es necesario hacer una evaluación en la estructura. Que los daños nos parezcan superficiales no quiere decir qeu pueda haber algo más. Es mejor asegurarse a regresar cuando el edificio se venga abajo.

 

Saqué la varita y le mostré mis manos, cubiertas con guantes de piel de dragón:

- Siempre debemos llevar los guantes encima, ya que también debemos realizar una búsqueda de magia indebida, y son la mejor forma de protegernos en caso de tener qeu tocar objetos extraños. Antes de iniciar las reparaciones tenemos que cerciorarnos de que no han dejado ningún rastro de magia perniciosa en la zona.

 

Apunté a lo que parecía un estante destrozado con mi varita y pronuncié con voz clara

- Specialis Revelio - el rayo produjo un ligero zumbido, pero no tuvo más reacción. - Lo ves? no hay nada, asi que podemos repararlo sin más problemas. Además... - esta vez me giré hacia el dueño del local. - Thomas, necesitamos saber algo...encuentras algo extraño en tu local? Quiero decir, algo qeu antes no estuviera aqui, que nunca hubieras visto...lo que sea. - de nuevo, miré a Luisitha - El dueño es quien mejor conoce el lugar, y a veces lo qeu para nosotros es un objeto sin más para ellos no debería estar aqui...y eso puede ser una buena pista.

[Thomas E. Gryffindor]

-¿Daños personales? Gracias a Morgana que yo no estaba cuando ocurrió este ataque al taller. Se encontraba Day, que es mi secretaria administrativa, en compañía de dos clientes que resultaron ilesos. De haber estado yo... créeme de verdad, que esos malnacidos de los mortífagos no la hubiesen sacado gratis- platicó hacia Matt justo antes de que éste se dirigiera hacia la muchacha de cabellos azules, con una sonrisa de satisfacción plasmada en el rostro. -No me molesta que comience de una buena vez, señorita Black... mientras antes, mejor. El público luego querrá tener de regreso a la vulcanización; y no sería nada de bueno el hacerlos esperar más de la cuenta ¿No cree, Luisitha?- dijo el Gryffindor a continuación, observando a lo lejos como la empleada del Departamento de Accidentes empezaba a dar el punto de partida a la remoción de propaganda ofensiva en contra de La Orden del Fénix; retirando también, con la varita, algunos escombros y basura que dificultaba el expedito transitar de los trabajadores por la primera planta del funesto local destruido. <<¿Es mejor asegurarse a regresar cuando el edificio se venga abajo?>> se cuestionaba el animago tras oír las indicaciones del Blackner a sus subalternos, pensando en la posibilidad de que algún rayo explosivo hubiese creado una grieta imperceptible que más tarde podría ocasionar serios daños. Fue en eso que un fuerte estornudo se sintió desde el otro extremo del recibidor, haciendo que Thomas se diese la media vuelta con tal de saber la fuente de ese bullicioso sonido. Se trataba de Misty, quien no había podido controlar las ganas de frenar aquel estímulo molestoso en su mucosa nasal ante la nube de polvo que salió en el instante preciso en que el jefe ministerial de Catástrofes realizaba un conjuro frente a un estante destrozado.

<<Muy precavido>> reflexionó al vislumbrar los guantes de piel de dragón que portaba Matt; quedando en blanco por breves segundos frente a la interrogante que el mismo mago le preguntó luego de demostrarle a la Black que el sitio analizado estaba libre de magia perniciosa. -No, Blackner... y eso que me fijé muy bien en cada detalle del negocio cuando el Cuartel Auror hizo su ronda y tomó las fotografías correspondientes a la investigación. No hay nada ajeno que llame mi atención... así que puedes trabajar con confianza. Según Madeleine, la directora de los Aurores, no se utilizó ningún objeto para detonar los reventones. No hay rastros de Cuernos de Erumpent ni similares- explicó mientras sus ojos se posaban sobre Galedra, quien aún no se pronunciaba con nada.

Editado 9 de Noviembre del 2016 por Thomas E. Gryffindor

[Luisitha Black M.]

Terminó de remover el polvo y los escombros más pequeños para dar lugar al trabajo serio, el polvo a duras penas comenzaba a asentarse, haciendo que la empleada del local estornudara fuertemente sobresaltando a algunos. Con su colección de propaganda bajo el brazo dirigió una Miranda entusiasmada a su jefe del departamento.

 

-Pues bien, ya tenemos el visto bueno del departamento auror y yo no he visto daños en la estructura… creo que estamos abusando de la amabilidad de nuestro anfitrión ¿Empezamos?-

 

Empuñó su varita y la agitó un par de veces, devolviendo a la “vida” una de las desordenadas paredes que se había venido abajo; dejando en su lugar un paredón prácticamente nuevo. Acción que repitieron sus compañeros reconstruyendo por completo el local que una vez había estado arruinado. Echó un último vistazo, realizó algunos otros cálculos (cálculos muggles que prefería esconder de sus compañeros por pura vergüenza) y finalmente se dio a si misma el visto bueno.

 

-¿Y bien señor Gryffindor? ¿Algo más que podamos hacer por usted? –Señaló a la nerviosa secretaria disimuladamente con la mirada haciéndole señas a su jefe –Desmemorizaciones por ejemplo….-

 

 

@@Thomas E. Gryffindor @@Matt Blackner

Editado 14 de Noviembre del 2016 por Luisitha Black M.

[Matt Blackner]

POco depués de que @@Luisitha Black M. escuchara la respuesta de @@Thomas E. Gryffindor la joven comenzó con las tareas de reparación. Me hacía mucha gracia su entusiasmo, sobre todo porqeu era algo bueno en el departamento, alguien asi encajaría sin ningun problema en nuestro trabajo y las locuras a las que muchas veces nos llevaba.

 

- Me alegra saber qeu no hubo heridos. - dije. - Soy de tu misma opinión, siempre que los bandos han interferido en la normalidad de la familia no he dudado en echarlos como sea. - a pesar de qeu en otro tiempo había sido fenixiano, la seguridad de la familia era lo principal.

 

Con el departamento auror y el dueño del local de acuerdo en qeu no parecía haber objetos extraños, entre todos habíamos dejado el lugar en perfecto estado. Limpio, muebles reparados, un buen trabajo de Luisitha levantando de nuevo el muro derruido y ni rastro de sangre o marcas de hechizos desviados.

- Si necesitaran desmemorizar a alguien el departamento auror nos habría avisado...o tal vez San Mungo. A menos que el señor Gryffindor quiera olvidar su negocio en ruinas, no tenemos más que hacer, pues tampoco habia signos de magia indebida.

[Luisitha Black M.]

El trabajo estaba casi terminado, ya no quedaba mas que ultimar detalles pequeños y ordenar alguno que otro mueble destrozado. La Black observaba satisfecha el muro recién construido como si se tratase de una obra maestra. La verdad era que su perfeccionismo llegaba a un punto en que cosas así de tontas, cuando estaban bien hechas, le agrandaban el orgullo.

 

Pero un ardor típico de aquellos, que simbolizaban un llamado le interrumpieron el pensamiento. Su columna se crispó desde las primeras cervicales hasta la ultima vertebra. Se petrificó por un segundo, pues tenia miedo de que, si se moviese el dolor le delatase. Cuando al fin el dolor llegó a un punto tolerable se atrevió a hablar.

 

-Esto... jefe, tengo que irme ya, mil disculpas.- Recogió los posters que había separado en su colección de banderas ofensivas y se apresuró a despedirse del dueño del local.

 

-Señor Gryffindor- Intentó sacar la mejor sonrisa que el dolor le pudo dejar hacer- Por favor si tiene algún otro problema no dude en contactarnos, ha sido un gusto - Estrechó su mano rápidamente y salió del local casi como un rayo.

 

Al llegar al mismo punto donde había llegado, desapareció.

[Matt Blackner]

ME di cuenta de que Luisitha se tensó de pronto, como si hubiera recordado algo importante. Tras disculparse y despedirse de Thomas desapareció del local. Alcé la ceja, encogiéndome de hombros.

 

Tras echar un último vistazo al lugar, todo estaba listo, reparado. Si uno entraba en aquel instante, ni siquiera notaría que alli había sucedido un ataque momentos antes. Guardé la varita en el bolsillo trasero del pantalón y me quité los guantes, guardándolos también en el bolsillo.

 

- Bien, creo que es hora de que yo también me marche. No tendrás más problemas con el negocio, tiene el visto bueno de accidentes - aunqeu sonara un poco mal, en realidad aquello era algo bueno. - Si tienes cualquier otro problema o necesitas ayuda, la tercera planta acudirá al instante.

 

Y tras estrechar la mano del joven, salí del Vulcanización para regresar al departamento de accidentes.